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'POEMA DEL JOVEN', de FEDERICO GARCÍA LORCA. DOS ADAPTACIONES: MORENTE Y PACO IBÁÑEZ

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Poema sugerido por Zihvka Baltazdhieva
Yo vuelvo por mis alas,

dejadme volver.

Quiero morirme siendo,

siendo amanecer...



Poema del joven
Yo vuelvo por mis alas,
dejadme volver.
Quiero morirme siendo,
siendo amanecer.
Quiero morirme siendo,
siendo ayer.

Yo vuelvo por mis alas,
dejadme tornar.
Quiero morirme siendo,
siendo manantial.
Quiero morirme fuera
fuera de la mar.




... Quiero morirme fuera

fuera de la mar




MÁS DE MORENTE EN ESTE SITIO:
ALGUNAS DE LAS ENTRADAS SOBRE GARCÍA LORCA EN ESTE SITIO:
NORMA Y PARAÍSO DE LOS NEGROS (adaptación poético-musical)




Entrevista a MIGUEL JARA (escritor y periodista independiente), por Virgina Uzal (se incluyen enlaces relacionados)

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"El virus del ébola no interesaba nada hasta hace unas semanas... interviene la OMS, a la que creo que había que prestar más atención sobre sus conflictos de intereses y su actitud siempre pro farmacéutica...

GlaxoSmithKline, que es la segunda farmacéutica más importante... está pidiendo que por adelantado se comprometan los gobiernos a indemnizarla en caso de que pierda dinero, porque le salga más cara la investigación que la rentabilidad... estamos viviendo una especie de campaña de márketing del miedo... los grandes medios de comunicación han participado en esta feria del márketing del miedo"

Miguel Jara (Fuente imagen: mini-leaks.com)

Miguel Jara es escritor y periodista independiente, especializado en la investigación de temas relacionados con la salud. Ha escrito libros varios libros en los que cuenta el poder de las grandes farmacéuticas, la peligrosidad de ciertos medicamentos o cómo juegan con nuestra salud con total impunidad.
Por sus trabajos en este campo ha sido galardonado con el premio Eupharlaw-Ibercisalud 2011 como la personalidad del año en el ámbito sanitario. Su lucha es también judicial, a través de un bufete en el que denuncia los daños provocados por medicamentos. Una ejemplo de como ejercer como 4º poder en red, en batalla constante contra las farmacéuticas, uno de los lobbys más fuertes y con un gran dominio en las administraciones públicas.
¿Cómo gestionaron los grandes laboratorios la crisis del ébola?
El virus del ébola no interesaba nada hasta hace unas semanas. Como siempre, se marca un antes y un después cuando se contagian los primeros occidentales. En este momento interviene la OMS, a la que creo que había que prestar más atención sobre sus conflictos de intereses y su actitud siempre pro farmacéutica.
En esta ocasión, no se cumplían los requisitos para declarar una epidemia, y sin embargo la OMS declara el estado de emergencia mundial hace como mes y medio por este motivo. En ese momento, daba el pistoletazo de salida a la campaña de márketing del miedo que finalmente hicieron los medios de comunicación. Como los medios publican mucho sobre el tema, los gobiernos están temerosos y, por no enfadar a su ciudadanía, cuando haya unas vacunas o unos antivirales los van a comprar sin apenas pensarlo.
Con esto quiero decir que la OMS ha creado un mercado que antes no existía. A partir de ese momento las farmacéuticas aprovechan las circunstancias para sacar provecho. En la actualidad hay como 6 o 7 grandes farmacéuticas ensayando vacunas y antivirales.
¿Hasta qué punto se aprovechan?
Por ponerte un ejemplo, GlaxoSmithKline, que es la segunda farmacéutica más importante y la que se cree que lleva más avanzadas las pruebas de su vacuna, está pidiendo que por adelantado se comprometan los gobiernos a indemnizarla en caso de que pierda dinero, porque le salga más cara la investigación que la rentabilidad.
Pasó algo parecido con la gripe A…
Sí. En 2009, la OMS también declara la pandemia y les hace el favor, con la excusa de que se necesitan rapidísimamente los medicamentos, eliminar muchas trabas legales y normas de ejecución en los ensayos clínicos. Como los medicamentos se han ensayado muy rápido pueden no ser seguros y hacer daños a la población. Por lo que en los contratos que firmaron el gobierno español y todos los gobiernos del mundo, había cláusulas en las que se comprometían a correr con los gastos de posibles indemnizaciones de daños a causa del medicamento.
De esta forma, eximen de responsabilidad en la seguridad de sus fármacos al gran laboratorio, algo que jamás ocurre en ninguna otra situación. En esa ocasión, dieron el pelotazo económico las grandes farmacéuticas poniendo en el mercado vacunas de baja eficacia y que, finalmente, causaron daños.
No contentos con esas condiciones, en el caso del ébola, además de esos beneficios, quieren también recibir dinero con antelación en concepto de provisión de fondos por si tienen pérdidas en el futuro… Es un disparate, siempre salen ganando.
El lobby de las farmacéuticas es enorme. Se pasean por el Ministerio de Sanidad como por su casa. Vivimos en una democracia muy degenerada
Epidemias como negocio…
Exacto, estamos viviendo una especie de campaña de márketing del miedo. Aprovechar comercialmente el temor de las sociedades a las epidemias y pandemias. Esto se repite año tras año.
En 2001, tras los atentados del 11-S, se distribuyen unas cartas con ántrax, que es un virus muy peligroso como el del ébola. En este caso también hubo una campaña del miedo en la que salió ganando Bayer, que curiosamente ya tenía un antibiótico que trataba la enfermedad.
En 2005 se produce la no pandemia de gripe aviar. Aquí había unos clamorosos conflictos de intereses porque estaba el ministro de Defensa de EEUU, que tenía acciones en farmacéuticas que comercializan el principal antiviral de las dos últimas pandemias de gripe. Esta es la segunda gran campaña del miedo asociada a un pelotazo económico, en este caso con implicaciones e intereses políticos incluidos.
En 2009 está la gripe A, que también produjo un pelotazo. No hubo pandemia como se había anunciado sino que la gripe fue benigna, comparando con años anteriores.  El pelotazo se produjo porque se vendieron vacunas y Tamiflú a mansalva. De hecho, ahora siguen acumuladas o ya prácticamente caducadas.
Todos  estos casos, incluido el del ébola, tiene como nexo común que los grandes medios de comunicación han participado en esta feria del márketing del miedo. Hay que tener mucho cuidado con la exageración y el sensacionalismo. Porque al final se crea una tensión social que no ayuda a resolver el problema y, además, genera más alarma. La actuación de los medios es crucial: en estos casos tienen mucho poder, el poder de calmar o alarmar a los ciudadanos y ciudadanas.
En 2009 está la gripe A, que también produjo un pelotazo. No hubo pandemia como se había anunciado sino que la gripe fue benigna, comparando con años anteriores.  El pelotazo se produjo porque se vendieron vacunas y Tamiflú a mansalva
¿Hasta qué punto son necesarias unas políticas públicas para frenar el poder de las farmacéuticas?
El problema de los gobiernos es que también tienen graves conflictos de intereses: el fenómeno de las puertas giratorias. El lobby de las farmacéuticas es enorme. Se pasean por el Ministerio de Sanidad como por su casa. Vivimos en una democracia muy degenerada y muy poco transparente. Por eso la corrupción también existen en el ámbito sanitario. Las puertas giratorias son muy comunes. Muchos altos cargos públicos pasan después a las farmacéuticas.
Estamos viviendo una era, con el PP y con el PSOE, que no sabemos quién hace la política, si los propios laboratorios o los políticos profesionales.
Ese poder del lobby farmacéutico también fue clave en el sistema de patentes…
Sí, el sistema de patentes es una imposición de las patronales, de los lobbys farmacéuticos y los gobiernos más ricos, como EEUU. Este sistema pervierte el sentido de buscar medicamentos. Investigan sólo los más comunes en los países ricos. Los fármacos deberían ser bienes sociales.
¿Crees posible alguna solución?
Evidentemente más financiación pública. Me parecería un paso adelante que los estados invirtieran más en investigación. Que las universidades públicas, cuando encuentran algo interesante no lo vendan al mejor postor, que siempre es un laboratorio, y apuesten por desarrollar el medicamento y dedicarlo a fines sociales, sin patentes, ya que es un medicamento financiado con los impuestos de todos y todas.
Sin embargo se hace todo lo contrario, se recorta en investigación….
Exacto. Es que además los recortes están mal hechos. Si quisieran recortar, podrían nombrar una comisión que se llamaría “por la racionalización de la aplicación de medicamentos”. Ahora mismo estamos gastando una millonada en fármacos que son ineficaces y peligrosos. El número de medicamentos verdaderamente esenciales, importantes, eficaces y seguros que necesita la humanidad son entre 350 y 400 según la OMS. En España hay en total 17.000 marcas de medicamentos diferentes.
Puede ser una medida polémica…
Sí, pero muchos de esos 17.000 medicamentos son incluso peligrosos, poco seguros… y, sin embargo, siguen financiados. Si un gobierno tuviese el interés político real de ahorrar dinero, sin otras intenciones políticas, no tendría que hacer recortes. Aplicaría medidas de racionalización de los medicamentos, para quedarse con los más seguros y eficaces. Sacaría de la financiación pública medicamentos que honestamente no lo merecen. Y con todo esto ahorraríamos miles de millones de euros que se podrían invertir en mejorar la sanidad pública o en investigación.
Pero volvemos al inicio, a las farmacéuticas no les interesa…
Claro, de ahí la importancia de los lobbys y de la transparencia del gobierno. Los principales clientes de la industria farmacéutica son los estados. Por lo que los cambios sólo podría hacerlos un gobierno independiente que consiga anteponer los beneficios de los ciudadanos a los de las farmacéuticas, acabar con las puertas giratorias y poner coto al lobby. Un gobierno con la voluntad política de terminar con la corrupción, también en el campo de la salud.
(Fuente: publico.es)

ENTRADAS RELACIONADAS:
("Me gustaría saber si 729 muertos en Guinea, Liberia y Sierra Leona son más soportables que 729 muertos en —ejemplo— Alemania, España, Estados Unidos... los africanos deberían estar agradecidos de que el virus sea tan letal y contagioso: si el ébola no estuviera mordiendo ahora las gargantas más poderosas de Occidente, ellos seguirían muriendo")
("Anoche vino a verme el fantasma de aquel inmigrante sin papeles que murió a las puertas de un hospital de Mallorca después de que se le hubiera negado la atención sanitaria... Alguien, desde el otro lado, le había relatado la historia de las espurias relaciones del Primer Mundo con África... El fantasma me dijo que justo en el momento en que exhalaba sin fuerza su último suspiro, nos maldijo a todos, y se fue en paz")
("Están intentando engañarnos, estafarnos, como lo hicieron con la gripe A... El miedo es el peor virus de todos... El que quiera escuchar que escuche...")
("... el riesgo de una posible expansión del virus no comienza con la forma chapucera de acometer las autoridades sanitarias los severos protocolos que exige el tratamiento de la enfermedad. Todo empieza con la traída a casa, importado de África del virus incubado en el cuerpo de dos enfermos... lo pertinente hubiese sido el envío a su lugar de residencia de personal especializado... Así lo han hecho otros países y, particularmente Cuba, que envió a Sierra Leona nada menos que 62 médicos y 103 enfermeros especializados")
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BOCACCIO / 'EL MARIDO CONFESOR' (texto y audio) / 'EL DECAMERÓN', de Pier Paolo Pasolini

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"... El imbécil del celoso, que, por medio de una treta, creía haber descubierto el secreto de su mujer, encontrándose él mismo cogido en el garlito, no supo qué contestar; y, por lo tanto, dio gracias al cielo de haberse equivocado; consideró a su mitad como un modelo de discreción y virtud, y abandonó sus celos, precisamente en el momento que hubiera podido tenerlos con razón..."


¿Creéis, acaso, que soy una santa —replicó la mujer— y que no peco lo mismo que las demás? Mas no es a vos a quien debo confesarme, ya que ni sois sacerdote ni tenéis facultades para absolverme




EL CELOSO CONFESOR

Hubo, en otra época, en Rímini, un comerciante, muy rico en tierras y en metálico, con mujer bonita y de primaverales años, que se volvió en extremo celoso. ¿Cuál era el motivo? No tenía otro sino que amaba hasta la locura a su mujer, encontrándola perfectamente bonita y bien hecha, y como el anhelo de ella era agradarle, se imaginaba que trataba, a la par, de agradar a los demás, ya que todos la hallaban amable y no cesaban de prodigar elogios a su belleza. Idea original, que sólo podía salir de un cerebro estrecho y enfermizo. Hostigado incesantemente por sus celos, no la perdía un instante de vista; de suerte que aquella infortunada era vigilada con más ahínco que lo son algunos criminales sentenciados a la última pena. Para ella no había ni bodas, ni festines, ni paseos: sólo le era permitido ir a la iglesia los días de gran solemnidad, pasando todo el tiempo en su casa, sin tener libertad de asomar la cabeza a las ventanas de la calle, bajo ningún pretexto. En una palabra, su situación era de las más desdichadas, y la soportaba con tanta mayor impaciencia cuanto que no tenía cosa que reprocharse. Nada más capaz de conducirnos al mal que la torcida opinión que se haya formado de nosotros. Así, pues, aquella mujer, viéndose, sin motivo alguno, mártir de los celos de su marido, creyó que no sería un crimen mayor si estaba celoso con fundamento. Mas ¿cómo obrar para vengarse de la injuria hecha a su discreción? Las ventanas permanecían continuamente cerradas, y el celoso se guardaba de introducir en la casa quienquiera que fuese que hubiese podido enamorarse de su mujer. No teniendo, pues, la libertad de elección, y sabiendo que en la casa contigua a la suya vivía un joven gallardo y bien educado, deseaba que hubiese alguna hendidura en la pared que dividía sus habitaciones, desde la cual pudiese hablarle y entregarle su corazón, si quería aceptarlo, segura de que más tarde le sería fácil encontrar un medio para verse de más cerca y distraerse un tanto de la tiranía de su marido, hasta que este celoso se hubiese curado de su frenética pasión.

De consiguiente, mientras estuvo ausente su marido, no tuvo otra ocupación que inspeccionar la pared por todos lados, levantando con frecuencia la tapicería que la cubría. A fuerza de mirar y remirar, divisó una pequeña hendidura, y, aplicando los ojos en ella, vio un poco de luz al través. Sí bien no le fue posible distinguir los objetos, no obstante, pudo juzgar con facilidad que aquello debía ser una habitación. “Si por casualidad fuese la de Felipe, decía para sí, mi empresa estaría en vías de ejecución. ¡Dios lo quiera!” Su criada, que pusiera de su parte, y que estaba apiadada de su suerte, recibió el encargo de informarse discretamente de lo que le convenía saber. Aquella fiel confidente descubrió que la hendidura daba precisamente al cuarto del joven, y que éste dormía en él sin compañía. Desde aquel momento, no cesó la joven de escudriñar por el agujero, sobre todo cuando sospechaba que Felipe podía estar en su habitación. Un día que le oyó toser, empezó a rascar la hendidura con un bastoncito, y tanto hizo, que el joven se aproximó para ver lo que aquello significaba. Entonces ella le llamó por su nombre suavemente, y, habiéndola reconocido Felipe al timbre de su voz, y contestándole con cariño, apresúrase a declararle la pasión que le inspiraba. Contentísimo el joven por tan feliz coyuntura, trabajó, por su parte, para ensanchar el agujero, teniendo especial cuidado en cubrirlo con la tapicería cada vez que abandonaba la habitación. Al poco tiempo, la hendidura fue bastante grande para verse y tocarse las manos; empero, los dos amantes no podían hacer otra cosa, a causa de la vigilancia del celoso, que raras veces salía de casa, y encerraba a su mujer bajo llave, si se veía obligado a ausentarse por algún tiempo.

Acercaban se las fiestas de Navidad, cuando, una mañana, la mujer dijo a su marido que deseaba confesarse y ponerse en estado de cumplir con sus deberes religiosos el día de la Natividad del Salvador, según práctica entre buenos cristianos.

—¿Qué necesidad tenéis de confesaros —preguntó el marido—, y qué pecados habéis cometido?

¿Creéis, acaso, que soy una santa —replicó la mujer— y que no peco lo mismo que las demás? Mas no es a vos a quien debo confesarme, ya que ni sois sacerdote ni tenéis facultades para absolverme.

No se necesitaba más para hacer nacer mil sospechas en el ánimo del celoso y para que le entraran ganas de saber qué pecados hubiese podido cometer su mujer. Creyendo haber hallado un medio seguro para lograr sus fines, la contestó que no tenía inconveniente en que fuera a confesarse, pero a condición de que lo haría en su capilla y con su padre capellán, o con cualquier otro sacerdote que éste le indicase; entendiéndose que iría muy temprano y regresaría a su casa una vez terminada la confesión. La joven, que no era lerda, creyó entrever algún proyecto en aquella respuesta; empero, sin despertar sus sospechas, díjole que estaba conforme con lo que la exigía.

Llegado el día de la festividad, se levanta al despuntar el alba, vístese y se encamina a la iglesia que su marido le había señalado, a la que llegó él antes que ella, por otro camino. El capellán estaba de su parte, habiéndose concertado los dos sobre lo que se proponía hacer. Vístese en seguida con una sotana y un capuchón o muceta que le cubría el rostro, y se sienta en el coro, así engalanado. Apenas hubo penetrado en la iglesia la señora, cuando preguntó por el padre capellán, rogándole se dignase confesarla. Este la dijo que en aquel momento no le era posible acceder a sus ruegos, mas que le mandaría uno de sus colegas, que no se encontraba tan ocupado como él y que tendría mucho gusto en confesarla. Poco después vio llegar a su marido, con el disfraz de que os he hablado; por más precauciones que tomó para ocultarse, como la señora recelaba de él, lo conoció en seguida, y se dijo en su interior: “¡Alabado sea Dios! De marido celoso, helo aquí convertido en sacerdote. Veremos cuál de los dos será el burlado. Le prometo que encontrará lo que busca: micer Cornamenta va a visitarlo, o yo me equivoco mucho.”

El celoso había tenido la precaución de meterse algunas piedrecitas en la boca para que su mujer no le conociera la voz. La joven, fingiendo tomarle por un clérigo verdadero, se echó a sus pies, y, después de recibir la bendición, empieza a comunicarle sus pecados. Luego le dice ser casada, y acúsase de estar enamorada de un sacerdote que todas las noches dormía con ella. Cada palabra de éstas fue una puñalada para el marido confesor, quien habría estallado, a no detenerlo el deseo de saber nuevas cosas.

—Pero ¿cómo es eso? —dice a la señora—. ¿Acaso vuestro marido no duerme a vuestro lado? —Sí, padre mío.

—Y, entonces, ¿cómo puede dormir con vos un sacerdote?

—Ignoro qué secreto emplea —repuso la penitente—; pero no hay puerta de nuestra casa, por cerrada que esté, que no se abra a su presencia. Más me ha dicho, y es que, antes de entrar en mi dormitorio, tiene costumbre de pronunciar ciertas palabras para adormecer a mi marido, y que sólo cuando queda dormido abre la puerta y se acuesta a mi lado.

—Esto es muy mal hecho, señora mía; y, si queréis obrar bien, no debéis recibir más a ese infeliz sacerdote.

—No puede ser lo que pedís; le quiero tanto, que me fuera imposible renunciar a sus caricias.

—Si es así, siento tener que deciros que no puedo absolveros.

—¡Cómo ha de ser! Mas yo no he venido aquí para decir mentiras. Si me sintiese con fuerzas para seguir vuestro consejo, os lo prometería con mil amores.

—En verdad, señora, que siento os condenéis de esta suerte; no hay salvación para vuestra alma, si no renunciáis a ese comercio criminal. Lo único que puedo hacer en vuestro servicio es rogar al Señor para que os convierta, y espero que atenderá a mis fervientes oraciones. Os mandaré de vez en cuanto un clérigo para saber si éstas se han aprovechado. Si producen buen efecto, adelantaremos un poquito más y podré daros la absolución.

—¡Que Dios os libre, padre mío, de mandar quienquiera que sea a mi casa!: mi marido es tan celoso, que, si llegara a saberlo, nadie le quitaría de la cabeza que hay un mal en ello, y no me dejaría sosegar. Harto sufro ya ahora.

—No os dé cuidado eso, señora, pues arreglaré las cosas de suerte que él no tendrá de qué quejarse.

—Siendo así —repuso la penitente—, consiento de todo corazón lo que me proponéis.

Terminada la confesión, y dada la penitencia, la señora se levantó de los pies del confesor y fue a oír misa. El celoso despojóse de su disfraz, y luego regresó a su casa, con el corazón lacerado y ardiendo de impaciencia para sorprender al sacerdote y darle un mal rato.

La joven no tardó en apercibirse, al ver la cara de vinagre de su marido, que le había herido en lo vivo. Estaba el buen hombre de un humor insoportable. Aunque fingió cuanto pudo para no demostrar lo que pasaba en su interior, resolvió hacer centinela la noche siguiente en un cuartito inmediato a la puerta de la calle, para ver si acudía el sacerdote.

—Esta noche —dijo a su mujer— no vendré a cenar, ni a dormir; de consiguiente, te ruego cierres bien las puertas, y sobre todo la de la escalera y la de tu habitación. En cuanto a la de la calle, yo me encargo de cerrarla, y me llevaré la llave.

—Está muy bien —contestó la mujer—; puedes quedar tan tranquilo como si no te ausentases de casa.
Viendo que las cosas seguían el camino que ella deseaba, espió el momento favorable para dirigirse al agujero de comunicación, e hizo la señal convenida. Al momento se acerca Felipe, y la señora le cuenta lo que hizo por la mañana y lo que la dijo su marido, después de comer. —No creo ni un palabra —prosiguió

— de su pretendido proyecto; hasta estoy segura que no saldrá de casa; mas ¿qué importa, con tal que se esté junto a la puerta de la calle, donde, no me cabe duda, permanecerá de centinela toda la noche? Así, pues, querido amigo, tratad de introduciros en nuestra casa por el tejado, y venid a reuniros conmigo cuanto haya oscurecido. Encontraréis abierta la ventana del desván; pero tened cuidado de no caer, al pasar del uno al otro tejado.

—Nada temáis, querida amiga —contestó el joven, en el colmo de su alegría—; la pendiente del tejado no es muy rápida; por lo tanto, no hay peligro alguno.

Llegada la noche, el celoso se despidió de su mujer, fingió salir afuera, y, habiéndose armado, fue a apostarse en el cuarto inmediato a la calle. Por su parte, la mujer hizo como que se encerraba bajo siete llaves, si bien se contentó con cerrar la puerta de la escalera, para que el marido no pudiese acercarse, y en seguida corre en busca de Felipe, que se introduce en su dormitorio, donde emplearon las horas muy agradablemente. No se separaron hasta que comenzó a despuntar la aurora, y eso con pena.

El celoso, armado de pies a cabeza, estaba muriéndose de despecho, de frío y de hambre, pues no había, cenado, y se mantuvo en acecho hasta que se hizo de día. Como el sacerdote no compareciera, se acostó sobre un catre que había en aquella especie de covacha, y, después de dormir dos o tres horas, abrió la puerta de la calle, fingiendo llegar de fuera. El siguiente día, un muchacho, que dijo venir de parte de cierto confesor, preguntó por la mujer, informándose sobre si el hombre en cuestión había acudido la noche pasada. La joven, que estaba sobre aviso, contestó negativamente, y que, si su confesor quería seguir auxiliándola durante algún tiempo, creía poder olvidar la persona por quien sentía todavía inclinación. Difícil será creerlo, pero no deja de ser cierto que el marido, cegado siempre por los celos, continuó acechando por espacio de algunas noches, esperanzado de sorprender al sacerdote. Ya comprenderá el lector que la mujer aprovecharía todas sus ausencias para recibir las caricias de su amante y entretenerse con él de lo agradable que es engañar a un celoso.

Aburrido el marido de tanta fatiga inútil, y perdida la esperanza de poder declarar infiel a su mujer, no lograba, sin embargo, retener los ímpetus de sus celos; por lo tanto, tomó el partido de preguntarla lo que había dicho a su confesor, puesto que la mandaba recados con tanta frecuencia. La señora contestó que no estaba obligada a decírselo. Insistió el marido, y viendo que todo era inútil:

—¡Pérfida, bribonaza! —añadió con acento furioso—. A pesar de tus negativas, ya sé lo que le dijiste, y quiero saber irremisiblemente quién es el sacerdote temerario que, merced a sus sortilegios, ha logrado dormir contigo, y del que estás tan enamorada; ¡o me dices su nombre, o te estrangulo!
Entonces, la mujer negó que estuviese enamorada de ningún sacerdote.

—¿Cómo es eso, desdichada? ¿Acaso no dijiste a tu confesor, el día de Navidad, que amabas a un cura y que casi todas las noches se acostaba a tu lado, mientras yo dormía? Desmiénteme, si te atreves.

—No tengo necesidad de ello —repuso la mujer—; mas reportaos, por favor, y os lo confesaré todo. ¿Es posible? —añadió la joven, sonriendo— que un hombre experto, como sois vos, se deje embaucar por una mujer tan sencilla como yo? Lo más extraño del caso es que nunca habéis sido menos prudente que desde que entregasteis vuestra alma al demonio de los celos, sin saber fijamente por qué. Así, pues, cuanto más torpe y estúpido os habéis vuelto, menos debo vanagloriarme de haberos engañado. ¿Creéis de buena fe que esté yo tan ciega de los ojos del cuerpo como hace algún tiempo lo estáis vos de los del ánimo? Desengañaos, que yo veo muy claro; tan claro, que reconocí perfectamente al sacerdote que me confesó la última vez; sí, vi que erais vos mismo en persona; mas, para castigaros de vuestros curiosos celos, quise haceros pasar un mal rato, y lo sucedido después responde al éxito de mi empresa. No obstante, si hubieseis tenido alguna inteligencia, si los espantosos celos que os atormentan no os hubieran quitado la penetración que antes poseíais, no formaríais tan mala opinión de vuestra esposa, ni creyerais que era verdad lo que os decía, sin suponerla, por esto, culpable de infidelidad. Os dije que amaba a un cura: ¿acaso no lo erais en aquel momento? Añadí que todas las puertas de mi casa se abrían a su paso, si quería dormir conmigo: ¿qué puertas os he cerrado, cuando habéis venido a buscarme? Además, os dije que el susodicho cura se acostaba conmigo todas las noches: ¿acaso habéis faltado de mi lado alguna vez? Y cuando me habéis acompañado y me ha visitado, de parte vuestra, el pretendido clérigo, ¿no he contestado que el cura no había comparecido? ¿Era tan difícil desembrollar este misterio? Sólo un hombre cegado por los celos ha podido no ver claro en el asunto. Y, en efecto, ¿no se necesita ser tonto, y muy tonto, para pasar las noches en acecho y quererme dar a entender que habíais ido a cenar y dormir fuera de casa? En lo sucesivo, no os deis tan inútil trabajo; razonad un poco más, y desechad, como en otras ocasiones, celos y sospechas. No os expongáis a ser el juguete de aquellos que pueden hallarse al tanto de vuestras locuras. Estad persuadido de que, si me encontrara de humor de engañaros y de trataros cual se merece un celoso de vuestra especie, no seríais vos quien me lo impidiese, y, aunque tuvieseis cien ojos, os juro que nada veríais. Sí, amigo mío: os pondría los cuernos, sin que abrigaseis la menor sospecha, si me diese la gana; así, pues, desechad unos celos tan deshonrosos para vuestra mujer como injurioso para vos mismo.

El imbécil del celoso, que, por medio de una treta, creía haber descubierto el secreto de su mujer, encontrándose él mismo cogido en el garlito, no supo qué contestar; y, por lo tanto, dio gracias al cielo de haberse equivocado; consideró a su mitad como un modelo de discreción y virtud, y abandonó sus celos, precisamente en el momento que hubiera podido tenerlos con razón. Su conversión dio una mayor libertad a la señora, que ya no tuvo necesidad de hacer penetrar al amante por el tejado, como los gatos, para solazarse con él. Le hacía entrar por la puerta de la calle, con alguna precaución, y disfrutaba momentos muy felices en su compañía, sin que nada sospechara el marido.


'EL DECAMERÓN', DE PIER PAOLO PASOLINI (película completa)






("... te retendré, y que venga lo que venga,
pues de la dulce boca
mi deseo se debe bien nutrir;
no más quiero decir;
así, ven pronto, venme ya a abrazar,
que con pensarlo el canto cobra vida")


'EL DECAMERÓN' (fragmento). PROPUESTA DE EXAMEN (según PAU)

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"... aquella infortunada era vigilada con más ahínco que lo son algunos criminales sentenciados a la última pena. Para ella no había ni bodas, ni festines, ni paseos: sólo le era permitido ir a la iglesia los días de gran solemnidad, pasando todo el tiempo en su casa, sin tener libertad de asomar la cabeza a las ventanas de la calle, bajo ningún pretexto"


TEXTO:

Hostigado incesantemente por sus celos, no la perdía un instante de vista; de suerte que aquella infortunada era vigilada con más ahínco que lo son algunos criminales sentenciados a la última pena. Para ella no había ni bodas, ni festines, ni paseos: sólo le era permitido ir a la iglesia los días de gran solemnidad, pasando todo el tiempo en su casa, sin tener libertad de asomar la cabeza a las ventanas de la calle, bajo ningún pretexto. En una palabra, su situación era de las más desdichadas, y la soportaba con tanta mayor impaciencia cuanto que no tenía cosa que reprocharse. Nada más capaz de conducirnos al mal que la torcida opinión que se haya formado de nosotros. Así, pues, aquella mujer, viéndose, sin motivo alguno, mártir de los celos de su marido, creyó que no sería un crimen mayor si estaba celoso con fundamento. Mas ¿cómo obrar para vengarse de la injuria hecha a su discreción? Las ventanas permanecían continuamente cerradas, y el celoso se guardaba de introducir en la casa quienquiera que fuese que hubiese podido enamorarse de su mujer. No teniendo, pues, la libertad de elección, y sabiendo que en la casa contigua a la suya vivía un joven gallardo y bien educado, deseaba que hubiese alguna hendidura en la pared que dividía sus habitaciones, desde la cual pudiese hablarle y entregarle su corazón, si quería aceptarlo, segura de que más tarde le sería fácil encontrar un medio para verse de más cerca y distraerse un tanto de la tiranía de su marido, hasta que este celoso se hubiese curado de su frenética pasión.

(Novela completa: 'El celoso confesor')
PREGUNTAS:

1ª BOCACCIO: VIDA Y CONTEXTO HISTÓRICO-LITERARIO

2ª LA OBRA LITERARIA DE BOCACCIO Y EL 'DECAMERÓN'

3ª TEMA CENTRAL DEL FRAGMENTO. RELACIÓN CON EL RESTO DE LA OBRA. VALORACIÓN, RELACIÓN CON LA ACTUALIDAD

Material de apoyo:



("¿Por qué no fue también a las hembras concedido poder descubrir su congojoso y ardiente amor, como a los varones? Que ni Calisto viviera quejoso ni yo penada.” Melibea, La Celestina)


("Bocaccio conecta con sensibilidad excepcional y modernidad de pensamiento feminista, con la psicología femenina: denuncia la injusta situación de la mujer, le ofrece alternativas como represalia y reivindica con fuerza los derechos de la mujer en materia sexual, familiar y social")


4ª RECURSOS FORMALES Y ESTILÍSTICOS EN EL FRAGMENTO PROPUESTO

5ª INFLUENCIAS DEL DECAMERÓN EN LA POSTERIDAD





'LA EDUCACIÓN PERDIDA', por Luis Enrique Ibáñez

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"Ese ridículo decreto es, simplemente, un paso más en el proceso de deteriorar la enseñanza pública. Crear el caos en todo lo público, para justificar su desprecio. Para poner los recursos públicos en manos de la enseñanza privada. 

Para fragmentar la sociedad, y pretender que sólo los jóvenes de las clases superiores tengan acceso a la información, al conocimiento... tengan acceso al poder... no podemos permitir que les quiten lo que entre todos les hemos dado. Que no les roben lo que es suyo"


LA EDUCACIÓN PERDIDA

Hay quienes piensan que a este gobierno el tema de la Educación le importa un carajo. Están muy equivocados. Les importa, y mucho. Es más, creen firmemente que la Educación es la herramienta perfecta, el arma infalible, para conseguir el objetivo final que les ha sido encomendado: partir la sociedad en dos, y a fe que lo están consiguiendo, querido Sancho.

El último decreto (borrador) que ha salido a la luz, parido en esa caverna de sátiros que habitan el ministerio, habla de las distintas asignaturas que podrán impartir los profesores de Enseñanza Secundaria. Parece un chiste. Lo malo es que no lo es. El caso es que los profesores de Inglés, Alemán y Francés, podrán impartir clases de Lengua y Literatura, los Lengua, Geografía e Historia, los de Educación Física, Artes escénicas... y lo más cojonudo, los de Filosofía, deprimidos ya por el destierro anunciado, impartirán clases de Iniciación a la Actividad Emprendedora y Empresarial, con dos cojones. En esta última ocurrencia (probablemente, los listos que estaban en la mesa, redactando el borrador, llevaban más de dos güiskis), yo creo que se han equivocado, que quizá el tiro les puede salir por la culata. Porque no me da mí que nuestros gobernantes estén buscando que nuestros futuros emprendedores y empresarios financieros conozcan el significado de la palabra "ética". Y los filósofos, si son atrevidos, si se atreven a pensar, podrían enseñárselo. 

De todas formas, se han quedado cortos. Digo yo que los de Lengua, mientras barremos el patio, podríamos dar Educación Física, y estos, mientras retozan por el gimnasio podrían hablar de 'Edipo Rey', hacer estiramientos y, simultáneamente, ponerle música a 'La metamorfosis', de Kafka. Y los de Música, ya se lo imaginan, a explicar Física y Química... Y al final de cada jornada, siguiendo los consejos de algunos expertos en convivencia en los centros educativos, todos, alumnos y profesores, nos fundiremos en un abrazo cósmico, que haga que se expanda por el aire de nuestro instituto todo el conocimiento que hemos asimilado, juntos, viviendo la fusión cognoscitiva, universal.

De todas formas, repito, todas estas delirantes medidas no vienen motivadas, exclusivamente, por la "necesidad" de hacer recortes, de "ahorrar gastos". Aunque es evidente que si ahora estamos "tan cualificados", apenas serán necesarias nuevas contrataciones. 

Ese ridículo decreto es, simplemente, un paso más en el proceso de deteriorar, lo más rápidamente posible, la enseñanza pública. Crear el caos en todo lo público, para justificar su desprecio. Para poner los recursos públicos en manos de la enseñanza privada. 

Para fragmentar la sociedad, y pretender que sólo los jóvenes de las clases superiores tengan acceso a la información, al conocimiento... tengan acceso al poder.

En principio, el proceso al que nos referimos, es largo, sin embargo, esta gente sin escrúpulos lo está llevando a cabo a una velocidad de vértigo. Sobre todo ese recorrido, planea ininterrupidamente el miserable desprecio hacia los profesores, los insultos constantes, las vejaciones. No vamos a repetir todos los ataques a que hemos sido sometidos, recordemos sólo a esa humorística secretaria de Educación que afirmó que "se ha invertido mucho en Educación, pero que sólo se ha hecho para subir el sueldo de los profesores" ('El ataque que no cesa... más leña a los profesores').

Esa simpática mujer es la que ahora está pensando en cómo articular la nueva orden que le han hecho los bancos: cambiar el sistema de becas por un sistema de préstamos.

Cada vez me acuerdo más de aquella niña de Rajoy. Simultáneamente, se aposenta en mi cerebro la imagen de la niña de el exorcista.

No obstante, yo prefiero pensar en los niños de verdad, en los de la gran mayoría, en los que no pertenecen a las élites económicas de este país.

Ese niño normal, si sus padres le pueden dar de comer,  atender sus necesidades más básicas, entrará en un colegio público de Enseñanza Primaria. Al acabar, da igual cómo, irá a un instituto público de Enseñanza Secundaria. Cuando lo haga, esos centros ya se habrán convertido en circos ingobernables, en edificios en los que las actividades serán planificadas por la señora tristeza.

Si con gran esfuerzo, y si todavía le dan de comer (y si tiene casa, y si su padre no se ha suicidado), logra acabar con éxito su paso por el instituto, se encontrará con un obstáculo, ahora ya gigantesco, que ha sido diseñado para él: impagables tasas universitarias, y escasas posibilidades de conseguir una beca. ¿Ahora qué, chaval?

Pongamos, no sabemos muy bien de qué manera, que consigue realizar sus estudios universitarios, terminar un grado, obtener un título que se supone le puede dar acceso a esa cosa que llaman mercado de trabajo.

Es ahí cuando viene lo mejor. Mira chaval, hemos reducido el grado (lo están pensando, de verdad) de cuatro años a tres. Y sí, has conseguido acabarlo. Pero, como comprenderás, un graducho de tres añitos de mierda, no te va a servir para nada. Si quieres seguir, perdona que me dé la risa, tendrás que pagarte tres o cuatro másteres, a 7.000 pavos cada uno. También estamos pensando subir el tiempo de los másteres de uno, a dos años

¿Cómo te quedas, chaval?

No podemos consentirlo.

Es hora de resistir. Tenemos que decir a nuestros alumnos que deben resistir. Que griten a los de arriba que, si les quieren expulsar del sistema, de la vida, tendrán que hacerlo a patadas. Que tienen que seguir luchando, en la calles, y en las aulas.

Que no podemos permitir que les quiten lo que entre todos les hemos dado. Que no les roben lo que es suyo.

Lo estamos tolerando, y nuestros hijos ya son los siguientes.



'THE LAST LIVING ROSE', PJ HARVEY

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Otra sugerencia de nuestro emboscado, de César Figueras. Andaba el hombre algo distraído, pero ha vuelto. Y nos invita a dejarnos llevar...  

"... ver el anochecer caer sobre el río, la luna levantarse y convertirse en plata, el cielo moverse, el océano brillar, el seto agitarse, la última rosa viva temblar"



... Let me walk through the stinking alleys
To the music of drunken beatings...





LETRA:

Goddamn Europeans
Take me back to beautiful England
And the grey damp filthiness of ages
And battered books
And fog rolling down behind the mountains
On the graveyards and dead sea-captains
Let me walk through the stinking alleys
To the music of drunken beatings

Past the Thames river glistening
Like gold hastily sold
For nothing, nothing

Let me watch night fall on the river
The moon rise up and turn to silver
The sky move
The ocean shimmer
The hedge shake
The last living rose quiver

La la la la...


(Fuente letra: letrasindi.com)




'LID', del libro recomendado 'HRISTO BOTEV, POESÍA,'

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... Y es entonces cuando permito, invadido, que esos versos retumben en mi cabeza, tamboreen mi ánimo, me abracen mientras me hablan, me den palmadas, no permitiendo que rehuya la urgente conversación...

"Así legisló la manada de lobos con piel de cordero para colocar la piedra eterna de la santa mentira y la mente humana tener para siempre encadenada... Calla y reza cuando te pegan"

Zhivka Baltadzhieva, poeta, autora de la selección, traducción y prólogo del libro 'HRISTO BOTEV, POESÍA'. editorial Amargord

A veces, uno necesita recargar las pilas de su indignación, alimentar la alerta del pensamiento, pellizcarse la piel para no dormir, para seguir recordando, al menos, dónde estamos, qué nos pasa y qué debemos hacer. En los últimos meses, cada vez que me visita el hambre de recuerdos presentes, de visiones futuras, me pongo a charlar con el amigo Botev. Él se sienta a mi lado y, sin olvidar nunca su fidelidad al lenguaje poético, se dedica a darme, a darnos, collejas para espabilar mi mirada, para recordar que vivo y que, por tanto, tengo, tenemos, una responsabilidad, que, no por ser un deber ético, tendría que dejar de ser un goce estético, un chispazo de la palabra, un descubrir, de nuevo, como si fuera la primera vez, la magia atávica de la poesía.

Y es entonces cuando permito, invadido, que esos versos retumben en mi cabeza, tamboreen mi ánimo, me abracen mientras me hablan, me den palmadas, no permitiendo que rehuya la urgente conversación.

Porque si uno lee ahora, en la España de 2014, versos que te golpean, que te llaman, versos como "A los honrados les tachamos de locos, todo el mundo al necio honra: Potentado es, dicen, y no se preguntan a cuántas almas quemó él vivas, a huérfanos cuántos ha despojado ", y, simultáneamente, se da un paseo por los informativos diarios, esos que confirman nuestra pena tatuada, la cara que se le queda, es la de un ser esclavo, mudo.

Y si pensamos en el imperio de su Ley, la de ellos, la que no llega al pueblo, la invisible para los ciudadanos que pelean, a puñetazos, día tras día, con la vida, y luego nos revolcamos entre las palabras desnudas, por entre los arbustos de los significantes héroes, esos que nos recuerdan que "Así legisló la manada de lobos con piel de cordero para colocar la piedra eterna de la santa mentira y la mente humana tener para siempre encadenada", comprendemos que no podemos dejar de leer, de buscarnos a nosotros mismos, de querer al otro, llamándole.

Ya son demasiados reyes, y sus lacayos, los que, durante un tiempo excesivo, nos han ordenado "temed a Dios, respetad al rey".

Quizá sea hora de levantar la cabeza.

(Luis Enrique Ibáñez)

LID

En desdichas, en penas la juventud pasa

en las venas, colérica, la sangre se turba,

la mirada se nubla y no ve la mente

si bien o mal vienen de frente

Recuerdos crueles oprimen el alma,

en la maligna memoria con rencor los repite,

en el pecho ni amor, ni fe ninguna, ni esperanza

de poder despertar del sueño mortal

ni siquiera tan sólo a un ser honrado.

A los honrados les tachamos de locos,

todo el mundo al necio honra:

Potentado es, dicen, y no se preguntan

a cuántas almas quemó él vivas,

a huérfanos cuántos ha despojado

y ante el altar a Dios estafado

con perjurios, rezos y falsas promesas.

Al público este sagaz verdugo

con fe le sirve la Iglesia misma,

ante él se inclina el maestro primate,

y el columnista con él razona

que temer a Dios es el principio

de toda posible sabiduría... Así legisló

la manada de lobos con piel de cordero

para colocar la piedra eterna

de la santa mentira y la mente humana

tener para siempre encadenada.

Salomón, ese tirano perverso,

al Edén arrojado desde hace ya siglos,

en sus graves parábolas ante los santos

dictó la sandez de las sandeces.

Y aún hoy la repite el mundo:

"¡Teme a Dios, respeta al rey!"


¡Estupidez sacra! siglo tras siglo

luchan con ella la razón, la conciencia, 

los héroes mueren con dolor y con furia,

pero ¡di!: ¿Qué han conseguido?

El mundo, al yugo habituado,

tiranía y mal desde siempre venera;

besa la grave mano de hierro,

con fe escucha la falsa boca:

"Calla y reza cuando te pegan,

y aunque la piel te arranque la bestia

y las serpientes se beban tu sangre,

en Dios, sólo ten confianza:

¡Apiádate, Dios, viví en pedado!"

Reza, ruega y, sin más, cree:

"Él no castiga a quien no ama!

¡Así es el mundo! ¡Mentira y yugo

reinan en esta tierra baldía!

Y como legado, de padre a hijo,

día y noche, eternamente aquí desfilan.

Y en este reino infame, cruento,

reino de lujuria, bajezas y llanto,

reino de tristeza, de mal inabarcable,

bulle la lucha y, con paso pronto,

va hacia su ansiado final.

Gritaremos: ¡Pan o semilla de plomo letal!


ENTRADAS RELACIONADAS:

'ELEGÍA' Y 'EL PATRIOTA', DEL LIBRO RECOMENDADO 'HRISTO BOTEV, POESÍA'

("... es la acción la que emerge espoleada, la que nos llama a través de la palabra poética para sacudirnos la pereza, para abandonar la sumisión, para querer sentirnos vivos, para que podamos creer que sí, que  somos nosotros los únicos protagonistas de nuestro destino..." Dime, oh, dime, pobre pueblo, ¿quién te mece en esta cuna, en la cuna maldita de eterno esclavo?)

´'EL DÍA DE SAN JORGE' / 'MI PLEGARIA', DOS POEMAS DE HRISTO BOTEV

("Así balaba tras el pastor / el rebaño de ovejas dóciles, mansas, mientras su rey, feliz imbécil, / como todos los reyes de este mundo, / con el lindo cayado les conducía... igual que a ti, tributo te cobra el rey, pobre pueblo, / para sus harenes abominables..." "...no tú, quien al esclavo dictas rezar, someterse...")




'EL AUTÉNTICO MURO', por Santi Ortiz

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"Todos los demás “muros” que vinieran después –incluido el de Berlín, de tan jaleada demolición, que hoy se conmemora– no serían sino pírricas anécdotas de una realidad que, ahogada en la tergiversación o el silencio de sus leales y todopoderosos medios de comunicación, acusa con el dedo de la Historia a quienes tratan de desfigurar la libertad y los hechos para que tachemos de virtud lo que sólo fue y es hipócrita codicia"


EL AUTÉNTICO MURO
     La firma de las Actas de Capitulación sin condiciones por el jefe de la Wehrmacht alemana, la noche del 8 al 9 de mayo de 1945 en Berlín, ponía término en Europa a la II Guerra Mundial. Atrás quedaban cincuenta millones de muertos, de los cuales veinte millones –hombres, mujeres y niños- habían sido soviéticos. Era el brutal tributo ofrendado por el pueblo ruso para poner fin al fascismo y la ocupación nazi; el inmenso cimiento de cadáveres sobre el que habría de levantarse la nueva Europa de la paz.
     Acuerdo unánime de los Dos Grandes –URSS y EE.UU.– y el Reino Unido: impedir el resurgimiento de una Alemania nuevamente agresiva. Evitar que una nueva generación se viera obligada a luchar como habían tenido que hacerlo en 1914-18 y 1939-45 las dos anteriores a causa del belicismo imperialista alemán. Para erradicar el nacismo y el militarismo ario, los Tres Grandes acuerdan en Postdam dividirse el país en zonas de ocupación, sin consentir, por el momento, el establecimiento de ningún gobierno central alemán. De este modo Alemania queda dividida en cuatro grandes regiones ocupadas respectivamente por EE.UU., la URSS, Reino Unido y Francia, sustituyéndose las autoridades civiles por una Comisión de Control, al mando de los comandantes militares de las zonas de ocupación, con sede en Berlín, que se encarga de coordinar las políticas llevadas a cabo en cada una de ellas.
     Hasta ahí el aparentemente firme acuerdo de las potencias aliadas. Sin embargo, sus fisuras comienzan a ponerse de manifiesto en cuanto se aborda el problema de cómo llevarlo a cabo. Eliminado el enemigo común, vuelven a tomar carta de naturaleza las antiguas cuestiones que en particular separaban a la URSS del bloque angloamericano. La desconfianza de Moscú sobre Inglaterra se inscribe en un antagonismo que data del siglo XIX, y, aunque las relaciones con EE.UU. son mejores que con los ingleses, los rusos son conscientes de que en el capitalismo imperialista late la semilla de la guerra. Stalin teme que, como ocurrió al término de la I Guerra Europea, ingleses y yanquis se afanen en restaurar rápidamente la potencia económica de Alemania, y para la URSS es prioritario garantizar una reglamentación duradera que excluya la posibilidad de que Alemania y Japón participen de nuevo en el cerco que había padecido desde 1917, o lo que sería peor, que pudiesen reemprender su política agresiva. De ahí que el Kremlin haya visto con buenos ojos incorporar Francia a las potencias ocupantes por considerarla aliada natural contra el posible deseo angloamericano de restaurar lo antes posible la política económica alemana, ya que al País Galo le interesa igualmente asegurar la derrota de una Alemania que ha invadido su suelo patrio dos veces en treinta años.
     Meses antes de finalizar la contienda, aunque con ésta ya resuelta, ha tenido lugar en Yalta la Conferencia en la que Roosevelt, Stalin y Churchill, amén de repartirse el mundo, acuerdan imponer a Alemania las reparaciones por los daños causados en la guerra, concediéndose a la URSS en tal concepto la mitad de los veinte mil millones de dólares en que aquellos se cifran. Stalin espera recibirlos en dos formas de pago: instalaciones industriales y producción corriente.
     Pero entre las Conferencias de Yalta y Postdam –seis meses tan sólo de por medio– la decoración varía de forma notoria. Churchill, al que el pueblo inglés ha vuelto la espalda en las elecciones británicas votando al laborismo, es sustituido en plena Conferencia por el nuevo premier Clement Attlee, bisoño en su conocimiento de política exterior. Y Roosevelt –fallecido antes de acabar la lid– es relevado por Truman, un antiguo camisero de Detroit aupado a los más altos cargos políticos gracias a los manejos del gángster Prendergast. La actitud del nuevo presidente yanqui frente a los soviéticos queda retratada en su comentario de 1941 ilustrativo de su postura ante la contienda: “Si vemos que Alemania está a punto de ganar la guerra, debemos ayudar a la URSS. Pero, si vemos que es la URSS la que está a punto de ganar, debemos ayudar a Alemania. Que uno y otro se destrocen hasta el mayor grado posible.” En Postdam, los EE.UU., fiel a un talante que acompañará su breve historia de principio a fin, incumplen su palabra, y Truman revoca los acuerdos que Roosevelt firmara en Yalta, rebajando al 25% el utillaje industrial de base que los rusos podían retirar de suelo germano; enmienda que se acompaña con la significativa aclaración de que podían hacerlo siempre que dicho material se considerase no necesario para poner en marcha allí una futura economía de paz. La ambigüedad de la fórmula –¿quién decide y cómo la parte “no necesaria” del equipamiento industrial alemán?– la hacía de una casi imposible aplicación, lo que lleva a Stalin –como después hará con los de Postdam– a reclamar una y otra vez el respeto de los acuerdos de Yalta, consciente, además, de que el reparto de Alemania entre las cuatro potencias ha dejado en las regiones occidentales el grueso de una industria de la que está perentoriamente necesitado su país, obligado por la ocupación nazi a practicar una política de “tierra quemada” en su propio suelo.
     Avalada por una hegemonía nuclear que habría de durar hasta 1949, la prepotencia estadounidense va girando la tuerca de las negociaciones a favor de sus intereses, hasta que pronto las discrepancias entre occidentales y soviéticos se hacen notorias. En la primavera de 1946, el general Clay, gobernador de la zona americana, decide unilateralmente suspender en ella las entregas a que tiene derecho la URSS en concepto de reparación. Y al final de ese año la situación ha llegado ya a tal enrarecimiento que la Comisión de Control de los Cuatro sólo es un fósil inoperante incapaz de tomar decisión alguna.
     En enero de 1947, con la cerrada oposición de Francia y la Unión Soviética, británicos y americanos deciden unificar sus zonas en una bizona, dotada de una administración económica central, en manos de alemanes, pero controlada mayoritariamente por los americanos, quienes aprovechándose de que el Reino Unido ha salido financieramente arruinado de la guerra, logran obtener la dirección absoluta de la estratégica cuenca industrial del río Ruhr a cambio de hacerse cargo de todas las obligaciones económicas que impone a Londres la ocupación.
     En marzo de ese año, Truman, al definir los nuevos principios de política exterior, condena abiertamente la dictadura del proletariado –colocándola al mismo nivel que el nacismo alemán o el fascismo italiano–, hace una llamada a la contención del comunismo y el poder soviético y presenta el célebre plan Marshall de ayuda económica a Europa, con el que pretende matar dos pájaros de un tiro: levantar un muro económico ante el comunismo, con una inyección de dólares que mejore la vida de los destrozados europeos, y facilitar las exportaciones que su potente industria necesita.
     Toda Europa acepta entusiasmada el plan; toda... excepto Rusia, que, acertadamente, ve en él una intolerable intervención estadounidense en la vida nacional de los Estados europeos. En este ambiente, el anuncio en julio de 1947 de la integración de la economía alemana en la europea a través del plan Marshall, es la gota que colma la paciencia soviética y la hace reaccionar creando en la zona de su influencia una comisión económica análoga a la occidental.
     La ruptura definitiva entre las dos potencias tiene lugar a finales de ese año al abandonar airadamente los soviéticos la Conferencia de Londres; punto de inflexión donde las veladas estrategias americanas en pro de constituir un Estado Federal Alemán en las zonas occidentales se vuelven ya nítidas y decididas. A fin de imponer sus puntos de vista, EE.UU. convoca de febrero a junio de 1948 otra Conferencia en Londres a la que invita, además de a Inglaterra y Francia, a los países del Benelux. En ella se decide fusionar las zonas occidentales, convocar elecciones y conferir al Ruhr –que ellos ya controlan totalmente–, una autoridad internacional. Días después, en su escalada de distanciamiento del Este, se aplica la proyectada reforma monetaria que hace aparecer al Deutsche Mark–el Marco alemán–, rompiendo la unidad monetaria alemana lograda hacía más de un siglo y perjudicando muy seriamente la situación económica de la zona oriental. Es un potente directo a la mandíbula soviética, una agresión que los rusos encajan mal que bien replicando, en una acción relámpago, con el bloqueo de Berlín, punto álgido de la denominada guerra fría, que deja al mundo en suspenso mientras en las cancillerías y embajadas se sopesa si la capital alemana vale lo suficiente para embarcarse en otra guerra mundial. No obstante, ingleses y yanquis responden al reto creando dos puentes aéreos que burlan el cerco berlinés y las pretensiones soviéticas. La crisis de Berlín es un punto sin retorno que separa definitivamente no sólo a la ciudad, sino a las que pronto serían dos Alemanias, dos Europas, dos Bloques antagónicos.
     Como una imposición aliada a los propios alemanes occidentales, en mayo de 1949 nace la República Federal de Alemania (RFA), un estado que, desde su nacimiento, viene a desempeñar una función en la estrategia mundial de EE.UU. frente a la URSS como centro neurálgico de la “guerra fría”, y una punta de lanza contra la antigua cuarta potencia ocupante desde el mismo momento en que en América y Occidente se le declara único estado legítimo destinado a incorporar el resto de Alemania.
     En su política de respuestas, los soviéticos constituyen en breve la República Democrática Alemana (RDA), que, naturalmente, se define también como núcleo de una futura Alemania unida y antifascista. Pero las dos naciones correrán suertes divergentes. No hay que olvidar que, mientras EE.UU. –maestro en jugar las batallas en campo ajeno– ha salido de la II Guerra Mundial convertido en la primera potencia económica del mundo a cambio de la vida de 405.000 americanos, la URSS ha sufrido las mayores destrucciones humanas y económicas, que le exige, una vez acabada la contienda, continuar haciendo sacrificios heroicos para salir a flote. El estallido de la guerra de Corea –único país junto a Alemania dividido en dos entre americanos y soviéticos tras la conflagración mundial– casualmente sobreviene en circunstancias óptimas para la industria de la República Federal que en un año le permiten equilibrar su balanza de pagos y prescindir de una ayuda exterior que en otro “momento justo” había aportado 4.500 millones de dólares para la consecución del llamado milagro económico. Una situación semejante no podía existir en la Alemania del Este, donde no sólo no era viable ningún plan Marshall, sino que hasta 1954 siguió pagando las reparaciones de la guerra a una Rusia enfrascada en su recuperación. Era el año que en EE.UU. decaía la estrella del inquisidor McCarthy, después de haber peinado hasta el último accidente de la superficie americana en una caza de brujas comunistas que no dejó títere con cabeza. En ella se vieron implicados desde  los miembros del inofensivo Centro Cultural Chopin hasta la asociación de Libreros de Washington, y por ella fueron al exilio celebridades de la talla de Bertolt Brecht, Orson Welles o Charles Chaplin. Estos hechos, claro está, no figuraron nunca en los anuncios de Coca-Cola ni ilustraron los eslogans propagandísticos-consumistas del American Way of Life.

     Intención final: Debe quedar claro que la política imperialista de los EE.UU. en Europa fue la causa principal de la radical escisión primero de Alemania y luego del mundo. Al imponer en beneficio propio la creación de la República Federal, el auténtico “muro” alemán quedaba sólidamente establecido. Todos los demás “muros” que vinieran después –incluido el de Berlín, de tan jaleada demolición, que hoy se conmemora– no serían sino pírricas anécdotas de una realidad que, ahogada en la tergiversación o el silencio de sus leales y todopoderosos medios de comunicación, acusa con el dedo de la Historia a quienes tratan de desfigurar la libertad y los hechos para que tachemos de virtud lo que sólo fue y es hipócrita codicia.





Columna periodística: 'GRAVEDAD', por Almudena Grandes. PROPUESTA DE EXAMEN (según PAU)

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"... da igual que los especialistas adviertan que su contagio es difícil, que la gripe común matará a muchos más españoles este año, que donde hacen falta recursos es en África...esa mitad del mundo a la que hemos condenado alegremente a la miseria, al hambre y a la muerte... Muchas de las cosas que están pasando en España dan vergüenza. A mí, ninguna me había dado tanta como ésta"


GRAVEDAD

Muchas de las cosas que están pasando en España son extremadamente graves, pero no irresolubles. La corrupción, la fragilidad del Estado, el desmantelamiento del estado del bienestar, la desconfianza que la Justicia inspira en la ciudadanía, los vicios del sistema que están a punto de deshauciarnos como país, durarán lo que duren en el poder sus responsables. No existen fórmulas mágicas, pero la introducción de medidas correctoras o, con suerte, la reformulación de nuestra democracia, podrá regenerar poco a poco el aire que respiramos. La semana pasada asistimos, sin embargo, a un hecho de gravedad superior y distinta, un problema que no tiene solución. Los 23 inmigrantes que estuvieron cinco horas abandonados en una playa canaria como una atracción de feria para bañistas curiosos, sin que nadie se atreviera a atenderlos por miedo a contagiarse de Ébola, ha sacado a la luz lo peor que llevamos dentro. Cataluña se independizará o no, la Infanta se sentará o no en el banquillo, Podemos ganará o no las elecciones, y todos seguiremos siendo blancos, occidentales, europeos, ricos incluso en nuestra pobreza. La imagen de 23 pantalones secándose al sol, 23 seres humanos en un camión de la basura, confirma la más repugnante de las sospechas. El Ébola es una enfermedad de negros, una lacra africana, una amenaza viva de esa mitad del mundo a la que hemos condenado alegremente a la miseria, al hambre y a la muerte. Por eso da igual que los especialistas adviertan que su contagio es difícil, que la gripe común matará a muchos más españoles este año, que donde hacen falta recursos es en África y no aquí. Se diría que las enfermedades de blancos hacen menos daño, que provocan muertes más limpias. Muchas de las cosas que están pasando en España dan vergüenza. A mí, ninguna me había dado tanta como ésta.

(Fuente: El País, 10-11-2014)


PREGUNTAS:
1ª ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS
2ª TEMA. RESUMEN

3ª COMENTARIO CRÍTICO
Preguntas guía para el comentario crítico

1ª ¿Cómo está organizado el texto? (Estructura)
2ª ¿Qué tesis defiende el autor? (Ver Orientaciones para determinar el tema...)
3ª ¿Podrías resumir brevemente el texto con tus propias palabras?
(Las tres primeras preguntas corresponden, evidentemente, a las preguntas de Selectividad, ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS, TEMA Y RESUMEN. A partir de la cuarta pregunta comenzaría -es sólo una propuesta- el COMENTARIO CRÍTICO)
4ª ¿Qué tipo de texto es? Si es un texto literario, ¿a qué momento histórico pertenece, está "encuadrado" en algún movimiento literario?
5ª ¿Es un tema actual? ¿Crees que hay alguna idea "secundaria" importante?
6ª ¿Es un tema polémico?
7ª ¿Es un tema local/universal
8ª ¿Qé argumentos utiliza el autor para defender su tesis?
9ª ¿Es objetivo en sus planteamientos, o es subjetivo?
10ª ¿Cuáles son las “marcas lingüísticas” de su supuesta subjetividad? ¿Cuáles son las expresiones más impactantes, más significativas? Coméntalas.
11ª ¿Es un tema original?
12ª Si no lo es, ¿lo es, al menos su tratamiento, su enfoque?
13ª ¿Cuál es tu opinión?
14ª ¿Qué argumentos añadirías?
15ª ¿Qué argumentos opondrías a los del autor?
16ª ¿Puedes relacionar el texto, su tema principal, con otros textos, noticias… que conozcas?
("Los ciudadanos españoles que no consideran tan graves estos hechos no se dan cuenta de algún día, esos mismos actos serán cometido con ellos. Y cuando ellos sean los vejados, ya no tendrán nada que decir... La peor valla es la que se ha instalado en nuestro interior")
("Anoche vino a verme el fantasma de aquel inmigrante sin papeles que murió a las puertas de un hospital de Mallorca después de que se le hubiera negado la atención sanitaria... Alguien, desde el otro lado, le había relatado la historia de las espurias relaciones del Primer Mundo con África... El fantasma me dijo que justo en el momento en que exhalaba sin fuerza su último suspiro, nos maldijo a todos, y se fue en paz")
("Están intentando engañarnos, estafarnos, como lo hicieron con la gripe A... El miedo es el peor virus de todos... El que quiera escuchar que escuche...")
("... el riesgo de una posible expansión del virus no comienza con la forma chapucera de acometer las autoridades sanitarias los severos protocolos que exige el tratamiento de la enfermedad. Todo empieza con la traída a casa, importado de África del virus incubado en el cuerpo de dos enfermos... lo pertinente hubiese sido el envío a su lugar de residencia de personal especializado... Así lo han hecho otros países y, particularmente Cuba, que envió a Sierra Leona nada menos que 62 médicos y 103 enfermeros especializados")
("Una legión de descerebrados, proclives a ser abducidos por esta mugre política y mediática, se permiten opinar y condenar lo que Teresa hizo, según ellos, mal... el problema es en dónde caen esas semillas de inmundicia, en qué suelo, en qué sustrato. Quién se las traga sin rechistar para luego crecer y multiplicarse. Y aquí nos encontramos con una sociedad, la española, aleccionada en no pensar y eludir cualquier atisbo de pensamiento crítico para ser más manipulable")
17ª Teniendo en cuenta la intención del autor, ¿crees que ha sido eficaz? ¿Qué funciones del lenguaje predominan?
18ª ¿Cómo concluyes tu análisis, tu comentario?

4ª EXPLICAR LAS RELACIONES SINTÁCTICAS QUE SE DAN EN LAS SIGUIENTES PROPOSICIONES:
Los 23 inmigrantes que estuvieron cinco horas abandonados en una playa canaria como una atracción de feria para bañistas curiosos, sin que nadie se atreviera a atenderlos por miedo a contagiarse de Ébola, ha sacado a la luz lo peor que llevamos dentro
5ª EL LENGUAJE PERIODÍSTICO / LOS GÉNEROS DE OPINIÓN / LOS GÉNEROS INFORMATIVOS / CLASIFICACIÓN DE LOS GÉNEROS PERIODÍSTICOS


PELÍCULA RECOMENDADA. PARA HOY: 'EL INDOMABLE WILL HUNTING' (en Cosmopolitan, a las 22:05)

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Hoy, a las 22:05, en canal Cosmopolitan. Si no la habéis visto, chicos, podéis aprovechar esta oportunidad. 

"Porque los libros son imprescindibles, sí, pero la gran maestra sigue siendo la vida, la vida nueva y cambiante que nos pide siempre que hagamos un guión diferente, que la sorprendamos... Que somos nosotros los que tenemos que escribir nuestra propia historia para poder saber quiénes somos... Chavales, os toca mover ficha a vosotrosMoved el culo, salid ahí fuera, y pelead"


Y si alguien ya la ha visto, esta película sí es de las que se pueden revisar, saborear de nuevo algún diálogo, alguna mirada... alguna advertencia.



"El joven pone en su sitio a los poderosos, esos que sin ser vistos mueven sin sentimiento los hilos invisibles de este mundo. Todas las crueldades y las injusticias son diseñadas fríamente en los despachos más lujosos e inalcanzables del mundo. Es uno de los grandes monólogos que conozco. Su desbordante vértigo va unido a la directez desnuda de su mensaje desenmascarador"



"¿Qué es saber? ¿Recortar y pegar? Volvemos otra vez, ¿para qué sirven los datos, internet, el amontonamiento de información, si perdemos nuestra capacidad para interpretar, para pensar...? Como dijo el filósofo José Antonio Marina, "...un burro conectado a Internet, no deja de ser un burro".
Y sobre todo, ¿para qué sirven los pedantes?"




ACERCA DE LAS MUJERES: 'CORBACHO', de Giovanni Bocaccio (fragmento) ACTIVIDAD

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"Volubles todas y sin estabilidad alguna son; en un momento quieren y no quieren una misma cosa mil veces, salvo si fuese de aquellas que pertenecen a la lujuria, porque esas siempre las quieren. Son generalmente todas presuntuosas..."


Demoledor exponente de la ambivalencia de Bocaccio en cuanto a su postura sobre las mujeres. Compárese lo que aquí dice el escritor con la filosofía que planea a lo largo de 'El Decamerón': el pensamiento emancipador en lo que se refiere a la mujer, recuerden la dedicatoria a las mujeres (abajo, los enlaces de apoyo).

ACTIVIDAD: Redactar un texto en el que se exprese la opinión personal, la valoración, acerca de estas contradicciones del escritor y de las posibles relaciones con la actualidad, con la forma de pensar de muchas personas, ahora.

FRAGMENTO:

Volubles todas y sin estabilidad alguna son; en un momento quieren y no quieren una misma cosa mil veces, salvo si fuese de aquellas que pertenecen a la lujuria, porque esas siempre las quieren. Son generalmente todas presuntuosas; y a sí mismas hacen creer que todas las cosas merecen, que todas las cosas son propiedad suya, quede todo honor, toda grandeza son dignas; y de que , sin ellas, lo hombres nada valen, ni vivir pueden; y son testarudas y desobedientes. Nada es más duro de soportar que una mujer rica; nada más desagradable que ver terquear a una pobre (...). Los míseros estudiantes padecen frío, ayunos y vigilias; y después de muchos años se encuentran con que han aprendido pocas cosas; estas, con que una mañana en lo que dura una misa estén en la iglesia saben cómo da vueltas el firmamento, cuántas estrellas hay en el cielo y cómo de grandes, cuál sea el curso del sol y de los planetas, cómo el trueno, el relámpago, el arco iris, el granizo y las demás cosas en el aire se crean, como el mar va y viene, y cómo la tierra produce frutos.

Es verdad que de esta su sabiduría tan súbita y divinamente inspirada nace en ellas una óptima enseñanza para sus hijas: a todas enseñan a robar a sus maridos; cómo se deben recibir las cartas de los amantes; cómo responderlas; y de qué guisa metérselos en casa; qué manera deben seguir para fingir que están malas, para que libre de su marido les quede la cama; y muchos otros males. Loco está quien piense que una madre se deleita con tener una hija mejor que ella o más púdica...

MATERIALES DE APOYO:

LA MUJER: BOCACCIO Y 'EL DECAMERÓN'... MORATÍN Y 'EL SÍ DE LAS NIÑAS'... 'MÚSCULOS' Y 'CUERPOS', DE MANUEL VICENT

(Ellas, en sus delicados pechos, por
temor o por vergüenza tienen las amorosas llamas ocultas, que quienes las
han probado saben cuan mayor fuerza poseen que las visibles; y además,
obligadas por los deseos, los gustos, los mandatos de sus padres, de sus
madres, de sus hermanos y de sus maridos, pasan la mayor parte del tiempo
encerradas en el pequeño recinto de sus alcobas)


( "¿Por qué no fue también a las hembras concedido poder descubrir su congojoso y ardiente amor, como a los varones? Que ni Calisto viviera quejoso ni yo penada.” Melibea, La Celestina)




'CLASE', de Charles Bukowski

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Subvertir en concepto de la literatura, transgredir el lenguaje oficial, poner en duda, o, simplemente, echar al contenedor a los iconos oficiales de la cultura, llevar a cabo, mediante el relato, la realización de los deseos insatisfechos... ¿literatura incendiaria, vulgar, soez? Que cada uno juzgue... Son 'Otras Literaturas', la nueva sección de esta casa.

"Cuando sonó la campana salí al centro del ring con el puro todavía en la boca. Me chupé toda una bocanada de humo y se la eché en la cara a Hemingway. La gente rió...
Leí sus historias. Estaba tan excitado que no he podido dormir en toda la noche. ¡Es usted seguramente el mayor genio de la década!"



CLASE

No estoy muy seguro del lugar. Algún sitio al Noroeste de California. Hemingway acababa de terminar una novela, había llegado de Europa o de no sé dónde, y ahora estaba en el ring pegándose con un tipo. Había periodistas, críticos, escritores -bueno, toda esa tribu- y también algunas jóvenes damas sentadas entre las filas de butacas. Me senté en la última fila. La mayor parte de la gente no estaba mirando a Hem. Sólo hablaban entre sí y se reían.

El sol estaba alto. Era a primera hora de la tarde. Yo observaba a Ernie. Tenía atrapado a su hombre, y estaba jugando con él. Se le cruzaba, bailaba, le daba vueltas, lo mareaba. Entonces lo tumbó. La gente miró. Su oponente logró levantarse al contar ocho. Hem se le acercó, se paró delante de él, escupió su protector bucal, soltó una carcajada, y volteó a su oponente de un puñetazo. Era como un asesinato. Ernie se fue hacia su rincón, se sentó. Inclinó la cabeza hacia atrás y alguien vertió agua sobre su boca.

Yo me levanté de mi asiento y bajé caminando despacio por el pasillo central. Llegué al ring, extendí la mano y le di unos golpecitos a Hemingway en el hombro.

-¿Señor Hemingway?

-¿Sí, qué pasa?

-Me gustaría cruzar los guantes con usted.

-¿Tienes alguna experiencia en boxeo?

-No.

-Vete y vuelve cuando hayas aprendido algo.

-Mire, estoy aquí para romperle el culo.

Ernie se rió estrepitosamente. Le dijo al tipo que estaba en el rincón:

-Ponle al chico unos calzones y unos guantes.

El tipo saltó fuera del ring y yo lo seguí hasta los vestuarios.

-¿Estás loco, chico? -me preguntó.

-No sé. Creo que no.

-Toma. Pruébate estos calzones.

-Bueno.

-Oh, oh... Son demasiado grandes.

-A la mierda. Están bien.

-Bueno, deja que te vende las manos.

-Nada de vendas.

-¿Nada de vendas?

-Nada de vendas.

-¿Y qué tal un protector para la boca?

-Nada de protectores.

-¿Y vas a pelear en zapatos?

-Voy a pelear en zapatos.

Encendí un puro y salimos afuera. Bajé tranquilamente hacia el ring fumando mi puro. Hemingway volvió a subir al ring y ellos le colocaron los guantes.

No había nadie en mi rincón. Finalmente alguien vino y me puso unos guantes. Nos llamaron al centro del ring para darnos las instrucciones.

-Ahora, cuando caigas a la lona -me dijo el árbitro- yo...

-No me voy a caer -le dije al árbitro.

Siguieron otras instrucciones.

-Muy bien, vuelvan a sus rincones; y cuando suene la campana, salgan a pelear. Que gane el mejor. Y -se dirigió hacia mí- será mejor que te quites ese puro de la boca.

Cuando sonó la campana salí al centro del ring con el puro todavía en la boca. Me chupé toda una bocanada de humo y se la eché en la cara a Hemingway. La gente rió.

Hem se vino hacia mí, me lanzó dos ganchos cortos, y falló ambos golpes. Mis pies eran rápidos. Bailaba en un continuo vaivén, me movía, entraba, salía, a pequeños saltos, tap tap tap tap tap, cinco veloces golpes de izquierda en la nariz de Papá. Divisé a una chica en la fila frontal de butacas, una cosa muy bonita, me quedé mirándola y entonces Hem me lanzó un directo de derecha que me aplastó el cigarro en la boca. Sentí cómo me quemaba los labios y la mejilla; me sacudí la ceniza, escupí los restos del puro y le pegué un gancho en el estómago a Ernie. Él respondió con un derechazo corto, y me pegó con la izquierda en la oreja. Esquivó mi derecha y con una fuerte volea me lanzó contra las cuerdas. Justo al tiempo de sonar la campana me tumbó con un sólido derechazo a la barbilla. 

Me levanté y me fui hasta mi rincón.

Un tipo vino con una toalla.

-El señor Hemingway quiere saber si todavía deseas seguir otro asalto.

-Dile al señor Hemingway que tuvo suerte. El humo se me metió en los ojos. Un asalto más es todo lo que necesito para finalizar el asunto.

El tipo con la toalla volvió al otro extremo y pude ver a Hemingway riéndose.

Sonó la campana y salí derecho. Empecé a atacar, no muy fuerte, pero con buenas combinaciones. Ernie retrocedía, fallando sus golpes. Por primera vez pude ver la duda en sus ojos.

¿Quién es este chico?, estaría pensando. Mis golpes eran más rápidos, le pegué más duro. Atacaba con todo mi aliento. Cabeza y cuerpo. Una variedad mixta. Boxeaba como Sugar Ray y pegaba como Dempsey.

Llevé a Hemingway contra las cuerdas. No podía caerse. Cada vez que empezaba a caerse, yo lo enderezaba con un nuevo golpe. Era un asesinato. Muerte en la tarde.

Me eché hacia atrás y el señor Hemingway cayó hacia adelante, sin sentido y ya frío.

Desaté mis guantes con los dientes, me los saqué, y salté fuera del ring. Caminé hacia mi vestuario; es decir, el vestuario del señor Hemingway, y me di una ducha. Bebí una botella de cerveza, encendí un puro y me senté en el borde de la mesa de masajes. Entraron a Ernie y lo tendieron en otra mesa. Seguía sin sentido. Yo estaba allí, sentado, desnudo, observando cómo se preocupaban por Ernie. Había algunas mujeres en la habitación, pero no les presté la menor atención. Entonces se me acercó un tipo.

-¿Quién eres? -me preguntó-. ¿Cómo te llamas?

-Henry Chinaski.

-Nunca he oído hablar de ti -dijo.

-Ya oirás.

Toda la gente se acercó. A Ernie lo abandonaron. Pobre Ernie. Todo el mundo se puso a mi alrededor. También las mujeres. Estaba rodeado de ladrillos por todas partes menos por una. Sí, una verdadera hoguera de clase me estaba mirando de arriba a abajo. Parecía una dama de la alta sociedad, rica, educada, de todo -bonito cuerpo, bonita cara, bonitas ropas, todas esas cosas-. Y clase, verdaderos rayos de clase.

-¿Qué sueles hacer? -preguntó alguien.

-Follar y beber.

-No, no -quiero decir en qué trabajas.

-Soy friegaplatos.

-¿Friegaplatos?

-Sí.
-¿Tienes alguna afición?

-Bueno, no sé si puede llamarse una afición. Escribo.

-¿Escribes?

-Sí.

-¿El qué?

-Relatos cortos. Son bastante buenos.

-¿Has publicado algo?

-No.

-¿Por qué?

-No lo he intentado.

-¿Dónde están tus historias?

-Allá arriba -señalé una vieja maleta de cartón.

-Escucha, soy un crítico del New York Times. ¿Te importa si me llevo tus relatos a casa y los leo? Te los devolveré.

-Por mí de acuerdo, culo sucio, sólo que no sé dónde voy a estar.

La estrella de clase y alta sociedad se acercó:

-Él estará conmigo.

Luego me dijo:

-Vamos, Henry, vístete. Es un viaje largo y tenemos cosas que... hablar.

Empecé a vestirme y entonces Ernie recobró el sentido.

-¿Qué coño pasó?

-Se encontró con un buen tipo, señor Hemingway -le dijo alguien.

Acabé de vestirme y me acerqué a su mesa.

-Eres un buen tipo, Papá. Pero nadie puede vencer a todo el mundo.

-Estreché su mano -no te vueles los sesos.

Me fui con mi estrella de alta sociedad y subimos a un coche amarillo descapotado, de media manzana de largo. Condujo con el acelerador pisado a fondo, tomando las curvas derrapando y chirriando, con el rostro bello e impasible. Eso era clase. Si amaba de igual modo que conducía, iba a ser un infierno de noche.

El sitio estaba en lo alto de las colinas, apartado. Un mayordomo abrió la puerta.

-George -le dijo-. Tómate la noche libre. O, mejor pensado, tómate la semana libre.

Entramos y había un tipo enorme sentado en una silla, con un vaso de alcohol en la mano.

-Tommy -dijo ella- desaparece.

Fuimos introduciéndonos por los distintos sectores de la casa.

-¿Quién era ese grandulón?

-Thomas Wolfe -dijo ella-. Un coñazo.

Hizo una parada en la cocina para coger una botella de bourbon y dos vasos.

Entonces dijo:

-Vamos.

La seguí hasta el dormitorio.

A la mañana siguiente nos despertó el teléfono. Era para mí. Ella me alcanzó el auricular y yo me incorporé en la cama.

-¿Señor Chinaski?

-¿Sí?

-Leí sus historias. Estaba tan excitado que no he podido dormir en toda la noche. ¡Es usted seguramente el mayor genio de la década!

-¿Sólo de la década?

-Bueno, tal vez del siglo.

-Eso está mejor.

-Los editores de Harperis y Atlantic están ahora aquí conmigo. Puede que no se lo crea, pero cada uno ha aceptado cinco historias para su futura publicación.

-Me lo creo -dije.

El crítico colgó. Me tumbé. La estrella y yo hicimos otra vez el amor.

(Fuente texto: Biblioteca Ciudad Seva)


ACERCA DE CHARLES BUKOWSKI:

 Poeta y narrador estadounidense, creador de una literatura provocadora y sórdida, cargada de gran emoción y sentimientos. Nació en la ciudad alemana de Aldernach, pero a los dos años se trasladó con su familia a Los Ángeles, donde vivió toda su vida. Durante muchos años, y tras un breve paso por la universidad, se ganó la vida con trabajos manuales temporales, espaciados por los periodos de vacaciones que se tomaba cuando tenía suerte en las apuestas del hipódromo, afición que reflejó continuamente en su obra. Empezó a escribir cuentos muy joven pero, tras un primer relato publicado por una revista en 1944, abandonó la literatura por un espacio de diez años, en los que sentó los cimientos de su leyenda alcohólica. Sus primeras obras se publicaron en la década de 1960 en editoriales y revistas underground; a esta época pertenecen colecciones de poemas como Crucifijo en una mano muerta (1965) o la que para muchos es su mejor obra en verso, Los días pasan como caballos salvajes sobre las colinas (1969). La poesía de Bukowski, al que le gustaba vanagloriarse de haber escrito su primer poema con 35 años, está marcada por un realismo descarnado y lírico a un tiempo, explícito, tierno en ocasiones y brutal en otras, abundante en datos autobiográficos, personalísimo y pleno de humor ácido y desencantado. Nunca abandonó su producción en verso que, con los años, se fue haciendo más directa, más sobria, como en El amor es un perro del infierno (1974) o La última noche de la tierra (1992). Bukowski escribió más de treinta poemarios, que le han acreditado como gran poeta; sin embargo, pocos de sus poemas se han traducido al español. Su primera novela, Cartero (1970), le permitió abandonar la oficina de correos en la que trabajaba. A ésta seguirían otras cinco, todas protagonizadas por Henry Hank Chinaski, alter ego del propio Bukowski, entre las que cabe destacar La senda del perdedor (1982). Los cuentos de Bukowski están reunidos en varios volúmenes. El más conocido, Erecciones, eyaculaciones, exhibiciones (1972), recoge relatos aparecidos en varias revistas underground. Su obra inspiró una película, Ordinaria locura, a Marco Ferreri, a la que seguría Barfly (1989), de Barbet Schroeder y con guión del propio Bukowski. La prosa de Bukowski es, si cabe, más autobiográfica, en un 90% según el propio autor, que su poesía, y es la que le ha dado fama entre los lectores de habla hispana; todas sus obras en prosa están publicadas en español. El alcohol, el sexo, la soledad y los aspectos más absurdos y sórdidos de nuestra civilización ocupan un lugar de honor en la obra de Bukowski, que siempre evitó los ambientes literarios; prefería los bares y las habitaciones lúgubres

(Fuente reseña: epdlp.com)




'EL TORO DE LIDIA, FRUTO DE LA SELECCIÓN CULTURAL', por Santi Ortiz

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"... mientras que la agresividad del toro es un concepto biológico regido por la selección natural, la bravura es un concepto taurómaco determinado por la selección cultural aplicada por los ganaderos...

es la bravura el rasgo diferenciador –transmitido genéticamente– cuya funcionalidad permite calificar al bovino de lidia como raza"

Pintura de Walter Zuluaga, Colombia (imagen tomada de elclubdelartelatino.blogspot.com)


EL TORO DE LIDIA, FRUTO DE LA SELECCIÓN CULTURAL

     En su labor científica divulgativa, sostiene Jorge Wagensberg –doctor en Ciencias Físicas, profesor universitario y militante antitaurino– que todo lo que existe ha debido superar antes algún tipo de selección. ¿Por qué?... Pues porque todo lo que puebla el universo real necesita superar la confrontación que mantiene con su entorno. De que lo consigan o no, depende que los seres sean capaces o no de permanecer en el mundo real.

     Esta permanencia adquiere distintos significados en función de la clase de objetos a los que se aplique. Siguiendo la clasificación establecida por el profesor Wagensberg, los objetos reales pueden dividirse en inanimados (inertes) y animados (vivos), y dentro de estos últimos, trazando una raya rotunda, nítida, que distinga del resto de seres vivos a la única especie dotada de inteligencia abstracta: la humana –aquí el profesor Wagensberg se distancia cuerdamente de los animalistas–, distinguiremos finalmente tres tipos de objetos que podemos denominar: materia inerte, materia viva y materia culta. Cada uno de ellos se rebela contra el entorno de un modo específico a fin de lograr la deseada permanencia, en función del sentido que el concepto “permanencia” tenga para cada cual. Así, para la materia inerte, permanecersignifica encontrar la necesaria estabilidad para seguir estando; para la materia viva, permanecer significaría a su vez ser capaz de adaptarse para seguir existiendo, y, para la materia culta, permanecer no sería otra cosa que tener capacidad de conocer, de crear, para seguir conociendo.

     Como la inteligencia no ha podido surgir antes que la vida, ni ésta antes que la materia inerte, y como, al parecer, el paso del tiempo no ha hecho sino desarrollar la complejidad de la realidad, hemos de concluir que la materia culta encierra un mayor grado de complejidad que la viva, siendo ésta, a su vez, más compleja que la inerte. Como además, para alcanzar este mayor nivel de complejidad es preciso superar un grado más elevado de selección, la estrategia que cada una de estas clases de objetos desarrolla para lograr su permanencia es propia y distinta.

     A fin de vencer los rigores de su entorno, para superar la incertidumbre con que éste la amenaza, la materia inerte se limitará pura y simplemente a resistirla. La materia viva, en cambio, no sólo resistirá tales condiciones, sino que desarrollará una capacidad para modificar su incidencia, adaptándose a ellas o evolucionando en consecuencia. Por último, la materia culta, a esta capacidad de modificar la incertidumbre del entorno, unirá la de preverla y adelantarse a ella.

     Tendríamos así tres grados selectivos superados por cada uno de los estadios de la materia, que el señor Wagensberg bautiza como selección fundamental, que supera la materia inerte; selección natural, que regula la materia viva, y selección cultural, cuya superación hace preciso el concurso de la inteligencia.

     Concluido este paseo introductorio, tratemos de aplicarlo al toro de lidia –al que, en adelante, me referiré simplemente como “el toro”–, quien, como ser vivo, en una época anterior al advenimiento del toreo, estaba moldeado exclusivamente por la selección natural.

     En ese estadio de su existencia, el toro, como herbívoro que ha de cuidarse de los depredadores, ha desarrollado un sistema visual que le permite un mayor campo de visión lateral y hacia abajo, un finísimo oído, un buen olfato, cuatro poderosas extremidades que le permiten una veloz –aunque no larga– carrera y una testa coronada por dos astifinas defensas que le hacen temible en un encuentro frontal.

     Hasta aquí, el toro moldeado por la selección natural, cuya agresividad responde al primitivo y salvaje instinto defensivo que caracteriza a este tipo de reses; esto es: al misterio hormonal que le lleva a atacar para defenderse; a la agresividad que el toro lleva grabada en su genoma y que puede aparecer en cuanto se sienta molestado, sin necesidad de recurrir a prácticas alevosas para hacerlo embestir, como capciosa y ridículamente sostiene la ignorancia antitaurina.

     En la época en que se inicia el toreo a pie, la selección cultural prácticamente no ha tomado cartas en el asunto. A lo sumo, se eligen para correrlas reses de aquellos ganaderos que han dejado mejor recuerdo en festejos anteriores o que han acuñado fama por las localidades vecinas; es decir: se prefieren aquellas que suelen mostrar mayor nivel de agresividad por propiciar con tal cualidad mejor divertimento, como ocurría con ciertas vacas y novillos de la cántabra raza monchina o la vasconavarra betizu.

     Sin embargo, con el paso de los años, el toreo se profesionaliza, convirtiéndose en el espectáculo más popular. La cotización del toro como animal de lidia experimenta un alza que sobrepuja su valor cárnico –siempre de moderado rendimiento– o el que lo convertiría en castrado animal de labor; además, si su casta da lustre a los festejos, otorga al ganadero un prestigio imposible de conseguir a través del ganado mansueto. Tales circunstancias dan origen, en el último cuarto del siglo XVIII –cuando pisan la arena Costillares, Pedro Romero y Pepe-Illo, primera terna señera del toreo– a una especialización en la crianza del toro de lidia sin parangón en el pasado, pese a que haya constancia de la existencia de ganaderías bravas consolidadas a partir del siglo XVI e incluso antes.

     Es, no obstante, a finales de la centuria dieciochesca o a principios de la decimonónica cuando la mente del hombre comienza a romper la isotropía de la selección natural introduciendo en la existencia del toro una dirección privilegiada: la que discrimina a las reses en función de su idoneidad para la lidia. Desde el mismo momento en que el primer ganadero comienza a practicar con sus reses la elemental y primitiva prueba del cesto –un cesto de mimbre que se colocaba en medio del corral en el que se soltaban las reses, una a una, para ver si lo embestían o no–, la selección cultural hace acto de presencia en la ganadería brava para no separarse de ella nunca más; es decir: de ahí en adelante, el toro pasa a ser seleccionado por la inteligencia del hombre, debiendo satisfacer los criterios selectivos que imponga el ganadero. Para permanecer, el toro –o la vaca– ha de superar su confrontación con el entorno, que en este caso componen el ganadero y el toreo.

     Una característica de este tipo de selección, que la distingue de las dos anteriores –la fundamental y la natural–, es que en ella los problemas anteceden a las soluciones. El hombre se anticipa a la incertidumbre del entorno, a las distintas formas en que la hostilidad del medio puede manifestarse, y busca la manera de imponerse a ellas. El ganadero, en este caso, se anticipa a dicha incertidumbre, a las distintas formas en que la hostilidad de la lidia puede manifestarse en el toro –mansedumbre, debilidad, bronquedad, sentido, etc–, y busca la manera de imponerse a ellas seleccionando en consecuencia con métodos más complejos y pormenorizados. Dicho de otra forma: el ganadero comienza a seleccionar en busca del toro idóneo para el toreo de la época; un toro que se aparta de la naturaleza para emprender un viaje sin retorno que lo adentra en la senda cultural de la lidia.

     Dicho viaje nos lleva ineludiblemente a un concepto fundamental: la bravura.

     Hay una creencia muy arraigada incluso en muchos aficionados taurinos que confunde la agresividad del toro con su bravura. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Que la agresividad que el toro lleva grabado en sus genes sea el soporte biológico de la bravura, no nos faculta para confundir ambos conceptos. De hecho, mientras que la agresividad natural del toro, como cualidad esencial del mismo, es inmutable, o, al menos, tan estable como las características específicas de la raza de lidia, la bravura ha venido experimentando una continua evolución a lo largo del tiempo en función de cómo ha ido evolucionando la lidia. Y es que, contrariamente al prejuicio antitaurino que cataloga a la fiesta brava de anacrónica como si estuviese anclada en un tiempo remoto, el toreo no ha dejado nunca de cambiar.

     Como el ganadero ha venido seleccionando a lo largo de siglos buscando el toro idóneo para la lidia, al ir cambiando ésta, el concepto de “toro idóneo” también ha sufrido sucesivas modificaciones, lo cual se ha traducido en cambios consecuentes del modelo de bravura buscado a lo largo del tiempo a través de los distintos métodos selectivos. En conclusión: mientras que la agresividad del toro es un concepto biológico regido por la selección natural, la bravura es un concepto taurómaco determinado por la selección cultural aplicada por los ganaderos.

     Precisamente, es la bravura el rasgo diferenciador –transmitido genéticamente– cuya funcionalidad permite calificar al bovino de lidia como raza, siendo junto con la del caballo pura sangre inglés –seleccionado por su velocidad– las primeras razas definidas por sus rasgos funcionales y conformadas por individuos de muy variada morfología.

     De todo lo expuesto podemos concluir algo esencial: El toro que hoy sale por los chiqueros de nuestras plazas, bien poco tiene que ver con el salvaje y primitivo que, hace siglos, campaba a sus anchas por marismas y praderas. Éste era fruto exclusivo de la selección natural. Sin embargo, el que hoy encampana su testa en medio de los ruedos es, por el contrario, una creación de los ganaderos, una creación de la inteligencia humana, un fruto exquisito de la selección cultural.


     También lo es el toreo, como veremos en un próximo artículo.

ARTÍCULO ANTERIOR:

TOROS Y TAUROMAQUIA: UN DESTINO COMÚN

("El destino del toro de lidia va indisolublemente ligado a la suerte que corra la Tauromaquia. Todo lo que se diga en contra de esta aseveración son ganas de negar la evidencia buscando soslayar una de las contradicciones más incómodas con que tienen que vérselas los abolicionistas del toreo: poner al toro que dicen defender en peligro de extinción")


Columna periodística: 'NO RECUERDO', por Juan José Millás

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Efectivamente, el nombre que le demos a algo sí importa, sí influye en su posible trascendencia. En esta columna de Millás quieren converger el análisis político y la teoría lingüística, aunque, quizá, ambos conceptos sean la misma cosa.

"... Las nuevas organizaciones se llaman Podemos, Somos, Ganemos… Es como si hubiéramos pasado del lenguaje desarticulado infantil a la sintaxis. Hay más gramática en una forma verbal cualquiera que en cuatro sustantivos amables...

estoy presuponiendo un sujeto de esa acción y un complemento directo a gusto del consumidor"


NO RECUERDO

Los partidos políticos y las organizaciones sindicales eran hasta hace poco una ensalada de nombres y adjetivos. Vean, si no: Partido Socialista Obrero Español, Partido Popular, Izquierda Unida, Unión Progreso y Democracia, Comisiones Obreras, Unión General de Trabajadores, etcétera. Auténticos panachés de vocablos con aspiraciones a frase, incluso a frase social, pues casi todos pertenecemos a una frase que delata nuestra clase (a Miguel Blesa le gustaban los programas de televisión populares por el placer de escuchar el habla del pueblo). En todo caso, la tendencia, ahora, es cambiar la ensalada sintagmática por una oración gramatical. Las nuevas organizaciones se llaman Podemos, Somos, Ganemos… Es como si hubiéramos pasado del lenguaje desarticulado infantil a la sintaxis. Hay más gramática en una forma verbal cualquiera que en cuatro sustantivos amables. Porque vamos a ver, yo digo que me llamo Partido Popular y no predico nada de mí (quizá, involuntariamente, que miento, pues siendo apenas lo primero difícilmente puedo llegar a lo segundo). Y si digo que me llamo Partido Socialista Obrero Español, me parezco al niño que dice pis, agua, bollo, leche, chocolate, para señalar sus necesidades inmediatas. Si digo, en cambio, Podemos ya estoy presuponiendo un sujeto de esa acción y un complemento directo a gusto del consumidor. Si digo Ganemos, igual. Si digo Somos, ya es el desiderátum porque a lo más que se puede aspirar en esta vida y en la otra es a ser. Parece milagroso que en torno a un verbo se nucleen palabras invisibles cuya eficacia no tiene nada que envidiar a las visibles. Es como si en torno a un sol real se dispusieran 10 o 12 planetas imaginarios. Pero ahora mismo no recuerdo a qué venía todo esto.

(Fuente: El País, 14-11-2014)


ENTREVISTA A JOSÉ MANUEL BLECUA, por Luis Magrinyà / 'LOS PAPELES DE ASPERN', de Henry James

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"Qué es la filología, qué es la lingüística, qué es un diccionario"

"... las salidas dependen básicamente del conocimiento, del trabajo y de la voluntad de los estudiantes... no parece que la figura del filólogo haya atraído con pasión a los cineastas, aunque sea una auténtica lástima. Los filólogos son seres extraordinariamente curiosos y divertidos, llenos de conocimientos variopintos basados en el conocimiento directo... 

la lingüística, bastante más reciente, ha sido una de las ramas del saber más decisivas teóricamente en las últimas décadas"

Blecua en la imprenta catalana donde se encuadernan los ejemplares de la nueva edición del DRAE (imagen, vozpopuli.com)

José Manuel Blecua Perdices(Zaragoza, 1939), hijo y hermano de filólogos, actual director de la Real Academia Española, es, cargos aparte, un nombre muy presente en nuestra educación lingüística: no solo fue pionero de los libros de estilo de los periódicos (el suyo para La Vanguardia es de 1982) y de la informatización de los estudios filológicos (creó el Seminario de Filología e Informática de la Universidad Autónoma de Barcelona en 1989), sino que un montón de estudiantes de ESO y Bachillerato aprenden hoy Lengua y Literatura con libros de texto en los que él ha participado. Fonetista y gramático (su Gramática española con Juan Alcina, cuya primera edición es de 1975, es un clásico), es también especialista en sinónimos, que tanto preocupan a quienes escribimos (Diccionario avanzado de sinónimos y antónimos de la lengua española, Vox, 1999), y en campos más recónditos, como los trastornos de aprendizaje (ha dirigido estudios sobre los problemas del uso del artículo en los niños sordos, por ejemplo). Su discurso de ingreso en la RAE (2003) es un curioso y deslumbrante ejemplo de erudición dedicado al grabado inicial, la portada, el prólogo y el salón de actos del Diccionario de autoridades de 1726, el primero de los diccionarios académicos y sobre el que aún hoy se basan todos los demás. Ha declarado que la lengua es “dinamismo y gracia”. El último libro que ha (re)leído para un informe de una universidad norteamericana es la obra de Carolina Julià Variaciones léxicas en los nombres de las partes del cuerpo: los dedos de la mano en las variedades hispanorrománicas. “Como la primera vez que leí este libro —dice—, he sentido una sensación de satisfacción filológica y lingüística porque representa la combinación armoniosa de los problemas teóricos de la lingüística contemporánea junto con el conocimiento positivista de los datos procedentes de los trabajos de la geografía lingüística”.
Últimamente, con motivo de la nueva edición del DRAE, ha sido asediado a entrevistas. L&L también ha querido hacerle algunas preguntas.
Pregunta. Empecemos, si nos lo permite, con una pequeña presentación para legos: en pocas palabras, ¿qué es la filología, qué es la lingüística, y por qué son importantes?
Respuesta. La filología en su sentido más estricto se dedica a la comprensión total de los textos, mientras que la lingüística se ocupa de la investigación del lenguaje en su dimensión más amplia. Son muy importantes ambas; la filología ha ocupado veinte siglos del conocimiento en Occidente y ha sido un sólido bastión de las Humanidades; la lingüística, bastante más reciente, ha sido una de las ramas del saber más decisivas teóricamente en las últimas décadas en sus aspectos historicista, estructuralista, generativa y cognitiva.
P. Y ahora vayamos, nada más empezar, con los enemigos. Conocemos el caso de un estudiante con notazas en Bachillerato y selectividad que quería hacer Filología Española, pero, persuadido por sus padres de que sería una pena derrochar semejante currículum en una carrera “sin salidas”, ha acabado matriculándose en una de ciencias con una nota de corte muy alta. ¿Realmente es una carrera “sin salidas”?
R. No lo sé, pero sí sé que las salidas dependen básicamente del conocimiento, del trabajo y de la voluntad de los estudiantes. Yo creo que en estos momentos Filología Española es una especialidad prestigiosa tanto en los aspectos históricos como en los aplicados.
P. Hablando de carreras de ciencias, hay otro pesado adversario al que aún se oye, incluso en ámbitos académicos, diciendo barbaridades como “La lingüística no es una ciencia”.
R. Yo creo que el estudio de la entonación, por ejemplo, tal como hoy está planteado desde punto de vista teórico y experimental es totalmente científico. Lo que no es una ciencia es la historia de la ciencia, que no pasa de ser una descripción más o menos rigurosa. Como he practicado con gusto ambas dimensiones sé con conocimiento de causa la enorme diferencia que existe entre las dos.
P. Hay algo, sin embargo, que creemos que no se ha conseguido. En la tradición británica, por ejemplo, llevamos más de un siglo leyendo novelas —desde Los papeles de Aspern de Henry James hasta Posesión de Antonia S. Byatt— protagonizadas por jóvenes filólogos o estudiosos de la literatura, embarcados en excitantes aventuras relacionadas precisamente con la misma naturaleza de sus estudios. Aquí, nos parece, no hemos pasado del “romántico” librero de viejo, o del bibliófilo que tiene un libro escrito por el Demonio. ¿A qué se debe que la filología española sea tan poco sexy? ¿Por qué tienta tan poco al imaginario y no abundan, que sepamos, novelas, películas, series protagonizadas por filólogos?
R. Es verdad, es una carencia de difícil explicación.
P. Bueno, la verdad es que películas protagonizadas por filólogos no abundan en ninguna parte. Yo solo recuerdo al doctor Morbius de Planeta prohibido (1956) y la magnífica panda, capitaneada por Gary Cooper, de estudiosos del slang de Bola de fuego (1941).
Antonio Orejudo decía en un artículo que los profesores han fallado en “el servicio de atención al cliente”, en la “asistencia técnica” que requiere la lectura, por ejemplo, de clásicos como el Mío Cid
R. Desgraciadamente, no parece que la figura del filólogo haya atraído con pasión a los cineastas, aunque sea una auténtica lástima. Los filólogos son seres extraordinariamente curiosos y divertidos, llenos de conocimientos variopintos basados en el conocimiento directo. Piénsese en el libro de Martín de Riquer sobre las leyendas medievales catalanas que publicó Vallcorba en El Acantilado.
P. ¿Se podría hacer algo más para despertar el apetito de los escolares y estudiantes en general por la lengua y la literatura? Antonio Orejudo decía en un artículo que los profesores han fallado en “el servicio de atención al cliente”, en la “asistencia técnica” que requiere la lectura, por ejemplo, de clásicos como el Mío Cid, “un texto escrito en otro tiempo, en otro mundo y —reconozcámoslo— en otro idioma”. También se nos ocurren otros hándicaps, derivados del mismo carácter de la historia literaria española: para el siglo XVIII, imaginamos, los jóvenes ingleses tendrán como lecturas a Defoe o a Fielding, y los franceses a Voltaire o Las relaciones peligrosas; en cambio, los nuestros… a ¿Jovellanos? ¿Cómo hacer apetitoso a Jovellanos? ¿O es un error pensar en el apetito?
muchos de los problemas que tratan las páginas de Jovellanos o de Cadalso son básicos para la formación de la personalidad de los alumnos
R. El problema de los textos medievales es distinto del problema de los siglos XVIII o XIX. En el primer caso nos encontramos con textos alejados de nuestro conocimiento, en muchos casos impenetrables. Se trata de los problemas que Emilio Lledó ha tratado en su obra deliciosa El silencio de la escritura. La escritura se torna silenciosa para el lector contemporáneo, sólo es accesible para el lector que posee unos determinados conocimientos. En el segundo caso, muchos de los problemas que tratan las páginas de Jovellanos o de Cadalso son básicos para la formación de la personalidad de los alumnos. En este último caso, no hay duda de que el profesor es incapaz de realizar su tarea con suficiente conocimiento, incluso con la pasión imprescindible.
P. El diccionario de sinónimos y antónimos que usted dirigió es de los pocos que llevan anotaciones sobre diferencias de uso y de significado, algo muy importante porque, entre quienes aspiramos a hablar y escribir bien, suele colarse la idea algo simple de que los sinónimos lo arreglan todo. Sin embargo, ¿no cabría insistir en que el léxico más repetido y polivalente −pensamos en verbos comohacer, tener, dar, ser, estar− apenas necesita sinónimos? ¿Que decir realizar cosquillas, poseer ventanas (una casa), entregar las gracias (ejemplos que tenemos documentados) es un disparate? Existe una perversión de la sinonimia, ¿no?, en aras del “buen estilo”: a veces, antes de que nos entren las ganas de “variar”, sería recomendable quizá un buen entrenamiento en las estructuras fijas que tanto abundan en la lengua…
R. Esta es una cuestión muy compleja, creo que el magnífico diccionario Redes dirigido por Ignacio Bosque, y su hermano pequeño el Diccionario combinatorio práctico, ayudan a resolver gran parte de estos problemas de fijación sintáctica y dan pistas ciertas para una variación apoyada en la realidad lingüística.
P. Cuéntenos una buena historia sobre sinónimos, por favor.
R. Yo solía contar el ejemplo de aquel personaje de una novela de Ramón Pérez de Ayala que sostenía que higiénico y aristocrático eran rigurosos sinónimos.
P. Hemos leído que el servicio de consultas de la RAE registra una afluencia impresionante. En su libro ¿Qué es hablar? (1982), cuenta usted una anécdota muy divertida: en Estados Unidos, en 1940, la artista de strip-tease Georgia Sothern escribió al ensayista H. L. Mencken agradeciéndole su libro sobre el inglés americano, con la esperanza de que “la ciencia de la semántica encuentre tiempo para ayudar a los miembros de mi profesión, poco privilegiados desde el punto de vista léxico”. No sabemos si hoy el colectivo del strip-tease se lamenta de tales carencias, pero ¿se reciben consultas de colectivos “necesitados” de palabras?
R. Era un trabajo muy interesante que se publicó en la revista Word hace muchos años. Me pareció que era un dato muy revelador y lo he citado algunas veces; yo estoy convencido de que la artista tenía su punto de razón.
P. Ha salido el nuevo DRAE y, francamente, después de todo (o casi todo) lo que hemos leído sobre él, parece que, en vez de publicarse un diccionario, se ha celebrado una nueva edición del festival de la OTI. Suponemos que será verdad que el DRAE es algo más que un diccionario, y que a la Academia no le molesta precisamente este plus… pero ¿no estaría bien recalcar también que, en principio, es una obra lexicográfica, que debería ser entendida y analizada desde un punto de vista lexicográfico? Echamos de menos, de verdad, un poco más de interés por la labor paciente, fascinante, repleta de contratiempos y decisiones difíciles, siempre a vueltas con el método científico, de los lexicógrafos…
R. Sí, es gran verdad. Vuelvo de hacer las presentaciones del nuevo diccionario en varios países americanos (Colombia, Argentina, Paraguay y Chile) y en casi todas las entrevistas han aparecido los síntomas de una visión anecdótica del trabajo lexicográfico: número de palabras de la zona (en general, las cantidades enamoran al público), opiniones sobre cuál es la palabra más bonita (la más fea o la más divertida), confusión sobre las acepciones que encierran valores metafóricos (que nunca son entendidos rectamente por los distintos colectivos), necesidad de que el diccionario sea políticamente correcto. No hay duda de que todos estos ejemplos revelan una deficiene enseñanza sobre el diccionario y sobre su uso.
P. El director del nuevo DRAE, Pedro Álvarez de Miranda, ha declarado que muchos términos digamos antiguos han sido suprimidos porque para eso ya está el Diccionario histórico. El caso es que el Diccionario histórico estar, lo que se dice estar, no está, ¿no? Algunos creemos que si a algo debería dedicar todos los esfuerzos una institución como la Academia es a ese diccionario, que tienen la mayoría de las lenguas europeas −algunas desde el siglo XIX− y no tiene el español.
R. El Diccionario histórico ha sido preocupación de la RAE desde el primer tercio del siglo XX y la prueba mejor es que la obra se ha iniciado tres veces. Ahora que existe un complejo sistema informático y que su sitio en Internet es extraordinariamente útil (NDH, corpus, aplicaciones, mapa de diccionarios, aplicación informática del llamado Diccionario de Autoridades, fichero de papel…), se ha quebrado el apoyo económico que el Estado proporcionaba en la época del presidente Rodríguez Zapatero. Esta obra no solo es un problema teórico, felizmente resuelto, sino también una aplicación en los procesos de redacción de los artículos que necesitan de especialistas bien preparados y numerosos para lograr los primeros resultados con validez numérica.
P. Y, por último, ¿por qué tanta gente toma el DRAE como una especie de Libro de la Verdad? ¿Podría hacer algo la Academia para evitar tanta sacralización… o de hecho le gusta que sea así? ¿Insistir más firmemente en lo que es un diccionario?
R. Me apena y me entristece esta visión y tal vez en el futuro haga algo para remediar esta visión tan pobre del Diccionario. Es indudable, como he señalado antes, que esta visión procede de muchos factores diferentes, en los que la enseñanza no es inocente.
(Fuente: El País, 14-11-2014)
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EL 'CANTAR DE MÍO CID' ES UN COÑAZO, por Antonio Orejudo

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Para la reflexión y el debate 

"Los profesores de literatura tenemos más culpa que los videojuegos en el desprestigio de la ficción y en el abandono de la lectura por parte de las nuevas generaciones... El primer contacto de un escolar con la historia de la literatura se produce en la Edad Media, algo que sin duda es lo más académico, pero no sé si lo más adecuado. ¿No sería más lógico empezar por la literatura contemporánea para estimular su apetito e ir formándolo como lector?...

 hemos fallado, en el servicio de atención al cliente"

Rodaje de la película 'El Cid' en el castillo de Belmonte (Cuenca)


EL 'CANTAR DE MÍO CID' ES UN COÑAZO

Los profesores de literatura tenemos más culpa que los videojuegos en el desprestigio de la ficción y en el abandono de la lectura por parte de las nuevas generaciones.
Llevamos más de cien años explicando de la misma manera los mismos autores, las mismas obras y las mismas figuras literarias; y no hay ninguna disciplina que soporte semejante inmovilidad.
Dado que las cosas no están funcionado, ¿por qué no ensayar algunos cambios? ¿Por qué no abandonar, por ejemplo, el supersticioso respeto a la ordenación cronológica en beneficio de otro que tenga en cuenta la edad de los alumnos y sus intereses reales?
En vez de dar vueltas concéntricas al mismo temario, que invariablemente empieza en la Edad Media y termina en la época contemporánea, ¿por qué no empezar por el final?
El primer contacto de un escolar con la historia de la literatura se produce en la Edad Media, algo que sin duda es lo más académico, pero no sé si lo más adecuado. ¿No sería más lógico empezar por la literatura contemporánea para estimular su apetito e ir formándolo como lector?
A medida que avanzaran los cursos nos iríamos alejando hasta llegar al Cantar de Mio Cid, un texto escrito en otro tiempo, en otro mundo y —reconozcámoslo— en otro idioma. Un texto cuya lectura requiere asistencia técnica.
Y aquí es donde hemos fallado, en el servicio de atención al cliente.
El profesor debe leer con sus alumnos como si comiera nueces: rompiendo para ellos el duro cascarón de la lejanía cultural y dándoles a probar el fruto, dulce o amargo pero tierno, que el libro elegido guarda en su interior.
Esta es la teoría, qué bonita.
¿Y la práctica?
¿Cómo se abre esa nuez?
¿Cómo se explica en la práctica a chicos de 15, 16 ó 17 años un texto tan alejado de nosotros, tan pestiño —al menos a primera vista— como el Cantar de Mio Cid?
El cascanueces
El Cantar de Mio Cid se parece más a lo que hoy nosotros llamamos novela que a lo que hoy nosotros llamamos poesía. Está escrito en verso, pero está escrito en verso por razones —digamos— accidentales, porque escribirlo en verso (es decir, usando renglones con el mismo número de sílabas y que además riman entre sí) era la única manera que tenía el juglar (el cuentacuentos, diríamos hoy) de aprenderse esta larga narración de memoria sin cometer errores.
Porque no debemos olvidar que la literatura se ha administrado siempre por vía auditiva y no por vía ocular. La gente escuchaba los libros, no los leía. Los escuchaba en la plaza del pueblo o en los caminos, en los hoteles —en las ventas—, donde concurrían personas de variada condición y procedentes de todas partes.
La lectura en silencio y en soledad es un fenómeno bastante reciente. Hasta hace doscientos o trescientos años la lectura era sobre todo un acontecimiento social, algo así como ir al cine.
El Cantar de Mio Cid tiene dos hilos argumentales.
El primero es la historia de Rodrigo Díaz de Vivar, un caballero castellano —mitad real, mitad inventado— que, injustamente desterrado de Castilla por el rey Alfonso VI (1047-1109), hace todo lo posible para que el rey lo vuelva a querer. Y al final lo quiere.
El segundo hilo es la historia de la guarrrada que los infantes de Carrión —sus yernos— le hacen a las hijas del Cid y de la civilizada reacción de éste.
Vayamos con el primer argumento.
Alguien —no sabemos quién—, ha dicho algo malo del Cid, no sabemos qué. El caso es que Alfonso VI lo castiga y lo expulsa del reino. El Cantar comienza precisamente en el momento del desahucio: antes de partir hacia Burgos —primera parada antes del destierro— el Cid se vuelve hacia su casa, y al verla vacía, con las ventanas abiertas, sin gente y sin muebles, se echa a llorar.
(Entre paréntesis: es curioso lo mucho que lloran los héroes épicos. Tan machos ellos, con barbas tan largas y a las primeras de cambio se deshacen como Magdalenas. Sería muy interesante estudiar cuándo dejan de llorar los héroes, cuándo cambia el modelo de masculinidad, en qué siglo, y por qué. El Cid llora mucho, pero no recuerdo que John Wayne haya vertido jamás una lágrima. Cierro paréntesis).
La primera mitad del Cantar cuenta los esfuerzos del Cid por congraciarse con el rey, cosa que al final consigue.
¿Cómo?
Muy fácil: desde el primer día del destierro, el Cid y sus hombres (porque no sólo lo destierran a él, sino a él y a su pequeño ejército) se dedican a conquistar ciudades y pueblos en poder de los musulmanes. Matan a los moros y se quedan con todo.
Naturalmente, después de cada victoria el Cid reparte el botín entre sus hombres, pero no se olvida nunca de apartar una generosa porción para el rey. Le envía un regalo, le envía dos; y al tercero, claro, ya lo tiene en el bote.
Pero lo que hace que el rey le perdone definitivamente no son tanto los regalitos como otro detalle: resulta que los hermanos Carrión —los infantes de Carrión—, dos chicos de muy buena familia y muy cercanos al rey, están empeñados en casarse con doña Elvira y doña Sol, las hijas del Cid. Aunque no le gustan como yernos, el Cid accede al matrimonio: en realidad no tiene más remedio, si quiere arreglar las cosas con el rey. Y el rey, claro, conmovido por su mansedumbre, lo perdona y le permite que regrese a Castilla.
Y aquí comienza el segundo hilo argumental.
Ya he dicho que al Cid le daban mala espina esos infantes de Carrión. Y no se equivocaba. Resulta que un día, ya casados con sus hijas, se escapa un león de palacio, y los infantes en vez de ayudar a capturarlo huyen despavoridos y se esconden. Tiene que ser el suegro quien resuelva el desaguisado para regocijo de todos los testigos y humillación de los yernos, que no tardarán en vengarse de él.
De vuelta a casa, a la altura de un robledal, en un pueblo llamado Corpes, en la provincia de Guadalajara, los infantes de Carrión, rabiosos todavía por el espantoso ridículo que han hecho con el león, desnudan a sus esposas, las maltratan y las abandonan, en lo que se puede considerar el primer caso de violencia de género documentado en la literatura castellana.
¿Qué hubiera hecho hoy un padre en una situación semejante? En el Regreso al Futuro de la semana pasada vimos cómo se las gastaban los militares en la Edad Media. Aunque no hace falta irse a la Edad Media. En nuestros días, cuando se produce uno de esos horrendos asesinatos de adolescentes, no es raro oír en las tiendas y en los taxis opiniones de sujetos supuestamente civilizados que sin embargo son partidarios del linchamiento sin juicio.

"Leemos un libro antiguo como si fuera una novedad literaria cuando buscamos en él nuestro reflejo, el reflejo de nuestro mundo... las coincidencias —que las hay—, entre aquellas personas y nosotros"
Pues bien, Rodrigo Díaz de Vivar, un tipo que vivió en el siglo XI, les da a todos ellos una lección de civismo y de respeto a las leyes. ¿Cuál es la reacción del Cid al enterarse de que han violado y torturado a sus hijas? Pues en vez de buscar a los infantes de Carrión para reventarlos y cortarles las orejas, el Cid pide justicia al rey, que es algo así como poner una denuncia en comisaría.
El rey atiende la petición y convoca las Cortes en Toledo, adonde acuden los infantes y el Cid, que lo primero que reclama curiosamente es la devolución de la dote: que le devuelvan su dinero.
(Abro paréntesis: una de las cosas que más sorprende del Cantar es la presencia constante del dinero. ¿Dónde se ha visto que un superhéroe tenga problemas de liquidez? Pues el Cid los tiene, y se le ve muy preocupado por ello. Él se considera a sí mismo una especie de trabajador autónomo con familia a su cargo y con empleados a los que tiene que pagar todos los meses. Cierro paréntesis).
Seguimos en las Cortes. El Cid ha denunciado a los infantes. Y, entonces sí, con la autorización del rey, los reta a una batalla judicial, que demuestra quién tiene razón.
Vence el Cid, se anulan los matrimonios y como colofón a tanta alegría, los infantes de Navarra y de Aragón, con pinta de ser mejores yernos que los de Carrión, solicitan en matrimonio a doña Elvira y doña Sol.
Y así termina Cantar.
El Mio Cid como novedad literaria
Hay dos maneras de leer un libro antiguo: como si fuera una pieza de arqueología o como si fuera una novedad literaria.
Lo leemos como una pieza de arqueología cuando buscamos en él restos de un mundo que no es el nuestro. Porque no siempre se ha vivido como vivimos nosotros, ni han estado vigentes nuestros valores, nuestras creencias y nuestra manera de ver y de sentir las cosas. Leer los libros antiguos como si fueran piezas de arqueología es un acto de humildad, el reconocimiento de que los occidentales del siglo XXI somos un granito de arena en esa inmensa playa que se llEl primer contacto de un escolar con la historia de la literatura se produce en la Edad Media, algo que sin duda es lo más académico, pero no sé si lo más adecuado. ¿No sería más lógico empezar por la literatura contemporánea para estimular su apetito e ir formándolo como lector?ama Historia de la Humanidad.
Leemos un libro antiguo como si fuera una novedad literaria cuando buscamos en él nuestro reflejo, el reflejo de nuestro mundo, las constantes que se han mantenido a lo largo del tiempo, las coincidencias —que las hay—, entre aquellas personas y nosotros. Unos y otros somos al fin y al cabo seres humanos, y es asombroso comprobar lo poco que hemos cambiado desde los tiempos del Cid, lo mucho que nos parecemos al héroe del Cantar, al hidalgo del Lazarillo o al Sancho Panza del Quijote.
El estudio especializado de la literatura requiere, por supuesto, una lectura arqueológica de los textos. Pero en la escuela, tal y como están las cosas, no tiene sentido leer de esta manera.

"leería el Cantar como si fuera una novela barata de ciencia ficción, en la que Cid se des-tierra literalmente: se ve obligado por una injusticia a abandonar el planeta y a buscarse la vida allende nuestra galaxia"
En una situación de emergencia como esta, yo leería los libros antiguos como si fueran novedades literarias. Leería el Cantar de Mio Cid, se me ocurre a botepronto, como la historia de Rodrigo, un empleado que trabaja en una empresa de compraventa de suelo (al fin y al cabo, la llamada Reconquista no fue sino una gigantesca expropiación de tierra), y que es acusado falsamente por unos compañeros de trabajo que luego violarán a sus hijas, y relegado en el escalafón por Don Alfonso Cesto, el presidente de la compañía.
O mejor aún: leería el Cantar como si fuera una novela barata de ciencia ficción, en la que Cid se des-tierra literalmente: se ve obligado por una injusticia a abandonar el planeta y a buscarse la vida allende nuestra galaxia. ¿Acaso los moros que aparecen en el Cantar no son los mismos seres insidiosos y deshumanizados que los marcianos de las películas de serie B?
Sí, perdamos el miedo supersticioso a nuestros clásicos como han hecho los británicos con Shakesperare hace mucho tiempo; leamos el Cantar en clase con una versión traducida, mientras vemos una mala película de ciencia-ficción, fijándonos en las coincidencias narrativas o en el semejante tratamiento de los personajes.
Ya habrá tiempo, si conseguimos que esos incipientes lectores se interesen por los libros antiguos, de que los lean no buscándose a sí mismos, sino buscando en ellos a los otros.

(Fuente: eldiario.es, 03-12-2012) 

PRIMEROS MINUTOS DE LA VERSIÓN 'EL CID', DE SAMUEL BRONSTON (1961)





'PREGUNTAS SIN RESPUESTA', por Luis Enrique Ibáñez / 'LOBOS' (cortometraje sobre el funcionamiento interno de los bancos)

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"Nosotros hemos puesto nuestro dinero para salvar a muchos bancos. Ahora nos dicen que no tenemos dinero para nuestras necesidades básicas. Entre ellas están nuestras pensiones, ya pagadas. Por eso nos invitan, muy educados ellos, a que contratemos un plan de pensiones privado en uno de esos bancos a los que nosotros, con nuestro dinero, con nuestro trabajo, hemos rescatado. ¿Se puede ser más gilipollas?...

Desahucios, suicidios... noticias, tragedias, cada vez más tapadas, censuradas, ocultadas por los cómplices medios desinformativos"

PREGUNTAS SIN RESPUESTA

Sí, otra vez las mismas preguntas, esas que tienen prohibidas las respuestas. 

¿Cuántos lobbies financieros operan en la ciudad de Bruxelas? Miles. Según Vicenç Navarro (ver 'El lobby financiero' / 'La corrupción del proceso democrático') son miles los grupos de presión que se dedican allí a regalar los oídos (y, a lo peor, otras cosas) a los eurodiputados, a decirles bien claro lo que deben hacer.

¿De qué manera están infiltrados los grandes bancos españoles en los medios de comunicación de este país? ¿Cuál es la relación entre el Banco Santander y el diario El País, y el grupo PRISA, en general? (ver 'Ya no se esconden... El País rinde honores al Gran Amo')

¿Cuál es, exactamente, el porcentaje de acciones que poseen los distintos bancos en las empresas de información? Y aparte de los bancos, ¿existen otros grandes grupos empresariales con fuerte en presencia en los medios de comunicación? ¿Grupos como, por ejemplo, El Corte Inglés?

¿Realmente alguien cree que la mayoría de los medios de comunicación puede informar de forma objetiva sobre lo que está ocurriendo, sobre la incidencia trágica de la acción de los bancos en nuestra vida diaria, en nuestras muertes?

¿Cuánto deben los grandes partidos a los bancos? ¿Cuánto dinero deben el PP, el PSOE, y a qué bancos se lo deben? ¿Ha perdonado algún banco alguna cantidad adeudada a algún partido? ¿Cuánto deben exactamente todos, no sólo los dos partidos mencionados, también IU, UPyD, Convergencia, PNV... todos?

Sin contar con los que ingresan felices en el sector energético, ¿cuántos políticos, una vez finalizada su actividad "política", pasan a trabajar, es un decir, en el sector financiero, en esos bancos que, quizá, fueron beneficiados por sus decisiones, en esos bancos que, tal vez, les perdonaron alguna trampilla?

¿Cómo podemos distinguir el poder económico del poder político?

¿Realmente hay alguien que crea que esos partidos, apoyados en esos poderosos medios de comunicación, pueden legislar de forma justa, en temas como la Ley Hipotecaria, y abordar de una puta vez la sangría de esa evasión fiscal, protagonizada, en su mayor parte, por grandes empresas y bancos? (ver 'Fraude fiscal, noticias')

¿Hasta que punto están presentes los bondadosos bancos en la Universidad? ¿Puede tener que ver esa presencia con el posible cambio del sistema de becas por un sistema de préstamos? ¿O quizá está relacionada con la posible reducción del grado universitario, de cuatro a tres años, para que así no sirva para nada, para que los jóvenes, los que puedan, tengan que pagarse esos obscenos másteres, patrocinados por lo mismos bancos que previamente se han infiltrado en los consejos de la universidad?

¿Cuánto deben las administraciones públicas, los ayuntamientos, a los bancos? ¿Por qué siempre se ponen de su parte? ¿Por qué los ayuntamientos, esas administraciones más cercanas, no cancelan sus cuentas con aquellas entidades que están ejecutando salvajes desahucios, que están promoviendoinvisibles suicidios, que están machacando, amputando, la vida de sus conciudadanos, de sus gobernados, de aquellos a los que dicen representar? Desahucios, suicidios... noticias, tragedias, ignominias, cada vez más tapadas, censuradas, ocultadas por los cómplices medios desinformativos.

¿Por qué los estados, nosotros, ponemos dinero para el Banco Central Europeo, y luego este se lo presta a los bancos privados a un interés bajísimo (1%, 2%), y, sin embargo, si los estados, nosotros, necesitamos dinero, no podemos pedírselo al BCE,  sino que estamos obligados a solicitárselo a esos bancos privados, los cuales nos los prestan a nosotros a un interés altísimo (6%, 7%)? 

¿Somos tontos, o qué? ¿Cómo, que eso estaba así en todos los tratados europeos desde Mastricht? Coño, pues a cambiarlo. ¿Qué no pueden? ¿Por qué, quién les tiene cogidos, por dónde, por qué?

Nosotros hemos puesto nuestro dinero para salvar a muchos bancos. Ahora nos dicen que no tenemos dinero para nuestras necesidades básicas. Entre ellas están nuestras pensiones, ya pagadas. Por eso nos invitan, muy educados ellos, a que contratemos un plan de pensiones privado en uno de esos bancos a los que nosotros, con nuestro dinero, con nuestro trabajo, hemos rescatado.

¿Se puede ser más gilipollas?

¿Es cierto que los bancos no terminan de permitir el flujo del crédito a particulares, a las pequeñas empresas, porque, en realidad, no les interesa, ya que prefieren centrarse en la compra de la Deuda Pública, esa que, en gran medida, era Deuda Privada, generada, en gran proporción, por esos mismos bancos? ¿No es esta una estrategia para eternizar la deuda impagable, para convertirnos, a todos, en esclavos, en sus esclavos? (ver 'Por qué la deuda pública no debe pagarse')

Parece que no tiene nada que ver, pero sí. ¿Es verdad que cada cierto tiempo, los trabajadores de los bancos son trasladados de sucursal, de ciudad, para que no puedan establecer relaciones de afecto (humanas, queremos decir) con sus clientes, esto es, con personas, con seres humanos, no con números?

Tal vez sea el momento de volver a leer a Thoreau, ese hombre libre, el precursor de la desobediencia civil, ese hombre que se negó a pagar sus impuestos porque su país, Estados Unidos, permitía la esclavitud, traficaba con esclavos y mantenía una infame guerra con Méjico.

¿Que todas las preguntas anteriores son consecuencia de la ingenuidad, de un desconocimiento profundo de cómo funciona, realmente, la macroeconomía? Váyanse a la mierda.

¿Quién manda aquí? Parece claro. Mandan los lobos.


'LOBOS'







'CARNAVAL', DAVID VILLANUEVA Y JUAN PERRO

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Es hora de relajarnos... 

"Sorpréndeme una vez más, no me canso de mirar...y reinar en barras de bar... regálame otro disfraz y entrarás en el carnaval... si tú quisieras tener el viejo mundo a tus pies, y reencontrar promesas que alguna vez susurré... sorpréndeme una vez más..."





'NO ME PUEDES MIRAR', por Gustavo Martín Garzo / L' ORFEO, de MONTEVERDI (representación de Jordi Savall)

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"Los muertos están en nuestras palabras, en nuestros recuerdos, cuando entramos en un cuarto, cuando recorremos una calle o visitamos un jardín, cuando leemos un libro. Nos siguen a todos los sitios, velan nuestros sueños, se sientan en la mesa con nosotros... Están ahí, pero no debemos volver la cabeza para mirarlos. Sólo el psicótico lo hace...

Narrar es escapar a la tiranía de la verdad... El mundo del relato está poblado de personajes que como Hilas nunca regresan... Contar es llevar una lámpara, conformarse con el pequeño espacio de visión que su luz abre en la oscuridad"

'Orfeo y Eurídice', de Camille Corot (1)

NO ME PUEDES MIRAR

Pobre Orfeo! Una serpiente acaba con la vida de Eurídice el día de su boda y su desesperación es tan grande que pierde el deseo de vivir. Su canto se vuelve entonces tan triste que los dioses se apiadan de él y le permiten descender al reino de los muertos en busca de su esposa con la condición de que no se detenga a mirarla hasta que no haya alcanzado con ella el mundo exterior y los rayos del sol bañen su cuerpo. Pero Orfeo vuelve la cabeza antes de tiempo y la pierde para siempre. En su película El testamento de Orfeo,Jean Cocteau hace una curiosa interpretación del mito, ya que Eurídice consigue regresar al mundo de los vivos pero conserva la cualidad de no poder ser mirada, de forma que tiene que esconderse bajo la mesa o entre las cortinas de la casa cuando Orfeo vuelve a casa, dando lugar a un juego tan gracioso como disparatado que termina fatalmente cuando Orfeo sorprende por casualidad el reflejo de su rostro en un espejo.
Todos los amantes actúan así. Todos juegan a esconderse, a que no se sepa quiénes son, con quién anduvieron antes de conocerse. No me puedes preguntar quién soy, se dicen el uno al otro. Es una prohibición que se repite en un sin fin de historias. En la historia de Lohengrin y Elsa, en la de Psique y Eros, en El último tango en París, la película de Bertolucci. Ese “tienes que vivir sin conocerme” ¿no significa lo mismo que el “no me puedes mirar” de Eurídice?
“No debes saber que estoy muerta” es lo que su amada le dice a Orfeo. La muerte sigue nuestros pasos, nos aguarda en las esquinas, llama a nuestra puerta cuando menos lo esperamos, tiene nuestro rostro al mirarnos al espejo. Se lleva a nuestros padres, a nuestros amigos, husmea en nuestros armarios, enmudece a los escritores que amamos. Los muertos están en nuestras palabras, en nuestros recuerdos, cuando entramos en un cuarto, cuando recorremos una calle o visitamos un jardín, cuando leemos un libro. Nos siguen a todos los sitios, velan nuestros sueños, se sientan en la mesa con nosotros. Los muertos no saben nada, se lee en el Eclesiastés. ¿Es verdad esto o acaso nos dicen cosas que no queremos oír?


Están ahí, pero no debemos volver la cabeza para mirarlos. Sólo el psicótico lo hace, sólo él se empeña en mirarlos. Ve a los muertos, como el niño de El sexto sentido, la película de Shyamalan. Por eso no vive ni deja vivir. Si hubiera un vampiro se acercaría a él para servirle, porque el único enigma que le interesa es el enigma de la muerte. ¿Está más cerca que nosotros de la verdad? Es posible, pero ¿quién quiere vivir con la verdad? ¿Quién querría tener un padre como Abraham, un Dios como el que tortura a Job, como el que vive en las páginas del Antiguo Testamento?, ¿quién querría vivir en un mundo como el que postulan hoy algunos científicos?
Si solo las moviera el temor sus historias no habrían podido ser tan cautivadoras. Van porque la alcoba que visitan es también la alcoba del deseo
Narrar es escapar a la tiranía de la verdad. Sherezade lo hace. Ella acude a la alcoba del sultán pero le pide, con cada una de las historias que le cuenta, que no la mate esa noche. También la joven esposa de Barba Azul acude a una alcoba así. Barba Azul ha tenido otras mujeres que han desaparecido misteriosamente, y en todo el reino del sultán es sabido que la muchacha que duerme en su lecho será decapitada por la mañana. Si las dos saben qué pasa en esas alcobas ¿por qué van? Sherezade encandila al sultán con sus historias, y bien podemos imaginar a la joven esposa de Barba Azul haciendo otro tanto con las suyas. Si solo las moviera el temor sus historias no habrían podido ser tan cautivadoras. Van porque la alcoba que visitan es también la alcoba del deseo. Son apenas dos muchachas al comienzo de la vida, y si acuden a la alcoba de los ogros es para desvelar el misterio de su sexualidad naciente. Porque ¿quién sabe más de sexo que los ogros?
Fernando Colina dice que el psicótico no sabe mentir. En la Odisea todos mueren menos Odiseo, que logra salvarse porque es el gran embaucador. El psicótico es uno de esos marineros ahogados que jamás regresa con los suyos, uno de los príncipes vencidos del cuento de los hermanos Grimm. Todos ellos carecen de astucia. En el ciclo de los Argonautas hay un personaje así. Se llama Hilas y es el favorito de Heracles. La nave en la que navegan en busca del Vellocino de Oro recala en una isla para abastecerse e Hilas se interna en ella en busca de agua. Mas nunca regresa, pues cautivadas por su belleza las ninfas le raptan y sus compañeros no pueden dar con él.
La verdad es una araña tejedora, en el centro de sus telas siempre espera la muerte. En la novela del conde Drácula es la alocada Luci la prisionera. Ella vive su sexualidad de una manera más libre e intensa
El mundo del relato está poblado de personajes que como Hilas nunca regresan. Apenas reparamos en ellos, ya que es el relato de los héroes el que absorbe nuestra atención. Pero en cierta forma el compromiso de Hilas con lo que encuentra, como pasa con el del psicótico, es más hondo que el del héroe y esa es la razón de que no encuentre la forma de regresar. La verdad es una araña tejedora, en el centro de sus telas siempre espera la muerte. 



En la novela del conde Drácula es la alocada Luci la prisionera. Ella vive su sexualidad de una manera más libre e intensa que la recatada Mina, y si cae en manos del conde es porque en el fondo está más viva y llena de deseo que su amiga. Las muchachas que precedieron a Sherezade ¿eran menos cautivadoras que ella y por eso no se lograron salvar? No, no lo eran, simplemente se dejaron arrastrar por las promesas del placer del Sultán.
El psicótico no se conforma con ese poco, lo quiere todo... Por eso el psicótico no sabe contar lo que le pasa, lo que es lo mismo que decir que no sabe amar, pues no hay amor sin palabras
¡Qué importa el Árbol del Conocimiento, nos dice el Placer, son los frutos del Árbol de la Vida los que debes probar! Sherezade no se deja seducir por tales promesas y por eso empieza a hablar. Tanto a ella como a Odiseo no les basta con vivir sino que quieren saber quiénes son, abandonar el ámbito del deseo puro, que pertenece a los ogros, para entrar en el de amor, que es siempre la espera de un otro al que escuchar y por el que ser escuchado. Hilas desaparece en ese Otro absoluto que es la naturaleza y Odiseo regresa dueño de una historia. Y tener una historia es ir al encuentro de los demás, lo que solo el lenguaje nos permite. Es justo eso lo que simboliza la lámpara que enciende Psique para contemplar a Eros, su amante dormido. “Quiero hablar”, dice la luz que desprende. Contar es llevar una lámpara, conformarse con el pequeño espacio de visión que su luz abre en la oscuridad. El psicótico no se conforma con ese poco, lo quiere todo. No le basta con llevar una lámpara; quiere ver en la oscuridad. Pero en la oscuridad sólo ven los ogros y su reino es un reino mudo. Por eso el psicótico no sabe contar lo que le pasa, lo que es lo mismo que decir que no sabe amar, pues no hay amor sin palabras.

“Cuesta entender la vida, no la muerte. La muerte nunca encierra enigma alguno”, escribe Joan Margarit. Entonces ¿por qué Sherezade y la joven esposa de Barba Azul van a la alcoba de los ogros? Quieren contar la historia de las muchachas que murieron en ella, la historia de sus deseos. El enigma es la vida, todo lo que es pequeño y frágil. El enigma está en la debilidad, en una muchacha contándole historias a un ogro. Sólo ella guarda la verdad de lo humano.
(Fuente: El País, 15-11-2014)


L' ORFEO: Favola in Musica (Claudio Monteverdi) . Representación de Jordi Savall


(1) SOBRE CAMILLE COROTPintor francés, conocido sobre todo por sus paisajes realistas y románticos. Su obra anuncia el impresionismo. Nació en París el 16 de julio de 1796. Del pintor de paisajes académicos Victor Bertin aprendió los principios de composición clásicos, que caracterizan los paisajes sosegados y bien estructurados que pintó entre 1825 y 1828 en Italia. Ejemplos de esta etapa son Forum (1826) y el Puente de Narni (1827), ambos en el Museo del Louvre, París. Desde 1828 hasta su muerte, Corot vivió en París. Durante los meses cálidos del año recorría Europa haciendo pequeños esbozos al óleo que, como los de la escuela de Barbizon, están entre los primeros paisajes franceses pintados directamente del natural. Estos apuntes poseen una estructura muy cuidada y una gran sensibilidad para la luz natural. Durante el invierno trabajaba en su taller, en grandes obras de salón de tema bíblico o histórico. En 1845, tras haber logrado un gran éxito de crítica, comenzó a vender su obra. Después, sus paisajes se fueron convirtiendo en creaciones más imaginarias, bañados por una vaporosa atmósfera romántica conseguida a través de tonalidades plateadas y pinceladas suaves. Ejemplos de este estilo protoimpresionista, que le haría famoso, son las versiones de la Villa de Avray, lugar donde vivía, y Recuerdo de Mortefontaine (1864, Museo del Louvre). Aunque tendía a repetir el estilo con el que había alcanzado el éxito para satisfacer las demandas populares, también pintó obras tan extraordinarias como El campanario de Douai (1871, Museo del Louvre) en el estilo clásico de su primera época. No faltan en su obra los retratos y los estudios de figuras humanas. Corot gozó del favor del público y oficial, y los grandes escritores de la época como Baudelaire o Gautier le dedicaron artículos elogiosos. Fue un hombre sencillo y generoso con sus amigos y alumnos, tanto en lo que se refiere al dinero como al tiempo (llegó incluso a firmar cuadros de compañeros poco afortunados), lo cual le valió el sobrenombre de père Corot (padre Corot). Murió el 22 de febrero de 1875 en París.
(Fuente reseña: epdlp.com)
OTROS ARTÍCULOS DE GUSTAVO MARTÍN GARZO EN ESTE SITIO:
("... es el misterio de Santa Teresa, y lo que hace que cinco siglos después de su nacimiento podamos seguir leyéndola con gozo: transforma la religión en poesía. Porque religión y poesía no siempre son lo mismo (y esta es la desgracia de las religiones). La religión nos ofrece respuestas; la poesía nos enseña a amar las preguntas aun sabiendo que no pueden ser contestadas")


("El tema central de El Decamerón será lo humano. No lo humano idealizado, reflejo de un orden superior, sino el ser humano real, con sus virtudes y defectos.Y, por encima de todo, el hombre animado por el deseo... Chesterton escribió que las dos cárceles que amenazan la libertad de los hombres son la cárcel del puritanismo y la cárcel del pesimismo, y El Decamerón logra escapar de las dos y, como el cuarto de los niños, “guarda goces que el puritano no puede prohibir ni el pesimista negar”. El mundo del relato sustituye al paraíso y nos lo recuerda")

("... lo que necesita un niño a los cinco años no es saber leer, sino escuchar música y cuentos, conocer su cuerpo y jugar con él, encontrar palabras y figuras que le ayuden entender lo que siente... La educación ha dado la espalda al complejo mundo de sus afectos y apuesta cada vez más por un individuo adaptado, pragmático, obediente a los códigos de su entorno social... Hay un momento único en que el niño descubre su sombra. Descubre otro yo, alguien que le acompaña en secreto. Ese alguien habita sus pensamientos y sus deseos más íntimos...")



("En el teatro, cuando la función termina, los actores abandonan la escena y regresan exhaustos a sus vidas ordinarias; mientras que aquí los actores siguen apegados a sus personajes y se van por las calles saludando a unos y a otros como si se negaran a aceptar que el telón se bajó. Y lo curioso es que lejos de tomarlos por locos, no son pocos los que les siguen la corriente... La vieja idea de una familia sagrada no debería tener cabida... En España hay tres millones de niños que viven en el umbral de la pobreza...")



("... las locuras de Don Quijote tienen el poder de suspender por un momento el principio de realidad. Su función es abrir una grieta, y, más allá de la lógica, llevarnos a la comprensión profunda e inmediata de una verdad nueva... Nada que ver con la locura. La locura es no tener en cuenta a los otros y pocos héroes los han tenido tan en cuenta como el nuestro. La gran lección de sus aventuras es que un mundo sin justicia no merece la pena... La ironía, para Cervantes, es la capacidad de aceptar las contradicciones de la vida; de aceptar, en suma, que nada es de una sola manera")


("No vemos la realidad, sino sus múltiples simulacros... Vivimos bajo el signo de las copias y los ecos. Bajo del signo de la pobre ninfa Eco...  Dos cosas nos diferencian de la delicada ninfa: la conciencia de su desdicha y su vocación de amor... Mirar tiene que ver con la atención, con la renuncia a poseer, es un acto de amor... Llegar a un lugar sin daño, eso es mirar. Solo el verdadero cine nos lleva a lugares donde ver y soñar se confunden")


LA ORACIÓN DEL JOROBADITO

("En los planes de estudio desaparecen las asignaturas, como la filosofía y la literatura, que hablan del jorobadito y su pandilla y se sustituyen por otras que solo buscan adoctrinar a los niños... la verdadera cultura no tiene que ver con el deseo de éxito o de notoriedad, sino con el deseo de ser y de saber. El verdadero lector no busca en los libros lo que le halaga o confirma, sino lo que le niega y disloca: busca lo que no tiene... 
Leer es tirar los dados de nuevo..." “Las músicas oídas son dulces, pero / más dulces son las no oídas”)


("Nuestra vida está llena de preguntas que no podemos evitar hacernos sin descanso. Para mantenerlas vivas y mitigar a la vez la angustia que nos produce no conocer sus respuestas existe el mundo de las fábulas y los cuentos, el mundo inagotable de la ficción. Estamos perdidos y buscamos un camino que transforme nuestra vida en una historia que merezca la pena contar, una historia que nos consuele con su belleza... las religiones nos dicen que ésta no es nuestra verdadera vida y que sólo la muerte puede conducirnos a ella; los cuentos, que el paraíso está en el mundo y que hay que vivir como si fuera posible alcanzarlo. El árbol que canta, el pájaro que habla y el agua de oro... leo para seguir el rastro de luz que dejan en la noche esas moritas cautivas de mi infancia")

("... no filma a los niños para decirnos cómo son sino para mostrarnos cuánto necesitamos su verdad. “Al contrario de lo que leo con frecuencia”, declara François Truffaut, “las películas no pueden hacerse con niños para comprenderlos mejor. Los niños deben ser filmados solo porque los amamos". El cine, en suma, como refugio de significado, esperanza de lo que no ha desaparecido" "En cada escena de la película ('El sol del membrillo') late la nostalgia de esa añorada comunidad humana. Una comunidad amenazada...")


("... también nosotros hemos renunciado a preguntarnos por las causas que hacen que las cosas sean así... ¿Por qué no se obliga a los bancos nacionalizados a dar crédito a las empresas que lo necesitan y no hay un banco público que se enfrente a un problema como el los desahucios? ¿Por qué se permiten los delirantes salarios de la banca? ¿Por qué si tenemos la misma moneda tenemos que pagar distintos intereses por la deuda? ... La última pregunta de Perceval, la más dolorosa de todas, solo puede ser entonces si puede llamarse democracia a esto que tenemos")


SUAVE PATRIA ("La única patria decente (...) es la infancia. Todos tenemos una patria así. En ella están los lugares en los que vivimos, la lengua con que aprendimos a nombrar el mundo y a disipar el miedo a la ausencia de los seres amados... Están los juegos misteriosos, las olorosas fiestas... las primeras lecturas... Y esa patria oculta, secreta, nada tiene que ver con las banderas, los himnos... los tertulianos y los equipos de fútbol que pueblan esos parques temáticos de la identidad a que tan proclives son todos los patriotismos...")

LO QUE AÚN ES NUESTRO (“Me sigo preguntando, añade, si existe algo así como una forma de esperanza en toda escritura poética. (...) Una esperanza que vive en el hecho de decir, y en el lenguaje mismo” (Elisa Martín Ortega, en El lugar de la palabra) No importa la deslealtad de cuantos habiendo sido elegidos para defender el bien común solo piensan en gobernar para sí mismos y los que son como ellos, no importa lo arrasado que descubramos este triste país ni lo injusta y vulgar que nos parezca la sociedad que compartimos, siempre que algo nos hace preguntarnos con asombro “¿qué es?”)
LOS PAÍSES IMAGINADOS ("... La realidad está enferma y necesitamos el elixir de esa flor misteriosa que sólo en los países imaginados florece")
POR UNA ESCUELA PÚBLICA, LAICA Y LITERARIA ("...Las palabras de la escuela deben ser ese ¡ábrete Sésamo! capaz de abrir las piedras y llevar al niño a la cueva donde se guardan los tesoros del corazón humano. Pero también, como las llamas de la cerillera, deben ayudarle a ver el mundo...")

LOS PLACERES SENCILLOS ("El fútbol es como el armario lleno de zapatos de Legrá: una colección de inolvidables momentos y luminosas imágenes que nos dicen que, más allá de nuestras congojas y conflictos cotidianos, en la vida existe la leve e incomprensible felicidad")

CONTRA LA CULTURA DEL DINERO ("Deberían ponerse en los colegios e institutos las películas de John Ford, deberían verlas sobre todo nuestros políticos de derechas y nuestros banqueros")


LA DECADENCIA DE LAS PALABRAS ("Es cierto, sin embargo, que muy pocas veces las palabras han valido menos que hoy... cuanto más hablamos y escuchamos hablar menos parece valer lo que decimos...")

LAS VÍRGENES SUICIDAS ("Los hombres y las mujeres actuales viven sin apenas poner límites a sus deseos, y sin embargo pocas veces han tenido menos cosas que contarse. La ausencia de relatos define su convivencia...")


EL PRÍNCIPE DE LAS TINIEBLAS (SE INCLUYEN ALGUNAS ESCENAS DE LA VERSIÓN CINEMATOGRÁFICA DE F.F. COPPOLA ("Drácula es también, entre muchas otras cosas, una novela sobre la escritura de un libro")



'POESÍA Y GEOGRAFÍA', por Antonio Muñoz Molina

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"Aprendí a aislarme en el barullo que me envolvía casi siempre... 'Veinte mil leguas de viaje submanrino' es su novela perfecta porque resume las dos metáforas centrales no solo de su literatura, sino de cualquier literatura: la inmersión, el viaje. No hay lectura que no requiera una completa inmersión ni historia que de algún modo no trate de un viaje

La geografía es un saber que linda lo mismo con la literatura que con la ciencia... el impulso de la aventura y por tanto de la fábula puede ser más poderoso que el del conocimiento. Por eso atraen tanto a niños fantasiosos que quieren evadirse y quieren comprender, que sienten la misma curiosidad por lo que existe y por lo que no existe"


POESÍA Y GEOGRAFÍA

En aquel austero comedor no estaban aún el televisor y el frigorífico que ocuparían lugares de honor unos años más tarde. Había una ventana enrejada, una mesa camilla, una repisa de obra en un rincón donde estaba la radio, un reloj de péndulo colgado de la pared encalada. El tictac del mecanismo murmuraba en la caja de madera. Los cuartos y las horas resonaban nítidos como golpes de gong. Yo leía sentado en una silla de anea, apoyando los codos en la mesa, arrimado al brasero, abrigándome con las faldillas, en la casa donde reinaba el frío durante los meses de invierno. No había un sillón ni un sofá donde echarse a leer. De noche, los mayores se quedaban dormidos apoyando la cabeza sobre los brazos cruzados. El único sitio para descansar era la cama, y la cama estaba en un dormitorio helado. Cuando yo leía en ella se me quedaban frías las manos. Sostenía el libro con una mano mientras calentaba la otra debajo del embozo.

Leía en el comedor, unas veces rodeado de la familia y otras, las menos, yo solo. Leía y estudiaba, hacía los deberes. Aprendí a aislarme en el barullo que me envolvía casi siempre: conversaciones, juegos de cartas, seriales en la radio, más tarde programas en la televisión, concursos, películas, espectáculos de variedades. Sumergido en el libro lograba un aislamiento perfecto. Cuando estaba solo tenía de fondo los sonidos de la calle y el tictac y los golpes del reloj.
Una mañana, mi abuelo materno me trajo un libro de regalo, Veinte mil leguas de viaje submarino. Conservo de él una memoria perfecta: visual, olfativa, táctil. Era uno de aquellos libros providenciales de la editorial Ramón Sopena que se encontraban hasta en las papelerías más modestas. El papel era malo, la impresión defectuosa. Las portadas se descolgaban o se despegaban muy fácilmente. Pero la editorial Ramón Sopena parecía que publicaba toda la literatura universal, a precios tan bajos que ni siquiera para nosotros eran prohibitivos. En la portada del libro de Verne se veía la silueta negra del Nautilus en las profundidades de un mar verde oscuro. La luz de su faro era un círculo amarillo. Era como estar viendo el cartel de una película, una promesa absoluta de algo, la inminencia de la lectura. Abrí el libro, me acodé sobre la mesa, sentado en la silla rígida, la espalda fría y las rodillas calentadas por las ascuas del brasero. Debía de ser una mañana laboral porque nadie entró en el comedor. Cuando levanté los ojos del libro y miré el reloj en la pared me di cuenta de que habían pasado varias horas, las once, las doce, y yo no había oído los golpes del péndulo.
En ese silencio primordial de las grandes lecturas resplandecieron para mí las novelas de Jules Verne. Lo sentimos tan cercano que se nos hace raro no traducir su nombre de pila. Veinte mil leguas de viaje submarino es su novela perfecta porque resume las dos metáforas centrales no solo de su literatura, sino de cualquier literatura: la inmersión, el viaje. No hay lectura que no requiera una completa inmersión ni historia que de algún modo no trate de un viaje.
De Jules Verne se dice, distraídamente, que fue un precursor de la ciencia-ficción y un visionario de las tecnologías del futuro. Pero las fantasías arbitrarias o alegóricas, a la manera de H. G. Wells, no le interesaban, y sus máquinas voladoras o submarinas unas veces carecían de fundamento y otras, más que futuristas, resultaban anticuadas para las tecnologías de su tiempo. Jules Verne, que de muy joven imitó los dramones románticos de Victor Hugo, cultivó siempre un romanticismo menos de la ciencia en sí que del descubrimiento, un entusiasmo por lo nuevo, por las maravillas tangibles que él mismo estaba viendo irrumpir en la realidad. Nacido en 1828, perteneció a la primera generación que experimentaba el ruido, el humo, la velocidad de los trenes, y luego el prodigio del telégrafo, la navegación a vapor, la fotografía, el teléfono, el fonógrafo, la impresión masiva y barata, gracias a la cual una revista ilustrada podía contener al mismo tiempo el relato de una expedición en busca de las fuentes del Nilo y los grabados que la hacían visible, o la crónica de una exposición universal en la que se mostraban maquinarias prodigiosas y danzas y tocados de los pueblos primitivos descubiertos por los exploradores y sometidos colonialmente por ellos, traídos a la metrópolis en veloces buques de vapor.
Quizá Jules Verne amaba sobre todo los mapas: la geografía era la aventura suprema del conocimiento. Lo cuenta el geógrafo Eduardo Martínez de Pisón en su último libro, La tierra de JulesVerne, que es una meditación sobre los mundos y los viajes que se contienen en todas esas novelas que él también empezó a leer de niño. La geografía es un saber que linda lo mismo con la literatura que con la ciencia, y que muchas veces se ha mezclado con la ficción, porque ha habido grandes viajeros que han sido también grandes mentirosos, y porque el impulso de la aventura y por tanto de la fábula puede ser más poderoso que el del conocimiento. Por eso atraen tanto a niños fantasiosos que quieren evadirse y quieren comprender, que sienten la misma curiosidad por lo que existe y por lo que no existe.
Leíamos a Verne siguiendo sobre un mapamundi los itinerarios exactos de sus viajeros y calculando sobre el ancho azul del Pacífico la longitud y la latitud de sus islas inventadas. Nuestro sedentarismo forzoso alimentaba la pasión por aquellos viajes que conducían a los límites del mundo, a lo más hondo de las fosas oceánicas, a la órbita de la Luna, al centro de la Tierra, a las distancias del sistema solar. Leyendo a Verne nos seducían por igual, y sin que nos diéramos cuenta, la ciencia y la literatura, el romanticismo de la precisión y la poesía de los nombres: en nuestro mundo de topónimos sabidos y presencias siempre familiares las novelas de Jules Verne nos suministraron catálogos de nombres resplandecientes, nombres de islas reales o ficticias, de ríos, de desiertos, de continentes, de plantas, especies animales, de buques, de personajes que eran más memorables en virtud de los nombres que Verne había elegido para ellos.
Dónde hay en la literatura un personaje que tenga un nombre tan misterioso y definitivo como el Capitán Nemo. Y qué novelista ha inventado títulos que ofrezcan tan tentadoramente lo que nos atrae de la literatura, la promesa de una revelación. Hay títulos y nombres que han estado siempre conmigo, tan fértiles en el recuerdo lejano como en la primera lectura. Muchos otros he vuelto a encontrarlos en el libro de Eduardo Martínez de Pisón. Él no lo dice, pero yo intuyo que gracias a Jules Verne descubrió su vocación de geógrafo. Yo le debo la mía de novelista, y quizá más todavía la vocación de lector. El gusto por el viaje inmóvil, la afición y la destreza para sumergirme muy hondo en las palabras de un libro, en mi silencio de lector submarino al que no llegan los golpes sonoros del reloj.

La tierra de Jules Verne. Geografía y aventura. Eduardo Martínez de Pisón. Fórcola. Madrid, 2014. 440 páginas. 24,50 euros.
(Fuente: babelia.com, 15-11-2014)
ENTRADAS RELACIONADAS:
("Verne ha sido probablemente el novelista por el que más jóvenes han perdido el sueño, y el que ha conseguido con más rotundidad que, durante el tiempo de la lectura, el mundo exterior se disolviera ante el poder de atracción y la más sólida presencia de otros que, a pesar de sustentarse en el artificio, adquirían mayor solidez")
("Aseguraba Verne que todo lo imaginable es realizable. Sabía, pues, que lo que llega a la vida pasa antes por la cabeza. Poseía una conciencia excepcional de que lo que llamamos realidad no es más que una pequeña parte de ella, pues también los sueños y las fantasías lo son... No se puede fabricar un objeto que no haya sido antes un fantasma en la mente de alguien")



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