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'CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA' de G. García Márquez (fragmento). PROPUESTA DE EXAMEN (se incluyen materiales de apoyo)

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"Ellas habían sido educadas para casarse. Sabían bordar en bastidor, coser a máquina, tejer encaje de bolillo, lavar y planchar, hacer flores artificiales y dulces de fantasía, y redactar esquelas de compromiso... La madre pensaba que no había hijas mejor educadas. «Son perfectas», le oía decir con frecuencia. «Cualquier hombre sería feliz con ellas, porque han sido criadas para sufrir"


"... obligadas por los deseos, los gustos, los mandatos de sus padres, de sus madres, de sus hermanos y de sus maridos, pasan la mayor parte del tiempo encerradas..."
(Bocaccio) 

"... y se llama excelente educación la que inspira en ellas el temor, la astucia y el silencio de un esclavo"(Moratín)

Ornella Muti, en el papel de Ángela Vicario, en Crónica de una muerte anunciada, en 1985

'CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA'(fragmento)

"Ángela Vicario era la hija menor de una familia de recursos escasos. Su padre, Poncio Vicario, era orfebre de pobres, y la vista se le acabó de tanto hacer primores de oro para mantener el honor de la casa. Purísima del Carmen, su madre, había sido maestra de escuela hasta que se casó para siempre. Su aspecto manso y un tanto afligido, disimulaba muy bien el rigor de su carácter. «Parecía una monja», recuerda Mercedes. Se consagró con tal espíritu de sacrificio a la atención del esposo y a la crianza de los hijos, que a uno se le olvidaba a veces que seguía existiendo. Las dos hijas mayores se habían casado muy tarde. Además de los gemelos, tuvieron una hija intermedia que había muerto de fiebres crepusculares, y dos años después seguían guardándole un luto aliviado dentro de la casa, pero riguroso en la calle. Los hermanos fueron criados para ser hombres. Ellas habían sido educadas para casarse. Sabían bordar en bastidor, coser a máquina, tejer encaje de bolillo, lavar y planchar, hacer flores artificiales y dulces de fantasía, y redactar esquelas de compromiso. A diferencia de las muchachas de la época, que habían descuidado el culto de la muerte, las cuatro eran maestras en la ciencia antigua de velar a los enfermos, confortar a los moribundos y amortajar a los muertos. […] [La madre] pensaba que no había hijas mejor educadas. «Son perfectas», le oía decir con frecuencia. «Cualquier hombre sería feliz con ellas, porque han sido criadas para sufrir. 

  
MATERIAL DE APOYO PARA BUSCAR REFERENCIAS, ESTABLECER RELACIONES Y DAR FUERZA A POSIBLES ARGUMENTACIONES:

FRAGMENTO DE 'LA CASA DE BERNARDA ALBA':

Bernarda: Igual que si hubiera pasado por ella una manada de cabras. (La Poncia limpia el suelo) Niña, dame un abanico. 

Amelia: Tome usted. (Le da un abanico redondo con flores rojas y verdes.) 

Bernarda: (Arrojando el abanico al suelo) ¿Es éste el abanico que se da a una viuda? Dame uno negro y aprende a respetar el luto de tu padre. 

Martirio: Tome usted el mío. 

Bernarda: ¿Y tú? 

Martirio: Yo no tengo calor. 

Bernarda: Pues busca otro, que te hará falta. En ocho años que dure el luto no ha de entrar en esta casa el viento de la calle. Haceros cuenta que hemos tapiado con ladrillos puertas y ventanas. Así pasó en casa de mi padre y en casa de mi abuelo. Mientras, podéis empezar a bordaros el ajuar. En el arca tengo veinte piezas de hilo con el que podréis cortar sábanas y embozos. Magdalena puede bordarlas. 

Magdalena: Lo mismo me da. 

Adela: (Agria) Si no queréis bordarlas irán sin bordados. Así las tuyas lucirán más. 

Magdalena: Ni las mías ni las vuestras. Sé que yo no me voy a casar. Prefiero llevar sacos al molino. Todo menos estar sentada días y días dentro de esta sala oscura. 

Bernarda: Eso tiene ser mujer 
Magdalena: Malditas sean las mujeres. 

Bernarda: Aquí se hace lo que yo mando. Ya no puedes ir con el cuento a tu padre. Hilo y aguja para las hembras. Látigo y mula para el varón. Eso tiene la gente que nace con posibles.



"... Ellas, en sus delicados pechos, por temor o por vergüenza tienen las amorosas llamas ocultas, que quienes las han probado saben cuan mayor fuerza poseen que las visibles; y además, obligadas por los deseos, los gustos, los mandatos de sus padres, de sus madres, de sus hermanos y de sus maridos, pasan la mayor parte del tiempo encerradas..."
(Bocaccio) 
La mujer, en la Edad Media, aparece literariamente retratada como ángel (Dante, amor cortés...) o demonio (misoginia medieval). Frente a estos dos polos opuestos, surge una tercera vía intermedia que supone un paso importante de emancipación de la mujer. La mujer real, valiosa por sí misma, que defiende expresarse con su propia voz, supone un significativo avance. En la literatura española podemos observar este rasgo en el personaje de Melibea, cuando se queja amargamente porque su condición de mujer le impide expresar con claridad sus sentimientos. Muchos años después, esta lucha por la independencia femenina quedará reflejada en el personaje cervantino de Marcela.

El receptor del Decamerón es femenino. Boccaccio demuestra en esta obra un conocimiento profundo del alma femenina, y eso le hace denunciar la situación familiar y social en la que la mujer se encontraba. Por eso reclama con ellas su derecho a hablar y defiende su libertad en todos los ámbitos: sexual, familiar, social.
 
¿Y quién negará que, sea como sea, no convenga mucho más ofrecerlo a las bellas señoras que a los hombres? Ellas, en sus delicados pechos, por temor o por vergüenza tienen las amorosas llamas ocultas, que quienes las han probado saben cuan mayor fuerza poseen que las visibles; y además, obligadas por los deseos, los gustos, los mandatos de sus padres, de sus madres, de sus hermanos y de sus maridos, pasan la mayor parte del tiempo encerradas en el pequeño recinto de sus alcobas, sentadas y ociosas, queriendo y a la vez no queriendo, cavilando sobre diversos pensamientos que no siempre pueden ser alegres.

Y si, a causa de éstos, les invade la mente alguna tristeza provocada por un ardiente deseo, con gran dolor debe permanecer en ella si no la desplazan nuevos pensamientos; sin contar con que ellas son mucho menos fuertes soportando que los hombres; lo cual no les sucede a los hombres enamorados,
como podemos ver abiertamente. Ellos, si alguna tristeza o pensamiento penoso les aflige, tienen muchas maneras de aliviarlo o superarlo, ya que a ellos, si quieren, no se les priva de ir de un lado a otro, de ver y oír muchas cosas, practicar la cetrería, cazar, pescar, cabalgar, jugar o comerciar; por cuyos medios todos logran distraerse y, parcial o totalmente, liberar su ánimo
del doloroso pensamiento al menos por algún tiempo, tras el cual, de un modo u otro, o acude el consuelo, o el dolor disminuye.

Por consiguiente, para enmendar al menos por mi parte en algo el error de la fortuna que fue más parca de ayuda donde menos la debía, tal como vemos en las delicadas señoras, para socorro y refugio de las que aman, pues a las otras les basta la aguja, el huso y la devanadera, pretendo narrar cien cuentos, o fábulas, o parábolas, o historias como queramos llamarlos, narrados
en diez días por un honesto grupo de siete señoras y tres jóvenes en el pestinencial tiempo de la pasada mortandad, y algunas cancioncillas narradas por dichas señoras a su elección.”

LEANDRO FERNÁNDEZ DE MORATÍN ("EL SÍ DE LAS NIÑAS"):
  
"Ve aquí los frutos de la educación. Esto es lo que se llama criar bien a una niña: enseñarla a que desmienta y oculte las pasiones más inocentes con una pérfida disimulación. Las juzgan honestas luego que las ven instruidas en el arte de callar y mentir. Se obstinan en que el temperamento, la edad ni el genio no han de tener influencia alguna en sus inclinaciones, o en que su voluntad ha de torcerse al capricho de quien las gobierna. Todo se las permite, menos la sinceridad. Con tal que no digan lo que sienten, con tal que finjan aborrecer lo que más desean, con tal que se presten a pronunciar cuando se lo manden un sí perjuro, sacrílego, origen de tantos escándalos, ya están bien criadas, y se llama excelente educación la que inspira en ellas el temor, la astucia y el silencio de un esclavo.

La siguiente columna de Manuel Vicent tiene ya muchos años. Y otra vez el papel de la mujer en la sociedad, los cambios en las relaciones entre hombres y  mujeres... Creemos que puede ser muy oportuno comparar este texto con otro del mismo autor, reciente,  Cuerpos.

"... Cuando las mujeres en el futuro sustituyan a los hombres en los puestos de decisión, cosa que va a suceder en el sigo XXI, ellas estarán sentadas detrás de la mesa y los secretarios y otros subalternos serán valorados por las horas que hayan dedicado al gimnasio..."

MÚSCULOS
El esfuerzo sobrehumano que está realizando la mujer moderna por conquistar sus derechos tal vez alcanzará la victoria definitiva en el próximo siglo. Si hoy el poder que detenta un ejecutivo es aún directamente proporcional a la longitud de las piernas de su secretaria, en el futuro será la calidad de los músculos masculinos, la evidencia de su paquete genital, su disposición a ejercer de penetrador al minuto lo que determinará que el hombre encuentre rápida colocación cuando las mujeres liberadas ocupen los altos despachos. Se supone que entonces todos los chicos tendrán dos carreras, sabrán cuatro idiomas y habrán hecho un curso en Harvard. Solo los hará diferentes un cuerpo más o menos espléndido, como sucede con las chicas preparadas que acuden ahora a una entrevista para conseguir un puesto de trabajo. El físico de la mujer todavía es catalogado por la mirada inseminadora que anida en el inconsciente de los jefes. Este darwinismo cruel de la belleza femenina puesede contemplarse en oficinas, bancos y ministerios. A medida que uno sube a cualquier planta noble y se adentra en el núcleo del poder las azafatas y secretarias son más fascinantes. En ese trayecto se ha producido una selección natural casi caballar, de modo que las formas femeninas se han ido depurando hasta alcanzar la perfección de las medidas de oro y con ellas inundan ese ámbito hermético donde se establecen insonoras dentelladas de tiburón mientras se libra a la vez una batalla entre la seducción de las que obedecen y el polen de los que mandan. Cuando las mujeres en el futuro sustituyan a los hombres en los puestos de decisión, cosa que va a suceder en el sigo XXI, ellas estarán sentadas detrás de la mesa y los secretarios y otros subalternos serán valorados por las horas que hayan dedicado al gimnasio. De acuerdo, le dirá la ejecutiva moderna a ese tipo que pide trabajo, tiene usted un gran expediente pero aparte de su alta preparación, ¿está usted dispuesto a acompañarme este fin de semana al Caribe y a meterse conmigo en la cama? ¡Ah! ¿que quiere usted a su novia? Entonces váyase a tomar por el saco. En el futuro el hombre tendrá que estar siempre en forma, maquillado y disponible. La competencia será terrible. Cuando, recibida la orden, ellos abandonen el despacho, ellas desde el sillón también observarán la calidad de su trasero. Y de él harán grandes proyectos.
(Fuente: El País, 14-03-1999)

"...Frente a aquella generación de mujeres, que en los años sesenta del siglo pasado decidió ser libre y realizó un arduo sacrificio para equipararse a los hombres en igualdad... cada día es más visible una clase nueva de mujer joven, incluso adolescente, que ha elegido utilizar las clásicas armas femeninas..."
 Fotograma de la serie Mad Men: Betty, una mujer de su casa

CUERPOS
Una joven atractiva, mientras se maquilla ante el espejo del cuarto de baño para ir a trabajar, recita una nueva versión del monólogo de Hamlet: ser o no ser, esta es la cuestión, levantarse todos los días a las siete de la mañana y tener que aguantar a un jefe despótico, machista e incompetente, todo por mil y pico euros al mes, o renunciar a esta lucha agotadora y quedarme en la cama para dormir, tal vez soñar, junto a un marido vulgar, a quien con un poco de maña puedo dominar a mi antojo. Este dilema aciago parece haber arraigado en buena parte de la juventud femenina. Frente a aquella generación de mujeres, que en los años sesenta del siglo pasado decidió ser libre y realizó un arduo sacrificio para equipararse a los hombres en igualdad de derechos e imponer su presencia en la primera línea de la sociedad, cada día es más visible una clase nueva de mujer joven, incluso adolescente, que ha elegido utilizar las clásicas armas femeninas, que parecían ya periclitadas, la seducción, la belleza física y el gancho del sexo para buscar amparo a la sombra de su pareja y recuperar el papel de reina del hogar. Puede que la moral de la iglesia católica se haya aliado con la crisis económica para imbuir tenazmente en la mujer la idea que vuelva a casa, críe hijos, se ponga guapa y complazca en todo a su marido. Si una chica acude a diario a machacarse en el gimnasio, si se atiborra de silicona, si camina sobre unas plataformas increíbles, si decora su piel con toda suerte de tatuajes, ¿busca sentirse saludable y fuerte para luchar por sus derechos o, tal vez, solo trata de convertir su cuerpo en un objeto de deseo, en un arma de combate frente a los hombres? Ser o no ser. ¿Qué es mejor, soportar a un jefe tirano que me explota o a un marido mediocre que me llevará a París si le hago un mohín de gatita? Puede que el dilema no sea tan rudo, pero aquellas mujeres que en el siglo pasado lucharon como panteras por su dignidad, sin tiempo para pintarse los labios, tienen ahora unas nietas hermosas, siliconadas, tatuadas con serpientes y mariposas, dispuestas a claudicar en sus derechos, con tal de ganar la otra batalla, el viejo sueño de sentirse adorables y tener al macho de nuevo a sus pies en la alfombra.


(Fuente: El País, 16-09-2012)


PROPUESTA DE EXAMEN

PREGUNTAS:

1ª ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS
2ª TEMA. RESUMEN


3ª COMENTARIO CRÍTICO

Preguntas guía para el comentario crítico

1ª ¿Cómo está organizado el texto? (Estructura)

2ª ¿Qué tesis defiende el autor? (Ver Orientaciones para determinar el tema...)
3ª ¿Podrías resumir brevemente el texto con tus propias palabras?
(Las tres primeras preguntas corresponden, evidentemente, a las preguntas de Selectividad, ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS, TEMA Y RESUMEN. A partir de la cuarta pregunta comenzaría -es sólo una propuesta- el COMENTARIO CRÍTICO)
4ª ¿Qué tipo de texto es? Si es un texto literario, ¿a qué momento histórico pertenece, está "encuadrado" en algún movimiento literario?
5ª ¿Es un tema actual? ¿Crees que hay alguna idea "secundaria" importante?
6ª ¿Es un tema polémico?
7ª ¿Es un tema local/universal
8ª ¿Qé argumentos utiliza el autor para defender su tesis?
9ª ¿Es objetivo en sus planteamientos, o es subjetivo?
10ª ¿Cuáles son las “marcas lingüísticas” de su supuesta subjetividad? ¿Cuáles son las expresiones más impactantes, más significativas? Coméntalas.
11ª ¿Es un tema original?
12ª Si no lo es, ¿lo es, al menos su tratamiento, su enfoque?
13ª ¿Cuál es tu opinión?
14ª ¿Qué argumentos añadirías?
15ª ¿Qué argumentos opondrías a los del autor?
16ª ¿Puedes relacionar el texto, su tema principal, con otros textos, noticias… que conozcas?
17ª Teniendo en cuenta la intención del autor, ¿crees que ha sido eficaz? ¿Qué funciones del lenguaje predominan?
18ª ¿Cómo concluyes tu análisis, tu comentario?

4ª SEÑALAR LAS FUNCIONES SINTÁCTICAS QUE DESEMPEÑAN LAS PALABRAS SEÑALADAS (negrita)


     LA NARRATIVA Y EL CUENTO HISPANOAMERICANOS EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX / CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES DEL GÉNERO NARRATIVO


ENTRADAS RELACIONADAS:


("El día en que lo iban a matar, Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo. Había soñado que atravesaba un bosque de higuerones donde caía una llovizna tierna, y por un instante fue feliz en el sueño, pero al despertar se sintió por completo salpicado de cagada de pájaros...")


Sobre todo, nunca le pareció legítimo que la vida se sirviera de tantas casualidades prohibidas a la literatura, para que se cumpliera sin tropiezos una muerte tan anunciada... Debajo de esa paráfrasis de desaliento, con un trazo feliz de la misma tinta de sangre, dibujó un corazón atravesado por una flecha"

("La honra es la razón de la muerte de Santiago Nasar, y está relacionada con el hecho de que Ángela Vicario no es virgen en el momento de su matrimonio. Esta es una mentalidad tradicional en la sociedad hispana, y estas ideas forman el núcleo del teatro español clásico.")
(“si no hubiera sido escritor, hubiera querido ser taxista. En vez de estar sentado detrás de un escritorio día y noche, estaría escuchando las historias de los pasajeros y navegando las calles” "La raíz de su genio era tomar algo real, sumamente frecuente y habitual y casi periodístico, y exagerarlo hasta lo descomunal. Igual que Colombia, igual que nuestra América, igual que nuestra increíble humanidad que nadie como él, taxista de la eternidad, supo conquistar y expresar y volver inmortal."
("Si sus tres o cuatro novelas magistrales engañan a incautos, que las toman por espejos en lugar de espejismos, es porque él creó con ellas un universo paralelo, donde el tiempo circula en vez de pasar. En ese tiempo viven sus obras, sin recibir lesión apreciable con los años. Y él vive en ellas... García Márquez conoció esa cumbre y abismo de los grandes artistas: fue mayor que él mismo. Y así se le habrá venido encima la muerte, como al patriarca de su invención")
"Cuando más se odió a la poesía, se odiaba a la poesía épica, la poesía que contaba algo... ya nadie lo quiso hacer más, la poesía del relato de un pueblo... de las pasiones vividas... y yo no le tuve miedo a eso..." (P.N) "... a medida que uno avanza en el trabajo literario va perdiendo el sentido de la realidad y, en cambio, el trabajo de reportero tiene la ventaja de que lo mantiene a uno todos los días en contacto con la realidad inmediata (G.G.M)"


("Y no es que su padre “le enseñara” o “le mostrara” el hielo, es que le llevó a “conocerlo”. Tantos niños han esperado impacientemente a conocer el mar, a conocer la caza del oso, a conocer el amor, a conocer el mundo, a conocer la victoria, que el conocimiento del hielo es una hipérbole magnífica de todas las desesperadas ilusiones de la infancia...")


("El caudillo... busca convertir a las instituciones en meros decorados para imponer su voluntad única que termina siendo la razón de estado. Es la misma soledad sin ecos de Zacarías, el dictador de El otoño del patriarca... A través de la ficción aprendemos que el poder, su erótica y sus trasuntos no cambian nunca, enquistado como está en las entretelas del corazón humano, una bestia peligrosa que algunos logran domesticar y otros más bien azuzan dentro de sí mismos")

("... Anoche mismo me han contado que lo vieron con Aureliano Buendía en una pulquería de los arrabales de Macondo... Apuraban los tragos a puro pelo y se les hinchaba la vena de justicia cuando denunciaban los corazones blindados de hormigón olvidados de todos cuantos caen al otro lado de las avenidas...")


("... el escritor colombiano nunca abandonó ese tono de narrador oral que dijo haber aprendido de su abuela. Así, sus novelas y cuentos los habitan personajes que, como salidos de la mano de un dios, parecen tener vida propia. Algunos forman parte ya de ese universo de inconfundibles seres imaginarios que es la literatura universal")


("... el periodismo es una pasión insaciable que sólo puede digerirse y humanizarse por su confrontación descarnada con la realidad... Nadie que no lo haya vivido puede concebir siquiera lo que es el pálpito sobrenatural de la noticia, el orgasmo de la primicia, la demolición moral del fracaso. Nadie que no haya nacido para eso y esté dispuesto a vivir sólo para eso podría persistir en un oficio tan incomprensible y voraz")

("... no existen sistemas establecidos de captación precoz de aptitudes y vocaciones tempranas... Los padres no están preparados para la grave responsabilidad de identificarlas a tiempo, y en cambio sí lo están para contrariarlas. Los menos drásticos les proponen a los hijos estudiar una carrera segura, y conservar el arte para entretenerse en las horas libres")

("Los primeros niños que vieron el promontorio oscuro y sigiloso que se acercaba por el mar, se hicieron la ilusión de que era un barco enemigo...")

(«Esta es mi mejor novela, la que mejor he podido controlar... He utilizado una técnica de reportaje, pero en la novela ya no queda del drama mismo o de los personajes sino el punto de partida, la estructura... La violencia en América Latina, y principalmente en Colombia, es un fenómeno de toda su historia, algo que nos viene de España")









'¡DESPERTEMOS!', por Juan José Millás / 'EL ÁRBOL DE LA CIENCIA' (fragmento) / 'PARECEMOS TONTOS', BUNBURY

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"Queridos jóvenes en paro, queridos matrimonios sin vivienda, queridas mujeres discriminadas... queridos ciudadanos sin representación política, queridos niños pobres, queridos enfermos en lista de espera, queridos jubilados, queridos mendigos, queridos dependientes, queridos licenciados sin másteres en fullería y astucia, queridos becarios eternos, queridos científicos sin microscopio, queridos inmigrantes sin nacionalidad...¡Despertemos!"

"La inacción, la sospecha de la inanidad y de la impureza de todo arrastraban a Hurtado cada vez más a sentirse pesimista"

"... marionetas de agua a la deriva... No conseguirán engañarnos a todos, aunque a veces parecemos tontos"


¡DESPERTEMOS!

Queridos jóvenes en paro, queridos matrimonios sin vivienda, queridas mujeres discriminadas, queridos trabajadores explotados, queridos obreros sin sindicato, queridos ciudadanos sin representación política, queridos niños pobres, queridos enfermos en lista de espera, queridos jubilados, queridos mendigos, queridos dependientes, queridos licenciados sin másteres en fullería y astucia, queridos becarios eternos, queridos científicos sin microscopio, queridos inmigrantes sin nacionalidad, queridos repartidores de pizza a domicilio. Queridísima España, en fin: acabo de tragarme entero un telediario (no importa ya de qué cadena) y he visto la luz. Nuestro problema no es el paro, ni la vivienda, ni la discriminación, ni el salario mínimo. Tampoco la ausencia de representación sindical o política, ni el hambre, ni las listas de espera, ni los hijos pobres o los nietos paupérrimos, ni la falta de oportunidades para estudiar, ni el precariado perpetuo, ni los microscopios, ni la nacionalidad. No.
El problema es cómo sacar al PP del lío en el que lo ha metido Cifuentes, cómo borrar la mala imagen de la monarquía que nos metaforiza, o cómo hallar el modo de limar las tensiones internas del PSOE. Es una lástima que no nos quepan más ejemplos, pero el problema, por resumir, no es que cuando Rajoy se quita la barba (postiza a todas luces) aparezca el rostro de Rivera, ni que un tercio del consejo de ministros se identifique intelectualmente con El novio de la muerte y con la cabra de la Legión. Tampoco que las fuerzas económicas se froten las manos con el vacío de poder. El problema es que todos esos dimes y diretes no nos permiten apreciar la chilena de Ronaldo. Vivimos ensimismados en cuestiones menores. ¡Despertemos!
'EL ÁRBOL DE LA CIENCIA
(fragmento)
A pesar de estas tendencias enfrenadoras, durante muchos días estuvo Andrés impresionado por lo que dijeron varios obreros en un mitin de anarquistas del Liceo Ríus. Uno de ellos, Ernesto Álvarez, un hombre moreno, de ojos negros y barba entrecana, habló en aquel mitin de una manera elocuente y exaltada; habló de los niños abandonados, de los mendigos, de las mujeres caídas... 
Andrés sintió el atractivo de este sentimentalismo, quizá algo morboso. Cuando exponía sus ideas acerca de la injusticia social. 
Julio Aracil le salía al encuentro con su buen sentido:
 —Claro que hay cosas malas en la sociedad —decía Aracil—. ¿Pero quién las va a arreglar? ¿Esos vividores que hablan en los mítines? Además, hay desdichas que son comunes a todos; esos albañiles de los dramas populares que se nos vienen a quejar de que sufren el frío del invierno y el calor del verano, no son los únicos; lo mismo nos pasa a los demás. 
Las palabras de Aracil eran la gota de agua fría en las exaltaciones humanitarias de Andrés. 
—Si quieres dedicarte a esas cosas —le decía—, hazte político, aprende a hablar. 
—Pero si yo no me quiero dedicar a político —replicaba Andrés indignado. 
—Pues si no, no puedes hacer nada. 
Claro que toda reforma en un sentido humanitario tenía que ser colectiva y realizarse por un procedimiento político, y a Julio no le era muy difícil convencer a su amigo de lo turbio de la política. 
Julio llevaba la duda a los romanticismos de Hurtado; no necesitaba insistir mucho para convencerle de que la política es un arte de granjería. 
Realmente, la política española nunca ha sido nada alto ni nada noble; no era muy difícil convencer a un madrileño de que no debía tener confianza en ella. 
La inacción, la sospecha de la inanidad y de la impureza de todo arrastraban a Hurtado cada vez más a sentirse pesimista. 
Se iba inclinando a un anarquismo espiritual, basado en la simpatía y en la piedad, sin solución práctica ninguna. 
La lógica justiciera y revolucionaria de los Saint-Just ya no le entusiasmaba, le parecía una cosa artificial y fuera de la naturaleza. Pensaba que en la vida ni había ni podía haber justicia. 
La vida era una corriente tumultuosa e inconsciente donde los actores representaban una tragedia que no comprendían, y los hombres, llegados a un estado de intelectualidad, contemplaban la escena con una mirada compasiva y piadosa. 
Estos vaivenes en las ideas, esta falta de plan y de freno, le llevaban a Andrés al mayor desconcierto, a una sobreexcitación cerebral continua e inútil. 


'PARECEMOS TONTOS', BUNBURY


LETRA:

Con este traje de frío en la oscuridad,
frente a un abismo de once dimensiones
al que lanzar al azar
todo lo que no queramos cargar encima.

Deseos tan ligeros como promesas,
una voluntad tan liviana como escasa,
y la sospecha persistente e impertinente,
aunque traten siempre de disimular.

Acciones y facciones que no me convencen
y el reflejo en el espejo está loco de atar,
todo este abanico de pantomimas,
todas las risas, todas las rimas. 

No conseguirán engañarnos a todos,
aunque a veces parecemos tontos,
no conseguirán engañarnos a todos,
a todos no.

En noche cerrada entran todas las moscas,
y nos bañamos en el mar, la mar de bien.
Mas allá, hasta donde no alcanza la vista,
llagaban mis expectativas.

Un tejido de elucubraciones, de teorías,
en universal galimatías,
marionetas de agua a la deriva,
bailando a lomos de oleaje de surf.

No conseguirán engañarnos a todos,
aunque a veces parecemos tontos,
no conseguirán engañarnos a todos,
a todos no.

¿Qué ruido hace
un hombre que se quiebra en soledad?
¿Qué cobijo encontrará
en la sombra de un mal pensamiento?

Intentan desplumar nuestras alas,
como si fueran un casino de Las Vegas
y saliera el conejo del sombrero,
desbordando la copa de la incredulidad.

No conseguirán engañarnos a todos,
aunque a veces parecemos tontos,
no conseguirán engañarnos a todos,
a todos no.  

 


'LA NUESTRA, LA TRICOLOR', por Santi Ortiz / 'EN LA PLAZA', de Vicente Aleixandre

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"Hoy es 14 de Abril. ¡Viva la República! Pero la nuestra, la tricolor, la antifascista, la que hizo suyos los principios de la Revolución francesa, la defensora del humanismo y la civilización... La que yo canto cada año en este día. La de mi padre, la de mi tío, que murió por ella... La de tantas y tantos que todavía yacen en las cunetas. La de los que tal día como hoy, hace ochenta y siete años, llenaron las calles de España de vida, risas, ilusión y esperanza, hablaran en gallego, en andaluz, en vasco o extremeño. Que no se nos olvide. Mientras haya memoria, hay esperanza"

Proclamación de la II República en la Puerta del Sol de Madrid

LA NUESTRA, LA TRICOLOR

     Hoy es 14 de Abril. ¡Viva la República! Pero la nuestra, la tricolor, la antifascista, la que hizo suyos los principios de la Revolución francesa, la defensora del humanismo y la civilización, la que postuló la igualdad entre las personas (lo que implícitamente recogía la igualdad de hombres y mujeres), la del Frente Popular, la que intentó poner el pueblo a salvo de un paradigma que amenazaba la idea misma de condición humana, la de la libertad y los derechos sociales, la que encarnó en el pretérito lo mejor de nuestras tradiciones democráticas, la que opuso su capote de balas a las cornadas contrarrevolucionarias de fascistas y nazis, la que sirvió de ejemplo al mundo entero levantando barricadas de sangre contra la barbarie.

     ¡Viva la República! La nuestra, la tricolor, no la de la Estelada, la que ahora ondean el conservadurismo catalán y el postmodernismo progre transido de un infantilismo sonrojante. No la del nacionalismo independentista, vestido con hábito republicano ante la imposibilidad de hacer de su territorio condado o, mejor aún, reino, erigiendo monarca a Pujol –Jordi I el Andorrano– y reina consorte a Marta Ferrusola, pilares de una nueva dinastía de evasores.

     La derecha conservadora catalana, acompañada de ese “republicanismo” separatista que sólo apuesta en su ideario por la ruptura y fragmentación del Estado, han vestido de república su apuesta política porque otra cosa no podían hacer. Por tanto, república de opereta, creada para tergiversar el término y hacer mofa y befa del concepto, dañando de paso, como hacen con todo lo que tocan, la reivindicación de la llegada de la III República española.

     Con su utilización partidista, la desacreditan y la manchan. No son principios republicanos los que dimanan del lugar de nacimiento, sino los que derivan de la justicia social, de la igualdad entre los hombres y los pueblos, y no de la superioridad identitaria de los que “hemos nacido aquí”, los que “somos de una etnia superior”, los que “hemos de aparecer como víctimas de todo lo exterior”, aunque sea mentira. Que no se nos olvide: esta república falsaria del independentismo catalán no ha hecho otra cosa que favorecer a los Borbones y un daño irreparable a la República que los antifascistas españoles tenemos en la cabeza y en el corazón. Y una segunda cuestión digna de recordar: la República, la auténtica, la nuestra, llegará, si es que llega, del músculo de las clases populares, fortalecido por la honradez y la decencia de un pueblo capaz de saltar por encima de las crisis y las imposiciones políticas y económicas que hoy nos encadenan y nos subordinan al imperialismo. Nunca lo hará, como pretenden en Cataluña, a partir de las clases privilegiadas, de la oligarquía arribista y xenófoba, aunque le bailen el agua los desnortados de la CUP y ese infantilismo que quiere hacer pasar por presos políticos –otro abuso de lenguaje– a los facinerosos que han venido malversando dinero público para sus intereses partidistas y a los que han osado chulescamente transgredir las leyes para ahora asombrarse de las consecuencias. No ofendan a los verdaderos presos políticos arrogándose el calificativo. Un respeto. Y no nos ofendan a quienes no estamos de acuerdo con su finalidad secesionista, llamándonos “fachas”. Para el “republicanismo” separatista el mundo se divide en dos categorías: los que están con ellos y los “fachas”. Así, en este reduccionismo, se escribe la dictadura del totalitarismo, pero nunca lo que supone una verdadera República.

     La verdadera República. La que yo canto cada año en este día. La de mi padre, la de mi tío, que murió por ella, la de Francisco –Quico–, que fue como mi segundo padre, el que me llevaba de niño a su casa a escuchar Radio Moscú y a aprender a jugar al ajedrez. La de tantas y tantos que todavía yacen en las cunetas. La de los que tal día como hoy, hace ochenta y siete años, llenaron las calles de España de vida, risas, ilusión y esperanza, hablaran en gallego, en andaluz, en vasco o extremeño. Que no se nos olvide. Mientras haya memoria, hay esperanza.

     ¡¡Viva la República!!




La imagen de toda aquella gente en Sol, Madrid, en la proclamación de la República, inspiró a Vicente Aleixandre el siguiente poema.


EN LA PLAZA

Hermoso es, hermosamente humilde y confiante, vivificador y profundo,
sentirse bajo el sol, entre los demás, impelido,
llevado, conducido, mezclado, rumorosamente arrastrado.

No es bueno
quedarse en la orilla
como el malecón o como el molusco que quiere calcáreamente imitar a la roca.
Sino que es puro y sereno arrasarse en la dicha
de fluir y perderse,
encontrándose en el movimiento con que el gran corazón de los hombres palpita extendido.

Como ese que vive ahí, ignoro en qué piso,
y le he visto bajar por unas escaleras
y adentrarse valientemente entre la multitud y perderse.
La gran masa pasaba. Pero era reconocible el diminuto corazón afluido.
Allí, ¿quién lo reconocería? Allí con esperanza, con resolución o con fe, con temeroso denuedo,
con silenciosa humildad, allí él también
transcurría.

Era una gran plaza abierta, y había olor de existencia.
Un olor a gran sol descubierto, a viento rizándolo,
un gran viento que sobre las cabezas pasaba su mano,
su gran mano que rozaba las frentes unidas y las reconfortaba.

Y era el serpear que se movía
como un único ser, no sé si desvalido, no sé si poderoso,
pero existente y perceptible, pero cubridor de la tierra.

Allí cada uno puede mirarse y puede alegrarse y puede reconocerse.
Cuando, en la tarde caldeada, solo en tu gabinete,
con los ojos extraños y la interrogación en la boca,
quisieras algo preguntar a tu imagen,

no te busques en el espejo,
en un extinto diálogo en que no te oyes.
Baja, baja despacio y búscate entre los otros.
Allí están todos, y tú entre ellos.
Oh, desnúdate y fúndete, y reconócete.

Entra despacio, como el bañista que, temeroso, con mucho amor y recelo al agua,
introduce primero sus pies en la espuma,
y siente el agua subirle, y ya se atreve, y casi ya se decide.
Y ahora con el agua en la cintura todavía no se confía.
Pero él extiende sus brazos, abre al fin sus dos brazos y se entrega completo.
Y allí fuerte se reconoce, y se crece y se lanza,
y avanza y levanta espumas, y salta y confía,
y hiende y late en las aguas vivas, y canta, y es joven.

Así, entra con pies desnudos. Entra en el hervor, en la plaza.
Entra en el torrente que te reclama y allí sé tú mismo.
¡Oh pequeño corazón diminuto, corazón que quiere latir
para ser él también el unánime corazón que le alcanza!








'PÁGINAS DECISIVAS', por Beatriz Sarlo / 'EL CAPITAL' (TOMO 1)

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"Marx es una experiencia. Algo que los alemanes llaman Erlebnis, es decir: acontecimiento que afecta en profundidad al sujeto y se convierte, así, en parte de su vida. Esto sucede con los grandes escritores y filósofos, solamente con ellos... algunas lecturas nos cambian para siempre porque nos hacen pasar por una experiencia intelectual difícil... Muchas veces, mientras leía el capítulo primero de El capital, tuve la sensación de que los huesos de mi cráneo hacían ruido, en una especie de representación sonora de mi esfuerzo... También ese primer capítulo tiene metáforas extraordinarias... el valor de la mercancía es “un coágulo de trabajo humano indistinto”

Karl Marx

PÁGINAS DECISIVAS

En estos días se conmemoran los 200 años del nacimiento de Marx. Nos separa un abismo de historia, varias guerras mundiales, la revolución rusa, la desaparición de la idea misma de revolución, el capitalismo chino, el imperialismo y la globalización. Sin embargo, a pesar de las críticas que economistas y teóricos han realizado a su obra durante este par de siglos, su lectura es una experiencia intelectual que no tiene que ver solamente con la bella complejidad del estilo ni con la lista de sucesivos influjos, polémicas y malentendidos.
Marx es una experiencia. Algo que los alemanes llaman Erlebnis, es decir: acontecimiento que afecta en profundidad al sujeto y se convierte, así, en parte de su vida. Esto sucede con los grandes escritores y filósofos, solamente con ellos. No es necesario seguir pensando que están en lo cierto ni que sus ideas son acertadas. Haberlos experimentado (erleben) se incorpora a nuestra vida con una fuerza tal que, aunque cambie nuestro pensamiento, continúa operando sobre nosotros la excepcionalidad. Voy a contar mi historia con el tomo 1 de El capital,leído en la traducción del exiliado español Wenceslao Roces, publicada por Fondo de Cultura Económica en México. Mi Erlebnis sucedió en los años setenta, cuando ya estaba en marcha la edición de Siglo XXI, a cargo de Pedro Scaron y traducción de León Manes, impulsada por José Aricó primero desde Buenos Aires, y luego desde el exilio en México. Antes, en los sesenta, había intentado infructuosamente con una síntesis, creo que de Paul Lafargue.
El primer obstáculo para la lectura de Marx era conseguirse el tomo primero de la edición de Fondo de Cultura, un libro que costaba muy caro para los recursos de una joven free-lancer porteña. El libro, de tapa dura, no estaba en las mesas de las librerías, sino en los estantes; por lo tanto (en caso de tomar la valerosa decisión), resultaba muy complicado llevárselo sin pagar, recurso que habría justificado teóricamente el anarquista Proudhon. Las páginas de esa edición eran de un papel muy fino, dificultad suplementaria para subrayarlas y escribir en los márgenes. Por lo tanto, un libro que se prestaba poco y nada.
Lo compré en sociedad con otro joven voluntarista, Carlos Altamirano; y tuve suerte porque su formación teórica era mejor que la mía. También poseíamos los tomitos de Roman Rosdolsky, Genesi e struttura del Capitale di Marx(tapas blancas con guardas verdes, en la edición de Laterza, Bari). Yo leía a Rosdolsky en los buses, durante el primer año de la dictadura militar. No eran más arriesgados que los paquetes de folletos que transportaba hacia la periferia industrial de Buenos Aires. Por otra parte, me parecía mejor aprender El capital que esos elementales panfletos repetitivos, que hubieran convertido mi lectura de Marx en algo todavía aún más azaroso e improbable.
Era ignorante, pero tenía razón en persistir, porque algunas lecturas nos cambian para siempre, aunque después no sigamos suscribiendo lo aprendido. Nos cambian para siempre porque nos hacen pasar por una experiencia intelectual difícil. Muchas veces, mientras leía el capítulo primero de El capital, tuve la sensación de que los huesos de mi cráneo hacían ruido, en una especie de representación sonora de mi esfuerzo. Mi cabeza crujía como atravesada por un tornillo. Una experiencia extraordinaria porque yo, ingenuamente, quedaba convencida de que eran los ruidos de un aprendizaje. Lo compré en sociedad con otro joven voluntarista, Carlos Altamirano; y tuve suerte porque su formación teórica era mejor que la mía. También poseíamos los tomitos de Roman Rosdolsky, Genesi e struttura del Capitale di Marx(tapas blancas con guardas verdes, en la edición de Laterza, Bari). Yo leía a Rosdolsky en los buses, durante el primer año de la dictadura militar. No eran más arriesgados que los paquetes de folletos que transportaba hacia la periferia industrial de Buenos Aires. Por otra parte, me parecía mejor aprender El capital que esos elementales panfletos repetitivos, que hubieran convertido mi lectura de Marx en algo todavía aún más azaroso e improbable.
Nunca nada me costó más que el capítulo primero sobre la mercancía. Marx lo había previsto, porque escribió en el prólogo: “Los comienzos son siempre difíciles y esto rige para todas las ciencias. La comprensión del primer capítulo, y en especial de la parte dedicada al análisis de la mercancía, presentará por tanto la dificultad mayor”. No estaba mintiendo. También ese primer capítulo tiene metáforas extraordinarias. Cito una: el valor de la mercancía es “un coágulo de trabajo humano indistinto”. Y, en medio de todas las dificultades, definiciones clarísimas: “Un objeto no puede tener valor sin ser útil”.
Después de ese primer capítulo, la acumulación originaria de El capital es un friso histórico, magistralmente escrito, que puede recorrerse sin los dolores de la iniciación: vemos a los campesinos despojados de los bosques y prados comunales, obligados a mudarse a las nuevas ciudades, donde se convertirán en obreros. Todo tiene un aire de novela realista, aunque Marx esté escribiendo historia.
En los apuntes que tomé de esta lectura reconozco mi letra que todavía lleva la marca de la escuela donde me la habían enseñado: redonda, achatada y vertical, la letra joven y disciplinada de alguien que sigue aprendiendo. Eso era, porque estaba convencida de que, si leía esa primera sección de El capital, algo definitivo iba a pasar conmigo y con mi ideología (en esa época no se decía imaginario).
Fue verdad. Algo pasó conmigo. Hice mi primera experiencia intelectual de máxima exigencia. Por primera vez, no era yo la que daba la vuelta a las páginas de un libro. Eran esas páginas las que me daban vuelta.
(Fuente: Babelia, 13-04-2018)

PINCHAR EN LA IMAGEN PARA LEER 'EL CAPITAL' (TOMO 1)

TAMBIÉN DE BEATRIZ SARLO EN ESTE SITIO:
("... Me mostraban que yo no podía entenderlos, que me faltaba algo para convertirme en lectora, excepto que aceptara serlo solamente de libros especialmente escritos para niños. Me di cuenta mucho después de que esa experiencia de lejanía y rechazo fue la que me llevó a la literatura, justamente porque caí bajo masas de palabras inabordables. Yo era una desposeída que iba a lanzarme, con la furia de los desposeídos, al ataque de la ciudadela")
(Porque durante esa espera se puede construir una escritura y esa forma difícil y huidiza que es un personaje... en la espera puede descubrirse que fuera del yo hay cosas más interesantes. Alguien podría darse cuenta de que la experiencia propia suele necesitar un largo trabajo para convertirse en experiencia de otro. Alguien puede tomarse un tiempo para explorar la distancia y lograr que su personaje sea un “extranjero”. Alguien puede descubrir una mirada al sesgo, desplazada...")



'LO QUE DE VERDAD IMPORTA', por Luis Enrique Ibáñez

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"Ahora, mientras competíamos por ver quién hacía el chiste más ingenioso sobre el máster, silenciosamente ese presupuesto ha sido reducido a 300 millones, y mientras los de arriba se descojonan, seguid con vuestros desvelos que, según os distraigo, os quito todo, a vosotros, y a todos los que de verdad lo necesitan...  Los No Refugiados ya no existen, no  están, no son noticia, no se les oye, es lo que hay, y de los palestinos, y del pueblo real de Siria, mejor ni hablamos. Ay, pero el no máster de Cifuentes, eso sí... pero que a gusto están

Cenemos con el tirano, ofrécele, Leticia, tu mejor sonrisa y, cuando te acuestes, sueña con las mujeres de Arabia Saudí"

'Son tan campechanos'(Fuente imagen: elconfidencial.com)

LO QUE DE VERDAD IMPORTA

Todos cotilleamos, o simplemente hablamos, del asunto Cifuentes, esa metáfora del sistema que todo lo aclara, si es que fuera preciso. Pero no aclara nada, no ella y su asunto, sino el devenir de la conversación pública. Somos tan ingenuos que ni siquiera advertimos que a esos impresentables les viene de cojones que estemos todo el día hablando del no máster de Cristina Cifuentes. 

Sin embargo, mientras gastamos nuestra saliva, y es inevitable, incluso necesario, en esa barby decrépita, nadie habla, nadie hace memes, de cómo el presupuesto inicial acordado para luchar contra la Pobreza Infantil en este país de Cifuentes era (vaya mierda) de más o menos 1.500 millones, una ridiculez.

Ahora, mientras competíamos por ver quién hacía el chiste más ingenioso sobre el máster, silenciosamente ese presupuesto ha sido reducido a 300 millones, y mientras los de arriba se descojonan, seguid con vuestros desvelos que, según os distraigo, os quito todo, a vosotros, y a todos los que de verdad lo necesitan. 

Bajo a 300 lo de la cosa esa de la pobreza infantil y subo a 9.000 el rescate de las autopistas, el rescate de mis amiguetes. Tenemos que defender a los nuestros, dijo Cospedal, no en diferido, en directo.

Los No Refugiados ya no existen, no  están, no son noticia, no se les oye, es lo que hay, y de los palestinos, y del pueblo real de Siria, mejor ni hablamos. Ay, pero el no máster de Cifuentes, eso sí... pero que a gusto están.

Y nosotros, pensando que las conversaciones que Ellos nos permiten son las que importan. 

Las pateras siguen llenando de cadáveres el mar de todos, mientras nuestros máximos dirigentes cantan con cara de orgasmo soy el novio de la muerte, para muerte las del mar, para muerte la de esos niños en los mal llamados campamentos de refugiados. En realidad son campos de concentración para No Refugiados

Los Centros de Internamiento de Extranjeros siguen eternizando infiernos callados, tapados, ocultos en un limbo legal tan escurridizo como siniestro. No obstante, la nueva asignatura que están preparando, la de la Seguridad y la Defensa de España, además de inocular a los niños el amor por una institución medieval basada en los derechos de sangre, la Corona, además, dejará asentada la idea de que los flujos de inmigración son una amenaza para la seguridad de Espaaaaña. Ea, lo verbalizo, lo pongo en un libro de texto, y lo convierto en verdad, ya está. Y así ya nadie entenderá esa idea de que el que huye lo hace del hambre, del horror, de la muerte... chorradas.

Voluntarios, héroes españoles, están esperando juicio en distintos puntos de este insoportable tablero por haber cometido el terrible de delito de salvar vidas. Mientras, el portavoz del partido en el gobierno nos dice que los teléfonos están abiertos con Ciudadanos (qué manera de cargarse una palabra) para hablar sobre qué hacer con Cristinilla, la de las mentirijllas. Menos mal, ahora podemos respirar tranquilos.

Dice el gobierno que "los programas del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) verán este año recortado su presupuesto un 3,9% por la "continua reducción del desempleo" motivada por la mejora de la economía y del mercado laboral"

Lo que no dice es que los nuevos empleos convierten en esclavos, y en pobres, a los nuevos empleados. Sin embargo, y esto es importante, el ministro de Cultura se propone, con encomiable ahínco, fomentar la cultura de la tapa.

En mi ciudad, esa en la que de momento resido, esa que considero mía, ayer los tambores y demás sonaban desde temprano, alterando los sentidos, no sé qué pasó, tocaba ayer, tampoco sé por qué tantos se espantan de que hablemos de la invasión del espacio público... estado laico y  aconfesional, dice esa Constitución, tantas veces ultrajada... salí a la calle, y me encontré con un concierto que yo creí me iba a espabilar la vida, el pensamiento, pero no, era la celebración del Día de la Biblia. Fue entonces cuando me acordé, tenía que hacer algo, antes de subir al Barrio Alto a pedir democracia, a recordar la Républica, del Antiguo Testamento... "CITAS DE LA BIBLIA COBRAS USURA E INTERESES, Y TE APROVECHAS DE TU PRÓJIMO CON EXTORSIÓN… TE DISPERSARÉ ENTRE LAS NACIONES Y TE ESPARCIRÉ POR LOS PAÍSES, Y ASÍ ELIMINARÉ TU IMPUREZA." (EZEQUIELSI TU HERMANO SE QUEDA EN LA MISERIA Y NO TIENE CON QUE PAGARTE, TÚ LO SOSTENDRÁS COMO SI FUESE UN EXTRANJERO O UN HUÉSPED, Y ÉL VIVIRÁ JUNTO A TI. NO LE EXIJAS NINGÚN CLASE DE INTERÉS: TEME A DIOS Y DEJA QUE VIVA EN TU CASA."(LEVÍTICO)

Las ayudas a los parados bajan, pero La casa del Rey aumenta su Presupuesto casi un 1% hasta los 7,8 millones de euros. Pero, en lugar de hablar de esa obscena fortuna, hablamos de las peleas de dibujos animados entre las dos reinas (¡2!), son tan entretenidas...

Calculen la proporción de esa subida a la Casa, y la misma insultante subida a los pensionistas de este puñetero país.

La subida de los precios de vivienda de alquiler dispara los desahucios. También sigue ahí, censurada, la cifra de suicidios. Pero no importa. El inquilino de nuestra institución medieval acaba de recibir al tirano de un país medieval, Arabia Saudí, un país en el que los derechos humanos son palabras prohibidas, pero es que había que asegurar unos cuantos contratos, y ante eso, qué importa que ese país se sigan ahorcando a pobres desdichados en la plaza pública. 

Es tan recomendable volver a Kafka... "¿Quién vigila hoy las puertas de la Ley" ¿Dónde viven los buitres?"

Cenemos con el tirano, ofrécele, Leticia, tu mejor sonrisa y, cuando te acuestes, sueña con las mujeres de Arabia Saudí.

Hablemos, hablemos de lo que ellos quieren, o mejor, busquemos el silencio, es tan necesario, ¿verdad Rosa?


'LA CASA TOMADA', por Aroa Moreno / 'CASA TOMADA', de Julio Cortázar

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"... a mí se me revela como la conciencia de que estamos siendo despojados de todo lo que fue nuestro. Podemos hacer ruido como los protagonistas para opacar las voces que van tomando la casa. O como dijo un amigo sobre el cuento de Cortázar: podemos vivir bajo la incongruencia de sabernos expulsados de nuestra propia vida"

"... El sonido venía impreciso y sordo, como un volcarse de silla sobre la alfombra o un ahogado susurro de conversación. También lo oí, al mismo tiempo o un segundo después, en el fondo del pasillo que traía desde aquellas piezas hasta la puerta..."

'High Noon', de Edward Hopper

'LA CASA TOMADA'

Cortázar tuvo un sueño. Una pesadilla. Y le sirvió para escribir uno de sus mejores cuentos, La casa tomada. El relato narra cómo dos hermanos viven en una casa espaciosa y antigua que fue de la familia. Cobran las rentas de unas tierras, así que no tienen preocupaciones económicas. Llevan una vida normal y rutinaria: ella teje, él le compra las madejas, limpian, preparan juntos la comida a la misma hora todos los días, él espera la llegada de novedades de literatura francesa. Un día, empiezan a escuchar extraños ruidos, murmullos. Primero, en la biblioteca, «han tomado la parte del fondo», dice uno de ellos. Poco a poco, la extrañeza, ese ellos desconcertante por su plural, va tomando toda la casa. Los hermanos van arrinconándose, cerrando estancias, lamentando los recuerdos y objetos que van perdiendo en las habitaciones clausuradas. Pero nada cambia en su carácter: no hay rebelión ni enfrentamiento y nunca descubren la naturaleza de la invasión. Pierden después la cocina y, finalmente, completamente replegados, con todas las puertas cerradas, salen. Les dejo sin el punto final para su lectura. Este relato se publicó en 1946 en la revista Anales de Buenos Aires, dirigida entonces por Jorge Luis Borges. En 1951, Cortázar lo recogió en su primer libro de cuentos, Bestiario. 

Estos últimos días, me ha venido al recuerdo este cuento del escritor argentino al hilo de todo lo que está sucediendo en torno a la universidad, sea cual sea su desenlace. Parece que no está quedando espacio público, espacios levantados para todos, nuestra casa, seguridad-confianza, no solo heridos de muerte por la escasez de recursos, sino tocados en su esencia. Con una salvedad, aquí conocemos, gracias al trabajo periodístico, y a los que deciden abrir la puerta, la naturaleza de los invasores. Una universidad presionada, con oscuridades desde su propia creación, con un rector que salió acusado de plagio, techo para el abuso de quien no tiene ningún pudor en utilizarla y que después de ver cómo se va desarrollando este caso en concreto, no tienen la altura o la humildad para ser conscientes del fraude y retirarse. Es la percepción de que esto no es más que un poco de luz sobre las sombras dentro de las instituciones, otra arista del gran iceberg, el extraño murmullo que hoy escuchamos con claridad dentro de la universidad.

Estudié en la universidad pública y, con todas sus deficiencias, sobre todo, en una carrera como Periodismo, aquella fue nuestra casa. Entramos en ella porque nos midieron con igual rasero a todos los alumnos. Me desgastaré lo que haga falta en su defensa, con sus temarios obsoletos y carentes de medios, porque de alguna manera forjó nuestra forma de pensar y de trabajar. Sin duda, nuestra forma de enfrentarnos al mundo y de tratar siempre de mantener una actitud crítica frente a él. El lugar que debe ser garantía para la investigación, la ciencia, las humanidades y el desarrollo, se enturbia de falsedades y es bandera de la prevaricación. Y ahí la gravedad: que a su paso, todo ha quedado sucio, aunque esto sea solamente otra habitación más a la que echamos la llave. ¿Casa tomada o casa cedida?

A Cortázar le preguntaron por el significado de su cuento. Fue escrito en tiempos en los que el peronismo escalaba al poder. Él no negó que pudiera darse una dimensión política y simbólica al relato, léase país donde se escribió casa, pero justificó como un mal sueño su origen. Ninguna palabra muere inocente y cada viaje en la literatura es único. Cortázar escribió un cuento fantástico y esto solo es una interpretación personal desde el hoy. Lo que fue escrito entonces, ahora a mí se me revela como la conciencia de que estamos siendo despojados de todo lo que fue nuestro. Podemos hacer ruido como los protagonistas para opacar las voces que van tomando la casa. O como dijo un amigo sobre el cuento de Cortázar: podemos vivir bajo la incongruencia de sabernos expulsados de nuestra propia vida.


(Fuente: infolibre.es, 11-04-2018)

'CASA TOMADA'

Nos gustaba la casa porque aparte de espaciosa y antigua (hoy que las casas antiguas sucumben a la más ventajosa liquidación de sus materiales) guardaba los recuerdos de nuestros bisabuelos, el abuelo paterno, nuestros padres y toda la infancia.
Nos habituamos Irene y yo a persistir solos en ella, lo que era una locura pues en esa casa podían vivir ocho personas sin estorbarse. Hacíamos la limpieza por la mañana, levantándonos a las siete, y a eso de las once yo le dejaba a Irene las últimas habitaciones por repasar y me iba a la cocina. Almorzábamos al mediodía, siempre puntuales; ya no quedaba nada por hacer fuera de unos platos sucios. Nos resultaba grato almorzar pensando en la casa profunda y silenciosa y cómo nos bastábamos para mantenerla limpia. A veces llegábamos a creer que era ella la que no nos dejó casarnos. Irene rechazó dos pretendientes sin mayor motivo, a mí se me murió María Esther antes que llegáramos a comprometernos. Entramos en los cuarenta años con la inexpresada idea de que el nuestro, simple y silencioso matrimonio de hermanos, era necesaria clausura de la genealogía asentada por nuestros bisabuelos en nuestra casa. Nos moriríamos allí algún día, vagos y esquivos primos se quedarían con la casa y la echarían al suelo para enriquecerse con el terreno y los ladrillos; o mejor, nosotros mismos la voltearíamos justicieramente antes de que fuese demasiado tarde.
Irene era una chica nacida para no molestar a nadie. Aparte de su actividad matinal se pasaba el resto del día tejiendo en el sofá de su dormitorio. No sé por qué tejía tanto, yo creo que las mujeres tejen cuando han encontrado en esa labor el gran pretexto para no hacer nada. Irene no era así, tejía cosas siempre necesarias, tricotas para el invierno, medias para mí, mañanitas y chalecos para ella. A veces tejía un chaleco y después lo destejía en un momento porque algo no le agradaba; era gracioso ver en la canastilla el montón de lana encrespada resistiéndose a perder su forma de algunas horas. Los sábados iba yo al centro a comprarle lana; Irene tenía fe en mi gusto, se complacía con los colores y nunca tuve que devolver madejas. Yo aprovechaba esas salidas para dar una vuelta por las librerías y preguntar vanamente si había novedades en literatura francesa. Desde 1939 no llegaba nada valioso a la Argentina.
Pero es de la casa que me interesa hablar, de la casa y de Irene, porque yo no tengo importancia. Me pregunto qué hubiera hecho Irene sin el tejido. Uno puede releer un libro, pero cuando un pullover está terminado no se puede repetirlo sin escándalo. Un día encontré el cajón de abajo de la cómoda de alcanfor lleno de pañoletas blancas, verdes, lila. Estaban con naftalina, apiladas como en una mercería; no tuve valor para preguntarle a Irene qué pensaba hacer con ellas. No necesitábamos ganarnos la vida, todos los meses llegaba plata de los campos y el dinero aumentaba. Pero a Irene solamente la entretenía el tejido, mostraba una destreza maravillosa y a mí se me iban las horas viéndole las manos como erizos plateados, agujas yendo y viniendo y una o dos canastillas en el suelo donde se agitaban constantemente los ovillos. Era hermoso.
Cómo no acordarme de la distribución de la casa. El comedor, una sala con gobelinos, la biblioteca y tres dormitorios grandes quedaban en la parte más retirada, la que mira hacia Rodríguez Peña. Solamente un pasillo con su maciza puerta de roble aislaba esa parte del ala delantera donde había un baño, la cocina, nuestros dormitorios y el living central, al cual comunicaban los dormitorios y el pasillo. Se entraba a la casa por un zaguán con mayólica, y la puerta cancel daba al living. De manera que uno entraba por el zaguán, abría la cancel y pasaba al living; tenía a los lados las puertas de nuestros dormitorios, y al frente el pasillo que conducía a la parte más retirada; avanzando por el pasillo se franqueaba la puerta de roble y mas allá empezaba el otro lado de la casa, o bien se podía girar a la izquierda justamente antes de la puerta y seguir por un pasillo más estrecho que llevaba a la cocina y el baño. Cuando la puerta estaba abierta advertía uno que la casa era muy grande; si no, daba la impresión de un departamento de los que se edifican ahora, apenas para moverse; Irene y yo vivíamos siempre en esta parte de la casa, casi nunca íbamos más allá de la puerta de roble, salvo para hacer la limpieza, pues es increíble cómo se junta tierra en los muebles. Buenos Aires será una ciudad limpia, pero eso lo debe a sus habitantes y no a otra cosa. Hay demasiada tierra en el aire, apenas sopla una ráfaga se palpa el polvo en los mármoles de las consolas y entre los rombos de las carpetas de macramé; da trabajo sacarlo bien con plumero, vuela y se suspende en el aire, un momento después se deposita de nuevo en los muebles y los pianos.
Lo recordaré siempre con claridad porque fue simple y sin circunstancias inútiles. Irene estaba tejiendo en su dormitorio, eran las ocho de la noche y de repente se me ocurrió poner al fuego la pavita del mate. Fui por el pasillo hasta enfrentar la entornada puerta de roble, y daba la vuelta al codo que llevaba a la cocina cuando escuché algo en el comedor o en la biblioteca. El sonido venía impreciso y sordo, como un volcarse de silla sobre la alfombra o un ahogado susurro de conversación. También lo oí, al mismo tiempo o un segundo después, en el fondo del pasillo que traía desde aquellas piezas hasta la puerta. Me tiré contra la pared antes de que fuera demasiado tarde, la cerré de golpe apoyando el cuerpo; felizmente la llave estaba puesta de nuestro lado y además corrí el gran cerrojo para más seguridad.
Fui a la cocina, calenté la pavita, y cuando estuve de vuelta con la bandeja del mate le dije a Irene:
-Tuve que cerrar la puerta del pasillo. Han tomado parte del fondo.
Dejó caer el tejido y me miró con sus graves ojos cansados.
-¿Estás seguro?
Asentí.
-Entonces -dijo recogiendo las agujas- tendremos que vivir en este lado.
Yo cebaba el mate con mucho cuidado, pero ella tardó un rato en reanudar su labor. Me acuerdo que me tejía un chaleco gris; a mí me gustaba ese chaleco.
Los primeros días nos pareció penoso porque ambos habíamos dejado en la parte tomada muchas cosas que queríamos. Mis libros de literatura francesa, por ejemplo, estaban todos en la biblioteca. Irene pensó en una botella de Hesperidina de muchos años. Con frecuencia (pero esto solamente sucedió los primeros días) cerrábamos algún cajón de las cómodas y nos mirábamos con tristeza.
-No está aquí.
Y era una cosa más de todo lo que habíamos perdido al otro lado de la casa.
Pero también tuvimos ventajas. La limpieza se simplificó tanto que aun levantándose tardísimo, a las nueve y media por ejemplo, no daban las once y ya estábamos de brazos cruzados. Irene se acostumbró a ir conmigo a la cocina y ayudarme a preparar el almuerzo. Lo pensamos bien, y se decidió esto: mientras yo preparaba el almuerzo, Irene cocinaría platos para comer fríos de noche. Nos alegramos porque siempre resultaba molesto tener que abandonar los dormitorios al atardecer y ponerse a cocinar. Ahora nos bastaba con la mesa en el dormitorio de Irene y las fuentes de comida fiambre.
Irene estaba contenta porque le quedaba más tiempo para tejer. Yo andaba un poco perdido a causa de los libros, pero por no afligir a mi hermana me puse a revisar la colección de estampillas de papá, y eso me sirvió para matar el tiempo. Nos divertíamos mucho, cada uno en sus cosas, casi siempre reunidos en el dormitorio de Irene que era más cómodo. A veces Irene decía:
-Fijate este punto que se me ha ocurrido. ¿No da un dibujo de trébol?
Un rato después era yo el que le ponía ante los ojos un cuadradito de papel para que viese el mérito de algún sello de Eupen y Malmédy. Estábamos bien, y poco a poco empezábamos a no pensar. Se puede vivir sin pensar.
(Cuando Irene soñaba en alta voz yo me desvelaba en seguida. Nunca pude habituarme a esa voz de estatua o papagayo, voz que viene de los sueños y no de la garganta. Irene decía que mis sueños consistían en grandes sacudones que a veces hacían caer el cobertor. Nuestros dormitorios tenían el living de por medio, pero de noche se escuchaba cualquier cosa en la casa. Nos oíamos respirar, toser, presentíamos el ademán que conduce a la llave del velador, los mutuos y frecuentes insomnios.
Aparte de eso todo estaba callado en la casa. De día eran los rumores domésticos, el roce metálico de las agujas de tejer, un crujido al pasar las hojas del álbum filatélico. La puerta de roble, creo haberlo dicho, era maciza. En la cocina y el baño, que quedaban tocando la parte tomada, nos poníamos a hablar en voz más alta o Irene cantaba canciones de cuna. En una cocina hay demasiados ruidos de loza y vidrios para que otros sonidos irrumpan en ella. Muy pocas veces permitíamos allí el silencio, pero cuando tornábamos a los dormitorios y al living, entonces la casa se ponía callada y a media luz, hasta pisábamos despacio para no molestarnos. Yo creo que era por eso que de noche, cuando Irene empezaba a soñar en alta voz, me desvelaba en seguida.)
Es casi repetir lo mismo salvo las consecuencias. De noche siento sed, y antes de acostarnos le dije a Irene que iba hasta la cocina a servirme un vaso de agua. Desde la puerta del dormitorio (ella tejía) oí ruido en la cocina; tal vez en la cocina o tal vez en el baño porque el codo del pasillo apagaba el sonido. A Irene le llamó la atención mi brusca manera de detenerme, y vino a mi lado sin decir palabra. Nos quedamos escuchando los ruidos, notando claramente que eran de este lado de la puerta de roble, en la cocina y el baño, o en el pasillo mismo donde empezaba el codo casi al lado nuestro.
No nos miramos siquiera. Apreté el brazo de Irene y la hice correr conmigo hasta la puerta cancela, sin volvernos hacia atrás. Los ruidos se oían más fuerte pero siempre sordos, a espaldas nuestras. Cerré de un golpe la cancela y nos quedamos en el zaguán. Ahora no se oía nada.
-Han tomado esta parte -dijo Irene. El tejido le colgaba de las manos y las hebras iban hasta la cancel y se perdían debajo. Cuando vio que los ovillos habían quedado del otro lado, soltó el tejido sin mirarlo.
-¿Tuviste tiempo de traer alguna cosa? -le pregunté inútilmente.
-No, nada.
Estábamos con lo puesto. Me acordé de los quince mil pesos en el armario de mi dormitorio. Ya era tarde ahora.
Como me quedaba el reloj pulsera, vi que eran las once de la noche. Rodeé con mi brazo la cintura de Irene (yo creo que ella estaba llorando) y salimos así a la calle. Antes de alejarnos tuve lástima, cerré bien la puerta de entrada y tiré la llave a la alcantarilla. No fuese que a algún pobre diablo se le ocurriera robar y se metiera en la casa, a esa hora y con la casa tomada.

(Fuente: Biblioteca Ciudad Seva)


ACERCA DE EDWARD HOPPER:

Pintor estadounidense cuya obra marcó un hito en la historia del realismo americano pues logró plasmar en su arte esa sensibilidad particular del siglo XX en Estados Unidos, que se caracteriza por el aislamiento, la soledad y la melancolía. Nació el 22 de julio de 1882 en Nyack, estado de Nueva York, y entre 1899 y 1900 estudió dibujo en una escuela de diseño comercial en Nueva York. Hacia 1901 dejó el dibujo por la pintura, que estudió en la Escuela de Arte de esa ciudad hasta 1906, sobre todo con Robert Henri. Entre 1906 y 1910 realizó tres viajes a Europa. Permaneció al margen de las experimentaciones cubistas de franceses y españoles, pero sí le influyeron Diego Velázquez, Francisco de Goya, Honoré Daumier y Édouard Manet, cuya obra había conocido a través de sus profesores de Nueva York. Las pinturas de su primera época, como Le pavillon de flore (1909, Museo Whitney de Arte Americano, Nueva York), siguen una línea realista y muestran algunas de las características básicas que mantendría durante toda su carrera artística, composición basada en formas geométricas grandes y sencillas, áreas de color planas y utilización de elementos arquitectónicos para introducir en sus escenas fuertes líneas verticales, horizontales y diagonales. Aunque exhibió una obra en el Armory Show de Nueva York en 1913, ésta despertó poco interés y durante la década siguiente se vio obligado a trabajar principalmente como ilustrador comercial. En 1925 pintó La casa cercana a la estación (Museo de Arte Moderno, MOMA, Nueva York), obra clave del arte estadounidense que marca la madurez de su estilo. El modo sólido y directo de marcar formas y ángulos sobre el lienzo y la utilización resuelta de luces y sombras se mantienen dentro de la línea de su obra anterior, pero el espíritu que marcaba el tema esencial de la obra era nuevo, expresaba una atmósfera de aislamiento total y de soledad casi sobrecogedora. En 1931 pintó Habitación de hotel (Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid, España) donde se entrecruzan varios de los motivos recurrentes en Hooper, el del hotel, el de la figura aislada en un interior y el del viajero. Continuó trabajando dentro de ese estilo durante toda su vida, refinándolo y perfeccionándolo, sin abandonar jamás sus principios básicos. La mayoría de las obras tienen como escenario el estado de Nueva York o Nueva Inglaterra, tanto los paisajes naturales como los urbanos son sencillos e íntimos, calles desiertas, teatros medio vacíos, estaciones de gasolina, vías de ferrocarril, hoteles. Una de sus obras más conocidas, Los halcones de la noche (1942, Instituto de Arte de Chicago), muestra un café por la noche, con unos pocos clientes que no se hablan, bajo una despiadada luz eléctrica. Aunque su obra se mantuvo al margen de las principales corrientes abstractas del siglo XX, su estilo simple y esquemático fue uno de los que influyó en la vuelta al arte figurativo posterior y en el Pop Art. Murió el 15 de mayo de 1967 en Nueva York.

(Fuente: epdlp.com)

TAMBIÉN DE EDWARD HOPPER EN ESTE SITIO:

'AGUARDÁBAMOS LA PALABRA' y 'ÚLTIMA REPRESENTACIÓN', de José Ángel Valente

("Ahora no sabemos si la palabra es nosotros o éramos nosotros la palabra...Y nosotros aguardamos la palabra")

'STAIRWAY' y 'DUBLINESCA' (Hopper y Vila-Matas)





'HIJA', de Fernando Aramburo / ENTREVISTA A FERNANDO ARAMBURO, por Maribel Marín

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"... Conocerás también la estatua, el libro,
el espejo, el relámpago y la taza...
Números, padres, ríos, sombras, luna
–espléndido dolor– te aguardan. Nace"

"Mi patria sería una patria hecha con pedacitos de algunos países, personas a las que quiero y que me abrazan, metería mis libros y algunos paisajes en los que me gusta reflejarme. Y luego esa patria tendría las puertas abiertas para que entre quien quiera"
Fernando Aramburo (imagen tomada de zendalibros)


HIJA

Conocerás la luz, el mar variable
que precede al origen y es ulterior al mundo,
las laboriosas hormigas dispersas por la senda
repitiendo el afán inútil de los hombres.
Conocerás la sed del agua y la del vino
y aquella de los cuerpos más terrible
que no querrás saciar ni acaso puedas nunca.
Conocerás la llama, la rosa y el cristal.
La dicha desde luego conocerás un poco,
suave nube sin aire que pasó
y no ha pasado, la desatada música
que es, igual que el tiempo, un artificio.
No podría olvidar las injusticias que harás y que han
de hacerte,
el grito, la pared, la muchedumbre,
las incontables horas de ajetreo
precisas cada día si quieres resolver
un ínfimo momento sosegado,
y esa noche de lluvia en que estarás muy sola.
Conocerás también la estatua, el libro,
el espejo, el relámpago y la taza,
la sangre que discurre buscando una salida,
la mosca pertinaz, la inapartable muerte
que no ha de consentir que te conozcas.
Un sueño sin piedad sabe tus días.
Números, padres, ríos, sombras, luna
–espléndido dolor– te aguardan. Nace.



Poema incluido en el libro: Bruma y conciencia. (Universidad del País Vasco, 1993)

 
(Fuente: enbuscadeitaca-ada.blogspot)




ENTREVISTA

Pregunta.Patria nació de su necesidad de contar el conflicto vasco. ¿De qué necesidad nace Autorretrato sin mí?

Respuesta. Es un ejercicio literario de introspección pero lo que ofrece no es una sucesión de datos autobiográficos sino un paisaje en el que confío que cualquier lector se pueda reconocer. Me propuse verbalizar lo que me constituye como ser humano. Lo que pasa es que solo dispongo de mi perspectiva, para tratar tantos aspectos que nos unen como la infancia, la soledad, la relación con los padres o los hijos, el miedo…

P. Dice que no es una autobiografía pero es el relato de su vida.

R. Tiendo al pudor y juego literariamente con trampas. He camuflado mucha materia autobiográfica en mis libros. Pero en Autorretrato sin mí me he abierto como un melón, nunca he dado tanto de lo que hay en mí al posible lector. Me incomoda ser escritor, mirar en el corazón de los demás y esconderme.

P. Sobre la muerte de su padre escribe: “No estás, padre, y casi te abarco entre mis brazos, movido por la vieja costumbre del afecto”. ¿Cuánto ha llorado escribiendo?

R. Un poquito. Y ahora noto que lo voy a pasar mal promocionándolo. La vida es como es, nos regala belleza, música, pero también nos da palos muy fuertes.

P. La poesía fue su amor de juventud, luego la arrinconó… ¿Cómo ha vuelto a ella?

R. Mi relación con la poesía ha sido como de matrimonio conflictivo. Yo no puedo escribir un libro si no me siento libre y en un momento me pareció que me quitaba libertad porque yo también quería jugar con la parodia, el chisme, el humor, el análisis... Al final, hemos llegado a un acuerdo. Ella debe admitirme la prosa, no voy a volver a contar sílabas ni a escribir con un determinado vocabulario de prestigio poético… En este caso quería que en cada página el texto vibrase con determinada intensidad. No quería dirigirme solo al intelecto del lector, sino removerlo por dentro.

P. De su lectura se deduce que los infortunios ajenos le han humanizado y que hay dos figuras sin las cuales no sería quien es: Camus y su hija Isabel.

R. Agradezco a Camus que me advirtiera a edad temprana que las personas están por delante de las ideas. Pero con mi hija Isabel, que sufrió una meningitis que le dejó secuelas, he ido más allá. Me ha inoculado una empatía hacia el ser humano sin la cual mi literatura no es concebible. Hablo de la capacidad de compartir dolor con el otro y tratar de mitigárselo.

P.¿Qué le aporta la escritura?

R. Me permite conocerme, expresar el mundo, aunque sea defectuosamente, y da forma a mi vida.

P.¿Qué busca en la obra ajena?

R. Excelencia literaria. Y también perspectivas. Si suprimo del hombre imperfecto que soy mis lecturas me quedaría en papel celofán. La escritura nos abre una ventana a almas ajenas.

P. Antes de Patria hay mucho Aramburu, Fuegos con limón, El trompetista del Utopía, Años lentos... ¿Le molesta que le encasillen en esa novela?

R. No me importa nada. Me halaga que haya sido significativa para mucha gente y, acaso, emocionante. No pocas víctimas del terrorismo me han dado las gracias por que exista y contribuya a que no se pase página rápidamente.

P. Patria le ha sacado del escritorio y del anonimato y la soledad que tanto le gustan.

R. Sí. No me considero importante y no quiero ponerme delante de mis obras, pero tampoco voy a quejarme de la felicidad. Lo llevo bien porque he puesto un límite, el otoño, a partir del cual recuperaré mi soledad y mi rutina. La actividad literaria es para mí placentera incluso en los días en que estoy torpe o bloqueado.

P.¿Cómo explica que la sociedad vasca no se haya contagiado del procés catalán?

R. Creo que no queremos repetir lo que vivimos. Perdí amigos de la izquierda abertzale que me vuelven a hablar, discutimos sin estar de acuerdo, pero podemos hablar. Las aspiraciones independentistas siguen presentes pero ya no generan esa fractura social que tuvimos y que dejó un reguero de muertos y mucho dolor.

P.¿Dónde estuvo el cáncer?

R. Está en los cerebros y en el hecho de que el ser humano es frágil y adoctrinable. Además, me da la impresión de que mis congéneres necesitan perdurar más allá de la existencia, ya sea abrazando los consuelos que ofrece la religión o en las grandes ideas, la lengua, la nación… entidades supraindividuales que, se supone, perdurarán más que el individuo.

P. Ha vivido más tiempo en Alemania que en España. ¿Qué es para usted la identidad?

R. Es una necesidad básica del ser humano. Nadie es completo en su mismidad, uno necesita estar con los demás para sostenerse como humano. Si gana la Real Sociedad me alegro. Pero acepto la identidad en su acepción amable, la que no se vuelve contra nadie y no está representada por una bandera ni por un himno. A partir de cierto grado se convierte en nacionalismo, un proyecto político en el que no caben todos, y ahí no entro. Aprendí que el mundo no termina al final de mi calle.

P.¿Cuál es su patria?

R. Tendría que ir a clases de trabajos manuales para hacerme una y sería una patria hecha con pedacitos de algunos países, personas a las que quiero y que me abrazan, metería mis libros y algunos paisajes en los que me gusta reflejarme. Y luego esa patria tendría las puertas abiertas para que entre quien quiera.



ACERCA DE FERNANDO ARAMBURO:


Narrador, poeta y ensayista español nacido en San Sebastián en 1959. Nació en una familia obrera que, en sus propias palabras, “chorreaba modestia por todas partes”. Es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Zaragoza y trabajó en revistas impulsando la cultura. En 1985 se trasladó a Alemania donde fue profesor de español para hijos de inmigrantes en el estado de Renania del Norte-Westfalia, al oeste del país, pero abandonó la docencia en el año 2009 para dedicarse exclusivamente a escribir.

A comienzos de la década de 1980 fue creador y promotor del grupo de literatura Cloc en San Sebastián, experiencia que posteriormente se verá reflejada en su primera obra.

Como novelista, se dio a conocer con Fuegos con limón, en 1996. Su novela El trompetista del Utopía (2003) fue adaptada al cine por Félix Viscarret con el título Bajo las estrellas. Como poeta ha publicado varios poemarios bilingües, en español y euskera, tales como Ave Sombra (Itzal Hegazti, 1981) o Bruma y conciencia (Lambroa eta kontzientzia, 1993). 

Su mayor reconocimiento ha venido con la antología de cuentos Los peces de la amargura (2006), en que habla de las víctimas del terrorismo separatista vasco de la banda ETA. Este libro le valió el Premio Dulce Chacón de Narrativa Breve y el Premio Real Academia Española. En 2011 recibió el Premio Tusquets de Novela por Años lentos (2012).

Sus obras se han traducido a diferentes idiomas y han sido adaptadas al cine, sus obras no están solo en el género de novela, si no que ha destacado en la poesía, ensayos y la narrativa infantil. En 2016 publicó Patria, un libro que generó un éxito por parte del público lector y muy buenas críticas, otorgándole el Premio de la Críticas y el Premio Francisco Umbral al Libro del Año en el 2017.

(Fuente reseña: lecturalia.com)










'QUÉ ES LA LITERATURA', de J. P. (fragmento) / 'LAS PALABRAS' (fragmentos escogidos)

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"Florencia es ciudad, flor y mujer y es también ciudad-flor, ciudad-mujer y muchacha-flor. Y el extraño objeto que se muestra así posee la liquidez del río y el dulce ardor leonado del oro, y, para terminar, se abandona con decencia, y prolonga indefinidamente, por medio del debilitamiento continuo la e muda, su sereno regocijo saturado de reservas"

"Al caer el día, perdido en una jungla de palabras, estremeciéndome al menor ruido, tomando por interjecciones los crujidos del suelo, creía descubrir el lenguaje en estado natural, sin los hombres"

 Jean-Paul Sartre (Francia, 1905-1980)

'QUÉ ES LA LITERATURA' 
(fragmento)


El poeta en cada palabra, por el solo efecto de la actitud poética, realiza las metáforas en las que soñaba Picasso cuando deseaba hacer una caja de fósforos que fuera toda ella un murciélago sin dejar de ser una caja de fósforos. Florencia es ciudad, flor y mujer y es también ciudad-flor, ciudad-mujer y muchacha-flor. Y el extraño objeto que se muestra así posee la liquidez del río y el dulce ardor leonado del oro, y, para terminar, se abandona con decencia, y prolonga indefinidamente, por medio del debilitamiento continuo la e muda, su sereno regocijo saturado de reservas. A esto ha de añadirse el esfuerzo insidioso de la biografía. Para mí, Florencia es también cierta mujer, una actriz norteamericana que actuaba en las películas mudas de mi infancia y de la que he olvidado todo, salvo que era larga como un guante de baile, que siempre estaba un poco cansada y era casta, que siempre representaba papeles de esposa incomprendida y que se llamaba Florencia y yo la amaba. Porque la palabra, que arranca al prosista de sí mismo y lo lanza al mundo, devuelve al poeta, como un espejo, su propia imagen. Esto es lo que justifica la doble empresa de Leiris, quien por un lado, en su Glossaire, trata de dar a ciertas palabras una definición poética, es decir, que sea por sí misma una síntesis de implicaciones recíprocas entre el cuerpo sonoro y el alma verbal y, por otro, en una obra todavía inédita, se lanza a la busca del tiempo perdido, tomando como guías ciertas palabras especialmente cargadas para él de valor afectivo. Así, pues, la palabra poética es un microcosmos. La crisis del lenguaje que se produjo a comienzos del siglo fuen una crisis poética. Sean cuales fueren los factores sociales e históricos que la produjeron, esta crisis se manifestó por accesos de despersonalización del escritor ante las palabras. No sabía servirse de ellas y, según la célebre fórmula de Bergson, sólo las reconocía a medias; se acercaba a ellas con una sensación de extrañeza verdaderamente fructuosa: ya no le pertenecían, ya no eran para él, pero, en esos espejos desconocidos, se reflejaban el cielo, la tierra y la propia vida. Y, finalmente, se convertían en las cosas mismas o, mejor dicho, en el corazón negro de las cosas. 
(...)
Pero este esquema no tiene nada de común con eso que llaman ordinariamente un esquema verbal: no preside la construcción de un significado. Se acercaría más bien al proyecto creador por el que Picasso predetermina en el espacio, antes incluso de tocar su pincel, esa cosa que se convertirá en un saltimbanqui o un arlequín. Huir, huir allá, advierto que hay pájaros borrachos, pero, oh, corazón mío, oye el canto de los marineros.
(Fuente: epdlp)

'LAS PALABRAS
(fragmentos escogidos)

1."El sentido de esas palabras duras y negras sólo lo conocí diez o quince años después y aún hoy guardan su opacidad: es el humus de mi memoria"

2."Al caer el día, perdido en una jungla de palabras, estremeciéndome al menor ruido, tomando por interjecciones los crujidos del suelo, creía descubrir el lenguaje en estado natural, sin los hombres"

3."Apenas empecé a escribir, solté la pluma con gran júbilo. La impostura era la misma, pero ya he dicho que para mí las palabras eran la quintaesencia de las cosas"

4."Y además, no reconocía su lenguaje. ¿De dónde sacaba ella esa seguridad? Al cabo de un instante lo comprendí: el que hablaba era el libro. Salían de él unas frases que me asustaban; eran verdaderos ciempiés, hormigueaban de sílabas y de letras, estiraban sus diptongos, hacían vibrar a las consonantes dobles; cantarínas, nasales, cortadas por pausas y por suspiros, ricas de palabras desconocidas, se encantaban consigo mismas y con sus meandros sin preocuparse por mí. A veces desaparecían antes de que hubiera 34 Jean-Paul Sartre podido comprenderlas, otras había comprendido por adelantado, y seguían rodando noblemente hacia su terminación sin perdonarme ni una coma... las palabras se desteñían sobre las cosas, transformando las acciones en ritos y los acontecimientos en ceremonias"

5."Introducía en mi cabeza, por medio de los ojos, unas palabras venenosas infinitamente más ricas de lo que sabía. Una extraña fuerza, que surgía a través de las historias de unos furiosos que no me concernían, reconstruía dentro de mí una pena atroz, el descalabro de una vida; ¿no iba a infectarme, a morir envenenado?"

6."... les gustaban las palabras crudas que, aun rebajando muy cristianamente al cuerpo, manifestaban su amplia aceptación de las funciones naturales; a Louise le gustaban palabras veladas; leía muchas novelas ligeras en las que, más que la intriga, apreciaba los velos transparentes en que estaba envuelta"

7."No tenía oficio; entre el mutismo de uno y los chillidos de la otra, se volvió tartamudo y se pasó la vida luchando con las palabras"

8."Por lo demás, órdenes no me da; esboza con unas palabras ligeras un porvenir y celebra que quiera realizarlo; «Mi hijito querido va a ser muy bueno y muy razonable, y se va a portar muy bien dejándose poner gotas en la nariz». Me dejo caer en la trampa de esas profecías tan suaves"

9."En el jardín, sentado en una silla plegable, con un vaso de cerveza al alcance de la mano, me miraba saltar y correr, buscaba una sabiduría en mis palabras confusas y la encontraba"

10."... me gustaban sus frases inconclusas, sus palabras siempre retrasadas, su brusca seguridad, rápidamente desecha y que se volvía derrotada para desaparecer con unas hilachas melodiosas y recomponerse después de un silencio"

11."Acabé por preferir los relatos prefabricados a los improvisados; me volví sensible a la sucesión rigurosa de las palabras; volvían en todas las lecturas, siempre las mismas y con el mismo orden; yo las esperaba. En los cuentos de Anne-Marie, los personajes vivían a la buena de Dios, como ella misma; ahora, adquirieron destinos. Yo estaba en misa: yo asistía al eterno retorno de los nombres y de los acontecimientos"

12."De cualquier manera, mi mirada trabajaba con las palabras; había que ensayarlas, decidir su sentido; a la larga, la comedia de la Cultura me cultivaba."

13."Como autor, el héroe seguía siendo yo, y seguía proyectando en él mis sueños épicos. Sin embargo, éramos dos: él no llevaba mi nombre y yo sólo hablaba de él en tercera persona. En vez de prestarle mis gestos, le hice con palabras un cuerpo que yo pretendía ver. Hubiera podido asustarme esta «distanciación» repentina, pero me encantó; me alegró ser él sin que fuese yo del todo. Era mi muñeco, lo doblegaba a mis caprichos, podía ponerlo a prueba, darle un lanzazo en el costado y cuidarle después como me cuidaba mi madre, curarle como ella me curaba"

14."Me dediqué con una pasión fría a transfigurar mi vocación vertiendo en ella mis viejos sueños; nada me hizo retroceder; retorcí las ideas, falseé el sentido de las palabras, me aparté del mundo por temor a los malos encuentros y a las malas comparaciones. A la vacante de mi alma sucedió la movilización total y permanente: me volví una dictadura militar"

15."Existir era poseer una marca controlada en alguna parte de las Tablas infinitas del Verbo; escribir era grabar en ellas a seres nuevos o —fue mi más tenaz ilusión— tomar las cosas, vivas, en la trampa de la frase: si yo combinaba ingeniosamente las palabras, el objeto se enredaba en los signos, y quedaba en mi poder"

16."Cuando cogía un libro, por mucho que lo abriese y lo cerrase veinte veces, veía que no se alteraba. Al deslizarse sobre esa substancia incorruptible que es el texto, mi mirada no era más que un minúsculo accidente superficial, no desordenaba nada, no desgastaba en absoluto. Yo, por el contrario, pasivo, efímero, era un mosquito deslumhrado, atravesado por las luces de un faro. Salía del despacho, apagaba; el libro, invisible en las tinieblas, seguía brillando; para él solo"

17."¡Qué sorpresa!: también el libro había cambiado. Eran las mismas palabras, pero me hablaban de mí. Yo presentí que esta obra me iba a perder, la detesté, me dio miedo. Cada día, antes de abrirlo, me sentaba junto a la ventana: en caso de peligro haría que me entrase por los ojos la verdadera luz del sol"

18."Recordaba algunas de mis palabras, me las repetí en voz alta, pero no logré nada. Las frases se deslizaban impenetrables; mi voz resonaba en mis propios oídos como una extraña, un ángel fullero me robaba los pensamientos hasta en mi cabeza y ese ángel no era más que un rubito del siglo XXX, que estaba sentado junto a la ventana y me observaba a través de un libro"

19."Militante, quise salvarme por las obras; místico, intenté desvelar el silencio del ser por un rumor encontrado de palabras y, sobre todo, confundí las cosas con sus nombres: eso es creer"


PINCHAR EN LA IMAGEN PARA LEER ÍNTEGRO 'LAS PALABRAS', DE J.P. SARTRE

https://riorevueltorosario.files.wordpress.com/2015/11/sartre-jean-paul-las-palabras.pdf








'SOBRE PAPEL', por Manuel Vicent / 'NATURALEZA...', de Zhivka Baltadzhieva. PROPUESTA DE EXAMEN

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"... hoy, las ideas que bajan desde el cerebro a la mano, antes de aparecer en la pantalla, atraviesan una selva digital impenetrable, llena de elfos electrónicos desconocidos... Esas criaturas cuánticas, invisibles, no siempre amigables, imponen una servidumbre de paso, hasta el punto que son ellas las que marcan el camino que debe seguir en adelante el cerebro humano. El ordenador ya es en sí mismo una forma de pensar, de crear, de imaginar. Y también de leer"

"... Una oración
que se escribe, se imprime, se inscribe

en el alma ¿de qué?" (Zhivka Baltadzhieva)


SOBRE PAPEL

A lo largo de la historia fue suficiente una tablilla de barro, una corteza de árbol, un papiro, un pergamino, un papel o una pizarra en el aula para alumbrar las ideas que desde el cerebro humano se deslizaban armoniosamente por el brazo impulsadas por los latidos del corazón. Al llegar a los dedos de la mano, las ideas envueltas en sangre se encontraban con un punzón, con un lápiz de carbón, con una pluma de ave o con una tiza, que las convertía en signos, en números, en palabras escritas, perdurables. La imprenta fue un gran avance mecánico, pero de este ingenio conocíamos sus entrañas y sabíamos cómo funcionaba. Hasta finales del siglo XX, toda la sabiduría de la humanidad había sido grabada con estos instrumentos rudimentarios, a través de los cuales se asomó al exterior el pensamiento de los filósofos, de los científicos, de todos los creadores. Pero hoy, las ideas que bajan desde el cerebro a la mano, antes de aparecer en la pantalla, atraviesan una selva digital impenetrable, llena de elfos electrónicos desconocidos, ante los cuales no hay sabio en este mundo que no sienta complejo de inferioridad. Esas criaturas cuánticas, invisibles, no siempre amigables, imponen una servidumbre de paso, hasta el punto que son ellas las que marcan el camino que debe seguir en adelante el cerebro humano. El ordenador ya es en sí mismo una forma de pensar, de crear, de imaginar. Y también de leer. Cuando con los ojos cerrados aspiramos las páginas de un libro viejo su aroma nos lleva a la corteza de árbol, al papiro, al pergamino, al punzón, a la pluma, a la linotipia, a una sabiduría pegada a los sentidos; en cambio, las palabras electrónicas son líquidas y emergen de una jungla virtual insondable. Analógico o digital, un libro será siempre un tesoro, pero no se sabe si la inteligencia robótica artificial un día será también humanismo.

(Fuente: El País, 22-04-2018)


NATURALEZA

Practicar el desapego,


no abrazarte ni a ti mismo, no llorar ni la muerte

del alienígena más lejano...


Relajarse, relajarse...

Olvidarse.


Vida sabia, equilibrio, cosas

al alcance


de los muertos.


Un cuchillo de sílex,


tallado hace 1,400,000 años

en Atapuerca,


la herramienta humana

más antigua jamás encontrada en Europa.


De sílex, de oro, de hierro, de diamante, de láser.


Cuchillo.


En Atapuerca, en Marte, en la antimateria,

en el destiempo.


Cuchillo.


Nunca vine aquí,


sólo estuve respirando. Lejanías.

¿Dónde y por qué?

Ni las últimas tecnologías del sueño

con su ojo de gran angular

ven lo que vemos, lo que somos,

lo que no descubrimos y duele

en el árbol, el pájaro, en el mí profundo

interestelar.


Mientras se balancean las flores en naranja

intenso,

en blanco verduzco...


Migratorias.


Mas todo es signo,


no menos que signo

yo, Orión, La Vía Láctea, el nanotubo de carbón,

el árbol del olvidado jardín, el Big Bang,

tú. Signo y signo, y signo. Una oración

que se escribe, se imprime, se inscribe


en el alma ¿de qué?


Lo inimaginable


(cómo)


nos imagina...


(Del libro recomendado GenES, de Zhivka Baltadzhieva, editorial Amargord)



PROPUESTA DE EXAMEN

PREGUNTAS:

1ª ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS
2ª TEMA. RESUMEN


3ª COMENTARIO CRÍTICO

Preguntas guía para el comentario crítico

1ª ¿Cómo está organizado el texto? (Estructura)

2ª ¿Qué tesis defiende el autor? (Ver Orientaciones para determinar el tema...)
3ª ¿Podrías resumir brevemente el texto con tus propias palabras?
(Las tres primeras preguntas corresponden, evidentemente, a las preguntas de Selectividad, ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS, TEMA Y RESUMEN. A partir de la cuarta pregunta comenzaría -es sólo una propuesta- el COMENTARIO CRÍTICO)
4ª ¿Qué tipo de texto es? Si es un texto literario, ¿a qué momento histórico pertenece, está "encuadrado" en algún movimiento literario?
5ª ¿Es un tema actual? ¿Crees que hay alguna idea "secundaria" importante?
6ª ¿Es un tema polémico?
7ª ¿Es un tema local/universal
8ª ¿Qué argumentos utiliza el autor para defender su tesis?
9ª ¿Es objetivo en sus planteamientos, o es subjetivo?
10ª ¿Cuáles son las “marcas lingüísticas” de su supuesta subjetividad? ¿Cuáles son las expresiones más impactantes, más significativas? 
11ª ¿Es un tema original?
12ª Si no lo es, ¿lo es, al menos su tratamiento, su enfoque?
13ª ¿Cuál es tu opinión?
14ª ¿Qué argumentos añadirías?
15ª ¿Qué argumentos opondrías a los del autor?
16ª ¿Puedes relacionar el texto, su tema principal, con otros textos, noticias… que conozcas?
(VER ENTRADAS RELACIONADAS, ABAJO)
17ª Teniendo en cuenta la intención del autor, ¿crees que ha sido eficaz? ¿Qué funciones del lenguaje predominan?
18ª ¿Cómo concluyes tu análisis, tu comentario?

4ª FUNCIÓN SINTÁCTICA DE LAS PALABRAS SEÑALADAS (negrita)
5ª EL LENGUAJE PERIODÍSTICO / LOS GÉNEROS DE OPINIÓN / LOS GÉNEROS INFORMATIVOS / CLASIFICACIÓN DE LOS GÉNEROS PERIODÍSTICOS




TAMBIÉN DE ZHIVKA BALTADZHIEVA EN ESTE SITIO:


(Tocar la belleza en la exactitud de la palabra para mostrar sin ropajes lo invisible, lo evidente, el estado sonámbulo del hombre moderno, rociado en tecnologías foráneas que arañan golosas la esencia, diluyendo el origen, situándonos en la amnesia global, "... en el caos iletrado y la indiferencia ordinaria...")

'¿Soy aquella acallada afgana...? 

("... Todo vive condenado a ser mostrado y mengua...") 

NECESITO HABLAR... VEO LAS VOCES, EL SUEÑO DE LAS PALABRAS
("... Soy la crisis bancaria y moral, y mortal. Paso y grito en el cielo. Soy quien pasa de todo, de quien pasan...")

("... Me traspasa como si fuera  la convulsión febril del universo, la incertidumbre en persona, la asfixia de la felicidad, el último adiós de la vida... Y mi amor se queda sin vocablos.")



("... Cada vez más conectados y más ocupados en que nos toque nadie y menos con la mirada...")

("... No tengo que inventar. No tengo que inventarme. No tengo que ser otro...")

DEL POETA BÚLGARO HRISTO BOTEV, ESTUDIO Y TRADUCCIÓN DE ZHIVKA BALTADZHIEVA:


("La poesía combativa, la llamada al sujeto callado, al esclavo que asiente, emergió con fuerza este pasado viernes en el Patio de Columnas de Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda... La lectura que Baltadzhieva realizó al final de algunos poemas del poeta búlgaro elevó la temperatura emocional del momento, creando una atmósfera única en la que se mezclaban la reivindicación, lo poético, y, simplemente, el valor de la palabra, el valor del decir que soporta la dignidad del sujeto, un decir distinto que quiere, y lo hace, recuperar la condición del ser humano")



(... Porque hablar, escribir, también es mirar con los ojos bien abiertos y comprender qué está ocurriendo. A esa mirada viene ahora Botev a llamarnos... "¿Oyes cómo los pobres imploran?... Entona, tú, una canción como esta, cántame, joven, las penas, canta cómo vende hermano a su hermano, cómo sucumben juventud y firmeza, cómo llora la huérfana viuda, cómo sufren los niños sin techo!")


(... Y es entonces cuando permito, invadido, que esos versos retumben en mi cabeza, tamboreen mi ánimo, me abracen mientras me hablan, me den palmadas, no permitiendo que rehuya la urgente conversación... "Así legisló la manada de lobos con piel de cordero para colocar la piedra eterna de la santa mentira y la mente humana tener para siempre encadenada... Calla y reza cuando te pegan")

("... es la acción la que emerge espoleada, la que nos llama a través de la palabra poética para sacudirnos la pereza, para abandonar la sumisión, para querer sentirnos vivos, para que podamos creer que sí, que  somos nosotros los únicos protagonistas de nuestro destino..." Dime, oh, dime, pobre pueblo, ¿quién te mece en esta cuna, en la cuna maldita de eterno esclavo?)

´'EL DÍA DE SAN JORGE' / 'MI PLEGARIA', DOS POEMAS DE HRISTO BOTEV

("Así balaba tras el pastor / el rebaño de ovejas dóciles, mansas, mientras su rey, feliz imbécil, / como todos los reyes de este mundo, / con el lindo cayado les conducía... igual que a ti, tributo te cobra el rey, pobre pueblo, / para sus harenes abominables..." "...no tú, quien al esclavo dictas rezar, someterse...")


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(“... leer, según el retrato de Chardin, es un acto silencioso y solitario”. ¿Y a quién puede interesarle ese recogimiento en una sociedad tan vibrante como la nuestra, tan volcada hacia delante, tan hiperconectada gracias a las nuevas tecnologías? ¿Qué diablos pinta, en verdad, un tipo con sombrero pasando las hojas de un libro cuando con un clic la Red te sirve cualquier tipo de conocimiento de manera instantánea?)

("... el gran botín de la cultura pasa necesariamente para los amos por quitarnos aquello que tenemos los ciudadanos libres, la herramienta más democrática que tenemos los ciudadanos para enfrentarse a la defensa de los recortes contra los recortes de los derechos civiles... las palabras han sido hechas precisamente para ampliarnos los horizontes significativos... una persona sin lenguaje merma su capacidad... las palabras nos hacen, no sólo menos tontos, nos hacen esencialmente más libres...")

'A MÍ, DE ADOLESCENTE, ME PROHIBIERON LAS NOVELAS', por Juan José Millás / 'UN LECTOR', de J.L. Borges
("El libro ha tenido siempre algo de callejón frecuentado por personas huidizas con tendencia, como decíamos, a la clandestinidad... el joven verdaderamente peligroso es aquel que un viernes o un sábado por la noche se queda en casa leyendo Madame Bovary... Ese individuo que se queda a leer Madame Bovary, les aseguro, es una bomba... Porque la realidad está hecha de palabras, de modo que quien domina las palabras domina la realidad... invito siempre a los alumnos a preguntarse hasta qué punto es real la realidad")

CELEBRACIÓN DE LA LECTURA, ELOGIO DE LA LENTITUD
("... ¿quién tiene tiempo hoy para zambullirse en una novela o para liarse en los vericuetos de un ensayo o para andarse con un montón de versos que tratan de vanos amoríos o del desastre de vivir? leer no es más que eso: apartarse del ruido y entrar en otro mundo habitado por palabras. Siempre toca hacerlo solo y con tiempo, eligiendo la lentitud frente a la velocidad de nuestras circunstancias. Merece la pena. Ese “acto silencioso y solitario” está tan lleno de riquezas y placeres que quizá tenían razón aquellos antiguos cuando se esforzaban en arreglarse para vivir un momento tan especial")

("... Justo en el momento en el que Tolstoi parece haber suspendido ligeramente la intriga, Anna se coloca en las rodillas un almohadón... Después, pide a Aniuska una linterna, que sujeta en el brazo de la butaca, y saca de su bolsita roja un cortapapeles y una novela inglesa... toda lectura activa contiene el gesto más profundamente democrático que conozco. Es el gesto de quien sabe abrirse al mundo y a las verdades relativas del otro... Si se exige talento a un escritor, debe exigírsele también al lector... Los escritores fallan a los lectores, pero también ocurre al revés")
("Los profesores nos quejamos sin cesar, y más ahora que Bolonia nos “obliga” a organizar seminarios y prácticas que suelen requerir lectura. No leen libros, no son capaces de seguir un artículo académico; por no leer muchos ni siquiera se acercan a una novela. Sin embargo, en secundaria y en bachillerato sí lo hacen: es obligatorio... Ahora pretendemos que los alumnos aprendan en cuatro meses lo que antes procesaban en ocho. La primera víctima de esta recorte fue la lectura sosegada, solitaria y fecunda de libros académicos")
("No es el aprendizaje de un idioma lo que su padre le otorga. Lo que está ante sus ojos es el extraordinario advenimiento en el lenguaje. No se trata de un conocimiento que necesite ser inventariado. Se trata de dejarse invadir dulcemente por el lenguaje que, a partir de ese momento, hablará a través de ella. Ella será su enviada")


("De los diversos instrumentos del hombre, el más asombroso es, sin duda, el libro. Los demás son extensiones de su cuerpo... el libro es una extensión de la memoria y de la imaginación... Un libro no debe requerir un esfuerzo, la felicidad no debe requerir un esfuerzo")
(“No se puede negar que la mayor parte de la literatura universal estimula el pensamiento propio. En interés de la paz social, esta perturbación es intolerable”, asegura irónicamente Werner Fuld, al recordar la crítica de Ray Bradbury en Fahrenheit 451... “Saber leer (y escribir) es un acto de apropiación del mundo. El que aprende a leer unas cuantas palabras ‘pronto podrá leer todas las palabras’, como dice Alberto Manguel, y, si comprende que con una frase se ha apropiado de una parte del mundo no se dará por satisfecho con una sola frase”)

("En nuestro país esta persecución y quema de libros se produjo durante el franquismo y la posguerra, pero ahora ya no hace falta. Ya se han encargado de idiotizar a la ciudadanía suficientemente como para que los libros no corran el peligro de convertirse en un arma de doble filo... Divertir y embrutecer con el fin de anular. El pan y circo de ayer son hoy la televisión y el fútbol.")




'BAUDELAIRE EN EL SIGLO XXI', por Andreu Jaume / ' EL VIEJO SALTIMBANQUI', de Charles Baudelaire

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"Es muy extraña la pervivencia de la gran poesía... tiene mayor capacidad de resistencia y de visión que cualquier otra disciplina. Mantiene el lenguaje en alerta y es siempre, sobre todo en tiempos de penuria, uno de los últimos refugios del pensamiento... la multitud que describió Baudelaire es el precedente de las masas que fluyen entre ellas para ser vendidas o masacradas... fue uno de los primeros en darse cuenta de que la ley moderna sólo puede ser apariencia de ley y por tanto inevitablemente arbitraria y lábil"

"En días así, el pueblo me parece que se olvida de todo, del dolor y del trabajo; se vuelve como los niños..." ('El viejo saltimbanqui', de Baudelaire)

'Mujeres en un burdel', de Constantin Guys

BAUDELAIRE EN EL SIGLO XXI

El 31 de agosto de 1867, hace ciento cincuenta años, murió en París Charles Baudelaire. Desde que se había caído en la iglesia de Saint-Loup de Namur, en la Bélgica que tanto detestó, no había recuperado el habla y tan sólo acertaba a decir “¡Non, crénom!”, una contracción de “Sacré nom de Dieu” (“sagrado nombre de Dios”). No era casual, en quien había vivido su catolicismo con tanta seriedad, que su última vinculación con el lenguaje fuera una blasfemia, un residuo de lo sagrado escupido a la muerte como última negación. En el hospital religioso de Bruselas donde se le habían tratado los primeros síntomas de afasia y hemiplejia, las monjas agustinas, cuando el poeta por fin se marchó, exorcizaron la habitación que había ocupado, escandalizadas por su comportamiento. Su madre se lo llevó entonces a París, donde lo ingresó en la clínica hidroterapéutica del doctor Émile Duval. Allí le visitaron unos pocos amigos como Sainte-Beuve o el fotógrafo Nadar y las esposas del novelista Paul Meurice y del pintor Manet acudieron a tocarle al piano fragmentos de Tannhäuser. Cuando murió estaba en brazos de su madre, que contó cómo había sonreído a sus caricias. La imagen es una pietà moderna, casi inverosímil de tan perfecta.

En sus escasos cuarenta y seis años de vida, Baudelaire se expuso a todos los males de su tiempo, se dejó llevar por el alcohol y las drogas, contrajo la sífilis, experimentó toda la sordidez imaginable en su relación con Jeanne Duval –la actriz mulata y probablemente lesbiana, reverso de la Beatriz de Dante– y bordeó la indigencia, pero a todo ello le opuso siempre una terrible lucidez, tanto en verso como en prosa, observándose a sí mismo, diseccionando cada una de sus emociones y sin dejarse llevar nunca por el desvarío, hasta que en enero de 1862 anotó en su diario que por primera vez había sentido pasar a su lado “el aleteo de la locura”. Apenas setenta años antes, Hölderlin había podido escribir todavía que los poetas, con la cabeza descubierta, recibían el rayo del dios como niños, con corazones puros y manos inocentes. El Baudelaire que murió en brazos de su madre era todavía ese niño, pero el rayo que le había fulminado ya no venía de lo alto. Como observó Walter Benjamin, el crítico que en las primeras décadas del siglo XX sacó a Baudelaire del panteón de los clásicos y lo puso a trabajar para entender las claves de la vanguardia y del mundo contemporáneo, en Las flores del mal el cielo está vacío, apagado por el resplandor de la ciudad.

Es muy extraña la pervivencia de la gran poesía. A casi nadie parece importarle y casi nunca produce actualidad literaria, pero en cambio tiene mayor capacidad de resistencia y de visión que cualquier otra disciplina. Mantiene el lenguaje en alerta y es siempre, sobre todo en tiempos de penuria, uno de los últimos refugios del pensamiento. Baudelaire es ya un tópico de la cultura europea y, como tal, ha vivido cientos de vidas, desde su consagración póstuma hasta su metamorfosis en distintas lenguas a lo largo del siglo pasado. T. S. Eliot dijo que la inmensa deuda que había contraído con él podía resumirse en dos versos: “fourmillante cité, cité pleine de rêves / Ou le spectre en plein jour raccroche le passant” (“hormigueante ciudad, ciudad llena de sueños / donde a pleno día el espectro agarra al transeúnte”), con lo que venía a decir que Baudelaire había sido el primero en cartografiar poéticamente esa nueva naturaleza que es la ciudad. Toda la literatura urbana es inevitablemente baudeleriana, hasta tal punto que nuestra lectura de muchos poemas de Las flores del mal está distorsionada por el influjo que ejercieron, convirtiendo en copia al original. Pero volver a su obra, ahora que ya estamos en el siglo XXI y podemos vislumbrar cuál va a ser nuestro horror, es un ejercicio de preparación imprescindible. Del mismo modo que Shakespeare desapareció tras su muerte para volver en el siglo XVIII y entrenarnos para la crisis del romanticismo, Baudelaire, cerrado el paréntesis ilusorio que se abrió tras la segunda guerra mundial, regresa para abrirnos los ojos al abismo de nuestro tiempo.

Todo lo que vio constituye para nosotros un origen, puesto que desde su muerte no ha dejado de crecer y extenderse. Internet ha transformado a todo el orbe en una urbe, en un inmenso pasaje, unos grandes almacenes cuyo flâneur –convertido, como profetizó Benjamin, en hombre anuncio– es hoy el internauta, mercancía de sí mismo en los mares de la publicidad. Las ciudades son ahora nuestras verdaderas naciones y la multitud que describió Baudelaire es el precedente de las masas que fluyen entre ellas para ser vendidas o masacradas. Cuando ensalzó a un pintor menor como Constantin Guys –en detrimento de Manet– estaba en realidad detectando la nueva velocidad de la calle, presagio de la actual metástasis de la imagen y de la progresiva ceguera que conlleva. Aun más que en sus versos, en la prosa desnuda de El Spleen de París puso en tela de juicio los nuevos mitos surgidos de la revolución de 1789, como la igualdad, modelo de la dictadura de lo políticamente correcto. Y seguramente fue uno de los primeros en darse cuenta de que la ley moderna sólo puede ser apariencia de ley y por tanto inevitablemente arbitraria y lábil.


Como poeta, Baudelaire se atrevió a violar la melodía del alejandrino francés con todo el ruido del París del Segundo Imperio, preparando a la poesía para su destierro agónico en el ámbito de la prostitución, la publicidad y el periodismo. En uno de sus mejores poemas en prosa, identificó a un viejo saltimbanqui, solo a las puertas de su barraca, contemplando con mirada profunda e inolvidable a la multitud que a su alrededor se divierte, con “el viejo poeta sin amigos, sin familia, sin hijos, degradado por la miseria y por la ingratitud pública”. Y en un párrafo estremecedor de sus diarios se preguntó: “¿Qué tiene que hacer el mundo de aquí en adelante bajo el cielo? La mecánica nos habrá americanizado de tal modo, el progreso habrá atrofiado tanto en nosotros toda la parte espiritual, que nada, entre las fantasías sanguinarias, sacrílegas o antinaturales de los utopistas, podrá compararse a sus resultados positivos". Un siglo y medio después de su muerte ya sabemos cuáles fueron esos resultados, algo que de ningún modo debe impedirnos mantener viva la petición que hizo a continuación: “pido a todo hombre que piensa que me muestre lo que subsiste de la vida”. Ese sigue siendo, hoy incluso más que ayer, el cometido de la literatura arriesgada.

(Fuente: El País, 21-04-2018)

EL VIEJO SALTIMBANQUI

Por doquiera se ostentaba, se derramaba, se solazaba el pueblo en holgorio. Era una solemnidad de esas que, con mucha antelación, son esperanza de los saltimbanquis, de los prestidigitadores, de los domadores de bichos y de los vendedores ambulantes, para compensar los malos tiempos del año.
En días así, el pueblo me parece que se olvida de todo, del dolor y del trabajo; se vuelve como los niños. Para los chiquillos es día de asueto, es el horror de la escuela aplazado por veinticuatro horas. Para los mayores es un armisticio concertado con las potencias maléficas de la vida, un alto en la contienda y la lucha universal.
Hasta el hombre de mundo y el hombre dado a trabajos espirituales escapan difícilmente a la influencia del júbilo popular. Absorben sin querer su parte de esa atmósfera de despreocupación. Por lo que a mí toca, no dejo nunca, como buen parisiense, de pasar revista a todas las barracas que se pavonean en esas épocas solemnes.
Hacíanse, en verdad, competencia formidable: chillaban, mugían, aullaban. Era una mezcolanza de gritos, detonaciones de cobre y explosiones de cohetes. Titiriteros y payasos ponían convulsiones en los rasgos de sus rostros atezados y curtidos por el viento, la lluvia y el sol; soltaban, con aplomo de comediantes seguros del efecto, chistes y chuscadas, de una comicidad sólida y densa como la de Molière… Los Hércules, orgullosos de la enormidad de sus miembros, sin frente y sin cráneo, como orangutanes, se hinchaban majestuosamente bajo las mallas lavadas la víspera para la solemnidad. Las bailarinas, hermosas como hadas o princesas, saltaban y hacían cabriolas al fulgor de las linternas, que les llenaba de chispas el faldellín.
No había más que luz, polvo, gritos, gozo, tumulto; gastaban unos, ganaban otros, alegres unos y otros por igual. Colgábanse los niños de la falda de sus madres para conseguir una barra de caramelo, o se subían en hombros de sus padres para ver bien a un escamoteador relumbrante como una divinidad. Y por todas partes circulaba, dominando todos los perfumes, un olor a frito, que era como el incienso de la fiesta.
Al extremo, al último extremo de la fila de barracas, como si, vergonzoso, se hubiera él mismo desterrado de todos aquellos esplendores, vi a un pobre saltimbanqui, encorvado, caduco, decrépito, a la ruina de un hombre, recostado en un poste de su choza; choza más miserable que la del salvaje embrutecido, harto bien iluminada todavía en su desolación por dos cabos de vela corridos y humeantes.
Por dondequiera, gozo, lucro, liviandad; por dondequiera, certidumbre del pan de mañana; por dondequiera, explosión frenética de la vitalidad. Aquí, miseria absoluta, miseria embozada, para colmo de horror, en harapos cómicos, en contraste traído, más que por el arte, por la necesidad. ¡No se reía aquel desgraciado! No lloraba, no bailaba, no gesticulaba, no gritaba, no cantaba ninguna canción, alegre ni lamentable, ni imploraba tampoco. Estaba mudo, inmóvil; había renunciado, abdicado… Su destino estaba cumplido.
Pero, ¡qué mirada profunda, inolvidable, paseaba por el gentío y las luces, cuyas olas movedizas iban a pararse a pocos pasos de su repulsiva miseria! Sentí que la mano terrible de la histeria me oprimía la garganta, y me pareció que me ofuscaban los ojos lágrimas rebeldes, de las que se niegan a caer.
¿Qué haría yo? ¿Para qué preguntar al infortunado qué curiosidad, qué maravilla podría enseñar en aquellas tinieblas malolientes, detrás de la cortina desgarrada? No me atrevía, a la verdad; y aunque la razón de mi timidez haya de moveros a risa, confesaré que temí humillarle. Acababa por fin de resolverme a dejar al paso algún dinero en una tabla de aquéllas, esperando que adivinara mi intento, cuando un gran reflujo de gente, causado no sé por qué perturbación, hubo do arrastrarme lejos de allí.
Y al marcharme, obsesionado por aquella visión, traté de analizar mi dolor súbito, y me dije: ¡Acabo de ver la imagen del literato viejo, superviviente de la generación de que fue entretenimiento brillante; del poeta viejo sin amigos, sin familia, sin hijos, degradado por la miseria y por la ingratitud pública, en la barraca donde no quiere entrar ya la gente olvidadiza!

(Fuente: Biblioteca Ciudad Seva)

TAMBIÉN SOBRE BAUDELAIRE EN ESTE SITIO:


(Y el París sombrío, frotándose los ojos / Empuñaba sus útiles, viejo laborioso.)









(Hace ya mucho tiempo, Baudelaire explicó las relaciones entre el primer y el tercer mundo. "... sacaba a sus hijos a tomar el aire del anochecer. Todos harapientos. Las tres caras tenían extraordinaria seriedad, y los seis ojos contemplaban fijamente el café nuevo, con una admiración igual, que los años matizaban de modo diverso" "... me dijiste: «¡Esa gente me está siendo insoportable con sus ojos tan abiertos como puertas cocheras! ¿Por qué no pedís al dueño del café que los haga alejarse?»)



("... Cuando mordisqueo tus cabellos elásticos y rebeldes, me parece que como recuerdos" ('Un hemisferio en tu cabellera') "... toda esa agitación de los que parten y de los que regresan, de los que tienen aún fuerzas para querer, deseos de enriquecerse o de viajar" ('El puerto) "... Se oye el eco de su risa
Y su voz se enreda como sus cabellos... Jamás creí poder soñar Por eso estoy en la secta del mar" ('La secta del mar')


(Baudelaire odiaba el mal como una aberración de lo matemático y lo normativo...)


(Baudelaire sugiere a los de abajo un posible método de supervivencia... "Había, pues, digerido todas las elucubraciones de esos contratistas de la felicidad pública de los que aconsejan a todos los pobres que se hagan esclavos... Su voz, pues, me cuchicheaba esto: «Sólo es igual a otro quien lo demuestra, y sólo es digno de libertad quien sabe conquistarla.»... acuérdese, si es filántropo de veras, que a todos sus colegas, cuando pidan limosna, hay que aplicarles la teoría que he tenido el dolor de ensayar en sus espaldas.»)










'HOY HE EXPULSADO A UN ALUMNO', por Luis Enrique Ibáñez

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"Hoy he expulsado a un alumno y no, en absoluto me siento bien, pero eso no va a impedir que yo, junto a tantos locos, sigamos intentando hacer algo, entre los arbustos de la derrota, entre los matorrales de la esperanza... Hoy he expulsado a un alumno, pero sé perfectamente que, cuando me acueste, no pensaré en lo mal que lo he pasado... pensaré en qué cojones va a pasar con ese chaval... me voy a abrazar con toda la fuerza posible a todos esos compañeros, locos de atar, que a pesar de todo, llegan con una sonrisa y te dicen "he pensado en este proyecto, estaría cojonudo para nuestros alumnos, ¿lo hacemos?
Y es ahí donde uno conoce su condena, la ve y la entiende... su plácida condena..."

Esta semana, el IES Cristóbal Colón, volverá a llevar la música a la calle

HOY HE EXPULSADO A UN ALUMNO

Hoy he expulsado a un alumno, y no me siento bien. Hoy he expulsado a un alumno y llevo todo el día pensando en ese alumno. No voy a detenerme a narrar la escena, la tensión en el aula que podría provocar algo realmente grave. No, podría ser morboso, pero, aunque algunos querrían conocer la versión para emitir un juicio, no voy a dar detalles. Los habitantes de las barricadas saben bien de que hablo. Hoy he expulsado a un alumno y soy incapaz de sacar su rostro de mi pensamiento.

Lo que sí sé es que ya incluso no quiero que nadie se acuerde de nosotros, que nadie escriba de nosotros, y es así, porque ya no confiamos en nadie, hasta ahí hemos llegado. 

Algunos estamos llegando al punto en el que (y no nos alegra) ya ni siquiera nos interesa repetir, demandar, que la Educación es un reto, una obligación, de toda la tribu, y no sólo un desguace en el que se sueltan, a su suerte, las piezas humilladas que no interesan, me estoy refiriendo a los alumnos, jamás a mí, jamás a nosotros.

Hoy he expulsado a un alumno, y no me siento bien, pero no voy a pedir una solidaridad, un justicia imposible, no conmigo, sino con los desfavorecidos, con mi alumno.

Hoy he expulsado a un alumno, y no, en absoluto me siento bien, pero eso no va a impedir que yo, junto a tantos locos, sigamos intentando hacer algo, entre los arbustos de la derrota, entre los matorrales de la esperanza. Ya sabemos lo que ahí. Y no me voy a entretener en recordar todo lo que hace falta para educar, para vivir, para formar ciudadanos en libertad. 

Sí me voy a abrazar con toda la fuerza posible a todos esos compañeros, locos de atar, que a pesar de todo, llegan con una sonrisa y te dicen "he pensado en este proyecto, estaría cojonudo para nuestros alumnos, ¿lo hacemos?". 

Y es ahí donde uno conoce su condena, la ve y la entiende... su plácida condena.

Ya no me interesa recordarles a todos esos impresentables representantes de la ciudadanía lo que sería necesario para atender a tantas víctimas, ya muchos vamos a los nuestro, lo de todos, que cada palo aguante su vela.

Hoy he expulsado a un alumno, pero sé perfectamente que, cuando me acueste, no pensaré en lo mal que lo he pasado... pensaré en qué cojones va a pasar con ese chaval...

En mi instituto, el IES Cristóbal Colón, después de las Jornadas de Refugiados, después de las Jornadas sobre Pobreza Infantil, vamos a preparar la Jornada 'Beatus Ille' y, quizá, una nueva edición de 'Humanizando'

Mariano, Susana, podéis seguir con vuestro teatro, nosotros haremos lo que decidamos hacer.



'EL LIBRO', por Santi Ortiz / 'EL LIBRO', de Rubén Darío

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"Y todo está ahí esperándonos en los anaqueles de una biblioteca o de una librería. Pasar la mano por su lomo, sentir el olor del papel, es el umbral que nos predispone a abrir el mundo oculto que se encierra en sus hojas; un mundo de paciencia infinita, siempre a la espera de que llegue alguien y dé vida a la vida que sus letras componen y todo recomience de nuevo. Somos nosotros, los lectores, recreadores de todas las historias, de todas las verdades y ficciones...

 Yo, por ejemplo, soy andaluz y leo"



EL LIBRO
     Lo he amado siempre, en toda edad y toda circunstancia. De su mano, alcancé lugares remotos y transgredí las leyes de la Física viajando al pasado y también al futuro. Traspasada su tapa, no tuve reparos en zambullirme una y otra vez en su mar de palabras y alcancé a escuchar con los ojos lo que habían dejado para mí –para cualquier lector– poetas y filósofos, fabulistas y hombres de ciencia, dramaturgos y oradores, novelistas y visionarios. Pude conocer a gente de otros tiempos como Homero, Cervantes, Quevedo, Víctor Hugo, Rimbaud…, o contemporáneos como Cortázar, Neruda, Jorge Luis Borges, por citar tan sólo a una terna ejemplar. Entre sus páginas penetré en los misterios insondables de la mente humana, en sus peripecias y hazañas, en sus simas y cimas, en sus tinieblas y sus resplandores. ¡Qué infinita cantidad de experiencias! ¡Qué de historias! ¡Cuánto ingenio! ¡Qué imaginación! Y todo está ahí esperándonos en los anaqueles de una biblioteca o de una librería. Pasar la mano por su lomo, sentir el olor del papel, es el umbral que nos predispone a abrir el mundo oculto que se encierra en sus hojas; un mundo de paciencia infinita, siempre a la espera de que llegue alguien y dé vida a la vida que sus letras componen y todo recomience de nuevo. Somos nosotros, los lectores, recreadores de todas las historias, de todas las verdades y ficciones que quedaron apresadas en las planchas de imprenta. Mientras haya lectores, resucitará mil veces Moby Dick para que naveguemos con el capitán Ahab buscando su captura, o D’artagnan entonará con los tres mosqueteros un sempiterno “Todos para uno y uno para todos”, o se animará Bertolt Brecht a narrarnos una vez más cómo el ingenio de los Horacios derrota la fuerza bruta de los Curiacios, o dejará que Madre Coraje nos ponga los pelos de punta con su alegato por la paz. ¿No ha encontrado así y encontrará, una generación tras otra, bálsamo para su amor adolescente en las Rimas de Bécquer? ¿No nos encenderemos de pasión con los Veinte poemas de amor y una canción desesperada, de Neruda, aunque ahora nos salga un imbécil o imbécila calificándolas de machistas? ¿Acaso no nos ayuda a situar nuestra insignificancia en el cosmos la obra de Carl Sagan, Stephen Hawking o Albert Einstein? Todo un megauniverso de aires diferentes, de atmósferas variopintas para respirar de distintos modos, se encuentran en los libros. Ponernos a leer es conversar con hombres y mujeres ilustres que, ensanchando su mente, nos dejaron un precioso legado con que ampliar las nuestras. Leer es dilatarnos más allá de nosotros mismos, es alcanzar confines que a nuestros miembros son inaccesibles.

     Por eso es tan enriquecedor cultivar la lectura.
     Yo, por ejemplo, soy andaluz y leo.


EL LIBRO

El libro es el telescopio
con el que se ve el infinito,
y la estrella, el aerolito
y nuestro planeta propio:
es también el microscopio
que en una mínima gota
nos hace ver como flota
un orbe a todos igual,
que es del coro universal,
una bellísima nota.

El libro es fuerza, es valor,
es poder, es alimento;
antorcha del pensamiento
y manantial del amor.
El libro es llama, es ardor,
es sublimidad, consuelo,
fuente de vigor y celo,
que en sí condensa y encierra
lo que hay de grande en la tierra,
lo que hay de hermoso en el cielo.














'MÁS SENECA Y MENOS ANSIOLÍTICOS', por Juan Arnau / EPICTETO (fragmentos)

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"Lo que llamamos “retos” o “metas” no son sino anteojeras que no permiten ver más que un único aspecto de la realidad... Esas metas nos trabajan por dentro y parecen diseñadas para excluir la contemplación y la observación atenta y desinteresada. Frente a la tiranía de la meta, los estoicos pretendían desembarazarse de pasiones demasiado apremiantes y acaparadoras. De hecho, uno de sus signos distintivos fue considerar la poesía como medio legítimo de conocimiento"

Epicteto (Grecia, 0055 dC-0135)

"Si un viejo estoico pudiera asomarse a nuestro tiempo, vería, en las grandes desigualdades propiciadas por la economía financiera, un descuido de sí, un olvido de esa autonomía moral que evita que se desaten emociones como el miedo y la vanidad, que crean la codicia"


MÁS SENECA Y MENOS ANSIOLÍTICOS

Cultiva el espíritu porque obstáculos no faltarán. El consejo de Confucio podría haberlo firmado cualquiera de los filósofos estoicos. Una versión moderna de esta máxima se la debemos a Woody Allen: “Si quieres hacer reír a Dios, cuéntale tus planes”. Un poeta barcelonés la remató con un verso lapidario sobre el inexorable juicio del tiempo: “Que la vida iba en serio uno lo empieza a comprender más tarde”. Esos son, a grandes rasgos, los tres vértices del estoicismo antiguo, que parece resurgir en nuestros días. ¿Se trata de un espejismo? Las sociedades modernas se encuentran dominadas por la rentabilidad tecnocrática del selfie, la autoindulgencia (todo nos lo merecemos, sobre todo si hay desembolso) y el capricho. Se trata de fabricar un ego frágil e injustificadamente vanidoso. Una situación que supuestamente podría remediar una buena dosis de estoicismo. Dado que no podemos controlar lo que nos pasa y vivimos totalmente hacia afuera, atemorizados y estresados, dado que somos más circunstancia que nunca, quizá pueda ayudarnos esta antigua filosofía que inspiró a Marco Aurelio, un hombre que, dada su posición, conoció el estrés mejor que nadie.

Pero en ese desplazamiento, en esa búsqueda de inspiración en el pasado grecolatino, se corre el riego de confundir, y de hecho se hace, estoicismo con voluntarismo, tan vigente y puritano. La cultura del esfuerzo y la búsqueda del éxito dominan las sesiones de coaching, que es, según sus proponentes, el arte de ayudar a otras personas a cumplir sus objetivos o a “llenar el vacío entre lo que se es y lo que se desea ser”. No cabe mayor traición al legado estoico. El voluntarismo reseca el alma y uno de los fines del estoicismo es recrearla. Lo que llamamos “retos” o “metas” no son sino anteojeras que no permiten ver más que un único aspecto de la realidad y uno acaba estrellando el avión contra la montaña, como en el caso de Germanwings. Esas metas nos trabajan por dentro y parecen diseñadas para excluir la contemplación y la observación atenta y desinteresada. Frente a la tiranía de la meta, los estoicos pretendían desembarazarse de pasiones demasiado apremiantes y acaparadoras. De hecho, uno de sus signos distintivos fue considerar la poesía como medio legítimo de conocimiento. La lírica nos mantiene en una actitud abierta y nada sabe de metas y objetivos. La poesía era para los estoicos, sobre todo la de Homero, genuina paideia. Entender esto requiere ganar una libertad interior, no estar eternamente abducidos por el circo o las pantallas, una independencia moral, no la opinión general o el vocerío de Twitter, y trascender la dependencia de la persona respecto a su parte animal (en el supuesto de que el hombre es ese ser singular que, como decía Novalis, vive al mismo tiempo dentro y fuera de la naturaleza). Con ese “cuidado de sí”, que Marco Aurelio llamaba meditaciones, era posible lograr una autarquía ética que tendría una importancia decisiva en el pensamiento político griego.

No quedan muy lejos algunos ejemplos de estoicismo moderno. Wittgenstein cuenta que de joven experimentó esa sensación de que “nada podía ocurrirle”. Era un modo de decir que, ocurriera lo que le ocurriera (una bala perdida, un cáncer), sabría aprovechar la experiencia. Una actitud que le permitió asumir el puesto de vigía en medio del fuego cruzado durante la primera gran guerra. Algo parecido encontramos en Simone Weil, siempre arriesgándose, ya fuera en la fábrica de la Renault o en los hospitales de Londres, con la humildad como valor supremo, que hace que el ego no apague la llama de lo divino. Curiosamente, la actitud de estos dos grandes filósofos, en los que reviven los viejos ideales grecolatinos, contrasta con algunas obsesiones actuales. Desde el miedo al propio cuerpo, que requiere un examen continuado, hasta la obsesión por la seguridad (to feel safe, to feel at home). Como si un escáner o un refugio pudieran otorgar esa tranquilidad, como si hubiera que encerrarse para sentirse seguro. Mientras un mandatario reciente se preguntaba cuánto dinero necesitaba para sentirse seguro y, al no hallar la cifra, se consagró a amontonar capitales, Wittgenstein se exponía en la trinchera y Weil en la columna de Durruti.

El estoicismo supone, como apuntó Zambrano, la recapitulación fundamental de la filosofía griega. En este sentido fue y es tanto un modo de vida como un modo de estar en el mundo. Zenón de Citio, natural de la colonia griega de Chipre, figura como fundador de la escuela. Tenían algo en común con los cínicos, sobre todo la vida frugal y el desprecio de los bienes mundanos, y reflexionaron sobre el destino y la relación entre naturaleza y espíritu. Hubo un estoicismo medio (platónico, pitagórico y escéptico), pero los que dieron fama a la escuela fueron sus representantes romanos: un emperador, un senador y un esclavo. Todos ellos surgieron, como ahora, al abrigo del Imperio. Aquel imperio era militar, el de hoy es tecnológico. Imaginen ustedes a Zuckerberg abrazando el estoicismo; pues bien, eso es lo que hizo el emperador Marco Aurelio. Séneca nació en la periferia del Imperio, en la colonia bética de Hispania, pero fue una figura fundamental de la política en Roma, senador con Calígula y tutor de Nerón. Epicteto había llegado a la ciudad siendo un esclavo. Cuando fue liberado fundó una escuela, y aunque, siguiendo el ejemplo de Sócrates, no escribió nada, sus discípulos se encargarían de transmitir su legado.

Moralistas y contemplativos, todos ellos defendieron la vida virtuosa, la imperturbabilidad y el desapasionamiento, sentimientos todos ellos muy poco rentables para una sociedad del entretenimiento. El estoicismo conquistó gran parte del mundo político-intelectual romano, pero, a diferencia del 15-M, no cristalizó en “partido”, sino que se decantó en norma de acción y su influencia alcanzaría a grandes filósofos como Plotino o Boecio. No entraremos a describir su refinada lógica, pero merece la pena recordar que la subordinaban a la ética. Al contrario de hoy, al menos en el mundo financiero, donde el algoritmo domina la moral. Destaca en ella su doctrina de los indemostrables, probablemente de origen indio. Concebían el alma como un encerado donde se graban las impresiones. De ellas surgen las certezas (si el alma acepta la impresión) y los interrogantes (si es incapaz de ubicarla). Para los estoicos, el mundo era, como para nosotros, sustancialmente corporal, pero su física no niega lo inmaterial. Concibe la naturaleza como un continuo dinámico, cohesionado por el pneuma, un aliento frío y cálido, compuesto de aire y fuego. Heredaron de Heráclito el fuego como principio activo y primordial, del que han surgido el resto de los elementos y al que regresarán. Como el humor o el llanto, el pneuma no se desplaza, sino que se “propaga”, contagiando alegría o enfermedad.

Hoy no estaría de más poner en práctica algunos de sus principios. El imperativo ético de vivir conforme a la naturaleza, que nuestro planeta agradecería. El ejercicio constante de la virtud, o eudemonía, que permite el desprendimiento. Y, finalmente, lo que Nietzsche llamó el amor fati, la aceptación y querencia del propio destino, remedio eficaz para todo aquello que produce desasosiego. No puede decirse que estos principios proliferen en nuestros días. Si un viejo estoico pudiera asomarse a nuestro tiempo, vería, en las grandes desigualdades propiciadas por la economía financiera, un descuido de sí, un olvido de esa autonomía moral que evita que se desaten emociones como el miedo y la vanidad, que crean la codicia. Emociones contrarias a la razón del mundo que, en nuestro caso, es la razón del planeta.

(Fuente: El País, 28-04-2018)

EPICTETO 
(fragmentos)

"¿No oíste muchas veces que el deseo debes extirpar totalmente, el aborrecimiento sólo aplicarlo a lo del albedrío; que debes soltarte de todo, del cuerpo, la hacienda, la fama, los libros, tumulto, magistraturas, vida privada? Adondequiera que, en efecto, te inclines, te esclavizas, te sometes, te ves impedido, apremiado todo tú a merced de otros."

"¿Dónde, pues, hay aprovechamiento? Si uno de nosotros, apartándose de las cosas exteriores, en su propio albedrío se ha replegado, y lo cultiva y trabaja hasta hacerlo del todo acorde con la naturaleza, elevado, libre, exento, desembarazado, leal y recatado, y ha aprendido además como quien codicia o rehuye las cosas que no dependen de él, no puede ser leal ni libre, sino que forzoso le será el mudarse y verse arrastrado también con ellas y forzoso igualmente el someterse él mismo a otros, a aquellos que se las puedan procurar o prohibir […]. ¿Pues qué otra cosa son las tragedias, sino pasiones de hombres fascinados por lo exterior…?"

"El principal quehacer en la vida es éste: distingue entre las cosas, sepáralas y di: “Las externas no dependen de mí, el albedrío depende de mí. ¿Dónde buscaré el bien y el mal? En lo interior, en lo mío”. Que en las cosas ajenas jamás hallarás ni bien ni mal, ni provecho ni daño, ni nada semejante."

(Fuente: elvuelodelalechuza.com)


ACERCA DE EPICTETO:

Pensador griego cuya filosofía del estoicismo resaltó la libertad, la moral y la humanidad. Epicteto quizá nació en Hierápolis, Frigia (hoy en Turquía). Aunque era de origen esclavo, de joven estudió los escritos de los estoicos y después de conseguir su libertad fue a enseñar filosofía a Roma hasta el año 90 d.C. En esta fecha el emperador romano Tito Flavio Domiciano, temeroso de los peligros que a su parecer entrañaban las enseñanzas de los estoicos, envió a Epicteto y a otros filósofos al exilio. Epicteto se instaló en Nicópolis, al sur de Epiro, donde murió. Las enseñanzas de Epicteto se han conservado en dos obras compiladas por su alumno, el historiador y filósofo griego Flavio Arriano: Manual de Epicteto, que se conserva completo, y lasDisertaciones o Diatribas, de las que se guardan cuatro de los ocho libros que las componían. Según estas obras, Epicteto estuvo muy interesado por el problema de la moral definir el bien. Afirmaba que los humanos son seres limitados e irracionales, pero que el universo, regido por Dios a través de la razón pura, es perfecto. Como los seres humanos no pueden conocer ni controlar su destino, deben dejar de esforzarse en conseguir el conocimiento del sentido de este mundo y, en su lugar, aceptar con paz de espíritu el hecho de su propia impotencia ante el destino. Como corolario de esta doctrina, Epicteto mantuvo que los seres humanos, han de ser tolerantes con los errores de los demás a causa de su propia debilidad.

(Fuente: epdlp.com)













'MAYO DEL 68', por Santi Ortiz

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"Por primera vez en la Historia, los estudiantes se convierten en principales protagonistas de un hecho revolucionario, aunque no llegara a cuajar como tal... los sucesos de mayo de 1968 se encuadran más dentro del linaje de la rebelión que de la revolución. La diferencia entre ambas categorías radica en que la primera sólo tiene claro aquello contra lo que se va y es preciso abolir, mientras que la segunda cuenta con un modelo alternativo que oponer al poder establecido...

consiguieron meterle el miedo en el cuerpo al Sistema. Después éste reaccionaría y, al cabo de diez años, ya había absorbido... aquel intento de contracultura. Sin embargo, el mundo ya jamás volvería a ser el mismo"


MAYO DEL 68

     Tal día como hoy –3 de mayo– de hace cincuenta años, una protesta de universitarios de Nanterre en el patio de la Sorbona, saldada con el enfrentamiento entre estudiantes y policías con una cifra de 400 heridos, sirve de pistoletazo de salida a una concatenación de episodios turbulentos, cuya radicalización y empuje llegó a tambalear las bases del sistema político entonces en vigor.


     Por primera vez en la Historia, los estudiantes se convierten en principales protagonistas de un hecho revolucionario, aunque no llegara –después de un mes de conflictos– a cuajar como tal, pero que dejaría su marca de secuelas en el mundo posterior y condicionaría, de algún modo, el devenir de la izquierda.

     A mi juicio, los sucesos de mayo de 1968 se encuadran más dentro del linaje de la rebelión que de la revolución. La diferencia entre ambas categorías radica en que la primera sólo tiene claro aquello contra lo que se va y es preciso abolir, mientras que la segunda cuenta con un modelo alternativo que oponer al poder establecido.

     Los estudiantes franceses, enmarcados dentro de una juventud que ha pasado a contemplarse como la fase culminante del desarrollo humano, en vez de como estadio preparatorio para la vida adulta, tienen la sensación de estar experimentando un cambio trascendente: sienten que, con su lucha, están cambiando no sólo su vida, sino el propio mundo; ese mundo viejo y caduco en el que no encuentran cabida y en cuyas reglas no se sienten para nada representados. Aspiran a la transformación radical de las estructuras de la Universidad y la Enseñanza, a la revolución sexual y el amor libre, y a crear otro mundo alternativo –otro mundo es posible– que avocará a los jóvenes posteriores a refugiarse en lo oriental, las nuevas religiones y sectas, la apología de la droga, la antipsiquiatría, la parapsicología, las bioenergías, el esoterismo y hasta los ovnis; además del naturismo, las dietas macrobióticas y vegetarianas, el mito del aire libre, el ecologismo y el footing. 


     Lograr la revolución era más complicado. De eso, fueron conscientes los estudiantes y sus líderes más mediáticos –Daniel Cohn-Bendit, Alain Geismar o Jacques Sauvageot– desde el primer momento. En primer lugar, porque para hacer la revolución era necesario oponer al poder existente un contrapoder, y el único que podía ejercerse con posibilidades de éxito frente al poder represivo de las clases dominantes, del gobierno y del ejército, era el de los trabajadores. El arma del trabajador –única, pero definitiva– es negarse a entregar el fruto de su trabajo a la sociedad. Todo el sistema, entonces, se para. Mas para que tal cosa se produzca, el trabajador ha de entrar en la lucha. Era preciso, pues, involucrar a los trabajadores en el conflicto. Los estudiantes debían ser el detonador y los trabajadores el artefacto explosivo. Y a punto estuvieron de hacerlo estallar a raíz de la huelga general decretada por los sindicatos el 13 de mayo; huelga que paralizó el país y puso en paro a diez millones de personas. Pero una de las peculiaridades de los conflictos de mayo del 68 era que no nacieron de una crisis económica, social o política grave, sino de una reivindicación profunda con cierto matiz libertario (aunque paradójicamente sus banderas se alinearan en el marxismo, bajo las figuras de Marx, Lenin y Mao). Es más, Francia se hallaba entonces en una economía de pleno empleo y después de veinte años de mejoras consecutivas para los asalariados. Era por tanto una situación en que lo último en que pensaban las masas proletarias era en la revolución. A esto cabe añadir que los partidos de izquierda, fieles a su papel tradicional en las democracias burguesas de leal opositor, garantes del pacto básico que permite mantener estables las instituciones, no se sumaron a las reivindicaciones estudiantiles e incluso se les opusieron como freno. Lo mismo que los sindicatos obreros, pese a esos diez millones de huelguistas que consiguieron arrastrar los estudiantes de una manera tan rápida y espontánea que hasta los propios obreros quedaron estupefactos. Se encontraron comprometidos, sin haber acordado nada entre ellos, con un movimiento que se radicalizaba espontáneamente a medida que pasaban los días. Sin embargo, la necesaria fusión estudiantes-obreros no llegó a producirse y la revolución, lejos de consolidarse firmó su finiquito de fracaso –de estar en la cuerda floja, de Gaulle logró cien escaños más en las siguientes elecciones–, dejando, eso sí, secuelas de barricadas, violencia, paredes saturadas de consignas y el desencanto de una derrota que marcaría a fuego el devenir de la política y de la izquierda.

     Pese a pedir “imaginación al poder”, esta se quedó en los eslóganes que pintarrajearon las paredes de París, territorio de contradicciones y paradojas –“Prohibido prohibir”, “Ser realistas, pedid lo imposible”…–, no sé si como exponente de la ausencia de propuestas factibles y claras con la que reemplazar lo vigente. No obstante, de lo que no me cabe duda es que los conflictos de mayo del 68 en Francia, insertos en la fascinación de una década y una juventud que creyó posible alcanzar la utopía, plasmados en el movimiento negro contra la segregación racial en Norteamérica, la primavera de Praga, las movilizaciones anti-imperialistas incluidas las de EE.UU., la Unidad Popular en Chile, las triunfales guerras de liberación de Vietnam, Angola, Mozambique y Guinea, la revolución de los claveles en Portugal, el entierro de Franco y del franquismo y los movimientos de la liberación de la mujer, consiguieron meterle el miedo en el cuerpo al Sistema. Después éste reaccionaría y, al cabo de diez años, ya había absorbido, asimilado y banalizado todo aquel intento de contracultura. Sin embargo, el mundo ya jamás volvería a ser el mismo.




'EL AGUA SIEMPRE ESTÁ AHÍ', por Francisco Oliva

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"El agua pública no es una decisión. Es una necesidad y una obligación para quienes nos gobiernan. Estas megaempresas-recordemos que su fin es, al final, el beneficio económico cueste lo que cueste- tienen en su ADN explotar el medio y a sus clientes. Y esa es la batalla... Porque disponer de agua, como seres vivos que somos, es un derecho universal. Y a pesar de ello, y de estar continuamente en contacto constante con ella, no prestamos un solo segundo a pensar en qué condiciones, cuánto nos cuesta, quién es el propietario, por qué se contamina, por qué compras agua mineral, o por qué se vende"

EL AGUA SIEMPRE ESTÁ AHÍ
Abres el grifo y sale caliente o fría. Un solo giro de muñeca y el milagro se hace realidad. Riegas las macetas, pones la lavadora, cueces el arroz y tiras de la cisterna. Atrás quedaron los años de subir el cubo de agua del pozo, de los cántaros hasta la fuente más cercana, los aguadores, los pilones, los lavaderos y el baño de cinc. Afortunadamente.
Sin embargo, y aun felicitándonos por tal salto tecnológico, nos suele ocurrir como sociedad que ese disfrute automatizado, e instantáneo, de derechos básicos nos hace olvidar precisamente el primordial hecho de que lo son. Porque disponer de agua, como seres vivos que somos, es un derecho universal. Y a pesar de ello, y de estar continuamente en contacto constante con ella, no prestamos un solo segundo a pensar en qué condiciones, cuánto nos cuesta, quién es el propietario, por qué se contamina, por qué compras agua mineral, o por qué se vende. El problema está en nuestra endémica incapacidad para discernir qué es lo importante en esta vida, en este mundo. En la realidad de verdad. Tal como reza en el lema de esa camiseta que siempre me ha gustado leer: “LO IMPORTANTE ES SABER QUÉ ES LO IMPORTANTE”.
Es curioso observar cómo esta sociedad, este ser menos humano de hoy, dedica horas y horas a destripar las noticias de actualidad, a menudo sobre asuntos vanos y recónditos. Cómo se engullen sin apenas leerlas sin comprenderlas, para comentarlas, compartirlas o sentirse indignados desde el cálido confort del sofá y la manta. Y mientras, los asuntos clave que afectan a su salud, su calle, su barrio o su propia cartera pasan desapercibidos, como espectros nebulosos que se desvanecen al sonido del último mensaje de Whatsapp. A veces pienso que nunca, como ahora, hemos estado más cerca de la noticia, y más lejos de la realidad.
Y así con todo. Fíjense. Respiramos de media cada 4-5 segundos como un automatismo del que estamos tranquilos y confiados, sin prestar un segundo a pensar en que el día en que dejemos de hacerlo, lo perderemos todo. Solo nos acordamos de lo bien que nos viene respirar, cuando la nariz se nos tapona por el maldito catarro, o cuando en el hospital te ponen una mascarilla de oxígeno para sobrevivir. Entonces sí, cierras los ojos y tratas de disfrutar de tu poco oxígeno hasta degustar hasta la última molécula, quizás porque la consciencia de lo que es verdaderamente importante en nuestra vida, siempre nos llega tarde. Porque si de verdad supiéramos y valoráramos lo qué es respirar, nadie se pondría un cigarrillo entre los labios.
Si aprendiéramos a valorar qué es tener agua corriente, sabríamos que hoy estamos bebiendo el agua que durante cientos de años se derramó de aquellos cántaros rotos, la misma agua que muchas familias no tenían para lavarse o cocinar, que faltaba en aquellas calles sepultadas en mierda y enfermedades, o que nunca se canalizó para aquellas mujeres esclavas que perdían la espalda en los lavaderos. Así pasó en Bolivia hace apenas unos años, y vaya si aprendieron a valorarla... Allí, la subida de precios de las multinacionales (primas de esas que aquí nos cobran) se forraban subiendo precios, sabiendo con todo el sadismo del mundo, que la factura podía llegar a significar la mitad del sueldo de un trabajador. A ver hasta cuánto resistían. Y de tanto apretar el globito les estalló en las manos. La gente salió a la calle, y tras cruentos enfrentamientos con las multinacionales y contra un estado aconchabado, tras decenas de muertos sobre el asfalto, consiguieron echarlos como lo que eran: escoria inhumana.
Porque, si lo piensas, el agua es el negocio perfecto: un monopolio de un bien universal de consumo que, encima, es indispensable para vivir. Millones de clientes a tus pies, necesitados obligatoriamente de tu producto. Protegidos por políticos a sueldo, que vendieron su programa electoral por un quítame allá esos grifos. En boca de un supuesto responsable público del agua, presidente de Aljarafesa: “El agua es un negocio bueno. Porque la gente está acostumbrada a pagar”. Para quienes aún no saben de qué les hablo, han sido casi 100 millones de Euros de beneficios los que metió, por ejemplo, AQUALIA en la caja de FCC. No entraremos a valorar dónde y cómo fueron tributados, y cuántos impuestos dejó en nuestro país. El patriotismo, al parecer, suele volar mucho en clase “business” y con escala en Islas Caimán.
Los hay -incluso se extiende entre responsables públicos- que siguen sosteniéndolo: “el agua que venden las multinacionales es más eficiente, más barata, y más mejor”. Lo dicen a doble página y a todo color, en periódicos de tirada nacional, con todo un ejército de presuntos expertos a sueldo, cuyos resultados científicos (¡oh casualidad!) coinciden con los de las propias empresas. Mientras, las plataformas ciudadanas, ecologistas, consumidores denunciantes y vecinos indignados (y demás tiesos en general) tienen que hacer el pino puente con datos oficiales y científicos, con denuncias administrativas y penales, para que un periódico local como el “Rijerta Información” les publique un parrafito sin foto, de vez en cuando.
El agua pública no es una decisión. Es una necesidad y una obligación para quienes nos gobiernan. Estas megaempresas-recordemos que su fin es, al final, el beneficio económico cueste lo que cueste- tienen en su ADN explotar el medio y a sus clientes. Y esa es la batalla. Enterarnos de una vez que, en esto del agua no podemos ser tratados como CLIENTES, SINO COMO CIUDADANOS. Y esto no significa que el agua tenga coste 0, pues tiene que tenerlo. Significa que el único beneficio que haya REPERCUTA EN EL PROPIO SERVICIO, y no en el bolsillo de 3 o 4 sinvergüenzas. Y esto tambien va por aquellos que se ponen la piel de agua pública para terminar en convertirla en su negocio corrupto. Que también se dan casos (Canal de Isabel II)
Querido lector, sé que a estas alturas ya estarás echando una ojeada hacia las últimas líneas de este escrito, buscando el final a tanta reflexión hidráulica. Sé que a algunos/as de ustedes ya os queman los mensajes entrantes, el sonidito del último retuit, o el aviso de batería al 15%. La capacidad de concentración en la lectura no sube de 3 párrafos, según empiezan a alertar los expertos. Y lo entiendo. Mejor la fotito o el video, que es más rápida y hay que pensar mucho menos. Por eso, voy terminando... O no.
Sólo un consejo, por si te sirve. Apaga el móvil/Tablet/PC/TV o lo que sea que esté emitiendo imágenes. Abre la puerta de su casa, y sal a mirar las cosas reales. La realidad también tiene mensajes sin revisar, llamadas perdidas y alertas sonoras. Acércate a la calle, y observa bien la acera, los baches, la basura, la pobreza y la dejadez. Échale un vistazo a ese bosque talado de fuentes públicas para beber agua en las calles de tu pueblo. Esas que antes brotaban por doquier. Busca, si puedes, a tus amigos, a tu familia, a la gente. Verás que no son emoticonos, esperando a que les respondan el último mensaje. Anda. Un paseo por la playa. Insulta a esa alfombra de basuras en que se ha convertido. Haz el durísimo ejercicio de leer un libro durante más de 15 minutos sin parar. O simplemente, y lo más duro, deja pasar el tiempo observando cómo transcurre.
Este artículo, en realidad, no iba sobre el agua. Va sobre la vida, que se nos va como un grifo abierto, derramándose sobre el sumidero, sin hacer nada productivo para hacer que un día vivamos en un mundo mejor. Ahogados en noticias que no nos dejan ver lo que realmente está pasando cada día en nuestras mismas narices. En nuestras facturas de agua. En el asqueroso filtro del grifo del agua que bebes, y que nunca te dio por mirar (ve mirándolo por si acaso aún no lo has hecho). En el vergonzoso lucro en que se ha convertido el agua, madre de nuestra propia existencia y reflejo de nuestra vida misma. Porque vivir, hoy día, cuesta cada vez más caro, aunque la vida tenga cada vez menos valor.
Y ahora, cierren los ojos. Y respiren como si cada bocanada de aire fuera la última. Porque puede serlo.
Pd: Acérquense al documental "¿Trileros del Agua" el viernes 4 de mayo a las 19:30, en el Hotel Guadalquivir. Les abrirá los ojos.







'AH, ERA ESTO', por Juan J. Millás / 'INCULTURA', por Eduardo H. Tecglen

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Una sugerencia de Lidia Cerro

"Estudiar consiste en atar cabos. Cuando algo que leíste en un libro de historia se completa con algo leído en uno de aritmética se ata un cabo. Los cabos se desatan también por fallos de la memoria o por intereses inconfesables..."(Millás, 2018)

"Puede que las generaciones de conversadores fueran mejores que las de espectadores. El descenso notable de la cultura (o conjunto de conocimientos y facultad de relacionarlos entre sí) indica que hay una relación entre estos fenómenos"(Haro, 1994)
'Dama estudiando'
AH, ERA ESTO

"Atar cabos”, he ahí una expresión acertadísima. Describe lo que ocurre en la cabeza de alguien cuando se asocian dos o más hechos alejados en el tiempo o en el espacio. Algo se abrocha de súbito en un clic mental que ilumina un suceso oscuro. Un día, atando cabos, descubrimos que los Reyes eran los padres. Es solo un ejemplo. Al atar cabos se unen cosas o personas que hasta ese instante nada tenían que ver entre sí. Quizá tú mismo eres un cabo suelto en la cabeza de otro. La humanidad entera son siete mil millones de cabos sueltos movidos por el viento como los flecos de una falda. Ese anciano con el que te acabas de cruzar en el parque es un cabo suelto, igual que el chino que regenta la tienda de comestibles de la esquina, la indigente que pide limosna a la salida del supermercado o el profesor de Ciencias Naturales que explica ahora mismo la función clorofílica a un grupo de alumnos con astenia primaveral. Cuando nace un niño nace un cabo suelto y cuando muere un viejo muere un cabo suelto. La filosofía es el arte de atar las ideas sueltas como la literatura el de articular las obsesiones sueltas.
 
Un día, en un funeral de corpore insepulto, al observar el rostro de una de las asistentes, até cabos y comprendí que el muerto y ella habían sido amantes. Estudiar consiste en atar cabos. Cuando algo que leíste en un libro de historia se completa con algo leído en uno de aritmética se ata un cabo. Los cabos se desatan también por fallos de la memoria o por intereses inconfesables. Esos cabos que quedan sueltos permanecen sueltos a la espera de que algo o alguien los vuelva a anudar. La parca ata todos los cabos. “Ah, era esto”, dice el protagonista de La muerte de Ivan Ilich unos segundos antes de expirar.

(Fuente: El País, 04-05-2018)

INCULTURA
Durante el último franquismo, el primer año de transición, España no era todavía un país de espectadores; por lo menos no éramos pasivos. Ahora lo somos; cada vez un poco más. Se atribuye a la abundancia de televisión; es mas cómodo encontrar una culpa ajena, pero cualquier examen un poco mas detenido nos dirá que, por el contrario, hay mas televisión, y mas hacia el vulgo porque este tiene tendencia a lo contemplativo. Los cafés desaparecieron cuando se dejó de conversar. Puede que las generaciones de conversadores fueran mejores que las de espectadores. El descenso notable de la cultura (o conjunto de conocimientos y facultad de relacionarlos entre sí) indica que hay una relación entre estos fenómenos, pero sólo un análisis mayor permitiría saber cuales son consecuencia de cuales; y de que forma están hechas estas relaciones. Por ejemplo, coincide el descenso del nivel de analfabetismo con el de los conocimientos medios y con el de lectura; y no se puede decir que estén relacionados.

Los espectadores que pasan a ser actores por un momento, en los programas que les llaman a ello (mas dedicada la 5 que otras emisoras, salvo algunas autónomas) descorazona. Hay una parte de desparpajo y de impudor, sobre todo femenino, que a mi me causa una impresión contraria a la general (que es muy mala), porque me indica que puede haber mas libertad mental, mas claridad (si no es todo hipocresía, ficción o disimulo); lo que me inquieta es la falta de racionalidad y conocimiento. Antes se llevaba a los espectadores a contestar preguntas de temas generales (aún queda el "Un, dos, tres"); poco a poco se fue reduciendo el nivel y ahora se pregunta a la gente por sí mismos y su intimidad (bragas, toqueteos, comilonas,); y aún así no saben mucho. Es un público elegido, ya se que no por su erudición. Aterra.

Peor cuando micrófonos y cámaras van a la calle y preguntan la actualidad: nadie sabe ni entiende. ¿Está la ruina del país, su atraso, su des europeización, en relación con ello (es su consecuencia, o al contrario)? ¿Hay que seguir diciendo que es por la televisión, o podemos ya explicar que hay fallos gravísimos de enseñanza desde hace cincuenta años; y que prosiguen?
(Fuente: eduardoharotecglen,net, 07-03-1994)










'COMPÓRTATE', por Leila Guerriero / ALGUNAS CITAS LITERARIAS / PROPUESTA DE EXAMEN (según PAU)

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Ay, cosas de la actualidad, la educación... la literatura.

"Nos inculcaron reglas estrictas acerca de cuándo hay que dar el primer beso o ir a la cama. Máquinas de lustrar el piso y de parir, nos repartieron las tareas de la casa, los deberes hacia el marido y los hijos. Nos enseñaron el bordado, el silencio, la hipocresía y la paciencia. Nos dijeron lo que podíamos saber y lo que no, lo que podíamos leer y lo que no, lo que podíamos estudiar y lo que no. Todo eso nos lo hicieron hombres y mujeres"
"Aquí se hace lo que yo mando... Hilo y aguja para las hembras. Látigo y mula para el varón" ('La casa de Bernarda Alba')

Vista del Palacio de Justicia de Pamplona, horas antes de conocerse la sentencia de La Manada. / EFE

COMPÓRTATE

Durante siglos nos decretaron el largo de la falda, la profundidad del escote, la intensidad del maquillaje. Nos indicaron el punto exacto en el que un pantalón deja de ser ajustado para empezar a ser provocativo, nos reglaron el alto de los tacos y la edad para empezar a usarlos. Nos obligaron a sentarnos con las piernas cerradas y a caminar sin bamboleo. Nos inculcaron reglas estrictas acerca de cuándo hay que dar el primer beso o ir a la cama. Máquinas de lustrar el piso y de parir, nos repartieron las tareas de la casa, los deberes hacia el marido y los hijos. Aprendimos que si nos pegaban era porque algo habíamos hecho. Nos enseñaron el bordado, el silencio, la hipocresía y la paciencia. Nos dijeron lo que podíamos saber y lo que no, lo que podíamos leer y lo que no, lo que podíamos estudiar y lo que no. Todo eso nos lo hicieron hombres y mujeres. Siglos después, parecía que habíamos aprendido algo. Hasta que en abril de 2018 un grupo de jueces españoles decidió que cinco varones que violaron a una mujer de dieciocho en los Sanfermines de 2016 fueran condenados a nueve años de cárcel por abusos sexuales, y no a veintidós por violación, emitiendo un fallo según el cual no hubo intimidación ni violencia hacia la víctima, que declaró haber hecho lo que muchas hubiéramos hecho para defendernos de una suerte peor: “cerré los ojos para no enterarme de nada y que pasara rápido (…) Cuando me vi rodeada sentí miedo, no sabía cómo reaccionar y reaccioné sometiéndome”. Los jueces concluyeron que la chica se quedó demasiado quieta, que no pataleó, ni chilló, ni arañó, ni forcejeó como debe hacer una mujer honesta para defender su honra. Así, después de siglos de barbarie, cuando parecía que habíamos aprendido algo, unos jueces españoles nos arrojaron a la cara El Manual del Buen Comportamiento de la Mujer Violada.

(Fuente: El País, 09-05-2018)

ALGUNAS CITAS

"Ellas habían sido educadas para casarse. Sabían bordar en bastidor, coser a máquina, tejer encaje de bolillo, lavar y planchar, hacer flores artificiales y dulces de fantasía, y redactar esquelas de compromiso... La madre pensaba que no había hijas mejor educadas. «Son perfectas», le oía decir con frecuencia. «Cualquier hombre sería feliz con ellas, porque han sido criadas para sufrir"

('Crónica de una muerte anunciada', Gabriel García Márquez)

"Aquí se hace lo que yo mando. Ya no puedes ir con el cuento a tu padre. Hilo y aguja para las hembras. Látigo y mula para el varón")

('La casa de Bernarda Alba', Federico García Lorca)

"... y además, obligadas por los deseos, los gustos, los mandatos de sus padres, de sus madres, de sus hermanos y de sus maridos, pasan la mayor parte del tiempo encerradas...")

('El Decamerón', Bocaccio, prólogo)

"... con tal que se presten a pronunciar cuando se lo manden un sí perjuro, sacrílego, origen de tantos escándalos, ya están bien criadas, y se llama excelente educación la que inspira en ellas el temor, la astucia y el silencio de un esclavo")

('El sí de las niñas', Leandro Fernández de Moratín)

"Quiero decir que de manos de papá pasé a las tuyas. Lo arreglaste todo a tu gusto, y yo participaba de tu gusto, o lo simulaba; no lo sé a ciencia cierta; quizá lo uno y lo otro. Ahora, mirando hacia atrás, me parece que he vivido aquí como los pobres… al día. He vivido de las piruetas que hacía para recrearte, Torvaldo. Por eso te satisfacía. Tú y papá habéis sido muy culpables con respecto a mí. Ustedes tienen la culpa de que yo no sirva para nada…"
('Casa de muñecas', H. Ibsen)
"Prudencia cometió un error. Y los errores se pagan. Creyó que su vida era la de su marido y, cuando quiso darse cuenta, el marido tenía su vida y ella no tenía la propia. Todo lo hacía calculando si a él le gustaría y jamás se preguntó qué le gustaba a ella"

('Algún amor que no mate', Dulce Chacón)

"Que no hay vacuna que inmunice a nuestras chicas frente a las miles de caras y de estrategias de culpabilización con las que el machismo se disfraza... Pero donde realmente tenemos que poner los esfuerzos es en cambiarlos a ellos, a los agresores"

('Es cosa de hombres', de Concha Caballero)

"... mas no alcanzo que por razón de ser amado, esté obligado lo que es amado por hermoso a amar a quien le ama… el verdadero amor no se divide, y ha de ser voluntario y no forzoso. … Yo nací libre")
('Don Quijote de la Mancha', Miguel de Cervantes)


PROPUESTA DE EXAMEN

PREGUNTAS:

1ª ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS
2ª TEMA. RESUMEN


3ª COMENTARIO CRÍTICO

Preguntas guía para el comentario crítico

1ª ¿Cómo está organizado el texto? (Estructura)

2ª ¿Qué tesis defiende el autor? (Ver Orientaciones para determinar el tema...)
3ª ¿Podrías resumir brevemente el texto con tus propias palabras?
(Las tres primeras preguntas corresponden, evidentemente, a las preguntas de Selectividad, ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS, TEMA Y RESUMEN. A partir de la cuarta pregunta comenzaría -es sólo una propuesta- el COMENTARIO CRÍTICO)
4ª ¿Qué tipo de texto es? Si es un texto literario, ¿a qué momento histórico pertenece, está "encuadrado" en algún movimiento literario?
5ª ¿Es un tema actual? ¿Crees que hay alguna idea "secundaria" importante?
6ª ¿Es un tema polémico?
7ª ¿Es un tema local/universal
8ª ¿Qué argumentos utiliza el autor para defender su tesis?
9ª ¿Es objetivo en sus planteamientos, o es subjetivo?
10ª ¿Cuáles son las “marcas lingüísticas” de su supuesta subjetividad? ¿Cuáles son las expresiones más impactantes, más significativas? 
11ª ¿Es un tema original?
12ª Si no lo es, ¿lo es, al menos su tratamiento, su enfoque?
13ª ¿Cuál es tu opinión?
14ª ¿Qué argumentos añadirías?
15ª ¿Qué argumentos opondrías a los del autor?
16ª ¿Puedes relacionar el texto, su tema principal, con otros textos, noticias… que conozcas?
17ª Teniendo en cuenta la intención del autor, ¿crees que ha sido eficaz? ¿Qué funciones del lenguaje predominan?
18ª ¿Cómo concluyes tu análisis, tu comentario?

4ª FUNCIÓN SINTÁCTICA DE LAS PALABRAS SEÑALADAS (negrita)
5ª EL LENGUAJE PERIODÍSTICO / LOS GÉNEROS DE OPINIÓN / LOS GÉNEROS INFORMATIVOS / CLASIFICACIÓN DE LOS GÉNEROS PERIODÍSTICOS







ALGUNAS DECLARACIONES DE EMILIO LLEDÓ (extraídas de la entrevista realizada por Emma Rodríguez)

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Una sugerencia de Rosa Suárez, es lo que tiene rodearse de gente buena.

"Es evidente que vivimos en una sociedad muy interesante porque abunda la información. Actualmente hay más medios que nunca para comunicar, pero también para manipular, y ahí está el peligro. Las palabras, las informaciones pueden convertirse en tacos de madera que se quedan en el cerebro, que no nos permiten fluir, que nos coagulan las neuronas... ¿Qué ley de mercados? Que estas grandes empresas que han estado engañando, confundiendo, robando, a la gente, sean las que tengan que merecernos confianza es una barbaridad"
(Fuente imagen: El Norte de Castilla)

"La esencia de un verdadero liberalismo tendría que ser la lucha por la igualdad, que era un término técnico muy bonito, la igualdad de oportunidades, y ha quedado como una frase ahí flotando, perdida en el aire"

ALGUNAS DECLARACIONES DE EMILIO LLEDÓ

... Nuestra situación es totalmente diferente, no vale establecer comparaciones. Yo recuerdo qué infelices, inquietos, intranquilos, podíamos estar los docentes y los estudiantes, en la época en que yo fui profesor de universidad, después de la Guerra Civil, pero estábamos llenos de ilusión, de esperanza. Sabíamos que eso no podía seguir así, que era una dictadura y que la dictadura no abría camino para nada, salvo para favorecer a una oligarquía económica o religiosa. Pero ahora, con todo el progreso alcanzado, tendríamos que tener al menos la misma  esperanza que yo tenía hace 50 años. Y no la tenemos. Ahora, en un mundo tan positivamente esperanzado en adelantos técnicos, estamos en la desesperanza, porque no sabemos hacia dónde nos lleva todo esto. Hace unos días escuchaba a un señor en una tertulia de la radio diciendo que lo único en lo que creía era en la ley de los mercados. ¿Qué ley de mercados? Que estas grandes empresas que han estado engañando, confundiendo, robando, a la gente, sean las que tengan que merecernos confianza es una barbaridad. El neoliberalismo supone el dominio de los que han tenido mejores posibilidades de educación para imponerse a los otros. No hay igualdad y por eso es detestable. La esencia de un verdadero liberalismo tendría que ser la lucha por la igualdad, que era un término técnico muy bonito, la igualdad de oportunidades, y ha quedado como una frase ahí flotando, perdida en el aire. Sin embargo, en un momento dado fue inventada. Se ve que la sentíamos como una necesidad. No. No cabe hacer comparaciones con el pasado. Esperábamos otras cosas para la época que vivimos...

... Yo cada vez estoy más convencido de que la cultura es la salvación, la cultura a través de la educación, desde niños. Somos agua, aire. Sin estos elementos no puede haber tecnología, sin estos elementos adiós máquinas digitales. Somos naturaleza, pero al mismo tiempo los seres humanos inventamos otros principios fundamentales parecidos al agua, al aire, al fuego, a la tierra. Esos principios son: la justicia, el bien, la verdad, la belleza. Esos son nuestros tesoros, esa es la cultura. Ahí está el camino. Lo demás es miseria, codicia, corrupción, degeneración, la vuelta a la caverna en el sentido más siniestro de la palabra. Los políticos que no entiendan eso tendrían, si son decentes, que dejarlo, pero si son indecentes es la sociedad la que tiene que echarlos. Hay que fomentar la conciencia crítica. Todos somos filósofos. El principio, la línea primera de la metafísica de Aristóteles dice que todos los seres humanos tienden por naturaleza a entender, a saber; luego algunos leemos a Kant, pero todos queremos saber en qué consiste vivir y es la educación la que tiene que saciar esa necesidad de cultura que llevamos dentro. Yo no me canso de maravillarme ante las preguntas de mis nietas, preguntas que me recuerdan a las que me hacían mis hijos de pequeños. Es prodigiosa esa frescura innata de los niños y es una lástima que caigan en colegios donde les meten una ristra de frases hechas que los empobrece mentalmente. La educación es fundamentalísima...


... Es evidente que vivimos en una sociedad muy interesante porque abunda la información. Actualmente hay más medios que nunca para comunicar, pero también para manipular, y ahí está el peligro. Las palabras, las informaciones pueden convertirse en tacos de madera que se quedan en el cerebro, que no nos permiten fluir, que nos coagulan las neuronas. La manipulación puede hacer mucho daño. Pienso, por ejemplo, en lo mucho que se habla últimamente del sacrificio y de la responsabilidad colectivas para asumir los recortes de lo público. Recuerdo que alguien dijo que la patria es el refugio de los canallas, porque muchas veces los individuos no se paran a pensar en lo que significa. Se limitan a seguir al que les empuja a defenderla sin saber qué es realmente. Y cuando no se tiene sentido crítico, cuando no ha habido sugerencias de lectura, cuando no se ha ahondado en el sentido de las palabras, es muy fácil lanzarse, caer en la agresividad...
... somos lenguaje y amor. Somos lenguaje y cariño, lenguaje y afecto. Lo que pasa es que el lenguaje tiene códigos, gramáticas, sintaxis, fonéticas, fonologías,  mientras que el amor vive su vida, sin necesidad de reglas. Hay un código básico de la amistad, eso sí, basado en la decencia, en no engañar. Eso ha quedado dicho desde la ética nicomáquea de Aristóteles, pero no hay una normativa tan clara, tan maravillosa, tan precisa y al mismo tiempo tan “fluyente” como la del lenguaje. Dejando eso al margen, lo cierto es que somos seres humanos que a través de la cultura hemos descubierto qué es el amor, qué es la amistad, y hemos descubierto la importancia de las palabras, del lenguaje, de la literatura, de la escritura. Lenguaje y afecto son dos fenómenos radical y esencialmente humanos. Están en la raíz misma de la naturaleza, también en los animales, los mamíferos. La madre de unos cachorritos los ama. No sabe que los ama, pero sigue su instinto, un instinto que está ahí, que es como un amor que nos ha enseñado la naturaleza antes de que llegáramos a reflexionar sobre su sentido.

(Para leer íntegra la entrevista, lecturassumergidas.com, web especialmente recomendable)

ENTRADAS RELACIONADAS:

'¿QUÉ ÉTICA?', por Emilio Lledó

("Sabemos que siguen ahí el terror, la hipocresía, la falsificación; que sigue la miseria alimentando no la desesperación, sino la domesticada y fláccida desesperanza, que sigue la mentira puliendo la inteligencia, que sigue la furia desgarrando los cuerpos... Ya nada queda, sin saber, detrás de las máscaras; o mejor, ya casi somos pura máscara, teleguiada por lejanos egoísmos y grotescos mascarones. Se nos ha hecho todo excesivamente obvio. Estamos tan seguros que ya no nos tomamos la molestia de sospechar...")

LA LIBERTAD DE HABLAR

("Un elemento imprescindible en el territorio de la libertad es el lenguaje...El lenguaje, que se funda en la verdad, en la honradez personal y política, abre las puertas a la razón y la vida... La vida democrática jamás podrá realizarse mientras una ciudadanía, desconcertada y engañada con la codicia de los otros, se resigne, por la miserable ideología de la pragmacia, a soportar la dictadura de la indecencia")

EMILIO LLEDÓ, UN FILÓSOFO EN PRIMERA LÍNEA

("Un país, una sociedad, que pone la economía, la riqueza, en primer lugar, por encima de todo, es un país aniquilado... ... A algunos les molesta lo público, porque son partidarios de una sociedad clasista... la lucha por la igualdad es la esencia de la sociedad... ... la cultura griega, esa Grecia, esa palabra convertida en economía, ¡qué empobrecimiento!")

("Hay que mantener el estímulo de las palabras míticas para saber que esas palabras no acaban en ellas mismas. Abren camino, pero no son el camino que, con la educación, con la Paideía que es cultura y no aprendizaje, hay que andar para ser ciudadanos de una “polis” libre, de una política en la verdad y en la siempre imprescindible justicia. En esa educación para la ciudadanía no cabe la indecencia, ni los mitos impuestos por los profesionales de la mentira.")


("¿Para qué poetas en tiempos de crisis? Pues para eso, precisamente para eso. Para evitar que en "épocas de miseria ocupen su lugar los timadores, los farsantes, los hechiceros, los fanáticos y otras criaturas del submundo intelectual... La lectura de la poesía, hacer que afloren a los labios de los alumnos las palabras de los poetas y que se abran, así, a una forma originaria y viva del decir...")


("En España hay maestros de instituto excelentes, pero están intentando coartarlos y privatizar lo que es público. La democracia es, fundamentalmente, obra de lo público y creadora de lo público... No se puede entregar la educación de un país a la diferenciación económica, a los colegios de pago... Los emprendedores, sí, como los que emprendieron la destrucción de nuestras costas y la locura de la burbuja inmobiliaria, o los que están permitiendo la burbuja mental de los estudiantes con la eliminación de las humanidades")

("La defensa de lo público hace vivir la democracia... ¿Quién nos devolverá, en el futuro, la vida pública, los bienes públicos, que nos están robando?... ¿Quién privatiza a los políticos? ¿Qué palabras huecas, convertidas en grumos pegajosos aplastan los cerebros de los que van a administrar lo público, o sea lo de todos... No se entiende bien cómo a esos destructores de la idea de lo público les votan aquellos que perderían lo poco que tienen en manos de tales personajes. A no ser que la mente de esos súbditos haya sido manipulada...")
("... abrir ventanas, abrir ventanas... y sólo las palabras pueden hacerlo...")





'HAY OTROS MUNDOS, PERO ESTÁN EN ESTE...', por Aroa Moreno / ''NO DEBIERA ARRANCARSE A LA GENTE...', de J.Gelman / 'SOBREVIVIR A TANTO GOLPE', de M. Shultz

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"Betty pasa los domingos metida en la cama. Come y ve la televisión. No sale. No tiene con quién. Vive en una habitación alquilada en casa de otra familia ecuatoriana en Villaverde. Puede usar la cocina y el baño. Prefiere no estar en el salón, necesitan intimidad, me dice, tienen un bebé. El resto de la semana trabaja en seis casas. Solo en una está dada de alta. Sale a las seis y vuelve a las nueve de la noche. Sus tres hijos están en Guayaquil. Les manda lo que le queda..."

"... la esperanza
pretende sobrevivir a tanto golpe..."
Varios manteros venden sus productos haciendo top manta en el centro de Madrid. 

'HAY OTROS MUNDOS, PERO ESTÁN EN ESTE...'

Kubrat está pintando. Le miro y veo cómo se lleva una mano a los lagrimales y aprieta. Le pregunto qué le pasa y me cuenta quesu padre acaba de fallecer. Era marinero. Toda la vida en el barco, se jubila y tarda dos meses en morir. No es justo, y mira hacia arriba. No es justo, le digo. Llevaban diez años sin verse. Su hermano está en Italia y su madre en Rumanía. Trabajando. Kubrat no ha ido al funeral en Bulgaria. Nadie más ha podido ir. Pero en seguida se recompone y sigue con la brocha. Es ley de vida, me dice. Se ha ido con él una parte de mí. Aunque hiciera muchos años que no somos una familia. Disfruta de tus padres, concluye.

Betty pasa los domingos metida en la cama. Come y ve la televisión. No sale. No tiene con quién. Vive en una habitación alquilada en casa de otra familia ecuatoriana en Villaverde. Puede usar la cocina y el baño. Prefiere no estar en el salón, necesitan intimidad, me dice, tienen un bebé. El resto de la semana trabaja en seis casas. Solo en una está dada de alta. Sale a las seis y vuelve a las nueve de la noche. Sus tres hijos están en Guayaquil. Les manda lo que le queda. Y cinco nietos a los que no ha visto nacer. Está preocupada porque ha adelgazado diez kilos en el último año. Su hermano murió tiroteado en una calle de Los Ángeles hace unos meses y no se han esclarecido los motivos.

Cuando dijo que se iba a casar y que no podía seguir de interna, Majida se quedó sin trabajo. Pasó el último verano a los pies de la piscina, bajo el castaño de indias, vigilando a los chicos. No es que los haya visto hacerse adolescentes, es que los ha criado ella. El año pasado el ramadán cayó en junio. Y allí estaba a 40 grados, en los días más largos del año, sin beber y con su uniforme de pantalón y manga larga al borde del agua. Antes de que saliera el sol, se levantaba y se preparaba platos fríos. No debía hacer ruido. No puedo estar casada y ser interna, me cuenta. Propuse venir durante el día, los chicos son mayores y ya no me necesitan por las noches. A su lugar llegó Adela, de República Dominicana. Más joven.

Mónica vive de día en el pequeño comercio que tienen sus padres en una calle del centro de Madrid. Recorre sentada en una pequeña moto de plástico los pasillos abarrotados de todo tipo de alimentos. Va a la escuela del barrio. La tienda abre de lunes a domingo. Allí siempre hay algo cocinándose y una pequeña televisión encendida con películas chinas. Las luces se apagan llegando las doce de la noche. Mónica ya sale dormida. Su padre dice que están de paso. Trabajar, nada más. Y eso hacen, trabajar. Pero la niña tendrá estudios. Nosotros no. Nosotros queremos volver a China. Morir en China.

El cayuco que lo trajo de África arribó a la costa de Canarias. Tenía veintitrés años entonces. Su familia se quedó en Senegal. Intentó varias veces obtener un permiso de residencia en España. Padecía una cardiopatía congénita que probablemente desconocía. En una fotografía, se puede leer en su espalda: sobrevivir no es delito. Vendía bolsos y zapatillas de imitación en la calle. Pero no quería trabajar en eso. Los vecinos dicen que el hombre vivía con angustia y miedo a que le detuviesen. No quería correr delante de la policía. Un jueves, se desplomó en la calle del Oso, llegando a su casa. No pudieron reanimarle. Mmame murió en Lavapiés hace un mes.
 
"... Hay otras vidas, pero están en ti".
(Versos atribuidos a Paul Éluard)

(Fuente: infolibre.es)

'NO DEBIERA ARRANCARSE A LA GENTE...'

 No debiera arrancarse a la gente de su tierra o país, no a la fuerza.
 
La gente queda dolorida, la tierra queda dolorida.
 

Nacemos y nos cortan el cordón umbilical. Nos destierran y
 

nadie nos corta la memoria, la lengua, las calores. Tenemos que
 

aprender a vivir como el clavel del aire, propiamente del aire.
 

Soy una planta monstruosa. Mis raíces están a miles de
 

kilómetros de mí y no nos ata un tallo, nos separan dos mares
 

y un océano. El sol me mira cuando ellas respiran en la noche,
 

duelen de noche bajo el sol.
 


Sobrevivir a tanto golpe

como si todo naciera para morir
y se impusiera
el negro sabor de la muerte
como única verdad inobjetable
inocentes ilusiones de vida
se yerguen fútiles y transitorias
qué caminos toma la esperanza
entonces…
ni tan solo son encrucijadas
ella, la esperanza
va a dar en callejones sin salida
ignorante
de la inutilidad de sus fueros
y
frente a la violencia visceral
esa violencia imparable
no recaba experiencia alguna
ni resignación sensata
ella, la esperanza
pretende sobrevivir
a tanto golpe
a cada herida
a toda la sangre derramada


TAMBIÉN DE AROA MORENO EN ESTE SITIO: 

'LA CASA TOMADA' 

("... a mí se me revela como la conciencia de que estamos siendo despojados de todo lo que fue nuestro. Podemos hacer ruido como los protagonistas para opacar las voces que van tomando la casa. O como dijo un amigo sobre el cuento de Cortázar: podemos vivir bajo la incongruencia de sabernos expulsados de nuestra propia vida")


ACERCA DE MARGARITA SHULTZ:

Doctorada en filosofía – Estética (1995) es productora del programa semanal En torno a las artes (Radio de la Universidad de Chile). Ha publicado más de treinta libros, tanto de su área teórica (Estética general, Estética del arte digital, Epistemología de la Historia del arte, entre otros) como literarios (poesía y narrativa); sus ensayos y artículos en revistas nacionales y extranjeras, sobrepasan la centena.

Ha sido invitada para dictar cursos y seminarios de su especialidad, en Universidades de Latinoamérica y Europa. Ha participado como ponente en Congresos Internacionales de Estética, Semiótica y Filosofía. Es miembro de las Asociaciones Internacionales de Estética y de Semiótica. Ha sido nominada como jurado de premiación en concursos de artes visuales en Chile y Europa y como Jurado miembro del Consejo Nacional de la Cultura (Chile). Actualmente ejerce como Profesora Titular de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile (Doctorado, Magister y Licenciatura), en cursos de Estética, Estética y Filosofía, Filosofìa y Arte Digital, y  Epistemología de las Teorías Estéticas. 




TAMBIÉN DE JUAN GELMAN EN ESTE SITIO:


'ESA REALIDAD INVISIBLE' / 'RUISEÑORES DE NUEVO' 

("El otoño cambia con el tiempo en ojos nuevos que le encuentran nombres no descubiertos antes. ¿El ser humano es un paisaje con lugares todavía a descubrir? ¿Por eso la Palabra es esquiva, no se dejará apresar hasta que nos sepamos?...¿Y qué será escribir poesía? ¿Apagar el ruido de la muerte que entra al oído sin invitación? ¿Mezclar la propia voz con ese ruido para volverlo inútil, apaciguarlo al menos?...  el poeta desnuda la ambigüedad de la razón. No se lo propone. Escribe a la intemperie de sí mismo y nada más lo abriga..."¿estás despierto para que sigamos diciendo no?")

'TORCAZAS'  

("Se pasa de inocente a culpable en un segundo... Hay miedo en la memoria prohibida...")

'ESCRIBO EN EL OLVIDO' 

'JUGUETES'

'EXILIO Y TANGO'

("...el tango es una manera de conversar... Los padeceres que el tango relata van más allá de la pérdida de una mujer o algún amor...")

ENTREVISTA A JUAN GELMAN / DOS POEMAS: 'MUJERES' y 'NIÑOS' 

("Cervantes se inventa neologismos y defiende la necesidad de reinventar la lengua. En mi caso es un intento de pasar los límites""En general era la política la que regía la economía. Hace años que no es así, pero ahora de un modo descarado: los jefes de Estado se reúnen para cumplir las órdenes del FMI. Eso me parece extraordinario. No sé cómo el capitalismo mismo va a salir de esta. Seguramente, a costa de millones, y no de dólares precisamente.""Mire, las palabras son como el aire: son de todo el mundo. El problema no es la palabra sino el tono, el conjunto del que forma parte, a dónde va esa palabra, en compañía de quién. Claro que asesinos y asesinados usan las mismas palabras, pero yo no leí nunca en los epítetos policiales la palabra utopía, ni belleza, ni ternura.")







 

'FRANKESTEIN', por Julio Llamazares / 'FRANKESTEIN', de Mary W. Shelley (fragmentos seleccionados)

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"Toda una alegoría de la ambición de poder y el castigo que lleva implícito cuando en su consecución se traspasan todos los límites éticos a respetar... metaforización de la realidad, constantemente interpelada por los grandes mitos literarios en tanto que simbolizan los sueños y las pasiones de esa humanidad errante que repite una y otra vez los mismos aciertos y errores desde sus orígenes por más que cambien de apariencia"

"¡Maldito creador! ¿Por qué creaste a un monstruo tan horripilante, del cual incluso tú te apartaste asqueado?"


'FRANKESTEIN'

El 11 de marzo de 1818, es decir, este año hace dos siglos, se publicó por primera vez Frankenstein o el moderno Prometeo, la novela que Mary Shelley escribió en el llamado año sin verano, cuando el hemisferio Norte sufrió un extraño y larguísimo invierno a causa de los efectos de la erupción del volcán indonesio Tambora. Refugiada junto a su marido, el también escritor Percy Bysshe Shelley, en la villa de Lord Byron en Suiza, la romántica Mary Shelley respondió al reto que su anfitrión les lanzó a sus invitados, incluido su médico personal, de escribir cada uno un relato de terror para entretener su obligada reclusión a causa del mal tiempo veraniego, dando para la posteridad una de las novelas más terroríficas del género, a la par que creaba en ella el considerado primer personaje de la ciencia ficción narrativa: ese monstruo hecho a partir de trozos de cadáveres diseccionados en la sala de autopsias por un doctor empeñado en crear vida clínicamente y en realizar el sueño de la inmortalidad.
El subtítulo de la novela de Mary Shelley, que se suele obviar: O el moderno Prometeo, enlaza al personaje de la ciencia ficción moderna con el mito de la dramaturgia clásica, ese Prometeo de Esquilo inspirado en el titán que se atrevió a desafiar el poder de los dioses creando vida a partir de la arcilla. Como él, el doctor Frankenstein lleva su sueño a la perversión y, como el titán castigado por su osadía por los dioses, sufre las consecuencias de su ambición, si bien el personaje de Mary Shelley lo será por su propia creación, ese monstruo patético e incontrolable que se revuelve contra su creador negándose a obedecerlo y atentando finalmente contra él. Toda una alegoría de la ambición de poder y el castigo que lleva implícito cuando en su consecución se traspasan todos los límites éticos a respetar.
El segundo centenario de Frankenstein está pasando bastante desapercibido, en España al menos, pero la vigencia del mito creado por Mary Shelley sigue intacta entre nosotros no solo en su perpetuación literaria y artística, sino en lo que tiene de metaforización de la realidad, constantemente interpelada por los grandes mitos literarios en tanto que simbolizan los sueños y las pasiones de esa humanidad errante que repite una y otra vez los mismos aciertos y errores desde sus orígenes por más que cambien de apariencia. Decir que el monstruo de Frankenstein es ciencia ficción equivale a ignorar a todos esos personajes que desde Puigdemont a Trump han escapado al control de sus creadores y amenazan con destruirlos en su ceguera o en su egolatría sin límites, que les impide reconocerse en su condición mortal.
(Fuente: El País, 12-05-2017)


'FRANKESTEIN' 
(fragmentos)
1. Los antiguos maestros de esta ciencia –– dijo–– prometían cosas imposibles, y no llevaban nada a cabo. Los científicos modernos prometen muy poco; saben que los metales no se pueden transmutar, y que el elixir de la vida es una ilusión. Pero éstos filósofos, cuyas manos parecen hechas sólo para hurgar en la suciedad, y cuyos ojos parecen servir tan sólo para escrutar con el microscopio o el crisol, han conseguido milagros. Conocen hasta las más recónditas intimidades de la naturaleza y demuestran cómo funciona en sus escondrijos. Saben del firmamento, de cómo circula la sangre y de la naturaleza del aire que respiramos. Poseen nuevos y casi ilimitados poderes; pueden dominar el trueno, imitar terremotos, e incluso parodiar el mundo invisible con su propia sombra. 
Me fui contento con el profesor y su conferencia, y lo visité esa misma tarde. Sus modales resultaron en privado aún más atractivos y complacientes que en público; pues durante la conferencia su apariencia reflejaba una dignidad, que sustituía en su casa por afecto y amabilidad. Escuchó con atención lo que le conté respecto de mis estudios, sonriendo, pero sin el desdén del señor Krempe, ante los nombres de Cornelius Agrippa y Paracelso. Dijo que «a la entrega infatigable de estos hombres debían los filósofos modernos los cimientos de su sabiduría. Nos habían legado, como tarea más fácil, el dar nuevos nombres y clasificar adecuadamente los datos que en gran medida ellos habían sacado a la luz. El trabajo de los genios, por muy desorientados que estén, siempre suele revertir a la larga en sólidas ventajas para la humanidad». Escuché sus palabras, pronunciadas sin alarde ni presunción, y añadí que su conferencia había desvanecido los prejuicios que tenía hacia los químicos modernos, a la vez que solicité su consejo acerca de nuevas lecturas.
2.Quien no haya experimentado la irresistible atracción de la ciencia no podrá comprender su tiranía. En otros terrenos, se puede avanzar hasta donde han llegado otros antes, y no pasar de ahí; pero en la investigación científica siempre hay materia por descubrir y de la cual asombrarse. Cualquier inteligencia normalmente dotada que se dedique con interés a una determinada área, llega sin duda a dominarla con cierta profundidad. También yo, que me afanaba por conseguir una meta, y a cuyo fin me dedicaba por completo, progresé con tal rapidez que tras dos años conseguí mejorar algunos instrumentos químicos, lo que me valió gran, admiración y respeto en la universidad. Llegado a este punto, y, habiendo aprendido todo lo que sobre la práctica y la teoría de la filosofía natural podían enseñarme los profesores de Ingolstadt, pensé en volver con los míos a mi ciudad, dado que mi permanencia en la universidad ya no conllevaría mayor progreso.
3. Amigo mío, veo por su interés, y por el asombro y expectativa que reflejan sus ojos, que espera que le comunique el secreto que poseo; mas no puede ser: escuche con paciencia mi historia hasta el final y comprenderá entonces mi discreción al respecto. No seré yo quien, encontrándose usted en el mismo estado de entusiasmo y candidez en el que yo estaba entonces, le conduzca a la destrucción y a la desgracia. Aprenda de mí, si no por mis advertencias, sí al menos por mi ejemplo, lo peligroso de adquirir conocimientos; aprenda cuánto más feliz es el hombre que considera su ciudad natal el centro del universo, que aquel que aspira a una mayor grandeza de la que le permite su naturaleza.
4. Creedme, Frankenstein: yo era bueno; mi espíritu estaba lleno de amor y humanidad, pero estoy solo, horriblemente solo. Vos, mi creador, me odiáis. ¿Qué puedo esperar de aquellos que no me deben nada? Me odian y me rechazan. Las desiertas cimas y desolados glaciares son mi refugio. He vagado por ellos muchos días. Las heladas cavernas, a las cuales únicamente yo no temo, son mi morada, la única que el hombre no me niega. Bendigo estos desolados parajes, pues son para conmigo más amables que los de tu especie. Si la humanidad conociera mi existencia haría lo que tú, armarse contra mí. ¿Acaso no es lógico que odie a quienes me aborrecen? No daré treguas a mis enemigos. Soy desgraciado, y ellos compartirán mis sufrimientos. Pero está en tu mano recompensarme, y librarles del mal, que sólo aguarda que tú lo desencadenes. Una venganza que devorará en los remolinos de su cólera no sólo a ti y a tu familia, sino a millares de seres más. Deja que se conmueva tu compasión y no me desprecies. Escucha mi relato: y cuando lo hayas oído, maldíceme o apiádate de mí, según lo que creas que merezco. Pero escúchame. Las leyes humanas permiten que los culpables, por malvados que sean, hablen en defensa propia antes de ser condenados. Escúchame, Frankenstein. Me acusas de asesinato; y sin embargo destruirías, con la conciencia tranquila, a tu propia criatura. ¡Loada sea la eterna justicia del hombre! Pero no pido que me perdones; escúchame y luego, si puedes, y si quieres, destruye la obra que creaste con tus propias manos.
5. Recuerdo con gran dificultad el primer período de mi existencia; todos los sucesos se me aparecen confusos e indistintos. Una extraña multitud de sensaciones se apoderaron de mí y empecé a ver, sentir, oír y oler, todo a la vez. Tardé mucho tiempo en aprender a distinguir las características de cada sentido. Recuerdo que, poco a poco, una luminosidad cada vez más fuerte oprimía mis nervios y tuve que cerrar los ojos. Me sumergí entonces en la oscuridad, y eso me turbó. Pero apenas había notado esto cuando descubrí que, al abrir los ojos, la luz me volvía a iluminar. Comencé a andar, y creo que bajé unas escaleras, pero de pronto sentí un enorme cambio. Hasta el momento, me habían rodeado cuerpos opacos y oscuros, insensibles a mi tacto o mi vista. Pero ahora descubrí que podía moverme con entera libertad, que no había obstáculos que no pudiera evitar o vencer. La luz se me hacía más y más intolera- ble; el calor me incomodaba sobremanera, así que caminé buscando un lugar sombreado. Llegué hasta el bosque de Ingolstadt, donde me tumbé a descansar cerca de un riachuelo, hasta que el hambre y la sed me atormentaron y desperté del sopor en que había caído. Comí algunas bayas que encontré en los árboles o esparcidas por el suelo, calmé mi sed en el riachuelo y me volví a dormir. Era de noche cuando me desperté. Sentía frío, y un miedo instintivo al hallarme tan solo. Antes de abandonar tu habitación, como tuviera frío, me había tapado con algunas prendas que eran insuficientes para protegerme de la humedad de la noche. Era una pobre criatura, indefensa y desgraciada, que ni sabía ni entendía nada. Lleno de dolor me senté y comencé a llorar. Poco después, una tenue luz iluminó el cielo, dándome una sensación de bienestar. Me levanté, y vi emerger una brillante esfera de entre los árboles. La observé admirado. Se movía con lentitud, pero su luz alumbraba lo que había alrededor, y volví a salir en busca de bayas. Aún tenía frío, cuando debajo de un árbol encontré una enorme capa, con la que me cubrí, y me senté de nuevo. No tenía ninguna idea clara, todo estaba confuso. Era sensible a la luz, al hambre, a la sed y a la oscuridad; me llegaban incontables sonidos y múltiples olores. Lo único que distinguía con claridad era la brillante luna, en la que fijé mis ojos con agrado. Se sucedieron varios cambios de días y noches, y la esfera nocturna había menguado considerablemente cuando empecé a distinguir mis sensaciones una de la otra. Paulatinamente, comencé a percibir con claridad el cristalino arroyo que me proporcionaba agua, y los árboles que me protegían con su follaje. Me sentí muy contento cuando por primera vez descubrí que el armonioso sonido que con frecuencia regalaba mis oídos procedía de las gargantas de los pequeños animalillos alados que a menudo me habían interceptado la luz. Empecé también a observar, con mayor precisión, las formas que me rodeaban, y a percibir los límites de la brillante bóveda de luz que se extendía sobre mí. A veces intentaba imitar el agradable trino de los pájaros, pero no podía. Otras quería expresar mis sentimientos a mi modo, pero los rudos y extraños ruidos que producía me hacían enmudecer de susto.
6. ¡Maldito creador! ¿Por qué creaste a un monstruo tan horripilante, del cual incluso tú te apartaste asqueado? Dios, en su misericordia, creó al hombre hermoso y fascinante, a su imagen y semejanza. Pero mi aspecto es una abominable imitación del tuyo, más desagradable todavía gracias a esta semejanza. Satanás tenía al menos compañeros, otros demonios que lo admiraban y animaban. Pero yo estoy solo y todos me desprecian.
7. ¡Esta era, pues, la recompensa a mi bondad! Había salvado de la destrucción a un ser humano, en premio a lo cual ahora me retorcía bajo el dolor de una herida que me había astillado el hueso. Los sentimientos de bondad y afecto que experimenté pocos minutos antes se transformaron en diabólica furia y rechinar de dientes. Torturado por el daño, juré odio y venganza eterna a toda la humanidad. Pero el dolor me vencía; sentí como se me paraba el pulso, y perdí el conocimiento. 
Durante unas semanas llevé en el bosque una existencia mísera, intentando curarme la herida que había recibido. La bala me había penetrado en el hombro, e ignoraba si seguía allí o lo había traspasado; de todos modos no disponía de los medios para extraerla. Mi sufrimiento también se veía aumentado por una terrible sensación de injusticia e ingratitud. Mi deseo de venganza aumentaba de día en día; una venganza implacable y mortal, que compensara la angustia y los ultrajes que yo había padecido
8. ¡Adiós, Walton! Busque la felicidad en la paz y, evite la am- bición, aun aquella, inofensiva en apariencia, de distinguirse por sus descubrimientos científicos. ¿Mas por qué hablo así?; yo he visto truncadas mis esperanzas, pero otro puede triunfar. La voz se le iba apagando a medida que hablaba; y finalmente, vencido por el esfuerzo, se acalló del todo. Media hora más tarde intentó volver a hablar pero no pudo; oprimió mi mano débilmente, y sus ojos se cerraron para siempre, mientras sus labios esbozaron una débil sonrisa.
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