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Artículo de opinión para el comentario crítico'IMPOSIBLE COMPRENDER', por Concha Caballero

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"Los más poderosos y ricos han creado su propio modelo fiscal que se escapa de todo control público. Viven de nosotros pero no contribuyen en absoluto al bien común. Son los primeros en recibir y los últimos en dar. Han internacionalizado sus finanzas porque no existe ningún control mundial sobre sus beneficio...  

la respuesta no es parecerse a ellos sino obligarlos a cumplir las leyes que ellos burlan"


IMPOSIBLE COMPRENDER

Vivimos en el mismo país, pero somos dos sociedades diferentes. Me explico. Todos hemos escuchado hablar del Ibex 35 aunque con poco entendimiento del concepto. Se trata de un índice formado por 35 empresas españolas que cotizan en Bolsa y que salen con frecuencia en la televisión. En unos días publicarán el resultado de su gestión económica, pero sus expertos ya avanzan que ganaron este año un 11% más, lo que les supondrá beneficios por encima de los 22.800 millones.

Por supuesto, no todos ganan porque avisan de que hay sociedades que se están todavía enjugando déficits anteriores, pero en su conjunto ganarán casi tanto como el Presupuesto de toda Andalucía para el próximo año. Recuerden que se trata tan solo de 35 empresas y que muchas de ellas son bancos que apenas prestan dinero a la economía productiva.

Si quieren otro dato de comparación, las finanzas públicas van a subir, en el mejor de los escenarios posibles, un 1,3%, o sea, 10 veces menos que la cifra mágica de las empresas del Ibex y los presupuestos familiares van a subir, también en el mejor de los casos, en torno a un 1%. O sea, que no somos los españolitos de a pie los que compramos sus productos finales aunque, todo hay que decirlo, hemos cancelado el déficit de muchas de ellas con dinero público. 

El siguiente dato es ya apoteósico. Un grupo de conocidas empresas internacionales que operan con éxito en nuestro continente han creado un sistema por el que no pagan impuestos por sus ventas en los países en los que operan. Con ayuda de ciertos miembros destacados de las finanzas europeas han creado un sistema de tributación en Luxemburgo donde la apertura de una pequeña oficina de 10 o 12 metros les garantiza tributar tan sólo un 1% de las ganancias declaradas, a veces menos. Pepsi Cola, Burberry o Ikea son algunas de las firmas más conocidas de esta defraudación masiva. El invento es genial. No sólo montas los muebles tú mismo sino que tus impuestos viajan a Luxemburgo sin dejar un euro en nuestra tierra. Son casi un millar de empresas las que se benefician de este fraude financiero en el corazón de la Europa civilizada.

Mientras esto ocurre, miras tu nómina y ves los descuentos con los que se paga la educación, la salud o las ínfimas obras públicas. Sacas una entrada de cine y ves el 21% de IVA con el que se castiga a grupos de espectadores cada día menos numerosos. Revisas el salario ridículo de tu hija o tu sobrino y encuentras descuentos mayúsculos para pagar el gasto público. Y tienes que repetirte que, excepto algún exceso —como ese asombroso castigo del IVA—, todos tenemos la obligación de contribuir al bien común. Pero no somos todos. No.

Los más poderosos y ricos han creado su propio modelo fiscal que se escapa de todo control público. Viven de nosotros pero no contribuyen en absoluto al bien común. Son los primeros en recibir y los últimos en dar. Han internacionalizado sus finanzas porque no existe ningún control mundial sobre sus beneficios y la respuesta no es parecerse a ellos sino obligarlos a cumplir las leyes que ellos burlan. Y se puede hacer, léanse la Constitución y las normas europeas. Sólo es necesaria la determinación de hacerlo, por algo que se llama igualdad, democracia y Estado de derecho.

(Fuente: El País, Andalucía 15-11-2014)




'GANAR SANLÚCAR: SE PUEDE, Y SE DEBE', por Luis Enrique Ibáñez

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"... debemos demostrar que la democracia es otra cosa... el dinero de todos hay que utilizarlo para las necesidades más básicas, y no para publicidades y despilfarros absurdos... los ciudadanos, el pueblo, puede, y debe decidir, el gobierno de un ayuntamiento tendría que ser un altavoz de la necesidad popular, y no un antro de componendas y mafias... ya hay demasiada gente silenciada, callada, y hasta avergonzada de la situación a la que han llegado, a la que le han llevado... si no lo intentamos, dentro de un tiempo nos arrepentiremos"

Colas para esperar alimentos en Sanlúcar

GANAR SANLÚCAR: SE PUEDE, Y SE DEBE

Mañana miércoles, 10 de diciembre de 2014, está convocada una Asamblea Ciudadana y Popular, en Sanlúcar, en el CEIP Blas Infante, a las siete de la tarde. 

El objetivo de dicha asamblea no es otro que el de organizar una Candidatura ciudadana, popular, que se presente a las próximas elecciones municipales, para ganar el Ayuntamiento de esta ciudad, para cambiar la historia, para acabar con las inercias de gestiones burdas, torpes, interesadas, clientelistas, que año tras año, legislatura tras legislatura, han ido apartando el gobierno de la ciudad de las necesidades reales de la gente de Sanlúcar. 

Se han apartado. Han roto el pacto democrático. Y lo han hecho, con la ayuda de aliados puntuales, durante demasiados años. Lo han hecho esos dos partidos que todos sabemos, los del bipartidismo, los que llevan años apuntalando este sistema, de rodillas ante los bancos, ante el poder financiero. Vendiendo subvenciones, a cambio de votos, luchando por su supervivencia, de espaldas al pueblo, siempre.

Se debe promover esta candidatura ciudadana, porque es posible, porque no podemos hacer otra cosa. 

Porque hay que cambiar el lenguaje, trasladar a la gente, y a nosotros mismos, a otro idioma, a hablar de verdad. 

Se debe hacer, no hay otro remedio, porque en nuestra ciudad, ya hay demasiada gente silenciada, callada, y hasta avergonzada de la situación a la que han llegado, a la que le han llevado. Se debe hacer, porque tenemos, todos, la obligación de darles voz.

Se puede hacer, porque el terreno está mucho más sembrado de lo que aparentemente podemos creer. Hace sólo algunos años, la gente no verbalizaba la injusticia, no hablaba de los bancos y sus prácticas, consentidas por la oficial clase política. Hace años mucha gente no intuía que el poder deber ser poder de la gente, poder del pueblo, poder de los ciudadanos, y no de empresas de marketing al servicio de otros poderes.

Se debe hacer, porque el dinero de todos hay que utilizarlo para las necesidades más básicas, y no para publicidades y despilfarros absurdos y dormideros. 

Se debe hacer, porque desde aquí, sí, desde aquí, debemos mostrar, demostrar, que la democracia es otra cosa. Que no consiste, simplemente, en depositar un papelito cada cuatro años, y dejar que otros, olvidándose de todo, gestionen el dinero de todos.

Se puede hacer, porque sabemos que la idea de 'real participación ciudadana', no puede ser sólo una expresión retórica. Hay que demostrar que la gente puede intervenir, no sólo quejarse. Que la gente, los ciudadanos, el pueblo, puede, y debe decidir, que el gobierno de un ayuntamiento tendría que ser un altavoz de la necesidad popular, y no un antro de componendas y mafias.

Se puede hacer, porque son muchos los movimientos sociales, asociaciones, colectivos, que llevan años, aquí en Sanlúcar, intentando cambiar la historia, intentando mover el discurso. Y somos más de lo que creemos.

Se puede hacer, si somos capaces de apartar personalismos, matices, e intereses, y centrarnos en la gente que manifiesta, aunque sea en en voz baja, un deseo, en la gente que cree de verdad en una posibilidad de cambio, entonces, todo es posible, incluso recuperar el significado de la palabra cambio. Un cambio que, si somos inteligentes, está casi al alcance de nuestros dedos. Se puede tocar. No dejemos pasar esta oportunidad.

Se debe hacer, porque  es seguro que, si no lo intentamos, dentro de un tiempo, con la mirada caída, nos arrepentiremos. Sin duda alguna.






'NOVEMBER', TOM WAITS / 'NOVIEMBRE', FEDERICO GARCÍA LORCA

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Esto de los meses nos lleva un poco locos, hablamos de diciembre, y nos acordamos de noviembre. Y es gracias María Ibáñez, que noviembre vuelve.

... Los ritmos se curvaban

y se curvaba el aire,
guerreros de niebla
hacían de los árboles
catapultas...




... November has tied me

To an old dead tree
Get word to april
To rescue me
November's cold chain... 




LETRA:

No shadow no stars
No moon no cars
November
It only believes
In a pile of dead leaves
And a moon
That's the color of bone

No prayers for november
To linger longer
Stick your spoon in the wall
We'll slaughter them all

November has tied me
To an old dead tree
Get word to april
To rescue me
November's cold chain

Made of wet boots and rain
And shiny black ravens
On chimney smoke lanes
November seems odd
You're my firing squad
November

With my hair slicked back
With carrion shellac
With the blood from a pheasant
And the bone from a hare
Tied to the branches
Of a roebuck stag
Left to wave in the timber
Like a buck shot flag

Go away you rainsnout
Go away blow your brains out
November


NOVIEMBRE

Todos los ojos
estaban abiertos
frente a la soledad
despintada por el llanto.

Tin
tan,
tin
tan.

Los verdes cipreses
guardaban su alma
arrugada por el viento,
y las palabras como guadañas
segaban almas de flores.

Tin
tan,
tin
tan.

El cielo estaba marchito.
¡Oh tarde cautiva por las nubes,
esfinge sin ojos!
Obeliscos y chimeneas
hacían pompas de jabón.

Tin
tan,
tin
tan.

Los ritmos se curvaban
y se curvaba el aire,
guerreros de niebla
hacían de los árboles
catapultas.

Tin
tan,
tin
tan.

¡Oh tarde,
tarde de mi otro beso!
Tema lejano de mi sombra,
¡sin rayo de oro!
Cascabel vacío.
Tarde desmoronada
sobre piras de silencio.

Tin
tan,
tin
tan.





'IMITADORES Y ORIGINALES', por Enrique Vila-Matas / PRIMERAS PÁGINAS DE 'JACQUES EL FATALISTA'

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"... la historia del arte de la novela está basada en una paradoja: una obra nueva sólo tiene sentido si forma parte de una tradición, pero sólo tiene valor en esa tradición si —como ocurre con Diderot con respecto a Sterne— ofrece algo nuevo...

las posibilidades están ahí. Y luego aún hay quien dice que el género está agotado"


IMITADORES Y ORIGINALES

No oímos alguna vez que “todo está escrito”? A mí, desde tiempo inmemorial, han tratado de convencerme de esto. “La imposibilidad de ser original”, repetía el primero que intentó desengañarme; me acuerdo muy bien de él: un tipejo que carecía de talento literario y ajustaba cuentas con todo el mundo que escribía en lugar de ajustarlas consigo mismo, lo que tanto le habría convenido. Cansaba tanto que un día hallé un fragmento de Macedonio Fernández y se lo leí y pude ver que le causaba los mismos problemas que una estaca a un vampiro: “Todo se ha escrito, todo se ha dicho, todo se ha hecho, oyó Dios que le decían y aún no había creado el mundo, todavía no había nada. También eso ya me lo habían dicho, repuso. Y comenzó”.
Salió por piernas, y su fuga fue liberadora, porque me permitió adentrarme en el estudio de la originalidad. Quizá por eso me atraen las reflexiones de Adam Thirlwell en su ensayo La novela múltiple (traducción de Aleix Montoto, Anagrama). Me gusta cómo organiza sus comentarios sobre la originalidad a partir de un Kundera impresionado por el hecho de que un libro como Tristram Shandy, de Laurence Sterne, siga siendo excepcional en la historia de la novela: “Nadie lo siguió. Nadie salvo Diderot”.
Basada en la extraña relación entre Sterne y Diderot, Kundera desarrolló su teoría de la originalidad: Diderot fue receptivo en Jacques el fatalista a la invitación sterneiana a recorrer nuevos caminos, y, por mucho que pueda parecer lo contrario, fue un escritor inmensamente original. Al hilo de esta certeza, el joven Thirlwell observa que la historia del arte de la novela está basada en una paradoja: una obra nueva sólo tiene sentido si forma parte de una tradición, pero sólo tiene valor en esa tradición si —como ocurre con Diderot con respecto a Sterne— ofrece algo nuevo. Esto vendría a decirnos que toda forma artística supone una confrontación directa con esta cuestión: ¿qué diferencia hay entre repetición y variación? ¿A partir de qué momento una imitación es original?
Dentro de la línea sin duda más feliz de la literatura universal, Sterne aportó algo nuevo al mundo de Cervantes y Diderot a su vez lo aportó al de Sterne, al que imitó, pero uno diría que para parodiarle; empleó para ello la ambigüedad del propio Sterne y lo hizo, claro está, de forma ambigua, lo que precisamente imposibilita saber si le imitaba o se reía. Y es que un ambiguo homenaje a la ambigüedad recorre esa también excepcional novela que es Jacques el fatalista.
Frente a las acusaciones de copia o de imitación insulsa, Diderot debió de experimentar un orgullo secreto, porque, en un mundo como el literario tan lleno de imitadores, él se sabía original. Porque no hay duda de que, inscrito en la franja más feliz de la historia de la novela, contribuyó a extender el lado más genial de ésta; un lado para el que Sterne y Diderot abrieron caminos de grandes posibilidades, que asombra ver que tan pocos han seguido. Pero las posibilidades están ahí. Y luego aún hay quien dice que el género está agotado.
Imitadores y originales
(Fuente: El País, 08-12-2014)

PINCHAR EN LA IMAGEN PARA LEER LAS PRIMERAS PÁGINAS DE 'JACQUES EL FATALISTA'


TAMBIÉN DE VILA-MATAS EN ESTE SITIO:

EL LECTOR ACTIVO
("... Justo en el momento en el que Tolstoi parece haber suspendido ligeramente la intriga, Anna se coloca en las rodillas un almohadón... Después, pide a Aniuska una linterna, que sujeta en el brazo de la butaca, y saca de su bolsita roja un cortapapeles y una novela inglesa... toda lectura activa contiene el gesto más profundamente democrático que conozco. Es el gesto de quien sabe abrirse al mundo y a las verdades relativas del otro... Si se exige talento a un escritor, debe exigírsele también al lector... Los escritores fallan a los lectores, pero también ocurre al revés")

DOS CITAS PARA PROFESORES
("... no es necesario que seas un Al Capone para transgredir las reglas, sino que basta con que pienses..." "... a quienes horroriza que nuestros jóvenes sean los más atrasados en materia de educación habría que recordarles que ellos, los adultos, no sólo son los responsables del desastre, sino que son tan aburridos, incultos y bárbaros como esos jóvenes")

EL JOVEN INÉDITO
(¿Cómo se escribe? ¿Quién puede ser escritor? ¿Qué hace falta para ser escritor? ¿Qué es más importante para poder escribir, la inspiración, el talento, o la técnica, la disciplina, el esfuerzo? Federico García Lorca afirmaba que era poeta por la gracia de Dios (o del diablo) y también por el esfuerzo, la técnica... ¿dónde está el secreto?... En el siguiente artículo, el siempre sugerente Vila-Matas reflexiona sobre la necesidad de un don, ¿sobre la inevitabilidad de una singular cualidad innata?)

CÓMO VIVIR

EMPOBRECIMIENTO
(El empobrecimiento ya está aquí. Lo registramos en la economía, por supuesto, pero también en el lenguaje raquítico de los políticos y también en el habla tuitera, incapaz en muchos casos de pasar de la lectura de 30 páginas al año. Se está demoliendo el antaño asombroso poder de las palabras para analizar el mundo. Y, como dice Judt, más que padecer la aparición de la "neolengua", nos amenaza el auge de la "no-lengua")




'CONSUMISMO SIN FRENO', por Esther Vivas. PROPUESTA DE EXAMEN (según PAU)

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"El desenfreno consumista parece no tener límites... Las grandes empresas se frotan las manos... El Corte Inglés, Carrefour, Media Markt...

el entusiasmo consumista solo beneficia a unos pocos, y no precisamente a aquellos que se llevan las “mejores” ofertas. El consumismo exacerbado da importantes beneficios a las grandes empresas del sector, que producen mercancías a gran escala, en pésimas condiciones laborales, generando empleos precarios..."


CONSUMISMO SIN FRENO

Si el inicio de las rebajas aquí se estrena con grandes aglomeraciones, carreras y empujones para acceder a los centros comerciales, que los medios de comunicación nos retransmiten temporada tras temporada, en otros países van un paso más allá.

Ayer se “celebraba” el Black Friday, la “fiesta” por excelencia del consumo y los precios bajos, concebida en su momento en Estados Unidos y que poco a poco se extiende a otros países. Las imágenes que nos dejaba su “efeméride”, especialmente en los supermercados británicos, lo dicen todo acerca de esta celebración: dos mujeres peleándose por llevarse un mismo televisor, avalancha de gente en el suelo y pisándose a la entrada de un centro, familias luchando por obtener otros objetos codiciados. Algunos establecimientos temiendo por su seguridad y la de sus enajenados clientes, e incapaces de controlar la situación, acabaron llamando a las “fuerzas del orden”.

Sin embargo, año tras año se repiten las mismas imágenes. En 2011, en Estados Unidos, incluso una mujer llegó a rociar con spray pimienta a otros compradores en pleno combate por las mercancías deseadas. El desenfreno consumista parece no tener límites. Y los grandes centros comerciales son sus principales promotores.

Ahora parece que la “tradición” llega aquí, en la línea de importar otras celebraciones anglosajonas, desde San Valentín pasando por el Papá Noel hasta Halloween, que en la mayoría de los casos y bajo el eslogan del amor, la solidaridad y la fiesta nos venden el más estricto consumo. Las grandes empresas se frotan las manos, el negocio es el negocio. Aquí, El Corte Inglés, Amazon, Worten, Carrefour, Media Markt, Vodafone, Decathlon se han sumado rápidamente al carro.

Nos dicen que todos saldremos ganando: más compras, más baratas, más trabajo. ¡Qué más podemos pedir! Pero el entusiasmo consumista solo beneficia a unos pocos, y no precisamente a aquellos que se llevan las “mejores” ofertas. El consumismo exacerbado da importantes beneficios a las grandes empresas del sector, que producen mercancías a gran escala, en pésimas condiciones laborales, generando empleos precarios, y nos las venden como necesarias… y “al mejor precio”. La pregunta es: ¿realmente las precisamos? Si nos lo pensáramos dos veces, tal vez diríamos “no”. La publicidad, en cambio, nos las presenta como imprescindibles, “una ocasión que no puedes dejar escapar”.

El Black Friday se alargará todo el fin de semana. ¿Se lo van a perder?

(Fuente: publico.es)

PREGUNTAS:
1ª ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS
2ª TEMA. RESUMEN

3ª COMENTARIO CRÍTICO
Preguntas guía para el comentario crítico

1ª ¿Cómo está organizado el texto? (Estructura)
2ª ¿Qué tesis defiende el autor? (Ver Orientaciones para determinar el tema...)
3ª ¿Podrías resumir brevemente el texto con tus propias palabras?
(Las tres primeras preguntas corresponden, evidentemente, a las preguntas de Selectividad, ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS, TEMA Y RESUMEN. A partir de la cuarta pregunta comenzaría -es sólo una propuesta- el COMENTARIO CRÍTICO)
4ª ¿Qué tipo de texto es? Si es un texto literario, ¿a qué momento histórico pertenece, está "encuadrado" en algún movimiento literario?
5ª ¿Es un tema actual? ¿Crees que hay alguna idea "secundaria" importante?
6ª ¿Es un tema polémico?
7ª ¿Es un tema local/universal
8ª ¿Qé argumentos utiliza el autor para defender su tesis?
9ª ¿Es objetivo en sus planteamientos, o es subjetivo?
10ª ¿Cuáles son las “marcas lingüísticas” de su supuesta subjetividad? ¿Cuáles son las expresiones más impactantes, más significativas? Coméntalas.
11ª ¿Es un tema original?
12ª Si no lo es, ¿lo es, al menos su tratamiento, su enfoque?
13ª ¿Cuál es tu opinión?
14ª ¿Qué argumentos añadirías?
15ª ¿Qué argumentos opondrías a los del autor?
16ª ¿Puedes relacionar el texto, su tema principal, con otros textos, noticias… que conozcas?
("Pero, ¿cuánta pobreza podemos soportar? ¿Cuánta miseria estamos dispuestos a aceptar? ¿Hasta donde permitiremos que nos sigan recortando? La sed de beneficios del capital no tiene límites. Y el lucro no hace sino aumentar su avaricia. Sólo nosotros, la mayoría, somos los únicos capaces de hacerle frente... ... unos pocos aumentan sus ganancias a costa del empobrecimiento de la mayoría")
("Un padre queriendo explicar. Habla de fracaso. Pero no es suyo aunque él lo sienta así. "Es muy duro", dice, "que a tus hijos les exijas que rindan en el colegio y que tú no puedas darles lo más básico que es un plato de comida". "Es muy duro", repite, "mis hijos son mi vida". Frases que retumban...)
VER IMÁGENES,
17ª Teniendo en cuenta la intención del autor, ¿crees que ha sido eficaz? ¿Qué funciones del lenguaje predominan?
18ª ¿Cómo concluyes tu análisis, tu comentario?
4ª EXPLICAR LAS RELACIONES SINTÁCTICAS QUE SE DAN EN LAS SIGUIENTES PROPOSICIONES:
El consumismo exacerbado da importantes beneficios a las grandes empresas del sector, que producen mercancías a gran escala, en pésimas condiciones laborales, generando empleos precarios, y nos las venden como necesarias

5ª EL LENGUAJE PERIODÍSTICO / LOS GÉNEROS DE OPINIÓN / LOS GÉNEROS INFORMATIVOS / CLASIFICACIÓN DE LOS GÉNEROS PERIODÍSTICOS






'LEY DE IDA Y VUELTA', por Santi Ortiz

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"La idea que la inspira es la misma: amedrentar a la ciudadanía para que no haga valer su derecho de manifestación ni exprese libremente su indignación por este latrocinio descomunal que, a escándalo diario, perpetran oligarcas y políticos... 

estamos en nuestro legítimo derecho de no acatarla. Si quieren reabrir con ella la figura del preso político, seamos nosotros los presos. Serlo de la injusticia y la opresión es un honor sólo reservado a las personas honestas y dignas"


LEY DE IDA Y VUELTA

     Mientras los medios de comunicación de los Todopoderosos, se hacían eco de la ¿celebración? del Día de los Derechos Humanos –¡qué sarcasmo!– y el Secretario títere oficial de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, hacía un llamamiento a los ciudadanos del mundo para que pidieran rendir cuentas a sus gobiernos, se debatía en el Congreso de los Diputados la Ley de Seguridad Ciudadana, también llamada “Ley Mordaza”, o “Ley de impunidad policial, versión: si pego no me grabes”, o “Ley de blindaje de la Casta”, o “Ley del acongojamiento del Gobierno del PP”. Y se aprobaba, precisamente, para que ningún ciudadano español pudiera cumplir la exhortación de Ban Ki-moon y manifestar su repulsa por las arbitrariedades de sus gobernantes sin temor a ser sancionado de una forma desproporcionada e injusta.

     Dentro del poco margen que me queda de asombro, una vez corroborada, ratificada y confirmada hasta la saciedad la capacidad de aguante y el colosal diámetro de las tragaderas de mis compatriotas, aún me extraño de no haber escuchado en este caso una sola voz exigiendo la dimisión del Ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz. Tal vez, dicha omisión forme parte de la milagrosa intercesión que allá en las alturas haya hecho el monseñor Escrivá de Balaguer por su socio supernumerario del OPUS; mas lo cierto es que a lo largo de su mandato ha sido responsable de escándalos e inepcias como para que “la oposición” hubiera pedido echarlo del cargo a patadas. Sin embargo, salvo en el caso de la tragedia del Tarajal, cuando la solicitaron los grupos parlamentarios de Izquierda Plural, CiU, PNV y Mixto, contra la abstención del PSOE y UPyD y el rechazo del PP, no ha vuelto a pedirse. Por algo será.

     Después de su experto peritaje sobre la no agresividad de las concertinas de las vallas de Melilla, del “tiro al blanco” contra inmigrantes indefensos en la playa ceutí de El tarajal, saldado con 15 muertos, y de su descarada forma de mentir ante la petición realizada por Interpol Argentina para que se detuviese a los 19 imputados de cometer crímenes de lesa humanidad durante el franquismo, ahora vuelve a salirle la vena franquista en la que fue educado –su padre era militar con Franco–, se acuerda de los gloriosos tiempos de las leyes de Orden Público y del TOP –Tribunal que, como le demos tiempo, procurará devolver a la vida– y rubrica el proyecto de una ley que más se aviene con el aguilucho de la bandera imperial de los tiempos del glorioso Ejército de Liberación y los caídos por Dios y por la Patria, que con la corona real y el escusón de Borbón-Anjou de la España borbónica y (pseudo)democrática.

     La idea que la inspira es la misma: amedrentar a la ciudadanía para que no haga valer su derecho de manifestación ni exprese libremente su indignación por este latrocinio descomunal que, a escándalo diario, perpetran oligarcas y políticos. Además, la ley acude en defensa del matonismo antidisturbios, penando a aquellos que pudieran dar testimonio gráfico de sus abusos, y brea a multas de infarto a aquellas almas nobles que se solidaricen con las familias amenazadas de desahucios y traten de impedirlos. Todo sea por Dios y por los Bancos, dirá el señor Fernández.

     Lo cierto es que, con la aprobación de la Ley de Seguridad Ciudadana, la Justicia, la Democracia y los Derechos Ciudadanos, pasan definitivamente a la ilegalidad, para abundar en la imagen galeana del “mundo al revés”. Es lo que suele ocurrir cuando se le confiere rango legal a lo que no lo es: que, de inmediato, se produce una inversión de valores que arroja fuera de la ley todo aquello que debía estar amparado por ella. Es como una ley de locos, que dejara la cordura privada de licitud.

     Aquí, ocurre que la Ley de Seguridad Ciudadana no sólo es injusta, sino que es ilegal. Una “ley” ilegal, puede parecer algo contradictorio, pero no lo es. Al conculcar ciertos derechos ciudadanos recogidos en la Constitución –que, por mucho que les moleste a los señores del PP, sigue siendo la Ley de leyes–, al contravenir alguno de los mandatos de nuestra Carta Magna, se sitúa en el territorio de la ilegalidad por mucha mayoría absoluta que la apruebe, por mucho tirano que la firme y por mucho servilismo que anide en la Magistratura.


     Conclusión: estamos en nuestro legítimo derecho de no acatarla. Si quieren reabrir con ella la figura del preso político, seamos nosotros los presos. Serlo de la injusticia y la opresión es un honor sólo reservado a las personas honestas y dignas. Además, esta ley –como debería pasar con otras muchas– va a durar lo que el PP en el Gobierno: el año que le resta. Es una ley de ida y vuelta. Así que a plantarle cara con la frente bien alta y a seguir como hasta ahora. En mi época de chaval, te echaban ocho años de cárcel por repartir propaganda ilegal. Yo lo hice y aquí estoy. No me cogieron y además llevo a orgullo haberme arriesgado por lo que creía justo. Otra no hay.




'EL ORDEN', por Juan José Millás

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"Imagínate que tu trabajo es ese: torturar... fichas en una cárcel secreta, donde te espera un individuo encadenado... tú eres un tipo que ama su trabajo y este hijo de puta se merece un calentamiento previo... ¿Por qué parte del cuerpo empezamos?...

Imagínate un trabajo así, con sus trienios y su Seguridad Social y con la garantía del Estado, como la deuda pública"


EL ORDEN

Imagínate que tu trabajo es ese: torturar. Que cada mañana, en vez de acudir a la oficina, al despacho, a la fábrica, fichas en una cárcel secreta, donde te espera un individuo encadenado al que ya zumbaste ayer de lo lindo. Quizá hiciste algunas horas extra para llegar a casa cuando los niños estuvieran dormidos o porque te has vuelto un alcohólico del trabajo desde que te han confiado esta responsabilidad. Luego ocurre otra cosa, y es que los días que torturas hasta tarde vuelves al hogar con más ganas de sexo que nunca. Tu mujer te pregunta entre risas qué rayos te dan en la CIA, porque habría que comercializarlo.
Pues eso, que cuelgas la chaqueta de un clavo que hay en la pared desnuda, con manchas de sangre, y te vuelves hacia el tipo encadenado, desnudo, esquelético, que quizá se ha meado y se ha cagado encima durante la noche. Tiene un ojo enterrado en un amasijo de carne sonrosada y el otro es apenas una rendija en cuyos bordes se entretiene una mosca. Sus testículos parecen dos balones de fútbol y babea una mezcla de sangre y de saliva entre los tres o cuatro dientes que han sobrevivido a la última paliza. Quizá le ofrezcas un poco de agua, tal vez una calada a ese cigarrillo cuya brasa apagarás luego en sus pezones.
Hablemos de los prolegómenos porque tú eres un tipo que ama su trabajo y este hijo de puta se merece un calentamiento previo. Te quitas la corbata, te remangas la camisa. ¿Por qué parte del cuerpo empezamos? Tal vez se lo preguntes a él, como si le estuvieras haciendo el amor, es posible que esa sea tu idea del amor. Imagínate un trabajo así, con sus trienios y su Seguridad Social y con la garantía del Estado, como la deuda pública. Y con la tranquilidad que da contribuir al orden.
(Fuente: El País, 12-12-2014)
ENTRADAS RELACIONADAS:
("... la tortura jamás, porque envilece y pudre a la sociedad que la aplica. La lucha milenaria por la conquista de la civilidad pasa precisamente por la condena de la esclavitud y la tortura... autorizar la tortura de presuntos terroristas es en sí un acto de terrorismo. A mí, por lo menos, me aterroriza")
("Para conservar la prisión de Guantánamo no es preciso ser un monstruo, basta con ser Obama.... Si usted creía que para torturar a adolescentes o a ancianos con demencia senil se requería carecer de cultura, usted era un ingenuo. De esta tarea se han encargado en Guantánamo gente con titulación media y superior...")



'ÚLTIMOS FLECOS', por Luis Magrinyà

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"... invitar a pensar la lengua para evitar usos cansinos, perezosos e irreflexivos; y procurar cierta tranquilidad a quienes escribimos, ofreciendo indicios de que muchas veces el estilo no tiene por qué estar donde nos han dicho, y animando a liberarnos de una serie de consignas y prejuicios, muchos de ellos inconscientes, que limitan nuestra forma de pensar y de escribir...

Nos alegra mucho que aprendan tan bien inglés, pero a lo mejor alguien podría enseñarles también a distinguir entre inglés y español"


ÚLTIMOS FLECOS

Después de dos años dedicados a estos menesteres, en dos periódicos digitales distintos, nos tememos que ha llegado la hora de despedirnos. Esta sección ha venido tratando un material que tiene pinta de ser interminable y en algún momento hay que ponerle fin. Esperamos haber sido de cierta utilidad, servido de algún entretenimiento, y habernos aproximado, aunque sea someramente, a alguno de nuestros principales propósitos: invitar a pensar la lengua para evitar usos cansinos, perezosos e irreflexivos; y procurar cierta tranquilidad a quienes escribimos, ofreciendo indicios de que muchas veces el estilo no tiene por qué estar donde nos han dicho, y animando a liberarnos de una serie de consignas y prejuicios, muchos de ellos inconscientes, que limitan nuestra forma de pensar y de escribir. Hemos defendido la posibilidad de un estilo neutro, silencioso, casi invisible, y sin embargo estilo… que es algo que al parecer choca en general con la tradición hispánica, pero que nos parecía interesante plantear. No querríamos, sin embargo, eternizarnos. No sabemos si los fenómenos lingüísticos son infinitos; pero estamos seguros de que nosotros somos limitados.
Quedan, por supuesto, muchas cuestiones por tratar: algunas nos han sido sugeridas por nuestros amables lectores. En un intento de complacerlos, ahí van, en esta última entrega, unos pocos (cinco) cabos sueltos en señal de reconocimiento y gratitud.
1) Lorenzo Caprile nos insiste en que revelemos el “tremendo machismo” que se esconde detrás de la palabra modisto. Antes de que este término designara una profesión glamurosa, parece que estaba reservado a las damas. Cuando ciertos caballeros franceses decidieron abrazarla, tuvieron la ventaja de que en su idioma la palabra correspondiente, couturière, tenía flexión de género, así que pudieron llamarse couturiers. En español, modista es un sustantivo del llamado género «común», sin flexión de género, válido tanto para el masculino como para el femenino. Sin embargo, parece que a alguien este sufijo común –ista le pareció que tenía una –a comprometida y se inventó una ridícula masculinización: si no existe periodisto ni socialisto ni taxisto no tendría por qué existir modisto, pero he aquí que a algún caballero debió de parecerle necesario y acertado.
No nos atrevemos a señalar al responsable de semejante disparate, que debía de tener algún problemilla de pundonor, pero el primer testimonio que hemos encontrado es “un modisto francés” que aparece en Cleopatra Pérez (1884) de José Ortega Munilla (Cátedra, Madrid, 1993, p. 64). Desde esa fecha es una forma que se va imponiendo y Pardo Bazán, por ejemplo, la usa frecuentemente. No desplaza totalmente el uso común de modista: Pío Baroja, en sus memorias Desde la última vuelta del camino (1944-1949), habla de “un traje hecho por el modista Worth” (Biblioteca Nueva, Madrid, 1978, p. 277); y encontramos más ejemplos en el siglo XX, en prensa y en libros: “el espejo de tres grandes cuerpos de un modista” (Lluís Llongueras, Llongueras tal cual, Planeta, Barcelona, 2001, p. 24). No obstante, aunque se detecta cierta vacilación, la documentación demodisto es apreciablemente más abundante. El DRAE lo registra como masculino, sin explicar por qué tortuosos vericuetos se ha llegado a semejante generización.
2) Habíamos prometido no volver a hablar de locuciones preposicionales, pero Francisco J. Uriz nos ha llamado la atención sobre un uso de por parte de cada vez más frecuente y que nos tiene conmocionados. Es uno de esos casos en que la aversión a la economía se junta con la pasión por el retorcimiento. Veamos:
“Según [la juez] subraya en su auto, el expresidente [Pujol] y su familia podrían ‘aclarar con toda facilidad el origen lícito de tales fondos’, pero hasta ahora ‘no solo no lo han hecho, sino que por parte de Jordi Pujol ni siquiera se ha cumplimentado el único requerimiento que se le ha dirigido’” (“Pujol se niega a entregar a la juez hasta el testamento de su padre”, ABC, 15/X/14).
¿No habría bastado aquí Jordi Pujol ni siquiera ha cumplimentado el único requerimiento”? ¿Qué extraña atracción ejerce la voz pasiva que nos impide formular claramente un enunciado en voz activa? ¿Será más “fina”? ¡La juez incluso puede haber creído que era más “exacta”!
Otro caso:
“’Fue un curso largo y bien documentado, facilitándose a los opositores todo tipo de material relativo a los exámenes a desarrollar, llegándose por parte de los trabajadores a entregar preguntas propias de los exámenes a realizar’, explica J. A. en uno de sus recursos” (“El opositor que adivinó ante notario doce los 14 aprobados”, El País,5/X/14).
Aquí uno no sabe en qué fijarse más, si en el terrible uso de los adverbios acumulados, en los exámenes “a desarrollar” o “a realizar”, o en el por parte de. Intentemos una redacción más sencilla… aunque, ¡eso sí!, necesitaremos algo más que comas:
 “Fue un curso largo y bien documentado, en el que se facilitó a los opositores todo tipo de material relativo a los exámenes; los trabajadores llegaron a entregar preguntas que formarían parte de ellos”.
No es que nos haya salido muy bien, y a lo mejor ni siquiera decimos lo que “J. A.” trataba de decir en su “recurso”, pero peor de lo que estaba creemos que no está. Ahora bien: puede que la prosa jurídica no sea nuestro género.
Intentémoslo con la prosa futbolística:
“En la primera parte hubo tres jugadas de tarjeta roja por parte delos defensores malagueños” (“El Barça se estrella contra el muro del Málaga”, La Vanguardia, 24/IX/14).
“… esperaban ver una cascada de goles por parte de los de Roy Hodgson” (“Goleada sin brillo de Inglaterra”, Marca, 9/X/14)
“Los siete futbolistas […] tomaron la decisión de marcharse a los vestuarios y dar por finalizado el partido. No aguantaban más faltas de respeto por parte del árbitro” (“El Cuéllar Eufón se retira de su partido tras ver cuatro rojas”, El Norte de Castilla, 29/XI/14). ¿No bastaba de? En fin. Pasemos a otro asunto.
3) Abordar: esto no recordamos si nos lo ha pedido alguien o si es iniciativa propia. Pero es un caso de alegre itinerancia y volubilidad normativa de esos que tanto nos gustan. Entre las acepciones de este verbo hay dos semánticamente muy próximas, tanto que el Diccionario histórico de 1960-1996 (ese que llegó hasta la palabra antílope en 36 años) no distinguía expresamente una de otra; el DRAE, en cambio, hoy sí lo hace: tenemos por una parte “emprender o plantear un negocio o asunto” (acepción quinta), y por otra “plantear un asunto en el curso de una exposición oral o escrita” (sexta desde 2001). Estas acepciones tienen un historial más bien errático. Con testimonios al menos desde 1843, resulta que ya en 1855 el Diccionario de galicismos de Rafael María Baralt decía que abordar, en tales sentidos, era “verbo malamente tomado del francés”. En 1886 el Diccionario de construcción y régimen de la lengua castellana de Rufino José Cuervo refrendaba: “Este uso es neológico y calcado servilmente sobre el francés, donde se dice aborder une question”. Tales admoniciones debieron de pesar en el hecho de que la Academia, aunque autorizara el uso en su edición del Diccionario de 1869, lo retirara luego en la de 1884; reapareció después en la de 1914 la acepción de “emprender o plantear un negocio o asunto”, pero sin referencia alguna a la “exposición oral o escrita”. Esta última, como decíamos, no sería admitida hasta la edición de 2001.
Estos vaivenes son muy interesantes. Condenado por galicismo ahora sí, ahora no, su uso, sin embargo, no parece decaer. Y, cuando entra triunfalmente en 2001, ¿debió ser porque los académicos consideraron que, de tan usado, ya no podía sostenerse la condena?
Veamos, de todos modos, estos ejemplos:
“En su principal análisis de fondo Durkheim abordó la cuestión del cambio complejo” (P. W. Preston, Una introducción a la teoría del desarrollo, Siglo XXI, México, D. F., 1996, p. 112, trad. de Nuria Parés). “… uno de los jefazos del Circus llamó a mi jefe […] para decirle que procurara que el cretino de Westerby no intentaraabordar el asunto Ellis” (John Le Carré, El topo, DeBolsillo, Barcelona, 2011, trad. de Marcelo Covián, Google Libros). “… la empresa tiene su propia manera de abordar un acuerdo cuando este incluye a varios demandantes” (John Grisham, Los litigantes, DeBolsillo, Barcelona, 2013, trad. de Fernando Garí, Google Libros). ¿Vienen realmente estos usos de abordar del francés? O ¿son, como nos tememos, uno de esos casos de improbable homofonía entre el inglés approach y el español (o lo que sea) abordar? ¿Un caso similar al de involve/involucrar? ¿Habrá dejado de condenar el DRAE un galicismo justo cuando ya era un anglicismo? Dejamos, en todo caso, al lector que decida por sí mismo y resuelva de dónde salen estosabordares directamente “escritos en español”:
“Con el paso de los años había superado su reparo innato a abordarcualquier tema que le preocupase de veras” (Carlos Ruiz Zafón, La sombra del viento (2001), Planeta, Barcelona, 2003, p. 56).
“… Don Siegel […] abordó [el género del western] en varias ocasiones” (Quim Casas, Películas clave del western, Robinbook, Barcelona, 2007, p. 151).
“… esta ficción, que cuenta con el equipo productivo de Breaking Bad, en realidad aborda algo mucho más cercano a cualquiera: la ambición y las relaciones humanas” (“Visionarios del mundo presente”, El País, 4/XI/14).
Sin olvidar… ¡el sustantivo!:
Abordaje de conflictos en las organizaciones” (título de un folleto del Observatorio del Tercer Sector de Bizkaia, diciembre de 2008).
“Manual de abordaje del tabaquismo en atención primaria” (título de un libro editado por la Consejería de sanidad del Gobierno de Cantabria en 2010).
4) Susana Cantero nos ha hecho muchas observaciones lúcidas y nos habría gustado dar cuenta de todas, pero el espacio del que disponemos nos recomienda abordar, qué decimos, considerar apenas una. A nuestra amiga le resulta bastante extraña la incorporación al español del back inglés (presente en tantos verbos adverbiales) mediante la fórmula de vuelta, creando en nuestro idioma una especie inaudita de construcción verbal. A nosotros también nos extraña, pero estamos acostumbrados. Muy habitual en América, aunque no solo allí, no dejamos de leerla en traducciones y en textos autóctonos:
“El eco trajo de vuelta los gritos” (Jaime Bayly, Los últimos días de “La Prensa”, Seix Barral, Seix Barral, Barcelona, 1996, p. 252).
“A continuación fue trasladado inconsciente hasta un carguero israelí, que lo llevó de vuelta a su país de origen” (“Un espía, adoptado por pacifista”, El País, 29/X/97).
“Dijo que el Rahakanariwa andaba suelto y podía tomar cualquier forma: se requerían conjuros muy potentes para mandarlo de vueltaal reino de los espíritus” (Isabel Allende, La Ciudad de las Bestias, Montena, Barcelona, 2002, p. 298).
“El caso de Christell trajo de vuelta el debate sobre el trabajo infantil” (“Trabajo infantil: derechos vs. beneficios”, El Mercurio, Santiago de Chile, 8/III/04).
“Luego colocó el tubo de vuelta en el agujero y lo conectó a una máquina de terapia respiratoria” (“Cachira se esfuerza por cada respiro”, El Nuevo Día, San Juan de Puerto Rico, 14/XII/04).
“Me miró de frente y sonrió. Por un segundo me sorprendió, pero luego lo comprendí. No pude evitar sonreír de vuelta” (Violeta Barrett, Primer amor, p. 16, Palibrio, Bloomington, 2011, trad. de Linda Junquera, Google Libros).
“… él me lanzó una mirada ardiente como pidiendo auxilio y yo lomiré de vuelta” (Elizabeth Subercaseaux, Eva en el mundo de los jaguares, Aguilar, Santiago de Chile, 1998, p. 74).
“¡Cállese, vieja! –ladró de vuelta el militar” (Isabel Allende, La Ciudad de las Bestias, Montena, Barcelona, 2002, p. 281).
No hay que romperse la cabeza para hallar formulaciones más sensatas, comunes y sabias para el significado de todas esas combinaciones con de vuelta. “Traer/mandar/llevar de vuelta” no significa nada más que lo corrientemente expresado por devolver. “Sonreír/mirar de vuelta” podría ser, sin deshonor, “devolver la sonrisa/la mirada”. El ejemplo “trajo de vuelta el debate” podría haber sido perfectamente “reanudó”, “propició de nuevo” o, si queremos una frase hecha, “puso de nuevo sobre la mesa/el tapete”, etc. En cuanto a “colocó el tubo de vuelta en el agujero”, ¿habría pasado algo por decir “volvió a colocar el tubo en el agujero”? La inmensa mayoría de estos de vuelta son tan artificiosos como indolentes y tienen equivalentes precisos tanto en el español de cada día como en el más formal. Sobre el último ejemplo −“ladró de vuelta”− ya nos nos atrevemos a proponer nada: es mejor que pase a la historia de las literaturas hispánicas tal cual.
5) Finalmente, le habíamos prometido a la adolescente que vive con nosotros que le dedicaríamos un espacio a las peculiaridades lingüísticas de su edad y condición. Habíamos ido tomando notas, pero no las suficientes para un artículo entero. Dejamos constancia aquí, en todo caso, de la gran cantidad de calcos del inglés que se observan en su lenguaje formal: dicen técnicamente (technically) allí donde podrían decir “en principio” o “teóricamente”; básicamente(basically) por “principalmente” o “esencialmente”; aplicar (apply) por “hacer una solicitud”; no “se deprimen” sino que entran en depresión (enter into depression); y, cuando uno invita a algún hermoso ejemplar de la especie a comer y le pregunta si quiere repetir, en vez de decir “No, gracias”, dice Estoy bien (I’m fine). Nos alegra mucho que aprendan tan bien inglés, pero a lo mejor alguien podría enseñarles también a distinguir entre inglés y español. Dejamos para el final una creación, ya no muy formal, que nos fascina: fangirlear (se pronuncia fanguirlear). Significa ‘dar grititos y hacer aspavientos como una fan ante su ídolo’. En casa, de hecho, estamos todo el día fangirleando. En fin, hasta pronto. Ha sido un placer. Y, ya que se acercan, felices fiestas.
(Fuente: El País, 12-12-2014)
DEL MISMO AUTOR EN ESTE SITIO:
(Ayer en clase hablábamos de los tecnicismos, de la posibilidad de ser utilizados también fuera del campo específico de una rama del saber... "La incorporación a la lengua común de vocabulario especializado es un fenómeno corriente... que constituye uno de los procesos de cambio semántico más elocuentes. Hoy cualquiera puede sufrir un “trauma”, tener o no tener “poder adquisitivo”, vivir una experiencia “kafkiana” o “dantesca” e incluso dar un “salto cuántico” sin necesidad de ser psicoanalista, economista, crítico literario o físico, y desde luego sin sentirse coartado por el hecho de que esos creativos ámbitos técnicos sean el origen del término que de una forma ya tan “natural” dice y disfruta... parece conveniente, sin embargo, que uno sepa cuándo está aplicando un tecnicismo, más que nada para no crear connotaciones indebidas")
("Hay cierta teoría que define el lenguaje literario como el que más se aparta de la norma (entendiendo “la norma” como “lo normal”), y mucha gente aplicada en “escribir bien” se la ha creído a pie juntillas. Si algo suena raro, complicado, frondoso, o inextricablemente “preciso”, si no es, en fin, lo que uno diría todos los días entonces es que tiene que ser “literario”, o, como poco, “formal”. Es una idea que se aplica a todos los aspectos de la lengua (léxico, gramática, sintaxis) y por supuesto ni siquiera las preposiciones, esas cositas tan pequeñas, iban a librarse...")

("... me entretuve anotando algunas expresiones de nuestros ídolos de la telebasura, con especial atención a la predilección que muestran por la preposición 'hacia'... No es un secreto que estos astros no deben su posición en el firmamento precisamente a su carrera de letrados...Una gran parte de los usos de hacia responde únicamente a ese extraño prestigio que ha adquirido no se sabe muy bien por qué motivos… ¿tal vez por ser más larga o “compleja” que otras preposiciones, luego más sonora y llamativa? Conocemos bien en L&L la denodada –y tantas veces burda– identificación de estilo con “presencia” y sonoridad, así que no nos extrañaría")

JOYERÍA Y FISIOLOGÍA / 'ERA UN AIRE SUAVE', de Rubén Darío

("Debido a nuestros fallos de imaginación poética, no sabemos muy bien lo que significa perlaba en estos versos: aventuramos que la orquesta enhebraba ensartaba una nota mágica tras otra, pero una metáfora explicada con otra metáfora es un desastre de explicación... Una vez más nos vemos abocados a preguntarnos en qué consiste el estilo, y qué es la novela. Y, ante tan angustiosa incógnita, digámoslo groseramente, empezamos a sudar")


LUGARES INCIERTOS /  'EL FANTASMA DE CANTERVILLE', de Oscar Wilde

"Asoma de nuevo aquí esa célebre máxima del buen estilo que nos aconseja “no repetir” y que habitualmente aplicamos con ayuda de sinónimos. Ahora se trata de hiperónimos, que interpretamos asimismo como una solución..." ('Lugares inciertos', Luis Magrinyà) "Puedes guardar tu secreto mientras yo posea tu corazón -dijo a media voz..." ('El fantasma de Canterville', Oscar Wilde)








'LOS ESCLAVOS', de José Infante / 'VAN A POR NOSOTROS' (dos versiones)

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Ayer, en el Congreso, Ellos aprobaron la nueva Ley de Seguridad Ciudadana, la Ley Mordaza. Y es que, como bien dice El Emboscado, llevan ya demasiado tiempo avisándonos y nosotros, pues eso, como si nada.

La libertad…


Ellos la desconocen... 


Bajan las cabezas...Cuando mueren o saltan lo hacen en silencio. (Los amos cuidan de que sus sepulcros permanezcan anónimos.)

LOS ESCLAVOS

Ellos no saben nunca dónde mirar ni qué.
Se acostumbran. Les dicen…
Este camino es ancho…
Y van. Sin preguntar. Por donde pasa el amo
de látigos y horas.
(No saben que ese difícil y estrecho, es el camino
de la libertad.)
La libertad…
Ellos la desconocen. Viven solos y a oscuras.
Con las manos cogidas hasta el pie. Y en los
ojos vendas de cigarrillos que no les dejan ver…
(Han oído tantas veces que la libertad
puede resultar peligrosa.)
No llegan nunca a levantar la mano.
Bajan las cabezas. Y resignadamente
(no digo con humillación)
avanzan en sus vidas que otros
les han comprado.
Cuando mueren o saltan lo hacen en silencio.
(Los amos cuidan de que sus sepulcros
permanezcan anónimos.)
José Infante Martos, poeta, escritor y periodista español, nació en Málaga, el 21 de julio de 1946. Premio Adonais de poesía en 1971. Premio “Málaga, Costa del Sol” de Periodismo en 1972. En 1997 el Premio “Cáceres Patrimonio de la Humanidad” de Poesía por su poemario” La arena rota” Obtuvo la Beca Juan March a la Creación Literaria en 1980. En 2004 V Premio “Aljabibe” de poesía por “La casa vacía”, libro que recibió en 2005 el Premio Andalucía de la Crítica. En 2005 obtuvo el XVI Premio Nacional de Poesía José Hierro por su el libro “Días sin música”. Desde 2005 es Académico Correspondiente de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo de Málaga. En 2006 fue distinguido como “Escritor malagueño del año”.
(Fuente: trianarts.com)


Desde que no pienso, vivo mejor...



Y la versión sugerida por El Emboscado, César Figueras





'Columna periodística: EL DESAHUCIO', por Manuel Rivas

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"El preámbulo a la mejor Ley de Seguridad está en la obra de Cervantes: “La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos...”... a este Gobierno le incomoda el inconformismo actual y que le gustaría cambiar el pueblo por otro más dócil...

El desahucio de la vivienda. El desahucio energético. El desahucio juvenil emigratorio. El desahucio de la pluralidad en los medios públicos. Y ahora, el desahucio democrático"


EL DESAHUCIO

La emigración es una forma de desahucio. Acabo de despedirme de Juan, un joven vecino en la Costa da Morte. Su abrazo equivale al de una multitud. Porque es fuerte, un gran trabajador, experto en manejar el “helicóptero”, o fratasadora, esa máquina tremenda para alisar el hormigón. Y porque son muchos los jóvenes que se van como él, día tras día, en un desahucio demográfico que deja atrás un paisaje de deslugares. O como decía un paisano, “desadornado de gente”. En víspera de salir para el cantón de Jura, mi amigo no parece triste. La tristeza se queda aquí, en el país del desahucio. Así que Jorge Fernández debería ser más cauto, hablar menos en “caliente”. Para ser ministro del Interior, y católico piadoso, ha dado la impresión de estar desinformado y muy enojado con las organizaciones humanitarias. En esa reacción, se nota que la nueva Ley de Seguridad Ciudadana transmite inseguridad. Como una maquinaria pesada, una fratasadora, sin garantías. Se ha criticado también estos días el desahucio de El Quijote en la enseñanza española. El preámbulo a la mejor Ley de Seguridad está en la obra de Cervantes: “La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos...” Las leyes tendrían por misión solucionar problemas, no multiplicarlos. ¡Hasta el César se hacía acompañar de un “insultador” para bajar los humos! Ahora, al insultador, don Jorge le metería un puro de 30.001 euros. Parece que a este Gobierno le incomoda el inconformismo actual y que le gustaría cambiar el pueblo por otro más dócil al imperio de su voz. Por eso, tanto desahucio. El desahucio de la vivienda. El desahucio energético. El desahucio juvenil emigratorio. El desahucio de la pluralidad en los medios públicos. Y ahora, el desahucio democrático.

(Fuente: El País, 13-12-2014)

ENTRADAS RELACIONADAS:


(La libertad… Ellos la desconocen... Bajan las cabezas...Cuando mueren o saltan lo hacen en silencio. (Los amos cuidan de que sus sepulcros permanezcan anónimos.)


("La idea que la inspira es la misma: amedrentar a la ciudadanía para que no haga valer su derecho de manifestación ni exprese libremente su indignación por este latrocinio descomunal que, a escándalo diario, perpetran oligarcas y políticos... estamos en nuestro legítimo derecho de no acatarla. Si quieren reabrir con ella la figura del preso político, seamos nosotros los presos. Serlo de la injusticia y la opresión es un honor sólo reservado a las personas honestas y dignas")


("Y no nos damos cuenta de que nosotros estamos en medio, en mitad de la tormenta, y nos llueve, y nos mojamos, y seguimos ahí, en la calle, desnudos de voz, borrachos de indignidad... ... Y si alguien está pensando en algo que se nos haya escapado, o simplemente, está pensando, que lo sepa, está terminantemente prohibido... Prohibido decir que este sistema es una puta mierda")


("Os llenaremos las calles de sangre y antidisturbios, os zurraremos la hostia y, además, nos votaréis... os mentiremos mil veces y volveréis a creer... Os frustraremos los sueños, os haremos depresivos, robaremos el futuro y, además, nos votaréis. Os bajaremos los sueldos, os quitaremos derechos, nos llevaremos la pasta y, además nos votaréis... La palmaréis en urgencias, os quedaréis sin escuelas...")





'LA MUCHACHA INDECIBLE', por Gustavo Martín Garzo / 'LA DOLCE VITA', DE FELLINI, ESCENA FINAL

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"... al tratar de seguir su rastro no está haciendo sino levantar el acta de su propia memoria y de su propia vida. “Por entonces era ya igual de sensible que ahora en lo tocante a las personas y las cosas a punto de desaparecer”, escribe. Eso es la muchacha indecible, alguien, en quien presencia y ausencia, pensamiento y visión se confunden. ¿Símbolo tal vez de ese sentido, de esa verdad que se esconde cuando tratamos de alcanzarla?"


LA MUCHACHA INDECIBLE

Tiene La dolce vita, la película de Federico Fellini, uno de los finales más extraordinarios de la historia del cine. Marcelo, alter egodel director, tras deambular por la noche romana en busca de aventuras eróticas y noticias para la revista de cotilleo en que trabaja, termina en una de esas fiestas interminables en que un grupo de burgueses se entrega a todo tipo de previsibles excesos. Abandonan la casa al amanecer para acercarse a la orilla del mar, atraídos por un grupo de pescadores que sacan sus redes del agua. Han atrapado a un pez monstruoso y todos lo miran con sorpresa y repulsión. Marcelo se aparta un momento de ellos atraído por una chica muy joven, casi una niña, que le hace señas desde la distancia. Se conocen, pues unas escenas antes han coincidido en un pequeño bar de la zona, en el que ella trabaja de camarera. La chica está lejos, separada del grupo por una lengua de agua, y trata de decirle a Marcelo algo con sus gestos. Insiste varias veces, pero este, que no la entiende, se encoge de hombros y se aleja siguiendo el rastro de tedio, quejas e infelicidad del grupo de trasnochadores.

Sus actos y gestos representaban, como afirma Agamben, “un tipo de conocimiento que hemos perdido, un conocimiento que permite a los iniciados mirar su propia existencia de un modo completamente nuevo y más feliz”

Giorgio Agamben, en su libro La muchacha indecible, habla de una muchacha así. Es la Kore griega (korai son las muñequitas que en las proximidades de un templo eran colgadas en las ramas). Kore está jugando con otras jóvenes cuando Hades la rapta. “Que una joven muchacha que juega se vuelva cifra perfecta de la iniciación suprema y de la consumación de la filosofía (...) he ahí el misterio”. Ella era la figura esencial de los misterios de Eleusis. Sus actos y gestos representaban, como afirma Agamben, “un tipo de conocimiento que hemos perdido, un conocimiento que permite a los iniciados mirar su propia existencia de un modo completamente nuevo y más feliz”. Un conocimiento que hemos perdido... por eso, en la película de Fellini, Marcelo no entiende lo que le dice la muchacha y se aparta de ella (como hace José Sacristán al final de Magical Girl, la película de Carlos Vermut, cuando dispara contra la niña mágica al no soportar su mirada).

En su novela Dora Bruder, Patrick Modiano se enfrenta al enigma de una muchacha como estas. Todo empieza porque un día el novelista lee en un viejo periódico de 1941 este anuncio: “Se busca a una joven, Dora Bruder, de 15 años, 1,55 m, rostro ovalado, ojos gris marrón, abrigo sport gris, pullover burdeos, falda y sombrero azul marino, zapatos sport marrón. Ponerse en contacto con el señor y la señora Bruder, bulevar Ornano, 41, París”. Patrick Modiano conoce bien esa calle, pues la ha recorrido muchas veces con su madre cuando iban a un mercado de pulgas que había cerca. Más tarde, en su juventud, una amiga suya vivió en esa misma calle. Había allí un par de cafés y un cine que frecuentaban y Patrick Modiano pasó numerosas veces frente al portal donde había vivido Dora Bruder con sus padres.

Es esta misteriosa proximidad la que le hace iniciar una investigación tras las huellas de la muchacha. Quiere saber cómo vivía, la forma en que veía cada mañana las mismas calles y lugares que él recorrió en su propia infancia. Y va descubriendo cosas: que ha estado en un internado, de donde se fugó, y que más tarde regresa con sus padres para volver a fugarse; que es judía y que su pista se pierde en el campo de concentración de Auschwitz un día de julio de 1942.

Modiano se pregunta si lo que la impulsó a fugarse es la misma decepción que él mismo sufrió respecto a sus padres, que no le supieron querer. Y se da cuenta de que al tratar de seguir su rastro no está haciendo sino levantar el acta de su propia memoria y de su propia vida. “Por entonces era ya igual de sensible que ahora en lo tocante a las personas y las cosas a punto de desaparecer”, escribe. Eso es la muchacha indecible, alguien, en quien presencia y ausencia, pensamiento y visión se confunden. ¿Símbolo tal vez de ese sentido, de esa verdad que se esconde cuando tratamos de alcanzarla?

Cuando Dora Bruder se fuga del internado París es una ciudad hostil, patrullada por soldados y policías, con constantes toques de queda, y arbitrarias detenciones. Estamos en la Francia ocupada. Un país donde las ordenanzas alemanas, las leyes de Vichy y los artículos de los periódicos no conceden a los judíos otro estatus que el de apestados y de delincuentes comunes, y en que estos se veían obligados a obrar como forajidos para sobrevivir. Y Modiano los ama precisamente por eso.

Descubre cartas de padres y familiares que preguntan por sus hijos, maridos y mujeres desaparecidas en los campos de concentración. Se pregunta por otra joven, Hena, que había nacido en Polonia en 1922, a la que se detiene por su deseo de casarse con un ario, y que vivía en una calle cuya cuesta también él ha subido muchas veces. Se pregunta por aquellas mujeres que los alemanes llamaban las amigas de los judíos, que tuvieron el valor de llevar la estrella amarilla en solidaridad con los perseguidos. Una se la colgó desafiante al cuello de su perro, el primer día que los alemanes impusieron a los judíos la obligación de llevarla.

Patrick Modiano anota los nombres de todas ellas, los nombres de las calles y de los lugares que recorrieron, toma nota de los cambios climatológicos que entonces tuvieron lugar, en su afán de no perder por completo el contacto con esa muchacha lejana. “Vuelven las palabras, intactas —escribe—, como los cuerpos de aquellos dos novios que encontraron en la montaña atrapados en el hielo, y que llevaban cientos de años sin envejecer”.

En la obra de Modiano se repite una y otra vez la imagen de esas ventanas iluminadas en la noche de las que no podemos apartar la mirada. “Nos decimos que detrás de ellas alguien a quien hemos olvidado espera nuestro regreso desde hace años, o bien que ya no hay nadie. Salvo una lámpara que se ha quedado encendida en el piso vacío”. La muchacha indecible ha estado en una habitación así y la lámpara que queda encendida es su último gesto antes de marcharse. Giorgio Agamben nos recuerda que originalmente misterio significa solo una praxis: “gestos, actos y palabras a través de los cuales una acción divina se realizaba eficazmente en el tiempo y en el mundo para la salvación de lo humano”. No hay en esa salvación ninguna certeza, solo titubeo, precariedad, porque tiene lugar en esa zona de indefinición donde lo alto y lo bajo, la luz y la sombra, el sueño y la vigilia se comunican.

La Kore de los misterios de Eleusis, la Dora Bruder de Modiano, la muchacha de la última escena de La dolce vita permanecen en umbrales así. Son pocos los escritores o los cineastas actuales que las prestan atención y se inclinan a seguirlas. Patrick Modiano siempre lo ha hecho. Dora Bruder, La hierba de las noches, El café de la juventud perdida son algunas de las novelas en las que nos habla del misterioso regreso de esas muchachas del mundo de los muertos. “Nunca sabré cómo pasaba los días —escribe al final de su libro Dora Bruder—, dónde se escondía, en compañía de quién estuvo durante los primeros meses de su primera fuga y durante las semanas de primavera en que se escapó de nuevo. Es su secreto. Un modesto y precioso secreto que los verdugos, las ordenanzas, las autoridades llamadas de ocupacion, la prisión preventiva, la historia —todo lo que nos ensucia y destruye—, no pudieron robarle”. Modiano no escribe para desvelar ese misterio, pues ¿cómo podría hacer algo así?, sino para protegerlo.

(Fuente: El País, 13-12-2014)

'LA DOLCE VITA', DE FELLINI, ESCENA FINAL



OTROS ARTÍCULOS DE GUSTAVO MARTÍN GARZO EN ESTE SITIO:


("Los muertos están en nuestras palabras, en nuestros recuerdos, cuando entramos en un cuarto, cuando recorremos una calle o visitamos un jardín, cuando leemos un libro. Nos siguen a todos los sitios, velan nuestros sueños, se sientan en la mesa con nosotros... Están ahí, pero no debemos volver la cabeza para mirarlos. Sólo el psicótico lo hace... Narrar es escapar a la tiranía de la verdad... El mundo del relato está poblado de personajes que como Hilas nunca regresan... Contar es llevar una lámpara, conformarse con el pequeño espacio de visión que su luz abre en la oscuridad")

("... es el misterio de Santa Teresa, y lo que hace que cinco siglos después de su nacimiento podamos seguir leyéndola con gozo: transforma la religión en poesía. Porque religión y poesía no siempre son lo mismo (y esta es la desgracia de las religiones). La religión nos ofrece respuestas; la poesía nos enseña a amar las preguntas aun sabiendo que no pueden ser contestadas")


("El tema central de El Decamerón será lo humano. No lo humano idealizado, reflejo de un orden superior, sino el ser humano real, con sus virtudes y defectos.Y, por encima de todo, el hombre animado por el deseo... Chesterton escribió que las dos cárceles que amenazan la libertad de los hombres son la cárcel del puritanismo y la cárcel del pesimismo, y El Decamerón logra escapar de las dos y, como el cuarto de los niños, “guarda goces que el puritano no puede prohibir ni el pesimista negar”. El mundo del relato sustituye al paraíso y nos lo recuerda")

("... lo que necesita un niño a los cinco años no es saber leer, sino escuchar música y cuentos, conocer su cuerpo y jugar con él, encontrar palabras y figuras que le ayuden entender lo que siente... La educación ha dado la espalda al complejo mundo de sus afectos y apuesta cada vez más por un individuo adaptado, pragmático, obediente a los códigos de su entorno social... Hay un momento único en que el niño descubre su sombra. Descubre otro yo, alguien que le acompaña en secreto. Ese alguien habita sus pensamientos y sus deseos más íntimos...")



("En el teatro, cuando la función termina, los actores abandonan la escena y regresan exhaustos a sus vidas ordinarias; mientras que aquí los actores siguen apegados a sus personajes y se van por las calles saludando a unos y a otros como si se negaran a aceptar que el telón se bajó. Y lo curioso es que lejos de tomarlos por locos, no son pocos los que les siguen la corriente... La vieja idea de una familia sagrada no debería tener cabida... En España hay tres millones de niños que viven en el umbral de la pobreza...")



("... las locuras de Don Quijote tienen el poder de suspender por un momento el principio de realidad. Su función es abrir una grieta, y, más allá de la lógica, llevarnos a la comprensión profunda e inmediata de una verdad nueva... Nada que ver con la locura. La locura es no tener en cuenta a los otros y pocos héroes los han tenido tan en cuenta como el nuestro. La gran lección de sus aventuras es que un mundo sin justicia no merece la pena... La ironía, para Cervantes, es la capacidad de aceptar las contradicciones de la vida; de aceptar, en suma, que nada es de una sola manera")


("No vemos la realidad, sino sus múltiples simulacros... Vivimos bajo el signo de las copias y los ecos. Bajo del signo de la pobre ninfa Eco...  Dos cosas nos diferencian de la delicada ninfa: la conciencia de su desdicha y su vocación de amor... Mirar tiene que ver con la atención, con la renuncia a poseer, es un acto de amor... Llegar a un lugar sin daño, eso es mirar. Solo el verdadero cine nos lleva a lugares donde ver y soñar se confunden")


LA ORACIÓN DEL JOROBADITO
("En los planes de estudio desaparecen las asignaturas, como la filosofía y la literatura, que hablan del jorobadito y su pandilla y se sustituyen por otras que solo buscan adoctrinar a los niños... la verdadera cultura no tiene que ver con el deseo de éxito o de notoriedad, sino con el deseo de ser y de saber. El verdadero lector no busca en los libros lo que le halaga o confirma, sino lo que le niega y disloca: busca lo que no tiene... 
Leer es tirar los dados de nuevo..." “Las músicas oídas son dulces, pero / más dulces son las no oídas”)

("Nuestra vida está llena de preguntas que no podemos evitar hacernos sin descanso. Para mantenerlas vivas y mitigar a la vez la angustia que nos produce no conocer sus respuestas existe el mundo de las fábulas y los cuentos, el mundo inagotable de la ficción. Estamos perdidos y buscamos un camino que transforme nuestra vida en una historia que merezca la pena contar, una historia que nos consuele con su belleza... las religiones nos dicen que ésta no es nuestra verdadera vida y que sólo la muerte puede conducirnos a ella; los cuentos, que el paraíso está en el mundo y que hay que vivir como si fuera posible alcanzarlo. El árbol que canta, el pájaro que habla y el agua de oro... leo para seguir el rastro de luz que dejan en la noche esas moritas cautivas de mi infancia")

("... no filma a los niños para decirnos cómo son sino para mostrarnos cuánto necesitamos su verdad. “Al contrario de lo que leo con frecuencia”, declara François Truffaut, “las películas no pueden hacerse con niños para comprenderlos mejor. Los niños deben ser filmados solo porque los amamos". El cine, en suma, como refugio de significado, esperanza de lo que no ha desaparecido" "En cada escena de la película ('El sol del membrillo') late la nostalgia de esa añorada comunidad humana. Una comunidad amenazada...")


("... también nosotros hemos renunciado a preguntarnos por las causas que hacen que las cosas sean así... ¿Por qué no se obliga a los bancos nacionalizados a dar crédito a las empresas que lo necesitan y no hay un banco público que se enfrente a un problema como el los desahucios? ¿Por qué se permiten los delirantes salarios de la banca? ¿Por qué si tenemos la misma moneda tenemos que pagar distintos intereses por la deuda? ... La última pregunta de Perceval, la más dolorosa de todas, solo puede ser entonces si puede llamarse democracia a esto que tenemos")


SUAVE PATRIA ("La única patria decente (...) es la infancia. Todos tenemos una patria así. En ella están los lugares en los que vivimos, la lengua con que aprendimos a nombrar el mundo y a disipar el miedo a la ausencia de los seres amados... Están los juegos misteriosos, las olorosas fiestas... las primeras lecturas... Y esa patria oculta, secreta, nada tiene que ver con las banderas, los himnos... los tertulianos y los equipos de fútbol que pueblan esos parques temáticos de la identidad a que tan proclives son todos los patriotismos...")

LO QUE AÚN ES NUESTRO (“Me sigo preguntando, añade, si existe algo así como una forma de esperanza en toda escritura poética. (...) Una esperanza que vive en el hecho de decir, y en el lenguaje mismo” (Elisa Martín Ortega, en El lugar de la palabra) No importa la deslealtad de cuantos habiendo sido elegidos para defender el bien común solo piensan en gobernar para sí mismos y los que son como ellos, no importa lo arrasado que descubramos este triste país ni lo injusta y vulgar que nos parezca la sociedad que compartimos, siempre que algo nos hace preguntarnos con asombro “¿qué es?”)
LOS PAÍSES IMAGINADOS ("... La realidad está enferma y necesitamos el elixir de esa flor misteriosa que sólo en los países imaginados florece")
POR UNA ESCUELA PÚBLICA, LAICA Y LITERARIA ("...Las palabras de la escuela deben ser ese ¡ábrete Sésamo! capaz de abrir las piedras y llevar al niño a la cueva donde se guardan los tesoros del corazón humano. Pero también, como las llamas de la cerillera, deben ayudarle a ver el mundo...")

LOS PLACERES SENCILLOS ("El fútbol es como el armario lleno de zapatos de Legrá: una colección de inolvidables momentos y luminosas imágenes que nos dicen que, más allá de nuestras congojas y conflictos cotidianos, en la vida existe la leve e incomprensible felicidad")

CONTRA LA CULTURA DEL DINERO ("Deberían ponerse en los colegios e institutos las películas de John Ford, deberían verlas sobre todo nuestros políticos de derechas y nuestros banqueros")


LA DECADENCIA DE LAS PALABRAS ("Es cierto, sin embargo, que muy pocas veces las palabras han valido menos que hoy... cuanto más hablamos y escuchamos hablar menos parece valer lo que decimos...")

LAS VÍRGENES SUICIDAS ("Los hombres y las mujeres actuales viven sin apenas poner límites a sus deseos, y sin embargo pocas veces han tenido menos cosas que contarse. La ausencia de relatos define su convivencia...")


EL PRÍNCIPE DE LAS TINIEBLAS (SE INCLUYEN ALGUNAS ESCENAS DE LA VERSIÓN CINEMATOGRÁFICA DE F.F. COPPOLA ("Drácula es también, entre muchas otras cosas, una novela sobre la escritura de un libro")




'RELATOS INICIALES', por Antonio Muñoz Molina

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"... cada vez que un adulto, un padre o una madre, un abuelo, empieza a contarle un cuento por primera vez a un niño los dos habitan intemporalmente en los orígenes de la literatura... Un niño de tres o cuatro años vive en ese mundo, que es el de los cuentos y el de los mitos, el de las primeras tentativas de explicación natural de los fenómenos visibles, y también el de los juegos, en los que aprende precozmente los mecanismos sutiles de la ficción"

RELATOS INICIALES

Igual que un feto parece atravesar aceleradamente en nueve meses toda la duración de la vida sobre la tierra, desde los primeros organismos unicelulares hasta el Homo sapiens, hacia los siete u ocho años un niño está completando el tránsito desde las culturas orales, el pensamiento mágico y los mitos, hasta la máxima sofisticación del razonamiento abstracto y la lectura.

Hace menos de cinco mil años que empezaron a escribirse historias inventadas. Pero antes de la escritura se extiende un continente, un planeta ignorado de narraciones orales que se urdieron y se contaron a lo largo de al menos cuarenta mil años, quizás desde el tiempo de las primeras representaciones artísticas. Un niño de tres o cuatro años vive en ese mundo, que es el de los cuentos y el de los mitos, el de las primeras tentativas de explicación natural de los fenómenos visibles, y también el de los juegos, en los que aprende precozmente los mecanismos sutiles de la ficción. El juego, como la literatura, se basa en lo que Coleridge llamó "suspensión voluntaria de la incredulidad”", que es justo lo contrario de la creencia. El creyente está convencido de la existencia de seres sobrenaturales y de hechos absurdos. El niño que juega, como el lector de una novela o el espectador de una película, en vez de creer, deja en suspenso la incredulidad, de modo que disfruta cabalgando sobre un palo de escoba, aunque sabe que no es un caballo, o se conmueve hasta las lágrimas por la muerte de don Quijote o la de King Kong, teniendo plena conciencia de que los dos nunca existieron, si bien don Quijote era un hombre verosímil y King Kong una criatura fantástica.

Groucho Marx exclamó célebremente, delante del mapa desplegado de una batalla, que aquel mapa podía entenderlo un niño de cuatro años, y a continuación rogó que le trajeran a un niño de cuatro años. Los mecanismos psicológicos en los que se basa el juego de la ficción forman parte tan integralmente de nuestro patrimonio cognitivo que un niño de cuatro o cinco años los domina por completo, igual que domina con perfecta fluidez las complicaciones gramaticales de uno o dos idiomas.

Nacemos tan programados para segregar y requerir historias como para buscar el amparo de nuestros padres y el trato con nuestros coetáneos. Mucho antes que el dominio del lenguaje se ha desarrollado esa herramienta fundamental de la literatura que es el deseo y la capacidad de ponerse en el lugar de otro, de adivinar sus pensamientos y predecir sus reacciones. El adulto desvía la mirada hacia un lado y el bebé capta ese movimiento y vuelve los ojos en la misma dirección. Antes de contar historias en voz alta o de escucharlas ya nos las estamos contando a nosotros mismos, estableciendo en silencio hipótesis narrativas sobre lo que nos rodea. De noche, en la cama, en la oscuridad y el silencio, apenas sabiendo hablar y mucho antes de saber leer, el niño y la niña fantasiosos se cuentan cosas a sí mismos, mantienen conversaciones en voz baja con un muñeco o con un padre o un hermano ausentes o imaginarios, o con un dedo pulgar, como el pobre niño asustado y trastornado de El resplandor.

Los cuentos son una deriva natural de ese instinto. La palabra impresa y la lectura son una innovación tecnológica, teniendo en cuenta lo reciente de su aparición, comparada con la amplitud de la experiencia narrativa humana, y más aún teniendo en cuenta lo limitada que ha sido la transmisión escrita hasta hace poco más de un siglo. El niño es un primitivo animista que distingue ojos en los árboles y caras en las rocas y que se rinde al hechizo de una voz, un presocrático que imagina explicaciones insensatas, aunque no milagrosas, para los fenómenos naturales, lo mismo la aparición nocturna de la luna que el soplido del viento o el brillo del relámpago. Su sentido todavía literal del idioma le puebla el mundo de posibilidades asombrosas y hasta aterradoras cuando escucha las metáforas implícitas en las expresiones de los adultos. Que las paredes oyen, que se ve el cielo abierto, que están cayendo chuzos de punta, que en algún sitio hay un gato encerrado, que el alma se cae a los pies, que huele a chamusquina, que a alguien se lo ha tragado la tierra, que se puede caminar con pies de plomo. Cuando yo era niño me perdía en especulaciones sobre cómo sería posible eso que se contaba de algunas personas, que habían tirado la casa por la ventana. Esa resonancia originaria de las palabras comunes es el fundamento de la poesía.

Hace más de treinta mil años, en la cueva de Chauvet trabajaban extraordinarios pintores, idénticos en su talento a Miguel Ángel o a Van Gogh: es inevitable suponer que habría también narradores magistrales. Abruma la magnitud de todo lo que se habrá perdido sin rastro, lo que no dura en las cuevas, lo que no tiene existencia tangible, la narración oral, la música. Pero igual que cada vida humana empieza en el origen unicelular y acuático de la vida, la capacidad de fabulación se inaugura en cada conciencia infantil, asistida y modelada por el lenguaje, que sirve por igual para nombrar lo existente y lo inexistente, lo visible y lo invisible, lo que sucedió ayer y lo que todavía no ha sucedido, para decir la verdad y para mentir, incluso para fingir que es verdad lo que el narrador y el oyente saben que es mentira.

Yo nací a tiempo de conocer el fin de una cultura oral. Recuerdo ciegos mendigos cantando por la calle coplas de crímenes y de milagros. Recuerdo a las niñas que acompasaban el juego del corro con romances que se habían transmitido desde hacía siglos. Algunos los he reconocido en antologías de canciones sefardíes. Los más recientes habían tenido su origen en la muerte de la reina María de las Mercedes y el luto de Alfonso XII y en el rechazo popular a las guerras de Marruecos. Las madres cantaban villancicos medievales y cuplés aprendidos en la radio, cada uno de los cuales contenía una historia que subyugaba al niño silencioso y atento, que iba por la casa siguiendo la canción, detrás de las tareas sucesivas de las mujeres. Cada tarde las novelas de la radio alimentaban la misma fascinación por los relatos en voz alta. A la caída de la noche los niños mayores contaban a los otros historias antiguas de miedo o argumentos de películas, y así el cine se agregaba a la tradición oral. El mundo narrativo de las mujeres y el de los hombres también estaba segregado: los hombres cantaban mucho menos y la mayor parte de las historias que contaban tenían que ver con la guerra, la guerra misteriosa y lejana que no había sucedido en el cine.


Pero no hay motivo para la nostalgia amarillenta, ni para la pesadumbre apocalíptica sobre la tecnología. El mundo de los relatos en voz alta no se ha extinguido ni puede extinguirse. Todos estamos siempre escuchando y contando historias. Y cada vez que un adulto, un padre o una madre, un abuelo, empieza a contarle un cuento por primera vez a un niño los dos habitan intemporalmente en los orígenes de la literatura.

(Fuente: babelia.com)






Para el comentario crítico: 'SOLO VENIAL', por Manuel Vicent / LA CONFESIÓN, ESCENA DE 'EL PADRINO III'

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"El origen de toda la riqueza y corrupción que ostenta la Iglesia se debe paradójicamente al pecado venial... El pecado venial es solo un juego malabar elaborado por un genio de la economía... hubo confesores especialistas en torcer la última voluntad de agonizantes hacendados y en macerar viudas ricas hasta extraerles el testamento del cortijo... Esta rapiña no hubiera sido posible sin la existencia del purgatorio, el invento que más dinero negro ha generado en la historia de Occidente"

SOLO VENIAL

El origen de toda la riqueza y corrupción que ostenta la Iglesia se debe paradójicamente al pecado venial. Su creación hizo necesaria la existencia del purgatorio, que ha resultado ser un negocio mucho más sólido que todas las empresas juntas del Ibex 35 o del Dow Jones. El pecado venial es solo un juego malabar elaborado por un genio de la economía. Los que mueren en gracia de Dios sin estar perfectamente purificados no pueden entrar en el Reino de los Cielos, pero tampoco una falta leve merece una condena al fuego eterno. Cielo e infierno son un final de trayecto irreversible. Había que crear en mitad del camino un depósito de ánimas benditas en tránsito, una especie de isla de Ellis cuya salida hacia la Ciudad de Dios, el Manhattan Celestial, se realizara mediante un impuesto de peaje satisfecho con misas, novenas e indulgencias pagadas con dinero al contado o a través de herencias y donaciones de bienes muebles e inmuebles a la Iglesia. El alma en pena es normalmente la de un familiar muy querido que obliga al creyente a acudir al rescate para sacarlo de ese cocedero. 

La familia Corleone
Fotograma de El Padrino III

Desde el inicio de la cristiandad hubo reyes pecadores y condes facinerosos que levantaron templos, crearon monasterios y abadías, ofrecieron regalías a los clérigos para hacerse perdonar sus fechorías y asegurarse las plegarias por su alma después de la muerte; hubo confesores especialistas en torcer la última voluntad de agonizantes hacendados y en macerar viudas ricas hasta extraerles el testamento del cortijo. Esta rapiña no hubiera sido posible sin la existencia del purgatorio, el invento que más dinero negro ha generado en la historia de Occidente, sin inversión alguna. Se trata de un encaje de bolillos. Al pecado venial y al castigo de un fuego al baño María regulado mediante óbolos debe la Iglesia toda su corrupción y riqueza descomunal.

(Fuente: El País, 14-12-2014)

LA CONFESIÓN, LOS NEGOCIOS, ESCENA DE 'EL PADRINO III'






'HERE COMES THE SUN', NINA SIMONE

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Parece que la lluvia ha llegado para quedarse, no para de hablar, no quiere irse. Veamos si con la envolvente voz de Nina Simone, el sol se atreve a venir y a desafiar su poder...

... the smiles returning to the faces Little darling, 

it seems like years since it's been here 
Here comes the sun...



... it's been a long cold lonely winter Little darling, 
it feels like years since it's been here Here comes the sun, 
here comes the sun and I say it's all right...



LETRA:

Here comes the sun, 
here comes the sun, 
and I say it's all right 

Little darling, 
it's been a long cold lonely winter Little darling, 
it feels like years since it's been here Here comes the sun, 
here comes the sun and I say it's all right 

Little darling, 
the smiles returning to the faces Little darling, 
it seems like years since it's been here 
Here comes the sun, 
here comes the sun and I say it's all right 

Sun, sun, sun, here it comes... 

Little darling, 
I feel that ice is slowly melting Little darling, 
it seems like years since it's been clear 
Here comes the sun, 
here comes the sun, and I say it's all right 
It's all right





LA ORIGINAL:



(Imagen: houzz.com)

'DE LA MEZQUITA-CATEDRAL A CATEDRAL A SECAS', por Juan Goytisolo / 'DEJAD DE PRENDER FUEGO A PERGAMINOS Y PAPELES' de Ibn Hazm / MÚISCA ANDALUSÍ, NUBA GARIBAT AL-HUSEYN

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Artículo sugerido por Juan Carlos Rodríguez

"el obispo Demetrio Fernández se ha sacado de la mitra una afirmación mirífica: la mezquita no es una mezquita, ni siquiera una catedral-mezquita, sino un mero templo católico...

las burdas manipulaciones de la historia obedecen siempre a propósitos e intereses más bajos, la decisión de negar la realidad histórica del monumento fue precedida en 2006 de una ley que se remonta a la era franquista y en virtud de la cual lo que era propiedad de todos los cordobeses pasó a serlo del Cabildo"


DE LA MEZQUITA-CATEDRAL A CATEDRAL A SECAS

El palimpsesto de estratos históricos, común a todo el área del Mediterráneo, halla su más cabal expresión en la mezquita-catedral de Córdoba. Al templo romano dedicado a Jano se superpuso una iglesia visigoda y a partir de la invasión araboberéber de la Península, los emires y califas omeyas edificaron sobre aquella la mezquita columnaria que hoy admiramos. Tres siglos después de la reconquista de la ciudad por Fernando III, el episcopado procedió a la construcción de una basílica cruciforme en el interior del edificio musulmán y la mezquita consagrada al culto católico se convirtió en un símbolo del ecumenismo religioso celebrado por millones de visitantes venidos del mundo entero, un símbolo que el bien asentado fundamentalismo del actual obispo, Demetrio Fernández, se esfuerza en borrar.

 Quienes llenan sus arcas con dinero del Estado, esto es, con el bolsillo del contribuyente de resultas del actual Concordato, se aferran a privilegios de otra época: a la añorada alianza del trono y el altar

La denuncia por parte del colectivo de ciudadanos Plataforma Mezquita-Catedral Patrimonio de Todos, del atropello histórico consistente en encubrir la huella islámica y andalusí de la mezquita mediante manipulaciones y trampantojos, se apoya en hechos indiscutibles y argumentos sólidos. Como un prestidigitador, el obispo Demetrio Fernández se ha sacado de la mitra una afirmación mirífica: la mezquita no es una mezquita, ni siquiera una catedral-mezquita, sino un mero templo católico. El bellísimo bosque de arcos y columnas omeya que fascina a millones de visitantes sería, según él, producto de una fugaz “intervención musulmana”. Y como las burdas manipulaciones de la historia obedecen siempre a propósitos e intereses más bajos, la decisión de negar la realidad histórica del monumento fue precedida en 2006 de una ley que se remonta a la era franquista y en virtud de la cual lo que era propiedad de todos los cordobeses pasó a serlo del Cabildo, en cuyo nombre fue registrado. Los tiques de entrada de quienes acuden a él, atraídos por su fama, pasan así a alimentar el presupuesto de una corporación exenta de imposición tributaria y muy poco atenta. por cierto, a las dificultades que atraviesan sus diocesanos víctimas de la crisis económica, los recortes sociales y el paro.

Las medidas de regeneración de la Iglesia católica adoptadas por Francisco desde su ascensión al solio pontificio inquietan, sin duda, a los medios más conservadores de nuestra jerarquía eclesiástica, de los que Demetrio Fernández es un conspicuo representante. Quienes llenan sus arcas con dinero del Estado, esto es, con el bolsillo del contribuyente de resultas del actual Concordato, se aferran a privilegios de otra época: a la añorada alianza del trono y el altar de tiempos de Fernando VII y, más cerca de nosotros, del generalísimo Franco. Su calendario no es el de hoy. Permanece anclado en los siglos en los que la Iglesia imponía los dogmas a su arbitrio, y la libertad de conciencia era un crimen al que el brazo secular se encargaba de aplicar el condigno castigo.


La reescritura de la historia —el consabido borrón y cuento nuevo— por quienes se erigen en portavoces del discurso oficial se enfrenta con todo, en este caso, con una tarea titánica: borrar de la mente de todos los ciudadanos del mundo el renombre ecuménico de la mezquita. La “confusión” invocada por el obispo para justificar su disparatada medida será en realidad la que experimentarán los visitantes del monumento a la lectura de los folletos turísticos que se les distribuyen y a la escucha de los guías previamente aleccionados por el Cabildo: la de una extrañísima catedral muy semejante a la mezquita omeya de Damasco, pero que no guarda el menor parecido con las restantes catedrales del mundo.

(Fuente: El País, 14-12-2014)

La quema de sus libros en Sevilla inspiró este poema

Dejad de prender fuego a pergaminos y papeles
y mostrad vuestra ciencia para que se vea quien es el que sabe. 
Y es que aunque queméis el papel
nunca quemaréis lo que contiene, 
puesto que en mi interior lo llevo, 
viaja siempre conmigo cuando cabalgo, 
conmigo duerme cuando descanso, 
y en mi tumba será enterrado luego.

Queremos ofrecer al obispo de Córdoba, y a todo el que aquí se asome, el placer de escuchar esta música







'DESTINO TRÁGICO', de Vicente Aleixandre

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"... Yo os vi agitar los brazos. Un viento huracanado

movió vuestros vestidos iluminados por el poniente trágico.
Vi vuestra cabellera alzarse traspasada de luces,
y desde lo alto de una roca instantánea
presencié vuestro cuerpo hendir los aires
y caer espumante en los senos del agua..."




DESTINO TRÁGICO

Confundes ese mar silencioso que adoro
con la espuma instantánea del viento entre los árboles.

Pero el mar es distinto.
No es viento, no es su imagen.
No es el resplandor de un beso pasajero,
ni es siquiera el gemido de unas alas brillantes.

No confundáis sus plumas, sus alisadas plumas,
con el torso de una paloma.
No penséis en el pujante acero del águila.
Por el cielo las garras poderosas detienen el sol.
Las águilas oprimen a la noche que nace,
la estrujan -todo un río de último resplandor va a los mares-
y la arrojan remota, despedida, apagada,
allí donde el sol de mañana duerme niño sin vida.

Pero el mar, no. No es piedra,
esa esmeralda que todos amasteis en las tardes sedientas.
No es piedra rutilante toda labios tendiéndose,
aunque el calor tropical haga a la playa latir,
sintiendo el rumoroso corazón que la invade.

Muchas veces pensasteis en el bosque.
Duros mástiles altos,
árboles infinitos
bajo las ondas adivinasteis poblados de unos pájaros de espumosa blancura.
Visteis los vientos verdes
inspirados moverlos,
y escuhasteis los trinos de unas gargantas dulces:
ruiseñor de los mares, noche tenue sin luna,
fulgor bajo las ondas donde pechos heridos
cantan tibios en ramos de coral con perfume.

Ah, sí, yo sé lo que adorasteis.
Vosotros pensativos en la orilla,
con vuestra mejilla en la mano aún mojada,
mirasteis esas ondas, mientras acaso pensabais en un cuerpo:
un solo cuerpo dulce de un animal tranquilo.
Tendisteis vuestra mano y aplicasteis su calor
a la tibia tersura de una piel aplacada.
¡Oh suave tigre a vuestros pies dormido!

Sus dientes blancos visibles en las fauces doradas,
brillaban ahora en paz. Sus ojos amarillos,
minúsculas guijas casi de nácar al poniente,
cerrados, eran todo silencio ya marino.
Y el cuerpo derramado, veteado sabiamente de una onda poderosa,
era bulto entregado, caliente, dulce solo.

Pero de pronto os levantasteis.
Habíais sentido las alas oscuras,
envío mágico del fondo que llama a los corazones.
Mirasteis fijamente el empezado rumor de los abismos.
¿Qué formas contemplasteis? ¿Qué signos, inviolados,
qué precisas palabras que la espuma decía,
dulce saliva de unos labios secretos
que se entreabren, invocan, someten, arrebatan?
El mansaje decía...

Yo os vi agitar los brazos. Un viento huracanado
movió vuestros vestidos iluminados por el poniente trágico.
Vi vuestra cabellera alzarse traspasada de luces,
y desde lo alto de una roca instantánea
presencié vuestro cuerpo hendir los aires
y caer espumante en los senos del agua;
vi dos brazos largos surtir de la negra presencia
y vi vuestra blancura, oí el último grito,
cubierto rápidamente por los trinos alegres de los ruiseñores del fondo.


MÁS DE VICENTE ALEIXANDRE EN ESTE SITIO:

'ALEIXANDRE', POR ANTONIO LUCAS / 'UNIDAD EN ELLA', DE V. ALEIXANDRE

("Provoca una colisión extraordinaria el leer un puñado de poemas de Vicente Aleixandre y pasar luego al periódico... Son dos Españas las que están ahí también representadas. Dos mundos contrarios. El de las luminosas landas del idioma y aquel otro donde flotan con todas las sospechas ciertos políticos de cilindrada trilera entrando y saliendo de los juzgados... No han leído un libro en la puta vida. No saben de Aleixandre. Y se les nota")






LO QUE ENCUBRE "AJUSTE DE CUENTAS", por Alex Grijelmo

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"... sabemos que las palabras no sólo significan sino que también evocan. Y evocan porque se contaminan...

Cuando escuchamos esa expresión, todos nos quedamos más tranquilos... tiende a poner en igualdad de condiciones al agresor y a su víctima, quienes supuestamente saldan con la sangre un desequilibrio en su balanza de agravios... Los ultras, los delincuentes... también forman parte del género humano"



LO QUE ENCUBRE "AJUSTE DE CUENTAS"

Tres hombres resultan heridos en Valencia por un “ajuste de cuentas”; un menor muere en un “ajuste de cuentas”; y un “ajuste de cuentas” entre ultras provoca el homicidio de un hincha del Deportivo.

Cuando escuchamos esa expresión, todos nos quedamos más tranquilos. Quizá la policía lo sabe, y por ello la usa a menudo en sus comunicados: el “ajuste de cuentas” parece un asunto bilateral y privado, y aleja del suceso a los demás ciudadanos.

El asesinato de una persona que circulaba normalmente por la calle hace que podamos ponernos en su lugar, porque nosotros circulamos normalmente por la calle. El robo a mano armada en una tienda de regalos nos hace vernos dentro de ella para comprar, o al otro lado del mostrador como posibles dueños, o como amigos o parientes de alguien que trabaja en una tienda de regalos; lo mismo que el atraco en un banco, donde nos imaginamos cajeros o clientes. En esos casos no nos creeríamos tan ajenos al suceso.

Pero si alguien atribuye el acto de violencia a un “ajuste de cuentas” nos sabemos a salvo: se trata de cuentas pendientes entre el asesino y el asesinado, en las que no tenemos nada que ver. Cosas de otros.

No obstante, podemos plantearnos algunas reflexiones sobre esa expresión que tiende a poner en igualdad de condiciones al agresor y a su víctima, quienes supuestamente saldan con la sangre un desequilibrio en su balanza de agravios. Parece inevitable que la mención de “ajuste” evoque el acto de “ajustar”: “Hacer y poner algo de modo que case y venga justo con otra cosa”. Pero esos “ajustes” de cuentas suelen implicar un “desajuste” en la proporcionalidad: un insulto se arregla con una cuchillada, el impago de una mercancía (legal o ilegal) se cobra con un disparo, el grito en favor de un equipo se hace abonar con el lanzamiento de un hincha al agua helada.

El significado de la expresión se ha tasado bien en el Diccionario. La entrada “ajuste” incluye la locución “ajuste de cuentas”, que remite a su vez a “arreglo” y su correspondiente “arreglo de cuentas”, definido así: “Acto de tomarse la justicia por su mano o vengarse”.

Sin embargo, sabemos que las palabras no sólo significan sino que también evocan. Y evocan porque se contaminan, porque los distintos usos en que las hemos conocido influyen en cómo las procesamos. La fuerza de “ajuste” en la expresión “ajuste de cuentas” sugiere un equilibrio de las acciones. Si un contable nos dice que está ajustando las cuentas, entenderemos que trabaja en que cuadren el activo y el pasivo de su empresa, o en que el resultado del año responda a las salidas y entradas de dinero. “Ajuste de cuentas” da título incluso un exitoso programa de la cadena Cuatro referido a la economía familiar.
si esa locución encubre la venganza, el odio, el desquite, la ira, la salvajada, tal vez sea bueno que nos sintamos implicados al oírla, empezando por el inmediato reconocimiento del peligro que significan las palabras que desaloja

El significado exacto de la expresión remite a la venganza, en efecto, como sucede con la novela Ajuste de cuentas, de Benjamín Prado; pero podemos imaginar que esa locución fue promovida por los agresores y no por los agredidos. El que “ajusta” las cuentas pendientes cree que su acción violenta queda justificada por la deuda de su víctima y que la agresión no hace sino dejar las cosas en su sitio, con el balance en orden. Por el contrario, el que sufre la puñalada no considerará que ése sea el justo pago por su débito ni que con ella se ajuste la cuenta pendiente mediante un equilibrio entre los ingresos y los costes.

Aun con esas trampas, la expresión “ajuste de cuentas” leída tras un suceso nos deja tranquilos, sí. Nosotros no somos ultras, ni debemos dinero a un mafioso, ni hemos dejado deudas de droga. Pero si esa locución encubre la venganza, el odio, el desquite, la ira, la salvajada, tal vez sea bueno que nos sintamos implicados al oírla, empezando por el inmediato reconocimiento del peligro que significan las palabras que desaloja.


Los ultras, los delincuentes... también forman parte del género humano, y sus acciones nos conciernen por ello. Algo habrá fallado en el lenguaje colectivo si unos violentos tienen en su mente la expresión “ajuste de cuentas” en vez de “asesinato”.

(Fuente: El País)

OTROS ARTÍCULOS DEL AUTOR EN ESTE SITIO:

ARRANCAR UN VERBO PEGAJOSO

("Las etapas, los congresos, los campeonatos no empiezan o comienzan: arrancan. Las obras, los empeños o los programas no se acometen, se emprenden o se inician: arrancan. Los procesos, las tormentas o los acontecimientos no se desencadenan o se desatan: arrancan. Las ideas no se activan o se impulsan: arrancan. Y, luego, cuando se trata de arrancar el coche, resulta que lo ponemos en marcha")


("El idioma nos sirve para comunicarnos, y todas sus herramientas son buenas o malas en función de los interlocutores. Muchos vocablos expresan lo que tanto el emisor como el receptor entienden... “Pifostio” tampoco ha entrado en el nuevo Diccionario, y sin embargo miles de lectores entenderán la oración “se montó un pifostio”... “Jo, tengo la pantalla de la tableta muy dedoseada”)

(Acerca de una palabra amable que, además de ser maltratada, es utilizada para mafiosos cambios semánticos. "... el Consejo de Administración de Telefónica había aprobado una aportación única de 35 millones de euros para el “plan de pensiones” de su presidente... La voz “pensión” nos evoca de ese modo el esfuerzo previo y el pequeño fruto de lo que se logra al ahorrar de a poquito... ahora nos topamos con un nuevo sentido de “pensión”: una pensión rica, tremendamente rica incluso; que se beneficia de la connotación de la palabra pero se parece poco a las circunstancias en que este prestigio se ha forjado")

(Sobre significado y sentido, dos conceptos con los que algunos juegan demasiado bien... cuidado con ellos. "Esa técnica de llevar al lector a entender lo que no se dice (estudiada en la pragmática, una rama de la lingüística) se usa con demasiada frecuencia en la prensa, en el lenguaje político y en el sindical. ¿Se está mintiendo cuando se induce a una conclusión falsa? Como explica Williams, si vemos a un ciego que camina hacia un precipicio y no le advertimos de ello, nosotros no lo matamos; pero ¿qué diferencia hay?")
("... los agentes actúan antes de preguntar y de analizar. Arrojan a la persona inmigrante al otro lado de la linde sin saber si está enferma o exhausta, sin decirle ni buenos días, sin saber si es objeto de persecución política o discriminatoria, si ha caído en una red de trata de personas o si huye de un violador... la lavadora de palabras ya se ha puesto en marcha. El poder y su entorno no hablan de "expulsiones en caliente", sino de que se quiere "adecuar la ley a la práctica" )
(Para la reflexión y el debate. Cuando tratamos el tema de 'El lenguaje periodístico' con nuestros alumnos de Bachillerato, hacemos especial hincapié en la obligación que tienen los distintos medios de comunicación de diferenciar claramente los géneros informativos, por un lado, y los géneros de opinión, por otro. A raíz del falso documental (falsedad aclarada al final del programa) emitido en el famoso programa de Jordi Évole sobre el intento de golpe de estado del 23-F, Alex Grijelmo reflexiona sobre las difusas fronteras que separan información, opinión... y ficción. "El programa de La Sexta se hallaba en su derecho de ofrecer un espectáculo, o una provocación para demostrar lo fácil que resulta engañar a un público. Pero lo estaba haciendo con un formato que los telespectadores habían entendido, hasta ese momento, destinado a contenidos rigurosos, serios, precisos. Un formato de documental")
("Este cibermundo sin jerarquías vivirá mucho tiempo. Por eso convendría responder a su desafío reforzando las estructuras previas del pensamiento de los escolares, de modo que procesen con inteligencia la información desestructurada, tan inadvertida como fenómeno que ni siquiera la calificamos con ese adjetivo. Casi nadie usa una palabra de connotación negativa para algo que ahora se ve tan prestigioso")

("... las palabras tienen su propio inconsciente y, por tanto, se pueden psicoanalizar también... El lenguaje político está repleto del verbo “querer”, pero con la idea dentro de él de hacer, de decidir, de ordenar... si entre el “quiero” de un ciudadano y el logro de su anhelo media un tramo largo, apenas se aprecia distancia psicológica entre estos “quiero” tan repetidos por los poderosos...)

("Los políticos abusan de estas fórmulas, que suelen sonarnos ajenas. Nuestra desconfianza se activa quizás con dos indicios: lo artificioso del vocablo y el hecho de que sólo se pueda pensar en su lado bueno, pues casi nunca tienen un antónimo simétrico... En esto se ha producido una nueva expropiación de la calle, y también de las palabras. Podían haberlo denominado internalización, sin embargo se llamó casting. Ya está todo listo para que algún día ese vocablo pueda funcionar como eufemismo de la censura")
("... resulta curioso que las mismas personas que dicen "catalanes y catalanas", o "españoles y españolas", o "murcianos y murcianas", para que las catalanas, las españolas y las murcianas no queden fuera del discurso, acudan luego a fórmulas como "Cataluña no está de acuerdo", "España piensa tal cosa" o "Murcia prefiere", expresiones con las cuales se silencia a los ciudadanos y ciudadanas que, dentro de esos sujetos colectivos, tienen posiciones divergentes... cualquier catalán puede presumir, si así lo desea, de que en su tradición literaria figuren tanto el Quijote como Tirant lo Blanc, obras ambas que leerá sin problema en la lengua original")
("... una cosa es el sistema de la lengua, que permitiría esa fórmula, y otra el empleo que cada cual decida hacer de ella. Quizás a muchos eso del “natural” les suene poco natural, paradójicamente; pero se les podría replicar que más raro será el derechazo de un zurdo... el genio del idioma lo adapta todo cuando esa actividad se populariza. Entonces los complejos iniciales ante el inglés se desvanecen y ya no hace falta distinguirse con palabras selectivas")
("Un objeto no puede sentirse ofendido. Tampoco una idea. Por mucho que lo intentemos... ¿cómo se pueden regular las ofensas y los ultrajes a España, a la bandera, a las comunidades y, ya puestos, también a los ayuntamientos, las diputaciones, las comarcas, las vegas y los valles? Malamente... Está en marcha una ley que se prevé incluya palabras desviadas de su significado, como “ofender” o “ultrajar”; verbos que tampoco se realizan por sí mismos, sino que necesitan la contribución del complemento que recibe la acción. Y los complementos de esta ley no pueden contribuir a ello porque no son personas")
("... comprobamos a veces que alguien se queda más ancho que largo ante un caso de corrupción tras anunciar que “se van a depurar responsabilidades”. Y cuando un significado se fuerza, cuando no responde a lo que el Diccionario viene diciendo de él, conviene reflexionar al respecto. Sobre todo si la manipulación semántica procede del poder, ya sea político, económico o sindical: cuando viene de los que pontifican ante el micrófono, y no de lo que circula entre el pueblo... esas expresiones hacen luego que algunos se sientan cómodos al proferirlas, porque inconscientemente les sirven de escondrijo... nos gustaría más que ... se propusieran en su lugar “la dimisión de todos los culpables")

("Cristiano Ronaldo no recibe el apelativo de “inmigrante”, sino el de “extranjero”, pese a que técnicamente cumple los requisitos del inmigrante... los hijos de los inmigrantes marroquíes o colombianos de empleos más menestrales tienen reservado otro nombre en las estadísticas y en nuestro imaginario: son “inmigrantes de segunda generación”... ... a menudo les negamos lo más definitivo, lo que va por la vía emocional: las palabras. La palabra español, la palabra igual, la palabra votante, la palabra ciudadano, la palabra vecino, la palabra contribuyente. El término “inmigrante”, hereditario además, las aniquila todas, ocupa sus espacios y, a veces, también arrincona los derechos que se vinculan a ellas")
("La pragmática (una rama de los estudios sobre el lenguaje) estudia el sentido de lo que decimos por encima del significado que tenga cada palabra pronunciada. Abundantes análisis han ido descubriendo y precisando los mecanismos que nos conducen a inferir obligatoriamente aquello que no se ha dicho y que, sin embargo, forma parte de lo que estamos diciendo")
(Alex Grijelmo nos regala un paseo generoso por esa ciencia tan española, la del insulto popular, ciego. "En un hipotético código penal de los insultos, algunos (como “nazi”) deberían acarrear una indemnización severa, y otros sólo una buena multa pagadera en cómodos plazos. Pero todos ellos han de provocar la descalificación simétrica de quien los ha proferido; nunca la de quien los recibe. Así que, por favor, señorías: ya que van a descalificarse ustedes mismos, les sugerimos que insulten con más cuidado.")
("La política y el periodismo abundan en pleonasmos malos. Y queríamos llegar hasta aquí para preguntarnos si la abundancia de pleonasmos no implicará que algunas personas están dejando de creer en la fuerza de muchas palabras y en sus significados redondos... Quienes se expresan así imaginan acaso fisuras en las palabras más sólidas; o quizás esos vocablos se les han desgastado por su desempeño falso y artificial... Dentro de un cuento infantil o dentro de algún que otro programa electoral")

("El episodio da pie a deducir un Cervantes que asume el léxico hermano (también escribe lladres, en vez de ladrones) y que retrata el deseo de entendimiento de la época por encima de diferencias entre catalanes y castellanos o bandoleros y caballeros... ... Pistoletes o pedreñales, galgos o podencos, amigo Sancho, son poco más que palabras, sí. Pero con palabras creamos la amistad y la convivencia, y a veces las palabras son en sí mismas hechos que hablan")

(“Auditoría”, “evolución”, “sostenible”, ”crecimiento”, ”racionalizar”, “transparencia”… son vocablos de prestigio... palabras de prestigio se impregnan de respeto y bendicen todo cuanto tocan, pues llevan dentro connotaciones positivas, objetivas, ajenas al debate. Y que a veces nos engañan... ... El discurso político regala vocablos como estos, que endulzan la frase... valdrá la pena fijarse bien en todas las palabras que haya alrededor")
(Una lección de gramática para hacer una crítica al, con tanta frecuencia, falaz lenguaje de los políticos. "Los políticos (por acá y por acullá) abusan de la ambigüedad y de los conceptos amplios: “Futuro”, “libertad”, “institucionalización”... Es el lenguaje que le sirve al poder, no el que le sirve a la gente. Y cuando ellos se expresan así, los demás tenemos derecho a decidir que preferimos sustantivos precisos y verbos con todos sus complementos")

(Por eso son tan importantes los matices que, en nuestro idioma, las formas verbales nos regalan. Son inmensas las posibilidades que, por ejemplo, la coexistencia del pretérito perfecto simple, el pretérito imperfecto y el pretérito perfecto compuesto, pongamos, abren para nuestra expresividad... y también para la manipulación. Qué razón tiene el autor, porque ¿cuánto duró tu error, amiguete? 
"Esa elección (“en dos palabras”) de la forma “me equivoqué”, cuyo tiempo verbal (pretérito perfecto simple) presenta además la acción como terminada hace mucho, modifica nuestra percepción subliminal de lo ocurrido. Al ser expresada de ese modo, se reducen los daños al momento en que una persona decide apoyar a otra porque confía en ella. Y se diluye la circunstancia de que el nombrado defraudó una y otra vez esa confianza, y no de repente ni de forma inopinada, sino martilleando...")

("Dentro de la misma maniobra, la expresión “rueda de prensa” se va arrinconando para dejar paso a esta “comparecencia” voluntaria. El compareciente, además, suele explicarse de pie, con tribuna o atril, en posición superior. No con la cabeza a similar o inferior altura como sucedería en el juzgado. Para eso es un alto cargo, para estar en alto")

("La verdad jurídica de las palabras difiere a veces de su verdad semántica y etimológica, y de cómo las entiende la sociedad. Eso suele generar disgusto y derivar en controversia; pero, sobre todo, alienta la desconfianza.... generalmente el sentido de las palabras coincide con el sentido común")



("El problema sobreviene cuando alguien se topa con un lenguaje vulgar en un ámbito donde esperaba un léxico esmerado, o, por el contrario, cuando quien está diciendo algo suelta unas cuantas frases pedantes que no casan con el ambiente de desenfreno y cachondeo que le envuelve")


("Las oraciones adversativas y las concesivas muestran a veces nuestro subconsciente: Alguna vez habremos oído: “Es un restaurante marroquí, pero muy bueno”, o algo similar. Y ahí la conjunción “pero” delata el pensamiento estropeado.... en algunas ocasiones los periodistas transferimos nuestros prejuicios junto con la información que difundimos.")


("... La austeridad consiste ahora en que las medicinas se conviertan para muchos en un lujo... en que llegar a fin de mes constituya todo un alarde. Austeridad es que a alguien lo echen de su casa y que por tanto recorte sus gastos en calefacción y en electricidad.")


("Tal vez la calidad de la vida pública se pueda medir contabilizando el léxico circulante (cabría componer un índice con el aumento de eufemismos, la abundancia de archisílabos o la profusión de tecnicismos oscuros); pero también la calidad de los periódicos tendrá algo que ver con el número de rumores que publiquen.") 



'EL TOREO Y SU ÉTICA (I)', por Santi Ortiz

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".... el hombre ha de criarlo para que luche con el hombre. Porque, por esa contradicción dialéctica que tan afín se muestra a todo lo taurino, la domesticidad del toro de lidia reside esencialmente en no domesticarlo; antes al contrario, se busca potenciar su bravura con el fin de obtener un animal idóneo para la lidia. El toro es un guerrero del hombre para luchar contra el hombre... que llegue a la plaza pletórico de facultades físicas, con poder y agresividad para afrontar la pelea del ruedo"



EL TOREO Y SU ÉTICA (I)

     En los artículos precedentes he tratado de aproximarme al toreo, buscando su esclarecimiento, sin pisar el ruedo; esto es: sin adoptar el punto de vista de los aficionados a este arte. No he ocupado una sola línea en enumerar ni explicar las distintas suertes ni el contenido de los tres tercios que componen la lidia ni los complejos mecanismos técnicos que hacen posible al hombre torear al toro y salir, casi siempre, vivo del empeño. Mi atalaya taurina ha sido la del analista que escudriña las corridas de toros como un fenómeno cultural; la del humanista que se enfrenta a una antropología radicalmente singular e indaga y busca para encontrar y descifrar sus claves. Sin abandonar este criterio, pisaré ahora el ruedo únicamente para sentir más de cerca el colofón de la faena torera; la escena final que, en su forma natural y más frecuente, termina con la muerte del toro.

     La muerte –más aún si es causada por otro ser– siempre es algo tremendo que sacude nuestra sensibilidad, subleva nuestra razón y nos produce una suerte de repulsión e incomprensión. Es posible que esto se deba a la certeza de tenerla como insoslayable destino que a todos nos aguarda. A la muerte jamás se le vence, como mucho se la aplaza. Y en una sociedad como la nuestra, que ha hecho del comercio del miedo y la inseguridad un pingüe negocio, la muerte ha pasado a ser un tema tabú del que todos quieren esconderse. La aversión que en amplios sectores de la población provoca hoy la eutanasia, el aborto y las corridas de toros, valgan por casos, no es más que el triple reflejo del horror que produce la muerte en nuestros contemporáneos. No obstante, tras cada uno de ellos late un problema ético, de los cuales –obviando el del ser en gestación y el del enfermo que desea terminar– abordaré el que aquí compete: la muerte del toro en la plaza. 

     El carácter ineludiblemente ético del asunto nos remite por fuerza a otro problema previo, maculado de equívocos e interpretaciones varias, como es el de nuestra relación con los animales. Rechazando los extremismos de cartesianos y animalistas –los primeros, partidarios de discriminar absolutamente al hombre del animal, al que daban categoría de máquina; los segundos, creyentes de la igualdad total entre humanos y bestias (de esto último tendremos que hablar en otra ocasión)–, nos situaremos para lo que sigue en un plano intermedio donde el hombre, habiendo trascendido la animalidad gracias a su inteligencia abstracta, no ha logrado desprenderse totalmente de ella. Dicho de otro modo: animales somos, pero superiores a todos los demás dentro de la jerarquía evolutiva. Además de materia viva, pertenecemos a la materia culta, que regula la selección cultural, mientras las demás especies sólo han alcanzado por sí mismas el rango de materia viva, regido por la selección natural. De aquí partimos.

    En cualquier caso, el asunto es complejo, pues, si ya de suyo son confusas las reglas que deben orientar las relaciones humanas, mucho más lo son las que regulan nuestro trato con los animales. No obstante, dilucidar esta cuestión resulta de capital importancia para establecer cuáles son nuestras obligaciones éticas con el resto del mundo animal. Sin embargo, ya en la frase “nuestro trato con los animales” se nos presenta una enorme dificultad. Animales son un perro y una rata, un gato y una cobra, un canguro y una tarántula, un caballo y una avispa, un gorrión y un toro, un delfín y un lobo, un paramecio y un cachalote y una miríada de especies más, tan distintas entre sí que pretender englobarlas todas en un solo término: “animal” –cuya utilidad taxonómica es indudable–, carece de sentido cuando se refiere al trato que tendríamos que dispensarles. El “animal” como tal no existe, igual que no existe el “mamífero” o el “pez”. Existen las distintas especies de animales, de mamíferos o de peces. Y como a nadie en su sano juicio se le ocurriría conceder el mismo trato a una pulga que a un tigre, tampoco hablar de “trato”, como si existiera un trato único para los animales, tiene ningún sentido.

     Estas consideraciones, que pudieran parecernos perogrullescas, adquieren su importancia cuando, a partir de ellas, podremos enunciar dos principios esenciales para lo que sigue: 1º) Es imposible –además de absurdo– tratar a todos los animales del mismo modo, y 2º) Nuestras relaciones con los animales habrán de establecerse a partir de lo que cada especie es, y se concretarán según lo que cada una de ellas es para nosotros. Esto quiere decir que al lobo hay que tratarlo como lobo –no como gallina o como zorro–, al burro como burro –no como caballo o como cebra–, al perro como perro –no como hámster o como gato–, y al toro de lidia como toro de lidia; pero además, al lobo habrá que tratarlo como animal salvaje; al burro, como animal doméstico y de carga, y al perro, como animal de compañía, ya que, atendiendo a lo que éstos son para nosotros, los animales suelen dividirse en dos grandes grupos: domésticos y salvajes, y dentro de los domésticos, haciendo una segunda subdivisión, se escindirían en animales de compañía o mascotas y animales de producción.

     En función de estas tres categorías resultantes, podemos trazar ciertos rasgos comunes a nuestro comportamiento con cada una de ellas. Nuestra relación con los animales de compañía –aceptando que el trato dado al perro, al hámster y al gato no debe ser el mismo si queremos respetar su especificidad– tendrá por denominador común el afecto.  Son animales de los que nadie pretendería obtener una rentabilidad y, porque se les tiene cariño, llegan a tomarse como “miembros de la familia”. Por su parte, los animales de producción son aquellos que se han domesticado y se les cría y alimenta con la finalidad de obtener de ellos algún tipo de rendimiento. Aportan alimentos, fuerza de tracción para labores agrícolas, materias primas para trabajos artesanales o estiércol para fertilizar los cultivos. En cuanto a los animales salvajes, son aquellos que viven en completa libertad en su hábitat sin haber sido objeto de domesticación por parte del hombre ni tener prácticamente convivencia alguna con él.

     Estos tipos de relación definen o acotan las obligaciones que tenemos con los animales y que, en ningún caso podrán confundirse –o poner al mismo nivel– con las que los humanos tenemos entre sí como personas que somos. Éstas se dan en un doble sentido: de nosotros para los demás y de los demás para nosotros; mientras que las que tenemos con los animales, se dan en un sentido único: nosotros las tenemos hacia ellos, pero no al revés. ¿Y cuáles son estas últimas?... Veamos.

     Nuestra obligación con los animales de compañía, además de alimentarlos y cuidarlos, es no defraudar su afecto, por ejemplo: abandonándolos o matándolos. Con los animales de producción es la de no tratarlos como si fueran mera mercancía, como si no fueran seres vivos que necesitan unas condiciones adecuadas para vivir. Sin embargo, no es inmoral sacrificarlos, pues para eso se crían. Por último, con los animales salvajes, nuestra relación y nuestra obligación se dan a nivel de especies, no de individuos; de ahí que nuestro deber sea el de preservar el ecosistema en que vivan, proteger las que estén en riesgo de extinción o en condiciones de vulnerabilidad y combatir aquellas que representen un peligro para el hombre.

     Y con el toro de lidia, ¿qué se hace? O, primeramente, ¿a cuál de las tres categorías citadas pertenece? A la de animal de compañía, evidentemente no. Entonces, ¿es doméstico de producción o es salvaje?... Sí y no, habría que contestar; reparando, de nuevo, en la resistencia que oponen toro y toreo a ser contenidos en cualquier cuadrícula fijada de antemano. Si tenemos en cuenta que el hombre lo cría, dirige por selección cultural su reproducción y explota una de sus cualidades para la venta, diríamos que pertenece a la primera. Sin embargo, si atendemos a que el animal doméstico está “domesticado”; esto es: domado, enseñado para obedecer al hombre, no cabe duda de que el toro no puede encuadrarse en tal categoría. En definitiva, ¿doméstico el toro? Sí y no. Del mismo modo, si nos fijamos en la relación –aunque sea mínima– que vincula en el campo al toro con el hombre, los cuidados que éste le profesa y cómo lo ayuda en su alimentación, no podríamos calificarlo de animal salvaje; mas, si tenemos en cuenta la rigurosa necesidad de mantenerlo en su hábitat natural para su conservación y que no sólo se le preserva, sino que se le potencia su agresividad, su indomable independencia y su naturaleza brava, hemos de encuadrarlo entre los componentes de la fauna salvaje. Por tanto, ¿el toro animal salvaje? Sí y no, de nuevo.

     Llegamos de este modo a la conclusión de que el toro no encaja en ninguna de las tres categorías apuntadas, sino que sus características lo sitúan en una región difusa entre lo doméstico y lo salvaje; algo así como el fruto de una invasión de la inteligencia del hombre en el territorio de lo salvaje para trasladar lo salvaje al territorio de lo doméstico. En cualquier caso, de aquí se deducen dos cosas: que la clasificación realizada es incorrecta por incompleta –el toro de lidia se le escapa por no pertenecer cabalmente a ninguno de los elementos de la división– y que la raza de lidia posee unas particularidades tan genuinas que nos obliga a considerarla al margen de todos los demás animales.

     El toro de lidia, como el caballo pura sangre, no es un animal que el ganadero cría buscando su rendimiento cárnico, su piel o cualquier otro de los productos que normalmente se explotan en el ganado doméstico –aunque la carne de los toros lidiados y de las eralas de deshecho, y su piel se comercialicen como fuentes secundarias de ingresos–, sino una cualidad –la bravura– destinada al fin para el que son criados: la lidia en la plaza; del mismo modo, que el pura sangre se cría buscando su velocidad, pues la finalidad de su crianza es su participación en las carreras de caballos.

     La preservación y mejora de la bravura preside y condiciona toda la relación del hombre con el toro. Éste no es un animal doméstico ni salvaje, es un animal “bravo”. Por lo tanto, para que la clasificación animal que hemos manejado sea completa, para que en ella el todo sea igual a la suma de sus partes, habría que añadir a la clase de animales domésticos y a la de animales salvajes, la del animal bravo. En ella entraría el toro, pues “animal bravo” es lo que define al toro de lidia en su naturaleza.

     Siguiendo el patrón que hemos establecido para todos los animales, nuestra relación con él habrá de establecerse conforme a su naturaleza brava; dicho de otro modo: respetando en todo lo posible dicha naturaleza. Para ello, se le deja vivir en extensas dehesas enclavadas fundamentalmente en las dos mesetas, Andalucía y Extremadura si no en completa, en plena libertad; esto es: conforme a su naturaleza salvaje e indómita y ese agresivo instinto suyo de defensa que la selección cultural de los ganaderos ha venido potenciando como bravura a lo largo de siglos. Este carácter huraño y violento hace que su manejo en el campo ofrezca peligro, complicaciones y dificultades, las cuales precisan de personal especializado para afrontarlas y superarlas. Además, este manejo ha de ser el mínimo necesario ya que se persigue que el toro tenga con el hombre el menor contacto posible. Por otra parte, su carácter belicoso hace que los machos, bien por cuestiones de liderazgo, por estar en celo o porque los toros “también tienen sus cosas entre ellos”, como gusta decir al ganadero Eduardo Miura, entablen entre sí frecuentes peleas que, en no pocas ocasiones, se salda con la muerte o graves heridas de algunos de los contendientes.

     Para evitar estas bajas, hace unos años que un número creciente de ganaderos viene poniéndoles a sus toros fundas en los cuernos, buscando así evitar que se hieran. No obstante, hay otros que se oponen a tales prácticas. Uno de ellos, Fernando Cuadri –afamado ganadero por afición y estirpe–, daba entre otras razones una que ilustra perfectamente lo que es relacionarse con el toro atendiendo a lo que el toro es y aceptando su naturaleza singular. Sostenía Cuadri que tal vez la razón de más peso para no ponerles fundas a sus toros fuera la del respeto obligado que se le debía tener al animal. Que ese respeto se traducía en acatar su libertad. Y que si sus toros querían matarse a cornadas, eran libres de hacerlo. Eso es precisamente lo que significa relacionarse con el toro respetando lo que el toro es; aunque cumplirlo en ocasiones como ésta exija anteponer dicho principio a lo que el toro es para él, pues, un animal destinado a venderse para una plaza, herido o muerto, se vuelve inservible con el perjuicio económico que ello conlleva.

     Establecida nuestra relación con el toro por lo que éste es, abordemos la segunda cuestión: ¿Cómo se concreta la relación del hombre con el toro en función de lo que el toro es para él? Ya sabemos que para el hombre el toro es un animal destinado a la lidia; esto es: a la lucha en la plaza. Por lo tanto, el hombre ha de criarlo para que luche con el hombre. Porque, por esa contradicción dialéctica que tan afín se muestra a todo lo taurino, la domesticidad del toro de lidia reside esencialmente en no domesticarlo; antes al contrario, se busca potenciar su bravura con el fin de obtener un animal idóneo para la lidia. El toro es un guerrero del hombre para luchar contra el hombre. La crianza del toro debe garantizar su hostilidad hacia el hombre y que llegue a la plaza pletórico de facultades físicas, con poder y agresividad para afrontar la pelea del ruedo; una pelea donde, además de la casta, tendrá que lucir su nobleza, otro de los atributos que la selección cultural trata de potenciar y que viene a ser la virtud homóloga del fair play del torero; ese no mentir que el engaño del toreo supone.

     Deber con el toro es, igualmente, hacerlo llegar virgen a la plaza. En un doble sentido: no haber sido debilitado ni manipulado en sus defensas ni en su físico y no haber tenido contacto alguno con capotes o muletas. Al macho destinado a la plaza no se le puede torear previamente ni para probar su bravura, como se hace con las hembras en la tienta para seleccionar las que se quedarán como madres. Un toro toreado, aun de becerro, se vuelve intoreable de nuevo. Su memoria y retentiva le facultan para aprender, en una segunda ocasión, a distinguir el engaño de lo que es el hombre que lo maneja, haciendo inútiles las reglas del toreo y dejando al torero indefenso y a su merced.

     Hay una tercera vía de virginidad, no obligatoria, aunque cumplida salvo excepciones, que es la de llegar el toro sin haber mantenido antes relaciones sexuales con ninguna hembra. Desde el punto de vista de la lidia, es este un aspecto irrelevante, aunque contiene una innegable carga simbólica, como si arribara a la muerte totalmente inmaculado y puro, como una vestal masculina consagrada al culto del toreo.

     No se agota aquí, cuando hemos dejado al toro a punto de salir a la arena, la ética que rodea al toro y la corrida. Continuará ésta hasta esa muerte anunciada a la que aún no hemos llegado e incluso después de que la misma se produzca. Lo iremos viendo en próximos capítulos.


ARTÍCULOS ANTERIORES:

ESCLARECER EL TOREO (y III)

("Este deseo de torear surge de un misterio del alma, de la necesidad de aquietar un desasosiego interior... Una necesidad mucho más profunda que un simple alarde de valor... La idea es la manera particular que cada torero tiene de concebir el arte; su forma de entenderlo, de imaginarlo, de sentirlo, de soñarlo... La materia es el toro, con toda su incertidumbre, su problemática, su enigma, sus embestidas, su temible poder, su muerte a cuestas")



("... emoción que... cuando la caída de la conciencia en lo mágico –como apuntaba Jean Paul Sartre en su teoría de las emociones– es tan brutal que trastoca súbita y radicalmente el modo de existencia de la conciencia ejerciendo sobre ella una acción poderosa, provoca un choque emocional que conduce al éxtasis, al conflicto y la perturbación")
 


("... el toreo es un espectáculo tan único, tan distinto a todo lo demás, que se resiste a ser encorsetado en cualquier cuadrícula previamente establecida, sea ésta la que fuere. Por exceso o por defecto, a ninguna se acomoda. Siempre le sobra o le falta algo. Y se me ocurre que, tal vez el fallo esté en tratar de integrarlo en algo distinto a lo que él es, cuando lo procedente sería reconocer su radical singularidad")

EL TOREO SÍ ES CULTURA

("Defensora del toro de lidia, de la ecología y de una manera humanista de concebir el mundo, la cultura taurina debería ser defendida por quienes la atacan al tiempo que se posicionan en contra del pensamiento único de la globalización. Estar a la vez en contra del toreo y a favor de la biodiversidad cultural de los pueblos, es caer en flagrante contradicción")



("... mientras que la agresividad del toro es un concepto biológico regido por la selección natural, la bravura es un concepto taurómaco determinado por la selección cultural aplicada por los ganaderos...es la bravura el rasgo diferenciador –transmitido genéticamente– cuya funcionalidad permite calificar al bovino de lidia como raza")

TOROS Y TAUROMAQUIA: UN DESTINO COMÚN

("El destino del toro de lidia va indisolublemente ligado a la suerte que corra la Tauromaquia. Todo lo que se diga en contra de esta aseveración son ganas de negar la evidencia buscando soslayar una de las contradicciones más incómodas con que tienen que vérselas los abolicionistas del toreo: poner al toro que dicen defender en peligro de extinción") 





Columna periodística: 'ESCLAVITUD', por Rosa Montero. PROPUESTA DE EXAMEN (según PAU)

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"... otra franja sustanciosa de ciudadanos se ha deslizado hacia el precipicio y ocupa ahora la zona limítrofe. Son tipos que han encontrado trabajo, pero con sueldos tan miserables, de 400 o 500 euros, que siguen sin poder comer aunque cuenten en las estadísticas como empleado"


ESCLAVITUD

La semana pasada Rajoy dio por terminada la crisis, y casi creí escuchar cómo retumbaba en el éter la inmensa pedorreta que debieron de hacerle las más de 600.000 familias que siguen sin percibir ni un euro al mes. Es verdad que parece haber cierta reactivación económica; por ejemplo, Madrid llenó todos los hoteles en el puente y Zara, ese barómetro del consumismo masivo, está vendiendo más. El problema es el coste social. Según datos de Ayuda en Acción, antes de la crisis el número de españoles en situación de vulnerabilidad era casi tan alto como ahora: un 20%. Nuestro supuesto Estado de bienestar siempre fue muy débil, pero, en un entorno más rico, aquel 20% iba trampeando, en el borde del abismo y sin colchón. Tras la crisis, se hundieron en la miseria absoluta; siguen ahí, y la mayoría no saldrá jamás. Y lo peor es que otra franja sustanciosa de ciudadanos se ha deslizado hacia el precipicio y ocupa ahora la zona limítrofe. Son tipos que han encontrado trabajo, pero con sueldos tan miserables, de 400 o 500 euros, que siguen sin poder comer aunque cuenten en las estadísticas como empleados. Un símbolo perfecto de esta situación es el auge de las empresas intermediarias y el uso creciente e indecente que el Estado está haciendo de ello. Hay instituciones públicas en las que dos de cada tres empleados son externos; algunas de estas empresas presentan ofertas tan baratas que aterra pensar qué condiciones laborales tendrá su personal. Somos unos hipócritas: utilizamos a los intermediarios para que apliquen un trato inhumano a nuestros trabajadores sin que nos enteremos. Son los capataces de los galeotes. Y el empleo público se nutre de eso. Gracias a esta nueva esclavitud, los demás nos podemos permitir comprar en Zara.

(Fuente: El País, 16-12-2014) 

PREGUNTAS:
1ª ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS
2ª TEMA. RESUMEN

3ª COMENTARIO CRÍTICO
Preguntas guía para el comentario crítico

1ª ¿Cómo está organizado el texto? (Estructura)
2ª ¿Qué tesis defiende el autor? (Ver Orientaciones para determinar el tema...)
3ª ¿Podrías resumir brevemente el texto con tus propias palabras?
(Las tres primeras preguntas corresponden, evidentemente, a las preguntas de Selectividad, ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS, TEMA Y RESUMEN. A partir de la cuarta pregunta comenzaría -es sólo una propuesta- el COMENTARIO CRÍTICO)
4ª ¿Qué tipo de texto es? Si es un texto literario, ¿a qué momento histórico pertenece, está "encuadrado" en algún movimiento literario?
5ª ¿Es un tema actual? ¿Crees que hay alguna idea "secundaria" importante?
6ª ¿Es un tema polémico?
7ª ¿Es un tema local/universal
8ª ¿Qé argumentos utiliza el autor para defender su tesis?
9ª ¿Es objetivo en sus planteamientos, o es subjetivo?
10ª ¿Cuáles son las “marcas lingüísticas” de su supuesta subjetividad? ¿Cuáles son las expresiones más impactantes, más significativas? Coméntalas.
11ª ¿Es un tema original?
12ª Si no lo es, ¿lo es, al menos su tratamiento, su enfoque?
13ª ¿Cuál es tu opinión?
14ª ¿Qué argumentos añadirías?
15ª ¿Qué argumentos opondrías a los del autor?
16ª ¿Puedes relacionar el texto, su tema principal, con otros textos, noticias… que conozcas?
("Pero, ¿cuánta pobreza podemos soportar? ¿Cuánta miseria estamos dispuestos a aceptar? ¿Hasta donde permitiremos que nos sigan recortando? La sed de beneficios del capital no tiene límites. Y el lucro no hace sino aumentar su avaricia. Sólo nosotros, la mayoría, somos los únicos capaces de hacerle frente... ... unos pocos aumentan sus ganancias a costa del empobrecimiento de la mayoría")
("Un padre queriendo explicar. Habla d
El consumismo exacerbado da importantes beneficios a las grandes empresas del sector, que producen mercancías a gran escala, en pésimas condiciones laborales, generando empleos precarios, y nos las venden como necesarias
e fracaso. Pero no es suyo aunque él lo sienta así. "Es muy duro", dice, "que a tus hijos les exijas que rindan en el colegio y que tú no puedas darles lo más básico que es un plato de comida". "Es muy duro", repite, "mis hijos son mi vida". Frases que retumban...)
17ª Teniendo en cuenta la intención del autor, ¿crees que ha sido eficaz? ¿Qué funciones del lenguaje predominan?
18ª ¿Cómo concluyes tu análisis, tu comentario?
4ª EXPLICAR LAS RELACIONES SINTÁCTICAS QUE SE DAN EN LAS SIGUIENTES PROPOSICIONES:
Y lo peor es que otra franja sustanciosa de ciudadanos se ha deslizado hacia el precipicio y ocupa ahora la zona limítrofe
 
5ª EL LENGUAJE PERIODÍSTICO / LOS GÉNEROS DE OPINIÓN / LOS GÉNEROS INFORMATIVOS / CLASIFICACIÓN DE LOS GÉNEROS PERIODÍSTICOS

'MODOS DE PERDER LA VERGÜENZA', por Luis García Montero

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Artículo sugerido por Juan Carlos Rodríguez

"Perder la vergüenza conduce a la ilegalidad. Pero nos equivocaríamos al olvidar que existen muchas formas legales de perder la vergüenza en política. En una sociedad como la nuestra, a veces resulta mucho más grave la legalidad que la ilegalidad...

la ilegalidad es menos cruel y avariciosa que la legalidad vigente. El dinero de la delincuencia es el chocolate del loro si se compara con los impudores de la legalidad. Los ciudadanos somos lo que somos y, además, pagamos la cama"
MODOS DE PERDER LA VERGÜENZA


Casi siempre se piensa en delitos y asuntos ilegales al hablar de un sinvergüenza. El robo, el dinero negro, las comisiones y las estafas están a la orden del día en el panorama triste de la administración y la política española. En la cárcel viven el tesorero todopoderoso del partido del Gobierno, el cacique del Partido Popular en Castellón, un exministro y cargos muy significativos de la red política de Esperanza Aguirre. Incluso se intuye que dentro de poco las puertas del Palacio de las Rejas se van a abrir para dar la bienvenida al marido de doña Cristina de Borbón.

Perder la vergüenza conduce a la ilegalidad. Pero nos equivocaríamos al olvidar que existen muchas formas legales de perder la vergüenza en política. En una sociedad como la nuestra, a veces resulta mucho más grave la legalidad que la ilegalidad.

Dentro de las disputas electorales es un ejercicio legal echarle la culpa al adversario y pintar de rosa el resultado de las gestiones propias. Pero hace falta perder la vergüenza para afirmar como presidente del Gobierno de España que “la crisis es historia del pasado”. El triunfalismo mentiroso supone un desprecio inadmisible al deterioro de la vida cotidiana de millones de desempleados y de millones de trabajadores a los que no les llega el salario para salir de la pobreza.



Es legal que un ministro del Interior tenga su ideología sobre el trato que merecen los inmigrantes. No es legal favorecer devoluciones en caliente que violan las leyes del país. Y sea legal o no, es una forma de perder la vergüenza ponerse chulo con los derechos humanos y el deber de asilo. El ministro Jorge Fernández Díaz se comporta con un impudor cínico y alarmante cuando desprecia a las instituciones europeas comprometidas con el cumplimiento de los derechos humanos en una frontera. El ministro del interior es un sin papeles, porque los pierde, al llamar hipócritas a los ciudadanos con preocupaciones humanitarias y al pedir domicilios para enviar inmigrantes. ¿Qué idea tiene el ministro de las obligaciones de un Estado?

Es legal que la diputada Andrea Fabra tenga sus ideas sobre la riqueza y la pobreza, el orden social y los derechos cívicos. Pero perdió la vergüenza –tanto como su padre con los trapicheos de dinero público–, cuando gritó que “se jodan” en un debate parlamentario sobre los parados.

Es legal que haya diversas opiniones sobre la historia de la Guerra Civil española y los silencios y los pactos asumidos en la Transición. Pero Rafael Hernando perdió la vergüenza al decir en nombre del Partido Popular que “las víctimas del franquismo sólo se acuerdan de sus familiares cuando hay subvenciones”.

Hasta aquí esta breve historia de la infamia. Existen muchos modos legales de perder la vergüenza y los casos abundan en un país falto de educación ciudadana y de vida democrática.

Pero las ideologías políticas tienen formas más graves de perder la vergüenza dentro de la legalidad. Sin duda parece legal que a ACS se le haya pagado una indemnización de 1.350 millones de euros por el fracaso del proyecto Castor, el famoso almacén de gas submarino frente a Vinarós. Sin duda parece legal que el pago se haya hecho de forma vertiginosa, acelerando los ritmos lentos de la administración y desatendiendo otras prioridades humanitarias en época de crisis. Y sin duda parecerá legal que los consumidores paguemos 4.731 euros en nuestras facturas, por un negocio fallido, a lo largo de los años. Pero tampoco hay duda de que este traspaso salvaje del dinero público a los negocios privados es una forma de perder la vergüenza.

También es legal que desde 1984 los españoles hayamos pagado en el recibo de la luz 4.383 millones de euros por la moratoria que suspendió la construcción de tres centrales nucleares. Un acto propio de la soberanía nacional se convirtió en obligación de pagos millonarios a Iberdrola, Endesa y Unión Fenosa. Será sin duda legal lo aprobado por el Gobierno de Felipe González, pero también parece una vergüenza. La broma ha marcado nuestros recibos durante 30 años.

Aquí ya no se trata de infamias personales, sino de un sistema injusto que ha perdido la vergüenza democrática. Lo peor de nuestra sociedad es que la ilegalidad es menos cruel y avariciosa que la legalidad vigente. El dinero de la delincuencia es el chocolate del loro si se compara con los impudores de la legalidad. Los ciudadanos somos lo que somos y, además, pagamos la cama. 

(Fuente: infolibre.es)




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