"... se repiten una y otra vez las mismas expresionestodos somos culpables y, en consecuencia, todos tenemos que arrimar el hombro”, “hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y ahora toca apretarnos el cinturón”...
El lenguaje del poder oculta que, en realidad, el término “los mercados” refleja los intereses de operadores financieros, inversores institucionales, fondos de alto riesgo, empresas transnacionales y grandes fortunas que, cada vez con más desparpajo, fijan la agenda de gobiernos e instituciones"
LAS TRAMPAS DEL LENGUAJE
No estamos ante un asunto menor. En torno a el lenguaje se construye el discurso dominante; en realidad, todos los discursos, de ahí la importancia de ser cuidadosos y rigurosos.
¿Quién alzaría la voz en contra de la austeridad y del uso racional (razonable) de los recursos, tanto los privados como, sobre todo, los públicos? Ser austeros, evitar el despilfarro debería formar parte de nuestro código moral más íntimo, permanente e inexpugnable. Quizá por esa razón sea imposible encontrar un vocablo más usado (y también más desgastado) que el de “austeridad”. Es en ese contexto, deliberadamente equívoco, donde se invocan, se proponen y se imponen las políticas de austeridad sobre las finanzas públicas.
El lenguaje del poder, usado y aceptado coloquial, política y mediáticamente, cargado de lógica intuitiva, nos traslada a un espacio conceptual y analítico donde la crisis económica es el resultado del despilfarro público, y donde, en justa correspondencia, la salida pasa por poner orden en las finanzas gubernamentales. No queda otra alternativa, en consecuencia, si se quiere retornar a la senda del crecimiento (icono sagrado de la economía dominante, y también de una parte de la heterodoxa), que recorrer el camino de la disciplina presupuestaria.
Con un apoyo mediático sin precedentes, se repiten una y otra vez las mismas expresiones: “todos somos culpables y, en consecuencia, todos tenemos que arrimar el hombro”, “hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y ahora toca apretarnos el cinturón”, “el Estado es como una familia, no puede gastar más de lo que ingresa” “la austeridad es una virtud que, si la practicamos con convicción y firmeza, nos permitirá salir de la crisis”. Tan sólo son algunos ejemplos, de uso bastante frecuente, de un discurso simple (simplista), directo y, por qué no decirlo, muy efectivo; nos entrega palabras y conceptos fácilmente manejables, que proporcionan un diagnóstico de quiénes son, o mejor dicho somos, los culpables y cuáles son las soluciones.
Según ese mismo lenguaje, ampliamente aceptado, todos somos responsables y el mayor de todos el Estado, despilfarrador por naturaleza. Por esta razón toca adelgazarlo, y de esta manera liberar (literalmente) recursos atrapados y mal utilizados por el sector público, para que la iniciativa privada, paradigma de la eficiencia, los pueda utilizar. Continuamente se invoca la autoridad de los mercados, como si estuvieran gobernados por una racionalidad indiscutible y como justificación de que no hay alternativas. Los Estados son el problema y los mercados la solución. Este es otro de los grandes iconos de la economía convencional, al que se acude con más frecuencia, y que pretende ser tan obvio que no precisa mayores comentarios o explicaciones.
Pero el lenguaje nunca es inocuo, presenta una evidente intencionalidad. Por esa razón, es imprescindible cuestionarlo desde la raíz misma, pues su aceptación y utilización ha supuesto una gran victoria cultural de las políticas neoliberales y de las elites.
Estos razonamientos y su lógica, implacables e inexorables en apariencia, nos alejan de una reflexión sobre la complejidad, sobre las causas de fondo de la crisis; causas que apuntan a la desigualdad, al triunfo de las finanzas sobre la economía social y productiva, a las divergencias productivas, sociales y territoriales que atraviesan Europa, de norte a sur y de este a oeste.. y también a una unión monetaria mal diseñada y, lo más importante, atrapada entre los intereses de la industria financiera y las grandes corporaciones. Causas que apuntan, en definitiva, a las contradicciones, insuficiencias y límites de la dinámica económica capitalista,
El lenguaje del poder oculta que, en realidad, el término “los mercados” refleja los intereses de operadores financieros, inversores institucionales, fondos de alto riesgo, empresas transnacionales y grandes fortunas que, cada vez con más desparpajo, fijan la agenda de gobiernos e instituciones. Estas son las “las manos visibles” a las que nuestros dirigentes han entregado las riendas de la actividad económica. Ese mismo lenguaje omite una cuestión clave: la operativa de los mercados ha estado gobernada por el despilfarro. Hemos asistido a una asignación ineficiente de recursos (que, como la economía convencional nos recuerda continuamente, son escasos) que ha supuesto una enorme destrucción de riqueza; no solamente cuando la crisis hizo su aparición, sino mucho antes, al penalizar la inversión productiva y social y favorecer, de este modo, el bucle financiero.
Todos estos asuntos han quedado fuera de foco. Por esa razón, urge hacer valer otro lenguaje, en realidad, otro marco conceptual e interpretativo que nos capacite para transformar el actual estado de cosas al servicio de la mayoría social.Fernando Luengo es profesor de Economía Aplicada de la Universidad Complutense de Madrid(Fuente: publico.es)
LETRA:
Nada es lo que parece,
a veces no hay por qué pero la gente miente,¿sabes?,
las palabras engañan,
si miras el contenido a veces todo cambia.
Que nadie piense por ti,
es menos cómodo pero es mejor así,
es El Chojin,ya sabes,
y esto La Perversión Del Lenguaje.
(El Chojin)
¿No te has parado a pensar?,
demasiado a menudo usamos las palabras mal y lo saben,
encuentran cayuco con 30 inmigrantes
flotando a la deriva sobre aguas,¿internacionales?,
Un inmigrante es alguien que he emigrado a alguna parte,
si no llegaste,no eres inmigrante,
el lenguaje es el arma más peligrosa
que hace que aceptes por ciertas cosas bastante dudosas.
El cristianismo es una religión,por ejemplo,
pero el vudú no,eso es superstición,¿no es cierto?,
sacar la virgen pa que llueva es más correcto
y más civilizado que bailar alrededor de un fuego.
Crearon el término raza
para diferenciar a los demás humanos de la gente blanca,
y aunque la ciencia diga que es una gran farsa
sigue habiendo barreras porque usamos la palabra,digo,oye.
(El Gran Wyoming)
No es igual decir la jarra que la raja,¿a que no?,
raja que rajá o la roja que la rajo,no señor,
toma que mato,sopa que sapo,pollo que polla,¿qué pollas dices?,yo qué sé,
pues vale,y si no vale lo tiro,¿vale?,vosotros mismos chavales,
Si en la lengua está la clave,
chupa en otro sitio a ver qué tal te sabe.
si en la lengua está la clave,
chúpame el culo,ya te vale.
(El Chojin)
Algo desarrollado está terminado,completo,
le recomiendo atención con este concepto,
si un país estuviera desarrollado
en ningún caso podría seguir mejorando.
Si no hubiera malicia se diría que todos,
sin excepción,estamos en vías de desarrollo,
pero todo está calculado para que el de abajo
interiorice su inferioridad desde el vocabulario.
Las europeas son lenguas,el resto dialectos,
Colón descubre América aunque ya hubiera allí gente viviendo,
es necesario replantear lo que sabemos,
más que nada porque a menudo resulta que no es cierto.
¿Cómo vas a ser santo si eres matamoros?,
¿qué es más puta?,¿la música clásica o el dómbolo?,
las palabras determinan nuestra visión,
es hora de mirar al lenguaje y ver su perversión,oye.
[Estribillo]
Nada es lo que parece,
a veces no hay por qué pero la gente miente,¿sabes?,
las palabras engañan,
si miras el contenido a veces todo cambia.
Que nadie piense por ti,
es menos cómodo pero es mejor así,
es El Chojin,ya sabes,
y esto La Perversión Del Lenguaje.
(Chojin)
¿Tú por qué crees que se dice trata de blancas en lugar de trata de personas?.
(Wyoming)
Hombre,porque vender blancos es un delito,macho.Es que eso.
(Chojin)
¿Y lo de la gente distinta,tú la toleras bien y eso?.
(Wyoming)
No.Yo en absoluto.
(Chojin)
¿No?
(Wyoming)
No,no,porque se tolera las cosas que te duelen o que te dan por culo.
Pero es que a mí la gente distinta me gusta,o sea,no tengo que tolerar eso.
(Chojin)
Bien visto.
(Wyoming)
Qué cosas tiene El Chojin.
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una subida del IRPF pasó a ser un “recargo temporal de solidaridad”, la acción de bajar el sueldo a los trabajadores es una “devaluación competitiva de los salarios")
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