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Artículo para el comentario crítico: 'TU MURO, MI VALLA', por José Ignacio Torreblanca / 'REPETICIONES', de Octavio Paz

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"... los países que antes se quejaban de los muros de los demás se han dedicado a erigir todo tipo de vallas para impedir que accedan aquellos que, siguiendo una costumbre ancestral de la humanidad, utilizan sus pies para ir a buscar comida o garantizar la propia vida...

En ausencia de política, ponemos vallas, o directamente muros. Nos falta un Quevedo europeo que pudiera “mirar los muros de la patria europea” y lamentarse"

"... el horror siempre nuevo y siempre repetido..."(Octavio Paz)


TU MURO, MI VALLA

En el mundo hay Gobiernos que no quieren que la gente salga y Gobiernos que no quieren que la gente entre. Durante la guerra fría, los países de la órbita soviética, también la España de Franco, prohibían a la gente salir o ponían muchas restricciones para hacerlo, no fuera a ser que no volvieras o que regresaras con ideas inadecuadas. Pero aun así muchos lo intentaban: cuando a la gente le prohíben votar con las manos acaba votando con los pies. En esa fea costumbre de prohibir salir siguen instalados muchos regímenes dictatoriales, incluyendo China, que restringen la salida de aquellos que disienten del régimen de partido único.
Pero tras el fin de la guerra fría las tornas han cambiado y los países que antes se quejaban de los muros de los demás se han dedicado a erigir todo tipo de vallas para impedir que accedan aquellos que, siguiendo una costumbre ancestral de la humanidad, utilizan sus pies para ir a buscar comida o garantizar la propia vida. Noten por favor un matiz importante: a las barreras que impiden la salida de los países de los demás les llamamos muros, pero a las que impiden la entrada en los nuestros (incluido España) les llamamos vallas, como si al llamarlo así el obstáculo fuera más liviano.
Paradojas de la vida. Recuerden si tienen un momento a ese Ronald Reagan que en junio de 1987, encaramado a una tribuna en Berlín, instaba a Gorbachov a derribar el Muro. O al Gobierno húngaro que en mayo de 1989 desmantelaba las alambradas en su frontera con Austria, permitiendo a los alemanes orientales huir de ese gigantesco presidio que era la RDA. Y ahora avancen los relojes y contemplen esa propuesta de Donald Trump de construir un muro sobre los 3.145 kilómetros de frontera que EE UU mantiene con México. O deténganse en las obras de construcción de la valla que aislará los 175 kilómetros de frontera húngara con Serbia. Hungría lleva en lo que va de año 80.000 solicitantes de asilo, en comparación con los 43.000 que recibió el año pasado. En ausencia de política, ponemos vallas, o directamente muros. Nos falta un Quevedo europeo que pudiera “mirar los muros de la patria europea” y lamentarse. 
(Fuente: El País, 29-07-2015)

REPETICIONES
El corazón y su redoble iracundo
el obscuro caballo de la sangre
caballo ciego caballo desbocado
el carrousel nocturno la noria del terror
el grito contra el muro y la centella rota
Camino andado
camino desandado
El cuerpo a cuerpo con un pensamiento afilado
la pena que interrogo cada día y no responde
la pena que no se aparta y cada noche me despierta
la pena sin tamaño y sin nombre
el alfiler y el párpado traspasado
el párpado del día mal vivido
la hora manchada la ternura escupida
la risa loca y la puta mentira
la soledad y el mundo
Camino andado
El coso de la sangre y la pica y la rechifla
el sol sobre la herida
sobre las aguas muertas el astro hirsuto
la rabia y su acidez recomida
el pensamiento que se oxida
y la escritura gangrenada
el alba desvivida y el día amordazado
la noche cavilada y su hueso roído
el horror siempre nuevo y siempre repetido
Camino andado
camino desandado
El vaso de agua la pastilla la lengua de estaño
el hormiguero en pleno sueño
cascada negra de la sangre
cascada pétrea de la noche
el peso bruto de la nada
zumbido de motores en la ciudad inmensa
lejos cerca lejos en el suburbio de mi oreja
aparición del ojo y el muro que gesticula
aparición del metro cojo
el puente roto y el ahogado
Camino andado
camino desandado
El pensamiento circular y el circulo de familia
¿qué hice qué hiciste qué hemos hecho?
el laberinto de la culpa sin culpa
el espejo que acusa y el silencio que se gangrena
el día estéril la noche estéril el dolor estéril
la soledad promiscua el mundo despoblado
la sala de espera en donde ya no hay nadie
Camino andado y desandado
la vida se ha ido sin volver el rostro.






'METAMORFOSIS', por Juan José Millás / 'LA TORRE', TALCO

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"Dice el FMI por la radio que los euros que llevo en el bolsillo son vulnerables... mi dinero, según el jodido FMI, no vale un duro, el pobre, expuesto como está, por su debilidad, a coger cualquier enfermedad oportunista...


me pregunto si lo que el FMI dice del euro se refiere al euro de la clase media, o sirve también para el de las clases altas... Tiene uno la impresión de que los euros de los ricos, cuando están al borde de la asfixia, se metamorfosean en dólares o en lingotes de oro"


METAMORFOSIS

Dice el FMI por la radio que los euros que llevo en el bolsillo son vulnerables. He salido a comprar el periódico, un poco de fruta, pan, leche y unas pastillas para la tensión, además del Orfidal, del que ahorro una pastilla diaria por si decido suicidarme. La cosa es que, cuando reúno la cantidad precisa, o bien no me apetece o bien han caducado las primeras pastillas. Dada la dificultad para conseguir las recetas, el acopio es lento, como ahorrar céntimo a céntimo para un televisor de plasma. Me pregunto si quienes se suicidan con ansiolíticos caducados se mueren con efectos retroactivos. La expresión “efectos retroactivos” viene de mis tiempos de oficinista. Se decía cuando, tras la negociación de un convenio colectivo, se aplicaba la subida desde una época anterior a la firma, lo que implicaba recibir de golpe una cantidad inesperada con la que tapabas agujeros. En fin.
El caso es que voy pagándolo todo moneda a moneda sin que nadie advierta que mi dinero, según el jodido FMI, no vale un duro, el pobre, expuesto como está, por su debilidad, a coger cualquier enfermedad oportunista. En los establecimientos donde pago con billetes, recibo la vuelta con aprensión, como si la calderilla pudiera producirme un eccema. De hecho, me ha empezado a picar la palma de la mano y la yema de los dedos índice y pulgar. De vuelta a casa, me pregunto si lo que el FMI dice del euro se refiere al euro de la clase media, o sirve también para el de las clases altas. Si le hicieran un chequeo, pongamos por caso, a los euros de Lagarde, ¿arrojaría unos resultados clínicos tan preocupantes? Tiene uno la impresión de que los euros de los ricos, cuando están al borde de la asfixia, se metamorfosean en dólares o en lingotes de oro.
(Fuente: El País, 31-07-2015)

"... Domadores de votos, gracias, pero no puedo vivir de bromas falsas... no puedo estar más dentro de esta torre..."


'LA TORRE', TALCO


VER 'VÁYANSE A LA MIERDA, SEÑORES DEL FMI'

("Ustedes...  se han apropiado del control social y político de países que ya no lo son: no tienen, en absoluto, soberanía nacional. La palabra "democracia" se ha ido, vencida, por el desagüe del lenguaje pervertido. Empujada a patadas por las traiciones de políticos y por los desmanes de ustedes... ahora somos esclavos y necesitamos muchos espartacos")








'COLECCIONAR SILENCIOS'. por Gustavo Martín Garzo / 'LA COLECCIÓN DE SILENCIOS DEL DR. MURKE', de Heinrich Böll

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"El silencio era indisociable de las salas de cine, de los espacios de lectura, de los juegos solitarios, de la noche. Era el tiempo de la ensoñación, de la espera de lo inesperado, el tiempo de atender las otras voces del mundo... 

El silencio es el espacio de la reflexión, pero también del pudor. Por eso todos los que guardan algo valioso hablan en susurros, atentos a esas otras voces que cuentan la verdadera historia de lo que somos"


Biblioteca Central de Helsinki

COLECCIONAR SILENCIOS

La noticia habla de una biblioteca de Helsinki que ha conseguido multiplicar en poco tiempo el número de sus usuarios. Kari Lämsä, su director, pensó que para conseguirlo tenía que cambiar el concepto de una biblioteca seria y aburrida, lo más parecido a un inmenso almacén alejado de la vida, por otra más participativa y alegre. Su proyecto se ha transformado en un modelo a seguir por otras bibliotecas estatales de Finlandia. Y es que en esas bibliotecas no solo se va a leer, se puede bailar, coser a máquina, dormir la siesta y asistir a conciertos. Nada que ver, sigue contándonos la noticia, con esas bibliotecas de siempre cuya quietud y solemnidad recuerdan el interior de los conventos y las iglesias.
Nadie duda que el libro esté sufriendo una profunda crisis. Los profesionales del sector hablan sin cesar sobre qué hacer para resolverla, y nadie ha dado con la solución a un problema que más que con el libro en sí tiene que ver con el tipo de sociedad y el mundo que hemos creado. Nadie lee poesía, la novela se ha transformado, en el mejor de los casos, en un mero vehículo de entretenimiento, los teatros sobreviven con dificultad, y el cine trata de conjurar el lacerante espectáculo de sus salas vacías inclinándose cada vez más al espectáculo audiovisual. Y ¿qué decir de la cultura misma? Ha hecho tabula rasa de todo aquello que alimentó durante siglos los sueños y los pensamientos de los hombres. ¿Alguien lee hoy en día la Odisea o la Ilíada, el Amadís de Gaula o los preciosos sermones de san Bernardo, “Miel en la boca, cántico en el oído, júbilo en el corazón”, así decía el monje cisterciense que debían ser las palabras que se elevaban a Dios. ¿Qué ha pasado en nuestro tiempo para que sintamos un desinterés tan absoluto por lo que hicieron y pensaron los hombres y mujeres que nos precedieron? No es extraño que seres inquietos como Kari Lämsä hagan malabarismo para conjurar esta dolorosa desmemoria. Las nuevas bibliotecas ya no son iglesias, proclaman. Pero ¿es tan malo que se les parezcan un poco? A los niños y niñas de mi generación se les enseñaba a respetar el silencio. No podíamos hablar en las capillas, en las salas de estudio, cuando venían las visitas. El silencio era indisociable de las salas de cine, de los espacios de lectura, de los juegos solitarios, de la noche. Era el tiempo de la ensoñación, de la espera de lo inesperado, el tiempo de atender las otras voces del mundo: las voces de los aventureros, de los locos, las voces de los héroes y de los perseguidos.
¿Tiene sentido esto o nos estamos volviendo locos? Lämsä afirma que la razón de su éxito es haber creado una biblioteca refractaria al silencio. Pero ¿se puede leer sin silencio, sin quietud? Aún más, ¿uno de los problemas más graves de nuestra época no es nuestra incapacidad creciente para permanecer en silencio? No digo que esté mal que la gente baile, cosa a máquina, acuda a conciertos o a clases de cocina, pero ¿una biblioteca es el lugar para hacerlo?
El personaje de un cuento Heinrich Böll se dedica a coleccionar silencios. Le ha tocado vivir en una época y en un país terrible, la Alemania de después de la guerra, y trabaja en la radio. Una de sus tareas es preparar las cintas grabadas para su emisión. Él debe revisarlas, y hacer cortes, para evitar las pausas innecesarias. Pero no tira esos trozos, los guarda en una caja con la intención de volver a unirlos un día y obtener así una cinta en que lo único que se oiga es el silencio. La hermosa parábola no ha perdido su vigencia, pues no creo que haya existido un tiempo en que el silencio esté más desvalorizado que hoy. Los medios de comunicación han transformado al hombre contemporáneo en un ser cada vez más parlanchín y desinhibido, que no tiene problemas en opinar sobre lo primero que se le ponga a tiro. ¿Supone esto que hoy día las palabras estén más valoradas que nunca? Más bien sucede lo contrario, y pocas veces las palabras y las ideas han valido menos. Puede que el antídoto sea actuar como el personaje del cuento de Heinrich Böll, y leer es una manera de hacerlo. ¿No consiste justo en eso la lectura: en coleccionar silencios? El silencio es el espacio de la reflexión, pero también del pudor. Por eso todos los que guardan algo valioso hablan en susurros, atentos a esas otras voces que cuentan la verdadera historia de lo que somos.
(Fuente: El País, 02-08-2015)
... colecciono silencios... Cuando tengo que cortar cintas en las que el narrador ha hecho de vez en cuando una pausa, o suspiros, tomas de aire, silencios absolutos, no los tiro a la papelera, sino que los colecciono...

LA COLECCIÓN DE SILENCIOS DEL DR. MURKE
Cada mañana, nada más entrar en la casa de la radio, Murke se sometía a una gimnasia existencial: saltaba al ascensor de rosario, pero no bajaba en el segundo piso, donde estaba su oficina, sino que continuaba subiendo más allá del tercero, del cuarto, del quinto piso, y cuando la plataforma del cangilón se elevaba sobre el nivel del quinto piso, cuando la jaula entraba rechinando en el vacío, donde cadenas lubricadas, barras untadas de grasa y hierros chirriantes trasladaban la cabina de la posición de subida a la de bajada, le asaltaba el miedo y miraba fijamente lleno de pánico a este lugar de la casa de la radio, el único sin revocar, y suspiraba aliviado cuando la jaula se enderezaba, pasaba la esclusa, se alineaba y se hundía lentamente hacia abajo, hacia el quinto, el cuarto, el tercer piso. Murke sabía que su miedo no tenía fundamento y que naturalmente no pasaría nunca nada, que no podía pasar nada y que si pasaba algo, en el peor de los casos, al pararse el ascensor estaría arriba y se quedaría allí encerrado una hora, dos cuando más. Siempre llevaba un libro en el bolsillo y también cigarrillos; sin embargo, desde que se construyó el edificio de la radio, hacía tres años, el ascensor jamás había faIlado. Había días en que lo revisaban, días en los que Murke tenía que renunciar a esos cuatro segundos y medio de miedo, y esos días estaba irritable y descontento, como alguien que no ha desayunado.
Necesitaba ese miedo como otros necesitan su café, sus copos de avena o su zumo de frutas.
Cuando, llegado de nuevo al segundo piso, donde se encontraba la sección de programas culturales, saltaba del ascensor, estaba alegre y sereno, tan alegre y sereno como el que ama y domina su trabajo. Abría la puerta de su despacho, iba despacio hacia su sillón, se sentaba y encendía un cigarrillo: era siempre el primero en llegar. Era joven, inteligente y amable, e incluso su arrogancia, que a veces afloraba por un momento, se le perdonaba, porque se sabía que había estudiado psicología y se había doctorado con sobresaliente.
Pero hacía dos días que Murke renunciaba a su desayuno de miedo por una razón particular: tenía que llegar a la casa de la radio a las ocho en punto, ir corriendo a un estudio y empezar a trabajar porque el director le había encargado que recortara las cintas con las dos conferencias sobre la esencia del arte que había grabado el gran Bur-Malottke, conforme a las instrucciones del mismo. Bur-Malottke, que se convirtió a raíz del entusiasmo religioso del año 1945, tuvo «de la noche a la mañana», así lo decía, «grandes reparos religiosos», «se sintió acusado de repente de ser en parte responsable del predominio religioso de la radio», y tomó la decisión de cortar la palabra Dios, que citaba frecuentemente en sus dos conferencias sobre la esencia del arte, de media hora cada una, y sustituirla por una fórmula que correspondiera más a su manera de pensar antes de 1945; Bur-Malottke propuso al director que se cambiara la palabra Dios por la fórmula «ese Ser superior que nosotros adoramos», pero se negó a volver a grabar las dos conferencias completas y pidió que cortaran la palabra Dios y pegaran en su lugar «ese Ser superior que nosotros adoramos». Bur-Malottke era amigo del director, pero no fue por amistad que éste transigió, sino que, sencillamente, no se le podía llevar la contraria. Bur-Malottke era autor de numerosos libros sobre temas de ensayo filosófico religioso-cultural, trabajaba en la redacción de tres revistas y dos diarios, era lector-jefe de la editorial más importante. Se mostró dispuesto a ir el miércoles un cuarto de hora a la radio para repetir «ese Ser superior que nosotros adoramos» tantas veces como apareciese la palabra Dios en sus disertaciones. El resto lo encomendaba a las facultades técnicas de la gente de la radio.
Al director le costó encontrar a alguien a quien poder encomendar esta tarea; pensó en Murke, pero la rapidez con que le vino a las mientes Murke le hizo desconfiar —era un hombre vital y de espíritu sano—, por ello meditó durante cinco minutos, pensó en Schwendling, en Humkoke, en la señorita Broldin, pero tuvo que volver a Murke. El director no tenía simpatía por Murke; es cierto que lo contrató en seguida nada más se lo propusieron, lo contrató como el director de un zoológico que aunque siente predilección por los conejos y los corzos adquiere lógicamente fieras, porque en un zoológico también tiene que haber fieras. Pero el director a quien quería es precisamente a los conejos y a los corzos y, en su opinión, Murke era una bestia intelectual. Al fin triunfó su vitalidad y encargó a Murke que cortara las disertaciones de Bur-Malottke. Las dos conferencias estaban programadas para el jueves y viernes, y los reparos de conciencia de Bur-Malottke se produjeron la noche del domingo al lunes. Suicidarse habría sido igual que contradecir a Bur-Malottke, y el director era demasiado vital para pensar en el suicidio.
Así es que el lunes por la tarde y el martes por la mañana Murke escuchó tres veces las dos disertaciones de media hora sobre la esencia del arte, cortó la palabra Dios, y en los breves descansos, fumando un cigarrillo con el técnico sin decir nada, pensó en la vitalidad del director y en el ser inferior que Bur-Malottke adoraba. No había leído nunca ni una línea de Bur-Malottke, jamás escuchó ninguna de sus disertaciones. La noche del lunes al martes soñó con una escalera tan alta y tan empinada como la torre Eiffel; empezó a subirla, pero pronto se dio cuenta de que los escalones estaban untados de jabón y abajo el director le gritaba: « ¡Animo, Murke. Vamos..., demuestre de qué es capaz.» La noche del martes al miércoles el sueño fue parecido: sin darse cuenta, se encontró en la montaña rusa de un parque de atracciones, pagó treinta céntimos a un hombre que se le antojaba conocido y cuándo entró en la montaña rusa, se dio cuenta de repente de que su longitud era al menos de diez kilómetros, pero no podía volverse atrás y pensó que el hombre a quien había entregado los treinta céntimos era el director. Las dos mañanas posteriores a los sueños no necesitó el inocente desayuno de miedo allá arriba, en el vacío del ascensor.
Hoy era miércoles y esta noche no había soñado con jabón, con montañas rusas ni con directores. Entró sonriente en la casa de la radio, se metió en el ascensor, subió al sexto piso —cuatro segundos y medio de miedo, el rechinar de las cadenas, el sitio sin revocar—, bajó al cuarto piso, descendió y fue al estudio donde se había citado con Bur-Malottke. Eran las diez menos dos minutos, cuando se sentó en el sillón verde, saludó con la mano al técnico y encendió un cigarrillo. Respiró tranquilo, sacó una nota del bolsillo superior de la chaqueta y miró el reloj: Bur-Malottke era puntual, por lo menos corría la fama de su puntualidad y cuando el segundero completaba el minuto sesenta de las diez horas, el minutero resbaló a las doce, la aguja de las horas a las diez, se abrió la puerta y entró Bur-Malottke. Murke se levantó sonriendo amablemente, se acercó a Bur-Malottke y se presentó. Bur-Malottke le estrechó la mano y sonriendo dijo: «Bien, adelante.» Murke tomó la nota de la mesa, se puso el cigarrillo en la boca y, dirigiéndose a Bur-Malottke, leyó la nota:
—En ambas disertaciones la palabra Dios aparece veintisiete veces, quisiera rogarle, por tanto, que lea en voz alta veintisiete veces lo que tenemos que sustituir. Le agradeceríamos mucho que lo dijera treinta y cinco veces, porque necesitamos cierta cantidad de reserva para el montaje.
—Concedido —dijo Bur-Malottke sonriente y se sentó.
—Por lo demás, hay un problema —dijo Murke—: aparte de los genitivos, en su conferencia no queda claro el caso en que aparece la palabra Dios; pero en «ese Ser superior que nosotros adoramos» tiene que estarlo. En total —sonrió amablemente hacia Bur-Malottke— necesitamos diez nominativos y cinco acusativos, por tanto, quince veces «ese Ser superior que nosotros adoramos», luego siete genitivos, es decir «de ese Ser superior que nosotros adoramos», cinco dativos «a ese Ser superior que nosotros adoramos», y queda un vocativo, el lugar en que usted dice: «Oh, Dios.» Me permito proponerle que lo dejemos en vocativo y qué usted exclame: « ¡Oh, Tú, Ser superior, al que nosotros adoramos!»
Era evidente que Bur-Malottke no había pensado en estas complicaciones; empezó a sudar, el disloque de casos le creaba problemas. Murke prosiguió amable y amistosamente:
—Necesitaremos en total un minuto y veinte segundos de emisión para las veintisiete nuevas frases, mientras que el tiempo para los veintisiete «Dios» sólo ocupaba veinte segundos. Debido a sus cambios, tendremos que acortar las dos conferencias medio minuto.
Sudando más y más, Bur-Malottke se maldijo a sí mismo por sus súbditos recelos y preguntó: —Ya habrán cortado lo otro, ¿no?
—Sí —dijo Murke, sacó del bolsillo una cajita metálica de cigarrillos, la abrió y se la ofreció a Bur-Malottke; dentro había unos trocitos negros de cinta magnetofónica, y Murke dijo en voz baja:
—Veintisiete veces Dios pronunciado por usted. ¿Lo quiere?
—No —dijo Bur-Malottke furioso—, gracias. Hablaré con el director sobre los dos medios minutos. ¿Qué emisiones siguen a las mías?
—Mañana —dijo Murke— la habitual Noticias locales, una emisión que redacta el doctor Grehm. —Maldita sea —dijo Bur-Malottke—, Grehm jamás se dejará convencer.
—Y pasado mañana —dijo Murke— sigue a la suya la emisión Vamos a mover las piernas.
—Huglieme —gimió Bur-Malottke—, los de variedades jamás cedieron a culturales ni la quinta parte de un minuto.
—No —dijo Murke—, nunca, por lo menos —y dio a su rostro juvenil la expresión de modestia perfecta—, nunca desde que yo trabajo en la casa.
—Muy bien —dijo Bur-Malottke y miró el reloj—, seguramente no tardaremos más de diez minutos y luego hablaré con el director sobre este minuto. Empecemos. ¿Puede dejarme su nota?
—Con mucho gusto —dijo Murke—, me la sé de memoria.
Cuando Murke entró en la cabina, el técnico dejó el diario. El técnico sonrió. Durante las seis horas del lunes y el martes en que escucharon las disertaciones de Bur-Malottke e hicieron los cortes, Murke y el técnico no intercambiaron ni una sola palabra de tipo privado, de vez en cuando se miraron, durante los descansos el técnico ofreció a Murke un cigarrillo y viceversa. Ahora, viendo sonreír al técnico, Murke pensó: «Si es verdad que la amistad existe en este mundo, este hombre es amigo mío.» Colocó la cajita metálica con los trocitos de cinta de las disertaciones de Bur-Malottke sobre la mesa y dijo en voz baja: «Empezamos.» Tras conectar con el locutorio dijo por el interfono:
—Nos podemos ahorrar la prueba de voz, profesor. Lo mejor es que empecemos en seguida, si no le parece mal con los nominativos.
Bur-Malottke asintió, Murke desconectó el interfono, apretó el botón que encendía en el locutorio la lucecita verde, y oyeron la voz ceremoniosa, bien acentuada de Bur-Malottke: «Ese Ser superior que nosotros adoramos, ese Ser superior que...»
Los labios de Bur-Malottke se arqueaban hacia el micrófono como si quisiese besarlo, el sudor le corría por el rostro y Murke contemplaba impasible a través del cristal la tortura de Bur-Malottke; de repente, desconectó el micrófono de Bur-Malottke, paró la cinta que estaba grabando las palabras de
Bur-Malottke y disfrutó viendo a Bur-Malottke, mudo como un gordo y hermoso pez, al otro lado del cristal. Con gran calma dijo: «Lo siento, pero nuestra cinta estaba defectuosa y tengo que rogarle que vuelva a empezar otra vez con los nominativos.» Bur-Malottke empezó a lanzar maldiciones, pero eran maldiciones mudas que sólo él podía oír, pues Murke le había desconectado el micrófono y no lo volvió a conectar hasta que empezó a decir: «Ese Ser superior...» Murke era demasiado joven y se sentía demasiado culto para que le gustara la palabra odio. Pero en este momento, a este lado del cristal, mientras Bur-Malottke pronunciaba sus genitivos, supo de repente lo que es el odio: odiaba a ese hombre alto, gordo y hermoso, cuyos libros con tiradas de dos millones trescientos cincuenta mil ejemplares se amontonaban en bibliotecas, librerías, armarios y editoriales, y no pensó ni por un minuto en refrenar ese odio. Cuando Bur-Malottke había pronunciado dos genitivos, Murke le interrumpió de nuevo por el interfono y dijo tranquilamente: «Perdone que le interrumpa, los nominativos eran excelentes, también el primer genitivo, pero, por favor, vuelva a empezar desde el segundo genitivo: un poco más suave, un poco más sosegado, se lo voy a pasar.» Y a pesar de que Bur-Malottke mostró su disconformidad con un violento gesto de cabeza, hizo una seña al técnico para que pasara la cinta en el locutorio. Vieron que Bur-Malottke se sobresaltó y sudando aún más, se tapó los oídos hasta que la cinta terminó. Dijo algo, blasfemó, pero Murke y el técnico no le oían, le habían dejado el micrófono desconectado. Murke esperó impasible hasta que pudo leer en los labios de Bur-Malottke que había recomenzado con el «Ser superior», conectó micrófono y cinta y Bur-Malottke empezó con los dativos: «a ese Ser superior que nosotros adoramos».
Después de recitar los dativos, arrugó la nota de Murke, se levantó furioso y bañado en sudor y se dispuso a salir; pero la voz joven, suave y amable de Murke lo llamó. Murke dijo: «Profesor, ha olvidado el vocativo.» Bur-Malottke le dirigió una mirada de odio y dijo hacia el micrófono: « ¡Oh, Tú, Ser superior, que nosotros adoramos! »
Cuando iba a salir, le llamó de nuevo la voz de Murke. Murke dijo: «Usted perdone, profesor, pero pronunciada de esa forma, la frase no se pude usar.»
—Por el amor de Dios —le susurró el técnico—, no exagere.
Bur-Malottke se detuvo en la puerta, de espaldas al cristal, como si la voz de Murke lo hubiese encolado allí.
Le pasaba lo que nunca le había pasado: estaba indeciso y esa voz tan juvenil, tan amable, tan exageradamente inteligente, le mortificaba como nada le había mortificado nunca. Murke prosiguió:
—Naturalmente lo podría incluir en la disertación tal como está, pero me permito llamarle la atención, profesor, de que no hará buen efecto.
Bur-Malottke se volvió, regresó al micrófono y dijo con voz suave y ceremoniosa:
—Oh, Tú, Ser superior, que nosotros adoramos.
Sin volverse hacia Murke, abandonó el estudio. Eran exactamente las diez y cuarto y en la puerta tropezó con una mujer joven 'y bonita que llevaba unas partituras en la mano. La joven era pelirroja y esplendorosa, se dirigió muy decidida hacia el micrófono, lo giró y puso bien la mesa para poder colocarse sin impedimentos delante del micrófono.
Murke estuvo medio minuto charlando en la cabina con Huglieme, el redactor de la sección de variedades. Señalando la caja de cigarrillos, Huglieme dijo: «¿La necesita todavía?» Y Murke dijo: «Sí, todavía la necesito.» Dentro, la muchacha pelirroja cantaba: «Toma mis labios tal como son, son hermosos.» Huglieme pulsó el botón del interfono y dijo tranquilamente: «Cierra el pico durante veinte segundos más, por favor, todavía no estoy listo.» La muchacha rió, arremangó la boca y dijo: «Zopenco marica.» Murke dijo al técnico: «Volveré hacia las once, cortaremos la cinta y pegaremos los trocitos.»
—¿Lo tendremos que volver a oír? —preguntó el técnico.
—No —dijo Murke—, ni por un millón de marcos lo volvería a oír.
El técnico asintió, colocó la cinta para la pelirroja y Murke se fue.
Se puso un cigarrillo en la boca, lo dejó sin encender y fue por el pasillo trasero hasta el segundo ascensor, que estaba instalado en la parte sur y conducía a la cantina. Las alfombras, los pasillos, los muebles y los cuadros, todo le irritaba. Eran hermosas alfombras, hermosos pasillos, hermosos muebles y cuadros de buen gusto, pero de repente sintió el deseo de ver en la pared, en cualquier lugar, la cursi estampita del Sagrado Corazón que le envió su madre. Se detuvo, miró en derredor, prestó atención, sacó la estampita del bolsillo y la fijó entre el papel pintado y el marco de la puerta del ayudante de dirección de la sección de guiones radiofónicos. Era una estampita de colores llamativos y debajo de la figura del Sagrado Corazón se leía: «Recé por ti en San Jacobo.»
Murke siguió andando, tomó el ascensor y descendió. En esta parte de la casa de la radio ya estaban montados los ceniceros Schrörschnauz, que obtuvieron el primer premio en el concurso de ceniceros. Estaban colgados junto a las cifras rojas que indicaban el número del piso: un cuatro rojo, un cenicero Schrörschnauz, un tres rojo, un cenicero Schrörschnauz, un dos rojo, un cenicero Schrörschnauz. Eran unos ceniceros muy bonitos, repujados en cobre, en forma de concha; su soporte eran unas originales plantas marinas —unas nudosas algas— repujadas también en cobre; y cada cenicero costó doscientos cincuenta y ocho marcos y setenta y siete céntimos. Eran tan hermosos que Murke nunca se atrevió a ensuciarlos con ceniza, y mucho menos con algo tan poco estético como una colilla. Parecía que a todos los otros fumadores les pasaba lo mismo: cajitas vacías de cigarrillo, colillas y ceniza se amontonaban en el suelo bajo los hermosos ceniceros: por lo visto nadie tenía suficiente valentía para utilizar los ceniceros como tales; eran de cobre, brillantes y siempre estaban vacíos.
Murke vio que se acercaba el quinto cenicero junto al cero rojo, el ambiente estaba más caldeado, olía a comida, Murke saltó de la cabina y se tambaleó hacia la cantina. En una mesa del rincón había sentados tres colaboradores libres; delante de él hueveras, platos y cafeteras.
Los tres hombres habían escrito juntos la serie radiofónica «El pulmón, órgano humano», juntos fueron a cobrar sus honorarios, desayunaron juntos y ahora estaban bebiendo aguardiente y jugándose a los dados la factura para la declaración de impuestos. Murke conocía bien a uno de ellos, Wendrich; pero en aquel preciso momento Wendrich estaba gritando « ¡Arte! ¡Arte! » y volvió a gritar « ¡Arte! ¡Arte!» y Murke se estremeció asustado, como la rana en la que Galvani descubrió la electricidad. Durante los dos últimos días, Murke había oído demasiadas veces la palabra arte de boca de Bur-Malottke; se repetía exactamente ciento treinta y cuatro veces en ambas disertaciones y había escuchado las disertaciones tres veces, es decir, que había escuchado la palabra arte cuatrocientas dos veces, demasiadas para tener ganas de participar en una conversación sobre este tema. Se escabulló a lo largo de la barra hasta la galería al otro fado de la cantina y al ver que no había nadie respiró aliviado. Se sentó en el sillón tapizado de amarillo, encendió el cigarrillo y cuando se le acercó Wulla, la camarera, dijo: «Por favor, un zumo de manzana» y se alegró de que Wulla se fuese en seguida. Cerró los ojos y escuchó sin querer la conversación de los tres colaboradores del rincón, que parecían discutir apasionadamente sobre arte; cada vez que uno de ellos pronunciaba «arte», Murke se estremecía. «Es como si le estuvieran dando a uno mil azotes», pensó.
Wulla, que le traía el zumo, lo miró preocupada. Era alta y robusta, aunque no gorda, su expresión era sana y alegre y mientras servía el zumo de manzana en el vaso dijo: «Debería tomarse sus vacaciones, Herr Doktor, y haría bien si dejase el tabaco.»
Antes se llamaba Wilfriede-Ulla, pero luego, por aquello de la comodidad, lo había contraído en Wulla. Sentía un respeto especial por las personas de la sección Cultural.
—Déjeme en paz —dijo Murke—, por favor, váyase.
—Y debería irse al cine con una muchacha sencilla y amable —dijo Wulla.
—Es lo que haré esta tarde —dijo Murke—, se lo prometo.
—No hace falta que sea una de esas frescales —dijo Wulla—, una muchacha sencilla, tranquila, simpática, con corazón. Todavía las hay.
—Lo sé —dijo Murke—, las hay e incluso conozco a una.
«¿Lo ves?», pensó Wulla y se acercó a los colaboradores, uno de los cuales había encargado tres aguardientes y tres tazas de café. «Pobres —pensó Wulla—, el arte acabará volviéndoles locos.» Sentía compasión por los .colaboradores y los incitaba siempre a ahorrar. «En cuanto tienen dinero —pensó—, lo tiran por la ventana», y fue hacia la barra a encargar con un gesto de desaprobación los tres aguardientes y las tres tazas de café.
Murke tomó un trago de zumo' de manzana, apagó el cigarrillo en el cenicero y pensó angustiado en las horas entre las once y la una, en que. tenía que cortar las sentencias de Bur-Malottke y pegar en las disertaciones los nuevos trozos en los lugares debidos. El director quería escuchar ambas disertaciones a las dos en su estudio. Murke pensó en el jabón verde; en las escaleras, unas escaleras empinadas y en las montañas rusas, pensó en la vitalidad del director, pensó en Bur-Malottke, y al ver entrar a Schwendling en la cantina se sobresaltó.
Schwendling llevaba una camisa a grandes cuadros rojos y negros y marchaba con determinación a .la galería donde se ocultaba Murke. Schwendling iba tarareando la canción de moda: «Toma mis labios tal como son, son hermosos» y al ver a Murke dijo sorprendido:
—Hombre, ¿tú por aquí? Pensaba que estabas montando las tonterías de Bur-Malottke.
—A las once seguiré —dijo Murke.
—Wulla, una cerveza —voceó Schwendling hacia la barra—, medio litro. Bien —dijo a Murke—, deberían darte vacaciones extra por eso, tiene que ser asqueroso. El viejo me ha contado de qué se trata.
Murke callaba y Schwendling dijo:
—¿Sabes lo último de Murckwitz?
Primero Murke hizo sin mostrar el menor interés un gesto negativo con la cabeza; luego preguntó por mera cortesía:
—¿Qué ocurre con él?
Wulla trajo la cerveza, Schwendling tomó un trago, se hinchó un poco y dijo muy despacio:
—Murckwitz está haciendo un documental sobre la Taiga.
Murke rió y dijo:
—¿Qué hace Fenn?
—Un documental sobre la Tundra —dijo Schwendling.
—¿Y Weggucht?
—Weggucht está escribiendo un programa sobre mí y luego yo escribiré un programa sobre él, de acuerdo con el lema: prográmame y yo te programaré...
Uno de los colaboradores libres, ahora en pie, vociferaba enfáticamente: «Arte, arte, eso es lo único que importa.»
Murke se agazapó, como se agazapa el soldado que acaba de oír los tiros de los morteros en las trincheras enemigas. Tomó otro trago de su zumo de manzana y volvía ya a agazaparse, cuando una voz empezó a llamar por el altavoz: «Doctor Murke, preséntese en el estudio trece, doctor Murke, preséntese en el estudio trece.» Miró el reloj, eran sólo las diez y media, pero la voz proseguía inclemente: «Doctor Murke, preséntese en el estudio trece, doctor Murke, preséntese en el estudio trece.» El altavoz colgaba sobre la barra de la cantina, exactamente debajo del lema que el director hizo poner en la pared: La disciplina es el todo.
—Bueno —dijo Schwendling—, no hay más remedio, vete. .
—No —dijo Murke—, no hay más remedio. —Se levantó, dejó sobre la mesa el dinero que costaba el zumo de manzana, pasó escabulléndose junto a la mesa de los colaboradores, se metió en el ascensor y subió dejando de nuevo atrás los cinco ceniceros Schrörschnauz. Vio que su estampita del sagrado corazón todavía estaba fija en el marco de la puerta del ayudante de dirección y pensó: «Menos mal que ahora hay por lo menos algo cursi en la casa de la radio.»
Abrió la puerta de la cabina de control, vio que el técnico estaba solo y sentado muy tranquilo, ante cuatro cajitas de cartón y preguntó cansada:
—¿Qué pasa?
—Esos han terminado antes de lo que creían y hemos ganado media hora —dijo el técnico—; he pensado que tal vez le interesaría aprovechar esta media hora.
—Desde luego —dijo Murke—, tengo una cita a la una. Empecemos. ¿Qué pasa con estas cajas?
—Tengo una cajita para cada caso —dijo el técnico—, los acusativos en la primera, en la segunda los genitivos, en la tercera los dativos y en ésta —dijo señalando la cajita más a la derecha, y en la que se leía CHOCOLATE PURO— están los dos vocativos, en el rincón derecho el bueno, en el izquierdo el malo.
—Es estupendo —dijo Murke—, usted ha ordenado ya esa porquería.
—Sí —dijo el técnico—, y si ha anotado el orden en que tenemos que pegar los casos, estaremos listos como mucho dentro de una hora. ¿Lo tiene anotado?
—Sí —dijo Murke. Sacó una nota del bolsillo en que estaban apuntadas las cifras 1 hasta el 27; después de cada número había un caso.
Murke se sentó y ofreció su cajita al técnico; ambos fumaron mientras el técnico colocaba en el aparato las cintas cortadas de las disertaciones de Bur-Malottke.
—En el primer corte —dijo Murke— tenemos que pegar un acusativo. —El técnico metió la mano en la primera caja, sacó un trocito de cinta y lo pegó en el corte.
—En el segundo —dijo Murke— un dativo. Trabajaban de prisa y Murke estaba contento porque la cosa iba muy rápida.
—Ahora —dijo— viene el vocativo; naturalmente pondremos el malo.
El técnico rió y pegó en la cinta el vocativo malo de Bur-Malottke.
—Adelante —dijo—, adelante.
—Genitivo —dijo Murke.
El director leía a conciencia las cartas de los radioyentes. La que estaba leyendo en este momento decía:

Querida radio: Seguramente no tienes una oyente más fiel que yo. Soy una mujer anciana, una abuelita de setenta y siete años y te escucho a diario desde hace treinta años. Siempre he sido pródiga en alabanzas. Tal vez recuerdes mi carta sobre la emisión «Las siete almas de la vaca Kaweida». Era una emisión magnífica, pero hoy tengo que enfadarme contigo. El abandono en que tiene la radio al alma de los perros va resultando indignante. ¿A eso llamas humanismo? Hitler tenía, sin duda, sus defectos: si ha de creerse todo lo que se dice, era un hombre malo, pero hay algo que no se le puede negar: amaba a los perros y hacía cosas por ellos. ¿Cuándo recobrará el perro sus derechos en la radio alemana? No como lo hiciste en el programa «Como gato y perro», así no; aquello fue un insulto para cualquier ser perruno. Si mi pequeño Lohengrin pudiese hablar, te lo diría. Y cómo ladraba, mi perro querido, mientras se emitía tu desastroso programa, ladraba que a una se le deshacía el corazón de vergüenza. Yo pago mis dos marcos mensuales como todos los oyentes y haciendo uso de mis derechos pregunto: ¿Cuándo recobrará el perro sus derechos en la radio alemana?
Con todo cariño, aunque esté tan enfadada contigo,
tu JADWIGA HERCHEN, SUS labores.

P. D. —Si ninguno de los cínicos sujetos que te buscas como colaboradores es capaz de dignificar el alma canina en la forma debida, sírvete de mis modestos ensayos, que te adjunto. Renunciaría a los honorarios. Los puedes transferir a la sociedad protectora de animales.
Adjunto: 35 manuscritos.
Tu,
J. H.


El director suspiró. Buscó los manuscritos, pero su secretaria ya los había archivado. El director llenó su pipa, la encendió, se lamió sus vitales labios, descolgó el teléfono y ordenó que le comunicasen con Krochy. Krochy tenía un despacho diminuto con una mesa diminuta pero de muy buen gusto en la sección de Cultura y llevaba un departamento tan pequeño como su escritorio: El animal en la cultura.
—Krochy —dijo el director, cuando éste contestó modestamente a la llamada—, ¿cuándo emitimos por última vez algo sobre perros?
—¿Sobre perros? —dijo Krochy—. Señor director, creo que nunca, por lo menos desde que yo estoy aquí.
—¿Y desde cuándo está usted ahí, Krochy? —Y Krochy, en su escritorio, empezó a temblar porque el director había hablado con más suavidad. Sabía que no se preparaba nada bueno cuando esa voz se volvía suave.
—Desde hace diez años, señor director —dijo Krochy.
—Es una vergüenza que todavía no haya escrito nada sobre perros —dijo el director—, al fin y al cabo es un tema de su departamento. ¿Cómo se titula su último programa?
—Mi último programa se titula —tartamudeó Krochy.
—No hace falta que me repita la pregunta —dijo el director—, no estamos en la mili.
—Búhos en los muros —dijo Krochy tímidamente.
—Dentro de las próximas tres semanas —dijo el director, otra vez con suavidad— quiero oír un programa sobre el alma canina.
—Sí, señor —dijo Krochy, oyó el clic que hizo el director al colgar el auricular, lanzó un profundo suspiro y dijo: « ¡Dios mío! »
El director tomó la siguiente carta.
En ese momento entró Bur-Malottke. Podía tomarse la libertad de entrar en cualquier momento sin anunciarse y se tomaba esta libertad con mucha frecuencia. Sudando todavía se sentó cansado en una silla frente al director y dijo:
—Buenos días.
—Buenos días —dijo el director y dejó la carta—. ¿En qué puedo servirle?
—Por favor —pidió Bur-Malottke—, concédame un minuto.
—Bur-Malottke —dijo el director haciendo un gesto amplio y vital—, no necesita pedirme un minuto. Las horas, los días están a su disposición.
—No —dijo Bur-Malottke—, no se trata de un minuto temporal, sino de un minuto de emisión. Mi disertación se ha alargado en un minuto debido a los cambios.
El director se puso serio como un sátrapa repartiendo provincias.
—Espero —dijo malhumorado— que no se trate de un minuto político.
—No —dijo Bur-Malottke—, medio de noticias locales y medio de variedades.
—Menos mal —dijo el director—; tengo libres setenta y nueve segundos en Variedades y en Locales ochenta y tres. Con mucho gusto concederé un minuto a un Bur-Malottke.
—Usted me abruma —dijo Bur-Malottke.
—¿Qué más puedo hacer por usted? —preguntó el director.
—Le quedaría muy agradecido —dijo Bur-Malottke—, si 'alguna vez pudiésemos ponernos a corregir todas las cintas que he grabado desde 1945. Un día —dijo, se pasó la mano por la frente y contempló con melancolía el Brüller auténtico que colgaba sobre la mesa del director—, un día, yo —se interrumpió, pues lo que iba a decir al director era demasiado doloroso para la posteridad—, un día, moriré... —volvió a hacer una pausa y dio así ocasión al director para mirar asustado y hacer con la mano un gesto de prevención— y no puedo soportar la idea de que, después de mi muerte, es posible que se emitan cintas en las que diga cosas de las que ya no estoy convencido. En el entusiasmo del cuarenta y cinco, sobre todo, me dejé arrastrar por el impulso e hice algunas observaciones de carácter político, expresiones que hoy en día me llenan de graves reparos y que, ahora, sólo puedo achacar a la frescura juvenil que desde siempre ha caracterizado mis .obras. La corrección de mi obra escrita está en marcha, quisiera rogarle que me dé pronto la ocasión de corregir también mi obra hablada.
El director permaneció en silencio, sólo tosió ligeramente, en su frente brillaban pequeñas y claras gotas de sudor. Pensó que desde 1945 Bur-Malottke hablaba por lo menos una hora al mes y mientras Bur-Malottke seguía hablando multiplicó a toda prisa: doce horas por diez, igual a ciento veinte horas de Bur-Malottke hablando.
—Sólo los espíritus impuros califican la pedantería indigna del genio —dijo Bur-Malottke—; nosotros sabemos —y el director se sintió halagado de verse alineado por el nosotros entre los espíritus puros— que los verdaderos, los grandes genios, eran pedantes. Himmelsheim hizo encuadernar otra vez a su cargo toda la edición impresa de su Seelon, porque ya no le parecían adecuadas dos o tres frases en la mitad del texto. La idea de que cuando haya pasado a la posteridad puedan emitirse disertaciones mías, de las que ya no estoy convencido, esta idea no puedo soportarla. ¿Qué solución propondría usted?
Las gotas de sudor en la frente del director eran más gruesas.
—Ante todo —dijo el director en voz baja—, habría que hacer una lista exacta de todas las emisiones grabadas por usted y, luego, mirar en el archivo si se conservan todas las cintas.
—Espero —dijo Bur-Malottke— que no se haya borrado ninguna de mis 'cintas sin haberme consultado antes. Como no se me ha consultado, es que no se ha borrado ninguna cinta.
—Daré las órdenes oportunas —dijo el director. —Se lo agradeceré mucho —dijo Bur-Malottke mordaz y se levantó—. Buenos días.
—Buenos días —dijo el director acompañándolo hasta la puerta.
En la cantina los colaboradores habían decidido encargar comida. Habían bebido más aguardiente, seguían hablando sobre arte y su conversación era más tranquila, pero no menos apasionada. Cuando, de repente, Wanderburn entró en la cantina, todos se pusieron de pie asustados. Wanderburn era un poeta alto, de aspecto melancólico y pelo negro, un rostro simpático algo marcado por el estigma de la fama. Este día iba sin afeitar y, por ello, parecía aún más simpático. Fue a la mesa de los tres colaboradores, se sentó agotado y dijo:
—Muchachos, dadme algo de beber. En esta casa tengo siempre la impresión de que voy a morirme de sed.
Le dieron de beber, un aguardiente que había aún sobre la mesa y el resto de una gaseosa. Wanderburn bebió, dejó el vaso, miró de uno en uno a los tres hombres y dijo:
—Les prevengo contra la radio, contra este trasto asqueroso, contra este asqueroso trasto relamido, taimado, acicalado. Se lo advierto, nos va a destrozar a todos.
Su advertencia era sincera e impresionó mucho a los tres jóvenes; pero los tres jóvenes no sabían que Wanderburn venía directamente de caja, donde acababa de cobrar un montón de dinero en concepto de honorarios por una sencilla adaptación del libro de Job.
—Nos cortan —dijo Wanderburn—, absorben nuestra sustancia, nos pegan y ninguno de nosotros sobrevivirá.
Bebió la gaseosa, dejó el vaso sobre la mesa y con el abrigo ondeando melancólicamente marchó hacia la puerta.
Murke acabó el montaje a las doce en punto. Acababan de pegar el último pedacito de cinta, un dativo, cuando Murke se levantó. Ya había empuñado la manilla de la puerta, cuando el técnico dijo:
—Me gustaría tener también una conciencia tan sensible y cara. ¿Qué hacemos con la caja? —añadió señalando la cajita de cigarrillos, que estaba en la estantería entre las cajas con cintas vírgenes.
—Déjela ahí —dijo Murke.
—¿Para qué?
—Tal vez la necesitemos.
—¿Cree que puede volver a tener problemas de conciencia?
—No es imposible —dijo Murke—, es mejor esperar. Hasta la vista.
Fue al ascensor de delante, bajó al segundo piso y por primera vez en ese día entró en su despacho. La secretaria había ido a comer, Humkoke, el jefe de Murke, estaba sentado junto al teléfono leyendo un libro. Sonrió a Murke, se levantó y dijo: «¿Qué, todavía está vivo? ¿Es suyo este libro? ¿Lo ha dejado usted sobre la mesa?» Le enseñó el título y Murke dijo: «Sí, es mío.» El libro tenía un forro grisverde-anaranjado y se titulaba Canal lírico de Batley; trataba de un joven poeta inglés que, cien años atrás hizo un catálogo del slang londinense.
—Es un libro maravilloso —dijo Murke.
—Sí —dijo Humkoke—, es maravilloso, pero usted no aprenderá nunca.
Murke le miró interrogante.
—Usted jamás aprenderá que los libros maravillosos no se dejan sobre una mesa si se espera a Wanderburn, y Wanderburn es esperado siempre.
Naturalmente lo ha visto en seguida, lo ha hojeado, ha leído cinco minutos y ¿cuál es el resultado? Murke permaneció en silencio.
—El resultado —dijo Humkoke— son dos programas de una hora de Wanderburn sobre el Canal lírico de Batley. Ese tipo terminará por presentarnos un programa sobre su abuela, y lo peor de todo es que una de sus abuelas también lo era mía. Por favor, Murke, no lo olvide. Nada de libros maravillosos sobre la mesa si esperamos a Wanderburn y, lo repito, es esperado siempre. Bien y ahora váyase. Tiene la tarde libre; supongo que se la habrá ganado. ¿Está lista la cosa esa? ¿La ha vuelto a escuchar?
—Lo tengo todo listo —dijo Murke—, pero no puedo volver a oír otra vez las disertaciones, es que sencillamente no puedo.
—Es que no puedo es, una manera de hablar muy infantil —dijo Humkoke.
—Si vuelvo a oír una vez más la palabra arte, me volveré histérico —dijo Murke.
—Ya lo está —dijo Humkoke— y reconozco incluso que tiene razones para estarlo. Tres horas de Bur-Malottke es como para dejar baldado al tipo más fuerte, y usted no es lo que se dice un hombre fuerte.
Tiró el libro sobre la mesa, se acercó a Murke y dijo:
—Cuando yo tenía su edad, me hicieron recortar tres minutos de un discurso de cuatro horas de Hitler y tuve que escuchar el discurso tres veces hasta ver qué tres minutos debían ser cortados. Cuando empecé a escuchar la cinta por primera vez, todavía era nazi, pero después de oírla completa tres veces, ya no lo era. Fue una cura horrible, dura, pero muy eficaz.
—Usted olvida —dijo Murke— que yo ya estaba curado de Bur-Malottke antes de tener que escuchar sus cintas.
—Es usted un animal —dijo Humkoke riendo—, váyase, el director las escuchará otra vez a las dos. Tiene que estar a mano por si pasa algo.—Estaré en casa de dos a tres —dijo Murke.
—Otra cosa —dijo Humkoke cogiendo una lata amarilla de galletas que había en una estantería junto al escritorio de Murke—, ¿qué son estos recortes de cinta que tiene usted en la lata?
Murke se sonrojó.
—Son —dijo—, colecciono una especie determinada de restos.
—¿Qué clase de restos? —preguntó Humkoke. —Silencios —dijo Murke—, colecciono silencios. Humkoke le dirigió una inquisitiva mirada y Murke prosiguió:
—Cuando tengo que cortar cintas en las que el narrador ha hecho de vez en cuando una pausa, o suspiros, tomas de aire, silencios absolutos, no los tiro a la papelera, sino que los colecciono. Por cierto, las cintas de Bur-Malottke no tenían ni un segundo de silencio.
Humkoke se echó a reír.
—Claro, ése no callará nunca. ¿Y qué hace usted con los recortes?
—Los pego por la tarde, cuando estoy solo en casa, paso la cinta. Todavía no es mucho, no llega a tres minutos, pero es que tampoco se producen tantos silencios.
—Tengo que llamarle la atención sobre el hecho de que está prohibido llevarse cintas a casa, incluso recortes.
—¿Los silencios también? —preguntó Murke. Humkoke rió y dijo:
—Ahora váyase.
Y Murke se fue.
Cuando pocos minutos después de las dos el director llegó a su estudio, la disertación de Bur-Malottke ya estaba en marcha:
...y siempre que iniciemos una charla sobre la esencia del arte —no importa dónde, ni cómo, ni por qué ni cuándo—, tenemos que mirar primero hacia aquel Ser superior que nosotros adoramos, tenemos que postrarnos reverentemente ante aquel Ser superior que nosotros adoramos y tenemos que asimilar agradecidamente la esencia del arte como un don de ese Ser superior que nosotros adoramos. El arte...
«No —pensó el director—, realmente no puedo exigir a nadie que se trague ciento veinte horas de Bur-Malottke.» «No —pensó—, hay cosas que simplemente no se pueden hacer, ni aunque se trate de Murke.» Volvió a su despacho, conectó el altavoz y oyó cómo Bur-Malottke estaba diciendo: «Oh, Tú, Ser superior, que nosotros adoramos...» «No —pensó el director—, no, no.»
Murke estaba en su casa, fumando tendido en el sofá. A su lado, sobre una silla, había una taza de té y Murke tenía la mirada fija en el blanco techo de la habitación. En su escritorio estaba sentada una hermosa muchacha rubia, que a través de la ventana miraba fijamente hacia la calle. Entre Murke y la muchacha, sobre una mesita, había un magnetofón grabando. No se hablaba ni una palabra, no se oía ni un solo sonido. Se hubiera podido tomar a la muchacha por una modelo fotográfica, tan bella y silenciosa estaba.
—No aguanto más —dijo la muchacha de repente—, no aguanto más, lo que exiges es inhumano. Hay hombres que exigen inmoralidades a las chicas, pero lo que tú me exiges es todavía más inmoral que lo que otros hombres exigen a las muchachas.
Murke suspiró.
—Por Dios —dijo—, querida Rina, tendré que cortar todo esto, sé razonable, sé buena chica y guarda silencio para mí por lo menos cinco minutos más de cinta.
—Guardar silencio —dijo la muchacha, y lo dijo de una manera que hace treinta años hubiera sido calificada de «desabrida»—. Guardar silencio; vaya una invención tuya. No me disgustaría llenar una cinta, pero de silencio...
Murke se levantó y desconectó el aparato.
—Rina, Rina —dijo—, si supieras qué valioso es para mí tu silencio. Por la noche, cuando estoy cansado, cuando tengo que estar sentado aquí, hago correr tu silencio. Por favor, sé buena chipa y guarda silencio por lo menos tres minutos más y no hagas que tenga que andar cortando; sabes perfectamente lo que significa para mí tener que cortar.
—Como quieras —dijo la muchacha—, pero, por lo menos, dame un cigarrillo.
Murke sonrió, le dio un cigarrillo y dijo:
—De esta forma tengo tu silencio en el original y en cinta, qué estupendo.
Conectó la cinta y ambos se sentaron silenciosos frente a frente hasta que sonó el teléfono. Murke se levantó, desvalido se encogió de hombros y descolgó.
—Bueno —dijo Humkoke—, parece que las conferencias están bien, el jefe no ha dicho nada en contra, puede irse al cine, y piense en la nieve.
—¿En qué nieve? —preguntó Murke y miró hacia la calle, envuelta en un brillante sol veraniego.
—Dios mío —dijo Humkoke—, ya sabe que tenemos que empezar a pensar en los programas invernales. Necesito canciones sobre la nieve, cuentos sobre la nieve, no podemos pasarnos la vida con Schubert y Stifter. Nadie parece adivinar la enorme carencia que tenemos de canciones y cuentos sobre la nieve; imagínese que se nos presenta un largo y duro invierno con mucha nieve y heladas, ¿de dónde sacamos nuestros programas sobre la nieve? A ver si se le ocurre algo donde salga la nieve.
—Sí —dijo Murke—, algo se me ocurrirá. Humkoke había colgado.
—Vamos —dijo a la joven—, podemos ir al cine.
—¿Ya puedo hablar? — preguntó ella.
—Sí —dijo Murke—, habla.
Hacia esta hora el ayudante de dirección de la sección de guiones acababa de escuchar de nuevo la obra que iba a transmitirse por la tarde. Le pareció buena. Sólo el final no le había acabado de gustar. Estaba sentado en el control del estudio trece junto al técnico, mordisqueando un fósforo y estudiando el manuscrito.

(Acústica de una gran iglesia vacía.)
Ateo: (Habla en voz alta y clara.) ¿Quién pensará todavía en mí cuando sea pasto de los gusanos?
(Silencio.)
Ateo: (Hablando un poquito más alto.) ¿Quién me esperará cuando me haya convertido de nuevo en polvo?
(Silencio.)
Ateo: (Aún más alto.) ¿Y quién pensará en mí cuando me haya convertido en hojas?
(Silencio.)
El ateo vociferaba en la iglesia doce preguntas parecidas, y ¿qué había detrás de cada pregunta? Silencio.
El ayudante de dirección se quitó de la boca el medio digerido fósforo, se metió otro y dirigió al técnico una mirada inquisitiva.
—Bueno —dijo el técnico—, si se me permite opinar, creo que hay demasiado silencio.
—Eso es lo que me parece —dijo el ayudante de dirección—, incluso el autor opina igual y me ha autorizado a cambiarlo. Que una voz que se limite a decir «Dios», pero tendría que oírse sin la resonancia de la iglesia, tendría que hablar, por así decir, en otro espacio acústico. Pero, dígame, ¿dónde puedo encontrar a estas horas esta voz?
El técnico sonrió y tomó la cajita de cigarrillos que seguía arriba, en la estantería.
—Aquí —dijo—, aquí hay una voz que dice «Dios» con un fondo neutro.
El ayudante de dirección se tragó el fósforo de la sorpresa, se atragantó un poco y el fósforo volvió a su boca.
—No tiene nada de particular —dijo el técnico—, lo hemos tenido que cortar veintisiete veces en una disertación.
—No me hacen falta tantos, sólo doce —dijo el ayudante de dirección.
—Naturalmente, lo más fácil sería cortar el silencio doce veces y pegar en su lugar doce veces Dios —dijo el técnico—, eso en el caso de que usted pueda cargar con esa responsabilidad.
—Es usted un ángel —dijo el ayudante de dirección—, y yo puedo hacerme responsable de ello.
Venga, empecemos. —Contempló feliz los pequeños recortes de cinta mate que había en la cajita de Murke—. Es usted un verdadero ángel. ¡Venga, empecemos!
—Bien —dijo sonriente—; empecemos.
El ayudante de dirección metió la mano en el bolsillo de la chaqueta y sacó una caja de cigarrillos; pero al mismo tiempo agarró un papelito arrugado, lo alisó y se lo mostró al técnico.
—¿No es curioso que en la casa de la radio uno pueda encontrarse estas cursilerías? Esto lo he encontrado en la puerta de mi despacho.
El técnico tomó la estampa, la miró y dijo: —Sí, es curioso —y leyó en voz alta lo que había escrito debajo—: Recé por ti en San Jacobo.

(Fuente: lamaquinadeltiempo.com. Traducción: José Moral Arroyo)

OTROS ARTÍCULOS DE GUSTAVO MARTÍN GARZO EN ESTE SITIO:
("... ¿no son todos los libros, incluso los más grandes, en cierta forma un fracaso? “La palabra humana —escribe Flaubert— es como caldera rota en la que tocamos música para que bailen los osos, cuando querríamos conmover a las estrellas” Un buen libro siempre nos deja perplejos, sin saber qué decir... los escritores, especialmente cuando no son jóvenes ni famosos... solo les queda confiar en la bondad de esos desconocidos que son los lectores ")


("... el origen de esta crisis no está en un Estado fuera de control como se nos repite una y otra vez, sino en un Sistema Financiero tan insaciable como incontrolable del que muchos de nuestros políticos son interesados lacayos. Esto es lo que se callan... "Vosotros con vuestras escuelas, vuestra televisión, lo pacato de vuestros periódicos, vosotros sois los grandes conservadores de este orden horrendo basado en la idea de poseer y en la idea de destruir". Pasolini pensaba que el hombre actual se estaba volviendo insensible al sufrimiento de sus semejantes")


LA PREGUNTA POR LA REALIDAD

("El mundo de los cuentos está lleno de huecos así, fisuras en el tejido de lo existente que abren al niño a zonas de lo real donde viven sus verdaderos deseos... todo eso que somos y tratamos de olvidar nos llama desde ese otro lado de lo real. Los niños son expertos en esas llamadas. Eso es jugar, crear un espacio para que tales voces puedan escucharse. Los cuentos guardan la memoria de todas ellas, por eso le resultan incómodos a los adultos y no suelen gustarles, porque no hablan de lo que son sino de lo que han olvidado... Cuánto durará un niño”, se pregunta Julio Cortázar. Y enseguida responde: “Un niño durará todo lo que duren sus juegos”)


("Todo en esta película resulta perturbador y casi inverosímil, sin embargo no podemos dejar de tener la sensación mientras la vemos de que habla de lo que sucede entre nosotros... de los dueños de la realidad, de su apego al poder y al dinero, de su oculta e insaciable perversidad. ¿No es extraño que el padre elija para recibir el dinero del chantaje un libro de la Constitución Española?... en el territorio de lo Otro. De lo Otro absoluto: la muerte; pero también de lo extraño, lo diferente: el territorio de la santidad, pero también de lo atroz, de lo oscuro, de todo aquello que desafía nuestra cordura")


LA MUCHACHA INDECIBLE

("... al tratar de seguir su rastro no está haciendo sino levantar el acta de su propia memoria y de su propia vida. “Por entonces era ya igual de sensible que ahora en lo tocante a las personas y las cosas a punto de desaparecer”, escribe. Eso es la muchacha indecible, alguien, en quien presencia y ausencia, pensamiento y visión se confunden. ¿Símbolo tal vez de ese sentido, de esa verdad que se esconde cuando tratamos de alcanzarla?")



("Los muertos están en nuestras palabras, en nuestros recuerdos, cuando entramos en un cuarto, cuando recorremos una calle o visitamos un jardín, cuando leemos un libro. Nos siguen a todos los sitios, velan nuestros sueños, se sientan en la mesa con nosotros... Están ahí, pero no debemos volver la cabeza para mirarlos. Sólo el psicótico lo hace... Narrar es escapar a la tiranía de la verdad... El mundo del relato está poblado de personajes que como Hilas nunca regresan... Contar es llevar una lámpara, conformarse con el pequeño espacio de visión que su luz abre en la oscuridad")

("... es el misterio de Santa Teresa, y lo que hace que cinco siglos después de su nacimiento podamos seguir leyéndola con gozo: transforma la religión en poesía. Porque religión y poesía no siempre son lo mismo (y esta es la desgracia de las religiones). La religión nos ofrece respuestas; la poesía nos enseña a amar las preguntas aun sabiendo que no pueden ser contestadas")


("El tema central de El Decamerón será lo humano. No lo humano idealizado, reflejo de un orden superior, sino el ser humano real, con sus virtudes y defectos.Y, por encima de todo, el hombre animado por el deseo... Chesterton escribió que las dos cárceles que amenazan la libertad de los hombres son la cárcel del puritanismo y la cárcel del pesimismo, y El Decamerón logra escapar de las dos y, como el cuarto de los niños, “guarda goces que el puritano no puede prohibir ni el pesimista negar”. El mundo del relato sustituye al paraíso y nos lo recuerda")

("... lo que necesita un niño a los cinco años no es saber leer, sino escuchar música y cuentos, conocer su cuerpo y jugar con él, encontrar palabras y figuras que le ayuden entender lo que siente... La educación ha dado la espalda al complejo mundo de sus afectos y apuesta cada vez más por un individuo adaptado, pragmático, obediente a los códigos de su entorno social... Hay un momento único en que el niño descubre su sombra. Descubre otro yo, alguien que le acompaña en secreto. Ese alguien habita sus pensamientos y sus deseos más íntimos...")



("En el teatro, cuando la función termina, los actores abandonan la escena y regresan exhaustos a sus vidas ordinarias; mientras que aquí los actores siguen apegados a sus personajes y se van por las calles saludando a unos y a otros como si se negaran a aceptar que el telón se bajó. Y lo curioso es que lejos de tomarlos por locos, no son pocos los que les siguen la corriente... La vieja idea de una familia sagrada no debería tener cabida... En España hay tres millones de niños que viven en el umbral de la pobreza...")



("... las locuras de Don Quijote tienen el poder de suspender por un momento el principio de realidad. Su función es abrir una grieta, y, más allá de la lógica, llevarnos a la comprensión profunda e inmediata de una verdad nueva... Nada que ver con la locura. La locura es no tener en cuenta a los otros y pocos héroes los han tenido tan en cuenta como el nuestro. La gran lección de sus aventuras es que un mundo sin justicia no merece la pena... La ironía, para Cervantes, es la capacidad de aceptar las contradicciones de la vida; de aceptar, en suma, que nada es de una sola manera")


("No vemos la realidad, sino sus múltiples simulacros... Vivimos bajo el signo de las copias y los ecos. Bajo del signo de la pobre ninfa Eco...  Dos cosas nos diferencian de la delicada ninfa: la conciencia de su desdicha y su vocación de amor... Mirar tiene que ver con la atención, con la renuncia a poseer, es un acto de amor... Llegar a un lugar sin daño, eso es mirar. Solo el verdadero cine nos lleva a lugares donde ver y soñar se confunden")



("En los planes de estudio desaparecen las asignaturas, como la filosofía y la literatura, que hablan del jorobadito y su pandilla y se sustituyen por otras que solo buscan adoctrinar a los niños... la verdadera cultura no tiene que ver con el deseo de éxito o de notoriedad, sino con el deseo de ser y de saber. El verdadero lector no busca en los libros lo que le halaga o confirma, sino lo que le niega y disloca: busca lo que no tiene... Leer es tirar los dados de nuevo..." “Las músicas oídas son dulces, pero / más dulces son las no oídas”)

("Nuestra vida está llena de preguntas que no podemos evitar hacernos sin descanso. Para mantenerlas vivas y mitigar a la vez la angustia que nos produce no conocer sus respuestas existe el mundo de las fábulas y los cuentos, el mundo inagotable de la ficción. Estamos perdidos y buscamos un camino que transforme nuestra vida en una historia que merezca la pena contar, una historia que nos consuele con su belleza... las religiones nos dicen que ésta no es nuestra verdadera vida y que sólo la muerte puede conducirnos a ella; los cuentos, que el paraíso está en el mundo y que hay que vivir como si fuera posible alcanzarlo. El árbol que canta, el pájaro que habla y el agua de oro... leo para seguir el rastro de luz que dejan en la noche esas moritas cautivas de mi infancia")

("... no filma a los niños para decirnos cómo son sino para mostrarnos cuánto necesitamos su verdad. “Al contrario de lo que leo con frecuencia”, declara François Truffaut, “las películas no pueden hacerse con niños para comprenderlos mejor. Los niños deben ser filmados solo porque los amamos". El cine, en suma, como refugio de significado, esperanza de lo que no ha desaparecido" "En cada escena de la película ('El sol del membrillo') late la nostalgia de esa añorada comunidad humana. Una comunidad amenazada...")


("... también nosotros hemos renunciado a preguntarnos por las causas que hacen que las cosas sean así... ¿Por qué no se obliga a los bancos nacionalizados a dar crédito a las empresas que lo necesitan y no hay un banco público que se enfrente a un problema como el los desahucios? ¿Por qué se permiten los delirantes salarios de la banca? ¿Por qué si tenemos la misma moneda tenemos que pagar distintos intereses por la deuda? ... La última pregunta de Perceval, la más dolorosa de todas, solo puede ser entonces si puede llamarse democracia a esto que tenemos")


SUAVE PATRIA ("La única patria decente (...) es la infancia. Todos tenemos una patria así. En ella están los lugares en los que vivimos, la lengua con que aprendimos a nombrar el mundo y a disipar el miedo a la ausencia de los seres amados... Están los juegos misteriosos, las olorosas fiestas... las primeras lecturas... Y esa patria oculta, secreta, nada tiene que ver con las banderas, los himnos... los tertulianos y los equipos de fútbol que pueblan esos parques temáticos de la identidad a que tan proclives son todos los patriotismos...")

LO QUE AÚN ES NUESTRO (“Me sigo preguntando, añade, si existe algo así como una forma de esperanza en toda escritura poética. (...) Una esperanza que vive en el hecho de decir, y en el lenguaje mismo” (Elisa Martín Ortega, en El lugar de la palabra) No importa la deslealtad de cuantos habiendo sido elegidos para defender el bien común solo piensan en gobernar para sí mismos y los que son como ellos, no importa lo arrasado que descubramos este triste país ni lo injusta y vulgar que nos parezca la sociedad que compartimos, siempre que algo nos hace preguntarnos con asombro “¿qué es?”)
LOS PAÍSES IMAGINADOS ("... La realidad está enferma y necesitamos el elixir de esa flor misteriosa que sólo en los países imaginados florece")
POR UNA ESCUELA PÚBLICA, LAICA Y LITERARIA ("...Las palabras de la escuela deben ser ese ¡ábrete Sésamo! capaz de abrir las piedras y llevar al niño a la cueva donde se guardan los tesoros del corazón humano. Pero también, como las llamas de la cerillera, deben ayudarle a ver el mundo...")

LOS PLACERES SENCILLOS ("El fútbol es como el armario lleno de zapatos de Legrá: una colección de inolvidables momentos y luminosas imágenes que nos dicen que, más allá de nuestras congojas y conflictos cotidianos, en la vida existe la leve e incomprensible felicidad")

CONTRA LA CULTURA DEL DINERO ("Deberían ponerse en los colegios e institutos las películas de John Ford, deberían verlas sobre todo nuestros políticos de derechas y nuestros banqueros")


LA DECADENCIA DE LAS PALABRAS ("Es cierto, sin embargo, que muy pocas veces las palabras han valido menos que hoy... cuanto más hablamos y escuchamos hablar menos parece valer lo que decimos...")

LAS VÍRGENES SUICIDAS ("Los hombres y las mujeres actuales viven sin apenas poner límites a sus deseos, y sin embargo pocas veces han tenido menos cosas que contarse. La ausencia de relatos define su convivencia...")


EL PRÍNCIPE DE LAS TINIEBLAS (SE INCLUYEN ALGUNAS ESCENAS DE LA VERSIÓN CINEMATOGRÁFICA DE F.F. COPPOLA ("Drácula es también, entre muchas otras cosas, una novela sobre la escritura de un libro")





'EL MODELO DE PICKMAN', de H.P. Lovecraft (audio y texto) / 'EL MODELO PICKMAN', ALPHAVILLE

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"No me pidas que te explique, o siquiera conjeture, qué es lo que quemé... Bien sabes tú cuán endiabladamente expresivos eran los cuadros de Pickman, cómo todos nos preguntamos más de una vez de dónde podía sacar aquellos rostros..." 







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NI LUZ, NI MUJERES, por Juan Tallón ('Bartleby el escribiente' y 'La conjura de los necios')

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Ignatius arrugó el gesto... “¿Así que copiar, eh? Yo soy un escritor; dentro de unos años tal vez el más importante del país. ¿Por qué habría de copiar? Tengo mis propias ideas...”. El abogado asintió por cortesía, sin entender nada de lo que pasaba. Por suerte, en ese momento entró un hombre de aspecto serio por la puerta, con el periódico bajo el brazo. Era un tal Bartleby


NI LUZ, NI MUJERES

“Se necesita copista”, decía el anuncio del periódico. No especificaba mucho más, salvo la dirección de un abogado financiero en el distrito de Wall Street. En respuesta, la mañana se convirtió en un hervidero de candidatos entrando y saliendo de sus oficinas. A mediodía se presentó un joven de unos treinta años, que vestía camisa de franela y pantalones de tweed vagamente limpios, y se cubría la cabeza con una gorra de cazador, trasnochada. Estaba rojo y jadeaba como un perro atropellado. Se acercó lentamente al mostrador y se apoyó, para recuperar el aliento. No le sentaba bien madrugar. Eructó. Se sentía hinchado. Lo atribuyó a la obstrucción de la válvula pilórica. Observó con una leve irritación las dependencias, en las que no descubrió una ventana decente por la que penetrasen los rayos del sol. Resultaba angustioso. Sinceramente, no creía que pudiese trabajar allí. Necesitaba el trabajo, pero no al precio de abrir un ventanuco y encontrarse con una pared de ladrillos tiznados de negro por los años y una sombra perpetua. “Wall Street —susurró para sí— es el ejemplo perfecto de que Estados Unidos se tambalean al borde del abismo, y que la caída del sistema medieval solo ha traído caos y demencia”.
Llevaba un minuto allí, cruzado de brazos, y empezó a impacientarse porque nadie lo atendía. Prefería estar en su habitación, descansando. No le gustaba perder el tiempo, o no de aquel modo insulso y agotador, de pie, y sin unas galletas que picotear. Al fin, alguien con aspecto de idiota de cuarta fila, incapaz de aparentar que no se encargaba de los recados, y de barrer y fregar la oficina, se dirigió a él. No tendría ni trece años, calculó. Le pareció un mal comienzo que le enviasen al que entendía de escobas. “Vengo por el anuncio del periódico”, dijo con fastidio, haciendo esfuerzos para no decir que, en realidad, se iba por lo del anuncio. “¿Por cuál, señor?”, preguntó el muchacho. “¿Han puesto varios?”. “No, solo uno, señor”. “Entonces es probable que venga por ese”, afirmó, con total desprecio por la inteligencia del joven.

El jefe de la oficina, que había estado ocupado con otro candidato al puesto, se hizo cargo de la situación. “Ginger, yo atiendo al caballero, puedes retirarte, gracias”, le dijo a su empleado. Su voz era suave, tranquila, incluso demasiado tranquila. Echó un vistazo al señor, sin entender qué vestimenta era aquella. Le preguntó su nombre. “Ignatius Reilly”, respondió. “Como verá —explicó al fin—, esta es una oficina seria y modesta”, y extendió el brazo para que su interlocutor la abarcase con la vista. “Me he fijado. No hay luz solar; y por lo que veo, tampoco mujeres, qué pena; son ustedes lo que se dice unos amantes de la vida vacía”. El abogado no acertó a interpretar el comentario, y lo dejó pasar de largo. Empezó por referirle que, debido a su reciente nombramiento como ayudante del juez en el Tribunal de Justicia, el trabajo había aumentado notablemente. Cada día eran más los documentos legales que había que copiar, siguiendo los principios de buena letra, rapidez y rigor. Reilly bostezó. Estaba seguro de que no encajaría en una oficina donde el trabajo iba a más. No quiso preguntar si habría que madrugar para no derrumbarse del todo.
“En la profesión de escribiente —prosiguió el jefe— es imprescindible verificar la fidelidad de la copia, palabra por palabra. En el fondo, copiar bien es un arte, ¿no piensa como yo? El menor desvío puede ser fatal”. Ignatius arrugó el gesto ante tamaña demostración de catastrofismo. “¿Así que copiar, eh? —preguntó, exhibiendo algunas dudas—. Yo soy un escritor; dentro de unos años tal vez el más importante del país. ¿Por qué habría de copiar? Tengo mis propias ideas. Si me permite la sinceridad, le darían un aire nuevo a esta profesión”. El abogado asintió por cortesía, sin entender nada de lo que pasaba. Por suerte, en ese momento entró un hombre de aspecto serio por la puerta, con el periódico bajo el brazo. Era un tal Bartleby. Cuando se fue el señor Reilly, le hizo algunas preguntas sobre sus credenciales, de trámite, y no dudó en contratarlo. Lo creyó bien dispuesto, trabajador y pulcro. Era la persona idónea para el puesto. ¿Qué podría salir mal?
(Fuente: El País)
PARA LEER LOS DOS LIBROS QUE INSPIRAN EL TEXTO:
("En esta actitud estaba cuando le dije lo que debía hacer, esto es, examinar un breve escrito conmigo. Imaginen mi sorpresa, mi consternación, cuando sin moverse de su ángulo, Bartleby, con una voz singularmente suave y firme, replicó: Preferiría no hacerlo")
(Somos una sociedad mercantil que necesita, para seguir existiendo, consumidores y no lectores. La lectura inteligente y detenida puede alentar la imaginación y fomentar la curiosidad y, por lo tanto, hacer que nos neguemos a consumir ciegamente. Es por eso que Christine Lagarde dijo a sus conciudadanos que se quejaban de la crisis: "Trabajen más y piensen menos".  Madame Lagarde sabía muy bien que un pensador nunca sería un buen consumidor")




LA BÚSQUEDA: 'CUARTELES DE INVIERNO', VETUSTA MORLA

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"Está siendo demasiado largo este duelo, tanto que la próxima vez ya dura demasiado... Se trata de seguir buscando, aunque detrás de la última colina no exista ningún tesoro enterrado. Es la búsqueda la que nos mantiene vivos, y no el tesoro.

Ahora que ya cayeron los bordes, ahora que lo propio ya es ajeno, ahora es el momento de seguir buscando, de seguir volviendo, es el momento de soñar"

En la película 'Blade Runner', había algo que los replicantes apreciaban por encima de todo. Eran sus fotos, esas imágenes que les permitían creer que eran poseedores de recuerdos, es decir, que tenían vida propia, que existían, que no eran mera consecuencia de un sueño que alguien había escrito por ellos. 

Imágenes, recuerdos, que podían conseguir que la búsqueda de una identidad tuviera sentido y no fuera sólo una quimera. Es en esa caja de recuerdos donde habita la motivación para seguir intentando, dejándonos media vida en cada intento, en cada intento de seguir viviendo. Porque vivir, ya nos lo aclaró Ernesto Sábato, es construir futuros recuerdos. Sin embargo,  hablar de recuerdos significa convivir con la distancia, y eso conlleva, inevitablemente, heredar su soledad

Buscar, encontrar esos botiquines para amnésicos que nos permitan desvelar el misterio imposible, que nos liberen al comprobar que no siempre hemos vivido así, dentro del túnel, que salgamos afuera y dejemos de confundir el duelo con nuestro hogar

Está siendo demasiado largo este duelo, tanto que la próxima vez ya dura demasiado. Quizá, las muñecas de hielo puedan derretirse. Quizá ya no quieren seguir siendo testigos de este encierro. Se trata de seguir buscando, aunque detrás de la última colina no exista ningún tesoro enterrado. Es la búsqueda la que nos mantiene vivos, y no el tesoro.

Ahora que ya cayeron los bordes, ahora que lo propio ya es ajeno, ahora es el momento de seguir buscando, de seguir volviendo, es el momento de soñar.

Sólo necesitamos despegar. Aprovechar los impulsos esdrújulos que la música nos regala para saltar, para seguir corriendo.

Que la marea que nos envuelve no nos deje la piel cuarteada, la miel en los labios... las piernas enterradas.

(Luis Enrique Ibáñez)




LETRA:

Una caja de recuerdos
y fiestas de guardar.
Media vida en cada intento
y la otra media en pinzas de metal.
Ya es un clásico
seguir la zanahoria con tu aliento aquí detrás.

Un desorden milimétrico
me acerca hasta el lugar.
Lleva a cabo mi propósito 
de ser cuchillo y presa a la par.
No es tan trágico,
jugar con la distancia y heredar su soledad.

Cuarteles de Invierno
rompiendo su silencio.
Muñecas de hielo,
testigos de este encierro.
Fue tan largo el duelo que al final
casi lo confundo con mi hogar.

Botiquines para amnésicos,
leyendas de ultramar.
Soldaditos pre-soviéticos,
firmé mi Guerra y Paz particular.
Hay un misterio 
de mapas que no llevan al tesoro
ni a epicentros 
a punto de estallar.
Son las leyes de la física
y el tiempo no se pone en mi lugar. 
Ya es un clásico,
perdí el salvoconducto y ahora espero al emisario
... que nunca llegará.

Cuarteles de Invierno
rompiendo su silencio.
Muñecas de hielo,
testigos de este encierro.
Fue tan largo el duelo que al final
casi lo confundo con mi hogar.

Por mucho que vuelvo 
no encuentro mis recuerdos.
Los busco, los sueño; 
lo propio ya es ajeno.
Cayeron los bordes 
y el vaso ya está lleno. 
Y ahora sólo intento vaciar
Sólo necesito despegar.
Fue tan largo el duelo que al final
casi lo confundo con mi hogar.




ENTRADAS RELACIONADAS:


("... la "ambigüedad premeditada" debe ser una premisa innegociable para el quehacer literario, pues sólo agarrados a ella podemos ofrecer al receptor la plurisignificación, y, a partir de ahí, el goce estético que supone el deseo de interpretar. Y creo que Vetusta Morla navega por ahí cuando se pone a escribir... si oímos hablar de "las cartas de amor del banco...", el mensaje se abre, el pensamiento se dispara, galopa, el análisis se regocija...")


("¿De dónde vienen esas palabras que salen de mi boca...?", se preguntaba 'El Innombrable', de Samuel Beckett... "no digo lo que digo, hago lo que no hago", contesta Vetusta Morla... Puede que no seamos nosotros los que estemos hablando. Puede que nosotros seamos hablados por algo, o por alguien. Esto empieza a inquietar, desubicación existencial, masticando confusión, perdidos en un laberinto de sintaxis imposible...")






EL 'ROAMING' NOS SALE MÁS CARO, por Alex Grijelmo / 'DEL ABUSO DE LAS PALABRAS', de John Locke (fragmento)

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"Recordemos a aquel médico a quien preguntaron por qué hacía chequeos (anglicismo que procede de to check) y no revisiones o exámenes (palabras patrimoniales del español), a lo que contestó: “Porque el chequeo es más caro”... del mismo modo, estamos dispuestos a remunerar mejor a un coach que a un profesor de gimnasia. Así que nos conviene mucho escribir “itinerancia”, por si con ese truco abaratamos la broma"

"... no se cuidan de no utilizar palabras que, de entrada, apenas se refieren a ninguna idea clara..."(John Locke)


EL 'ROAMING' NOS SALE MÁS CARO

Los españoles que viajen al extranjero en estas semanas de vacaciones generales y autonómicas deben cuidarse del roaming.Uno se desentiende del roaming y a la vuelta le estará esperando en el buzón el recibo telefónico con un mazo en la mano.
Incluso los propios turistas pueden ser unos roamers, es decir, unos seres errantes, vagantes o vagabundos, que todo eso significa en inglés roamer, adjetivo procedente del verbo to roam: vagar, errar, recorrer.
Con ello se deduce de plano que roaming significa “vagabundeo”, “excursión”. Pero el uso que vemos en la prensa no se refiere a personas errantes, sino a sus móviles; que en cuanto pasan una frontera se ponen a facturar como si fueran el dentista.
Y se extiende el roaming (pronúnciese rouming) como si el español no dispusiera de un término equivalente. Sin embargo, roaming se puede traducir como “itinerancia”, palabra que, pese a proceder de una buena familia, entró a última hora en el Diccionario académico impreso (y definida brevemente como “condición de itinerante”). Sí se hallaba mucho antes en el Diccionario de voces de uso actual, de Manuel Alvar Ezquerra (1994), y también en el Diccionario LID de empresa y economía (2003), dirigido por Marcelino Elosúa, donde se recoge precisamente como la “capacidad de un sistema de telefonía móvil digital para ser usado en varios países”.
Por tanto, quien desee hacerse entender por un público amplio dispone de la palabra “itinerancia”, que equivale a roaming y se descodifica a la primera, a diferencia de lo que les puede suceder a muchos con el término inglés, incluso si hablan ese idioma; porque aquello de “errante” y “vagabundo” puede despistarlos.En latín, iter-itineris significa “camino”, y sirvió para construir “itinerario” y también “itinerante”. Si a la base itiner le sumamos el sufijo -ancia, que sirve para formar sustantivos abstractos en español, obtenemos un vocablo formado con los propios recursos de nuestra lengua y que nos permite reconocer de inmediato los cromosomas que evocan el viaje.
El uso de “itinerancia” ofrecería además un valor adicional. Recordemos a aquel médico a quien preguntaron por qué hacíachequeos (anglicismo que procede de to check) y no revisiones o exámenes (palabras patrimoniales del español), a lo que contestó: “Porque el chequeo es más caro”.
La compañía Iberia nos demuestra también que si viajamos en inglés (business) nos sale más caro que si viajamos en español (turista). Y del mismo modo, estamos dispuestos a remunerar mejor a un coach que a un profesor de gimnasia. Así que nos conviene mucho escribir “itinerancia”, por si con ese truco abaratamos la broma.
(Fuente: El País)


John Locke

Las siguientes palabras de Locke son aplicables, es evidente, al discurso falaz de la mayoría de los políticos, a su constante, y a veces ignorada, manipulación del lenguaje. Decía Octavio Paz que probablemente antes de la corrupción de la realidad, está la corrupción del lenguaje.

'DEL ABUSO DE LAS PALABRAS', de John Locke 
(fragmento)
Además de hablar con la imperfección natural del lenguaje y la oscuridad y confusión que tanto cuesta evitar en el uso de las palabras, los hombres cometen errores voluntarios y descuidos al comunicarse que vuelven la significación de los signos aún menos clara y distinta de lo que ha de serlo por naturaleza (...)
Existen ciertas palabras que cuando se las examina demuestran no significar ninguna idea clara y distinta, ni respecto a su origen ni a su uso apropiado. En su mayoría las han introducido las distintas sectas filosóficas y sectas religiosas. Sus autores, o promotores, bien por afectar algo original y fuera del alcance de las preocupaciones comunes, bien por fundamentar opiniones extrañas u ocultar alguna debilidad de sus hipótesis, rara vez se privan de acuñar palabras nuevas, pero tras examinarlas, puede llamárselas con justicia términos insignificantes (...)
Hay otros que no se cuidan de no utilizar palabras que, de entrada, apenas se refieren a ninguna idea clara y distinta, usan de manera familiar con imperdonable negligencia, palabras que en el lenguaje apropiado se asocian a ideas muy importantes, sin darles ningún significado distinto: sabiduría, gloria...

La gente adopta las palabras que oye a sus vecinos, y para no parecer ignorante de lo que estas significan las emplea a sus anchas, sin romperse la cabeza en pos del sentido exacto. Además de comodidad, obtiene de este modo una ventaja: pese a que en su discurso rara vez tiene razón, rara vez puede probarse que se equivoca, porque querer sacar del error a quien no tiene nociones establecidas es como querer echar de su morada a un vagabundo que no tiene domicilio fijo (...)

(Fuente:'Del abuso de las palabras', John Locke, edit. Taurus)
ACERCA DE JOHN LOCKE:
 Pensador inglés, máximo representante de la doctrina filosófica del empirismo. Nacido el 29 de agosto de 1632 en Wrington (Somerset), estudió en la Universidad de Oxford, donde impartió clases de griego, retórica y filosofía moral desde 1661 hasta 1664. En 1667 inició su relación con el político inglés Anthony Ashley Cooper, primer conde de Shaftesbury, de quien fue amigo, consejero y médico. Shaftesbury consiguió para Locke algunos cargos menores en el gobierno. En 1669, en el desempeño de una de sus funciones oficiales, Locke redactó una Constitución para los colonos de Carolina, en Norteamérica, que nunca llegó a ser aplicada. En 1675, después de que Shaftesbury hubiera perdido el favor de la corona, Locke se estableció en Francia. Regresó a Inglaterra en 1679, pero debido a su oposición a la Iglesia católica, que contaba con el apoyo de la monarquía inglesa en esa época, pronto tuvo que regresar al continente. Desde 1683 hasta 1688 vivió en las Provincias Unidas y tras la llamada Revolución Gloriosa de 1688 y la restauración del protestantismo, regresó de nuevo a Inglaterra. El nuevo rey Guillermo III de Orange lo nombró ministro de Comercio en 1696, cargo del que dimitió en 1700 debido a una enfermedad. Falleció el 28 de octubre de 1704 en Oates. El empirismo de Locke hizo hincapié en la importancia de la experiencia de los sentidos en la búsqueda del conocimiento en vez de la especulación intuitiva o la deducción. La doctrina empirista fue expuesta por primera vez por el filósofo y estadista inglés Francis Bacon a principios del siglo XVII, pero Locke la dotó de una expresión sistemática en su Ensayo sobre el entendimiento humano (1690). Afirmaba que la mente de una persona en el momento del nacimiento es como una tabula rasa, una hoja en blanco sobre la que la experiencia imprime el conocimiento, y no creía en la intuición o teorías de las concepciones innatas. También mantenía que todos los individuos nacen buenos, independientes e iguales. Locke criticó en sus dos Tratados sobre el gobierno civil (1690) la teoría del derecho divino de los reyes y la naturaleza del Estado tal y como fue concebido por el filósofo y teórico político inglés Thomas Hobbes. Afirmaba que la soberanía no reside en el Estado sino en la población, y que el Estado es supremo pero sólo si respeta la ley civil y la ley natural. Mantuvo más tarde que la revolución no sólo era un derecho, sino, a menudo, una obligación, y abogó por un sistema de control y equilibrio en el gobierno, que tenía que tener tres ramas, siendo el poder legislativo más importante que el ejecutivo o el judicial. También creía en la libertad religiosa y en la separación de la Iglesia y el Estado. La influencia de Locke en la filosofía moderna ha sido muy grande y, con su aplicación del análisis empírico a la ética, política y religión, se convirtió en uno de los filósofos más importantes y controvertidos de todos los tiempos. También escribió Pensamientos sobre la educación (1693) y Racionabilidad del cristianismo.

(Fuente: epdlp.com)
ENTRADAS RELACIONADAS:
("... nos invaden ahora anglicismos que tenían palabras equivalentes en español: cada una con su matiz adecuado a su contexto. Ocupan, pues, casillas de significado donde ya había residentes. Y así acaban con algunas ideas y con los vocablos que las representaban... La riqueza de nuestro lenguaje depende de lo que decimos pero también de lo que dejamos de decir... y por tanto perdemos. El problema no es que lleguen anglicismos, sino que se rodeen de cadáveres")


("Desde que las insignias se llaman pins; los homosexuales, gays; las comidas frías, lunchs, y los repartos de cine, castings, este país no es el mismo. Ahora es mucho más moderno.Durante muchos años, los españoles estuvimos hablando en prosa sin enteramos. Y, lo que es todavía peor, sin damos cuenta. siquiera de lo atrasados que estábamos. Los niños leían tebeos en vez de comics, los jóvenes hacían fiestas en vez de parties, los estudiantes pegaban posters creyendo que eran carteles, los empresarios hacían negocios en vez de business...")


("Y dicen coach a pesar de que hallaremos un porrón de términos equivalentes en español: adiestrador, entrenador, preparador, supervisor, tutor, instructor, asesor, profesor… Muchas palabras, sí, pero sin el mismo prestigio. Lo que se dice en inglés nos suele parecer más importante... ¿Qué nos está diciendo todo esto? Tal vez lo que muchos piensan al leer cada mensaje: “Ah, esto no lo entiendo. Está en inglés, así que debe de ser muy bueno”)

MÁS ARTÍCULOS DE ALEX GRIJELMO EN ESTE SITIO:


(... empleo” iguala injustamente a quien antes mantenía con holgura a sus hijos y a quien ahora no gana ni lo justo para pagarse el sustento propio...  una palabra grande que, con la omisión intencionada de todo matiz adicional, manipula el pensamiento inocente" (Alex Grijelmo) "... se agacha demasiado dentro de veinte años... no podrá enderezarse..."(Mario Benedetti)


("... los poderosos no sólo se atribuyen esfuerzos propios, sino también los que conciernen a los contribuyentes... no se puede llamar “austeridad” a la impuesta mediante la cercenadura de ayudas y derechos... no se debería llamar “esfuerzo”, sino daño, a quedarse sin casa, a perder una indemnización o a salir despedido de la empresa. El esfuerzo se brinda. El daño se recibe")

("... verbos que, con acierto o sin él, no sólo interpretan o describen, sino que se adentran en el espíritu de quien habla.... Vale la pena por ello prevenirse ante los verbos calificativos, que pueden ser tan discutibles, manipuladores o injustos como un adjetivo, sobre todo si se cuelan en un texto de aparente objetividad")

NO SE DESCARTA... LA TRAMPA

("... políticos y periodistas elevan a rango de noticia muchos “no se descarta que”, “no descarto que”, “no descartó que”, pese a tratarse de una locución vacía... y a veces marrullera.Por tanto, el verbo “descartar”, si se usa acompañado de un adverbio de negación, anda entre el ni fu ni fa... decir que no se descarta algo equivale a no decir apenas nada... aceptar eso implica acoger con júbilo que las palabras signifiquen algo distinto de lo que significan" )

("... circulan expresiones como “subalimentación”, “desnutrición” y cualquiera otra que evite decir “el hambre”; vocablos que arrinconan a la palabra que más duele... se nos van los vocablos que laten y se nos quedan los términos disecados, sujetos con un alfiler en las hojas de los periódicos... Y esos esqueletos andantes sustituyen cada vez más a palabras de cuerpo y alma, que van cayendo a las fosas mientras sus radiografías se levantan y caminan entre nosotros")

("La gramática y su aplicación adecuada sirven para ordenar las ideas y construirlas de forma más inteligible. La ortografía y la sintaxis son la ropa que se ponen nuestros argumentos para salir a la calle. Con ella nos observan los demás y con ella se hacen una idea de cómo somos... Todavía la imagen física provoca más preocupación y despierta mayor interés que el ropaje intelectual")

LOS ERRORES QUE SE RECONOCEN EN SUBJUNTIVO

("La irrealidad engloba la incertidumbre, la conjetura, la posibilidad, las emociones y las obligaciones (sobre todo si no se han cumplido). Es decir, el subjuntivo representa lo subjetivo, frente a la sensación de objetividad del indicativo... No se puede rectificar un error si no se admite sin tapujos, si no se analiza por qué se cometió, si no se aceptan sus detalles, con la autoría o con la parte de responsabilidad o de culpa que hay en él; si no se presenta en el lado de la realidad... Quizá no debamos confiar mucho en que se estén asumiendo de verdad los errores reconocidos en subjuntivo" )

("Toda información incluye una perspectiva. Todo lo miramos desde algún punto, real o imaginario... Se informó hace días de que el paro había bajado en 64.405 personas durante el mes de diciembre, y los titulares de prensa recogieron esa opción. También habría sido posible destacar que “4.447.711 personas continuaron sin empleo”... No consideramos noticia lo que sigue como estaba, sino aquello que cambia... algunas perspectivas se adoptan con cierta arbitrariedad o interés...")

("La vida y la gramática se parecen pero no son lo mismo... Los pronombres demostrativos nunca han sido capaces de demostrar nada. El idioma español tiende al uso activo frente al pasivo, a diferencia de lo que ocurre ahora en la contabilidad.
Los posesivos son a menudo pura ilusión. Decimos “duermo en mi casa” o “voy a mi empresa”. Pero “mi casa” es del banco. Y “mi empresa” es de… ¡anda, qué casualidad!")
(Ay, que manía tienen... cuando la realidad les agrede, nunca se refieren a ella con su verdadero nombre. "A veces procuramos no poner nombre a algo... Para combatir algo, hace falta conocerlo y nombrarlo. Es decir, asumirlo como real; y enfadarse con palabras reales. Los vocablos inconcretos sirven para salir del paso pero transmiten escasísima confianza al paciente (que tenderá a impacientarse). Nos hablan de regeneración. Pero mal empezamos si quienes dicen enfrentarse a la corrupción no se atreven siquiera a mirarla a los ojos y llamarla por su nombre")
("... sabemos que las palabras no sólo significan sino que también evocan. Y evocan porque se contaminan... Cuando escuchamos esa expresión, todos nos quedamos más tranquilos... tiende a poner en igualdad de condiciones al agresor y a su víctima, quienes supuestamente saldan con la sangre un desequilibrio en su balanza de agravios... Los ultras, los delincuentes... también forman parte del género humano")
ARRANCAR UN VERBO PEGAJOSO

("Las etapas, los congresos, los campeonatos no empiezan o comienzan: arrancan. Las obras, los empeños o los programas no se acometen, se emprenden o se inician: arrancan. Los procesos, las tormentas o los acontecimientos no se desencadenan o se desatan: arrancan. Las ideas no se activan o se impulsan: arrancan. Y, luego, cuando se trata de arrancar el coche, resulta que lo ponemos en marcha")

("El idioma nos sirve para comunicarnos, y todas sus herramientas son buenas o malas en función de los interlocutores. Muchos vocablos expresan lo que tanto el emisor como el receptor entienden... “Pifostio” tampoco ha entrado en el nuevo Diccionario, y sin embargo miles de lectores entenderán la oración “se montó un pifostio”... “Jo, tengo la pantalla de la tableta muy dedoseada”)

(Acerca de una palabra amable que, además de ser maltratada, es utilizada para mafiosos cambios semánticos. "... el Consejo de Administración de Telefónica había aprobado una aportación única de 35 millones de euros para el “plan de pensiones” de su presidente... La voz “pensión” nos evoca de ese modo el esfuerzo previo y el pequeño fruto de lo que se logra al ahorrar de a poquito... ahora nos topamos con un nuevo sentido de “pensión”: una pensión rica, tremendamente rica incluso; que se beneficia de la connotación de la palabra pero se parece poco a las circunstancias en que este prestigio se ha forjado")

(Sobre significado y sentido, dos conceptos con los que algunos juegan demasiado bien... cuidado con ellos. "Esa técnica de llevar al lector a entender lo que no se dice (estudiada en la pragmática, una rama de la lingüística) se usa con demasiada frecuencia en la prensa, en el lenguaje político y en el sindical. ¿Se está mintiendo cuando se induce a una conclusión falsa? Como explica Williams, si vemos a un ciego que camina hacia un precipicio y no le advertimos de ello, nosotros no lo matamos; pero ¿qué diferencia hay?")
("... los agentes actúan antes de preguntar y de analizar. Arrojan a la persona inmigrante al otro lado de la linde sin saber si está enferma o exhausta, sin decirle ni buenos días, sin saber si es objeto de persecución política o discriminatoria, si ha caído en una red de trata de personas o si huye de un violador... la lavadora de palabras ya se ha puesto en marcha. El poder y su entorno no hablan de "expulsiones en caliente", sino de que se quiere "adecuar la ley a la práctica" )
(Para la reflexión y el debate. Cuando tratamos el tema de 'El lenguaje periodístico' con nuestros alumnos de Bachillerato, hacemos especial hincapié en la obligación que tienen los distintos medios de comunicación de diferenciar claramente los géneros informativos, por un lado, y los géneros de opinión, por otro. A raíz del falso documental (falsedad aclarada al final del programa) emitido en el famoso programa de Jordi Évole sobre el intento de golpe de estado del 23-F, Alex Grijelmo reflexiona sobre las difusas fronteras que separan información, opinión... y ficción. "El programa de La Sexta se hallaba en su derecho de ofrecer un espectáculo, o una provocación para demostrar lo fácil que resulta engañar a un público. Pero lo estaba haciendo con un formato que los telespectadores habían entendido, hasta ese momento, destinado a contenidos rigurosos, serios, precisos. Un formato de documental")
("Este cibermundo sin jerarquías vivirá mucho tiempo. Por eso convendría responder a su desafío reforzando las estructuras previas del pensamiento de los escolares, de modo que procesen con inteligencia la información desestructurada, tan inadvertida como fenómeno que ni siquiera la calificamos con ese adjetivo. Casi nadie usa una palabra de connotación negativa para algo que ahora se ve tan prestigioso")

("... las palabras tienen su propio inconsciente y, por tanto, se pueden psicoanalizar también... El lenguaje político está repleto del verbo “querer”, pero con la idea dentro de él de hacer, de decidir, de ordenar... si entre el “quiero” de un ciudadano y el logro de su anhelo media un tramo largo, apenas se aprecia distancia psicológica entre estos “quiero” tan repetidos por los poderosos...)

("Los políticos abusan de estas fórmulas, que suelen sonarnos ajenas. Nuestra desconfianza se activa quizás con dos indicios: lo artificioso del vocablo y el hecho de que sólo se pueda pensar en su lado bueno, pues casi nunca tienen un antónimo simétrico... En esto se ha producido una nueva expropiación de la calle, y también de las palabras. Podían haberlo denominado internalización, sin embargo se llamó casting. Ya está todo listo para que algún día ese vocablo pueda funcionar como eufemismo de la censura")
("... resulta curioso que las mismas personas que dicen "catalanes y catalanas", o "españoles y españolas", o "murcianos y murcianas", para que las catalanas, las españolas y las murcianas no queden fuera del discurso, acudan luego a fórmulas como "Cataluña no está de acuerdo", "España piensa tal cosa" o "Murcia prefiere", expresiones con las cuales se silencia a los ciudadanos y ciudadanas que, dentro de esos sujetos colectivos, tienen posiciones divergentes... cualquier catalán puede presumir, si así lo desea, de que en su tradición literaria figuren tanto el Quijote como Tirant lo Blanc, obras ambas que leerá sin problema en la lengua original")
("... una cosa es el sistema de la lengua, que permitiría esa fórmula, y otra el empleo que cada cual decida hacer de ella. Quizás a muchos eso del “natural” les suene poco natural, paradójicamente; pero se les podría replicar que más raro será el derechazo de un zurdo... el genio del idioma lo adapta todo cuando esa actividad se populariza. Entonces los complejos iniciales ante el inglés se desvanecen y ya no hace falta distinguirse con palabras selectivas")
("Un objeto no puede sentirse ofendido. Tampoco una idea. Por mucho que lo intentemos... ¿cómo se pueden regular las ofensas y los ultrajes a España, a la bandera, a las comunidades y, ya puestos, también a los ayuntamientos, las diputaciones, las comarcas, las vegas y los valles? Malamente... Está en marcha una ley que se prevé incluya palabras desviadas de su significado, como “ofender” o “ultrajar”; verbos que tampoco se realizan por sí mismos, sino que necesitan la contribución del complemento que recibe la acción. Y los complementos de esta ley no pueden contribuir a ello porque no son personas")
("... comprobamos a veces que alguien se queda más ancho que largo ante un caso de corrupción tras anunciar que “se van a depurar responsabilidades”. Y cuando un significado se fuerza, cuando no responde a lo que el Diccionario viene diciendo de él, conviene reflexionar al respecto. Sobre todo si la manipulación semántica procede del poder, ya sea político, económico o sindical: cuando viene de los que pontifican ante el micrófono, y no de lo que circula entre el pueblo... esas expresiones hacen luego que algunos se sientan cómodos al proferirlas, porque inconscientemente les sirven de escondrijo... nos gustaría más que ... se propusieran en su lugar “la dimisión de todos los culpables")

("Cristiano Ronaldo no recibe el apelativo de “inmigrante”, sino el de “extranjero”, pese a que técnicamente cumple los requisitos del inmigrante... los hijos de los inmigrantes marroquíes o colombianos de empleos más menestrales tienen reservado otro nombre en las estadísticas y en nuestro imaginario: son “inmigrantes de segunda generación”... ... a menudo les negamos lo más definitivo, lo que va por la vía emocional: las palabras. La palabra español, la palabra igual, la palabra votante, la palabra ciudadano, la palabra vecino, la palabra contribuyente. El término “inmigrante”, hereditario además, las aniquila todas, ocupa sus espacios y, a veces, también arrincona los derechos que se vinculan a ellas")
("La pragmática (una rama de los estudios sobre el lenguaje) estudia el sentido de lo que decimos por encima del significado que tenga cada palabra pronunciada. Abundantes análisis han ido descubriendo y precisando los mecanismos que nos conducen a inferir obligatoriamente aquello que no se ha dicho y que, sin embargo, forma parte de lo que estamos diciendo")
(Alex Grijelmo nos regala un paseo generoso por esa ciencia tan española, la del insulto popular, ciego. "En un hipotético código penal de los insultos, algunos (como “nazi”) deberían acarrear una indemnización severa, y otros sólo una buena multa pagadera en cómodos plazos. Pero todos ellos han de provocar la descalificación simétrica de quien los ha proferido; nunca la de quien los recibe. Así que, por favor, señorías: ya que van a descalificarse ustedes mismos, les sugerimos que insulten con más cuidado.")
("La política y el periodismo abundan en pleonasmos malos. Y queríamos llegar hasta aquí para preguntarnos si la abundancia de pleonasmos no implicará que algunas personas están dejando de creer en la fuerza de muchas palabras y en sus significados redondos... Quienes se expresan así imaginan acaso fisuras en las palabras más sólidas; o quizás esos vocablos se les han desgastado por su desempeño falso y artificial... Dentro de un cuento infantil o dentro de algún que otro programa electoral")

("El episodio da pie a deducir un Cervantes que asume el léxico hermano (también escribe lladres, en vez de ladrones) y que retrata el deseo de entendimiento de la época por encima de diferencias entre catalanes y castellanos o bandoleros y caballeros... ... Pistoletes o pedreñales, galgos o podencos, amigo Sancho, son poco más que palabras, sí. Pero con palabras creamos la amistad y la convivencia, y a veces las palabras son en sí mismas hechos que hablan")

(“Auditoría”, “evolución”, “sostenible”, ”crecimiento”, ”racionalizar”, “transparencia”… son vocablos de prestigio... palabras de prestigio se impregnan de respeto y bendicen todo cuanto tocan, pues llevan dentro connotaciones positivas, objetivas, ajenas al debate. Y que a veces nos engañan... ... El discurso político regala vocablos como estos, que endulzan la frase... valdrá la pena fijarse bien en todas las palabras que haya alrededor")
(Una lección de gramática para hacer una crítica al, con tanta frecuencia, falaz lenguaje de los políticos. "Los políticos (por acá y por acullá) abusan de la ambigüedad y de los conceptos amplios: “Futuro”, “libertad”, “institucionalización”... Es el lenguaje que le sirve al poder, no el que le sirve a la gente. Y cuando ellos se expresan así, los demás tenemos derecho a decidir que preferimos sustantivos precisos y verbos con todos sus complementos")

(Por eso son tan importantes los matices que, en nuestro idioma, las formas verbales nos regalan. Son inmensas las posibilidades que, por ejemplo, la coexistencia del pretérito perfecto simple, el pretérito imperfecto y el pretérito perfecto compuesto, pongamos, abren para nuestra expresividad... y también para la manipulación. Qué razón tiene el autor, porque ¿cuánto duró tu error, amiguete? 
"Esa elección (“en dos palabras”) de la forma “me equivoqué”, cuyo tiempo verbal (pretérito perfecto simple) presenta además la acción como terminada hace mucho, modifica nuestra percepción subliminal de lo ocurrido. Al ser expresada de ese modo, se reducen los daños al momento en que una persona decide apoyar a otra porque confía en ella. Y se diluye la circunstancia de que el nombrado defraudó una y otra vez esa confianza, y no de repente ni de forma inopinada, sino martilleando...")

("Dentro de la misma maniobra, la expresión “rueda de prensa” se va arrinconando para dejar paso a esta “comparecencia” voluntaria. El compareciente, además, suele explicarse de pie, con tribuna o atril, en posición superior. No con la cabeza a similar o inferior altura como sucedería en el juzgado. Para eso es un alto cargo, para estar en alto")

("La verdad jurídica de las palabras difiere a veces de su verdad semántica y etimológica, y de cómo las entiende la sociedad. Eso suele generar disgusto y derivar en controversia; pero, sobre todo, alienta la desconfianza.... generalmente el sentido de las palabras coincide con el sentido común")



("El problema sobreviene cuando alguien se topa con un lenguaje vulgar en un ámbito donde esperaba un léxico esmerado, o, por el contrario, cuando quien está diciendo algo suelta unas cuantas frases pedantes que no casan con el ambiente de desenfreno y cachondeo que le envuelve")


("Las oraciones adversativas y las concesivas muestran a veces nuestro subconsciente: Alguna vez habremos oído: “Es un restaurante marroquí, pero muy bueno”, o algo similar. Y ahí la conjunción “pero” delata el pensamiento estropeado.... en algunas ocasiones los periodistas transferimos nuestros prejuicios junto con la información que difundimos.")


("... La austeridad consiste ahora en que las medicinas se conviertan para muchos en un lujo... en que llegar a fin de mes constituya todo un alarde. Austeridad es que a alguien lo echen de su casa y que por tanto recorte sus gastos en calefacción y en electricidad.")


("Tal vez la calidad de la vida pública se pueda medir contabilizando el léxico circulante (cabría componer un índice con el aumento de eufemismos, la abundancia de archisílabos o la profusión de tecnicismos oscuros); pero también la calidad de los periódicos tendrá algo que ver con el número de rumores que publiquen.") 






'EL GRITO DE UN OLIVO', por Manuel Rivas / 'SONREÍR CON LA ALEGRE TRISTEZA DEL OLIVO, de Miguel Hernández / 'MURMURATION'

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"Y un cuento que sueña. Somos sombras que sueñan. Bravo. Necesitamos cuentos, esas historias que germinan en la memoria profunda como las raíces del olivo. El olivo se puede amputar, quemar, pero si conserva las raíces, rebrota. El cuento es ese lugar donde se desnace y renace..."

"Sonreír con la alegre tristeza del olivo.
Esperar. No cansarse de esperar la alegría..."

Paisaje con olivos, de Vincent van Gogh

EL GRITO DE UN OLIVO

Iciar Bollaín está rodando este verano una nueva película en la que el protagonista principal es uno de los personajes más fascinantes del universo: un olivo. La historia de un árbol milenario arrancado de un olivar del Bajo Maestrazgo, en el Mediterráneo, para ser replantado como adorno en Düsseldorf, Alemania.
Ella dice que tiene la forma de un cuento. Un cuento con un principio de realidad sobre lo que ha pasado en este país y en Europa en los últimos años. Y un cuento que sueña. Somos sombras que sueñan. Bravo. Necesitamos cuentos, esas historias que germinan en la memoria profunda como las raíces del olivo. El olivo se puede amputar, quemar, pero si conserva las raíces, rebrota. El cuento es ese lugar donde se desnace y renace. Una penumbra tocada por la luz. Nabokov defendía que el origen de la gran ficción, literatura o cine, estaba en cuentos primitivos como el del pastor y el lobo. En esos cuentos germinales estaban muy presentes el peligro, la injusticia y el miedo. Sobre todo un tipo de miedo que atraviesa la historia y corroe las entrañas: el miedo al abandono.
El olivo es un personaje real y un símbolo. Solo le falta hablar para ser un testigo de cargo. O habla a su manera. Hablar hablan en el Paisaje con olivos, de Vincent Van Gogh. Son árboles que se retuercen y gritan como lo hace el humano en El grito, del pintor noruego Edvard Munch. Ese es el sentimiento que desgarra al abuelo Luis, el patriarca de la familia que se desprendió del olivo. Lo vendieron contra su voluntad, por el valor de un pequeño alivio en tiempo de crisis. El viejo se ha quedado desgajado de la tierra: a-terrado. No habla. Finalmente, tampoco come. En el “cuento” de El olivo, con guion de Paul Laverty, aparece una heroína contemporánea, Alma (Anna Castillo), la nieta de Luis. Una muchacha de aire punk, que trabaja en una granja de cría de pollos, frágil y fuerte a la vez, que con la complicidad de otra víctima de la crisis, su tío Alcachofa (Javier Gutiérrez), se atreve a la “transgresión” y a la “prueba” de intentar recuperar el “objeto mágico desaparecido”. Y eso exige una “partida”. Plantarse en Alemania.
En el lenguaje religioso, en la época medieval, se distinguía entre el sermón humilde y el sermón sublime. La sensación que tenemos ante un árbol, y más ante un viejo árbol, es que es una expresión de lo humilde y lo sublime a la vez. Hay una gran verdad en comparar la arquitectura de un buen árbol con una catedral. Hay una voluntad de unir cielo y tierra. Y todavía mejor se alberga una nube de estorninos: Murmuration le llaman los ingleses a esa insigne bandada. La visión de un árbol caído, abatido, aunque sea por una decisión motivada, resulta inquietante para la mirada humana. El de “No hacer leña del árbol caído” es uno de los mejores logros éticos del refranero español, aunque es lástima que predomine la escuela vejaminista de “A perro flaco, todo son pulgas”.
“La patria del hombre es la infancia”. Es muy célebre y celebrada esta definición del poeta alemán Rilke, pero a mí me convence más la del poeta canario Nicolás Estévanez Murphy que tuvo la valentía de escribir: “Mi patria no es el mundo; / mi patria no es Europa; / mi patria es de un almendro / la dulce, fresca, inolvidable sombra”. Y eso que Estévanez, hay que decirlo, además de ministro de la Primera República, fue un pionero europeísta en el exilio. Pero digo lo de valentía poética porque hubo muchos que le tomaron el pelo con la sombra del almendro. Entre ellos, Miguel de Unamuno, que después de visitar en La Laguna la casa nativa del poeta y el almendro, va y escribe: “¡Pobre del que no tiene otra patria que la sombra de un almendro! Acabará por ahorcarse en él”. No creo que ni Estévanez ni el almendro se mereciesen semejante hostialidad.
También el cine es como un olivo. Hay que tener mucho cuidado con lo que se arranca. Los árboles son buena gente. Podríamos tomar por excepción bélica la del bosque de Birnam, que se mueve en la noche, justiciero, hacia el castillo de Macbeth. A lo largo de la historia, siempre ha ocurrido lo contrario. Es lo que podríamos llamar la “violencia catastral”. Los olivos han sido víctimas frecuentes. No sé si un olivo es una patria, pero una excavadora arrancando de raíz un campo de olivos es, además de una barbaridad ecológica, una profunda humillación que se lleva todo por delante: la sombra, la patria y hasta la infancia.
(Fuente: El País Semanal, 02-08-2015)

Sonreír con la alegre tristeza del olivo.
Esperar. No cansarse de esperar la alegría.
Sonriamos. Doremos la luz de cada día
en esta alegre y triste vanidad del ser vivo.

Me siento cada día más libre y más cautivo
en toda esta sonrisa tan clara y tan sombría.
Cruzan las tempestades sobre tu boca fría
como sobre la mía que aún es un soplo estivo.

Una sonrisa se alza sobre el abismo: crece
como un abismo trémulo, pero valiente en alas.
Una sonrisa eleva calientemente el vuelo.

Diurna, firme, arriba, no baja, no anochece.
Todo lo desafías, amor: todo lo escalas.
Con sonrisa te fuiste de la tierra y del cielo.




 Murmuration 
(Música:'Primavera', de Ludovico Einaudi)









'GOLPE DE ESTADO EN GRECIA', por Clara Serrano / 'INFORME DE UNA INJUSTICIA", de René Castillo

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"... en la UE nos gobierna una banda de mafiosos, y no es posible, por mucho que se ganen unas elecciones o un referéndum, desobedecer a los mercados...
El mensaje que están enviando los poderes financieros a la población europea es que aquí no hay alternativa, que las decisiones no se toman en los Parlamentos, que no hay democracia que valga..."(Clara Serrano)

"Este es el mundo libre, dicen"(René Castillo)



Te puedo prestar dinero para salvar tu sistema financiero, pero a cambio tienes que hacer lo que yo te ordene, con independencia de lo que quieran tus electores. Así funciona en este momento la UE

GOLPE DE ESTADO EN GRECIA


En Grecia ganó las últimas elecciones Syriza con un programa que pretendía sacar a la economía griega de la crisis en la que estaba sumida con una receta distinta a la de la austeridad, que es la que se ha venido aplicando en todos los países de la UE. La austeridad -en forma de privatizaciones, recortes salariales, y desregularización del mercado de trabajo- se ha mostrado como una vía completamente ineficaz para resolver los problemas que amenazan a la población europea (el creciente paro, la desigualdad social, la deuda), problemas que están teniendo consecuencias catastróficas inmediatas sobre la vida de las personas. Los gobiernos anteriores al de Syriza aplicaron disciplinadamente las recetas dictadas por la Troika, (BCE, FMI y CE), una alianza de organismos que se encuentra fuera del control democrático, y que vela por los intereses de los llamados mercados -los poderes económicos y financieros. La Troika pone una serie de condiciones a los gobiernos a cambio de recibir los rescates financieros que impiden que la banca pierda liquidez y evitando que la economía del país llegue a una situación de bancarrota. Así ha sucedido en Grecia durante los últimos años. Pero, hay que tener muy en cuenta que no se trata de rescates que favorezcan a la población, por mucho que nuestros dirigentes políticos estén intentando vender la idea de que los países de la UE hemos sido muy solidarios con Grecia, un país, al parecer, lleno de vagos y de funcionarios multimillonarios, que han estado viviendo a costa de los trabajadores europeos. Lo que se ha rescatado en Grecia ha sido a las entidades financieras, y en realidad, a los bancos alemanes y franceses, principales tenedores de deuda pública griega. Así lo ha reconocido en una carta Olivier Blanchard, principal economista del FMI, quien dice expresamente que la mayor parte de los rescates ha ido a parar a bancos con sede en Francia y Alemania. La increíblemente grande deuda griega tiene su origen no en el gasto público, sino en la transformación en deuda pública de la deuda privada generada por la banca. El problema de la deuda es una especie de espiral infinita, pues para impedir la quiebra de la economía se acude a nuevos rescates financieros, cuyos intereses se suman a la deuda ya existente, deuda que tiene que pagar el Estado, es decir, la gente. Sin duda, la deuda funciona como un eficaz instrumento de chantaje político: tu economía se está hundiendo y estás en peligro de dejar de ser solvente. Te puedo prestar dinero para salvar tu sistema financiero, pero a cambio tienes que hacer lo que yo te ordene, con independencia de lo que quieran tus electores. Así funciona en este momento la UE.


¿Cómo salir de la espiral? Syriza ganó las elecciones con un programa en el que se comprometía a emprender un camino distinto. Para solucionar los problemas de la economía griega Syriza planteaba la necesidad de llevar a cabo una serie de reformas en la economía que favorecieran los intereses del pueblo griego, obedeciendo así el mandato principal de todo gobierno democrático. Para ello es imprescindible buscar una solución al problema de la deuda pública, que actualmente representa el 180 % del PIB. La solución pasa por una reestructuración de la deuda, que puede llevarse a cabo de distintas maneras: en forma de quita, a través de moratorias o a través de una rebaja de los tipos de interés. Que la solución pasa por la reestructuración lo han dicho muchos economistas, e incluso el FMI ha hablado de la necesidad de una quita. Lo que el gobierno de Syriza ha planteado desde el principio es, pues, algo de sentido común, como han declarado muchos economistas, algunos de ellos premios nobel en economía, y no la ocurrencia de unos fanáticos, como quieren hacer pensar a la opinión pública las elites europeas, empresa a la que están contribuyendo eficazmente los medios de comunicación, y algunos intelectuales, como por ejemplo en nuestro país Fernando Savater que ha escrito hace unos días un repugnante artículo en El Pais en el que acusa a Syriza de haber apelado a la “bestia sarnosa del nacionalismo” por haber convocado un referendum democrático. La única salida posible pasa por una reestructuración de la deuda griega, porque el pago de la deuda y de los intereses mantienen a la economía griega completamente ahogada. Para poder llevar a cabo reformas en la economía e incentivar el crecimiento económico, el Estado tiene que poder invertir en gasto público, pero si todos sus ingresos se dedican al pago de los intereses de la deuda difícilmente va a poder hacerlo. La solución económica existe. Porque ante lo que estamos no es ante un problema técnico o económico, sino ante un problema de orden político, en el que se está jugando, nada menos que la posibilidad de la democracia. Y es un problema que no sólo afecta a Grecia, sino que afecta a toda la UE.


Es indudable que lo que se está buscando es humillar al pueblo griego, y hundir al gobierno

El Eurogrupo, que en un momento de las negociaciones llegó a expulsar al anterior ministro de finanzas griego Yannis Varoufakis de una reunión, comportándose como un verdadero cártel mafioso, ha estado jugando con la amenaza de la expulsión de la zona euro a Grecia si su gobierno no capitulaba y cumplía obediente las condiciones impuestas por Alemania, condiciones que de ser aceptadas suponen renunciar a las medidas con las que ganó las elecciones. Ante el chantaje el gobierno griego convocó un referendum -algo insólito en la UE, donde los gobiernos nos tienen acostumbrados a una disciplina militar frente a los mandatos de la Troika- para preguntar a su pueblo sobre el acuerdo que en aquel momento estaba sobre la mesa. El No ganó de manera rotunda, a pesar de que desde el anuncio del referendum se emprendió la guerra mediática más salvaje que se pueda imaginar a favor del Sí. De nuevo hemos visto a los medios de comunicación, a los políticos y a los intelectuales menospreciar, insultar y acusar de falta de responsabilidad al primer ministro griego Alexis Tsipras. Por poner tan sólo un ejemplo, la que fuera ministra de sanidad del último gobierno del PSOE, Trinidad Jiménez, en el programa de Ana Pastor en el que se analizaban los resultados del referendum griego, se permitió decir públicamente, en la televisión, que lo que había que exigir a Tsipras para que se llegara a un acuerdo era sentido de la responsabilidad, y enterarse de cómo funciona la maquinaria europea.(http://www.lasexta.com/videos-online/programas/el-objetivo/noticias/trinidad-jimenez-gobierno-griego-faltado-sentido-responsabilidad-saber-como-funciona-maquinaria-europea_2015070500108.html)

¿Y cómo funciona la maquinaria europea? ¿A base de golpes de estado encubiertos, como lo fue la reforma del artículo 135 de la Constitución española que acordaron el PP y el PSOE, y que obliga al Estado a priorizar el pago de los intereses de la deuda frente al gasto social? Trinidad Jiménez insinuaba que la celebración del referendum no iba a resolver el problema de Grecia, y que más bien iba a servir para tensar aun más la situación. Desde luego ella sí sabe como funciona la maquinaria europea: como una mafia. Pero entonces en lugar de exigir responsabilidad a Tsipras lo que debería hacer es denunciar con todas sus fuerzas que en la UE nos gobierna una banda de mafiosos, y que no es posible, por mucho que se ganen unas elecciones o un referéndum, desobedecer a los mercados. Hace poco en una entrevista Varoufakis contaba que cuando se le ocurrió preguntar por el funcionamiento del Eurogrupo, por la vigencia de la norma de la unanimidad en la toma de decisiones, la respuesta que recibió fue que el Eurogrupo no existe. Aunque es el organismo que toma las más importantes decisiones dentro de la UE que afectan a la vida de todas personas que viven dentro de la UE, el Eurogrupo no existe. Y como no existe no tiene reglamentos de funcionamiento interno, no tiene normas, ni mucho menos actas. Pues bien, un organismo inexistente es la institución con mayor poder de toda la UE. (http://www.elmundo.es/economia/2015/07/04/5596f1b3ca47412d048b459e.html)

Tenía razón Trinidad Jiménez al augurar que el resultado del referéndum no iba a ayudar a Grecia. Eso sólo podría pasar en una UE en la que se respetara la soberanía de los Estados y la democracia. El “acuerdo” al que se ha llegado entre Grecia y Alemania, o más bien el resultado de un chantaje despiadado tras 17 horas de negociación supone asumir unas condiciones absolutamente inaceptables, mucho peores que las que se planteaban en un principio. Es indudable que lo que se está buscando es humillar al pueblo griego, y hundir al gobierno de Syriza, el primer gobierno de toda la UE que se ha atrevido a enfrentarse a la Troika y decir No. Entre las durísimas condiciones imprescindibles para que se recupere la “confianza” perdida por la irresponsabilidad del gobierno griego se incluye entre otras la financiación de la deuda a través de la privatización masiva, y recortes en las pensiones. Pero además se obliga a dar marcha atrás en las reformas emprendidas en estos meses de gobierno, y la imposibilidad de emprender reformas sin el visto bueno de las instituciones europeas: “Para normalizar completamente los métodos de trabajo con las instituciones, el Gobierno deberá consultar y acordar con las instituciones –la Troika- cualquier iniciativa legislativa en áreas relevantes y con la debida antelación en consultas públicas o parlamentarias”.


Lo que se está jugando en este momento es nada menos que la soberanía de los pueblos europeos, y no es la primera vez que sucede en Europa. Lo que se está disputando es que la democracia y el Estado de Derecho tengan alguna posibilidad

Lo que tenemos delante por tanto es, como correctamente se ha nombrado desde las redes sociales, un golpe de estado (en Twitter ha sido TT el hastag “ThisIsaCoup”), porque se está quitando a Grecia -y a todos los países de la UE la capacidad de legislar. Cuando se le arrebata a una nación el poder de legislarse a sí misma, se le ha arrebatado la soberanía. A Grecia se le están imponiendo unas condiciones para el rescate que suponen no sólo incumplir su programa electoral, sino anular la capacidad legislativa del Parlamento. Se trata de un golpe de estado en toda regla, y no sólo en Grecia, sino a toda la UE. El mensaje que están enviando los poderes financieros a la población europea es que aquí no hay alternativa, que las decisiones no se toman en los Parlamentos, que no hay democracia que valga. Lo que se puede o no se puede hacer no lo decide el poder político. Lo que nos están diciendo es que no seamos ingenuas, que los mecanismos democráticos europeos, en realidad, son una farsa, porque las decisiones importantes no se toman ahí. Y es que si realmente se tomaran en los parlamentos sería un desastre, porque al pueblo, ignorante y pobre, a veces le da por votar a opciones políticas como Syriza, un partido de ignorantes y de pobres, que no saben nada de economía y que pretenden poner por encima de los intereses de los ricos y de los poderosos los intereses de los pobres e ignorantes. A Syriza se le ha olvidado que cada uno ocupa el lugar que le corresponde, y que los pobres e ignorantes -y aquí pueden entrar países enteros como Grecia, como España o como Portugal- lo vienen siendo históricamente. El único gesto político que los mercados están dispuestos a aceptar es de ponerse de rodillas frente a Alemania, y si pretendes no arrodillarte y mantenerte en pie, reclamando tu soberanía, entonces te vas a enterar de lo que vale un peine: no sabes con quien estás hablando. Te van a retorcer el brazo hasta que grites de dolor y hasta que te arrepientas de haber pronunciado en algún momento que no eras una colonia de Alemania. Y van a seguir retorciéndole el brazo a Grecia mientras el resto de países miran cómo se lo retuercen, para que olviden definitivamente, si es que alguna vez se les pasó por la cabeza, votar de manera equivocada, es decir, votar a una opción que no esté dispuesta a aceptar los chantajes de una banda de gangsters.

Lo que se está jugando en este momento es nada menos que la soberanía de los pueblos europeos, y no es la primera vez que sucede en Europa. Lo que se está disputando es que la democracia y el Estado de Derecho tengan alguna posibilidad, o que por el contrario sean los intereses de los poderes económicos, por encima de los intereses de las personas, los que dictaminen el funcionamiento de las instituciones. Como lleva diciendo desde hace muchos años el filósofo Carlos Fernández Liria, cuando las reglas del juego las ponen los mercados, los Parlamentos sólo tienen una posibilidad de existir: siempre y cuando no sirvan para nada. En cuanto un Parlamento pretende cambiar mínimamente las reglas del juego, entonces se da un golpe de estado, más o menos encubierto, para poner los puntos sobre las íes, y así se le enseña al electorado lo que tiene que votar.

(Fuente: rebelion.org)

Clara SerranoInvestigadora en la la Facultad de Filosofía de la UCM. Miembro del Consejo Ciudadano de Podemos. Trabajando por la igualdad y por los derechos de las mujeres.



INFORME DE UNA INJUSTICIA 

Desde hace algunos días se encuentran bajo de la lluvia los enseres personales de la señora Damiana Murcia v. de Garcia de 77 años de edad quien fue lanzada de una humilde vivienda situada en la 15 calle “C”, entre 3ª. Y 4ª avenidas de la zona 1.” (Radioperiodico   “Diario Minuto”, primera edición del día miércoles 10 de junio de 1964.)

Tal vez no lo imagines,
pero aquí,
delante de mis ojos,
una anciana,
Damiana Murcia v.de Garcia,
de 77 años de ceniza,
debajo de la lluvia,
junto a sus muebles
rotos, sucios, viejos,
recibe
sobre la curva de su espalda,
toda la injusticia
maldita
del sistema de lo mío y lo tuyo.

Por ser pobre,
los juzgados de los ricos
ordenaron deshaucio.
Quizá ya no conozcas
más esta palabra.
Asi de noble
Es el mundo donde vives.
Poco a poco
van perdiendo ahí
su crueldad
las amargas palabras.

Y cada dia,
como el amanecer,
surgen nuevos vocablos
todos llenos de amor
y de ternura para el hombre.

Deshaucio,
¿Cómo aclararte?
Sabes, aquí
cuando
no puedes pagar el alquiler,
las autoridades de los ricos
vienen y te lanzan
con todas tus cosas
a la calle.
Y te quedas sin techo,
para la altura de tus sueños.
Eso significa la palabra
desahucio: soledad
abierta al cielo, al ojo juzgor
y miserable.

Este es el mundo libre, dicen.
¡Qué bien que tú
Ya no conozcas
estas horrendas libertades!

Damiana Murcia v. de Garcia
es muy pequeña,
sabes,
y ha de tener tantísimo frío.
¡Qué grande ha de ser su soledad!

No te imaginas
lo que duelen estas injusticias.
Normales son entre nosotros.
Lo anormal es la ternura
Y el odio que se tiene a la pobreza.
Por eso hoy más que siempre
amo tu mundo,
lo entiendo,
lo glorifico
atronado de cósmicos orgullos.

Y me pregunto:
¿Por qué, entre nosotros,
sufren tanto los ancianos
si todos se harán viejos algún día?
Pero lo peor de todo
es la costumbre.
El hombre pierde su humanidad
Y ya no tiene importancia para él
lo enorme del dolor ajeno

Y come,
Y ríe,
Y se olvida de todo
Yo no quiero
Para mi patria
Estas cosas.

Yo no quiero
Para ninguno
estas cosas.
Yo no quiero
Para nadie en el mundo
estas cosas.
Y digo yo,
porque el dolor
Debe llevar
claramente establecida su aureola.
Este es el mundo libre, dicen.

Ahora compárame en el tiempo.
Y dile a tus amigos
que la risa mía
se me ha vuelto una muecas
grotesca
en medio de la cara. 

Y que digo amén su mundo.
Y lo construyan bello.
Y que me alegro mucho
de que ya no conozcan
injusticias
tan hondas y abundantes.

(De la Antología personal de Juan Carlos Rodríguez)




ACERCA DE RENÉ CASTILLO OTTO

Poeta  guatemalteco nacido en Quezaltenango en 1936.

A raíz del derrocamiento del gobierno de Arbenz, se exilió en El Salvador a la edad de dieciocho años, desarrollando allí una intensa actividad poética y política.  Puso fin a su exilio en 1957, cuando inició estudios de Derecho y Ciencias sociales en la Universidad San Carlos de Guatemala.


Gracias a su brillante desempeño como estudiante, le fue otorgado el premio "Filadelfo Salazar" y una beca para continuar estudios en la República Democrática Alemana. En 1959 inició estudios de Letras en Leipzig, abandonándolos poco tiempo después para ingresar en la Brigada Joris Ivens, de orientación comunista. Luego de una corta estadía en Guatemala, fue enviado de nuevo al exilio en 1965, recorriendo diferentes países europeos. Finalmente, regresó a su país en forma clandestina, donde fue capturado por el gobierno en 1967, siendo fusilado en marzo del mismo año.


Su obra poética, compuesta por innumerables poemas de corte amoroso y político, fue compilada en 1989


(Fuente reseña: amediavoz.com)





ENTRADAS RELACIONADAS:


("Un coche negro entra como un rayo en la plaza de Sintagma, aminora la velocidad, se abre una puerta y un fardo es arrojado fuera. Cuando el automóvil desaparece, la gente se acerca al bulto, que resulta ser un hombre con la cara hinchada a golpes y la nariz rota... Es Alexis Tsipras, el mensajero que los griegos enviaron a Europa para renegociar su deuda")


("... descubro que frente a la tradicional división de mujeres y hombres ha aparecido una nueva: la de endeudados y prestamistas...  ¿Será Grecia, me pregunto, la Rosa Parks de esta nueva forma de negritud denominada deuda? ¿Estarán sufriendo los helenos las consecuencias de no haber cedido su asiento en el autobús a los acreedores? Parks fue a la cárcel, pero gracias a ella desaparecieron los asientos para negros y blancos")

("La última oportunidad de recuperar el significado de la palabra 'democracia'. La última oportunidad para creer que la voz de los ciudadanos todavía puede tener sentido y consecuencias... para demostrar, por si alguien todavía no lo ha percibido, que vivimos en una democracia aparente, desahuciada... Los que mandan en el BCE, y en el FMI, no ha sido votados por nadie y, sin embargo, rigen el destino del planeta, deciden lo que se puede hacer, y lo que no. Son los contables del poder encubierto, los sicarios del Mal...")

("Lo que quieren es que Grecia se someta como el resto. Quieren una Europa de ciudadanos domados y sumisos que no levanten la voz cuando les pisan. Por eso tienen miedo del clamor de los griegos porque los demás podríamos levantarnos. Podríamos querer echarles. No temen tanto que se contagien las economías como se contagie la gente. Temen que vuelva la democracia...")

("¿Alguien en el Parlamento de Bruselas, o en el Banco Central Europeo... se ha parado a pensar un momento en la deuda que los europeos tenemos con Grecia desde tiempo inmemorial y sin saldar?... no parece que Angela Merkel, ni Mario Draghi, ni ningún líder europeo, esté por la labor de reconocerles ninguna deuda que no sea la suya, a pagar por las buenas o por las malas, como en el banco. Y que den gracias de que no les quiten el Partenón"
CUANDO ALEMANIA ADORABA A GRECIA

("... ninguna cultura, en el pasado inmediato, se ha dirigido tanto a lo helénico como la alemana... No es nada seguro que los alemanes actuales sean conscientes del agravio a su propia raíz espiritual cuando utilizan peyorativamente el término “griego”... Ahora, pesadilla. Claro está que el mundo es otro, y Goethe o Hölderlin no pueden competir con el veneno de los medios de comunicación que se llaman a sí mismos populares o con la sistemática ignorancia de los políticos")

RÉQUIEM POR GRECIA

("Esa era la plaza griega. Esa plaza no existe ahora. Ahora no podemos criticar a nuestros reyezuelos, peleles de plasma que se esconden en los rincones de palacio. Ahora, la palabra "democracia" ha sido desahuciada, en Grecia, y aquí.")

NUESTRA DEUDA CON ATENAS, POR CARLOS GARCÍA GUAL

("...A otros pueblos los definen otros afanes: aman la piedad religiosa, el dinero, las guerras de conquista, el fútbol o la gastronomía. Solo en Grecia “filosofar” no fue un raro oficio profesional, solo allí fue la política una tarea común de la democracia. En Atenas, la educación comenzaba por saber poesía (Homero, sobre todo) y acudir al teatro de Dioniso. Otras ciudades anteponían el atletismo, la gimnasia y las hazañas bélicas...".)

("... Grecia no va a exigirnos derechos de autor a cambio de la lógica de Aristóteles. Paguemos nuestra deuda con ella sosteniendo una polémica amorosa -no un silencio hastiado- la próxima vez que salgamos del cine.")


(“Los griegos –dije– nos lo disteis todo. La lírica, la épica, las matemáticas, la ciencia, la música, la tragedia, la democracia. Me hace gracia que Alemania hable de la deuda griega, cuando la deuda de Europa con vosotros es impagable”... "... los cientos de miles de muertos, los edificios destruidos, los campos arrasados, el pillaje y el robo provocados por la invasión nazi, una multimillonaria indemnización de guerra que Alemania se ha negado a pagar reiteradamente")


("...El ayer y el hoy se fundían, con sencillez y claridad. Cómo hemos podido renunciar a tantas parcelas de libertad, y cómo hemos permitido que nos gobiernen los lacayos de quienes nos han convertido en sus clientes entrampados...")


("Para mí la democracia... es el Estado social, el hecho de que quienes no poseen la riqueza cuenten en la vida política y tengan el modo de hacerlo... la democracia ha muerto, solo permanece el cadáver que camina —se hacen elecciones, leyes…—, porque quien decide realmente lo hace sin contar con un parlamento... Los grandes grupos financieros que tienen un poder mundial e ilimitado pueden decidir el destino de todos... El Parlamento Europeo , no tiene ningún poder real, solo aquel de crear una clase de parásitos muy bien pagados, preciosísimos para el sistema, porque sirven para hacer ver que existe un parlamento")


("Europa parece una de esas pateras insolidarias en las que se arroja a los enfermos por la borda... Si sobra el 50% de los jóvenes españoles, griegos o portugueses, se les hace saltar al agua y que se busquen la vida como puedan... “Este país del sur tiene fiebre”, grita uno de los capataces. “Pues mandadlo a la mierda”, responde desde proa un fondo de inversión. “Aquí tenemos a un tetrapléjico irrecuperable... Dádselo de comer a los peces”, ordena un jefe de departamento de Juncker abanicando a Lagarde")













































Columna periodística: 'CLAVELES', por Manuel Vicent / 'EL SON DE LOS MUERTOS', Juan Perro. EJEMPLO DE EXAMEN (según PAU)

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"Guerras y cataclismos se repiten todos los días sobre la faz de la tierra. Las fuerzas del mal que amenazan con la destrucción de la humanidad puede que lo hayan conseguido ya y todos los que bebemos y parloteamos en las terrazas de los bares hace tiempo que hemos muerto sin saberlo. Flores, flores para los muertos..."
'Vendedor de claveles', de Diego Rivera (1)

CLAVELES

En cualquier ciudad del mundo donde estés tomando una copa en una terraza al aire libre a las nueve en punto de la noche verás aparecer a un ser misterioso de rostro ahumado, con pinta de paquistaní o indio de Bangladés, que lleva un ramo de claveles de invernadero en la mano. Este vendedor de claveles se limita a pasear entre las mesas, como un autómata. No importuna a nadie para imponer su mercancía. Ni siquiera sonríe. Solo murmura unas palabras en voz baja. Lo lógico es pensar que se trata del negocio de una perversa multinacional que explota a la gente desesperada, pero la actitud de este ser es la de estar realizando la extraña misión de mostrar esas flores impulsado por una fuerza que es difícil imaginar de donde procede. Si a las nueve de la noche, según la rotación de las horas alrededor de la Tierra, estás en cualquier terraza nocturna de Roma, París, Londres, Nueva York, Buenos Aires, Sídney o Madrid, ese mensajero de los claveles hará su aparición. Es uno entre decenas de miles que componen un despliegue planetario. Nunca se ha dado el caso de que alguno de ellos haya vendido una sola flor. Esos claveles no huelen, están muertos, como puede que también estén muertos esos emisarios que los llevan en la mano y los ofrecen con un gesto impávido después de una oración. Guerras y cataclismos se repiten todos los días sobre la faz de la tierra. Las fuerzas del mal que amenazan con la destrucción de la humanidad puede que lo hayan conseguido ya y todos los que bebemos y parloteamos en las terrazas de los bares hace tiempo que hemos muerto sin saberlo. Flores, flores para los muertos, murmura en voz baja ese emisario entre las mesas. También puede ser que estos misteriosos vendedores de claveles formen un anillo perenne que rota alrededor del planeta, para evitar que la Tierra se pare y todo se venga abajo.

(Fuente: El País, 19-07-2015)


LETRA:

Voy a la deriva, amor

Que no me dejan en calma

Los vientos de mal humor



Amor, no puedo pensar

Tengo en el alma un desierto

Lo tengo que atravesar



Encontrar un pozo negro

Y en sus aguas escuchar

El dulce son de los muertos



Ay de los días, amor

Pasados en alegrías

De vino, canción y flor



Ya no quiero festejar

Que están los días inciertos

Amor, tengo que marchar



Cruzar por el puente viejo

Al otro mundo y danzar

El dulce son de los muertos



Pon en mi maleta, amor

Tu pañuelo perfumado

Por recordar el mejor



De mis cantos y dejar

Pasmados y boquiabiertos

A los muertos del lugar



Resucitar con el fresco

Y en tu ventana silbar

El dulce son de los muertos


PREGUNTAS:
1ª ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS
2ª TEMA. RESUMEN

3ª COMENTARIO CRÍTICO
Preguntas guía para el comentario crítico

1ª ¿Cómo está organizado el texto? (Estructura)
2ª ¿Qué tesis defiende el autor? (Ver Orientaciones para determinar el tema...)
3ª ¿Podrías resumir brevemente el texto con tus propias palabras?
(Las tres primeras preguntas corresponden, evidentemente, a las preguntas de Selectividad, ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS, TEMA Y RESUMEN. A partir de la cuarta pregunta comenzaría -es sólo una propuesta- el COMENTARIO CRÍTICO)
4ª ¿Qué tipo de texto es? Si es un texto literario, ¿a qué momento histórico pertenece, está "encuadrado" en algún movimiento literario?
5ª ¿Es un tema actual? ¿Crees que hay alguna idea "secundaria" importante?
6ª ¿Es un tema polémico?
7ª ¿Es un tema local/universal
8ª ¿Qé argumentos utiliza el autor para defender su tesis?
9ª ¿Es objetivo en sus planteamientos, o es subjetivo?
10ª ¿Cuáles son las “marcas lingüísticas” de su supuesta subjetividad? ¿Cuáles son las expresiones más impactantes, más significativas? Coméntalas.
11ª ¿Es un tema original?
12ª Si no lo es, ¿lo es, al menos su tratamiento, su enfoque?
13ª ¿Cuál es tu opinión?
14ª ¿Qué argumentos añadirías?
15ª ¿Qué argumentos opondrías a los del autor?
16ª ¿Puedes relacionar el texto, su tema principal, con otros textos, noticias… que conozcas?
17ª Teniendo en cuenta la intención del autor, ¿crees que ha sido eficaz? ¿Qué funciones del lenguaje predominan?
18ª ¿Cómo concluyes tu análisis, tu comentario?

4ª ANÁLISIS SINTÁCTICO:
Lo lógico es pensar que se trata del negocio de una perversa multinacional que explota a la gente desesperada
5ª EL LENGUAJE PERIODÍSTICO / LOS GÉNEROS DE OPINIÓN / LOS GÉNEROS INFORMATIVOS / CLASIFICACIÓN DE LOS GÉNEROS PERIODÍSTICOS

ENTRADA RELACIONADA:

(1) DIEGO RIVERAPintor mexicano que realizó murales con temas sociales, considerado como uno de los grandes artistas de este siglo. Nació en Guanajuato y fue educado en la Academia de Bellas Artes de San Carlos, en la ciudad de México. Entre 1907 y 1921 estudió pintura en Europa, principalmente en España y Francia, familiarizándose con las innovadoras formas cubistas de Pablo Picasso, el impresionismo de Renoir, la composición de Cézanne y otros artistas de la época. En 1921, Rivera regresó a México, donde representó un papel determinante en el renacimiento de la pintura mural iniciado por otros artistas y patrocinado por el gobierno. Se dedicó a pintar grandes frescos, sobre la historia y los problemas sociales de su país, en los techos y paredes de edificios públicos, ya que consideraba que el arte debía servir a la clase trabajadora y estar fácilmente disponible o a su alcance. Entre 1923 y 1926 realizó los murales al fresco de la Secretaría de Educación en la ciudad de México, pero su obra maestra es La tierra fecunda (1927) para la Escuela Nacional de Agricultura de Chapingo, donde representa el desarrollo biológico del hombre y su conquista de la naturaleza. Diego Rivera pintó murales en el Palacio de Cortés, en Cuernavaca (1930) y en la Secretaría de Salubridad. En 1929 se casó con Frida Kahlo, considerada una representante insigne de la pintura introspectiva mexicana del siglo XX. Fue uno de los fundadores del Partido Comunista Mexicano. Su fama lo llevó a exponer y trabajar en Estados Unidos, su obra allí incluye un mural (1932-1933) para el Instituto de Bellas Artes de Detroit y un fresco, Hombre en la encrucijada (1933), encargado para el nuevo edificio de la RCA en el Rockefeller Center de Nueva York, y destruido poco después de su realización porque contenía, al parecer, un retrato del líder soviético Lenin. Un año después, Rivera lo reprodujo para el Palacio de Bellas Artes de México. En 1935 concluyó uno de sus proyectos más ambiciosos, los frescos para la escalera monumental del Palacio Nacional de la ciudad de México, con su propia interpretación de la historia de su país, desde los tiempos precolombinos hasta la actualidad. En la década de 1940 pintó dos grandes murales en el Instituto Nacional de Cardiología (1944), y otro gran mural para el Hotel del Prado, Sueño de la Alameda (1947), de tema histórico-crítico. Sus últimas obras las realizó en mosaico de piedras naturales, como las del Estadio de la ciudad universitaria de México o el del Teatro Insurgentes, ambas en el exterior. Diego Rivera fue también prolífico en su obra de caballete, con una visión muy alegre y también sensual del folclore de su país. Dibujante magistral y estupendo colorista, demostró un gran talento para estructurar sus obras. Legó a México una importante colección de estatuillas de diversas culturas indígenas, que instaló en su casa museo, el Anahuacalli, en la ciudad de México. Como él mismo dijo, condensando el sentido de su obra, su propósito era ligar un gran pasado con lo que queremos que sea un gran futuro de México. Murió el 24 de noviembre de 1957 en la ciudad de México.

(Fuente reseña: epdlp.com)







'LOS QUE MANDAN', por Luis García Tojar / 'LA ILÍADA' (fragmento Canto último) / 'MATRIX' (Neo y el Arquitecto)

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"... en una situación hegemónica como la que en este momento disfruta la casta del capital cualquier pequeña concesión —una quita de deuda o un banco público, por ejemplos— puede ser entendida como muestra de debilidad, y más en medio de una crisis que para esta elite no tiene otra solución que plusvalía y desposesión: intensificar la explotación del trabajo y extraer directamente riqueza de la población"


LOS QUE MANDAN

Mandar es un trabajo de equipo. Cualquier régimen de dominación se basa en un conjunto más o menos organizado de individuos cuya posición social les otorga una capacidad determinante para conseguir que los demás hagan cosas. Al hilo de la publicación de El establishment, el ensayo de Owen Jones sobre la estructura del poder en Gran Bretaña, parece conveniente reflexionar sobre este asunto. Según Jones, siete familias compiten por el núcleo del poder en la Gran Bretaña actual: la industria, las finanzas, las fuerzas del orden, la burocracia estatal, las organizaciones de movilización (sindicatos e iglesias), los poderes mediáticos y, finalmente, los partidos políticos. Sin embargo, para entender por qué domina cada grupo hay que tener en cuenta los intereses y principios de legitimidad que ostentan unos y otros, y eso nos lleva a una de las aventuras sociológicas más ambiciosas de los últimos años: Las fuentes del poder social, obra magna de Michael Mann cuyo cuarto y último volumen apareció en 2013. Una historia de la dominación que define cuatro “fuentes de poder” enfrentadas entre sí —ideológica, económica, militar y política— y sigue sus diferentes configuraciones por los caminos del tiempo.
Desde estas dos perspectivas podemos cartografiar la estructura del establishment actual en cuatro reinos de precario equilibrio: poderes económicos (industria y finanzas), cuyo interés es potenciar el desarrollo del capitalismo; poderes militares (ejércitos y policías), orientados básicamente a la conservación del monopolio de la violencia legítima; poderes ideológicos (iglesias y medios de comunicación), interesados en mantener la capacidad de definir la realidad legítima; y poderes políticos (partidos y burocracia estatal), cuya voluntad primera es conservar el control del Estado.
En la actual coyuntura histórica, el poder económico (y dentro de él, las finanzas) ocupa el núcleo del campo de poder de modo que su interés particular —la acumulación del capital— se ha convertido en el marco invisible dentro del cuál se pueden defender el resto de ideas y programas. Los nuevos intelectuales orgánicos conquistaron las universidades prestigiosas, los militares un rol primordial en el equilibrio económico nacional y los políticos, según iban perdiendo capacidad real de gobierno, el papel decisivo de especialistas en relaciones públicas entre elites. Queda articulado así el régimen de dominación que impera en el mundo democrático.
Los nuevos intelectuales orgánicos conquistaron las universidades prestigiosas, los militares un rol primordial en el equilibrio económico nacional y los políticos, según iban perdiendo capacidad real de gobierno, el papel decisivo de especialistas en relaciones públicas entre elites
Yo soy lo real: he aquí la esencia del poder en su destilación más pura y, a mi juicio, lo primero que cualquier proyecto serio de reforma política debe cuestionar. Si la elite económica ha conquistado el campo de poder, eso significa que por ahora ninguna otra puede poner en duda la acumulación del capital sin ser tachada de radical, ignorante o antisistema. En los últimos treinta años, el régimen neoliberal ha triunfado porque los campeones de la banca y la gran industria lograron acomodar al resto de elites en un orden beneficioso para todas ellas. Esta pax neoliberal ha encontrado en la presente crisis económica su primer gran obstáculo histórico, abriendo espacio para nuevas configuraciones. El eslabón débil de la cadena es, sin duda, una elite política cada vez más cuestionada por la población, que la apremia a tomar un papel más protagonista en el equilibrio de poder o amenaza con sustituirla.
Nuevas elites políticas entran en los parlamentos, forjan alianzas con las anteriores y producen ciertas innovaciones. Sin embargo, en una situación hegemónica como la que en este momento disfruta la casta del capital cualquier pequeña concesión —una quita de deuda o un banco público, por ejemplos— puede ser entendida como muestra de debilidad, y más en medio de una crisis que para esta elite no tiene otra solución que plusvalía y desposesión: intensificar la explotación del trabajo y extraer directamente riqueza de la población. Empezaremos a atisbar una verdadera solución a esta crisis cuando la casta económica comprenda que no tiene más remedio que hacer concesiones. Y conseguir que lo entienda es la misión histórica de las elites del saber, de la fuerza y del Estado, sean nuevas o viejas. Al final de Matrix, Neo se inmola ante el Arquitecto para conseguir un sistema operativo mínimamente menos injusto. En el último canto de la Ilíada, Príamo se arrodilla ante Aquiles para lograr once días de tregua y enterrar a los muertos. Lo demás es la guerra.
(Fuente: El País, 20-07-2015)


 'LA ILÍADA' (fragmento Canto último)

Cuando esto hubo dicho, Hermes se encaminó al vasto Olimpo. Príamo saltó del carro a tierra, dejó a Ideo para que cuidase de los caballos y mulos, y fue derecho a la tienda en que moraba Aquileo, caro a Zeus. Le halló solo —sus amigos estaban sentados aparte—, y el héroe Automedonte y Alcimo, vástago de Ares, le servían, pues acababa de cenar, y si bien ya no comía ni bebía, aún la mesa continuaba puesta. El gran Príamo entró sin ser visto, y acercándose a Aquileo, le abrazó las rodillas y besó aquellas manos terribles, homicidas, que habían dado muerte a tantos hijos suyos. Como quedan atónitos los que, hallándose en la casa de un rico, ven llegar a un hombre que tuvo la desgracia de matar en su patria a otro varón y ha emigrado a país extraño, de igual manera se asombró Aquileo de ver a Príamo, semejante a un dios, y los demás se sorprendieron también y se miraron unos a otros. Y Príamo suplicó a Aquileo, dirigiéndole estas palabras:
 
Acuérdate de tu padre, oh Aquileo, semejante a los dioses, que tiene la misma edad que yo y ha llegado a los funestos umbrales de la vejez. Quizás los vecinos circunstantes le oprimen y no hay quien le salve del infortunio y la ruina; pero al menos aquél, sabiendo que tú vives, se alegra en su corazón y espera de día en día que ha de ver a su hijo, llegado de Troya. Mas yo, desdichadísimo, después que engendré hijos valientes en la espaciosa Ilión, puedo decir que de ellos ninguno me queda. Cincuenta tenía cuando vinieron los aqueos: diecinueve eran de una misma madre; a los restantes, 
diferentes mujeres los dieron a luz en el palacio. A los más el furibundo Ares les quebró las rodillas; y el que era único para mí y defendía la ciudad y a sus habitantes, a éste tu lo mataste poco ha mientras combatía por la patria, a Héctor; por quien vengo ahora a las naves de los aqueos, con un cuantioso rescate, a fin de redimir su cadáver. Respeta a los dioses, Aquileo y apiádate de mí, acordándote de tu padre; yo soy aún más digno de compasión que él, puesto que me atreví a lo que ningún otro mortal de la tierra: a llevar a mis labios la mano del hombre matador de mis hijos.

Así habló. A Aquileo le vino deseo de llorar por su padre; y cogiendo la mano de Príamo, le apartó suavemente. Los dos lloraban afligidos por los recuerdos: Príamo acordándose de Héctor, matador de hombres, derramaba copiosas lágrimas postrado a los pies de Aquileo; éste las vertía, unas veces por su padre y otras por Patroclo; y los gemidos de ambos resonaban en la tienda.
/…/
—Acuéstate fuera de la tienda, anciano querido; no sea que alguno de los caudillos aqueos venga, como suelen, a consultarme sobre sus proyectos; si alguno de ellos te viera durante la veloz y obscura noche, podría decirlo a Agamenón, pastor de pueblos, y quizás se diferiría la entrega del cadáver. Mas, ea, habla y dime con sinceridad cuantos días quieres para hacer honras al divino Héctor; y durante este tiempo permaneceré quieto y contendré al ejército.
 Le respondió el anciano Príamo, semejante a un dios:

— Si quieres que yo pueda celebrar los funerales del divino Héctor, obrando como voy a decirte, oh Aquileo, me dejarías complacido. Ya sabes que vivimos encerrados en la ciudad; la leña hay que traerla de lejos, del monte; y los troyanos tienen mucho miedo. Durante nueve días le lloraremos en el palacio, en el décimo le sepultaremos y el pueblo celebrará el banquete fúnebre, en el undécimo erigiremos un túmulo sobre el cadáver y en el duodécimo volveremos a pelear, si necesario fuere.

Le contestó el divino Aquileo, el de los pies ligeros:

— Se hará como dispones, anciano Príamo, y suspenderé el combate durante el tiempo que me pides.
Dichas estas palabras, estrechó la diestra del anciano para que no abrigara en su alma temor alguno. El heraldo y Príamo, prudentes ambos, se acostaron en el vestíbulo. Aquileo durmió en el interior de la tienda sólidamente construida, y a su lado descansó Briseida, la de hermosas mejillas.

Las demás deidades y los hombres que combaten en carros durmieron toda la noche, vencidos del dulce sueño; pero éste no se apoderó del benéfico Hermes, que meditaba cómo sacaría del recinto de las naves a Príamo sin que lo advirtiesen los sagrados guardianes de las puertas.

(Fuente: literaturauniversaldeedipoakafka)




'SAN MANUEL BUENO, MÁRTIR' (fragmento). EJEMPLO DE EXAMEN (según PAU)

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A pesar de que esta lectura ya no está entre las recomendadas, para Selectividad, en Andalucía, creemos que el siguiente es un fragmento adecuado para practicar el comentario crítico..

"Déjalos, pues mientras se consuelen. Vale más que lo crean todo, aun cosas contradictorias entre sí, a no que no crean nada. Eso de que el que cree demasiado acaba por no creer nada, es cosa de protestantes. No protestemos. La protesta mata el contento...

Y cayeron temblando de sus pestañas a la yerba del suelo dos huideras lágrimas en que también, como en rocío, se bañó temblorosa la lumbre de la luna llena"



Don Manuel tenía que contener a mi hermano en su celo y en su inexperiencia de neófito. Y como supiese que éste anda predicando contra ciertas supersticiones populares, hubo de decirle:

- ¡Déjalos! ¡Es tan difícil hacerles comprender dónde acaba la creencia ortodoxa y dónde empieza la superstición! Y más para nosotros. Déjalos, pues mientras se consuelen. Vale más que lo crean todo, aun cosas contradictorias entre sí, a no que no crean nada. Eso de que el que cree demasiado acaba por no creer nada, es cosa de protestantes. No protestemos. La protesta mata el contento.

Una noche de plenilunio -me contaba también mi hermano- volvían a la aldea por la orillas del lago, a cuya sobrehaz rizaba entonces la brisa montañesa y en el rizo cabrilleaban las razas de la luna llena, y Don Manuel le dijo a Lázaro:

- ¡Mira, el agua está rezando la letanía y ahora dice: ianua caeli, ora pro nobis, puerta del cielo, ruega por nosotros!

Y cayeron temblando de sus pestañas a la yerba del suelo dos huideras lágrimas en que también, como en rocío, se bañó temblorosa la lumbre de la luna llena.

PREGUNTAS:
1ª ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS
2ª TEMA. RESUMEN

3ª COMENTARIO CRÍTICO
Preguntas guía para el comentario crítico

1ª ¿Cómo está organizado el texto? (Estructura)
2ª ¿Qué tesis defiende el autor? (Ver Orientaciones para determinar el tema...)
3ª ¿Podrías resumir brevemente el texto con tus propias palabras?
(Las tres primeras preguntas corresponden, evidentemente, a las preguntas de Selectividad, ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS, TEMA Y RESUMEN. A partir de la cuarta pregunta comenzaría -es sólo una propuesta- el COMENTARIO CRÍTICO)
4ª ¿Qué tipo de texto es? Si es un texto literario, ¿a qué momento histórico pertenece, está "encuadrado" en algún movimiento literario?
5ª ¿Es un tema actual? ¿Crees que hay alguna idea "secundaria" importante?
6ª ¿Es un tema polémico?
7ª ¿Es un tema local/universal
8ª ¿Qé argumentos utiliza el autor para defender su tesis?
9ª ¿Es objetivo en sus planteamientos, o es subjetivo?
10ª ¿Cuáles son las “marcas lingüísticas” de su supuesta subjetividad? ¿Cuáles son las expresiones más impactantes, más significativas? Coméntalas.
11ª ¿Es un tema original?
12ª Si no lo es, ¿lo es, al menos su tratamiento, su enfoque?
13ª ¿Cuál es tu opinión?
14ª ¿Qué argumentos añadirías?
15ª ¿Qué argumentos opondrías a los del autor?
16ª ¿Puedes relacionar el texto, su tema principal, con otros textos, noticias… que conozcas?
17ª Teniendo en cuenta la intención del autor, ¿crees que ha sido eficaz? ¿Qué funciones del lenguaje predominan?
18ª ¿Cómo concluyes tu análisis, tu comentario?

4ª LOCALIZAR E IDENTIFICAR LAS PERÍFRASIS VERBALES EN EL FRAGMENTO
5ª CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL GÉNERO NARRATIVO

ENTRADA RELACIONADA:






'LOS 80.000 MILLONES QUE NECESITA GRECIA ESTÁN EN SUIZA... Y SON GRIEGOS', por Carlos E. Bayo / 'EL ESTABLISHMENT' (fragmento) / 'INDESEABLE', de J. E. Pacheco

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"... la canallada más cínica ha sido la de ocultar que todo el dinero que ahora necesitan los griegos está en paraísos fiscales y ha sido evadido del país por los magnates a los que tanto apoyan Merkel y Rajoy..."

"... el capital encuentra formas de protegerse de, ya saben, los votantes"('El Establishment') 

"... Y nuestros amos dicen que ya es hora de callarme y hundirme en la basura"(José E. Pacheco)


LOS 80.000 MILLONES QUE NECESITA GRECIA ESTÁN EN SUIZA... Y SON GRIEGOS

Entre las muchas canalladas que la Troika y el Consejo Europeo han cometido contra Grecia, quizá la más cínica ha sido la de ocultar que todo el dinero que ahora necesitan los griegos está en paraísos fiscales y ha sido evadido del país por los magnates a los que tanto apoyan Merkel y Rajoy. En concreto, sólo lo que esos potentados esconden en cuentas de Suiza asciende a unos 80.000 millones de euros –precisamente la cantidad que ahora se negocia para un tercer rescate griego–, según los expertos consultados por el programa Rundschau (Panorama) de la radio-televisión suiza (SRF).
Mejor dicho, los fondos griegos ocultos en Suiza pueden incluso duplicar o casi triplicar esa cifra, ya que las estimaciones citadas por el diario Neue Zürcher Zeitung am Sonntag de Zurich sobre la suma del dinero negro de Grecia en ese paraíso fiscal oscilan ¡entre 2.000 y 200.000 millones de euros! Una astronómica horquilla que muestra cómo el secretismo del Gobierno suizo ha permitido el saqueo de los fondos públicos de Atenas que ha arruinado el país (por supuesto, su quiebra no se ha debido al despilfarro en pensiones y jubilaciones anticipadas, como nos quieren hacer creer nuestros gobernantes). Ya que esas fabulosas fortunas no pagan un céntimo de esos impuestos que la UE no hace más que exigir que se les suban a la empobrecida población griega.
Es imposible calcular cuánto dinero ha sido sustraído a las arcas públicas griegas en la masiva fuga de capitales que se desencadenó a partir de 2010, cuando se reconoció que el Gobierno socialista de Kostas Simitis había ocultado su colosal deuda en 2001, con la asesoría de Goldman Sachs, para poder entrar en el euro. Esa hemorragia económica se ha producido en un paciente ya desangrado por una evasión fiscal desbocada: en 2009, un informe del Helvea Bank estimaba que el 99% de los más de 23.000 millones de euros depositados por millonarios griegos en cuentas suizas nunca fueron declarados al Fisco. Y eso sólo en depósitos bancarios, sin contar las otras múltiples formas de inversión en Suiza: acciones, bonos, inmuebles, fundaciones, trusts, fondos…
Ahora bien, no es que las autoridades europeas no conocieran tamaño pillaje de la riqueza de Grecia. Más bien, todo lo contrario: en 2010, Christine Lagarde (entonces ministra de Finanzas de Francia y hoy directora del FMI) entregó a su colega en el Gobierno de Atenas, Giorgios Papaconstantinou, los 2.059 nombres griegos de la célebre Lista Falciani (la que filtró ese informático del HSBC con las identidades de decenas de miles de defraudadores europeos con cuentas secretas en la oficina en Zúrich de ese banco internacional). En el listado griego figuran un ex ministro de Cultura, varios altos cargos del Ministerio de Finanzas y numerosos dirigentes de la patronal, entre muchos otros grandes empresarios y destacados políticos.
Pero el Gobierno de Atenas no sólo escondió esa lista y permaneció de brazos cruzados –a pesar de que mostraba que una sola familia, la Papandreu, ocultaba en esa sucursal 500 millones de euros–, sino que dos años después, cuando la revista Hot Doc publicó esos nombres, la Fiscalía griega se apresuró a ordenar la detención del director de la publicación, el periodista de investigación Kostas Vaxevanis, ¡por violación de la privacidad de esos defraudadores! Más aún, el año pasado se descubrió que el ministro Papaconstantinou había borrado del listado original los nombres de su prima Eleni y su marido, y del esposo de su hermana, Marina, que tenían cuentas millonarias en esa oficina del HSBC.
“Lo más interesante es por qué Grecia, entre todos los países que recibieron esa lista [Falciani], fue el único que no la empleó” para recobrar la fortuna defraudada, escribió el comentarista político Pavlos Tsimas en el dominical del diario griego Ta Nea. Y esa omisión no sólo la cometió el socialista Papaconstantinou (quien negoció el criticado primer rescate de Grecia que sometió al país a un devastador austericidio), sino también su sucesor al frente de la cartera de Finanzas, Evangelos Venizelos, quien ha acabado como líder del PASOK, e igualmente el siguiente Gobierno conservador de Antonis Samarás, gran amigo y aliado de Rajoy, que aplicó a rajatabla las imposiciones de la Troika, arruinando el país.
Pero no pensemos que sólo el bipartidismo griego (Nueva Democracia y PASOK) se ha dedicado a encubrir a los grandes defraudadores que arruinan las arcas públicas. Por ejemplo, los gobiernos laborista y conservador británicos hicieron caso omiso de las 7.000 cuentas del Reino Unido en la Lista Falciani: en ocho años, ¡sólo se procesó a uno de esos 7.000 evasores!, según la BBC, y se permitió que en ese tiempo esos potentados se llevasen a otros paraísos fiscales unos 100.000 millones de euros; una fortuna inmensa que evadieron a la Hacienda británica gracias a la inacción de gobernantes que al mismo tiempo multiplicaban la presión fiscal sobre los asalariados, a los que recortaban servicios y ayudas con el argumento de la falta de fondos públicos.
Aun así, Suiza no es más que uno de los 74 paraísos fiscales del planeta, en los que se estima (cálculos de Wall Street) que se ocultan unos 32 billones de dólares (la suma del PIB de España de aquí hasta el año 2045), gigantesca acumulación de capital que, además, crece en un billón de dólares más cada año. Es de ese tremendo stock monetario, defraudado a las arcas públicas, de donde sale el dinero de “los mercados” con el que se endeudan los Estados y que hay que devolver religiosamente, con los sacrificios y penurias de los ciudadanos, según la doctrina cuasi-religiosa de la austeridad neoliberal.
¿Alguien se cree todavía que la deuda pública es legal, moral o legítima?
(Fuente: publico.es)

'EL ESTABLISHMENT' 
(fragmento), de Owen Jones
El Establishment actual se compone -igual que lo ha hecho siempre- de una serie de poderosos grupos que necesitan proteger su posición en una democracia en la que tiene derecho a votar casi toda la población adulta. El Establishment representa el intento por parte de esos grupos de "gestionar" la democracia, de asegurarse de que ésta no amenace sus intereses. En este sentido, se puede considerar un cortafuegos para aislarse del grueso de la población. Tal como dice en tono de aprobación el muy bien conectado columnista y bloguero de derechas Paul Staines: "Llevamos ya casi medio siglo de sufragio universal y lo que sucede es que el capital encuentra formas de protegerse de, ya saben, los votantes"
('El Establishment', de Owen Jones, página 12, Introducción, Edit. Seix Barral)

INDESEABLE
No me deja pasar el guardia.
He traspasado el límite de edad.
Provengo de un país que ya no existe.
Mis papeles no están en orden.
Me falta un sello.
Necesito otra firma.
No hablo el idioma.
No tengo cuenta en el banco.
Reprobé el examen de admisión.
Cancelaron mi puesto en la gran fábrica.
Me desemplearon hoy y para siempre.
Carezco por completo de influencias.
Llevo aquí en este mundo largo tiempo.
Y nuestros amos dicen que ya es hora
de callarme y hundirme en la basura.

(De la Antología personal de Juan Carlos Rodríguez)






LA BÚSQUEDA: 'CUARTELES DE INVIERNO', VETUSTA MORLA

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"Está siendo demasiado largo este duelo, tanto que la próxima vez ya dura demasiado... Se trata de seguir buscando, aunque detrás de la última colina no exista ningún tesoro enterrado. Es la búsqueda la que nos mantiene vivos, y no el tesoro.

Ahora que ya cayeron los bordes, ahora que lo propio ya es ajeno, ahora es el momento de seguir buscando, de seguir volviendo, es el momento de soñar"

En la película 'Blade Runner', había algo que los replicantes apreciaban por encima de todo. Eran sus fotos, esas imágenes que les permitían creer que eran poseedores de recuerdos, es decir, que tenían vida propia, que existían, que no eran mera consecuencia de un sueño que alguien había escrito por ellos. 

Imágenes, recuerdos, que podían conseguir que la búsqueda de una identidad tuviera sentido y no fuera sólo una quimera. Es en esa caja de recuerdos donde habita la motivación para seguir intentando, dejándonos media vida en cada intento, en cada intento de seguir viviendo. Porque vivir, ya nos lo aclaró Ernesto Sábato, es construir futuros recuerdos. Sin embargo,  hablar de recuerdos significa convivir con la distancia, y eso conlleva, inevitablemente, heredar su soledad

Buscar, encontrar esos botiquines para amnésicos que nos permitan desvelar el misterio imposible, que nos liberen al comprobar que no siempre hemos vivido así, dentro del túnel, que salgamos afuera y dejemos de confundir el duelo con nuestro hogar

Está siendo demasiado largo este duelo, tanto que la próxima vez ya dura demasiado. Quizá, las muñecas de hielo puedan derretirse. Quizá ya no quieren seguir siendo testigos de este encierro. Se trata de seguir buscando, aunque detrás de la última colina no exista ningún tesoro enterrado. Es la búsqueda la que nos mantiene vivos, y no el tesoro.

Ahora que ya cayeron los bordes, ahora que lo propio ya es ajeno, ahora es el momento de seguir buscando, de seguir volviendo, es el momento de soñar.

Sólo necesitamos despegar. Aprovechar los impulsos esdrújulos que la música nos regala para saltar, para seguir corriendo.

Que la marea que nos envuelve no nos deje la piel cuarteada, la miel en los labios... las piernas enterradas.

(Luis Enrique Ibáñez)




LETRA:

Una caja de recuerdos
y fiestas de guardar.
Media vida en cada intento
y la otra media en pinzas de metal.
Ya es un clásico
seguir la zanahoria con tu aliento aquí detrás.

Un desorden milimétrico
me acerca hasta el lugar.
Lleva a cabo mi propósito 
de ser cuchillo y presa a la par.
No es tan trágico,
jugar con la distancia y heredar su soledad.

Cuarteles de Invierno
rompiendo su silencio.
Muñecas de hielo,
testigos de este encierro.
Fue tan largo el duelo que al final
casi lo confundo con mi hogar.

Botiquines para amnésicos,
leyendas de ultramar.
Soldaditos pre-soviéticos,
firmé mi Guerra y Paz particular.
Hay un misterio 
de mapas que no llevan al tesoro
ni a epicentros 
a punto de estallar.
Son las leyes de la física
y el tiempo no se pone en mi lugar. 
Ya es un clásico,
perdí el salvoconducto y ahora espero al emisario
... que nunca llegará.

Cuarteles de Invierno
rompiendo su silencio.
Muñecas de hielo,
testigos de este encierro.
Fue tan largo el duelo que al final
casi lo confundo con mi hogar.

Por mucho que vuelvo 
no encuentro mis recuerdos.
Los busco, los sueño; 
lo propio ya es ajeno.
Cayeron los bordes 
y el vaso ya está lleno. 
Y ahora sólo intento vaciar
Sólo necesito despegar.
Fue tan largo el duelo que al final
casi lo confundo con mi hogar.




ENTRADAS RELACIONADAS:


("... la "ambigüedad premeditada" debe ser una premisa innegociable para el quehacer literario, pues sólo agarrados a ella podemos ofrecer al receptor la plurisignificación, y, a partir de ahí, el goce estético que supone el deseo de interpretar. Y creo que Vetusta Morla navega por ahí cuando se pone a escribir... si oímos hablar de "las cartas de amor del banco...", el mensaje se abre, el pensamiento se dispara, galopa, el análisis se regocija...")


("¿De dónde vienen esas palabras que salen de mi boca...?", se preguntaba 'El Innombrable', de Samuel Beckett... "no digo lo que digo, hago lo que no hago", contesta Vetusta Morla... Puede que no seamos nosotros los que estemos hablando. Puede que nosotros seamos hablados por algo, o por alguien. Esto empieza a inquietar, desubicación existencial, masticando confusión, perdidos en un laberinto de sintaxis imposible...")






'ESTUPRO', por Juan José Millás / 'EL ARTE DE MANDAR', de Eduardo Galeano

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"Está uno tan tranquilo, sin meterse con nadie, tomándose la achicoria matinal, cuando llaman a la puerta y no es el lechero, sino la ley mordaza, que viene dispuesta a estipularte hasta que eches el hígado por la boca. Quien dice la ley mordaza dice el subsecretario de Cultura o la ministra de Trabajo. Nadie está seguro..."(J.J. Millás)

"... Si solo se castiga a los culpables, solo los culpables sienten miedo..."(Eduardo Galeano)


ESTUPRO

Merkel hace llorar literalmente a una niña en la tele después de haber hecho llorar metafóricamente a media Europa. Entretanto, los chinos nos compran por 10.000 euros un aeropuerto que nos costó 450 millones. En mi barrio, los chinos han comprado una iglesia católica para convertirla en un bazar gigante. Vale, anécdotas. Lo que no sabemos es en qué momento de la noche las anécdotas ascienden a categorías ni en qué instante de la economía financiera entra el hijo de Dios en la iglesia y se lía a golpes. Tampoco estamos seguros de que haya nacido el Jesús capaz de armar el cristo que la situación se merece.
Hace años, en una entrevista, La Mala me contó que cuando iba a firmar su primer contrato discográfico, fue preguntando el porqué de cada una de las cláusulas. “Es lo estipulado”, le respondían invariablemente. Al cuarto o quinto “estipulado”, la rapera dijo que se metieran lo estipulado por donde les cupiera y logró firmar un acuerdo decente. Ahora mismo vivimos bajo la dictadura de lo estipulado. No hay día en el que no nos estipulen duramente, bien con una rebaja salarial a la española, bien con un corralito a la griega. Está uno tan tranquilo, sin meterse con nadie, tomándose la achicoria matinal, cuando llaman a la puerta y no es el lechero, sino la ley mordaza, que viene dispuesta a estipularte hasta que eches el hígado por la boca. Quien dice la ley mordaza dice el subsecretario de Cultura o la ministra de Trabajo. Nadie está seguro, ni los niños que acuden inocentemente a la tele para ver un programa en vivo y en directo. Escóndanlos cuando la Merkel pase cerca y no les dejen atravesar solos el bosque porque los estipularán hasta el estupro. O hasta el estupor, ahora no caigo.
(Fuente: El País, 24-07-2015)
EL ARTE DE MANDAR
Un emperador de China, no se sabe su nombre ni su dinastía ni su tiempo, llamó una noche a su consejero principal y le confió la angustia que le impedía dormir. Le dijo: "Nadie me teme". Como nadie le temía nadie lo respetaba. Y como nadie lo respetaba nadie le obedecía. El consejero principal meditó un ratito y opinó: "Falta castigo". Y el emperador sorprendido dijo que castigo no faltaba, porque él mandaba a la horca a todo el que no se inclinara a su paso. Y el consejero principal le advirtió: "Pero esos, esos son los culpables. Si solo se castiga a los culpables, solo los culpables sienten miedo". El emperador chino pensó y pensó... y llegó a la conclusión de que el consejero principal tenía razón. Y le mandó cortar la cabeza. La ejecución ocurrió en una gran plaza pública, la plaza celestial, la plaza principal del imperio. Y el consejero fue el primero de una larga lista.



Columna para el comentario crítico: 'AMY', por Berna González / 'REHAB', Amy Winehouse.EJEMPLO DE EXAMEN (según PAU)

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"... programas que han convertido la fama en pienso para un público hambriento de grasas insaturadas: cotilleos, cuernos, amor ruidoso, gritos y acusaciones de escalera ante la gran audiencia. Zapeo entre basura, digo, y pienso en Amy, una delicatessen a la que la debilidad, pero también la voracidad de quienes la rodeaban, llevaron a la tumba"


AMY

No busquen “fama” en el diccionario. Probemos una definición que atrape los contornos más escabrosos de un sustantivo que parece habitar en la chispa, el brillo fugaz y el espejismo, pero cuya base es tan evanescente que, bien zarandeada, te puede llevar al abismo. Como las mejores tentaciones, tiene efectos secundarios.
Lo pienso mientras zapeo entre Sálvames y otros programas que han convertido la fama en pienso para un público hambriento de grasas insaturadas: cotilleos, cuernos, amor ruidoso, gritos y acusaciones de escalera ante la gran audiencia. Zapeo entre basura, digo, y pienso en Amy, una delicatessen a la que la debilidad, pero también la voracidad de quienes la rodeaban, llevaron a la tumba. Amy, el documental de Asif Kapadia sobre la joven cantante fallecida con sobredosis de alcohol, es una vacuna contra las fracturas de la fama que, créanme, bien vale una entrada al cine.
El acoso implacable de los paparazis a una chica despeinada y tambaleante que solo se había atrevido a dar sentido a su vozarrón agrietado; la capacidad destructiva de un marido drogadicto que, si no llevaba escrito el cartel de “peligro” alguien debería habérselo puesto; la avaricia de un padre que aparecía con cámaras cuando ella menos lo necesitaba o que desaconsejaba las rehabilitaciones si iban a torpedear las giras. (¿Recuerdan Rehab? No, no, no... my daddy thinks I'm fine.)
Todo ello alimentó canciones sensacionales como ésta que aún disfrutamos y bolsillos que aún se enriquecen con ella, sí; pero la batalla entre la fortaleza de una niña que tenía todo claro y la fragilidad de una mujer devorada por los artificios la ganó la muerte.
Fama es solo “opinión que las gentes tienen de algo”, por elegir una de las tres definiciones incoloras de la RAE. Pero nosotros ya sabemos que es también la criptonita que, en mentes sin muebles o sin escrúpulos, puede poner en marcha a los dioses del averno. Colesterol del peor. Vayan a verlo.
(Fuente: El País, 24-07-2015)
LETRA:
They tried to make me go to rehab 
But I said 'no, no, no' 
Yes, I've been black, but when I come back 
You'll know-know-know 
I ain't got the time 
And if my daddy thinks I'm fine 
He's tried to make me go to rehab 
But I won't go-go-go 

I'd rather be at home with Ray 
I ain't got seventy days 
'Cause there's nothing 
There's nothing you can teach me 
That I can't learn from Mr. Hathaway 

I didn't get a lot in class 
But I know it don't come in a shot glass 

They tried to make me go to rehab 
But I said 'no, no, no' 
Yes, I've been black, but when I come back 
You'll know-know-know 
I ain't got the time 
And if my daddy thinks I'm fine 
He's tried to make me go to rehab 
But I won't go-go-go 

The man said "why do you think you're here?" 
I said "I got no idea. 
I'm gonna, I'm gonna lose my baby, 
So I always keep a bottle near." 
He said "I just think you're depressed, 
Kiss me here, baby, and go rest." 

They tried to make me go to rehab 
But I said 'no, no, no' 
Yes, I've been black, but when I come back 
You'll know-know-know 

I don't ever want to drink again 
I just, ooh, I just need a friend 
I'm not going to spend ten weeks 
And have everyone think I'm on the mend 

It's not just my pride 
It's just 'til these tears have dried 

They tried to make me go to rehab 
But I said 'no, no, no' 
Yes, I've been black, but when I come back 
You'll know-know-know 
I ain't got the time 
And if my daddy thinks I'm fine 
He's tried to make me go to rehab 
But I won't go-go-go
PREGUNTAS:
1ª ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS
2ª TEMA. RESUMEN

3ª COMENTARIO CRÍTICO
Preguntas guía para el comentario crítico

1ª ¿Cómo está organizado el texto? (Estructura)
2ª ¿Qué tesis defiende el autor? (Ver Orientaciones para determinar el tema...)
3ª ¿Podrías resumir brevemente el texto con tus propias palabras?
(Las tres primeras preguntas corresponden, evidentemente, a las preguntas de Selectividad, ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS, TEMA Y RESUMEN. A partir de la cuarta pregunta comenzaría -es sólo una propuesta- el COMENTARIO CRÍTICO)
4ª ¿Qué tipo de texto es? Si es un texto literario, ¿a qué momento histórico pertenece, está "encuadrado" en algún movimiento literario?
5ª ¿Es un tema actual? ¿Crees que hay alguna idea "secundaria" importante?
6ª ¿Es un tema polémico?
7ª ¿Es un tema local/universal
8ª ¿Qé argumentos utiliza el autor para defender su tesis?
9ª ¿Es objetivo en sus planteamientos, o es subjetivo?
10ª ¿Cuáles son las “marcas lingüísticas” de su supuesta subjetividad? ¿Cuáles son las expresiones más impactantes, más significativas? Coméntalas.
11ª ¿Es un tema original?
12ª Si no lo es, ¿lo es, al menos su tratamiento, su enfoque?
13ª ¿Cuál es tu opinión?
14ª ¿Qué argumentos añadirías?
15ª ¿Qué argumentos opondrías a los del autor?
16ª ¿Puedes relacionar el texto, su tema principal, con otros textos, noticias… que conozcas?
17ª Teniendo en cuenta la intención del autor, ¿crees que ha sido eficaz? ¿Qué funciones del lenguaje predominan?
18ª ¿Cómo concluyes tu análisis, tu comentario?

4ª ANÁLISIS SINTÁCTICO:
Lo pienso mientras zapeo entre Sálvames y otros programas que han convertido la fama en pienso para un público hambriento de grasas insaturadas
5ª EL LENGUAJE PERIODÍSTICO / LOS GÉNEROS DE OPINIÓN / LOS GÉNEROS INFORMATIVOS / CLASIFICACIÓN DE LOS GÉNEROS PERIODÍSTICOS

ENTRADA RELACIONADA:





'EL CANON Y LA CASPA', por Luis Goytisolo / 'PARA LLORAR' y 'TRAGEDIA'', de Vicente Huidobro

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"Es curioso, muy curioso: para determinados críticos y profesores el panorama de la literatura española que estudié en el bachillerato sigue, en lo sustancial, tan vigente hoy como entonces... los nuevos planteamientos tanto en el ámbito de la narrativa como en el de la poesía eran vistos como algo ajeno a la tradición propiamente española..."(L. Goytisolo)

"La noche llega con sus corderos y sus selvas intraducibles... La ciudad cae en el saco de la noche
Desvestida de gloria y de prodigios"(V. Huidobro)


EL CANON Y LA CASPA

Es curioso, muy curioso: para determinados críticos y profesores el panorama de la literatura española que estudié en el bachillerato sigue, en lo sustancial, tan vigente hoy como entonces. Una postura que se mantiene asimismo en más de un departamento de español de universidades situadas en otros países. A grandes rasgos, dar como actual lo escrito hace alrededor de un siglo.
No es que novelistas como Baroja y Valle Inclán no me gusten. Lo que quiero decir es que resulta absurdo darlos como actuales si ya entonces sus novelas eran más propias del siglo XIX que del XX, coetáneas, por así decir, de las de Galdós y Clarín. Recuerdo lo que me gustó en su día El laberinto de las sirenas, por ejemplo; claro que por aquellos días aún no había leído La regenta, sin duda la obra cumbre de la novela decimonónica española. Las novelas de Baroja y de Valle Inclán son equiparables por sus rasgos narrativos no ya a las de un Flaubert o un Dickens, sino incluso a las de Stendhal. Mientras que la novela que ya en el siglo XX se escribía fuera de España nada o poco tenía que ver con la narrativa decimonónica. Así, Proust, Joyce, Faulkner, Kafka, coetáneos de Azorín, de Baroja, de Valle Inclán.
¿Y qué decir del ensayo, el pensamiento, la filosofía? Azorín fue fundamentalmente un estilista, al que hay que agradecer el haber puesto punto final a las extravagancias cursilonas del preciosismo. Y en cuanto a Ortega o Unamuno, son sin duda pensadores de altura, pero su obra se pierde en el mar de grandes figuras y tendencias existentes en la práctica totalidad del pensamiento europeo.Algo similar, aunque mucho más atenuado, sucede con la poesía. Entrado el siglo XX aparecen en España grandes poetas y grandes obras: Machado, J. R. Jiménez, Cernuda, el Lorca de Poeta en Nueva York… Pero todos ellos se mantienen al margen, como si nada hubiese pasado, de la gran revolución de la lírica que en los últimos decenios del XIX supuso la poesía de Rimbaud, de Lautréamont, de Mallarmé, que anticiparon no ya la lírica sino incluso aspectos de la narrativa del siglo XX. Cambios de forma y de fondo que propiciaron los ismos, un fenómeno —es cierto— más relevante por la voluntad de cambio que representa que por su calidad; pero el caso es que el único poeta de verdadero relieve en lengua española afín a esos movimientos es el chileno Vicente Huidobro. Y, al margen de tales ismos, hay sin duda una gran poesía del siglo XX, la que representan Paul Válery, Ezra Pound o T. S. Eliot, cuya Tierra baldía constituye probablemente el punto culminante de esa poética.
Y sin embargo, en una fase aún más o menos dura de la posguerra, había dado ya comienzo la renovación. Porque si La colmena nos remite a Dos Passos —no el Pascual Duarte—, los primeros escritos de Ana María Matute nos hacen pensar en Carson McCullers. No obstante, la verdadera renovación se sitúa entre los comienzos de los 60 y finales de la década de los 70, coincidiendo con los llamados planes de desarrollo y la Transición. Una coincidencia que en cierto modo dificultó su reconocimiento, ya que para muchos no era posible que bajo una dictadura como la de Franco florecieran las letras. Una idea de lo más equivocada, ya que el franquismo actuó precisamente a modo de acicate, de revulsivo, no menos en el ámbito de la creación literaria que en el de la actividad política clandestina.La mitificación producida respecto a la literatura española anterior a la Guerra Civil es evidente. Y ahí, en ese punto de referencia que es la Guerra Civil, puede estar la clave del fenómeno. Hay que tener en cuenta que hasta bien entrados los años 50 todo lo anterior a la Guerra Civil era sinónimo de excelencia. Una comida “de las antes de la guerra”, una fiesta “de las de antes de la guerra” o, simplemente, “de las de antes”. Los años de la inmediata posguerra fueron sin duda de una gran aridez en todos los terrenos, hasta el punto de que con frecuencia se olvidaba la crispación social y la violencia cotidiana que caracterizaron el periodo inmediatamente anterior, no precisamente idílico. El caso es que ese “antes” añorado, en contraste con una realidad cultural que sólo aquí y allá empezaba a dar tímidos síntomas de recuperación, tuvo también sus repercusiones en el ámbito de la creación literaria. Es decir: para literatura, nada como la de antes. Un planteamiento que convertía a ese periodo literario en poco menos que una réplica del Siglo de Oro.
Si ese impulso renovador era tan evidente, ¿por qué los guardianes del canon lo pasaron por alto como si no acertaran a percibirlo? Pues precisamente porque rompía con lo establecido, con ese canon; porque los nuevos planteamientos tanto en el ámbito de la narrativa como en el de la poesía eran vistos como algo ajeno a la tradición propiamente española. Lo que hizo que esos nuevos novelistas y poetas, apreciados de inmediato por la crítica más despierta tanto española como extranjera, siguieran al margen del canon. La coincidencia así en el tiempo como en el espacio con el llamado boom de la literatura latinoamericana —cuyo epicentro hay que situarlo en Barcelona— no hizo más que facilitar las cosas: los inventos, para el boom; lo propio de España era lo tradicional. Un dogma similar al de la España negra de Buñuel, que con tan poca fortuna han mantenido vigente algunos de sus discípulos.
tampoco me gusta Juego de tronos, de la que nunca he podido aguantar un solo episodio. Para el caso, puestos a elegir, me quedo con los golpes de humor de Big Bang Theory
Claro que cada uno tiene sus gustos, y en lo que se refiere al cine, pongamos por caso, y por cambiar de género, tampoco me identifico con algunos de sus mitos más extendidos. Así, nunca he comprendido la admiración que suscitan determinadas películas,Casablanca por poner un ejemplo. Y me gusta Ciudadano Kane, pero no así la mayor parte de las películas de Orson Welles, que como actor me parece horroroso. Vamos, que no lo considero a la altura de Kubrick o de Bergman o de Fellini. Y en cuanto a las series televisivas, pues tampoco me gusta Juego de tronos, de la que nunca he podido aguantar un solo episodio. Para el caso, puestos a elegir, me quedo con los golpes de humor de Big Bang Theory.Por otra parte, en torno a los 80, se fue implantando con éxito un nuevo tipo de novela que, debido a su amplia acogida, despertó más respeto que rechazo: la novela de gran público, el best seller, un producto más relacionado con el éxito de ventas que con la calidad literaria, y que sin duda ha contribuido a oscurecer la aparición de más de una obra de autores de verdadero talento publicada simultáneamente. Un tipo de narración que ha existido siempre, pero sin la pretensión no ya de ser equiparada sino de suplantar a lo que hasta ahora se ha entendido por novela. Su principal característica es que “te atrapa”. Y, bueno, será que no me atraen los cebos ni los anzuelos pero el caso es que se trata de algo por lo que nunca me he sentido atraído. Con leer las primeras líneas, las últimas y alguna página abierta al azar de la, por lo general, voluminosa novela, tengo bastante.
Claro que cada uno tiene sus gustos, y en lo que se refiere al cine, pongamos por caso, y por cambiar de género, tampoco me identifico con algunos de sus mitos más extendidos. Así, nunca he comprendido la admiración que suscitan determinadas películas, Casablanca por poner un ejemplo. Y me gusta Ciudadano Kane, pero no así la mayor parte de las películas de Orson Welles, que como actor me parece horroroso. Vamos, que no lo considero a la altura de Kubrick o de Bergman o de Fellini. Y en cuanto a las series televisivas, pues tampoco me gusta Juego de tronos, de la que nunca he podido aguantar un solo episodio. Para el caso, puestos a elegir, me quedo con los golpes de humor de Big Bang Theory.
(Fuente: El País, 25-07-2015)

Vicente Huidobro
PARA LLORAR
Es para llorar que buscamos nuestros ojos
Para sostener nuestras lágrimas allá arriba
En sus sobres nutridos de nuestros fantasmas
Es para llorar que apuntamos los fusiles sobre el día
Y sobre nuestra memoria de carne
Es para llorar que apreciamos nuestros huesos y a la muerte sentada junto a la novia
Escondemos nuestra voz de todas las noches
Porque acarreamos la desgracia
Escondemos nuestras miradas bajo las alas de las piedras
Respiramos más suavemente que el cielo en el molino
Tenemos miedo

Nuestro cuerpo cruje en el silencio
Como el esqueleto en el aniversario de su muerte
Es para llorar que buscamos palabras en el corazón
En el fondo del viento que hincha nuestro pecho
En el milagro del viento lleno de nuestras palabras

La muerte está atornillada a la vida
Los astros se alejan en el infinito y los barcos en el mar
Las voces se alejan en el aire vuelto hacia la nada
Los rostros se alejan entre los pinos de la memoria
Y cuando el vacío está vacío bajo el aspecto irreparable
El viento abre los ojos de los ciegos
Es para llorar para llorar

Nadie comprende nuestros signos y gestos de largas raíces
Nadie comprende la paloma encerrada en nuestras palabras
Paloma de nube y de noche
De nube en nube y de noche en noche
Esperamos en la puerta el regreso de un suspiro
Miramos ese hueco en el aire en que se mueven los que aún no han nacido

Ese hueco en que quedaron las miradas de los ciegos estatuarios
Es para poder llorar es para poder llorar
Porque las lagrimas deben llover sobre las mejillas de la tarde

Es para llorar que la vida es tan corta
Es para llorar que la vida es tan larga

El alma salta de nuestro cuerpo
Bebemos en la fuente que hace ver los ojos ausentes
La noche llega con sus corderos y sus selvas intraducibles
La noche llega a paso de montaña
Sobre el piano donde el árbol brota
Con sus mercancías y sus signos amargos
Con sus misterios que quisiera enterrar en el cielo
La ciudad cae en el saco de la noche
Desvestida de gloria y de prodigios
El mar abre y cierra su puerta
Es para llorar para llorar
Porque nuestras lágrimas no deben separarse del buen camino

Es para llorar que buscamos la cuna de la luz
Y la cabellera ardiente de la dicha
Es la noche de la nadadora que sabe transformarse en fantasma
Es para llorar que abandonamos los campos de las simientes
En donde el árbol viejo canta bajo la tempestad como la estatua del mañana

Es para llorar que abrimos la mente a los climas de impaciencia
Y que no apagamos el fuego del cerebro

Es para llorar que la muerte es tan rápida
Es para llorar que la muerte es tan lenta

TRAGEDIA
María Olga es una mujer encantadora. Especialmente la parte que se llama Olga.

Se casó con un mocetón grande y fornido, un poco torpe, lleno de ideas honoríficas, reglamentadas como árboles de paseo.

Pero la parte que ella casó era su parte que se llamaba María. Su parte Olga permanecía soltera y tomó un amante que vivía en adoración ante sus ojos.

Ella no podía comprender que su marido se enfureciera y le reprochara infidelidad. María era fiel. ¿Qué tenía él que meterse con Olga? Ella no comprendía que él no comprendiera. María cumplía con su deber, la parte Olga adoraba a su amante.

¿Era ella culpable de tener un nombre doble y de las consecuencias que esto puede traer consigo?

Así, cuando el marido cogió el revólver, ella abrió los ojos enormes, no asustados, sino llenos de asombro, por no poder comprender un gesto tan absurdo.

Pero sucedió que el marido se equivocó y mató a María, a la parte suya, en vez de matar a la otra. Olga continuó viviendo en brazos de su amante, y creo que aún sigue feliz, muy feliz, sintiendo sólo que es un poco zurda.
(Fuente: Biblioteca Ciudad Seva)







DOS SIGNIFICADOS EN UNO: "EMPLEO", por Alex Grijelmo / 'EL NUEVO', de Mario Benedetti

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"... el término “empleo” iguala injustamente a quien antes mantenía con holgura a sus hijos y a quien ahora no gana ni lo justo para pagarse el sustento propio...

 una palabra grande que, con la omisión intencionada de todo matiz adicional, manipula el pensamiento inocente"(Alex Grijelmo)

"... se agacha demasiado dentro de veinte años... no podrá enderezarse..."(Mario Benedetti)



DOS SIGNIFICADOS EN UNO: "EMPLEO"

Supongamos que pedimos a varias personas de distinta procedencia que piensen en un árbol. Sin remedio, cada una imaginará un ejemplar concreto, casi con seguridad el más habitual en su entorno: un árbol de copa redondeada y frondosa, o tal vez un puntiagudo ciprés, o un sauce con los brazos caídos. El cerebro actúa bajo la ley del mínimo esfuerzo, y siempre que debe proyectar un contexto sobre una palabra toma como referencia el más cercano, mientras no se le induzca a hacer otra cosa.
Las palabras grandes en las cuales caben otras más pequeñas se llaman hiperónimos. Y las contenidas en aquéllas reciben el nombre de hipónimos. Así, “árbol” es el hiperónimo de “endrino”, “secuoya”, “pino”, “roble” o “álamo”; y estas variedades son hipónimos de “árbol”, y árboles también.
Si alguien dijera, sin más contexto ni precisión, “mi hermano es pintor” o “los porteros españoles son los mejor pagados de Europa”, entenderíamos enseguida que el emisor del mensaje debe aclararnos algo. Cuando los individuos alojados en un nombre colectivo son tan dispares, el uso de un hiperónimo puede suponer la falsedad del aserto general.Pero a veces no existe un hipónimo preciso, y no bastará la palabra genérica si deseamos expresarnos con rigor. El término “pintor”, por ejemplo, cobija tanto al que da otra mano a la pared como al que vende sus cuadros por millones de euros. La palabra “portero” nos habla del empleado de la finca urbana y también de Iker Casillas. Y si buscamos mayor precisión en ambos casos, necesitaremos decir “pintor de cuadros” o “pintor de paredes”; y “el portero de mi casa” o “el portero del Oporto” (maldita sea, por cierto). De otro modo, se daría un problema de comunicación.
Así sucede cada vez que las autoridades informan sobre los datos del empleo. La palabra “empleo” abarca tanto al trabajador fijo con sus derechos laborales intactos como al contratado por una semana. Y su inclusión en el mismo saco semántico permite equiparaciones como ésta: “España ha recuperado más de 1,1 millones de empleos de los más de 3,5 millones que se perdieron en la crisis” (Fátima Báñez, ministra de Trabajo, el miércoles pasado).
De tal modo, el término “empleo” iguala injustamente a quien antes mantenía con holgura a sus hijos y a quien ahora no gana ni lo justo para pagarse el sustento propio. Ambos “empleados” son cabezas diminutas si se ven desde el sobrevuelo estadístico. Y sí: un número sustituye a otro. Pero el “empleo” que se creaba en 2005 y se destruía en 2011 difiere mucho del que crece ahora, aunque ambos se llamen “empleo”; una palabra grande que, con la omisión intencionada de todo matiz adicional, manipula el pensamiento inocente.
(Fuente: El País, 26-07-2015)


EL NUEVO


Viene contento 

el nuevo 
la sonrisa juntándole los labios 
el lápizfaber virgen y agresivo 
el duro traje azul 
de los domingos 

Decente 
un muchachito. 
Cada vez que se sienta 
piensa en las rodilleras 
murmura sí señor 
se olvida 
de sí mismo. 
Agacha la cabeza 
escribe sin borrones 
escribe escribe 
hasta 
las siete menos cinco. 
Sólo entonces 
suspira 
y es un lindo suspiro 
de modorra feliz 
de cansancio tranquilo. 

Claro 
uno ya lo sabe 
se agacha demasiado 
dentro de veinte años 
quizá 
de veinticinco 
no podrá enderezarse 
ni será 
el mismo 
tendrá unos pantalones 
mugrientos y cilíndricos 
y un dolor en la espalda 
siempre en su sitio. 
No dirá 
sí señor 
dirá viejo podrido 
rezará palabrotas 
despacito 
y dos veces al año 
pensará 
convencido 
sin creer su nostalgia 
ni culpar al destino 
que todo 
todo ha sido 
demasiado 
sencillo. 






'LENGUA E INCESTO', por Juan José Millás / 'EL INNOMBRABLE, de Samuel Beckett' (fragmento)

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"La reducción del lenguaje estrecha el campo de la visión y reduce el del pensamiento. Una sociedad que habla mal o que escribe mal no puede pensar bien, aunque tenga los ojos azules y mida 1,80...  cada vez se utilizan menos palabras en los idiomas que sobreviven a esta extinción desoladora... Con esas piezas dentales que llamamos palabras masticamos la realidad para digerirla y comprenderla..."

"... es la falta de los pronombres, no hay nombre para mí, no hay pronombre para mí"


LENGUA E INCESTO

Mi padre era esperantista, de modo que pasé gran parte de mi infancia escuchando la apología de ese idioma mítico que, cuando se impusiera sobre los demás, permitiría a cualquier persona, en cualquier parte del mundo, preguntar dónde se encontraba el cuarto de baño y ser entendido.
—Tú entrarás en un bar de Australia —añadía con un entusiasmo loco—, preguntarás por el servicio en esperanto y te responderán, también en esperanto, que al fondo a la izquierda.
El servicio, en los bares españoles, está al fondo a la derecha, pero mi padre creía que del mismo modo que en el hemisferio sur el agua gira alrededor del sumidero del lavabo en sentido contrario al de las agujas del reloj, el cuarto de baño debería estar allí en el lado opuesto al que ocupaba entre nosotros. Le fascinaban los cambios que se producían en las relaciones especulares, aunque nunca entendió por qué, si en el espejo aparece a la derecha lo que en la imagen real se encuentra a la izquierda, no vemos la cabeza donde deberían aparecer los pies.
Mi padre se murió sin resolver este enigma y sin saber que el esperanto había triunfado, aunque se llamaba inglés. En efecto, el inglés en el que se expresa el 90% de la población mundial que lo habla es un idioma de aeropuerto, que sirve para averiguar dónde está el retrete y poco más. Podríamos decir que se trata de un inglés escatológico, pero es que también el esperanto que yo conocí era un idioma escatológico, no sólo por la utilidad principal que le atribuía mi padre, sino porque, más que anunciar el principio de una nueva cultura, amenazaba con la muerte de todas.
En otras palabras, la cultura se inaugura al mismo tiempo que la diferencia. Podríamos decir que hasta ese instante la humanidad vivía en una situación indiferenciada, que es la que caracteriza al incesto. Los habitantes de Babel hablaban un idioma único, el esperanto de la época, que los mantenía patológicamente confundidos al modo en que el bebé confunde su cuerpo con el de la madre, pues ignora dónde termina él y comienza ella. Desconoce, en fin, la frontera existente entre sí mismo y la realidad. Para crecer, para ser alguien, para conquistar una subjetividad que otorgue un lugar en el mundo, es preciso separarse de la madre, desgajarse de ella literalmente, como las lenguas románicas se desgajaron en su día del latín para alumbrar el castellano, el francés, el gallego, el catalán, el portugués y todas sus secuelas culturales. De aceptarse esta idea, el relato de la Torre de Babel haría coincidir el nacimiento de la cultura, además de con el reconocimiento del otro, con la consideración del incesto como tabú. Ese tabú es uno de los pilares fundamentales de nuestra cultura. ¿Por qué? Quizá porque el incesto, en tanto en cuanto significa un regreso al origen, a la indiferenciación de los primeros tiempos, simboliza también la muerte. Mi padre, que era un hombre ingenuo, se quedaría espantado si escuchara esta interpretación según la cual su deseo de que se impusiera el esperanto ocultaba el de meterse en la cama con mi abuela.Quien haya leído la Biblia sabrá que el relato de la Torre de Babel apenas ocupa 10 o 15 líneas. Resulta increíble que una fábula de ese tamaño, y con una trama tan sencilla, haya atravesado los siglos llegando al día de hoy tan fresca como cuando se escribió. Sobre esa fábula se han escrito miles de páginas, pues ha sido motivo de inspiración para filósofos y ensayistas, aunque también para pintores y músicos. Cualquier escritor sensato daría un brazo por alumbrar un cuento con esa capacidad para sobrevivir y crecer a lo largo del tiempo. ¿Dónde está su secreto? ¿De dónde procede su vigencia inagotable? ¿Cuál es la carga simbólica que la mantiene viva? Para mí que la juventud perenne de ese relato se debe a que resume de manera admirable un momento inaugural en la historia de los seres humanos, pues cuando Dios confundió las lenguas de los habitantes de Babel, obligándolos a organizarse en grupos lingüísticos que tomaron diferentes direcciones, comenzó, desde mi punto de vista, la cultura.
La vigencia del inglés, en los términos en los que se está produciendo, que va más allá de lo que históricamente se ha entendido por una lengua franca, ¿significa una vuelta atrás? Quizá sí. Claro que el inglés no tiene la culpa, le podía haber tocado a otro idioma, incluso al esperanto, pero de momento le ha tocado al inglés. Tal vez el inglés del futuro sea el chino.
Según algunas estadísticas, el 60% de los idiomas del mundo está en trance de desaparecer. Últimamente todo está en trance de extinción. Cada 20 minutos, por ejemplo, desaparece una especie animal y empeora la calidad del esperma de las que van quedando. Del 40% de los idiomas que no corren ningún peligro, el principal en nuestro ámbito es el inglés, que la mayoría de las personas habla de un modo aproximado, y no para preguntarse precisamente quiénes son, adónde van o de dónde vienen, que es para lo que lo utilizaba Shakespeare, sino para averiguar dónde está el cuarto de baño. Hay gente que se las arregla con un vocabulario de 70 u 80 palabras, lo que para el pensamiento es tan peligroso como para la biología que nos manejáramos con un esperma que no contuviera más de 70 u 80 espermatozoides.
La naturaleza tiende al policultivo porque gracias a él, cuando se produce una epidemia, sólo muere la especie afectada. En el monocultivo, un invento específicamente humano, cuando hay una epidemia todo el terreno queda baldío. El monocultivo en el mundo vegetal ha sido bueno para la alimentación. Pero el monocultivo, en lo que a las lenguas se refiere, podría ser un desastre. Da lugar a ese fenómeno que llamamos pensamiento único. La globalización, entendida como homogeneización, es la muerte. Los bancos de esperma, cada vez más solicitados, reciben sobre todo peticiones de material genético cuyos donantes tengan los ojos azules, 1,80 de altura y pelo rubio. La globalización, también en lo que a la genética se refiere, se está traduciendo en una forma de estandarización escalofriante. En unos años, si esta demanda se consolida, la humanidad podrá disfrutar no sólo de un pensamiento único, sino de una uniformidad física total. Al contemplar al otro creerás que estás mirándote en el espejo y te enamorarás de él, es decir, de ti, como Narciso, que elevó la endogamia a los extremos de todos conocidos. Este panorama remite a los procesos de implosión, de encogimiento, de regreso a los orígenes, a la muerte. ¿Acaso no vivimos en sociedades muy incestuosas en el sentido de que son muy tolerantes con lo que no deberían serlo y muy prohibitivas en asuntos banales? ¿No queda esto perfectamente metaforizado en el regreso a un idioma global que apenas sirve para averiguar la hora?
Me gusta decir que la lengua es un órgano de la visión porque cuando voy al campo yo solo, y dada mi ignorancia en asuntos relacionados con la naturaleza, apenas veo árboles, pero cuando voy con un amigo experto, además de árboles, veo acacias y chopos y pinos y fresnos y álamos y castañales y robles. La reducción del lenguaje estrecha el campo de la visión y reduce el del pensamiento. Una sociedad que habla mal o que escribe mal no puede pensar bien, aunque tenga los ojos azules y mida 1,80. Digo esto porque, además del triunfo inesperado del esperanto y de la pérdida diaria de alguna lengua, uno tiene la impresión de que del mismo modo que cada vez hay menos clases de escarabajos, cada vez se utilizan menos palabras en los idiomas que sobreviven a esta extinción desoladora. Cada palabra que se cae del vocabulario, como cada lengua que se pierde, equivale a la pérdida de una pieza dental. Con esas piezas dentales que llamamos palabras masticamos la realidad para digerirla y comprenderla. Los tractores que esquilmaron impunemente la Amazonía no sólo acabaron con un ecosistema, sino con multitud de lenguas a través de cuya óptica se comprendía la necesidad de mantener intacta esa reserva. Quizá deberíamos comenzar a mostrar en relación a las palabras y a los idiomas la misma preocupación que mostramos por las especies animales o vegetales. Hace falta la aparición de un activismo en relación a la lengua y a las lenguas, especialmente en un momento en el que la globalización se está mostrando incompatible con el mantenimiento de la identidad lingüística, de las identidades lingüísticas. Si las lenguas sólo sirvieran para averiguar dónde está el baño, nos daría lo mismo. Pero preferiríamos que las generaciones del futuro las utilizaran para algo más.
(Fuente: El País)

'EL INNOMBRABLE' (fragmento)
(...) él es quien habla de mí, como si yo fuera él, como si yo no fuera él, los dos, y como si yo fuera otro, el uno después de otro, él es el afligido, yo estoy lejos, oís, dice que estoy lejos como si yo fuera él, no, como si yo no fuera él, pues él no está lejos, está aquí, él es quien habla, dice que soy yo, después dice que no, yo estoy lejos, lo oís, me busca, no sé por qué, no sabe por qué, me llama, quiere que salga, cree que puedo salir, quiere que yo sea él, o que sea otro, seamos justos, quiere que suba, que suba a él, o que suba a otro, entonces dice Murphy, o Molloy, ya no sé, como si yo fuera Malone, pero se acabó de los otros, no quiere más que él, para mí, cree que es la última oportunidad, cree eso, le enseñaron a creer, esto, aquello, es él siempre el que habla, Mercier no habló nunca, Moran no habló nunca, yo no hablé nunca, parece que hablo, es porque él siempre dice yo como si fuera yo, estuve a punto de creerlo yo también, ya lo oís, como si fuera yo, yo que estoy lejos, que no me puedo mover, al que no se puede hallar, pero él tampoco, tampoco puede hablar, y con todo, quizá no sea él, quizá sea toda una pandilla, uno tras otro, qué confuso es esto alguien habla de confusión, es una falta, todo es falta aquí, no se sabe por qué, no se sabe de quién, no se sabe con respecto a quién, alguien dice sé, es la falta de los pronombres, no hay nombre para mí, no hay pronombre para mí (…)







'EL HONOR DE LOS FILÓSOFOS', por Víctor Gómez Pin / ALGUNAS DECLARACIONES DE NOAM CHOMSKY

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"... para Cavaillès el debate conceptual pasaba necesariamente por el combate militante... el combate contra los enemigos del pensamiento constituye el primer imperativo, pues la filosofía puede ayudar a la liberación...

Al proseguir con el rigor que se conoce su admirable trabajo al servicio de la causa del lenguaje, a la vez que denuncia el feroz tratamiento de la crisis griega por los poderes mundiales, Noam Chomsky hace hoy día honor a esa indomable tradición"


Noam Chomsky

EL HONOR DE LOS FILÓSOFOS

En agosto de 1943, el filósofo francés Jean Cavaillès es arrestado por la Gestapo y finalmente fusilado el 17 de enero de 1944 en la ciudad de Arras. Durante el juicio, cuando un miembro del tribunal le pregunta por los motivos subjetivos que le habían movido a la resistencia, responde que “había sabido encontrar en la continuidad de la lucha un antídoto para la humillación de la derrota”, precisando de pasada que, dado su amor a la Alemania de Kant y de Beethoven, con su postura militante “demostraba que realizaba en su vida el pensamiento de sus maestros alemanes”. Todo filósofo es movido por la convicción de que las interrogaciones filosóficas no son algo contingente, sino que anidan en todos los seres de razón, como problemas invariantes de la existencia. Pero ante un orden social sustentado en el repudio de la verdad, para Cavaillès el debate conceptual pasaba necesariamente por el combate militante.
En esa misma Europa de la guerra, en el Oflag II B —un cuartel-prisión para oficiales en Pomerania— un grupo de reclusos intenta que aquella atmósfera opresiva no sea óbice para el ejercicio de la filosofía. En esos años la obra de Husserl está proscrita en Alemania por su condición de judío. Sin embargo, en el Oflag II B, el interno Paul Ricoeur se hace con un ejemplar de Ideas del pensador, que lee y comenta a escondidas de sus guardianes, realizando en los márgenes una traducción que en los años cincuenta se publicaría en París. Historia de anotaciones al margen que tiene un noble y trágico precedente:
En 1553 el pensador aragonés Miguel Servet fue conducido a la hoguera. No se trataba solo de la circulación pulmonar de la sangre, expuesta en el libro V de su Restitución del cristianismo; es también asunto de honor intelectual frente a la palabra autoritaria y la correlativa venganza del poderoso, pues conminado por el reformador Calvino a leer su Institución de la religión cristiana,Servet le había devuelto el ejemplar plagado de notas críticas. En el juicio el pensador nunca se doblegó, acusando al propio Calvino y pidiendo que este fuera sometido a idéntico interrogatorio que él mismo. Hay precedentes de esta actitud: “A regañadientes acepto tu muerte, como a regañadientes hubieras aceptado que te concediera la vida”, habría dicho César al enterarse del final trágico del filósofo estoico Catón el Joven, vencido por haber tomado el partido de Pompeyo, pero jamás genuflexo ante aquel a quien había acusado de perjuro e ilegalidad.
Recordando que las doctrinas religiosas imperantes daban apoyo a las arraigadas convicciones sobre la centralidad de la Tierra, el Nobel de Física Max Born se pregunta: ¿qué hizo que las nuevas hipótesis astronómicas fueran abriéndose camino? Pues simplemente, responde, que lograr explicar el entorno terrestre o celeste constituye “el ardiente deseo de toda mente pensante”, deseo que no se aminora en absoluto por el hecho de que aquello que se trata de aclarar “sea eventualmente de total irrelevancia para nuestra existencia”. Total irrelevancia para la existencia empírica, pero fundamental para la dignidad del espíritu humano, por la cual, sin necesidad de remontarse a Sócrates, tantos pensadores se han jugado el espíritu y la vida. Aun sin llegar a ser objeto de condena y prisión, decenas son los filósofos que han respondido con entereza en circunstancias que hacían difícil mantenerse fieles a la exigencia de verdad: “Hay que irse”, es la sobria despedida de René Descartes a su muerte en Estocolmo en 1650. Doce años más tarde, la Iglesia pone la obra completa en elÍndice y cuando en 1667 sus restos retornan a Francia el monarca Luis XIV prohíbe todo elogio público.
El filósofo, más que indicarnos dónde reside el bien, ha de dar pruebas de entereza, lo cual exige seguir respondiendo a las exigencias del pensar en los momentos mismos en los que el combate contra los enemigos del pensamiento constituye el primer imperativo, pues la filosofía puede ayudar a la liberación siendo efectivamente filosofía. De ahí los arrestos de Cavaillès para escribir en la cárcel un abstracto tratado sobre lógica y teoría de ciencia. Al proseguir con el rigor que se conoce su admirable trabajo al servicio de la causa del lenguaje, a la vez que denuncia el feroz tratamiento de la crisis griega por los poderes mundiales, Noam Chomsky hace hoy día honor a esa indomable tradición.
(Fuente: El País)

DECLARACIONES DE CHOMSKY
Bueno, hay muchas opciones. Una opción, aunque extrema, es salirse de la eurozona, pero tiene mucho coste. Pero piense en ello. Particularmente, en el caso de Grecia. Porque si uno está fuera de la moneda única, al menos, en un principio hay una salida (de la crisis) al devaluar la moneda. Es interesante ver cómo Inglaterra, que tiene su propia moneda, sigue las mismas políticas. Y puede que entre en su tercera recesión en dos años. Sigue para abajo. Es lo que las políticas hacen. Esa es una política extrema.

Otra menos extrema sería que los países de la periferia, los que están sufriendo realmente más: Grecia, España, Irlanda, Portugal y quizá Italia, se consolidasen de alguna manera y formaran una parte de la Unión Europea que se convirtiera en un grupo de presión, para cambiar las políticas en lo que tiene que ser, y que formaran parte de ese grupo de presión que cambiara políticas y consiguiera más estímulo. En 1953, la República Federal Alemana estaba en un caos total. Se estaba derrumbando. Había deuda, no había producción. Y recurrieron a Europa para que les rescatase. Y Europa lo hizo. Y se convirtieron en un país rico. Ocurrió otra vez, algo parecido, durante la unificación....

Bueno, lo que llamamos capitalismo es lo que llamamos en Estados Unidos una mezcla de sistemas de mercado e intervención del estado. Masiva. Algunas de las intervenciones son tan obvias que no se pueden escapar. Como rescatar a los bancos. Si miramos a los años 50 y los 60, durante el gran período de crecimiento, no había crisis financiera.

Por una cosa, porque las regulaciones del New Deal eran para otra cosa. Los bancos eran bancos. Eran lugares donde se ponía el dinero y se lo dejaban a alguien más. Y funcionaba. Pero no había bancos interestatales cruzando Estados Unidos. No había bancos internacionales. Y todo cambió mucho en los 70. Entonces, los bancos se convirtieron en su mayoría en lugares como Goldman Sachs o JP Morgan Chase. Tienen depósitos. Pero la gran parte de sus actividades es jugar con dinero. Además, saben de esta política del gobierno de que son demasiado grandes para caer. Lo saben. Eso incentiva el riesgo. Transacciones arriesgadas. Tener muchas ganancias. Y cuando se derrumban, arrastran todo el sistema con ellos. Y no es su problema. Y el contribuyente viene y te rescata. Eso es un seguro de accidentes. No sólo significa que pueden hacer lo que quieran, sino que consiguen mejores calificaciones de crédito porque las agencias saben que se les va a rescatar.

Así pueden conseguir préstamos más baratos y ganar mucho dinero con ello. Nadie sabe exactamente cuánto. Pero hubo un estudio reciente del FMI (Fondo Monetario Internacional) -todavía no he visto los detalles-, pero dice que las ganancias de los grandes bancos vienen directamente de esta política de los gobiernos (por la de que son demasiado grandes para caer). Y esto significa que los contribuyentes han pagado a estas instituciones por ayudar a destruir la economía. Esto no es la ley de la naturaleza.

Se pueden hacer muchas cosas. Hay una vieja idea que ha estado ahí durante años y que es el impuesto de las transacciones financieras, que recorta las transferencias especulativas a corto plazo, que puede dejar inversiones a largo plazo y que pueden ser constructivas.


TAMBIÉN DE VÍCTOR GÓMEZ PIN EN ESTE SITIO:
("... los filósofos han tendido a defender el derecho a asaltar las bastillas donde se sometía la libertad de los individuos... La educación, sostiene, está pensada como "instrumento de doma", más orientada a formar productores explotables que ciudadanos críticos... acometer "una guerra contra la estulticia" que hace "soportable lo que es contrario a la dignidad humana")
("Y los primeros síntomas de tal debilidad consisten en la reducción de la propia lengua a su función instrumental... ... Guerra de lenguas determinada por conflictos de poder que las trascienden, y síntoma de que se ha dado la espalda a lo fundamental, a ese común denominador que, homologándolas en dignidad, hace de cada una de ellas efectivo patrimonio de todos nosotros")
("... la filosofía es una guerra contra la estulticia, porque la estulticia hace soportable lo que es contrario a la dignidad humana... De alguna manera la lucha por la libertad confiere ya libertad...")




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