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'ENHORABUENA', por Luis Enrique Ibáñez

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"No sólo tomasteis las calles. Tomasteis, más importante aún, la palabra. La hicisteis vuestra y la lanzasteis a la conciencia dormida de una ciudadanía que bosteza mientras le roban el futuro. Al comprometeros con vosotros mismos lo estáis haciendo con toda la sociedad. Al luchar por vuestro futuro, lo hacéis también por el nuestro y por los que vienen detrás"


ENHORABUENA

Como bien sabéis, el mundo de los adultos tiene mucho de hipocresía, sobre todo cuando deslizan su mirada displicente hacia el mundo de los jóvenes. Así, cuando muchos de ellos conversan sobre, por ejemplo, una convocatoria de huelga de estudiantes, lo hacen desde una fingida supremacía moral y, ufanos ellos, dejan caer frases del tipo "total, si lo único que hacen es no ir a clase y quedarse en casa".

También, haciendo gala de una impecable profundidad de análisis, muchos de ellos suelen decir muy solemnes que sólo vivís para el botellón y que la mayoría de vosotros se embrutece consumiendo de forma convulsiva programas basura de televisión. Por supuesto, afirman, además, que no leéis en absoluto.

No voy a recordar aquí alguna de las lindezas que se pueden escuchar en una reunión de adultos cuando discuten sobre si hacen huelga, o no. Sí me gustaría saber qué libros están leyendo ahora algunos de esos adultos, qué programas de televisión son sus favoritos, a qué dedican el tiempo libre...

El pasado jueves, 24 de noviembre, vosotros disteis una lección, aquí en Sanlucar de Barrameda. Una lección de compromiso, de organización y, sobre todo, de pensamiento. Hacía demasiado tiempo que no veíamos esa energía juvenil llenando los espacios de nuestra ciudad.

No sólo tomasteis las calles. Tomasteis, más importante aún, la palabra. La hicisteis vuestra y la lanzasteis a la conciencia dormida de una ciudadanía que bosteza mientras le roban el futuro. Al comprometeros con vosotros mismos lo estáis haciendo con toda la sociedad. Al luchar por vuestro futuro, lo hacéis también por el nuestro y por los que vienen detrás. La palabra compromiso conlleva una carga tan dura como dichosa, es precisamente esa carga la que os permitirá miraros al espejo armados de lenguaje.

Esa mañana luminosa os mostrasteis organizados con una destreza desconocida para muchos grupos de adultos. Teníais los deberes hechos, muy bien hechos. El trabajo previo lució como una señal de futuro. Vuestras caras comunicaban a las claras que esa manifestación no era un acto aislado. Era el colofón, la consecuencia lógica y feliz tras días de arduo análisis, de inteligente debate, de sentiros vivos y de hacerlo saber.

Con vuestras palabras demostrasteis que no sólo estabais luchando contra una abyecta ley de educación. Disteis fe, además, de que habíais llegado para quedaros, de que exigíais vuestro derecho de participar en la conversación. Os hicisteis visibles, en la calle, y en el debate, en esa esfera de toma de decisiones de la que a todos nos quieren excluir.

Vendrán las críticas envueltas en palabras vacías, en ñoños argumentos sin fuste, en amarillas manipulaciones. Serán prueba de que estáis andando. Además, vosotros pisaréis encima de ellas, porque vosotros sí tenéis un relato construido, soportado por una inteligente indignación. Una indignación que no habéis traducido en un simple grito. La habéis volcado, principalmente, en un análisis riguroso que ha ido, además, más allá de ese nefasto proyecto de ley.

Por ello, no hablabais sólo (como muchos creen) de las famosas reválidas. Nos hablasteis también, por ejemplo, de la involución del poder financiero en el ámbito de la Educación. Fuisteis siempre algo más allá. Ahí estabais defendiendo con valentía la asignatura de Filosofia como un instrumento poderoso para crear un pensamiento crítico, para poder poner fin a esa inercia de un pueblo inculto fácilmente manejable... muchos de vosotros ya conocéis las estrategias de manipulación de masas, muchos de los adultos no saben a qué nos estamos refiriendo.

Vosotros, cuando extendíais vuestros argumentos en ese pensado manifiesto, estabais exigiendo, sin decirlo, democracia. Y eso está bien, muy bien.

Os dejo, otra vez, con las palabras de Gramsci, "Instrúyanse, porque tendremos necesidad de toda vuestra inteligencia. Agítense, porque tendremos necesidad de todo vuestro entusiasmo. Organícense, porque tendremos necesidad de toda vuestra fuerza"

Machado os miraría con ternura y esperanza... "Mas otra España nace, la España del cincel y de la maza, con esa eterna juventud que se hace del pasado macizo... Una España implacable y redentora... España de la rabia y de la idea"

Enhorabuena... y gracias.

Gracias también a todos los que os apoyaron.









'ELEGÍA', por Almudena Grandes / 'CARTA URGENTE A LA JUVENTUD DEL MUNDO', de Marcos Ana

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"... Pronunciad una palabra, decid una sola letra, moved tan solo los labios a la vez y la marea juvenil atronaría como un mar cuando se encrespa..." (Marcos Ana)

"Frente a tantos falsos pedestales de heroísmo público o patriotismo privado, relatos modificados a toda prisa para fabricar demócratas entre quienes no lo eran, Marcos escogió caminar por el mundo con los pasos sencillos de un poeta y la curiosidad de quien busca dejarse seducir por las cosas pequeñas"(Almudena Grandes)


Marcos Ana, fallecido el 24 de noviembre de 2016

ELEGÍA

España no es país para vivos. Los exasperados ditirambos funerarios que se entonaron en honor de Rita Barberá, me inspiraron la primera frase de esta columna. España es país para muertos, pensaba añadir, pero el jueves por la noche se fue Marcos Ana, y su muerte desordenó mi corazón para inundarlo de orgullo y de tristeza. Si alguien mereció el don de la vida, fue Marcos, un hombre íntegro como una roca, que entró en la cárcel con 19 años, condenado a muerte por un crimen que no había cometido, y salió a los 42 con su amor intacto. Él representó, tal vez, el mayor fracaso del franquismo, porque aquella prisión nunca logró doblarle, ni humillarle, ni arrebatarle la ilusión de la juventud que alentó en su interior hasta el final. Le recordaré siempre como un ejemplo, y no sólo de entereza. Frente a tantos falsos pedestales de heroísmo público o patriotismo privado, relatos modificados a toda prisa para fabricar demócratas entre quienes no lo eran, Marcos escogió caminar por el mundo con los pasos sencillos de un poeta y la curiosidad de quien busca dejarse seducir por las cosas pequeñas. Transparente y leal, cariñoso, tan admirable como su propia historia, últimamente le asombraba su éxito, que tantos jóvenes en España compraran y leyeran sus Memorias, un relato imprescindible para conocer lo mejor y lo peor que puede producir este país. El destino, antes tan cruel, le permitió gozar de la alegría en el último tramo del camino, y él supo estar a su altura, igual que siempre. Cada cual llora a sus muertos como puede, como sabe, como se lo merecen. Yo lloro hoy la ausencia de Marcos Ana desde el privilegio de haberle conocido, desde el compromiso que impone su memoria y desde la tristeza de saber que no volveré a verle sonreír.


CARTA URGENTE A LA JUVENTUD DEL MUNDO

Si la juventud quisiera mi pena se acabaría, y mis cadenas.

(Decid ¡basta! Haced la prueba.)

Vuestros brazos son un bosque que llena toda la tierra; si enarboláis vuestras manos el cielo cubrís con ellas.¿Qué tiranos, qué cerrojos, qué murallones, qué puertas no vencieran vuestras voces en un alud de protesta?

(Todos los tiranos tienen sus pedestales de arena, de sangre rota, y de barro babilónico sus piernas.)

Pronunciad una palabra, decid una sola letra, moved tan solo los labios a la vez y la marea juvenil atronaría como un mar cuando se encrespa.

Pero, ¿quién soy yo, qué barco de dolor, qué espuma vieja, qué aire sin luz en el viento acerco a vuestras riberas?

Como campanario de oro vuestros corazones sueñan. La juventud es la hora del amor, su primavera.¿Por qué mover vuestras ramas alegres con mi tristeza?¿No es mejor que yo me coma mi pan solo en las tinieblas; que mis pies cuenten las losas veinte años más, mientras sueñan mis alas entre las nubes de un cielo roto en mis rejas?

Pero la vida -mi vida- me está clamando en las venas; abrasa loca las palmas de mis manos; lanzaderas clava y desclava en mi frente y el pensamiento me quema.

Ved nuestros tonos. Ya somos como terribles cortezas; claustrales rostros, salobres ojos que buscan a tientas -sedientos de luz y sol- una grieta entre las piedras.

No sabéis lo que es vivir muriéndose a vida llena; grises, sobre grises patios, sin más luz que una bandera de amor...

Ni lo sepáis nunca... Más si queréis que esta lepra jamás os alcance el pecho, no dejéis "mi muerte" quieta. No dejadme, no dejadnos con nuestras sienes abiertas y en un cerrojo sangrante crucificada la lengua.

Levad vuestros pechos. ¡Pronto! ( Es bueno que esta gangrena os revuelva las entrañas.)¡Echad abajo mi celda! Abrid mi ataúd; que el mundo en pie de asombro nos vea indomables, pero heridos, sepultos bajo la tierra.¡Que no queden en silencio mis cadenas!










'¿QUÉ ÉTICA?', por Emilio Lledó

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Volvemos hoy, parece mentira, a este artículo de Emilio Lledó, de 1987, Lledó, siempre tan necesario...

"Sabemos que siguen ahí el terror, la hipocresía, la falsificación; que sigue la miseria alimentando no la desesperación, sino la domesticada y fláccida desesperanza, que sigue la mentira puliendo la inteligencia, que sigue la furia desgarrando los cuerpos...
Ya nada queda, sin saber, detrás de las máscaras; o mejor, ya casi somos pura máscara, teleguiada por lejanos egoísmos y grotescos mascarones. Se nos ha hecho todo excesivamente obvio. Estamos tan seguros que ya no nos tomamos la molestia de sospechar..."

Emilio Lledó

¿QUÉ ÉTICA?

En El País del día 8 de enero, Gianni Vattimo publicaba un importante artículo con el título De la ideología a la ética. En él nos consolaba, con la saludable aparición de la ética en el panorama de la más reciente filosofía, de ciertas solapadas amenazas reaccionarias. La ética representa, según Vattimo, una eficaz y posible alternativa al más o menos viejo nihilismo. Partiendo, sobre todo, de Levinas y de su crítica a los conceptos generales y vacíos. Se aducían, en una escueta y brillante síntesis, las razones para la benéfica mutación. Superada ya la metafísica y la crítica de las ideologías, se ha llegado "a un plano de mayor verdad, es decir, a un plano en que las pasiones e intereses puedan ser aceptados incluso por los otros". Parece ser que una buena parte de la filosofía -esa que se estampilló como filosofía de la sospecha- se había dedicado, impúdicamente, a levantar las faldas de la retórica de las palabras huecas, de las promesas incumplidas, de la hipocresía y de la violencia. Y parece también que debajo o detrás de tan descarado telón los sospechantes habían descubierto sórdidas luchas de intereses y miserias. Vattimo nos asegura que este desagradable oficio de mirar donde no se debe ha pasado de moda. Tal vez ya nadie cree "que la verdadera misión del pensamiento sea la de descubrir verdaderas estructuras de lo real y adecuar a ellas, con la acción, las formas de la vida política y social".¿Qué nos queda, pues? El diálogo entre caballeros; un diálogo que parte de una posición donde la ética, dulcemente, amaestra a los participantes de las decisiones para que éstos acepten el hecho de que los sistemas de valores, los programas políticos, no camuflan intereses ni egoísmos. "Son representaciones -podría decirse incluso en sentido teatral de la palabra- y modos en que un individuo, un grupo o una clase pone en escena sus propios intereses transfiriéndolos a un plano de presentabilidad, despojándolos de todo lo que tienen de demasiado feo, inmediato y bárbaro. Es algo parecido al proceso de idealización...".

Nada más lejos de mi intención que negar la posibilidad del diálogo que una comunidad racional puede establecer entre sus miembros, ni colaborar a que, si hablando se entienden la gente, nos condenásemos todos, todavía más, al silencio. Tampoco parece que sea mala propuesta la que Vattimo nos hace de transferir a "un plano de mayor verdad" las pasiones e intereses, de utilizar "un auténtico acto de ascesis", de "sustraemos con la dedicación moral" a la bruta voluntad de vivir. Estos deseos, tan racionalizados y sensatos, no pueden por menos de apasionar a cualquiera que piense que la utopía no es sólo el reino de lo imposible, sino el impulse que mueve y salva la delicada maquinaria del progreso, si es que todavía y sin demasiado rubor podemos usar esta palabra.

Sin embargo, habría que precaverse ante la posible tergiversación de tan piadosos deseos. Esa representación teatral en la que pulida y versallescamente, se venden los productos políticos o culturales, esos gestos sacados de aquellos, manuales de urbanidad para jovencitos triunfadores de antaño, no llegan a la categoría de sospechosos; son, lisa y llanamente, ideológicos. Proceden de una ideología que concuerda perfectamente con la amenazante ola de desinformatismo que nos inunda. Porque no hay que hacer grandes esfuerzos, como los ingenuos y anticuados filósofos pretendían, para desenmascarar lo real. Ya nada queda, sin saber, detrás de las máscaras; o mejor, ya casi somos pura máscara, teleguiada por lejanos egoísmos y grotescos mascarones. Se nos ha hecho todo excesivamente obvio. Estamos tan seguros que ya no nos tomamos la molestia de sospechar. Sabemos que siguen ahí -más o menos solapadamente, según los casos- el terror, la hipocresía, la falsificación; que sigue la miseria alimentando no la desesperación, sino la domesticada y fláccida desesperanza, que sigue la mentira puliendo la inteligencia, que sigue la furia desgarrando los cuerpos. Y que, efectivamente, no nay nada detrás de ello, ni ocultos designios de misteriosos poderes, ni retorcidas consignas; sólo la creciente estupidez. Por supuesto que hay que admitir el dominio que determinados rincones del planeta ejercen sobre los otros; el inagotable recurso del dinero para restañar apresuradamente las heridas, para sofocar los latidos que aún da el corazón de la historia, ahí donde la historia duele. Pero no importa. Los congresos y congresistas establecerán el consenso racional de una democracia más madura, que limpiará satinadamente la cara un poco contorsionada de la realidad. Para estos afeites incluso nos podremos valer por nosotros mismos, sentándonos detrás de nuestro ordenador personal y solicitando informaciones adecuadas al nivel de nuestra tecnología. Por ejemplo, el estado de nuestros puertos de montaña, la cantidad que gasta una familia en calcetines, las veces que cayó en martes el día de los Santos Inocentes. También se pueden programar algunas cosas más importantes. Por ejemplo, si la creatividad de la inteligencia o la salud mental de los jóvenes sigue creciendo. Podría ocurrir que en la era de la ordenada ética de los teclados, las manos, ese instrumento supremo de la inteligencia, según decía el filósofo premoderno, empiecen a amarfilarse y, a fuerza de pulsar teclas, las huellas dactilares vayan, por el roce, desapareciendo ya semejándose a la materia, insulsa y sin relieve, que manejan.

Yo no sé si será más madura la democracia que surja de semejantes identidades, de semejantes máscaras, de semejantes publicidades que nos lanzan a mundos de los que estamos seguros -no sólo sospechamos- que son absolutamente falsos, absolutamente ridículos y, en el peor de los casos, absolutamente malvados. Me temo, pues, que la ética de los buenos diálogos pueda ser el sucedáneo de la denostada metafísica de las grandes palabras -humanidad, justicia, paz- que nos escamoteó, con sus mil formas de pronunciarlas, el que las pudiéramos realizar. Pero tal vez puede pasarle lo mismo a las palabras que hoy se nos ofrecen como alternativa: "Verdadera misión del pensamiento". ¿Qué verdad? ¿Qué misión? ¿Qué pensamiento? "Auténtico acto de ascesis". ¿Qué autenticidad? ¿Qué ascesis? ¿De quién la ascesis? ¿Para quién la ascesis? "Dedicación moral". ¿Quién se dedica? ¿Qué moral? etcétera, etcétera. Por cierto, dedicación moral tiene un cierto regusto a rearme moral, que han predicado casi siempre los que sólo creen en sus propias armas y en su exclusiva y privilegiada moral. Tan abstracta y teatral como la vieja terminología del humanismo podría parecer esta aséptica terminología de la nueva ética y, desde luego, más vacía y engañosa, porque corre por canales más sutiles, más invisibles e insonorizados que los tenaces cascos del caballo del mensajero.

Seguro que no escapan a la lucidez del filósofo italiano estos peligros que yo ahora no sabría cómo alejar, ¡porca miseria!, pero que si las máscaras no acaban mascarizándonos, tal vez con buena voluntad, inteligencia y realidad, podamos empezar a domeñar. Un filósofo de los de antes escribió que no le importaba ya saber qué es la ética -¡él, que la había inventado!-, sino ser bueno. Todo lo demás le parecía bastante inútil si no se ponía en camino de acercarse a la práctica real de los hombres.

(Fuente: ElPaís, 14-01-1987) 

OTROS ARTÍCULOS DE EMILIO LLEDÓ EN ESTE SITIO:

LA LIBERTAD DE HABLAR

("Un elemento imprescindible en el territorio de la libertad es el lenguaje...El lenguaje, que se funda en la verdad, en la honradez personal y política, abre las puertas a la razón y la vida... La vida democrática jamás podrá realizarse mientras una ciudadanía, desconcertada y engañada con la codicia de los otros, se resigne, por la miserable ideología de la pragmacia, a soportar la dictadura de la indecencia")


EMILIO LLEDÓ, UN FILÓSOFO EN PRIMERA LÍNEA

("Un país, una sociedad, que pone la economía, la riqueza, en primer lugar, por encima de todo, es un país aniquilado... ... A algunos les molesta lo público, porque son partidarios de una sociedad clasista... la lucha por la igualdad es la esencia de la sociedad... ... la cultura griega, esa Grecia, esa palabra convertida en economía, ¡qué empobrecimiento!")



("Hay que mantener el estímulo de las palabras míticas para saber que esas palabras no acaban en ellas mismas. Abren camino, pero no son el camino que, con la educación, con la Paideía que es cultura y no aprendizaje, hay que andar para ser ciudadanos de una “polis” libre, de una política en la verdad y en la siempre imprescindible justicia. En esa educación para la ciudadanía no cabe la indecencia, ni los mitos impuestos por los profesionales de la mentira.")



("¿Para qué poetas en tiempos de crisis? Pues para eso, precisamente para eso. Para evitar que en "épocas de miseria ocupen su lugar los timadores, los farsantes, los hechiceros, los fanáticos y otras criaturas del submundo intelectual... La lectura de la poesía, hacer que afloren a los labios de los alumnos las palabras de los poetas y que se abran, así, a una forma originaria y viva del decir...")


("En España hay maestros de instituto excelentes, pero están intentando coartarlos y privatizar lo que es público. La democracia es, fundamentalmente, obra de lo público y creadora de lo público... No se puede entregar la educación de un país a la diferenciación económica, a los colegios de pago... Los emprendedores, sí, como los que emprendieron la destrucción de nuestras costas y la locura de la burbuja inmobiliaria, o los que están permitiendo la burbuja mental de los estudiantes con la eliminación de las humanidades")

("La defensa de lo público hace vivir la democracia... ¿Quién nos devolverá, en el futuro, la vida pública, los bienes públicos, que nos están robando?... ¿Quién privatiza a los políticos? ¿Qué palabras huecas, convertidas en grumos pegajosos aplastan los cerebros de los que van a administrar lo público, o sea lo de todos... No se entiende bien cómo a esos destructores de la idea de lo público les votan aquellos que perderían lo poco que tienen en manos de tales personajes. A no ser que la mente de esos súbditos haya sido manipulada...")





'LO NORMAL', por Begoña Huertas / 'FELICES LOS NORMALES', de Roberto F. Retamar / 'THE LOGICAL SONG', Supertramp

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"La muerte, la semana pasada, de la política Rita Barberá levantó ríos de tinta y comentarios en calles, supermercados, oficinas y casas. La muerte del poeta Marcos Ana apenas tuvo eco en un sector mínimo. Es normal, nos decimos...
Los grandes medios de comunicación, en manos de unas pocas empresas, o los medios públicos, mediocres y partidistas, conceden o deniegan esa visibilidad. De este modo es una élite la que decide quién ocupa el espacio público, qué interesa que se vea y qué no..."



LO NORMAL

Yo quiero ser normal/ sacar al perro al parque a pasear/ criticar a los vecinos de la urbanización/ tener rutinas de seguridad/ quiero ser normal (…) Yo quiero ser normal/ tener un coche e ir a trabajar/ con mi chaqueta azul y mis zapatos de tacón/ comer atasco respirar ciudad/ quiero ser normal (Bel Divioleta, 2005, Siesta Records)

Hay cosas que percibimos como tan normales que ya ni las vemos. El otro día criticaba yo una película por los clichés con los que abordaba el género de los personajes mientras mis interlocutoras me miraban atónitas: a ellas no les había molestado porque sencillamente no se habían dado cuenta.

La muerte, la semana pasada, de la política Rita Barberá levantó ríos de tinta y comentarios en calles, supermercados, oficinas y casas. La muerte del poeta Marcos Ana apenas tuvo eco en un sector mínimo. Es normal, nos decimos. Pero... ¿por qué es lo normal? “Lo normal” no es un fenómeno de la naturaleza que se impone sin remedio al ser humano. Lo normal se construye y también se cambia y se destruye.
 
El caso de esas dos muertes refleja el diferente lugar que ocupaban una y otra persona en el espacio público. La visibilidad, la popularidad no otorga (o no debería otorgar) ningún prestigio al sujeto en sí, pero le hace formar parte del imaginario social poniendo en primer plano unos valores y no otros. Los grandes medios de comunicación, en manos de unas pocas empresas, o los medios públicos, mediocres y partidistas, conceden o deniegan esa visibilidad. De este modo es una élite la que decide quién ocupa el espacio público, qué interesa que se vea y qué no. Realmente nos dejan ver muy poco, ajustándonos a cada rato las anteojeras para no tener a la vista más que el único camino, su único camino. Sin embargo por mucho que se empeñen no hay único camino y lo que hoy es normal puede dejar de serlo mañana. En Noruega por ejemplo el ajedrez ha sustituido al fútbol como deporte nacional, gracias a la victoria de Magnus Carlsen del título mundial. Eso podría suceder también en España.

La normalidad se acata como si viniera desde siempre y fuera a durar para siempre. Así como la rueda de hámster en la que vivimos dando vueltas sobre lo mismo: trabajar para consumir y trabajar para consumir y trabajar para consumir, esa es la cultura dominante, es el imaginario que heredamos. Es lo normal. Si los intereses, las expectativas con que se maneja al grueso de la sociedad es el consumo, Rita Barberá, envuelta en el discurso de los bolsos Vuitton y las perlas de la corrupción, hablaba el lenguaje del ciudadano -del espectador- mientras Marcos Ana estaba en otra frecuencia de onda, siendo percibido poco menos que como un marciano.


la cantidad de gente que pide dinero en el tramo de calle que va de mi casa al metro es cada vez mayor y me pregunto si habrá un momento en que esto deje de ser “normal”

Se trataría, entonces, de cambiar esa frecuencia de onda, de sintonizar otros canales. Respirar un poco más allá del centro comercial. Girar el cuello en otra dirección diferente a la de los escaparates. El espacio público cultural ha sido privatizado y convertido en negocio porque la normalidad es la lógica del mercado: una élite de directivos bien pagados y un batallón de obreros semi-esclavizados en la sala de máquinas.

Gramsci desarrolló el concepto de hegemonía cultural como forma de control de lo social. Es quien tiene el poder quien modela el imaginario colectivo. En España el peso de la religión católica ha sido siempre nuestra losa y los cuarenta años de franquismo no desaparecen de un plumazo (no sobre todo cuando además no ha habido ni siquiera una voluntad decidida de hacerlo). Para transformar la sociedad políticamente es necesaria esa transformación social. De otro modo, se seguirá votando conservador porque es “lo normal”.

Sucede que no se puede combatir-destruir sin más un modelo sin oponerle otro, por tanto hay que imaginar algo nuevo que pueda ser percibido como alternativa: El machismo no desaparece sin más, es necesario contraponer una visión feminista que abarque todo en el día a día. A la basura mediática hay que combatirla con más cultura y una atención más crítica. Frente al consumismo, abrazar la ecología y las ideas de sostenibilidad. Son tres puntos de partida importantes -claro que hay más- para ese cambio de hegemonía cultural. Para que lo que ha sido normal hasta ahora deje de serlo.

PD. Como he venido diciendo en otras columnas, la cantidad de gente que pide dinero en el tramo de calle que va de mi casa al metro es cada vez mayor y me pregunto si habrá un momento en que esto deje de ser “normal”. Esta semana vi a una mujer recoger sus bolsas y cartones y levantarse de la esquina donde había estado sentada mendigando; caminó, delante de mí, unos pasos, y en la siguiente esquina un hombre descalzo que sólo sostenía un vaso de plástico en la mano le pidió la voluntad.

(Fuente: eldiario.es)

"... Pero que den paso a los que hacen los mundos y los sueños,
Las ilusiones, las sinfonías, las palabras que nos desbaratan
Y nos construyen..."

Roberto Fernández Retamar

FELICES LOS NORMALES

Felices los normales, esos seres extraños,
Los que no tuvieron una madre loca, un padre borracho, un hijo delincuente,
Una casa en ninguna parte, una enfermedad desconocida,
Los que no han sido calcinados por un amor devorante,
Los que vivieron los diecisiete rostros de la sonrisa y un poco más,
Los llenos de zapatos, los arcángeles con sombreros,
Los satisfechos, los gordos, los lindos,
Los rintintín y sus secuaces, los que cómo no, por aquí,
Los que ganan, los que son queridos hasta la empuñadura,
Los flautistas acompañados por ratones,
Los vendedores y sus compradores,
Los caballeros ligeramente sobrehumanos,
Los hombres vestidos de truenos y las mujeres de relámpagos,
Los delicados, los sensatos, los finos,
Los amables, los dulces, los comestibles y los bebestibles.
Felices las aves, el estiércol, las piedras.

Pero que den paso a los que hacen los mundos y los sueños,
Las ilusiones, las sinfonías, las palabras que nos desbaratan
Y nos construyen, los más locos que sus madres, los más borrachos
Que sus padres y más delincuentes que sus hijos
Y más devorados por amores calcinantes.
Que les dejen su sitio en el infierno, y basta.



"... cuidado con lo que dices
O te van a llamar radical,
Liberal, fanático, criminal..."



LETRA:

When I was young
It seemed that life was so wonderful
A miracle, oh it was beautiful, magical
And all the birds in the trees
Well they´d be singing so happily
Oh joyfully, oh playfully watching me
But then they sent me away
To teach me how to be sensible
Logical, oh responsible ,practical
And they showed me a world
Where I could be so dependable
Oh clinical, oh intellectual, cynical
There are times when all the world´s asleep
The questions run too deep
For such a simple man
Won´t you please, please tell me what we´ve learned
I know it sounds absurd
But please tell me who I am
Now watch what you say
Or they´ll be calling you a radical
A liberal, oh fanatical, criminal
Oh won´t you sign up your name
We´d like to feel you´re
Acceptable, respectable, oh presentable, a vegetable!

At night when all the world´s asleep
The questions run too deep
For such a simple man
Won´t you please, please tell me what we've learned
I know it sounds absurd
But please tell me who I am, who I am, who I am.

When I was young
It seemed that life was so wonderful

Cuando era joven,
La vida me parecía maravillosa,
Un milagro, era hermosa, mágica.
Y todos los pájaros en los árboles
Cantaban tan felizmente
Con alegría y juguetones, mirándome
Pero luego, me mandaron fuera
Para enseñarme a ser sensato,
Lógico, responsable, práctico.
Y me enseñaron un mundo
Donde podía ser tan fiable,
clínico, intelectual, cínico.
Hay momentos cuando todo el mundo duerme
En que las preguntas se vuelven demasiado profundas
Para un hombre tan sencillo como yo.
¿Quieres decirme, por favor, lo que hemos aprendido?
Sé que suena absurdo
Pero, por favor, dime quién soy.
Ahora, cuidado con lo que dices
O te van a llamar radical,
Liberal, fanático, criminal.
¿No quieres apuntarte?
Nos gustaría sentir que eres
Aceptable, respetable, presentable, ¡un vegetal!

Hay momentos cuando todo el mundo duerme
En que las preguntas se vuelven demasiado profundas
Para un hombre tan sencillo como yo.
¿Quieres decirme, por favor, lo que hemos aprendido?
Sé que suena absurdo
Pero, por favor, dime quién soy, quien soy, quien soy.

Cuando era joven
Parecía que la vida era tan maravillosa



ACERCA DE ROBERTO FERNÁNDEZ RETAMAR

Poeta cubano nacido en La Habana en 1930. Se licenció en Filosofía y Letras y luego  se doctoró en La Sorbona y en la Universidad de Londres. Fue invitado por la Universidad de Yale para ofrecer un curso sobre Literatura hispanoamericana y dictó conferencias sobre Literatura hispanoamericana en las universidades de Praga y Bratislava. Además de haber ocupado algunos cargos políticos, ha dirigido las publicaciones Nueva Revista Cubana 1959-60 Casa de las Américas desde 1965. Obtuvo el Premio Nacional de Poesía por su libro «Patrias» en 1951, el Premio Latinoamericano de Poesía Rubén Daríoel Premio Internacional de Poesía Nikola Vaptsarov de Bulgaria, el Premio Internacional de Poesía Pérez Bonaldede Argentina,  el Premio de la Crítica Literaria por «Aquí» en 1996 y la Medalla oficial de las Artes y las Letrasotorgada en Francia, en 1998. De su obra poética también merecen  destacarse:  «Vuelta de la antigua esperanza», «Con las mismas manos», «Buena suerte viviendo» y «Qué veremos arder». 







'NEGRO', EL CHOJIN

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El tema que compartimos ha sido sugerido por Francisco M. Román Jurado, alumno de 2º de Bachillerato en el IES Cristóbal Colón. Nos sentimos algo más que orgullosos al comprobar que son nuestros alumnos los que nos abren las puertas.

"Pateras, niños con moscas, desnutrición, el top manta, los trapicheos o la prostitución, parece que la música es la única contribución del hombre negro a lo que llaman civilización. Si un negro destaca es porque es una excepción...




LETRA

Algunos creen que ser negro se reduce al color, 
estereotipos repetidos en televisión 
nos muestran al negro como un objeto de compasión. 
Pateras, niños con moscas, desnutrición, 
el top manta, los trapicheos o la prostitución, 
parece que la música es la única contribución 
del hombre negro a lo que llaman civilización. 
Si un negro destaca es porque es una excepción, 
un negro no es negro del todo cuando muestra educación, 
un buen negro tiene como ambición trabajar en el campo, 
en el McDonalds o en la construcción de peón. 

Dicen, en África se mueren, 
hay que enseñarles a pescar y no hay que darles peces, aún no lo entienden, 
al negro no hay que enseñarle, se enseña a los niños, 
al negro hay que respetarle como a un adulto digno. 

Que no, no hay mentira más grande que afirmar 
que todos somos iguales, y aclarar esto es muy importante, 
valer lo mismo no es lo mismo que ser lo mismo, 
máxime si has crecido despreciando lo distinto. 

La musulmana que se cubre pelo es por el reflejo 
de una sociedad machista basada en el miedo, 
pero la monja, no, 
la monja se cubre el pelo 
y no pasa nada porque es vuestra tradición, ¿no?. 

Negro, usa la palabra sin ningún miedo, 
negro, negro es el color, la actitud de ser 
negro, una identidad, no una cruz, es 
negro, visualizado, mírame y di … 

Échale un ojo al diccionario, negro, 
significa triste, melancólico, infausto, 
sucio, irritado, desventurado, ¿ves?, 
mi propio idioma dice que ser negro es malo. 

Se usa la palabra negro para insultar 
y de verdad me sienta fatal escuchar 
los eufemismos de color, subsahariano, morenito, 
como si ser negro fuera en si un delito. 

No señores, así no hay opciones 
de dar con soluciones al problema que por lo visto supone 
que conviva gente junta de distintos colores 
en una sociedad que gusta de confrontaciones. 

Si eres negro tendrás que luchar con los problemas 
de racismo más todos los demás, 
y lo peor será que verás que tu sociedad lo niega, 
dirá, ¿Qué España es racista?, venga, exageras. 

Me toca la fibra, el corazón y más abajo 
ver negros que odian a negros porque quieren ser blancos, 
les convencieron de que mejor cuanto más claro, 
se echan cremas, se clarean y se operan los labios. 

En el 99 dije negro pelea, 
hoy lo repito, más tranquilo pero misma idea, 
si te lo ponen chungo ponle tú más fuerza, 
no te rindas, no puedes dejar que te venzan. 






'ORO MACIZO', por Manuel Vicent / 'EL REY BURGUÉS', de Rubén Darío

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"Imagino que Donald Trump es todo de oro macizo, no solo su cuerpo de carne y huesos... los peatones se sienten impulsados a echarles sin cesar monedas en el plato a los que aparecen vestidos con un ropaje de oro; en cambio, los mimos que representan a gente pobre, desarrapada o contestataria tienen siempre a los pies el plato vacío"('Oro macizo')

"... Porque viene el tiempo de las grandes revoluciones, con un Mesías todo luz, todo agitación y potencia... El arte no viste pantalones, ni habla en burgués, ni pone los puntos en todas las íes..."('El rey burgués')

'Mesa del Rey Midas', de Frans Francken el Joven 

ORO MACIZO

Imagino que Donald Trump es todo de oro macizo, no solo su cuerpo de carne y huesos, sino también los zapatos que calza, la ropa que viste, el cinturón que rodea su barriga y lo mismo sus mujeres y sus hijos. El resplandor de oro, que este amo del imperio proyecta alrededor, lógicamente es creativo, de modo que la cama donde duerme, los sillones en que se sienta, las alfombras que pisa, los platos, cubiertos y vasos que usa para comer y beber, sus palos de golf, sus cochazos y aviones, hasta el retrete donde se alivia y por supuesto la firma que deja al tirar de la cadena, todo eso también es de oro macizo, como el dogal del capitalismo, que a partir de ahora se venderá por obligación en las joyerías. Desde que se levanta hasta que se acuesta, Donald Trump expande a su paso la misma luz del rey Midas cuyo resplandor ha llegado ya al asfalto. En las calles y plazas turísticas de cualquier ciudad donde los mimos permanecen hieráticos en un pedestal durante horas sin mover un párpado se ha comprobado que los peatones se sienten impulsados a echarles sin cesar monedas en el plato a los que aparecen vestidos con un ropaje de oro; en cambio, los mimos que representan a gente pobre, desarrapada o contestataria tienen siempre a los pies el plato vacío. De esa experiencia ha nacido en Nueva York una organización de caridad, que pronto se extenderá por el mundo. Se trata de convertir en mimos a todos los mendigos del planeta que piden limosna en la puerta de restaurantes, supermercados, templos y salas de fiestas, cubrir sus harapos con polvo de oro y esperar que esa luz mueva el corazón de los ciudadanos. El rey Midas obtuvo de los dioses el don de convertir en oro cuanto tocaba, pero tuvo que rechazar ese don porque sus alimentos se convertían en oro y se moría de hambre. Así imagino a Trump ante una hamburguesa dorada.

(Fuente: El País, 04-12-2016)

EL REY BURGUÉS

¡Amigo! El cielo está opaco, el aire frío, el día triste. Un cuento alegre… así como para distraer las brumosas y grises melancolías, helo aquí:
Había en una ciudad inmensa y brillante un rey muy poderoso, que tenía trajes caprichosos y ricos, esclavas desnudas, blancas y negras, caballos de largas crines, armas flamantísimas, galgos rápidos, y monteros con cuernos de bronce que llenaban el viento con sus fanfarrias. ¿Era un rey poeta? No, amigo mío: era el Rey Burgués.
Era muy aficionado a las artes el soberano, y favorecía con gran largueza a sus músicos, a sus hacedores de ditirambos, pintores, escultores, boticarios, barberos y maestros de esgrima.
Cuando iba a la floresta, junto al corzo o jabalí herido y sangriento, hacía improvisar a sus profesores de retórica, canciones alusivas; los criados llenaban las copas del vino de oro que hierve, y las mujeres batían palmas con movimientos rítmicos y gallardos. Era un rey sol, en su Babilonia llena de músicas, de carcajadas y de ruido de festín. Cuando se hastiaba de la ciudad bullente, iba de caza atronando el bosque con sus tropeles; y hacía salir de sus nidos a las aves asustadas, y el vocerío repercutía en lo más escondido de las cavernas. Los perros de patas elásticas iban rompiendo la maleza en la carrera, y los cazadores inclinados sobre el pescuezo de los caballos, hacían ondear los mantos purpúreos y llevaban las caras encendidas y las cabelleras al viento.
El rey tenía un palacio soberbio donde había acumulado riquezas y objetos de arte maravillosos. Llegaba a él por entre grupos de lilas y extensos estanques, siendo saludado por los cisnes de cuellos blancos, antes que por los lacayos estirados. Buen gusto. Subía por una escalera llena de columnas de alabastro y de esmaragdina, que tenía a los lados leones de mármol como los de los tronos salomónicos. Refinamiento. A más de los cisnes, tenía una vasta pajarera, como amante de la armonía, del arrullo, del trino; y cerca de ella iba a ensanchar su espíritu, leyendo novelas de M. Ohnet, o bellos libros sobre cuestiones gramaticales, o críticas hermosillescas. Eso sí: defensor acérrimo de la corrección académica en letras, y del modo lamido en artes; ¡alma sublime amante de la lija y de la ortografía!
¡Japonerías!¡Chinerías! Por moda y nada más. Bien podía darse el placer de un salón digno del gusto de un Goncourt y de los millones de un Creso: quimeras de bronce con las fauces abiertas y las colas enroscadas, en grupos fantásticos y maravillosos; lacas de Kioto con incrustaciones de hojas y ramas de una flora monstruosa, y animales de una fauna desconocida; mariposas de raros abanicos junto a las paredes; peces y gallos de colores; máscaras de gestos infernales y con ojos como si fuesen vivos; partesanas de hojas antiquísimas y empuñaduras con dragones devorando flores de loto; y en conchas de huevo, túnicas de seda amarilla, como tejidas con hilos de araña, sembradas de garzas rojas y de verdes matas de arroz; y tibores, porcelanas de muchos siglos, de aquellas en que hay guerreros tártaros con una piel que les cubre hasta los riñones, y que llevan arcos estirados y manojos de flechas.
Por lo demás, había el salón griego, lleno de mármoles: diosas, musas, ninfas y sátiros; el salón de los tiempos galantes, con cuadros del gran Watteau y de Chardin; dos, tres, cuatro, ¿cuántos salones?
Y Mecenas se paseaba por todos, con la cara inundada de cierta majestad, el vientre feliz y la corona en la cabeza, como un rey de naipe.
Un día le llevaron una rara especie de hombre ante su trono, donde se hallaba rodeado de cortesanos, de retóricos y de maestros de equitación y de baile.
-¿Qué es eso? -preguntó.
-Señor, es un poeta.
El rey tenía cisnes en el estanque, canarios, gorriones, censotes en la pajarera: un poeta era algo nuevo y extraño.
-Dejadle aquí.
Y el poeta:
-Señor, no he comido.
Y el rey:
-Habla y comerás.
Comenzó:
-Señor, ha tiempo que yo canto el verbo del porvenir. He tendido mis alas al huracán; he nacido en el tiempo de la aurora; busco la raza escogida que debe esperar con el himno en la boca y la lira en la mano, la salida del gran sol. He abandonado la inspiración de la ciudad malsana, la alcoba llena de perfumes, la musa de carne que llena el alma de pequeñez y el rostro de polvos de arroz. He roto el arpa adulona de las cuerdas débiles, contra las copas de Bohemia y las jarras donde espumea el vino que embriaga sin dar fortaleza; he arrojado el manto que me hacía parecer histrión, o mujer, y he vestido de modo salvaje y espléndido: mi harapo es de púrpura. He ido a la selva, donde he quedado vigoroso y ahíto de leche fecunda y licor de nueva vida; y en la ribera del mar áspero, sacudiendo la cabeza bajo la fuerte y negra tempestad, como un ángel soberbio, o como un semidiós olímpico, he ensayado el yambo dando al olvido el madrigal.
He acariciado a la gran naturaleza, y he buscado al calor del ideal, el verso que está en el astro en el fondo del cielo, y el que está en la perla en lo profundo del océano. ¡He querido ser pujante! Porque viene el tiempo de las grandes revoluciones, con un Mesías todo luz, todo agitación y potencia, y es preciso recibir su espíritu con el poema que sea arco triunfal, de estrofas de acero, de estrofas de oro, de estrofas de amor.
¡Señor, el arte no está en los fríos envoltorios de mármol, ni en los cuadros lamidos, ni en el excelente señor Ohnet! ¡Señor! El arte no viste pantalones, ni habla en burgués, ni pone los puntos en todas las íes. Él es augusto, tiene mantos de oro o de llamas, o anda desnudo, y amasa la greda con fiebre, y pinta con luz, y es opulento, y da golpes de ala como las águilas, o zarpazos como los leones. Señor, entre un Apolo y un ganso, preferid el Apolo, aunque el uno sea de tierra cocida y el otro de marfil.
¡Oh, la Poesía!
¡Y bien! Los ritmos se prostituyen, se cantan los lunares de la mujeres, y se fabrican jarabes poéticos. Además, señor, el zapatero critica mis endecasílabos, y el señor profesor de farmacia pone puntos y comas a mi inspiración. Señor, ¡y vos lo autorizáis todo esto!… El ideal, el ideal…
El rey interrumpió:
-Ya habéis oído. ¿Qué hacer?
Y un filósofo al uso:
-Si lo permitís, señor, puede ganarse la comida con una caja de música; podemos colocarle en el jardín, cerca de los cisnes, para cuando os paseéis.
-Sí, -dijo el rey,- y dirigiéndose al poeta:
-Daréis vueltas a un manubrio. Cerraréis la boca. Haréis sonar una caja de música que toca valses, cuadrillas y galopas, como no prefiráis moriros de hambre. Pieza de música por pedazo de pan. Nada de jerigonzas, ni de ideales. Id.
Y desde aquel día pudo verse a la orilla del estanque de los cisnes, al poeta hambriento que daba vueltas al manubrio: tiririrín, tiririrín… ¡avergonzado a las miradas del gran sol! ¿Pasaba el rey por las cercanías? ¡Tiririrín, tiririrín…! ¿Había que llenar el estómago? ¡Tiririrín! Todo entre las burlas de los pájaros libres, que llegaban a beber rocío en las lilas floridas; entre el zumbido de las abejas, que le picaban el rostro y le llenaban los ojos de lágrimas, ¡tiririrín…! ¡lágrimas amargas que rodaban por sus mejillas y que caían a la tierra negra!
Y llegó el invierno, y el pobre sintió frío en el cuerpo y en el alma. Y su cerebro estaba como petrificado, y los grandes himnos estaban en el olvido, y el poeta de la montaña coronada de águilas, no era sino un pobre diablo que daba vueltas al manubrio, tiririrín.
Y cuando cayó la nieve se olvidaron de él, el rey y sus vasallos; a los pájaros se les abrigó, y a él se le dejó al aire glacial que le mordía las carnes y le azotaba el rostro, ¡tiririrín!
Y una noche en que caía de lo alto la lluvia blanca de plumillas cristalizadas, en el palacio había festín, y la luz de las arañas reía alegre sobre los mármoles, sobre el oro y sobre las túnicas de los mandarines de las viejas porcelanas. Y se aplaudían hasta la locura los brindis del señor profesor de retórica, cuajados de dáctilos, de anapestos y de pirriquios, mientras en las copas cristalinas hervía el champaña con su burbujeo luminoso y fugaz. ¡Noche de invierno, noche de fiesta! Y el infeliz cubierto de nieve, cerca del estanque, daba vueltas al manubrio para calentarse ¡tiririrín, tiririrín! tembloroso y aterido, insultado por el cierzo, bajo la blancura implacable y helada, en la noche sombría, haciendo resonar entre los árboles sin hojas la música loca de las galopas y cuadrillas; y se quedó muerto, tiririrín… pensando en que nacería el sol del día venidero, y con él el ideal, tiririrín…, y en que el arte no vestiría pantalones sino manto de llamas, o de oro… Hasta que al día siguiente, lo hallaron el rey y sus cortesanos, al pobre diablo de poeta, como gorrión que mata el hielo, con una sonrisa amarga en los labios, y todavía con la mano en el manubrio.
¡Oh, mi amigo! el cielo está opaco, el aire frío, el día triste. Flotan brumosas y grises melancolías…
Pero ¡cuánto calienta el alma una frase, un apretón de manos a tiempo! ¡Hasta la vista!

(Fuente: Biblioteca Ciudad Seva)

ENTRADA RELACIONADA:

'DONALD TRUMP, PRESIDENTE... UNA BUENA NOTICIA'

("... es curioso comprobar la orgullosa superioridad ética, cívica, con la que desde aquí comentamos lo que han votado esos pobres ignorantes. Desde aquí, un país cuyos ciudadanos votan una y otra vez a aquellos que les están robando en la cara, de día, sin esconderse... nosotros como somos tan cultos, tan intelectuales, no votaríamos a Trump: nosotros votamos a Rajoy, que es mucho mejor, dónde va a parar, mucho español... No, nosotros no votaríamos a Donald Trump, nosotros somos la hostia")





'MURALLAS' y 'VOCES', dos poemas de Constantin Cavafis

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"... grandes y altas murallas en torno mío construyeron.
Y ahora estoy aquí y me desespero...
Pero nunca escuché ruido ni rumor de constructores.
Imperceptiblemente fuera del mundo me encerraron"


MURALLAS

Sin consideración, sin piedad, sin recato
grandes y altas murallas en torno mío construyeron.
Y ahora estoy aquí y me desespero.
Otra cosa no pienso: mi espíritu devora este destino;
porque afuera muchas cosas tenia yo que hacer.
Ah, cuando los muros construían cómo no estuve atento.
Pero nunca escuché ruido ni rumor de constructores.
Imperceptiblemente fuera del mundo me encerraron.

VOCES
Voces ideales y amadas
de aquellos que murieron, o de aquellos que han
desaparecido para nosotros como los muertos.
A veces hablan en nuestros sueños;
a veces las escucha nuestro espíritu en el pensamiento.
Y con su rumor por un instante retornan
ecos de la primera poesía de la vida nuestra –
como una música, en la noche, lejana, que se apaga.
DEL MISMO AUTOR EN ESTE SITIO:
("¿Qué esperamos congregados en el foro? Es a los bárbaros que hoy llegan. ¿Por qué esta inacción en el Senado? ¿Por qué están ahí sentados sin legislar los Senadores? Porque hoy llegarán los bárbaros. ¿Qué leyes van a hacer los senadores? Ya legislarán, cuando lleguen, los bárbaros...")

("No hallarás otra tierra ni otro mar. La ciudad irá en ti siempre. Volverás a las mismas calles. Y en los mismos suburbios llegará tu vejez")

("Con todo había que hacer algo. Se volvió asiduo de las casas de corrupción de Alejandría, y de todo refugio secreto de perdición... por último, es posible que volviera a la política -recordando de manera digna de elogio sus tradiciones familiares, los deberes para con la patria y otras cosas rimbombantes parecidas")

'RESURRECCIÓN', por David Trueba / 'LOS POBRES', de Roberto Sosa

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"En los últimos tiempos no hay semana en que falte noticia de la extrema pobreza en que viven algunos españoles. No ha provocado escándalo la muerte de dos hombres que sobrevivían dentro de una furgoneta...

Vivienda, trabajo, protección social e igualdad de oportunidades están siendo quebrantados sin que los constitucionalistas se muestren ofendidos. En un país que es indulgente con sus evasores fiscales y comprensivo con la élite que desvía ingresos a paraísos fiscales, no es extraño que los pobres resulten molestos"

"Pueden llevar en hombros el féretro de una estrella"



RESURRECCIÓN

Si hoy es martes, hay razones para el desasosiego. En los últimos tiempos no hay semana en que falte noticia de la extrema pobreza en que viven algunos españoles. No ha provocado escándalo la muerte de dos hombres que sobrevivían dentro de una furgoneta. Al parecer, la estufa que utilizaban para calentarse en las noches de frío terminó por envenenar el aire de su refugio improvisado. Antes fue una anciana que iluminaba su casa con velas y cada día historias anónimas de precariedad y desamparo. Son noticias de un tiempo cruel, que no reciben el sobrenombre de lunes negro o martes negro, y mucho menos de viernes negro, que viene a significar exactamente lo contrario, una invitación a consumir para demostrarte que estás vivo. En el país europeo que más dinero gasta en cocaína, hablar de los pobres es crítica fácil, ser el aguafiestas en la recuperación de unas décimas en la prima de riesgo. Así que mejor dejarlos de lado y que se arreglen como puedan.
La Constitución española encierra un enorme peligro dentro. Incluso entre su prosa atiborrada de prudencia y cálculo para hacer sostenible un país que venía de la corrupción absoluta y soñaba con alcanzar los ideales democráticos de la región, se cuelan principios rotundos sobre la dignidad del ciudadano. Vivienda, trabajo, protección social e igualdad de oportunidades están siendo quebrantados sin que los constitucionalistas se muestren ofendidos. En un país que es indulgente con sus evasores fiscales y comprensivo con la élite que desvía ingresos a paraísos fiscales, no es extraño que los pobres resulten molestos. Nada tiene más éxito entre nosotros que el éxito. Y nada se merece más el fracaso que el fracaso. Al menos esto es lo que transparentan nuestras admiraciones. Se presenta a las elecciones un millonario y sale presidente. Si se presentara un pobre honesto, no lo votaría nadie.

(Fuente: El País, 06-12-2016)

LOS POBRES

Los pobres son muchos
y por eso
es imposible olvidarlos.

Seguramente
ven
en los amaneceres
múltiples edificios 
donde ellos
quisieran habitar con sus hijos.

Pueden 
llevar en hombros
el féretro de una estrella.

Pueden
destruir el aire como aves furiosas, 
nublar el sol.

Pero desconociendo sus tesoros
entran y salen por espejos de sangre;
caminan y mueren despacio.

Por eso
es imposible olvidarlos.


ACERCA DE ROBERTO SOSA:
Poeta hondureño nacido en Yoro. Ganó diversos premios a nivel internacional, como el Adonais de España. Director de revistas literarias y Galerías de Arte, participó en diferentes congresos latinoamericanos. Estudió Maestría en Artes, por la Universidad de Cincinatti y fue jurado del prestigioso Premio Casa de Las Américas de Cuba. Catedrático de Literatura en 1990 es nombrado con el grado de Caballero en la Orden de las Artes y las Letras por el Ministerio de Cultura de la República de Francia. Entre sus obras destacan, los poemarios Caligramas (1959), Muros(1966), Mar interior (1967), Los pobres (1969), Secreto militar (1985), Hasta el sol de hoy (1989), Les larmes des choses, précélé de masque bas (1990), Máscara suelta (1994) yEl llanto de las cosas (1995); y las obras en prosa, Breve estudio sobre la poesía y su creación (1967) y Prosa armada (1981)

(Fuente: epdlp)

ENTRADA RELACIONADA:

("... vivimos ahogados en un Golpe de Estado Financiero que ya muestras sus garras, su poder, a nivel global. Un Poder Económico que ya se encuentra fundido sutilmente (y no tan sutilmente) con el Poder Político... Son organismos supranacionales, y absolutamente antidemocráticos, los que deciden, ordenan, ejecutan esas medidas trascendentales... Y si alguien insinúa querer salirse del redil, consultando a la ciudadanía, se le elimina... La prostitución del lenguaje como estrategia imprescindible para anular la consciencia colectiva")



'LA DEMOCRACIA ENVENENADA', por Santi Ortiz

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"... la “botella” hace décadas que se viene vaciando. Lo hace al mismo ritmo que se vacían la “hucha” de las pensiones, los presupuestos de Sanidad y Educación, la aplicación de la Justicia, la crítica a una Constitución, que ya me gustaría se cumpliera, el concepto de Libertad, la igualdad entre los pueblos...

las voces contestatarias que le salen a nivel de partidos tampoco logran zafarse del cepo cavernario... al que estamos atados..."



LA DEMOCRACIA ENVENENADA

     Vengo a empuñar de nuevo la pluma de la denuncia impulsado, tal vez, por el estado de alarma intelectual donde llevo instalado hace ya años y que corre el riesgo de convertirse en crónico a la vista de cómo la realidad va discurriendo en su devenir. No se trata ya de contemplar la vieja y manoseada “fotografía” de la botella medio llena o medio vacía, imagen compatible con toda interpretación. Se trata de abandonar el inmovilismo escolástico que la sustenta y superar su falacia sometiéndola a la observación dinámica de su evolución, de observarla en la secuencia de su proceder en el tiempo. Si la examinamos desde este ejercicio dialéctico, no nos quedarán dudas: la “botella” hace décadas que se viene vaciando. Lo hace al mismo ritmo que se vacían la “hucha” de las pensiones, los presupuestos de Sanidad y Educación, la aplicación de la Justicia, la crítica a una Constitución, que ya me gustaría se cumpliera, el concepto de Libertad, la igualdad entre los pueblos y entre las personas y todo aquello que el Humanismo fue construyendo para dotar al hombre de un mayor bienestar para vivir la vida.

     Si utilizáramos como alegoría una de esas novelas de misterio donde la víctima es asesinada poco a poco mediante el disimulado suministro de veneno en pequeñas dosis, diríamos que el mundo que nos concierne, el país en que vivimos, la democracia que cimenta sus principios políticos y sociales, vienen sistemáticamente siendo envenenados hasta un punto llegado al cual me parece prácticamente imposible cualquier intento de retorno.

     Es posible que se me acuse de un radical pesimismo, pero la sintomatología del “enfermo” deja lugar a poca incertidumbre. Desde que el hombre ha dejado de jugar su papel de principal protagonista para degradarse a mera y simple mercancía desde todos los ámbitos; desde que la política, divorciada del poder, se ha convertido en escuela y trampolín de trepas y ganapanes; desde que la corrupción ha aniquilado la decencia; desde que los medios de comunicación han mutado en órganos de adoctrinamiento; desde que el igualitarismo ha pervertido a la igualdad; desde que el animalismo ha corrompido la ecología; desde que el consumidor ha matado al ciudadano, el equilibrio que permite un adecuado funcionamiento de la fisiología social se ha desquiciado de un modo paroxístico, que, vuelvo a insistir, se me antoja irreversible.

     La principal perjudicada es la RAZÓN –con mayúsculas para mejor enfatizarla–; es decir: la diferencia específica y el arma más potente que posee el hombre para diferenciarse de las demás especies animales y de aquellos congéneres que han hecho de fundamentalismos, fanatismos y beaterías, una lacra y un lastre para que el hombre consiga su finalidad, que no es la de encontrar paraísos en el cielo ni “santuarios” –ya sea para hombres o animales– en la Tierra, sino poder disponer dignamente de su vida y consumir lo largo o corto de su existencia en paz, en libertad y con las necesidades más básicas perfectamente cubiertas.

     Es cierto que los “asesinos” principales, los que más nos han inoculado esas dosis letales de irracionalismo, son el sistema capitalista y esa sociedad de plutócratas dementes y criminales enmascarada bajo el seudónimo de MERCADO, cuya cancerígena avaricia no conoce límites ni escrúpulos; pero no lo es menos, que las voces contestatarias que le salen a nivel de partidos tampoco logran zafarse del cepo cavernario –en la acepción mítica de Platón– al que estamos atados, buscando burdamente la prevalencia y asentamiento de sus microdictaduras, que anteponen sus intereses a cualquier lógica que no comulgue con éstos y arrojan al fuego eterno de su condena todo aquello que no se avenga con los mismos. Está claro que dicha forma de pensar y proceder ahoga el mínimo intento de convivencia y nos arroja a los infiernos a todos los que, abominando de sus enemigos, tampoco estamos de acuerdo con sus consignas. Es el maniqueísmo que nos asola y que, más tarde o más temprano, nos avocará de nuevo a la lucha fratricida, sobre todo cuando los fantasmas del fascismo, del nazismo y otras demencias totalitarias vuelven a campar por sus fueros en el panorama europeo, alimentados por los errores y malas artes de los pseudodemócratas de todo signo.

     Si alguien tiene el antídoto, que lo aplique.


     Feliz Día de la Constitución.




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("... vivimos ahogados en un Golpe de Estado Financiero que ya muestras sus garras, su poder, a nivel global. Un Poder Económico que ya se encuentra fundido sutilmente (y no tan sutilmente) con el Poder Político... Son organismos supranacionales, y absolutamente antidemocráticos, los que deciden, ordenan, ejecutan esas medidas trascendentales... Y si alguien insinúa querer salirse del redil, consultando a la ciudadanía, se le elimina... La prostitución del lenguaje como estrategia imprescindible para anular la consciencia colectiva")


("... toda la riqueza del país, no importa quien sea su titular, estará subordinada al interés general, joder, ¿no es una orden luminosa? Todos están incumpliendo la Ley... Con el artículo 128 se está haciendo exactamente lo contrario de lo que dice: la riqueza de todos está hoy en España al servicio de intereses particulares..."





'TRES ENCUENTROS CON EL REY MIDAS', Carlos Fuentes nos habla de Neruda / 'A CALLARSE', de Pablo Neruda

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"La poesía de Neruda, como la de Homero, no tenía autor. Era "la poesía de un pueblo entero poetizante"... Creo que sin Neruda no tendríamos poesía moderna en Hispanoamérica... Nos condujo a las zonas olvidadas de nuestra lengua. Nos liberó de las normas, de la exquisitez y el buen gusto formal. Nos enseñó a comer y a beber de nuevo...

Esta pregunta recorre toda la poesía de Neruda. Las cosas no le pertenecen a todos. Pero las palabras sí. Las palabras son la primera y más natural instancia de la propiedad compartida... El poeta no es. Se hace. Nace después de su acto, el poema. El poema crea al autor"

Carlos Fuentes conversa con Pablo Neruda en presencia de Mario Vargas Llosa, Patricia Llosa, Juan Carlos Onetti y Emir Rodríguez Monegal

TRES ENCUENTROS CON EL REY MIDAS

Conocí tres veces a Pablo Neruda. La primera vez fue en los encuentros -irrepetibles- organizados por el poeta Gonzalo Rojas en la Universidad de Concepción, en 1962. Vinieron escritores de todo el continente iberoamericano. Neruda presidía como si acabase de salir del mar, un Neptuno en vacaciones. Patriarca de las tormentas, las apaciguaba con la lenta majestad de sus movimientos. La inteligencia irónica del ángel caído se disimulaba detrás de su mirada dormilona y sus párpados de tortuga. Parecía un animal sin tiempo. Podía ser tan vasto y anónimo como el océano. Podía ser tan largo y filoso como la tierra chilena que se cuelga como una espada entre el Pacífico y los Andes, del desierto de Atacama a la Tierra del Fuego.
  
Neruda portaba a todas partes cuatro cosas. La tierra chilena en primer lugar: "... Nació un hombre entre muchos... y esto no tiene historia, sino tierra, tierra central de Chile...". El padre ferroviario: "Aunque murió hace tantos años / por allí debe andar mi padre / con el poncho lleno de gotas / y la barba color de cuero". Su madre murió un mes y medio después del nacimiento de Neruda. El niño veneró a la segunda esposa del padre, pero se negó a llamarla "madrastra": "oh dulce madre -nunca pude decir mamadrastra-... vi la bondad vestida de pobre trapo oscuro...". Y la lengua castellana, la palabra: "... las palabras luminosas que se quedaron aquí resplandecientes, el idioma... Salimos perdiendo... Salimos ganando... Se llevaron el oro y nos dejaron el oro... Nos dejaron las palabras".

 Que esas palabras eran de todos lo comprobé ese mismo año de 1962. El escritor chileno Poli Délano me llevó a la costa de Lota, donde el carbón se extrae de minas debajo del mar. Al salir del océano, al anochecer, los mineros se sentaron alrededor de una fogata a cantar con guitarras. Reconocí la letra: eran versos del Canto general de Neruda. Les dije que al poeta le gustaría saber que ellos cantaban sus palabras. "¿Cuál poeta?", inquirieron a coro. Tenían razón. La poesía de Neruda, como la de Homero, no tenía autor. Era, como dijo Croce de La Ilíada, "la poesía de un pueblo entero poetizante".

Creo que sin Neruda no tendríamos poesía moderna en Hispanoamérica. Sor Juana, Darío y mucho mérito, pero escaso genio, entre ellos. Y una lengua constantemente amenazada por discursos huecos y proclamas grandiosas, cortesías alambicadas y groserías banales. Neruda asumió todos los riesgos de la impureza, la imperfección y aún de la misma banalidad, con tal de bautizarnos de nuevo. Nos condujo a las zonas olvidadas de nuestra lengua. Nos liberó de las normas, de la exquisitez y el buen gusto formal. Nos enseñó a comer y a beber de nuevo. Nos obligó a mirar dentro de las peluquerías, cantarle a las alcachofas y mirar nuestros fantasmas en las vitrinas de las zapaterías. Nos sacó de los estériles jardines de nuestros Versalles literarios para arrojarnos al lodo de las alcantarillas urbanas y a la putrefacción de las selvas tropicales. Nos mostró nuestra desnudez en el desierto y nuestra altura en las montañas: "Piedra en la piedra, el hombre, ¿dónde estuvo?".

Esta pregunta recorre toda la poesía de Neruda. Las cosas no le pertenecen a todos. Pero las palabras sí. Las palabras son la primera y más natural instancia de la propiedad compartida. Escribir es siempre una comunión, aunque se debatan las maneras de recibir la hostia. Neruda tiene una magnífica página sobre lo real en literatura. "El poeta que no sea realista va muerto. Pero el poeta que sea sólo realista va muerto también... Para tales ecuaciones no hay cifras en el tablero, no hay ingredientes decretados por Dios ni por el Diablo, sino que estos dos personajes importantísimos mantienen una lucha dentro de la poesía, y en esta batalla vence uno y vence otro, pero la poesía no puede quedar derrotada" (Confieso que he vivido).

Neruda también usó las palabras políticamente y no siempre estuve de acuerdo con él. Sus conflictos con escritores de su generación fueron amargos, pero con nosotros, los escritores que él conoció cuando éramos jóvenes, Neruda siempre fue generoso, abierto, inteligente, dialogante. Porque cuanto nos unía era incomparablemente mayor que lo que nos separaba. Nuestras novelas se escribieron bajo el signo de Neruda: darle un presente vivo a un pasado inerte, prestarle una voz actual a los silencios de la historia. Esta raíz genésica era a todas luces superior a nuestras discrepancias acerca de la forma que queríamos para el futuro. Neruda nos dijo a todos: Si no salvamos nuestro pasado y lo hacemos vivir en el presente, no tendremos futuro alguno.

El trabajo del escritor, a la vez solitario y solidario, tarea de soledad indispensable y de comunidad anhelada, recorre un camino amplio, pero lleno de pequeñas piedras. Esos pedruscos se llaman la envidia y Neruda la provocó como pocos. Incluso un enano amargo lo perseguía de presentación en presentación para atacarlo -fue hasta Oxford cuando Pablo recibió allí un doctorado-. Neruda confesó que posiblemente "alguna vez me irritaran esas sombras persecutorias... Cuarenta años de persecución literaria es algo fenomenal. Con cierta fruición me pongo a resucitar esta solitaria batalla que fue la de un hombre contra su propia sombra, ya que yo nunca tomé parte en ella". Sabia lección contra todas las pedradas de las cabezas de piedra: "La verdad", escribe Neruda, "es que cumplían involuntariamente un extraño deber propagandístico, tal como si forzaran una empresa especializada en hacer sonar mi nombre".

La muerte del poeta

Los pigmeos son chinches. Pican y desaparecen. Los gorilas, en cambio, asesinan y duran. Éste es mi tercer encuentro con Neruda: la muerte del poeta, muerte simultáneamente física y política, pues tuvo lugar días apenas después del golpe del infame traidor Pinochet y de la muerte de un político demócrata y leal, Allende. No olvidemos, en estos tiempos de hegemonía imperial, que el Gobierno de Nixon intervino activamente para destruir lo mismo que decía defender: un régimen democráticamente electo, el de la Unidad Popular en Chile. Por eso también, en este aniversario de su nacimiento, Neruda resucita para recordarnos que no sólo fue dueño de las palabras que escribió, porque Neruda no es Neruda, es todos los hombres: es el poeta.

El poeta no es. Se hace. Nace después de su acto, el poema. El poema crea al autor. En las fechas hermanas de su nacimiento y de su muerte, la poesía de Neruda regresa como una promesa de libertad genésica. Regresa como desierto y mar, montaña y lluvia. Como en el principio, su poesía vuelve a llamarse Temuco, Atacama, Machu Picchu.

Pablo Neruda fue el rey Midas de la poesía. Tocó todas las palabras y las convirtió en oro.

(Fuente: El País, 11-07-2004)


   A CALLARSE


Ahora contaremos doce
y nos quedamos todos quietos.

Por una vez sobre la tierra
no hablemos en ningún idioma,
por un segundo detengámonos,
no movamos tanto los brazos.

Sería un minuto fragante,
sin prisa, sin locomotoras,
todos estaríamos juntos
en un inquietud instantánea.

Los pescadores del mar frío
no harían daño a las ballenas
y el trabajador de la sal
miraría sus manos rotas.

Los que preparan guerras verdes,
guerras de gas, guerras de fuego,
victorias sin sobrevivientes,
se pondrían un traje puro
y andarían con sus hermanos
por la sombra, sin hacer nada.

No se confunda lo que quiero
con la inacción definitiva:
la vida es sólo lo que se hace,
no quiero nada con la muerte.

Si no pudimos ser unánimes
moviendo tanto nuestras vidas,
tal vez no hacer nada una vez,
tal vez un gran silencio pueda
interrumpir esta tristeza,
este no entendernos jamás
y amenazarnos con la muerte,
tal vez la tierra nos enseñe
cuando todo parece muerto
y luego todo estaba vivo.

Ahora contaré hasta doce
y tú te callas y me voy.



TAMBIÉN DE NERUDA EN ESTE SITIO:

'NO TAN ALTO'


("... Vi festejados los ladrones por caballeros impecables y esto se pasaba en inglés. Y vi a los honrados, hambrientos, buscando pan en la basura. Yo sé que no me cree nadie. Pero lo he visto con mis ojos...")




(... Guardémonos la sombra a ver si desde nuestra oscuridad 
salimos y tanteamos las paredes, 
 
acechamos la luz para cazarla 
 
y de una vez por todas 
 
nos pertenece el sol de cada día)



("Una poesía impura como un traje, como un cuerpo, con manchas de nutrición, y actitudes vergonzosas..., declaraciones de amor y de odio, bestias, sacudidas, idilios, creencias políticas... Quien huye del mal gusto cae en el hielo")

(Así que, de vez en cuando, lo mejor es que nos quedemos calladitos... y que otros hablen... Las palabras venían de aquí para allá... como el mar... me he sentido como en una barca meciéndose entre sus palabras...)



(Y también tenemos derecho a imaginar esa risa redentora que nos permita descansar en ella... en estos tiempos que hieren. "Tu risa", de Pablo Neruda, en la composición de Olga Manzano y Manuel Picón. Un ejemplo perfecto del ensamblaje amable entre música y palabra. El viaje de esa música, de esas voces, in crescendo, parece querer llevarnos a un éxtasis de emoción que quiere estallar, a una cima tranquila y poderosa en la que sentarnos y saborear tranquilos nuestra reconciliación con el mundo... Mi lucha es dura y vuelvo / con los ojos cansados / a veces de haber visto / la tierra que no cambia,... pero al  entrar tu risa...)



("... Todo está en la palabra... Una idea entera se cambia porque una palabra se trasladó de sitio, o porque otra se sentó como una reinita adentro de una frase que no la esperaba y que le obedeció...")


"Cuando más se odió a la poesía, se odiaba a la poesía épica, la poesía que contaba algo... ya nadie lo quiso hacer más, la poesía del relato de un pueblo... de las pasiones vividas... y yo no le tuve miedo a eso..." (P.N)



(... Pensando, enredando sombras en la profunda soledad.
Tú también estás lejos, ah más lejos que nadie.
Pensando, soltando pájaros, desvaneciendo imágenes, enterrando lámparas...")







'POR UNA LENGUA SIN PALABRERÍA', por Juliette Parchliniak / ''EL INNOMBRABLE', de Samuel Beckett (fragmento)

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"En nuestra época, la del neocapitalismo...  es obligado constatar que la lengua... se encuentra contaminada por términos y por formulaciones que pretenden garantizar, por su tecnicismo afectado, una mayor objetividad. Las mujeres de la limpieza son ahora “técnicas de superficies”... los planes de despidos son ahora “planes de preservación del empleo ...  terminan por evitar del todo el objeto que se suponía que debían designar...

La literatura, al contrario, da testimonio desde siempre de un esfuerzo de decir lo más cercano y lo más ajustado posible a cómo un sujeto percibe el mundo, lo que siente, lo que vive... transgredir las reglas, crear nuevas formas"

Imagen tomada de granadablogs

POR UNA LENGUA SIN PALABRERÍA

En 1949, Georges Orwell imaginaba en su célebre novela 1984 un Estado totalitario, Oceanía, dotado de un ministerio de la verdad y de una policía del pensamiento, que habían instaurado un lenguaje que apuntaba a reducir para su población el campo posible del pensamiento: la neolengua. Con este fin, el léxico de la neolengua es muy reducido y está reorganizado en 3 clases: A, B y C. El vocabulario A no contiene más que los términos necesarios para el trabajo y la vida cotidiana, cuya univocidad impide todo uso literario, político o filosófico. El vocabulario B contiene palabras compuestas de nombres-verbos construidos con fines políticos. El vocabulario C es especializado y compuesto enteramente por términos científicos y técnicos. Finalmente, la gramática de la neolengua se caracteriza por la intercambiabilidad de las partes del discurso y su regularidad: la regla gramatical ya no tiene excepciones. [2]

En nuestra época, la del neocapitalismo, la de la extensión del management a todos los campos profesionales y humanos, la de las guías de las “buenas prácticas” transformadas en ley, la del triunfo de los lobbys y del storytelling, es obligado constatar que la lengua, en muchos sectores profesionales e incluso hoy día en la vida cotidiana, se encuentra contaminada por términos y por formulaciones que pretenden garantizar, por su tecnicismo afectado, una mayor objetividad. Las mujeres de la limpieza son ahora “técnicas de superficies”, los vendedores “consejeros”, los taquilleros “encargados de clientela”, los empleados “colaboradores”, los ciegos “invidentes”, los discapacitados “personas con discapacidad”, los autistas “personas con autismo”, los viejos “personas mayores”, y ¡el colmo! los planes de despidos son ahora “planes de preservación del empleo”. Así, a imagen y semejanza de “nuestro mundo tecnocratizado {que} disimula su frialdad bajo la demagogia del corazón”, como formúla Milan Kundera[3], estas fórmulas estandarizadas apuntan, bajo la cobertura de objetividad, a la neutralidad máxima, a decir con muchas palabras lo menos posible. De esta manera y a fuerza de prudencia, terminan por evitar del todo el objeto que se suponía que debían designar, incluso a veces parecen designar su contrario y, finalmente, no designan nada. Para Pierre Bourdieu, el mismo sistema escolar “enseña no solo un lenguaje, sino también una relación con el lenguaje que es solidaria de una cierta relación con las cosas, una relación con los seres, una relación con el mundo completamente desrealizado”. [4]

... Pensamos en el verbo atronador de Hugo, en los formidables giros de Flaubert, en el estilo afilado de Gide, en la escritura hablada inimitable de Céline, en la escritura empapada en ácido de John Fante, en la búsqueda sinestésica de Rimbaud, en el uso del silencio de Mallarmé, en la escritura en torbellino y multilingüe de Joyce...

La literatura, al contrario, da testimonio desde siempre de un esfuerzo de decir lo más cercano y lo más ajustado posible a cómo un sujeto percibe el mundo, lo que siente, lo que vive. Lo propio del escritor es transgredir las reglas, crear nuevas formas, reinventar lo que es un texto, cuestionar el sentido y la función misma de la escritura. La historia de la literatura está construida sobre estas invenciones fuera de normas que en su época han aparecido en ocasiones como aberrantes o escandalosas, y da testimonio de una reflexión incesante de los autores sobre la forma y la materia misma del texto. Cada uno de los grandes nombres de la literatura, para poder decir su mundo, ha tocado la lengua de su época, ha hecho pasar a la lengua su invención, su enunciación, la manera en la que ha transformado la lengua jugando con las palabras, los sonidos, los silencios, la puntuación. Pensamos en el verbo atronador de Hugo, en los formidables giros de Flaubert, en el estilo afilado de Gide, en la escritura hablada inimitable de Céline, en la escritura empapada en ácido de John Fante, en la búsqueda sinestésica de Rimbaud, en el uso del silencio de Mallarmé, en la escritura en torbellino y multilingüe de Joyce, en el onirismo de García Marquez, en la lengua alucinada de Burrough, en la inventiva de los Surrealistas y su Obrador de Literatura Potencial, en la lengua ofensiva de un Bataille, en la escritura onomatopéyica y resonante de Gerashim Lucas, en Duras y su escritura-cine, en la magnífica lengua de un Senghor o de un Kateb Yacine para quien la lengua era en primer lugar un arma política, en Marina Tsevateieva para quien la escritura debía ser la vida misma, un “vivirescribir” y en muchos otros… Para Sartre, los poetas son hombres que rechazan la función utilitarista del lenguaje, la palabra en poesía no hace referencia al objeto, sino que lo encarna: “el poeta se ha retirado de golpe del lenguaje-instrumento para adoptar de una vez por todas la actitud poética que consiste en considerar las palabras como cosas y no como signos”. [5] Y tal y como lo escribe Barthes en el prefacio de Eden Eden Eden de Guyotat (al que le fue prohibida por el Ministerio del Interior la difusión y la venta a menores, cuando se publicó en 1970), este trabajo sobre la lengua da paso a una nueva mimesis cuyo modelo “ya no es la aventura de un héroe, sino la aventura misma del significante: lo que le sucede a él”. [6]

En su curso de 2002-2003, Jacques Alain Miller llamaba a los psicoanalistas a hacer un « esfuerzo de poesía” [7]. El trabajo analítico invita, en efecto, a un esfuerzo de bien decir. Como analizante, se trata de conseguir decir lo más cerca posible de lo real, de aislar los significantes que constituyen el hilo conductor de lo que nos es más singular, de decir lo más precisamente posible, con las menos palabras posibles, lo que toca lo más íntimo, con el fin de acorralar lo que se les escapa, lo que pasa entre los dedos, el goce que habita y agita nuestros cuerpos vivos y hablantes. En eso, la palabra analítica es en nuestra época una palabra resistente. Desmiente el principio de “la utilidad directa” [8] a la que estamos cotidianamente avocados. Tampoco se deja reducir a una palabra “cientificada” y pretendidamente objetiva, hueca y vacía de su sustancia viva. Para aportar una bocanada de aire en esta era de lo contable, con acentos Kafkianos, en la que la evaluación extiende su imperio, en la que el algoritmo es rey, esta rúbrica se hará eco de todo esfuerzo de creación fuera de normas en materia de lenguaje escrito y hablado: visitaremos los lugares y los tiempos en los que los hombres han hecho, hacen y harán siempre ese esfuerzo necesario de palabra para decir, más allá de lo universal del lenguaje, su relación singular con el otro y con el mundo.

Traducción realizada por Itxaso Muro con la colaboración de Carmen Cuñat

[1] Título original: “Pour une langue qui ne soit pas de bois”
[2] G. Orwell, The Principles of Newspeak, annexe à 1984, London, Secker and Warburg, 1949.
[3] M. Kundera, Carta a Philippe Sollers, L’infini n°25, Broché, marzo 1989.
[4] P. Bourdieu, Intervención en el Congreso de la AFEF, Limoges, 30 de octubre de 1977.
[5] J. P. Sartre, ¿Qué es la Literatura?, París, Gallimard, 1948.
[6] P. Guyotat, Eden Eden Eden, París, Gallimard, 1970, prefacio de Michel Leiris, Roland Barthes y Philippe Sollers.
[7] J.-A. Miller, Un esfuerzo de poesía, curso del 2002-2003, pronunciado en el marco del Departamento de Psicoanálisis de París 8.
[8] J.-A. Miller, Un esfuerzo de poesía, curso del 5 de marzo del 2003, pronunciado en el marco del Departamento de Psicoanálisis de París 8.

Juliette Parchliniak es psicoanalista, miembro de la Asociación Mundial de Psicoanálisis

(Fuente: http://www.pipol8.eu/)

"... y es menester que también el corazón me salga por la boca, envuelto en un vómito de palabrería, entonces tendría, al fin, aspecto de creerme, ya no se trataría de palabras al aire..."


'EL INNOMBRABLE', de Samuel Beckett (fragmento)

La buena manera, el calor, la desenvoltura, la fe, como si fuera mi voz diciendo palabras mías, palabras que me digan con vida, pues en ella es en la que ellos quieren que esté, no sé por qué, con sus miles de millones de seres vivos y sus trillones de muertos, eso no les basta, también yo tengo que ir, con mi pequeña convulsión, a gemir, a llorar, a hipar, a sonreír en el amor al prójimo y los beneficios de la razón. Pero la buena manera, ésa la ignoro. Esta sarta de estupideces se la debo, desde luego, a ellos, y ese murmullo que me ahoga fueron ellos los que me hincharon de él. Y esto sale así tal cual, no tengo más que bostezar, es a ellos a los que oigo, viejas seguridades aseguradas, en las que nada puedo cambiar. Un loro, ellos cayeron sobre un pico de loro. Si me hubieran dicho lo que tenía que decir, para que se me aprobase, forzosamente lo diría antes o después. ¡Vamos, pues! Sería demasiado fácil, no estaría en ello el corazón, y es menester que también el corazón me salga por la boca, envuelto en un vómito de palabrería, entonces tendría, al fin, aspecto de creerme, ya no se trataría de palabras al aire. En fin, no perdamos la esperanza, llegaré a eso quizá, de un modo completamente mecánico, a la fuerza de tener abierta la boca y mala la sangre. Pero la otra voz, de aquel que no siente esta pasión por el reino animal, de aquel que guarda noticias mías, ¿cuál es su contenido? Héme aquí bien embarazado. Pues sobre mí propiamente dicho, yo me entiendo, me parece que aún no se me ha dicho nada. ¿Cabe hablar de una voz, en tales condiciones? A buen seguro que no. Sin embargo, lo hago. Por lo demás, hay que revisar, corregir y desmentir toda esa historia de voces. No por no oír nada dejo de ser objeto de comunicaciones. ¿Por qué no llamar a eso voces, toda vez que se sabe que no es nada?



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ENTRADAS RELACIONADAS:

Y ORWELL ACERTÓ DE PLENO: NEOLENGUA, '1984' (fragmento) / 'ALTO', Vetusta Morla

("Lo que hacemos es destruir palabras, centenares de palabras cada día... La destrucción de las palabras es algo de gran hermosura, las principales víctimas son los verbos y los adjetivos... la finalidad de la neolengua es limitar el alcance del pensamiento... haciendo imposible todo crimen del pensamiento... La ortodoxia significa no pensar, no necesitar el pensamiento. Nuestra ortodoxia es la inconsciencia" "Vienen decididos a arrancar de cada expresión su significado... todas las palabras del lugar se han intoxicado" (Vetusta Morla)

LA POLÍTICA O LA PERVERSIÓN DEL LENGUAJE

("... el lenguaje se va transformando y las palabras se vuelven más ambiguas. La manipulación del lenguaje va calando en el alma de las personas a través de palabras sueltas, expresiones y estructuras que son impuestas mediante millones de repeticiones y que son adoptadas mecánicamente, de manera inconsciente. Para lograr la manipulación, lo mejor no es inventar palabras o conceptos nuevos, sino cambiar el significado, adaptándolas... una subida del IRPF pasó a ser un “recargo temporal de solidaridad”, la acción de bajar el sueldo a los  trabajadores es una “devaluación competitiva de los salarios")




"¿qué es más extremista? ¿La miseria de las pobres víctimas de los desahucios y la voz ética de los que la denuncian, o la de los manipuladores interesados de las palabras, que no buscan otra cosa que hacer valer su poder —político, mediático— para deformar hechos y personas, con el fin de anular la última verdad —el intolerable sufrimiento de los más débiles— que esos hechos y personas representan?")

 
LA OCUPACIÓN DEL LENGUAJE

("...competitividad, moderación salarial, dar confianza a los mercados, privilegios (para denominar derechos), copago. Se exponen como verdades incuestionables pero su sentido y alcance nunca se explicitan, pues parecen lograr mayor eficacia práctico-política cuanto menor es su precisión semántica. Por ejemplo, “libertad” asume un significado muy cercano a “seguridad”...")


ACERCA DE LA PERSUASIÓN... ¡ALERTA! (GORGIAS, SOFISTA, SINCERO)

(¡Y cuántos han engañado y engañan a cuántos y en cuántas cosas con la exposición hábil de un razonamientoerróneo! Si todos los hombres tuvieran completo recuerdo del pasado, conocimiento del presente yprevisión del futuro, ese razonamiento no podría engañarlos del modo como lo hace.)

SOBRE EL SIGNIFICADO PROFUNDO DE LAS DECLARACIONES

("Tenemos que devolver al lenguaje su lugar en el mundo, desenmascarando a aquellos que prostituyen las palabras, arrogándose el derecho de ser los amos") 




'VELOCIDAD', por Manuel Vicent / 'GAMMA-5', de Gabriel Celaya / ''VOLVER', Carlos Gardel

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"Mientras Gardel vuelve con la mente marchita de no se sabe donde, pienso que si el alma humana existe, solo si no tiene masa y por tanto tampoco tiene peso, podría ir al cielo o al infierno a la velocidad de la luz... Pero no está demostrado que el alma exista, sobre todo que la tengan algunos hijos de perra..."


VELOCIDAD

Para dulcificar el insomnio acostumbro a oír tangos. Sus letras melancólicas me ayudan a navegar la noche, pero en medio de esos amores malevos que canta Carlos Gardel, a veces elaboro inútiles disquisiciones que añaden más confusión a la oscuridad y entonces me duermo. Para conciliar el sueño, a altas horas de la madrugada, con música de tango, pienso, por ejemplo, si la fórmula e=mc², energía es igual a materia por velocidad al cuadrado, con la que Einstein expresó la Teoría de la Relatividad, se puede aplicar también al espíritu humano, ahora que la física cuántica y el telescopio Hubble están ya invadiendo el terreno de la teología. Nada puede viajar por el universo a la velocidad de la luz ni a una superior a ella, según el postulado de Einstein, que nadie discute. Solo si un objeto no tuviera masa, como los fotones, podría trasladarse a 300.000 kilómetros por segundo. Mientras Gardel vuelve con la mente marchita de no se sabe donde, pienso que si el alma humana existe, solo si no tiene masa y por tanto tampoco tiene peso, podría ir al cielo o al infierno a la velocidad de la luz cuando con la muerte se separe de tu cuerpo. Pero no está demostrado que el alma exista, sobre todo que la tengan algunos hijos de perra, y por otra parte si el paraíso y el infierno están situados en un punto extremo del universo, sin duda, tardará miles de años luz en llegar; en cambio estos pensamientos inanes con los que paso la noche, que tampoco tienen peso alguno, congelan el tiempo y el espacio y superan la velocidad de la luz porque al recordar alguna magdalena de Proust de mi niñez la vuelvo a vivir en la memoria y si pienso en la estrella más remota de la última galaxia, solo de pensarla, ya estoy en ella; aunque de esa estrella se vuelve, como Gardel, con la mente tan marchita y cansada que uno enseguida se queda dormido.

(Fuente: El País, 11-12-2016)

GAMMA-5

Dice Blojintsev: "No existe partícula alguna libre, aislada,abandonada a sí misma. Aun en el caso de que las partículas estén considerablemente alejadas unas de otras, siguen perteneciendo al medio que las ha creado y que se encuentra en un estado de movimiento continuo."

Soy múltiple. No yo.
Soy un enjambre.Soy todos-nadie.Soy un millón,mil millares de millones de células, sistemas, micro-objetos.

Soy todo menos un yo. Soy un sistema
de ordenación abstracta como Dios.

Todo funciona,no sé por qué.(¿Lo sabrá él?)Yo no soy nadie.Soy una ley.

¿Y usted? Quizás otra ley,y otro no-yoy un casi-dios.

'
VOLVER', Carlos Gardel


LETRA:

Yo adivino el parpadeo
de las luces que a lo lejos,
van marcando mi retorno.
Son las mismas que alumbraron,
con sus pálidos reflejos,
hondas horas de dolor.
Y aunque no quise el regreso,
siempre se vuelve al primer amor.
La quieta calle donde el eco dijo:
"Tuya es su vida, tuyo es su querer",
bajo el burlón mirar de las estrellas
que con indiferencia hoy me ven volver.

Volver,
con la frente marchita,
las nieves del tiempo
platearon mi sien.
Sentir, que es un soplo la vida,
que veinte años no es nada,
que febril la mirada
errante en las sombras
te busca y te nombra.
Vivir,
con el alma aferrada
a un dulce recuerdo,
que lloro otra vez.

Tengo miedo del encuentro
con el pasado que vuelve
a enfrentarse con mi vida.
Tengo miedo de las noches
que, pobladas de recuerdos,
encadenen mi soñar.
Pero el viajero que huye,
tarde o temprano detiene su andar.
Y aunque el olvido que todo destruye,
haya matado mi vieja ilusión,
guarda escondida una esperanza humilde,
que es toda la fortuna de mi corazón.







'LA OLIGARQUÍA SIEMPRE SALE GANANDO', por Juan Diego Botto / 'GRITO HACIA ROMA', de F. García Lorca

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"En nuestra época se ha producido esa misma operación: un trasvase masivo de dinero de las clases populares y clases trabajadoras a las grandes oligarquías industriales, fundamentalmente financieras. A través de monumentales socializaciones de deuda privada, por arte de magia y con la mediación de diversos"rescates", se transforma la deuda de unos pocos en deuda de todos, que pagarán durante generaciones los que menos tienen"

"Porque ya no hay quien reparte el pan ni el vino...
un millón de herreros forjando cadenas para los niños que han de venir... queremos que se cumpla la voluntad de la Tierra
que da sus frutos para todos"(García Lorca)


... "En la actualidad, el 1% de la población posee tanto patrimonio como el resto del mundo junto. En España, 20 familias poseen tanto como el 30% más pobre"

LA OLIGARQUÍA SIEMPRE SALE GANANDO

A mediados del siglo XIV se produjo una profunda crisis económica en Europa que afectó a todos los sectores sociales en prácticamente todos los países del continente. La crisis, que tuvo múltiples causas, se vio agravada por la llegada de la peste, que diezmó la población europea. 
Los nobles y las clases propietarias vieron enormemente reducidos sus ingresos y sus márgenes de beneficio en la extracción del plusproducto. Frente a ello la solución que encontraron fue bien sencilla y podría resumirse en algo así como: "Para que nosotros sigamos ganando más, alguien tiene que ganar menos". O, dicho en términos contemporáneos: abaratar los "costes de producción" para mantener los beneficios. 
En un clima general de subida de impuestos y ya de por sí malas condiciones de vida del campesinado, en Inglaterra se redactaron las leyes del trabajo:   "… ordenada por nuestro señor el Rey y por el consentimiento de los prelados, condes, barones y otros de su consejo, contra la malicia de los siervos que están en reposo y no están dispuestos a servir después de la pestilencia sin reclamar salarios excesivos… Sirvientes, tanto hombres como mujeres, deben ser obligados a servir, recibiendo el salario habitual... y que los que se nieguen a servir de una manera tal deben ser castigados con el encarcelamiento de sus cuerpos".
El salario habitual al que se hace referencia se regulaba más adelante en el texto. Al campesinado se le asignaban jornadas laborales más largas y salarios bajísimos que se correspondían con lo que percibían más de veinte años atrás. 
Es difícil leer este texto y no acordarse de nuestro célebre "la gente ha vivido por encima de sus posibilidades". Observemos el "están en reposo y no están dispuestos a servir"¡esos malditos siervos campesinos! Pero aún más resuena la famosa frase del convicto exjefe de la patronal CEOE Gerardo Díaz Ferrán y su "toca trabajar más y cobrar menos". 
Tanto en aquel caso como en éste, el origen de las restrictivas "reformas laborales" fue el mismo: mantener los márgenes de beneficios de las clases propietarias. 

Trasvase de recursos

En nuestra época, después de la crisis  de 2007-2008, se ha producido esa misma operación: un trasvase masivo de dinero de las clases populares y clases trabajadoras a las grandes oligarquías industriales, fundamentalmente financieras. A través de monumentales socializaciones de deuda privada, por arte de magia y con la mediación de diversos "rescates", se transforma la deuda de unos pocos en deuda de todos, que pagarán durante generaciones los que menos tienen. El paso siguiente fueron las reformas laborales que venían a garantizar esos márgenes de beneficios para las grandes oligarquías productivas. 
Leyes de similar calado a la aprobada por la nobleza feudal inglesa se dieron en todo el continente en su parte occidental. La consecuencia unos años más tarde fue inevitable. Decenas o centenares de grandes revueltas campesinas en toda Europa. Aquellas revueltas en algunos casos duraron años y fueron verdaderas batallas entre el campesinado y los señores feudales. Finalmente, a la larga, terminaron por conseguir mejores condiciones de vida para el campesinado y pusieron una semilla en el nacimiento del cambio de modelo político. 
Es siempre difícil de prever cuál será la vuelta de tuerca que hará explotar el sistema. En su congénita y autodestructiva avaricia, las oligarquías siempre están dispuestas a probar con una vuelta más. Después, cuando se producen fenómenos de desafección de los de abajo con sus élites, se presenta la sorpresa. "¿Por qué ya no se dejan manejar como antes? ¿Por qué no podemos contar con su plácido consentimiento para seguir extrayendo beneficios astronómicos?".
En la actualidad, el 1% de la población posee tanto patrimonio como el resto del mundo junto. En España, 20 familias poseen tanto como el 30% más pobre y según Oxfam Intermón los salarios entre 2007 y 2014 cayeron un impresionante 22,2%. Cada vez menos personas poseen más, mientras inmensas mayorías se ven desposeídas de ingresos y derechos. 
Es siempre difícil de prever cuál será la vuelta de tuerca que hará explotar el sistema. En su congénita y autodestructiva avaricia, las oligarquías siempre están dispuestas a probar con una vuelta más
La última crisis ha supuesto un salto hacia adelante por parte de las oligarquías, casi un gesto revolucionario. En su voluntad de mantener sus beneficios están redibujando las reglas del juego. Y por supuesto, cuando hablamos de cambiar la economía, hablamos en consecuencia de cambiar la política, los derechos sociales y las ideas culturales dominantes y establecidas.
Sin grandes obstáculos políticos o ideológicos para llevar su revolución adelante, lo único que puede frenar sus planes de mayor concentración son revueltas campesinas. Es decir, traducido a nuestro tiempo, capitalizar esa desafección de amplísimos sectores sociales hacia las élites políticas para obligarlas a poner límites a las oligarquías y subordinar la economía a la democracia y el interés general. 

La incógnita de Trump

Pero nada está escrito, y también puede ocurrir que esa desafección sea reconducida y capitaneada por los márgenes extremistas del sistema. Ahí es donde los fascismos y parafascismos ejercen su papel. Donald Trump, Marine Le Pen, UKIP… son los encargados de que la política cambie para que la economía siga como siempre en manos de los de siempre.
Está por ver cómo será la política económica de Trump al frente del país más poderoso del planeta. Su gran acierto en la campaña fue colocar en el centro del debate y dar identidad a las clases trabajadoras golpeadas por la crisis y la globalización. En esa línea su estrategia se apoyó de forma notable en la promesa de medidas económicas proteccionistas favorables a los trabajadores que de aplicarse implicarían un giro copernicano en la tradición económica de las últimas décadas.
Muchos se muestran notablemente escépticos al respecto, creyendo que lo que se verá será una traición a sus promesas electorales y un alineamiento con las tradicionales posiciones de la lógica de "acumular-a-cualquier-precio-caiga-quien-caiga" por las se se viene rigiendo el neoliberalismo globalizado. 
Mientras tanto, debemos dejar de esperar a Godot y jugar las cartas que tenemos realmente. Hace falta unidad porque sólo tenemos al pueblo. No hay en estos momentos otra barrera frente a la revolución oligárquica mundial que la unión de los de abajo. Y todo, para conseguir algo tan sencillo como difícil. En palabras de Federico García Lorca: "Que se cumpla la voluntad de la Tierra, que da sus frutos para todos". 
(Fuente: eldiario.es, 12-12-2016)




GRITO HACIA ROMA
Manzanas levemente heridas 
por finos espadines de plata, 
nubes rasgadas por una mano de coral 
que lleva en el dorso una almendra de fuego, 
Peces de arsénico como tiburones, 
tiburones como gotas de llanto para cegar una multitud, 
rosas que hieren 
Y agujas instaladas en los caños de la sangre, 
mundos enemigos y amores cubiertos de gusanos 
caerán sobre ti. Caerán sobre la gran cúpula 
que untan de aceite las lenguas militares 
donde un hombre se orina en una deslumbrante paloma 
y escupe carbón machacado 
rodeado de miles de campanillas. 

Porque ya no hay quien reparte el pan ni el vino, 
ni quien cultive hierbas en la boca del muerto, 
ni quien abra los linos del reposo, 
ni quien llore por las heridas de los elegantes. 
No hay más que un millón de herreros 
forjando cadenas para los niños que han de venir. 
No hay más que un millón de carpinteros 
que hacen ataúdes sin cruz. 
No hay más que un gentío de lamentos 
que se abren las ropas en espera de la bala. 
El hombre que desprecia la paloma debía hablar, 
debía gritar desnudo entre las columnas, 
y ponerse una inyección para adquirir la lepra 
y llorar un llanto tan terrible 
que disolviera sus anillos y sus teléfonos de diamante. 
Pero el hombre vestido de blanco 
ignora el misterio de la espiga, 
ignora el gemido de la parturienta, 
ignora que Cristo puede dar agua todavía, 
ignora que la moneda quema el beso de prodigio 
y da la sangre del cordero al pico idiota del faisán. 

Los maestros enseñan a los niños 
una luz maravillosa que viene del monte; 
pero lo que llega es una reunión de cloacas 
donde gritan las oscuras ninfas del cólera. 
Los maestros señalan con devoción las enormes cúpulas sahumadas; 
pero debajo de las estatuas no hay amor, 
no hay amor bajo los ojos de cristal definitivo. 
El amor está en las carnes desgarradas por la sed, 
en la choza diminuta que lucha con la inundación; 
el amor está en los fosos donde luchan las sierpes del hambre, 
en el triste mar que mece los cadáveres de las gaviotas 
y en el oscurísimo beso punzante debajo de las almohadas. 

Pero el viejo de las manos traslucidas 
dirá: amor, amor, amor, 
aclamado por millones de moribundos; 
dirá: amor, amor, amor, 
entre el tisú estremecido de ternura; 
dirá: paz, paz, paz, 
entre el tirite de cuchillos y melones de dinamita; 
dirá: amor, amor, amor, 
hasta que se le pongan de plata los labios. 

Mientras tanto, mientras tanto, ¡ay!, mientras tanto, 
los negros que sacan las escupideras, 
los muchachos que tiemblan bajo el terror pálido de los 
directores, 
las mujeres ahogadas en aceites minerales, 
la muchedumbre de martillo, de violín o de nube, 
ha de gritar aunque le estrellen los sesos en el muro, 
ha de gritar frente a las cúpulas, 
ha de gritar loca de fuego, 
ha de gritar loca de nieve, 
ha de gritar con la cabeza llena de excremento, 
ha de gritar como todas las noches juntas, 
ha de gritar con voz tan desgarrada 
hasta que las ciudades tiemblen como niñas 
y rompan las prisiones del aceite y la música, 
porque queremos el pan nuestro de cada día, 
flor de aliso y perenne ternura desgranada, 
porque queremos que se cumpla la voluntad de la Tierra 
que da sus frutos para todos.


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 DONALD TRUMP, PRESIDENTE... UNA BUENA NOTICIA

("Hace ya demasiado tiempo que el poder económico ha abducido al poder político, dejando como única función a los representantes políticos eso, ser representantes, sí, pero no de la ciudadanía, representantes del poder económico. Sus ejecutores, sus recaderos... En este sentido, la hipérbole Trump podría servir, debería, para abrir más los ojos, para espabilar. Su elección se constituye como un significante gigantesco que desvela contudente el sentido oculto de una democracia inexistente. Siempre han estado ahí, pero ahora, si se ponen delante de los focos, será más fácil señalarlos")

'ESTABILIDAD', por Juan José Millás / 'CRIMEN GLOBALIZADO', de Mario Benedetti 

("Sesenta o setenta personas son las dueñas de un mundo en el que la mayoría pasa hambre, sed, frío y un sinfín de calamidades. Es lo que llamamos estabilidad... No precisan de un ejército porque tienen a su disposición los de todo el mundo, ni de una policía porque todas están a sus órdenes... Menos mal que nos quedan las rastas y el amamantamiento como materia para el análisis político riguroso"(J.J. Millás)"la globalización de los hambrientos es el aperitivo de los amos"(M. Benedetti)





'GREGOR SAMSA, HUMANO HASTA EL FINAL', por Fernando Aramburo / 'LA METAMORFOSIS' (fragmento)

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"Tan fuerte sentido de la responsabilidad tiene que ver con la circunstancia de que su trabajo es la fuente de sustento de sus padres y su hermana; pero también con un rasgo primordial de su carácter: la sumisión. Samsa es un hombre temeroso del jefe. Jamás, ni siquiera convertido en bicho, osaría cuestionar su autoridad ni las normas por las cuales se rige su vida laboral. Y aun se diría que su transformación degradante es una especie de somatización en grado máximo del servilismo del protagonista"

GREGOR SAMSA, HUMANO HASTA EL FINAL
En el curso de una conversación, Milan Kundera le preguntó a su interlocutor si había leído a Kafka en alemán. Este respondió que no y Kundera, categórico, le dijo: “Entonces usted no ha leído a Kafka”.

A mí se me figura que, en el caso concreto del escritor aludido, el problema no radica tanto en lo que por fuerza se pierde en una versión traducida como en lo que en ocasiones los traductores añaden por su cuenta. En diversas lenguas europeas, a Gregor Samsa se le ha hecho protagonizar una narración titulada La metamorfosis. Pongo en duda la casualidad. Barrunto un desafuero inicial seguido de una ristra de traductores dados a la imitación.

Juraría que el título apócrifo habría disgustado a Kafka. La razón es que lo obliga a incurrir en un sobrepeso de literatura. Como todas las de su autor, la historia de Gregor Samsa, literalmenteLa transformación, está limpia de citas, símiles, juegos de palabras, hipérboles, neologismos y cualesquiera ornamentos y tropos encaminados a compensar las presuntas insuficiencias del lenguaje humano o a llevarlo más allá de su último límite comunicativo. Tanto como en Gustave Flaubert hay que buscar en Kafka la palabra justa, la idónea e imprescindible para decir con precisión el mundo.


La lectura del original depara otra sorpresa además de la del título. Ya en la primera frase averiguamos que Samsa no amanece convertido en un insecto como nos habían dicho. El término usado por Kaf­ka es Ungeziefer, por tanto un bicho repulsivo, feo, dañino. Una pulga, una cucaracha o una chinche pertenecerían a esta categoría; pero también, según el diccionario Duden, algunas clases de arácnidos, e incluso ratas y ratones. Lo determinante, en cualquier caso, es que la transformación de Samsa constituye una degradación.

Este hecho condiciona todo el relato, cuya clave se concreta en las dos frases con las que se abre el párrafo segundo. La primera dice: “¿Qué me ha pasado?, pensó”. Ahora ya sabemos que la transformación de Samsa afecta sólo a la envoltura corporal. Por dentro, él sigue siendo un ser humano que posee conciencia, comprende lo que le ha ocurrido, reconoce a sus familiares, reflexiona, recuerda y es capaz de sentir afectos propios de las personas. La segunda frase es asimismo fundamental: “No era un sueño”. Por consiguiente, su vivencia completa desde el momento en que, por razones que ignoramos, se despierta convertido en un bicho monstruoso hasta que muere cubierto de polvo y con una manzana incrustada en el caparazón sucede en su mundo real de todos los días.

En un primer momento, aún no perdida del todo la facultad del habla, al bicho pensante le causa angustia la posibilidad de perder el tren de las siete y llegar tarde a la oficina. Tan fuerte sentido de la responsabilidad tiene que ver con la circunstancia de que su trabajo es la fuente de sustento de sus padres y su hermana; pero también con un rasgo primordial de su carácter: la sumisión. Samsa es un hombre temeroso del jefe. Jamás, ni siquiera convertido en bicho, osaría cuestionar su autoridad ni las normas por las cuales se rige su vida laboral. Y aun se diría que su transformación degradante es una especie de somatización en grado máximo del servilismo del protagonista. 
 

Para los padres y la hermana, el bicho continúa siendo Gregor. Corrobora esta convicción el tamaño del animal. Aunque el texto no lo especifica (salvo, tal vez, en el calificativo de monstruoso), se deduce que dicho tamaño es enorme en comparación con lo que abulta un animal de la misma especie. De otro modo no se entendería que Samsa, luego de su transformación, pudiera alcanzar con la boca el picaporte, asomarse a la ventana o concebir el deseo al parecer factible de besar a su hermana en el cuello.

Justo ella, Grete, encargada de su alimentación, es quien tras largos meses de incomodidades y problemas cifra la desgracia familiar en el error de haber admitido que el bicho era Gregor y había que tratarlo, hasta donde fuera posible y sin contacto físico, como a miembro de la familia. Pero ya basta. Grete le niega ahora la humanidad y el nombre, y sugiere que ha llegado la hora de deshacerse del monstruo repugnante. Si este fuera Gregor, se habría percatado del infortunio que su presencia supone para la familia y se habría marchado de forma voluntaria.

El veredicto de Grete establece un dilema letal. Si el bicho es Gregor, entonces Gregor, culpable de no haberse sacrificado, no merece las atenciones que garantizan su supervivencia; si no lo es, urge su eliminación. Escuchado y entendido el razonamiento de su hermana, el sentenciado se retira a su cuarto. Tiene por el trayecto el mayor rasgo humano desde que le sobreviniese la transformación. El narrador omnisciente nos cuenta que Gregor pensó con emoción y amor en su familia. Es la despedida de los seres queridos que lo observan en silencio. Al día siguiente, la criada encontrará a Samsa muerto. Algún lector tal vez constate entonces que llevaba cincuenta páginas compadeciéndose de un bicho monstruoso o al menos del hombre clarividente y sensible aprisionado dentro del caparazón.

(Fuente: babelia.com)

'LA METAMORFOSIS' (fragmento)

-¡Cuidado, Gregorio! -gritó la hermana levantando el puño y con una mirada penetrante. Desde la transformación eran estas las primeras palabras que le dirigía directamente. Corrió a la habitación contigua para buscar alguna esencia con la que pudiese despertar a su madre de su inconsciencia; Gregorio también quería ayudar -había tiempo más que suficiente para salvar el cuadro-, pero estaba pegado al cristal y tuvo que desprenderse con fuerza, luego corrió también a la habitación de al lado como si pudiera dar a la hermana algún consejo, como en otros tiempos, pero tuvo que quedarse detrás de ella sin hacer nada; cuando Greta volvía entre diversos frascos, se asustó al darse la vuelta y un frasco se cayó al suelo y se rompió y un trozo de cristal hirió a Gregorio en la cara; una medicina corrosiva se derramó sobre él. Sin detenerse más tiempo, Greta cogió todos los frascos que podía llevar y corrió con ellos hacia donde estaba la madre; cerró la puerta con el pie. Gregorio estaba ahora aislado de la madre, que quizá estaba a punto de morir por su culpa; no debía abrir la habitación, no quería echar a la hermana que tenía que permanecer con la madre; ahora no tenía otra cosa que hacer que esperar; y, afligido por los remordimientos y la preocupación, comenzó a arrastrarse, se arrastró por todas partes: paredes, muebles y techos, y finalmente, en su desesperación, cuando ya la habitación empezaba a dar vueltas a su alrededor, se desplomó en medio de la gran mesa.

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KAFKA Y 'LA METAMORFOSIS', REUNIÓN DE MATERIALES

"De modo que el infierno terrenal que nos ofrece Kafka se inspira a menudo en la invasión... Tales son los monstruos que el sueño pervertido de la razón puede llegar a producir...basta sólo con el miedo a que tal cosa pueda ocurrir... no hay nada más terrible que la mirada ceñuda del Estado cuando sale de su abstracción para fijar amenazadoramente los ojos en algún ciudadano..." (Luis Landero)






' LA ILUSIÓN DE LA INMORTALIDAD', por Luis Landero / 'ANA KARENINA' (fragmento)

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"... hay que perseverar, no hay otra opción. Los libros, el arte, las escuelas, la buena herencia de la educación familiar son las únicas armas que tenemos contra esos monstruos tan temidos... yo prefiero pensar... que de las bibliotecas ha salido gente piadosa y solidaria, o al menos en trance de serlo, y solo a veces algún asesino extraviado"


"... no hallando interés en su conversación, pidió a su doncella que le diese su farolillo de viaje, lo sujetó al respaldo de su asiento y sacó una plegadera y una novela inglesa"(Ana Karenina)

Fotografía de André Kertész para su libro 'Leer', coeditado por Periférica y Errata naturae

LA ILUSIÓN DE LA INMORTALIDAD

Es inevitable. Cuando abro un libro, revivo aquellos momentos de mi adolescencia en que el cine se quedaba a oscuras y una miríada de lucecitas crepitaban en la pantalla a la espera del león de la Metro. Grandes cosas estaban a punto de ocurrir. Como entonces, hay que guardar absoluto silencio para que la realidad objetiva no se filtre en la imaginaria y perturbe el encanto de vivir plenamente en el mundo de la ficción. Pero a veces comparto libros con películas, telediarios y partidos de fútbol, y entonces las realidades conviven, se superponen, aunque nunca se mezclan o confunden. Alguna vez he mirado por encima de un libro, todavía con el vértigo de la sintaxis en los ojos, y he visto una escena de infinito horror en Alepo o en las playas del Mediterráneo, y he sentido que, en efecto, la cultura es un escudo muy frágil, demasiado frágil, contra la barbarie siempre al acecho de los grandes instintos reprimidos. Pero, por eso mismo, hay que perseverar, no hay otra opción. Los libros, el arte, las escuelas, la buena herencia de la educación familiar son las únicas armas que tenemos contra esos monstruos tan temidos. Una mañana, escuché en la calle el alboroto de los obreros de la Coca-Cola, y sus firmes consignas se avenían muy bien con los versos que estaba leyendo en ese instante. Bien sé que se puede ser un gran lector y un perfecto canalla, pero yo prefiero pensar, en contra de alguna ilustre extravagancia, que de las bibliotecas ha salido gente piadosa y solidaria, o al menos en trance de serlo, y solo a veces algún asesino extraviado.


Este año, como todos los años, he leído y releído libros maravillosos, y otros no tanto, unos clásicos, otros modernos, otros actuales. Con ellos, uno ha endulzado la melancolía, aliviado los pesares, burlado el tedio, coloreado el gris de la rutina, limpiado la mirada para renovar la capacidad de asombro (con el que nos ganamos la lucidez nuestra de cada día), rejuvenecido el corazón para evitar que haga presa en nosotros el cansancio moral, que es acaso el mayor mal de nuestro tiempo, y de emocionarse ante un mundo que siempre, a cada instante, está por descubrir. Con la lectura he ejercido de cigarra, cantando alegremente, sin temor al futuro, y de paso he hecho casi sin querer los buenos oficios de la hormiga, acumulando un poco de sabiduría para los días aciagos del invierno. La vida es breve, pero los libros nos ofrecen la ilusión de percibir en torno a nosotros el aleteo de la inmortalidad. Porque los libros, de algún modo fantástico, vencen a la muerte. Uno siente el aliento vivificador de los muertos (“escucho con mis ojos a los muertos”), y aprende a admirar a sus contemporáneos, y al admirarlos, aprendemos también a amarlos. Admiraos los unos a los otros.

(Fuente: babelia.com)



'ANA KARENINA' (fragmento)

Una viajera enferma se había tendido ya en el asiento para dormir. Otras dos dirigieron vanas preguntas a Ana, mientras una mas vieja y gruesa se envolvía las piernas con una manta mientras emitía algunas opiniones sobre la pésima calefacción. 

Ana contestó a las señoras, pero no hallando interés en su conversación, pidió a su doncella que le diese su farolillo de viaje, lo sujetó al respaldo de su asiento y sacó una plegadera y una novela inglesa. 

Era difícil abismarse en la lectura. El movimiento en torno suyo, el ruido del tren, la nieve que golpeaba la ventanilla a su izquierda y se pegaba a los vidrios, el revisor que pasaba de vez en cuando muy arropado y cubierto de copos de nieve, las observaciones de sus compañeras de viaje a propósito de la tempestad, todo la distraía. 

Pero, por otra parte, todo era monótono: el mismo traqueteo del vagón, la misma nieve en la ventana, los mismos cambios bruscos de temperatura, del calor al frío y otra vez al calor; los mismos rostros entrevistos en la penumbra, las mismas voces, y Ana acabó logrando concentrarse en la lectura y enterándose de lo que leía. 

Anuchka dormitaba ya, sosteniendo sobre sus rodillas el saco rojo de viaje entre sus gruesas manos enguantadas, uno de cuyos guantes estaba roto. 

Ana Karenina leía y se enteraba de lo que leía, pero la lectura, es decir, el hecho de interesarse en la vida de los demás, le era intolerable, tenía demasiado deseo de vivir por sí misma. 

Si la heroína de su novela cuidaba a un enfermo, Ana habría deseado entrar ella misma con pasos suaves en la alcoba del paciente; si un miembro del Parlamento pronunciaba un discurso, Ana habría deseado pronunciarlo ella; si lady Mary galopaba tras su traílla, desesperando a su nuera y sorprendiendo a las gentes con su audacia, Ana habría deseado hallarse en su lugar. 

Pero era en vano. Debía contentarse con la lectura, mientras daba vueltas a la plegadera entre sus menudas manos. 

El héroe de su novela empezaba ya a alcanzar la plenitud de su británica felicidad: obtenía un título de baronet y unas propiedades, y Ana sentía deseo de irse con él a aquellas tierras. De pronto la Karenina experimentó la impresión de que su héroe debía de sentirse avergonzado y que ella participaba de su vergüenza. Pero ¿por qué? 

«¿De qué tengo que avergonzarme?», se preguntó con indignación y sorpresa. Y dejando la lectura, se reclinó en su butaca, oprimiendo la plegadera entre sus manos nerviosas.










'BUSQUEN LA PALABRA ONU', por Juan J. Millás / 'ROMERO SÓLO', de León Felipe / 'HAMLET' (fragmento)

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La pregunta también es: si estuviéramos allí, ¿no buscaríamos REFUGIO en otro lugar?

"...unos versos de León Felipe describen la expresión monótona con la que los lectores y en cierto modo sepultureros de la prensa diaria observamos este tipo de fotografías antes de pasar la página en dirección a las farmacias de guardia o a la lista de los fallecidos ayer en nuestra ciudad. Nada nos impresiona ya ni nos conmueve..."

"Sensibles a todo viento... poetas, nunca cantemos la vida de un mismo pueblo ni la flor de un solo huerto. Que sean todos los pueblos y todos los huertos nuestros"(León Felipe)

Alepo,  GEORGE OURFALIAN (AFP) (eL pAÍS)

BUSQUEN LA PALABRA ONU

La mano ociosa es quien tiene más fino el tacto en los dedos, / decía el príncipe Hamlet viendo / cómo cavaba una fosa y cantaba al mismo tiempo / un sepulturero. / No sabiendo los oficios, los haremos con respeto. / Para enterrar a los muertos / como debemos, / cualquiera sirve, cualquiera…, menos un sepulturero”.

He ahí unos versos de León Felipe que describen la expresión monótona con la que los lectores y en cierto modo sepultureros de la prensa diaria observamos este tipo de fotografías antes de pasar la página en dirección a las farmacias de guardia o a la lista de los fallecidos ayer en nuestra ciudad. Nada nos impresiona ya ni nos conmueve. A veces, en la tele, cuando van a mostrar unas imágenes duras, los locutores advierten de que pueden herir la sensibilidad de algunas personas. ¿Escuchamos la advertencia? Sí, al modo en que escuchamos las instrucciones de la azafata en el avión.

Detengámonos un momento en esta imagen de un barrio de Alepo bombardeado por sus amigos y por sus enemigos, por sus bienhechores y por sus malhechores. Fíjense en los edificios sin piel. Reparen en el conjunto de cascotes de lo que en su día fue una calle por la que la gente se dirigía a comprar el pan y en la que quizá los niños jugaban al balón. Traten de adivinar adónde habrán ido a parar las personas que habitaban esas viviendas de las que apenas queda su esqueleto. No se pierdan al individuo diminuto de la derecha, el único ser vivo de este paisaje urbano y quizá miembro de los que atacaron el barrio para salvarlo. Y ahora busquen en la Wikipedia la palabra ONU.

(Fuente: El País Semanal, 18-12-2016)

ROMERO SÓLO

Ser en la vida romero,
romero sólo que cruza siempre por caminos nuevos.
Ser en la vida romero,
sin más oficio, sin otro nombre y sin pueblo.
Ser en la vida romero, romero..., sólo romero.
Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo,
pasar por todo una vez, una vez sólo y ligero,
ligero, siempre ligero.

Que no se acostumbre el pie a pisar el mismo suelo,
ni el tablado de la farsa, ni la losa de los templos
para que nunca recemos
como el sacristán los rezos,
ni como el cómico viejo
digamos los versos.
La mano ociosa es quien tiene más fino el tacto en los dedos,
decía el príncipe Hamlet, viendo
cómo cavaba una fosa y cantaba al mismo tiempo
un sepulturero.
No sabiendo los oficios los haremos con respeto.
Para enterrar a los muertos
como debemos
cualquiera sirve, cualquiera... menos un sepulturero.
Un día todos sabemos
hacer justicia. Tan bien como el rey hebreo
la hizo Sancho el escudero
y el villano Pedro Crespo.

Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo.
Pasar por todo una vez, una vez sólo y ligero,
ligero, siempre ligero.

Sensibles a todo viento
y bajo todos los cielos,
poetas, nunca cantemos
la vida de un mismo pueblo
ni la flor de un solo huerto.
Que sean todos los pueblos
y todos los huertos nuestros.


'HAMLET' (fragmento)

HAMLET.- Qué poco siente ese hombre lo que hace, que abre una sepultura y canta

SEPULTURERO 1. º.- Yo amé en mis primeros años, dulce cosa lo juzgué; pero casarme, eso no, que no me estuviera bien. una sepultura y canta. 

HORACIO.- La costumbre le ha hecho ya familiar esa ocupación. 

HAMLET.- Así es la verdad. La mano que menos trabaja, tiene más delicado el tacto. 

HAMLET.- Aquella calavera tendría lengua en otro tiempo, y con ella podría también cantar... ¡Cómo la tira al suelo el pícaro! Como si fuese la quijada con que hizo Caín el primer homicidio. Y la que está maltratando ahora ese bruto, podría ser muy bien la cabeza de algún estadista, que acaso pretendió engañar al Cielo mismo. ¿No te parece? 

HORACIO.- Bien puede ser.


ENTRADAS RELACIONADAS:


("De eso trata Astral...echarse al mar a salvar vidas de esa olla gigante y voraz que se las traga a puñados mientras Europa bosteza... Nos habla a nosotros. Nos pregunta por qué no hacemos más, por qué no hacemos nada, por qué no nos hemos plantado para exigir a nuestros gobiernos que actúen. Ya. Ahora.... Los que vengan detrás nos preguntarán por qué no hicimos nada para detener el genocidio, si lo estábamos viendo, y tendremos que bajar la cabeza porque no sabremos qué contestar")

EL VIENTO

("¿Cuándo aceptaremos que somos nosotros los que nos ahogamos en el mar frente a las costas de Europa junto con los inmigrantes desesperados? ¿Cuándo aceptaremos que ningún armamento es inocente y somos nosotros los que bombardeamos hospitales, familias, niños en Alepo?... La respuesta, amigos, como canta Bob Dylan, está flotando en el viento, pero no por eso dejamos de ser culpables")


("En Turquía el régimen de Erdogan hacina en campos de prisioneros a refugiados y opositores sin que nadie diga una palabra... En el mar los muertos se cuentan por miles porque siguen huyendo a millones de la guerra y la muerte, como haríamos usted y yo, mientras un país rico como España, con su gobierno a la cabeza, sólo ha sido capaz de acoger a un centenar de refugiados. Esa es la realidad. No va a desaparecer por mucho que la quitemos de los telediarios" "... Todo vive condenado a ser mostrado y mengua..." (Zhivka Baltadzhieva)

("Cuánto es demasiado, cuánto es suficiente... El mundo, la verdad, no parecía muy conmovido: no hubo explosiones de indignación, no hubo escándalo en los noticieros, y días después nadie recordaba el episodio... la humanidad se habitúa rápido a moverse en la mugre, a convivir con la basura en su ojo de cíclope hasta que la basura se hace callo y el ojo queda confortablemente ciego")
("Pasa como con las palabras, los sentimientos también se desgastan... La humanidad de las personas está en poder empatizar con el dolor de los otros, en ponerse en el lugar de los otros... Ese acomodamiento nos hace daño a nosotros, y también a los otros... hace daño a los otros, porque nuestra actitud los deja totalmente vulnerables ante la injusticia")


("Los refugiados (y en general los pobres) son en cierto modo los restos de la combustión de una parte de esa economía, las cenizas que expulsa la maquinaria del sistema... Es costoso deshacerse de las cenizas, sí, pero gracias a esas cenizas se ha movido, por poner un solo ejemplo, el tráfico de armas, cuya industria constituye una de las locomotora de la economía global...)


("... culpable de haber nacido, de haber nacido al otro lado, en la cara mala del mundo, en la otra orilla. Eres culpable de no soportar tu hambre amarilla, eres culpable de asomarte sin permiso al otro lado, a este lugar prohibido y mentiroso. Eres culpable de creer en los sueños azules, de pensar que una valla es sólo una valla...")



("Viendo a esos miles de refugiados que, después de haber cruzado el mar jugándose la vida (y viendo cómo otros la perdían, muchos de ellos niños aún), son obligados de nuevo a cruzarlo contra su voluntad... ¿Qué sentimientos albergarán hacia nosotros después de haber visto cómo los expulsábamos contradiciendo nuestras propias leyes? ¿Pensarán que todos participamos en su expulsión o distinguirán entre unos y otros?" "... No conozco ya los nombres de un mundo que me niega...")

("Esta es una larga historia, que comenzó con la destrucción de algunos países bajo las bombas humanitarias... La mayoría de los que escapan del desastre no tenían, cinco años atrás, planes de fuga.... Su plan ahora... escapar, llegar al norte, sacrificarse hasta la última gota de sudor para que sus descendientes tengan una perspectiva decente. Este es el único plan de un emigrante" "Llovió el invierno a mares lodos, hambre. Navegó la miseria a plena vela... Hubo más muertos. Pero nunca, jamás, la violencia" "... perdimos la verdad, perdimos las palabras")
("Las más auténticas procesiones de Semana Santa de este año son las de refugiados por las fronteras de espinas envueltas en bruma de Europa. Desde que falleció ahogado Aylan Kurdi, han muerto más de quinientos niños en este éxodo... México, hizo infinitamente más en un año por los españoles que lo que España ha hecho por todos los refugiados durante años en el Mediterráneo" "-Ni demasiado tarde ni demasiado lejos. La isla “Aquí” está en todos lados... El ambiente se volvió incómodo, cayó el silencio. Las verdades generales tienen ese problema")

NO ME LLAMEN EUROPEO, por Luis Enrique Ibáñez
("No, no me llamen europeo. Yo soy africano, y llegué aquí hace miles de años, lo mismo que ustedes... hemos cometido el imperdonable pecado de olvidar, de amputar, el significado de las palabras que nos fundaron... hospitalidad, justicia... belleza... No me llamen europeo... dolor, culpabilidad, complicidad, lo dócilmente sometido, imperio de la apatía, placer de la esclavitud, extravío de las palabras, lenguaje invisible. idioma disfrazado, de mentira, de asco, de nada")

'IR Y QUEDARSE, Y CON QUEDAR PARTIRSE', DE LOPE DE VEGA / 'COPENHAGUE', VETUSTA MORLA

("Ir y quedarse, y con quedar partirse...fuego en el alma, y en la vida infierno""... El valor para marcharse,el miedo a llegar...Ella duerme tras el vendaval No se quitó la ropa.Sueña con despertar en otro tiempo y en otra ciudad"

'LA HISTORIA NOS JUZGARÁ' Luis Gonzalo / 'SOBRE LA DENOMINACIÓN DE EMIGRANTES', Bertolt Brecht

("... seremos juzgados como genocidas y las próximas generaciones se avergonzarán de nuestro comportamiento. Seremos un ejemplo en las clases de historia sobre la inhumanidad de nuestra sociedad y la violación constante de los derechos humanos... Estudiarán cómo invadimos países para convertirlos en estados fallidos y arrebatarles sus recursos en una nueva forma de colonialismo""... Cada unode los que vamos con los zapatos rotos entre la multitudla ignominia mostramos..." (Brecht)
("Europa renuncia a sus principios éticos y fundacionales, consagra las devoluciones en caliente y se entrega a un régimen corrupto gobernado por un sátrapa que cierra periódicos críticos y oprime a la disidencia. Nos han vendido por un puñado de euros...  casi todos los países han incumplidos sus promesas de acogida y les tratan como prisioneros de guerra y animales... Los mismos que lloraban la muerte de Aylán, provocan su muerte" "No aceptes lo habitual como cosa natural"   (Bertolt Brecht)

'LA SERPIENTE', por Julio Llamazares / 'DEVOCIONES PARA OCASIONES EMERGENTES', de John Donne

("Un numeroso grupo de vecinos de Bautzen celebró el incendio... de un antiguo hotel habilitado para acoger a refugiados extranjeros al tiempo que estorbaba las labores de extinción... ¿A qué les suenan estas escenas? ¿Acaso no les recuerdan a aquéllas que describían los años previos a la ascensión del nazismo...?""... Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta...")

("Compartiremos las injurias, los reproches, las necias burlas resistiremos... el destino penoso del ser humano" (Hristo Botev) "¿Cuántas voces son necesarias para no entender el mundo?" (Zhivka Baltadzhieva) 

("Da lo mismo, el asunto no se aborda. Significa que el hombre, además de chillar a los suyos, nos interpela a nosotros. Lleva casi cinco meses gritándonos bajo la tormenta: –¡Joder, haced algo, que llevo a una criatura encima!... ahí lo tienen, en pie, gritándole al mundo civilizado que, joder, le eche una mano. El mundo civilizado, como el que oye llover" (J.J. Millás) "... Han muerto todas las ideas capaces de sostener un sueño... La única raza ha desahuciado al inquilino en el propio domicilio de su cráneo..." (Juan Carlos Mestre) 


("Ante el orden existente...)


("Sesenta o setenta personas son las dueñas de un mundo en el que la mayoría pasa hambre, sed, frío y un sinfín de calamidades. Es lo que llamamos estabilidad... No precisan de un ejército porque tienen a su disposición los de todo el mundo, ni de una policía porque todas están a sus órdenes... Menos mal que nos quedan las rastas y el amamantamiento como materia para el análisis político riguroso" (J.J. Millás) "la globalización de los hambrientos es el aperitivo de los amos" (M. Benedetti)







' LOS DOS MONOS DE BRUEGHEL', de Wislawa Szymborka

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"Así es mi gran sueño del examen de reválida...

'Pareja de monos', Pieter, Brueghel, el Viejo (1)

LOS DOS MONOS DE BRUEGHEL


Así es mi gran sueño del examen de reválida:
en la ventana hay dos monos encadenados
Detrás de la ventana vuela el cielo.
y se baña el mar.

Es el examen de historia de la gente.
Tartamudeo y me confundo.

Con la mirada fija, un mono, irónico me escucha
-el otro como que dormita-,
y, cuando a la pregunta le sigue el silencio,
me sopla la respuesta
con un discreto sonido de cadenas.




TAMBIÉN DE WISLAWA SZYMBORSKA EN ESTE SITIO:

'NADA ES REGALO' Y 'ELOGIO DE LA MALA CONCIENCIA DE UNO MISMO'

("Nada es regalo, todo es préstamo. Estoy de deudas hasta el cuello... y todo parece indicar que nos quedaremos sin nada La protesta se llama alma. Y es lo único que no consta en el registro""El buitre no tiene nada que reprocharse... Nada más animal que una conciencia limpia")


("-Ni demasiado tarde ni demasiado lejos. La isla “Aquí” está en todos lados... El ambiente se volvió incómodo, cayó el silencio. Las verdades generales tienen ese problema")








(1) ACERCA DE PIETER BRUEGHEL: Pintor y grabador flamenco que trabajó en Amberes y Bruselas, famoso por sus paisajes, su obra es producto de una visión panorámica del mundo, y abarca desde la pintura religiosa alegórica hasta las escenas de la vida campesina. Era el mayor y el más importante de una familia de artistas que trabajó hasta bien entrado el siglo XVII. El arte de Brueghel suele considerarse como la última etapa del desarrollo de una larga tradición pictórica flamenca que comenzó Jan van Eyck en el siglo XV. Esta tradición transformó la estilización del arte medieval en una expresión más realista del mundo. Brueghel pintó con todo lujo de detalle escenas de la vida cotidiana de los campesinos holandeses y episodios de la Biblia, trasplantados a los paisajes y ciudades del norte de Europa de su época. Se cree que nació en la ciudad de Breda, ubicada en Brabante (hoy Holanda). Fue discípulo de Pieter Coecke en Bruselas y trabajó durante un periodo corto en Malines. En 1551 ingresó en el gremio de pintores de Amberes. Viajó por Italia entre los años 1552 y 1555 y después regresó a la ciudad belga. En 1563 se casó con la hija de Coecke, Maria Coecke van Aelst y se trasladaron a Bruselas, donde permaneció hasta su muerte, en septiembre de 1569. Sus dos hijos, Pieter el Joven y Jan, fueron también reconocidos pintores. Las primeras obras de Brueghel son paisajes, tema que le interesó a lo largo de toda su vida. La serie de dibujos paisajísticos realizados durante su viaje por Italia, como los que se conservan en Berlín (1552, Staatliche Museen) y en Londres (1553, Museo Británico), demuestran la capacidad del pintor, incluso al comienzo de su carrera artística, para captar la esencia de las diferentes estaciones y las cualidades climáticas de la naturaleza. Estas mismas características se manifiestan en paisajes posteriores, como Cazadores en la nieve (1565, Kunsthistorisches Museum, Viena) y Urracas en la horca (1568, Hessiches Landesmuseum, Darmstadt, Alemania). Después de instalarse en Amberes, a su regreso de Italia en 1555, se dedicó a hacer grabados que luego publicó la casa impresora del artista gráfico Hieronymus Cock. Algunos de los dibujos que realizó para Cock eran paisajes, pero otros pretendían claramente sacar provecho de la popularidad de la que gozaba el singular arte de Hieronymus Bosch (El Bosco), pintor flamenco anterior a Brueghel. Dentro de esta categoría entran las figuras monstruosas y fantásticas, así como los enanos demoníacos de la serie de grabados Los siete pecados capitales (1557).

A finales de la década de 1550 inició una serie de grandes paneles pintados con complejas composiciones que representaban diferentes aspectos de la vida rural flamenca. El primero fue una representación enciclopédica de dichos populares, Proverbios flamencos (1559, Staatliche Museen, Berlín), le siguieron El combate entre carnaval y cuaresma (1559) y Juegos infantiles (1560, ambos en el Kunsthistorisches Museum, Viena). Todos ellos se caracterizan por la gran capacidad de observación de la naturaleza humana, el ingenio omnipresente y la vitalidad de los campesinos. Entre los últimos ejemplos de temas campesinos se incluyen La Kermesse y El banquete de boda (ambos de 1566-c. 1568, Kunsthistorisches Museum, Viena). En 1565 Brueghel completó un grupo de obras que representaban paisajes y actividades humanas a través de las estaciones. Sólo se han conservado cinco y la más conocida es Cazadores en la nieve (Kunsthistorisches Museum, Viena). De esta época es también El triunfo de la muerte (c. 1562, Museo del Prado, Madrid). Los expertos actuales distan mucho de considerar simple el arte de Brueghel, de ver su obra como una serie de campesinos pintados por un artista de familia campesina, tal y como lo describió su biógrafo, el pintor e historiador de arte Karel van Mander, en 1604. Hoy se le considera hombre de gran cultura y amigo de intelectuales de la talla del geógrafo Abraham Ortelius. Sus obras se han interpretado de diferentes maneras, como referente de las ideas de diversos pensadores religiosos, de los conflictos entre catolicismo y protestantismo, de la dominación de los Países Bajos por parte de los españoles y como equivalentes visuales de alegorías dramáticas representadas en público por sociedades retóricas flamencas. Fue muy famoso en vida y su influencia sobre la pintura flamenca posterior fue inmensa.
(Fuente: epdlp)






Artículo de opinión: 'POST-MIERDA', por Elisa Beni / 'EN TIEMPOS DE IGNOMINIA', de José Agustín Goytisolo

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"Van a por todas. Es indudable. Han conseguido ya que los trabajadores se convenzan de que su enemigo son los otros trabajadores y no los capitalistas... han logrado que nosotros mismos nos explotemos, nos esclavicemos, nos amordacemos y todo creyéndonos libres y dueños de nuestros actos... Todo aquel que sea capaz de percibir lo que sucede está obligado a denunciarlo... Y al próximo babieca que le hable de la puta post-verdad, mándele a la mierda"

"... Mejor mirarles a la cara y decir alto: tirad hijos de perra somos millones y el planeta no es vuestro" (J.A. Goytisolo)


POST-MIERDA

Van a por todas. Es indudable. Han conseguido ya que los trabajadores se convenzan de que su enemigo son los otros trabajadores y no los capitalistas. Han conseguido que creamos que los sindicatos no nos sirven y que la huelga y la protesta no son válidas porque molestan, no son educadas y además tienen consecuencias. Están consiguiendo desmontar todo un sistema de protección, pero no se quedan ahí. No, que va. Quieren desmontar también nuestro sistema de creencias y principios, el que propició la instauración de las democracias occidentales. Nos han convencido de que la manipulación y la mentira se llaman post-verdad y ahora nos quieren colocar el post-Estado de Derecho y la post-democracia, o sea, la dictadura.

Llevan tiempo estimulando las emociones (post-verdad) más primitivas para hacer que el pueblo piense que la venganza es el principio rector de la Justicia. Justo lo contrario de lo que creemos como sociedad. Han hecho que el elemental principio de que “más valen cien culpables en la cárcel que un inocente preso”, que está formulado precisamente para proteger a las personas honradas del poder omnímodo del Estado, se cuestione y que el término “garantista” se haya convertido casi en un insulto.

Ahora van a por la libertad de expresión. El principio liberal -en el sentido que esta palabra tenía antes de que se la apropiaran y la pervirtieran- que nos hace entender que hace menos daño a la sociedad que algunas ofensas queden impunes que el establecimiento de cualquier forma de censura, también se está socavando a base de manipulaciones masivas en las ordalías de las redes sociales en las que se confunden y entremezclan las opiniones fundadas con los exabruptos viscerales de los más acríticos y poco formados. La confusión alcanza ya tal magnitud que afecta a estratos que pensábamos más ilustrados. El hecho de que en la Comunidad de Madrid se esté intentando legislar para que sea la Administración la que controle las supuestas ofensas al honor realizadas en las redes es tan alucinante que nos deja paralizados. Y no sólo porque vayan a saltarse a la torera que el legislador, que aún respetaba los principios, haya entendido que la libertad de expresión -sin la cual es imposible un sistema democrático- merece tal protección que sólo puede regularse mediante ley orgánica. Es la esencia del discurso que nos ofrecen la que pone los pelos de punta. Es inconcebible que la administración vaya a decidir qué es ofensivo o no en las redes con un control judicial inexistente, excepto por vía contencioso-administrativa. Inconcebible, pero en marcha está y sin grandes protestas.

También quieren cargarse el Estado del Bienestar. Así que frente a la consideración de que la equidad y la justicia nos obligan a proteger a los más débiles, estableciendo sistemas de ayudas, nos ponen enfrente los engaños y los fraudes para que ponderemos la necesidad de desmantelarlos. Pagamos todos y eso hace que debamos enfurecernos ante los que se aprovechan y nos sacan la pasta. Normalmente minorías o colectivos concretos, a los que se apunta con una xenofobia evidente. Esos inmigrantes que vienen de fuera a saquear nuestros recursos. De nuevo es evidente que es mejor que un mínimo porcentaje nos engañe que dejar a la mayoría de los más débiles sociales sin apoyo, pero están empezando a conseguir que mucha gente sienta lo contrario.

Van a por todas. Estamos asistiendo al fin del mundo que conocimos. Ninguna distopía fue tan terrible, a fin de cuentas la realidad supera siempre a la ficción. Cuando nos intentaron alertar sobre los males del futuro aún éramos capaces de detectar el horror de sociedad que planteaban. Ahora, ni eso. Han conseguido que el futuro nos alcance y que nada de lo que nos amenaza nos parezca peligroso. Muy por el contrario han logrado que nosotros mismos nos explotemos, nos esclavicemos, nos amordacemos y todo creyéndonos libres y dueños de nuestros actos. Las nuevas generaciones, en muchos casos, han sido programadas para ni siquiera entender estos argumentos o la necesidad de mantener vivo este debate.

No hay peligro que nos aceche mayor que este. Todo aquel que sea capaz de percibir lo que sucede está obligado a denunciarlo, para evitar que las espirales del silencio de la opinión imperante acaben arrastrando los grandes principios por el sumidero de la historia. Y al próximo babieca que le hable de la puta post-verdad, mándele a la mierda.

(Fuente: eldiario.es)

EN TIEMPOS DE IGNOMINIA

En tiempos de ignominia como ahora

a escala planetaria y cuando la crueldad

Se extiende por doquier fría y robotizada

Aún queda buena gente en este mundo

Que escucha una canción o lee un poema:

Es el canto la voz y la palabra: única patria

Que no pueden robarnos ni aun poniéndonos

De espaldas contra el muro.

Que nadie piense nunca:

no puedo más y aquí me quedo. Mejor mirarles

a la cara y decir alto: tirad hijos de perra

somos millones y el planeta no es vuestro.







'DULCES NOCHES DE LUNA Y PATERAS', Los Suaves

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Las noticias siguen pasando, como una rutina siniestra. la confusión sigue instalada en los mensajes, la confusión no, la mentira y la manipulación. Algunos seguimos sintiendo que no podemos evitar que sean todas las muertes las que nos duelen, aunque cada vez sea más difícil explicarlo. Por ello, en el IES Cristóbal Colón seguimos preparando, en estas fechas tan entrañables, nuestras Jornadas sobre los No Refugiados, es lo que podemos hacer y, por eso, lo vamos a hacer.

"Nació como nacimos todos pero a él le tocó el lado negro del mar... hay tantos ahogados que hasta el oceano se va a secar... Peor que matar a un hombre
es cerrarle el camino mucho peor es ahogar su destino. El mundo es de todos tienen que pasar aquí entramos todos"


"... Una carta pidiendo cuentas
va recorriendo la tierra
hay miradas que siguen mirando
aunque tu alma esté ciega..."




LETRA:

Nació como nacimos todos
pero a él le tocó el lado negro del mar
último de siete hermanos
llevaba el nombre del profeta.
Pedía limosna a su propia sombra
las cinco promesas cumplía
su compañera arrastraba veinte años
siempre a su lado empujando en la vida.

Delante acechaban montañas de días
a quien le puedo contar
que aquel infierno era su vida
soñaba al mirar la ventana del diablo
los espejismos no son el desierto
están mas allá del estrecho.

Peor que matar a un hombre
es cerrarle el camino
mucho peor es ahogar su destino.
El mundo es de todos
tienen que pasar
aquí entramos todos
o aquí no entra ni Dios ni Alá.

Dulces noches de luna y pateras
verano tiempo de viajar
lloran las nubes en la ribera
espuma de rabia escupe el mar.
Pasos de hambre en la arena
sólo oigo al mundo respirar
no hace ruido el dolor verdadero
sólo hace ruido el cielo.

Las ilusiones se escurren entre los dedos del agua
crucero de los condenados
fracaso de los fracasados
la muerte se baña entre las olas
antesala de los sueños
las estrellas ruedan solas.

Peor que matar a un hombre
es cerrarle el camino
mucho peor es ahogar su destino.
El mundo es de todos
dejadlos pasar
aquí entramos todos
o aquí no entra ni Dios ni Alá.

Peor que matar a un hombre
cerrarle el camino
mucho peor es ahogar su destino.
Vallas y alambradas
no pueden parar
lo que hoy es marea
mañana es temporal.

Una carta pidiendo cuentas
va recorriendo la tierra
hay miradas que siguen mirando
aunque tu alma esté ciega.

Un día el mar recordará
el nombre de todos los que entierra
si hacemos un puente de muertos
para que sirven las piedras.

Maldito mar que tienes que unir y separas
malditas leyes de fronteras
colores, banderas y patrias.
La noche se va convirtiendo en tinieblas
le llaman estrecho y es ancho
y más profundo que las penas.

Peor que matar a un hombre
es cerrarle el camino
mucho peor es ahogar su destino.
El mundo es de todos
tienen que pasar
aquí entramos todos
o aquí no entra ni Dios ni Alá.

Nació como nacimos todos
polvo de estrellas cielo y mar
hay tantos ahogados
que hasta el oceano se va a secar.
Ella espera, sigue esperando
piensa que ha podido cruzar
el da patadas al cielo
desde el fondo de un pozo negro.

Viudas de vivos y muertos esperan noticias
noticias que siempre son malas
en el lado oscuro del mar.
Los náufragos cobrándose vidas
las esperanzas quedan hundidas
a los pies de Gibraltar.

Peor que matar a un hombre
es cerrarle el camino
mucho peor es ahogar su destino.
El mundo es de todos
tienen que pasar
aquí entramos todos
o aquí no entra ni Dios ni Alá...




ENTRADAS RELACIONADAS:


("...unos versos de León Felipe describen la expresión monótona con la que los lectores y en cierto modo sepultureros de la prensa diaria observamos este tipo de fotografías antes de pasar la página en dirección a las farmacias de guardia o a la lista de los fallecidos ayer en nuestra ciudad. Nada nos impresiona ya ni nos conmueve..." "Sensibles a todo viento... poetas, nunca cantemos la vida de un mismo pueblo ni la flor de un solo huerto. Que sean todos los pueblos y todos los huertos nuestros" (León Felipe)



("De eso trata Astral...echarse al mar a salvar vidas de esa olla gigante y voraz que se las traga a puñados mientras Europa bosteza... Nos habla a nosotros. Nos pregunta por qué no hacemos más, por qué no hacemos nada, por qué no nos hemos plantado para exigir a nuestros gobiernos que actúen. Ya. Ahora.... Los que vengan detrás nos preguntarán por qué no hicimos nada para detener el genocidio, si lo estábamos viendo, y tendremos que bajar la cabeza porque no sabremos qué contestar")

EL VIENTO

("¿Cuándo aceptaremos que somos nosotros los que nos ahogamos en el mar frente a las costas de Europa junto con los inmigrantes desesperados? ¿Cuándo aceptaremos que ningún armamento es inocente y somos nosotros los que bombardeamos hospitales, familias, niños en Alepo?... La respuesta, amigos, como canta Bob Dylan, está flotando en el viento, pero no por eso dejamos de ser culpables")


("En Turquía el régimen de Erdogan hacina en campos de prisioneros a refugiados y opositores sin que nadie diga una palabra... En el mar los muertos se cuentan por miles porque siguen huyendo a millones de la guerra y la muerte, como haríamos usted y yo, mientras un país rico como España, con su gobierno a la cabeza, sólo ha sido capaz de acoger a un centenar de refugiados. Esa es la realidad. No va a desaparecer por mucho que la quitemos de los telediarios" "... Todo vive condenado a ser mostrado y mengua..." (Zhivka Baltadzhieva)

("Cuánto es demasiado, cuánto es suficiente... El mundo, la verdad, no parecía muy conmovido: no hubo explosiones de indignación, no hubo escándalo en los noticieros, y días después nadie recordaba el episodio... la humanidad se habitúa rápido a moverse en la mugre, a convivir con la basura en su ojo de cíclope hasta que la basura se hace callo y el ojo queda confortablemente ciego")
("Pasa como con las palabras, los sentimientos también se desgastan... La humanidad de las personas está en poder empatizar con el dolor de los otros, en ponerse en el lugar de los otros... Ese acomodamiento nos hace daño a nosotros, y también a los otros... hace daño a los otros, porque nuestra actitud los deja totalmente vulnerables ante la injusticia")


("Los refugiados (y en general los pobres) son en cierto modo los restos de la combustión de una parte de esa economía, las cenizas que expulsa la maquinaria del sistema... Es costoso deshacerse de las cenizas, sí, pero gracias a esas cenizas se ha movido, por poner un solo ejemplo, el tráfico de armas, cuya industria constituye una de las locomotora de la economía global...)


("... culpable de haber nacido, de haber nacido al otro lado, en la cara mala del mundo, en la otra orilla. Eres culpable de no soportar tu hambre amarilla, eres culpable de asomarte sin permiso al otro lado, a este lugar prohibido y mentiroso. Eres culpable de creer en los sueños azules, de pensar que una valla es sólo una valla...")



("Viendo a esos miles de refugiados que, después de haber cruzado el mar jugándose la vida (y viendo cómo otros la perdían, muchos de ellos niños aún), son obligados de nuevo a cruzarlo contra su voluntad... ¿Qué sentimientos albergarán hacia nosotros después de haber visto cómo los expulsábamos contradiciendo nuestras propias leyes? ¿Pensarán que todos participamos en su expulsión o distinguirán entre unos y otros?" "... No conozco ya los nombres de un mundo que me niega...")

("Esta es una larga historia, que comenzó con la destrucción de algunos países bajo las bombas humanitarias... La mayoría de los que escapan del desastre no tenían, cinco años atrás, planes de fuga.... Su plan ahora... escapar, llegar al norte, sacrificarse hasta la última gota de sudor para que sus descendientes tengan una perspectiva decente. Este es el único plan de un emigrante" "Llovió el invierno a mares lodos, hambre. Navegó la miseria a plena vela... Hubo más muertos. Pero nunca, jamás, la violencia" "... perdimos la verdad, perdimos las palabras")
("Las más auténticas procesiones de Semana Santa de este año son las de refugiados por las fronteras de espinas envueltas en bruma de Europa. Desde que falleció ahogado Aylan Kurdi, han muerto más de quinientos niños en este éxodo... México, hizo infinitamente más en un año por los españoles que lo que España ha hecho por todos los refugiados durante años en el Mediterráneo" "-Ni demasiado tarde ni demasiado lejos. La isla “Aquí” está en todos lados... El ambiente se volvió incómodo, cayó el silencio. Las verdades generales tienen ese problema")

NO ME LLAMEN EUROPEO, por Luis Enrique Ibáñez
("No, no me llamen europeo. Yo soy africano, y llegué aquí hace miles de años, lo mismo que ustedes... hemos cometido el imperdonable pecado de olvidar, de amputar, el significado de las palabras que nos fundaron... hospitalidad, justicia... belleza... No me llamen europeo... dolor, culpabilidad, complicidad, lo dócilmente sometido, imperio de la apatía, placer de la esclavitud, extravío de las palabras, lenguaje invisible. idioma disfrazado, de mentira, de asco, de nada")

'IR Y QUEDARSE, Y CON QUEDAR PARTIRSE', DE LOPE DE VEGA / 'COPENHAGUE', VETUSTA MORLA

("Ir y quedarse, y con quedar partirse...fuego en el alma, y en la vida infierno""... El valor para marcharse,el miedo a llegar...Ella duerme tras el vendaval No se quitó la ropa.Sueña con despertar en otro tiempo y en otra ciudad"

'LA HISTORIA NOS JUZGARÁ' Luis Gonzalo / 'SOBRE LA DENOMINACIÓN DE EMIGRANTES', Bertolt Brecht

("... seremos juzgados como genocidas y las próximas generaciones se avergonzarán de nuestro comportamiento. Seremos un ejemplo en las clases de historia sobre la inhumanidad de nuestra sociedad y la violación constante de los derechos humanos... Estudiarán cómo invadimos países para convertirlos en estados fallidos y arrebatarles sus recursos en una nueva forma de colonialismo""... Cada unode los que vamos con los zapatos rotos entre la multitudla ignominia mostramos..." (Brecht)
("Europa renuncia a sus principios éticos y fundacionales, consagra las devoluciones en caliente y se entrega a un régimen corrupto gobernado por un sátrapa que cierra periódicos críticos y oprime a la disidencia. Nos han vendido por un puñado de euros...  casi todos los países han incumplidos sus promesas de acogida y les tratan como prisioneros de guerra y animales... Los mismos que lloraban la muerte de Aylán, provocan su muerte" "No aceptes lo habitual como cosa natural"   (Bertolt Brecht)

'LA SERPIENTE', por Julio Llamazares / 'DEVOCIONES PARA OCASIONES EMERGENTES', de John Donne

("Un numeroso grupo de vecinos de Bautzen celebró el incendio... de un antiguo hotel habilitado para acoger a refugiados extranjeros al tiempo que estorbaba las labores de extinción... ¿A qué les suenan estas escenas? ¿Acaso no les recuerdan a aquéllas que describían los años previos a la ascensión del nazismo...?""... Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta...")

("Compartiremos las injurias, los reproches, las necias burlas resistiremos... el destino penoso del ser humano" (Hristo Botev) "¿Cuántas voces son necesarias para no entender el mundo?" (Zhivka Baltadzhieva) 

("Da lo mismo, el asunto no se aborda. Significa que el hombre, además de chillar a los suyos, nos interpela a nosotros. Lleva casi cinco meses gritándonos bajo la tormenta: –¡Joder, haced algo, que llevo a una criatura encima!... ahí lo tienen, en pie, gritándole al mundo civilizado que, joder, le eche una mano. El mundo civilizado, como el que oye llover" (J.J. Millás) "... Han muerto todas las ideas capaces de sostener un sueño... La única raza ha desahuciado al inquilino en el propio domicilio de su cráneo..." (Juan Carlos Mestre) 


("Ante el orden existente...)


("Sesenta o setenta personas son las dueñas de un mundo en el que la mayoría pasa hambre, sed, frío y un sinfín de calamidades. Es lo que llamamos estabilidad... No precisan de un ejército porque tienen a su disposición los de todo el mundo, ni de una policía porque todas están a sus órdenes... Menos mal que nos quedan las rastas y el amamantamiento como materia para el análisis político riguroso" (J.J. Millás) "la globalización de los hambrientos es el aperitivo de los amos" (M. Benedetti)







'LA MUJER QUE AMABA A LOS PAVOS REALES', por G. Martín Garzo / '¿POR QUÉ SE AMOTINAN LAS GENTES'', de Flanery O´Connor

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"No leemos para buscar lo que existe, un espejo que nos dé la imagen de lo que sabemos, sino para ver más allá. No para acercarnos a lo que somos, sino a lo que deberíamos ser: para ser lo que no hemos sido. Y recuperar la memoria del fuego. La literatura es a la vez el jardín de los muertos y el de los vivos, el lugar en que los peces guardan los anillos de los que se aman y en el que hombres diminutos quieren raptar a los niños"

"... Entonces le vino a la mente, con un leve y desagradable sobresalto, que el general con la espada en la boca, que marchaba presto a la violencia, era Jesucristo"

Flanery O´Connor, 1925-1964

LA MUJER QUE AMABA A LOS PAVOS REALES

En su libro El fuego y el relato,Giorgio Agamben nos recuerda una historia del fundador del jasidismo. Cuando este santo tenía que resolver una tarea difícil iba a un lugar escondido del bosque, encendía un fuego, decía sus oraciones y lo que quería se realizaba. Fue pasando el tiempo y sus seguidores se olvidaron de encender el fuego, pero como se acordaban del lugar al que debían dirigirse y recordaban las oraciones todo continuó igual. Las generaciones siguientes también se olvidaron de las oraciones y del lugar donde decirlas, mas como podían contar con todo ello una historia, sus deseos se seguían realizando.

Giorgio Agamben ve en este relato una alegoría de la literatura. “La humanidad, en el curso de su historia, se aleja siempre más de las fuentes del misterio y pierde poco a poco el recuerdo de aquello que la tradición le había enseñado sobre el fuego, sobre el lugar y la fórmula, pero de todo eso los hombres pueden contar aún una historia. Y eso les basta”. Pero no hay que fiarse de las historias, añade, pues es justo en ellas donde el misterio se extingue y ha ocultado su fuego. “Donde hay relato, el fuego se ha apagado; donde hay misterio, no puede haber historia”.

Pocos escritores llevaron más lejos la rebelión contra ese mundo de historias desencantadas que caracteriza a gran parte de la literatura actual como la norteamericana Flannery O'Connor. Ella solía decir que nuestra época se caracterizaba por un aumento de la sensibilidad y una pérdida de la visión. En el relato que da título a su libro Un hombre bueno no es fácil de encontrar una familia tropieza con un criminal que termina matándolos a todos. La última en morir es la abuela, que enfrentada al horror de la muerte ve de pronto a ese criminal como si fuera su propio hijo. El Desequilibrado es una especie de negativo de Cristo. “Cristo desequilibró todo con su conducta”, exclama el personaje en un momento de su locura. Todo en la obra de esta autora es admirable. Su poderoso sentido dramático, su ausencia de sentimentalismo y esa dimensión simbólica que nos abre a temas tan perturbadores como la cualidad redentora del sufrimiento o la presencia inesperada de la gracia. Y también, como no podía ser menos tratándose de ella, su irresistible comicidad. Fogatas en el bosque de la muerte son sus relatos.

“Falsos profetas, extasiados y astutos predicadores, niños perversos, criminales, idiotas, santos en la duda, mentirosos inocentes, todo un mundo que corre hacia la perdición y que por eso mismo tiene la posibilidad de salvar”, escribe Jean Marie Le Sidaner, son los personajes que pueblan sus libros. En su Introducción a la biografía de Mary Ann, un texto que escribe a partir de un encargo de unas monjas de Atlanta, dedicadas a recoger de las calles enfermos incurables de cáncer, Flannery O'Connor nos habla del sentido que tiene para ella escribir. Mary Ann es una niña enferma e inútil cuya capacidad para la alegría no parece haber sufrido merma alguna a causa de la terrible enfermedad que la consume. Las monjas, convencidas de su santidad, quieren que Flannery O'Connor escriba su biografía. Y ella descubre que algo inexplicable la ata a la figura de esa niña, y aunque no llega a escribir la biografía que le piden, colabora con las monjas revisando el texto y dándoles todo tipo de consejos. Y escribe como introducción uno de sus textos más deslumbrantes. Lo hace porque ha descubierto en esas monjas y en esa niña una vocación por lo grotesco semejante a la suya, ya que entre los enfermos que aquellas recogen por las calles y los extravagantes personajes que pueblan sus novelas y cuentos no hay en el fondo diferencia alguna. En realidad, esa niña es una especie de alter ego, pues también Flannery O'Connor padece una enfermedad terrible que la obliga a permanecer aislada en su granja, y su misma condición de escritora tiene algo de grotesco, ya que su mundo, como el de Mary Ann, es un mundo de anormalidad y revelación. “Vivo en lo que escribo. Si entrecierro los ojos puedo ver todo lo que me ha pasado como una bendición”, dijo poco antes de morir.

Flannery O'Connor vivió siempre rodeada de pavos reales, a los que amó sin desfallecimiento hasta el último de sus días. En un precioso texto, titulado El rey de las aves, habla de ese amor, tan vinculado al mundo de lo deforme, lo marginado, tan presente en su obra. Flannery O'Connor cuenta que la primera vez que siendo niña sacó del cajón a unos pavos que acababan de comprar en su casa, exclamó: “Quiero tener tantos que cada vez que salga por la puerta me tropiece con uno”. Llegó a tener más de 40, y según ella misma confiesa nunca se cansaba de observarlos. En La persona desplazada, uno de sus relatos, un cura visionario que va a visitar a una anciana, al sorprender a uno de los pavos reales abriendo su cola, exclama: “¡Cristo vendrá así!”. Todos los personajes absurdos, delirantes, que pueblan los relatos de Flannery O'Connor buscan sin saberlo ese instante de transfiguración. El pavo los representa. Abre su cola y el mundo entero se transforma en un lugar de locura y belleza.

Los personajes de Flannery O'Connor viven en lugares donde son posibles cosas así. De hecho, en sus cartas, y cuando habla de literatura, ningún libro provoca en ella un entusiasmo mayor que los relatos cómicos de Poe. Y nos recuerda que “uno trataba de un joven que era demasiado presumido para llevar gafas y por ello se casó con su abuela por accidente; otro de un hombre de bello aspecto que en su dormitorio se quitaba los brazos y las piernas de madera, la peluca, los dientes, la laringe, etcétera; y otro, de los internos de un manicomio que se apoderaron de la institución y la dirigían de acuerdo a sus necesidades”. Y añade complacida: “Son increíbles, estoy segura de que tuvo que escribirlos borracho”. Flannery O'Connor se sentía heredera del amor sureño por lo grotesco, que era una literatura que venía de la frontera, llena de tipos anómalos y extravagantes. Estos tipos eran para ella algo más que caricaturas burdas, o esperpentos que expresan la degradación del hombre y sus bajos instintos; los amaba porque le hablaban de nuestro propio corazón, también lleno de deseos incumplidos, de pensamientos absurdos que no sabemos cómo llevar al mundo.

Todo el mundo del arte es un viaje por esas fantasmagorías del corazón. Acudimos a él queriendo ver no nuestra vida real, sino la soñada; no nuestros éxitos o nuestros fracasos, sino las criaturas que pueblan nuestras fantasías. No leemos para buscar lo que existe, un espejo que nos dé la imagen de lo que sabemos, sino para ver más allá. No para acercarnos a lo que somos, sino a lo que deberíamos ser: para ser lo que no hemos sido. Y recuperar la memoria del fuego. La literatura es a la vez el jardín de los muertos y el de los vivos, el lugar en que los peces guardan los anillos de los que se aman y en el que hombres diminutos quieren raptar a los niños. El jardín de los seres perdidos y el jardín en que los pavos reales nos entregan altivos sus ojos. Son esos ojos los que, al abrirse en sus colas, nos dicen que en el corazón de lo real viven siempre los sueños.

(Fuente: El País, 24-12-2016)

¿POR QUÉ SE AMOTINAN LAS GENTES'

A Tilman le dio el ataque en la capital del estado, adonde había ido por negocios, y estuvo allí internado dos semanas en el hospital. No recordaba la llegada a su casa en ambulancia, pero su esposa sí. Se había pasado dos horas sentada en el asiento plegable, a los pies de su marido, con la vista clavada en su cara. Solo el ojo izquierdo de Tilman, desviado hacia dentro, parecía albergar su antigua personalidad. En él ardía la ira. Por lo demás, toda su cara estaba preparada para la muerte. La justicia era implacable y para ella era un placer cuando la encontraba. Quizá hacía falta esta desgracia para que Walter se diera cuenta.
De pura casualidad los dos hijos estaban en casa cuando ellos llegaron. Mary Maud regresaba en coche de la escuela, sin darse cuenta de que la ambulancia iba detrás de ella. Se bajó del coche, una mujer corpulenta de treinta años, con la cara redonda e infantil y un montón de cabello color zanahoria que le caía desde lo alto de la cabeza como una red invisible, besó a su madre, le echó una ojeada a Tilman y ahogó un grito de asombro; luego, con cara seria y desconcertada, siguió al enfermero que iba detrás, dándole a gritos una serie de instrucciones sobre cómo superar la curva de la escalera del frente llevando la camilla a cuestas. “Nada más ni nada menos que como una maestra de escuela”, pensó su madre. Maestra de escuela de la cabeza a los pies. Cuando el enfermero que iba delante llegó al balcón, Mary Maud gritó bruscamente, con el tono empleado para dominar a los niños:
-¡Levántate, Walter, y abre la puerta!
Walter estaba sentado en el borde de la silla, absorto en la operación, con el dedo metido en el libro que había estado leyendo antes de que llegara la ambulancia. Se levantó, aguantó la puerta mosquitera y, mientras los enfermeros cruzaban el balcón con la camilla, observaba con evidente fascinación la cara de su padre.
-Me alegro de verlo, mi capitán -dijo, levantó la mano y, de cualquier manera, le hizo el saludo militar.
Cargado de ira, el ojo izquierdo de Tilman pareció alcanzar al hijo aunque no dio señales de reconocerlo.
Roosevelt, que en adelante sería enfermero en lugar de peón, esperaba dentro, al lado de la puerta. Se había puesto la chaqueta blanca que reservaba para las grandes ocasiones. Escrutaba lo que iba en la camilla. Los ojos enrojecidos se le tornaron vidriosos. Y, de repente, se le llenaron de lágrimas que bañaron sus negras mejillas como si fueran sudor. Tilman hizo un gesto débil y brusco con el brazo sano, el único gesto de afecto que se había permitido hacerle a alguno de los presentes. El negro siguió a la camilla hasta el dormitorio de atrás, sorbiéndose los mocos como si acabaran de pegarle.
Mary Maud entró para dar instrucciones a los portadores de la camilla.
Walter y su madre se quedaron en el balcón.
-Cierra la puerta -le ordenó-, que entran las moscas.
Ella observaba a Walter desde que había entrado, buscaba en su cara grande y sosa alguna señal de que sentía la urgencia de la situación, alguna señal de que debía tomar las riendas, de que debía hacer algo, lo que fuese; para ella habría sido una alegría verlo cometer un error, incluso empantanar las cosas, si con eso al menos hacía algo, pero comprobó que nada había ocurrido. Walter le clavaba los ojitos, levemente brillantes detrás de las gafas. Había captado cada detalle de la cara de Tilman; había visto las lágrimas de Roosevelt, la confusión de Mary Maud, y ahora la estudiaba a ella para comprobar cómo reaccionaba. Se enderezó el sombrero de un manotazo cuando, por la forma en que la miraba su hijo, se percató de que se le había ido hacia atrás.
-Deberías llevarlo así -dijo él-. Te da un aire desenfadado, de despiste.
Ella endureció el gesto tanto como pudo.
-Ahora la responsabilidad es tuya -le dijo con tono severo, categórico.
Él siguió allí de pie, con aquella media sonrisa, en silencio. Como una masa absorbente que se queda con todo sin dar nada. Ella tuvo la impresión de estar ante un extraño con la misma cara de la familia. Tenía la misma sonrisa evasiva de abogado que su padre y su abuelo maternos, engastada en la misma mandíbula poderosa, bajo la misma nariz romana; su hijo tenía los mismos ojos, ni azules, ni verdes, ni grises; no tardaría en quedarse calvo como ellos. Ella endureció más el gesto.
-Tendrás que tomar las riendas de la casa y el negocio -le dijo, y se cruzó de brazos-, si quieres seguir aquí.
A él se le borró la sonrisa. La miró con fijeza, la expresión ausente, y luego paseó la vista por el prado, más allá de los cuatro robles y de la lejana y negra hilera de árboles, por el cielo despejado de la tarde.
-Creía que esta era mi casa -dijo él-, pero se ve que las suposiciones sirven de bien poco.
A ella se le encogió el corazón. De pronto le vino la imagen de su hijo desamparado. Desamparado allí, desamparado en todas partes.
-Por supuesto que es tu casa -dijo ella-, pero alguien debe tomar las riendas. Alguien tiene que encargarse de que estos negros trabajen.
-Yo no sé hacer trabajar a los negros -rezongó él-. Es lo último de lo que sería capaz.
-Yo te diré todo lo que tienes que hacer.
-¡Ja! -exclamó él-. Eso, seguro.
La miró y recuperó la media sonrisa.
-Señora mía -le dijo-, saldrás adelante. Naciste para tomar las riendas. Si al viejo le hubiera dado el ataque hace diez años, estaríamos todos mucho mejor. Habrías sido capaz de guiar una caravana de carretas a través de las comarcas deshabitadas. Eres capaz de detener a una turba. Eres la última del siglo diecinueve, eres…
-Walter -lo interrumpió ella-, tú eres hombre. Yo soy solo una mujer.
-Una mujer de tu generación -dijo Walter- vale más que un hombre de la mía.
Ella apretó los labios en un gesto de indignación y la cabeza la tembló imperceptiblemente.
-¡A mí me daría vergüenza decir eso! -susurró.
Walter se dejó caer en la silla en la que estaba sentado antes y abrió el libro. La cara se le tiñó de un rubor letárgico.
-La única virtud de los de mi generación es que no nos da vergüenza decir la verdad sobre nosotros mismos -dijo Walter, y se puso a leer otra vez. La entrevista con su madre había concluido.
Ella se quedó allí de pie, rígida, los ojos llenos de pasmado disgusto clavados en él. Su hijo. Su único hijo. Los ojos de Walter, su cabeza y su sonrisa eran los de la familia, pero por debajo se percibía un tipo de hombre distinto de cuantos ella había conocido. En él no había inocencia, ni rectitud, ni fe en el pecado o en la predestinación. El hombre que ella veía cultivaba con imparcialidad tanto el bien como el mal y a todas las cosas le veía tantos matices que era incapaz de actuar, incapaz de trabajar, incapaz incluso de hacer que los negros trabajaran. Ese vacío era terreno abonado para todo tipo de males. “¡Sabe Dios -pensó, y se quedó sin aliento-, sabe Dios lo que sería capaz de hacer!”
No había hecho nada. Tenía veintiocho años y, por lo que ella alcanzaba a ver, no se ocupaba más que de trivialidades. Tenía el aire de quien espera el gran acontecimiento y no es capaz de iniciar trabajo alguno por miedo a ser interrumpido. Como siempre estaba ocioso, a ella se le había ocurrido que tal vez su hijo quería ser artista, filósofo o algo así, pero no era el caso. No quería escribir nada que llevara su nombre. Se entretenía mandando cartas a gente que no conocía de nada y a los periódicos. Con distintos nombres y distintas personalidades, escribía a gente extraña. Era un pequeño vicio, peculiar y deleznable. Su padre y su abuelo habían sido hombres honestos que habrían despreciado los vicios pequeños más que los grandes. Sabían quiénes eran y cuál era su sitio. Era imposible decir qué era lo que sabía Walter ni cuáles eran sus puntos de vista sobre nada. Leía libros que no tenían nada que ver con nada de lo que importaba. Con frecuencia, le iba detrás y se encontraba con algún extraño pasaje subrayado en un libro que él había dejado en alguna parte, y, entonces, ella se pasaba días dándole vueltas. Un pasaje que encontró en un libro que Walter había dejado en el suelo del cuarto de baño de arriba la persiguió de un modo inquietante.
“El amor debe estar lleno de ira -comenzaba, y pensó: ‘Sí es así, el mío lo está’. Siempre estaba furiosa. Y seguía-: Y como has rechazado mi petición, quizá prestes oídos a mi advertencia. ¿Qué empresa te trae a la casa de tu padre, oh, soldado afeminado? ¿Dónde están tus murallas y tus trincheras, dónde el invierno pasado en las líneas del frente? ¡Escucha! Desde el cielo resuenan los clarines de guerra; ve a nuestro general marchar completamente armado, se acerca entre las nubes a conquistar el mundo entero. De la boca de nuestro rey sale una espada aguda de dos filos que corta cuanto halla a su paso. ¡Despierta al fin de tu sueño, ven al campo de batalla! Abandona la sombra y busca el sol.”
Le dio la vuelta al libro para comprobar qué leía. Era una carta de san Jerónimo a un tal Heliodoro, en la que lo reprendía por haber abandonado el desierto. Una nota al pie decía que Heliodoro era miembro del famoso grupo reunido en torno a Jerónimo en Aquilea, en el año 370. Había acompañado a Jerónimo a Oriente Próximo con la intención de llevar una vida de ermitaño. Se separaron cuando Heliodoro prosiguió viaje a Jerusalén. Finalmente, regresó a Italia, y en los años posteriores se convirtió en un distinguido eclesiástico como obispo de Altino.
Este era el tipo de cosas que leía… cosas que en el presente no tenían sentido. Entonces le vino a la mente, con un leve y desagradable sobresalto, que el general con la espada en la boca, que marchaba presto a la violencia, era Jesucristo.
(Fuente: Biblioteca Ciudad Seva)


ACERCA DE FLANERY O´CONNOR:

Escritora estadounidense que ocupa un lugar único entre los escritores de su país con sus novelas y sus relatos basados en el tema de la deformidad espiritual del ser humano y la huida de la redención. Nació en Savannah (Georgia) el 25 de marzo de 1925, y estudió en el State College femenino de Georgia y en la Universidad de Iowa. Pasó la mayor parte de su vida en Milledgeville (también en Georgia), donde se dedicó a la cría de pavos y a la literatura. La obra de O'Connor consta esencialmente de dos novelas y dos volúmenes de relatos breves, y se ha calificado como una peculiar combinación de gótico sureño, profecía y evangelismo católico. Las dos novelas son Sangre sabia (1952) y Los profetas (1960); sus colecciones de relatos llevan el título de Un hombre bueno no es fácil de encontrar (1955) y Las dulzuras del hogar(1965). A menudo se compara a O'Connor con el novelista estadounidense William Faulkner, por su descripción del carácter y la vida en el sur de Estados Unidos, y con el escritor checo Franz Kafka, por su preocupación por lo grotesco. Uno de los principales temas de su obra es el vano intento del ser humano por escapar a la gracia de Dios. Murió el 3 de agosto de 1964 a consecuencia del lupus, enfermedad que soportó durante los últimos diez años de su vida.


(Fuente: epdlp.com)



TAMBIÉN DE GUSTAVO MARTÍN GARZO EN ESTE SITIO:


("Se dice que pocos han pintado infiernos más temibles que los míos. Dragones, culebras, peces y escuerzos, se mezclan en ellos con guerreros y soldados torturadores... ¿no hay en esas obscenidades y locuras algo que nos obliga a prestarles atención? No me hice famoso por defender ante los hombres la doctrina cristiana, sino porque me transformé en su bufón... ¿Habéis visto cómo en las catástrofes los niños siempre encuentran la manera de entregarse a sus juegos y así unos dan en bañarse en las calles que el agua inunda... Yo era como ellos, mi reino eran las ruinas del corazón humano. El árbol del ahorcado donde juegan los niños, eso es toda mi obra")



("Contar, en suma, no tanto para explicar las cosas que pasan, pues ¿acaso eso es posible?, sino para que vuelvan a suceder otra vez; para regresar, en palabras del propio Marsé, al lugar de los primeros deslumbramientos... La realidad solo existe si la soñamos, ha dicho. “Date prisa, he sido yo, mátame mañana”, ¿quien escucha frases así y no se pregunta por los deseos de la muchacha que las pronuncia en sus sueños?" "La verdadera patria del escritor no es la lengua, es el lenguaje")



("No sólo el lenguaje se utiliza para ocultar la realidad, sino que nadie se hace responsable de lo que dice... es en la política donde estos vicios han adquirido un grado de descaro mayor... hoy nadie cree en las palabras... somos hombres en la medida en que aprendemos a controlar la naturaleza y a servirnos de sus frutos, pero también, y sobre todo, por escuchar a los otros... Cada libro es como una de esas ciudades del misterio, el deseo y la angustia descritas por Marco Polo, y su lector, el viajero que la visita")


EL FRACASO DEL AMOR

("La culpa se extiende por la historia como un virus que todo lo contamina. Pero Julieta no es culpable de nada. Almodóvar lo ha dicho en una reciente entrevista: su película habla del fracaso de alguien que no ha hecho nada para merecerlo... por qué las personas que se quieren se abandonan unas a otras... Y por qué hasta la memoria de la culpa puede morir")



("Y una musa es alguien que hace hablar, pero también y, sobre todo, que habla, que descubre en sí misma un poder que no sabía que tenía: el poder de encantar a los demás con las palabras... Una ninfa que rompe a hablar, eso es una musa: un puente entre la naturaleza y la historia, entre el mundo de los vivos y el de los muertos, entre la realidad y el sueño... no se conforman con hablar sino que quieren que hablar y cantar sean la misma cosa, que es lo que pasa en el amor" "... Un libro, un sueño les revela que son formas de un sueño que fue soñado..." (Borges)



("Flaubert estaba obsesionado como escritor con la idea de la insuficiencia del lenguaje para expresar nuestros anhelos. “La palabra humana”, escribe en una de sus cartas, “es como una caldera rota en la que tocamos melodías para que bailen los osos, cuando quisiéramos conmover a las estrellas”. El loro con su repetición paródica del lenguaje humano sería el signo de ese fracaso")


("Por eso le llevaba con ese cuidado, como si su gesto contuviera la promesa de una resurrección. Era el portador compasivo, para quien el peso de los niños se confunde con la dulce gravidez del sentido: un peso que se transforma en gracia... ¿y si el verdadero héroe fuera el que dispone apacible cada mañana para los que ama el pan reciente y el café oloroso del desayuno?")


COLECCIONAR SILENCIOS 

("El silencio era indisociable de las salas de cine, de los espacios de lectura, de los juegos solitarios, de la noche. Era el tiempo de la ensoñación, de la espera de lo inesperado, el tiempo de atender las otras voces del mundo...El silencio es el espacio de la reflexión, pero también del pudor. Por eso todos los que guardan algo valioso hablan en susurros, atentos a esas otras voces que cuentan la verdadera historia de lo que somos")
("... ¿no son todos los libros, incluso los más grandes, en cierta forma un fracaso? “La palabra humana —escribe Flaubert— es como caldera rota en la que tocamos música para que bailen los osos, cuando querríamos conmover a las estrellas” Un buen libro siempre nos deja perplejos, sin saber qué decir... los escritores, especialmente cuando no son jóvenes ni famosos... solo les queda confiar en la bondad de esos desconocidos que son los lectores ")


("... el origen de esta crisis no está en un Estado fuera de control como se nos repite una y otra vez, sino en un Sistema Financiero tan insaciable como incontrolable del que muchos de nuestros políticos son interesados lacayos. Esto es lo que se callan... "Vosotros con vuestras escuelas, vuestra televisión, lo pacato de vuestros periódicos, vosotros sois los grandes conservadores de este orden horrendo basado en la idea de poseer y en la idea de destruir". Pasolini pensaba que el hombre actual se estaba volviendo insensible al sufrimiento de sus semejantes")


LA PREGUNTA POR LA REALIDAD

("El mundo de los cuentos está lleno de huecos así, fisuras en el tejido de lo existente que abren al niño a zonas de lo real donde viven sus verdaderos deseos... todo eso que somos y tratamos de olvidar nos llama desde ese otro lado de lo real. Los niños son expertos en esas llamadas. Eso es jugar, crear un espacio para que tales voces puedan escucharse. Los cuentos guardan la memoria de todas ellas, por eso le resultan incómodos a los adultos y no suelen gustarles, porque no hablan de lo que son sino de lo que han olvidado... Cuánto durará un niño”, se pregunta Julio Cortázar. Y enseguida responde: “Un niño durará todo lo que duren sus juegos”)


("Todo en esta película resulta perturbador y casi inverosímil, sin embargo no podemos dejar de tener la sensación mientras la vemos de que habla de lo que sucede entre nosotros... de los dueños de la realidad, de su apego al poder y al dinero, de su oculta e insaciable perversidad. ¿No es extraño que el padre elija para recibir el dinero del chantaje un libro de la Constitución Española?... en el territorio de lo Otro. De lo Otro absoluto: la muerte; pero también de lo extraño, lo diferente: el territorio de la santidad, pero también de lo atroz, de lo oscuro, de todo aquello que desafía nuestra cordura")


LA MUCHACHA INDECIBLE

("... al tratar de seguir su rastro no está haciendo sino levantar el acta de su propia memoria y de su propia vida. “Por entonces era ya igual de sensible que ahora en lo tocante a las personas y las cosas a punto de desaparecer”, escribe. Eso es la muchacha indecible, alguien, en quien presencia y ausencia, pensamiento y visión se confunden. ¿Símbolo tal vez de ese sentido, de esa verdad que se esconde cuando tratamos de alcanzarla?")



("Los muertos están en nuestras palabras, en nuestros recuerdos, cuando entramos en un cuarto, cuando recorremos una calle o visitamos un jardín, cuando leemos un libro. Nos siguen a todos los sitios, velan nuestros sueños, se sientan en la mesa con nosotros... Están ahí, pero no debemos volver la cabeza para mirarlos. Sólo el psicótico lo hace... Narrar es escapar a la tiranía de la verdad... El mundo del relato está poblado de personajes que como Hilas nunca regresan... Contar es llevar una lámpara, conformarse con el pequeño espacio de visión que su luz abre en la oscuridad")

("... es el misterio de Santa Teresa, y lo que hace que cinco siglos después de su nacimiento podamos seguir leyéndola con gozo: transforma la religión en poesía. Porque religión y poesía no siempre son lo mismo (y esta es la desgracia de las religiones). La religión nos ofrece respuestas; la poesía nos enseña a amar las preguntas aun sabiendo que no pueden ser contestadas")


("El tema central de El Decamerón será lo humano. No lo humano idealizado, reflejo de un orden superior, sino el ser humano real, con sus virtudes y defectos.Y, por encima de todo, el hombre animado por el deseo... Chesterton escribió que las dos cárceles que amenazan la libertad de los hombres son la cárcel del puritanismo y la cárcel del pesimismo, y El Decamerón logra escapar de las dos y, como el cuarto de los niños, “guarda goces que el puritano no puede prohibir ni el pesimista negar”. El mundo del relato sustituye al paraíso y nos lo recuerda")

("... lo que necesita un niño a los cinco años no es saber leer, sino escuchar música y cuentos, conocer su cuerpo y jugar con él, encontrar palabras y figuras que le ayuden entender lo que siente... La educación ha dado la espalda al complejo mundo de sus afectos y apuesta cada vez más por un individuo adaptado, pragmático, obediente a los códigos de su entorno social... Hay un momento único en que el niño descubre su sombra. Descubre otro yo, alguien que le acompaña en secreto. Ese alguien habita sus pensamientos y sus deseos más íntimos...")



("En el teatro, cuando la función termina, los actores abandonan la escena y regresan exhaustos a sus vidas ordinarias; mientras que aquí los actores siguen apegados a sus personajes y se van por las calles saludando a unos y a otros como si se negaran a aceptar que el telón se bajó. Y lo curioso es que lejos de tomarlos por locos, no son pocos los que les siguen la corriente... La vieja idea de una familia sagrada no debería tener cabida... En España hay tres millones de niños que viven en el umbral de la pobreza...")



("... las locuras de Don Quijote tienen el poder de suspender por un momento el principio de realidad. Su función es abrir una grieta, y, más allá de la lógica, llevarnos a la comprensión profunda e inmediata de una verdad nueva... Nada que ver con la locura. La locura es no tener en cuenta a los otros y pocos héroes los han tenido tan en cuenta como el nuestro. La gran lección de sus aventuras es que un mundo sin justicia no merece la pena... La ironía, para Cervantes, es la capacidad de aceptar las contradicciones de la vida; de aceptar, en suma, que nada es de una sola manera")


("No vemos la realidad, sino sus múltiples simulacros... Vivimos bajo el signo de las copias y los ecos. Bajo del signo de la pobre ninfa Eco...  Dos cosas nos diferencian de la delicada ninfa: la conciencia de su desdicha y su vocación de amor... Mirar tiene que ver con la atención, con la renuncia a poseer, es un acto de amor... Llegar a un lugar sin daño, eso es mirar. Solo el verdadero cine nos lleva a lugares donde ver y soñar se confunden")



("En los planes de estudio desaparecen las asignaturas, como la filosofía y la literatura, que hablan del jorobadito y su pandilla y se sustituyen por otras que solo buscan adoctrinar a los niños... la verdadera cultura no tiene que ver con el deseo de éxito o de notoriedad, sino con el deseo de ser y de saber. El verdadero lector no busca en los libros lo que le halaga o confirma, sino lo que le niega y disloca: busca lo que no tiene... Leer es tirar los dados de nuevo..." “Las músicas oídas son dulces, pero / más dulces son las no oídas”)

("Nuestra vida está llena de preguntas que no podemos evitar hacernos sin descanso. Para mantenerlas vivas y mitigar a la vez la angustia que nos produce no conocer sus respuestas existe el mundo de las fábulas y los cuentos, el mundo inagotable de la ficción. Estamos perdidos y buscamos un camino que transforme nuestra vida en una historia que merezca la pena contar, una historia que nos consuele con su belleza... las religiones nos dicen que ésta no es nuestra verdadera vida y que sólo la muerte puede conducirnos a ella; los cuentos, que el paraíso está en el mundo y que hay que vivir como si fuera posible alcanzarlo. El árbol que canta, el pájaro que habla y el agua de oro... leo para seguir el rastro de luz que dejan en la noche esas moritas cautivas de mi infancia")

("... no filma a los niños para decirnos cómo son sino para mostrarnos cuánto necesitamos su verdad. “Al contrario de lo que leo con frecuencia”, declara François Truffaut, “las películas no pueden hacerse con niños para comprenderlos mejor. Los niños deben ser filmados solo porque los amamos". El cine, en suma, como refugio de significado, esperanza de lo que no ha desaparecido" "En cada escena de la película ('El sol del membrillo') late la nostalgia de esa añorada comunidad humana. Una comunidad amenazada...")


("... también nosotros hemos renunciado a preguntarnos por las causas que hacen que las cosas sean así... ¿Por qué no se obliga a los bancos nacionalizados a dar crédito a las empresas que lo necesitan y no hay un banco público que se enfrente a un problema como el los desahucios? ¿Por qué se permiten los delirantes salarios de la banca? ¿Por qué si tenemos la misma moneda tenemos que pagar distintos intereses por la deuda? ... La última pregunta de Perceval, la más dolorosa de todas, solo puede ser entonces si puede llamarse democracia a esto que tenemos")


SUAVE PATRIA ("La única patria decente (...) es la infancia. Todos tenemos una patria así. En ella están los lugares en los que vivimos, la lengua con que aprendimos a nombrar el mundo y a disipar el miedo a la ausencia de los seres amados... Están los juegos misteriosos, las olorosas fiestas... las primeras lecturas... Y esa patria oculta, secreta, nada tiene que ver con las banderas, los himnos... los tertulianos y los equipos de fútbol que pueblan esos parques temáticos de la identidad a que tan proclives son todos los patriotismos...")

LO QUE AÚN ES NUESTRO (“Me sigo preguntando, añade, si existe algo así como una forma de esperanza en toda escritura poética. (...) Una esperanza que vive en el hecho de decir, y en el lenguaje mismo” (Elisa Martín Ortega, en El lugar de la palabra) No importa la deslealtad de cuantos habiendo sido elegidos para defender el bien común solo piensan en gobernar para sí mismos y los que son como ellos, no importa lo arrasado que descubramos este triste país ni lo injusta y vulgar que nos parezca la sociedad que compartimos, siempre que algo nos hace preguntarnos con asombro “¿qué es?”)
LOS PAÍSES IMAGINADOS ("... La realidad está enferma y necesitamos el elixir de esa flor misteriosa que sólo en los países imaginados florece")
POR UNA ESCUELA PÚBLICA, LAICA Y LITERARIA ("...Las palabras de la escuela deben ser ese ¡ábrete Sésamo! capaz de abrir las piedras y llevar al niño a la cueva donde se guardan los tesoros del corazón humano. Pero también, como las llamas de la cerillera, deben ayudarle a ver el mundo...")

LOS PLACERES SENCILLOS ("El fútbol es como el armario lleno de zapatos de Legrá: una colección de inolvidables momentos y luminosas imágenes que nos dicen que, más allá de nuestras congojas y conflictos cotidianos, en la vida existe la leve e incomprensible felicidad")

CONTRA LA CULTURA DEL DINERO ("Deberían ponerse en los colegios e institutos las películas de John Ford, deberían verlas sobre todo nuestros políticos de derechas y nuestros banqueros")


LA DECADENCIA DE LAS PALABRAS ("Es cierto, sin embargo, que muy pocas veces las palabras han valido menos que hoy... cuanto más hablamos y escuchamos hablar menos parece valer lo que decimos...")

LAS VÍRGENES SUICIDAS ("Los hombres y las mujeres actuales viven sin apenas poner límites a sus deseos, y sin embargo pocas veces han tenido menos cosas que contarse. La ausencia de relatos define su convivencia...")


EL PRÍNCIPE DE LAS TINIEBLAS (SE INCLUYEN ALGUNAS ESCENAS DE LA VERSIÓN CINEMATOGRÁFICA DE F.F. COPPOLA ("Drácula es también, entre muchas otras cosas, una novela sobre la escritura de un libro")

SOBRE MARTÍN GARZO:


("Gustavo Martín Garzo, el portador compasivo de todas las palabras exiliadas, de la memoria, de la que estaba incluso antes de que en la cuna escucháramos la voz de la madre, la voz del lenguaje, el calor de su sonora mirada... la única locura consiste en no estar pendiente de los demás, de todos los otros que constituyen la materia prima que nos sostiene...")








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