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GENERACIÓN DEL 27, REUNIÓN DE MATERIALES (entrada revisada y ampliada)

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"En este momento dramático del mundo, el artista debe llorar y reír con su pueblo… El dolor del hombre y la injusticia constante que mana del mundo y de mi propio cuerpo y mi propio pensamiento, me evitan trasladar mi casa a las estrellas… "

Ahora que estamos trabajando la Generación del 27 sin olvidarnos de la del 98, para establecer relaciones y tener referencias, aquí tenéis una reunión de materiales que os puede interesar.



















(Está presa, aquí arriba, invisible... Pero de noche, cerradas las ventanas para que no la vean —guiñadoras espías— las estrellas, la soltaré. (Apretar un botón.)


("... dar a la realidad cruda e indistinta una realidad poética y singular")


(Partiendo de una experiencia concreta, un beso, Salinas se lanza "más lejos", hacia la interiorización o el sueño, trascendiendo el puro contacto físico, buscando el todo, el beso original... la eternidad...)


(La identidad o la diferencia entre Modernismo y Generación del 98 todavía hoy sigue siendo objeto de polémica. En el siguiente texto (considerado ya un clásico de la teoría literaria) Salinas quiere establecer de forma contudente las diferencias, a su juicio esenciales, entre los ¿dos? grupos de escritores.Proponemos a los alumnos (a modo de ampliación teórica) una actividad simple: seleccionar las partes más significativas, teniendo en cuenta la intención del autor.)







'LA COMUNICABILIDAD DEL TOREO (y III)', por Santi Ortiz

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"El toreo muere a medida que nace. Se torna pasado al ritmo del presente. Torero y toro componen, descomponen y tornan a componer sus figuras dinámicas y armónicas sobre la piel del tiempo... No está concebido para la permanencia buscando fabricar un objeto artístico material y conservable, genera producciones sublimes o bellas consumidas de inmediato por la fugacidad del tiempo... el toreo es recibido por el espectador mientras está siendo"

LA COMUNICABILIDAD DEL TOREO (y III)

    Museo del Prado. Sala de Goya. Nos asomamos a la madrugada madrileña del 3 de mayo de 1808 en el inmortal cuadro del genial pintor. Contemplándolo, aún nos parece fresco el olor a pólvora. Entre los sentenciados, el horror se tapa la cara, la fe reza, la dignidad abre los brazos al encuentro de las balas que habrán de salir del pelotón de fusilamiento. Don Francisco de Goya –Don Paco el de los toros– pintó el óleo allá por 1814. Más de dos siglos hace, pero aún podemos recrearnos en la obra.

     Galería de la Academia de Florencia. El tamaño impresionante del David, de Miguel Ángel, domina la sala. Más de cinco metros de altura y cinco mil quinientos kilogramos de mármol blanco dan materia y testimonio del arte incomparable de uno de los más grandes genios de todas las épocas. La estatua, realizada en los primeros años del siglo XVI, mantiene viva la grácil anatomía del joven rey, honda al hombro, antes de enfrentarse a Goliat. Por un precio que oscila entre los 3,25 y los 6,5 euros, cualquiera que esté en Florencia puede verlo hoy mismo.

     Concierto de Año Nuevo, en Viena. Como cada 1 de enero, el público que llena la Sala Dorada del Musikverein espera con fruición que la Orquesta Filarmónica de Viena, bajo la dirección elegida para el caso, interprete la célebre Marcha Radetzky poniendo colofón al acto. La pieza fue compuesta en 1848 por Johann Strauss –el padre del homónimo compositor de El Danubio azul– en honor del mariscal de campo Joseph Wenzel Radetzky, pero por ella no pasa el tiempo. Puntual a su cita de primero de año, continúa, generación tras generación, espoleando y haciendo las delicias de todos los privilegiados que pueden asistir in situ al acto y de quienes nos damos cita, casi como en un ritual, ante la pantalla de televisión para disfrutar del concierto.

     Corre el año 1862. Los círculos literarios de París se conmocionan ante la publicación de Los Miserables, unas de las obras maestras de Víctor Hugo. Más de ciento cincuenta años después, la novela, con las desventuras, tribulaciones y grandeza de espíritu de Jean Valjean y demás personajes que aparecen en ella, sigue emocionando a los lectores que deciden adentrarse en sus inolvidables páginas.

     El museo, la galería, la fonoteca o la biblioteca preservan del paso del tiempo obras como las aquí consignadas. Ningún espacio semejante existe para conservar el toreo, paradigma de arte efímero por excelencia. El toreo muere a medida que nace. Se torna pasado al ritmo del presente. Torero y toro componen, descomponen y tornan a componer sus figuras dinámicas y armónicas sobre la piel del tiempo. Su discurso aparece y desaparece como palabras en el viento. No está concebido para la permanencia buscando fabricar un objeto artístico material y conservable, genera producciones sublimes o bellas consumidas de inmediato por la fugacidad del tiempo.

     Podrá objetárseme que existen las fotografías, los vídeos, donde se conservan faenas y lances memorables, pero estos no dejan de ser simulaciones donde el toreo aparece mutilado respecto a lo que es capaz de transmitir a los espectadores por la vía directa de los cinco sentidos. Una fotografía de un natural de Manolete enroscándose el toro a la cintura puede ser muy impactante, pero no deja de ser una imagen fija. Movimiento podemos encontrar en las cintas de vídeo, pero nos restringen a las dos dimensiones, cuando el toreo es tridimensional. Incluso recurriendo a la tecnología del 3D y colocándonos las gafas adecuadas para apreciarlo en relieve, careceríamos también del sentido emocional que el toreo establece con su entorno, la manifestación espiritual que dimana de su propia esencia.

     La fuerza de la emoción que contiene el toreo real supera infinitamente la que podría proporcionarnos cualquiera de sus posibles representaciones o simulaciones. Porque, por encima de todo lo expuesto, el toreo es recibido por el espectador mientras está siendo, con lo cual hace planear sobre quien lo contempla la incertidumbre de lo que ocurrirá luego, quién sabe si la cogida, quién sabe si la muerte. La angustiosa conmoción que sacudió la plaza de Granada –19 de junio de 2014– viendo a José Tomás inerte y tendido boca abajo en la arena después de haber sufrido una espeluznante voltereta; los momentos terribles vividos mientras se lo llevaban como muerto a la enfermería, los ataques de ansiedad, las lipotimias que sufrieron bajo la impresión algunos de los espectadores, el nerviosismo que atenazaba la plaza ante la falta de noticias y, finalmente, el inmenso alivio que nos volvió a conmover a todos cuando José Tomás, lívido como un espectro, se abría paso por el callejón y solicitaba permiso de la presidencia para reanudar la lidia; el rugido impresionante que alzó en pie a la plaza entera, la ovación emocionada, los gritos de ¡Torero! ¡Torero! que le acogieron como en un abrazo donde la congoja, la admiración y el cariño se mezclaban inextricablemente; todo este cúmulo de sensaciones, sentimientos y emociones es irreproducible. O se experimenta en vivo o te quedas sin ellos por muchos vídeos que veas, por muchas fotos que te muestren, por más comentarios que escuches o crónicas que leas.

     También el gozo que nos llega directamente de su realidad es irreemplazable. Por eso, su condición efímera confiere a su naturaleza un encanto, si se quiere romántico, que no poseen las artes perdurables. No olvidemos que el toreo es arte vivo, palpitante, que se comunica en el mismo instante que existe, que nace y muerte cara al público, que muestra desnuda la momentánea realidad etérea de su ser. En cambio, lo que puede archivarse o coleccionarse tan sólo es la imagen de lo vivo, nunca lo vivo en sí.

     El toreo, por dicha efimeridad y pese a la irreproducibilidad que hemos mencionado, además de la comunicabilidad directa de la plaza, necesita otra en diferido que prolongue su fugaz ocurrencia, que siga manteniendo su presencia cuando ya no esté. Esta comunicación diferida del toreo nos obliga a viajar al pasado, lo cual, aunque no es posible para el cuerpo, sí es totalmente factible para la mente. Para eso nos son de gran ayuda las fotos y las películas de vídeo. Ambas se comportan como ventanas abiertas en el tiempo, que nos permiten observar, desde el presente, ciertos rasgos de la realidad vivida en el pasado por aquellos seres que quedaron atrapados en la emulsión fotográfica o el celuloide. Con ellas, reconstruimos porciones del pretérito, como hacen la arqueología, la geología o la historia.

     
Ante mí –e ilustrando este artículo– tengo una de las piezas más famosas de la fotografía taurina. Se titula: “Caída al descubierto”. Con ella, su autor, Manuel Cervera, ganó el segundo premio de la Exposición Internacional de Londres en 1919. Está tomada –con un sol lateral que potencia el contraste entre luces y sombras– en la plaza de Toledo. Nimbada por la nube de polvo levantado, se nos muestra la escena: el toro, que antes ha herido grave o mortalmente al caballo que aparece tendido en el suelo, ha derribado al picador –que se muestra indefenso de espaldas a la res– y hace amagos de embestirle. Un torero –Juan Belmonte– trata de impedírselo cogiendo por el rabo al animal, mientras que, por detrás del caballo, con un vestido bordado en azabache, otro torero –Rodolfo Gaona– lo llama con la voz y mete su capote buscando llevarse el astado. El caballo tordo, sin jinete, busca alejarse del peligro, mientras que cuatro mozos –seguramente, monosabios– se la juegan a cuerpo limpio tratando de ayudar a levantar al piquero. Dos peones, más alejados, y el picador de reserva al fondo, contemplan la escena con la misma atención que el público que abarrota la plaza. En primer término, un empleado de la cuadra de caballos, sin perder de vista al toro, interrumpe su intento de levantar al jamelgo careto o quitarle los arreos si estuviere muerto.

     Esta es la estampa visible, pero también de ella puede extraerse conocimiento y una evidencia. Respecto a lo primero, vemos que los caballos todavía no están –como a partir de 1928– protegidos por el peto. Los toreros, según puede apreciarse en el picador derribado y en Belmonte, aún llevan coleta natural, no el “añadido” con castañeta de hogaño. Los capotes no tienen tanto apresto y son mucho más blandos que los de ahora. Tampoco se observa en el ruedo las rayas concéntricas que se pintan en la actualidad para la suerte de varas, buscando crear en el cite del picador un espacio de separación mínimo, una tierra de nadie, que el toro ha de cubrir si quiere embestir a la cabalgadura. También para eso ha de mostrar bravura: a un toro que no sea de lidia ni echándole el caballo encima lo haríamos pelear con él. En cuanto a la evidencia, salta de lo anteriormente expuesto: el toreo no es un arte anclado en el tiempo; el toreo ha venido evolucionando desde sus inicios tanto en la preceptiva de la lidia como en la reglamentación del espectáculo. No existen en él experiencias inmutables, porque sus significados cambian con el tiempo.

     Sin embargo, además de las fotos, de los vídeos, de los viejos carteles, de las vitrinas que guardan históricos vestidos de luces, de las reliquias que evocan alguna tarde trágica o triunfal, de las crónicas que narran las corridas, de las cabezas de toros disecadas, el toreo real, el vivo, el que ocurre en la plaza, tiene que tener un lugar donde depositar su legado; un lugar donde conservarse y del que poder extraerse cuando hiciera falta; un lugar que hiciese las veces de museo, de galería, de fonoteca o de biblioteca. Ese lugar existe como una patria atomizada, repartida por todo el orbe taurino, y lo lleva cada aficionado incluido en su ser: la memoria.

     Es en ella, donde el toreo encuentra, fundamentalmente, su prolongación: en la memoria de los aficionados y los profesionales, sean estos toreros, ganaderos, apoderados, empresarios, mozos de espada, periodistas, etc. La memoria brinda su territorio para que el toreo anide y lo salva de la muerte del olvido gracias a nuestra capacidad de recordar. La memoria nos permite viajar al pasado, atrapar los recuerdos y hacerlos viajar a su futuro trayéndolos con nosotros al presente.

     En la era de la mitología, los griegos consideraban a la Memoria madre de las Musas. Le concedían su veneración y su respeto, porque, cuando aún no asistía al hombre la escritura, la memoria era la depositaria de la sabiduría, el registro viviente de la historia. Con el toreo ocurre igual. La memoria es su registro vivo, el archivo mental de ese ayer del que la mente fue testigo. Además, es un registro que puede comunicarse, que puede compartirse, gracias a esa característica que hace única a la especie humana: el lenguaje.

     Esto último es trascendental: la memoria sin lenguaje no podría compartirse. Podríamos, sí, retener y consignar en nuestra propia memoria cualquier suceso que nos tuviera por testigo, pero sólo en la nuestra. No la podríamos comunicar a otras mentes.  Esto último es lo que le sucede a las demás especies animales… ¡por fortuna para el toreo! Imagínense lo que ocurriría si un toro toreado pudiera comunicarles a otros su experiencia y los resabios adquiridos.

     El lenguaje permite considerar a un tiempo dos –o más– episodios diferentes de la realidad, y cuando lo hace con el concurso de la memoria, que siempre involucra al pasado sea éste próximo o lejano, nos ofrece cuatro posibles variantes comunicativas, agrupadas dos a dos, según dicha comunicación se establezca entre dos mentes distintas  o de una mente consigo misma. En cada uno de estos casos, se dan dos variantes factibles: la comunicación de una realidad vivida en el pasado en el mismo lugar donde se está y la comunicación de una realidad vivida en el pasado en otro lugar distante. Ejemplo de ellas, cuando la comunicación se establece entre dos mentes distintas, podrían ser: el contarle a mi joven vecino de localidad en La Maestranza de Sevilla la inmarcesible faena de El Viti al toro de Samuel Flores en la Feria de Abril de 1966, cuando todavía él no había nacido (comunicación de una realidad ocurrida en el mismo lugar), o, aprovechando el descanso entre toro y toro, hablarle de lo protocolarios y rigurosos que eran los tentaderos en el cortijo “Juan Gómez”, cuando lo tenía en propiedad don Carlos Urquijo (comunicación de un suceso acaecido a unos veinticinco kilómetros de donde estamos hablando).

     Particularmente interesante se presenta el caso de la realidad rememorada por la propia mente cuando tal proceso le permite reconocer lo que en ese momento percibe, como una reaparición de algo que nos dejó grabada su impronta. Una reaparición que cierra la secuencia: aparición, desaparición, vuelta a aparecer. Dicho más claramente y centrándonos en el toreo, es lo que nos ocurre cuando vemos, por ejemplo, citar a un torero que ya nos había emocionado profundamente en otras ocasiones; un torero que habíamos dejado de ver y que ahora lo tenemos de nuevo ante nuestros ojos. Hay algo en su forma de colocarse, de llamar al toro, de la determinación que exhala su apostura, que nos trae a la mente esas otras situaciones emocionantes vividas con él anteriormente. Entonces, suele ocurrir que las imágenes rememoradas se superponen en nuestro cerebro a las del presente, como un pie que encajara en la huella antigua, consiguiendo que sintamos la misma emoción de antaño aun antes de haberse producido la actual. Es como si las imágenes que nos surte la memoria fueran un adelanto, una premonición, de lo que el torero va a hacer a continuación, o mejor dicho: de lo que esperamos y deseamos que el torero haga. En estos casos, el espectador suele mirar al ruedo con los ojos de la memoria más que con los de la cara, aun a riesgo de meter el pie en la huella equivocada; esto es: que lo que el torero realice ahora en nada se parezca a la imagen que conservamos de él provocando que el ole irreprimible que hemos exclamado prematuramente guiados por el recuerdo caiga en la incomprensión o en el ridículo.

     También puede ocurrir que lo real y lo imaginario se mezclen en nuestros recuerdos dándonos una imagen distorsionada de la realidad rememorada. Éste es uno de los mayores riesgos de la utilización de la memoria como archivo y rememoración: su capacidad para deformar la realidad. Tengamos en cuenta que memoria e imaginación se ocupan de convertir en realidad el mismo prodigio: hacer presente lo ausente. Sin embargo, mientras la imaginación tiende de modo natural a lo fantástico, a lo irreal, lo improbable y lo utópico; la memoria se dirige hacia una realidad anterior. Sería deseable, por tanto, separar lo más nítidamente posible rememoración e imaginación para que ese deseo de fidelidad al que aspira la función veritativa de la memoria no se vea amenazado por la contaminación de fantasías. No obstante, lograrlo es todo menos fácil, ya que cualquier forma de abuso que haga resaltar la vulnerabilidad de la memoria no hace sino poner de manifiesto el carácter enormemente problemático de la relación que vincula la ausencia de la cosa recordada y su presencia en modo de representación.

     La deformación de la realidad nos puede llevar a tomar una cosa por otra. Buscando descubrir las estructuras de este error, Platón puso en boca de Sócrates la metáfora de la tablilla de cera. Sostiene ésta que en nuestras almas hay una tablilla maleable de cera, más pura en unas personas, más impura en otras; mayor en unos, menor en otros; unas veces, más dura, y otras, más blanda. Todo aquello de que queremos acordarnos, entre lo que vimos, oímos o pensamos, lo imprimimos en la tablilla de cera como si aplicáramos sobre ella el sello de un anillo. Lo que quedó impreso, lo recordamos y lo sabemos en tanto su imagen permanezca ahí; pero si esta se borra o no se ha podido llegar a imprimir, lo olvidamos y no lo conocemos.

     Abundando por nuestra cuenta en la metáfora, el sello vendría a representar la cosa real y la señal que deja en la cera la huella que de ella guarda la memoria. Cosas distintas corresponden a sellos distintos, que dejan distinta huella en la cera. Pues bien, cuando nuestros recuerdos se atienen a la realidad, es como si pusiéramos el sello en la impresión que éste dejó, esto es: en la huella correcta. En cambio, si el sello se aplica a una impresión distinta a la que dejó, el recuerdo no corresponde a la realidad que lo engendró y la memoria nos juega una mala pasada.

     Gran trascendencia toma dicho error cuando la marca, la huella psíquica equivocada, pasa a huella escrita y de ahí a huella documental, pues entonces el error inicial se convierte en fuente de errores que se van transmitiendo hasta que alguien lo descubre como tal y consigue neutralizarlo. Volvamos a la foto ya comentada de Cervera, que nos sirve para ilustrar un error de este tipo.

     Ya hemos señalado la fama de la fotografía tras el premio obtenido en Londres. A su calidad, debe su aparición impresa en distintos libros de fotografía taurina y, hoy día, en una gran cantidad de portales y páginas de Internet, donde incluso hay secciones dedicadas a la venta de copias. El pie de foto o comentario que acompaña a la imagen, con una u otras palabras, siempre es el mismo: “foto tomada en la plaza de Toledo el Día del Corpus de 1918”. Confieso que, cuando la encontré para ilustrar el artículo, me chocó el dato, pues Belmonte –uno de los toreros que aparece en ella– no toreó en España ese año. Me puse a indagar, tanto para encontrar la verdadera fecha de la fotografía, como la fuente que había dado origen a error tan extendido. Al final, la foto resultó ser del mano a mano protagonizado en Toledo por Gaona y Belmonte, el 19 de agosto de 1915. En cuanto al punto de partida del error, hizo necesario remontarse a un artículo publicado en el semanario El Ruedo, allá por septiembre de 1946, donde, su autor, Francisco Ramos de Castro, ponía en boca del propio Cervera la fecha errónea en que tomó la instantánea. Ahí se inicia el yerro. Por algún fallo de su memoria, el sello del anillo del fotógrafo no se colocó en la marca de cera adecuada y, advertida o inadvertidamente, deformó la realidad asociando a la foto una fecha diferente a aquella en que se tomó. El autor del artículo de El Ruedo dio por bueno el dato sin comprobarlo, dejando su huella escrita en la revista, que fue tomada como huella documental por todos los consultantes que vinieron detrás, algunos de los cuales volvieron a reproducirla por escrito contribuyendo a propagar la equivocación.

     Sin embargo, y pese a la fragilidad que denuncian errores como éste, no tenemos nada mejor que la memoria para garantizar la ocurrencia de hechos pretéritos; en particular, los del toreo. Es el testimonio de quien atestigua haberlos conocido en persona, el que nos asegura en primera instancia que tales hechos ocurrieron. De ahí se dará paso a un proceso historiográfico que llevará el testimonio a los archivos, para después endurecer su criba en la confrontación con otras pruebas documentales a fin de que ratifique o no su validez.

     En todo caso, a la memoria como rememoración le caben dos opciones: ser fiel a la realidad de los hechos o no serlo. Cuando la memoria es fiel a los hechos, se convierte en venero de historia; pero, cuando se alía con la imaginación para distorsionar la realidad magnificando parte de tales hechos y silenciando o manipulando a conveniencia el resto, contribuye a engrosar la mitología. Tanto en un supuesto como en otro, favorece al toreo, pues de ambas cosas se alimenta. No olvidemos que entre mito, historia y realidad se establecen unas relaciones que conectan dos mundos disjuntos como son el mundo mítico y el real. Pues bien, en ese sentido, el toreo viene a ser un puente que nos permite transitar de uno a otro, pero eso será tema del próximo capítulo.


     Sin embargo, volviendo a la comunicabilidad del toreo para rematar el escrito, la metáfora platónica de la tablilla de cera nos permite apuntar una última observación. Según su discurso, cuando el sello deja su marca de manera profunda en la cera, tanto más difícil será que se borre su huella; esto es: nos dejará una impronta más honda, más difícil de olvidar. Volviendo al toreo, y sirviéndonos de dicha analogía, eso explica por qué ciertos toreros nos dejan impresa en la memoria una huella imborrable, que otros son incapaces de conseguir. Cuanto más honda es su impronta, menos efímero es el torero… ¡y el toreo!


ARTÍCULOS ANTERIORES:


("Comprender al toro no es mirarlo, recorrerlo con la vista, ver lo que cualquiera puede; comprender es buscar en él lo que no puede verse con los ojos. Desde que sale al ruedo, el toro –como todo lo que puebla la realidad– está enviando mensajes, dando pistas, presentando indicios de lo que lleva en su interior. Para entenderlo, el torero tiene que formularle “preguntas”... el buen torero descifra al toro para que el público lo vea. No obstante, este desciframiento obedece a la idea que el torero busca plasmar con el toro")


LA COMUNICABILIDAD DEL TOREO (I)

("Que algo de lo que bulle en la fantasía, en el ingenio, en la inspiración de una mente, salga de ella concretada en un objeto artístico, se traslade a través del espacio y el tiempo hasta alcanzar otras mentes y sea capaz de estimularlas comunicándoles parte de las ideas y sentimientos originales, no deja de ser un prodigio...)


("El miedo es un arma de eficacia probada en manos de los poderosos para disuadir malestares y blindarse en sus privilegios... ese miedo que los medios de comunicación alimentan interesadamente... Ante la moral actual, que alimenta la sensiblería de que todo es preferible a morir, el toreo... muestra que el valor supremo de la vida no está en aferrarse a ella por encima de todo, sino en arriesgarse a perderla...")

EL TOREO Y SU ÉTICA (y IV)
("... hemos querido adentrarnos en la parcela de la Ciencia, para comprobar una vez más la singularidad –ahora fisiológica– del toro de lidia y cómo su sufrimiento de “guerrero”, de luchador, de combatiente, en nada se parece al del animal indefenso puramente paciente... Mucho más elocuente sería afirmar, como hacía Ortega  y Gasset, que “el mayor y más moral homenaje que podemos tributar en ciertas ocasiones a ciertos animales puede ser matarlos con ciertas mesuras y ritos”)

EL TOREO Y SU ÉTICA (III)

("... Son las reglas morales del toreo; las que dictan que para tener derecho a matar al toro hay que darle ocasión de que te mate. Si quieres matar al toro, tienes que estar dispuesto a morir. Así de tremendo, pero así de sublime...       En el brutal encontronazo de los dos contendientes... existe una fuerza irresistible y demoledora que se eleva como forma final y decisiva, como el desenlace trágico de una experiencia estética donde la muerte y la vida se cruzan en la frontera que las separa")

("... el hombre tiene que permitir que el toro pueda expresar su naturaleza brava. Tiene que darle espacio para que corra y se manifieste, para que le acometa como un alud y desarrolle su instinto de pelea, para que su caos inunde de desorden el redondo escenario de la acción y llene de inquietudes –de miedo– la mente de los contempladores... Impedir el abuso de la superioridad biológica del hombre sobre el toro, la bravura de la res de lidia y la valentía del torero, son los elementos sobre los que se alza la ética del toreo")


(".... el hombre ha de criarlo para que luche con el hombre. Porque, por esa contradicción dialéctica que tan afín se muestra a todo lo taurino, la domesticidad del toro de lidia reside esencialmente en no domesticarlo; antes al contrario, se busca potenciar su bravura con el fin de obtener un animal idóneo para la lidia. El toro es un guerrero del hombre para luchar contra el hombre... que llegue a la plaza pletórico de facultades físicas, con poder y agresividad para afrontar la pelea del ruedo")

ESCLARECER EL TOREO (y III)

("Este deseo de torear surge de un misterio del alma, de la necesidad de aquietar un desasosiego interior... Una necesidad mucho más profunda que un simple alarde de valor... La idea es la manera particular que cada torero tiene de concebir el arte; su forma de entenderlo, de imaginarlo, de sentirlo, de soñarlo... La materia es el toro, con toda su incertidumbre, su problemática, su enigma, sus embestidas, su temible poder, su muerte a cuestas")


("... emoción que... cuando la caída de la conciencia en lo mágico –como apuntaba Jean Paul Sartre en su teoría de las emociones– es tan brutal que trastoca súbita y radicalmente el modo de existencia de la conciencia ejerciendo sobre ella una acción poderosa, provoca un choque emocional que conduce al éxtasis, al conflicto y la perturbación")


("... el toreo es un espectáculo tan único, tan distinto a todo lo demás, que se resiste a ser encorsetado en cualquier cuadrícula previamente establecida, sea ésta la que fuere. Por exceso o por defecto, a ninguna se acomoda. Siempre le sobra o le falta algo. Y se me ocurre que, tal vez el fallo esté en tratar de integrarlo en algo distinto a lo que él es, cuando lo procedente sería reconocer su radical singularidad")

EL TOREO SÍ ES CULTURA

("Defensora del toro de lidia, de la ecología y de una manera humanista de concebir el mundo, la cultura taurina debería ser defendida por quienes la atacan al tiempo que se posicionan en contra del pensamiento único de la globalización. Estar a la vez en contra del toreo y a favor de la biodiversidad cultural de los pueblos, es caer en flagrante contradicción")



("... mientras que la agresividad del toro es un concepto biológico regido por la selección natural, la bravura es un concepto taurómaco determinado por la selección cultural aplicada por los ganaderos...es la bravura el rasgo diferenciador –transmitido genéticamente– cuya funcionalidad permite calificar al bovino de lidia como raza")

TOROS Y TAUROMAQUIA: UN DESTINO COMÚN

("El destino del toro de lidia va indisolublemente ligado a la suerte que corra la Tauromaquia. Todo lo que se diga en contra de esta aseveración son ganas de negar la evidencia buscando soslayar una de las contradicciones más incómodas con que tienen que vérselas los abolicionistas del toreo: poner al toro que dicen defender en peligro de extinción") 







'EL MAR', por Leila Guerriero / 'LOS OJOS DEL PADRE', de Alejandro López Andrada

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"Ayer conocí a un niño que no conocía el mar. Era un niño pequeño, de seis o siete años, que en dos días más marcharía a la costa. Cuando le pregunté si estaba contento —¡el mar, el mar!—, me dijo: “¿Por? Si ya lo vi mil veces por la tele”...

Pasaron todavía muchos años hasta que pude conocer el mar. Pero durante todos esos años tuve algo mucho mejor: tuve a mi padre, que me lo contaba. A veces preguntan por qué uno escribe. Supongo que por cosas como esas"(Leila Guerriero)

"... los ojos de mi padre van conmigo"
(Alejandro López Andrada)


EL MAR

Ayer conocí a un niño que no conocía el mar. Era un niño pequeño, de seis o siete años, que en dos días más marcharía a la costa. Cuando le pregunté si estaba contento —¡el mar, el mar!—, me dijo: “¿Por? Si ya lo vi mil veces por la tele”. Hoy llueve una lluvia fina que se descuelga de un cielo gris y lácteo. Hace calor. Hay una luz verde y serena. De pronto, recordé una tarde exactamente igual a esta, con esta misma luz. Con una luz que da, a la vez, ganas de morirse y de amasar un pan. Una tarde de cuando yo tenía nueve años y era una niña que no había visto nunca el mar, y formaba parte de una familia que tampoco lo había visto nunca. Por esa época, mi padre hizo un viaje de trabajo a una ciudad de la costa. No recuerdo el día en que se fue, pero recuerdo perfectamente el día en que volvió. Llovía. Y había, como hay hoy, una luz verde y serena. Yo estaba tejiendo un macetero en la cocina, los hilos ásperos y gruesos anudados a la falleba de la ventana —porque la lluvia no me permitía hacerlo afuera, como lo hacía siempre, descalza y debajo de la higuera, descalza y debajo de la parra—, cuando de pronto escuché un auto que se detenía. Segundos después, se abrió la puerta y, en medio de la luz suave de la tarde, apareció mi padre: el primero de todos nosotros (mi hermano, mi madre, mis abuelos, yo) en conocer el mar. Corrí, lo abracé, le pregunté: “¡¿Cómo es, cómo es?!”. Él no me respondió. Sólo levantó la mano, la acercó a mi cabeza, me dijo “escuchá”, y me apoyó un caracol blanco y enorme, como un alien de yeso, sobre la oreja. Y yo escuché. Pasaron todavía muchos años hasta que pude conocer el mar. Pero durante todos esos años tuve algo mucho mejor: tuve a mi padre, que me lo contaba. A veces preguntan por qué uno escribe. Supongo que por cosas como esas.

(Fuente: El País, 11-03-2015)


LOS OJOS DEL PADRE

Miro hacia el horizonte

y veo a mi padre

horadando la lluvia. Los caminos

laten mojados,

grises, como entonces,

sajados por la ausencia.

Está muy oscuro.

No sé si hay barro y musgo en las paredes,

arcilla en el sendero.

Duele el frío.

Los árboles desnudos cuchichean

rozados por la brisa.

Miro atrás:

los ojos de mi padre van conmigo.


(De 'Los árboles dormidos', Premio de Poesía Ciudad de Badajoz, 2002, Algaida Poesía)





Comentario crítico del poema 'A UNA ESPAÑA JOVEN', de A. Machado, por Amanda Mellado (alumna del IES Cristóbal Colón)

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"Desde mi punto de vista, aquí Antonio Machado está hablando de una España bastante similar a la actual, pese a haber transcurrido ya un siglo...

el verdadero peligro es que nos hemos instalado en esos sentimientos de desmoralización, sin esperanza, sin ganas de luchar... Una parte de la canción 'Golpe maestro', de Vetusta Morla, describe perfectamente cómo nos han dejado... "Fue un golpe maestro, dejarnos sin ganas de vencer... quitarnos la sed"


COMENTARIO CRÍTICO DE 'A UNA ESPAÑA JOVEN'

Este texto literario pertenece al género lírico, es un poema escrito por Antonio Machado, perteneciente a la Generación del 98, grupo de escritores para los que el tema de España, tras la guerra con Estados Unidos y la pérdida de las colonias, es un tema fundamental.

En cuanto al tema central, describe la pésima España de la época, y expresa la necesidad de un cambio, apelando a los jóvenes.

El tema se sitúa en un momento concreto de la España de principios del siglo XX, tras el desastre del 98. Pese a ello, podría considerarse actual, pues en ambas ocasiones, en aquel momento y ahora, ocurre un hecho concreto y decisivo para poder darnos cuenta de la verdadera situación. Ambas Españas tienen esa necesidad de cambiar la catastrófica situación en la que se hallan. Además, es un tema, digamos, local, pues se centra en España, a la que describe explicando cómo está "malherida, vestida de carnaval, pobre, escuálida, beoda...".

El tema tratado no lo consideraría original, ya que todos los escritores de la Generación del 98 trataron ese tema en sus textos. A lo largo del texto, utiliza la función emotiva, la expresiva, la poética... y también, la función apelativa, la cual percibimos en la última estrofa, "tú, juventud más joven...", consiguiendo así captar la atención del receptor, en este caso, los jóvenes.

Como es propio de este tipo de textos, expresa subjetividad, la cual se nota en la utilización de verbos en 1ª persona del plural, implicándose a él mismo, y a nosotros, por ejemplo: "dejamos en el puerto...", o "éramos casi adolescentes...", y también determinantes posesivos como "nuestro sueño", o "nuestra turbulencia".

El tema tratado está íntimamente relacionado con "la pérdida de las últimas colonias" que aparece en el libro "El árbol de la ciencia', de Pío Baroja. En él, podemos encontrar el diálogo entre el protagonista, Andrés Hurtado, e Iturrioz, discutiendo sobre si estaban o no los españoles preparados para la guerra contra Estados Unidos y, describiendo, al final, cómo España perdió y, además, quedando un sentimiento de vergüenza, e inferioridad, y también de indiferencia, ya que muchas personas seguían con sus actividades normales, como ir al teatro, o a las corridas de toros.

Desde mi punto de vista, aquí Antonio Machado está hablando de una España bastante similar a la actual, pese a haber transcurrido ya un siglo. Hace poco a todo parecía ir bien en este país, la economía parecía marchar correctamente y, en general, teníamos una buena visión de España. Esto se podría comparar a esa quimera o ilusión mencionada por Antonio Machado que hace alusión a esa España que, optimistamente, pensaba que se podía vencer a Estados Unidos. Igual nos ocurrió a nosotros. Después del desastre del 98, España ha buscado una estructura política y social acorde con sus aspiraciones, y se creía haber conseguido. 

Sin embargo, de nuevo prima en los españoles la idea de fracaso. Vivimos en una España deprimida, desmoralizada, no sólo por la crisis económica, sino también por la falta de autoestima. Vemos negro el presente, pero también, y cada vez más, nuestro futuro. La confianza que tanto nos costó recuperar se ha ido quebrando debido a la crisis económica y social, acompañadas de la corrupción política y de todos los problemas que esta conlleva.

En mi opinión, el verdadero peligro es que nos hemos instalado en esos sentimientos de desmoralización, sin esperanza, sin ganas de luchar, y con tal actitud no lograremos nada. ¡No permitamos que arraigue ese sentimiento! Así, tardaremos años en recuperarnos, o incluso décadas, o quién sabe cuánto.

Una parte de la canción 'Golpe maestro', de Vetusta Morla, describe perfectamente cómo nos han dejado...


"Fue un golpe maestro, dejarnos sin ganas de vencer... quitarnos la sed"


Amanda Mellado estudia 2º de Bachillerato, Humanidades, en el IES Cristóbal Colón de Sanlúcar de Barrameda. Su deseo para el curso que viene es estudiar el doble grado de Filología Clásica e Inglés.





OTROS COMENTARIOS Y TRABAJOS REALIZADOS POR ALUMNOS:

COMENTARIO CRÍTICO DE LA COLUMNA 'SIN NIÑOS', REALIZADO POR BORJA BUZÓN

("Un país con pocos niños es triste. Una sala de cine vacía también lo es, aunque no sea comparable el dramatismo de los dos escenarios.")

COMENTARIO DEL POEMA 'PALABRAS PARA JULIA', REALIZADO POR JULIA SALAS

("... no sé si Goytisolo sentía sus palabras cuando se las dedicaba a su hija Julia, o si en realidad las escribió para intentar convencerse a sí mismo sobre ellas. Sin embargo, estoy segura de que son bastante sabias y aleccionadoras, y más en los tiempos de crisis tan difíciles en que nos encontramos. Donde millones de familias se hallan al borde de la desesperación, sin techo propio donde vivir o sin comida con la que alimentar a sus hijos")


COMENTARIO DE TEXTO DE Mª RAQUEL DELGADO SOBRE UN TEXTO DE ABC, AULA DE SEXUALIDAD

("... el problema es, sin embargo, la sociedad. Esas mismas personas que defienden la supuesta pureza y virginidad hasta el matrimonio suelen ser las mismas personas tradicionales que también tratan el sexo como un tabú. Ese tabú y misterio hace que la sociedad trate estos temas con morbo... Si desde los inicios de la vida dichos temas se tratasen con la naturalidad...")


COMENTARIO DEL POEMA 'COMO EL TORO HE NACIDO PARA EL LUTO', REALIZADO POR JUAN MANUEL ORTEGA

(" Miguel Hernández logra elevar la musicalidad del verso a partir de la repetición de la comparación con el toro. También contribuye a este efecto el verso número doce, con la rima “Como el toro te sigo y te persigo”. A lo que también contribuye alterar el orden lógico de la estructura gramatical típica, ejemplo de ello es: “la lengua en corazón tengo bañada”)


COMENTARIO DEL ARTÍCULO 'MÁS Y MÁS COSAS, PERO MENOS IMPORTANTES', DE J. GOYTISOLO, REALIZADO POR MANUEL DOMÍNGUEZ

("... el hecho de comprarse un Kindle no implica abandonar los libros, todo lo contrario, significa pasión por la lectura, es una herramienta que permite al lector aficionado y no tan aficionado adentrarse en el maravilloso mundo de la lectura en cualquier lugar sin necesidad de cargar con diez libros en una mochila...")


COMENTARIO DEL ARTÍCULO 'LO QUE NO ES NOTICIA', DE J. GOYTISOLO, REALIZADO POR JULIA SALAS

("... los medios de comunicación manipulan la información, proyectando únicamente la parte de la realidad que les interesa. Este es un tema que siempre ha estado presente en la sociedad, aunque desgraciadamente son pocos los conscientes de dicho problema. Por ejemplo, podemos apreciarlo en el artículo publicado recientemente por Begoña Huertas en la edición digital “Público.es”. Donde ya el propio título nos informaba de dicha manipulación: “El dedo mediático”)


TRABAJO SOBRE EL LIBRO '¡INDIGNAOS!', DE STÉPHANE HESSEL, REALIZADO POR MILAGROS HERRERA

("... Sin duda alguna, el futuro del país debe indignarse. Indignarse ante lo que cree que no es justo ni conveniente, dejar esa pasividad que caracteriza a la nueva sociedad a un lado, y luchar por lo que se cree y piensa, ya que sólo así es posible conseguir lo que uno desea. Debemos aliarnos contra aquello que hace peligrar el verdadero concepto de democracia. Debemos luchar porque todos seamos iguales y no haya cavidad a la marginación y a la xenofobia, pero sin violencia, es decir, una insurrección pacífica como apoya Stéphane Hessel...")





'EL CAMINO DE IDA', de Ricardo Piglia (fragmento)

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"El capitalismo, en su expansión tecnológica, no se detiene ante ningún límite: ni biológico, ni ético, ni económico, ni social... el ciudadano ideal, es el adicto sin convicciones ni principios que sólo aspira a obtener su dosis de la mercancía anhelada. La sociedad tecnológica satisface a los sujetos: los entretiene y los ahoga en un océano de información rápida y múltiple...

somos capaces de aceptar el fin del mundo pero nadie parece capaz de concebir el fin del capitalismo... Nosotros, como Prometeo, estamos dispuestos a aceptar el desafío y asaltar el sol"


'EL CAMINO DE IDA' (fragmento)

... El Manifiesto definía el capitalismo como un orgnismo vivo que se reproducía sin cesar, un mutante darwiniano, "ya no un fantasma", alegaba con ironía, "más bien un alien" que en su transformación tecnológica anunciaba el advenimiento de formas culturales que ni siquiera respetaban las normas de la sociedad que las había producido.

La producción capitalista es ante todo expansión de nuevas relaciones sociales capitalistas. Por lo tanto, es imposible que este sistema mejore o se reforme ya que sólo busca reproducir la relación capitalista renovada y a escala ampliada. Los mercados financieros colapsan, las economías estallan como burbujas de aire y ése es el modo en que el capital crece. Analizaba el fracaso de la URSS y sus satélites y la dominación del capital en China y en los viejos territorios coloniales de Oriente como una nueva etapa del avance del capitalismo en busca de espacios vacíos. Esa expansión territorial (que los medios llaman La caída del muro) liberó nuevas energías y permitió una mutación científica y tecnológica sorprendente: inmensas regiones se abrieron, un ejército de consumidores y de mano de obra de reserva fue puesto a disposición del mercado.

El capitalismo, en su expansión tecnológica, no se detiene ante ningún límite: ni biológico, ni ético, ni económico, ni social. El desarrollo ha sido de tal magnitud que ha afectado radicalmente las certidumbres emocionales y hoy la sociedad enfrenta su última frontera: su borde -su no man´s land-, lo que Recycler llamaba "la frontera psíquica".

... Las investigaciones genéticas, los experimentos en biología molecular y ciencias cognitivas, la posibilidad de clonación y de inseminación artificial, avanzan en la línea de traspasar ese nuevo límite... el nuevo hombre, el ciudadano ideal, es el adicto sin convicciones ni principios que sólo aspira a obtener su dosis de la mercancía anhelada. La sociedad tecnológica satisface a los sujetos: los entretiene y los ahoga en un océano de información rápida y múltiple.

... El Manifiesto no postulaba una alternativa pero llamaba la atención sobre un mundo sin salida. "El capital", concluía, "ha logrado -como Dios- imponer la creencia en su omnipotencia y su eternidad; somos capaces de aceptar el fin del mundo pero nadie parece capaz de concebir el fin del capitalismo. Hemos terminado por confundir el sistema capitalista con el sistema solar. Nosotros, como Prometeo, estamos dispuestos a aceptar el desafío y asaltar el sol.

Con esta metáfora griega terminaba el manifiesto...

(El fragmento anterior pertenece a El Manfiesto, escrito por un personaje de la novela que decidió perpetrar actos terroristas, porque consideraba que ese era el único modo en que su mensaje podría llegar a la gente)


('El camino de Ida', de Ricardo Piglia, páginas 159-160, Narrativas Hispánicas, Anagrama)











'EL DEDO', por Manuel Rivas / 'EN EL PRINCIPIO', de B. de Otero / 'NO HE DE CALLAR', Quevedo

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"... el dedo sigue ahí, en la vida oficial y doméstica, con su tecnología de mando obsoleta, pero muy operativa... Escuchar es lo contrario de dominar. El primer maltrato es no escuchar...

El carisma se debería medir por la capacidad de escucha. Así llamaban, el Escucha, al marinero capaz de entender lo que murmura el mar: anticipar la tormenta o la bonanza"

"No he de callar por más que con el dedo, ya tocando la boca o ya la frente, silencio avises o amenaces miedo" (Quevedo)

"... si he perdido la voz en la maleza, me queda la palabra"(Blas de otero)

El ministro de Defensa, Pedro Morenés

EL DEDO

El gesto del dedo a la boca del ministro de Defensa en el Congreso responde a un software imperativo que ha amilanado nuestra historia. Quevedo ya se rebeló hace siglos contra ese dedo intimidatorio, “silencio avises o amenaces miedo”, con su pieza de hip hop: “No he de callar”. Pero el dedo sigue ahí, en la vida oficial y doméstica, con su tecnología de mando obsoleta, pero muy operativa. Como sigue el delegado del Gobierno en Andalucía, que ha señalado con ese dedo punzante al enemigo: el diablo es catalán. ¡Y yo que pensaba que era un catedrático de Santiago! En estos casos, lo más conveniente para el sistema sería apagar los cacharros y reiniciarlos. Entre las novedades del Congreso Mundial del Móvil se ha echado de menos una herramienta para desarrollar la más fascinante aplicación humana: la de escuchar. Con un simple giro de la cabeza, y una sutil inclinación, el ser humano puede escuchar al otro. Escuchar es lo contrario de dominar. El primer maltrato es no escuchar. Estamos contaminados por el ruido del mando, esa voz apodíctica, que no escucha y solo espera obediencia. Incluso en los espacios de debate mediáticos penetra ese ruido de mando, ese tono de desprecio que parece decir entre dientes: “Para que perder el tiempo con palabras, si podríamos arreglarlo a hostias”. El carisma se debería medir por la capacidad de escucha. Así llamaban, el Escucha, al marinero capaz de entender lo que murmura el mar: anticipar la tormenta o la bonanza. Y no parece mala tesis la de que Dios inventó al ser humano para oírle contar cuentos. Claro que el escuchar tiene sus riesgos. Como cuando Max Jacob, vanguardista y místico, fue a conversar con la virgen del Sacre-Coeur y esta le espetó: “¡Mira que eres feo, mi pobre Max!”.

(Fuente: El País, 14-03-2015)


EN EL PRINCIPIO

Si he perdido la vida, el tiempo, todo
lo que tiré, como un anillo, al agua,
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.

Si he sufrido la sed, el hambre, todo
lo que era mío y resultó ser nada,
si he segado las sombras en silencio,
me queda la palabra.

Si abrí los labios para ver el rostro
puro y terrible de mi patria,
si abrí los labios hasta desgarrármelos,
me queda la palabra.


POEMA DE QUEVEDO MENCIONADO EN EL TEXTO DE MANUEL RIVAS:

EPÍSTOLA SATÍRICA Y CENSORIA CONTRA LAS COSTUMBRES PRESENTES DE LOS CASTELLANOS, ESCRITA A DON GASPAR DE GUZMÁN, CONDE DE OLIVARES, EN SU VALIMIENTO

No he de callar por más que con el dedo,
ya tocando la boca o ya la frente,
silencio avises o amenaces miedo.

¿No ha de haber un espíritu valiente?
¿Siempre se ha de sentir lo que se dice?
¿Nunca se ha de decir lo que se siente?

Hoy, sin miedo que, libre, escandalice,
puede hablar el ingenio, asegurado
de que mayor poder le atemorice.

En otros siglos pudo ser pecado
severo estudio y la verdad desnuda,
y romper el silencio el bien hablado.

Pues sepa quien lo niega, y quien lo duda,
que es lengua la verdad de Dios severo,
y la lengua de Dios nunca fue muda.

Son la verdad y Dios, Dios verdadero,
ni eternidad divina los separa,
ni de los dos alguno fue primero.

Si Dios a la verdad se adelantara,
siendo verdad, implicación hubiera
en ser, y en que verdad de ser dejara.

La justicia de Dios es verdadera,
y la misericordia, y todo cuanto
es Dios, todo ha de ser verdad entera.

Señor Excelentísimo, mi llanto
ya no consiente márgenes ni orillas:
inundación será la de mi canto.

Ya sumergirse miro mis mejillas,
la vista por dos urnas derramada
sobre las aras de las dos Castillas.

Yace aquella virtud desaliñada,
que fue, si rica menos, más temida,
en vanidad y en sueño sepultada.

Y aquella libertad esclarecida,
que en donde supo hallar honrada muerte,
nunca quiso tener más larga vida.

Y pródiga de l'alma, nación fuerte,
contaba, por afrentas de los años,
envejecer en brazos de la suerte.

Del tiempo el ocio torpe, y los engaños
del paso de las horas y del día,
reputaban los nuestros por extraños.

Nadie contaba cuánta edad vivía,
sino de qué manera: ni aun un'hora
lograba sin afán su valentía.

La robusta virtud era señora,
y sola dominaba al pueblo rudo;
edad, si mal hablada, vencedora.

El temor de la mano daba escudo
al corazón, que, en ella confiado,
todas las armas despreció desnudo.

Multiplicó en escuadras un soldado
su honor precioso, su ánimo valiente,
de sola honesta obligación armado.

Y debajo del cielo, aquella gente,
si no a más descansado, a más honroso
sueño entregó los ojos, no la mente.

Hilaba la mujer para su esposo
la mortaja, primero que el vestido;
menos le vio galán que peligroso.

Acompañaba el lado del marido
más veces en la hueste que en la cama;
sano le aventuró, vengóle herido.

Todas matronas, y ninguna dama:
que nombres del halago cortesano
no admitió lo severo de su fama.

Derramado y sonoro el Oceano
era divorcio de las rubias minas
que usurparon la paz del pecho humano.

Ni los trujo costumbres peregrinas
el áspero dinero, ni el Oriente
compró la honestidad con piedras finas.

Joya fue la virtud pura y ardiente;
gala el merecimiento y alabanza;
sólo se cudiciaba lo decente.

No de la pluma dependió la lanza,
ni el cántabro con cajas y tinteros
hizo el campo heredad, sino matanza.

Y España, con legítimos dineros,
no mendigando el crédito a Liguria,
más quiso los turbantes que los ceros.

Menos fuera la pérdida y la injuria,
si se volvieran Muzas los asientos;
que esta usura es peor que aquella furia.

Caducaban las aves en los vientos,
y expiraba decrépito el venado:
grande vejez duró en los elementos.

Que el vientre entonces bien diciplinado
buscó satisfación, y no hartura,
y estaba la garganta sin pecado.

Del mayor infanzón de aquella pura
república de grandes hombres, era
una vaca sustento y armadura.

No había venido al gusto lisonjera
la pimienta arrugada, ni del clavo
la adulación fragrante forastera.

Carnero y vaca fue principio y cabo,
Y con rojos pimientos, y ajos duros,
tan bien como el señor, comió el esclavo.

Bebió la sed los arroyuelos puros;
de pués mostraron del carchesio a Baco
el camino los brindis mal seguros.

El rostro macilento, el cuerpo flaco
eran recuerdo del trabajo honroso,
y honra y provecho andaban en un saco.

Pudo sin miedo un español velloso
llamar a los tudescos bacchanales,
y al holandés, hereje y alevoso.

Pudo acusar los celos desiguales
a la Italia; pero hoy, de muchos modos,
somos copias, si son originales.

Las descendencias gastan muchos godos,
todos blasonan, nadie los imita:
y no son sucesores, sino apodos.

Vino el betún precioso que vomita
la ballena, o la espuma de las olas,
que el vicio, no el olor, nos acredita.

Y quedaron las huestes españolas
bien perfumadas, pero mal regidas,
y alhajas las que fueron pieles solas.

Estaban las hazañas mal vestidas,
y aún no se hartaba de buriel y lana
la vanidad de fembras presumidas.

A la seda pomposa siciliana,
que manchó ardiente múrice, el romano
y el oro hicieron áspera y tirana.

Nunca al duro español supo el gusano
persuadir que vistiese su mortaja,
intercediendo el Can por el verano.

Hoy desprecia el honor al que trabaja,
y entonces fue el trabajo ejecutoria,
y el vicio gradüó la gente baja.

Pretende el alentado joven gloria
por dejar la vacada sin marido,
y de Ceres ofende la memoria.

Un animal a la labor nacido,
y símbolo celoso a los mortales,
que a Jove fue disfraz, y fue vestido;

que un tiempo endureció manos reales,
y detrás de él los cónsules gimieron,
y rumia luz en campos celestiales,

¿por cuál enemistad se persuadieron
a que su apocamiento fuese hazaña,
y a las mieses tan grande ofensa hicieron?

¡Qué cosa es ver un infanzón de España
abreviado en la silla a la jineta,
y gastar un caballo en una caña!

Que la niñez al gallo le acometa
con semejante munición apruebo;
mas no la edad madura y la perfeta.

Ejercite sus fuerzas el mancebo
en frentes de escuadrones; no en la frente
del útil bruto l'asta del acebo.

El trompeta le llame diligente,
dando fuerza de ley el viento vano,
y al son esté el ejército obediente.

¡Con cuánta majestad llena la mano
la pica, y el mosquete carga el hombro,
del que se atreve a ser buen castellano!

Con asco, entre las otras gentes, nombro
al que de su persona, sin decoro,
más quiere nota dar, que dar asombro.

Jineta y cañas son contagio moro;
restitúyanse justas y torneos,
y hagan paces las capas con el toro.

Pasadnos vos de juegos a trofeos,
que sólo grande rey y buen privado
pueden ejecutar estos deseos.

Vos, que hacéis repetir siglo pasado,
con desembarazarnos las personas
y sacar a los miembros de cuidado;

vos distes libertad con las valonas,
para que sean corteses las cabezas,
desnudando el enfado a las coronas.

Y pues vos enmendastes las cortezas,
dad a la mejor parte medicina:
vuélvanse los tablados fortalezas.

Que la cortés estrella, que os inclina
a privar sin intento y sin venganza,
milagro que a la invidia desatina,

tiene por sola bienaventuranza
el reconocimiento temeroso,
no presumida y ciega confianza.

Y si os dio el ascendiente generoso
escudos, de armas y blasones llenos,
y por timbre el martirio glorïoso,

mejores sean por vos los que eran buenos
Guzmanes, y la cumbre desdeñosa
os muestre, a su pesar, campos serenos.

Lograd, señor, edad tan venturosa;
y cuando nuestras fuerzas examina
persecución unida y belicosa,

la militar valiente disciplina
tenga más platicantes que la plaza:
descansen tela falsa y tela fina.

Suceda a la marlota la coraza,
y si el Corpus con danzas no los pide,
velillos y oropel no hagan baza.

El que en treinta lacayos los divide,
hace suerte en el toro, y con un dedo
la hace en él la vara que los mide.

Mandadlo así, que aseguraros puedo
que habéis de restaurar más que Pelayo;
pues valdrá por ejércitos el miedo,
y os verá el cielo administrar su rayo.







'NORMA Y PARAÍSO DE LOS NEGROS', de F. García Lorca (adaptción poético-musical)

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"Es allí donde sueñan los torsos bajo la gula de la hierba. 
Allí los corales empapan la desesperación de la tinta, 
los durmientes borran sus perfiles bajo la madeja de los caracoles y queda el hueco de la danza sobre las últimas cenizas"


A modo de introducción:


"... La estancia en Nueva York fue, en palabras del propio poeta, "una de las experiencias más útiles de mi vida". Los nueve meses que pasó -entre junio de 1929 y marzo de 1930- en Nueva York y Vermont y luego en Cuba hasta junio de ese año cambiaron su visión de sí mismo y de su arte.
Fue ésta su primera visita al extranjero; su primer encuentro con la diversidad religiosa y racial; su primer contacto con las grandes masas urbanas y con un mundo mecanizado. Casi podría decirse que su viaje a Nueva York representó su descubrimiento de la modernidad. Allí exploró el teatro en lengua inglesa, paseó por el barrio de Harlem con la novelista negra Nella Larsen, escuchó jazz y blues, conoció el cine sonoro, leyó a Walt Whitman y a T. S. Eliot, y se dedicó a escribir uno de sus libros más importantes, el que se publicó, cuatro años después de su muerte, con el título de Poeta en Nueva York...."
(Fuente: Centro Virtual Cervantes)
NORMA Y PARAÍSO DE LOS NEGROS

Odian la sombra del pájaro 
sobre el pleamar de la blanca mejilla
 
y el conflicto de luz y viento
 
en el salón de la nieve fría.
 

Odian la flecha sin cuerpo,
 
el pañuelo exacto de la despedida,
 
la aguja que mantiene presión y rosa
 
en el gramíneo rubor de la sonrisa.
 

Aman el azul desierto,
 
las vacilantes expresiones bovinas,
 
la mentirosa luna de los polos.
 
la danza curva del agua en la orilla.
 

Con la ciencia del tronco y el rastro
 
llenan de nervios luminosos la arcilla
 
y patinan lúbricos por aguas y arenas
 
gustando la amarga frescura de su milenaria saliva.
 

Es por el azul crujiente,
 
azul sin un gusano ni una huella dormida,
 
donde los huevos de avestruz quedan eternos
 
y deambulan intactas las lluvias bailarinas.
 

Es por el azul sin historia,
 
azul de una noche sin temor de día,
 
azul donde el desnudo del viento va quebrando
 
los camellos sonámbulos de las nubes vacías.
 

Es allí donde sueñan los torsos bajo la gula de la hierba.
 
Allí los corales empapan la desesperación de la tinta,
 
los durmientes borran sus perfiles bajo la madeja de los caracoles
 

y queda el hueco de la danza sobre las últimas cenizas.



(Federico García Lorca)




ADAPTACIÓN MUSICAL-POÉTICA REALIZADA EN EL IES CRISTÓBAL COLÓN




OTRAS ADAPTACIONES REALIZADAS EN EL IES CRISTÓBAL COLÓN:

YERMA







'A MI PRIMER AMOR', de Hristo Botev (del libro recomendado 'HRISTO BOTEV, POESÍA')

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... Porque hablar, escribir, también es mirar con los ojos bien abiertos y comprender qué está ocurriendo. A esa mirada viene ahora Botev a llamarnos...

"¿Oyes cómo los pobres imploran?...
Entona, tú, una canción como esta,
cántame, joven, las penas,
canta cómo vende hermano a su hermano,
cómo sucumben juventud y firmeza,
cómo llora la huérfana viuda,
cómo sufren los niños sin techo!"

Hristo Botev (1848-1876)


Parece lógico, en tiempos de infamia, preguntarnos de qué es de lo que debemos hablar, a qué cantar, dónde depositar las palabras olvidadas del idioma herido, en qué lugar pueden ellas sentirse útiles y queridas. Porque hablar, escribir, también es mirar con los ojos bien abiertos y comprender qué está ocurriendo. A esa mirada viene ahora Botev a llamarnos. A las miradas y a las voces que sepan y, sobre todo, quieran, sacudirse las costras de la sumisión y gritar contra la desesperanza. Y es que Ellos quieren que olvidemos que todavía (otra vez Vetusta Morla) nos queda garganta, puño y pies. No permitir que nos dejen sin ganas de vencer, que nos quiten la sed.

El próximo día 10 de abril disfrutaremos en Sanlúcar de Barrameda de la presencia de Zhivka Baltadzhieva, poeta de reconocido prestigio internacional, y profesora en la Universidad Complutense de Madrid. Ella es la autora de la selección, traducción y prólogo del libro 'HRISTO BOTEV, POESÍA' (editorial Amargord). Precisamente vendrá a presentar ese libro tan necesario, ahora que algunos no cesan en el hurto de la palabra, en el vil desahucio del lenguaje, de la vida. Volver a Botev y recordar las palabras urgentes de Federico García Lorca: "En este momento dramático del mundo, el artista debe llorar y reír con su pueblo. Hay que dejar el ramo de azucenas y meterse en el fango hasta la cintura para ayudar a los que buscan las azucenas... Yo siempre seré partidario de los que no tienen nada y hasta la tranquilidad de la nada se les niega"

El acto se celebrará en el Patio de Columnas del Ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda.
(LEI)

A MI PRIMER AMOR

Deja ya esa canción de amor,
no viertas en mis ven as veneno,
joven soy, pero de mi juventud recuerdo no guardo
y, aunque lo tuviera,
no hurgaría en algo que ya he detestado.

Olvídate de aquel tiempo en el que sollozaba
por una mirada dulce y un suspiro,
esclavo era entonces, arrastraba cadenas,
y por una sonrisa tuya,
imbécil de mí, el mundo repudiaba,
y en el fango hundía mi sentir y mi orgullo.

Olvídate de aquella locura,
este pecho ya amor no alumbra.
Jamás podrás despertarlo
allí donde el dolor reina,
donde todo es una herida
y está el atroz corazón en atrocidad acorazado.

Voz tienes divina, joven tú eres,
pero ¿oyes cómo canta el bosque?
¿Oyes cómo los pobres imploran?
De esa voz mi alma está sedienta,
hacia ella mi corazón quebrantado empuja,
allí, donde la sangre anega.

¡Oh, aparta estas palabras-veneno!
¡Oye cómo clama el bosque, cómo aúlla la horasca,
cómo retumban milenarias tormentas,
cómo glosan verbo tras verbo
cuentos de siglos pasados,
trovas de desgracias venideras!

Entona, tú, una canción como esta,
cántame, joven, las penas,
canta cómo vende hermano a su hermano,
cómo sucumben juventud y firmeza,
cómo llora la huérfana viuda,
cómo sufren los niños sin techo!

¡Canta o calla! ¡Vete!
Mi corazón golpea, estalla,
volará, amor mío, ¡despierta!
Volará... Allí donde truena la tierra
en rencorosos gritos feroces
y agónicos cantos sin aliento...

Allí el huracán quiebra las ramas
y en corona el sable las trenza;
abren sus bocas abismo terribles
y silba la semilla de plomo;
allí la muerte es tierna sonrisa,
y la frígida tumba el descanso más dulce.

¡Oh, estos cantos y esta sonrisa!
¿Qué voz me los cantará a gritos
para alzar también yo mi cáliz
y entonar mi brindis de sangre
ante el que el amor enmudece?
Entonces cantaré yo mismo
qué amo y qué añoro.

Zhivka Baltadzhieva

MÁS DE HRISTO BOTEV EN ESTE SITIO:


(... Y es entonces cuando permito, invadido, que esos versos retumben en mi cabeza, tamboreen mi ánimo, me abracen mientras me hablan, me den palmadas, no permitiendo que rehuya la urgente conversación... "Así legisló la manada de lobos con piel de cordero para colocar la piedra eterna de la santa mentira y la mente humana tener para siempre encadenada... Calla y reza cuando te pegan")


'ELEGÍA' Y 'EL PATRIOTA', DEL LIBRO RECOMENDADO 'HRISTO BOTEV, POESÍA'

("... es la acción la que emerge espoleada, la que nos llama a través de la palabra poética para sacudirnos la pereza, para abandonar la sumisión, para querer sentirnos vivos, para que podamos creer que sí, que  somos nosotros los únicos protagonistas de nuestro destino..." Dime, oh, dime, pobre pueblo, ¿quién te mece en esta cuna, en la cuna maldita de eterno esclavo?)

´'EL DÍA DE SAN JORGE' / 'MI PLEGARIA', DOS POEMAS DE HRISTO BOTEV

("Así balaba tras el pastor / el rebaño de ovejas dóciles, mansas, mientras su rey, feliz imbécil, / como todos los reyes de este mundo, / con el lindo cayado les conducía... igual que a ti, tributo te cobra el rey, pobre pueblo, / para sus harenes abominables..." "...no tú, quien al esclavo dictas rezar, someterse...")





'ARDE LA CASA', por Manuel Vicent / 'EL PADRINO II' (escena) / 'RÉGIMEN DE LUDÓPATAS', Juan J.Vélez' / 'SÁLVESE QUIEN PUEDA', Vetusta Morla

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"La casa en llamas es ahora este Gobierno y este Parlamento servidos por un cúmulo de políticos mafiosos, estúpidos o mediocres; son las instituciones del Estado podridas hasta la raíz por la corrupción; es la propia asfixia ante el desplome de los valores morales o estéticos que a uno lo sustentaban...

Sálvese quien pueda... Huye, amigo, dice Buda. Está ardiendo la casa"

Lucky Luciano, fotograma de la serie 'Boardwalk Empire'

ARDE LA CASA

Si tu casa está ardiendo, sal de ella corriendo sin preguntarte qué pasa fuera. No importa si en la calle llueve, hace frío o calor o está plagada de enemigos. Lárgate antes de que se derrumbe el techo sobre tu cabeza. Esta parábola que Buda explicó a sus discípulos bajo una higuera le sirve hoy a cualquier ciudadano que sienta que su mundo se está viniendo abajo. La casa en llamas es ahora este Gobierno y este Parlamento servidos por un cúmulo de políticos mafiosos, estúpidos o mediocres; son las instituciones del Estado podridas hasta la raíz por la corrupción; es la propia asfixia ante el desplome de los valores morales o estéticos que a uno lo sustentaban. No hay forma de mirar hacia alguna parte de la casa que no veas cómo avanzan las llamas hasta tu estancia secreta. Huye, huye, no importa adónde. En la calle encontrarás a muchos amigos que también tratan de salvarse del incendio. Cada cual tiene su fórmula. Uno ya no compra ningún periódico, solo lee a Catulo y a Montaigne, trata de regenerarse escuchando a Mozart y a Schubert. Otro presume de ver solo documentales de monos y cocodrilos del segundo canal porque en ellos encuentra lo más profundo del ser humano. Otro no escucha la radio ni lee libros, solo sigue algunas series famosas de televisión y ve cine negro, porque en estas viejas películas de gánsteres puede comprobar que los diálogos de Albert Anastasia, Dillinger o Lucky Luciano, que se producen en cualquier garito de Chicago con un whisky en la mano y un revólver en el sobaco son piezas maestras de alta literatura comparada con la garrulería grabada entre el comisario Villarejo y el político González, dos mafiosos ratoneros de cuarta, tomando un café con porras en la pastelería La Mallorquina. Sálvese quien pueda, es la consigna general. Huye, amigo, dice Buda. Está ardiendo la casa.

(Fuente: El País, 15-03-2015)

Para comprender, mejor todavía, las posibles relaciones entre la política y la mafia, lo mejor, el cine, El Padrino II:



"Estamos gobernados por ludópatas que se echan a suerte nuestras vidas, por delincuentes abrigados por sus propias mafias..."

RÉGIMEN DE LUDÓPATAS

La tumba de Ali Babá
ha sido saqueada
por sus correligionarios.

Han robado
treinta monedas de plata,
la lámpara de Aladino,
un reloj de arena,
un alfanje repujado
con escudos de nobleza,
dos estribos, una fusta
y cuatro cadenas
con las señas de un esclavo.

Justo en la puerta
se han repartido el botín
y han elegido a suerte
un nuevo adalid: Sidi Hassam,
el beneficiario de las treinta monedas.

La tumba de Sidi Hassam
volverá a ser profanada.
Sus correligionarios
se echarán a suerte
de nuevo los tesoros.

La apódosis se repite.
                    Etcétera.

"Sálvese quien pueda", concluye Manuel Vicent. Bien, si va a ser así, vamos a hacerlo con música,


"... Puede ser que mañana esconda mi voz,
Por hacerlo a mi manera
Hay tanto idiota ahí fuera
Puede ser que haga de la rabia mi flor,
y con ella mi bandera
Sálvese quien pueda...


LETRA:
 
Puedo volver ,
Puedo callar
Puedo forzar la realidad
Puedo doler
Puedo arrasar
Puedo sentir que no doy mas
Puedo escurrir
Puedo pasar
Puedo fingir que me da igual
Puedo incidir
Puedo escapar
Puedo partirme y negociar la otra mitad

Puedo romper
Puedo olvidar
Puede comerme la ansiedad
Puedo salir
Puedo girar
Puedo ser fácil de engañar
Puedo joder
Puedo encantar
Puedo llamarte sin hablar
Puedo vencer
Puedo palmar
Puedo saber que sin vosotros puede más

Puede ser que mañana esconda mi voz,
Por hacerlo a mi manera
Hay tanto idiota ahí fuera
Puede ser que haga de la rabia mi flor,
y con ella mi bandera
Sálvese quien pueda

Puedo torcer
Puedo lanzar
Puedo perderme en la obviedad
Puedo servir
Puedo cansar
Puedo saber que sin vosotros puede más

Puede ser que mañana esconda mi voz,
Por hacerlo a mi manera
Hay tanto idiota ahí fuera
Puede ser que haga de la rabia mi flor,
y con ella mi bandera
Sálvese quien pueda

Puedo, torcer, lanzar, perderme en la obviedad,
sentir, cansar, saber que sin vosotros puede más

Puede ser que mañana esconda mi voz,
Por hacerlo a mi manera
Hay tanto idiota ahí fuera
Puede ser que haga de la rabia mi flor,
y con ella mi bandera
Sálvese quien pueda



'LA PREGUNTA POR LA REALIDAD', por Gustavo Martín Garzo / SUEÑO DE AMOR ETERNO (escenas) / 'PETER IBBETSON' (fragmento) SONETO DE R.M. RILKE

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"El mundo de los cuentos está lleno de huecos así, fisuras en el tejido de lo existente que abren al niño a zonas de lo real donde viven sus verdaderos deseos... todo eso que somos y tratamos de olvidar nos llama desde ese otro lado de lo real. Los niños son expertos en esas llamadas. Eso es jugar, crear un espacio para que tales voces puedan escucharse. Los cuentos guardan la memoria de todas ellas, por eso le resultan incómodos a los adultos y no suelen gustarles, porque no hablan de lo que son sino de lo que han olvidado... 

Cuánto durará un niño”, se pregunta Julio Cortázar. Y enseguida responde: “Un niño durará todo lo que duren sus juegos

Fotograma de 'Sueño de amor eterno', de Henry Hathaway

LA PREGUNTA POR LA REALIDAD

Sí, yo creo que fui un animalito metafísico desde los seis o siete años”, dice Julio Cortázar en una entrevista que Juan Cruz ha rescatado hace poco en este mismo periódico. “Recuerdo muy bien que mi madre y mis tías —mi padre nos dejó muy pequeños a mi hermana y a mí—, en fin, la gente que me veía crecer, se inquietaba por mi distracción o ensoñación. Yo estaba perpetuamente en las nubes. La realidad que me rodeaba no tenía interés para mí. Yo veía los huecos, digamos, el espacio que hay entre dos sillas, si puedo usar esa imagen. Y por eso, desde muy niño, me atrajo la literatura fantástica”.

El reino de lo pequeño es el reino del amor y del juego, de ahí el gusto de los que se aman por los diminutivos, su tendencia a tratarse como si fueran dos niños que nunca abandonan del todo el territorio del sueño

Ese espacio escondido en los intersticios de lo real es el que explora el mundo de la literatura y del juego. En Las crónicas de Narnia, ese mundo escondido vive en el interior de un armario; en Alicia en el país de las Maravillas, en el hueco de un árbol. El mundo de los cuentos está lleno de huecos así, fisuras en el tejido de lo existente que abren al niño a zonas de lo real donde viven sus verdaderos deseos.

Por eso Blancanievesescapa del palacio de la realidad. Ve ese hueco, y se hace pequeña para entrar por él. Eso es lo que simbolizan esos hombres diminutos con los que se encuentra. Ha entrado en el reino de lo pequeño, que es el reino de los cuentos y los juegos. Las casas de muñecas, los soldaditos, los trenes eléctricos, todos esos objetos que tanto gustan a los niños y de los que se sirven para jugar son el acceso a la habitación de los deseos. También los amantes buscan esa habitación y esa es la razón de que haya tantas historias de parejas que huyen al enamorarse, como pasa con Tristán e Iseo cuando se internan en el bosque para vivir su amor. El amor reclama burlar a los guardianes de lo real, como lo hacen los protagonistas de Sueño de amor eterno, la hermosa película de Henry Hathaway con sus carceleros. 



Todos los niños burlan a esos guardianes cuando juegan. Todos buscan un lugar indefinible que solo a ellos pertenece, un lugar muy semejante al que luego accederán a través de su sexualidad, pues el sexo como el juego sólo puede tener lugar lejos de la mirada de los padres.

Las casas de muñecas, los soldaditos, los trenes eléctricos, todos esos objetos que tanto gustan a los niños y de los que se sirven para jugar son el acceso a la habitación de los deseos

Recuerdo una película sobre Simbad, el Marino. Su prometida ha sido transformada en una criatura diminuta y Simbad tiene que correr todo tipo de peligros en busca de una flor cuyo elixir posee el poder de devolverle su tamaño original. Simbad lleva a la princesita consigo y de vez en cuando la saca de su cofrecillo y la deja correr por la mesa, lo que ella aprovecha para provocarle con sus palabras y sus movimientos. Como si le dijera: para amarme tienes que hacerte tan pequeño como yo. Esas escenas son una metáfora preciosa del amor, porque el amor, como el juego de los niños, es el reino de lo pequeño. Es justo eso lo que significa el anillo que se entregan los amantes. Tienes que caber por este hueco, se dicen el uno al otro cuando se lo ponen. El reino de lo pequeño es el reino del amor y del juego, de ahí el gusto de los que se aman por los diminutivos, su tendencia a tratarse como si fueran dos niños que nunca abandonan del todo el territorio del sueño. El anillo también es una metáfora del acto sexual. Al fin y al cabo, el falo erecto es un cuerpo diminuto. Es hacerse pequeño para poder entrar en un reino escondido. Lo pequeño es el símbolo de lo que está en el umbral, a punto de escabullirse, lo abierto a otras formas de realidad, al lugar donde viven los deseos.

Pero entonces, ¿por qué llamamos realidad a lo que pasa en el palacio del rey y no a lo que sucede en el bosque? ¿Es el bosque el sueño de los que viven en el palacio, el territorio de sus pesadillas y sus ensoñaciones? No queremos renunciar al espacio del sueño, eso es lo que pasa. No queremos hacerlo porque es allí donde viven nuestros deseos. En el museo de Cluny, en París, hay unos hermosos tapices flamencos que narran el encuentro de una dama con el unicornio. Son seis escenas llenas de símbolos en que ese encuentro es narrado desde la perspectiva de cada uno de los cinco sentidos: el gusto, el tacto, el oído, el olfato y la vista. En el sexto tapiz se ve a la dama a la puerta de su tienda recibiendo al unicornio. En el dintel hay un lema que dice: “A mi único deseo”. Los tapices proceden de finales del siglo XV y han sido amados por multitud de poetas, entre ellos Rilke que, en Sonetos a Orfeo, dedicó uno de los sonetos a esta misteriosa criatura que empieza así: “He aquí el animal que no existe”. Para añadir enseguida: “Y no existe es verdad, pero al amarle, le hicieron un lugar en este mundo”. Es decir, es el amor el que crea un lugar donde poder encontrarle. Es muy poco lo que se sabe del unicornio. Solo que si una doncella se interna en el bosque y se queda dormida en uno de sus claros, acude silencioso a su encuentro. Recuesta entonces la cabeza sobre su falda y se queda dormido sobre su regazo. Entonces se encuentran en sus sueños y tienen una vida secreta que la doncella olvidará al despertar.

También nosotros tenemos una vida así. Una vida a la que debemos renunciar para tener la vida que tenemos cada día. Esa vida secreta, sin embargo, siempre regresa. Lo hace en ciertos instantes, los más reveladores e íntimos. Entonces todo eso que somos y tratamos de olvidar nos llama desde ese otro lado de lo real. Los niños son expertos en esas llamadas. Eso es jugar, crear un espacio para que tales voces puedan escucharse. Los cuentos guardan la memoria de todas ellas, por eso le resultan incómodos a los adultos y no suelen gustarles, porque no hablan de lo que son sino de lo que han olvidado. No se dan cuenta de que al hacerlo les ofrecen una segunda vida. Tal es el milagro de los cuentos, entregarnos la vida que la Bella Durmiente no pudo vivir.


Una leyenda victoriana habla de los otros hijos de Eva. Eva estaba en el paraíso con sus hijos y Dios los quiso conocer. Pero ella no se los enseñó todos, sino que eligió los más guapos, limpios y educados, para no tener que avergonzarse de los demás, que escondió en el bosque. Mas cuando lo hubo hecho, comprendió que, para que Dios no descubriera su engaño, los hijos que había sustraído a su mirada tendrían que permanecer ocultos para siempre. Y fue de esa estirpe de donde surgieron hadas, elfos, duendes y las otras criaturas ocultas del bosque. El mundo de los cuentos habla de todas esas criaturas. Habla de los niños que mató Herodes, de los niños perdidos de Peter Pan, de los hijos que Eva apartó de la mirada de Dios. En ellos está todo aquello a lo que debemos renunciar al crecer, ese mundo de azoteas y ventanas iluminadas que solo vive en el interior de los sueños. Pero esos niños siempre se las arreglan para regresar. Regresan cuando leemos un libro o escuchamos una canción. Regresan cuando amamos a alguien, cuando jugamos con nuestros hijos, cuando buscamos la compañía de los animales. Regresan en nuestros sueños. Representan todo lo que vive más allá de las fronteras de nuestra razón, todo eso que somos y que no cabe en lo real. Jugar es mirar por los ojos de esos niños perdidos, reunirse en secreto con ellos, hacer lo que nos piden. “Cuánto durará un niño”, se pregunta Julio Cortázar. Y enseguida responde: “Un niño durará todo lo que duren sus juegos”.

(Fuente: El País, 15-03-2015)




'PETER IBBESTSON', de George Du Maurier (fragmento)


"Escucha, mi querido padre me enseñó un misterio singular del cerebro, un modo de saber recordar y evocar en sueños las personas, las cosas y los lugares ya desaparecidos, tal y como habían sido en realidad; hasta las cosas ya olvidadas. Él lo llamaba soñar de verdad, y tras una larga práctica me dijo que había conseguido llegar a la completa perfección. El único consuelo de su vida azarosa era soñar y soñar siempre con las épocas felices de su niñez y de su juventud y con los años fugaces que pasó junto a su mujer adorada. Y, antes de morir, cuando vio mi desgracia irremediable y comprendió que la vida no podría darme muchas esperanzas de venturas ni de placeres, fue cuando me descubrió su sencillo secreto. Por eso he ido evocando en sueños todos los lugares por donde he pasado y, sobre todo, este rincón predilecto, donde por primera vez te conocí siendo yo una niña. No concebía por qué tomabas parte en mis sueños, puesto que yo siempre había soñado la verdad, es decir con cosas que habían sucedido en mi vida, no con cosas que hubieran podido suceder. Tampoco comprendía la causa de la fuerza y realidad de tu mano ni por qué no te esfumabas cuando yo te tocaba, nublando así el sueño. Fue un misterio insoluble para mi, que trastornó muchas horas de mi vida real y de mi vida en los sueños. Luego surgió nuestro encuentro en Cray y parte de ese misterio desapareció, puesto que, después de todo, tú eras mi antiguo amigo Gogo. Pero aún continúa habiendo un misterio, un misterio horrible: el hecho de que dos personas se encuentren, como nos encontramos nosotros ahora, tomando parte en un mismo sueño, y el portento de que sus cerebros coincidan y se compenetren de tal modo." 
(Fuente: epdlp)


Este es el animal inexistente
Sin saber, lo han amado en cada gesto 
-en su marcha, en su porte, en su pescuezo-, 
hasta en la luz de su mirar callado. 

No era, en verdad. Pero al amarlo, se hizo 
puro animal. Espacio le dejaban. 
Y en este espacio, puro y reservado, 
tendía, esbelto, su cabeza. Apenas 

necesitaba ser. No lo nutrieron. 
Con la ilusión de ser sólo vivía 
y ésta le dio tal fuerza que en la frente 

le creció al animal un cuerno. Un cuerno. 
Se allegó, blanco, al lado de una virgen 
y en el plateado espejo fue y en ella. 

(De'Sonetos a Orfeo')


SOBRE GEORGE DU MAURIER:
Escritor e ilustrador británico de origen francés. Du Maurier nació en París y pasó allí la mayor parte de su juventud. Desarrolló su carrera artística en Inglaterra, a donde se trasladó en 1860, pero su conocimiento de la capital francesa es uno de los mayores atractivos de sus novelas Peter Ibbetson (1892), en la que relata recuerdos de su niñez, y Trilby(1894). Quería ser pintor, pero perdió la visión del ojo derecho cuando estudiaba en Amberes y se vio obligado a aplicar su talento al dibujo. Describe esta experiencia en su tercera novela El marciano (1897), escrita al final de sus días. Durante su vida fue más conocido como ilustrador de revistas y animadas tiras cómicas para las revistas de humor Punch, Once A Week y Cornhill Magazine y por las ilustraciones de las obras de William Makepeace Thackeray, George Meredith, Elizabeth Gaskell y Henry James. Publicó varias colecciones de dibujos, como La sociedad inglesa en casa (1880), selección de sus agudas observaciones sobre la vida doméstica británica del siglo XIX; sin embargo, su obra más famosa es Trilby, relato mordaz de la vida bohemia en París, con el personaje exagerado e inolvidable del malvado Svengali. Herbert Beerbohm Tree transformó la novela en un melodrama de gran éxito en 1895.
(Fuente: epdlp)

OTROS ARTÍCULOS DE GUSTAVO MARTÍN GARZO EN ESTE SITIO:

("Todo en esta película resulta perturbador y casi inverosímil, sin embargo no podemos dejar de tener la sensación mientras la vemos de que habla de lo que sucede entre nosotros... de los dueños de la realidad, de su apego al poder y al dinero, de su oculta e insaciable perversidad. ¿No es extraño que el padre elija para recibir el dinero del chantaje un libro de la Constitución Española?... en el territorio de lo Otro. De lo Otro absoluto: la muerte; pero también de lo extraño, lo diferente: el territorio de la santidad, pero también de lo atroz, de lo oscuro, de todo aquello que desafía nuestra cordura")


LA MUCHACHA INDECIBLE

("... al tratar de seguir su rastro no está haciendo sino levantar el acta de su propia memoria y de su propia vida. “Por entonces era ya igual de sensible que ahora en lo tocante a las personas y las cosas a punto de desaparecer”, escribe. Eso es la muchacha indecible, alguien, en quien presencia y ausencia, pensamiento y visión se confunden. ¿Símbolo tal vez de ese sentido, de esa verdad que se esconde cuando tratamos de alcanzarla?")



("Los muertos están en nuestras palabras, en nuestros recuerdos, cuando entramos en un cuarto, cuando recorremos una calle o visitamos un jardín, cuando leemos un libro. Nos siguen a todos los sitios, velan nuestros sueños, se sientan en la mesa con nosotros... Están ahí, pero no debemos volver la cabeza para mirarlos. Sólo el psicótico lo hace... Narrar es escapar a la tiranía de la verdad... El mundo del relato está poblado de personajes que como Hilas nunca regresan... Contar es llevar una lámpara, conformarse con el pequeño espacio de visión que su luz abre en la oscuridad")

("... es el misterio de Santa Teresa, y lo que hace que cinco siglos después de su nacimiento podamos seguir leyéndola con gozo: transforma la religión en poesía. Porque religión y poesía no siempre son lo mismo (y esta es la desgracia de las religiones). La religión nos ofrece respuestas; la poesía nos enseña a amar las preguntas aun sabiendo que no pueden ser contestadas")


("El tema central de El Decamerón será lo humano. No lo humano idealizado, reflejo de un orden superior, sino el ser humano real, con sus virtudes y defectos.Y, por encima de todo, el hombre animado por el deseo... Chesterton escribió que las dos cárceles que amenazan la libertad de los hombres son la cárcel del puritanismo y la cárcel del pesimismo, y El Decamerón logra escapar de las dos y, como el cuarto de los niños, “guarda goces que el puritano no puede prohibir ni el pesimista negar”. El mundo del relato sustituye al paraíso y nos lo recuerda")

("... lo que necesita un niño a los cinco años no es saber leer, sino escuchar música y cuentos, conocer su cuerpo y jugar con él, encontrar palabras y figuras que le ayuden entender lo que siente... La educación ha dado la espalda al complejo mundo de sus afectos y apuesta cada vez más por un individuo adaptado, pragmático, obediente a los códigos de su entorno social... Hay un momento único en que el niño descubre su sombra. Descubre otro yo, alguien que le acompaña en secreto. Ese alguien habita sus pensamientos y sus deseos más íntimos...")



("En el teatro, cuando la función termina, los actores abandonan la escena y regresan exhaustos a sus vidas ordinarias; mientras que aquí los actores siguen apegados a sus personajes y se van por las calles saludando a unos y a otros como si se negaran a aceptar que el telón se bajó. Y lo curioso es que lejos de tomarlos por locos, no son pocos los que les siguen la corriente... La vieja idea de una familia sagrada no debería tener cabida... En España hay tres millones de niños que viven en el umbral de la pobreza...")



("... las locuras de Don Quijote tienen el poder de suspender por un momento el principio de realidad. Su función es abrir una grieta, y, más allá de la lógica, llevarnos a la comprensión profunda e inmediata de una verdad nueva... Nada que ver con la locura. La locura es no tener en cuenta a los otros y pocos héroes los han tenido tan en cuenta como el nuestro. La gran lección de sus aventuras es que un mundo sin justicia no merece la pena... La ironía, para Cervantes, es la capacidad de aceptar las contradicciones de la vida; de aceptar, en suma, que nada es de una sola manera")


("No vemos la realidad, sino sus múltiples simulacros... Vivimos bajo el signo de las copias y los ecos. Bajo del signo de la pobre ninfa Eco...  Dos cosas nos diferencian de la delicada ninfa: la conciencia de su desdicha y su vocación de amor... Mirar tiene que ver con la atención, con la renuncia a poseer, es un acto de amor... Llegar a un lugar sin daño, eso es mirar. Solo el verdadero cine nos lleva a lugares donde ver y soñar se confunden")



("En los planes de estudio desaparecen las asignaturas, como la filosofía y la literatura, que hablan del jorobadito y su pandilla y se sustituyen por otras que solo buscan adoctrinar a los niños... la verdadera cultura no tiene que ver con el deseo de éxito o de notoriedad, sino con el deseo de ser y de saber. El verdadero lector no busca en los libros lo que le halaga o confirma, sino lo que le niega y disloca: busca lo que no tiene... Leer es tirar los dados de nuevo..." “Las músicas oídas son dulces, pero / más dulces son las no oídas”)

("Nuestra vida está llena de preguntas que no podemos evitar hacernos sin descanso. Para mantenerlas vivas y mitigar a la vez la angustia que nos produce no conocer sus respuestas existe el mundo de las fábulas y los cuentos, el mundo inagotable de la ficción. Estamos perdidos y buscamos un camino que transforme nuestra vida en una historia que merezca la pena contar, una historia que nos consuele con su belleza... las religiones nos dicen que ésta no es nuestra verdadera vida y que sólo la muerte puede conducirnos a ella; los cuentos, que el paraíso está en el mundo y que hay que vivir como si fuera posible alcanzarlo. El árbol que canta, el pájaro que habla y el agua de oro... leo para seguir el rastro de luz que dejan en la noche esas moritas cautivas de mi infancia")

("... no filma a los niños para decirnos cómo son sino para mostrarnos cuánto necesitamos su verdad. “Al contrario de lo que leo con frecuencia”, declara François Truffaut, “las películas no pueden hacerse con niños para comprenderlos mejor. Los niños deben ser filmados solo porque los amamos". El cine, en suma, como refugio de significado, esperanza de lo que no ha desaparecido" "En cada escena de la película ('El sol del membrillo') late la nostalgia de esa añorada comunidad humana. Una comunidad amenazada...")


("... también nosotros hemos renunciado a preguntarnos por las causas que hacen que las cosas sean así... ¿Por qué no se obliga a los bancos nacionalizados a dar crédito a las empresas que lo necesitan y no hay un banco público que se enfrente a un problema como el los desahucios? ¿Por qué se permiten los delirantes salarios de la banca? ¿Por qué si tenemos la misma moneda tenemos que pagar distintos intereses por la deuda? ... La última pregunta de Perceval, la más dolorosa de todas, solo puede ser entonces si puede llamarse democracia a esto que tenemos")


SUAVE PATRIA ("La única patria decente (...) es la infancia. Todos tenemos una patria así. En ella están los lugares en los que vivimos, la lengua con que aprendimos a nombrar el mundo y a disipar el miedo a la ausencia de los seres amados... Están los juegos misteriosos, las olorosas fiestas... las primeras lecturas... Y esa patria oculta, secreta, nada tiene que ver con las banderas, los himnos... los tertulianos y los equipos de fútbol que pueblan esos parques temáticos de la identidad a que tan proclives son todos los patriotismos...")

LO QUE AÚN ES NUESTRO (“Me sigo preguntando, añade, si existe algo así como una forma de esperanza en toda escritura poética. (...) Una esperanza que vive en el hecho de decir, y en el lenguaje mismo” (Elisa Martín Ortega, en El lugar de la palabra) No importa la deslealtad de cuantos habiendo sido elegidos para defender el bien común solo piensan en gobernar para sí mismos y los que son como ellos, no importa lo arrasado que descubramos este triste país ni lo injusta y vulgar que nos parezca la sociedad que compartimos, siempre que algo nos hace preguntarnos con asombro “¿qué es?”)
LOS PAÍSES IMAGINADOS ("... La realidad está enferma y necesitamos el elixir de esa flor misteriosa que sólo en los países imaginados florece")
POR UNA ESCUELA PÚBLICA, LAICA Y LITERARIA ("...Las palabras de la escuela deben ser ese ¡ábrete Sésamo! capaz de abrir las piedras y llevar al niño a la cueva donde se guardan los tesoros del corazón humano. Pero también, como las llamas de la cerillera, deben ayudarle a ver el mundo...")

LOS PLACERES SENCILLOS ("El fútbol es como el armario lleno de zapatos de Legrá: una colección de inolvidables momentos y luminosas imágenes que nos dicen que, más allá de nuestras congojas y conflictos cotidianos, en la vida existe la leve e incomprensible felicidad")

CONTRA LA CULTURA DEL DINERO ("Deberían ponerse en los colegios e institutos las películas de John Ford, deberían verlas sobre todo nuestros políticos de derechas y nuestros banqueros")


LA DECADENCIA DE LAS PALABRAS ("Es cierto, sin embargo, que muy pocas veces las palabras han valido menos que hoy... cuanto más hablamos y escuchamos hablar menos parece valer lo que decimos...")

LAS VÍRGENES SUICIDAS ("Los hombres y las mujeres actuales viven sin apenas poner límites a sus deseos, y sin embargo pocas veces han tenido menos cosas que contarse. La ausencia de relatos define su convivencia...")


EL PRÍNCIPE DE LAS TINIEBLAS (SE INCLUYEN ALGUNAS ESCENAS DE LA VERSIÓN CINEMATOGRÁFICA DE F.F. COPPOLA ("Drácula es también, entre muchas otras cosas, una novela sobre la escritura de un libro")




'EL INSOPORTABLE CIRCO DE LA CAMPAÑA ELECTORAL', por Luis Enrique Ibáñez

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"Cualquier campaña electoral, también la de Andalucía, debería servir para denunciar la falsedad del juego democrático. Si alguien no lo hace, está asumiendo la derrota... no cree realmente en esa hiriente falsedad y aspira, como los otros, a pillar una silla manchada en esta partida de póquer amañada...

O aquellos en los que, más o menos, uno podía creer... rescatan, para gritarla, la expresión 'Proceso Constituyente', o, por favor, que dejen de hablarme... Me quedaré leyendo una y otra vez aquella frase, "reformar para que nada cambie"

EL INSOPORTABLE CIRCO DE LA CAMPAÑA ELECTORAL

Siguen, casi todos (me sigue costando decir "todos", aunque cada vez menos), pensando que somos idiotas, y lo peor es que puede que lleven razón. Idiotas, o bueyes, ¿dónde estás Miguel Hernández?

Cualquier campaña electoral, también la de Andalucía, debería servir para denunciar la falsedad del juego democrático. Si alguien no lo hace, está asumiendo la derrota, o, en el peor de los casos, no cree realmente en esa hiriente falsedad y aspira, como los otros, a pillar una silla manchada en esta partida de póquer amañada.

Cualquier campaña electoral, también la de Andalucía, debería servir para explicar, sí otra vez, algo que la gente parece haber olvidado: qué significa el Pacto del Euro, qué es el MEDE y por qué sigue vigente la reforma del artículo 135 de la Constitución. Si no se hace así, se está aceptando la tiranía de los mercados financieros, se está aceptando la inevitabilidad del capitalismo expansivo, se  está aceptando la esclavitud moderna, el regreso, entretenidos, a una Edad Media incrustada en un paisaje de futuro.

Cualquier campaña electoral, también la de Andalucía, debería servir para advertir, para proclamar, para prometer, que los servilismos del sistema, esos que permiten con toda impunidad que esto pueda ser cualquier cosa, menos una democracia, van a ser derribados, a saber,

- La Ley Electoral, esa que hace que todas las cartas estén marcadas.

- La Ley de Financiación de Partidos, una burla a la inteligencia y a la igualdad de oportunidades, del mismo modo que la anterior.

- El mafioso contuvernio, el gran nudo gordiano, el que hace que cualquier esperanza sea imposible,  el que mantienen besados los grandes Bancos, los Medios de Comunicación y los principales partidos políticos. Y con los grandes Bancos no nos referimos, como es obvio, a las catetas y usureras, por definición, entidades españolas, nos referimos al sistema que nos gobierna, que nos desahucia, que nos quita la vida.

Oír a Susana Díaz que se pueden meter con ella, pero no con Andalucía, provoca vómitos, permite que el fantasma de Puyol vuelva a nuestra humilde salita, el fantasma de Puyol y la sombra del fascismo más populista y traidor.

Oír a Antonio Maíllo que quiere que vuelvan los jóvenes exiliados, y que se vayan los responsables de los ERES tampoco resulta agradable, después de que ellos sostuvieron a esos responsables, argumentando que en Andalucía, en las anteriores elecciones, habían ganado las izquierdas.

Dejar de oír a Podemos hablar sobre las esencias democráticas, sobre la democracia real, verlos completamente asimilados a un sistema personal, narcisista y televisivo, provoca algo más que tristeza, otra vez, ya son demasiadas.

De los otros partidos, ni hablamos, me niego.

O aquellos en los que, más o menos, uno podía creer, me refiero a Podemos e IU, rescatan, para gritarla, la expresión 'Proceso Constituyente', o, por favor, que dejen de hablarme. 

Cansado ya de cacareos inútiles.

Me quedaré encerrado con Antonio Machado, leyendo una y otra vez aquella frase, "reformar para que nada cambie".

¿Acaso es eso a lo que aspiramos?

Tenemos, todos, demasiada hambre de ilusión, la necesitamos, es cierto. Sin embargo, ese deseo no debería hacer que perdiéramos la perspectiva.

Lo perderíamos todo, si no lo hemos perdido ya.

Mucho me temo (ahora sí, ojalá me equivoque) que algunos ya no hablan como decían que hablaban.

Y no, no queremos hacer la revolución sólo en bares y blogs. Pero tampoco la queremos hacer besando la mano del banquero que ríe mientras las vidas se van por los desagües de la mentira consentida.






Artículo de opinión: 'CONTRA LA SUPERACIÓN', por Javier Marías. PROPUESTA DE EXAMEN (según PAU)

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"Una atleta groggy, que no podía con su alma ni con sus piernas ni con sus pulmones, se arrastraba desorientada, a cuatro patas... para recorrer los últimos metros de una maratón... 

Lo peor es que, mientras los médicos ordenan nuestra salud, los medios de comunicación mundiales se dediquen a alentar que la gente se ponga gratuitamente en peligro, se fuerce a hacer barbaridades, se someta a torturas innecesarias y desmedidas, sea deportista profesional o no. Y la gente se presta a toda suerte de riesgos con docilidad"


CONTRA LA SUPERACIÓN

Nos sirvieron las imágenes hasta en la sopa, una y otra vez, en todos los canales de televisión, y, con su habitual manía retrospectiva, las acompañaron de otras escenas similares del pasado, de archivo. Todo ello con grandes elogios hacia los pobres desgraciados que las protagonizaban. Una cosa es que haya individuos tercos y masoquistas, que atentan indefectiblemente contra su salud (son muy libres), que buscan procurarse un infarto o una ataxia, jaleados además por una multitud sádica que goza con su sufrimiento, que gusta de ver reventar a un semejante sobre una pista, en un estadio. Otra cosa es que todos los locutores y periodistas habidos y por haber ensalcen la “gesta” y fomenten que los espectadores se sometan a destrozos semejantes; que los inciten a imitar a los desdichados (tirando a descerebrados) y a echar en público los higadillos, eso en el más benigno de los casos.

Lo que provocaba la admiración de estos comentaristas daba verdaderas lástima y angustia, resultaba patético a más no poder. Una atleta groggy, que no podía con su alma ni con sus piernas ni con sus pulmones, se arrastraba desorientada, a cuatro patas y con lentitud de tortuga, para recorrer los últimos metros de una maratón o “media maratón” y alcanzar la meta por su propio pie (es un decir). Se la veía extenuada, deshecha, enajenada, con la mirada turbia e ida, los músculos sin respuesta alguna, parecía una paralítica que se hubiera caído de su silla de ruedas. Y, claro, no sólo nadie le aconsejaba lo lógico (“Déjalo ya, muchacha, que te va a dar algo serio, que estás fatal; túmbate, toma un poco de agua y al hospital”), sino que sus compañeras, los jueces, la masa –y a posteriori los locutores– miraban cómo manoteaba y gateaba penosamente y la animaban a prolongar su agonía, con gritos de “¡Vamos, machácate, tú puedes! ¡Déjate la vida ahí si hace falta, continúa reptando y temblando hasta el síncope, supérate!” Y ya digo, a continuación rescataban “proezas” equivalentes: corredores mareados, que no sabían ni dónde estaban, vomitando o con espumarajos, las rodillas castañeteándoles, el cuerpo entero hecho papilla, víctimas de insolación, sin sentido del equilibrio ni entendimiento ni control de su musculatura, desmadejados y lastimosos, todos haciendo un esfuerzo inhumano ¿para qué? Para avanzar un poco más y luego poder decir y decirse: “Llegué al final, crucé la meta, pude terminar la carrera”.

Y no, ni siquiera eso es verdad. Alguien que va a rastras no ha terminado una carrera, es obvio que no ha podido llegar, que no aguanta los kilómetros de que se trate en cada ocasión. Su “hazaña” es sólo producto del empecinamiento y la testarudez, como si completar la distancia a cuatro patas o dando tumbos tuviera algo de admirable o heroico. Y no, es sólo lastimoso y consecuencia de la estupidez que aqueja a estos tiempos. Como tantas otras necedades, la mística de la “superación” me temo que nos viene de los Estados Unidos, y ha incitado a demostrarse, cada uno a sí mismo –y si es posible, a los demás–, que se es capaz de majaderías sin cuento: que con noventa años se puede uno descolgar por un barranco aunque con ello se rompa unos cuantos huesos; que se puede batir el récord más peregrino, qué sé yo, de comerse ochocientas hamburguesas seguidas, o de permanecer seis minutos sin respirar (y palmar casi seguro), o de esquiar sin freno en zona de aludes, o de levantar monstruosos pesos que descuajeringarían a un campeón de halterofilia. Yo entiendo que alguien intente esos disparates en caso de extrema necesidad. Si uno es perseguido por asesinos y está a pocos metros de una frontera salvadora, me parece normal que, al límite de sus fuerzas, se arrastre para alcanzar una alambrada; o se sumerja en el agua seis minutos –o los que resista– para despistar a sus captores, ese tipo de situaciones que en el cine hemos visto mil veces. Pero ¿así porque sí? ¿Para “superarse”? ¿Para demostrarse algo a uno mismo? Francamente, no le veo el sentido, aún menos la utilidad. Ni siquiera la satisfacción.

Lo peor es que, mientras los médicos ordenan nuestra salud, los medios de comunicación mundiales se dediquen a alentar que la gente se ponga gratuitamente en peligro, se fuerce a hacer barbaridades, se someta a torturas innecesarias y desmedidas, sea deportista profesional o no. Y la gente se presta a toda suerte de riesgos con docilidad. “Vale, con noventa y cinco años ha atravesado a nado el Amazonas en su desembocadura y ha quedado hecho una piltrafa, está listo para estirar la pata. ¿Y? ¿Es usted mejor por eso? ¿Más machote o más hembrota?” Es más bien eso lo que habría que decirle a la muy mimética población. O bien: “De acuerdo, ha entrado en el Libro Guinness de los Récords por haberse bebido cien litros de cerveza en menos tiempo que nadie. ¿Y? ¿No se percató de que lo pasó fatal –si es que salió vivo de la prueba– y de que es una enorme gilipollez?” O bien: “Bueno, alcanzó usted la meta, pero como un reptil y con la primera papilla esparcida en la pista. ¿No le parece que sería mejor que no lo hubiéramos visto?”.


(Fuente: El País Semanal, 15-03-2015)



PREGUNTAS:
1ª ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS
2ª TEMA. RESUMEN

3ª COMENTARIO CRÍTICO

Preguntas guía para el comentario crítico

1ª ¿Cómo está organizado el texto? (Estructura)
2ª ¿Qué tesis defiende el autor? (Ver Orientaciones para determinar el tema...)
3ª ¿Podrías resumir brevemente el texto con tus propias palabras?
(Las tres primeras preguntas corresponden, evidentemente, a las preguntas de Selectividad, ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS, TEMA Y RESUMEN. A partir de la cuarta pregunta comenzaría -es sólo una propuesta- el COMENTARIO CRÍTICO)
4ª ¿Qué tipo de texto es? Si es un texto literario, ¿a qué momento histórico pertenece, está "encuadrado" en algún movimiento literario?
5ª ¿Es un tema actual? ¿Crees que hay alguna idea "secundaria" importante?
6ª ¿Es un tema polémico?
7ª ¿Es un tema local/universal
8ª ¿Qé argumentos utiliza el autor para defender su tesis?
9ª ¿Es objetivo en sus planteamientos, o es subjetivo?
10ª ¿Cuáles son las “marcas lingüísticas” de su supuesta subjetividad? ¿Cuáles son las expresiones más impactantes, más significativas? Coméntalas.
11ª ¿Es un tema original?
12ª Si no lo es, ¿lo es, al menos su tratamiento, su enfoque?
13ª ¿Cuál es tu opinión?
14ª ¿Qué argumentos añadirías?
15ª ¿Qué argumentos opondrías a los del autor?
16ª ¿Puedes relacionar el texto, su tema principal, con otros textos, noticias… que conozcas?
17ª Teniendo en cuenta la intención del autor, ¿crees que ha sido eficaz? ¿Qué funciones del lenguaje predominan?
18ª ¿Cómo concluyes tu análisis, tu comentario?

4ª ANÁLISIS SINTÁCTICO:
Lo peor es que, mientras los médicos ordenan nuestra salud, los medios de comunicación mundiales se dediquen a alentar que la gente se ponga gratuitamente en peligro
5ª EL LENGUAJE PERIODÍSTICO / LOS GÉNEROS DE OPINIÓN / LOS GÉNEROS INFORMATIVOS / CLASIFICACIÓN DE LOS GÉNEROS PERIODÍSTICOS






'EL ÁRBOL DE LA CIENCIA' (fragmento para el comentario)

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Ahora que en en este país las campañas electorales nos han atrapado, puede resultar interesante, incluso esclarecedor, volver a este fragmento de esa obra que alguien calificó de detalladísima autopsia de la realidad española.

"En aquel momento dominaban los Mochuelos. El Mochuelo principal era el alcalde... que suavemente iba llevándose todo lo que podía del municipio... El de los Ratones era don Juan, un tipo bárbaro y despótico... Este gran Ratón no disimulaba como el Mochuelo; se quedaba con todo lo que podía, sin tomarse el trabajo de ocultar decorosamente sus robos... 

En Alcolea casi todos los ricos defraudaban a la Hacienda, y no se les tenía por ladrones... «¡Qué hermosa sería una revolución -decía Andrés a su patrona -, no una revolución de oradores y de miserables charlatanes, sino una revolución de verdad!"


EL ÁRBOL DE LA CIENCIA  
(fragmento)

En aquel momento dominaban los Mochuelos. El Mochuelo principal era el alcalde, un hombre delgado, vestido de negro, muy clerical, cacique de formas suaves, que suavemente iba llevándose todo lo que podía del municipio. El cacique liberal del partido de los Ratones era don Juan, un tipo bárbaro y despótico, corpulento y forzudo, con unas manos de gigante, hombre que, cuando entraba a mandar, trataba al pueblo en conquistador. Este gran Ratón no disimulaba como el Mochuelo; se quedaba con todo lo que podía, sin tomarse el trabajo de ocultar decorosamente sus robos. 

Alcolea se había acostumbrado a los Mochuelos y a los Ratones, y los consideraba necesarios. Aquellos bandidos eran los sostenes de la sociedad; se repartían el botín; tenían unos para otros un “tabú especial”. Andrés podía estudiar en Alcolea todas aquellas manifestaciones del árbol de la vida, y de la vida áspera manchega: la expansión del egoísmo, de la envidia, de la crueldad, del orgullo. A veces pensaba que todo esto era necesario; pensaba también que se podía llegar, en la indiferencia intelectualista, hasta disfrutar contemplando estas expansiones, formas violentas de la vida. 

« ¿Por qué incomodarse, si todo está determinado, si es fatal, si no puede ser de otra manera? », se preguntaba. ¿No era científicamente un poco absurdo el furor que le entraba muchas veces al ver las injusticias del pueblo? Por otro lado, ¿no estaba también determinado, no era fatal el que su cerebro tuviera una irritación que le hiciera protestar contra aquel estado de cosas violenta-mente? Andrés discutía muchas veces con su patrona. Ella no podía comprender que Hurtado afirmase que era mayor delito robar a la comunidad, al ayuntamiento, al Estado, que robar a un particular. Ella decía que no; que defraudar a la comunidad no podía ser tanto como robar a una persona. En Alcolea casi todos los ricos defraudaban a la Hacienda, y no se les tenía por ladrones. Andrés trataba de convencerla de que el daño hecho con el robo a la comunidad era más grande que el producido contra el bolsillo de un particular; pero la Dorotea no se convencía. 

«¡Qué hermosa sería una revolución -decía Andrés a su patrona -, no una revolución de oradores y de miserables charlatanes, sino una revolución de verdad! Mochuelos y Ratones, colgados de los faroles, ya que aquí no hay árboles; y luego lo almacenado por la moral católica, sacarlo de sus rincones y echarlo a la calle: los hombres, las mujeres el dinero, el vino todo a la calle.» 

Dorotea se reía de estas ideas de su huésped, que le parecían absurdas...



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'EL ÁRBOL DE LA CIENCIA', ALGUNOS RECURSOS

("En España, en general, no se paga el trabajo sino la sumisión. Yo quisiera vivir del trabajo, no del favor")

'EL ÁRBOL DE LA CIENCIA' (fragmento)

("El pueblo no tenía el menor sentido social... el pueblo se había arruinado... El pueblo aceptó la ruina con resignación... Esa perfección se conseguía haciendo que el más inepto fuera el que gobernara... los más aptos allí eran precisamente los más ineptos...)

'EL ÁRBOL DE LA CIENCIA' (CITAS) / 'LAS INQUIETUDES DE SHANTI ANDIA (PÁRRAFO INCIAL) / 'PENSAR HOY', POR EMILIO LLEDÓ / 'BUENAS NOCHES Y BUENA SUERTE' (DISCURSO FINAL)

("Porque como también se ha comentado, muchas veces, "nunca como hoy han tenido los seres humanos tantas posibilidades de información, de comunicación y, paradójicamente, nunca han estado tan silenciosos, tan inermes, tan deteriorados" (Emilio Lledó) "Tenemos integrada una alergia a la información perturbadora o desagradable. La televisión es utilizada principalmente para distraernos, desviarnos, entretenernos y aislarnos" (Edward Murrow, en 'Buenas noches y buena suerte')



ENTREVISTA A SUSAN GEORGE, Carlos Enrique Bayo / 'UNEMPLOYMENT STOMP', BIG BILL BROONZY

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"Medio centenar de potentados imponen las leyes económicas de la Unión Europea... Ellos redactaron el Tratado de Lisboa, la política de la UE sobre competencia, y luego van a los gobiernos de sus países y les venden esa legislación. Es gente que tiene un poder tremendo detrás del escenario... 

¿Queremos estar en un tratado según el cual las multinacionales pueden querellarse contra un Gobierno que suba el salario mínimo, como le ocurrió a Egipto?"

"... mi casa hecha pedazos, sí, mi mujer me dejó"



Nadie como ella nos ha alertado del peligro de la globalización económica, ni nadie nos advirtió antes: desde que publicase el primer Informe Lugano, justo antes de inicarse el siglo XXI, Susan George (Akron, Ohio, 1934) es la referencia imprescindible para todos los altermundialistas y la portaestandarte de la lucha contra el imperio planetario de las grandes corporaciones y las instituciones financieras internacionales.

Doctora en Ciencias Políticas, licenciada en Filosofía por la Sorbona y en Lengua Francesa por el Smith College, en realidad es y siempre ha sido una activista en favor de la justicia social, una escritora prolífica sobre el subdesarrollo impuesto al Tercer Mundo y una militante incansable contra las políticas del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y las superpotencias. Cumplirá 81 años dentro de tres meses, pero sigue presidiendo el Transnational Institute de Amsterdam, es presidenta de honor de ATTAC Francia y está en plena gira mundial para presentar su última obra: Los usurpadores: cómo las empresas transnacionales toman el poder (Icaria Antrazyt).

Porque ahora están en la gran batalla de su larga vida: impedir que se instaure el Transantlantic Trade and Investment Partnership (TTIP), al que califica de"peligrosísimo coup de force geopolítico a nivel global" porque dejaría a los gobiernos, a los pueblos, a merced de los intereses de las grandes compañías multinacionales.

La planificación de este intento de obtener una hegemonía comercial planetaria comienza, asegura usted en su libro, hace más de 20 años con la Mesa Redonda Europea de Industriales (ERT), fundada en 1983 por 18 directores ejecutivos de grandes transnacionales europeas…

Sí, ahora ya está formada por los presidentes de 50 grandes multinacionales europeas, que controlan una facturación de 1,3 billones de euros [más que el PIB de España] y están literalmente redactando la legislación económica de Europa; les dicen a los gobiernos y a la propia Comisión Europea qué es lo que tienen que hacer. Ellos redactaron el Tratado de Lisboa, la política de la UE sobre competencia, y luego van a los gobiernos de sus países y les venden esa legislación. Es gente que tiene un poder tremendo detrás del escenario. Como dijo Peter Sutherland [excomisario de la UE y exdirector de la OMC, de la BP y de Goldman Sachs] “son más que un lobby porque cada uno de ellos tiene acceso a las más altas esferas del Gobierno.

Igual que Business Europe [la patronal europea formada por las patronales de 33 países], donde también están muchos de ellos y que tiene una inmensa influencia sobre la Comisión Europea. Ahí se reúnen todos, incluida la CEOE española, la MEDEF [Mouvement des Entreprises de France] y todas las demás.

Y este complot…

¡No es un complot! No quiero sugerir que existe una conspiración.

Pero es un plan premeditado…

Sí, un plan premeditado a muy largo plazo para imponer sus intereses.

…en el que participan políticos y gobernantes de uno a otro lado del espectro, de los socialdemócratas a los conservadores.

Quizás algunos de esos políticos no se dan cuenta de ello, o quizá los movimientos sociales y ciudadanos no han hecho su trabajo; o la política se ha complicado tanto que es muy difícil para las ONG hacer frente a todas las amenazas y desafíos.
Al plantear a la Comisión el secretismo de la negociación del Tratado, nos responden: "Cuando estás jugando al póker no enseñas las cartas"

Pero las organizaciones sociales sí están ahora movilizadas contra el TTIP...

Sí, y eso es fantástico, porque se trata de una auténtica emergencia.

…incluso en EEUU.

Sí, también en EEUU.

"Cuando estás jugando al póker no enseñas las cartas"

 ¿Y los promotores del TTIP no se dan cuenta de que todo ese secretismo con el que ocultan los detalles de la negociación en realidad está alimentando esa oposición ciudadana al tratado?

Bueno, eso nos favorece. Pero cuando le planteas ese argumento a los de la Comisión, contestan: “Cuando estás jugando al póker, no enseñas las cartas a los otros jugadores”.


Pero entonces están admitiendo que están jugando al póker, no negociando en beneficio de los ciudadanos…

Pascal Lamy nos hacía ese mismo argumento cuando estaban negociando el GATT [Tratado General sobre Aranceles y Comercio] o hablaban de la Organización Mundial de Comercio en Cancún. Christine Lagarde era la más sincera de todos ellos, nos decía: esto es todo lo que os puedo contar, y no puedo contaros más allá. Yo la respeto. Cuando fue nombrada ministra de Comercio y empezó a negociar, en sólo dos semanas se había hecho con el dominio de todo el dossier que nosotros llevábamos años estudiando. Y ahora que está al frente del Fondo Monetario Internacional resulta que el mejor de los tres integrantes de la Troika es precisamente el FMI, que ya ha producido tres informes, uno elaborado por Blanchard [Olivier, economista jefe del FMI] y otro en el que participa, que demuestran que las políticas de austeridad no funcionan.

No entiendo cómo los gobiernos no actúan en función de esa realidad, pero el trabajo teórico elaborado por el FMI es muy bueno: demuestra que la austeridad no puede hacer que una economía crezca, que sólo provoca una pérdida de empleo y lleva al estancamiento. El FMI pone todo eso por escrito y no reaccionan ni los gobiernos, ni la Comisión, ni por supuesto el Banco Central Europeo. No hay que olvidar que Draghi fue director ejecutivo para Europa de Goldman Sachs…

Sí, y De Guindos, nuestro ministro de Economía, era miembro del Consejo Asesor de Lehman Brothers para Europa…

¡Vaya!, así que los españoles saben bastante de lo que estoy hablando.
"Si se aprueba, el TTIP es un tratado que estará por encima de las leyes nacionales, incluso de la Constitución de cada país firmante"

Volviendo al TTIP, usted sostiene que si se aprueba será como un paraíso para las multinacionales. ¿No cree que los gobiernos pueden poner cortapisas y controles para evitarlo, incluso si se aprueba?

No, tal como ahora está planteado el tratado. Los gobiernos nacionales sólo podrían decir o no; sólo tendrían la posibilidad de retirarse, de no firmarlo. Y no es muy probable que lo hagan si no hay una mayoría que lo hace. No tendrían la posibilidad de enmendar esto o aquello. Y si se firma, queda aprobado y será muy difícil dar marcha atrás. Porque es un tratado que estará por encima de las leyes nacionales, incluso de la Constitución de cada país firmante.

Bueno, en principio nada puede quedar por encima de la Constitución...

Sí que puede. El tratado sobre los tratados rubricado en Viena en 1969 es muy claro y se ha convertido ya en derecho consuetudinario: que los tratados internacionales sobrepasan a las leyes nacionales, incluidas las Constituciones. Por tanto, si no te gusta, no firmas, pero una vez firmado ya no puedes hacer nada para corregirlo.

¿Cómo conoce el contenido del tratado si se ha mantenido bajo siete llaves?

Bueno, no conocemos los detalles de lo negociado. No sabemos qué es lo que Europa está tratando de salvaguardar, sólo lo que nos cuentan desde la Comisión Europea, y eso muy a menudo no es más que una sarta de mentiras. Pero sí sabemos lo que EEUU busca, sí sabemos que en 3.200 tratados bilaterales de inversión incluyen la cláusula ISDS, la de resolución de disputas y diferencias entre los inversores y los Estados. No cabe duda de que tanto EEUU como la UE quieren incluirla. Sabemos que las grandes compañías a ambos lados del Atlántico han estado discutiendo esto durante veinte años. Por tanto, sabemos qué es lo que quieren, y quieren estar al mando de las regulaciones y deshacerse de muchas de las reglamentaciones públicas en vigor.

Y las corporaciones norteamericanas han escrito cartas –que son de dominio público– a su Departamento de Comercio, instruyendo a sus negociadores: queremos esto y lo otro, como eliminar el principio de cautela [el que impide acciones industriales si no hay consenso científico sobre la posibilidad de que cause perjuicios a la población o el medio ambiente]; como levantar las restricciones a las exportaciones de los productos genéticamente modificados, especialmente los alimentos transgénicos; como acabar con la competencia de los medicamentos genéricos frente a los fármacos de marca…

"Con estos tratados, EEUU se colocaría en el eje de un bloque comercial gigante que controlará dos tercios del PIB del mundo y casi tres cuartas partes del comercio mundial"

En Europa, mediante la Directiva de Substancias Peligrosas, se han prohibido 1.200 productos químicos por el riesgo que presentan a la salud o el entorno. En cambio, en EEUU desde que en 1976 se aprobó la Ley de Sustancias Tóxicas sólo se han prohibido ¡doce productos en total! Por tanto, si firmamos el tratado, dudo mucho que la UE pueda impedir la importación de los productos norteamericanos que contienen esas 1.188 sustancias peligrosas. Además, nos ocultan la información sobre ese tipo de detalles del acuerdo, así que podemos inferir lo que realmente quieren hacer. La brecha, el abismo, que hay entre nuestras regulaciones y las de EEUU es inmensa.

"Con estos tratados, EEUU se colocaría en el eje de un bloque comercial gigante que controlará dos tercios del PIB del mundo y casi tres cuartas partes del comercio mundial" 

Usted afirma que este tratado de libre comercio se ha estado planificando durante los últimos veinte años. En todo este tiempo, ¿todos los gobiernos europeos implicados, de uno u otro signo político, han colaborado en ese plan para que las multinacionales usurpen el poder?

No estoy muy segura de que los gobiernos estén siempre informados de todo lo que se está negociando, por mucho que el diálogo transatlántico se pusiera en marcha por iniciativa del Departamento de Comercio de EEUU y la Comisión Europea, en 1995, y los gobiernos deberían estar informados desde entonces. Voy a darle un ejemplo: en 1987-88 estábamos luchando contra el Acuerdo Multilateral sobre Inversiones [de la OCDE] y como hicimos mucho ruido, Lionel Jospin, que era entonces el primer ministro socialista de Francia, acabó reconociendo que no era consciente del contenido de ese acuerdo porque el Gobierno francés había colocado a técnicos muy jóvenes, treintañeros, en el equipo negociador. Los gobiernos son entidades muy grandes y tienen determinadas prioridades, como conseguir la reelección, así que a menos que la ciudadanía haga mucho ruido, si hay asesores que argumentan que un tratado va a servir para generar puestos de trabajo, los gobernantes acaban por dar el visto bueno sin conocerlo de verdad.

¿Cómo podrían contraatacar China y otros países del BRIC [Brasil, Rusia e India] si los dos tratados de libre comercio con EEUU acaban siendo rubricados?

Eso va a ser muy interesante. Si se aprueba, EEUU se situará en el eje de un bloque comercial gigante, con 12 países asiáticos, incluidos Japón y Australia, en un lado, y la UE en el otro. Lo que supondrá concentrar dos terceras partes del PIB mundial y casi tres cuartas partes del comercio global, para contar con una potencia económica estratégica que ahora no tiene. Entonces serán incluso capaces de decir a China que tiene que hacer lo mismo que se dispone en el tratado o quedará marginada. Todos los países del BRIC están al margen del TTIP y el TTP [Acuerdo Comercial Transpacífico], por tanto esto sería un auténtico coup de force [golpe de fuerza, normalmente militar] geopolítico a nivel global.

¿Un golpe de Estado mundial?

No, no tanto. No lo quiero calificar así. Un coup de force.
"Muchos expertos hablan ya de que se está fraguando un crisis 'a la española' en China: una burbuja inmobiliaria que podría ser enormemente destructiva"

En cualquier caso, la capacidad financiera y comercial de China es tan grande que parece difícil que un nuevo bloque como el que pretende crear EEUU pueda llegar a arrinconarla.

Bueno, yo no soy economista, pero muchos expertos están hablando ya de que se está fraguando un crisis a la española en China: una burbuja inmobiliaria que podría ser enormemente destructiva y que obligaría a Pekín a regresar al aislacionismo. Sé que tienen tres billones de dólares en sus reservas de divisas, pero no sé si eso les bastará para aguantar la presión.

¿Entonces, el nuevo bloque capitaneado por EEUU pretende neutralizar el poderío económico emergente de los BRIC?

Sí, se trata de eso. No creo que las multinacionales estén pensando en ello, pero sin duda el Gobierno de Washington, sí. Y los gobiernos europeos están justificando el tratado en términos geoestratégicos, porque ya se ha demostrado que el TTIP hará que Europa pierda 600.000 puestos de trabajo y condenará a la UE al estancamiento económico. Así que su único argumento es como aquel de los presidentes estadounidenses que decían: “Lo que es bueno para la General Motors es bueno para EEUU”. Porque no existen ya justificaciones económicas, ni sociales ni morales para defenderlo. De eso no cabe la menor duda.

¿Cómo se puede detener su aprobación?

Sumándonos al movimiento ciudadano, publicando estos argumentos, diciéndole a la gente que tiene que movilizarse para detener el TTIP en España… el 18 de abril es una fecha grande del movimiento contra el TTIP en toda Europa. Hay que hacer que la gente esté informada.

¿La movilización ciudadana hará reaccionar a los gobiernos y a la Comisión?

Oh, sí. En realidad ya han reaccionado. Ya están a la defensiva. Ya han nombrado al vicepresidente holandés de la Comisión, Frans Timmermans, para coordinar todos los aspectos del tratado, que hasta ahora estaban siendo negociados por separado por los comisarios de cada uno de los ámbitos implicado: agricultura, sanidad, empleo, comercio... Ahora están coordinando su política porque ven que tienen que hacer una ofensiva general para sacarlo adelante. Antes, trataban a los ciudadanos como niños y les planteaban argumentarios pueriles para defender lo indefendible. Y les sorprendió que sus esfuerzos propagandísticos no tuvieron éxito. Eso es una buena señal.

No hago más que dar malas noticias, pero debo terminar dando una buena: esta batalla la podemos ganar. Sólo tenemos que estar unidos. Porque este tratado contiene elementos como para que todos lo odiemos: trabajadores, agricultores, sanitarios, educadores, consumidores, empleados, parados… ¿Queremos estar en un tratado según el cual las multinacionales pueden querellarse contra un Gobierno que suba el salario mínimo, como le ocurrió a Egipto? 
(Fuente: publico.es) 

 "Y mi mujer tuvo que dejarme... se estaba muriendo de hambre...
mi casa hecha pedazos, sí, mi mujer me dejó"



BIG BILL BROONZY UNEMPLOYMENT STOMP'



LETRA:

I'm a law abiding citizen, and my debts I sure will pay,
I'm a law abiding citizen, and my debts I sure will pay.
I hope war don't start and Uncle Sam have to send me away.

I haven't never been in jail, and I haven't never paid no fine, baby,
I wants a job to make my livin', cause stealin' ain't on my line.

I've knowed a time when I have raised my own meat and meal,
My meat was in my smokehouse, and my meal was in my field.

When Mr. Roosevelt sent out those unemployment cards,
I just knowed sure that work was goin'to start.

Broke up my home 'cause I didn't have no work to do,
My wife had to leave me' cause she was starvin' too.





CLAVES DE 'CIEN AÑOS DE SOLEDAD', por Julio Ortega / '100 YEARS OF SOLITUDE', THE LEVELLERS / 'CIEN AÑOS DE SOLEDAD'

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Con frecuencia hemos pensado que, dentro de la narrativa hispanoamericana, esta obra debería ser la lectura recomendada en 2º de Bachillerato.

"Al joven escritor que me preguntó qué nos queda del realismo mágico le respondí: nos quedas tú. Porque nada es más real que la magia de la lectura. Y cualquiera que haya reconocido la ética de los afectos podrá transcurrir deleitoso por estas páginas de provecho...

No es fácil leer, pero se aprende"


CLAVES DE 'CIEN AÑOS DE SOLEDAD'

Los orígenes
A Gabriel García Márquez lo asaltó la idea de la novela cuando su madre le pidió acompañarla a Aracataca, el pueblo donde nació, para visitar la casa de su infancia y venderla. Pasaron 40 años y varias versiones antes de que un día, llevando a Mercedes y los muchachos de vacaciones a la playa, se le reveló la clave que había buscado en vano: lo contaría todo como lo había hecho su abuela, como si todo fuera cierto. Giró el auto, volvió a la ciudad de México y se encerró un año a escribir. Cuando despertó, la novela estaba allí.
El título
Hay una canción afroamericana llamada One Hundred Years of Solitude, un lamento de esclavos del Sur. Y hay un corto del cine mudo en el que un soldado de la guerra civil, frente al pelotón de fusilamiento, recuerda su vida fugaz. Pero en Cien años de soledad se trata de la sol-edad, la edad solar. La saga guerrera de los padres, cuya extraordinaria arbitrariedad multiplica las batallas y destruye la familia, el pueblo y la memoria. Su primer título fue La casa. Postulaba la casa familiar, reconstruida por la lectura. Por primera vez, la novela en español deja de ser una paliza (de pícaros, quijotes, páramos y cruces) y abre al lector un lugar hospitalario.
La hipótesis
Esta novela se construye en contra de la tradición narrativa, socialmente situada. En lugar de espacios antagónicos (vida pública-vida privada), postula la complementariedad del modelo cognitivo aborigen. Los opuestos se articulan, se requieren, y hacen figura. Los ciclos de abundancia y carencia se suceden como espacios del mundo al derecho y el mundo al revés. Cien años de soledad es también un alegato de las regiones; esto es, de un relato previo a los Estados, libre de las fronteras, legendario y autárquico. Al final, todo lo hemos leído por sobre el hombro de otro lector, el último de los Buendía. Cada lector es el último Buendía. O el primero de una patria paralela, la lectura.
Los ciclos
Ya en la primera página advertimos que los estilos que se traman corresponden al discurso mítico, que encarna en los gitanos, los jóvenes que ensayan la alquimia y el patriarca que utiliza los “inventos” disfuncionalmente. Pronto emerge el discurso histórico, con las elecciones tramposas, la rebelión de Aureliano y la guerra civil, que traduce un radical desengaño de la historia política. Se trama enseguida la voz de los recuentos (“Esto ya me lo sé de memoria”, dice Úrsula). Y cierra la espiral el habla apocalíptica, cuando la novela se va borrando a sí misma. Cada lenguaje es, a la vez, temporal: legendario, cronológico, memorioso y del fin.
Los lectores
Cien años de soledad le ha dado al acto de leer una función emotiva, educándonos en su extraordinaria sutileza, a un tiempo barroca y lírica, tan elaboradísima como ligerísima. La gran parábola de la lectura es la “peste del insomnio”, que pone a prueba la capacidad del nombre de retener a la cosa que nombra. Pero no sólo se trata de las escenas de la lectura que se despliegan una detrás de otra, como un escenario más barroco que fantástico. Se trata también de que esta novela, excediendo la lección de Borges, no sólo inventa a sus precursores (Rabelais, Faulkner, Rubén Darío), sino que crea a sus lectores. Quienes la leímos el mismo año de su aparición (1967) confirmamos nuestra fe en una América Latina capaz de su diferencia creativa y moderna. Pero una generación después fue leída como la utopía emancipatoria de los proyectos nacionales perdidos. Mis estudiantes la leen intrigados por su propio asombro, placer y zozobra, como si sólo en el lenguaje español,desde el Quijote, fuese posible sustituir al mundo desde la escritura.
El incesto
La obsesión del incesto la lleva Úrsula como una maldición del linaje. En el origen está el hijo con cola de cerdo, y está también en la profecía del hijo comido por las hormigas. La prohibición del incesto organiza el sistema de parentesco y da un valor de intercambio al bien familiar más preciado, las hijas. Pero en la novela lo que no se construye es la vida cotidiana, seguramente agotada por Balzac. Úrsula, sin embargo, hace del incesto otra denuncia de la violencia patriarcal. Como Pedro Páramo de Juan Rulfo, Cien años de soledad combate la paternidad errática como el centro del mal.
El realismo mágico
Al joven escritor que me preguntó qué nos queda del realismo mágico le respondí: nos quedas tú. Porque nada es más real que la magia de la lectura. Y cualquiera que haya reconocido la ética de los afectos podrá transcurrir deleitoso por estas páginas de provecho. Una vez le pregunté a Toni Morrison si los negros que en sus novelas vuelan de vuelta al África salían de las páginas de Gabo. No, me respondió, salen de Ohio. Había ella encontrado ese mito popular entre los campesinos negros. Cuando el padre se marchaba, la familia acudía a esa explicación. Como ocurre con Remedios la Bella. Cuando un vendedor ambulante se robó a la chica bonita del pueblo, su familia explicó que había subido al cielo en cuerpo y alma. En ambos casos, la cultura popular sutura las heridas sociales con el mito del vuelo. Si el negro de Toni Morrison se cruza en el cielo de las Antillas con Remedios la Bella es porque ambos salen de la cultura afroamericana. Él es el ángel de la historia (de la destrucción), ella es el ángel de la fábula (de la reparación). Se cruzan, en verdad, en el horizonte de nuestra lectura. No es fácil leer, pero se aprende.
(Fuente: babelia.com)


LETRA:
All around you slow decay
Wanna feel the sun of a new day
Forget all the chances lost
Shedding innocence like falling dust
All the things you learned too young
The songs you knew but never sung
Waited a long time and wasted more
Forgotten what you waited for
CHORUS
Excuse me ma'am for being so rude
Feels like 100 years of solitude
My mind is numb but my houth's okay
And you can listen or walk away
Nos solution's built to last
Just petty scores to settle past
The N.M.E. was nothing to you
And the maker, well, the maker of who
This Walkman generation
In search of sweet sedation
Shile forests choke under a 'lever sky
And the Exxon birds that'll never fly
CHORUS

We tried we cried we fell we lied
This life's like a white knuckle ride
Crack babies born too young
And L.A. kids who dance to the gun
So forget this so called dirt of mine
It's just the dust and diesel of passing time
It's all around youa tragedy, look
So forget the cover and read the book
CHORUS

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'URGENTE: LIMPIAR LAS CLOACAS', por Beatriz Gimeno

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"llevamos décadas viviendo una democracia secuestrada, un expolio organizado, un robo a mano armada;  y lo cierto es que ningún partido de los que ha gobernado ha puesto ningún tipo de cortafuego real a esto, ni ha favorecido la real separación de poderes, ni ha creado verdaderos controles (sino al contrario), ni ha castigado la corrupción y ni siquiera se ha preocupado un poco por la confusión entre lo público y lo privado..."


URGENTE: LIMPIAR LAS CLOACAS

En la última semana, al tiempo que conocíamos el informe de la Consejería de Sanidad madrileña en la que no les ha quedado más remedio que reconocer la magnitud de los recortes que han llevado a cabo (miles de camas menos), nos enterábamos de la existencia de una trama que tenía como centro el Hospital Gregorio Marañón y que implicaba a médicos que utilizaban los recursos públicos para pruebas privadas. Hemos sabido también que el consejero de Sanidad lo sabía y que había sido informado de esto hace tiempo; no hizo nada. No ha habido un solo consejero de Sanidad en la Comunidad de Madrid desde que gobierna el Partido Popular que esté limpio de la sospecha (o de la certeza) de utilizar  la sanidad pública para sus propios negocios y los de sus amigos. Y el enésimo escándalo de la sanidad madrileña ocurría al tiempo que nos enterábamos de los negocios que se montó Granados en este caso  a cuenta de la educación pública.
Y a eso se suman tantos imputados  (que ahora el PP pretende cambiar de nombre para ver si nos despista) que ya nadie es capaz de llevar el recuento, y eso sin contar los que no están  imputados pero sabemos que deberían estarlo. Finalmente lo que tenemos encima es una malla opaca, ocluida por la basura, que confunde instituciones públicas con intereses particulares, que no deja respirar a la política y que está ahogando a ésta y a la gente. Ahora nos damos cuenta de que en las últimas décadas lo que ha venido ocurriendo es que en prácticamente todas las instituciones públicas se ha permitido que la política fuera utilizada para que los propios políticos se enriquecieran y enriquecieran a las grandes empresas que, a su vez, han creado una red clientelar con la que han venido decidiendo las políticas que se nos aplican. Es decir, llevamos décadas viviendo una democracia secuestrada, un expolio organizado, un robo a mano armada;  y lo cierto es que ningún partido de los que ha gobernado ha puesto ningún tipo de cortafuego real a esto, ni ha favorecido la real separación de poderes, ni ha creado verdaderos controles (sino al contrario), ni ha castigado la corrupción y ni siquiera se ha preocupado un poco por la confusión entre lo público y lo privado. Finalmente no hay más que mirar alrededor para ver que es verdad que, aparte de que obviamente los más ricos han visto como crecían sus empresas y sus negocios,  el pago a los políticos por permitir este estado de cosas está a la vista. Altos cargos de todos los partidos que han venido gobernando en cualquier institución se han beneficiado personalmente de este funcionamiento, ya sea de manera claramente delictiva (tramas de corrupción, Púnica, Gürtel, Bárcenas, áticos, Caja Madrid…), ya sea de manera completamente inmoral y presuntamente delictiva (tarjetas black), o de manera legal pero completamente falta de ética pública (altos cargos copando los Consejos de Administración de las mismas empresas a las que antes han favorecido con sus políticas). Esto es lo que tenemos y no hace falta decir que hay políticos honrados, faltaría más; pero lo que tiene que protegernos no es la honradez personal de la gente, sino el sistema de control… Y este es inexistente.
Lo primero es limpiar las cloacas; desatascar la basura y echarla sumidero abajo; construir un medio político habitable... construir democracia real. Esto ya no se aguanta... hay que reiniciarlo
Con todo, lo peor no es esto, y ya parece muy malo. Lo peor es que dada la acumulación de inmoralidades e ilegalidades que nos rodean nos hemos visto obligados a respirar en este ambiente. Mucha gente ha terminado por creer que esto es inevitable, que esto es así en todos los países, que se trata de disfunciones habituales en democracia. Hemos aprendido a convivir con la certeza de que todo el sistema es una especie de vertedero y por tanto nada nos asombra. Nos movemos encima de una cloaca infecta, y lo peor es que veo que los partidos de siempre siguen como si nada, con sus propuestas y promesas sobre políticas cotidianas de corto alcance de las que unas se cumplirán y otras no;  pero desgraciadamente,  mucho de lo que se propone - siendo muy importante-  ha dejado de ser lo más importante. Lo primero es limpiar las cloacas; desatascar la basura y echarla sumidero abajo; construir un medio político habitable, un hábitat limpio en el que poder hacer política; en el que construir democracia real. Esto ya no se aguanta, está colapsando y hay que reiniciarlo. Yo estoy convencida de que es necesario hacer ahora lo que no se hizo en su momento: acabar con los restos de la sociedad franquista para poder hacer de este un país normal, comparable en esto a la mayoría de los países europeos.  Un país normal es ese en el que un ministro dimite por haber plagiado una tesis, por comprar un chicle con la tarjeta de un ministerio o por mentir públicamente. No digamos ya por legislar para los amigxs, por robar, malversar o prevaricar. O limpiamos o nos ahogamos.
(Fuente: eldiario.es)



'ACERTÓ EL FOTÓGRAFO', por Juan José Millás

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"Son los responsables de que Dios se encuentre en el índice onomástico del Boletín Oficial del Estado, que es como incluir a un curandero en el de la revista del Colegio Oficial de Médicos. Se les atribuye asimismo el impuesto revolucionario que viene aplicándose a los libros, al teatro, al cine y demás actividades humanísticas en caída libre"


"Ya se parecerán, podría haber dicho en su día el fotógrafo". / LUIS SEVILLANO (EL PAÍS)

ACERTÓ EL FOTÓGRAFO

Esta fotografía, tomada al principio de la legislatura, ha resultado profética. Aparecen en ella, en plan pareja cómica, José Ignacio Wert, ministro de Educación, Cultura y Deporte, y José María Lasalle, secretario de Estado de Cultura. Son, por orden de aparición, los responsables de que Dios se encuentre en el índice onomástico del Boletín Oficial del Estado, que es como incluir a un curandero en el de la revista del Colegio Oficial de Médicos. Se les atribuye asimismo el impuesto revolucionario que viene aplicándose a los libros, al teatro, al cine y demás actividades humanísticas en caída libre.
Han participado, solos o en compañía de otros, en el empobrecimiento del sistema público de I+D, así como en el hundimiento de la igualdad de oportunidades. Han logrado, en apenas tres años, tener en contra a los artistas plásticos, a los escritores, a los cineastas, a los exhibidores, a los distribuidores y al resto de los colectivos vinculados directa o indirectamente con su departamento. Wert es el ministro al que más veces se le ha retirado la mano en toda la historia de las manos, y Lasalle, el que mejor ha arrojado la piedra con expresión de yo no fui. Eligieron para la foto el gesto desenfadado que pueden apreciar, con el subalterno riendo sumisamente el chiste a todas luces grueso de su jefe. ¿Recuerdan ustedes aquella anécdota de Picasso y la modelo que no se parecía a su retrato? Ya se parecerá, profetizó el pintor. Ya se parecerán, podría haber dicho en su día el fotógrafo. Y habría acertado. Ahora mismo son idénticos a como se mostraban cuando prometieron el cargo.
(Fuente: El País Semanal, 22-03-2015)
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("...Los cuentos maravillosos contienen una enseñanza para niños y adultos. Al niño le dicen que la vida es extraña, y que tendrá que enfrentarse a numerosos peligros al crecer, pero que si es noble y generoso logrará salir adelante; y al adulto, que no debe abandonar del todo su infancia, pues su vida se empobrecerá si lo hace..." "...Las palabras de la escuela deben ser ese ¡ábrete Sésamo! capaz de abrir las piedras y llevar al niño a la cueva donde se guardan los tesoros del corazón humano. Pero también, como las llamas de la cerillera, deben ayudarle a ver el mundo...")
(Con esta lección desde los seis años los niños pasarán a engrosar el acervo de los mortales que esperan una solución a sus problemas mediante plegarias a un Poder Celestial. La oración siempre entraña un pacto egoísta... ... El profesor de religión las habrá tenido que borrar para suplantarlas por otras palabras mágicas, revelación, culpas, plegarias, milagros, misterios, ruedas de molino y otras parábolas")
("No sólo...  jamás leía un libro sino que se vanagloriaba de tal circunstancia... El pseudolector actual rehúye las cinco condiciones mínimas inherentes al acto de leer: complejidad, memoria, lentitud, libertad y soledad... habríamos sustituido la centralidad del acto de leer por la del acto de mirar... la cultura de la imagen no ha sustituido a la cultura de la palabra sino que ambas culturas han quedado aparentemente invalidadas... el pseudoespectador, que naufraga, satisfecho, en el océano de las imágenes"(R.Argullol) "... Ceñir las aspiraciones a una envoltura formada por libros..." (Belle and Sebastian)
("Ese ridículo decreto es, simplemente, un paso más en el proceso de deteriorar la enseñanza pública. Crear el caos en todo lo público, para justificar su desprecio. Para poner los recursos públicos en manos de la enseñanza privada.... Para fragmentar la sociedad, y pretender que sólo los jóvenes de las clases superiores tengan acceso a la información, al conocimiento... tengan acceso al poder... no podemos permitir que les quiten lo que entre todos les hemos dado. Que no les roben lo que es suyo")





'MI JORNADA DE REFLEXIÓN', por Juan Carlos Rodríguez

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Un análisis lúcido y necesario

"Los que verdaderamente mandan no son los que se presentan a las elecciones. Los que mandan de verdad quieren una democracia débil y oligárquica, a su servicio y en la que gobierne una minoría cada vez más rica y poderosa. Pero tienen miedo de los resignados, de los engañados, de los que no tienen futuro y ya no tienen miedo...

Ya la gente quiere participar en la vida pública de otro manera, otras formas de hacer política y acabar con los mentirosos casposos enchaquetados... La gente empieza a tomar conciencia"


MI JORNADA DE REFLEXIÓN

No cumplen el programa electoral. Manipulan a la justicia en beneficio propio. Salvan a los bancos y hunden a las personas en la miseria. Cobran sobresueldos y comisiones ilegales. Suben los impuestos a los ciudadanos. Recortan en la sanidad y van privatizando los hospitales. En la educación han hecho recortes para que solo puedan estudiar los privilegiados. Han permitido echar a familias enteras de sus casas. Tenemos una ley laboral que prácticamente nos lleva a la esclavitud y una ley "mordaza" que disminuyen la libertad de manifestación de concentración y de denuncia. Pueden seguir ustedes...

Los bancos y las grandes empresas económicas han desplomado y dilapidado el sistema financiero. El crédito se estancó y las empresas se hundieron. Consecuencia: despido de millones de trabajadores o en su defecto contratos laborales precarios. El gobierno se endeudó y se tomó a la crisis de la economía mundial como excusa para aplicar políticas de recortes sociales que han hecho aún más ricos a los que precisamente provocaron la crisis.

Hemos visto cómo los fiscales defendían a los delincuentes financieros, cómo poderosos financieros, que estaban condenados, fueron indultados o les prescribieron los procedimientos en los juzgados, cómo jueces han sido perseguidos y amenazados cuando han investigado delitos financieros. En definitiva, vivimos en un país corrupto desde la más altas instancias del Estado.

En España los ricos controlan los poderes del Estado: el legislativo, ejecutivo y judicial. Existe un importante poder financiero, que es el verdadero poder, el poder real y que tiene su origen en la época de la dictadura franquista. Este poder lo forma una oligarquía económica, que forma parte de los consejos de administración de las industrias más importantes, los medios de comunicación y la banca. Si nos damos cuenta los países que han sufrido en mayor medida la crisis en Europa, Grecia, Portugal y España, se caracterizan por haber sufrido dictaduras recientes y la democracia no está tan consolidada. En las débiles democracias estos grupos financieros actúan con mayor impunidad. Si a todo esto añadimos que se hizo una ley electoral que beneficiaba a esta oligarquía, llegamos a la conclusión de que siguen los mismos controlando el poder político, económico y financiero.

Los que verdaderamente mandan no son los que se presentan a las elecciones. Los que mandan de verdad quieren una democracia débil y oligárquica, a su servicio y en la que gobierne una minoría cada vez más rica y poderosa. Pero tienen miedo de los resignados, de los engañados, de los que no tienen futuro y ya no tienen miedo, y que comienzan a luchar uniéndose políticamente con la esperanza de convertir sus sueños en propuestas políticas. La gente empieza a tomar conciencia. 

Ya se ha comprobado que el régimen bipartidista, de turnos, unos años tú y otros yo, implantado desde la transición ha tocado fondo. Se está descomponiendo por sí mismo y por los muchos casos de corrupción. Ya la gente quiere participar en la vida pública de otro manera, otras formas de hacer política y acabar con los mentirosos casposos enchaquetados. Pero claro, el gobierno de extrema derecha reaccionario y corrupto, cuyos dirigentes son mercenarios de la política al servicio de los poderosos, se defiende y no será fácil que llegue el cambio verdadero. No olvidemos que usará a fondo todos los aparatos disponibles del Estado para aplastar a quienes demanden más democracia y un cambio en la forma de hacer política. Las cloacas del poder ya han empezado a funcionar hace tiempo. Tenemos un futuro que recuperar. Empecemos con las elecciones al parlamento andaluz.

(Fuente: jcarrodri.blogspot.com)




¡QUEREMOS QUE NOS SIGÁIS PEGANDO!, por Luis Enrique Ibáñez / 'ADEMÁS NOS VOTARÉIS', ÁNGEL PESTIME...

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"... significa que todos esos andaluces están de acuerdo con la prioridad absoluta del pago de esa deuda sobre todas las cosas, como si de una tabla divina se tratase. Están de acuerdo en que, si hace falta (que por lo visto sí) se utilice el dinero destinado a la Sanidad y a la Educación públicas para el pago de esa fantástica e incomprensible deuda. Una deuda que no es de los ciudadanos...

Significa que la mayoría de los andaluces, casi el 60%, ahí es nada, no cree que los infinitos casos de corrupción sean para tanto"


¡QUEREMOS QUE NOS SIGÁIS PEGANDO!

El PSOE y el PP han obtenido juntos casi el 60% de los votos en las elecciones autonómicas en Andalucía. Una cifra que, filtrada por la tramposa Ley Electoral, les otorga 80 de los 109 diputados que componen el parlamento andaluz. Un 60% andaluces ha entregado su voto a una de esas dos opciones: la mayoría de la población andaluza. ¿Qué puede significar esto?

Significa que la mayoría de los andaluces está de acuerdo con el Pacto del Euro, ese que ya obligaba a los estados supuestamente soberanos a recortar los gastos sociales, si ello era necesario para el pago de una deuda cósmica e ilegítima. 

Significa que esa mayoría de andaluces está a favor de la reforma del artículo 135 de la Constitución. Que está de acuerdo con la pérdida de la soberanía nacional, con la entrega del gobierno de la nación a entidades absolutamente antidemocráticas como el FMI. Que está de acuerdo con el establecimiento del techo en el déficit de las administraciones públicas, a cualquier precio.

Y, sobre todo, significa que todos esos andaluces están de acuerdo con la prioridad absoluta del pago de esa deuda sobre todas las cosas, como si de una tabla divina se tratase. Están de acuerdo en que, si hace falta (que por lo visto sí) se utilice el dinero destinado a la Sanidad y a la Educación públicas para el pago de esa fantástica e incomprensible deuda. Una deuda que no es de los ciudadanos.


Significa que esa mayoría de andaluces está a favor de la reforma del artículo 135 de la Constitución. Que está de acuerdo con pérdida de la soberanía nacional

Significa también que la mayoría de los andaluces está de acuerdo en que con el dinero de todos se paguen rescates multimillonarios a esos bancos protagonistas de tantas prácticas asesinas.

Significa que toda esa población andaluza, la mayoría, ve bien que esos mismos bancos desahucien sin cesar a miles y miles de familias enteras.

Significa que cerca del 60% de los andaluces, se dice pronto, está de acuerdo con las sucesivas reformas laborales que tanto PSOE como PP han pergeñado durante estos años, llevando a la clase trabajadora a una esclavitud propia de la Edad Media.

Significa que todos esos andaluces dan su visto bueno a la difícilmente recuperable pérdida de derechos sociales, derechos conquistados gracias a la lucha de muchas generaciones de trabajadores.

Significa que la mayoría de la población andaluza está a favor del mantenimiento, incluso del aumento, de la finaciación, con el dinero de todos, de la Iglesia Católica. Una iglesia que, al menos en sus altas esferas, se ha aliado con los poderosos y ha dado la espalda a los que más sufren, ¿verdad Rouco? Dentro de unos días podremos disfrutar, otra vez, con esas tiernas imágenes de Susana Díaz acompañando algún paso, ya llega la Semana Santa, ¡a la calle, andaluces!


Significa que muchos andaluces no se han parado a pensar en el futuro de sus hijos... Que les da igual que los estudios superiores vayan a convertirse en un lujo exclusivo para las clases superiores

Significa que esa mayoría de andaluces quiere seguir siendo cebada con el estúpido aborregamiento domesticador servido sin piedad por los medios de comunicación públicos andaluces, entre ellos destaca, por encima de todos, nuestro emocionante Canal Sur. Una mayoría de andaluces que no quiere ni en pintura oír hablar del fomento de un pensamiento crítico, porque prefiere soltar una lagrimilla viendo cómo Juan y Medio habla, bonachón él, con alguno de nuestros ancianos, convertidos, en nuestra televisión, en títeres de la moralina más rancia y silenciadora. ¿Me puede decir alguien cuánto ha cobrado ese amago de presentador, tan simpaticote, de nuestros impuestos?

Significa que la mayoría de los andaluces, casi el 60%, ahí es nada, no cree que los infinitos casos de corrupción sean para tanto. Significa que están de acuerdo en que políticos imputados sigan en sus puestos, e incluso aparezcan en alguna lista electoral. 

Significa que todos esos andaluces están a favor de que PSOE y PP se pongan de acuerdo para proteger, con obscenos aforamientos, a compañeros de partido, o de gobierno, que llevan sobre sus espaldas algo más que algún indicio de delito.

Significa que muchos andaluces no se han parado a pensar en el futuro de sus hijos. Significa que les importa un pito que la Educación Pública se vaya al carajo. Que les da igual que los estudios superiores vayan a convertirse en un lujo exclusivo para las clases superiores. Que aceptan de buena gana que a lo más que podamos llegar sea a mano de obra barata, y eso con suerte.


Significa que todos esos andaluces están a favor de que PSOE y PP se pongan de acuerdo para proteger a compañeros de partido que llevan sobre sus espaldas algo más que algún indicio de delito

Significa, aunque no lo sepan, que ven bien que con el dinero público, el nuestro, se paguen las pérdidas privadas, mientras los bancos de alimentos y algunos contenedores de basura se convierten en centros multitudinarios.

Significa que a una gran mayoría de andaluces no le importa sostener con su dinero una institución de carácter medieval como es la monarquía. Y que tampoco desean que se les pregunte sobre ello, sobre el modelo de estado en el que quieren vivir, a mí que me dejen.

Significa que es demasiado fácil que a uno se le escape sin querer la frase por favor, paren un momento que yo me bajo.

Significa que no existe en absoluto ninguna posibilidad de cambio si no se remueven con fuerza los pilares de esta mal llamada democracia: Ley Electoral, Financiación de Partidos y esa pecaminosa relación que mantienen los Bancos con lo grandes Medios de Comunicación y con los Partidos Políticos. Realmente es un trío que puede oler a pornografía barata.

Significa que tampoco hay posibilidad alguna si los propios ciudadanos renuncian a pensar de verdad, a analizar los hechos, a estudiarlos, y a extraer sus propias consecuencias personales, y, al contrario, prefieren seguir siendo llevados... al matadero.

Significa que hoy lo prioritario no es pagar su deuda, lo prioritario hoy es leer a Botev:


"Dime, oh, dime pobre pueblo, quién te mece
en esta cuna, en esta cuna de eterno esclavo...

El esclavo no se levanta
estamos todos copa en mano"











Columna para el comentario crítico: 'EL PAPELAJO', por Rosa Montero / 'VUELVA USTED MAÑANA', de M. José de LARRA

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Parece mentira que entre el artículo de Larra y la columna de Montero hayan pasado 200 años...

"Miles de jóvenes que están saliendo por la crisis de España se encuentran atrapados en esta trampa angustiosa, incapaces de convalidar sus estudios o de emplearse por la falta de ese maldito papel. Que expedir un título lleve tantos años es un misterio más impenetrable que la física cuántica y una clara medida de la modernidad del país"



EL PAPELAJO

S. es un profesor madrileño que lleva varios cursos dando clase en una universidad de Estados Unidos, y que ha estado a punto de perder su trabajo y la residencia en el país porque no podía mostrar su título de doctor. S. acabó el doctorado hace dos años y medio en la Universidad Pontificia de Comillas, pero, al igual que todos los flamantes doctores españoles, sólo obtuvo un recibo diciendo que había pagado las tasas y que ya le darían el título algún día. Recibo que adjuntó en Utah a los demás documentos y que, naturalmente, causó la estupefacción e hilaridad de los funcionarios americanos. ¿Cómo? ¿Que hacía más de dos años que había terminado y sólo podía mostrar ese papelajo? S. tenía que estar mintiendo, dedujeron los burócratas, incapaces de concebir un sistema educativo que tarde años en entregar un documento oficial. Rozando ya la deportación, el desesperado S. recibió por fin el título, aunque previamente su padre tuvo que ir al Ministerio de Educación español (¡que es quien lo concede!) para legalizar allí la firma del rector. Este retraso intolerable e inconcebible sucede con todas las universidades: el padre de S., que acaba de doctorarse tardíamente en la Complutense, ha sido advertido de que tardará cuatro años en obtener el diploma por ser de un plan antiguo. Miles de jóvenes que están saliendo por la crisis de España se encuentran atrapados en esta trampa angustiosa, incapaces de convalidar sus estudios o de emplearse por la falta de ese maldito papel. Que expedir un título lleve tantos años es un misterio más impenetrable que la física cuántica y una clara medida de la modernidad del país: estamos más o menos a la altura de los monjes copistas de la Alta Edad Media. Cuando por fin recibió su título, S. lloró. Yo también estoy a punto de hacerlo.

(Fuente: El País, 24-03-2015)


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VUELVA USTED MAÑANA

Gran persona debió de ser el primero que llamó pecado mortal a la pereza; nosotros, que ya en uno de nuestros artículos anteriores estuvimos más serios de lo que nunca nos habíamos propuesto, no entraremos ahora en largas y profundas investigaciones acerca de la historia de este pecado, por más que conozcamos que hay pecados que pican en historia, y que la historia de los pecados sería un tanto cuanto divertida. Convengamos solamente en que esta institución ha cerrado y cerrará las  puertas del cielo a más de un cristiano.

Estas reflexiones hacía yo casualmente no hace muchos días, cuando se presentó en mi casa un extranjero de estos que, en buena o en mala parte, han de tener siempre de  nuestro país una idea exagerada e hiperbólica; de éstos que, o creen que los hombres aquí son todavía los espléndidos, francos, generosos y caballerescos seres de hace  dos siglos, o que son aún las tribus nómadas del otro lado del Atlante: en el primer caso vienen imaginando que nuestro carácter se conserva tan intacto como  nuestra ruina; en el segundo vienen temblando por esos caminos, y preguntan si son los ladrones que los han de despojar los individuos de algún cuerpo de guardia establecido precisamente para defenderlos de los azares de un camino, comunes a  todos los países.

Verdad es que nuestro país no es de aquellos que se conocen a primera ni a segunda vista, y si no temiéramos que nos llamasen atrevidos, lo compararíamos de buena gana a esos juegos de manos sorprendentes e inescrutables para el que ignora su artificio, que estribando en una grandísima bagatela, suelen después de sabidos dejar asombrado de su poca perspicacia al mismo que se devanó los sesos por buscarles causas extrañas. Muchas veces la falta de una causa  determinante en las cosas nos hace creer que debe de haberlas profundas para  mantenerlas al abrigo de nuestra penetración. Tal es el orgullo del hombre, que más quiere declarar en alta voz que las cosas son incomprensibles cuando no las  comprende él, que confesar que el ignorarlas puede depender de su torpeza.

Esto no obstante, como quiera que entre nosotros mismos se hallen muchos en esta ignorancia de los verdaderos resortes que nos mueven, no tendremos derecho para extrañar que los extranjeros no los puedan tan fácilmente penetrar.

Un extranjero de éstos fue el que se presentó en mi casa, provisto de competentes  cartas de recomendación para mi persona. Asuntos intrincados de familia, reclamaciones futuras, y aun proyectos vastos concebidos en París de invertir aquí sus cuantiosos caudales en tal cual especulación industrial o mercantil, eran los motivos  que a nuestra patria le conducían.

Acostumbrado a la actividad en que viven nuestros vecinos, me aseguró formalmente  que pensaba permanecer aquí muy poco tiempo, sobre todo si no encontraba pronto objeto seguro en que invertir su capital. Parecióme el extranjero digno de alguna consideración, trabé presto amistad con él, y lleno de lástima traté de persuadirle a que se volviese a su casa cuanto antes, siempre que seriamente trajese otro fin que no fuese el de pasearse. Admiróle la proposición, y fué preciso explicarme más claro.

­­­­­–Mirad –le dije–, monsieur Sans-délai, que así se llamaba; vos venís decidido a pasar quince días, y a solventar en ellos vuestros asuntos.

–Ciertamente –me contestó–. Quince días, y es mucho. Mañana por la mañana buscamos un genealogista para mis asuntos de familia; por la tarde revuelve sus libros, busca mis ascendientes, y por la noche ya sé quién soy. En cuanto a mis  reclamaciones, pasado mañana las presento fundadas en los datos que aquél me dé, legalizadas en debida forma; y como será una cosa clara y de justicia innegable (pues  sólo en este caso haré valer mis derechos), al tercer día se juzga el caso y soy dueño de lo mío. En cuanto a mis especulaciones, en que pienso invertir mis caudales, al cuarto día ya habré presentado mis proposiciones. Serán buenas o malas, y admitidas  o desechadas en el acto, y son cinco días; en el sexto, séptimo y octavo, veo lo que hay  que ver en Madrid; descanso el noveno; el décimo tomo mi asiento en la diligencia, si no me conviene estar más tiempo aquí, y me vuelvo a mi casa; aún me sobran de los  quince, cinco días.
Al llegar aquí monsieur Sans-délai, traté de reprimir una carcajada que me andaba retozando ya hacía rato en el cuerpo, y si mi educación logró sofocar mi inoportuna  jovialidad, no fué bastante a impedir que se asomase a mis labios una suave sonrisa de asombro y de lástima que sus planes ejecutivos me sacaban al rostro mal de mi grado.

–Permitidme, monsieur Sans-délai –le dije entre socarrón y formal–, permitidme que os convide a comer para el día en que llevéis quince meses de estancia en Madrid.

–¿Cómo?

–Dentro de quince meses estáis aquí todavía.

–¿Os burláis?

–No por cierto.

–¿No me podré marchar cuando quiera? ¡Cierto que la idea es graciosa!

–Sabed que no estáis en vuestro país activo y trabajador.

–¡Oh!, los españoles que han viajado por el extranjero han adquirido la costumbre de hablar mal [siempre] de su país por hacerse superiores a sus compatriotas.

–Os aseguro que en los quince días con que contáis, no habréis podido hablar siquiera  a una sola de las personas cuya cooperación necesitáis.

–¡Hipérboles! Yo les comunicaré a todos mi actividad.

–Todos os comunicarán su inercia.

Conocí que no estaba el señor de Sans-délai muy dispuesto a dejarse convencer sino por la experiencia, y callé por entonces, bien seguro de que no tardarían mucho los  hechos en hablar por mí.

Amaneció el día siguiente, y salimos entrambos a buscar un genealogista, lo cual sólo se pudo hacer preguntando de amigo en amigo y de conocido en conocido; encontrámosle por fin, y el buen señor, aturdido de ver nuestra precipitación, declaró francamente que necesitaba tomarse algún tiempo; instósele, y por mucho favor nos dijo definitivamente que nos diéramos una vuelta por allí dentro de unos días. Sonreíme y marchámonos. Pasaron tres días: fuimos.

–Vuelva usted mañana –nos respondió la criada–, porque el señor no se ha levantado  todavía.

–Vuelva usted mañana –nos dijo al siguiente día–, porque el amo acaba de salir.

–Vuelva usted mañana –nos respondió al otro–, porque el amo está durmiendo la siesta.

–Vuelva usted mañana –nos respondió el lunes siguiente–, porque hoy ha ido a los  toros.

–¿Qué día, a qué hora se ve a un español? Vímosle por fin, y “Vuelva usted mañana  –nos dijo–, porque se me ha olvidado. Vuelva usted mañana, porque no está en limpio”.

A los quince días ya estuvo; pero mi amigo le había pedido una noticia del apellido  Díez, y él había entendido Díaz y la noticia no servía. Esperando nuevas pruebas, nada  dije a mi amigo, desesperado ya de dar jamás con sus abuelos.

Es claro que faltando este principio no tuvieron lugar las reclamaciones.

Para las proposiciones que acerca de varios establecimientos y empresas utilísimas  pensaba hacer, había sido preciso buscar un traductor; por los mismos pasos que el  genealogista nos hizo pasar el traductor; de mañana en mañana nos llevó hasta el fin  del mes. Averiguamos que necesitaba dinero diariamente para comer, con la mayor urgencia; sin embargo, nunca encontraba momento oportuno para trabajar. El  escribiente hizo después otro tanto con las copias, sobre llenarlas de mentiras, porque  un escribiente que sepa escribir no le hay en este país.

No paró aquí; un sastre tardó veinte días en hacerle un frac, que le había mandado  llevarle en veinticuatro horas; el zapatero le obligó con su tardanza a comprar botas hechas; la planchadora necesitó quince días para plancharle una camisola; y el  sombrerero, a quien le había enviado su sombrero a variar el ala, le tuvo dos días con  la cabeza al aire y sin salir de casa.

Sus conocidos y amigos no le asistían a una sola cita, ni avisaban cuando faltaban, ni  respondían a sus esquelas. ¡Qué formalidad y qué exactitud!

 –¿Qué os parece de esta tierra, monsieur Sans-délai? –le dije al llegar a estas pruebas.

–Me parece que son hombres singulares...

–Pues así son todos. No comerán por no llevar la comida a la boca.

Presentóse con todo, yendo y viniendo días, una proposición de mejoras para un ramo que no citaré, quedando recomendada eficacísimamente.

A los cuatro días volvimos a saber el éxito de nuestra pretensión.

–Vuelva usted mañana –nos dijo el portero–. El oficial de la mesa no ha venido hoy.

–Grande causa le habrá detenido –dije yo entre mí. Fuímonos a dar un paseo, y nos encontramos, ¡qué casualidad! al oficial de la mesa en el Retiro, ocupadísimo en dar  una vuelta con su señora al hermoso sol de los inviernos claros de Madrid.

Martes era el día siguiente, y nos dijo el portero:

–Vuelva usted mañana, porque el señor oficial de la mesa no da audiencia hoy.

–Grandes negocios habrán cargado sobre él–, dije yo.

Como soy el diablo y aun he sido duende, busqué ocasión de echar una ojeada por el agujero de una cerradura. Su señoría estaba echando un cigarrito al brasero, y con una  charada del Correo entre manos que le debía costar trabajo el acertar.

–Es imposible verle hoy –le dije a mi compañero–; su señoría está  en efecto ocupadísimo.

Dionos audiencia el miércoles inmediato, y ¡qué fatalidad! el expediente había pasado a informe, por desgracia, a la única persona enemiga indispensable de monsieur y de su plan, porque era quien debía salir en él perjudicado. Vivió el expediente  dos meses en informe, y vino tan informado como era de esperar. Verdad es que nosotros no habíamos podido encontrar empeño para una persona muy amiga del informante. Esta persona tenía unos ojos muy hermosos, los cuales sin duda alguna le hubieran convencido en sus ratos perdidos de la justicia de nuestra causa.

Vuelto de informe, se cayó en la cuenta en la sección de nuestra bendita oficina de que el tal expediente no correspondía a aquel ramo; era preciso rectificar este pequeño error; pasóse al ramo, establecimiento y mesa correspondiente, y hétenos caminando después de tres meses a la cola siempre de nuestro expediente, como hurón que busca el conejo, y sin poderlo sacar muerto ni vivo de la huronera. Fué el caso al llegar aquí que el expediente salió del primer establecimiento y nunca llegó al otro.

–De aquí se remitió con fecha de tantos –decían en uno.

–Aquí no ha llegado nada –decían en otro.

–¡Voto va! –dije yo a monsieur Sans-délai– ¿sabéis que nuestro expediente se ha quedado en el aire como el alma de Garibay, y que debe de estar ahora posado como una paloma sobre algún tejado de esta activa población?

Hubo que hacer otro. ¡Vuelta a los empeños! ¡Vuelta a la prisa! ¡Qué delirio!

–Es indispensable –dijo el oficial con voz campanuda–, que esas cosas vayan por sus trámites regulares.

Es decir, que el toque estaba, como el toque del ejercicio militar, en llevar nuestro expediente tantos o cuantos años de servicio.

Por último, después de cerca de medio año de subir y bajar, y estar a la firma o al informe, o a la aprobación, o al despacho, o debajo de la mesa, y de volver siempre mañana, salió con una notita al margen que decía: "A pesar de la justicia y utilidad del  plan del exponente, negado".

–¡Ah, ah, monsieur Sans-délai! –exclamé riéndome a carcajadas–; éste es nuestro negocio.

Pero monsieur Sans-délai se daba a todos los diablos.

–¿Para esto he echado yo viaje tan largo? ¿Después de seis meses no habré conseguido sino que me digan en todas partes diariamente: Vuelva usted mañana, y cuando este dichoso mañana llega, en fin, nos dicen redondamente que no? ¿Y vengo a darles dinero? ¿Y vengo a hacerles favor? Preciso es que la intriga más enredada se  haya fraguado para oponerse a nuestras miras.

–¿Intriga, monsieur Sans-délai? No hay hombre capaz de seguir dos horas una intriga. La pereza es la verdadera intriga; os juro que no hay otra; ésa es la gran causa oculta: es más fácil negar las cosas que enterarse de ellas.

Al llegar aquí, no quiero pasar en silencio algunas razones de las que me dieron parala anterior negativa, aunque sea una pequeña digresión.

–Ese hombre se va a perder –me decía un personaje muy grave y muy patriótico.

–Esa no es una razón –le repuse–; si él se arruina, nada, nada se habrá perdido en concederle lo que pide; él llevará el castigo de su osadía o de su ignorancia.

–¿Cómo ha de salir con su intención?

–Y suponga usted que quiere tirar su dinero y perderse; ¿no puede uno aquí morirse siquiera, sin tener un empeño para el oficial de la mesa?
–Puede perjudicar a los que hasta ahora han hecho de otra manera eso mismo que ese señor extranjero quiere [hacer].

–¿A los que lo han hecho de otra manera, es decir, peor?

–Sí, pero lo han hecho.

–Sería lástima que se acabara el modo de hacer mal las cosas. Conque, porque siempre se han hecho las cosas del modo peor posible, ¿será preciso tener consideraciones con los perpetuadores del mal? Antes se debiera mirar si podrían perjudicar los antiguos al moderno.

–Así está establecido; así se ha hecho hasta aquí; así lo seguiremos haciendo.

–Por esa razón deberían darle a usted papilla todavía como cuando nació.

–En fin, señor Fígaro, es un extranjero.

–¿Y por qué no lo hacen los naturales del país?

–Con esas socaliñas vienen a sacarnos la sangre.

–Señor mío –exclamé, sin llevar más adelante mi paciencia–, está usted en un error harto general. Usted es como muchos que tienen la diabólica manía de empezar siempre por poner obstáculos a todo lo bueno, y el que pueda que los venza. Aquí tenemos el loco orgullo de no saber nada, de quererlo adivinar todo y no reconocer maestros. Las naciones que han tenido, ya que no el saber, deseos de él, no han encontrado otro remedio que el de recurrir a los que sabían más que ellas. Un extranjero –seguí– que corre a un país que le es desconocido, para arriesgar en él sus caudales, pone en circulación un capital nuevo, contribuye a la sociedad, a quien hace un inmenso beneficio con su talento y su dinero. Si pierde, es un héroe; si gana, es muy justo que logre el premio de su trabajo, pues nos proporciona ventajas que no podíamos acarrearnos solos. Ese extranjero que se establece en este país, no viene a sacar de él el dinero, como usted supone; necesariamente se establece y se arraiga en él, y a la vuelta de media docena de años, ni es extranjero ya, ni puede serlo; sus más caros intereses y su familia le ligan al nuevo país que ha adoptado; toma cariño al  suelo donde ha hecho su fortuna, al pueblo donde ha escogido una compañera; sus hijos son españoles, y sus nietos lo serán; en vez de extraer el dinero, ha venido a  dejar un capital suyo que traía, invirtiéndole y haciéndole producir; ha dejado otro capital de talento, que vale por lo menos tanto como el del dinero; ha dado de comer a los pocos o muchos naturales de quien ha tenido necesariamente que valerse; ha hecho  una mejora, y hasta ha contribuído al aumento de la población con su nueva familia. Convencidos de estas importantes verdades, todos los gobiernos sabios y prudentes han llamado a sí a los extranjeros: a su grande hospitalidad ha debido siempre la Francia su alto grado de esplendor; a los extranjeros de todo el mundo que ha llamado la Rusia, ha debido el llegar a ser una de las primeras naciones en muchísimo menos tiempo que el que han tardado otras en llegar a ser las últimas; a los extranjeros han debido los Estados Unidos... Pero veo por sus gestos de usted –concluí  interrumpiéndome oportunamente a mí mismo– que es muy difícil convencer al que está persuadido de que no se debe convencer. ¡Por cierto, si usted mandara, podríamos fundar en usted grandes esperanzas! [La fortuna es que hay hombres que mandan más ilustrados que usted, que desean el bien de su país, y dicen: "Hágase el milagro y hágalo el diablo”. Con el Gobierno que en el día tenemos, no estamos ya en el caso de sucumbir a los ignorantes o a los malintencionados, y quizá ahora se logre que las cosas vayan a mejor, aunque despacio, mal que les pese a los batuecos.]

Concluída esta filípica, fuíme en busca de mi Sans-délai.

–Me marcho, señor [Bachiller] Fígaro–me dijo–. En este país no hay tiempo para  hacer nada; sólo me limitaré a ver lo que haya en la capital de más notable.

–¡Ay! mi amigo –le dije–, idos en paz, y no queráis acabar con vuestra poca paciencia; mirad que la mayor parte de nuestras cosas no se ven.

–¿Es posible?

–¿Nunca me habéis de creer? Acordáos de los quince días...

Un gesto de monsieur Sans-délai me indicó que no le había gustado el recuerdo.

–Vuelva usted mañana–nos decían en todas partes–, porque hoy no se ve.

–Ponga usted un memorialito para que le den a usted permiso especial.

Era cosa de ver la cara de mi amigo al oír lo del memorialito: representábasele en la imaginación el informe, y el empeño, y los seis meses, y... Contentóse con decir:

–Soy  extranjero–. ¡Buena recomendación entre los amables compatriotas míos!

Aturdíase mi amigo cada vez más, y cada vez nos comprendía menos. Días y días tardamos en ver [a fuerza de esquelas y de volver] las pocas rarezas que tenemos guardadas. Finalmente, después de medio año largo, si es que puede haber un medio año más largo que otro, se restituyó mi recomendado a su patria maldiciendo de esta tierra, y dándome la razón que yo ya antes me tenía, y llevando al extranjero noticias excelentes de  nuestras costumbres; diciendo, sobre todo, que en seis meses no había podido hacer otra cosa sino volver siempre mañana, y que a la vuelta de tanto mañana, eternamente futuro, lo mejor, o más bien lo único que había podido hacer bueno, había sido marcharse.

¿Tendrá razón, perezoso lector (si es que has llegado ya a esto que estoy escribiendo), tendrá razón el buen monsieur Sans-délai en hablar mal de nosotros y de nuestra pereza? ¿Será cosa de que vuelva el día de mañana con gusto a visitar nuestros hogares? Dejemos esta cuestión para mañana, porque ya estarás cansado de leer hoy: si mañana u otro día no tienes, como sueles, pereza de volver a la librería, pereza de sacar tu bolsillo y pereza de abrir los ojos para ojear que tengo  que darte todavía, te contaré cómo a mí mismo, que todo esto veo y conozco y callo  mucho más, me ha sucedido muchas veces, llevado de esta influencia, hija del clima y de otras causas, perder de pereza más de una conquista amorosa; abandonar más de una pretensión empezada y las esperanzas de más de un empleo, que me hubiera sido acaso, con más actividad, poco menos que asequible; renunciar, en fin, por pereza de  hacer una visita justa o necesaria, a relaciones sociales que hubieran podido valerme de mucho en el transcurso de mi vida; te confesaré que no hay negocio que pueda hacer  hoy que no deje para mañana; te referiré que me levanto a las once, y duermo siesta;que paso haciendo el quinto pie de la mesa de un café, hablando o roncando, como buen español, las siete y las ocho horas seguidas; te añadiré que cuando cierran el café, me arrastro lentamente a mi tertulia diaria (porque de pereza no tengo más que una), y un cigarrito tras otro me alcanzan clavado en un sitial, y bostezando sin cesar, las doce o la una de la madrugada; que muchas noches no ceno de pereza, y de pereza no me acuesto; en fin, lector de mi alma, te declararé que de tantas veces como estuve en esta vida desesperado, ninguna me ahorqué y siempre fué de pereza. Y concluyo por hoy confesándote que ha más de tres meses que tengo, como la primera entre mis apuntaciones, el título de este artículo, que llamé: Vuelva usted mañana; que todas las noches y muchas tardes he querido durante ese tiempo escribir algo en él, y todas las noches apagaba mi luz diciéndome a mí mismo con la más pueril credulidad en mis propias resoluciones: ¡Eh, mañana le escribiré! Da gracias a que llegó por fin este mañana, que no es del todo malo; pero ¡ay de aquel mañana que no ha de llegar jamás!

[NOTA. – Con el mayor dolor anunaciamos al público de nuestros lectores que estamos ya a punto de concluir el plan reducido que en la publicación de estos cuadernos nos habíamos creado. Pero no está en nuestra mano evitarlo. Síntomas alamartes nos anuncian que el hablador padece de la lengua: fórmasele un frenillo que le hace hablar más pausada y menos enérgicamente que en su juventud. ¡Pobre Bachiller! Nos figuramos que morirá por su propia voluntad, y recomendamos por esto a nuestros apasionados y a sus preces este pobre enfermo de aprensión, cansado ya de hablar.]




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