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'PALABRAS Y VÉRTIGO', por Luis Enrique Ibáñez

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"Cuando a Gregor Samsa le pasó lo que le pasó, su primera preocupación fue que iba a llegar tarde al trabajo, o peor, que probablemente no podría ir. Y hasta podría perder su empleo... Una selva de palabras y demasiado vértigo en nuestra cotidianidad, nos constituyen como esclavos modernos... Lo peor no fue haberse convertido en una cucaracha, lo peor fue comprobar que, antes de que eso pasara, ya era una cucaracha...  

siguen existiendo las risas, los abrazos, las palabras... la vida es maravillosa, y por eso hay que buscar, siempre, las risas, las palabras, el roce, y la mirada que une"



PALABRAS Y VÉRTIGO

Una selva de palabras y demasiado vértigo en nuestra cotidianidad, nos constituyen como esclavos modernos, enfermos de información, atiborrados de palabras que nunca cesan, y que nos dejan quietos, paralizados, como maniquíes, en medio del ruido, zarandeados por la inmediatez, perdidos en en lo superficial, sin palabras y rodeados, más bien cercados, amenazados, por tantas palabras sin sentido.

Cuando a Gregor Samsa le pasó lo que le pasó, su primera preocupación fue que iba a llegar tarde al trabajo, o peor, que probablemente no podría ir. Y hasta podría perder su empleo, y no podría llevar un sueldo a casa, un jornal con el que sustentar a su familia. Sus temores estaban fundados. No tardó mucho su padre en recriminarle su tardanza, iba a llegar tarde a su puesto, lo hizo de la misma manera en la que muchos padres metemos prisa a nuestros hijos porque van a llegar tarde al colegio... colegio, trabajo y cementerio. Después del padre, fue el propio jefe de Gregor el que llamaba airado a la puerta de su dormitorio, mientras él intentaba cambiar su postura en la cama para poder bajar de ella. No podía, era un escarabajo panza arriba con unas patitas ridículas que cortaban el el aire con un ritmo tan inútil como patético.

Lo peor no fue haberse convertido en una cucaracha, lo peor fue comprobar que, antes de que eso pasara, ya era una cucaracha. 

Y nosotros seguimos aquí, ensimismados,  agachados, oyéndolo todo sin escuchar nada. Seguimos con nuestras voces sin techo, atentos siempre al megáfono de lo público, de lo mediático, pero sin tiempo de detenernos, de mirarnos en el espejo, y preguntarnos qué hacemos.

Cifuentes, Eurovisión, me faltan tomates, Puigdemont, no me pises, llego tarde, Cristiano Ronaldo, Cristóbal Montoro, todavía no he hecho la declaración, declaración, qué palabra más rimbombante, el Intermedio empieza a aburrirme, tengo pesadillas con Susana Díaz, se me ha olvidado la guardia del recreo, Ana Rosa Quintana me llama por teléfono, hoy hay otra procesión en mi pueblo, pero no eran en Semana Santa, no, gilipollas, aquí las hacemos cuando nos da el punto, perdón, nos han censurado el programa de radio, me faltan dos temas y la Selectividad ya está aquí, hay esperanza en la deriva, viene Aisa, tengo que hacer una compra, no he he entregado el acta, la tengo hecha, María Jesús, sólo me falta lo de las estadísticas en torres que quiere la inspectora, no sé hacerlo, me duele la cadera, qué bien veo ahora, llego tarde, llevo 27 años entrando por la misma puerta todas las mañanas, en las salas de espera, cómo y por qué nos vimos en esta, calma, control y noches en vela, no es Eurovisión, es el Festival de la Paciencia, me encantan los alumnos, a veces me matan, no hemos concretado el plan Beatus Ille, hostias no he sacado nada para comer hoy, mejor cojo un botellín, o dos, el telediario me dice que hoy es el día de las farmacias, no entiendo nada, sueño con los refugiados, y los asocio automáticamente con el magnífico programa 'Sálvame', no lo he visto nunca, supongo que va de refugiados, hay hormigas en la cocina, me faltan tantos exámenes por corregir, mañana, este texto es cojonudo para los alumnos de Medios, qué hora es, ah, qué había reunión de la Comunidad, lo olvidé, lo siento, o no, paso, voy a escuchar diez veces seguidas 'Candice says', "... de qué están hablando, a escondidas, todos esos otros".

Ahora soy, qué gusto, el protagonista de 'Tiempo de silencio', "No pensar. No pensar. No pienses. No pienses en nada. Tranquilo, estoy tranquilo. No me pasa nada. Estoy tranquilo así. Me quedo así quieto. Estoy esperando. No tengo que pensar. No me pasa nada. Estoy tranquilo, el tiempo pasa y yo estoy tranquilo porque no pienso en nada. Es cuestión de aprender a no pensar en nada, de fijar la mirada en la pared, de hacer que tú quieras hacer porque tu libertad sigue existiendo también ahora. Eres un ser libre para dibujar cualquier dibujo o bien para hacer una raya cada día que vaya pasando como han hecho otros, y cada siete días una raya más larga, porque eres libre de hacer las rayas todo lo largas que quieras y nadie te lo puede impedir"

Uno piensa que las palabras anteriores, el intento útil, o inútil, de catarsis, debe hacerse para, desde él, poder llegar a la contrapartida ineludible: la vida es maravillosa. Es algo tan jodido como extraordinario, y es así, porque siguen existiendo las risas, los abrazos, las palabras, cuando no son traicionadas, cuando las personas escuchan mirando a los ojos del otro, como intentando recibir algo, como el personaje de Pablo Neruda miraba con los ojos de par en par cómo el cartero creaba una metáfora

Cuando queremos tocarnos, apartándonos del ruido, en silencio, hablando, y pensando, siempre, en aquellos que nos piden que hablemos de ellos.

Sí, la vida es maravillosa, y por eso hay que buscar, siempre, las risas, las palabras, el roce, y la mirada que une.

Miguel Hernández, incluso cuando no podía más, apostó por la risa, por la vida.











'LA EDUCACIÓN QUE NOS FALTA', por Luis García Montero/ 'CONDICIONES PARA LA EDUCACIÓN', Aristóteles

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"Puesto que toda ciudad tiene un solo fin es claro que también la educación tiene que ser una y la misma para todos los ciudadanos"(Aristóteles)

"El respeto a la conciencia individual supone la defensa de un espacio laico que no permita la imposición de un credo sobre otro. También exige una formación que no distinga a los ricos de los pobres... La dimensión social de la libertad, la creación de una marco que asegure la igualdad de oportunidades, es imprescindible si queremos que la democracia no sea una máscara del elitismo económico y del clasismo familiar"


LA EDUCACIÓN QUE NOS FALTA

Me encuentro con Aristóteles al leer el último libro de Emilio Lledó, Sobre educación (Taurus, 2018). El filósofo contemporáneo abre sus reflexiones con una cita del filósofo clásico: “Puesto que toda ciudad tiene un solo fin es claro que también la educación tiene que ser una y la misma para todos los ciudadanos”. ¿Claro? Bueno, claro y preciso aparece este pensamiento como uno de los ejes imprescindibles en los orígenes de la Política democrática. Pero si lo planteamos hoy en medio del debate ideológico de moda, es decir, en la pelea entre el tradicionalismo español del PP y el falso regeneracionismo de Ciudadanos, los líderes de los dos partidos se pondrían inmediatamente de acuerdo en afirmar que la cita de Aristóteles es propia de un comunista radical y peligroso.

La distancia entre la España oficial y la España real corresponde de manera exacta a la distancia establecida entre elpensamiento democrático real y los valores del neoliberalismo. La ley económica del más fuerte que se ha apoderado de nuestra sociedad es incompatible con el sentido social de la democracia. Bajo las disputas superficiales sobre el folklore mediático (que si España, que si Cataluña, que si los presos de ETA), las ideas de Ciudadanos y del PP sobre sanidad, educación y dignidad laboral coinciden de manera íntima, establecen la misma distancia elitista ante una idea de la convivencia basada en la libertad, la igualdad y la fraternidad.

La democracia de la ciudad aristotélica inició una tradición que sólo puede entenderse en la igualdad de oportunidades y en la educación común de la ciudadanía. Y es que la libertad democrática no supone sólo la independencia del individuo, sino la fraternidad de un marco social de convivencia que asegure la posibilidad de una realización personal. Así lo entendió la pedagogía democrática, así lo explicó el maestro republicano Lorenzo Luzuriaga al defender en La escuela única (1931) una formación cívica sin diferencias por cuestiones de dinero o de credo. El respeto a la conciencia individual supone la defensa de un espacio laico que no permita la imposición de un credo sobre otro. También exige una formación que no distinga a los ricos de los pobres.

En los presupuestos para 2018 que van a aprobar el PP, Ciudadanos y el PNV, se rompe la barrera de la precariedad educativa al invertir menos del 4% del PIB en educación. La media europea está en el 5%. Además de los recortes, la igualdad sufre una agresión grave cuando el reparto empobrece cada vez más la escuela pública y favorece la concertada. Las leyes educativas del PP y las Comunidades Autónomas en las que la derecha gobierna han asumido como acción ideológica clave el desmantelamiento de la enseñanza pública. La mercantilización educativa late en el centro de la degradación democrática que vivimos. ¿Es la excitada aparición de Albert Rivera una alternativa? Sus ideas sobre la educación demuestran complicidad con una corrupción social de la democracia en la que el título falso de Cristina Cifuentes es sólo un episodio esperpéntico y vergonzoso, pero muy superficial.

En democracia, la palabra libertad no puede limitarse a significar libertad para crear centros educativos privados o libertad para elegir centro de estudios. La dimensión social de la libertad, la creación de una marco que asegure la igualdad de oportunidades, es imprescindible si queremos que la democracia no sea una máscara del elitismo económico y del clasismo familiar. Educar en libertad no es generar desigualdades desde la infancia.

Excluir del debate de actualidad la educación, sepultada por los escombros del independentismo catalán, me parece un disparate suicida. Ya me llevé una sorpresa en su día al ver que amigos catalanes de formación democráticos votaban y defendían a los herederos de Pujol en nombre de su identidad. Ahora me sorprende que demócratas madrileños se identifiquen con Ciudadanos para defender su identidad agredida. ¿De qué identidad me hablan? ¿Es que no ven lo que han hecho, lo que están haciendo, lo que van a hacer con la educación?

(Fuente: infolibre, 13-05-2018)

CONDICIONES PARA LA EDUCACIÓN


No puede negarse, por consiguiente, que la educación de los niños debe ser uno de los objetos principales de que debe cuidar el legislador. Dondequiera que la educación ha sido desatendida, el Estado ha recibido un golpe funesto. Esto consiste en que las leyes deben estar siempre en relación con el principio de la constitución, y en que las costumbres particulares de cada ciudad afianzan el sostenimiento del Estado, por lo mismo que han sido ellas mismas las únicas que han dado existencia a la forma primera. Las costumbres democráticas conservan la democracia, así como las costumbres oligárquicas conservan la oligarquía, y cuanto más puras son las costumbres, tanto más se afianza el Estado.

Todas las ciencias y todas las artes exigen, si han de dar buenos resultados, nociones previas y hábitos anteriores. Lo mismo sucede evidentemente con el ejercicio de la virtud. Como el Estado todo sólo tiene un solo y mismo fin, la educación debe de ser necesariamente una e idéntica para todos sus miembros, de donde se sigue que la educación debe ser objeto de una  vigilancia pública y no particular, por más que este último sistema haya generalmente prevalecido, y que hoy cada cual educa a sus hijos en su casa según el método que le parece y en aquello que le place. Sin embargo, lo que es común debe aprenderse en común, y es un error grave creer que cada ciudadano sea dueño de sí mismo, siendo así que todos pertenecen al Estado puesto que constituyen sus elementos y que los cuidados, de que son objeto las partes, deben concordar con aquellos de que es objeto el conjunto. En este punto nunca se alabará bastante a los lacedemonios. La educación de sus hijos se verifica en común, y le dan una extrema importancia. En nuestra opinión es de toda evidencia que la ley debe arreglar la educación, y que ésta debe ser pública. Pero es muy esencial saber con precisión lo que debe ser esta educación, y el método que conviene seguir. En general no están hoy todos conformes acerca de los objetos que debe abrazar; antes, por el contrario, están muy lejos de ponerse de acuerdo sobre lo que los jóvenes deben aprender para alcanzar la virtud y la vida más perfecta. Ni aun se sabe a qué debe darse la preferencia, si a la educación de la inteligencia o a la del corazón. El sistema actual de educación contribuye mucho a hacer difícil la cuestión. No se sabe, ni poco ni mucho, si la educación ha de dirigirse exclusivamente a las cosas de utilidad real, o si debe hacerse de ella una escuela de virtud, o si ha de comprender también las cosas de puro entretenimiento. Estos diferentes sistemas han tenido sus partidarios, y no hay aún nada que sea generalmente aceptado sobre los medios de hacer a la juventud virtuosa; pero siendo tan diversas las opiniones acerca de la esencia misma de la virtud, no debe extrañarse que lo sean igualmente sobre la manera de ponerla en práctica.

(Fuente: filosofia.org)


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("Crear el caos en todo lo público, para justificar su desprecio. Para poner los recursos públicos en manos de la enseñanza privada... Para fragmentar la sociedad, y pretender que sólo los jóvenes de las clases superiores tengan acceso a la información, al conocimiento... tengan acceso al poder... no podemos permitir que les quiten lo que entre todos les hemos dado. Que no les roben lo que es suyo")







'LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y EL JUEGO DE LA CUERDA', por Isaac Rosa / 'ODA A LA MORDAZA', de Mario Benedetti

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"... otra vez nos han vuelto a comprar la moto... Esta gente es así, no aprende. Les pasó con el terrorismo, que ha sido un coladero sin fondo. Les pasa con la libertad de expresión o los límites del humor, que les cogemos siempre con el pie cambiado. Y les va a volver a pasar con las fake news: tanto alboroto con las mentiras de toda la vida, que acaban viendo razonable controlar la información... Cada sociedad tiene la libertad de expresión que se merece. Es decir, la que es capaz de defender"

"... qué me importa callar si ya sabés mordaza lo que voy a decirte porquería..."(Benedetti)

LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y EL JUEGO DE LA CUERDA

Estaba yo el otro día en un bar junto a la Audiencia Nacional, cuando entraron un fiscal y un ministro cuyas identidades no desvelaré. Se acodaron en la barra, pidieron dos botellines y se pusieron a hablar relajadamente. Pegué la oreja, y esto es lo que escuché:

-MINISTRO: Hoy pagas tú las cervezas.





-FISCAL: ¿Y eso?

- MINISTRO: La apuesta, acuérdate. Lo del Valtonyc ese, el rapero. ¿Qué te dije yo? Que lo metíamos en la cárcel y no pasaba nada.

- FISCAL: Bueno, nada, lo que se dice nada... Se ha montado una campaña en su defensa.

- MINISTRO: Nada, los cuatro de siempre. Los que se apuntan a un bombardeo y se oponen a cualquier cosa, los sospechosos habituales, los independentistas por supuesto, unos cuantos músicos, un vídeo solidario y sí, mucho tuitero indignadísimo. Y para de contar.

- FISCAL: Es verdad que a la mayoría de la gente no le importa un chaval rapero que canta burradas, y muchos hasta aplauden que vaya al trullo. Pero aunque sean pocos los que lo apoyan, hacen mucho ruido.

- MINISTRO: Déjalo en ruidito. Mira por ejemplo todos esos políticos y famosetes que se pronuncian. La mayoría lo defiende con pinzas: añaden los gritos de rigor (“no estoy de acuerdo con la condena, aunque sus letras me parecen deleznables”) o recurren a comparaciones que en la práctica suponen aceptar el marco de discusión: “si fuera franquista no le habría pasado…”, “y mientras, Jiménez Losantos diciendo salvajadas en la radio…”, que es como decir que lo malo no es recortar la libertad, sino que el recorte no sea igual para todos. O esa otra coña de “Urdangarín en Suiza y Valtonyc en prisión”, como si el encarcelamiento del rapero hubiese sido más aceptable después de enchironar también al duque.

- FISCAL: Vamos, que otra vez nos han vuelto a comprar la moto.

- MINISTRO: Averiada y sin ruedas. Una moto tras otra. Esta gente es así, no aprende. Les pasó con el terrorismo, que ha sido un coladero sin fondo. Les pasa con la libertad de expresión o los límites del humor, que les cogemos siempre con el pie cambiado. Y les va a volver a pasar con las fake news: tanto alboroto con las mentiras de toda la vida, que acaban viendo razonable controlar la información. Siempre que sea para defender “la verdad”, claro.

- FISCAL: Bueno, así llevan años. Comprando motos averiadas, dejándose meter goles. No es raro: una sociedad de ofendidos, de escándalo fácil, que quiere resolver cualquier conflicto por la vía penal, y que no tiene memoria de sus propias luchas históricas por las libertades. Aunque yo pensaba que la entrada en prisión marcaría un límite por el que ya no pasarían.

- MINISTRO: Nada. La cárcel ya no impresiona tanto. ¿No ves que llevan años pidiendo cárcel para todo lo que no les gusta? A cada escándalo exigen una reforma del código penal. Han acabado banalizando la prisión. Mira los nueve catalanes esos: más de seis meses entre rejas, y aquí no ha pasado nada. Menos drama. En cuanto el rapero entre en la celda se olvidan de él, y hasta el siguiente caso.

- FISCAL: He visto algún manifiesto por ahí circulando, y unos cuantos artículos de prensa. Que si libertad de expresión esto, que si libertad de expresión lo otro…

- MINISTRO: Pero no entienden cómo funciona. La libertad de expresión es como el juego de la cuerda, ese de dos equipos tirando cada uno por un extremo. Si ellos tiran fuerte, la consiguen alargar por su lado. Si aflojan, somos nosotros los que les recortamos metros. Así ha sido siempre con todos los derechos y libertades, que no son fijos ni absolutos, están en permanente disputa y negociación, día a día. Pero especialmente con la libertad de expresión: nosotros tiramos siempre, nosotros nunca aflojamos; y si ellos no sujetan fuerte, los arrastramos hacia acá. La libertad de expresión nunca es ilimitada (como ninguna libertad, vaya), y en cada país y época tiene unos límites, que se fijan según la fuerza con que tire cada lado.

- FISCAL: Anda que si la Transición se hubiera hecho con estos flojos tirando de la cuerda…

- MINISTRO: Ahí está. Cada sociedad tiene la libertad de expresión que se merece. Es decir, la que es capaz de defender. En España las libertades democráticas habrían sido mucho menos amplias si no hubiese habido gente tirando de la cuerda ya desde el tardofranquismo, y que se quemaban las manos antes que soltar la soga en los años duros de la Transición. Mira tú los años ochenta: las burradas que se podían cantar, escribir, bromear o dibujar, y no pasaba nada. Había barra libre. Y era porque tiraban fuerte los cabrones. Pero luego empezaron a aflojar, y hoy basta que les demos un tirón de vez en cuando para seguir recortándoles. ¿Qué, pedimos otra ronda?

- FISCAL: No, que tengo una vista con dos tuiteros. O humoristas, no sé.

- MINISTRO: Venga, a seguir tirando de la cuerda.

(por si algún fiscal lee esto, aclaro que es un ejercicio de FICCIÓN. Que con lo corta que se nos está quedando la cuerda, yo no me fío…)
(Fuente: eldiario.es, 14-05-2018)


ODA A LA MORDAZA
No creo en vos
mordaza
pero voy a decirte
por qué no creo

ya ves
ahora no digo
no hoy
ni ay

y sin embargo
igual destapo el verbo
respiro el grito
y armo la blasfemia

pienso
luego insisto

hago inventario
de tu alegre pálpito de la miseria
de tu crueldad sin muchas ilusiones
de tu ira lustrada
de tu miedo
porque mordaza
vos
sos muchísimo más que un trapo sucio
sos la mano tembleque que te ayuda
sos el dueño flamante de esa mano
y hasta el dueño canalla de tu dueño

porque mordaza
sos muchisimo más que un trapo sucio
con gusto a boca libre y a puteada
sos la ley malviviente del sistema
sos la flor bienmuriente de la infamia

pienso
luego insisto

a tu custodia quedan mis labios apretados
quedan mis incisivos
colmillos
y molares
queda mi lengua
queda mi discurso
pero no queda en cambio mi garganta

en mi garganta empiezo
por lo pronto
a ser libre
a veces trago la saliva amarga
pero no trago mi rencor sagrado

mordaza bárbara
mordaza ingenua
crees que no voy a hablar
pero sí hablo
solamente con ser
y con estar

pienso
luego insisto

qué me importa callar
si hablamos todos
por todas partes las paredes
y por todos los signos
qué me importa callar
si ya sabés
oscura
qué me importa callar
si ya sabés
mordaza
lo que voy a decirte
porquería.


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UNA TIERRA DE BUEYES




'LOS TRONCOS MÁS GRUESOS', por Javier L. Candel / 'DIETARIO VOLUBLE' E. Vila-Matas (fragmento) / 'DIRECCIÓN ÚNICA', de W. Benjamin (fragmento)

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"Hemos llegado a un punto en que todo lo que no es práctico no tiene sentido en nuestras vidas... incluso el propio pensamiento, la reflexión ante las cosas de la vida, está sucumbiendo a esta razón como si, de no estar amparado por el territorio de lo práctico, no tuviera ninguna fuerza para existir... No hay más que echar un vistazo a los nombres, por poner un ejemplo, de los nuevos grados de las universidades, o al enfoque curricular de los colegios...

Parece como si sólo necesitáramos sociedades entretenidas, no sociedades que indaguen y se pregunten..."
Walter Benjamin

LOS TRONCOS MÁS GRUESOS

Hemos llegado a un punto en que todo lo que no es práctico no tiene sentido en nuestras vidas. La vivienda, la moda, la universidad, la política, tienden a esa esfera curiosa que surge de la naturaleza de lo práctico. Y no somos capaces de comprender nada que no esté descrito por esta característica.

Pero incluso el propio pensamiento, la reflexión ante las cosas de la vida, está sucumbiendo a esta razón como si, de no estar amparado por el territorio de lo práctico, no tuviera ninguna fuerza para existir. Las sociedades han desarrollado sistemas de interpretación de la realidad que acaban con todo aquello que se salga de la utilidad o la comodidad interpretativa. La parsimonia de los movimientos sociales ha asumido ese tiempo para facilitar la comprensión del mundo desde premisas que no compliquen demasiado la propia existencia. Así, nuestros recursos intelectuales tienden a debilitarse en circunstancias donde esa practicidad está teniendo lugar. No hay más que echar un vistazo a los nombres, por poner un ejemplo, de los nuevos grados de las universidades, o al enfoque curricular de los colegios del siglo XXI. Todo tiende a lo práctico para ser, cuando menos, válido.


Dos últimas lecturas, una de ellas relectura, están denunciando situaciones similares. La primera, de la mano de Octavio Paz en su libro In/mediaciones (Seix Barral, 1979), en un análisis de la labor del crítico en el México de los años setenta, extrapolable a la situación actual en un país como el nuestro, donde plantea su queja ante el poco valor intelectual que estos mantienen para dar luz, en torno a la crítica, a una generación de creadores que tiren de los recursos que aquella plantea. Porque todo movimiento intelectual, alejado de esa practicidad a la que antes aludía, requiere un contexto teórico para fortalecer sus capacidades creativas, un contexto teórico que dé forma, no solo a los creadores en su conjunto, sino también a la parte más reflexiva de la sociedad, sin la cual, su recorrido se estanca. Las iluminaciones que la teoría literaria, o filosófica, puede llegar a proponer son necesarias para encontrarnos en un territorio fértil para crear.

Tengo para mí, como Paz subrayaba, que estamos desasistidos de un movimiento intelectual que construya cimientos para la creación. Buena culpa del carácter ecléctico de la literatura está sostenida por la carencia de estas bases o, lo que puede llegar a ser peor, la puesta en valor del entretenimiento como único resorte de la sociedad. Un entretenimiento que, aun siendo necesario, está asumiendo cualquier plano social en ese concepto de lo práctico. Parece como si sólo necesitáramos sociedades entretenidas, no sociedades que indaguen y se pregunten; sociedades que se esfuercen para alcanzar objetivos intelectuales.

La labor del crítico no puede ser la de repetir los sonidos de la sociedad, sino la de acreditar que existen otros medios para expresarse. Andamos escasos, quizá no de críticos, sino de actitudes que propicien esta reflexión.


La segunda de las lecturas, sacada de un magnífico volumen de textos deWalter Benjamin, publicado por Taurus este mismo año, con el títuloIluminaciones (reúne las traducciones de Jesús Aguirre), aborda la naturaleza del autor como productor en conferencia pronunciada en abril del 1934 en París, donde describe la figura del autor preguntándose qué lugar ocupa en las relaciones de producción de las sociedades. ¿Es útil dentro de estas relaciones de producción, para el desarrollo social de las mismas? En el mismo plano aborda la figura del autor como un elemento más de la lucha de clases puesto del lado del proletariado.

No pretendo yo extrapolar el discurso marxista de Benjamín (recordemos que también de los miembros más destacados de la escuela de Frankfurt) para traerlo a nuestro tiempo. Pero sí me sirve para destacar la necesidad de ser útil en el contexto en el que el creador crea. Algunos pueden decir que se es útil también en el entretenimiento. Ciertamente, pero estamos en un momento en que, cubiertas las necesidades más básicas de ocio, deberíamos abordar las necesidades de conocimiento.

Dice Benjamin: “Quizá hayan caído ustedes en la cuenta de que esta serie de pensamientos (…) plantea al escritor una sola exigencia: la de reflexionar sobre su posición en el proceso de producción”. Porque es esa implicación en los procesos de evolución (ignoren, si quieren, el término marxista) de las sociedades, donde el rumbo no queda completamente definido, es donde la mano del creador debe, está en la exigencia, de proponer rumbos necesarios. Y da un paso más en la comprensión de esta colaboración necesaria del autor cuando propone una actitud que lo ponga en situación de hacer de los lectores, en el caso de la literatura, y los espectadores, en el caso del cine y el teatro, absolutos colaboradores. En este caso el esfuerzo es común a los dos. El autor se implica en una obra para que sea útil a lectores; y, estos, como colaboradores, deben estar preparados para esa labor colaborativa, deben de ser útiles en esa misma labor. El problema sería encontrar una sociedad que estuviera preparada para formar a escritores y colaboradores, que fuera capaz de pensar en esta necesidad. Pero me temo que en las funciones que hemos asumido no está la de la formación en estos asuntos.

El concepto con el que arrancaba este artículo, el de lo práctico, toma aquí un sentido diferente al que se asume desde nuestra perspectiva de ciudadanos de 2018. La utilidad cambia de plano para mostrarse mucho más operante, más ilustrativa y mucho más necesaria. Porque, como señala el escritor alemán en otro de sus artículos recogidos en este volumen: “En el bosque hay troncos de diversas clases. Los más gruesos se cortan para vigas de navío; con los menos gruesos se hacen tapas para cajones y féretros, los más finos se utilizan para varas; pero los raquíticos no sirven para nada. Escapan de los padecimientos de la utilidad”. Descendiendo por el sentido de utilidad y de practicidad que va marcando este artículo, no sigamos utilizando las varas más raquíticas para dar forma a nuestro siglo. Busquemos los troncos más gruesos. Si no, estamos perdidos.

(Fuente: infolibre, 18-05-2018)


'DIETARIO VOLUBLE
(fragmento)

Hoy en día, el fantasma de la estupidez recorre nuestras aulas. Pero a quienes horroriza que nuestros jóvenes sean los más atrasados en materia de educación habría que recordarles que ellos, los adultos, no sólo son los responsables del desastre, sino que son tan aburridos, incultos y bárbaros como esos jóvenes. Flaubert ya vio venir todo ese futuro apogeo de la banalidad cuando dijo que se hablaba mucho del embrutecimiento de la plebe, pero se hacía en términos injustos e incompletos, pues habría que empezar por ilustrar a las clases ilustradas. Éstas comenzaban ya entonces a moverse sin ética ni estética, tal como hoy en día hacen tan triunfalmente. Flaubert lo vio con absoluta claridad: "Llegará un tiempo en que todo el mundo se habrá convertido en hombre de negocios (para entonces, gracias a Dios, ya habré muerto). Peor lo pasarán nuestros sobrinos. Las generaciones futuras serán de una tremenda grosería."

'DIRECCIÓN ÚNICA
(fragmento)

Mientras estés trabajando, intenta sustraerte a la medianía de la cotidianeidad. Una quietud a medias, acompañada de ruidos triviales, degrada. En cambio, el acompañamiento de un estudio musical o de un murmullo de voces puede resultar tan significativo para el trabajo como el perceptible silencio de la noche. Si éste agudiza el oído interior, aquél se convierte en la piedra de toque de una dicción cuya plenitud sepulta en sí misma hasta los ruidos excéntricos.






'OTROS SUEÑOS', por M. Vicent / ' LOS HOMBRES VIEJOS', de Miguel Hernández / PROPUESTA DE EXAMEN (según PAU)

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"Ante la matanza brutal, metódica y programada de palestinos desarmados provocada con fuego a discreción por el Ejército israelí, ¿se puede sentir algo que no sea dolor y repugnancia? Ante la tragedia de los inmigrantes que huyen del hambre y de la guerra sin otro futuro que el de ahogarse en el mar o morir detrás de una alambrada, ¿se puede sentir algo que no sea compasión y congoja?"

Niño No Refugiado

OTROS SUEÑOS

Ante el voluptuoso y analfabeto Donald Trump, que irrumpe cada día en el orden mundial como un búfalo ciego e imprevisible, ¿se puede sentir algo que no sea miedo y vergüenza? Ante la matanza brutal, metódica y programada de palestinos desarmados provocada con fuego a discreción por el Ejército israelí, ¿se puede sentir algo que no sea dolor y repugnancia? Ante la tragedia de los inmigrantes que huyen del hambre y de la guerra sin otro futuro que el de ahogarse en el mar o morir detrás de una alambrada, ¿se puede sentir algo que no sea compasión y congoja? Ante la putrefacción de la política española y su descrédito internacional con la bajada de Cataluña hacia la ciénaga del racismo, la xenofobia y la quiebra social, ¿qué se puede hacer sino esperar con resignación a que se hunda todo en la mierda? Los sueños de aquella Norteamérica de soldados envueltos en melodías de Glenn Miller, que salvaron la libertad y la democracia en la Segunda Guerra Mundial, la Nueva Frontera de Kennedy y el espíritu de Obama, han caído en manos de Donald Trump, gran fabricante de política basura. Los sueños de una nación judía, fermento de la ciencia y del arte, los ha convertido el Estado de Israel, con el repulsivo ministro Netanyahu a la cabeza, en una pesadilla causante de un nuevo genocidio. Aquella Europa acogedora de la fraternidad y de los derechos humanos se ha convertido hoy en una especie de vieja temerosa y egoísta. Los sueños de la Transición con una Cataluña clara, abierta y aireada, que tiraba del resto de España hacia la modernidad constituyen ahora un espectáculo siniestro entre catetos racistas y políticos incompetentes. Con una sensación de miedo, vergüenza, dolor, repugnancia, compasión, congoja, mierda y resignación, se va el ciudadano todas las noches a la cama. ¿Qué otros sueños puede esperar?
(Fuente: El País, 20-05-2018)

LOS HOMBRES VIEJOS
      I
Nacen puestos de gafas, y una piel de levita,
y una perilla obscena de culo de bellota,
y calvos, y caducos. Y nunca se les quita
la joroba que dentro del alma les explota.

Pedos con barbacana, ceremoniosos pedos,
de su senil niñez de polvo enlevitado,
pasan a la edad plena con polvo entre los dedos,
sonando a sepultura y oliendo a antepasado.

Parecen candeleros infelices, escobas
desplumadas, retiesas, con toga, con bonete:
una congregación de gallardas jorobas
con callos y verrugas al borde del retrete.

Con callos y verrugas, y coles y misales,
la dignidad del asno se rebela en la enjalma,
mirando estos cochinos tan espirituales
con callos y verrugas en la extension del alma.

Alma verruguicida, callicida la vuestra.
Habéis nacido tiesos como los monigotes,
y vivís de puntillas, levantando la diestra
para cornamentar la voz y los bigotes.

Saludáis con el ano, no arrugáis nunca el traje,
disimuláis los cuernos con laureles de lata.
No paráis en la tierra, siempre vais de viaje
por un pais de luna maquinal, mentecata.

Nacéis inventariados, morís previa promesa
de que seréis cubiertos de estatuas y coronas.
Vais como procesados por el sol, que procesa
aquello que señala delito en las personas.

Os alimenta el aire sangriento de un juzgado,
de un presidio siniestro de abogados y jueces.
Y concedéis los pedos por audiencia de un lado,
mientras del otro lado jodéis, meáis a veces.

Herís, crucificáis con ojos compasivos,
cadáveres de todas la horas y los días:
autos de poca fe, pastos de los archivos,
habláis desde los púlpitos de muchas tonterías.

Nunca tenga que ver yo con estos doctores,
estas enciclopedias ahumanas, aplastantes.
Nunca de estos filósofos me ataquen los humores,
porque sus agudezas me resultan laxantes.

Porque se ponen huecos igual que las gallinas
para eructar sandeces creyéndose profundos:
porque para pensar entran en las letrinas,
en abismos rellenos de folios moribundos.

Sentenciosas tinajas vacías, pero hinchadas,
se repliegan sus frentes igual que acordeones,
y ascienden y descienden, tortugas preocupadas,
y el corazón les late por no sé qué rincones.

No se han hecho para estos boñigos los barbechos,
no se han hecho para estos gusanos las manzanas.
Sólo hay chocolateras y sillones deshechos
para estas incoherencias reumáticas y canas.

Retretes de elegancia, cagan correctamente:
hijos de puta ansiosos de politiquerías,
publicidad y bombo, se corrigen la frente
y preparan el gesto de las fotografías.

Temblad, hijos de puta, por vuestra puta suerte,
que unos soldados de alma patética deciden:
ellos son los que tratan la verdadera muerte,
ellos la verdadera, la ruda vida piden.

La vida es otra cosa, sucios señores míos,
más clara, menos turbia de folios, de oficinas.
Nadan radiantemente sus cuerpos en los ríos
y no usan esa cara de múltiples esquinas.

Nunca fuisteis muchachos, y queréis que persista
un mundo aparatoso de cartón estirado,
por donde el cartón vaya paticojo y turista,
rey entre maniquíes de pulso congelado.

Venís de la Edad Media donde no habéis nacido,
porque no sois del tiempo presente ni del ausente.
Os mata una verdad en el caduco nido:
la que impone la vida del siempre adolescente.

Yo soy viejo: tan viejo, que el primer hombre late
dentro de mis vividos y veintisiete años,
porque combato al tiempo y el tiempo me combate.
A vosotros, vencidos, os trata como a extraños.


II

Trapos, calcomanías, defunciones, objetos,
muladares de todo, tinajas, oquedades,
lápidas, catafalcos, legajos, mamotretos,
inscripciones, sudarios, menudencias, ruindades.

Polvos, palabrería, carcoma y escritura,
cornisas; orinales que quieren ser severos,
y se llevan la barba de goma a la cintura,
y duermen rodeados de siglos y sombreros.

Vilmente descosidos, pálidos de avaricia,
lo que más les preocupa de todo es el bolsillo.
Gotosos, desastrosos, malvados, la injusticia
se viste de acta en ellos con papel amarillo.

Los veréis adheridos a varios ministerios,
a varias oficinas por el ocio amuebladas.
Con el sexo en la boca canosa, van muy serios,
trucosos, maniobreros, persiguiendo embajadas.

Los veréis sumergidos entre trastos y coños
internacionalmente pagados, conocidos:
pasear por Ginebra los cojones bisoños
con cara de inventores mortalmente aburridos.

Son los que recomiendan y los recomendados.
La recomendación es su procedimiento.
Por recomendación agonizan sentados
donde la muerte cómoda pone su ayuntamiento.

Cuando van a acostarse, se quitan la careta,
el disfraz cotidiano, la diaria postura.
Ante su sordidez se nubla la peseta,
se agota en su paciencia la estatua más segura.

A veces de la mala digestión de estos cuervos
que quieren imponernos su vejez, su idioma,
que quieren que seamos lenguas esclavas, siervos,
dependen muchas vidas con signo de paloma.

A veces son marquesas íntimas de ambiciones,
insaciables de joyas, relumbronas de trato:
fracasadas de título, caballares de acciones,
dispuestas a llevar el mundo en el zapato.

Putonas de importancia, miden bien la sonrisa
con la categoría que quien las trata encierra:
políticas jetudas, desgastan la camisa
jodiendo mientras hablan del drama de la guerra.

Se cae de viejo el mundo con tanto malotaje.
Hijos de la rutina bisoja y contrahecha,
valoran a los hombres por el precio del traje,
cagan, y donde cagan colocan una fecha.

Van del hotel al banco, del hotel al paseo
con una cornamenta notable de aire insulso.
Es humillar al prójimo su más noble deseo,
y el esfuerzo mayor le hacen meando a pulso.

Hemos de destrozaros en vuestras legaciones,
en vuestros escenarios, en vuestras diplomacias.
Con ametralladoras cálidas y canciones
os ametralllaremos, prehistóricas desgracias.

Porque, sabed: llevamos mucha verdad metida
dentro del corazón, sangrando por la boca:
y os vencerá la férrea juventud de la vida,
pues para tanta fuerza tanta maldad es poca.

La juventud, motores, ímpetus a raudales,
contra vosotros, viejos exhombres, plena llueve:
mueve unánimemente sus músculos frutales,
sus máquinas de abril contra vosotros mueve.

Viejos exhombres viejos: ni viejos tan siquiera.
La vejez es un don que cederá mi frente,
y a vuestro lado es joven como la primavera.
Sois la decrepitud andante y maloliente.

Sois mis enemiguitos: los del mundo que siento
rodar sobre mi pecho más claro cada día.
Y con un soplo sólo de mi caliente aliento,
con este soplo dicté vuestra agonía. 



PROPUESTA DE EXAMEN

PREGUNTAS:

1ª ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS
2ª TEMA. RESUMEN


3ª COMENTARIO CRÍTICO

Preguntas guía para el comentario crítico

1ª ¿Cómo está organizado el texto? (Estructura)

2ª ¿Qué tesis defiende el autor? (Ver Orientaciones para determinar el tema...)
3ª ¿Podrías resumir brevemente el texto con tus propias palabras?
(Las tres primeras preguntas corresponden, evidentemente, a las preguntas de Selectividad, ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS, TEMA Y RESUMEN. A partir de la cuarta pregunta comenzaría -es sólo una propuesta- el COMENTARIO CRÍTICO)
4ª ¿Qué tipo de texto es? Si es un texto literario, ¿a qué momento histórico pertenece, está "encuadrado" en algún movimiento literario?
5ª ¿Es un tema actual? ¿Crees que hay alguna idea "secundaria" importante?
6ª ¿Es un tema polémico?
7ª ¿Es un tema local/universal
8ª ¿Qué argumentos utiliza el autor para defender su tesis?
9ª ¿Es objetivo en sus planteamientos, o es subjetivo?
10ª ¿Cuáles son las “marcas lingüísticas” de su supuesta subjetividad? ¿Cuáles son las expresiones más impactantes, más significativas? 
11ª ¿Es un tema original?
12ª Si no lo es, ¿lo es, al menos su tratamiento, su enfoque?
13ª ¿Cuál es tu opinión?
14ª ¿Qué argumentos añadirías?
15ª ¿Qué argumentos opondrías a los del autor?
16ª ¿Puedes relacionar el texto, su tema principal, con otros textos, noticias… que conozcas?
17ª Teniendo en cuenta la intención del autor, ¿crees que ha sido eficaz? ¿Qué funciones del lenguaje predominan?
18ª ¿Cómo concluyes tu análisis, tu comentario?

4ª COMENTE LAS PRINCIPALES MARCAS DE SUBJETIVIDAD
5ª EL LENGUAJE PERIODÍSTICO / LOS GÉNEROS DE OPINIÓN / LOS GÉNEROS INFORMATIVOS / CLASIFICACIÓN DE LOS GÉNEROS PERIODÍSTICOS










'TELEVISIÓN DE NEGRO', por L. García Montero / 'Discurso Completo Edward Murrow Good Night And Good Luck'

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En los días próximos haremos público el periódico digital que, en la asignatura de 'Medios de Comunicación y Sociedad, Análisis Crítico' han hecho los alumnos de 2º de Bto. del IES Cristóbal Colón... se lo han currado, y mucho.
"El modo de acercarse a la realidad, la forma de tratar los crímenes o de elegir los conflictos, la manera de entretener o de indignar, las risas y las lágrimas, las rabias y los deseos, están concebidos para crear un determinado tipo de espectador... Una televisión independiente, no controlada por ningún partido, ni por las élites económicas, es uno de los retos fundamentales de la democracia"

"Este instrumento no es bueno para nada, sólo para entretener, divertir y aislar..." ('Buenas noches y buena suerte')

Trabajadores del Centro Territorial de Valencia junto a Arantxa Torres en la protesta del "viernes negro" por el cambio en TVE

TELEVISIÓN DE NEGRO

La manipulación informativa de Televisión Española se suma a las bien programadas campañas de manipulación de las cadenas privadas. La diferencia es que Televisión Española es un medio público, sostenido para dar una información veraz e independiente, y las otras cadenas responden de manera natural a los intereses económicos e ideológicos de sus propietarios.

Confundir la libertad informativa con la libertad de creación de medios privados es una de las grandes trampas del periodismo actual. Las televisiones privadas responden a las estrategias poderosas de unas élites que van quemando etapas. En un primer momento, las élites políticas fundaron sus medios de comunicación; después, fueron los medios los que tuvieron sus partidos. Ahora ni siquiera son indispensables los partidos, aunque siempre vienen bien. Las élites crean mundos virtuales y disponen de sociedades enteras para instaurar su felicidad o su miedo.

Y no se trata sólo de opinar mejor o peor de unos políticos concretos. El modo de acercarse a la realidad, la forma de tratar los crímenes o de elegir los conflictos, la manera de entretener o de indignar, las risas y las lágrimas, las rabias y los deseos, están concebidos para crear un determinado tipo de espectador. Las nuevas posibilidades tecnológicas con programaciones a la carta, esto quiero y lo tengo de inmediato, crean, además, un concepto mercantilizado del tiempo, sin espera ni historia, propio de un ser humano definido por la aceleración del consumo y por la renuncia a las citas colectivas.

¿Se trata del inevitable progreso? Bueno, se trata del inevitable progreso del capitalismo, un modo de vida revolucionario que se devora a sí mismo y que no tiene otra ley que el dinero. Frente a este tipo de revoluciones, pensar con amor a la vida supone en parte ser conservador, elegir las cosas que merece la pena conservar frente a las producciones destructivas de la realidad. Considero que una de esas cosas decisivas es la información pública, asegurada en su tiempo y en su independencia por el Estado (otra cosa que merece la pena conservar en contra de las desregulaciones del neoliberalismo).

Una televisión independiente, no controlada por ningún partido, ni por las élites económicas, es uno de los retos fundamentales de la democracia. Gobernar no significa entender las instituciones como una propiedad privada, sino gestionar el bien común con respeto a la entidad de lo público. La manipulación partidista de los medios públicos de información es el signo más claro de la degradación democrática. Y en este sentido, como en todos, las actuaciones del PP son desoladoras.

Es verdad que vivimos un mundo en el que la televisión es desbordada por el vértigo de las redes sociales. Pero buena parte de las informaciones que luego se repiten en las redes nacen de la televisión o del periodismo escrito. Por otra parte, la eliminación de los espacios en los que puede legitimarse una información contrastada y organizada por profesionales independientes sirve para crear una dinámica de la confusión. Todo cae en el descrédito y, a la vez, todo sirve para alimentar la buena fe de las mentiras. Es el modo contradictorio en el que hoy funciona una sociedad que sospecha de todo menos de sus propias mentiras antidemocráticas.
En los movimientos racistas de indignación que están recorriendo el mundo, desde EEUU a Italia, el nuevo fascismo suele criticar a los periodicuchos democráticos y a los manipuladores de la información. Y se confunde la grosería con la verdad. El descrédito generalizado forma parte de la nueva religión mediática que juega con el miedo, la culpa, el sermón y la fe para conseguir que la gente vote en contra de sus propios intereses. ¡Vivan las cadenas! ¿La gente es tonta? No, es creyente en la religión popular de la sospecha.

Las nuevos soportes digitales, dominados en su mayoría por el poder del dinero, han abierto la oportunidad de una prensa libre, independiente de los bancos y las multinacionales. Periódicos como infoLibre merecen un apoyo decidido. Pero su campo de actuación es fruto de limitadas aportaciones individuales. Hay también un horizonte colectivo: la ciudadanía democrática necesita recordarle al Estado su obligación de facilitar la independencia y el rigor de los medios públicos de comunicación.Tenemos derecho a una información que no sea de partido, sino el fruto de un periodismo no manipulado.

Muchas periodistas de Televisión Española se han vestido de negro para protestar por la política informativa impuesta por el Gobierno. No sólo están dando un ejemplo de orgullo profesional. Nos recuerdan también que la democracia es inseparable de la dignidad laboral, otra lección muy necesaria en los tiempos que corren.

(Fuente: infolibre)

"Este instrumento no es bueno para nada, sólo para entretener, divertir y aislar..."































'CANCIÓN TOTAL', 'BIENES' y '45 CEREBROS Y 1 CORAZÓN', María Arnal i Marcel Bagés

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Y, otra vez, Lidia Cerro nos abre una puerta... María Arnal i Marcel Bagés...  

¿Qué tipo de vida llevamos? ¿En qué nos han convertido, con nuestro silencio, con nuestros automatismos? Quizá, nos hemos dejado llevar por esa voz que incluso nos advertía de lo que iba a hacer con nosotros, "disparar el fuego publicitario sobre tu cabeza condenarte a la ignorancia y a la pobreza con créditos bancarios". Resulta asombroso cómo recuperando la tradición oral, aquellos cantares... nos sitúan en el oscuro núcleo existencial del aquí y ahora... Recuperar el susurro, para recuperar la memoria, en voz baja, y gritando, apartando las palabras sin sentido, llamando a las que nos llaman..."
María Arnal i Marcel Bagés

Y, otra vez, Lidia Cerro nos abre una puerta... María Arnal i Marcel Bagés.

¿Qué tipo de vida llevamos? ¿En qué nos han convertido, con nuestro silencio, con nuestros automatismos? Quizá, nos hemos dejado llevar por esa voz que incluso nos advertía de lo que iba a hacer con nosotros, "disparar el fuego publicitario sobre tu cabeza condenarte a la ignorancia y a la pobreza con créditos bancarios". Resulta asombroso cómo recuperando la tradición oral, aquellos cantares, aquellos modos que no se resignan a quedar enterrados en el olvido, cómo desde ellos estos artistas nos sitúan en el oscuro núcleo existencial del aquí y ahora, "Bombardearía con mi deseo vías y antenas inculcándote mi lenguaje hasta que repitieras la verdad resplandeciente en todos mis lemas que te obligaran a consumir y a consumirme". Nos obligan a pensar, y también a recordar, porque cuando uno escucha esa voz, mecida en la cuna de estrofas antiguas, uno recuerda las coplas que sus padres le contaban que a ellos les contaban sus abuelos. 

Y es que lo realmente significativo no es otra cosa que recuperar el pasado para describirnos la distopía actual, "... verte extinguirte en esta tan cómoda celda de una casa de un trabajo de una pareja destinada a la socialdemocracia y a la tibieza de esta civilización...".

Lo que hacen estas personas no es en absoluto baladí, consiguen algo imposible, nos introducen en una aldea medieval para, desde allí, explicarnos cómo vivimos aturdidos, vencidos y sin ganas de vencer, en una alienante aldea global, "... miedo ensordecedor y aburrimiento y la dominación de las capas más cultas y del conocimiento".

Y mientras uno no deja de pensar en juglares, en mujeres que esparcen su voz recitando, como cantando sin cantar, como leyendo cantando, como si estuvieran al lado, esa voz nos interroga, nos pregunta si sabemos el nombre de aquellos que nos han arrebatado todo, "Si es que el agua tiene dueño quién manda sobre la luz quién manda sobre este suelo quién gana con nuestro cielo quién gana con nuestro sol"

Recuperar el susurro, para recuperar la memoria, en voz baja, y gritando, apartando las palabras sin sentido, llamando a las que nos llaman, desde el suelo, ahí, en la cuneta, en la memoria...

Busquemos el presente, desde ahí.

(Luis Enrique Ibáñez)


mmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm

LETRA:

Si pudiera prevenirte con una guerra 
clasificarte como amenaza extranjera 
disparar el fuego publicitario sobre tu cabeza 
condenarte a la ignorancia y a la pobreza 
con créditos bancarios 

Bombardearía con mi deseo vías y antenas 
inculcándote mi lenguaje hasta que repitieras 
la verdad resplandeciente en todos mis lemas 
que te obligaran a consumir y a consumirme 

Adquiéreme, adquiéreme,
Adquiéreme, adquiéreme,
para que sólo tú me disfrutes 
adquiéreme
para que sólo tú me disfrutes 
adquiéreme 

O en una cárcel olvidarte si yo pudiera 
verte extinguirte en esta tan cómoda celda 
de una casa de un trabajo de una pareja 
destinada a la socialdemocracia y a la tibieza 
de esta civí 
de esta civilí-li-li-li 
miedo ensordecedor y aburrimiento 
y la dominación de las capas más cultas y del conocimiento 
de esta civilí-li-li-li 
de esta civilí-li-li-li 
de esta civilí-li-li-li-za-ción



LETRA:

Te parecerá inocente
y, sin embargo, es evidente
que aquí ni el más elocuente
ni mil lenguas de serpiente
me podrían contestar
si alguien, entre tanta gente,
incluidas las videntes
con sus visiones nacientes
ven en la historia reciente
de oriente y occidente
una razón que alimente
esta dimensión demente
si mi mente no me miente
alguien entre los oyentes
me podría contestar

si,si,si,si,si,si,si,si,si:

Si es que el agua tiene dueño
quién manda sobre la luz
quién manda sobre este suelo
quién gana con nuestro
cielo
quién gana con nuestro
sol.



LETRA:

!ssssssssssssilencio!
Encontraron 
donde siempre supieron, 
que estaban,
45 cerebros y un corazón

Ante tal descubrimiento,
y estupor de los presentes
vieron la luz, conservados,
cual cuerpos de faraón

Aquí sin mito ni rito
abandonados al tiempo
arropados por el lodo
cerca de alguna urbanización
eran
45 cerebros y 1 corazón

¡ssssssssilencio!
ssssssssiguen ahí en
ssssssssilencio
ssssuspendidosss sus cuerposs
sus anhelosss sucia suerte 
sus sueños sssssusurran 
ssssssucio sssssilencio
siguen ahí en.....

Encontraron 
donde siempre supieron
que estaban
45 cerebros y un corazón

Ante tal descubrimiento,
y estupor de los presentes
vieron la luz, conservados,
cual cuerpos de faraón

El suelo los hizo suyos y nuestros
El cielo los tuvo vivos y muertos
joyas de la desmemoria
moderna
¿quien se olvida 
quien se acuerda? 

45 cerebros y 1 corazón

¡sssssilencio!

¿dime muerte, muertecita mía, 
dime dónde vas a arder?
La dama responde: 
vendré al amanecer,
vendré al anochecer
vendré donde tú estés

Mi tiempo no es tu tiempo, 
- ella quiso esclarecer -
que yo vivo en las piedras 
las de hoy y las de ayer
Yo soy el rumbo del mundo
Yo sólo soy un segundo ¡!
después no hay más después

despuésssss de ocho décadassss
despuésssss de ochenta añossss
mientras yo canto
mientras él toca
mientras tú escuchas
mientras respiras
mientras, durante y después
ssssssiguen ahí
en sssssssssssss....



UNAS PALABRAS DE PLATÓN Y DE EMILIO LLEDÓ

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"No tenemos políticos, con las excepciones que queráis. Cómo es posible, si es que es verdad, que corruptos estén organizando la vida de los que, podemos equivocarnos, pero no somos corruptos. La vida de los seres normales, de los que trabajamos, con nuestras pequeñas limitaciones... Qué es lo que hay en la cabeza de un corrupto...

el bien común, que es una palabra, una frase hecha que me repatea un poquito. El “bien común”, ¡pues claro! El bien de la decencia, el bien de la justicia, el bien de la educación..."
fundación

PLATÓN
“Si encuentran para los que van a gobernar un modo de vida mejor que el gobernar mismo, podrás tener una ciudad bien gobernada. Pues serán sólo en ella donde manden los verdaderos ricos, que no lo son en oro, sino en lo que hay que poseer en abundancia para ser feliz: una vida llena de bondad y de inteligencia. Pero no serán así en esos mendigos y hambrientos de poder, de bienes personales, que van a la política creyendo que es ahí donde van a sacar la riqueza"

('La República', Platón)


EMILIO LLEDÓ

No tenemos políticos, con las excepciones que queráis. Cómo es posible, si es que es verdad, que corruptos estén organizando la vida de los que, podemos equivocarnos, pero no somos corruptos. La vida de los seres normales, de los que trabajamos, con nuestras pequeñas limitaciones, equivocaciones, claro, nadie es perfecto, como dice la famosa película. Nadie es perfecto, pero luchamos por serlo. No por ser perfecto, sino por ser mejores. Y no solo por ser mejores, si no por ser (con eso que Aristóteles decía como la característica del político) por ser decentes. Fijaros si les preocupaba a los griegos, (con todos los problemas que hubiera en la cultura griega, que los hubo, pero nos llenaron de luz, eso es indudable) que se plantean en algún momento los filósofos clásicos de la política, Platón y Aristóteles, si los políticos pueden ser felices. Porque su vida es darse a los demás, imagínate. Darse debe ser otra cosa, darse a sí mismos… es que se pierde hasta la amistad, a veces he utilizado el término “amigantes”, que no tienen amigos, tienen “amigantes”, que tiene que ver con mangantes, es la misma, casi la misma coincidencia, a mí me resonaba eso. Entonces, ¿cómo se puede hacer eso, en una sociedad? Que se dice, el bien común, que es una palabra, una frase hecha que me repatea un poquito. El “bien común”, ¡pues claro! El bien de la decencia, el bien de la justicia, el bien de la educación. Eso es importante. Eso se aprende también en la escuela. Por eso, yo estoy ahora trabajando un poco en eso, en cómo se nos estropea la cabeza. Qué es lo que hay, con todos los respetos, en la cabeza de un corrupto. Porque decimos que hay corrupción, decimos que hay procesos, etcétera. Bueno, que reina en la cabeza de esos individuos, qué es lo que reina, cómo han llegado a eso, cómo se llega eso. Por razones políticas, por razones de intereses, es un tema muy interesante. A mí me preocupa enormemente, no me atrevo a avanzar nada todavía, pero estoy estudiándolo a fondo.






'RECUPERAR LA POLIS', por Gabriel M. González / Y MÁS PALABRAS DE EMILIO LLEDÓ

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"... ante nuestros ojos hemos visto cómo estados soberanos se amilanaban frente al poder aparentemente omnímodo de los “mercados” y los poderes financieros... El Neoliberalismo... se proyecta desde el exterior sobre los estados y cierra el abanico de posibilidades en el que las políticas de distinto signo podrían desenvolverse... La apuesta por una democracia transnacional, multinivel, donde las estructuras supranacionales como la unión europea sean rediseñadas para la ciudadanía y la democracia, no para los inversores privados y los mercados...

... Yo creo decididamente en la enseñanza pública, en una enseñanza en la que no sea el dinero el que cambie las perspectivas o los tipos de enseñanza, porque además no suele cambiarlo..."(Emilio Lledó)
Asamblea en Sol, Madrid

RECUPERAR LA POLIS

Al contrario de lo que se suele pensar, en la Antigua Grecia el término polis no se refería a la ciudad como concepto estático o delimitador de la urbe, sino a la comunidad política, al conjunto de ciudadanos que la comprendía. Por eso Tucídides habla de polis cuando se refiere a los atenienses lejos de su ciudad en el transcurso de la Guerra del Peloponeso, y por eso Aristóteles puede abstraerse de las ciudades-Estado concretas para explicarnos su Política.

La comunidad de ciudadanos depende, por tanto, no de las fronteras geográficas constituidas por la metafísica de la Historia, sino del compromiso continuo de sus componentes en “un vivir y hacer” juntos. Lo que Ortega denominó como “proyecto sugestivo de vida en común” o Renan, quizá con menos acierto, como plebiscito cotidiano, no son más que derivaciones de esa concepción dinámica deldemos que está, o debería estar, en la base de nuestros sistemas políticos. Ahora bien, para que ese sustrato de esperanzas conjuntas y deseos compartidos pueda nutrir a la democracia, se hace necesario que el horizonte de posibilidades esté abierto y que la política pueda operar en él sin excesivas ataduras. Y esto es, precisamente, lo contrario de lo que ocurre en la actualidad de nuestras frágiles democracias constitucionales, constreñidas por factores externos e internos de diversa naturaleza que impiden, al tiempo, poder desplegar una mínima autonomía de la política.

"El neoliberalismo, como Laval y Dardot siempre recuerdan siguiendo la intuición de Foucault, no es sólo un conjunto de instituciones, normas y criterios económicos, sino que es también, y ante todo, una nueva racionalidad que impregna todos los ámbitos de la vida"

En primer lugar, nunca como hasta ahora las interdependencias globales habían sido tan fuertes y decisivas, sobre todo las económicas. Ante nuestros ojos hemos visto cómo Estados soberanos se amilanaban frente al poder aparentemente omnímodo de los “mercados” y los poderes financieros. El caso paradigmático de la rendición griega nos ilustra a la perfección, además, la nueva forma de operar conjunta que tienen las instituciones supranacionales ( troika, etc...) y el capital transnacional, que al aunar sus fuerzas se erigen en un nuevo Leviatán sin límites ni escrúpulos. Y aunque no hay que obviar el papel activo que los propios Estados han desempeñado en la conformación de esas estructuras alejadas de la democracia, lo cierto y verdad es que una vez creadas y dotadas de independencia, éstas se convierten en elementos distorsionadores de cualquier concepción de autonomía política y democrática. El neoliberalismo, incrustado en la tecnocracia de las instituciones y organismos supranacionales, en los dictados aparentemente científicos en materia económica que los nuevos eforados imponen y en la propia articulación interdependiente de la comunidad internacional, se proyecta desde el exterior sobre los Estados y cierra el abanico de posibilidades en el que las políticas de distinto signo podrían desenvolverse. El There Is No Alternative de Margaret Thatcher institucionalizado al más alto nivel.

"el triunfo neoliberal es el caldo de cultivo para un nuevo ser “humano” totalmente deshumanizado, aislado y narcisista para el que ya no hay misterio ni fantasía posibles. Y es aquí, en lo posible, donde desde el interior de la racionalidad neoliberal se derivan las consecuencias más perjudiciales para la polis, pues al aislamiento humano le acompaña el olvido del actuar colectivo y su capacidad, posible, de acción"
En segundo lugar, las polis contemporáneas se han visto difuminadas en su misma esencia desde el interior de las propias comunidades políticas. El neoliberalismo, como Laval y Dardot siempre recuerdan siguiendo la intuición de Foucault, no es sólo un conjunto de instituciones, normas y criterios económicos, sino que es también, y ante todo, una nueva racionalidad que impregna todos los ámbitos de la vida. La asunción por parte de los trabajadores de la dedicación plena de sus existencias a la competitividad, vendida falsamente como autorrealización; la subordinación absoluta a los criterios de la competencia exacerbada, elevada a nuevo principio vertebrador del actuar social; la pérdida de autonomía personal en medio del hedonismo consumista desenfrenado o la ausencia de una mínima estabilidad que permita el libre desarrollo de la personalidad y de aspiraciones familiares, constituyen elementos definidores de un siglo XXI desbocado en la marabunta de la inmediatez, la ficción del mundo virtual y el olvido de lo verdaderamente humano. Como magistralmente denuncia el filósofo surcoreano Byung-Chul Han en La agonía del Eros, el triunfo neoliberal es el caldo de cultivo para un nuevo ser “humano” totalmente deshumanizado, aislado y narcisista para el que ya no hay misterio ni fantasía posibles. Y es aquí, en lo posible, donde desde el interior de la racionalidad neoliberal se derivan las consecuencias más perjudiciales para la polis, pues al aislamiento humano le acompaña el olvido del actuar colectivo y su capacidad, posible, de acción. El desconocimiento popular de los principios más básicos de funcionamiento del sistema político es efecto directo de la creencia, generalizada, de que el Estado y la política son la administración de lo dado, y no el gobierno de lo posible. La fragmentación y disolución de lo humano tal y como lo hemos entendido hasta ahora, con sus concomitancias morales y éticas, tiene también su impacto en la pérdida de adscripción simbólica, y real, con las comunidades políticas a las que se pertenece.
El panorama descrito es, desde luego, desolador. ¿Hay posibilidades de transformación frente a tal situación? Las respuestas hasta el momento han sido dispares y muchas de ellas, posiblemente, erradas o de alcance insuficiente. Una salida ha sido la de, precisamente, optar por la huida. No son pocos quienes, conscientes de la podredumbre que nos rodea, han decidido que el cambio estructural es imposible y que lo más sensato es salirse individualmente del sistema e intentar experiencias propias desde abajo y en círculos muy reducidos. Se evaden de la sociedad en torres intelectuales y urbanas de marfil, o en la neo-ruralidad del contacto directo con la naturaleza y el alejamiento consciente de lo colectivo, y abandonan con ello cualquier posibilidad de actuar político. A no ser que cierta hybris les lleve a creer que su ejemplo será seguido por millones de sus conciudadanos y que en unas décadas el mundo cambiará radicalmente gracias a la generalización del auto-exilio, su respuesta no dejará de ser ineficaz e insuficiente a escalas más amplias. Salirse de la polis puede ser loable en el plano ético o personal, pero no es la mejor opción si lo que se desea es recuperarla para cambiarla.

"La universalidad de conocimientos, el valor de la palabra, la consideración del ser humano como un fin y no como un medio, el énfasis en lo que une a las colectividades humanas y no en lo que las diferencia, el rechazo a la mercantilización y la centralidad de la persona en todo actuar, pueden ser los mejores instrumentos para recuperar la polis"
Otra salida, más contundente, ha sido la de la repolitización en clave estatalista, es decir, la de intentar recuperar la autonomía de la política frente a los factores externos e internos del neoliberalismo deshumanizador y disgregante desde el regreso al ideal del Estado-nación. Aquí nuevamente puede haber, no obstante, un error en el alcance de la perspectiva y del plan de acción deseado, puesto que se tiende a rechazar de plano el proceso de mundialización en el que estamos insertos y las interdependencias globales que nos rodean, sin discriminar los elementos positivos de los negativos. La globalización ha difuminado la autonomía política y las soberanías, pero ha permitido que conozcamos e integremos al “otro” con mayor facilidad. La interdependencia de los Estados les ha privado de su libertad de acción, pero también ha menoscabado su posibilidad de guiar ésta hacia el enfrentamiento mutuo o la vulneración sistemática de los derechos humanos. La polis, decíamos con los griegos, no tiene unas fronteras imbatibles ni está constreñida por rígidas geografías, y es evidente que hoy vivimos en múltiples polis que se superponen en una comunidad global de intereses, preocupaciones y retos que no pueden abordarse, individualmente, desde el limes de los Estados tradicionales. Al mismo tiempo, esta apuesta por la re-nacionalización para conseguir la deseada (y necesaria) repolitización puede desplazarse rápidamente, y sin apenas avisar, por los conductos despreciables de la xenofobia y la extrema derecha. El auge de los nacionalismos en Europa nos da buena cuenta de ello, y en el fondo, lo comprobaremos, da igual que vengan bendecidos por ideales progresistas o por esperanzas transformadoras, pues el sustrato del que parten y que les nutre es siempre el mismo: la construcción artificial de un “otro”, el rechazo irracional a su misma coexistencia y la elevación solipsista del “yo” a categorías ontológicas de difícil encaje democrático (e intelectual).
Por ello, si la autoexclusión de la comunidad, ya sea individual o nacional-estatal, no es un remedio adecuado, ¿qué posibilidad nos queda? Una salida óptima, pero muy difícil en su consecución, puede consistir en potenciar la repolitización, elemento en común que sí tienen las dos respuestas anteriores, pero canalizándola a través de un proceso de recuperación de la polis que parta de la constatación, comprometida, de las mutaciones que han acaecido en su seno, de las extensiones que ha experimentado y del nuevo dinamismo que proyecta. Una recuperación de la autonomía de lo político que incida en el significado de su propia necesidad, a saber, la de que quienes se vean afectados por las decisiones sean al mismo tiempo sus principales hacedores, sin exclusiones nacionales, identitarias o auto-impuestas. La apuesta por una democracia transnacional, multinivel, donde las estructuras supranacionales como la Unión Europea sean rediseñadas para la ciudadanía y la democracia, no para los inversores privados y los mercados. La confianza en la concurrencia de identidades, en el intercambio de perspectivas y modos diversos de ver el mundo, asentada en un respeto mutuo que se aleje de cualesquiera pretensiones nacional-excluyentes.
Claro que, para conseguirlo, hace falta laminar previamente las condiciones subjetivas que nos ha impuesto internamente el neoliberalismo desde su nueva racionalidad. Aquí se hace necesario que quienes quieran liderar un proyecto de transformación política para salvaguardar la democracia que fenece sean conscientes de que sin un cambio previo, y contundente, en el actuar y pensar individual no se puede alcanzar ninguna meta. La re-humanización del ser humano, la necesidad de que se aleje de los círculos autorreferenciales y de que rechace la mercantilización de la vida desde nuevas perspectivas sociales, son algunos de los elementos indispensables que han de centrar el cambio deseado. Y aquí hay que ser verdaderamente transversales y abiertos: las formas tradicionales de vida, la familia y ciertos criterios conservadores pueden ser más revolucionarios y anticapitalistas que algunas opciones hipsterizantes de los sectores urbanitas, por muy de izquierdas que se autoproclamen y muchas películas de Jean-Luc Godard que vean.
Un movimiento tan antiguo y posiblemente tan conservador para algunos, como el humanismo, puede ser el punto de encuentro de las diversas corrientes transformadoras, desde el feminismo al ecologismo. La universalidad de conocimientos, el valor de la palabra, la consideración del ser humano como un fin y no como un medio, el énfasis en lo que une a las colectividades humanas y no en lo que las diferencia, el rechazo a la mercantilización y la centralidad de la persona en todo actuar, pueden ser los mejores instrumentos para recuperar la polis; para recuperar, en definitiva, nuestras propias vidas.
(Fuente: eldiario.es, 24-05-2018)

Y MÁS PALABRAS DE EMILIO LLEDÓ

Para mí, para cualquier persona que quiera adelantar en su vida, en sus conocimientos y en la fecundidad de su mente, los libros (estos libros que están aquí y otros que no) significan  la memoria. Yo creo que los seres humanos somos fundamentalmente memoria y lenguaje. Si no tuviéramos memoria, no sabríamos quiénes somos. Por eso, siempre he defendido la tesis de que tenemos que tener memoria, no solo individual sino también colectiva. Estos libros que usted ve aquí son parte de la memoria histórica de la vida intelectual de nuestro país y de la vida personal de aquellos que un día decidieron escribir su oralidad; escribir las palabras que pensaban, las palabras que deseaban, las palabras que buscaban...

... el libro filosófico es la transmisión de lo que los seres humanos han querido entender sobre las grandes cuestiones de la existencia (como la justicia, la verdad, la belleza, la bondad, etc.) y también para saber qué es lo que somos, cuál es el futuro colectivo de una serie de personas que constituyen una nación, un pueblo o una humanidad (ahora que se globaliza tanto todo); y creo que una de las grandes globalizaciones que hay que tener es la de la cultura, la del progreso intelectual...

Hay otro texto de la Ética nicomáquea que dice que el principio de las relaciones que tengamos con los demás empieza por la relación que tenemos con nosotros mismos, y para tener una buena relación con tu propia mismidad tienes que encontrarte digno de ti mismo, no engreído ni falsificador de tu propia personalidad, tienes que sentirte decente

... Toda la cultura griega es una cultura de una riqueza tal que a mí me sorprende que aún podamos leer la República o el Fedón de Platón, o la Metafísica de Aristóteles, y que después de 25 siglos todavía nos sigan diciendo cosas. Alguna vez me pregunto qué quedará de lo que escribimos nosotros. A lo mejor, dentro de 30 o 40 años, se esfuma, pero todavía podemos leer (y aún pueden hacernos latir) a Sófocles, Tucídides, Herodoto, Platón, Horacio o Virgilio (o a cualquier otro autor de la cultura antigua), y los podemos leer realmente con pasión y con aprendizaje. Por eso me parece tan importante que se cultive que a los alumnos, cuando se les enseñe a leer, se les enseñe también a amar el lenguaje, a pensar en el lenguaje, dentro de los niveles de cada momento de la vida de los muchachos. Ese alimento de la sensibilidad es una cosa esencial para la educación de los niños, porque si no se les abre ese horizonte, quedarán siempre ceñidos a los pequeños problemas de su personalidad. Y esa personalidad debe enriquecerse con la lectura, porque así ampliamos el diálogo que tenemos con nosotros mismos con la voz de Cervantes, de Galdós o de Lorca, o de quien queramos...

... Yo creo decididamente en la enseñanza pública, en una enseñanza en la que no sea el dinero el que cambie las perspectivas o los tipos de enseñanza, porque además no suele cambiarlo...

Porque también creo una hermosa frase kantiana, que “el ser humano es lo que la educación hace de él”. Ese es un texto espléndido de Kant y yo creo en esa tesis general. Somos, nos formamos, nos deformamos y nos transformamos por medio de la educación. Por lo tanto, las instituciones en donde esa educación es posible y el mimo a esas instituciones tiene que ser una característica decisiva de cualquier gobierno y de cualquier política. Y ya que he pronunciado la palabra “política” diré que la política es esencial en la cultura, y también los políticos. La política es, según decía un texto clásico, “lo más arquitectónico, lo más interesante de la vida social”, porque organiza, armoniza y orienta los distintos deseos e ideas de los seres humanos, a los que esos políticos tienen que facilitar su existencia (y no la de ellos mismos). Por eso es tan interesante crear instituciones donde esto sea posible, y por eso interesante la labor de los políticos. Hay algún texto de la filosofía griega en que Platón o Aristóteles se plantean incluso si los políticos pueden ser felices, porque su vida es darlo todo a los demás. Imagínate lo que significa eso en cuanto al cultivo de lo que llamaba Aristóteles el spoudaios, el hombre decente, el hombre justo que se entrega a los demás...

... el que se mete en política debería hacerlo desde esa directriz de la decencia, un concepto tan sencillo y tan bonito como ser decente. Entregarte a los demás y no buscar los compromisos con tu propia, cerrada y a veces entristecedora individualidad y egoísmo. Hay otro texto de la Ética nicomáquea que dice que el principio de las relaciones que tengamos con los demás empieza por la relación que tenemos con nosotros mismos, y para tener una buena relación con tu propia mismidad tienes que encontrarte digno de ti mismo, no engreído ni falsificador de tu propia personalidad, tienes que sentirte decente. Si yo me miro en el espejo y veo en mi historia algo negativo, sobre todo en relación con mi trato con los demás (y si soy político, ¡no digamos!), tendría que dimitir, pero no dimitir de un cargo, sino dimitir de ser humano, dimitir un poco de ti mismo...
(Fuente: blogs.herdereditorial.com)


'PAÍSES SIN CUENTO' por Rafael Gumucio / 'EL SUR', de J.L. Borges

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"... la fogata donde los campesinos contaban sus cuentos sigue estando en el centro de su voluntad de narrar... Es esa la historia que cuenta El Sur... la historia de un perfectamente urbano ratón de biblioteca que de pronto se encuentra con el campo y la violencia, y la valentía y la muerte... El cuento nace del choque vivo de dos mundos, de la traducción de un modo de vida perdido, el campo, y otro no del todo asumido, la gran ciudad"

"Nadie ignora que el Sur empieza del otro lado de Rivadavia. Dahlmann solía repetir que ello no es una convención y que quien atraviesa esa calle entra en un mundo más antiguo y más firme... La soledad era perfecta y tal vez hostil, y Dahlmann pudo sospechar que viajaba al pasado y no sólo al Sur"

PAÍSES SIN CUENTO

Aunque los editores y los escritores siempre esperan que les entreguen novelas, lo cierto es que los escritores latinoamericanos siguen expresando lo mejor de sí mismos en cuentos. Pienso en Samanta Schweblin y Mariana Enríquez; pienso en los ya clásicos cuentos de Mis documentos, de Alejandro Zambra, pero también en la boliviana Liliana Colanzi, la peruana Claudia Ulloa, la mexicana Guadalupe Nettel, el también mexicano Emiliano Monge, la ecuatoriana Gabriela Alemán o la chilena Paulina Flores.

Hijos de Borges, Julio Ramón Ribeyro, Juan José Arreola, Felisberto Hernández o Manuel Rojas, se podría sin exagerar del todo leer la mayor parte de las novelas latinoamericanas como tantas colecciones de cuentos donde los personajes se allanan a tener los mismos nombres. Por más teléfonos móviles, aviones, pastillas y bolsas de plástico de supermercado con que conviven los nuevos narradores latinoamericanos, la fogata donde los campesinos contaban sus cuentos sigue estando en el centro de su voluntad de narrar.

Es esa, por lo demás, la historia que cuenta El Sur, acaso el mejor de los relatos de Jorge Luis Borges, la historia de un perfectamente urbano ratón de biblioteca que de pronto se encuentra con el campo y la violencia, y la valentía y la muerte. Quizá sea legítimo preguntarnos si no hacemos otra cosa los latinoamericanos que contar esa historia.

El cuento nace del choque vivo de dos mundos, de la traducción de un modo de vida perdido, el campo, y otro no del todo asumido, la gran ciudad. Estados Unidos y sus grandes praderas que terminan en ciudades vertiginosas fue donde la técnica del cuento cristalizó en los relatos de Ernest Hemingway o Raymond Carver. Algo parecido pasa con la Rusia del final de zarismo y con la Inglaterra victoriana. Luis XIV, en cambio, al obligar a sus condes y duques a desplazarse a Versalles destruyó cualquier vínculo entre la literatura escrita y la oral. De tanto espiarse por el ojo de la cerradura en la sobrepoblada Versalles, Madame de La Fayette creó de la nada la novela psicológica, un tipo de relato en que las digresiones del narrador lo son todo.

Como sucedió paralelamente con la cocina, el baile o la ropa, la jardinería, se empezó a premiar en la Francia del siglo XVII la mezcla inaudita e inesperada de cadencias y formas que sólo una corte dedicada integralmente a ella puede producir. Stendhal tendrá para volver al género que descubrirlo en Italia. Mérimée en Sevilla. Solo Maupassant hará del cuento el centro de su obra.

El cuento francés se compone en general de novelas miniatura para las que los franceses usan el ambiguo termino de nouvelle (que se usa también para el género perfectamente francés de la novela corta). El término cuento (conte) se suele reservar para los cuentos infantiles. Alguien que como Juan Rulfo casi solo escribió cuentos resulta para los franceses incomprensible. Juan Rulfo, que es quizá la prueba viva de ese choque violento y fértil entre el campo devastado y la ciudad moderna en que el desplazado debe explicar de dónde viene.

Una teoría, la de la relación entre campo y cuento, que encuentra como tantas otras perfectas teorías un desmentido patente en la literatura española. Porque a pesar de la presencia permanente del campo en la vida urbana de Madrid, Barcelona, Zaragoza o Bilbao, el cuento, y más aún la figura del cuentista, es en España como en Francia una excepción que confirma la regla. El cuento no está como en Buenos Aires o en México en el centro de ningún canon español. Escritores tan brillantes en estas lides como Ignacio Martínez de Pisón, Luis Magrinyà o Marcos Giralt muy luego se decantan por “las cosas serias”, es decir, las novelas y el ensayo (acaso, en su variante del columnismo, el verdadero gran género español).

Quizás habría que atribuirle esa misteriosa ausencia a esa idea de las “cosas serias” que los Borbones llevaron a la Península desde Francia junto con sus reyes. Sería el tema de otro artículo hasta qué punto es la Francia borbónica la que nos separa a los españoles de los latinoamericanos que escogimos como imperio el inglés primero y el americano después. Lo cierto es que lo mejor y lo peor de la literatura española quizá vengan de la incomodidad de no poder contarse como en las fogatas del campo, de tener que sentarse como los mendigos de Viridiana, de Buñuel, en la mesa de los amos. En Valle-Inclán, Cela, en Marsé, en el Ferlosio narrador, la oralidad se venga de las convenciones realistas, descociendo por todos lados la novela cortesana para dar pie a una demencia picaresca o esperpéntica plenamente española. Algo parecido, aunque de manera completamente distinta en cada caso, pasa en Vila-Matas, Álvaro Pombo, Javier Tomeo o Ray Loriga.


O quizá todo esto sea una cuestión de tiempo. Los latinoamericanos sabemos que la atención de nuestros lectores, apurados por toda suerte de contingencias, es poca. Sabemos que nuestra historia es breve también, somos un instante. En España el tiempo no es oro como en América, ni plata, el tiempo es sólo el tiempo. 
(Fuente: babelia.com)

EL SUR

El hombre que desembarcó en Buenos Aires en 1871 se llamaba Johannes Dahlmann y era pastor de la Iglesia evangélica; en 1939, uno de sus nietos, Juan Dahlmann, era secretario de una biblioteca municipal en la calle Córdoba y se sentía hondamente argentino. Su abuelo materno había sido aquel Francisco Flores, del 2 de infantería de línea, que murió en la frontera de Buenos Aires, lanceado por indios de Catriel: en la discordia de sus dos linajes, Juan Dahlmann (tal vez a impulso de la sangre germánica) eligió el de ese antepasado romántico, o de muerte romántica. Un estuche con el daguerrotipo de un hombre inexpresivo y barbado, una vieja espada, la dicha y el coraje de ciertas músicas, el hábito de estrofas del Martín Fierro, los años, el desgano y la soledad, fomentaron ese criollismo algo voluntario, pero nunca ostentoso. A costa de algunas privaciones, Dahlmann había logrado salvar el casco de una estancia en el Sur, que fue de los Flores: una de las costumbres de su memoria era la imagen de los eucaliptos balsámicos y de la larga casa rosada que alguna vez fue carmesí. Las tareas y acaso la indolencia lo retenían en la ciudad. Verano tras verano se contentaba con la idea abstracta de posesión y con la certidumbre de que su casa estaba esperándolo, en un sitio preciso de la llanura. En los últimos días de febrero de 1939, algo le aconteció.
Ciego a las culpas, el destino puede ser despiadado con las mínimas distracciones. Dahlmann había conseguido, esa tarde, un ejemplar descabalado de Las Mil y Una Noches de Weil; ávido de examinar ese hallazgo, no esperó que bajara el ascensor y subió con apuro las escaleras; algo en la oscuridad le rozó la frente, ¿un murciélago, un pájaro? En la cara de la mujer que le abrió la puerta vio grabado el horror, y la mano que se pasó por la frente salió roja de sangre. La arista de un batiente recién pintado que alguien se olvidó de cerrar le habría hecho esa herida. Dahlmann logró dormir, pero a la madrugada estaba despierto y desde aquella hora el sabor de todas las cosas fue atroz. La fiebre lo gastó y las ilustraciones de Las Mil y Una Noches sirvieron para decorar pasadillas. Amigos y parientes lo visitaban y con exagerada sonrisa le repetían que lo hallaban muy bien. Dahlmann los oía con una especie de débil estupor y le maravillaba que no supieran que estaba en el infierno. Ocho días pasaron, como ocho siglos. Una tarde, el médico habitual se presentó con un médico nuevo y lo condujeron a un sanatorio de la calle Ecuador, porque era indispensable sacarle una radiografía. Dahlmann, en el coche de plaza que los llevó, pensó que en una habitación que no fuera la suya podría, al fin, dormir. Se sintió feliz y conversador; en cuanto llegó, lo desvistieron; le raparon la cabeza, lo sujetaron con metales a una camilla, lo iluminaron hasta la ceguera y el vértigo, lo auscultaron y un hombre enmascarado le clavó una aguja en el brazo. Se despertó con náuseas, vendado, en una celda que tenía algo de pozo y, en los días y noches que siguieron a la operación pudo entender que apenas había estado, hasta entonces, en un arrabal del infierno. El hielo no dejaba en su boca el menor rastro de frescura. En esos días, Dahlmann minuciosamente se odió; odió su identidad, sus necesidades corporales, su humillación, la barba que le erizaba la cara. Sufrió con estoicismo las curaciones, que eran muy dolorosas, pero cuando el cirujano le dijo que había estado a punto de morir de una septicemia, Dahlmann se echó a llorar, condolido de su destino. Las miserias físicas y la incesante previsión de las malas noches no le habían dejado pensar en algo tan abstracto como la muerte. Otro día, el cirujano le dijo que estaba reponiéndose y que, muy pronto, podría ir a convalecer a la estancia. Increíblemente, el día prometido llegó.
A la realidad le gustan las simetrías y los leves anacronismos; Dahlmann había llegado al sanatorio en un coche de plaza y ahora un coche de plaza lo llevaba a Constitución. La primera frescura del otoño, después de la opresión del verano, era como un símbolo natural de su destino rescatado de la muerte y la fiebre. La ciudad, a las siete de la mañana, no había perdido ese aire de casa vieja que le infunde la noche; las calles eran como largos zaguanes, las plazas como patios. Dahlmann la reconocía con felicidad y con un principio de vértigo; unos segundos antes de que las registraran sus ojos, recordaba las esquinas, las carteleras, las modestas diferencias de Buenos Aires. En la luz amarilla del nuevo día, todas las cosas regresaban a él.
Nadie ignora que el Sur empieza del otro lado de Rivadavia. Dahlmann solía repetir que ello no es una convención y que quien atraviesa esa calle entra en un mundo más antiguo y más firme. Desde el coche buscaba entre la nueva edificación, la ventana de rejas, el llamador, el arco de la puerta, el zaguán, el íntimo patio.
En el hall de la estación advirtió que faltaban treinta minutos. Recordó bruscamente que en un café de la calle Brasil (a pocos metros de la casa de Yrigoyen) había un enorme gato que se dejaba acariciar por la gente, como una divinidad desdeñosa. Entró. Ahí estaba el gato, dormido. Pidió una taza de café, la endulzó lentamente, la probó (ese placer le había sido vedado en la clínica) y pensó, mientras alisaba el negro pelaje, que aquel contacto era ilusorio y que estaban como separados por un cristal, porque el hombre vive en el tiempo, en la sucesión, y el mágico animal, en la actualidad, en la eternidad del instante.
A lo largo del penúltimo andén el tren esperaba. Dahlmann recorrió los vagones y dio con uno casi vacío. Acomodó en la red la valija; cuando los coches arrancaron, la abrió y sacó, tras alguna vacilación, el primer tomo de Las Mil y Una Noches. Viajar con este libro, tan vinculado a la historia de su desdicha, era una afirmación de que esa desdicha había sido anulada y un desafío alegre y secreto a las frustradas fuerzas del mal.
A los lados del tren, la ciudad se desgarraba en suburbios; esta visión y luego la de jardines y quintas demoraron el principio de la lectura. La verdad es que Dahlmann leyó poco; la montaña de piedra imán y el genio que ha jurado matar a su bienhechor eran, quién lo niega, maravillosos, pero no mucho más que la mañana y que el hecho de ser. La felicidad lo distraía de Shahrazad y de sus milagros superfluos; Dahlmann cerraba el libro y se dejaba simplemente vivir.
El almuerzo (con el caldo servido en boles de metal reluciente, como en los ya remotos veraneos de la niñez) fue otro goce tranquilo y agradecido.
Mañana me despertaré en la estancia, pensaba, y era como si a un tiempo fuera dos hombres: el que avanzaba por el día otoñal y por la geografía de la patria, y el otro, encarcelado en un sanatorio y sujeto a metódicas servidumbres. Vio casas de ladrillo sin revocar, esquinadas y largas, infinitamente mirando pasar los trenes; vio jinetes en los terrosos caminos; vio zanjas y lagunas y hacienda; vio largas nubes luminosas que parecían de mármol, y todas estas cosas eran casuales, como sueños de la llanura. También creyó reconocer árboles y sembrados que no hubiera podido nombrar, porque su directo conocimiento de la campaña era harto inferior a su conocimiento nostálgico y literario.
Alguna vez durmió y en sus sueños estaba el ímpetu del tren. Ya el blanco sol intolerable de las doce del día era el sol amarillo que precede al anochecer y no tardaría en ser rojo. También el coche era distinto; no era el que fue en Constitución, al dejar el andén: la llanura y las horas lo habían atravesado y transfigurado. Afuera la móvil sombra del vagón se alargaba hacia el horizonte. No turbaban la tierra elemental ni poblaciones ni otros signos humanos. Todo era vasto, pero al mismo tiempo era íntimo y, de alguna manera, secreto. En el campo desaforado, a veces no había otra cosa que un toro. La soledad era perfecta y tal vez hostil, y Dahlmann pudo sospechar que viajaba al pasado y no sólo al Sur. De esa conjetura fantástica lo distrajo el inspector, que al ver su boleto, le advirtió que el tren no lo dejaría en la estación de siempre sino en otra, un poco anterior y apenas conocida por Dahlmann. (El hombre añadió una explicación que Dahlmann no trató de entender ni siquiera de oír, porque el mecanismo de los hechos no le importaba).
El tren laboriosamente se detuvo, casi en medio del campo. Del otro lado de las vías quedaba la estación, que era poco más que un andén con un cobertizo. Ningún vehículo tenían, pero el jefe opinó que tal vez pudiera conseguir uno en un comercio que le indicó a unas diez, doce, cuadras.
Dahlmann aceptó la caminata como una pequeña aventura. Ya se había hundido el sol, pero un esplendor final exaltaba la viva y silenciosa llanura, antes de que la borrara la noche. Menos para no fatigarse que para hacer durar esas cosas, Dahlmann caminaba despacio, aspirando con grave felicidad el olor del trébol.
El almacén, alguna vez, había sido punzó, pero los años habían mitigado para su bien ese color violento. Algo en su pobre arquitectura le recordó un grabado en acero, acaso de una vieja edición de Pablo y Virginia. Atados al palenque había unos caballos. Dahlmam, adentro, creyó reconocer al patrón; luego comprendió que lo había engañado su parecido con uno de los empleados del sanatorio. El hombre, oído el caso, dijo que le haría atar la jardinera; para agregar otro hecho a aquel día y para llenar ese tiempo, Dahlmann resolvió comer en el almacén.
En una mesa comían y bebían ruidosamente unos muchachones, en los que Dahlmann, al principio, no se fijó. En el suelo, apoyado en el mostrador, se acurrucaba, inmóvil como una cosa, un hombre muy viejo. Los muchos años lo habían reducido y pulido como las aguas a una piedra o las generaciones de los hombres a una sentencia. Era oscuro, chico y reseco, y estaba como fuera del tiempo, en una eternidad. Dahlmann registró con satisfacción la vincha, el poncho de bayeta, el largo chiripá y la bota de potro y se dijo, rememorando inútiles discusiones con gente de los partidos del Norte o con entrerrianos, que gauchos de ésos ya no quedan más que en el Sur.
Dahlmann se acomodó junto a la ventana. La oscuridad fue quedándose con el campo, pero su olor y sus rumores aún le llegaban entre los barrotes de hierro. El patrón le trajo sardinas y después carne asada; Dahlmann las empujó con unos vasos de vino tinto. Ocioso, paladeaba el áspero sabor y dejaba errar la mirada por el local, ya un poco soñolienta. La lámpara de kerosén pendía de uno de los tirantes; los parroquianos de la otra mesa eran tres: dos parecían peones de chacra: otro, de rasgos achinados y torpes, bebía con el chambergo puesto. Dahlmann, de pronto, sintió un leve roce en la cara. Junto al vaso ordinario de vidrio turbio, sobre una de las rayas del mantel, había una bolita de miga. Eso era todo, pero alguien se la había tirado.
Los de la otra mesa parecían ajenos a él. Dalhman, perplejo, decidió que nada había ocurrido y abrió el volumen de Las Mil y Una Noches, como para tapar la realidad. Otra bolita lo alcanzó a los pocos minutos, y esta vez los peones se rieron. Dahlmann se dijo que no estaba asustado, pero que sería un disparate que él, un convaleciente, se dejara arrastrar por desconocidos a una pelea confusa. Resolvió salir; ya estaba de pie cuando el patrón se le acercó y lo exhortó con voz alarmada:
-Señor Dahlmann, no les haga caso a esos mozos, que están medio alegres.
Dahlmann no se extrañó de que el otro, ahora, lo conociera, pero sintió que estas palabras conciliadoras agravaban, de hecho, la situación. Antes, la provocación de los peones era a una cara accidental, casi a nadie; ahora iba contra él y contra su nombre y lo sabrían los vecinos. Dahlmann hizo a un lado al patrón, se enfrentó con los peones y les preguntó qué andaban buscando.
El compadrito de la cara achinada se paró, tambaleándose. A un paso de Juan Dahlmann, lo injurió a gritos, como si estuviera muy lejos. Jugaba a exagerar su borrachera y esa exageración era otra ferocidad y una burla. Entre malas palabras y obscenidades, tiró al aire un largo cuchillo, lo siguió con los ojos, lo barajó e invitó a Dahlmann a pelear. El patrón objetó con trémula voz que Dahlmann estaba desarmado. En ese punto, algo imprevisible ocurrió.
Desde un rincón el viejo gaucho estático, en el que Dahlmann vio una cifra del Sur (del Sur que era suyo), le tiró una daga desnuda que vino a caer a sus pies. Era como si el Sur hubiera resuelto que Dahlmann aceptara el duelo. Dahlmann se inclinó a recoger la daga y sintió dos cosas. La primera, que ese acto casi instintivo lo comprometía a pelear. La segunda, que el arma, en su mano torpe, no serviría para defenderlo, sino para justificar que lo mataran. Alguna vez había jugado con un puñal, como todos los hombres, pero su esgrima no pasaba de una noción de que los golpes deben ir hacia arriba y con el filo para adentro. No hubieran permitido en el sanatorio que me pasaran estas cosas, pensó.
-Vamos saliendo- dijo el otro.
Salieron, y si en Dahlmann no había esperanza, tampoco había temor. Sintió, al atravesar el umbral, que morir en una pelea a cuchillo, a cielo abierto y acometiendo, hubiera sido una liberación para él, una felicidad y una fiesta, en la primera noche del sanatorio, cuando le clavaron la aguja. Sintió que si él, entonces, hubiera podido elegir o soñar su muerte, ésta es la muerte que hubiera elegido o soñado.
Dahlmann empuña con firmeza el cuchillo, que acaso no sabrá manejar, y sale a la llanura.

'NO SE TRATA SÓLO DE ESO', por Luis Enrique Ibáñez

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"Echar del gobierno de este sainete trágico llamado España a un partido condenado por financiación ilegal, a un partido cuyo número de corruptos, condenados... no sólo espanta a la razón, sino que muestra además la miseria moral de una sociedad callada y cómplice... , echarlos es algo que no se puede discutir... Echarlos se muestra como una acción tan imprescindible como insuficiente... No somos pueblo, de momento no lo somos, y queda mucho para poder serlo... De nada sirve cambiar una fotografía si la estructura que la permitía sigue ahí, condenándonos"
Rajoy y Sánchez se dan la mano en La Moncloa. / EFE

NO SE TRATA SÓLO DE ESO

1. Echar del gobierno de este sainete trágico llamado España a un partido condenado por financiación ilegal, a un partido cuyo número de corruptos, condenados, imputados, encarcelados... no sólo espanta a la razón, sino que muestra además la miseria moral de una sociedad callada y cómplice, unos ciudadanos (no saben el significado real de esa palabra) que han vuelto a votar una y otra vez a personas que les han robado, echarlos, digo, es algo que no se puede discutir, que hay que hacerlo sí o sí, y que cada cual se haga responsable de su inacción, de su silencio, o de su colaboración silenciosa, culpable.

2. Echarlos se muestra como una acción tan imprescindible como insuficiente. Insuficiente, sí, absolutamente insuficiente. Uno cree que ya llevamos demasiadas ocasiones, demasiadas decepciones, para creer que un pequeño pasito, dentro del idioma que ellos han pergeñado, puede significar algo, significará, puede ser, un respiro, pero nunca una salida del hoyo, imposible no recordar aquel aforismo de Benjamín Prado en el libro que Aisa me regaló, "Mala cosa cuando la gente de abajo en lugar de tratar de salir a la superficie se conforma con tener limpio el fondo del pozo". Y es que ya ha pasado tantas veces, eufóricos mientras algo tímidamente temblaba, mudos cuando comprobábamos que todo seguía igual, que el sistema es demasiado listo y que los demás seguimos dormidos, colaborando en nuestra necesidad, ávidos en nuestro torpe entusiasmo de ese deseo de cambio, vaya palabra.

3. Insistimos con Gramsci y esa demandada de pedagogía social. No somos pueblo, de momento no lo somos, y queda mucho para poder serlo. Y si no somos pueblo que pueda tocar las palabras, sentirlas, y entender cómo, al escucharlas, comprende que está siendo estafado, entonces no somos nada, no lo somos por mucho que alguien ponga una moción de censura a esos innombrables. 

La gente todavía no ha entendido de verdad que alguien ha cogido el dinero de su cartera.

4. Si ese muchachote, Pedro Sánchez, va a presentar en serio una moción de censura a esos de Alí Babá, algunos le pedimos, no, le exigimos que con la misma fuerza que ha hecho valer el artículo 155 de ese papel mancillado, haga valer la orden tajante del artículo 128 de la Constitución, "1. Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general. 2. Se reconoce la iniciativa pública en la actividad económica. Mediante ley se podrá reservar al sector público recursos o servicios esenciales, especialmente en caso de monopolio y asimismo acordar la intervención de empresas cuando así lo exigiere el interés general". Qué cosas. 

También pedimos a todos aquellos que parecen dispuestos a apoyarle que no olviden las palabras, los significados, que no olviden lo que antes también ellos exigían.

5. Curiosamente, también exigimos al muchachote del PSOE, esa organización "de izquierdas" que ha votado en contra del blindaje de la Educación Pública aquí, en Andalucía, que ha votado en contra del apoyo de la Junta de Andalucía a Helena Maleno, activista defensora de los inmigrantes, salvadora de pateras, enjuiciada por la policía española, y la justicia (¡ay!) marroquí, que pida perdón, y que derroque la reforma del artículo 135 de la Constitución, esa reforma que nos está matando.

6. Y sí, si quiere hablar de verdad en ese discurso de moción de censura, somos muchos los que esperamos que anuncie la derogación de la Ley Mordaza, tan eufóricos todos con la última sentencia, que ya casi ni hablamos de todos los encarcelados por hablar, por crear ficción, por vivir, y lo peor es que nos estamos acostumbrando a que todo esto sea normal, y no lo es. También le pedimos, en nuestra torpe terquedad, que anuncie la anulación del inconstitucional Concordato con la autodenominada Santa Sede, para que podamos hablar, sin ruborizarnos de un estado laico y aconfesional. Igualmente le pedimos que declare ilegales las puertas giratorias, yo creo que ya está bien. Y, por supuesto, que esos malhechores, los Bancos, devuelvan todo lo que los súbditos les hemos regalado, que el muchachote cambie la Ley Hipotecaria... que... bueno, me entendéis.

7. Y lo que es más importante para mí no es pedir algo de quien nada espero. Sí exigir a los que están cerca que vayamos a por la mayor, lo demás serán paños calientes para que el sistema siga igual de podrido, ha pasado tantas veces. 

Y todos, todos somos culpables por nuestras inercias, y por abandonar las palabras, el lenguaje primigenio... la calle.

8. No queremos más Mochuelos y más Ratones de los que nos hablaba Baroja, queremos que todo vaya mucho más allá del hipócrita cambio de atrezzo.

Y todos los que realmente quieren cambiar la realidad, que se coloquen en el centro de lenguaje, en el núcleo de las palabras olvidadas, que se salgan, un momentito, de ese torbellino mediático que a todos nos pierde, que paren, que vayan a ese lugar donde nuestros jóvenes nos preguntan, cuando ocurría todo esto, ¿qué hicisteis?

9. De nada sirve cambiar una fotografía si la estructura que la permitía sigue ahí, condenándonos. Como decía mi amigo José Manuel Rodríguez Viejo, cuando queráis hablar en serio... si no, pues eso.

10. Volvemos a acordarnos de Emilio Lledó y creemos que esa dictadura de la indecencia de la que hablaba no va a ser eliminada por un lifting mentiroso para que todo siga igual de podrido... "el capital siempre se las apaña para que la mal llamada democracia no moleste demasiado".

¿Hablamos, ya, de los Bancos?







'INTERNET O EL ENGAÑOSO COBIJO DE LA INTEMPERIE', por Manuel Cruz / 'EN LA PLAZA', de Vicente Aleixandre

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Y me temo que ahí entramos todos... también entran los grupos de whatsapp... , quizá nos hemos olvidado de la verdadera plaza...
"En determinadas redes sociales sus usuarios acuden a encontrarse única y exclusivamente con los suyos, terminando por convertir el ámbito en cuestión en un lugar de reafirmación y reforzamiento mutuo donde la dinámica que se establece no es la de quién plantea el comentario más razonable, atinado o crítico, sino la de quién deja caer el zasca (antes colleja) más ingenioso, agudo o hiriente para los enemigos del grupo... Lo que alguien... podría considerar sin más como la tupida trama de banalidades en que ha venido a dar el imaginario colectivo hegemónico en el mundo actual constituye en realidad un formidable dispositivo de control (objetivo) y autoengaño (subjetivo)"


INTERNET O EL ENGAÑOSO COBIJO DE LA INTEMPERIE

Uno podría pensar que cuando una persona que tiene una cuenta en Twitter con su nombre y apellido cuelga en ella un comentario que constituye manifiestamente un delito de odio es que ha perdido el principio de realidad, en la medida en que ha sido incapaz de prever algo tan sobradamente conocido como son las consecuencias, incluso penales, a que sus palabras pueden dar lugar. Reconozco que lo pensé cuando tuve noticia de aquel tuit ¡de una mujer! deseándole a otra, en concreto a una dirigente de un partido político de ideología opuesta a la suya, que fuera violada por un grupo de sujetos que alcanzó notoriedad pública precisamente por haber perpetrado este tipo de actos.

Pero sin duda fue un pensamiento precipitado por mi parte, propio de alguien que no visita nunca las redes sociales. Porque quienes sí lo hacen —y ya no digamos quienes viven ahí de modo permanente— parece sobradamente comprobado que desarrollan un peculiar y distorsionado principio de realidad, que tal vez se podría resumir diciendo que confunden ese microcosmos particular con el cosmos sin más. En cierto modo habíamos quedado avisados de esta tendencia por el pensador norteamericano Cass Sunstein, quien, en su ya clásico libro República.com, señalaba que lo que parece constituir la querencia más profunda de Internet no es tanto la de crear esa nueva ágora global fantaseada por muchos en sus inicios, como la de producir espacios fuertemente diferenciados entre sí y radicalmente incomunicados o, por expresarlo con su propia formulación, la ciberbalcanización.

Y esto es lo que, en efecto, ocurre. En determinadas redes sociales sus usuarios acuden a encontrarse única y exclusivamente con los suyos, terminando por convertir el ámbito en cuestión en un lugar de reafirmación y reforzamiento mutuo donde la dinámica que se establece no es la de quién plantea el comentario más razonable, atinado o crítico, sino la de quién deja caer el zasca (antes colleja) más ingenioso, agudo o hiriente para los enemigos del grupo. Tiendo a pensar que es más que probable que en cada uno de esos ámbitos, relativamente cerrados e impermeables a la contaminación exterior de otras ideas y puntos de vista, proliferen comentarios como el del desafortunado tuit que comentaba al principio.

Pues bien, es a semejante tipo de realidades al que prestó especial atenciónZygmunt Bauman en sus últimos años. Lo hizo utilizando su categoría favorita, la de lo líquido, que había convertido en herramienta analítica central para interpretar el mundo contemporáneo. En la postrera conversación que mantuvo con el periodista italiano Thomas Leoncini, analizó tres aspectos de este mundo que proporcionan pistas significativas para adentrarse en la manera de entender la vida característica de esa nueva generación denominada genéricamente como millennials (y rebautizada en este libro, según era de prever, como “generación líquida”): los tatuajes, el bullying y las relaciones humanas en la era de Internet. La conclusión que del análisis extrae Bauman no se queda, vale la pena destacarlo, en la mera constatación de lo anunciado en el título, la condición líquida de una generación, sino que sintoniza con lo que otros autores, asimismo perspicaces, han planteado acerca de las transformaciones de la experiencia que están teniendo lugar en nuestros días.
Tal es el caso de Franco Berardi, Bifo, quien también ha propuesto partir de una perspectiva fenomenológica que, tomando como base nuestra sensibilidad más inmediata, lleve a cabo una lectura de los profundos cambios que se están produciendo en nosotros mismos y en nuestro mundo, cambios que ya no pueden seguir siendo pensados sirviéndose de categorías como la de sujeto (“en cuanto realidad dada y estática”, puntualiza) o ni siquiera la de complejidad. No se trata, quede claro, de que tales categorías, u otras análogas, no describan de manera adecuada la naturaleza de la realidad, sino de que no dan cuenta de la deriva que ha seguido nuestra relación con ella. Porque una complejidad inasumible por los individuos acaba siendo vivida por ellos, y no sin parte de razón, como auténtico caos.

En un contexto así, el repliegue de dichos individuos sobre imaginarias zonas de confort imaginario como las representadas por esas redes sociales a las que aludíamos al principio no deja de ser un espejismo, un repliegue atemorizado, que si algo muestra es la profunda fragilidad que habita en su interior y la imposibilidad que tienen de pensarse con unas nuevas categorías. Nuevas categorías que les evitaran enfrentarse a la evidencia de la condición superflua no solo de sus vidas, sino también de ellos mismos en tanto que individuos, como señala Ilija Trojanow en su libro El hombre superfluo. 
Pero el espejismo afecta a todas las zonas de su existencia y no solo a las representaciones de la subjetividad: de ahí la trascendencia del asunto. El espejismo tiene lugar también en la esfera del trabajo, sobre la que dialoga el propio Bauman en el texto editado por Rudy Gnutti. El engaño correspondiente en este otro ámbito es el de unos individuos empeñados en pensarse a sí mismos como emprendedores cuando no son otra cosa que trabajadores por cuenta ajena, empleados externalizados de grandes empresas a los que la fantasía de “no tener jefe” les sirve como coartada para autoexplotarse a niveles que ellos mismos juzgarían como intolerables si les vinieran impuestos por un tercero. Se niegan a verlo, se niegan a reconocer su auténtica condición de precariado (aunque sea en la variante de cognitariado, por recurrir de nuevo a una categoría acuñada por Franco Berardi en otro lugar).

La conclusión que de todo ello se desprende no es, ciertamente, estimulante. Lo que alguien, no sin una considerable ligereza, podría considerar sin más como la tupida trama de banalidades en que ha venido a dar el imaginario colectivo hegemónico en el mundo actual constituye en realidad un formidable dispositivo de control (objetivo) y autoengaño (subjetivo).
(Fuente: El País)

Y sí, otra vez, un poema necesario, para buscarnos, ahí, en la plaza real.

EN LA PLAZA

Hermoso es, hermosamente humilde y confiante, vivificador y profundo,
sentirse bajo el sol, entre los demás, impelido,
llevado, conducido, mezclado, rumorosamente arrastrado.

No es bueno
quedarse en la orilla
como el malecón o como el molusco que quiere calcáreamente imitar a la roca.
Sino que es puro y sereno arrasarse en la dicha
de fluir y perderse,
encontrándose en el movimiento con que el gran corazón de los hombres palpita extendido.

Como ese que vive ahí, ignoro en qué piso,
y le he visto bajar por unas escaleras
y adentrarse valientemente entre la multitud y perderse.
La gran masa pasaba. Pero era reconocible el diminuto corazón afluido.
Allí, ¿quién lo reconocería? Allí con esperanza, con resolución o con fe, con temeroso denuedo,
con silenciosa humildad, allí él también
transcurría.

Era una gran plaza abierta, y había olor de existencia.
Un olor a gran sol descubierto, a viento rizándolo,
un gran viento que sobre las cabezas pasaba su mano,
su gran mano que rozaba las frentes unidas y las reconfortaba.

Y era el serpear que se movía
como un único ser, no sé si desvalido, no sé si poderoso,
pero existente y perceptible, pero cubridor de la tierra.

Allí cada uno puede mirarse y puede alegrarse y puede reconocerse.
Cuando, en la tarde caldeada, solo en tu gabinete,
con los ojos extraños y la interrogación en la boca,
quisieras algo preguntar a tu imagen,

no te busques en el espejo,
en un extinto diálogo en que no te oyes.
Baja, baja despacio y búscate entre los otros.
Allí están todos, y tú entre ellos.
Oh, desnúdate y fúndete, y reconócete.

Entra despacio, como el bañista que, temeroso, con mucho amor y recelo al agua,
introduce primero sus pies en la espuma,
y siente el agua subirle, y ya se atreve, y casi ya se decide.
Y ahora con el agua en la cintura todavía no se confía.
Pero él extiende sus brazos, abre al fin sus dos brazos y se entrega completo.
Y allí fuerte se reconoce, y se crece y se lanza,
y avanza y levanta espumas, y salta y confía,
y hiende y late en las aguas vivas, y canta, y es joven.

Así, entra con pies desnudos. Entra en el hervor, en la plaza.
Entra en el torrente que te reclama y allí sé tú mismo.
¡Oh pequeño corazón diminuto, corazón que quiere latir
para ser él también el unánime corazón que le alcanza!


'LOS CUENTEROS DE ZACAPA', por M. Vargas Llosa / 'Historia del Rey Schahriar y de su Hermano el Rey Schahzaman' ('LAS MIL Y UNA NOCHES')

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"Zacapa es uno de esos islotes que todavía mantienen viva aquella viejísima costumbre de crear historias con la imaginación y la palabra, y contarlas para vivirlas y hacerlas vivir a quienes las escuchan... Contar cuentos es el antecedente remoto de la literatura, de la historia, de las religiones, y acaso, indirectamente, la locomotora del progreso... Los cuentos, las historias inventadas, hacían vivir más a nuestros ancestros, sacaban a hombres y mujeres de las cárceles asfixiantes que eran sus vidas y los hacían viajar por el espacio y por el tiempo"

"Y Schahrazada, aquella primera noche, empezó su relato con la historia que sigue..."

Vargas Llosa en la Asociación zacapaneca de contadores de cuentos y anécdotas


LOS CUENTEROS DE ZACAPA


Si va usted a Guatemala, después de visitar las estelas y pirámides mayas y esa joya colonial que es Antigua, le ruego que vaya al Oriente del país y haga un alto en la ciudad de Zacapa. Esta es una región menos turística que otras pero, raspando un poco, está también llena de sorpresas y maravillas. Para comprobarlo, diríjase sin vacilar a la Tercera calle, en el barrio de Las Flores, donde, en el número 1794, encontrará una antigua casa que ostenta este título singular en su fachada: “Asociación zacapaneca de contadores de cuentos y anécdotas”.

La señora Vilma Elizabeth Sánchez, que preside la institución, le explicará que ésta tiene ya treinta y tres años de fundada y que su razón de ser es perpetuar la “oralidad” del valle medio del río Motagua, un territorio que, además de ser candente y famoso por su ron, es el más fértil del país y acaso de toda Centroamérica en el antiquísimo y civilizado arte de inventar y contar historias. La “oralidad” quiere decir la preliteratura, aquella que existía solo gracias a la voz humana, antes de que apareciera la escritura. Y esta misma señora, de canas y maneras elegantes, o uno de los socios, por ejemplo, el joven poeta y cuentacuentos Jorge Pinto, le revelará que la gente de Zacapa, después del trabajo, cuando cae la tarde y disminuye el calor, suele sacar sus sillas y mecedoras a las altas veredas de la calle; y, mientras toman el fresco reparador y van viendo aparecer las estrellas en el cielo, se refieren historias que engalanan los recuerdos o los sustituyen con fantasías tenebrosas o amables, de amores o aventuras, realistas o fantásticas, una tradición que aquí sigue siempre sana y robusta en tanto que va desapareciendo poco a poco en el resto del mundo. Zacapa es uno de esos islotes que todavía mantienen viva aquella viejísima costumbre de crear historias con la imaginación y la palabra, y contarlas para vivirlas y hacerlas vivir a quienes las escuchan. Me conmueve mucho la idea de todo un pueblo que espera el anochecer fantaseando una vida paralela a la real, más intensa, variada y atrevida que la meramente vivida, una vida que nos desagravia de lo que le falta a la verdadera para hacernos felices. 

Esta es la más antigua de las tradiciones de la humanidad, un quehacer que han practicado todas las culturas del planeta sin una sola excepción, la más exclusivamente humana que exista y que yo he tenido la suerte de ver operando en lugares y pueblos tan alejados entre sí como los sertones del interior de Bahía, donde los contadores de cuentos ambulan de feria en feria y se acompañan con vihuelas y guitarras, en la ciudad de Peshawar en Pakistán (en la que, en la calle de “Los contadores de cuentos”, por unos pocos centavos, unos aedas a menudo ciegos recitan historias a los visitantes (solo que en lengua pastún), o entre las aldeas machiguengas dispersas por la Amazonía peruana. Me ha impresionado descubrir que esta costumbre que arrancó en los albores de la historia humana todavía vive y colea en esta ciudad del oriente guatemalteco en la que las iglesias católicas y los templos evangélicos se disputan las calles y las plazas y una esbelta glorieta decimonónica (donde todavía debe de haber retretas con banda de música los domingos que frecuentan las parejas de enamorados) preside su parque central.

Contar cuentos es el antecedente remoto de la literatura, de la historia, de las religiones, y acaso, indirectamente, la locomotora del progreso. La “oralidad” contribuyó de manera decisiva a impulsar la civilización desde las épocas de la caverna, el canibalismo y las pinturas rupestres hasta el viaje de los hombres a las estrellas. Los cuentos, las historias inventadas, hacían vivir más a nuestros ancestros, sacaban a hombres y mujeres de las cárceles asfixiantes que eran sus vidas y los hacían viajar por el espacio y por el tiempo, y vivir las vidas que no tenían ni tendrían nunca en su menuda y escueta realidad. Salir de sí mismos, ser otros, otras, gracias a la fantasía, nos entretiene y enriquece. Pero, además, nos enseña lo pequeño que es el mundo real comparado con los mundos que somos capaces de fantasear, y asimismo nos incita a actuar para que nuestros sueños se vuelvan realidades. El progreso nació así, de la insatisfacción y el malestar con el mundo real que inspiraba a los humanos la misma ficción que los hacía gozar.

Las historias que inventamos constituyen la vida secreta de todas las sociedades, aquella dimensión de la existencia que aunque no tuvo nunca ocasión de realizarse, de alguna manera fue vivida por los seres humanos, en la incierta realidad de los deseos, las fantasías, las pesadillas, las invenciones, toda esa proyección de la vida que no tuvimos y por eso debimos inventarla. Ella existió siempre en la memoria de las gentes, pero solo la fijó y le dio permanencia objetiva la escritura, muchos siglos después de que naciera, alrededor de las fogatas, cuando nuestros antepasados, aquellos bípedos más animales que humanos todavía, se contaban historias en la noche para olvidarse del miedo al trueno, a las apariciones y a las fieras y a los miles de peligros que los acechaban por doquier.

La Asociación de Zacapa tiene 28 miembros cotizantes, porque a ella la mantienen sus socios, no el Estado ni el Gobierno, que jamás han puesto dinero en esta institución ni ella se lo ha pedido: es la sociedad civil la que la creó y la mantiene. Ocupa una amplia y hermosa casa de techo de tejas y un pequeño jardín donde crece un mango altísimo. A su sombra se celebran recitales y sesiones donde los cuenteros profesionales o espontáneos hacen las delicias de un público en el que se mezclan niños y viejos y todas las clases sociales. La asociación dispone de una biblioteca y una sala de lectura, graba las improvisaciones, publica antologías, y cada cierto tiempo dedica una función exclusivamente a los niños, para aficionarlos y despertar entre ellos vocaciones de cuentacuentos. Asimismo, lleva narradores orales a los colegios, a los sindicatos, a las cárceles.

También mantiene vínculos con otras organizaciones de la misma índole, en Guatemala y en el extranjero, y a veces recibe contadores de otras lenguas y geografías. Y también envía a sus mejores cuentistas a otros países a participar en ferias y espectáculos dedicados a la “oralidad”. En una de las paredes veo, por ejemplo, carteles de una expedición que “los cuenteros de Zacapa” hicieron a los Estados Unidos, donde actuaron en Chicago y en Miami. Hay voluntarios que asean el local, preparan las funciones y las promocionan.

Zacapa ya es conocida en el mundo por el ron que produce, una de esas bebidas ardientes de las que no me atrevería a hablar porque nunca las he probado. Pero debería serlo también por sus cuenteros y por mantener viva aquella herencia que llega hasta nosotros desde las remotísimas épocas prehistóricas, y gracias a la cual la vida ha sido menos incomprensible, dura y rutinaria, tanto que nos vimos obligados para no extinguirnos de tristeza, a inventarnos esa magia, inventar y contar, a fin de hacer la vida más digna y llevadera. Sin ella nunca hubieran nacido los libros de Cervantes ni los dramas de Shakespeare, y acaso jamás habríamos renunciado  al garrote, ni a beber la sangre de los enemigos.

(Fuente: El País, 03-06-2018)



¡Aquello que quiera Alah! ¡En el nombre de Alah el Clemente, el Misericordioso! Que las leyendas de los antiguos sean una lección para los modernos, a fin de que el hombre aprenda en los sucesos que ocurren a otros que no son él. Entonces respetará y comparará con atención las palabras de los pueblos pasados y lo que a él le ocurra, y se reprimirá. Por esto ¡gloria a quien guarda los relatos de los primeros como lección dedicada a los últimos!

HISTORIA DEL REY SCHAHRIAR Y DE SU HERMANO EL REY SCHAHZAMAN
Cuéntase -pero Alah es más sabio, más prudente, más poderoso y más benéfico- que en lo que transcurrió en la antigüedad del tiempo y en lo pasado de la edad, hubo un rey entre los reyes de Sassan, en las islas de la India y de la China. Era dueño de ejércitos y señor de auxilliares de servidores y de un séquito numeroso. Tenía dos hijos, y ambos eran heroicos jinetes, pero el mayor valía más aún que el menor. El mayor reinó en los países, gobernó con justicia entre los hombres, y por eso le querían los habitantes del país y del reino. Llamábase el rey Schahriar. Su hermano, llamado Schahzaman; era el rey de Samarcanda Al-Ajam.
Siguiendo las cosas el mismo curso, residieron cada uno en su país, y gobernaron con justicia a sus ovejas durante veinte años. Y llegaron ambos hasta el límite del desarrollo y el florecimiento.
No dejaron de ser así, hasta que el mayor sintió vehementes deseos de ver a su hermano. Entonces ordenó a su visir que partiese y volviese con él. El visir contestó: “Escucho y obedezco.”
Partió, pues, y llegó felizmente par la gracia de Alah; entró en casa de Schahzaman, le transmitió la paz, le dijo que el rey Schahriar deseaba ardientemente verle, y que el objeto de su viaje era invitarle a visitar a su hermano. El rey Schahzaman contesto: “Escucho y obedezco.” Dispuso los preparativos de la partida, mandando sacar sus tiendas, sus camellos y sus mulos, y que saliesen sus servidores y sus auxiliares. Nombró a su visir gobernador del reino y salió en demanda de las comarcas de su hermano.
Pero a media noche recordó una cosa que había olvidado; volvió a su palacio secretamente y se encaminó a los aposentos de su esposa a quien pensaba encontrar triste y llorando por su ausencia. Grande fue, pues, su sorpresa al hallarla departiendo con gran familiaridad con un negro, esclavo entre los esclavos. Al ver tal desacato, el mundo se obscureció ante sus ojos. Y se dijo: “Si ha sobrevenido ésto cuando apenas acabo de dejar la ciudad. ¿Cuán sería la conducta de esta esposa si me ausentase algún tiempo para estar con mi hermano?” Desenvainó inmediatamente el alfanje, y acometiendo a ambos, los dejó muertos sobre los tapices del lecho. Volvió a salir, sin perder una hora ni un instante, y ordenó la marcha de la comitiva. Y viajó de noche hasta avistar la ciudad de su hermano.
Entonces éste se alegró de su proximidad, salió a su encuentro, y al recibirlo, le deseó la paz. Se regocijó hasta los mayores límites del contento, mandó adornar en honor suyo la ciudad y se puso a hablarle lleno de efusión. Pero el rey Schahzaman recordaba la fragilidad de su esposa, y una nube de tristeza le velaba la faz. Su tez se había puesto pálida y su cuerpo se había debilitado. Al verle de tal modo, el rey Schahriar creyó en su alma que aquello se debía a haberse alejado de su reino y de su país, lo dejaba estar sin preguntarle nada. Al fin, un día, le dijo: “Hermano, tu cuerpo enflaquece y su cara amarillea.” Y el otro respondió: “¡Ay, hermano, tengo en mi interior como una llaga en carne viva-!” Pero no le reveló lo que le había ocurrido con su esposa. El rey Schahriar le dijo: “Quisiera que me acompañase a cazar a pie y a caballo, pues así tal vez se esparciera tu espíritu.” El rey Schalizaman no quiso aceptar y su hermano se fue solo a la cacería.
Había en el palacio unas ventanas que daban al jardín, y habiéndose asomado a una de ellas el rey Schahzaman, vio corno se abría una puerta secreta para dar salida a veinte esclavas y veinte esclavos, entre los cuales, avanzaba la mujer del rey Schahciar en todo el esplendor de su belleza, y ocultándose para observar lo que hacían, pudo convencerse de que la misma desgracia de que él había sido víctima, la misma o mayor, cabía a su hermano el sultán.
Al ver aquello, pensó el hermano del rey: “¡Por Alah! Más ligera es mi calamidad que esta otra.” Inmediatamente, dejando que se desvaneciese su aflicción, se dijo: “¡En verdad, esto es más enorme que cuanto me ocurrió a mí!” Y desde aquel momento volvió a comer y beber cuanto pudo.
A todo esto, el rey, su hermano, volvió de su excursión y ambos se desearon la paz íntimamente. Luego el rey Schahriar observó que su hermano el rey Schalizaman acababa de recobrar el buen color, pues su semblante había adquirido nueva vida, y advirtió también que comía con toda su alma después de haberse alimentada parcamente en las primeros días. Se asombró de ello, y dijo: -“Hermano, poco ha te veía amarillo de tez v ahora has recuperado los colores. Cuéntame qué te pasa.” El rey le dijo: “Te contaré la causa de mi anterior palidez, pero dispénsame de reterirte el motivo de haber recobrado los colores.” El rey replicó: “Para entendernos, relata primeramente la causa de tu pérdida de color y tu debilidad.” Y se explicó de este modo: “Sabrás, hermano, que cuando enviaste tu visir para requerir mi presencia, hice mis preparativos de marcha, y salí de la ciudad. Pero después me acordé de la joya que te destinaba y que te di al llegar a tu palacio. Volví, pues, y encontré a mi mujer y a un esclavo negro departiendo con gran familiaridad. Los maté a los dos, y vine hacia ti, muy atormentado por el recuerdo de tal aventura. Este fue el motivo de mi primera palidez y de mi enflaquecimiento. En cuanto a la causa de haber recobrada mi buen color, dispénsame de mencionarla.”
Cuando su hermano oyó estas palabras, le dijo: “Por Alah te conjuro a que me cuentes la causa de haber recobrado tus colores.” Entonces el rey Schalizaman le refirió cuanto había visto. Y el rey Schaliriar dijo: “Ante todo, es necesario que mis ojos vean semejante cosa.” Su hermano le respondió: “Finge que vas de caza, pera escóndete en mis aposentos, y serás testigo del espectáculo: tus ojos lo comprobarán.”
Inmediatamente, el rey mandó que el pregonero divulgase la orden de marcha. Los soldados salieron con sus tiendas fuera de la ciudad. El rey marchó también, se ocultó en su tienda y dijo a sus jóvenes esclavos: “¡Que nadie entre!” Luego se disfrazó, salió a hurtadillas y se dirigió al palacio. Llegó a los aposentos de su hermano, y se asomó a la ventana que daba al jardín. Apenas había pasado una hora, cuando salieron las esclavas, rodeando a su señora, y tras ellas los esclavos. E hicieron cuanto había contado Schahzaman.
Cuando vio estas cosas el rey Schahriar, la razón se ausentó, de su cabeza, y dijo a su hermano: “Marchemos para saber cuál es nuestro destino en el camino de Alah, porque nada de común debemos tener con la realeza hasta encontrar a alguien que haya sufrido una aventura semejante a la nuestra. Si no, la muerte sería preferible a nuestra vida.” Su hermano le contestó lo que era apropiado, y ambos salieron por una puerta secreta del palacio. Y no cesaron de caminar día y noche, hasta que por fin llegaron a un árbol, en medio de una solitaria pradera, junto al mar salado. En aquella pradera había un manantial de agua dulce. Bebieron de ella y se sentaron a descansar.
Apenas había transcurrido una hora del día, cuando el mar empezó a agitarse. De pronto brotó de él una negra columna de humo, que llegó hasta el cielo y se dirigió después hacia la pradera. Los reyes, asustados, se subieron a la cima del árbol, que era muy alto, y se pusieron a mirar lo que tal cosa pudiera ser. Y he aquí que la columna de humo se convirtió en un efrit de elevada estatura, poderoso de hombros y robusto de pecho. Llevaba un arca sobre la cabeza. Puso el pie en el suelo, y se dirigió hacia el árbol y se sentó debajo de él. Levantó entonces la tapa del arca, sacó de ella una caja, la abrió, y apareció en seguida una encantadora joven, de espléndida hermosura, luminosa lo mismo que el sol, como dijo el poeta:
¡Antorcha en las tinieblas, ella aparece y es el día! ¡Ella aparece y con su luz se iluminan las auroras!
¡Los soles irradiar con su claridad y las lunas con las sonrisas de sus ojos! ¡Que los velos de su misterio se rasguen, e inmediatamente las criaturas se prosternan encantadas a sus pies!
¡Y ante los dulces relámpagos de su mirada, el rocío de las lágrimas de pasion humedece todos los párpados!
Después que el efrit hubo contemplado a. la hermosa joven, le dijo: “¡Oh soberana de las sederías! ¡Oh tú, a quien rapté el mismo día de tu boda! Quisiera dormir un poco.” Y el efrit colocó la cabeza en las rodillas de la joven y se durmió.
Entonces la joven levantó la cabeza hacia la copa del árbol y vio ocultos en las ramas a los dos reyes. En seguida apartó de sus rodillas la cabeza del efrit, la puso en el suelo, y les dijo por señas: “Bajad, y no tengáis miedo de este efrit.” Por señas, le respondieron: “¡Por Alah sobre ti! ¡Dispénsanos de lance tan peligroso!” Ella les dijo: “¡Por Alah sobre vosotros! Bajad en seguida si no queréis que avise al efrit; que os dará la peor muerte.” Entonces, asustados, bajaron hasta donde estaba ella, la joven los tomó de las manos, se internó con ellos en el bosque y les exigió algo que no pudieron negarle. Una vez estuvieron cumplidos sus deseos sacó del bolsillo un saquito y del saquito un collar compuesto de quinientas setenta sortijas con sellos, y les pregunto “¿Sabéis lo que es esto?” Ellos contestaron: “No lo sabemos.” Entonces les explicó la joven: “Los dueños de estos anillos hicieron lo mismo que vosotros junto a los cuernos insensibles de este efrit. De suerte que me vais a dar vuestros anillos.” Lo hicieron así, sacándoselos de los dedos, y ella entonces les dijo: “Sabed que este efrit me robó la noche de mi boda; me encerró en esa caja, metió la caja en el arca, le echó siete candados y la arrastró al fondo del mar, allí donde se combaten las olas. Pero no sabía que cuando desea alguna cosa una mujer no hay quien la venza.” Ya lo dijo el poeta:
¡Amigo: no te fíes de la mujer; ríete de sus promesas! ¡Su buen o mal humor depende de sus caprichos!
¡Prodigan amor falso cuando la perfidia-las llena y forma como la trama de sus vestidos!
¡Recuerda respetuosamente las palabras de Yusuf! ¡Y no olvides que Eblis hizo que expulsaran a Adán por causa de la mujer!
¡No te confíes, amigo! ¡Es inútil! ¡Mañana, en aquella que creas más segura, sucederá al amor puro una pasión loca!
Y no digas: “¡Si me enamoro, evitaré las locuras de los enamorados!” ¡No lo digas! ¡Sería verdaderamente un prodigio único ver salir a un hombre sano y salvo de la seducción de las mujeres!
Los dos hermanos; al oír estas palabras, se maravillaron hasta más no poder, y se dijeron uno a otro: “Si éste es un efrit, y a pesar de su poderío le han ocurrido cosas más enormes que a nosotros, esta aventura debe consolarnos.” Inmediatamente se despidieron de la joven y regresaron cada uno a su ciudad.
En cuanto el rey Schahriar entró en su palacio, mandó degollar a su esposa, así como a los esclavos y esclavas. Después persuadido de que no existía mujer alguna de cuya fidelidad pudiese estar seguro, resolvió desposarse cada noche con una y hacerla degollar apenas alborease el día, siguiente. Así estuvo haciendo durante tres años, y todo eran lamentos y voces de horror. Los hombres huían con las hijas que les quedaban.
En esta situación, el rey mandó al visir que, como de costumbre, le trajese una joven. El visir, por más que buscó, no pudo encontrar ninguna, y regresó muy triste a su casa, con el alma transida de miedo ante el furor del rey. Pero este visir tenía dos hijas de gran hermosura-, que poseían todos los encantos, todas las perfecciones y eran de una delicadeza exquisita. La mayor se llamaba Schathrazada, y el nombre de la menor era Doniazada.
La mayor; Schaltrazada, había leído los libros, los anales, las leyendas de los reyes antiguos y las historias de los pueblos pasados. Dicen que poseía también mil libros de crónicas referentes a los pueblos de las edades remotas, a los reyes de la antigüedad y sus poetas. Y era muy elocuente v daba gusto oírla.
Al ver a su padre, le habló así: “Por qué te veo tan cambiado, soportando un peso abrumador de pesadumbres y aflicciones?… Sabe, padre, que el poeta dice: “¡Oh tú, que te apenas, consuélate! Nada es duradero, toda alegría se desvanece y todo pesar se olvida.”
Cuando oyó estas palabras el visir; contó a su hija cuanto había ocurrido desde el principio al fin, concerniente al rey. Entonces le dijo Schahrazada: “Por Alah, padre, cásame con el rey, porque si no me mata seré la causa del rescate de las hijas de los musulmanes y podré salvarlas de entre las manos del rey.” Entonces el visir contestó: “¡Por Alah sobre ti! No te expongas nunca a tal peligro.” Pero Schahrazada repuso: “Es imprescindible que así lo haga.” Entonces le dijo su padre: “Cuidado no te ocurra lo que les ocurrió al asno y al buey con el labrador. Escucha su historia:

FÁBULA DEL ASNO, EL BUEY Y EL LABRADOR
“Has de saber, hija mía, que hubo un comerciante dueño de grandes riquezas y de mucho ganado. Estaba casado y con hijos. Alah, el Altísimo, le dio igualmente el conocimiento de los lenguajes de los animales y el canto de los pájaros. . Habitaba este comerciante en un país fértil, a orillas de un río. En su morada había un asno y un buey.
Cierto día llegó el buey al lugar ocupado por el asno y vio aquel sitio barrido y regado. En el pesebre había cebada y paja bien cribadas, y el jumento estaba echado, descansando. Cuando el amo lo montaba, era sólo para algún trayecto corto y por asunto urgente, y el asno volvía pronto a descansar. Ese día el comerciante oyó que el buey decía al pollino: “Come a gusto y que te sea sano, de provecho y de buena digestión. ¡Yo estoy rendido y tú descansando, después de comer cebada bien cribada! Si el amo, te monta alguna que otra vez, pronto vuelve a traerte. En cambio yo me reviento arando y con el trabajo del molino.” El asno le aconsejo: “Cuando salgas al campo y te echen el yugo, túmbate y no te menees aunque te den de palos. Y si te levantan, vuélvete a echar otra vez. Y si entonces te vuelven al establo y te ponen habas, no las comas, fíngete enfermo. Haz por no comer ni beber en unos días, y de ese modo descansarás de la fatiga del trabajo.”
Pero el comerciante seguía presente, oyendo todo lo que hablaban.
Se acercó el mayoral al buey para darle forraje y le vio comer muy poca cosa. Por la mañana, al llevarlo al trabajo, lo encontró enfermo. Entonces el amo dijo al mayoral: “Coge al asno y que are todo el día en lugar del buey.” Y el hombre unció al asno en vez del buey y le hizo arar todo el día.
Al anochecer, cuando el asno regresó al establo, el buey le dio las gracias por sus bondades, que le habían proporcionado el descanso de todo el día; pero el asno no le contestó. Estaba muy arrepentido.
Al otro día el asno estuvo arando también durante toda la jornada y regresó con el pescuezo desollado, rendido de fatiga. El buey, al verle en tal estado, le dio las gracias de nuevo y lo colmó de alabanzas. El asno le dijo: “Bien tranquilo estaba yo antes. Ya ves cómo me ha perjudicado el hacer beneficio a los demás.” Y en seguida añadió: “Voy a darte un buen consejo de todos modos. He oído decir al amo que te entregarán al matarife si no te levantas, y harán una cubierta para la mesa con tu piel. Te lo digo para que te salves, pues sentiría que te ocurriese algo.”
El buey, cuando oyó estas palabras del asno, le dio las gracias nuevamente, y le dijo: “Mañana reanudaré mi trabajo.” Y se puso a comer, se tragó todo el forraje y hasta lamio el recipiente con su lengua.
Pero el amo les había oído hablar. En cuanto amaneció fue con su esposa hacia el establo de los bueyes y las vacas, y se sentaron a la puerta.Vino el mayoral y sacó al buey, que en cuanto vio a su amo empezó a menear la cola, y a galopar en todas direcciones como si estuviese loco. Entonces le entró tal risa al comerciante, que se cayó de espaldas. Su mujer le preguntó: “¿De qué te ríes?” Y él dijo: “De una cosa que he visto y oído; pero no la puedo descubrir porque me va en ello la vida.” La mujer insistió: “Pues has de contármela, aunque te cueste morir.” Y él dijo: “Me callo, porque temo a la muerte.” Ella repuso: “Entonces es que te ríes de mí.” Y desde aquel día no dejó de hostigarle tenazmente, hasta que le puso en una gran perplejidad. Entonces el comerciante mandó llamar a sus hijos, así como al kadí y a unos testigos. Quiso hacer testamento antes de revelar el secreto a su mujer, pues amaba a su esposa entrañablemente porque era la hija de su tío paterno, madre de sus hijos, y había vivido con ella ciento veinte años de su edad. Hizo llamar también a todos los parientes de su esposa y a los habitantes del barrio y refirió a todos lo ocurrido, diciendo que moriría en cuanto revelase el secreto. Entonces toda la gente dijo a la mujer: “¡Por Alah sobre ti! No te ocupes más del asunto; pues va a perecer tu marido, el padre de tus hijos.” Pera ella replico: “Aunque le cueste la vida no le dejaré en paz hasta que me haya dicho su secreto.” Entonces ya no le rogaron más. El comerciante se apartó de ellos y se dirigió al estanque de la huerta para hacer sus abluciones y volver inmediatamente a revelar su secreto y morir.
Pero había allí un gallo lleno de vigor, capaz de dejar satisfechas a cincuenta gallinas, y junto a él hallábase un perro. Y el comerciante oyó que el perro increpaba al gallo de este modo: ” ¿No te avergüenza el estar tan alegre cuando va a morir nuestro ama?” Y el gallo preguntó: “¿Por qué causa va a morir?”
Entonces el perro contó toda la historia, y el gallo repuso: “¡Por Alah! Poco talento tiene nuestro amo. Cincuenta esposas tengo yo, y a todas sé manejármelas perfectamente, regañando a unas y contentando a otras. ¡En cambio, él sólo tiene una y no sabe entenderse. con ella! El medio es bien sencillo: bastaría con cortar unas cuantas varas de morera, entrar en el camarín de su esposa y darle hasta que sucumbiera o se arrepintiese. No volvería a importunarle con preguntas.” Así dijo el gallo, y cuando el comerciante oyó sus palabras se iluminó su razón, y resolvió dar una paliza a su mujer.
El visir interrumpió aquí su relato para decir a su hija, Schahrazada: “Acaso el rey haga contigo lo que el comerciante con su mujer.” Y Schahrazada preguntó: “¿Pero qué hizo?” Entonces el visir prosiguió de este modo:
“Entró el comerciante llevando ocultas las varas de morera, que ocababa de cortar, y llamó aparte a su esposa: “Ven a nuestro, gabinete para que te diga mi secreto.” La mujer le siguió; el comerciante se encerró con ella y empezó a sacudirla varazos, hasta que ella acabó por decir: “¡Me arrepiento, me arrepiento!” Y besaba las manos y los pies de su marido. Estaba arrepentida de veras. Salieron entonces, y la concurrencia se alegró muchísimo, regocijándose también los parientes. Y todos vivieron muy felices hasta la muerte.”
Dijo. Y cuando Schahrazada, hija del visir, hubo oído este relato, insistió nuevamente en su ruego: Padre, de todos modos quiero que hagas lo que te he pedido.” Entonces el visir, sin replicar nada, mandó que preparasen el ajuar de su hija, y marchó a comunicar la nueva al rey Schahrían
Mientras tanto, Schahrazada decía a su hermana Doniazada: “Te mandaré llamar cuando esté en el palacio, y así que llegues y veas que el rey ha terminado de hablar conmigo, me dirás: “Hermana, cuenta alguna historia maravillosa que nos haga pasar la noche.” Entonces yo narraré cuentos que, si quiere Alah, serán la causa de la emancipación de las hijas de los musulmanes.”
Fue a buscarla después el visir, y se dirigió con ella hacia la morada del rey. El rey se alegró muchísimo al ver a Schahrazada, y preguntó a su padre: “¿Es ésta lo que yo necesito?” Y el visir dijo respetuosamente: “Sí, lo es.”
Pero cuando el rey quiso acercarse a la joven, ésta se echó a llorar. Y el rey le dijo: “¿Qué te pasa?” Y ella contestó: “¡Oh rey poderoso, tengo una hermanita, de la cual quisiera despedirme!” El rey mandó buscar-a la hermana, y vino Doniazada.
Después empezaron a conversar Doniazada dijo entonces a Schahrazada: “¡Hermana, por Alah sobre ti! cuéntanos una historia que nos haga pasar la noche.” Y Schahrazada contestó: “De buena gana, y como un debido homenaje, si es que me lo permite este rey tan generoso, dotado de tan buenas maneras.” El rey, al oír estas palabras, como no tuviese ningún sueño, se prestó de buen grado a escuchar la narración de Schahrazada.
Y Schahrazada, aquella primera noche, empezó su relato con la historia que sigue...






'VALIENTES', por A. Merino / 'LA INTRAHISTORIA', M. de Unamuno / 'NUESTRO PATRIOTISMO...', A. Machado / PROPUESTA DE EXAMEN

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"Pensemos en las personas valientes. En las que hacen de su vida una gesta valerosa que nos salva a todos... están renunciando a la cotidianeidad de su existencia para ser parte del mundo que defienden y quieren proteger... Curiosamente, los que nos protegen no son rostros mediáticos. Este mundo lo salvarán los valientes, esos que se atreven a enfrentar los peores desastres y construyen con sus propias manos muros invisibles de esperanza para contenerlos"

Voluntarios recogiendo chapapote en Galicia, 2002

VALIENTES

Pensemos en las personas valientes. En las que hacen de su vida una gesta valerosa que nos salva a todos. Hemos creado un mundo frágil donde los errores o las horrendas casualidades desencadenan catástrofes incalculables. No me olvido de los liquidadores de Chernóbil. Hace poco más de tres décadas, unas seiscientas mil personas se afanaron en limpiar aquel desastre. También los que en marzo del 2011 fueron a descontaminar Fukushima y todavía lo siguen haciendo.
Esas personas saben quecuando van al epicentro de un apocalipsis para contenerlo están renunciando a la cotidianeidad de su existencia para ser parte del mundo que defienden y quieren proteger. Son un esfuerzo compacto que lucha por todos nosotros. Cuando en algún punto de África retorna la temible epidemia del ébola son los médicos y todo un equipo de sanitarios y profesionales voluntarios los que se entregan por los demás a una lucha sin cuartel contra la enfermedad. Se la juegan para salvarnos.
El mundo no es tan grande y no hay fronteras que puedan parar la vulnerabilidad que nos acecha. Una fragilidad latente que nos tiene que hacer conscientes de nuestras responsabilidades colectivas como sociedades desarrolladas. Europa está llena de centrales nucleares, y las epidemias son parte de la realidad histórica de todas las épocas. Contra ellas ha luchado la ciencia, pero olvidamos lo que implica contener enfermedades, y ya hay discursos que cuestionan las vacunas. Olvidamos lo que significan los avances tecnológicos más arriesgados, como el del uso civil de la energía nuclear y su mantenimiento. Olvidamos que los peores accidentes han sucedido en países que eran punteros en su manejo y se sentían confiados.
Tenemos que entender que somos parte de un todo, que las redes de Internet comparten información y apasionadas opiniones, pero no son un escudo real contra las desgracias. La indignación tiene que ir acompañada de inteligencia generosa, nunca de miedo y violencia. Asumimos que otros se hacen cargo de los detalles logísticos de la sociedad y sus infraestructuras. Pensamos que somos infalibles, que a nosotros no nos llegan los desastres ajenos, que la contaminación radiactiva y los virus pertenecen a otros episodios de la historia de los demás. Curiosamente, los que nos protegen no son rostros mediáticos. Este mundo lo salvarán los valientes, esos que se atreven a enfrentar los peores desastres y construyen con sus propias manos muros invisibles de esperanza para contenerlos. Personas unidas por un mismo impulso y que son imprescindibles.
(Fuente: El País, 04-06-2018)
'LA INTRAHISTORIA'
Todo lo que cuentan a diario los periódicos, la historia toda del "presente momento histórico", no es sino la superficie del mar, una superficie que se hiela y cristaliza en los libros y registros, y una vez cristalizadas así, una capa dura, no mayor con respecto a la vida intrahistórica que esta pobre corteza en que vivimos con relación al inmenso foco ardiente que lleva dentro. Los periódicos nada dicen de la vida silenciosa de millones de hombres sin historia que a todas horas del día y en todos los países del globo se levantan a una orden del sol y van a sus campos a proseguir la oscura y silenciosa labor cotidiana y eterna, esa labor que, como las madréporas suboceánicas, echa las bases sobre las que se alzan los islotes de la Historia. Sobre el silencio augusto, decía, se apoya y vive el sonido, sobre la inmesa humanidad silenciosa se levantan los que meten bulla en la Historia. Esa vida intrahistórica, silenciosa y continua como el fondo mismo del mar, es la sustancia del progreso, la verdadera tradición, la tradición eterna, no la tradición mentida que se suele ir a buscar en el pasado enterrado en libros y papeles y monumentos y piedras.
(Miguel de Unamuno, 'En torno al casticismo', 1905)
'NUESTRO PATRIOTISMO Y LA MARCHA DE CÁDIZ', Antonio Machado
(fragmento)
... Sabemos que la patria es algo que se hace constantemente y se conserva sólo por la cultura y el trabajo. El pueblo que la descuida o la abandona, la pierde, aunque sepa morir. Sabemos que no es patria el suelo que se pisa, sino el suelo que se labra: que no basta vivir sobre él, sino para él; que allí donde no existe huella del esfuerzo humano, no hay patria, ni siquiera región, sino una tierra estéril, que tanto puede ser nuestra como de los buitres o de las águilas que sobre ella se ciernen. ¿Llamaréis patria a los calcáreos montes, hoy desnudos, y antaño cubiertos de espesos bosques, que rodean esta vieja y noble ciudad? Eso es un pedazo de planeta por donde los hombres han pasado, no para hacer patria, sino para deshacerla. No sois patriotas pensando que algunos sabréis morir por defender estos pelados cascotes; lo seréis acudiendo con el árbol o con la semilla, con la reja del arado o con el pico del minero a esos parajes sombríos y desolados, donde la patria está por hacer...
PROPUESTA DE EXAMEN

PREGUNTAS:

1ª ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS
2ª TEMA. RESUMEN


3ª COMENTARIO CRÍTICO

Preguntas guía para el comentario crítico

1ª ¿Cómo está organizado el texto? (Estructura)

2ª ¿Qué tesis defiende el autor? (Ver Orientaciones para determinar el tema...)
3ª ¿Podrías resumir brevemente el texto con tus propias palabras?
(Las tres primeras preguntas corresponden, evidentemente, a las preguntas de Selectividad, ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS, TEMA Y RESUMEN. A partir de la cuarta pregunta comenzaría -es sólo una propuesta- el COMENTARIO CRÍTICO)
4ª ¿Qué tipo de texto es? Si es un texto literario, ¿a qué momento histórico pertenece, está "encuadrado" en algún movimiento literario?
5ª ¿Es un tema actual? ¿Crees que hay alguna idea "secundaria" importante?
6ª ¿Es un tema polémico?
7ª ¿Es un tema local/universal
8ª ¿Qué argumentos utiliza el autor para defender su tesis?
9ª ¿Es objetivo en sus planteamientos, o es subjetivo?
10ª ¿Cuáles son las “marcas lingüísticas” de su supuesta subjetividad? ¿Cuáles son las expresiones más impactantes, más significativas? 
11ª ¿Es un tema original?
12ª Si no lo es, ¿lo es, al menos su tratamiento, su enfoque?
13ª ¿Cuál es tu opinión?
14ª ¿Qué argumentos añadirías?
15ª ¿Qué argumentos opondrías a los del autor?
16ª ¿Puedes relacionar el texto, su tema principal, con otros textos, noticias… que conozcas?
17ª Teniendo en cuenta la intención del autor, ¿crees que ha sido eficaz? ¿Qué funciones del lenguaje predominan?
18ª ¿Cómo concluyes tu análisis, tu comentario?

4ª INDIQUE LA FUNCIÓN SINTÁCTICA QUE DESEMPEÑAN LAS PALABRAS SEÑALADAS (negrita)
5ª EL LENGUAJE PERIODÍSTICO / LOS GÉNEROS DE OPINIÓN / LOS GÉNEROS INFORMATIVOS / CLASIFICACIÓN DE LOS GÉNEROS PERIODÍSTICOS










'PALMERAS EN LA MANCHA, EL DISCURSO DEL REY...', VETUSTA MORLA

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Otra vez, gracias a Lidia Cerro.

"Se apaga el carrusel, este y los de atrás, y los que todavía vendrán, y quizá sí necesitemos un timón en la deriva, un timón que sólo está en cada uno de nosotros... Y es que cada día que pasa, queda menos esperanza en la deriva, a pesar de la lícita necesidad de entusiasmo que tantos tienen, ante tanto ya repetido... la marmota sigue ahí, y se está descojonando de nuestra eterna capacidad de olvido... Hoy, la estrella de la fe anuncia Prozac... Ellos se ríen al vernos marchar a trabajar"


El estado de una sociedad modernamente dormida, quieta e hipócrita... "Yo estoy bien, soy alegre y muy normal, buen cristiano, vivo en paz, siempre tuve educación, como sano...", dice el personaje de uno de los temas de Vetusta Morla alojados aquí.

Azorín en 'La Voluntad', 1905: "Este es un pueblo feliz; tiene muchos clérigos, tiene muchos militares, van a misa, creen en el demonio, pagan sus contribuciones, se acuestan a las ocho... ¿Qué más pueden desear?

Y es que uno ya no sabe qué pensar cuando estos chicos dejan caer esas palabras envueltas en una suculenta e irónica ambigüedad para, como el que no dice nada, decirlo todo, hablándonos de la honestidad, en el vórtice de una sociedad absolutamente deshonesta, y es ahí donde habita el sentido, "La serie terminó sin su actor principal, tenía que mentir pero dijo la verdad, hundió al director en la escena crucial, y nadie ha vuelto a verle más". Todos somos actores tan secundarios, como principales, todos somos esos boxeadores que aguantan en el ring esperando que su corrupción les empape, esos ciudadanos golpeados que, justo en el último momento, deciden decir no, y es cierto, nunca más nadie les volverá a ver, o sí, en la memoria de la decencia. 

Y esto tiene mucho más valor, si lo constatamos y hacemos que adquiera una significación activa, si recordamos cómo todas las Navidades, un fantasma, un eco de la estructura medieval, se cuela en nuestras casas indefensas de un modo tan incomprensible como normal, "El rey vuelve a casa preso de su escena, un secundario en el drama familiar. Nos habla de paz, de un ion, de otras leyendas, su voz es un mantra vacío en nuestro hogar". 

De todas formas, casi que da igual,  porque "mamá se marchó con la novia de papá, huyeron en su coche y se mudaron a un hostal, untaron al juez, las casó un concejal, y nadie ha vuelto a verlas más"

Y ni siquiera esto es importante. Lo importante es que el banco me largó, y por eso, ayer quemé la sucursal. Y ante eso, busquemos, sin distraernos con los nuevos cantos de sirena, una nueva rampa de lanzamiento, algo que de verdad nos haga despertar.

Se apaga el carrusel, este y los de atrás, y los que todavía vendrán, y quizá sí necesitemos un timón en la deriva, un timón que sólo está en cada uno de nosotros, de nuestros actos, ahí, en el olvido del cacareo inmediato, en la memoria de lo verdadero, en la recuperación del análisis, quizá así, "tal vez, si aguantamos despiertos otra vez, quizás, aparezca de nuevo una fuga de desconcierto, nuestra rampa de lanzamiento".

Y es que cada día que pasa, queda menos esperanza en la deriva, a pesar de la lícita necesidad de entusiasmo que tantos tienen, ante tanto ya repetido... la marmota sigue ahí, y se está descojonando de nuestra eterna capacidad de olvido.

Nos dejaron sin ganas de vencer y ahora sólo nos ofrecen las migajas de una foto que incluso, lo saben, despierta una boba sonrisa ante una derrota anunciada, otra más. 

El banco me largó... 

No he oído nada en los ¿nuevos? discursos sobre la relación con el verdadero Poder.

Sólo somos un indicio de lo que está por controlar.

(Luis Enrique Ibáñez)



LETRA:

"Volvemos en unos minutos con la historia del falso gurú
Que subía fotos de Insta de pies que no eran suyos"

Mamá se marchó con la novia de papá
Huyeron en su coche y se mudaron a un hostal
Untaron al juez, las casó un concejal
Y nadie ha vuelto a verlas más

La serie terminó sin su actor principal
Tenía que mentir pero dijo la verdad
Hundió al director en la escena crucial
Y nadie ha vuelto a verle más.

Podría ser yo, la próxima piedra que revienta tu motor
El típico golpe que no encajas

El púgil lo aguantó, uno, dos, uno, dos
Tendría el maletín si cuidaba del rival
Antes de caer le partió el maxilar
Y no volvió a cobrar jamás

Rest, new age, comunión de Orfidal
Palmeras en la mancha y un tullido en Instagram
La estrella de la fe hoy anuncia Prozac
Su foto cuelga del Primark

Podría ser yo, la próxima pieza que revienta tu motor
El típico golpe que no encajas
Podría ser yo, el próximo gancho en tu labio superior
Tu próximo nudo en la garganta.


"Descubre que su mujer llevaba la misma doble vida que él"
- A la madre de mi mujer porque nos gustan las mismas cosas
"Nuevo caso de agresión en un combate de boxeo
La violencia en los combates de boxeo ha aumentado un 60%
Estos últimos dos años"

Yo estoy bien, soy alegre y muy normal
Buen cristiano, vivo en paz
Siempre tuve educación, como sano

"Seguimos pendientes del incendio declarado ayer
En una sucursal bancaria de Madrid"

El banco me largó, uno, dos, uno, dos
El banco me largó, uno, dos, uno, dos
El banco me largó, uno, dos, uno, dos
Ayer quemé la sucursal

Tenías razón, a veces el límite es un arco sin control
A veces se tensa y se te escapa
Podría ser yo, la próxima piedra que revienta tu motor
La próxima bomba en tu piñata.


LETRA:

Las luces en Navidad son señuelos
Que sirven para tratar la soledad
Indican nuestra salidade emergencia
El rumbo que siempre quisimos tomar
Ya, no sé llegar sin sus destellos

El rey vuelve a casa preso de su escena
Un secundario en el drama familiar
Nos habla de paz, de un ion, de otras leyendas
Su voz es un mantra vacío en nuestro hogar
Y no podrá quedarse hasta mañana

Tal vez, si aguantamos despiertos otra vez
Haré de la cuesta de Enero
Nuestra rampa de lanzamiento.

Fue tan cruel la numerología
Se ríe al vernos marchar a trabajar
Todo encaja en el guión de las noticias
Todo menos tus planes de escapar

Lo sé, si no tocan campanas otra vez
Quizás, se haga nuestro el silencio
Bastará, que aguantemos despiertos sin caer
Y hacer de la cuesta de Enero
Nuestra rampa de lanzamiento
En mitad de este desconcierto

Tal vez, si aguantamos despiertos otra vez
Quizás, aparezca de nuevo una fuga de desconcierto
Nuestra rampa de lanzamiento.





LETRA:

Se apaga el carrusel después de otro carnaval
Los conos de papel ensucian el piso
Se apaga el carrusel, se marcha de la ciudad

¿Y qué viene después? No sé a dónde regresar
La aurora me dejó a los pies de mí mismo
Sin cima que ascender, sin nota en las páginas

Soy lo que ves, soy un indicio
No reconozco mi propio carné
Soy lo que ves, solo el principio
Busco las riendas de un nuevo corcel

Ha sido mágico
Ha sido mágico
Haber llegado aquí sin un solo talismán
Perdido el tenedor me queda el mordisco

Soy lo que ves, soy un indicio
No reconozco mi propio carné
Soy lo que ves, solo el principio
Busco las riendas de un nuevo corcel

Todos necesitamos alguien que nos cubra
A veces un aplauso, a veces un juez
Todos necesitamos luz en la penumbra
Y un villano honrado en quien creer.



ENTRADAS RELACIONADAS:

ACERCA DE 'LA DERIVA', VETUSTA MORLA

("... la "ambigüedad premeditada" debe ser una premisa innegociable para el quehacer literario, pues sólo agarrados a ella podemos ofrecer al receptor la plurisignificación, y, a partir de ahí, el goce estético que supone el deseo de interpretar. Y creo que Vetusta Morla navega por ahí cuando se pone a escribir... si oímos hablar de "las cartas de amor del banco...", el mensaje se abre, el pensamiento se dispara, galopa, el análisis se regocija...")


("¿De dónde vienen esas palabras que salen de mi boca...?", se preguntaba 'El Innombrable', de Samuel Beckett... "no digo lo que digo, hago lo que no hago", contesta Vetusta Morla... Puede que no seamos nosotros los que estemos hablando. Puede que nosotros seamos hablados por algo, o por alguien. Esto empieza a inquietar, desubicación existencial, masticando confusión, perdidos en un laberinto de sintaxis imposible...")





'DÍAS DE PLAYA', por A. Merino / 'HOGAR', de Warsan Shire (traducción de J. José Vélez Otero)

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Hoy sigue la tragedia, esa que debería seguir golpeándonos a los que pensamos que guardamos cierta conciencia

"Son hombres y mujeres de países en ruinas, de lugares olvidados, heridos, masacrados, destruidos... Contemplamos la desesperación de la humanidad desde nuestras sombrillas, tumbonas y toallas; vemos con estupor el paisaje del sufrimiento humano golpeado por las olas del mar"

"... nadie abandona su hogar a menos
que su hogar sea la boca de un tiburón
sólo corres hacia la frontera cuando ves
que toda la ciudad hace lo mismo..."

Situación a bordo del barco Aquarius, en el que viajan 629 migrantes. 

DÍAS DE PLAYA

Con el sol y los días de playa llegarán más pateras, más barcazas, más lanchas… llenas de personas exhaustas por un angustioso viaje. Atrás dejarán sus gentes, sus raíces, sus culturas, sus tierras. Lo tendrán que abandonar todo en un impulso desesperado que les obligará a intentar una aventura peligrosa y trágica. Cada inmigrante que llega a nuestras playas arrastra una historia espeluznante. Hambre, guerras, violencia, miedo, dolor, pobreza, represión, corrupción, expolio. Las espectaculares rutas que emprenden sin equipaje suman un mapa de muchos países con historias muy ligadas a la nuestra y tradiciones milenarias. Si pudieran, se quedarían en sus casas. El tiempo de los grandes exploradores ya ha pasado. No buscan descubrir otros horizontes ni abrir rutas de las especias. No son los descendientes de Marco Polo o de Colón.
Son hombres y mujeres de países en ruinas, de lugares olvidados, heridos, masacrados, destruidos. Vienen de regiones que necesitan ayuda urgente, infraestructuras y oportunidades, apoyo y logística, garantías democráticas, derechos humanos, libertad, paz, prosperidad y justicia. Todos esos náufragos que llegarán a nuestras costas anhelando rehacer sus vidas en Europa se quedarían en sus casas si sus países tuvieran la misma estabilidad y oportunidades que tenemos nosotros.
¿Cuándo vamos a desarrollar planes eficientes de apoyo y creación de infraestructuras que tengan un impacto real sobre esas regiones relegadas? Contemplamos la desesperación de la humanidad desde nuestras sombrillas, tumbonas y toallas; vemos con estupor el paisaje del sufrimiento humano golpeado por las olas del mar. Y tanta miseria nos tiene que obligar a ser contundentes y presionar a nuestros políticos para que asuman responsabilidades y busquen soluciones internacionales comprometidas y conjuntas que traten de apoyar a esas gentes y a sus países. Los náufragos de nuestras costas solo sueñan con la sencilla felicidad de una vida tan digna como la de un europeo.
Disuadirles para que no vengan significa apostar e invertir en un desarrollo sostenible en sus países, en una defensa de sus derechos y oportunidades, y unas garantías de estabilidad política que les permitan poder progresar y sentirse seguros en sus tierras. Necesitamos planes europeos que elaboren programas sólidos que ayuden a atajar las razones que obligan a tantas personas a emprender estos desesperados periplos. Conocer el origen de su sufrimiento y sus circunstancias, ayudar a cambiarlas, es infinitamente mejor y más humano que construir muros y bloquear fronteras.
(Fuente: El País, 11-06-2018)


HOGAR

nadie abandona su hogar a menos
que su hogar sea la boca de un tiburón
sólo corres hacia la frontera cuando ves
que toda la ciudad hace lo mismo

tus vecinos corriendo más deprisa que tú
con un hálito de sangre en sus gargantas
el niño con el que fuiste a la escuela
el que te besó aturdido detrás de la vieja fábrica
lleva un arma más grande que su cuerpo
sólo abandonas tu hogar
cuando tu hogar ya no deja que te quedes.

nadie deja el hogar a menos que el hogar te persiga
y sea fuego lo que pises
y sientas la sangre quemándote el vientre
jamás pensaste que podrías hacer algo parecido
hasta que sentiste la hoja ardiente
amenazar tu cuello
y aún así cargaste con tu himno
en el aliento
rompiste el pasaporte en los lavabos del aeropuerto
sollozando al saber que cada mordisco de papel
te decía claramente que no habrías de volver jamás.

has de entender que nadie mete a sus hijos en un bote
a menos que el agua sea más segura que la tierra
nadie se quema las palmas de las manos
bajo los trenes
bajo los vagones
nadie pasa días y noches en el vientre de un camión
alimentándose de periódicos a menos que los kilómetros recorridos
tengan más valor que el mismo viaje.
nadie se cuela bajo las alambradas
nadie quiere ser golpeado
ni provocar lástima

nadie prefiere los campos de refugiados
ni el dolor de que examinen su cuerpo desnudo
nadie quiere ir a prisión
aunque la prisión sea más segura
que una ciudad en llamas
y un carcelero
de noche
es preferible a un camión cargado de hombres
que se parecen a tu padre
nadie podría soportarlo
nadie tendría valor para ello
ninguna piel podría ser tan dura

los
negros fuera de aquí
refugiados
sucios inmigrantes
buscadores de asilo
que nos chupan el país
negros pedigüeños
huelen mal
salvajes
desbarataron su país y ahora quieren
destrozar el nuestro
cómo puedes resistir esas palabras
las miradas despectivas
tal vez porque esos golpes duelan menos
de lo que duele que te arranquen un miembro.
quizás porque esas palabras sean más benévolas
que catorce hombres
entre las piernas
quizás porque los insultos sean
más fáciles de tragar
que el escombro
que los huesos
que tu cuerpo de niña
hecho pedazos.
quiero irme a casa
pero mi casa es la boca de un tiburón
mi casa es un barril de pólvora
y nadie dejaría su casa
a menos que tu casa te persiguiera hasta la orilla
a menos que tu casa te dijera
que apretaras el paso
que dejaras tus ropas
que te arrastres por el desierto
que atravieses el mar
ahógate
sálvate
pasa hambre
suplica
olvida tu orgullo
tu vida es más importante

nadie deja su hogar hasta que el hogar se convierte en una voz
         sudorosa que te dice al oído
vete
márchate lejos de mí
no sé a lo que he llegado
pero sé que cualquier sitio

es más seguro que éste.


HOME

 

no one leaves home unless
home is the mouth of a shark
you only run for the border
when you see the whole city running as well

your neighbors running faster than you
breath bloody in their throats
the boy you went to school with
who kissed you dizzy behind the old tin factory
is holding a gun bigger than his body
you only leave home
when home won't let you stay

no one leaves home unless home chases you
fire under feet
hot blood in your belly
it's not something you ever thought of doing
until the blade burnt threats into
your neck
and even then you carried the anthem under
your breath
only tearing up your passport in an airport toilets
sobbing as each mouthful of paper
made it clear that you wouldn't be going back

you have to understand,
that no one puts their children in a boat
unless the water is safer than the land
no one burns their palms
under trains
beneath carriages
no one spends days and nights in the stomach of a truck
feeding on newspaper unless the miles travelled
means something more than journey.
no one crawls under fences
no one wants to be beaten
pitied

no one chooses refugee camps
or strip searches where your
body is left aching
or prison,
because prison is safer
than a city of fire
and one prison guard
in the night
is better than a truckload
of men who look like your father
no one could take it
no one could stomach it
no one skin would be tough enough

the
go home blacks
refugees
dirty immigrants
asylum seekers
sucking our country dry
niggers with their hands out
they smell strange
savage
messed up their country and now they want
to mess ours up
how do the words
the dirty looks
roll off your backs
maybe because the blow is softer
than a limb torn off

or the words are more tender
than fourteen men between
your legs
or the insults are easier
to swallow
than rubble
than bone
than your child body
in pieces.
i want to go home,
but home is the mouth of a shark
home is the barrel of the gun
and no one would leave home
unless home chased you to the shore
unless home told you
to quicken your legs
leave your clothes behind
crawl through the desert
wade through the oceans
drown
save
be hunger
beg
forget pride
your survival is more important

no one leaves home until home is a sweaty voice in your ear
saying-
leave,
run away from me now
i dont know what i've become
but i know that anywhere
is safer than here 



ENTRADAS RELACIONADAS:

'EXTRAÑO EQUIPAJE',  por Juan José Millás / 'APÁTRIDA', de Zhivka Baltadzhieva
("No hay etiqueta que se resista a un misil atinado. Quizá el hombre de la imagen, al remover entre los escombros de lo que fue su casa, en busca de dos camisas y un par de retratos con los que huir de Guta, encontró al niño llorando en un rincón de lo que en otro tiempo había sido una escalera y lo incluyó deprisa y corriendo en el breve equipaje de la fuga..." "... fuera de la Red y las navegaciones temerarias / en la intimidad virtual / con su Gran Portal para todos, / melancólico y fiero...", Zhivka Baltadzhieva)



("No van a resucitar, nunca, ni siquiera dentro de dos mil años, todos los muertos del Mediterráneo, no... Imposible no preguntarse qué diría él hoy celebrado si estuviera aquí viendo tanta muerte silenciada, viendo tanta emoción por él... Tampoco habrán resucitado hoy los más de 13.000 suicidados en En España... desde que estalló esta estafa, pero no importa, hoy ellos no han podido lucir esos lindos trajes, ya sabían que nadie hablaría de ellos cuando estuvieran muertos" "...no tú, quien al esclavo dictas rezar, someterse, y le nutres hasta la tumba con falsas esperanzas...", 'Mi plegaria', Hristo Botev)

'A VER SI LE DEJAN CRECER', por Juan José Millás / 'MI RAZÓN DE SER', por Bahía Mahmud Awah / 'SER VALIENTE', Depedro y Vetusta Morla

("¿Qué lugar es este?, parece preguntarse. No ese lugar concreto, sino el mundo en general. ¿Qué lugar es el mundo? Crecerá, si no le alcanza antes una bomba, y acabará acostumbrándose o fingiendo que se acostumbra. Es lo que tarde o temprano hacemos todos" (Millás) "... Mientras que yo sigo simplificando esa razón con los que intentan situarme a la deriva, y convertirme de ser en no ser..." (Bahia Mahmud Awah) "... y veo a esa gente reír ante el olvido que arriesga su cielo saltando al futuro..."


'LAS GUERRAS LEJANAS', por Almudena Grandes / 'PRIMERA EVOCACIÓN', de Ángel González 


("Alguna vez habrá que empezar a llamar a las cosas por su nombre, reconocer que los peores monstruos del siglo XX, aquellos a los que creímos derrotar y enterrar para siempre, han resucitado y viven entre nosotros. Las guerras pequeñas, lejanas, permiten que Occidente aplique una política de exterminio sin mancharse las manos" "Ni la lluvia  pudo borrar las huellas de la sangre. Perdido para siempre lo perdido, atrás quedó definitivamente  muerto lo que fue muerto")

("Carecen de actualidad rabiosa los miles de cadáveres que han flotado en la espuma sucia de nuestros amaneceres junto a la costa que no pudieron pisar. La causa es el hambre, la guerra, el deseo de vivir, pero también unas leyes de extranjería que asumen sin vergüenza la separación entre los derechos democráticos de la ciudadanía y los derechos humanos... Tan pendientes estamos de la rabiosa actualidad que se nos olvidan las verdades de siempre... Hay un momento en el que las banderas dan asco y en el que las lágrimas de los patriotas producen escalofríos... Este naufragio rompe por dentro la palabra Nosotros")
("Lo que soy, ya pueden empezar a darme, es alguien que odia las banderas, sobre todo las de ahora, las que pretenden tapar la desvergüenza, la infamia, las que quieren, y al parecer lo están consiguiendo, que olvidemos la Gran Estafa... Qué razón tenían los chicos de Vetusta Morla, "...vienen decididos a arrancar de cada expresión su significado... todas las palabras del lugar se han intoxicado...". Ley, Democracia, Pueblo, Patria, Nación, Nosotros, Vosotros... Ellos..., ahora ya todas producen un siniestro escalofrío, ahora ya todas dan miedo")


("Los No Refugiados han conseguido algo impensable, bajar un escalón más, ahora ya se pueden sentir satisfechos, son palestinos, esto es, ya no se habla de ellos. Es más, cuando alguno seguimos sacando el tema, en la conversación, en el trabajo, en la vida, notamos la mirada displicente, indolente, de aquellos con los que creíamos que podíamos contar. Es así. Todos somos extranjeros, ¿verdad Zhivka?")


("¿Se han planteado mandar a los concursantes a un campo de refugiados durante varios meses? Vivir el día a día, por ejemplo, con esos miles de personas abandonadas a su suerte que deambulan por las fronteras de Europa... Administrarse los escasísimos recursos y desesperarse junto a los que lo han perdido todo... un campo de refugiados es el escenario que más se acerca al espíritu puro de la supervivencia precaria y robinsona... Tengo verdadera curiosidad por conocer el día a día de los que habitan sin nada en tierra de nadie")


("Lamentablemente, un año y medio después nada se ha sabido de esos 10.000 niños perdidos... su destino ha sido el más trágico: la muerte, el secuestro, el abuso sexual, la explotación laboral, la esclavitud; en la mayoría de los casos, de manera organizada... Hagamos el duro ejercicio de pensar en cada una de esas niñas como si fueran nuestra sobrina. Nos resulta insoportable. Y nos hace muy difícil seguir con nuestra vida cotidiana, seguir como si eso no les estuviera pasando a esos niños y niñas que algún día también fueron los hijos, las sobrinas y los nietos de alguien")

'GUERRA' (VÍDEO JORNADAS NO REFUGIADOS IES CRISTÓBAL COLÓN)

("Los que trabajamos en esta profesión, la más hermosa del mundo (a pesar de todo, y a pesar de Ellos) sabemos perfectamente que la única recompensa que podemos recibir no es otra que el trabajo de nuestros alumnos, su decir, su ver, su palabra, y a esa palabra es a lo único que nos podemos agarrar los que seguimos creyendo en esto")

REFUGIADOS, EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA EN EL IES CRISTÓBAL COLÓN

(Y los espacios inquietos del IES Cristóbal Colón se colmaron de denuncia, de información, de la necesaria solidaridad. Creamos, alumnos, padres y profesores, un escenario nuevo, un lugar en el que reconocernos a nosotros y a todos los olvidados, a los que sufren, a los que mueren, a los No Refugiados...)




("Mis pensamientos gritan por la desesperación de no poder ser hablados. Por ello te hablo cada noche antes de intentar dormir. A ti que llevas cinco meses dentro de mí... Quiero que no veas las personas en color, sino en estados de la música y sepas diferenciar con esto, la armonía del ruido... si algún día, mi niño, llegas lejos no olvides de dónde vienes... Eres un rayo de luz en los ojos de una ciega. Una flor en el desierto")

 SUEÑOS ROTOS

 ("Mi madre mejoró rápidamente, sufrió migrañas por el estrés del viaje. Ahora que nos encontramos en el campamento de Lesbos dudo que mi vida vuelva a la normalidad. Nos dan largas cuando preguntamos por el permiso de residencia... Yo, que imaginaba que iba a cambiar mi país, que lucharía por la igualdad y la democracia. Yo, que ahora estoy derrotada y con todos los sueños rotos")  




("Sanlúcar, 30 de enero de 2017. Mediodía. Cerca de 400 alumnos, vestidos de negro y acompañados de sus profesores, atraviesan, ante la mirada atónita de los transeúntes, la Calle Ancha. Lo hacen con la cara alta, orgullosos de saber que están haciendo algo importante, algo que seguro recordarán cuando el tiempo pase...")


("Culpable de haber nacido en la orilla equivocada, de no soportar el hambre, de hablar con otras palabras, culpable... de las bombas y los gritos, los escombros y las lágrimas, culpable... Culpable, limpio culpable de tu inalcanzable dignidad, culpable de nuestra sucia mirada, culpable de tu risa, de tu valentía, culpable por creer que somos humanos...")


("Protestan contra el muro que Donald Trump quiere levantar... gentes de todas las ideologías... protestan hasta personas que durante años no han dicho ni mú del muro que ya existe entre Estados Unidos y México... muros hay y se siguen haciendo por todo el planeta... Ello si no consideramos un gran muro, que lo es, ese mar Mediterráneo en cuya travesía pierden la vida centenares de personas cada año... el muro que divide el mundo en dos es más mental que real... Lo dijo ya hace unos años Eduardo Haro Tecglen... desde que cayó el muro de Berlín ya no hay ideologías, sólo hay pobres y ricos")


("... otro niño ha muerto ahogado y su cuerpo ha sido descubierto en una playa no menos turística, en este caso de Barbate, en Cádiz. Se llamaba Samuel, tenía seis años y su familia se lo había llevado consigo huyendo de los horrores del Congo... Un niño tan desamparado como Aylan, que interpela a las conciencias lo mismo que los demás ahogados en el Mediterráneo, pero cuya muerte pasa a ser una cifra en el macabro conteo" "...  Tu cuerpo, con la sombra violeta de mis manos, ra, muerto en la orilla, un arcángel de frío" (García Lorca)


("No hay día sin que en las páginas de la prensa, que algunos llaman escaparate, aparezca un cadáver sirio. O dos. O una docena... Unas veces los vemos entre cascotes, otras en el medio del campo, y en ocasiones de pie, con los ojos abiertos... Estos pobres, en cambio, se van con menos de lo que trajeron y se van pronto porque la esperanza de vida, en su barrio, es nula. Esperamos sin mala conciencia la próxima fotografía con alguna curiosidad de carácter étnico")


("Perdiendo la calma, ¿dónde está exiliada? Voces silenciadas, la muerte anunciada Y tú, la espina clavada que nos saca del mapa... Cruzando horizontes de lengua extranjera... Vidas obligadas a ser refugiadas cruzan la frontera. Nadie es profeta en su tierra, solo es portadores de vergüenza ajena.... Si me ves volver será para arrancar del labio la mordaza. Quitar el pan de quien nos quiere mal traer con sus migajas... Esto es el canto de la gente desterrada")


("... Miran y miran al otro lado de la alambrada. Nadie quiere verlos nadie. Dejaron sus muertos atrás para ir a ningún sitio. Ellos los mil nadie...)





("Se han encontrado cadáveres de inmigrantes congelados en las fronteras de Europa y nadie lleva la cuenta, pero las muertes por los efectos del frío en los campamentos son muchas más de las que aparecen en las estadísticas... Esas imágenes nos hablan de la miseria moral de una Europa insensible ante el dolor de los demás, de unos dirigentes políticos que miran para otro lado... Hoy son ellos, mañana podemos ser nosotros los abandonados" "... Desplazados y deshonrados / Enfrentados a las fronteras de otros / Extraviados y erráticos / Sin otra salida que la de huir...")

(Fuente: Refugio del Sonido, por Javier Limón, Mar de Libia, El País)

("... la palabra 'asistencia' monta un número esperpéntico en mi cerebro, y me lleva, otra vez, a las fronteras de Grecia, de Turquía, de Serbia... Intento adentrarme en el significado profundo de esa palabra, y lo único que encuentro es soledad, la soledad infinita de todos esos seres humanos que han sido tachados de nuestros ordenadores... esa niña, perdida, sola y sin palabras, me da una acogedora colleja diciéndome, ¿de qué estás hablando?")


'HUMILLADOS', por Jorge M. Reverte / Poema 'HOGAR', de Warsan Shire / PROPUESTA DE EXAMEN (según PAU)

("... me siento humillado cada vez que veo una foto en el periódico de inmigrantes pasando frío, o hundidos en el barro, o huyendo de las explosiones... leamos enteras las noticias, las que explican que la gente hace cola para conseguir una sopa a una temperatura ambiente de veinte grados bajo cero. Y entonces, apartamos ligeramente el café humeante que tenemos en la barra del bar, y nos imaginamos que alguno de nuestros hijos está ahí, esperando la sopa...")


'REFUGEE BLUES', ADAPTACIÓN MUSICAL DEL POEMA DE W.H. AUDEN

("El cónsul golpeó la mesa y dijo: “Si no hay pasaporte están oficialmente muertos”: pero aún vivimos, querida, aún estamos vivos... Fui a un mitin público; el orador se puso de pie y dijo: “Si los dejamos entrar se robarán el pan”; hablaba de nosotros, querida, hablaba de nosotros...")


("... el año terminará esta noche... con las luminarias y las campanadas de siempre, con la alegría repetitiva y artificial de todos los años, esa que nos sirve a todos para engañar a nuestras conciencias... sobre la Tierra brillarán también en la noche mezclándose con sus luces las almas de los anónimos miles de muertos de las guerras de Siria y de Irak, las de los desaparecidos en el Mediterráneo, esa insaciable fosa común... Por cada uno de ellos yo arrojo una rosa negra que nadie verá caer")


("... Respiro el aire que respiras y bebo el agua que tú bebes. Si piso el mismo suelo que tú pisas, dime por qué tanto duele  la dulce y silenciosa forma en la que tú me miras...")

("Nació como nacimos todos pero a él le tocó el lado negro del mar... hay tantos ahogados que hasta el oceano se va a secar... Peor que matar a un hombre es cerrarle el camino mucho peor es ahogar su destino. El mundo es de todos tienen que pasar aquí entramos todos")



("...unos versos de León Felipe describen la expresión monótona con la que los lectores y en cierto modo sepultureros de la prensa diaria observamos este tipo de fotografías antes de pasar la página en dirección a las farmacias de guardia o a la lista de los fallecidos ayer en nuestra ciudad. Nada nos impresiona ya ni nos conmueve..." "Sensibles a todo viento... poetas, nunca cantemos la vida de un mismo pueblo ni la flor de un solo huerto. Que sean todos los pueblos y todos los huertos nuestros" (León Felipe)



("De eso trata Astral...echarse al mar a salvar vidas de esa olla gigante y voraz que se las traga a puñados mientras Europa bosteza... Nos habla a nosotros. Nos pregunta por qué no hacemos más, por qué no hacemos nada, por qué no nos hemos plantado para exigir a nuestros gobiernos que actúen. Ya. Ahora.... Los que vengan detrás nos preguntarán por qué no hicimos nada para detener el genocidio, si lo estábamos viendo, y tendremos que bajar la cabeza porque no sabremos qué contestar")

EL VIENTO

("¿Cuándo aceptaremos que somos nosotros los que nos ahogamos en el mar frente a las costas de Europa junto con los inmigrantes desesperados? ¿Cuándo aceptaremos que ningún armamento es inocente y somos nosotros los que bombardeamos hospitales, familias, niños en Alepo?... La respuesta, amigos, como canta Bob Dylan, está flotando en el viento, pero no por eso dejamos de ser culpables")


("En Turquía el régimen de Erdogan hacina en campos de prisioneros a refugiados y opositores sin que nadie diga una palabra... En el mar los muertos se cuentan por miles porque siguen huyendo a millones de la guerra y la muerte, como haríamos usted y yo, mientras un país rico como España, con su gobierno a la cabeza, sólo ha sido capaz de acoger a un centenar de refugiados. Esa es la realidad. No va a desaparecer por mucho que la quitemos de los telediarios" "... Todo vive condenado a ser mostrado y mengua..." (Zhivka Baltadzhieva)

("Cuánto es demasiado, cuánto es suficiente... El mundo, la verdad, no parecía muy conmovido: no hubo explosiones de indignación, no hubo escándalo en los noticieros, y días después nadie recordaba el episodio... la humanidad se habitúa rápido a moverse en la mugre, a convivir con la basura en su ojo de cíclope hasta que la basura se hace callo y el ojo queda confortablemente ciego")
("Pasa como con las palabras, los sentimientos también se desgastan... La humanidad de las personas está en poder empatizar con el dolor de los otros, en ponerse en el lugar de los otros... Ese acomodamiento nos hace daño a nosotros, y también a los otros... hace daño a los otros, porque nuestra actitud los deja totalmente vulnerables ante la injusticia")


("Los refugiados (y en general los pobres) son en cierto modo los restos de la combustión de una parte de esa economía, las cenizas que expulsa la maquinaria del sistema... Es costoso deshacerse de las cenizas, sí, pero gracias a esas cenizas se ha movido, por poner un solo ejemplo, el tráfico de armas, cuya industria constituye una de las locomotora de la economía global...)


("... culpable de haber nacido, de haber nacido al otro lado, en la cara mala del mundo, en la otra orilla. Eres culpable de no soportar tu hambre amarilla, eres culpable de asomarte sin permiso al otro lado, a este lugar prohibido y mentiroso. Eres culpable de creer en los sueños azules, de pensar que una valla es sólo una valla...")



("Viendo a esos miles de refugiados que, después de haber cruzado el mar jugándose la vida (y viendo cómo otros la perdían, muchos de ellos niños aún), son obligados de nuevo a cruzarlo contra su voluntad... ¿Qué sentimientos albergarán hacia nosotros después de haber visto cómo los expulsábamos contradiciendo nuestras propias leyes? ¿Pensarán que todos participamos en su expulsión o distinguirán entre unos y otros?" "... No conozco ya los nombres de un mundo que me niega...")

("Esta es una larga historia, que comenzó con la destrucción de algunos países bajo las bombas humanitarias... La mayoría de los que escapan del desastre no tenían, cinco años atrás, planes de fuga.... Su plan ahora... escapar, llegar al norte, sacrificarse hasta la última gota de sudor para que sus descendientes tengan una perspectiva decente. Este es el único plan de un emigrante" "Llovió el invierno a mares lodos, hambre. Navegó la miseria a plena vela... Hubo más muertos. Pero nunca, jamás, la violencia" "... perdimos la verdad, perdimos las palabras")
("Las más auténticas procesiones de Semana Santa de este año son las de refugiados por las fronteras de espinas envueltas en bruma de Europa. Desde que falleció ahogado Aylan Kurdi, han muerto más de quinientos niños en este éxodo... México, hizo infinitamente más en un año por los españoles que lo que España ha hecho por todos los refugiados durante años en el Mediterráneo" "-Ni demasiado tarde ni demasiado lejos. La isla “Aquí” está en todos lados... El ambiente se volvió incómodo, cayó el silencio. Las verdades generales tienen ese problema")

NO ME LLAMEN EUROPEO, por Luis Enrique Ibáñez
("No, no me llamen europeo. Yo soy africano, y llegué aquí hace miles de años, lo mismo que ustedes... hemos cometido el imperdonable pecado de olvidar, de amputar, el significado de las palabras que nos fundaron... hospitalidad, justicia... belleza... No me llamen europeo... dolor, culpabilidad, complicidad, lo dócilmente sometido, imperio de la apatía, placer de la esclavitud, extravío de las palabras, lenguaje invisible. idioma disfrazado, de mentira, de asco, de nada")

'IR Y QUEDARSE, Y CON QUEDAR PARTIRSE', DE LOPE DE VEGA / 'COPENHAGUE', VETUSTA MORLA

("Ir y quedarse, y con quedar partirse...fuego en el alma, y en la vida infierno""... El valor para marcharse,el miedo a llegar...Ella duerme tras el vendaval No se quitó la ropa.Sueña con despertar en otro tiempo y en otra ciudad"

'LA HISTORIA NOS JUZGARÁ' Luis Gonzalo / 'SOBRE LA DENOMINACIÓN DE EMIGRANTES', Bertolt Brecht

("... seremos juzgados como genocidas y las próximas generaciones se avergonzarán de nuestro comportamiento. Seremos un ejemplo en las clases de historia sobre la inhumanidad de nuestra sociedad y la violación constante de los derechos humanos... Estudiarán cómo invadimos países para convertirlos en estados fallidos y arrebatarles sus recursos en una nueva forma de colonialismo""... Cada unode los que vamos con los zapatos rotos entre la multitudla ignominia mostramos..." (Brecht)
("Europa renuncia a sus principios éticos y fundacionales, consagra las devoluciones en caliente y se entrega a un régimen corrupto gobernado por un sátrapa que cierra periódicos críticos y oprime a la disidencia. Nos han vendido por un puñado de euros...  casi todos los países han incumplidos sus promesas de acogida y les tratan como prisioneros de guerra y animales... Los mismos que lloraban la muerte de Aylán, provocan su muerte" "No aceptes lo habitual como cosa natural"   (Bertolt Brecht)

'LA SERPIENTE', por Julio Llamazares / 'DEVOCIONES PARA OCASIONES EMERGENTES', de John Donne

("Un numeroso grupo de vecinos de Bautzen celebró el incendio... de un antiguo hotel habilitado para acoger a refugiados extranjeros al tiempo que estorbaba las labores de extinción... ¿A qué les suenan estas escenas? ¿Acaso no les recuerdan a aquéllas que describían los años previos a la ascensión del nazismo...?""... Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta...")

("Compartiremos las injurias, los reproches, las necias burlas resistiremos... el destino penoso del ser humano" (Hristo Botev) "¿Cuántas voces son necesarias para no entender el mundo?" (Zhivka Baltadzhieva) 

("Da lo mismo, el asunto no se aborda. Significa que el hombre, además de chillar a los suyos, nos interpela a nosotros. Lleva casi cinco meses gritándonos bajo la tormenta: –¡Joder, haced algo, que llevo a una criatura encima!... ahí lo tienen, en pie, gritándole al mundo civilizado que, joder, le eche una mano. El mundo civilizado, como el que oye llover" (J.J. Millás) "... Han muerto todas las ideas capaces de sostener un sueño... La única raza ha desahuciado al inquilino en el propio domicilio de su cráneo..." (Juan Carlos Mestre) 


("Ante el orden existente...)


("Sesenta o setenta personas son las dueñas de un mundo en el que la mayoría pasa hambre, sed, frío y un sinfín de calamidades. Es lo que llamamos estabilidad... No precisan de un ejército porque tienen a su disposición los de todo el mundo, ni de una policía porque todas están a sus órdenes... Menos mal que nos quedan las rastas y el amamantamiento como materia para el análisis político riguroso" (J.J. Millás) "la globalización de los hambrientos es el aperitivo de los amos" (M. Benedetti)

TAMBIÉN DE ZHIVKA BALTADZHIEVA EN ESTE SITIO:



("Tocar la belleza en la exactitud de la palabra para mostrar sin ropajes lo invisible, lo evidente, el estado sonámbulo del hombre moderno, rociado en tecnologías foráneas que arañan golosas la esencia, diluyendo el origen, situándonos en la amnesia global, "... en el caos iletrado y la indiferencia ordinaria...")


'¿Soy aquella acallada afgana...? 

("... Todo vive condenado a ser mostrado y mengua...") 

NECESITO HABLAR... VEO LAS VOCES, EL SUEÑO DE LAS PALABRAS
("... Soy la crisis bancaria y moral, y mortal. Paso y grito en el cielo. Soy quien pasa de todo, de quien pasan...")


("... Me traspasa como si fuera  la convulsión febril del universo, la incertidumbre en persona, la asfixia de la felicidad, el último adiós de la vida... Y mi amor se queda sin vocablos.")



("... Cada vez más conectados y más ocupados en que nos toque nadie y menos con la mirada...")

("... No tengo que inventar. No tengo que inventarme. No tengo que ser otro...")

DEL POETA BÚLGARO HRISTO BOTEV, ESTUDIO Y TRADUCCIÓN DE ZHIVKA BALTADZHIEVA:


("La poesía combativa, la llamada al sujeto callado, al esclavo que asiente, emergió con fuerza este pasado viernes en el Patio de Columnas de Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda... La lectura que Baltadzhieva realizó al final de algunos poemas del poeta búlgaro elevó la temperatura emocional del momento, creando una atmósfera única en la que se mezclaban la reivindicación, lo poético, y, simplemente, el valor de la palabra, el valor del decir que soporta la dignidad del sujeto, un decir distinto que quiere, y lo hace, recuperar la condición del ser humano")



(... Porque hablar, escribir, también es mirar con los ojos bien abiertos y comprender qué está ocurriendo. A esa mirada viene ahora Botev a llamarnos... "¿Oyes cómo los pobres imploran?... Entona, tú, una canción como esta, cántame, joven, las penas, canta cómo vende hermano a su hermano, cómo sucumben juventud y firmeza, cómo llora la huérfana viuda, cómo sufren los niños sin techo!")


(... Y es entonces cuando permito, invadido, que esos versos retumben en mi cabeza, tamboreen mi ánimo, me abracen mientras me hablan, me den palmadas, no permitiendo que rehuya la urgente conversación... "Así legisló la manada de lobos con piel de cordero para colocar la piedra eterna de la santa mentira y la mente humana tener para siempre encadenada... Calla y reza cuando te pegan")

'ELEGÍA' Y 'EL PATRIOTA', DEL LIBRO RECOMENDADO 'HRISTO BOTEV, POESÍA'
("... es la acción la que emerge espoleada, la que nos llama a través de la palabra poética para sacudirnos la pereza, para abandonar la sumisión, para querer sentirnos vivos, para que podamos creer que sí, que  somos nosotros los únicos protagonistas de nuestro destino..." Dime, oh, dime, pobre pueblo, ¿quién te mece en esta cuna, en la cuna maldita de eterno esclavo?)

´'EL DÍA DE SAN JORGE' / 'MI PLEGARIA', DOS POEMAS DE HRISTO BOTEV

("Así balaba tras el pastor / el rebaño de ovejas dóciles, mansas, mientras su rey, feliz imbécil, / como todos los reyes de este mundo, / con el lindo cayado les conducía... igual que a ti, tributo te cobra el rey, pobre pueblo, / para sus harenes abominables..." "...no tú, quien al esclavo dictas rezar, someterse...")




'EL HIJO DEL JOYERO', por Juan José Millás / 'EL ADJETIVO Y SUS ARRUGAS', por Alejo Carpentier

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"El lenguaje literario era en cierto modo un intruso que intentaba pasar inadvertido entre el lenguaje común. Parte de su interés, si no todo, residía en esa capacidad no ya de ser tolerado por el sistema siendo tan diferente a él, sino de confundirse con él... es verdad que hay libros que nos gustan y libros que nos interesan. No podemos entregarnos solo a los que nos gustan por el mero hecho de que los entendamos. Son los que nos dan la razón, cuando lo que hay que buscar en los libros, y en los cónyuges, es que nos la quiten"

'Retrato de Vsevolod Mikhailovich Garshin', de Ilya Repin

"La que nos habíamos propuesto desmontar era una oración compuesta por una principal (era uno de esos hermosos días de finales de abril) y una subordinada (si a uno le importan esas cosas). La principal, les expliqué, era principal porque podría sobrevivir sin la subordinada, y la subordinada era subordinada porque carecía de sentido por sí sola.

Ahora bien, añadí, la principal, pese a su capacidad de supervivencia, parecía idiota. “Era uno de esos hermosos días de finales de abril” se le ocurre a cualquiera. De hecho la inteligencia de la frase residía en la subordinada"

EL HIJO DEL JOYERO

En una clase de escritura creativa, después de que una alumna hubiera leído un texto de encargo, pregunté a uno de sus compañeros qué le había parecido.

—Me ha gustado mucho porque lo he entendido y a mí me gustan las cosas que entiendo —dijo.

Su afirmación acerca de las virtudes de lo inteligible fue tan categórica, tan agresiva incluso, que no me atreví a replicar. Esperé a la siguiente clase para decir algo.

—¿Te gusta alguna cosa que no entiendas? —le pregunté con cautela.

—No —repitió tajante—, lo que no entiendo no me gusta. 

Desconecto, me voy.

Estuve por hurgar un poco en el asunto. Pero juzgué que no era el momento. Además, no quería poner en aprietos al chico, que me caía bien; era un buen tipo. Había acudido al taller para aprender a escribir como se habla porque pretendía hacer diálogos para el cine y la televisión.

—Si quieres escribir como se habla —le dije al principio—, no me necesitas a mí. Basta con que grabes a la gente y transcribas a continuación la cinta.

—Sospecho que hay un truco —respondió él.

—El truco —le dije— consiste en otorgar a la escritura una apariencia de oralidad.

—¿Una apariencia? —dijo él.

—Una apariencia —dije yo.

—¿Significa que parezca oral, pero que no lo sea? —dijo él.

—Exactamente —dije yo.

—¿Y eso cómo se logra? —preguntó él.

—Buscándose uno la vida —respondí yo.

Por alguna misteriosa razón, pensaba mucho en este chico. Había en él una suerte de opacidad que me resultaba conmovedora. Un día leí en el taller la primera frase de La Regentala novela de Clarín.

—Escuchad esto —pronuncié abriendo el libro—: “La heroica ciudad dormía la siesta”.

Me dirigí luego al chico al que solo le gustaba lo que entendía y al que en el futuro llamaremos Pedro:

—Pedro, ¿te gusta este comienzo?

—¿Te importaría volver a leerlo? —dijo él.

—“La heroica ciudad dormía la siesta” —repetí yo.

—Está bien —dijo él.

—¿Pero es una obra maestra? —dije yo.

—Hombre, tanto como obra maestra… —dudó él.

—A lo mejor no lo has entendido —­aventuré yo.

—Sí que lo he entendido —se ofendió él—. Dice que la heroica ciudad dormía la siesta. No tiene más misterio.

—¿Y tú te imaginas a un héroe durmiendo la siesta? —pregunté yo.

—Perfectamente —dijo él.

—Ponme un ejemplo —dije yo.

—Mi padre —dijo él—. Mi padre se levanta a las tres de la madrugada, va al mercado central, compra la carne del día, la transporta hasta su puesto en el mercado del barrio, la coloca, abre la tienda, atiende a los clientes. Mi padre pesa 120 kilos. Es un gigante, no le tiene miedo a nada. Y después de comer da una cabezada en el sofá.

¿Qué responder a eso? El heroico padre de Pedro dormía la siesta.

Un día que fuimos a tomar una cerveza al terminar la clase le pregunté:

—Pedro, ¿tú me entiendes?

—No —dijo.

—¿Y te gusto como profesor?

—No —respondió sin vacilar.

—¿Por qué vienes entonces a mis clases?

—Porque sabes algo sobre la construcción de los diálogos que yo no sé.

Al día siguiente, leí en clase el comienzo de un cuento de Raymond Chandler que dice así: “Era uno de esos hermosos días de finales de abril, si a uno le importan esas cosas”. Pregunté a Pedro si le parecía genial.

—Creo que sí —dijo—, creo que es muy bueno.

—¿Por qué? —pregunté yo.

—Porque da, en muy poco espacio, mucha información sobre el que habla. Nos dice que es un tipo cansado.

—¿Y crees que las personas se expresan de ese modo?

Dudó. Me dirigí a la clase y pregunté si la gente, en la vida real, habla como los personajes en las novelas y en el cine. Los alumnos se miraron unos a otros. No era un grupo muy participativo. Saqué de mi cartera un papel donde llevaba impreso el famoso diálogo entre los dos protagonistas de Johnny Guitar:

Él: ¿A cuántos hombres has olvidado?

Ella: A tantos como mujeres tú recuerdas.

Él: No te vayas.

Ella: No me he movido.

Él: Dime algo agradable.

Ella: Claro, qué quieres que te diga.

Él: Miénteme, dime que me has esperado todos estos años. Dímelo.

Ella: Te he esperado todos estos años.

Él: Dime que habrías muerto si yo no hubiese vuelto.

Ella: Habría muerto si no hubieses vuelto.

Él: Dime que aún me quieres como yo te quiero.

Ella: Aún te quiero como tú me quieres.

Él: Gracias, muchas gracias.



Me volví de nuevo a la clase. Volví a preguntar si la gente hablaba así en la vida.

Tuvieron que aceptar que no. Les dije que el día anterior, preparando la clase, había tropezado en Internet con una curiosa demanda. Alguien solicitaba una especie de catálogo de frases típicas de telenovela. La respuesta con más puntos citaba las siguientes:

—No soy más que una simple criada.

—¿Por qué tuve que nacer ciega?

—Hay que impedirlo a toda costa.

—Estoy esperando un hijo tuyo.

Los alumnos rieron al reconocer el lenguaje del melodrama, muy parecido al lenguaje de la vida. La vida les hacía gracia.

"Les solicité que pensaran en avenidas y en callejones. Dije que a veces uno camina por la avenida principal de una ciudad cuando le sale al paso un callejón más atractivo, en el que se introduce con la intuición de que romperá así la monotonía grandiosa, aunque previsible, de la avenida"

Pedro, en cambio, se había quedado pensativo. Me pidió que desmontara la frase con la que había comenzado todo: “Era uno de esos hermosos días de finales de abril, si a uno le importan esas cosas”. Se trataba de un ejercicio, el de desmontar frases, que hacíamos a veces, y que les gustaba.

Les solicité que pensaran en avenidas y en callejones. Dije que a veces uno camina por la avenida principal de una ciudad cuando le sale al paso un callejón más atractivo, en el que se introduce con la intuición de que romperá así la monotonía grandiosa, aunque previsible, de la avenida.

—Lo curioso —añadí— es que todo el mundo sabe lo que es un callejón, pero no todo el mundo sabe lo que es una oración subordinada.

La que nos habíamos propuesto desmontar era una oración compuesta por una principal (era uno de esos hermosos días de finales de abril) y una subordinada (si a uno le importan esas cosas). La principal, les expliqué, era principal porque podría sobrevivir sin la subordinada, y la subordinada era subordinada porque carecía de sentido por sí sola.

Ahora bien, añadí, la principal, pese a su capacidad de supervivencia, parecía idiota. “Era uno de esos hermosos días de finales de abril” se le ocurre a cualquiera. De hecho la inteligencia de la frase residía en la subordinada (“si a uno le importan esas cosas”). Observad, les pedí, la capacidad irónica de ese callejón gramatical. Repetimos: si a uno le importan esas cosas. De súbito, y gracias a su subordinada, la frase principal, que por sí misma no valía un céntimo, adquiere una fuerza asombrosa.

Bueno, estaba intentando explicarles (y explicar a Pedro en particular) lo que diferencia a la escritura creativa de la prosa común, del habla. Una frase pretenciosa, manoseada, mala (era uno de esos hermosos días de finales de abril) se convierte en buena si haces salir de ella, a modo de apéndice, un callejón inesperado (si a uno le importan esas cosas).

El lenguaje literario era en cierto modo un intruso que intentaba pasar inadvertido entre el lenguaje común. Parte de su interés, si no todo, residía en esa capacidad no ya de ser tolerado por el sistema siendo tan diferente a él, sino de confundirse con él hasta el punto de que mucha gente, como Pedro, suponía que aprender a escribir diálogos consistía en aprender a escribir como se habla. Confundía la literatura con la vida. Quería llevar su vida (su habla) a la escritura, quizá quería convertir su vida en una película.

¿Qué distingue a las frases magnéticas de las comunes? Que en su interior sucede un drama de carácter semántico. “La heroica ciudad dormía la siesta”. “Era uno de esos hermosos días de finales de abril si a uno le importan esas cosas”. Por cierto, que Pedro, mi alumno del taller de escritura, era un tipo magnético, aunque de un magnetismo turbio, oscuro, un magnetismo con lagunas de opacidad.

En una ocasión leí en el taller un verso de Anne Sexton que dice así: “Cuando fuiste mía llevabas un audífono”. Se rieron todos, menos Pedro.

—¿Por qué os reís? —pregunté.

Las explicaciones fueron al principio confusas, pero poco a poco fuimos aproximándonos a la cuestión. “Cuando fuiste mía”, la oración subordinada, en este caso, carecía de interés. La sorpresa salta al leer la principal, “llevabas un audífono”. ¡Dios mío!, a quién, si no a un genio, se le ocurriría completarla de este modo. Llevabas un audífono. Cuando fuiste mía llevabas un audífono. Si ustedes escriben en Google el sintagma “cuando fuiste mía”, les salen 3.480.000 resultados. Es el primer verso de miles canciones. Pero ninguno, de entre esos millones de “cuando fuiste mía”, se completa con un “llevabas un audífono”. En este caso, la frase principal es la intrusa. ¿Qué rayos hace ahí el “llevabas un audífono”? Se enfrenta al tópico, lo destroza, lo vuelve a su favor. Engaña a la lengua, al monstruo, le hace creer que va a escribir un poema romántico, un poema idiota, un texto de todo a cien, y al dar la vuelta a la frase le da esquinazo, le cuela el “llevabas un audífono”. En resumen, “llevabas un audífono” hace antiliteratura, que es la única forma posible de hacer literatura.

Un día leí en el periódico la reseña de una novela a la que el crítico calificaba de “rara”. Imaginé el caso contrario, una crítica sobre una novela cualquiera de la que se dijera que era normal. Tienen ante ustedes una novela normal. ¿Hay novelas normales? Quizá sí. Y quizá sean las que definan el gusto dominante. Las novelas normales poseen una facultad que no tiene precio: que se entienden. Se entienden, digámoslo todo, al modo en que Pedro había entendido el ejercicio de la alumna al que aludíamos al principio de estas líneas. Y no solo se entienden, sino que te entienden. Saben que estás agotado, que tienes en la cabeza mil cosas que resolver. Hay que llamar al servicio técnico del gas para que vengan a hacer la revisión anual, has de llevar el coche a la ITV y el gato al veterinario. La vida diaria está repleta de pequeñas ansiedades que dificultan la concentración. Si aún te queda un hueco para leer una novela, le pides entenderla y que te entienda, es decir, que te dé la razón. ¿Quién quiere una novela que no le dé la razón? ¿Quién quiere un poema de amor que diga que cuando fuiste mía llevabas un audífono? Cuando fuiste mía, no sé, la tormenta arreciaba, o se escuchó el canto de una alondra.
"... de esto era de lo que pretendíamos hablar desde el principio de estas líneas, de las fronteras entre lo inteligible y lo ininteligible; de los problemas de lo que entendemos y las virtudes de lo que no entendemos; de la diferencia entre hablar y ser hablado o escribir y ser escrito"

Pasaron los años y un día tropecé con Pedro en la calle. Iba vestido como un ejecutivo de éxito. Intercambiamos las frases habituales, tópicas, las frases que nos ordenaba decir la lengua y que jamás se dirían los personajes de una novela. ¡Cuánto tiempo!, ¿cómo te va?, ¿vives en Madrid?, etcétera. Una vez agotado el repertorio, le pregunté si le apetecía tomar un café.

—Claro —dijo él.

Nos metimos en un bar y continuamos intercambiando banalidades. Casi a punto de despedirnos, Pedro me apuntó con el dedo y me dijo con una sonrisa rara, una sonrisa que podía ser la imitación de una sonrisa:

—De modo que la heroica ciudad dormía la siesta.

—Sí —dije yo—, y cuando fuiste mía llevabas un audífono.

—Verás —dijo él—, entendí perfectamente, a la primera, la heroica ciudad dormía la siesta. La entendí tanto que me asustó y por eso intenté devaluarla. Mi padre no tenía una carnicería ni se levantaba a las tres de la madrugada para ir al mercado central ni pesaba 120 kilos. Mi padre no era un héroe. Mi padre tenía cinco joyerías, cinco; ahora tenemos diez porque me he incorporado yo al negocio. Y me gusta. Entonces, no. Estaba en la época de la rebeldía. No quería parecerme a mi padre. Ignoraba que escribir como se habla era un modo de parecerme a él por otra vía. Tú, sin darte cuenta, me hiciste ver que en el fondo quería ser como él. Un día dijiste en clase que se escribe desde el conflicto, que si no hay conflicto se puede escribir el código penal pero no Crimen y castigo. Yo creía que quería escribir Crimen y castigo, pero no era cierto. Me interesa más el código penal, lo entiendo mejor que Crimen y castigo. Gracias de todo corazón por abrirme los ojos.

Me quedé perplejo. Pedro no había acu­dido al taller para aprender a escribir, sino para aprender a escribirse. Cada vez que abría una joyería, añadía un capítulo a su existencia. Un capítulo de un libro que entendía a la perfección, un capítulo de una novela “normal”, perfectamente inteligible. Y de esto era de lo que pretendíamos hablar desde el principio de estas líneas, de las fronteras entre lo inteligible y lo ininteligible; de los problemas de lo que entendemos y las virtudes de lo que no entendemos; de la diferencia entre hablar y ser hablado o escribir y ser escrito.

Juan Benet decía que con los libros nos pasa a los seres humanos lo mismo que les pasa a los hombres con las mujeres y a las mujeres con los hombres. Desde el punto de vista del hombre, hay mujeres que nos gustan, pero que no nos interesan, y mujeres que nos interesan, pero que no nos gustan. Nos casamos cuando coinciden el interés y el gusto. Quizá sea así. En todo caso, es verdad que hay libros que nos gustan y libros que nos interesan. No podemos entregarnos solo a los que nos gustan por el mero hecho de que los entendamos. Son los que nos dan la razón, cuando lo que hay que buscar en los libros, y en los cónyuges, es que nos la quiten.

(Fuente: babelia.com)


  • "Y la verdad es que todos los grandes estilos se caracterizan por una suma parquedad en el uso del adjetivo. Y cuando se valen de él, usan los adjetivos más concretos, simples, directos, definidores de calidad, consistencia, estado, materia y ánimo, tan preferidos por quienes redactaron la Biblia, como por quien escribió el Quijote"

'EL ADJETIVO Y SUS ARRUGAS'

Los adjetivos son las arrugas del estilo. Cuando se inscriben en la poesía, en la prosa, de modo natural, sin acudir al llamado de una costumbre, regresan a su universal depósito sin haber dejado mayores huellas en una página. Pero cuando se les hace volver a menudo, cuando se les confiere una importancia particular, cuando se les otorga dignidades y categorías, se hacen arrugas, arrugas que se ahondan cada vez más, hasta hacerse surcos anunciadores de decrepitud, para el estilo que los carga. Porque las ideas nunca envejecen, cuando son ideas verdaderas. Tampoco los sustantivos. Cuando el Dios del Génesis luego de poner luminarias en la haz del abismo, procede a la división de las aguas, este acto de dividir las aguas se hace imagen grandiosa mediante palabras concretas, que conservan todo su potencial poético desde que fueran pronunciadas por vez primera. Cuando Jeremías dice que ni puede el etíope mudar de piel, ni perder sus manchas el leopardo, acuña una de esas expresiones poético-proverbiales destinadas a viajar a través del tiempo, conservando la elocuencia de una idea concreta, servida por palabras concretas. Así el refrán, frase que expone una esencia de sabiduría popular de experiencia colectiva, elimina casi siempre el adjetivo de sus cláusulas: “Dime con quién andas…”, ” Tanto va el cántaro a la fuente…”, ” El muerto al hoyo…”, etc. Y es que, por instinto, quienes elaboran una materia verbal destinada a perdurar, desconfían del adjetivo, porque cada época tiene sus adjetivos perecederos, como tiene sus modas, sus faldas largas o cortas, sus chistes o leontinas.
El romanticismo, cuyos poetas amaban la desesperación -sincera o fingida- tuvo un riquísimo arsenal de adjetivos sugerentes, de cuanto fuera lúgubre, melancólico, sollozante, tormentoso, ululante, desolado, sombrío, medieval, crepuscular y funerario. Los simbolistas reunieron adjetivos evanescentes, grisáceos, aneblados, difusos, remotos, opalescentes, en tanto que los modernistas latinoamericanos los tuvieron helénicos, marmóreos, versallescos, ebúrneos, panidas, faunescos, samaritanos, pausados en sus giros, sollozantes en sus violonchelos, áureos en sus albas: de color absintio cuando de nepentes se trataba, mientras leve y aleve se mostraba el ala del leve abanico. Al principio de este siglo, cuando el ocultismo se puso de moda en París, Sar Paladán llenaba sus novelas de adjetivos que sugirieran lo mágico, lo caldeo, lo estelar y astral. Anatole France, en sus vidas de santos, usaba muy hábilmente la adjetivación de Jacobo de la Vorágine para darse “un tono de época”. Los surrealistas fueron geniales en hallar y remozar cuanto adjetivo pudiera prestarse a especulaciones poéticas sobre lo fantasmal, alucinante, misterioso, delirante, fortuito, convulsivo y onírico. En cuanto a los existencialistas de segunda mano, prefieren los purulentos e irritantes.
Así, los adjetivos se transforman, al cabo de muy poco tiempo, en el academismo de una tendencia literaria, de una generación. Tras de los inventores reales de una expresión, aparecen los que sólo captaron de ella las técnicas de matizar, colorear y sugerir: la tintorería del oficio. Y cuando hoy decimos que el estilo de tal autor de ayer nos resulta insoportable, no nos referimos al fondo, sino a los oropeles, lutos, amaneramientos y orfebrerías, de la adjetivación.
Y la verdad es que todos los grandes estilos se caracterizan por una suma parquedad en el uso del adjetivo. Y cuando se valen de él, usan los adjetivos más concretos, simples, directos, definidores de calidad, consistencia, estado, materia y ánimo, tan preferidos por quienes redactaron la Biblia, como por quien escribió el Quijote.


ACERCA DE V. M. GARSHIN:

Escritor ruso, nació en Priyatnaia Dolina, en la provincia de Ekaterinoslav. Tras el divorcio de sus padres, su madre lo llevó en 1863 a San Petersburgo, donde frecuentó el liceo de 1864 a 1874. Después estudió en la Escuela de Minas, pero no llegó a graduarse. Durante la guerra ruso-turca de 1877-1878, se inscribió como voluntario y fue destinado al cuerpo de infantería. Fue herido en combate y las secuelas de la guerra lo marcarían psicológicamente. Sus experiencias militares están en la base de sus primeros relatos. Garshin se casó con la doctora Nadiezhda Mijailovna y acabó trabajando como secretario en la administración de los ferrocarriles, toda vez que no podía vivir de sus escritos. A pesar de un precoz éxito literario, se veía frecuentemente atormentado por accesos de enfermedad mental. El 31 de marzo de 1888, a la edad de 33 años, en estado de profunda depresión, se suicidó saltando por la escalera del inmueble petersburgués, donde vivía en un quinto piso. Murió a consecuencia de las heridas el 5 de abril de 1888. La obra de Garshin consiste en una veintena de relatos, impregnados por un espíritu de compasión y piedad que recuerdan a Dostoievski. Entre sus obras cabe destacar, Una novela breveOficial y servidor y La flor roja. Sus obras fueron reunidas y publicadas en tres volúmenes en San Petersburgo en 1885, 1888 y 1891.

(Fuente: epdlp.com)


ACERCA DE ILLYA REPIN:


Pintor ruso considerado como el pintor realista más extraordinario de su generación. Nació en Chuguyev y, después de un periodo de aprendizaje con un pintor de iconos, estudió en la Academia de San Petersburgo. Aunque buen dibujante y hábil colorista, fue conocido sobre todo por los contenidos temáticos de sus obras. Sus escenas de gente corriente, profundamente conmovedoras, significaron una postura crítica contra el régimen zarista. Sus Bateleros del Volga (1873, Museo Estatal Ruso, San Petersburgo), en los que se muestra a los barqueros enjaezados juntos como bestias de carga, le hicieron famoso. Continuó pintando grandes temas históricos, así como retratos meditabundos de compositores y escritores rusos. Su obra se convirtió en el modelo a seguir por la pintura del realismo socialista soviético de mediados del siglo XX.

(Fuente: epdlp.com)







'30 AÑOS DE OSCURIDAD', EN EL IES CRISTÓBAL COLÓN

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"Me voy, me escondo... no temo que me maten, temo lo que que me harán antes de matarme... Sí, tengo miedo..."  

En el IES Cristóbal Colón, antes de cerrar el curso, no queremos perder la ocasión de realizar otra actividad que conecte lo ético, lo social, la memoria, con la realidad de nuestros alumnos, la de nosotros mismos. Hoy es el día de la Memoria Histórica. Y mañana en nuestro centro proyectaremos la enorme y premiada película de animación '30 AÑOS DE OSCURIDAD'. Seguimos creyendo que la enseñanza no puede reducirse a lo puramente académico, sino que debe pretender crear ciudadanos críticos...



"Me voy, me escondo... no temo que me maten, temo lo que que me harán antes de matarme... Sí, tengo miedo... 

Manuel Cortés, antiguo alcalde republicano de Mijas, abrió un agujero en la pared de su casa al acabar la Guerra Civil. Pasó tres décadas agazapado en el zulo. Treinta años de confinamiento, no fuera a ser que alguien le pegara un tiro. Su mujer le alimentó y le cuidó. No asomó la cabeza hasta 1969, año de amnistía franquista para los delitos rojos cometidos durante la guerra. El 28 de marzo de 1969 el entonces alcalde de Mijas, Miguel González Berral, acompañó a Cortés hasta el cuartelillo de la Guardia Civil. 'Es usted libre', le espetó un teniente coronel de la Benemérita. En dos palabras: ¡Arriba España! (publico.es, 30 años de oscuridad).

En el IES Cristóbal Colón, antes de cerrar el curso, no queremos perder la ocasión de realizar otra actividad que conecte lo ético, lo social, la memoria, con la realidad de nuestros alumnos, la de nosotros mismos. Hoy es el día de la Memoria Histórica. Y mañana en nuestro centro proyectaremos la enorme y premiada película de animación '30 AÑOS DE OSCURIDAD'. Seguimos creyendo que la enseñanza no puede reducirse a lo puramente académico, sino que debe pretender crear ciudadanos críticos que sean conscientes de lo que ocurre, de lo que ocurrió y que, por ello, actúen, en consecuencia. Además, estamos convencidos de que esa idea, ese intento, les ayudará a querer saber más, a querer conocer lo que les pueda constituir, finalmente, en sujetos sociales, en ciudadanos comprometidos y no, simplemente, en consumidores convulsivos.

Por eso estamos satisfechos, porque después de tantas actividades, después de nuestras Jornadas sobre Pobreza Infantil, consecuencia inevitable de nuestras anteriores Jornadas sobre los No Refugiados, mañana cerremos un año de conciencia con la proyección de esa magnífica película.

Y de la misma manera que en las Jornadas de Pobreza, en la proyección de 'Techo y comida', contamos con la presencia de actores de esa película, mañana disfrutaremos de la presencia para el coloquio de Ismael Pinteño, autor de los "Dibujos para elDocumental “30 Años de Oscuridad”

Todo gracias a la gestión de Juan Caballero, profesor de nuestro centro.





LETRA:


!ssssssssssssilencio!
Encontraron 
donde siempre supieron, 
que estaban,
45 cerebros y un corazón

Ante tal descubrimiento,
y estupor de los presentes
vieron la luz, conservados,
cual cuerpos de faraón

Aquí sin mito ni rito
abandonados al tiempo
arropados por el lodo
cerca de alguna urbanización
eran
45 cerebros y 1 corazón

¡ssssssssilencio!
ssssssssiguen ahí en
ssssssssilencio
ssssuspendidosss sus cuerposs
sus anhelosss sucia suerte 
sus sueños sssssusurran 
ssssssucio sssssilencio
siguen ahí en.....

Encontraron 
donde siempre supieron
que estaban
45 cerebros y un corazón

Ante tal descubrimiento,
y estupor de los presentes
vieron la luz, conservados,
cual cuerpos de faraón

El suelo los hizo suyos y nuestros
El cielo los tuvo vivos y muertos
joyas de la desmemoria
moderna
¿quien se olvida 
quien se acuerda? 

45 cerebros y 1 corazón

¡sssssilencio!

¿dime muerte, muertecita mía, 
dime dónde vas a arder?
La dama responde: 
vendré al amanecer,
vendré al anochecer
vendré donde tú estés

Mi tiempo no es tu tiempo, 
- ella quiso esclarecer -
que yo vivo en las piedras 
las de hoy y las de ayer
Yo soy el rumbo del mundo
Yo sólo soy un segundo ¡!
después no hay más después

despuésssss de ocho décadassss
despuésssss de ochenta añossss
mientras yo canto
mientras él toca
mientras tú escuchas
mientras respiras
mientras, durante y después
ssssssiguen ahí
en sssssssssssss....



'EXCELENCIA', por Julio Llamazares / 'ANTE LOS OJOS DE LOS NIÑOS DEL COLEGIO', de William Yeats

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"... no solo son excelentes aquellos que obtienen óptimos resultados, sino muy especialmente quienes consiguen progresar desde circunstancias menos ventajosas, en ocasiones con problemas familiares, aprietos económicos o dificultades de aprendizaje""Excelencias, másteres, currículos acumulativos son las banderas de ese modelo que abandona a su suerte a los estudiantes con menos posibilidades, ya sea por economía, ya sea por capacidad"

"El esfuerzo está floreciendo y bailando en el lugar Donde el cuerpo no se lastima para satisfacer al alma..."

Francisco Tomás y Valiente, entrevistado en el Intermedio

EXCELENCIA

Durante años llevé al colegio y al instituto alternándome con sus padres a un compañero de mi hijo del que esta semana hablan todos los medios de comunicación por las palabras que pronunció ante las autoridades educativas de Madrid en la entrega de los premios de excelencia a los alumnos más destacados de la región. Paco Tomás y Valiente, nieto del constitucionalista asesinado por ETA, como han destacado todos los medios, fue desde muy pequeño un niño especial, con una inteligencia superior a la de sus compañeros, pero, a la vez, con un sentido común que le ha hecho no perder la cabeza, como ha demostrado con su discurso ante unas autoridades educativas de las que las crónicas dicen quedaron descolocadas ante lo inesperado de su intervención. Que en la entrega de unos premios a la excelencia académica, ese vellocino de oro de cierta política educativa, la que basa todo su esfuerzo en premiar a los mejores olvidándose del resto, el alumno más excelente de todos diga que la excelencia no puede anteponerse a la equidad y que “no solo son excelentes aquellos que obtienen óptimos resultados, sino muy especialmente quienes consiguen progresar desde circunstancias menos ventajosas, en ocasiones con problemas familiares, aprietos económicos o dificultades de aprendizaje”, es un disparo en toda la línea de flotación de un sistema que copia lo peor de otros, especialmente de aquéllos correspondientes a los países que han hecho de la competición entre los alumnos la traslación a la educación de su modelo de sociedad. Excelencias, másteres, currículos acumulativos son las banderas de ese modelo que abandona a su suerte a los estudiantes con menos posibilidades, ya sea por economía, ya sea por capacidad.
“No podemos permitir que el olvido de nuestra suerte presida esta celebración”, terminó Paco Tomás y Valiente su discurso y sus palabras quedaron sonando como balazos sobre las autoridades presentes en el acto, que tardaron, según dicen las crónicas, en reaccionar a ellas, pues estaban allí para otra cosa. El presidente de la Comunidad de Madrid, en concreto, para anunciar la inversión de otros 6,7 millones de euros en becas de excelencia destinadas a 3.215 alumnos el próximo curso. ¿Qué pasa con los demás?, le habría preguntado Paco de no haber terminado ya su discurso, ese discurso de la excelencia que ha sorprendido a todos, pero no a mí, que lo conozco desde que era pequeño y que sé de su calidad humana, la verdadera excelencia de las personas, esa que no dan las notas ni se consigue a base de dinero y que debería ser el primer objetivo de cualquier sistema de educación que se precie.
(Fuente: El País, 16-06-2018)
ANTE LOS OJOS DE LOS NIÑOS DEL COLEGIO
I
Paseando en el aula inmensa pregunto;
Y una monja linda de velo blanco contesta:
Los niños aprenden a escribir y a cantar,
Aprenden a leer y la historia escuchar,
A cortar y coser, y a trabajar con esmero
Siguiendo la modernidad – los ojos de los niños
En un momento pasajero se clavan con asombro en
Un sonriente funcionario de mediana edad.
II
Sueño con el cuerpo legendario de Leda, inclinado
Sobre un fuego desazonante, un cuento que ella
Contó de un cruel reproche, o un suceso trivial
Que transformó días de inocencia infantil en tragedia-
Contó, y sentí como si nuestros dos seres se fundieran
En una esfera de joven compasión,
Para transformar la parábola de Platón en una alegoría
De yemas y claras habitando debajo del mismo techo.
VI
Su imagen actual flota hacia mi mente –
¡Me pregunto si el dedo del Quattrocento la engendró
Con las mejillas hundidas como si se hubiera bebido el viento
Y si para matar el hambre le dieron a cambio un caos de sombras!
Yo también tuve alguna vez alas adorables
Aunque nunca como las de Leda – basta de esto,
Mejor sonreír toda esta sonrisa, y mostrar
Que allí hay una especie de agradable viejo espantapájaros.
VI
Platón pensó que la naturaleza es solo espuma que juega
Sobre un paradigma espectral de objetos;
El soldado Aristóteles jugó a las canicas
Sobre los pies del Rey de Reyes;
El famoso con su muslo de oro, Pitágoras
Tocaba con un violín o unas cuerdas
Lo que cantaban las estrellas y las indiferentes Musas escuchaban:
Ropa vieja encima de ramas viejas para espantar un pájaro.
VII
Monjas y madres, ambas adoran imágenes,
Pero aquellos que prenden las velas no son como aquellos
Que reviven los ensueños de las madres,
Pero mantienen de pie a una estatua de mármol o de bronce.
Sin embargo, también rompen corazones – ¡Oh Olam!
Que la pasión, piedad y la afección le conocen,
Y que toda la gloria del paraíso simboliza –
¡Oh burladores auto-engendradores del ser del hombre!
VIII
El esfuerzo está floreciendo y bailando en el lugar
Donde el cuerpo no se lastima para satisfacer al alma.
Ni la belleza nace de su propia desesperanza,
Ni la sabiduría soñolienta nace del combustible de la medianoche.
¡Oh castaños!, con flores de profunda raíz,
¿Eres la hoja, la flor o el tronco?
¡Oh cuerpo sometido a la música! ¡Oh centelleante mirada!
¿Cómo del baile se distingue el bailarín?
(Traducción de Amal Haddad, Universidad de Granada)

ENTRADAS RELACIONADAS:
("... Para fragmentar la sociedad, y pretender que sólo los jóvenes de las clases superiores tengan acceso a la información, al conocimiento... tengan acceso al poder... no podemos permitir que les quiten lo que entre todos les hemos dado. Que no les roben lo que es suyo")
("... También exige una formación que no distinga a los ricos de los pobres... La dimensión social de la libertad, la creación de una marco que asegure la igualdad de oportunidades, es imprescindible si queremos que la democracia no sea una máscara del elitismo económico y del clasismo familiar")
("Se liquidan las escuelas públicas y se crean nuevos colegios privados...  se despide a los maestros y hay que amontonar los alumnos... es preciso contratar a profesores eventuales, pagándoles unas cantidades misérrimas que deberían ofenderles... Mientras una élite bien situada, en la que se encuentran los nietos y las nietas de los grandes banqueros y empresarios, se forma en escuelas extranjeras y realizan doctorados y masters en varios continentes")
("Mi alumno no había podido pagar las cuotas en las que había fraccionado su matrícula y había sido dado de baja en la asignatura. El mazazo fue tremendo. No me lo podía creer...")








'JORDI SE TIRA POR LA VENTANA', por Luis Enrique Ibáñez

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"Jordi se lanzó al vacío, al vacío eterno de nuestra insana conciencia. Mientras todo un país esperaba con ansia el arranque de ese fasto deportivo, Jordi esperaba aterrado la visita de la Santa Compaña... En esta tierra sin alma, mientras debatíamos apasionadamente sobre lo acertado o no de la decisión de destituir a Lopetegui, Jordi rumiaba, en la más desesperada soledad, la decisión de irse antes de que los buitres se recrearan picoteando su cuerpo ya herido de muerte...

Este jodido país no tiene ni dignidad, ni vergüenza"

Edificio en Cornellà de Llobregat en el que perdió la vida Jordi cuando iba a ser desahuciado. EFE/Quique García

JORDI SE TIRA POR LA VENTANA

Ayer comenzó el Mundial de fútbol, España jugó contra Portugal. Y ayer también nos enteramos, los que quisimos hacerlo, de que Jordi se había tirado por la ventana.

Jordi Rodríguez tenía 45 años y justo cuando una comitiva judicial, acompañada de los Mossos d'Esquadra, estaba a punto de llegar a su casa para desahuciarle, él se tiró por la ventana de su casa, un décimo piso. Cuando Jordi ya se había lanzado al vacío, su mujer abrió la puerta a la navideña comitiva.

En realidad, Jordi se lanzó al vacío, al vacío eterno de nuestra insana conciencia. Mientras todo un país esperaba con ansia el arranque de ese fasto deportivo, Jordi esperaba aterrado la visita de la Santa Compaña. Ya no son 17.000. Ya son 17.000 + 1 los suicidios por motivos económicos los que se han producido en este podrido país desde  2007. Por motivos económicos, por motivos de estafa, por motivos mafiosos. 

17.000 + 1, y la cuenta sigue, porque en este maldito país podemos rescatar bancos, podemos rescatar autopistas, podemos regalar más de 11.000 millones de euros a la Iglesia Católica, para que sea claro que vivimos en un estado laico y aconfesional, podemos sostener, por todo el morro, a dos familias reales, aquí somos la hostia, una no, dos... pero en este abyecto país está absolutamente prohibido rescatar a las personas, que se jodan.

Jordi recibió en enero una demanda interpuesta por el Banco Popular, banco que en una de sus publicidades decía así, "Siempre hemos estado a tu lado, puedes confiar en que lo seguiremos estando. Abiertos a escucharte, dispuestos a dedicarte el tiempo que necesites. Progresar contigo es ir a tu lado. Estar en los grandes momentos. Y en los pequeños. Cuenta con nosotros. Porque si te importa, nos importa." Recientemente, la vivienda en la que Jordi malvivía, en la que se Jordi pensaba cada segundo infinito sobre qué sentido tenía su no vida, la vivienda fue adquirida por el fondo buitre Blackstone, el buitre de la piedra negra, como el suelo en el que Jordi puso punto final a su vida.

En esta tierra sin alma, mientras debatíamos apasionadamente sobre lo acertado o no de la decisión de destituir a Lopetegui, Jordi rumiaba, en la más desesperada soledad, la decisión de irse antes de que los buitres se recrearan picoteando su cuerpo ya herido de muerte. Imposible no sentirse una mierda imaginando a esa mujer que no sabría si seguir mirando el final de ese vuelo, o abrir la puerta a la Muerte, esa que llegaba para anunciarle la muerte.

En esta tierra, dócil como ella sola, ahora mismo habrá miles de fantasmas asustados que estarán pensando en seguir el macabro camino de Jordi, porque la Santa Compaña nunca detiene su camino y, por lo visto, ya hemos decidido que nadie se atreva a ponerse delante. Quizá deberíamos centrarnos en decidir si mantenemos o no a De Gea como portero de nuestra amada selección, es mucho lo que nos jugamos, sobre todo ellos, los jugadores, que cobrarán, cada uno de ellos, 884.000 euros si ganan el mundial, ojo... 14 mensualidades debía Jordi al banco antes de quitarse la vida. 

En esta tierra sin alma, el presupuesto de Defensa, para guardarnos del enemigo exterior, sube un 6,9%, mientras el presupuesto para combatir la pobreza infantil, la pobreza, se reduce de 1.500 millones a 300. Se olvida que el enemigo está aquí, en el interior, y que en esta guerra perdida no son 17.000, son muchísimas más las bajas que olvidamos, como lo olvidamos todo... son tantos los evaporados de la vida que vagan medio muertos por las alcantarillas de este simpático país. 

El gobierno de esta cosa debería ocuparse de lo que son las verdaderas urgencias, pero no lo va a hacer. Los suicidios continuarán, y cada vez serán, si cabe, más censurados, la pobreza extrema, se asentará, y la esclavitud, eso que llaman precariedad, quedara fijada en las tablas de la Ley, como un distópico paisaje laboral, ese que de modo perfecto describió, dónde estás, Concha Caballero, en 'El día que acabó la crisis', "... cuando hayan conseguido una nivelación a la baja de toda la estructura social y todos —excepto la cúpula puesta cuidadosamente a salvo en cada sector—, pisemos los charcos de la escasez o sintamos el aliento del miedo en nuestra espalda; cuando nos hayamos cansado de confrontarnos unos con otros y se hayan roto todos los puentes de la solidaridad, entonces nos anunciarán que la crisis ha terminado."

Jordi, como tantos miles, se ha tirado por la ventana, y las palabras M. Rajoy vuelven sonriendo y se plantan encima de mi mesa, "... nadie ha quedado en el camino en la salida de la crisis"
¿Qué tal Rouco Varela, qué tal se vive en ese modesto ático pagado por todos nosotros?

Supongo que yo ahora iré a comprar el pan y a tomar una cerveza, y supongo también que participaré amable en alguna constructiva conversación sobre el futuro de la selección española en este mundial.

Pero Jordi se tiró por la ventana.

Este jodido país no tiene ni dignidad, ni vergüenza.

Las palabras se caen, como gotas de lluvia en el suelo, y nosotros seguimos su curso, bajando la mirada, cerrando los ojos.




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'DE LOS SUICIDIOS INVISIBLES'

("No tardarán mucho en realizar otro giro mortal, otra exhibición de eufemismo, la palabra suicidio desaparecerá, será sustituida por algún vocablo amable... por la oquedad del significante en coma, por el funeral de los significados impertinentes, por la esclavitud del silencio. Será...)
















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