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'SÓLO SON MUJERES', por Almudena Grandes / 'LOS GIRASOLES CIEGOS' (fragmento) / 'LA MUJER Y LA CASA', de Lezama Lima

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Esta entrada está dedicada a las madres de las Corralas de la Dignidad. Con la misma fuerza, luchan ahora como otras lo hicieron antes.

"Nunca habían estado solas y se quedaron solas. Nunca habían tenido que tomar decisiones y tuvieron que asumir la responsabilidad de todo cuanto sucedía a su alrededor...

es fácil sospechar que la hostilidad del Estado franquista contra las mujeres de los rojos sostuvo una estrategia de exterminio perfectamente planificada. Ellas sabían que cualquier error podría implicar que les quitaran a sus hijos, así que también aprendieron a incumplir la ley sin cometer errores"

Imagen del montaje multidisciplinar, dirigido por Carme Portaceli, 'Sólo son mujeres', Teatro Abadía, Madrid

SÓLO SON MUJERES

Apenas las educaron. Se limitaron a prepararlas para llevar una casa, para cuidar de su marido y de sus hijos. Cuando la Historia les pasó por encima sabían limpiar y barrer, sabían guisar y coser, amamantar niños, regatear con los tenderos y plantar flores en macetas. Eso habían aprendido, y de la noche a la mañana, no les sirvió de nada. Nunca habían estado solas y se quedaron solas. Nunca habían tenido que tomar decisiones y tuvieron que asumir la responsabilidad de todo cuanto sucedía a su alrededor. Nunca habían tenido que ganar un jornal, pero sus hijos tenían que comer y nadie podía ganarlo por ellas. Así, aprendieron solas lo que nadie les había enseñado. Con las cartas que tenían en la mano, cualquiera habría apostado a que se hundirían irremisiblemente, pero no sólo flotaron, sino que aprendieron a nadar. Ellas solas.

No sólo habían perdido una guerra. Muchas perdieron mucho más. A sus hombres, muertos, exiliados, presos, huidos, desaparecidos. Y sus casas, sus tierras, sus negocios. Los medios de subsistencia que sus familias habían practicado durante generaciones fueron prohibidos en un país donde los vencedores lo nacionalizaron todo en su propio beneficio, desde el marisqueo y la venta espontánea de productos artesanos hasta la recogida del esparto, una planta que crece sola, sin que nadie la plante, en medio del monte. Para ellas todo era ilegal, todo estraperlo. Desde la distancia, es fácil sospechar que la hostilidad del Estado franquista contra las mujeres de los rojos sostuvo una estrategia de exterminio perfectamente planificada. Ellas sabían que cualquier error podría implicar que les quitaran a sus hijos, así que también aprendieron a incumplir la ley sin cometer errores. Y subsistieron, luego vivieron, por fin prosperaron. Fueron consolidando poco a poco un capital humano monumental, del que los españoles de hoy no son en absoluto conscientes. Sólo eran mujeres, estaban solas, carecían de formación, pero sus nietos son jueces, médicos, ingenieros, diputados, ministros…

Muchas fueron encarceladas porque cuando fueron a sus casas no encontraron a sus maridos, a sus padres, a sus hermanos, a sus hijos. Otras no. Otras sabían muy bien por qué las habían metido en la cárcel. Allí aprendieron cosas nuevas. A recibir palizas sin hablar, a soportar humillaciones sin quebrarse por dentro, muchas a leer y a escribir gracias al empeño de otras presas, todas a reconocerse en sus iguales. Como el Estado franquista no estaba dispuesto a otorgar a ninguna mujer la condición de presa política, las juzgaban por delitos comunes, a menudo prostitución, aunque en el juicio declararan con rabia su militancia, su ideología. El cambio de la legislación que reconoció a las mujeres la condición de presas políticas representó una gran victoria para las militantes encarceladas por Franco, pero la legislación previa no había representado un obstáculo para que sus compañeras fueran fusiladas exactamente igual que los hombres.

Este es el espíritu que inspira Sólo son mujeres, un espléndido montaje multidisciplinar dirigido por Carme Portaceli, en el que la música y la danza enriquecen un conmovedor y despiadado texto de Carmen Domingo. Miriam Iscla representa sobre el escenario las vivencias de cinco mujeres, tres reales, Amparo Barayón –la mujer de Ramón J. Sender, fusilada en octubre de 1936 por estar casada con su marido–, Matilde Landa –secretaria general del Socorro Rojo durante la guerra y primera responsable del PCE en Madrid en la clandestinidad, que en 1942 se suicidó, tirándose por una ventana de la cárcel de Palma de Mallorca, para escapar de la presión de las Hermanas de la Caridad, que le retiraron la leche a los bebés de sus compañeras para obligarla a bautizarse contra su voluntad y aprovecharon sus últimos instantes de vida para bautizarla mientras agonizaba– y Tomasa Cuevas –militante comunista, condenada a 30 años de cárcel en 1939, liberada en 1945 sólo para volver a ser detenida, salvajemente torturada y encarcelada de nuevo, que después de lograr exiliarse en Francia y en Praga volvió a España y recopiló el testimonio de muchas mujeres encarceladas durante la dictadura–, y dos ficticias. El magnífico trabajo de la bailarina Sol Picó y la música interpretada por Carmen Conesa crean una atmósfera tenebrosa, precisa, que abriga e ilumina la estremecedora interpretación de Miriam Iscla.

Sólo eran mujeres. No cometan el error de pensar que esto es, solamente, un espectáculo teatral más.

(Fuente: El País Semanal, 17-04-2016)

"... recuerdo a un niño lleno de complicidades con su madre anciana, cansada y dulce, a la que no logro recordar como me dijeron que fue: joven, vigorosa y dulce"


Maribel Verdú, fotograma de la adaptación cinematográfica de 'Los girasoles ciegos'


'LOS GIRASOLES CIEGOS' (fragmento)

Probablemente los hechos ocurrieron como otros los cuentan, pero yo los reconozco sólo como un paisaje donde viven mis recuerdos. Sigo preguntándome cómo eran los árboles cuando los plantaron o cómo era mi madre siendo joven o qué aspecto tenía yo cuando era niño.

Todo lo que ha sobrevivido ha alterado poco a poco su recuerdo porque su presencia real es incompatible con la memoria, pero lo que hemos perdido en el camino sigue congelado en el instante de su desaparición ocupando su lugar en el pasado.
Por eso sé cómo era lo que ha desaparecido, lo que abandoné o me abandonó en un momento de mi vida y nunca regresó a donde lo real se altera poco a poco, a donde su actualidad no deja lugar a su pasado.

Quizá por eso recuerdo a mi padre joven, alto, escuálido y vigoroso abrazado a mi madre anciana cansada y dulce. Recuerdo al Hermano Salvador con su sotana castrense acosando a mi madre anciana, cansada y dulce y a unos policías procaces insultando a mi madre anciana, cansada y dulce. Pero sobre todo recuerdo a un niño lleno de complicidades con su madre anciana, cansada y dulce, a la que no logro recordar como me dijeron que fue: joven, vigorosa y dulce.



LA MUJER Y LA CASA


Hervías la leche
y seguías las aromosas costumbres del café.
Recorrías la casa
con una medida sin desperdicios.
Cada minucia un sacramento,
como una ofrenda al peso de la noche.
Todas tus horas están justificadas
al pasar del comedor a la sala,
donde están los retratos
que gustan de tus comentarios.
Fijas la ley de todos los días
y el ave dominical se entreabre
con los colores del fuego
y las espumas del puchero.
Cuando se rompe un vaso,
es tu risa la que tintinea.
El centro de la casa
vuela como el punto en la línea.
En tus pesadillas
llueve interminablemente
sobre la colección de matas
enanas y el flamboyán subterráneo.
Si te atolondraras,
el firmamento roto
en lanzas de mármol,
se echaría sobre nosotros.

'AMOR DE MADRE', Gabinete Caligari




(Frente a ti, torciendo el horizonte, un niño se sumerge entre las olas. El levante, tan cálido y perfecto, lo traiciona y lo empuja. Has venido a salvarme. Tus brazos, tan frágiles ahora, cubren el cuerpo de mis nueve años hasta tocar la orilla)



ACERCA DE JOSÉ LEZAMA LIMA:

Poeta, narrador y ensayista cubano, es uno de los escritores de mayor significación de la literatura latinoamericana del presente siglo. Nació en La Habana, en cuya universidad estudió Derecho. Trabajó en un bufete de abogados y posteriormente fue funcionario. Dirigió numerosas revistas, entre ellas Orígenes (1944-1956), que influirían mucho en la vida cultural cubana. Con el triunfo de la Revolución Cubana, desempeñó diversos cargos relacionados con el mundo de la edición, aunque terminaría aislándose y dedicado por entero a su obra literaria, a partir de 1961 y hasta su muerte. Su primer libro de poemas fue Muerte de Narciso (1937), y con él emplaza al lector frente a una situación límite de la realidad de cuyo desmantelamiento surge otra realidad artísticamente potenciada y reconstruida dentro de una fascinante y barroca mitología. Siguen, entre otras obras poéticas, todas influidas por el estilo rico en metáforas y lleno de distorsiones de Góngora, Enemigo rumor (1941), Aventuras sigilosas (1945), Dador (1960) y Fragmentos a su imán, publicado póstumamente en 1977, en las que sigue demostrando que la poesía es una aventura arriesgada. En 1966 publica la novela Paradiso, donde confluye toda su trayectoria poética de carácter barroco, simbólico, iniciático. El protagonista, José Cemí, remite de inmediato al autor en su devenir externo e interno camino de su conversión en poeta. Lo cubano, con sus deformaciones verbales, desempeña un papel fundamental en la obra, como ocurre en su colección de ensayos La cantidad hechizada (1970). Oppiano Licario es una novela inconclusa, aparecida póstumamente en 1977, que desarrolla la figura del personaje que ya aparecía en Paradiso y de la que toma título. Lezama Lima ha influido inmensamente en numerosos escritores hispanoamericanos y españoles, algunos de los cuales llegaron a considerarle su maestro, como es el caso de Severo Sarduy.


(Fuente reseña: epdlp.com)


''HOJAS DE HIERBA' (selección, versos... la ciudad), de Walt Whitman

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Dostoievski, en 'Memorias del subsuelo', retrató la soledad del hombre, su alienación, en la gran ciudad. Baudelaire hizo de esa gran ciudad, y frente al tópico tradicional de la Naturaleza rousseniana , su objeto poético, mirando donde nadie quería mirar. Whitman nos dice cuál es la ciudad que él desea.

"Allí donde se alza la ciudad de la raza más firme

de poetas y oradores...
Donde no se levantan a los héroes otras piedras
que las palabras y los hechos más corrientes...
Donde hombres y mujeres no tienen demasiado
en cuenta las leyes...
Donde el pueblo, de repente, se rebela contra la
audacia desenfrenada de la gente elegida"



'La buena vida, City', de Mike Savad
El lugar donde se alza una gran ciudad 
no es donde se extienden los muelles, 
donde se levantan los almacenes y las fábricas, 
donde se amontonan los productos,
Ni es el lugar de los continuos cumplidos a quienes
acaban de llegar, 
o donde levan anclas cuantos se van,
Ni es el lugar de los más altos y más caros edificios, 
ni de las tiendas que de todo venden y de todas
partes,
Ni es el lugar de las mejores bibliotecas y escuelas, 
ni el lugar donde más abunda el oro,
Ni es el lugar de la población más numerosa...

Allí donde se alza la ciudad de la raza más firme
de poetas y oradores,
Donde se alza la ciudad que ellos aman y a quie-
nes, a cambio, ella ama y comprende,
Donde no se levantan a los héroes otras piedras
que las palabras y los hechos más corrientes,
Donde la ganancia tiene su lugar y el sentido
común tiene su lugar,
Donde hombres y mujeres no tienen demasiado
en cuenta las leyes,
Donde el esclavo deja de serlo, y el amo de escla-
vos deja de serlo,
Donde el pueblo, de repente, se rebela contra la
audacia desenfrenada de la gente elegida,
Donde hombres y mujeres se yerguen furiosos,
como yergue el mar al silbido de la muerte sus irre-
sistibles y asoladoras olas,
Donde la autoridad externa se aparta siempre al
paso de la autoridad interna,
Donde siempre el ciudadano es el ideal y el jefe, el
presidente, el alcalde, el gobernador y todos los
demás son agentes a sueldo del ciudadano,
Donde se enseña a los niños a ser su propia ley
ellos mismos, y a comportarse por si mismos,
Donde la ecuanimidad se manifiesta en los queha
ceres,
Donde se incita a las especulaciones sobre el
espíritu,
Donde, junto a los hombres, en la calle, en las
manifestaciones públicas, desfilan las mujeres,
Donde, junto a los hombres, para tomar parte en
ellas, entran las mujeres en las asambleas públi-
cas,
Donde se alza la ciudad de los amigos fieles,
Donde se alza la ciudad de la pureza de los sexos,
Donde se alza la ciudad de los padres más sanos,
Donde se alza la ciudad de las madres de cuerpo
más bien formado,
Allí se alza la gran ciudad.

Walt Whitman

(The leaves of grass)



ENTRADAS RELACIONADAS:


(No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, que es casi un deber. No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario. No dejes de creer que las palabras y las poesías sí pueden cambiar el mundo... (No te detengas) No te quedes inmóvil al borde del camino no congeles el júbilo no quieras con desgana no te salves ahora...)


(... Cuando la luna salga las poleas rodarán para turbar el cielo; un límite de agujas cercará la memoria y los ataúdes se llevarán a los que no trabajan... Los muertos se descomponen bajo el reloj de las ciudades, la guerra pasa llorando con un millón de ratas grises...y la vida no es noble, ni buena, ni sagrada...)

ACERCA DE WALT WHITMAN:

Poeta estadounidense cuya obra afirma claramente la importancia y la unicidad de todos los seres humanos. Su valiente ruptura con la poética tradicional, tanto en el plano de los contenidos como en el del estilo, marcó un camino que siguieron posteriores generaciones de poetas de su país. Nació el 31 de mayo de 1819 cerca de Huntington (Nueva York). Fue el segundo de nueve hermanos, hijo de un carpintero. El poeta se sintió siempre muy próximo a su madre. Cuando contaba cuatro años de edad, su familia se trasladó a Brooklyn, donde asistió a una escuela pública durante seis años, antes de trabajar como aprendiz en una imprenta. Dos años más tarde, se mudó a la ciudad de Nueva York, donde trabajó como impresor, pero regresó a Long Island en 1835 para dar clases en distintas escuelas del condado. Entre 1838 y 1839 publicó un periódico, el Long-Islander, en Huntington; aburrido por su estilo de vida, volvió a Nueva York y trabajó como periodista. Se convirtió en asistente asiduo de teatros y, lector omnívoro como fue siempre, de librerías. Durante esos años escribió poemas y cuentos muy poco originales para distintas publicaciones, así como discursos políticos, por los cuales los demócratas de Tammany Hall le permitieron dirigir varios periódicos de corta tirada y vida. Fue editor del famoso Brooklyn Eagle durante dos años, pero perdió su puesto por apoyar al partido Free-Soil. Tras un breve periodo en Nueva Orleans, regresó a Brooklyn, donde intentó publicar un periódico en la órbita del Free-Soil. Después de pasar varios años desempeñando los más diversos trabajos, incluido el de constructor inmobiliario, empezó a escribir una poesía totalmente distinta de la que se estaba escribiendo, y se dedicó por completo a tal actividad. 

En 1855, Whitman publicó la primera de las innumerables ediciones de Hojas de hierba, un libro de poemas cuya principal novedad era un tipo de versificación no usado hasta entonces, y que se alejaba radicalmente del que el poeta había utilizado en los poemas sentimentales que escribió en la década anterior. Puesto que en esta obra alababa el cuerpo humano y glorificaba los gozos de los sentidos, se vio obligado a sufragar él mismo los gastos de su publicación, y a colaborar en las tareas de imprenta. Su nombre no aparecía en la portada de esta edición, pero sí un retrato suyo en camiseta, con los brazos en jarras y el sombrero ladeado, en actitud desafiante. En un largo prefacio, el autor saludaba el advenimiento de una nueva literatura democrática -acorde con el pueblo-, sencilla e irreductible, escrita por un nuevo tipo de poeta afectuoso, potente y heroico, que conduciría a los lectores a través de la poesía con la fuerza de su magnética personalidad. Whitman pasó el resto de su vida intentando aproximarse a ese modelo de poeta. La edición de 1855 de Hojas de hierba contenía 12 poemas sin título, escritos en versos largos y cadenciosos que se asemejan a los de la Biblia del rey Jacobo. El más largo y de mayor calidad de ellos, que más tarde recibió el título de -Canto a mí mismo- (este largo poema ha sido publicado muchas veces como libro autónomo y el poeta español León Felipe lo tradujo en 1941), consistía en la visión de un 'Yo' simbólico presa de una sensualidad que le hace amar a todas las gentes que se va encontrando en un imaginario vuelo desde el Atlántico hasta el Pacífico. Ninguno de los poemas de esta primera edición alcanza la intensidad de éste, a excepción de -Los dormidos-, otro vuelo visionario en el que queda simbolizada la vida, la muerte y el nuevo nacimiento. 

Animado por una carta personal de felicitación que le envió el ensayista y poeta Ralph Waldo Emerson, Whitman se apresuró a preparar una nueva edición de Hojas de hierba (1856), que contenía numerosas revisiones y añadidos, y que fue la primera de una serie de reediciones retocadas que el poeta iría realizando a lo largo de su vida. El poema más significativo de esta edición de 1856 es -En el transbordador de Brooklyn-, en el cual el autor reúne a todos sus lectores del pasado y el futuro a bordo de un transbordador marítimo. En la tercera edición del libro (1860), se empiezan a encontrar poemas más alegóricos. Así, en -La cuna que se mece sin fin-, un poema cuya musicalidad está tomada de la ópera italiana, de la que el autor era un devoto conocedor, un pájaro (la voz de la naturaleza) revela a un niño (el futuro poeta) el significado de la muerte. En esta edición aparecieron dos nuevos ciclos de poemas, -Hijos de Adán- y -Calamus-, que afrontan de lleno los temas de la amistad y la sexualidad, hasta el punto de que se especula con la posibilidad de que -Calamus- estuviera inspirado en una relación homosexual del autor. Redobles de tambor (1865, añadida a la edición de 1867 de Hojas de hierba) refleja la preocupación del poeta por las consecuencias de la Guerra Civil estadounidense, y su esperanza de una rápida reconciliación entre Norte y Sur de los recién creados Estados Unidos. Secuela (1866) a Redobles de tambor contiene -Cuando las lilas florecían en la puerta del patio-, una gran elegía al asesinado presidente Abraham Lincoln, así como su poema más conocido, -¡Oh, capitán, mi capitán!-. Otra obra suya, Paso hacia la India (1871) se basaba en una visión mística de la unión de Oriente y Occidente, paralela a la del alma con Dios, simbolizadas por los modernos medios de comunicación y transporte. En 1881 quedó, por fin, satisfecho con sus poemas, pero no dejó de publicar nuevas ediciones de Hojas de hierba hasta la versión final de 1892. Póstumamente, en 1897, apareció un nuevo ciclo de poemas, -Ecos de la vejez-, que entró a formar parte de la versión definitiva de Hojas de hierba, editada en 1965 por Harold W. Blodgett y Sculley Bradley y traducida al español por el escritor argentino Jorge Luis Borges, en 1972. 

Durante la guerra de Secesión, Whitman asistió espiritualmente a soldados heridos en un hospital militar del bando norteño en la ciudad de Washington. Continuó trabajando para el gobierno hasta 1873, en que sufrió un grave ataque que le dejó como secuela una parálisis parcial. Se marchó entonces a vivir con su hermano George en Camden (Nueva Jersey), hasta 1884, año en que compró su propia casa. En ella vivió, revisando y añadiendo poemas a Hojas de hierba, hasta su muerte, acaecida el 26 de marzo de 1892. Durante esos sus últimos años, también escribió obras en prosa de gran calidad, como los ensayos Perspectivas democráticas (1871), que se consideran en la actualidad una exposición clásica de la teoría de la democracia y sus posibilidades. Días ejemplares (1882-1883), por otro lado, contiene antiguos textos sobre la guerra de Secesión y el asesinato del presidente Lincoln, y notas sobre la naturaleza, escritas durante su vejez.


(Fuente: epdlp.com)









' CON LOS OJOS ABIERTOS CAMINAS POR LA MUERTE', de Fernando Valverde / 'ERNESTO GUEVARA, EL ÚLTIMO LECTOR' (fragmento), de Ricardo Piglia

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Fernando Valverde, Premio de Poesía Emilio Alarcos del Principado de Asturias, estará este miércoles en el IES Cristóbal Colón de Sanlúcar

"... con los ojos abiertos caminas por la muerte, alguien repite Ernesto... van a matar a un hombre, no cruzan los pasillos con su paso de fieras, no se escucha la huella de las botas como en aquella tarde de mil novecientos sesenta y siete que fue la tierra para los cementerios y los ojos abiertos la esperaron en la lavandería al otro lado de las cordilleras..."

"Guevara lee lee en el interior de la experiencia, hace una pausa. Parece un resto diurno de su vida anterior"



CON LOS OJOS ABIERTOS CAMINAS POR LA MUERTE

Che Guevara, subido a un árbol, leyendo

Para Alí Calderón,

que me acompañó a la última quebrada



En la última quebrada de los Andes,
donde la cordillera se hace piedras
que llenan los caminos
y caen como nevadas,
donde pastan el hambre y la pobreza
y en las gasolineras
hay una calma muda que se apoya en el aire.

Alguien se llama Ernesto,
alguien dice tu nombre en el mercado,
o en caminos de tierra que atraviesan los niños
que comen los insectos,
que se beben la sangre de los niños
y dejan en las puertas la marca de la altura
y unos viejos zapatos
sobre el tendido eléctrico
y unos viejos zapatos en los pies del que cruza
el último desierto de los Andes,
un valle en el dolor,
las piedras rotas que caen como tormentas
sobre esta soledad de cuerpos apagados
que lleva siempre hasta los hospitales.

Dicen que eres un muerto de los que nunca mueren,
que tus ojos mirando hacia el vacío
se han clavado en el techo del Hospital de Malta
que hoy ocupan el dengue y la tuberculosis,
que pastan en la hierba
como animales pobres y delgados
que beben en los charcos
o se tragan el plástico de los contenedores.

Como la tierra de los cementerios,
nada puede callarte,
con los ojos abiertos caminas por la muerte,
alguien repite Ernesto,
ya se marcha la lluvia hacia otro lado,
alguien siente las piernas
pesadas como el plomo
y acaba en una cama del Hospital de Malta,
una tarde de junio,
ya ha terminado octubre,
van a matar a un hombre,
no cruzan los pasillos con su paso de fieras,
no se escucha la huella de las botas
como en aquella tarde
de mil novecientos sesenta y siete
que fue la tierra para los cementerios
y los ojos abiertos la esperaron
en la lavandería
al otro lado de las cordilleras.

Ahora siente un dolor de sangre en las rodillas,
ha pasado la fiebre,
ha cruzado la muerte hacia otra cama,
se ha instalado en el gas que llega a la cocina
o ha puesto ya sus huevos en las pinzas
o sobre la destreza en los quirófanos.

Sucede así en el valle,
con lógica de hambre y la costumbre
de ver caer las piedras.

En las últimas horas de esta tarde de junio,
el muchacho que tiene
la sangre coagulada en las rodillas
se atropella en la hierba,
no hay ruido de helicópteros,
sólo dos extranjeros entran al hospital
pero hay en sus gargantas una rabia durmiente
que no altera el silencio
de la lavandería.

Ellos van a volver a Santa Cruz,
pero el joven que arrastra
la pierna y las rodillas
ha nacido en el Valle,
y ha visto que la muerte cruzaba el hospital
y hasta la calle Sucre
y la ha visto escondida en una madriguera de culebras
o en el agua estancada.

Él sabe que a la muerte no se entra
con los ojos abiertos,
tal vez porque sospecha
que no hay nada que ver,
alguien le dijo un día
que la ceguera es blanca,
será la oscuridad de cualquier modo
y no hay nada que ver,
y los ojos abiertos perdidos al vacío
siguen clavados en el techo
de la lavandería
mirando a algún lugar,
señalando un camino o sosteniendo
alguna dirección,
allí donde se rompen cordilleras
y las piedras se clavan en los ojos
y destrozan los huesos de los campesinos,
allí fuiste a morir,
a la ceguera blanca,
traiciones que recorren las calles como cables,
alguien te llama Ernesto en el mercado
o en las gasolineras,
un joven atraviesa la hierba en una silla,
ahora dice tu nombre
como quien busca alivio en medio del dolor,
allí fuiste a morir
con los ojos abiertos.


(Fuente: circulodepoesia.com)




ERNESTO GUEVARA, EL ÚLTIMO LECTOR' (fragmento)


Hay una foto extraordinaria en la que Guevara está en Bolivia, subido a un árbol, leyendo, en medio de la desolación y la experiencia terrible de la guerrilla perseguida. Se sube a un árbol para aislarse un poco y está ahí, leyendo (...)

La lectura se asimila con la persistencia y la fragilidad. Guevara insiste en pensarla como una adicción. "Mis dos debilidades fundamentales: el tabaco y la lectura."

Esto ya es percibido e la época de la Sierra Maestra. En alguno de los testimonios sobre la experiencia de la guerra de liberación en Cuba, se dice del Che: "Lector infatigable, abría un libro cuando hacíamos un alto mientras que todos nosotros, muertos de cansancio, cerrábamos los ojos y tratábamos de dormir."

Más allá de la tendencia a mitificarlo, hay allí una particularidad. La lectura persiste como un resto del pasado, en medio de la experiencia de acción pura, de desposesión y violencia, en la guerrila, en el monte.

Guevara lee lee en el interior de la experiencia, hace una pausa. Parece un resto diurno de su vida anterior. Incluso es interrumpido por la acción, como quien se despierta: la primera que entran en combate en Bolivia, Guevara está tendido en su hamaca y lee. Se trata del primer combate...

(Fuente: 'Antología personal', de Ricardo Piglia, Editorial Anagrama, páginas 263, 264)


ENTRADAS RELACIONADAS:


("Lo supimos después, sin tiempo para nada... Lo supimos después, no hay nostalgia más grande que aquella del futuro""... creemos en una poesía que además comunique, que diga algo, que porte sentido... Seguimos creyendo que una de las misiones de la poesía es enfrentarse al poder. Y el poder de hoy no hace más que invitarnos al silencio")


'LA CAÍDA' Y 'UN LOBO', DE FERNANDO VALVERDE 

("... busquemos nuestra orilla, el mar no ha dibujado nuestros nombres,es hoy, no somos el pasado, es salado el sudor, es la espuma del mar contra las rocas este miedo en tus labios. Nos espera la vida")

 'CELIA' Y 'LA APARIENCIA', DE FERNANDO VALVERDE

("Cuando lleguen el miedo y la desesperanza, y todas las cerezas hayan caído al barro... recuerda la manera en que la lluvia se convierte en un árbol y el modo en que las olas son el final del agua y el principio del mar" "... las palabras son cofres que contienen una parte de ti que pretende ser pájaro")


("El capitalismo, en su expansión tecnológica, no se detiene ante ningún límite: ni biológico, ni ético, ni económico, ni social... el ciudadano ideal, es el adicto sin convicciones ni principios que sólo aspira a obtener su dosis de la mercancía anhelada. La sociedad tecnológica satisface a los sujetos: los entretiene y los ahoga en un océano de información rápida y múltiple... somos capaces de aceptar el fin del mundo pero nadie parece capaz de concebir el fin del capitalismo... Nosotros, como Prometeo, estamos dispuestos a aceptar el desafío y asaltar el sol")








'EL MENDIGO', de Guy Maupassant / 'EL MENDIGO', de Víctor Hugo

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A veces, creo, somos capaces de emocionarnos con la literatura y, sin embargo, permanecer indiferentes ante la realidad que vemos en la calle, aunque sea idéntica a lo que acabamos de leer en nuestro sillón.

"... se alejaba, presa de un confuso miedo a lo desconocido, de un miedo de pobre que teme vagamente mil cosas, las caras nuevas, las injurias, las miradas recelosas de las personas que no lo conocían...

Esperaba no se sabe qué, con esa vaga esperanza que permanece constantemente dentro de nosotros... después de tantos años en que no hablaba con nadie, casi había perdido la facultad de hablar; y su pensamiento también estaba demasiado confuso como para expresarse por medio de palabras... Lo encerraron en la cárcel de la ciudad. Los gendarmes no pensaron que pudiera tener necesidad de comer..."
'Desgracias sociales', de Camille Pissarro (1)

 EL MENDIGO

Había conocido días mejores, pese a su miseria y sus achaques. A la edad de quince años, había visto sus dos piernas aplastadas por un coche en la carretera de Varville. Y desde entonces mendigaba arrastrándose a lo largo de los caminos, a través de los patios de las haciendas, balanceándose sobre las muletas que le habían hecho subir los hombros a la altura de las orejas. Su cabeza parecía hundida entre dos montañas. Fue un niño abandonado, el párroco de Billetes lo encontró en una cuneta la víspera del día de difuntos por lo que fue bautizado por esta razón como Nicolás Toussaint; criado por caridad, había permanecido ajeno a cualquier tipo de instrucción, lisiado después de haber bebido algunos vasos de aguardiente ofrecidos por el panadero del pueblo, por broma, y, desde entonces vagabundo; no sabía hacer otra cosa que tender la mano. Desde tiempo atrás, la baronesa de Avary le cedía para dormir una especie de nicho lleno de paja, junto al gallinero, en la hacienda colindante con el castillo: allí estaba seguro de encontrar siempre un trozo de pan y un vaso de sidra en la cocina, en los días de hambre. También recibía a veces algunas monedas arrojadas por la anciana dama desde lo alto de la escalinata o desde las ventanas de su habitación. Pero ahora ella estaba muerta. En los pueblos no le daban nada, pues lo conocían demasiado; estaban hartos de él después de verlo durante cuarenta años pasear de casa en casa su cuerpo harapiento y deforme sobre sus dos patas de madera. Sin embargo, él no quería marcharse porque no conocía sobre la tierra otra cosa que no fuera este rincón, esas tres o cuatro aldeas por donde siempre había arrastrado su miserable vida. Había puesto fronteras a su mendicidad y no había traspasado jamás los límites que no estaba acostumbrado a franquear.

Ignoraba si el mundo se extendía más allá, detrás de los árboles que habían limitado su visión. No se lo preguntaba. Y cuando los campesinos, hartos de encontrarlo siempre al borde de sus campos o a lo largo de sus cunetas, le gritaban: «¿Por qué no vas a otros pueblos en lugar de andar siempre por aquí?» No respondía y se alejaba, presa de un confuso miedo a lo desconocido, de un miedo de pobre que teme vagamente mil cosas, las caras nuevas, las injurias, las miradas recelosas de las personas que no lo conocían, y de los gendarmes que van en parejas por las carreteras y que, por instinto, hacen que él se deje caer entre los matorrales o detrás de montones de piedras. Cuando los divisaba de lejos, relucientes bajo el sol, encontraba de repente una agilidad singular, una agilidad de monstruo para alcanzar algún escondrijo. Se bajaba de las muletas, se dejaba caer como un guiñapo y se transformaba en una bola haciéndose pequeño, invisible, ocultándose como una liebre en una madriguera, logrando que se confundieran sus harapos oscuros con la tierra. Sin embargo, nunca había tenido ningún altercado con ellos. Pero lo llevaba en la sangre, como si hubiera heredado ese temor y esa astucia de sus padres, que no había conocido.

No tenía refugio, ni techo, ni choza, ni abrigo. En verano dormía en cualquier sitio, y en invierno se deslizaba bajo los trojes o en los establos con notable habilidad. Se marchaba siempre antes de que se percataran de su presencia. Conocía los agujeros para entrar en los edificios; y como el manejo de las muletas le había dado a sus brazos un vigor sorprendente, trepaba con la única ayuda de sus muñecas, hasta los sobrados del forraje donde a veces permanecía cuatro o cinco días sin moverse, cuando había hecho acopio en su recorrido de provisiones suficientes. Vivía como las bestias del bosque en medio de los hombres, sin conocer a nadie, sin querer a nadie, y no excitando entre los campesinos sino un tipo de desprecio indiferente y de hostilidad resignada. Lo habían apodado «Cloche» porque se balanceaba entre sus muletas de madera como una campana entre sus dos montantes.

No había comido desde hacía dos días. Nadie le daba ya nada. Al final nadie quería saber nada de él. Las campesinas, en el umbral de sus puertas, le gritaban desde lejos cuando lo veían llegar: «¡Quieres irte de aquí, patán! ¡No hace ni tres días que te di un trozo de pan!» Y él giraba sobre sus tutores y se iba a la casa vecina, donde era recibido de un modo similar.

Las mujeres se decían de una puerta a otra: «No podemos alimentar a este holgazán durante todo el año.» Sin embargo, el haragán necesitaba comer todos los días.

Había recorrido Saint-Hilaire, Varville y las Billetes, sin recoger ni un céntimo, ni un mendrugo de pan. Sólo le quedaba la esperanza en Tonrolles; pero tenía que recorrer dos leguas por la carretera, y se sentía cansado hasta no poder arrastrarse más, pues tenía el vientre tan vacío como el bolsillo. Pese a todo se puso en camino. Era diciembre, un viento frío recorría los campos, silbaba entre las desnudas ramas; y las nubes galopaban a través del cielo, bajo y oscuro, dirigiéndose hacia no se sabe dónde. El lisiado avanzaba lentamente, desplazando sus soportes uno después del otro con un penoso esfuerzo, montándose sobre la pierna retorcida que le quedaba, terminada por un pie zambo y envuelta en un harapo. De vez en cuando, se sentaba en la cuneta y descansaba unos minutos. El hambre arrojaba en su alma una angustia confusa y pesada. Sólo tenía una idea: «comer», pero no sabía por qué medios.

El primer campesino que encontró y al que le pidió limosna le contestó: «¡Ya estás aquí otra vez, viejo conocido! ¿No nos veremos nunca libres de ti?» Y Cloche se alejó. De puerta en puerta lo maltrataron y lo despidieron sin darle nada. Pese a todo, continuó su recorrido, paciente y obstinado. No recogió ni un céntimo. Entonces visitó las haciendas, deambulando a través de los campos blandos por la lluvia, hasta tal punto extenuado que no podía levantar más sus bastones. Lo echaron de todas partes. Era uno de esos días fríos y tristes en los que los corazones se cierran, los espíritus se irritan, en los que el alma está triste, en los que la mano no se abre ni para dar ni para socorrer.

Cuando concluyó la visita a todas las casas que conocía, fue a dejarse caer en un rincón de una cuneta, a lo largo del patio del patrón Chiquet. Se desenganchó, como se decía para expresar que se dejaba caer entre sus altas muletas dejándolas resbalar bajo los brazos. Y así permaneció mucho tiempo inmóvil, torturado por el hambre, pero demasiado bruto para comprender claramente su insondable miseria. Esperaba no se sabe qué, con esa vaga esperanza que permanece constantemente dentro de nosotros. Esperaba en un rincón de ese patio, bajo un viento helado, la ayuda misteriosa que se espera siempre del cielo o de los hombres, sin preguntarse cómo, ni por qué, ni a través de quién podría llegarle. Una banda de gallinas negras pasaba buscando su alimento en la tierra que nutre a todos los seres. A cada momento cogían de un picotazo un grano o un insecto invisible, y luego proseguían su búsqueda lenta y segura. Cloche las miraba sin pensar en nada; luego le vino, antes al vientre que a la cabeza, la sensación más que la idea de que uno de aquellos animales estaría muy bueno asado sobre un fuego de leña. La sospecha de que iba a cometer un robo ni se le ocurrió. Cogió una piedra al alcance de la mano, y, como era diestro, la lanzó y mató a la gallina más próxima a él. El animal cayó de lado removiendo las alas. Las demás gallinas escaparon balanceándose sobre sus frágiles patas, y Cloche, escalando de nuevo a sus muletas, se puso en marcha para ir a recoger su presa, con movimientos parecidos a los de las gallinas. Cuando estaba llegando junto al pequeño cuerpo negro manchado de rojo en la cabeza, recibió un terrible empujón por la espalda que le hizo soltar los bastones y rodar hasta diez pasos más allá. El patrón Chiquet, muy enfadado, se precipitó sobre el merodeador, lo molió a palos, golpeándolo como un loco, como golpea un campesino robado, con el puño y la rodilla por todo el cuerpo del inválido, que no podía defenderse. El personal de la hacienda llegó a su vez y se puso a golpear al mendigo como el patrón. Luego, cuando se cansaron de pegarle, lo recogieron, se lo llevaron y lo encerraron en la leñera mientras iban a buscar a los gendarmes. Cloche, medio muerto, sangrando y reventando de hambre, permaneció echado en el suelo. Llegó la tarde, luego la noche, luego la aurora. Y él no había comido aún. Hacia las cinco aparecieron los gendarmes y abrieron la puerta con precaución, esperando resistencia, pues el patrón Chiquet pretendía haber sido atacado por el mendigo y haberse defendido de él con gran esfuerzo. El brigadier gritó: «¡Vamos, de pie!» Pero Cloche no podía moverse; intentó encaramarse sobre sus muletas pero no lo consiguió. Pensaron que era un engaño, un ardid, una mala voluntad del malhechor, y los dos hombres armados, lo maltrataron, lo cogieron y, por la fuerza, lo plantaron sobre las muletas. El miedo se había apoderado de él, ese miedo instintivo a las correas amarillas, ese miedo de presa ante el cazador, del ratón ante el gato. Y, con esfuerzo sobrehumano, logró permanecer de pie. «¡En marcha!» -dijo el brigadier. Él marchó. Todo el personal de la hacienda lo miraba marcharse. Las mujeres le enseñaban el puño; los hombres se burlaban y lo injuriaban: por fin lo habían cogido. ¡Qué descanso!

Se alejó entre sus dos guardianes. Encontró la energía desesperada que necesitaba para arrastrarse aún hasta la tarde, embrutecido, sin saber qué le sucedía, demasiado anonadado como para poder comprender algo. Las personas que encontraban se detenían para verlo pasar, y los campesinos murmuraban: «¡Es algún ladrón!» Al anochecer llegaron a la capital del cantón. Él nunca había llegado hasta allí. No sabía bien lo que pasaba ni lo que podría pasar. Todas las cosas terribles, imprevistas, aquellas caras y aquellas cosas nuevas lo llenaban de consternación. No pronunció ni una palabra; pues no tenía nada que decir, ni comprendía nada. Además, después de tantos años en que no hablaba con nadie, casi había perdido la facultad de hablar; y su pensamiento también estaba demasiado confuso como para expresarse por medio de palabras.

Lo encerraron en la cárcel de la ciudad. Los gendarmes no pensaron que pudiera tener necesidad de comer, y lo dejaron hasta el día siguiente. Pero, cuando muy de mañana vinieron a interrogarlo, lo encontraron muerto en el suelo ¡Qué sorpresa!


(Fuente: Biblioteca Ciudad Seva)

EL MENDIGO

Era un pobre que andaba en la escarcha y el viento.
Golpeé mi cristal; se detuvo delante
de mi puerta, que abrí con un gesto cortés.

Regresaban los asnos del mercado del pueblo,
con labriegos sentados en las toscas albardas.

Era el viejo que vive en aquella casucha
que está al pie de la cuesta, y que sueña esperando,
solitario, una luz de ese cielo tan triste,
de la tierra unos céntimos, el que tiende sus manos
hacia el hombre y las junta conversando con Dios.

Le grité: Puede entrar y caliéntese un poco.
Quise saber su nombre. Él tan sólo me dijo:
Yo me llamo el mendigo. Le cogí de la mano:

Adelante, buen hombre. Y ordené que trajeran
una jarra de leche. El anciano temblaba
por el frío; me hablaba, mientras yo, pensativo,
aunque hablándole, no conseguía escucharle.

Viene todo empapado, dije, tienda su ropa
aquí junto al hogar. Se arrimó más al fuego.

Vi su abrigo comido por polillas, que antaño
fuera azul, desplegado al calor de las llamas,
con mil puntos brillantes agujeros de luz
que mostraba el fulgor, ante la chimenea
como un cielo nocturno salpicado de estrellas.

Y entretanto secaba sus andrajos, chorreantes
de la lluvia y del agua de las hondas barrancas,
le veía como alguien que rebosa oraciones
y miraba, insensible a lo que ambos decíamos,
su sayal, refulgente de mil constelaciones.



(De 'Las contemplaciones')

ENTRADAS RELACIONADAS:


(Baudelaire sugiere a los de abajo un posible método de supervivencia... "Había, pues, digerido todas las elucubraciones de esos contratistas de la felicidad pública de los que aconsejan a todos los pobres que se hagan esclavos... Su voz, pues, me cuchicheaba esto: «Sólo es igual a otro quien lo demuestra, y sólo es digno de libertad quien sabe conquistarla.»... acuérdese, si es filántropo de veras, que a todos sus colegas, cuando pidan limosna, hay que aplicarles la teoría que he tenido el dolor de ensayar en sus espaldas.»)

'LOS OJOS DE LOS POBRES', DE CHARLES BAUDELAIRE

("... sacaba a sus hijos a tomar el aire del anochecer. Todos harapientos. Las tres caras tenían extraordinaria seriedad, y los seis ojos contemplaban fijamente el café nuevo, con una admiración igual, que los años matizaban de modo diverso" "... me dijiste: «¡Esa gente me está siendo insoportable con sus ojos tan abiertos como puertas cocheras! ¿Por qué no pedís al dueño del café que los haga alejarse?»)



(1) Camille Pissarro, pintor impresionista francés del siglo XIX. Este pintor mostró siempre una honda preocupación por lo social, por la deriva de injusticia y desigualdad en la que la sociedad moderna parecía caer de modo irremisible.
Estos dibujos, sobre 'desgracias sociales', constituyen un regalo que el pintor hizo a sus sobrinas Esther y Alice, como un valioso material educativo para que fueran conscientes de los horrores de la sociedad capitalista moderna. 



ACERCA DE GUY MAUPASSANT:

Autor francés considerado como uno de los grandes maestros del relato breve de la literatura universal. Nació en el Château de Miromesnil, en Normandía, y estudió en Yvetot y Ruán. Durante su juventud fue miembro de un grupo literario surgido en torno al célebre novelista Gustave Flaubert, que era íntimo amigo de la familia. Fue el propio Flaubert quien formó a Maupassant en el arte de la creación literaria. La primera obra importante de Maupassant fue el relato breve Bola de sebo (1880), incluido en el volumen Las veladas de Médan y considerado su obra maestra en ese género. En los 13 años siguientes escribió más de doscientos relatos, entre los que destacan Mademoiselle Fifi (1882) y el famoso El miedo (1884). La obra de Maupassant se caracteriza por sus variaciones sobre el tema de la crueldad humana, su realismo y su estilo sencillo. Maupassant es también autor de tres colecciones de recuerdos de viajes y seis novelas: Una vida (1883), que narra la enternecedora historia de las desventuras de una mujer casada; Bel Ami(1885), basada en el personaje de un periodista sin escrúpulos; Los dos hermanos (1888), La mano izquierda (1889) y Nuestro corazón (1890)

ACERCA DE VICTOR HUGO:

Poeta, novelista y dramaturgo francés cuyas voluminosas obras constituyeron un gran impulso, quizá el mayor dado por una obra singular, al romanticismo en aquel país. Hugo nació el 26 de febrero de 1802, en Besançon, y fue educado tanto con tutores privados como en escuelas públicas de París. Era un niño precoz, que a muy corta edad decidió convertirse en escritor. En 1817 la Académie française le premió un poema y, cinco años más tarde, publicó su primer volumen de poemas, Odas y poesías diversas, que fue seguido por las novelas Han d'Islande (1823) y Bug-Jargal (1824), y por los poemas de Odas y baladas (1826). En el prefacio de su extenso drama histórico Cromwell (1827), Hugo plantea un llamamiento a la liberación de las restricciones que imponían las tradiciones del clasicismo. Este encendido llamamiento se convirtió muy pronto en el manifiesto del romanticismo. La censura recayó sobre la segunda obra teatral de Hugo, Marion de Lorme (1829), basada en la vida de una cortesana francesa del siglo XVII, por considerarla demasiado liberal. Hugo se resarció de la censura el 25 de febrero de 1830, cuando su obra teatral en verso, Hernani, tuvo un tumultuoso estreno que aseguró el éxito del romanticismo. Hernani fue adaptada por el compositor italiano Giuseppe Verdi y dio como resultado su ópera Ernani (1844). 

El período 1829-1843 fue el más productivo de la carrera de Victor Hugo. Su gran novela histórica Nuestra Señora de París (1831), un cuento que se desarrolla en el París del siglo XV, le hizo famoso y le condujo al nombramiento de miembro de la Académie française en 1841. En otra novela de esta etapa, Claude Gueux (1834), condenó elocuentemente los sistemas penal y social de la Francia de su tiempo. Escribió varios volúmenes de poesía lírica que fueron muy bien recibidos. Entre ellos se cuentan Orientales (1829), Hojas de otoño (1831), Los cantos del crepúsculo (1835) y Voces interiores (1837). Obras teatrales de gran éxito suyas son : El rey se divierte (1832), adaptado por Verdi para su ópera Rigoletto (1851), el drama en prosa Lucrecia Borgia (1833) y el melodrama Ruy Blas (1838). En cambio Les Burgraves(1843) fue un estrepitoso fracaso. Al disgusto de Hugo por el fracaso de esta obra se le unió ese mismo año la muerte de su hija Leopoldine y del marido de ésta Charles Vacquérie, ambos ahogados en el Sena. Se alejó de la poesía y se dedicó de un modo más activo a la política. Su familia siempre había sido bonapartista, y él mismo, en su juventud, había sido monárquico. En 1845 fue nombrado par de Francia por el rey Luis Felipe, pero cuando se produjo la revolución de 1848, Hugo era ya republicano. En 1851, después del fracaso de la revuelta contra el presidente Luis Napoleón, más tarde emperador con el nombre de Napoleón III, Hugo hubo de emigrar hacia Bélgica. En 1855 dio comienzo su largo exilio de quince años en la isla de Guernsey. 

Durante estos años, Hugo escribió la feroz sátira, Napoleón el pequeño (1852), los poemas satíricos Los castigos (1853), el libro de poemas líricos Las contemplaciones (1856) y el primer volumen de su poema épico La leyenda de los siglos (1859-1883). En Guernsey completó su más extensa y famosa obra, Los miserables (1862), una novela que describe vívidamente, al tiempo que condena, la injusticia social de la Francia del siglo XIX. Hugo regresó a Francia después de la caída del Segundo Imperio en 1870, y reanudó su carrera política. Fue elegido primero para la Asamblea Nacional y más tarde para el Senado. Entre las obras más destacables de sus últimos quince años se cuentan El noventa y tres (1874), una novela sobre la Revolución Francesa; y El arte de ser abuelo (1877), conjunto de poemas líricos acerca de su vida familiar. 
Las obras de Víctor Hugo marcaron un decisivo hito en el gusto poético y retórico de las jóvenes generaciones de escritores franceses, y todavía es considerado como uno de los poetas más importantes de este país. Después de su muerte, acaecida el 22 de mayo de 1885, en París, su cuerpo permaneció expuesto bajo el Arco del Triunfo y fue trasladado, según su deseo, en un mísero coche fúnebre, hasta el Panthéon, donde fue enterrado junto a algunos de los más célebres ciudadanos franceses.

(Fuente reseñas: epdlp.com)









EL 'QUIJOTE' MÁS ALLÁ DE CERVANTES, por Andrés Trapiello / 'CERVANTES' (fragmento de 'Duelo entre palabras')

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"Lo que nos seduce del Quijote es precisamente la mirada compasiva de Cervantes, su humor, su finura, su amor por los planos oblicuos... esa manera de decirnos que las cosas de esta vida no están resueltas jamás en el blanco o el negro, sino en los grises"

"... como si un desdoblamiento asombroso le permitiera gozar simultáneamente de dos papeles, el de escritor tranquilo por un lado, y el de lector feliz, por otro"




EL 'QUIJOTE' MÁS ALLÁ DE CERVANTES

Hace tres semanas una alumna del instituto Blas Infante de Córdoba le preguntaba a uno en el curso de una charla sobre estos asuntos: ¿con quién se identifica usted más, con don Quijote o con Sancho Panza? No es una pregunta fácil de responder, porque siéndonos personajes, ambos dos, sumamente simpáticos, con ninguno de ellos se identificaría nadie. Quien escogiera ser don Quijote, sabría a qué se expondría: golpes, burlas, hambres, escarnios, sólo tolerables estando un poco loco y por una buena causa, traer un poco de cordura a este mundo. Claro que la cordura tampoco le libra a Sancho de golpes, burlas, hambres y escarnios, teniendo también él una causa noble para soportarlos: ganarse la vida.

Con quien uno de verdad se identifica leyendo el Quijote, le dije a aquella muchacha, es… con Cervantes, con su manera de ver las cosas y presentárnoslas.

El primero en plantear de un modo radical esta cuestión fue Unamuno, siempre tan radical: don Quijote fue una creación que excedió con mucho a su creador, casi nunca, decía él, a la altura de la misión que tenía don Quijote en esta vida: remover la conciencia de los hombres, y arrancarlos del deplorable sentido común, ese que está hecho sólo de lugares comunes. Y siguiendo su razonamiento llegó a afirmar lo que muchas gentes creen también: Cervantes, sin el Quijote, no habría pasado de ser un autor del montón, más o menos.


Estando uno de acuerdo con Unamuno en tantas cosas de su apasionada Vida de don Quijote y Sancho, no podría estarlo en ese punto. En realidad creo que a Unamuno le sobraban un poco todos, don Quijote, Sancho, incluso Cervantes (“¿Qué me importa lo que Cervantes quiso o no poner allí y lo que realmente puso? Lo vivo es lo que yo allí descubro, pusiéralo o no Cervantes”, llega a decir). Lo que nos seduce del Quijote es precisamente la mirada compasiva de Cervantes, su humor, su finura, su amor por los planos oblicuos (aquel “di toda la verdad, pero sesgada” de que habló Emily Dickinson) y el respeto con que habla de la realidad, sin el menor resentimiento, él, a quien la vida dio tantos motivos para ser un resentido. Y claro, esa manera de decirnos que las cosas de esta vida no están resueltas jamás en el blanco o el negro, sino en los grises. Sin salirnos del Quijote: don Quijote puede acometer algunos actos de cuerdo (la defensa de Andrés, el muchacho al que azota su amo) sólo si está loco, y otros de loco (soltar a los galeotes) que deberían acometer los cuerdos, lo mismo que Sancho se hace el loco (sosteniendo que una albarda son jaeces) para beneficiarse de algo por las mismas razones por las que su amo quiere beneficiarse de una vacía llamándola yelmo sólo porque está loco, por no hablar del momento en que un loco como don Quijote llega a ser sublime (en su discurso de la edad dorada) y Sancho, entre sus insulanos, alguien que deja en pañales al gran Solón. Quiero decir, que si Cervantes hubiera escrito esta novela en el siglo XIX y hubiese sido francés, habría dicho: “Don Quichotte, c’est moi… et Sancho aussi”.

(Fuente: babelia.com)

'CERVANTES'

Sólo Cervantes despertaba mi curiosidad y animaba mi trabajo de actor. No podía idear, ni siquiera de una forma aproximada, cuál pudo ser su actitud a la hora de escribir. Pero creía tener un punto de apoyo acertado: siempre que intentaba imaginar a Cervantes sentado a la mesa, con una pluma en la mano, lo veía sonriendo, disfrutando con aquello que acababa de producir, como si un desdoblamiento asombroso le permitiera gozar simultáneamente de dos papeles, el de escritor tranquilo por un lado, y el de lector feliz, por otro, supongo que él podría demostrar sin lugar a dudas que realmente es posible unir el acto de la creación y el del goce contemplativo con el pegamento invisible del distanciamiento irónico y risueño. Parecía Dios. 

('Duelo entre palabras', novela inédita de Luis Enrique Ibáñez)


ENTRADAS RELACIONADAS:

'CERVANTES, EL HOMBRE QUE ACABÓ CON ESPAÑA', por Carlos Mayoral  / 'MIRÉ LOS MUROS DE LA PATRIA MÍA' Quevedo / 'ESTA TIERRA NO TIENE CORAZÓN', Juan Perro


 
("Parece lógico que Cervantes y su hermano, Don Quijote, sean tapados. Imaginen esa escena en que los dos se presentan ante el juez que ordenó prisión sin fianza para esos cómicos que trabajaban en Madrid... "quiero rogar a estos señores guardianes y comisarios sean servidos de desataros y dejaros ir en paz... me parece duro caso hacer esclavos a los que Dios y naturaleza hizo libres... La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos... deberíamos repetirnos constantemente esas palabras de la pastora Marcela... "... Yo nací libre")
 
 
("... las locuras de Don Quijote tienen el poder de suspender por un momento el principio de realidad. Su función es abrir una grieta, y, más allá de la lógica, llevarnos a la comprensión profunda e inmediata de una verdad nueva... Nada que ver con la locura. La locura es no tener en cuenta a los otros y pocos héroes los han tenido tan en cuenta como el nuestro. La gran lección de sus aventuras es que un mundo sin justicia no merece la pena... La ironía, para Cervantes, es la capacidad de aceptar las contradicciones de la vida; de aceptar, en suma, que nada es de una sola manera")
 
 ( Uno de los temas principales tratados por los escritores de la Generación del 98 es, sin duda, el tema de España. Los siguientes textos, poemas, fragmentos... giran, todos, en torno a ese tema. Pueden servirnos para establecer referencias, relaciones, comparaciones, no solo con la literatura del 98, sino, quizás también, con la actualidad)
 
 
 
("Cervantes escoge una voz marginal para hablar de la suerte de los marginados, pobres y desventurados... A pesar de sus disparates, actúa como un reformador moral que pide compasión para los débiles y tolerancia en los asuntos amorosos" (Rafael Narbona)“…porque me parece duro caso hacer esclavos a los que Dios y naturaleza hizo libres" (Don Quijote)
 
 ("... no alcanzo que por razón de ser amado, esté obligado lo que es amado por hermoso a amar a quien le ama... Yo nací libre")
 
 


'DEL FATIGADO FIN Y REMATE QUE TUVO EL GOBIERNO DE SANCHO PANZA'

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Nuestros políticos, la mayoría, salen de su, digamos, labor política, con más dinero, con más cargos, con más placer en el viaje por esas puertas giratorias que ellos diseñaron, y que nosotros tragamos. No, no han leído a Cervantes y, además, les daría igual

"Vuestras mercedes se queden con Dios... desnudo nací, desnudo me hallo: ni pierdo ni gano; quiero decir, que sin blanca entré en este gobierno y sin ella salgo, bien al revés de como suelen salir los gobernadores de otras ínsulas...

Sancho dijo que no quería más de un poco de cebada para el rucio y medio queso y medio pan para él; que, pues el camino era tan corto, no había menester mayor ni mejor repostería"

Monumento a Sancho Panza, en Alcalá de Ebro

DEL FATIGADO FIN Y REMATE QUE TUVO EL GOBIERNO DE SANCHO PANZA
(El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, capítulo LIII, segunda parte, 1615)


'Pensar que en esta vida las cosas della han de durar siempre en un estado es pensar en lo escusado; antes parece que ella anda todo en redondo, digo, a la redonda: la primavera sigue al verano, el verano al estío, el estío al otoño, y el otoño al invierno, y el invierno a la primavera, y así torna a andarse el tiempo con esta rueda continua; sola la vida humana corre a su fin ligera más que el tiempo, sin esperar renovarse si no es en la otra, que no tiene términos que la limiten''. Esto dice Cide Hamete, filósofo mahomético; porque esto de entender la ligereza e instabilidad de la vida presente, y de la duración de la eterna que se espera, muchos sin lumbre de fe, sino con la luz natural, lo han entendido; pero aquí, nuestro autor lo dice por la presteza con que se acabó, se consumió, se deshizo, se fue como en sombra y humo el gobierno de Sancho. 

El cual, estando la séptima noche de los días de su gobierno en su cama, no harto de pan ni de vino, sino de juzgar y dar pareceres y de hacer estatutos y pragmáticas, cuando el sueño, a despecho y pesar de la hambre, le comenzaba a cerrar los párpados, oyó tan gran ruido de campanas y de voces, que no parecía sino que toda la ínsula se hundía. Sentóse en la cama, y estuvo atento y escuchando, por ver si daba en la cuenta de lo que podía ser la causa de tan grande alboroto; pero no sólo no lo supo, pero, añadiéndose al ruido de voces y campanas el de infinitas trompetas y atambores, quedó más confuso y lleno de temor y espanto; y, levantándose en pie, se puso unas chinelas, por la humedad del suelo, y, sin ponerse sobrerropa de levantar, ni cosa que se pareciese, salió a la puerta de su aposento, a tiempo cuando vio venir por unos corredores más de veinte personas con hachas encendidas en las manos y con las espadas desenvainadas, gritando todos a grandes voces: 
-¡Arma, arma, señor gobernador, arma!; que han entrado infinitos enemigos en la ínsula, y somos perdidos si vuestra industria y valor no nos socorre. 
Con este ruido, furia y alboroto llegaron donde Sancho estaba, atónito y embelesado de lo que oía y veía; y, cuando llegaron a él, uno le dijo: 
-¡ármese luego vuestra señoría, si no quiere perderse y que toda esta ínsula se pierda! 
-¿Qué me tengo de armar -respondió Sancho-, ni qué sé yo de armas ni de socorros? Estas cosas mejor será dejarlas para mi amo don Quijote, que en dos paletas las despachará y pondrá en cobro; que yo, pecador fui a Dios, no se me entiende nada destas priesas. 
-¡Ah, señor gobernador! -dijo otro-. ¿Qué relente es ése? ármese vuesa merced, que aquí le traemos armas ofensivas y defensivas, y salga a esa plaza, y sea nuestra guía y nuestro capitán, pues de derecho le toca el serlo, siendo nuestro gobernador. 
-ármenme norabuena -replicó Sancho. 
Y al momento le trujeron dos paveses, que venían proveídos dellos, y le pusieron encima de la camisa, sin dejarle tomar otro vestido, un pavés delante y otro detrás, y, por unas concavidades que traían hechas, le sacaron los brazos, y le liaron muy bien con unos cordeles, de modo que quedó emparedado y entablado, derecho como un huso, sin poder doblar las rodillas ni menearse un solo paso. Pusiéronle en las manos una lanza, a la cual se arrimó para poder tenerse en pie. Cuando así le tuvieron, le dijeron que caminase, y los guiase y animase a todos; que, siendo él su norte, su lanterna y su lucero, tendrían buen fin sus negocios. 
-¿Cómo tengo de caminar, desventurado yo -respondió Sancho-, que no puedo jugar las choquezuelas de las rodillas, porque me lo impiden estas tablas que tan cosidas tengo con mis carnes? Lo que han de hacer es llevarme en brazos y ponerme, atravesado o en pie, en algún postigo, que yo le guardaré, o con esta lanza o con mi cuerpo. 
-Ande, señor gobernador -dijo otro-, que más el miedo que las tablas le impiden el paso; acabe y menéese, que es tarde, y los enemigos crecen, y las voces se aumentan y el peligro carga. 
Por cuyas persuasiones y vituperios probó el pobre gobernador a moverse, y fue dar consigo en el suelo tan gran golpe, que pensó que se había hecho pedazos. Quedó como galápago encerrado y cubierto con sus conchas, o como medio tocino metido entre dos artesas, o bien así como barca que da al través en la arena; y no por verle caído aquella gente burladora le tuvieron compasión alguna; antes, apagando las antorchas, tornaron a reforzar las voces, y a reiterar el ¡arma! con tan gran priesa, pasando por encima del pobre Sancho, dándole infinitas cuchilladas sobre los paveses, que si él no se recogiera y encogiera, metiendo la cabeza entre los paveses, lo pasara muy mal el pobre gobernador, el cual, en aquella estrecheza recogido, sudaba y trasudaba, y de todo corazón se encomendaba a Dios que de aquel peligro le sacase. 
Unos tropezaban en él, otros caían, y tal hubo que se puso encima un buen espacio, y desde allí, como desde atalaya, gobernaba los ejércitos, y a grandes voces decía: 
-¡Aquí de los nuestros, que por esta parte cargan más los enemigos! ¡Aquel portillo se guarde, aquella puerta se cierre, aquellas escalas se tranquen! ¡Vengan alcancías, pez y resina en calderas de aceite ardiendo! ¡Trinchéense las calles con colchones! 
En fin, él nombraba con todo ahínco todas las baratijas e instrumentos y pertrechos de guerra con que suele defenderse el asalto de una ciudad, y el molido Sancho, que lo escuchaba y sufría todo, decía entre sí: 
-¡Oh, si mi Señor fuese servido que se acabase ya de perder esta ínsula, y me viese yo o muerto o fuera desta grande angustia! 
Oyó el cielo su petición, y, cuando menos lo esperaba, oyó voces que decían: 
-¡Vitoria, vitoria! ¡Los enemigos van de vencida! ¡Ea, señor gobernador, levántese vuesa merced y venga a gozar del vencimiento y a repartir los despojos que se han tomado a los enemigos, por el valor dese invencible brazo! 
-Levántenme -dijo con voz doliente el dolorido Sancho. 
Ayudáronle a levantar, y, puesto en pie, dijo: 
-El enemigo que yo hubiere vencido quiero que me le claven en la frente. Yo no quiero repartir despojos de enemigos, sino pedir y suplicar a algún amigo, si es que le tengo, que me dé un trago de vino, que me seco, y me enjugue este sudor, que me hago agua. 
Limpiáronle, trujéronle el vino, desliáronle los paveses, sentóse sobre su lecho y desmayóse del temor, del sobresalto y del trabajo. Ya les pesaba a los de la burla de habérsela hecho tan pesada; pero el haber vuelto en sí Sancho les templó la pena que les había dado su desmayo. Preguntó qué hora era, respondiéronle que ya amanecía. Calló, y, sin decir otra cosa, comenzó a vestirse, todo sepultado en silencio, y todos le miraban y esperaban en qué había de parar la priesa con que se vestía. Vistióse, en fin, y poco a poco, porque estaba molido y no podía ir mucho a mucho, se fue a la caballeriza, siguiéndole todos los que allí se hallaban, y, llegándose al rucio, le abrazó y le dio un beso de paz en la frente, y, no sin lágrimas en los ojos, le dijo: 
-Venid vos acá, compañero mío y amigo mío, y conllevador de mis trabajos y miserias: cuando yo me avenía con vos y no tenía otros pensamientos que los que me daban los cuidados de remendar vuestros aparejos y de sustentar vuestro corpezuelo, dichosas eran mis horas, mis días y mis años; pero, después que os dejé y me subí sobre las torres de la ambición y de la soberbia, se me han entrado por el alma adentro mil miserias, mil trabajos y cuatro mil desasosiegos. 
Y, en tanto que estas razones iba diciendo, iba asimesmo enalbardando el asno, sin que nadie nada le dijese. Enalbardado, pues, el rucio, con gran pena y pesar subió sobre él, y, encaminando sus palabras y razones al mayordomo, al secretario, al maestresala y a Pedro Recio el doctor, y a otros muchos que allí presentes estaban, dijo: 
-Abrid camino, señores míos, y dejadme volver a mi antigua libertad; dejadme que vaya a buscar la vida pasada, para que me resucite de esta muerte presente. Yo no nací para ser gobernador, ni para defender ínsulas ni ciudades de los enemigos que quisieren acometerlas. Mejor se me entiende a mí de arar y cavar, podar y ensarmentar las viñas, que de dar leyes ni de defender provincias ni reinos. Bien se está San Pedro en Roma: quiero decir, que bien se está cada uno usando el oficio para que fue nacido. Mejor me está a mí una hoz en la mano que un cetro de gobernador; más quiero hartarme de gazpachos que estar sujeto a la miseria de un médico impertinente que me mate de hambre; y más quiero recostarme a la sombra de una encina en el verano y arroparme con un zamarro de dos pelos en el invierno, en mi libertad, que acostarme con la sujeción del gobierno entre sábanas de holanda y vestirme de martas cebollinas. Vuestras mercedes se queden con Dios, y digan al duque mi señor que, desnudo nací, desnudo me hallo: ni pierdo ni gano; quiero decir, que sin blanca entré en este gobierno y sin ella salgo, bien al revés de como suelen salir los gobernadores de otras ínsulas. Y apártense: déjenme ir, que me voy a bizmar; que creo que tengo brumadas todas las costillas, merced a los enemigos que esta noche se han paseado sobre mí. 
-No ha de ser así, señor gobernador -dijo el doctor Recio-, que yo le daré a vuesa merced una bebida contra caídas y molimientos, que luego le vuelva en su prístina entereza y vigor; y, en lo de la comida, yo prometo a vuesa merced de enmendarme, dejándole comer abundantemente de todo aquello que quisiere. 
-¡Tarde piache! -respondió Sancho-. Así dejaré de irme como volverme turco. No son estas burlas para dos veces. Por Dios que así me quede en éste, ni admita otro gobierno, aunque me le diesen entre dos platos, como volar al cielo sin alas. Yo soy del linaje de los Panzas, que todos son testarudos, y si una vez dicen nones, nones han de ser, aunque sean pares, a pesar de todo el mundo. Quédense en esta caballeriza las alas de la hormiga, que me levantaron en el aire para que me comiesen vencejos y otros pájaros, y volvámonos a andar por el suelo con pie llano, que, si no le adornaren zapatos picados de cordobán, no le faltarán alpargatas toscas de cuerda. Cada oveja con su pareja, y nadie tienda más la pierna de cuanto fuere larga la sábana; y déjenme pasar, que se me hace tarde. 
A lo que el mayordomo dijo: 
-Señor gobernador, de muy buena gana dejáramos ir a vuesa merced, puesto que nos pesará mucho de perderle, que su ingenio y su cristiano proceder obligan a desearle; pero ya se sabe que todo gobernador está obligado, antes que se ausente de la parte donde ha gobernado, dar primero residencia: déla vuesa merced de los diez días que ha que tiene el gobierno, y váyase a la paz de Dios. 
-Nadie me la puede pedir -respondió Sancho-, si no es quien ordenare el duque mi señor; yo voy a verme con él, y a él se la daré de molde; cuanto más que, saliendo yo desnudo, como salgo, no es menester otra señal para dar a entender que he gobernado como un ángel. 
-Par Dios que tiene razón el gran Sancho -dijo el doctor Recio-, y que soy de parecer que le dejemos ir, porque el duque ha de gustar infinito de verle. 
Todos vinieron en ello, y le dejaron ir, ofreciéndole primero compañía y todo aquello que quisiese para el regalo de su persona y para la comodidad de su viaje. Sancho dijo que no quería más de un poco de cebada para el rucio y medio queso y medio pan para él; que, pues el camino era tan corto, no había menester mayor ni mejor repostería. Abrazáronle todos, y él, llorando, abrazó a todos, y los dejó admirados, así de sus razones como de su determinación tan resoluta y tan discreta. 
 

(Fuente: spanisharts.com)


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("Lo que nos seduce del Quijote es precisamente la mirada compasiva de Cervantes, su humor, su finura, su amor por los planos oblicuos... esa manera de decirnos que las cosas de esta vida no están resueltas jamás en el blanco o el negro, sino en los grises" "... como si un desdoblamiento asombroso le permitiera gozar simultáneamente de dos papeles, el de escritor tranquilo por un lado, y el de lector feliz, por otro")

 
("Parece lógico que Cervantes y su hermano, Don Quijote, sean tapados. Imaginen esa escena en que los dos se presentan ante el juez que ordenó prisión sin fianza para esos cómicos que trabajaban en Madrid... "quiero rogar a estos señores guardianes y comisarios sean servidos de desataros y dejaros ir en paz... me parece duro caso hacer esclavos a los que Dios y naturaleza hizo libres... La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos... deberíamos repetirnos constantemente esas palabras de la pastora Marcela... "... Yo nací libre")
 
 
("... las locuras de Don Quijote tienen el poder de suspender por un momento el principio de realidad. Su función es abrir una grieta, y, más allá de la lógica, llevarnos a la comprensión profunda e inmediata de una verdad nueva... Nada que ver con la locura. La locura es no tener en cuenta a los otros y pocos héroes los han tenido tan en cuenta como el nuestro. La gran lección de sus aventuras es que un mundo sin justicia no merece la pena... La ironía, para Cervantes, es la capacidad de aceptar las contradicciones de la vida; de aceptar, en suma, que nada es de una sola manera")
 
 ( Uno de los temas principales tratados por los escritores de la Generación del 98 es, sin duda, el tema de España. Los siguientes textos, poemas, fragmentos... giran, todos, en torno a ese tema. Pueden servirnos para establecer referencias, relaciones, comparaciones, no solo con la literatura del 98, sino, quizás también, con la actualidad)
 
 
 
("Cervantes escoge una voz marginal para hablar de la suerte de los marginados, pobres y desventurados... A pesar de sus disparates, actúa como un reformador moral que pide compasión para los débiles y tolerancia en los asuntos amorosos" (Rafael Narbona) “…porque me parece duro caso hacer esclavos a los que Dios y naturaleza hizo libres" (Don Quijote)
 
 ("... no alcanzo que por razón de ser amado, esté obligado lo que es amado por hermoso a amar a quien le ama... Yo nací libre")

'FALSTAFF Y EL LICIENCIADO VIDRIERA', por José Andrés Rojo

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"Con Falstaff, Shakespeare se asoma al poder desde la barra de un bar... un experimentado rufián que ha labrado su sabiduría en los estercoleros del mundo. El licenciado del que se ocupa Cervantes le viene de perlas para iluminar el lado oscuro que existe en cada oficio, en cada esquina, en cada rincón de la sociedad...

El príncipe Enrique termina renegando del gordinflón, y lo abandona a su suerte; cuando el licenciado recobra la cordura, nadie le hace caso"

'Falstaff', por Adolf Schrödter

FALSTAFF Y EL LICIENCIADO VIDRIERA

Seguramente no resulta muy correcto que un hombre ya medio viejo, gordinflón y borrachín se permita decirle a un príncipe heredero que es un “hambriento, piel de anguila, lengua de vaca ahumada, nervio de toro, sardina seca”. Antes lo llamó cobarde, ya le ha afeado su comportamiento; lo trata cual si fuera un botarate, le miente, se burla de él, lo ningunea.
Hay otro tipo que procede, en cambio, de manera radicalmente distinta. Va por las calles sermoneando al personal, a todos llama la atención, de cada uno tiene algo que comentar. Con su ingenio lo mismo tritura a frailes y religiosos que a dueñas y cortesanas, machaca a marineros, arrieros y escribanos, cuestiona a panaderos, poetas, libreros, mozos de mula y alcahuetas, critica a médicos, jueces, sastres y zapateros. Por ponerse estupendo hace incluso chanzas de los genoveses.
El primero se llama Falstaff y habita en varias piezas de Shakespeare, y es excesivo y disparatado. Cultiva con estricta disciplina todos los vicios y, además, procura aprovecharse de un príncipe al que engatusa con burdas estratagemas. El otro es una criatura de Cervantes que empezó llamándose Tomás Rodaja cuando siendo un niño de origen humilde buscaba la manera de educarse en Salamanca: consiguió graduarse con brillantez de licenciado en leyes y fue entonces cuando “una dama de todo rumbo y manejo”, una fulana, se cruzó en su camino. No pudo conquistar “la roca de la voluntad de Tomás”, escribe Cervantes, y tuvo que valerse de algún hechizo para vengarse. Un día, el brillante licenciado empezó a pensar que estaba todo hecho de vidrio.
Hoy toca celebrar la literatura. Y más en un año en el que se recuerda el cuarto centenario de la muerte de dos de los mayores escritores de la historia. Y no está de más acudir a alguno de sus otros personajes, a los que no siempre están en primer plano y que, sin embargo, incorporan en sus historias las marcas indelebles que los más grandes van dejando allí por donde pisan.
Con Falstaff, Shakespeare se asoma al poder desde la barra de un bar y cuenta la extraña complicidad entre un príncipe que habita en el corazón de la corte y un experimentado rufián que ha labrado su sabiduría en los estercoleros del mundo. El licenciado del que se ocupa Cervantes le viene de perlas para iluminar el lado oscuro que existe en cada oficio, en cada esquina, en cada rincón de la sociedad. Es un hombre que se cree de vidrio, y el vidrio “por ser materia sutil y delicada” consigue penetrar con mayor profundidad y eficacia en las entrañas del alma.
Falstaff es inmenso, arrollador, va desbordándose a cada paso. Vidriera es frágil: un día una avispa le estaba picando en el cuello “y no se la osaba sacudir por no quebrarse”. A ambos no les salen bien las cosas. El príncipe Enrique termina renegando del gordinflón, y lo abandona a su suerte; cuando el licenciado recobra la cordura, nadie le hace caso y tiene que irse a Flandes para ganar con las armas lo que no consigue obtener con las letras. Dos historias y una misma derrota.
(Fuente: El País, 23-04-2016)
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("¿Qué es el honor? Aire. Sólo aire, ¿quién lo obtiene? El que murió el miércoles pasado. ¿Lo sienten? No. Es cosa insensible...Para darse un festín... la vida frente a la razón de Estado, el goce frente a las relaciones de poder, la modernidad, la exaltación de la vida frente a los oscuros mecanismos del sistema opresor...)
("... Pues ¿de qué suerte los piensas honrar? (a sus padres) -preguntó el otro caballero. -Con mis estudios -respondió el muchacho- (...) ¡Oh Corte, que alargas las esperanzas de los atrevidos pretendientes, y acortas las de los virtuosos encogidos; sustentas abundantemente a los truhanes desvergonzados, y matas de hambre a los discretos vergonzosos!")
TAMBIÉN DE JOSÉ ANDRÉS ROJO EN ESTE SITIO:
("... ¿quién tiene tiempo hoy para zambullirse en una novela o para liarse en los vericuetos de un ensayo o para andarse con un montón de versos que tratan de vanos amoríos o del desastre de vivir? leer no es más que eso: apartarse del ruido y entrar en otro mundo habitado por palabras. Siempre toca hacerlo solo y con tiempo, eligiendo la lentitud frente a la velocidad de nuestras circunstancias. Merece la pena. Ese “acto silencioso y solitario” está tan lleno de riquezas y placeres que quizá tenían razón aquellos antiguos cuando se esforzaban en arreglarse para vivir un momento tan especial")
MÁS DE CERVANTES EN ESTE SITIO:


(Nuestros políticos, la mayoría, salen de su, digamos, labor política, con más dinero, con más cargos, con más placer en el viaje por esas puertas giratorias que ellos diseñaron, y que nosotros tragamos. No, no han leído a Cervantes y, además, les daría igual. "Vuestras mercedes se queden con Dios... desnudo nací, desnudo me hallo: ni pierdo ni gano; quiero decir, que sin blanca entré en este gobierno y sin ella salgo, bien al revés de como suelen salir los gobernadores de otras ínsulas... Sancho dijo que no quería más de un poco de cebada para el rucio y medio queso y medio pan para él; que, pues el camino era tan corto, no había menester mayor ni mejor repostería")



("Lo que nos seduce del Quijote es precisamente la mirada compasiva de Cervantes, su humor, su finura, su amor por los planos oblicuos... esa manera de decirnos que las cosas de esta vida no están resueltas jamás en el blanco o el negro, sino en los grises" "... como si un desdoblamiento asombroso le permitiera gozar simultáneamente de dos papeles, el de escritor tranquilo por un lado, y el de lector feliz, por otro")

 
("Parece lógico que Cervantes y su hermano, Don Quijote, sean tapados. Imaginen esa escena en que los dos se presentan ante el juez que ordenó prisión sin fianza para esos cómicos que trabajaban en Madrid... "quiero rogar a estos señores guardianes y comisarios sean servidos de desataros y dejaros ir en paz... me parece duro caso hacer esclavos a los que Dios y naturaleza hizo libres... La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos... deberíamos repetirnos constantemente esas palabras de la pastora Marcela... "... Yo nací libre")
 
 
("... las locuras de Don Quijote tienen el poder de suspender por un momento el principio de realidad. Su función es abrir una grieta, y, más allá de la lógica, llevarnos a la comprensión profunda e inmediata de una verdad nueva... Nada que ver con la locura. La locura es no tener en cuenta a los otros y pocos héroes los han tenido tan en cuenta como el nuestro. La gran lección de sus aventuras es que un mundo sin justicia no merece la pena... La ironía, para Cervantes, es la capacidad de aceptar las contradicciones de la vida; de aceptar, en suma, que nada es de una sola manera")
 
 ( Uno de los temas principales tratados por los escritores de la Generación del 98 es, sin duda, el tema de España. Los siguientes textos, poemas, fragmentos... giran, todos, en torno a ese tema. Pueden servirnos para establecer referencias, relaciones, comparaciones, no solo con la literatura del 98, sino, quizás también, con la actualidad)
 
 
 
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'STUBBORN LOVE', THE LUMINEERS

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Es mejor sentir dolor, que nada en absoluto...
estoy de pie en tu porche, gritando,
y no me iré hasta que bajes...

los rótulos de la autopista dicen que estamos cerca...
Mantén tu cabeza alta...



The Lumineers

... When we were young
Oh, we did enough
When it got cold
Oh, we bundled up
I can't be told
Ah, it can't be done...




LETRA:

She'll lie and steal and cheat
And beg you from her knees
Make you think she means it this time
She'll tear a hole in you, the one you can't repair 
But I still love her, I don't really care

When we were young
Oh, we did enough
When it got cold
Oh, we bundled up
I can't be told
Ah, it can't be done

It's better to feel pain, than nothing at all
The opposite of love is indifference
So pay attention now
I'm standing on your porch screaming out
And I won't leave until you come downstairs

So keep your head up, keep your love
Keep your head up, my love
Keep your head up, head up, love

And I don't blame you dear
For running like you did all these years
I would do the same, your best belief
And the highway signs say we're close,
But I don't read those things anymore
I never trusted my own eyes

When we were young 
Oh, we did enough
When it got cold
Oh, we bundled up
I can't be told
Ah, it can't be done

Keep your head up, keep your love
Keep your head up, my love 
Keep your head up, my love
Keep your head up, keep your love

Head up, love
Head up, love

Head up, love
Head up, love 








'CENIZAS DEL SISTEMA', por Juan José Millás / 'REFUGIADOS', de Marwan

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"Los refugiados (y en general los pobres) son en cierto modo los restos de la combustión de una parte de esa economía, las cenizas que expulsa la maquinaria del sistema... Es costoso deshacerse de las cenizas, sí, pero gracias a esas cenizas se ha movido, por poner un solo ejemplo, el tráfico de armas, cuya industria constituye una de las locomotora de la economía global...

¿sería usted capaz de distinguir en esta foto la carne para picar de los agentes de Frontex?"

¿Refugiados? expulsados, custodiados por agentes de Frontex


CENIZAS DEL SISTEMA

La ventaja de tratar a las personas como carne para picar es que abarata los costes de distribución, y la distribución es la columna vertebral del negocio. No puedes fabricar libros si no tienes dónde colocarlos ni se pueden producir refugiados si no se han previsto antes los problemas de distribución y sus costes. Los costes económicos ya los sabemos: 6.000 millones de euros que la UE va a pasar a Turquía. Los morales están por calcular, si se calculan, que creemos que no. El coste moral es un atraso digno de sociedades ancladas en una mentalidad rural. Siguen ahí, apegadas al tomate o a la berenjena, que dan pérdidas, cuando el sector de la economía financiera está prácticamente virgen. Los refugiados (y en general los pobres) son en cierto modo los restos de la combustión de una parte de esa economía, las cenizas que expulsa la maquinaria del sistema, en el caso de que la maquinaria y el sistema sean cosas distintas. Desechos que conviene repartir con justicia bonificando a quien se los queda. Si un cementerio nuclear se considera un chollo para los habitantes de la población en la que se instala, un cementerio de refugiados debería resultar beneficioso para la Turquía de Erdogan, ese señor que dice creer en Dios, aunque no se fía de él. Es costoso deshacerse de las cenizas, sí, pero gracias a esas cenizas se ha movido, por poner un solo ejemplo, el tráfico de armas, cuya industria constituye una de las locomotora de la economía global.


Por cierto, ¿sería usted capaz de distinguir en esta foto la carne para picar de los agentes de Frontex?


(Fuente: El País Semanal, 24-04-2016)


REFUGIADOS

¿Has entrado en los ojos de un refugiado?
¿Has visto las puertas del desánimo?

¿Has ido descalzo por los pasillos del dolor
que se abre en sus cabezas?

¿Has visto la larga fila de la desgracia
caminar desde el horror hacia lo incierto?

¿Sabes que mi padre es palestino?
¿Sabes que mi padre es refugiado?
¿Has dejado tu infancia y tu adolescencia
en un lugar para ir a buscarte lejos de quien fuiste?

¿Has visto la piel de Europa cubierta de blindajes,
sus fronteras cayendo sobre el corazón
de los niños de la guerra,
de los padres más rotos del mundo?

¿Ta das cuenta de esas vallas
que frenan el destino de quien
nació con menos suerte que nosotros?

¿Sabes si las hormigas de esperanza
pueden con las ballenas de tristeza de sus hombros?

¿Has visto las maletas llenas de nada
de quien deja atrás su vida para siempre?

¿Has ido a tientas por un mundo ciego
que no recuerda que tú y yo fuimos ellos no hace mucho?

¿Has visto los pies y los omóplatos
de quien oye el ruido de las bombas a su espalda?

¿Y el lujo en las tiendas de campaña?
¿Lo has visto? ¿De verdad?

¿Has visto a los gobiernos sortearse
el porvenir de los más tristes del mundo?
¿Y la realidad reducida a sucias cifras,
la inhumanidad de la burocracia?

¿Y viste a este planeta
permitiendo la carnicería que trajo estos lodos,
el doble rasero que hay en cada guerra?

¿Has visto eso?
¿Todo ese dolor?
¿Y no has visto a tus hijos en los ojos de esos niños?


(Fuente: marwanblog.blogspot.com)


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("... culpable de haber nacido, de haber nacido al otro lado, en la cara mala del mundo, en la otra orilla. Eres culpable de no soportar tu hambre amarilla, eres culpable de asomarte sin permiso al otro lado, a este lugar prohibido y mentiroso. Eres culpable de creer en los sueños azules, de pensar que una valla es sólo una valla...")



("Viendo a esos miles de refugiados que, después de haber cruzado el mar jugándose la vida (y viendo cómo otros la perdían, muchos de ellos niños aún), son obligados de nuevo a cruzarlo contra su voluntad... ¿Qué sentimientos albergarán hacia nosotros después de haber visto cómo los expulsábamos contradiciendo nuestras propias leyes? ¿Pensarán que todos participamos en su expulsión o distinguirán entre unos y otros?" "... No conozco ya los nombres de un mundo que me niega...")

("Esta es una larga historia, que comenzó con la destrucción de algunos países bajo las bombas humanitarias... La mayoría de los que escapan del desastre no tenían, cinco años atrás, planes de fuga.... Su plan ahora... escapar, llegar al norte, sacrificarse hasta la última gota de sudor para que sus descendientes tengan una perspectiva decente. Este es el único plan de un emigrante" "Llovió el invierno a mares lodos, hambre. Navegó la miseria a plena vela... Hubo más muertos. Pero nunca, jamás, la violencia" "... perdimos la verdad, perdimos las palabras")
("Las más auténticas procesiones de Semana Santa de este año son las de refugiados por las fronteras de espinas envueltas en bruma de Europa. Desde que falleció ahogado Aylan Kurdi, han muerto más de quinientos niños en este éxodo... México, hizo infinitamente más en un año por los españoles que lo que España ha hecho por todos los refugiados durante años en el Mediterráneo" "-Ni demasiado tarde ni demasiado lejos. La isla “Aquí” está en todos lados... El ambiente se volvió incómodo, cayó el silencio. Las verdades generales tienen ese problema")

NO ME LLAMEN EUROPEO, por Luis Enrique Ibáñez
("No, no me llamen europeo. Yo soy africano, y llegué aquí hace miles de años, lo mismo que ustedes... hemos cometido el imperdonable pecado de olvidar, de amputar, el significado de las palabras que nos fundaron... hospitalidad, justicia... belleza... No me llamen europeo... dolor, culpabilidad, complicidad, lo dócilmente sometido, imperio de la apatía, placer de la esclavitud, extravío de las palabras, lenguaje invisible. idioma disfrazado, de mentira, de asco, de nada")

'IR Y QUEDARSE, Y CON QUEDAR PARTIRSE', DE LOPE DE VEGA / 'COPENHAGUE', VETUSTA MORLA

("Ir y quedarse, y con quedar partirse...fuego en el alma, y en la vida infierno""... El valor para marcharse,el miedo a llegar...Ella duerme tras el vendaval No se quitó la ropa.Sueña con despertar en otro tiempo y en otra ciudad"

'LA HISTORIA NOS JUZGARÁ' Luis Gonzalo / 'SOBRE LA DENOMINACIÓN DE EMIGRANTES', Bertolt Brecht

("... seremos juzgados como genocidas y las próximas generaciones se avergonzarán de nuestro comportamiento. Seremos un ejemplo en las clases de historia sobre la inhumanidad de nuestra sociedad y la violación constante de los derechos humanos... Estudiarán cómo invadimos países para convertirlos en estados fallidos y arrebatarles sus recursos en una nueva forma de colonialismo""... Cada unode los que vamos con los zapatos rotos entre la multitudla ignominia mostramos..." (Brecht)
("Europa renuncia a sus principios éticos y fundacionales, consagra las devoluciones en caliente y se entrega a un régimen corrupto gobernado por un sátrapa que cierra periódicos críticos y oprime a la disidencia. Nos han vendido por un puñado de euros...  casi todos los países han incumplidos sus promesas de acogida y les tratan como prisioneros de guerra y animales... Los mismos que lloraban la muerte de Aylán, provocan su muerte" "No aceptes lo habitual como cosa natural"   (Bertolt Brecht)

'LA SERPIENTE', por Julio Llamazares / 'DEVOCIONES PARA OCASIONES EMERGENTES', de John Donne

("Un numeroso grupo de vecinos de Bautzen celebró el incendio... de un antiguo hotel habilitado para acoger a refugiados extranjeros al tiempo que estorbaba las labores de extinción... ¿A qué les suenan estas escenas? ¿Acaso no les recuerdan a aquéllas que describían los años previos a la ascensión del nazismo...?""... Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta...")

'REPARTO', DE HRISTO BOTEV / '¿CUÁNTAS VOCES SON NECESARIAS...?', DE ZHIVKA BALTADZHIEVA 
("Compartiremos las injurias, los reproches, las necias burlas resistiremos... el destino penoso del ser humano" (Hristo Botev) "¿Cuántas voces son necesarias para no entender el mundo?" (Zhivka Baltadzhieva) 

'COMO EL QUE OYE LLOVER', por Juan José Millás / 'EN LAS CABALLERIZAS DEL OLVIDO', de Juan Carlos Mestre
("Da lo mismo, el asunto no se aborda. Significa que el hombre, además de chillar a los suyos, nos interpela a nosotros. Lleva casi cinco meses gritándonos bajo la tormenta: –¡Joder, haced algo, que llevo a una criatura encima!... ahí lo tienen, en pie, gritándole al mundo civilizado que, joder, le eche una mano. El mundo civilizado, como el que oye llover" (J.J. Millás) "... Han muerto todas las ideas capaces de sostener un sueño... La única raza ha desahuciado al inquilino en el propio domicilio de su cráneo..." (Juan Carlos Mestre) 


("Ante el orden existente...)


("Sesenta o setenta personas son las dueñas de un mundo en el que la mayoría pasa hambre, sed, frío y un sinfín de calamidades. Es lo que llamamos estabilidad... No precisan de un ejército porque tienen a su disposición los de todo el mundo, ni de una policía porque todas están a sus órdenes... Menos mal que nos quedan las rastas y el amamantamiento como materia para el análisis político riguroso" (J.J. Millás) "la globalización de los hambrientos es el aperitivo de los amos" (M. Benedetti)





'TIEMPOS DE INCERTIDUMBRE', F.Valverde en el IES Cristóbal Colón

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Como en otras ocasiones, y para que todo aquel que lo desee pueda disfrutarlo mejor, vamos a fragmentar el acto poético que celebramos en el IES Cristóbal Colón con Fernando Valverde. Lo hacemos siguiendo criterios temáticos, y de poemas escogidos. Aquí dejamos el primer corte.


"... La incertidumbre es una palabra que define muy bien nuestro tiempo... en el siglo XX ha habido grandes certezas ideológicas, o, al menos, la sensación de que, en el plano ideológico, uno podía encontrar unos cimientos sobre los que organizar la realidad... 


... la incertidumbre también, claro, de qué va a ser de nuestra vida... cuando yo estaba en en el instituto mi incertidumbre era total, porque, además, yo era un malísimo estudiante... esa incertidumbre ha estado siempre ahí, presente, en todo... la poesía está frente a la realidad... pensamos que la incertidumbre era la señal de nuestro tiempo"






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("... con los ojos abiertos caminas por la muerte, alguien repite Ernesto... van a matar a un hombre, no cruzan los pasillos con su paso de fieras, no se escucha la huella de las botas como en aquella tarde de mil novecientos sesenta y siete que fue la tierra para los cementerios y los ojos abiertos la esperaron en la lavandería al otro lado de las cordilleras..." "Guevara lee en el interior de la experiencia, hace una pausa. Parece un resto diurno de su vida anterior")


("Lo supimos después, sin tiempo para nada... Lo supimos después, no hay nostalgia más grande que aquella del futuro""... creemos en una poesía que además comunique, que diga algo, que porte sentido... Seguimos creyendo que una de las misiones de la poesía es enfrentarse al poder. Y el poder de hoy no hace más que invitarnos al silencio")


'LA CAÍDA' Y 'UN LOBO', DE FERNANDO VALVERDE 

("... busquemos nuestra orilla, el mar no ha dibujado nuestros nombres,es hoy, no somos el pasado, es salado el sudor, es la espuma del mar contra las rocas este miedo en tus labios. Nos espera la vida")

 'CELIA' Y 'LA APARIENCIA', DE FERNANDO VALVERDE

("Cuando lleguen el miedo y la desesperanza, y todas las cerezas hayan caído al barro... recuerda la manera en que la lluvia se convierte en un árbol y el modo en que las olas son el final del agua y el principio del mar" "... las palabras son cofres que contienen una parte de ti que pretende ser pájaro")


ACERCA DE FERNANDO VALVERDE:

Fernando Valverde nació en Granada (España) en 1980. Es una de las voces más premiadas y reconocidas de la nueva poesía en español. Cerca de 200 críticos de más de 100 universidades (Harvard, Oxford, Columbia o Princeton, entre ellas) lo eligieron el poeta más relevante en lengua española nacido después de 1970. 
Entre sus libros de poemas destacan Viento favorableMadrugadas oRazones para huir de una ciudad con frío (Visor).
Con su libro, Los ojos del pelícano, obtuvo el prestigioso Premio Emilio Alarcos del Principado de Asturias y se convirtió en el primer autor menor de treinta años con dos publicaciones en la editorial Visor. Entre los galardones que ha recibido destacan el premio Federico García Lorca para universitarios españoles o sendos reconocimientos en el Fray Luis de León y el Juan Ramón Jiménez. Los ojos del pelícano ha sido publicado en Argentina (El Suri Porfiado), Colombia (Ícono), México (Conaculta) y Estados Unidos (University Press North Georgia).
Es uno de los autores del libro Poesía ante la incertidumbre (Visor, 2011), que ha superado la decena de ediciones en diferentes países. Sus poemas han sido publicados en países como México, Italia, Colombia, Argentina, El Salvador, Nicaragua, Perú, Costa Rica o Chile. Ha sido traducido a numerosos idiomas.
Su último libro, La insistencia del daño (Visor), ha sido elegido Book of the Year por el Latinoamerican Writers Institute de la University of New York. En 2014 ha sido nominado a un Premio Grammy por el disco Jugar con fuegocon el cantaor Juan Pinilla. En la actualidad, trabaja como profesor de literatura en Emory University y en la University of North Georgia en los Estados Unidos. 
Doctor en Filología Hispánica y Licenciado en Filología Románica y en Antropología Social y Cultural, durante diez años ha trabajado como periodista del diario El País y desde su fundación diirige el Festival Internacional de Poesía de Granada. En 2012 ha obtenido el Premio del Tren 'Antonio Machado' por un poema titulado Celia, escrito a una recién nacida y con centenares de impresiones y reproducciones en todo el mundo.

(Fuente reseña: fernandovalverde.com)







'LA POESÍA FRENTE A LA PERVERSIÓN DEL LENGUAJE', F. Valverde en el IES Cristóbal Colón / 'ALTO', Vetusta Morla

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"Una de las características que para mí debe tener la poesía... es su enfrentamiento con el poder... tiene que ser una forma de rebeldía... en un mundo lleno de imposiciones... creo que vivimos en un estado totalitario, disfrazado de democracia... 

tratan de convencernos de que todo se hace por nuestro bien... las palabras se están vaciando de contenido... nos estamos quedando hasta sin las palabras... nos las están robando como nos están robando tantas cosas... la poesía lo que sí nos puede hacer es tomar conciencia mucho más amplia...

Los alumnos del IES Cristóbal Colón, Sanlucar, escuchan al poeta Fernando Valverde

... No vemos todo lo que es la realidad... los medios de comunicación nos dan una visión sesgada... casi todo lo que vemos está manipulado... convertirnos en consumidores, convertirnos en votantes... en parásitos de un sistema que nos tiene aquí, y tiene a otros beneficiándose de esa situación...




"...Vienen decididos a arrancar de cada expresión su significado... todas las palabras del lugar se han intoxicado..."



LETRA:

¡Alto! 
He visto llegar
a cientos de soldados.
Visten uniformes de alquiler,
crean confusión;
tienen un encargo.

Muchos llevan por aquí
demasiados años.
Vienen decididos a arrancar
de cada expresión
su significado.

Ahora vete con cuidado,
las ganas de volver te irán acompañando.
La "próxima vez" ya dura demasiado.
Yo guardo la fe, 
tú encuentra el milagro.

¡Lejos!
Van a fumigar
todos estos campos.
Todas las palabras del lugar
se han intoxicado.

¿Quién me echó de vuestro lado?
La tierra que planté se ha convertido en barro.
Huelen el metal del aire envenenado.
Yo guardo la fe, 
tú encuentra el milagro.

¿Quién quemó nuestro tejado?
La lluvia artificial nos sigue intoxicando
Huelen el metal del aire envenenado
Yo guardo la fe, 
tú encuentra el milagro.




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("... La incertidumbre es una palabra que define muy bien nuestro tiempo... en el siglo XX ha habido grandes certezas ideológicas, o, al menos, la sensación de que, en el plano ideológico, uno podía encontrar unos cimientos sobre los que organizar la realidad...)


("... con los ojos abiertos caminas por la muerte, alguien repite Ernesto... van a matar a un hombre, no cruzan los pasillos con su paso de fieras, no se escucha la huella de las botas como en aquella tarde de mil novecientos sesenta y siete que fue la tierra para los cementerios y los ojos abiertos la esperaron en la lavandería al otro lado de las cordilleras..." "Guevara lee en el interior de la experiencia, hace una pausa. Parece un resto diurno de su vida anterior")


("Lo supimos después, sin tiempo para nada... Lo supimos después, no hay nostalgia más grande que aquella del futuro""... creemos en una poesía que además comunique, que diga algo, que porte sentido... Seguimos creyendo que una de las misiones de la poesía es enfrentarse al poder. Y el poder de hoy no hace más que invitarnos al silencio")


'LA CAÍDA' Y 'UN LOBO', DE FERNANDO VALVERDE 

("... busquemos nuestra orilla, el mar no ha dibujado nuestros nombres,es hoy, no somos el pasado, es salado el sudor, es la espuma del mar contra las rocas este miedo en tus labios. Nos espera la vida")

 'CELIA' Y 'LA APARIENCIA', DE FERNANDO VALVERDE

("Cuando lleguen el miedo y la desesperanza, y todas las cerezas hayan caído al barro... recuerda la manera en que la lluvia se convierte en un árbol y el modo en que las olas son el final del agua y el principio del mar" "... las palabras son cofres que contienen una parte de ti que pretende ser pájaro")



("... la "ambigüedad premeditada" debe ser una premisa innegociable para el quehacer literario, pues sólo agarrados a ella podemos ofrecer al receptor la plurisignificación, y, a partir de ahí, el goce estético que supone el deseo de interpretar. Y creo que Vetusta Morla navega por ahí cuando se pone a escribir... 

si oímos hablar de "las cartas de amor del banco...", el mensaje se abre, el pensamiento se dispara, galopa, el análisis se regocija...")







'NADIE QUIERE A LOS FILÓSOFOS', por Jordi Llovet / 'LOS SIETE SABIOS HABLAN'

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"... toda persona vinculada a la enseñanza de las humanidades puede... otorgar a sus actividades un trasfondo y un alcance que minen hasta los cimientos esos falsos edificios del saber... no obligar a los profesores a hacer gestión académica, algo que los convierte en burócratas, sino agitación cultural más allá de sus muros... convertir las humanidades en la punta de lanza de una restauración de la política"

"La mejor ciudad, la que tiene ciudadanos ni demasiado ricos ni demasiado pobres" (Tales)


NADIE QUIERE A LOS FILÓSOFOS

La crisis por la que atraviesan los estudios de humanidadesno solo en España, sino en el mundo entero, era perfectamente previsible desde los albores de la revolución industrial. Lo que se fundó en la Grecia clásica —el amor por el saber— y se mantuvo en Roma —la alabanza del ocio y el menosprecio del negocio—; aquello que las órdenes monásticas conservaron durante la Edad Media; aquello que resurgió con una insólita pujanza durante el Renacimiento europeo, luego durante la Ilustración y en buena medida en las universidades del siglo XIX siguiendo el ejemplo de la reforma universitaria de Humboldt en Berlín, todo eso empezó a librar ya a mediados de ese mismo siglo una batalla muy dura contra un enemigo de potencia no solo no prevista, sino también incalculable. El hombre de estudio, la mujer de artes o letras, vieron, a lo largo del gran siglo de la burguesía y de todo el siglo XX cómo la legitimidad de su quehacer quedaba mermada y amenazada a causa del desarrollo de la ciencia, la industria, el comercio y la técnica.

En 1872, Flaubert lamentaba el desequilibrio que un nuevo plan de estudios para el bachillerato en Francia exhibía entre algo tan elemental como el deporte —que ya no tenía en Europa el destino agónico que había tenido en Grecia o Roma— y la enseñanza de la literatura, de la que apenas se hablaba. Con mayor énfasis, escribió lo siguiente sobre el mismo asunto: "Estoy asustado, aterrorizado, escandalizado por las gilipolleces cardinales que gobiernan a los seres humanos. Eso es algo nuevo; por lo menos en el grado en que se produce. Las ganas de alcanzar el éxito, la necesidad de triunfar a toda costa —debido al provecho económico que se obtiene— le ha minado a la literatura la moral hasta tal punto que la gente se está volviendo idiota".

Él, como tantos otros autores que empezaron entonces a reflexionar sobre el descrédito progresivo de las humanidades, no poseía distancia suficiente respecto a las causas de tal descalabro. Hoy sí la tenemos. Al auge del comercio, las ciencias, la industria y la técnica, hay que sumarle, en los últimos 30 años por lo menos, un nuevo factor, imprevisible hace un siglo y medio: el auge de las nuevas tecnologías. Los filósofos que heredaron la preocupación por este asunto a la sombra de Heidegger o de Jaspers no parecieron alarmarse cuando el fenómeno de esas brillantes tecnologías y los ingenios digitales irrumpieron progresivamente en la vida cotidiana de todo el orbe. La inocencia con la que se recibió ese alarde del progreso técnico-científico se ha transformado, ya en nuestros días, en una preocupación —solo para algunos, este es el problema—, sin que se atisbe la posibilidad de alcanzar alguna solución. Estamos ya, propiamente, en lo que ha venido en denominarse la era poshumana, en el bien entendido que nos hallamos en la era en la que el ente, el ser, no es más que un flatus vocis: una nadería nostálgica, un recuerdo de tiempos pasados en los que filosofía, religión, moral y estética otorgaban a esa palabra un valor casi tan alto como el que se otorgaba a Dios o a la muerte.

Esto nos lleva a analizar otros factores, no menudos, del descrédito de las humanidades en las universidades de España y de casi todo el mundo: la religión ha perdido adeptos en todas partes, y con ella han desaparecido los referentes trascendentales que actuaban, con sordina pero con eficacia, en todas las sociedades y sus cultos; los nuevos estilos musicales, de los que los jóvenes no pueden prescindir en sus momentos de ocio, han venido a suplantar el carácter órfico —y por ello, sagrado— de la mal denominada música clásica; el uso universal de los teléfonos llamados inteligentes rebajan sin pausa la inteligencia de aquellos que podrían dedicar su ocio a cualquier otro tipo de actividad y destierran la conversación, además de haber provocado la desaparición de las áreas de privacidad que tanto convienen al ser que piensa y actúa mediatamente; el subsiguiente descrédito de la lectura anula la posibilidad de que exista algo así como un imaginario subjetivo, en beneficio del llamado imaginario colectivo, que viene a ser lo mismo que la aceptación sumisa de la opinión común —todo lo contrario de la operación de discurrir en primera persona—, asumida esta sin el menor atisbo de crítica; el mercado laboral lo es de profesiones consideradas productivas y necesarias, y apenas de las profesiones en las que el saber humanístico podría multiplicarse y difundirse, como es el caso de la educación —hoy vencida y desarmada en España— a todos sus niveles.

No podemos tener la certeza de que tal estado de cosas vaya a cambiar en favor de un lugar honroso para las humanidades. Seguirá habiendo filólogos, artistas, historiadores y filósofos; seguirá habiendo escritores y lectores; algunos centros urbanos de difusión cultural seguirán abiertos y más o menos activos, pero todo lo que se relacione con el ser y sus problemas fundamentales parecerá superfluo, en estado de letargia y, en el mejor de los casos, será escenario de heroísmo para renitentes.

A esta cuestión queríamos llegar. Los planes de estudio de las facultades universitarias de humanidades irán a peor, en favor de las banalidades que ha generado la era de lo llamado políticamente correcto: una alquimia en la que se funden los feminismos y homosexualismos más insolventes con los estudios coloniales más improductivos y las ridiculeces más espantosas como métodos de análisis y crítica del saber humanístico heredado. Pero toda persona vinculada a la enseñanza de las humanidades puede, si no modificar esas tendencias disolventes de las litterae humaniores, sí otorgar a sus actividades un trasfondo y un alcance que minen hasta los cimientos esos falsos edificios del saber. A nuestro juicio, no hay más solución para las facultades humanísticas que implicarlas en la vida cotidiana de la polis, o sea, convertir las humanidades en la punta de lanza de una restauración de la política —que es como actuar en beneficio de la ciudadanía en aquello en lo que ni las ciencias ni las técnicas pueden hacer mucho—; transformar todas las escenas del saber humanístico en el gran aliado del progreso espiritual de una nación y de sus ciudadanos. Por ejemplo, enviar a los estudiantes de los últimos cursos a comentar las grandes o menos grandes obras de la literatura universal en las bibliotecas públicas; no obligar a los profesores a hacer gestión académica, algo que los convierte en burócratas, sino agitación cultural más allá de sus muros; convertir a profesores y alumnos avanzados en asesores de centros de creación y difusión de la cultura; mandar a todos ellos a los diarios del país para favorecer un periodismo de mayor alcance cultural; invitar a cualquier empresario del mundo de la técnica, la informática, los negocios, y lo que sea, a contratar antes a un graduado que, siéndolo en la profesión adecuada y pertinente, lo sea también en cualquier rama de las humanidades, como ya sucede en Estados Unidos, para satisfacción incluso del rendimiento de sus empresas. Porque no es factible suponer que unos buenos estudios de humanidades (como todavía pueden cursarse en escasos centros universitarios del mundo entero, pues casi todos han quedado arruinados por el efecto de metodologías "seculares") resulten suficientes para obtener legitimidad en las sociedades actuales si no salen de las cuatro paredes de los centros universitarios.


Su papel tendrá que ser, en el futuro, el de una rigurosa resistencia, el de un profundo conocimiento del pasado, el de la transmisión eficaz de ese saber antiguo en provecho del futuro antes de que todo el mundo caiga en la "amnesia institucionalizada" de que ha hablado George Steiner. Pero, sobre todo, si los profesionales de las humanidades quieren por una vez actuar con sentido común y eficacia, su papel habrá de ser el de garantes de la permeabilidad entre las instituciones sabias a las que pertenecen y el progreso de la sabiduría, la democracia y la dignidad del ser entre los ciudadanos de un país entero.

(Fuente: El País, 24-04-2016)

 LOS SIETE SABIOS HABLAN

Los Siete Sabios preguntaron: ¿Cuál es la mejor ciudad?

Y primero dijo Solón: Aquella en la que al delincuente lo persiguen y lo castigan no menos que al injuriado los que no fueron víctimas del delito.

Segundo fue Bías: En la que todos tememos a la ley como a un tirano.

Tercero Tales: La que tiene ciudadanos ni demasiado ricos ni demasiado pobres.

Cuarto Anacarsis: En la que siendo consideradas iguales las demás cosas, lo mejor se define por su virtud y lo peor por su maldad.

Quinto Cleobulo: Donde los ciudadanos temen más el reproche que la ley.

Sexto Pítaco: Donde no es posible que manden los malos y no es posible que no manden los buenos.

Y séptimo Quilón: La que atiende el máximo a las leyes y el mínimo a los oradores.

(Plutarco, Banquete', leído en 'Los siete sabios -y tres más-', de Carlos García Gual, Alianza Editorial)



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'ARISTÓTELES Y LAS HOJAS DEL RECREO' / ÉTICA A NICOMACO' (fragmento)


(Habla un profesor de instituto, desde el recreo, un profesor de Filosofía, desde la ausencia, desde la solidaridad... desde las barricadas, esas a las que nunca se acercan los que organizan las barricadas, aunque no las nombren así. "... había tal cantidad de hojas acumuladas ante una de las porterías que me pareció temerario empezar el partido... propuse a los chavales que las intentáramos sacar del campo empujándolas con los pies... Por último año, todos los alumnos de 2º de Bachillerato han de dedicar un tiempo a las reflexiones del estagirita sobre la sociedad... la preeminencia de lo colectivo... el bien común... la satisfacción derivada de hacer las cosas bien...")

'EL DECLIVE DE LAS HUMANIDADES Y LA TIRANÍA DEL UTILITARISMO' 

("En la escuela concebida como un supermercado de especializaciones profesionales hablar de Homero, de Platón, de Cervantes, Shakespeare, Kant, Bach, Mozart o Velázquez es casi superfluo... Los planes de estudio han derivado en una especie de recipiente gigantesco en el que los planificadores se disponen a arrojar sin orden ni concierto todos los utillajes que, según creen, han de servirle al niño en el futuro, cuando deje de serlo, y que, los alumnos, a su vez, se vean degradados a la vejatoria condición de sacos de conocimientos sin fondo")

 
¡ES LA CULTURA, TONTO!, POR MANUEL RIVAS / DISCURSO DE VÍCTOR HUGO (fragmentos) / ESTO ES AGUA, DAVID FOSTER

("El verdadero sentido de la educación no es la acumulación de conocimiento, sino el enseñar a pensar. La libertad que toma conciencia... No tenemos conciencia de que la literatura, las humanidades... constituyen el líquido amniótico ideal en que las ideas de democracia, de libertad, de justicia, de laicidad, de igualdad, de derecho a la crítica, de tolerancia, de solidaridad y de bien común pueden encontrar un desarrollo vigoroso" "... quiero, además del pan de la vida, el pan del pensamiento, que es también el pan de la vida" (Vícto Hugo)

SEGUIMOS TENIENDO LA PALABRA

("Obligarles a preguntarse si es verdad que las cosas son como les dicen que son. A que sean ellos los que se atrevan a interpretar la realidad para, después, rebelarse contra ella. A no aceptar que esto siempre ha sido así. A no creer que las cosas son inevitables. A creer que puede que alguien esté moviendo los hilos de la Historia en sentido contrario. A construir su propio discurso. A desenmascarar el Discurso del Amo. A recuperar el lenguaje. Tenemos que eliminar la posibilidad de que el complejo de culpa, ya aceptado por sus padres, invada la conciencia de nuestros alumnos. Debemos proyectar en su pensamiento la idea de que el saber, el conocimiento, no son vías para la obtención de un empleo. Son, fundamentalmente, armas imprescindibles para poder defenderse del Mal."

FATALISMO

("Secuestrado como está lo colectivo por cuatro marcas de telecomunicación, va siendo hora de recuperar la calle... Eliminar de los planes de estudios todo lo que no resulta práctico al mercado financiero nos deja indefensos frente a la tragedia de vivir... en las aulas de Europa se está jugando la batalla más fundamental. Hay que dar tiempo, espacio, cercanía, calor y conocimiento a los jóvenes, sacarlos del secuestro de los negocios alienadores y embrutecedores")

PIRATAS

("El fanatismo, la superstición, el sectarismo, los recortes en la educación, la manipulación de las redes sociales son las formas de piratería que pueden convertir al niño más inteligente en un futuro esclavo. Pero junto a la facultad de desarrollar la inteligencia el cerebro lleva también aparejada la forma de rebelarse. Esa rebeldía y no otra cosa es la libertad" (Vicent) "El maestro debe acostumbrar al discípulo a pasar todo por el tamiz y a no dejar entrar a su cabeza nada por simple autoridad y a crédito" (Montaigne)


CARGARSE LA FILOSOFÍA A MARTILLAZOS

("Lo que se olvida con demasiada frecuencia es que los estudiantes no solo aprenden unas materias sino que se forman como personas... que construyan sus propios criterios y que aprendan a disfrutar... que cultiven el espíritu crítico y que sean creativos. Que lean y que piensen, que discutan..." (José A. Rojo) "Tras entontecer primero a su rebaño... les muestran luego el peligro que les acecha cuando intentan caminar solos por su cuenta y riesgo" (Inmanuel Kant)



("La familia humanidades que despierta en el hombre los sueños, la virtud, la búsqueda de belleza, vencida por la alienación que ofrecen las ciencias técnicas cuando son despojadas de ella. Siempre me dijeron que éste sería el siglo de las máquinas")


("¡Qué vil humanicidio!... La Filosofía ha corrido, en la enseñanza media, el destino del destierro. Maldita la hora en la que a algún gobernante se le ocurrió incumplir principios tan intelectualmente sacros como los mentados")


("... los gobiernos de todo el mundo decretaron el final del pensamiento, el fin del razonamiento y de la razón crítica, con el fin sustituir a los ciudadanos por súbditos... ... Porque conocer en qué consiste la actividad y la actitud filosófica... hace posible que comprendamos lo que diferencia lo mítico de lo científico y de lo racional, nos permite reconocer un sofisma, un razonamiento engañoso con apariencia de verdad... ")

EL VALOR DEL SABER


("... no estamos hablando tanto de formación como de un tipo de saber que es tratado como una materia prima y que convierte a los estudiantes en algo disponible para el mercado de trabajo. El saber y la formación no son ningún fin en sí, sino un medio para los mercados emergentes, la cualificación de los puestos de trabajo, la movilidad de los servicios y el crecimiento de la economía... esto es precisamente lo que está en juego: la consideración del saber como una mercancía o como algo que tiene valor en sí mismo, como mera pericia que se transmite o como juicio crítico que cada uno (cada sujeto, cada generación) debe adquirir")


("Todo cuanto vemos, oímos, palpamos o saboreamos lo perciben nuestros sentidos mediado por el lenguaje. No existen las sensaciones puras porque éstas nos vienen ya interpretadas por las palabras que usamos para designarlas... Interpretar lingüísticamente es ya un quehacer genuinamente filosófico... Ese lenguaje... está hecho de palabras... no las hemos inventado nosotros sino personas del pasado, creadoras de palabras o creadoras de nuevos significados para palabras ya existentes: libertad, dignidad, felicidad, amor, bondad, belleza")

¿LE IMPORTARÍA PREGUNTARME OTRA COSA?

("...el hecho de que nuestra sociedad sea incapaz de considerar de interés ninguna actividad que no esté directamente relacionada con la producción de beneficio económico revela una severísima limitación conceptual, un radical empobrecimiento de los imaginarios colectivos hegemónicos, empobrecimiento que probablemente nadie expresó con mayor certeza que Antonio Machado en sus Proverbios y Cantares al escribir que "todo necio confunde valor y precio".")

LA VIDA NO ES UNA ESCUELA DE NEGOCIOS

LA VOZ DE LOS MAESTROS

(Sí, tenemos la voz, tenemos la cultura. Y tenemos que decidir qué hacer con ellas. Y sólo cabe una respuesta. Lo demás sería vegetar sin alma por las aulas perdidas de la derrota segura. Porque la asepsia no existe. El silencio cómplice se abraza, indigno, al bando de siempre. Recordemos al maestro: "El lobo nunca dormirá en la misma cama con el cordero...  si conseguimos que una generación, una sola generación, crezca libre en España, ya nadie les podrá arrancar nunca la libertad... nadie les podrá robar ese tesoro... y ahora ustedes, ¡a volar!" Y nosotros, a trabajar, a intentar traer de regreso los días imaginados.)

HAY QUIEN PIENSA Y NO LE PAGAN
("La ‘radicalidad filosófica’ consiste en llegar al límite")
("Fue así, obnubilados los poderosos y buena parte del personal por la nueva fe ultraliberal, como las humanidades y los saberes críticos fueron condenados a galeras... La sibilina absorción de todas las facetas del vivir por el capitalismo totalista está arrebatando a la Universidad, y al entero sistema educativo, sus más valiosos procederes y metas... Antaño restringida a la esfera empresarial y financiera, la jerga tecnocrática se ha adueñado ya del habla de la mayoría de ellos, obcecados en cumplir objetivos cuantificables en detrimento del incuantificable")


("... continúa gestándose políticamente un programa que lo que realmente pretende es que haya menos Universidad y que sea menos pública, que el conocimiento sea cada vez más superficial y sus portadores cada vez más adaptables, más manipulables y, como consecuencia, más infelices")


("...A otros pueblos los definen otros afanes: aman la piedad religiosa, el dinero, las guerras de conquista, el fútbol o la gastronomía. Solo en Grecia “filosofar” no fue un raro oficio profesional, solo allí fue la política una tarea común de la democracia. En Atenas, la educación comenzaba por saber poesía (Homero, sobre todo) y acudir al teatro de Dioniso. Otras ciudades anteponían el atletismo, la gimnasia y las hazañas bélicas...".)

"... la universidad actual se ha convertido, por inseguridad, cobardía u oportunismo, en cómplice pasivo de la actitud antiintelectual que debería combatir. En lugar de responder al desafío arrogante de la ignorancia ofreciendo a la luz pública propuestas creativas, la universidad del presente ha tendido a encerrarse entre sus muros... el humanista ha sido arrinconado por el burócrata...(Rafael Argullol) "... profesores, no se enclaustren como monjes medievales. ¡Los necesitamos!" (Nicholas Kristof)


("... Grecia no va a exigirnos derechos de autor a cambio de la lógica de Aristóteles. Paguemos nuestra deuda con ella sosteniendo una polémica amorosa -no un silencio hastiado- la próxima vez que salgamos del cine.")



'UNA POESÍA DE COMPROMISO', F. Valverde en el IES Cristóbal Colón

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"... A mí no me interesa una poesía que es un 'lujo cultural'... con excelentes metáforas, que se construye casi como un muro en el que los ladrillos son ordenados de forma perfecta... Yo no entiendo la poesía sin comunicación...  entiendo la poesía como una forma de comunicar cosas que no se pueden comunicar de otra manera... me interesa una poesía capaz de contarme cómo siente otra persona... a favor de una poesía que porte un sentido...


... las élites no me interesan, porque las élites son muy perversas, detrás de las élites siempre hay un interés, queríamos enfrentarnos a esa élite cultural que ha condenado a la poesía a que esté en las librerías detrás de la sección de mascotas... hablo de una poesía que se entienda, no sólo de una forma intelectual, de una forma sensible también... hay cosas que no entendemos de forma intelectual, pero nos dicen cosas, nos transmiten cosas, nos dejan una combustión dentro..."






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("... La incertidumbre es una palabra que define muy bien nuestro tiempo... en el siglo XX ha habido grandes certezas ideológicas, o, al menos, la sensación de que, en el plano ideológico, uno podía encontrar unos cimientos sobre los que organizar la realidad...)

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("Lo supimos después, sin tiempo para nada... Lo supimos después, no hay nostalgia más grande que aquella del futuro""... creemos en una poesía que además comunique, que diga algo, que porte sentido... Seguimos creyendo que una de las misiones de la poesía es enfrentarse al poder. Y el poder de hoy no hace más que invitarnos al silencio")


'LA CAÍDA' Y 'UN LOBO', DE FERNANDO VALVERDE 

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 'CELIA' Y 'LA APARIENCIA', DE FERNANDO VALVERDE

("Cuando lleguen el miedo y la desesperanza, y todas las cerezas hayan caído al barro... recuerda la manera en que la lluvia se convierte en un árbol y el modo en que las olas son el final del agua y el principio del mar" "... las palabras son cofres que contienen una parte de ti que pretende ser pájaro")



("... la "ambigüedad premeditada" debe ser una premisa innegociable para el quehacer literario, pues sólo agarrados a ella podemos ofrecer al receptor la plurisignificación, y, a partir de ahí, el goce estético que supone el deseo de interpretar. Y creo que Vetusta Morla navega por ahí cuando se pone a escribir... 

si oímos hablar de "las cartas de amor del banco...", el mensaje se abre, el pensamiento se dispara, galopa, el análisis se regocija...")






'CARTA A FRANZ KAFKA', de Omar García Ramírez

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En la asignatura de Literatura Universal estamos con Kafka y 'La metamorfosis'. Veamos un reflejo suyo en la poesía contemporánea.

"... Ya sabes cómo funciona esto;
la gente se atropella en las calles
exhibiendo sus tarjetas de crédito
y los documentos que aseguran su existencia,

con sus sacos roídos y gastados detrás de la nuca..."



CARTA A FRANZ KAFKA

Franz:
Sé que no es tiempo de escribir cartas,
afuera llueve
y el papel con sus carteros
se ha desleído una mancha gris como una tarde en el invierno de Praga.

Los hombres
hacen fogatas en los andenes de los almacenes
debajo de las vitrinas
en donde hermosas mujeres de plástico mueren de tristeza.
Es un noviembre salpicado de rostros blancos
(máscaras de la gran tragicomedia)
en la avenida de la historia.

Es por estos días de metálicos sonidos y sonrisas infantiles
cuando orates armados de navajas
asaltan a las señoras que van de compras,
los maridos atacan ebrios a sus mujeres
y las cuelgan de un alambre suspendido en la viga más robusta de sus casas, preferiblemente frente a la chimenea.

Franz:
Tus orejas de ratón zigzagueando por mi cuarto
me hicieron recordar
la cloaca cósmica por donde ruedan los planetas.
Tú que perdiste el camino

cuando estabas a punto de encontrar a ese señor de extraño poder
habitante de un lejano castillo;
agrimensor de la luna
conoces palmo a palmo la extensión de la soledad.

Ya sabes cómo funciona esto;
la gente se atropella en las calles
exhibiendo sus tarjetas de crédito
y los documentos que aseguran su existencia,
con sus sacos roídos y gastados detrás de la nuca
y en los bolsillos el seguro firmado
por un nuevo día de esperanza.

Franz:
Tu boca de insecto
ya no espera la saliva dulce y espesa de ese beso
de Amantis eslava y religiosa,
y no escuchas la carcajada de ese grosero clown
que te golpeó bajo, y las risas de tu querida jauría de mercaderes señalándote.

Cuántas veces cantaste solitario ante la muralla china,
como un monje oriental
antes de que llegaran las hordas de los bárbaros.

Otro día en el calendario de los hombres
mientras el computador
suelta una carcajada fluorescente de pantalla...

El amor,
una quimera de nuestro tiempo, no será la redención...
Mejor pensar en el silencio sabio del virtuoso del hambre.
Todo afuera sigue igual,
solo cosas más computarizadas,
mientras recorremos el desierto de nuestras almas.
Los dioses
se desmoronan
como colosos de arena
en la solitaria avenida del retorno.

El invierno arrecia
contra las ventanas
de nuestros corazones.




Omar García Ramírez

ACERCA DEL AUTOR: 

OMAR GARCÍA RAMÍREZ Armenia/ Quindío. Colombia, 1960 Poeta de la imagen y la palabra. En la ciudad de Bogotá vivió durante la década de los ochenta y realizó estudios de bellas artes en universidades públicas y en talleres de reconocidos maestros como la ceramista Gladis Camelo en su taller del bosque izquierdo. Participó de los talleres literarios de la casa de Poesía Silva en la Candelaria, bajo la dirección de Harold Alvarado Tenorio. En los años de 1991 a1 1996, realiza varios viajes a diferentes países como España, Suecia, y Suiza, en donde muestra su obra pictórica en más de veinte exposiciones individuales y treinta colectivas, al tiempo que lee sus poemas y publica en algunas revistas y fanzines de colectivos artísticos latinoamericanos en Suecia y en España. En 1997 visita Cuba, en donde adelanta un taller de cine de animación, en el Instituto cubano de artes cinematográficas “ICAIC” de la Habana durante seis meses, bajo la dirección de Juan Padrón, a la par hace un video documental sobre la vida de los artistas outsiders y undergrounds de La Habana en compañía del cineastas independientes cubanos y colombianos como Mikel de Hierro y José Miguel Restrepo; a la vez que comienza a publicar en diferentes suplementos literarios de la región del viejo Caldas. Actualmente adelanta estudios de investigación en cinematografía de animación por ordenador, a la par que escribe y pinta. Forma parte del colectivo artístico “Arte en Movimiento” que agrupa artistas europeos y latinoamericanos residentes en la ciudad de Madrid. 


ENTRADA RELACIONDA:

KAFKA Y 'LA METAMORFOSIS' (REUNIÓN DE MATERIALES)

("De modo que el infierno terrenal que nos ofrece Kafka se inspira a menudo en la invasión... Tales son los monstruos que el sueño pervertido de la razón puede llegar a producir...basta sólo con el miedo a que tal cosa pueda ocurrir... no hay nada más terrible que la mirada ceñuda del Estado cuando sale de su abstracción para fijar amenazadoramente los ojos en algún ciudadano...", Luis Landero)









¿CÓMPLICES CON LA INJUSTICIA?, Fernando Valverde en el IES Cristóbal Colón

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"Pasa como con las palabras, los sentimientos también se desgastan... La humanidad de las personas está en poder empatizar con el dolor de los otros, en ponerse en el lugar de los otros... Ese acomodamiento nos hace daño a nosotros, y también a los otros... hace daño a los otros, porque nuestra actitud los deja totalmente vulnerables ante la injusticia"

 (Imagen tomada de eldescodificador.com)

 ¿CÓMPLICES CON LA INJUSTICIA?

Cuando éramos niños nos asombrábamos continuamente... el mar, la lluvia, el sabor de algo... La primera vez que me subí en un avión, rezaba para que me tocara en la ventanilla, quería ver eso, el mundo desde arriba... el mar de nubes... ahora descubro que tengo al facturador del avión siempre preocupado para que me den pasillo, ¿en qué momento pasé de la ventana al pasillo? En nuestra vida vamos pasando de la ventana al pasillo en todo... por comodidad... Del mismo modo que deja de conmovernos la ventanilla del avión, deja de conmovernos el sufrimiento... nos hemos acomodado. Ese acomodamiento nos hace daño a nosotros, y también a los otros... hace daño a los otros, porque nuestra actitud los deja totalmente vulnerables ante la injusticia... Pasa como con las palabras, los sentimientos también se desgastan... Afortunadamente, y desgraciadamente, tenemos la capacidad de acostumbranos. La humanidad de las personas está en poder empatizar con el dolor de los otros, en ponerse en el lugar de los otros...





ENTRADAS RELACIONADAS:

'UNA POESÍA DE COMPROMISO', Fernando Valverde en el IES Cristóbal Colón

("... A mí no me interesa una poesía que es un 'lujo cultural'... con excelentes metáforas, que se construye casi como un muro en el que los ladrillos son ordenados de forma perfecta... Yo no entiendo la poesía sin comunicación...  entiendo la poesía como una forma de comunicar cosas que no se pueden comunicar de otra manera... me interesa una poesía capaz de contarme cómo siente otra persona... a favor de una poesía que porte un sentido...)



("Una de las características que para mí debe tener la poesía... es su enfrentamiento con el poder... tiene que ser una forma de rebeldía... en un mundo lleno de imposiciones... creo que vivimos en un estado totalitario, disfrazado de democracia...tratan de convencernos de que todo se hace por nuestro bien... las palabras se están vaciando de contenido... nos estamos quedando hasta sin las palabras... nos las están robando como nos están robando tantas cosas... la poesía lo que sí nos puede hacer es tomar conciencia mucho más amplia...)
 


("... La incertidumbre es una palabra que define muy bien nuestro tiempo... en el siglo XX ha habido grandes certezas ideológicas, o, al menos, la sensación de que, en el plano ideológico, uno podía encontrar unos cimientos sobre los que organizar la realidad...)

("... con los ojos abiertos caminas por la muerte, alguien repite Ernesto... van a matar a un hombre, no cruzan los pasillos con su paso de fieras, no se escucha la huella de las botas como en aquella tarde de mil novecientos sesenta y siete que fue la tierra para los cementerios y los ojos abiertos la esperaron en la lavandería al otro lado de las cordilleras..." "Guevara lee en el interior de la experiencia, hace una pausa. Parece un resto diurno de su vida anterior")


("Lo supimos después, sin tiempo para nada... Lo supimos después, no hay nostalgia más grande que aquella del futuro""... creemos en una poesía que además comunique, que diga algo, que porte sentido... Seguimos creyendo que una de las misiones de la poesía es enfrentarse al poder. Y el poder de hoy no hace más que invitarnos al silencio")


'LA CAÍDA' Y 'UN LOBO', DE FERNANDO VALVERDE 

("... busquemos nuestra orilla, el mar no ha dibujado nuestros nombres,es hoy, no somos el pasado, es salado el sudor, es la espuma del mar contra las rocas este miedo en tus labios. Nos espera la vida")

 'CELIA' Y 'LA APARIENCIA', DE FERNANDO VALVERDE

("Cuando lleguen el miedo y la desesperanza, y todas las cerezas hayan caído al barro... recuerda la manera en que la lluvia se convierte en un árbol y el modo en que las olas son el final del agua y el principio del mar" "... las palabras son cofres que contienen una parte de ti que pretende ser pájaro")



("... la "ambigüedad premeditada" debe ser una premisa innegociable para el quehacer literario, pues sólo agarrados a ella podemos ofrecer al receptor la plurisignificación, y, a partir de ahí, el goce estético que supone el deseo de interpretar. Y creo que Vetusta Morla navega por ahí cuando se pone a escribir... 

si oímos hablar de "las cartas de amor del banco...", el mensaje se abre, el pensamiento se dispara, galopa, el análisis se regocija...")





'CULPABLE', por Manuel Vicent / 'TORCAZAS', de Juan Gelman. PROPUESTA DE EXAMEN (según PAU)

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"Al entregarle la documentación te sentías una hormiga perpleja frente a la autoridad con todo el sol en el tricornio. Aun viviendo en democracia, a veces me dan ganas de ir a una comisaría para que me detengan por algún delito que todavía no he cometido... Esa sensación de culpabilidad va más allá del proceso de Kafka... Es una niebla que se cierne sobre la conciencia colectiva"

"Se pasa de inocente a culpable

en un segundo... Hay miedo

en la memoria prohibida..."  (Juan Gelman)


José Sacristán, fotograma de 'La colmena'

CULPABLE

El falso detective hizo la prueba. Abrió al azar la guía de teléfonos en la que constaban todos los usuarios de España, puso a ciegas el índice sobre el nombre de un ciudadano cualquiera y a continuación marcó su número. Al otro lado del aparato sonó una voz anónima. “Diga”. El falso detective preguntó: “¿es usted fulano de tal?”. “Sí, sí, dígame”. El falso detective con palabras escuetas le dijo: “lo sabemos todo, huya”. Y aquel desconocido huyó. Personalmente esta huida me parece lógica, yo tal vez hubiera hecho lo mismo, puesto que la gente de mi generación, pese a haber sido bautizada, cree seguir viviendo en pecado original con la culpa agarrada a la nuca. De hecho si en la escuela el maestro te castigaba injustamente, llegabas a casa y tu padre te añadía otra bofetada de regalo. Mi generación atravesó toda la represión política y moral del franquismo y de la iglesia bajo la doble amenaza del infierno y de la guardia civil. El infierno era hipotético, pero la pareja de la guardia civil podía cruzarse en tu camino y antes de que te diera el alto la mala conciencia ya te sacaba del subconsciente la culpa congénita. Algo habré hecho mal, pensabas. Al entregarle la documentación te sentías una hormiga perpleja frente a la autoridad con todo el sol en el tricornio. Aun viviendo en democracia, a veces me dan ganas de ir a una comisaría para que me detengan por algún delito que todavía no he cometido. Si el comisario me preguntara qué daño he hecho en la vida, le diría que buscara en el archivo. Seguro que encontraría algo de lo que debería arrepentirme. Esa sensación de culpabilidad va más allá del proceso de Kafka. Atañe a los ciudadanos inocentes y a los líderes políticos. Es una niebla que se cierne sobre la conciencia colectiva. Es el inquisidor Torquemada que te invita a huir mientras ríe en la tumba a carcajadas.

(Fuente: El País, 01-05-2016)

TORCAZAS

Se pasa de inocente a culpable
en un segundo. El tiempo 
es así, torcazas
que cantan en un árbol cansado.
La carne piensa y no llora. Pensar
es ver la nada que flota
en una cucharada de sopa.
El dolor no se olvida
de uno. Sombras ahí,
distancias, superficies,
olor a sospechas podridas, congojas
que no mueven los pies.
El tiempo borra el sudor frío
del alma y si hace falta el alma. Pega con
el leve sonido a compañeros 
colgados en la noche, son
urgentes, hacen
un país que nadie conoce
en el camino que empieza
donde acaba la lengua del empujado.
están tendidos en las jaulas
de la sensación. Hay miedo
en la memoria prohibida, el sabor
del día que se distrajo y abre
de repente los deseos de ayer. Una
luna enorme finge acompañamientos. Vuela
la pérdida ojos adentro como
la longuera de un pájaro azul. Los
compañeros, ¿están despiertos para
que pregunte quién soy? ¿No duermen
en lo que es no es? Las calles
sucias de amanecer son un error. La
emoción entre mi vida y
la conciencia de mi vida
es una continuidad que no
me pertenece. Agradezco
el saltito del pájaro en la rama
que abriga cuando
el cuarto que abandono navega
en sales, brumas, el espanto y
mi pecho metido en el polvo.
Y yo al revés.



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(Kafka nos demuestra que el ser humano está atrapado en el sentimiento de una falta inconsciente, que su pecado es tan originario como desconocido, y que su crimen es inapelable... Hoy en día el mensaje del arrepentimiento se transmite por canales más políticos que religiosos, y se nos quiere cargar con la culpa de esta falsa crisis atribuyéndola a nuestros excesos... lo peor,  que buena parte de la ciudadanía termine sucumbiendo a este mensaje")



KAFKA Y 'LA METAMORFOSIS' (REUNIÓN DE MATERIALES)


PREGUNTAS:


1ª ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS
2ª TEMA. RESUMEN

3ª COMENTARIO CRÍTICO
Preguntas guía para el comentario crítico

1ª ¿Cómo está organizado el texto? (Estructura)
2ª ¿Qué tesis defiende el autor? (Ver Orientaciones para determinar el tema...)
3ª ¿Podrías resumir brevemente el texto con tus propias palabras?
(Las tres primeras preguntas corresponden, evidentemente, a las preguntas de Selectividad, ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS, TEMA Y RESUMEN. A partir de la cuarta pregunta comenzaría -es sólo una propuesta- el COMENTARIO CRÍTICO)
4ª ¿Qué tipo de texto es? Si es un texto literario, ¿a qué momento histórico pertenece, está "encuadrado" en algún movimiento literario?
5ª ¿Es un tema actual? ¿Crees que hay alguna idea "secundaria" importante?
6ª ¿Es un tema polémico?
7ª ¿Es un tema local/universal
8ª ¿Qé argumentos utiliza el autor para defender su tesis?
9ª ¿Es objetivo en sus planteamientos, o es subjetivo?
10ª ¿Cuáles son las “marcas lingüísticas” de su supuesta subjetividad? ¿Cuáles son las expresiones más impactantes, más significativas? Coméntalas.
11ª ¿Es un tema original?
12ª Si no lo es, ¿lo es, al menos su tratamiento, su enfoque?
13ª ¿Cuál es tu opinión?
14ª ¿Qué argumentos añadirías?
15ª ¿Qué argumentos opondrías a los del autor?
16ª ¿Puedes relacionar el texto, su tema principal, con otros textos, noticias… que conozcas?
17ª Teniendo en cuenta la intención del autor, ¿crees que ha sido eficaz? ¿Qué funciones del lenguaje predominan?
18ª ¿Cómo concluyes tu análisis, tu comentario?

4ª ANÁLISIS SINTÁCTICO:
Si el comisario me preguntara qué daño he hecho en la vida, le diría que buscara en el archivo

5ª EL LENGUAJE PERIODÍSTICO / LOS GÉNEROS DE OPINIÓN / LOS GÉNEROS INFORMATIVOS / CLASIFICACIÓN DE LOS GÉNEROS PERIODÍSTICOS






'ISABEL MONTA A FERNANDO', por Javier Marías

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"... un editor estadounidense ha decidido
 reeditar Huckleberry Finn, de Mark Twain, 
sustituyendo la palabra despectiva "nigger"... Lo 
peor 
de todas estas iniciativas no es su ridiculez intrínseca,
 sino el ánimo que subyace a ellas, y que no es otro
 que el de mentir, falsear, ocultar, tergiversar, 
adulterar y censurar el pasado, la historia y la 
literatura"



ISABEL MONTA A FERNANDO


Con razón me considerarán un pesado, pero siempre aduciré en mi descargo la vieja excusa infantil: "Yo no he empezado". Si la realidad es insistente y pelma, además de con frecuencia imbécil, hay que salirle al paso una y otra vez, porque los que la manipulan son tan tenaces -parece que les sobre el tiempo, o que lo dediquen todo a una sola causa- que, en cuanto nos cansemos quienes les contestamos y dejemos de hacerlo, aquéllos impondrán sus memeces como una apisonadora. Leo en una columna de mi colega Pérez-Reverte que la Junta de Andalucía, a través de sus consejerías de Medio Ambiente, Presidencia, Igualdad y Hacienda -cuatro, nada menos, han de estar bien ociosas-, publica una guía de 71 páginas para propiciar "el conocimiento de la perspectiva ecofeminista y potenciar el lenguaje periodístico desde una perspectiva de género medioambiental". Al redactor o redactora de semejante galimatías habría que enviarlo de vuelta a la escuela, o, mejor, deportarlo. Bueno, ya pueden imaginar de qué va la guía, apenas distinta de las directrices que hace unos años soltó Comisiones Obreras y de las que proliferan aquí y allá: que no se diga "los alumnos" sino "el alumnado", ni "actor" sino "persona que actúa", ni siquiera "futbolistas", que termina en "as", sino "quienes juegan al fútbol". Ya lo saben los periodistas deportivos: en aras de las perspectivas "ecofeminista" y "de género medioambiental", nada de escribir "Los futbolistas del Barça", sino siempre, y machaconamente, "quienes juegan al fútbol del Barça". Amenas crónicas íbamos a leer.
Pero lo mejor ya lo señalaba Pérez-Reverte (no me parece justo que no se enteren los lectores de El País Semanal). A partir de ahora, a la "infancia" andaluza se le escamoteará la famosa frase atribuida a la madre de Boabdil al perder éste Granada en 1492, ya se acuerdan: "No llores como mujer lo que no supiste defender como hombre". Aquella madre era una machista del copón, y no la disculpan ni la época en que vivió ni que por entonces las mujeres no guerrearan -salvo excepción- ni nada de nada. Así que se censura lo que la leyenda o la poesía popular dicen que dijo, y se sustituye por la siguiente frase, sosa e inexacta a más no poder: "No llores, pues no tienes motivos para ello". Hombre, motivos no le faltaban, acababa de perder su reino y lo habían largado al exilio, y con él a muchos de sus súbditos. Nada, la guía ni siquiera se ha preocupado de buscar un equivalente más sonoro y lucido: podían haber suprimido lo del hombre y la mujer y haberlo dejado al menos en "No llores ahora lo que no supiste defender". No sé, lo de "defender" algo les debe de haber resultado sospechoso a las cuatro consejerías, quizá poco medioambiental. 
Si la cosa se limitara a Andalucía … No, señor, en las mismas fechas nos enteramos de que un editor estadounidense ha decidido reeditar Huckleberry Finn, de Mark Twain, sustituyendo la palabra despectiva "nigger", que los personajes del siglo XIX emplean, por "esclavo", y la más bien humorística "injun" (transcripción de una determinada pronunciación de "indian") por no sé bien qué, seguramente por "americano nativo", que es como ahora exige el espíritu censor que se denomine a comanches, siux, cheyenes y demás. Lo peor de todas estas iniciativas no es su ridiculez intrínseca, sino el ánimo que subyace a ellas, y que no es otro que el de mentir, falsear, ocultar, tergiversar, adulterar y censurar el pasado, la historia y la literatura. Ya que el pasado no fue como debería haber sido ni como el presente que aspiramos a instaurar, vamos a falsificarlo sin más. Tiene gracia que alguien como Tarantino, en sus Malditos bastardos, se invente el ametrallamiento de Hitler a manos de un comando judío: es una ficción y todo el mundo sabe -o eso creo, aún- que las cosas no sucedieron así, que Hitler duró más de la cuenta y que le dio tiempo a exterminar a seis millones de judíos sin que ninguno de ellos pudiera soñar ni con tocarle un pelo. Pero si en los colegios se enseñara en serio lo que cuenta Tarantino en su farsa, supongo -supongo- que la gente pondría el grito en el cielo. Pues eso es, nada menos, lo que pretenden la Junta andaluza y el reciente editor de Twain, sin que se les mueva un músculo; es más, orgullosos de su falseamiento. El espíritu es el mismo de Stalin, quien, como es sabido, hacía eliminar de las fotos a los antiguos camaradas según iban cayendo en desgracia, y junto a él era raro que no se cayera en desgracia -es decir, se fuera a Siberia o al paredón- antes o después. "No me gusta que se me vea con quien fue leal amigo pero ahora es un traidor", pensaría Stalin; "alteremos el pasado, hagamos que el traidor nunca fuera otra cosa". De la misma manera, estos nuevos puritanos inquisitoriales son capaces de reescribir la historia y la literatura enteras: "No nos gusta que Lady Macbeth, una mujer, instigara a su marido a asesinar. Vamos a convertirla en la que intentó disuadir al muy criminal". "Lo de la evolución de las especies va contra la religión. Vamos a decir que Darwin es una leyenda urbana, que jamás existió". "Es intolerable que Don Quijote tuviera escudero, menudo clasismo. Convirtamos a Sancho en otro hidalgo, para que se traten de igual a igual". "Y eso de 'Tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando', nada, ni hablar, no es igualitario porque todos sabemos que la lista era ella y hay discriminación a favor del varón. A partir de ahora, 'Isabel monta a Fernando', que es mucho más ecofeminista y de género medioambiental".


(Fuente: El País, 13-02-2011)





'EL GÉNERO NO MARCADO', por Pedro Álvarez de Miranda (catedrático de Lengua Española de la Universidad Autónoma de Madrid y miembro de la Real Academia Española)

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"Lo que resulta ingenuo, además de inútil, es pretender cambiar el lenguaje para ver si así cambia la sociedad. Lo que habrá que cambiar, naturalmente, es la sociedad. Al cambiarla, determinados aspectos del lenguaje también cambiarán (en ese orden); pero otros que afectan a la constitución interna del sistema no cambiarán, porque no pueden hacerlo sin que el sistema deje de funcionar"


EL GÉNERO NO MARCADO

Abro un programa de tratamiento de textos y, sin más, me pongo a escribir estas líneas. Inmediatamente, el sistema tiene que decidir en qué tipo de letra irán mis primeras palabras, y como yo no le he dado orden en contrario las pone en redonda. Es que sin seleccionar algún tipo concreto de letra no puede trabajar, y alguien lo ha programado para que en esos casos el elegido sea el llamado “normal” (o letra “redonda”). Decimos entonces, como se sabe, que dicho tipo interviene o se activa por defecto.

Pues bien, el concepto de por defecto en informática es muy similar al concepto de no marcado en lingüística. La letra redonda es, frente a la cursiva o la negrita, la letra que actúa por defecto. También podemos decir de ella que es, frente a aquellas dos, la letra no marcada.

Cuando yo construyo una frase en que un adjetivo debe concordar con dos sustantivos, uno masculino y otro femenino, necesito que ese adjetivo (si tiene variación de género; muchos no la tienen) vaya en uno de los dos géneros. Uno cualquiera, en principio... Lo que no puede es no ir en ninguno, porque el “sistema”, para funcionar, necesita que uno se imponga por defecto. Tampoco puede ir en los dos, porque su presencia simultánea es incompatible en una sola forma, del mismo modo que una misma palabra no puede estar escrita al mismo tiempo en redonda y en cursiva (sí, por cierto, en redonda y en negrita). Sí puede, pero no debe, duplicarse el adjetivo, porque ello atenta contra un principio fundamental en las lenguas que es el de la economía, al que también podríamos llamar “del mínimo esfuerzo”. Así, no nos queda más remedio, en nuestra lengua, que decir los árboles y las plantas estaban secos, con el adjetivo en masculino. ¿Por qué? Porque el masculino es el género por defecto, es, frente al femenino, el género no marcado.

Del mismo modo, si una persona tiene tres hijos y dos hijas, dirá, interrogado acerca de su prole, que tiene cinco hijos. No dirá que tiene cinco hijos o hijas, ni cinco hijos e hijas, ni cinco hijos / hijas (léase “cinco hijos barra hijas”). Podrá escribir que tiene cinco hij@s, pero esto no lo podrá decir, leer, así que de nada le vale. Yo, a diferencia de mi colega Ignacio Bosque, no he tenido paciencia para echarme al coleto todas esas guías que sobre el lenguaje no sexista han proliferado. Supongo que alguna de ellas recomendará a nuestro perplejo pater familias que diga algo así como esto: Mi descendencia la forman cinco unidades. Pobrecillo.

Desdramaticemos las cosas. No es el masculino el único elemento no marcado del sistema gramatical. Igual que en español hay dos géneros (en otras lenguas hay más, o hay solo uno), hay también dos números, singular y plural (en otras hay más, o solo uno), y el singular es el número no marcado frente al plural. Así, del mismo modo que el masculino puede asumir la representación del femenino, el singular puede asumir la del plural. El enemigo significa, en realidad, ‘los enemigos’. Sumando ambas posibilidades de representación puedo decir que el perro es el mejor amigo del hombre para significar, en realidad, esto: ‘los perros y las perras son los mejores amigos y las mejores amigas de los hombres y las mujeres’. ¿Se entiende ahora un poquito mejor en qué consiste el mentado principio de economía?

Hay tres tiempos verbales, y uno de ellos, el presente, es el tiempo no marcado frente al pasado y el futuro. Prueba de ello es la capacidad que tiene para suplantarlos: Colón descubre América en 1492 significa en realidad ‘Colón descubrió América en 1492’, y mañana no hay clase significa ‘mañana no habrá clase’.

A pesar de lo cual, que yo sepa, no ha surgido por ahora ninguna Plataforma Ciudadana en Defensa de la Intolerable Discriminación del Plural, ni tengo noticia hasta el momento de la existencia de una Asociación Pro Visibilidad del Futuro, frente al Abusivo Presentismo Lingüístico.

¿Y por qué es el masculino, en vez del femenino, el género no marcado? Buena pregunta, para cuya compleja respuesta habríamos de remontarnos, en el plano lingüístico, hasta el indoeuropeo, y en el plano antropológico hasta muy arduas consideraciones, en las que no pienso engolfarme, acerca del predominio de los modelos patriarcales o masculinistas. Efectivamente, es más que posible que la condición de género no marcado que tiene el masculino sea trasunto de la prevalencia ancestral de patrones masculinistas. Llámeselos, si se quiere, machistas, y háblese cuanto se quiera de sexismo lingüístico. Séase consciente, sin embargo, de que intentar revertirlo o anularlo es darse de cabezadas contra una pared, porque la cosa, en verdad, no tiene remedio. Rosa Montero lo ha escrito admirablemente: “Es verdad que el lenguaje es sexista, porque la sociedad también lo es”. Lo que resulta ingenuo, además de inútil, es pretender cambiar el lenguaje para ver si así cambia la sociedad. Lo que habrá que cambiar, naturalmente, es la sociedad. Al cambiarla, determinados aspectos del lenguaje también cambiarán (en ese orden); pero, desengañémonos, otros que afectan a la constitución interna del sistema, a su núcleo duro, no cambiarán, porque no pueden hacerlo sin que el sistema deje de funcionar.

Antes de seguir adelante conviene hacer una observación acerca del género neutro, pues en las discusiones sobre estos asuntos hay quien esgrime a menudo esa palabra, sin saber muy bien lo que dice, como posible vía de solución. Olvidémonos por completo del neutro. En español (a diferencia de lo que ocurría en latín) no hay más que dos géneros, masculino y femenino. Del neutro latino solo han sobrevivido en nuestra lengua unos pocos fósiles pronominales y el artículo lo. Así que una más que hipotética solución salomónica en que un ideal género neutro salvador viniera a solucionar el problema asumiendo el papel de género no marcado es una “solución” (¿?) absolutamente inviable.

En realidad, es que no hay modo de modificar determinadas convenciones lingüísticas, las más profundas. Imaginemos uno. ¿Podríamos reunirnos en asamblea los quinientos millones (o más) de hispanohablantes para decidir que ya estaba bien, que después de diez siglos en que el masculino ha sido el género no marcado, ahora le tocaba al femenino? Alguien persuasivo (ya está ahí otra vez el dichoso masculino) tomaría la palabra para decir: “Señores y señoras...” (en estos vocativos iniciales la duplicación sí es bien lógica y está asentada desde antiguo; el principio de economía apenas se resiente). Luego seguiría: “Estamos aquí reunidos (otra vez el masculino) para...”. Etcétera. Se sometería a votación la siguiente propuesta: “A partir de mañana mismo, el femenino pasa a ser el género no marcado. Ya iba siendo hora. Se dirá en adelante los árboles y las plantas estaban secas; tengo cinco hijas: Pedro, Juan, Manuel, María e Isabel; estamos aquí reunidas...”. La votación sería más bien complicada. ¿A mano alzada? ¿Por aclamación? ¿Se convocaría un referéndum? ¿Podría nuestro persuasivo orador controlar el previsible guirigay de la masa? ¿Qué hacer con los disidentes? Transcurridos diez siglos, ante la aparición de nuevas guías idiomáticas diametralmente opuestas a las de hoy, y de Plataformas por la Visibilidad del Masculino en el Estado Español, se suscitaría la necesidad de que una nueva asamblea (¿de cuántos millones de almas?) diera nuevamente la vuelta a la tortilla, pues ya le tocaba otra vez al masculino. Y así sucesivamente. No hace falta decir que estoy utilizando el recurso dialéctico de la reducción al absurdo. Con su poquito de guasa.

Una última consideración, también desdramatizadora y relativizadora. En español, los nombres que designan seres animados, y por tanto dotados de sexo, pueden ser de tres tipos. Unos tienen marcas de género (niño / niña, monje / monja, profesor / profesora...). Otros no las tienen, pero sí tienen dos géneros, evidenciados por la doble concordancia que establecen con el artículo o con otras palabras (el artista / la artista, el modelo / la modelo, el cantante / la cantante, el portavoz / la portavoz...). Otros, ciertamente, vacilan. Pero hay un tercer grupo que me interesa especialmente: es el de los nombres llamados epicenos; los epicenos tienen un solo género gramatical, pero sirven para referirse tanto a seres de sexo masculino como a seres de sexo femenino. Ahí se ve muy bien que no se deben identificar género y sexo. Pues bien, hay muchos nombres epicenos que son femeninos, lo que supone una muy modesta compensación al avasallador poder del masculino como género no marcado. En una persona, una criatura, una víctima, una figura, una eminencia... el femenino asume la representación tanto del masculino como del femenino. A ningún hombre se le ocurrirá sentirse discriminado por ello. Faltaría más.

Hay otro ejemplo muy bonito, y de más calado. En italiano —una lengua hermana de la española, y hablada por un pueblo a menudo tildado de masculinista o de machista— un pronombre femenino, Lei (literalmente ‘ella’), se utiliza con el mismo valor que nuestro usted, es decir, asume, en el tratamiento de respeto, la representación tanto de un hombre como de una mujer. Bien pensado, otro tanto le ocurría al antecesor de nuestro usted, la forma vuestra merced, con esa visible marca femenina en el posesivo, en consonancia con el género femenino de merced.

Ya sé que estos ejemplos de ligera prevalencia del femenino implican muy parva compensación. Espero, al menos, que sirvan, como lo pretende la totalidad de este artículo, para relativizar las cosas, desdramatizando a todo trance una terca realidad contra la que es estéril estrellarse: la condición inamovible del masculino como género no marcado.


(Fuente: El País, 07-03-2012)



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'MATAJUDÍOS', por Julio Llamazares / 'CAPERUCITA ROJA POLÍTICAMENTE CORRECTA', por  J. F. Garner. PROPUESTA DE EXAMEN (según PAU)

"El uso reiterado y continuo de eufemismos (“discapacitados”, “internos”, “trabajadores de la limpieza”, “sin techo”), así como de frases y expresiones rebuscadas (“una persona de color” o “de edad”), persiguen más la corrección política que la lingüística, y en ocasiones lo único que pretenden es calmar la propia conciencia"(Julio Llamazares) Sus gritos llegaron a oídos de un operario de la industria maderera (o técnicos en combustibles vegetales, como él mismo prefería considerarse)" ('Caperucita roja políticamente correcta')

'ISABEL MONTA A FERNANDO', por Javier Marías

("... un editor estadounidense ha decidido  reeditar Huckleberry Finn, de Mark Twain,sustituyendo la palabra despectiva "nigger"... Lo peor de todas estas iniciativas no es su ridiculez intrínseca,  sino el ánimo que subyace a ellas, y que no es otro  que el de mentir, falsear, ocultar, tergiversar, adulterar y censurar el pasado, la historia y la literatura")

("Lo curioso de España es que ,mientras se ejerce esta estricta vigilancia de lo “incorrecto”, a nadie le preocupa –qué contraste– que seamos un país inverosímilmente zafio y grosero. Cada vez que se le queda un micrófono abierto a un político...  nos encontramos con tacos o con alusiones sexuales de dudoso gusto...")

'DICCIONARIO PENAL', por Javier Marías / 'ODA AL DICCIONARIO', de Pablo Neruda

("El DRAE no “sanciona”, no “legaliza”, no “da carta de naturaleza”, no “autoriza” a utilizar un vocablo... La gente habla y escribe como le da la gana, y al hacerlo le trae sin cuidado lo que incluya o diga el Diccionario... un registro de lo que los hablantes deciden emplear libre y espontáneamente (eso sí, de forma mayoritaria y duradera)... Da lo mismo que un término sea obsceno, desagradable, peyorativo, despreciativo, ofensivo, incluso racista. De sus existencia y vigencia no hay que culpar a las Academias, sino a los hablantes... lo último que le corresponde a un diccionario es ejercer la censura")

VER TAMBIÉN, DE PEDRO ÁLVAREZ DE MIRANDA, 'O TODOS O NINGUNO'

("... donde la articulista escribió “las ciudadanas y ciudadanos” (las mujeres primero, decía una añeja norma de cortesía) y “un diputado o diputada” (nada, ahora, de rancias y suspectas galanterías), debería haber escrito “las ciudadanas y los ciudadanos” y “un diputado o una diputada”, pues cada género tiene derecho a su artícu­lo. ¿Tanto despliegue de verbosidad para luego ponernos ahorrativos?)













'LA LIBERTAD DE HABLAR', por Emilio Lledó

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Hoy, más que nunca, necesitamos rescatar estos tesoros

"Un elemento imprescindible en el territorio de la libertad es el lenguaje... El lenguaje, que se funda en la verdad, en la honradez personal y política, abre las puertas a la razón y la vida... 

La vida democrática jamás podrá realizarse mientras una ciudadanía, desconcertada y engañada con la codicia de los otros, se resigne, por la miserable ideología de la pragmacia, a soportar la dictadura de la indecencia"



LA LIBERTAD DE HABLAR


Vivimos sobre la tierra aunque el cemento y el asfalto la estén recubriendo. Vivimos el aire que respiran nuestros pulmones, aunque el desenfreno o la inconsciencia lo estén corrompiendo. Vivimos del agua, ese líquido imprescindible -lo "mejor es el agua" dijo el poeta griego-. Apenas pensamos que por encima de todos los adelantos tecnológicos, son esos elementos, esos principios fundamentales de la existencia, lo único que no nos puede faltar. No somos capaces de imaginar el día en que se dijera: "Mañana no hay aire; desde mañana nunca más habrá agua, ni campo, ni surcos donde sembrar".

La naturaleza en la que estamos y que nos constituye es la única verdadera realidad. Epicuro había mostrado el carácter esencial de esa naturaleza que es también nuestro cuerpo: una maravillosa organización de la materia que nos conforma, nos realiza y que, como la "caída de las hojas en otoño", nos somete al paso del tiempo y, en él, nos deshace. La naturaleza humana se origina por el impulso de una fuerza vital que consiste, según el filósofo, en "sentir y pensar". La vida es, pues, una energía, un movimiento, que dinamiza todo el "ser" que podemos alcanzar. Porque en la existencia no tiene lugar sólo el proceso que la naturaleza nos señala, sino que, dentro de ese proceso, hay un destino, una forma de evolucionar, una forma de alzar un ser personal, una individualidad consciente, que fluye en cada historia, desde la luz que haya sabido proyectar sobre las palabras y los conceptos del lenguaje en que ha nacido.

El reconocimiento de la estructura de la corporeidad y de que la posible felicidad empieza por ese reconocimiento fue un paso decisivo para la libertad de la mente, que es la más importante de las libertades. Libertad no significa, únicamente, experimentar el mundo como posibilidad, como apertura del mero existir, aunque la idea de libertad surgiese en contraste con la experiencia real de la esclavitud. Ser libre fue un proceso de libertad interior, una liberación individual.

Un elemento imprescindible en el territorio de la libertad es el lenguaje. Pero esa inconsciencia que nos habita en nuestro "estar" en la naturaleza, la padecemos muchas veces ante nuestro ser en el lenguaje. Se ha hecho tan propio de cada individuo el universo conceptual de palabras entre las que vive, que apenas es consciente de que ese espacio hay que habitarlo, construirlo, cuidarlo, pensarlo. La habitación en esa "casa del ser" es una continuada tarea de aprendizaje y claridad.

Pero antes de cualquier proceso educativo, parece que la liberación mental surge de las condiciones de posibilidad para que esa libertad cristalice y se ejerza. Mal puede llevarse a cabo el idealismo o, tal vez, la ensoñación de esos sutiles procesos donde se hace fecundo y creador el uso del lenguaje y su comunicación, si esos sueños tienen inevitablemente que coexistir con la miseria, la violencia, la angustia social, la pobreza. Los sociólogos suelen diagnosticar que la mayor parte de las monstruosidades que llegan a encarnarse en individuos humanos se debe a esa estrechez vital, a ese encierro existencial, a ese magullamiento de la sensibilidad y la inteligencia que, como forma feroz de esclavitud, se empieza a padecer en la niñez y la adolescencia. Las formas de alienación social, la posible ruptura violenta con lo "establecido" son, en principio, degeneraciones de esa necesidad de ser libre, de una patológica y desolada búsqueda de emancipación.

A pesar de esas dificultades reales y para no claudicar necesariamente a su imperio, estamos obligados siempre a plantear los problemas que la esclavitud y el encierro, tan graves casi como los del cuerpo, sobrevienen en el descuido de las palabras con las que nos alimentamos y que constituyen el territorio verbal que ha ido abonándose en nuestra alma.

Tan destructora como la miseria real es la miseria ideal. Las preocupaciones ecológicas que, sin duda, apuntan a una clarividente actitud en la que presentimos nuestro cuerpo como parte integrante del asombroso mundo que nos rodea, del cielo estrellado y los ríos fluyentes, han de encontrar paralelismo en la "existencia interior" que decía Guillermo de Humboldt. Tal "existencia", que abre el horizonte de la humanización, es una existencia "lingüística", un universo de palabras, con soles y estrellas: Esos conceptos esenciales de la amistad o la verdad, por ejemplo, que empezaron a decir los seres humanos porque los necesitaban para vivir. Y hay que aprender a vislumbrar, entre las opacidades de la sociedad, las constelaciones de sensibilidad e inteligencia dormidas en el cerebro, y que alumbran si nos han enseñado a encenderlas.

El aprendizaje es delicado porque en esa sutil atmósfera de palabras, de ideas, de sentimientos y emociones, retumban las tormentas que desencadenan las presiones de grupos armados en la avaricia, el fanatismo y la fomentada ignorancia. Contra ese aprendizaje ilustrado combate también el ejército de las frases hechas, de los hábitos que, nutridos de la indigestión de "conceptos" que se asumen porque interesa y ciega "practicarlos", provocan criminalidad y agresividad. Pero también actúa contra la tensa armonía de la sociedad la falsa practiconería de los grupos de poder despreocupados de lo que verdaderamente dicen, de los conceptos que utilizan con total desconocimiento de la vida que palpita bajo ellos.

La existencia de estos fenómenos que aparecen en el universo de las palabras se debe tal vez a la inercia con que, en los cauces de la mente que pretende pensar, se han establecido unas órbitas más desordenadas y confusas que las celestes, y que delimitan, cierran y aniquilan los círculos de significaciones. Formas sutiles de los reflejos condicionados que el sectarismo educativo ha ido inyectando en el alma, donde provocan respuestas sin conocer qué son y a qué responden.

Esos usos de "energías sucias", de manoseos esterilizadores del lenguaje, necesitan, como los patéticos residuos radioactivos, sus cementerios nucleares. El enterramiento de las costras verbales que ha provocado, sobre la superficie de los conceptos, el escurridizo y desordenado patinaje político o mediático es, en el fondo, más fácil de aliviar que el de los otros residuos. Consiste sólo en eliminar la corteza por donde podemos insensatamente deslizarnos. El aligeramiento semántico, el diluir las ideas en el curso de la existencia que debe buscar objetivos y fines más allá de la atascada y ciega pragmacia tiene que empezar en la escuela que ha de trasmitir no sólo determinados saberes, sino hacer entender esos saberes desde las palabras que los dicen. En la práctica de esa libertad se fomenta la creatividad en el espejo donde el alumno aprende, con la lectura, a verse a sí mismo. Porque los libros no son sólo objetos donde se remansa el lenguaje de la oralidad. Los libros nos leen también porque sus palabras son miradas que se reflejan en el cristal, aún limpio, de nuestros primeros pasos en el conocimiento.

Todo ello ocurre en el suelo de la sociedad donde muchas veces no se dan únicamente las atracciones y reacciones "de quienes mandan" como decía Alicia "en el país de sus maravillas", sino que además la marca de esos reflejos condicionados nos atonta, ofuscándonos ya en la experiencia social y escolar. Ese vocabulario congelado e inerte que se ha metido en el alma, ni siquiera puede responder a la exigencia socrática de "diga lo que piensa", o incluso "piense de verdad lo que dice", porque la degeneración ha llegado al extremo de que no sabemos ya pensar. Los residuos de las palabras desactivadas dormitan siempre en el fondo de nuestro ser, y lo peor de ellos es que aparecen de pronto como formas incurables de irracionalidad.

El lenguaje, que se funda en la verdad, en la honradez personal y política, abre las puertas a la razón y la vida. Suena utópico que los seres humanos lleguen a liberarse del dominio que ejerzan, desde las peores formas de oligarquías, los perturbados de la corrupción mental; pero no hay que renunciar a esa supuesta utopía. La vida democrática jamás podrá realizarse mientras una ciudadanía, desconcertada y engañada con la codicia de los otros, se resigne, por la miserable ideología de la pragmacia, a soportar la dictadura de la indecencia.
(Fuente: El País, 27-02-2010) 

MÁS DE EMILIO LLEDÓ EN ESTE SITIO:

EMILIO LLEDÓ, UN FILÓSOFO EN PRIMERA LÍNEA

("Un país, una sociedad, que pone la economía, la riqueza, en primer lugar, por encima de todo, es un país aniquilado... ... A algunos les molesta lo público, porque son partidarios de una sociedad clasista... la lucha por la igualdad es la esencia de la sociedad... ... la cultura griega, esa Grecia, esa palabra convertida en economía, ¡qué empobrecimiento!")


("Hay que mantener el estímulo de las palabras míticas para saber que esas palabras no acaban en ellas mismas. Abren camino, pero no son el camino que, con la educación, con la Paideía que es cultura y no aprendizaje, hay que andar para ser ciudadanos de una “polis” libre, de una política en la verdad y en la siempre imprescindible justicia. En esa educación para la ciudadanía no cabe la indecencia, ni los mitos impuestos por los profesionales de la mentira.")
 






'EL FRACASO DEL AMOR', por Gustavo Martín Garzo / 'LA PÁGINA EN BLANCO', de Isak Dinesen

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En clase de Literatura Universal, y a propósito de 'La metamorfosis' de Kafka, hemos estado analizando el concepto de culpa congénita. La reflexión que Martín Garzo hace sobre la última obra de Almodovar podría servir para ahondar más en ese asunto, establecer relacionas...

"La culpa se extiende por la historia como un virus que todo lo contamina. Pero Julieta no es culpable de nada. Almodóvar lo ha dicho en una reciente entrevista: su película habla del fracaso de alguien que no ha hecho nada para merecerlo... por qué las personas que se quieren se abandonan unas a otras... Y por qué hasta la memoria de la culpa puede morir"

Fotograma de 'Julieta', de Pedro Almodovar

EL FRACASO DEL AMOR

“La complejidad de las cosas, las cosas dentro de las cosas, es sencillamente inagotable”, afirma Alice Munro. Julieta, la última película de Almodóvar, está basada libremente en tres relatos de la autora canadiense. Con los relatos de esta autora nunca puedes estar seguro de lo que estás leyendo y esto pasa con la Julieta de Almodóvar que cuanto más avanza la película más nos desconcierta lo que se nos cuenta. Julieta tiene una estructura abierta, está hecha de fragmentos, de historias que nunca se explican del todo. No hay forma de conocer a nadie, de explicar la conducta de los demás, ni siquiera la de los seres más cercanos y queridos, se nos dice en esta película tan bella como llena de dolor.

Justo al comienzo de la película hay una escena en un tren. Julieta y el joven del que se va a enamorar, ven un ciervo desde la ventanilla del vagón restaurante. Acaban de conocerse y surge enseguida una atracción entre ellos. Y, mientras hablan, ven en el exterior a un ciervo macho que corre hacia el tren arrebatado por una fuerza inexplicable. Y Julieta ve en ese ciervo la imagen del deseo que ellos mismos están sintiendo el uno por el otro. Poco antes de este momento ha sucedido en ese mismo tren algo que tendrá una influencia decisiva en su vida. Julieta está leyendo un libro cuando un hombre que podría ser su padre entra en el compartimento, se acomoda enfrente y le dice que se siente afortunado de haberla encontrado, ya que así el viaje será más agradable para los dos. El hombre tiene un aspecto extraño e insomne, y Julieta ve en su insistencia una amenaza. De forma que, como habría hecho cualquier mujer joven, se levanta y abandona el compartimento con su libro. Poco después, el tren se detiene en una estación. Reanuda pronto su marcha cuando algo le hace detenerse bruscamente. Ha chocado con algo y los pasajeros hacen cábalas sobre qué puede ser. Y Julieta piensa en el ciervo que acaban de ver. Mas al regresar a su compartimento y ver que el hombre no está, algo le dice que es él quien se ha arrojado a las vías. No tarda en comprobar que esas sospechas son ciertas, lo que la sume en la culpa, ya tal vez le habría bastado con prestarle atención para que aquello se hubiera evitado. 

Este acontecimiento desgraciado marcará fatalmente a Julieta cuya vida se irá convirtiendo con el paso del tiempo en una sucesión de dolorosas pérdidas: la del hombre que ama, la de su madre, la de su propia hija, que se apartará de su lado al crecer sin darle explicación alguna. La culpa se extiende por la historia como un virus que todo lo contamina. Pero Julieta no es culpable de nada. Almodóvar lo ha dicho en una reciente entrevista: su película habla del fracaso de alguien que no ha hecho nada para merecerlo. Julieta es una película oscura y luminosa a la vez. Habla de cosas terribles y sin embargo nunca la puesta en escena había sido en el cine de Almodóvar tan despojada y desnuda, ni sus imágenes habían transmitido tanta fragilidad y dolor. La película iba a titularse Silencio, y todo en ella parece detenido, quieto, sumido en una inasible belleza (a lo que contribuye la interpretación de sus dos actrices principales: Emma Suárez y Adriana Ugarte, cuyas presencias recuerdan las de esas Madonnas renacentistas que cargan sobre su corazón el peso del mundo.). “Sé fiel a la historia, porque cuando es así es el silencio el que habla”, puede leerse en 'La página en blanco', uno de los últimos relatos de Isak Dinesen. Es una reflexión sobre el papel del narrador. Cuando la historia es traicionada el silencio solo es vacío, pero si no lo es, “¿dónde leeremos una historia más profunda que en la página mejor impresa del libro más valioso? En la página en blanco", se contesta la escritora danesa haciendo del silencio la sustancia última de todo relato. Y en Julieta se callan muchas cosas. De ahí su aparente frialdad, su misteriosa belleza, ya que el silencio es el alma de lo bello. "Una fruta que se mira sin extender la mano, una desgracia que se acepta sin retroceder", así definió Simone Weil la belleza. Julieta es un melodrama sin lágrimas. No puede haberlas pues las lágrimas pertenecen al reino del amor. Remiten a la infancia y, en cierta forma, implican la pervivencia de la magia en el corazón del que llora. Eso pasa con las lágrimas, que pensamos que a través suyo es posible recuperar lo perdido. Es así incluso cuando lloramos la muerte de alguien, como si las lágrimas que se vierten tuvieran el poder de traerle de vuelta. Pero ¿qué sucede cuando aceptamos lo inevitable de la pérdida? Entonces no se puede llorar.

Julieta habla de ese lugar donde ya no quedan lágrimas, de todo lo que perdemos al vivir. Habla de lo doloroso que es ver cómo se separan los seres que se aman, incluso los que han vivido más cerca, los que han tenido unos vínculos más hondos. Porque la pregunta de la película no es solo por qué su hija abandona a Julieta, sino por qué esta también, en cierta forma, ha abandonado a su propia madre. Es decir, por qué las personas que se quieren se abandonan unas a otras y aquellos que todo lo hacían juntos se transforman de pronto en dos completos extraños y dejan de necesitarse. Y por qué hasta la memoria de la culpa puede morir. Ya que la culpa, con su toxicidad, implica al menos la pervivencia de un vínculo y nos mantiene unidos a los demás. Pero ¿qué pasa cuando hasta la culpa desaparece y no queda nada? La culpa es el último asidero del amor, ya que puede transformarse en deuda y las deudas se pueden y deben pagar.


Pero no es la culpa el centro de esta película. Julieta habla de algo más perturbador aún. Habla de cómo el amor nos engaña. Habla del fracaso del amor, que siempre anda prometiendo lo que no puede cumplir. Porque el amor nos hace creer que todo está unido, vivos y muertos, niños y adultos, animales y seres humanos, hombres y mujeres, sueño y realidad, pero eso no es cierto: el mundo solo es una colección de fragmentos imposibles de conciliar entre sí, partes sin un todo. Pessoa tienen un poema en que lo dice: "Vi que no hay Naturaleza, / que la Naturaleza no existe, / que hay montes, valles, llanos, / que hay árboles, flores, hierbas, / que hay ríos y piedras, / pero que no hay un todo al que esto pertenezca, / que un conjunto real y verdadero / es una enfermedad de nuestras ideas". Este es el último sentido de Julieta. Que no hay ningún todo, ningún misterio, que en la vida todo está roto, que nuestros amores son como esa fotografía que la protagonista de la película rompe en un instante de locura y que ya no podrá recomponer. Almodóvar fuerza el final de su película buscando una reconciliación que a esas alturas no parece posible, pero ¿cómo reprocharle que desee para sus personajes lo que todos deseamos para nosotros?

(Fuente: El País, 07-05-2016)

LA PÁGINA EN BLANCO

Junto a la puerta de entrada a la antigua ciudad solía sentarse una anciana de piel color café, cubierta con un velo negro, que se ganaba el pan contando historias. Decía la mujer: -¿Queréis un cuento, señora gentil, caballero? He contado muchas, muchas historias, mil y una más, desde los tiempos en que dejaba que los muchachos me contasen a mí el cuento de la rosa roja, los dos suaves capullos de azucena y las cuatro serpientes sedosas, cimbreantes y mortalmente enlazadas. Fue la madre de mi madre, la bailarina de ojos negros a quien tantos poseyeron, la que hacia el fin de su vida, arrugada como una manzana de invierno y escondida detrás del piadoso velo, me enseñó el arte de relatar historias. La madre de su madre se lo había enseñado a ella, y ambas eran mejores narradoras que yo. Pero esto ahora no tiene importancia, porque, para la gente, ellas y yo somos la misma persona y me tratan con gran respeto, puesto que vengo contando historias desde hace doscientos años. Después, si se le ha pagado bien y está de buen humor, seguirá diciendo: -La de mi abuela -decía- fue una escuela bien dura. -Sé fiel a la historia -me decía la vieja bruja-. Sé eterna e inquebrantablemente fiel a la historia. -¿Por qué, abuela? -preguntaba yo. -¿He de darte razones, desvergonzada? -gritaba ella-. ¿Y tú quieres ser cuentista? ¿Tú vas a ser cuentista y yo he de darte razones? Pues bien, escucha: cuando el narrador es fiel, eterna e inquebrantablemente fiel a la historia, al final es el silencio quien habla. Cuando la historia ha sido traicionada, el silencio no es más que vacío. Pero nosotros, los fieles, cuando hemos dicho nuestra última palabra oímos la voz del silencio. Lo entienda o no una mocosa impertinente. ¿Quién es -prosigue la mujer- el que relata un cuento mejor que todas nosotras? El silencio. ¿Y dónde se lee una historia más profunda que en la página mejor impresa del libro más valioso? En la página en blanco. Cuando la pluma más finamente cortada, en su momento de mayor inspiración, ha escrito su cuento con la más preciada tinta, ¿dónde podrá leerse un cuento aún más profundo, dulce, alegre y cruel?: en la página en blanco. La vieja arpía calla un momento, suelta una risita y mastica algo en su desdentada boca. -Nosotras -dice finalmente-, las viejas que contamos historias, sabemos la historia de la página en blanco. Pero no nos gusta contarla, porque entre los no iniciados podría mermar algo nuestra fama. Aun así, voy a hacer una excepción con vosotros, dama hermosa y gentil y caballero de generoso corazón. A vosotros os la contaré. En las altas y azules montañas de Portugal existe un viejo convento de monjas de la Orden Carmelitana, que es una orden ilustre y austera. En tiempos pasados el convento fue rico, las monjas eran todas nobles señoras, y se producían incluso milagros. Pero con el correr de los siglos las damas de alto linaje fueron perdiendo la afición al ayuno y la plegaria, las ricas dotes dejaron de fluir a las arcas del convento y hoy apenas quedan unas pocas hermanas humildes y pobres que viven en una sola ala del vasto y decaído edificio, que parece querer fundirse con la roca gris que lo rodea. Sin embargo, la comunidad es aún viva y alegre. Sus devociones son fuente de gozo inextinguible, y las hermanitas se dedican alegremente a la tarea que hace muchos, muchos años, deparó al convento un único y singular privilegio: cultivar el mejor lino de Portugal, con el que fabrican la tela más fina del país. El vasto campo frente al convento se ara con bueyes blancos como la leche, de manso mirar, y la semilla es sembrada hábilmente por virginales manos endurecidas en la labor, con las uñas llenas de tierra. En la estación en que florece el lino, el valle entero se tiñe de un color azul de aire, el mismo color del delantal que llevaba puesto la Sagrada Virgen para ir a coger huevos al gallinero de Santa Ana cuando el Arcángel San Gabriel, con su aleteo poderoso, descendió hasta el umbral de la casa y en lo alto, muy en lo alto, una paloma, con las plumas del collar enhiestas y las alas vibrando, se recortaba en el cielo como una pequeña estrella plateada. Durante ese mes los aldeanos de muchas millas a la redonda alzan los ojos hacia el campo de lino y se preguntan: "¿Ha subido el convento al cielo? ¿O han logrado las hermanitas que el cielo baje hasta ellas?". Cuando llega la estación, el lino se recolecta, se agrama y se rastrilla; después la fibra delicada se hila, el hilo se teje y, por último, la tela se extiende sobre la hierba para que se blanquee, y se lava una y otra vez hasta que parece que haya nevado en torno a los muros del convento. Toda esta labor se lleva a cabo piadosamente y con precisión, y con ciertas aspersiones y letanías que son un secreto del convento. A ello se debe que el lino, que se carga a lomos de pequeños asnos grises y, pasada la puerta de las monjas, desciende y desciende hasta llegar a la ciudad, sea blanco como una flor, liso y suave como era mi pie cuando, a los catorce años, lo lavaba en el arroyo para ir al baile de la aldea. La diligencia, queridos señores, es buena cosa, y la religión también, pero el germen último de la historia procede de algún lugar místico ajeno a la historia misma. Así, la virtud del lino del Convento Velho le viene del hecho de que la primera semilla fue traída por un cruzado de la propia Tierra Santa. En la Biblia, las gentes que saben leer pueden aprender cosas sobre las tierras de Lachis y Maresa, donde crece el lino. Yo no sé leer, y nunca he visto este libro del que tanto se habla. Pero la abuela de mi abuela, cuando era niña, fue la favorita de un viejo rabino, y sus enseñanzas se han guardado en la familia y se han transmitido de generación en generación. Así, en el libro de Josué podéis leer que Axa, hija de Caleb, se apeó del asno y gritó a su padre: "¡Dame bendición! ¡Pues que me has dado tierra de secadal, dame también fuentes de agua!". Y él le dio entonces las fuentes de arriba y las de abajo. Y en los campos de Lachis y Maresa vivieron, más tarde, las familias que tejían el lino más fino de todos. Nuestro cruzado portugués, que descendía de una familia de grandes tejedores de lino de Tomar, cabalgando por esos mismos campos quedó impresionado por la finura de las plantas de lino, y se ató un saco de semillas al pomo de su silla de montar. Así se originó el primer privilegio del convento, que era el de suministrar las sábanas de matrimonio para las jóvenes princesas de la Casa Real. He de deciros, queridos señores, que en el país de Portugal las viejas y nobles familias observan una costumbre venerable. A la mañana siguiente a los esponsales de una hija de la casa, y antes de que se entreguen los regalos de boda, el chambelán o el gran senescal cuelgan de un balcón del palacio la sábana de la noche de bodas y proclaman solemnemente: "Virginem eam tenemus" . "Declaro que era virgen." Esta sábana no se lava ni se utiliza nunca más. Nadie observaba esta costumbre venerable más estrictamente que la Casa Real, en la que ha persistido casi hasta nuestros días. Desde hace muchos siglos también, y como señal de gratitud por la excelente calidad de su lino, el convento de los montes ha gozado de un segundo privilegio: el de recibir de vuelta el fragmento central de la sábana blanca como la nieve, que lleva el testimonio del honor de la desposada real. En el ala principal del convento, desde la que se divisa un inmenso panorama de colinas y valles, hay una extensa galería de suelo de mármol blanco y negro. De los muros de la galería cuelga una larga hilera de pesados marcos dorados, rematados cada uno de ellos por una cartela de oro puro en la que figura inscrito el nombre de una princesa: Donna Christina, Donna Ines, Donna Jacintha Leonora, Donna Maria. Cada uno de estos marcos encierra un retal cuadrado de una sábana real de boda. En las manchas borrosas de las telas una persona de cierta imaginación y sensibilidad podría reconocer todos los signos del Zodíaco: la Balanza, el Escorpión, el León, los Gemelos. O discernir imágenes de su propio mundo de ideas: una rosa, un corazón, una espada, o acaso un corazón atravesado por una espada. En los viejos tiempos podía verse en ocasiones una larga, majestuosa y colorida procesión que avanzaba por el paisaje de rocas grises en dirección al convento. Princesas de Portugal, que ahora eran reinas o reinas-madres de otros países, archiduquesas o grandes electoras con sus espléndidos séquitos llevaban a cabo un peregrinaje de naturaleza a la vez sagrada y secretamente jubilosa. Pasado el campo de lino la ruta se hace empinada; la dama real tenía que bajar de su carroza para recorrer la última parte del camino en un palanquín regalado al convento precisamente con esta finalidad. Después, y aún en nuestros días, ocurre a veces, como puede ocurrir cuando se quema una hoja de papel, que después de que todas las chispas han corrido por el borde del papel para ir a morir a un extremo surge una última chispa, pequeña y reluciente, que va corriendo detrás de las otras, que una solterona muy anciana, de alto linaje, emprenda la ruta hacia el Convento Velho. Hace muchos años fue la compañera de juegos, amiga y doncella de honor de una joven princesa de Portugal. En el camino al convento, va contemplando el panorama que se extiende a sus pies. Llegada al edificio, una monja la conduce hasta la galería, frente al marco que lleva el nombre de la princesa a la que sirvió un día, y se despide de ella, comprendiendo que quiere quedarse sola. Lenta, muy lentamente, una procesión de recuerdos desfila por la pequeña, venerable y cadavérica cabeza bajo la mantilla de negro encaje, que se inclina en señal de reconocimiento. La leal amiga y confidente recuerda la vida de casada de la joven princesa con el consorte real elegido. Revive los momentos alegres y los tristes, coronaciones y jubileos, intrigas cortesanas y guerras, el nacimiento del heredero del trono, los matrimonios de los príncipes y princesas de las nuevas generaciones, el orto y el ocaso de las dinastías. La vieja dama recuerda las profecías a que dieron lugar las manchas de la sábana: ahora puede comparar la realidad con la profecía, con una leve sonrisa y un ligero suspiro. Cada pedazo de tela con el nombre inscrito en el marco que lo encierra tiene una historia que contar, y todos han sido puestos allí por fidelidad a la historia. Pero en medio de la larga hilera hay una tela que no es igual que las otras. Su marco es tan hermoso y pesado como los demás, y ostenta con el mismo orgullo la placa dorada con la corona real. Pero en la cartela no hay ningún nombre inscrito, y la sábana enmarcada es de lino blanco como la nieve de una esquina a la otra: una página en blanco. ¡Os ruego, buenas gentes que venís a escuchar historias! ¡Mirad esta página, y reconoced la sabiduría de mi abuela y de todas las mujeres que narran historias! Porque, ¡qué lealtad eterna e inquebrantable ha hecho colgar este pedazo de tela junto a los otros! Ante él, las narradoras de cuentos hemos de cubrirnos con el velo y guardar silencio. Porque si el padre y la madre reales que un día ordenaron que se enmarcase y colgase ese retal no hubieran conservado en su sangre una tradición de lealtad, quizá no habrían dado la orden. Es frente a este pedazo de puro lino blanco donde las viejas princesas de Portugal, reinas, viudas y madres con experiencia de la vida, con sentido del deber y con una larga historia de sufrimientos, y sus viejas y nobles compañeras de juegos, doncellas y damas de honor, permanecen de pie más tiempo. Y es frente a la página en blanco donde las monjas jóvenes y viejas, y la propia madre abadesa quedan sumidas en la más profunda reflexión.


ACERCA DE ISAK DINESEN:

Escritora danesa, nacida en Rungsted. Su auténtico nombre era baronesa Karen Christence Blixen-Finecke y usó vario seudónimos literarios, entre ellos Isak Dinesen, ya que Dinesen era su apellido de soltera. Estudió pintura en varias ciudades de Europa y en 1914 se casó con su primo, el barón Bror Blixen-Finecke, en las colonias inglesas de África oriental (en la actualidad Kenia), donde sacaron adelante una plantación de café. Aunque se divorciaron en 1921, la escritora permaneció en África hasta 1931, año en que regresó a Dinamarca. Su primer libro de narraciones, Siete cuentos góticos (1934), se adentraba, con una prosa sutil y elegante, en el terreno de lo sobrenatural, una constante en su obra. Memorias de Africa (1937), en cambio, narra con emoción y nostalgia sus vivencias en Kenia, los éxitos y fracasos de su plantación, y su tristeza al abandonar el sencillo estilo de vida africano que tanto admiró, elementos todos ellos que continúan presentes en la película Memorias de África, basada en varios de sus cuentos. Su única novela,Vengadoras angélicas (1944), fue publicada bajo el seudónimo Pierre Andrézel y en ella se describen de un modo alegórico los sufrimientos de Dinamarca durante la ocupación alemana en la II Guerra Mundial. Entre los últimos trabajos de Karen Blixen se encuentran Cuentos de invierno (1942), otro conjunto de historias acerca de lo sobrenatural, y Sombras en la hierba (1960), pequeños textos descriptivos de la vida en África. La autora misma escribió las versiones inglesas de todas sus obras.

(Fuente reseña: epdlp.com)

OTROS ARTÍCULOS DE GUSTAVO MARTÍN GARZO EN ESTE SITIO:


("Y una musa es alguien que hace hablar, pero también y, sobre todo, que habla, que descubre en sí misma un poder que no sabía que tenía: el poder de encantar a los demás con las palabras... Una ninfa que rompe a hablar, eso es una musa: un puente entre la naturaleza y la historia, entre el mundo de los vivos y el de los muertos, entre la realidad y el sueño... no se conforman con hablar sino que quieren que hablar y cantar sean la misma cosa, que es lo que pasa en el amor" "... Un libro, un sueño les revela que son formas de un sueño que fue soñado..." (Borges)



("Flaubert estaba obsesionado como escritor con la idea de la insuficiencia del lenguaje para expresar nuestros anhelos. “La palabra humana”, escribe en una de sus cartas, “es como una caldera rota en la que tocamos melodías para que bailen los osos, cuando quisiéramos conmover a las estrellas”. El loro con su repetición paródica del lenguaje humano sería el signo de ese fracaso")


("Por eso le llevaba con ese cuidado, como si su gesto contuviera la promesa de una resurrección. Era el portador compasivo, para quien el peso de los niños se confunde con la dulce gravidez del sentido: un peso que se transforma en gracia... ¿y si el verdadero héroe fuera el que dispone apacible cada mañana para los que ama el pan reciente y el café oloroso del desayuno?")


COLECCIONAR SILENCIOS 

("El silencio era indisociable de las salas de cine, de los espacios de lectura, de los juegos solitarios, de la noche. Era el tiempo de la ensoñación, de la espera de lo inesperado, el tiempo de atender las otras voces del mundo...El silencio es el espacio de la reflexión, pero también del pudor. Por eso todos los que guardan algo valioso hablan en susurros, atentos a esas otras voces que cuentan la verdadera historia de lo que somos")

("... ¿no son todos los libros, incluso los más grandes, en cierta forma un fracaso? “La palabra humana —escribe Flaubert— es como caldera rota en la que tocamos música para que bailen los osos, cuando querríamos conmover a las estrellas” Un buen libro siempre nos deja perplejos, sin saber qué decir... los escritores, especialmente cuando no son jóvenes ni famosos... solo les queda confiar en la bondad de esos desconocidos que son los lectores ")


("... el origen de esta crisis no está en un Estado fuera de control como se nos repite una y otra vez, sino en un Sistema Financiero tan insaciable como incontrolable del que muchos de nuestros políticos son interesados lacayos. Esto es lo que se callan... "Vosotros con vuestras escuelas, vuestra televisión, lo pacato de vuestros periódicos, vosotros sois los grandes conservadores de este orden horrendo basado en la idea de poseer y en la idea de destruir". Pasolini pensaba que el hombre actual se estaba volviendo insensible al sufrimiento de sus semejantes")


LA PREGUNTA POR LA REALIDAD

("El mundo de los cuentos está lleno de huecos así, fisuras en el tejido de lo existente que abren al niño a zonas de lo real donde viven sus verdaderos deseos... todo eso que somos y tratamos de olvidar nos llama desde ese otro lado de lo real. Los niños son expertos en esas llamadas. Eso es jugar, crear un espacio para que tales voces puedan escucharse. Los cuentos guardan la memoria de todas ellas, por eso le resultan incómodos a los adultos y no suelen gustarles, porque no hablan de lo que son sino de lo que han olvidado... Cuánto durará un niño”, se pregunta Julio Cortázar. Y enseguida responde: “Un niño durará todo lo que duren sus juegos”)


("Todo en esta película resulta perturbador y casi inverosímil, sin embargo no podemos dejar de tener la sensación mientras la vemos de que habla de lo que sucede entre nosotros... de los dueños de la realidad, de su apego al poder y al dinero, de su oculta e insaciable perversidad. ¿No es extraño que el padre elija para recibir el dinero del chantaje un libro de la Constitución Española?... en el territorio de lo Otro. De lo Otro absoluto: la muerte; pero también de lo extraño, lo diferente: el territorio de la santidad, pero también de lo atroz, de lo oscuro, de todo aquello que desafía nuestra cordura")


LA MUCHACHA INDECIBLE

("... al tratar de seguir su rastro no está haciendo sino levantar el acta de su propia memoria y de su propia vida. “Por entonces era ya igual de sensible que ahora en lo tocante a las personas y las cosas a punto de desaparecer”, escribe. Eso es la muchacha indecible, alguien, en quien presencia y ausencia, pensamiento y visión se confunden. ¿Símbolo tal vez de ese sentido, de esa verdad que se esconde cuando tratamos de alcanzarla?")



("Los muertos están en nuestras palabras, en nuestros recuerdos, cuando entramos en un cuarto, cuando recorremos una calle o visitamos un jardín, cuando leemos un libro. Nos siguen a todos los sitios, velan nuestros sueños, se sientan en la mesa con nosotros... Están ahí, pero no debemos volver la cabeza para mirarlos. Sólo el psicótico lo hace... Narrar es escapar a la tiranía de la verdad... El mundo del relato está poblado de personajes que como Hilas nunca regresan... Contar es llevar una lámpara, conformarse con el pequeño espacio de visión que su luz abre en la oscuridad")

("... es el misterio de Santa Teresa, y lo que hace que cinco siglos después de su nacimiento podamos seguir leyéndola con gozo: transforma la religión en poesía. Porque religión y poesía no siempre son lo mismo (y esta es la desgracia de las religiones). La religión nos ofrece respuestas; la poesía nos enseña a amar las preguntas aun sabiendo que no pueden ser contestadas")


("El tema central de El Decamerón será lo humano. No lo humano idealizado, reflejo de un orden superior, sino el ser humano real, con sus virtudes y defectos.Y, por encima de todo, el hombre animado por el deseo... Chesterton escribió que las dos cárceles que amenazan la libertad de los hombres son la cárcel del puritanismo y la cárcel del pesimismo, y El Decamerón logra escapar de las dos y, como el cuarto de los niños, “guarda goces que el puritano no puede prohibir ni el pesimista negar”. El mundo del relato sustituye al paraíso y nos lo recuerda")

("... lo que necesita un niño a los cinco años no es saber leer, sino escuchar música y cuentos, conocer su cuerpo y jugar con él, encontrar palabras y figuras que le ayuden entender lo que siente... La educación ha dado la espalda al complejo mundo de sus afectos y apuesta cada vez más por un individuo adaptado, pragmático, obediente a los códigos de su entorno social... Hay un momento único en que el niño descubre su sombra. Descubre otro yo, alguien que le acompaña en secreto. Ese alguien habita sus pensamientos y sus deseos más íntimos...")



("En el teatro, cuando la función termina, los actores abandonan la escena y regresan exhaustos a sus vidas ordinarias; mientras que aquí los actores siguen apegados a sus personajes y se van por las calles saludando a unos y a otros como si se negaran a aceptar que el telón se bajó. Y lo curioso es que lejos de tomarlos por locos, no son pocos los que les siguen la corriente... La vieja idea de una familia sagrada no debería tener cabida... En España hay tres millones de niños que viven en el umbral de la pobreza...")



("... las locuras de Don Quijote tienen el poder de suspender por un momento el principio de realidad. Su función es abrir una grieta, y, más allá de la lógica, llevarnos a la comprensión profunda e inmediata de una verdad nueva... Nada que ver con la locura. La locura es no tener en cuenta a los otros y pocos héroes los han tenido tan en cuenta como el nuestro. La gran lección de sus aventuras es que un mundo sin justicia no merece la pena... La ironía, para Cervantes, es la capacidad de aceptar las contradicciones de la vida; de aceptar, en suma, que nada es de una sola manera")


("No vemos la realidad, sino sus múltiples simulacros... Vivimos bajo el signo de las copias y los ecos. Bajo del signo de la pobre ninfa Eco...  Dos cosas nos diferencian de la delicada ninfa: la conciencia de su desdicha y su vocación de amor... Mirar tiene que ver con la atención, con la renuncia a poseer, es un acto de amor... Llegar a un lugar sin daño, eso es mirar. Solo el verdadero cine nos lleva a lugares donde ver y soñar se confunden")



("En los planes de estudio desaparecen las asignaturas, como la filosofía y la literatura, que hablan del jorobadito y su pandilla y se sustituyen por otras que solo buscan adoctrinar a los niños... la verdadera cultura no tiene que ver con el deseo de éxito o de notoriedad, sino con el deseo de ser y de saber. El verdadero lector no busca en los libros lo que le halaga o confirma, sino lo que le niega y disloca: busca lo que no tiene... Leer es tirar los dados de nuevo..." “Las músicas oídas son dulces, pero / más dulces son las no oídas”)

("Nuestra vida está llena de preguntas que no podemos evitar hacernos sin descanso. Para mantenerlas vivas y mitigar a la vez la angustia que nos produce no conocer sus respuestas existe el mundo de las fábulas y los cuentos, el mundo inagotable de la ficción. Estamos perdidos y buscamos un camino que transforme nuestra vida en una historia que merezca la pena contar, una historia que nos consuele con su belleza... las religiones nos dicen que ésta no es nuestra verdadera vida y que sólo la muerte puede conducirnos a ella; los cuentos, que el paraíso está en el mundo y que hay que vivir como si fuera posible alcanzarlo. El árbol que canta, el pájaro que habla y el agua de oro... leo para seguir el rastro de luz que dejan en la noche esas moritas cautivas de mi infancia")

("... no filma a los niños para decirnos cómo son sino para mostrarnos cuánto necesitamos su verdad. “Al contrario de lo que leo con frecuencia”, declara François Truffaut, “las películas no pueden hacerse con niños para comprenderlos mejor. Los niños deben ser filmados solo porque los amamos". El cine, en suma, como refugio de significado, esperanza de lo que no ha desaparecido" "En cada escena de la película ('El sol del membrillo') late la nostalgia de esa añorada comunidad humana. Una comunidad amenazada...")


("... también nosotros hemos renunciado a preguntarnos por las causas que hacen que las cosas sean así... ¿Por qué no se obliga a los bancos nacionalizados a dar crédito a las empresas que lo necesitan y no hay un banco público que se enfrente a un problema como el los desahucios? ¿Por qué se permiten los delirantes salarios de la banca? ¿Por qué si tenemos la misma moneda tenemos que pagar distintos intereses por la deuda? ... La última pregunta de Perceval, la más dolorosa de todas, solo puede ser entonces si puede llamarse democracia a esto que tenemos")


SUAVE PATRIA ("La única patria decente (...) es la infancia. Todos tenemos una patria así. En ella están los lugares en los que vivimos, la lengua con que aprendimos a nombrar el mundo y a disipar el miedo a la ausencia de los seres amados... Están los juegos misteriosos, las olorosas fiestas... las primeras lecturas... Y esa patria oculta, secreta, nada tiene que ver con las banderas, los himnos... los tertulianos y los equipos de fútbol que pueblan esos parques temáticos de la identidad a que tan proclives son todos los patriotismos...")

LO QUE AÚN ES NUESTRO (“Me sigo preguntando, añade, si existe algo así como una forma de esperanza en toda escritura poética. (...) Una esperanza que vive en el hecho de decir, y en el lenguaje mismo” (Elisa Martín Ortega, en El lugar de la palabra) No importa la deslealtad de cuantos habiendo sido elegidos para defender el bien común solo piensan en gobernar para sí mismos y los que son como ellos, no importa lo arrasado que descubramos este triste país ni lo injusta y vulgar que nos parezca la sociedad que compartimos, siempre que algo nos hace preguntarnos con asombro “¿qué es?”)
LOS PAÍSES IMAGINADOS ("... La realidad está enferma y necesitamos el elixir de esa flor misteriosa que sólo en los países imaginados florece")
POR UNA ESCUELA PÚBLICA, LAICA Y LITERARIA ("...Las palabras de la escuela deben ser ese ¡ábrete Sésamo! capaz de abrir las piedras y llevar al niño a la cueva donde se guardan los tesoros del corazón humano. Pero también, como las llamas de la cerillera, deben ayudarle a ver el mundo...")

LOS PLACERES SENCILLOS ("El fútbol es como el armario lleno de zapatos de Legrá: una colección de inolvidables momentos y luminosas imágenes que nos dicen que, más allá de nuestras congojas y conflictos cotidianos, en la vida existe la leve e incomprensible felicidad")

CONTRA LA CULTURA DEL DINERO ("Deberían ponerse en los colegios e institutos las películas de John Ford, deberían verlas sobre todo nuestros políticos de derechas y nuestros banqueros")


LA DECADENCIA DE LAS PALABRAS ("Es cierto, sin embargo, que muy pocas veces las palabras han valido menos que hoy... cuanto más hablamos y escuchamos hablar menos parece valer lo que decimos...")

LAS VÍRGENES SUICIDAS ("Los hombres y las mujeres actuales viven sin apenas poner límites a sus deseos, y sin embargo pocas veces han tenido menos cosas que contarse. La ausencia de relatos define su convivencia...")


EL PRÍNCIPE DE LAS TINIEBLAS (SE INCLUYEN ALGUNAS ESCENAS DE LA VERSIÓN CINEMATOGRÁFICA DE F.F. COPPOLA ("Drácula es también, entre muchas otras cosas, una novela sobre la escritura de un libro")


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