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Artículo de opinión: 'LA CRUELDAD', por Luis García Montero

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Artículo sugerido por Juan Carlos Rodríguez

No duermo. He visto en televisión una vez más las imágenes de un desahucio... La policía vence la protesta de unos vecinos, entra en casa de dos ancianos estafados, cumple una orden judicial y les arrebata su casa, una casa de toda la vida... 

"Culpabilizo uno por uno al banquero que busca negocio sin escrúpulos, al político subvencionado por el banquero para aprobar una ley hipotecaria injusta, al juez que dicta sentencia, al policía que cumple con su trabajo… y me culpabilizo a mí por ser parte de este mundo"

LA CRUELDAD


No duermo. He visto en televisión una vez más las imágenes de un desahucio. Esta vez me quitan el sueño. La policía vence la protesta de unos vecinos, entra en casa de dos ancianos estafados, cumple una orden judicial y les arrebata su casa, una casa de toda la vida. Es extraño que me conmueva tanto una escena repetida en muchas ocasiones durante los últimos años. Madres con hijos recién nacidos, viudas, matrimonios enfermos, desempleados. Las operaciones bancarias no tienen compasión.


Doy vueltas por la nada con el rostro del anciano en mi noche. Quizá se trata de que me ha recordado a mi padre. Algunos sentimientos primarios son tan fuertes que consiguen romper la costumbre, el ruido que nos deja sordos, la costra seca que nos hace insensibles. Esta desesperación de ancianos en la calles extiende la culpa, me hace sentir más allá de la lógica de un orden. Las cosas son así, pero no basta. Culpabilizo uno por uno al banquero que busca negocio sin escrúpulos, al político subvencionado por el banquero para aprobar una ley hipotecaria injusta, al juez que dicta sentencia, al policía que cumple con su trabajo… y me culpabilizo a mí por ser parte de este mundo. Los sistemas, las profesiones, incluso el dolor, son con mucha frecuencia una excusa para esconder las responsabilidades individuales.

“Mi nombre es David Cawlhorne Haines, me gustaría declarar que te hago enteramente responsable a ti, David Cameron, de mi ejecución”. Son las últimas palabras del tercer degollado ante las cámaras por el Estado Islámico. Ahora consigo sostener la mirada. Cuando decapitaron a la primera víctima, el periodista James Foley, no pude resistir ni un segundo. Conviene ver estas cosas para saber el mundo en el que vivo, no se puede mirar hacia otro lado, pensé. Pero no pude. Tampoco pude con la muerte de Steven Sotloff, el segundo ejecutado. Parece que la repetición del acontecimiento por tercera vez me da fuerzas o me insensibiliza.
Siempre el mismo decorado: la inmensidad del desierto, un encapuchado vestido de negro con un cuchillo en la mano y la víctima con mono naranja, como los que llevan en el corredor de la muerte los presos en EE.UU. Víctor Hugo sostenía que cualquier pena de muerte es un modo de legalizar el asesinato. Fijar la hora para la desaparición de una persona es una crueldad, como lo es concederle a la víctima un último deseo para hacerla cómplice del rito o prestarle unas últimas palabras para que forme parte del espectáculo. Te hago enteramente culpable…

¿David Cameron? ¿Las injusticias bélicas del mundo occidental con Bush, Blair y Aznar en el origen? Sí, claro. Algunos comentarios en los periódicos digitales parecen alegrarse de la venganza del rebelde.También a los magnates se les puede meter un dedo en el ojo. Sí, claro, ya lo sé, Obama que ejecuta sin juicio ni ley a Bin Laden con el aplauso su público… Pero qué pasa con el desierto moral, con el encapuchado asesino, con el canalla que sostiene la cámara clandestina ante un ser humano que va a morir, que siente un cuchillo en el cuello, que se desangra, que muere. Y qué pasa con los que asisten al espectáculo y entran en el sí y el no, en el eje del bien y del mal, en la toma de partido entre los buenos y los malos. El espectáculo banaliza el mal de forma inevitable.

El cañón norteamericano disparó contra el periodista español José Couso para imponer el silencio. Ojos que no ven, corazón que no siente. Manos libres para la brutalidad. El espectáculo ha descubierto que la repetición es tan útil como el silencio, porque llena los ojos de ruido, nos insensibiliza, nos borra. La brutalidad que convierte al mal en espectáculo no sólo hace dañó a la víctima, sino que pretende fundar un mundo sin conciencia, establece un orden sin sentimientos personales. Como los sentimientos son la última razón de los matices, la brutalidad acaba con los individuos para imponer un sistema, una lógica de normalidad y de sometimiento, un orden parecido al de los banqueros que manda, los políticos que obedecen, los jueces que sentencian, los policías que cumplen con su deber. Ninguno reconoce los ojos de su padre en el anciano que van a desahuciar.

Rafael Alberti escribió Sobre los ángeles (1928) para hablar de una crisis social y personal. Su protagonista era un hombre deshabitado. La crueldad exterior se interioriza, nos deja huecos por dentro.Deshabitado me siento yo en este insomnio al recordar las escenas de un desahucio, las acusaciones de un sentenciado a muerte, el diseño estético en naranja y negro de un desierto moral que nos niega como individuos y convierte la crueldad en espectáculo o en rutina.Pese a las multitudes, vivimos en un mundo deshabitado.

(Fuente: infolibre.com, 20-09-2014)

ENTRADAS RELACIONADAS:

("... los participantes en este escrache contra el pueblo parecen pretender un desahucio general, hasta culminar en un régimen de democracia desahuciada. Junto al desahucio de la vivienda, del trabajo, de la salud, de la educación, el escrache de Los que Mandan quiere imponer un desahucio de las libertades de expresión...")


("... Te pregunto: ¿cuándo abandonas la casa, dime, qué ángeles malos, crueles, quieren de nuevo alquilarla? Dímelo...")


("El bombero gallego dijo no... su no también ha salvado, no sólo el desahucio de aquella pobre mujer, sino, sobre todo, ha salvado el significado de la palabra esperanza. Porque decir no... se convierte, no ya en acto revolucionario, que también, sino en un fármaco poderoso que nos ayuda a mantener intacta nuestra salud mental...)

ANTÍGONA EN LA MONCLOA, por Benjamín Prado (escritor)

("¿Qué respeto a las normas nos pueden exigir quienes a la vez que nos piden sacrificios cobran cientos de miles de euros y mientras predican la austeridad se reparten sobres invisibles llenos de billetes de color violeta? ¿Cómo se atreven a hablar de honradez?" "¿Qué sucede cuando se vacía de significado a la democracia?"  “Hay que situar la desobediencia civil no solo en el lenguaje político, sino en nuestro sistema político”)

DERECHO A DESOBEDECER, por Juan Torres (Catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Sevilla)
("Los españoles no tenemos por qué aceptar la traición de nuestros gobernantes y la imposición de políticas injustas y basadas en mentiras, que solo benefician a las minorías privilegiadas, ya salgan de La Moncloa, de Bruselas o del mismo infierno.")






'NO HAY FRONTERAS', por Juan José Millás

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"La maqueta no es la realidad, porque ellos trabajan siempre con representaciones, para no ensuciarse las manos. En las maquetas no hay huelguistas, ni manifestantes, ni pobres... Hombres, sí, seres humanos, de acuerdo, pero mírenlos ejerciendo de dioses que ordenan o desordenan la realidad a su antojo. Aquí pondremos esto y aquí lo otro y Fulanito se encargará de cobrar el 3%... He ahí un caso en el que la ficción, representada por la maqueta, se introdujo en la realidad, representada por la facturación"


NO HAY FRONTERAS

Aquí lo interesante es la relación de los señores de la foto con la maqueta. La maqueta no es la realidad, porque ellos trabajan siempre con representaciones, para no ensuciarse las manos. En las maquetas no hay huelguistas, ni manifestantes, ni pobres, no hay cacas de perro, no hay viento, jamás llueve, no hace ni frío ni calor. De la maqueta no llegan gritos de contribuyentes indignados preguntando a las autoridades de dónde van a sacar el dinero para la obra faraónica que se proponen perpetrar. En las maquetas, los retretes están siempre limpios y los árboles son de hoja perenne y el agua del estanque es cristalina. La maqueta inviste de divinidad al poderoso. Obsérvenlos, fíjense en el cuarteto. Son, de izquierda a derecha, el arquitecto Calatrava, Francisco Camps (amiguito del alma de El Bigotes), Carlos Fabra (el del aeropuerto de Castellón, entre otras fechorías) y Alberto Fabra, actual presidente de la Comunidad Valenciana y responsable del cierre escandaloso de su televisión pública. Hombres, sí, seres humanos, de acuerdo, pero mírenlos ejerciendo de dioses que ordenan o desordenan la realidad a su antojo. Aquí pondremos esto y aquí lo otro y Fulanito se encargará de cobrar el 3%. La maqueta corresponde a un centro de convenciones que jamás vio la luz, aunque movió mucho dinero. Dinero de verdad, queremos decir, no meras fotocopias de billetes de quinientos. He ahí un caso en el que la ficción, representada por la maqueta, se introdujo en la realidad, representada por la facturación. Para que luego digan que hay fronteras entre una cosa y la otra.

(Fuente: El País Semanal, 21-09-2014)



'LA ENSEÑANZA DE LA ECONOMÍA NO SE RENUEVA', por Carlos Berzosa (Catedrático de Economía Aplicada, Universidad Complutense)

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"... sí que hay críticas a la forma de enseñar la economía hoy; sin embargo, la ortodoxia no se ha inmutado...

¿Por qué no se cambian las enseñanzas si están resultando limitadas para predecir... negativas para comprender el sistema económico mundial? La respuesta solamente puede ser una y es que lo que se enseña es cómodo para el poder académico y para las élites políticas y económicas, pues con ello se consigue que no se piense y lo más importante que no se cuestione el orden establecido"


LA ENSEÑANZA DE LA ECONOMÍA NO SE RENUEVA

He comenzado mis clases de este curso académico y tengo que decir que las empiezo con ilusión, a pesar de tantos años dedicado a la enseñanza, con energías renovadas y con proyectos de innovación. De hecho, leí hace ocho años, cuando se publicó en castellano, el libro de Ken Bain Lo que hacen los mejores profesores(Publicaciones Universidad de Valencia, 2006), con el fin de seguir aprendiendo en la difícil tarea de enseñar. El libro me gustó bastante y sus conclusiones resultaban más útiles que las muchas cosas intrascendentes que se han dicho acerca de la pedagogía a aplicar sobre el plan Bolonia, aunque no esté escrito en ningún papel oficial, pero que se ha extendido por todas las universidades sin saber muy bien por qué. Ahora me llega otro libro del mismo autor titulado Lo que hacen los mejores estudiantes, editado también por la Universidad de Valencia, que no he tenido aún tiempo de leer pero que por la hojeada que le he echado parece sumamente sugestivo. 

La enseñanza se compone del contenido de las materias, pero también por la forma de comunicar el objeto de cada disciplina. No obstante, esta ilusión que trato de transmitir se encuentra limitada por la desazón que siento ante la situación en que se encuentra la enseñanza de la economía actual. Existe entre grupos de estudiantes y profesores una determinada frustración, no sólo sobre cómo se enseña, sino sobre lo que se enseña. Así, de vez en cuando, surgen manifiestos de protesta de estudiantes sobre esto. La propuesta de los estudiantes suele venir acompañada de un debate en el que intervienen profesores, muchos de ellos de acuerdo con el escrito, y revistas especializadas abren sus páginas a la controversia suscitada sobre qué y cómo se debería enseñar la economía. En España, se acaba de hacer eco de esta controversia la revista Alternativas Económicas en el número de 17 de septiembre.

A su vez, en la Universidad de Valladolid los días 4 y 5 de septiembre, se celebraron las XIV Jornadas de Economía Crítica. Unas jornadas que se vienen celebrando desde 1987, con una periodicidad de dos años, en los que se presentan ponencias en sesiones especializadas y los plenarios con visiones diferentes a las convencionales. A raíz de estas jornadas, se creó la Revista de Economía Crítica (REC) que aporta contribuciones muy valiosas que ponen de manifiesto que la economía heterodoxa goza de buena salud, a pesar de ser minoritaria y en algunos casos acosada en el ámbito universitario. En concreto, hay otras formas de entender la economía que la ortodoxia que se impone como dominante, que resulta más enriquecedora para acercarse a la comprensión del mundo complejo y conflictivo en el que vivimos.
El estallido de la crisis, y la falta de predicción de la gran mayoría de la profesión, ha desempeñado un papel revulsivo que ha servido para avivar la polémica. El problema no solamente reside en que no se tuviera capacidad para predecir una posible crisis, sino el que ni siquiera se hubiera advertido de los peligros que se estaban corriendo, así como en el desconcierto que se provocó ante lo que había que hacer. A raíz del estallido y posterior desenvolvimiento de la crisis, se ha escrito bastante sobre la falta de formación de los economistas para predecir, advertir y ofrecer respuestas adecuadas. Así, por ejemplo, el premio Nobel de economía, Stiglitz dedica un capítulo denominado “Reformar las ciencias económicas” en su libro Caída libre (Taurus, 2010),mientras que la francesa Florence Noiville publicaba un pequeño texto con el título provocador Soy economista y os pido disculpas (Deusto, 2011). En la primera obra mencionada, Stiglitz se centra fundamentalmente en cuestionar el dominio que en las enseñanzas ha adquirido el análisis basado en el fundamentalismo de mercado, mientras que en la segunda Noiville realiza una fuerte crítica a la que se imparte en las Escuelas de Administración y Dirección de Empresas.

Así pues, sí que hay críticas a la forma de enseñar la economía hoy; sin embargo, la ortodoxia no se ha inmutado, no sólo frente a estos planteamientos críticos realizados por profesores, economistas y estudiantes, sino sobre hechos tan graves como la crisis actual. No se han movido de sus posiciones la mayoría de los economistas que defienden el paradigma dominante, a pesar de las grietas que los acontecimientos reales han creado en su edificio teórico. Esto contrasta con lo que sucedió en anteriores crisis, como la de los años treinta y setenta del siglo XX. La insatisfacción que sufren muchos estudiantes y profesores frente a esto es evidente.
¿Por qué no se cambian las enseñanzas si están resultando limitadas para predecir e insuficientes y en muchos casos negativas para comprender el funcionamiento del sistema económico mundial? La respuesta solamente puede ser una y es que lo que se enseña es cómodo para el poder académico y para las élites políticas y económicas, pues con ello se consigue que no se piense y lo más importante que no se cuestione el orden establecido.

Un orden dominado por los gastos militares y las finanzas, pues como señala Sampedro en la introducción al libro La inflación (al alcance de los ministros), (Debate, 2012): “Las transferencias financieras en el mercado mundial superan con mucho el valor de los intercambios de bienes y servicios, ofreciendo a los poderosos ganancias espectaculares más rápidas y cómodas, con una ventaja añadida: la opacidad de un sistema de dinero y títulos y la desregulación de la ya establecida globalización internacional que permite abordar al margen de la ley negocios tan censurables como los armamentos o el narcotráfico”.
(Fuente: nuevatribuna.es)
ENTRADAS RELACIONADAS:
"Hay que dejar que el mundo real retorne a las aulas y que con él vuelvan también el debate y el pluralismo de teorías y métodos... Para poder discutir adecuadamente sobre política económica, los estudiantes han de entender los impactos sociales y las implicaciones morales de las decisiones económicas" (Manifiesto de los estudiantes de Economía) "tienen sentido crítico y responsabilidad profesional, algo que parecía alejado de sus habituales inquietudes. Ahora son los profesores quienes deben responder, el debate solo acaba de empezar" (Francesc de Carreras)
(Alta economía, economía del pobre, magia poética, fantasía, literatura... rescatamos otro artículo genial de Luis Landero. "... los usuarios del dinero chico, nos alzarnos a veces de puntillas para espiar el espectáculo, incomprensible y excitante, del dinero grande... el dictador grande es como el dinero grande, que está en todos los sitios, pero tampoco se le ve... El pobre hace poesía con el azar; el rico lo cultiva. Entre la miseria y la justicia hay un abismo que a menudo la desesperación sólo puede salvar con un vuelo poético... cuando leo las altas páginas financieras... comparo la estética del dinero grande... con el lirismo sobrecogedor del dinero chico... sólo la fantasía que nace del sufrimiento esconde siempre una verdad abrasadora")
"... dar por hecho que el temor a esa reacción debe llevar a la sumisión y decir que poner en cuestión el poder oligárquico es una amenaza para la economía española es como haberle dicho a los esclavos que se mantuvieran quietos porque si reclamaban la abolición provocarían una sangrienta reacción de sus amos" "Porque no querrían que donde están hubiese otros ladrones sino ellos y sus ministros" ('El Buscón') 


'LA VUELTA AL MUNDO DEL JULIO VERNE', por Juan José Millás / '20.000 LEGUAS DE VIAJE SUBMARINO', EL LIBRO

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"Aseguraba Verne que todo lo imaginable es realizable. Sabía, pues, que lo que llega a la vida pasa antes por la cabeza. Poseía una conciencia excepcional de que lo que llamamos realidad no es más que una pequeña parte de ella, pues también los sueños y las fantasías lo son... No se puede fabricar un objeto que no haya sido antes un fantasma en la mente de alguien"




LA VUELTA AL MUNDO DEL JULIO VERNE


Julio Verne. He ahí un tipo que descubrió el siglo XX dentro del siglo XIX, lo que viene a ser como adivinar la edad de los metales en medio de la edad de piedra. Supongamos que estás cortando un pedazo de carne cruda de jabalí con una grosera hacha de sílex conociendo ya intelectualmente la posibilidad del hierro. Lo lógico es que te lleven los diablos. A mí me parece que a Julio Verne le llevaban los diablos porque el traje del XIX le venía pequeño. Podría haber acabado en el frenopático, pero canalizó a través de la escritura la mala sangre que le provocaba vivir dentro de una época con cuatro tallas mentales menos de las que le correspondían.
Aun así, y pese al éxito literario, su vida fue en muchos aspectos un desastre. No se pierdan este fragmento, tomado de la Wikipedia, de una carta en la que le habla de sí mismo a su madre: “Una vida que limita al norte con el estreñimiento, al sur con la descomposición, al este con las lavativas exageradas, al oeste con las lavativas astringentes (…). Es probable que estés enterada, mi querida madre, de que existe un hiato que separa ambas posaderas y no es sino el remate del intestino. Ahora bien, en mi caso, el recto, presa de una impaciencia muy natural, tiene tendencia a salirse y por consiguiente a no retener tan herméticamente como sería posible su gratísimo contenido (…), graves inconvenientes para un joven cuya intención es alternar en sociedad”.
Verne fue atacado también por fiebres de origen desconocido y sufrió una paralización facial de difícil diagnóstico. Somatizaciones, tal vez, de un desacuerdo emocional con el entorno, aunque él prefería atribuirlas a la deficiente alimentación provocada por sus penurias económicas, ya que su padre le había retirado el estipendio por no dedicarse a las leyes. En la nota citada más arriba trata de estimular la mala conciencia de su madre a la manera en que Van Gogh, en las célebres cartas, estimulaba las de Teo, su hermano y mecenas. En cualquier caso, llamar hiato al culo constituye un acierto literario que vale por las penalidades que describe.
De acuerdo, Verne padecía hemorroides, como indica delicadamente en su carta, pero las combatía con cocaína, una cosa por otra. Una producción literaria tan extensa como la suya se explica mal sin la ayuda de algún tipo de estimulante. La coca proporciona una excitación tranquila, o una tranquilidad excitante, que le viene muy bien a la actividad creadora. Cabe señalar, de otro lado, que esa “impaciencia muy natural” de salirse de su sitio que atribuye a su recto parece una metáfora de la que le consumía a él por salirse del siglo que le tocó vivir.
Nacido en 1828, año de la invención del hormigón, vivió hasta 1905, en que se descubrió el acero inoxidable. Tanto el primero como el segundo, debido a su potente presencia material, simbolizan el mundo del que venía, que era el de una racionalidad sin fisuras, una lógica de circuito cerrado, cuando él ya intuía que detrás de la electricidad vendría la electrónica. Eso le hacía vivir fuera de sí, obligándole a escribir como un poseso, pues en solo 13 años (de 1863 a 1876) publicaría, entre otros muchos, títulos tan definitivos como Cinco semanas en globo, Viaje al centro de la Tierra, De la Tierra a la Luna, Veinte mil leguas de viaje submarino, Los hijos del capitán Grant, La vuelta al mundo en 80 días yMiguel Strogoff.
En las novelas de Verne, la máquina no está al servicio del hombre como mera herramienta, sino a modo de prótesis; como si, más que un hallazgo para multiplicar sus posibilidades, se hubiera inventado para sustituir una amputación. De este modo, en su fantasía se configura ya el advenimiento del ciborg, esa criatura en la que la biología y la tecnología se confunden como los materiales en una amalgama. ¿Cómo se relacionan, si no, el Capitán Nemo y el Nautilus?
Julio Verne fue víctima de una capacidad de anticipación asombrosa. Por su cabeza, y antes de que llegaran a la realidad, pasaron el submarino, el helicóptero, el rayo láser, la videoconferencia, los paneles solares, incluso, como se verá más adelante, Internet. Exageraciones, dirán algunos. Bueno, basta observar las coincidencias entre su vuelo imaginario a la Luna y el del Apolo 11, llevado a cabo realmente cien años más tarde, para aceptar sin reservas el adjetivo de visionario que tantas veces se le atribuye. Tanto en la novela como en la realidad, por ejemplo, la tripulación se compone de tres personas. La nave de Verne y la de la NASA tenían ambas forma cónica y medían y pesaban prácticamente igual. Lo mismo podemos decir de la velocidad alcanzada por una y por otra nave, así como de la duración del viaje. Las dos cápsulas aterrizan en el llamado Mar de la Tranquilidad y amerizan, de regreso a la Tierra, a solo cuatro kilómetros la una de la otra. Por cierto que la de los americanos despegó de Cabo Kennedy, muy cerca de la del escritor, que salió de Tampa, Florida.
Aseguraba Verne que todo lo imaginable es realizable. Sabía, pues, que lo que llega a la vida pasa antes por la cabeza. Poseía una conciencia excepcional de que lo que llamamos realidad no es más que una pequeña parte de ella, pues también los sueños y las fantasías lo son. Más aún: no es que sean realidad, es que conforman lo que nombramos de este modo. No se puede fabricar un objeto que no haya sido antes un fantasma en la mente de alguien. No se puede llevar a cabo un viaje (como el de la Tierra a la Luna) que no se haya soñado previamente, ni escribir una novela sobre la que no se haya fantaseado, ni construir una nave de la que no existiera una visión previa. Pese a esta evidencia, todavía hoy se insiste en colocar entre la imaginación y la realidad una valla electrificada de tres metros. Es inútil, la imaginación atraviesa la valla por la noche y aparece como realidad al día siguiente. De ahí la importancia de una imaginación bien amueblada. Cuando, encontrándonos en el cine, las imágenes comienzan a salir distorsionadas, a nadie se le ocurre que el problema sea de la pantalla, que no es más que una sábana blanca, sino del proyector. Así, lo que llamamos realidad es una proyección de lo que sucede en nuestras cabezas. Cuando la realidad está mal, y está mal siempre, nos entretenemos sin embargo en ajustarle las cuentas a la pantalla en vez de analizar los problemas del proyector. Un plan educativo verdaderamente revolucionario consistiría en aceptar la premisa de que la fantasía conforma la realidad. Curiosamente, se combate desde todos los ámbitos. Por eso hablamos siempre de lo que nos ocurre en vez de hablar de lo que se nos ocurre. Lo que se nos ocurre, bueno o malo, llega tarde o temprano a la vida, a esa pequeña parte de la vida que llamamos realidad.
Todo esto era para señalar que Verne ejemplificó la idea de que el sueño y la vigilia (o el delirio y la vida) forman un continuum en el que no existe una línea de puntos donde meter la tijera. Si él fue capaz de inventar el siglo XX en la mitad del XIX, nosotros podemos reinventar (o volver a encontrar) a Verne en el XXI. Como en una relación especular, Verne se proyecta desde su época hacia la nuestra y la nuestra le devuelve la imagen gracias a los avances prefigurados por él. Uno de ellos es precisamente Internet. En 1863, y después del gran éxito deCinco semanas en globo, escribió una novela titulada París en el siglo XX que su editor habitual, Pierre Jules Hetzel, le aconsejó guardar en el cajón, pues, además de no alcanzar el nivel de la anterior, se mostraba en ella muy pesimista respecto al futuro. La acción discurre en 1960, en un París en el que hay rascacielos de vidrio, automóviles, calculadoras y, ¡atención!, una red mundial de comunicaciones que se concreta en una especie de telégrafo global que evoca la idea de la Red. En ese París imaginado, las humanidades ya no forman parte de los planes de estudio y escritores de la talla de Victor Hugo han pasado al olvido. Las finanzas, en cambio, ocupan un espacio tal que el dinero ha dejado también de ser un instrumento del hombre para convertirse el hombre en un instrumento de él.
Bueno, profecía pesimista cumplida. La novela permaneció perdida hasta 1994, cuando el internet embrionario imaginado por Verne en esa novela ya funcionaba en la realidad. La Red, si uno lo desea, se vuelve hacia el siglo XIX y encuentra al autor de Miguel Strogoff.
Imagínense, si no, a un escritor actual de vacaciones, en medio del campo, a 500 kilómetros de su mesa de trabajo, de sus libros de consulta, de sus fetiches, prácticamente a 500 kilómetros de sí mismo. Supongamos que le llaman del periódico para encargarle unos folios sobre Julio Verne. Precisemos que solo cuenta, para comprobar fechas, títulos, argumentos, datos históricos, etcétera, con la memoria de las lecturas de las novelas del autor francés, ya demasiado antiguas, y con un ordenador portátil de apenas dos kilos de peso. Ese escritor soy yo. Ese escritor pone en el buscador de su portátil las palabras Julio Verne y en menos de 30 segundos le aparecen casi 500.000 entradas sobre el autor de El Chancellor. Significa que así como Verne navegó por nuestra época, nos radiografió en cierto modo antes de que naciéramos, nosotros podemos navegar por la suya con herramientas (o prótesis) que él intuyó, o con las que soñó. Esa es una parte del juego especular entre él y nosotros. Usted y yo estábamos en él y él, ahora, está en nosotros. Y de qué modo, pues no hay hallazgo de carácter técnico o científico que no nos lo recuerde. Somos los herederos de sus delirios y quienes los hemos llevado a la práctica. Esos delirios nos ayudaron, como lectores jóvenes, a sobrevivir a la realidad y, como personas adultas, a progresar técnicamente.
Es raro el lector cuyo encuentro con la obra de Verne no le haya movido los cimientos. Cada uno, si fuera posible preguntarle, tendría una historia propia que contar acerca de ese encuentro. Una historia sugestiva, queremos decir, de las que modifican la trayectoria de una vida, pues las novelas de Verne poseen muchos de los ingredientes de ese género que llamamos “de iniciación”. Son efecto, iniciáticas, tienen la capacidad de fundar un proyecto, de colocar las bases de una existencia.
Por mi parte, quiso el azar (esa forma, según Borges, de causalidad cuyas leyes ignoramos) que la primera novela que leyera en mi vida fuera Cinco semanas en globo. Aclarémonos: yo no era lector. Yo era un niño que pasaba muchas horas en la calle y que en invierno, para combatir el frío, se metía a ratos en una biblioteca pública de su barrio en la que había calefacción, pero donde era obligatorio permanecer callado y quieto: tal era el precio del calor. Un día, por puro aburrimiento, ese niño se levantó de la mesa, se acercó a una de las estanterías, extrajo de ella un par de libros que devolvió a su lugar después de examinar sus portadas. Su dedo índice continuó recorriendo los lomos de los volúmenes, como la aguja de la ruleta recorre las casetas de los números, hasta que se detuvo en Cinco semanas en globo.La ilustración de cubierta mostraba un globo con la canasta medio desprendida y a cuyos restos se aferraban desesperadamente dos o tres personas. El niño regresó perezosamente con el libro a la mesa, lo abrió, leyó sus primeras líneas y se precipitó en el interior del relato como el que tropieza y cae por las escaleras que conducen al sótano. Un instante fundacional. Allí nació, sin duda, la idea del libro como sótano, como lugar simbólico en cuyo interior estás a salvo de todo excepto de ti mismo. El libro como salvación, la lectura como venganza.
El niño no era socio de la biblioteca, por lo que no podía tomar el libro prestado para llevárselo a casa. Cuando llegó la hora de cerrar, se desprendió de él como si se desprendiera de un brazo o una pierna. Regresó al hogar incompleto. Los libros, desde ese instante, se habían convertido para él, no en una herramienta, sino en una prótesis, es decir, en algo que venía a sustituir una amputación misteriosa de la que hasta ese momento no había sido consciente. Ya no podría vivir sin ellos. Al día siguiente, media hora antes de que abrieran la biblioteca, el niño ya estaba a sus puertas para ser el primero en entrar, no fuera a ser que alguien cogiera antes que él la novela comenzada el día anterior. No habría podido soportarlo. Durante los siguientes días viajó en aquel globo junto al Doctor Fergusson, su criado Joe y su amigo Dick Kennedy. Partieron de Zanzíbar y observaron África desde el cielo. El niño todavía no se ha bajado de ese globo.
Curiosamente, esta primera novela de mi vida fue la primera escrita por Verne y la que lo lanzó al éxito después de flirtear sin éxito con el teatro. Pero hay una coincidencia más, verdaderamente extraordinaria, y es que Cinco semanas en globo apareció el 31 de enero de 1863. El 31 de enero es mi cumpleaños, de modo que siempre la acepté como un regalo, el mejor de mi vida. A Verne, tan aficionado a la cabalística, le habrían encantado este cúmulo de casualidades. Pero hablando de viajes, en globo o en nave espacial, ¿acaso no resulta asombroso que una novela publicada en francés en 1863 sea leída un siglo después en español por un crío que vive en la periferia de Madrid?
Después de la lectura de Cinco semanas en globo vino inevitablemente la del Viaje al centro de la Tierra, y la de Veinte mil leguas de viaje submarino, y la de Miguel Strogoff, y la de De la Tierra a la Luna, y la deLa vuelta al mundo en 80 días… Verne parecía un territorio inagotable, una comarca de la realidad tan vasta y turbulenta como nuestro propio mundo interior, que recorríamos sin darnos cuenta al descender a las profundidades del volcán Sneffels, o al precipitarnos en el espacio intentando hacer diana en la Luna, o al atravesar Siberia como correos del zar de Rusia… Cada lector tiene su propio mapa de las lecturas de Julio Verne. Ese mapa constituye una excelente representación de aquellas tardes muertas, de aquellas tardes consumidas en una esquina de la biblioteca pública del barrio; de aquellas tardes que luego resultaron las más vivas; aquellas tardes en las que la relación con Verne, al tiempo de enseñarnos a leer novelas, nos enseñó a leernos a nosotros mismos. Si aprender a leer es aprender a leerse, la deuda con este autor, tanto en el plano individual como en el colectivo, es impagable.
Como ya se ha dicho, murió en 1905, año de la publicación de la Teoría de la relatividad especial, de Einstein. Poco antes había aparecido laInterpretación de los sueños, de Freud. Verne rozó, pues, con la yema de los dedos, teorías científicas que modificaron la percepción de la realidad física y de la psíquica, previamente alteradas por su literatura. Pocos años después encontraríamos también sus huellas en el surrealismo. Verne no solo descubre el siglo XX, lo prologa, lo divide en capítulos, confecciona su índice…
Sus relaciones con la vida doméstica, para la que parecía poco dotado, no mejoraron con el paso del tiempo. A la mala relación de siempre con su hijo se añadió la agresión de que fue víctima por parte de un sobrino que una noche, regresando juntos a casa, le pegó dos tiros dejándolo cojo para siempre. Por cierto, que el hijo mencionado, Michel, publicó varias novelas póstumas de su padre, la mayor parte de ellas retocadas por él.
Dicen que durante sus últimos años se acentuó el pesimismo latente que algunos han visto a lo largo de su obra, y que vivió una vejez marcada por la depresión y el aislamiento. Quizá le amargaba la idea de no haber escrito todo lo que tenía en la cabeza. Aun así, su obra es oceánica. De sus novelas (más de medio centenar) se han hecho casi cien pe­lículas (solo de Miguel Strogoff se han rodado 16 versiones) y se encuentra entre los autores más traducidos de la historia. Es como para no creérselo.

¿DE VERDAD QUE LOS JÓVENES ESPAÑOLES SON PROSISTEMA Y LIBERALES?, por Víctor A. Rocafort

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Una lección de historia real, y de historia de algunas palabras, de la manipulación de las mismas

"... Conquistaron departamentos universitarios en las Facultades de Economía... utilizaron sus grandes medios de comunicación, nos inocularon de individualismo, consumismo, guerra interna en trabajos y vidas. Y trataron de que normalizáramos la exclusión, la desigualdad, la injusticia...

Las preguntas no son inocentes, por eso no aparecen los neoliberales como opción —y sí el “radical de izquierdas” y el “radical de derechas”; ya saben, los extremos—. Por eso también el sistema tiene “defectos importantes”, pero es “remediable... Todo en orden. Los jóvenes son liberales y reformistas. Larga vida al sistema"


¿DE VERDAD QUE LOS JÓVENES ESPAÑOLES SON PROSISTEMA Y LIBERALES?

La última encuesta publicada por El País indicaba que un 17% de los menores de 35 años en España se declaran liberales. Esta opción ideológica encabeza un listado en el que por detrás irían quienes se consideran socialistas, centristas o socialdemócratas entre otros. Un porcentaje mayor, un 59%, asegura confiar en que a pesar de los defectos del “sistema económico actual” esto tiene remedio. Enfrente, un 38% afirma que el modelo está agotado y no da más de sí.

A primera vista sorprende. Y es que en nuestro país no tenemos un partido liberal de envergadura. Tampoco hemos gozado de grandes referentes teóricos. La tradición liberal española del siglo XX ha sido muy débil. Como consecuencia, salvo Convergència Democrática de Catalunya, ninguno de los principales partidos forma parte de la Internacional Liberal. El gran referente de la derecha española, el Partido Popular, es heredero directo del franquismo reaccionario y en los últimos decenios si algo ha abrazado ha sido la fe neoliberal.

Para explicarnos por qué los jóvenes liberales encabezan la encuesta, podemos aducir que nuestro sistema político suele calificarse de democracia liberal. Esto se basa en la combinación de representación política, sufragio universal, Estado de derecho, libertades básicas, propiedad privada y libre mercado capitalista. Son cuestiones ya ambientales, dadas por hecho para muchos europeos, pero que aquí disfrutamos plenamente tan solo desde 1975.

Sabemos además que la palabra “libertad”, a la que asociamos enseguida el término “liberal”, nos resulta con razón atractiva. Más en nuestro contexto histórico. Y aunque el concepto resulta en realidad complejo y polisémico, se trata de un señuelo efectivo.
El que casi un 60% de ellos confíe en el “sistema económico actual” –los encuestadores parecen temer la palabra capitalismo–, concuerda con lo anterior. La base del sistema es liberal. A pesar de la crisis, del incremento de la desigualdad y la pobreza. A pesar de que más de la mitad de los jóvenes esté en paro. A pesar de la emigración económica forzosa. A pesar de que se reprima duramente la protesta.

Según los datos, los prosistema confían en que esto se arregle sin cambiar de modelo. Sin embargo el propio liberalismo nos muestra en sus textos y en su práctica histórica que no cambia. Hay una paradoja en él, desde su misma formación, que permanece.

Su lado oscuro está en los últimos decenios desatado, sin riendas, como diría David Harvey. Esto explica también la dureza de ciertas respuestas gubernamentales a día de hoy. Pues ideológicamente ha triunfado una mutación básicamente economicista, capaz de adaptarse a reaccionarios y social-liberales, y que curiosamente no se ofrecía como opción en la citada encuesta: el neoliberalismo.

Si leemos a los grandes pioneros del liberalismo encontraremos en sus textos la paradoja comentada más arriba. En John Locke veremos lo que la práctica política certificaba en las primeras naciones liberales: Países Bajos, Reino Unido, Estados Unidos, Francia, España.

Así en el Segundo ensayo sobre el gobierno civil este autor nos trae, al hilo de la Gloriosa Revolución inglesa de 1688, una justificación para separar ejecutivo y legislativo, una defensa del imperio de la ley, de las elecciones periódicas de representantes y, en unos pasajes para enmarcar, de la resistencia popular contra los gobernantes rebeldes que se corrompen, se someten a poderes extranjeros o incumplen sus promesas.

Y sin embargo Locke deja también muy claro que el elemento central de su comprensión de la libertad es la propiedad privada. De ahí que justifique detalladamente la pena capital para los ladrones. Asimismo, accionista como era de la Royal African Company e implicado entre otros asuntos coloniales en la redacción de la Constitución Fundamental de Carolina, defenderá el poder despótico y arbitrario que un amo pueda ejercer sobre su esclavo.

En otros textos suyos encontramos una defensa del trabajo infantil desde los tres años, brutales propuestas contra los mendigos, una dura intolerancia hacia católicos y ateos, y en definitiva, una firme creencia en que hay distintas especies de hombres a juzgar por su entendimiento y grado “civilizatorio”.

Las primeras naciones europeas liberales dominaban el comercio mundial de esclavos. Los Padres Fundadores norteamericanos eran propietarios de esclavos. Afirma Domenico Losurdo que no era casual. La expansión de la nueva clase capitalista se apoyaba en una expansión colonial donde la trata y el trabajo esclavo resultaban fundamentales.

Como indica Noelia Adánez, quizá el origen de todo ello resida en que el liberalismo no supo abordar la diferencia desde un comienzo. De ahí las grandes exclusiones: mujeres, pobres, pueblos enteros, infantes y enfermos. Todos fueron víctimas reales más allá de la pluma de autores como Locke.

Hasta bien entrado el siglo XX la representación política estaba reservada a propietarios varones cristianos y blancos. El voto público, plural, minoritario y corrompido fue la norma del siglo XIX.

Es cierto que se abolió la esclavitud, que se extendió y mejoró el sufragio, que surgieron autores preocupados por la protección de las minorías, que apareció un liberalismo social. Pero proseguía la paradoja, pues entre otros asuntos proseguía el capitalismo. Rosa Luxemburg supo plasmarlo cien años atrás, de manera por cierto muy actual, en Reforma o Revolución. Resurgía el imperialismo, se mantenían las colonias, arreciaban las desigualdades, el militarismo. Y con todo, el Estado liberal se extendía como modelo por el globo.

Desde que en la década de 1970 comenzó la grave crisis de acumulación capitalista que llega a nuestros días, se empezaron a retirar las bridas acá y allá. Para esta empresa nada mejor que la pobreza teórica de Friedrich Hayek y sus amigos de la Mont Pelerin Society, quienes redujeron mejor que nadie la idea de libertad al mercado y la competencia. Grandes dogmas de nuestro tiempo como los recortes de gasto público, las privatizaciones, la alfombra roja tributaria a la inversión extranjera directa o la desregulación de ámbitos clave como el trabajo, encontraron en ellos un indispensable apoyo teórico.

Ni rastro de un Constant, un Russell o un Berlin. Ni defensa amplia y a ultranza de todas las libertades políticas de los modernos, ni respeto hacia las libertades de los antiguos. Cualquier atisbo de lo público era socialismo, palabra maldita que conducía a política totalitaria.

Hayek habría escrito en 1944 que se fetichizaba la democracia. Esta no era más que un medio para la libertad —la del mercado, se entiende—. Por eso las autocracias sabían, a menudo, cuidar mejor de la libertad que las democracias. Camino de servidumbre, tituló la obra.

Y les dieron el Nobel. Y experimentaron en el Chile de Pinochet, libres, gracias a que el dictador hizo desaparecer literalmente a la oposición. Destruyeron en 1975, como hoy aquí, gran parte de lo público de la ciudad de Nueva York gracias a una crisis fiscal donde los acreedores mandaron. Thatcher llegó con sus antidisturbios, y le siguió Reagan. Y la crisis de la deuda, en 1982, que grabó sus dogmas a fuego en las cláusulas de condicionalidad de los créditos a los países más pobres del planeta.

La historia de este saqueo es conocida. En España el neoliberalismo no encontró apenas resistencias. Su economicismo tecnocrático, el adagio del TINA (“no hay alternativa” en sus siglas inglesas) y el llamado directo que hacía a los apetitos más destructivos del ser humano —la ambición, la competencia, la desmesura de la expansión por la expansión—, hicieron que unos y otros cayeran rendidos a los pies del neoliberalismo. Así no sorprende que fuera el PSOE de Felipe González quien aplicara la trinidad de privatizaciones, desregulación laboral y apertura externa con inusitada intensidad.

Harvey se pregunta cómo dimos el consentimiento. Cómo se instaló entre nosotros el sentido común no ya liberal, sino también neoliberal. Conquistaron departamentos universitarios en las Facultades de Economía, erigieron think tanks, utilizaron sus grandes medios de comunicación, nos inocularon de individualismo, consumismo, guerra interna en trabajos y vidas. Y trataron de que normalizáramos la exclusión, la desigualdad, la injusticia. Los CIE. Los miles de muertos del Mediterráneo. Y las burbujas.

La paradoja liberal puso una base de siglos. El neoliberalismo se quitó las vergüenzas.

Una última consideración. Ya sabemos desde que se pusieron de moda las encuestas que éstas responden a un modo de concebir lo político y la ciudadanía. La pluralidad se transmuta en opinión pública. Sirven para que medios como El País extraigan de un porcentaje la conclusión de que tenemos una “juventud reformista”. Las preguntas no son inocentes, por eso no aparecen los neoliberales como opción —y sí el “radical de izquierdas” y el “radical de derechas”; ya saben, los extremos—. Por eso también el sistema tiene “defectos importantes”, pero es “remediable”.

David Easton introdujo este concepto de sistema en la Ciencia Política en pleno auge del pluralismo liberal norteamericano. La idea procedía de los sistemas biológicos, como el marino, donde en un aparente caos todo se mantiene en equilibrio —te asomas al mar y grandes peces se alimentan de pequeños entre algas, tortugas y cetáceos que van a lo suyo—. Aunque suponga la estabilidad de un orden injusto.

Mientras, las encuestas nos tranquilizan, nos guían, reflejan bien las posibilidades de un ciudadano ya reducido a votante. Todo en orden. Los jóvenes son liberales y reformistas. Larga vida al sfistema.

(Fuente: eldiario.es)

OTROS ARTÍCULOS DEL AUTOR EN ESTE SITIO:


("Desde el 15M cada vez más en nuestro país se dicen las cosas claras, aún a pesar de que... sepamos que este decir veraz nos pueda acarrear no pocas represalias... Hace apenas unos días uno de los programas de radio más libres que tenemos, Carne Cruda, anunciaba que tenía que dejar la Cadena Ser... cuando nos callamos por cobardía, cuando miramos para otro lado o actuamos de manera cómplice, silenciando la ignominia, nuestras almas van perdiendo color y brío, verdad. Sometidas a los amos que cada cual acepta, acaban por desollarse... “al carecer de parrhesía, uno está obligado (…) a soportar la necedad de los amos (…) Desde el momento en que no hay parrhesía, los hombres, los ciudadanos, todo el mundo está condenado a la locura del amo”. El decir veraz, franco y con coraje ha sido así uno de los signos de la protesta política y social surgida al calor del 15M, hartos de tanta necedad. Que no se apague")



("... la verdadera fiesta de la democracia no se celebra el domingo sino que comienza, prosigue, este lunes. Ese día muchos volverán a la política y a la resistencia cotidiana en barrios, pueblos y centros de trabajo... El 15M sigue siendo el referente. Lleva en su ADN los motores de la unidad entre diferentes y una poderosa necesidad de honradez, de otra política. Ese cuidado por no ceder a la renuncia ética, discursiva u organizativa. Su ethos ya impregna cada esquina de resistencia de este país. Y es que el 15M posiblemente haya empezado a dar la vuelta al tablero allá donde es más difícil, en las mentalidades... Atreverse como ciudadanos a tomar la política democráticamente, es decir, a mandar desde abajo, sigue siendo el reto")



("El mecanismo de la herencia cosifica a los súbditos. Nos lleva al estado de propiedades que cambian de manos en virtud a una sucesión sanguínea en la que, como objetos inertes, no tenemos ni voz ni voto sobre el cambio de dueño. Una vez más, escribe Milton, nos convertimos por ello en "esclavos del rey"... Dudley Digges, en 1628: "El rey que no se ata a las leyes es un rey de esclavos"... "una monarquía que no ha de rendir cuentas es la peor clase de tiranía y la que menos han de soportar los hombres que han nacido libres" "… cuanto más arraiga en las naciones la corrupción, / Y por sus vicios caen en la servidumbre, / Tanto más prefieren la esclavitud a la libertad, / Una cómoda esclavitud a la libertad esforzada")



("Cuando surgió el 15M toda una generación harta de este modo de comprender la política bajó a las plazas. No nos representaban porque veíamos como algo ajeno un bipartidismo recorrido por la opacidad, donde medraban a codazos los afines al aparato y las puertas no dejaban de girar...Y mientras, seis millones de parados. Los discursos oficiales carecían de profundidad, de autenticidad, variando a ritmo demoscópico según sirviera a lo que realmente importaba: conquistar o preservar el poder")



'LA FUERZA DE LAS PALABRAS', por Pilar García Mouton. ACTIVIDAD (2º de Bachillerato)

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Palabras cansadas, palabras viejas, palabras nuevas, palabras resucitadas, palabras, palabras... el amor a las palabras, recuperar las palabras, recuperar la ética, la dignidad, que no nos las roben, que no las maltraten...

"... saber cómo son las palabras, de qué materia están hechas, cuál es su origen y dónde se conservan contribuye a devolverles prestigio, dignidad y un sitio al menos en la lengua pasiva de todos... Al margen de los juegos de manipulación que tiran de ellas, que las tironean con intención de cambiarlas, las palabras tienen una vida apasionante. Una vida que retiene las huellas del pasado al tiempo que mira hacia el futuro"



LA FUERZA DE LAS PALABRAS

Al margen de los juegos de manipulación que tiran de ellas, que las tironean con intención de cambiarlas, las palabras tienen una vida apasionante. Una vida que retiene las huellas del pasado al tiempo que mira hacia el futuro, porque, aunque hay palabras como nube, cielo, agua, mar, amor, vida, muerte, noche, día o luna que parecen haberse mantenido inalterables a través de los siglos, lo normal es que de vez en cuando el léxico nos recuerde que las lenguas viven en un proceso de cambio que nunca acaba.

El patrimonio cultural de cualquier lengua tiene mucho que ver con las palabras y su capacidad evocadora. Evidentemente el léxico se va construyendo a lo largo de su historia con palabras que reflejan las influencias culturales del entorno, pero al mismo tiempo se va deshaciendo, porque hay palabras que los hablantes abandonan -a veces muy conscientemente- por creer que suenan anticuadas o que revelan un origen rural, y otras que poco a poco dejan de ser necesarias, y se olvidan. De esos procesos son responsables los cambios culturales que se llevan por delante las palabras que designan cosas que se van, mucho más en sociedades como la nuestra que han sufrido una pérdida acelerada de la cultura rural y de las palabras asociadas a las formas tradicionales de vivirla. Hoy, casi sin uso y sin su antiguo prestigio, algunas se refugian en el campo, pero muchas personas cultas ignoran hasta qué punto nos unen al pasado y a los clásicos.

Cíclicamente y empujados por estímulos variados, los hablantes necesitamos adoptar palabras nuevas y crear o copiar otras. No hace tanto tiempo modas rabiosas, que luego resultaron pasajeras, y adelantos técnicos modernísimos entonces nos trajeron palabras como guateque, cuchipanda, elepé, pickup, aeroplano, tomavistas o magnetófono, que hoy sirven para dar nombre a los recuerdos. Bastantes años antes la moda de lo gitano popularizó chipén, postín, fetén y gachí y, entre los nombres de las prendas de vestir, llegaron para quedarse algunos anglicismos, como jersey, mientras pullover fue languideciendo como ahora languidecen los galicismos petimetre, rendibú o patatús.

La experiencia humana está construida sobre palabras, pero solo algunas se perciben como propias, de casa, de la infancia, de la juventud, de amigos, y las hay que envejecen unidas al recuerdo de determinadas personas, a los afectos o a las circunstancias de una época. Por eso, con los años, los hablantes adquieren conciencia de que también por sus palabras ha pasado el tiempo, palabras con olor y sabor especialmente pegadas a la tierra de origen. Y una lengua como el español, que ha extendido sus palabras por el mundo y ha tomado muchas de las hablas y las lenguas cercanas, se presta como pocas a desentrañar este tipo de afectividad léxica, porque atesora palabras aragonesas como ababol "amapola", noroccidentales como apañar "coger fruta", manchegas como cucar "guiñar un ojo", etcétera; muchas refugiadas en América, como chinela, frazada, dulcería; en Andalucía, como alcaucil; en Canarias, como zorrocloco; palabras que van y que vienen, como los cantes, para realimentar entre sí las distintas variedades de español.

En los últimos años muchas obras especializadas, entre ellas muy buenos diccionarios, se esfuerzan en acercar el conocimiento del español a sus hablantes. Volver la vista sobre cómo las palabras han pasado por sus vidas les da la posibilidad de reflexionar sobre los cambios que su lengua ha experimentado en ese tiempo. También constatar que no todo son palabras moribundas y olvidadas o palabras nuevas, que las palabras tienen una capacidad insospechada de aumentar las posibilidades con las que nacieron. Sabemos que históricamente la relación entre palabra y cosa ha podido llegar a transformar en cotidiano algo que en origen era casi mágico, por eso, por ejemplo, en España llamamos grifos a las llaves de metal de las cañerías, por aquella antigua costumbre de hacerlas en forma de animal que echaba agua por la boca...Grifo, del griego el "animal fabuloso con forma de águila de medio cuerpo para arriba, y de león de medio cuerpo para abajo". Y no hay más que ver con qué naturalidad algunas palabras tradicionales -ratón, pantalla, navegar, colgar- han ampliado su significado para adaptarlo a las más recientes necesidades informáticas.

Aprovechar la inagotable curiosidad de los hablantes por la lengua a través de una historia de sus palabras, revivir el contexto en el que las aprendieron y conocer cuál es su situación actual, puede ayudar a ubicarlas y, en algún caso, incluso a recuperarlas, es una oportunidad de que conozcan mejor su lengua y su propia historia. Porque saber cómo son las palabras, de qué materia están hechas, cuál es su origen y dónde se conservan contribuye a devolverles prestigio, dignidad y un sitio al menos en la lengua pasiva de todos. Es cultura lingüística para hablantes curiosos.

(Fuente: El País, Babelia, 21-01-2012)

ACTIVIDAD:

Comentario crítico del texto (debéis tener en consideración vuestros conocimientos sobre el léxico de la lengua española: préstamos, cultismos, neologismos, etc.)

ENTRADA DE APOYO:

ACERCA DE LOS PRÉSTAMOS LÉXICOS, JULIO LLAMAZARES Y BENITO J. FEIJOO

(En el primer tema de la programación de Lengua y Literatura de 2º de Bachillerato aparece el concepto de préstamos léxicos. Quizá, pueda ser interesante confrontar dos textos que tratan sobre la polémica que siempre ha despertado ese concepto. Julio Llamazares, siglo XX, y Benito J. Feijoo, siglo XVIII... "Desde que las insignias se llaman pins; los homosexuales, gays; las comidas frías, lunchs, y los repartos de cine, castings, este país no es el mismo. Ahora es mucho más moderno.Durante muchos años, los españoles estuvimos hablando en prosa sin enteramos. Y, lo que es todavía peor, sin damos cuenta. siquiera de lo atrasados que estábamos. Los niños leían tebeos en vez de comics, los jóvenes hacían fiestas en vez de parties, los estudiantes pegaban posters creyendo que eran carteles, los empresarios hacían negocios en vez de business, las secretarias usaban medias en vez de panties, y los obreros, tan ordinarios, sacaban la fiambrera al mediodía en vez del catering..."

Pilar García Mouton (Madrid, 1953) es profesora de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, especialista en geolingüística y dialectología, directora de la Revista de Filología Española, y autora, junto con Álex Grijelmo, del libro Palabras moribundas (Taurus. Madrid, 2011. 292 páginas. 20 euros).




Columna para el comentario crítico: 'COMULGAR', por Leila Guerriero

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¿Qué se siente al hacer ejercicio? ¿Qué se siente al correr? ¿En qué pensamos cuando lo hacemos?

"Corro para aprender a aguantar lo que no se aguanta, para no llegar a ninguna parte, para romper el insano silencio del mundo. Para sentir, parafraseando a Clarice Lispector, que soy más fuerte que yo misma...

Corro para escribir. Corro porque escribo. Porque es igual de inútil, igual de necesario, igual de pavoroso"

'Mujeres corriendo por la playa', Pablo Picasso

COMULGAR

Yo corro. Corro poco, corro treinta minutos cada día, pero corro. Corro siempre por el mismo circuito, corro como un hámster, como un perro entrenado, corro por las calles de mi barrio, entre el paredón del cementerio y los talleres mecánicos, entre las veredas rotas y los autos en estado de desastre. Corro. Corro siempre sola, siempre con música, siempre en las tardes aunque a veces —pocas— corro también en las mañanas. Corro en Buenos Aires pero he corrido en Alcalá de Henares, en una playa de Portugal, en el parque del Retiro de Madrid, en Santiago de Chile, en una cinta de gimnasio en un hotel de Caracas. Pero nunca pude correr en Bogotá o en México o en Quito, donde la altura me aniquila. Corro porque me gusta sentir la furia de los músculos, la arrogancia del cuerpo, y porque cada vez es la primera: porque cada vez hay que remontar el agobio y las ganas de no correr y el horror de los primeros minutos hasta que, en algún momento, todo desemboca en un cono de silencio en el que no hay tiempo, ni frío, ni calor, ni cansancio, ni desesperación: sólo la voluntad de permanecer allí para siempre, en ese lugar horrible como si fuera el paraíso. Corro. Corro poco, corro treinta minutos cada día, pero corro. Corro para aprender a aguantar lo que no se aguanta, para no llegar a ninguna parte, para romper el insano silencio del mundo. Para sentir, parafraseando a Clarice Lispector, que soy más fuerte que yo misma. “Vengo de comulgar y estoy en éxtasis / aunque comulgué como un ahogado”, escribió el poeta argentino Héctor Viel Temperley. Corro para comulgar como una ahogada. Corro para escribir. Corro porque escribo. Porque es igual de inútil, igual de necesario, igual de pavoroso.

(Fuente: El País, 24-09-2014)

OTROS ARTÍCULOS DE LA AUTORA EN ESTE SITIO:

CIEN

("Es, para los tiempos que corren —correctitos— un poeta insoportable. Un fauno tocando heavy metalen la plaza del pueblo. Nunca, como ante él, sentí que alguien podía borrarme de la faz de la tierra con la sola fuerza de su inteligencia demencial. El viernes cumple 100 años. Habría que inventar algo para que volviera a empezar")

EUFORIAS

("Ese fue el año en el que mis abuelos compraron un televisor, el año en que yo supe que existían los mundiales de fútbol, y el año en que no supe casi nada más: ni que los niños podían torturarse, ni que mientras se jugaban los partidos bajo la mirada de ese hombre que me daba pavor mucha gente padecía un grado intenso de tortura, degradación, ruina, desastre...")

PERDIDOS
(“Cuando vengo a estos encuentros de escritores, me siento como un cura que ha perdido la fe en una reunión de obispos. Desde hace tiempo lo que escribo me sabe mal. Me gusta más lo que escriben los otros. Yo he perdido la fe, yo ya no escribo” ... recordé la voz de Pina Bausch diciendo, con una certeza nacida del horror y de los huesos, “Bailen, bailen, o estamos perdidos”)




¿EUFORIA POR LA DIMISIÓN DE GALLARDÓN?, por Luis Enrique Ibáñez

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"La retirada de la nueva ley sobre el aborto es una noticia cojonuda.

Pero que no nos despisten... la calle sigue esperándonos... cuando salgamos a hacer lo que tenemos que hacer, protestar, indignarnos... ser nosotros... nos van a dar de hostias, y muchas... Y cuando queramos denunciar el maltrato, la injusticia, nos aplicarán la nueva Ley de Seguridad Ciudadana, esa hija de Gallardón... Y si queremos recurrir, no tendremos dinero para hacerlo. Está todo pensado"


¿EUFORIA POR LA DIMISIÓN DE GALLARDÓN?

El ministro de Justicia Alberto Ruiz Gallardón ha dimitido. En principio, lo ha hecho por la derrota que supone  haberse visto obligado a retirar su estelar nuevo proyecto de Ley sobre la regulación del aborto. Y, evidentemente, la retirada de esa nueva Ley, medieval, troglodita, inhumana, inquisitorial... está bien, no hay duda. Debemos felicitarnos por ello, sin duda. Que tengan que retirar sus garras asesinas del cuerpo de las mujeres, y de las palabras civilización y libertad, supone una bofetada certera y gustosa en el centro de su arrogancia y de su sumisión a la autollamada Santa Madre Iglesia, de su sumisión a esa España rancia, caduca, maloliente, que sigue ahí, ordenando nuestras vidas, sonriendo, feliz, detrás de la apariencia, ya rota, de un país moderno, demócrata y laico... qué cosas.

Sin embargo, no puedo evitar un tufillo de decepción cuando he comprobado el estado de euforia que se ha instalado, tras la noticia, en el sentir de tanta gente luchadora, digna, solidaria, que afirma que esta dimisión ha sido una victoria de la calle, una victoria de la lucha, una victoria del pueblo, de las mujeres, una prueba de que "sí podemos". No es así.

Y me temo, con tristeza, que estamos tan desesperados que nos agarramos a cualquier atisbo de victoria para poder cantarla, para poder pensar que nuestra justa lucha, nuestro digno estar, nuestro incontestable mensaje, ha sido tan fuerte que les ha obligado a rectificar. Creo que no es así.

Es duro decirlo, pero pienso que la dimisión de ese teleñeco disfrazado, tanto tiempo, de culto, de verso suelto, incluso de tolerante y progresista, no obedece a un me rindo ante las protestas en la calle.

Obedece, simplemente, a una reflexión insana y aclaratoria sobre el significado de lo que ellos llaman "tiempos electorales'. Nos conceden un simulacro de victoria que, en realidad, es, simplemente, una parada, de ellos, en la zona de avituallamiento, para poder seguir con la misma monserga, con el mismo plan, haciéndonos creer que hemos avanzado, mientras la tragedia sigue, y no, no le estoy quitando importancia a la retirada de esa ley infernal.

Lo que ocurre, creo, es que la sombra de Gallardón, proyectada sobre este estado medieval que sufrimos, es demasiado larga.

Ahora mismo, muchísimos ciudadanos españoles no tienen derecho a eso que llaman Justicia: la ley de tasas judiciales lo impide. Y es una ley de ese muchacho.

En los próximos meses, cuando salgamos a la calle a hacer lo que tenemos que hacer, protestar, indignarnos, reivindicar nuestra condición de seres humanos, intentar acabar con los desahucios, demandar una renta básica, exigir educación para todos, agarrarnos, suicidas, sin soltarlas, a unas condiciones laborales justas, luchar por los parados... ser nosotros... nos van a dar de hostias, y muchas.

Y cuando queramos denunciar el maltrato, la injusticia, nos aplicarán la nueva Ley de Seguridad Ciudadana, esa hija de Gallardón, parida sólo para anularnos, para callarnos. 

Y si queremos recurrir, no tendremos dinero para hacerlo. Está todo pensado.

La retirada de la nueva ley sobre el aborto es una noticia cojonuda.

Pero que no nos despisten... la calle sigue esperándonos.






Columna periodística: 'DESARRAIGO', por Juan José Millás. PROPUESTA DE EXAMEN

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Desarraigo, inmigrantes, personas anónimas a nuestro lado, seres a los que ni siquiera miramos...

"Vienen de lejos, de lugares a los que muchos de nosotros hemos viajado y de los que hemos vuelto porque tenemos ese superpoder que proporciona el dinero. Hemos hecho turismo en los países de los que ellas vienen. Cuando vuelvan, si vuelven después de haber servido diez o doce millones de cafés, quinientos mil gin-tonics y doscientos mil platos del menú del día, serán turistas en su casa"



DESARRAIGO

Una mujer en el metro, con una maleta. Cinco o seis esta semana, y otras cinco o seis, la semana pasada. Viajan dentro de la ciudad. Quizá han estado 15 días con un primo y ahora van a pasar dos meses en casa de una tía. Tal vez han encontrado una habitación más barata en otro barrio, al que se dirigen ahora. No siempre, pero con alguna frecuencia, llevan a un niño o una niña de la mano libre. El brazo de la maleta parece una extensión del suyo. Maletas como prótesis, de tela, a punto de reventar y eviscerarse por la línea de la cremallera. En su interior, revuelta con la ropa íntima, la sartén, el cazo, las fotos familiares, se agita una historia familiar de desarraigo.
Vienen de lejos, de lugares a los que muchos de nosotros hemos viajado y de los que hemos vuelto porque tenemos ese superpoder que proporciona el dinero. Hemos hecho turismo en los países de los que ellas vienen. Cuando vuelvan, si vuelven después de haber servido diez o doce millones de cafés, quinientos mil gin-tonics y doscientos mil platos del menú del día, serán turistas en su casa. Aquí son mujeres que van de un lado a otro, en el metro, con una maleta. Han recorrido todas las líneas, podrían recitar el nombre de las estaciones como una oración desesperada. Valdeacederas, Tetuán, Cuatro Caminos, Avenida de América. Quintana, Pueblo Nuevo… En las estaciones donde no hay ascensor o las escaleras mecánicas están estropeadas, suben y bajan las maletas con la naturalidad con la que suben o bajan sus riñones, su corazón, su páncreas. Son un Estado dentro del Estado, una nación encapsulada en la nación. Dueñas de una corporeidad categórica, apenas las vemos, pendientes como vamos de nuestro propio ombligo. En el metro, mujeres con maleta.
(Fuente: El País, 26-09-2014)
PREGUNTAS:
1ª ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS
2ª TEMA. RESUMEN

3ª COMENTARIO CRÍTICO
Preguntas guía para el comentario crítico

1ª ¿Cómo está organizado el texto? (Estructura)
2ª ¿Qué tesis defiende el autor? (Ver Orientaciones para determinar el tema...)
3ª ¿Podrías resumir brevemente el texto con tus propias palabras?
(Las tres primeras preguntas corresponden, evidentemente, a las preguntas de Selectividad, ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS, TEMA Y RESUMEN. A partir de la cuarta pregunta comenzaría -es sólo una propuesta- el COMENTARIO CRÍTICO)
4ª ¿Qué tipo de texto es? Si es un texto literario, ¿a qué momento histórico pertenece, está "encuadrado" en algún movimiento literario?
5ª ¿Es un tema actual? ¿Crees que hay alguna idea "secundaria" importante?
6ª ¿Es un tema polémico?
7ª ¿Es un tema local/universal
8ª ¿Qé argumentos utiliza el autor para defender su tesis?
9ª ¿Es objetivo en sus planteamientos, o es subjetivo?
10ª ¿Cuáles son las “marcas lingüísticas” de su supuesta subjetividad? ¿Cuáles son las expresiones más impactantes, más significativas? Coméntalas.
11ª ¿Es un tema original?
12ª Si no lo es, ¿lo es, al menos su tratamiento, su enfoque?
13ª ¿Cuál es tu opinión?
14ª ¿Qué argumentos añadirías?
15ª ¿Qué argumentos opondrías a los del autor?
16ª ¿Puedes relacionar el texto, su tema principal, con otros textos, noticias… que conozcas?
17ª Teniendo en cuenta la intención del autor, ¿crees que ha sido eficaz? ¿Qué funciones del lenguaje predominan?
18ª ¿Cómo concluyes tu análisis, tu comentario?
4ª FUNCIÓN SINTÁCTICA DE LAS PALABRAS SEÑALADAS (negrita)
5ª EL LENGUAJE PERIODÍSTICO / LOS GÉNEROS DE OPINIÓN / LOS GÉNEROS INFORMATIVOS / CLASIFICACIÓN DE LOS GÉNEROS PERIODÍSTICOS

ENTRADA RELACIONADA:


'EL AIRE DE LA CALLE' / 'FELICIDAD', LA PANDILLA VOLADORA

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De acuerdo, nos lanzamos a la calle...
Soy un bohemio de la vida que yo no tengo na que ver
con los bigotes señoriales que se pasean por Jerez... 
solo quiero cuarenta pavos para dormirme, y en una cama,
no quiero amores, soy vagabundo y amante de la noche... 
me pongo la careta y me lanzo a la calle...




LETRA:

Yo me levanto temprano y me pongo a trabajar

con mi guitarra en la mano yo nunca paro de cantar
a mi me llaman el descalzo porque en invierno uso chanclas
y eso lo hago pa notarme y en el fresquito de la mañana
to el dÍa en la calle,en la plazuela tomando el aire

Soy un bohemio de la vida que yo no tengo na que ver

con los bigotes señoriales que se pasean por Jerez
yo ya no tengo obligaciones, yo ya no tengo más que ver
los charquitos de la plaza cuando termina de llover
los días de colores,en la plazuela fumando flores.

El aire de la calle a mi me huele a goma fresca

yo lo asumo me lo fumo y me escapo por la cuesta,
te quiero te quiero como las peras a los peros
yo te amo yo te amo cuando te pierdo y cuando te gano.

Los pantalones sin bolsillos, pero los hilos no se amargan,

te canto en la alameda del banco te canto en la calle Larga
lo mismo te canto un fandango que yo te canto por Triana
solo quiero cuarenta pavos para dormirme y en una cama,
no quiero amores,soy vagabundo y amante de la noche

El aire de la calle a mi me huele a goma fresca,

yo lo asumo me lo fumo y me escapo por la cuesta,
te quiero te quiero como las peras a los peros
yo te amo yo te amo cuando te pierdo y cuando te gano.

Veneno negro yo tengo en la sangre,

en mis brazos tengo cinco tatuajes,
yo nunca lloro porque vivo en carnavales,
me pongo la careta y me lanzo a la calle,
y me lanzo a la calle y me lanzo a la calle
y me lanzo... a la calle.

... Nada mas verte 

le dije a mi sentido común 
que no me esperara levantado...


LETRA:
Mata más gente el tabaco 
que los aviones, 
y he perdido el miedo a volar, 
y enciendo la faria de las grandes ocasiones 
en las nubes tengo un “Bemeuve”, 
una “Pleiestetion” 
tu foto y un par de postales, 
sigue escribiendo donde quiera que tú estés. 

Felicidad 
que bonito nombre tienes, 
Felicidad 
vete tú a saber dónde te metes. 
Felicidad 
cuando sales sola a bailar 
te tomas dos copas de más 
y se te olvida que me quieres. 

Nada mas verte 
le dije a mi sentido común 
que no me esperara levantado 
y al volver a casa una nota en el “livinrum” 
un adiós en los morros 
y desde entonces duermo solo 
fintito, acabado, caramba 
y pagando los recibos de la luz. 

Cuando menos lo esperaba 
de pronto un día 
a mi puerta llamó la alegría 
y resulta que tenía tu carita 
y resulta que estabas tan rica 

y devoré tu piel, tu carne y tus espinas, 
y rebañé, 
to el suco, suco, suco, y rebañé. 

Desde entonces en verano 
nunca pido ensaladilla 
ni antes de dos horas de digestión 
me tiro al mar 
he dejado de abusar 
del tabaco, del café, 
del tinto y del prozac, 
pura Felicidad.



Columna de opinión: 'LOS OJOS', por Manuel Rivas. ACTIVIDADES

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"Nunca pensé que llegara a aplicarse la extrema corrupción de negar a los inmigrantes la asistencia sanitaria... Va un tuit de Confucio: “En un país bien gobernado, la pobreza es algo que avergüenza; en un país mal gobernado, la riqueza es algo que avergüenza”. ¿Cómo lavar tanta vergüenza?"


LOS OJOS

Lleva ocho décadas transformando el humor en una energía alternativa. Cuando le falló la vista y empezó a verlo todo borroso, se defendió generando todavía más chispa. Con dos cataratas, decía, me van a declarar parque natural. Después de operarse, y recuperar la visión, Margarita nos sorprendió con una irónica declaración de tristeza: “No me gusta nada lo que veo”. En Poesía clásica china, Guojian Chen explica que para mostrar repudio por algo que resulta sucio o indigno existe la expresión “lavarse los ojos”. Y un poema de Li Bai habla de un legendario ermitaño que hizo eso, lavarse los ojos, cuando le transmitieron una propuesta que consideró degradante: incorporarse al gobierno. Estos días es noticia destacada en todos los medios de comunicación la salida de un nuevo modelo de móvil. El cacharro se presenta como una revolución. Pero lo revolucionario hoy sería que incluyese un sistema operativo para lavarse los ojos. La prensa se vende ahora con un surtido de promociones. La más común, supongo que por la crisis, son los juegos de cuchillería. Yo echo de menos un colirio. Algo para lavarse los ojos. Y la televisión conviene verla con una palangana de agua con las siete hierbas de San Juan. Esto de lavarse los ojos después del noticiario no nos lo enseñaron en la facultad de Ciencias de la Información. Lo he tenido que aprender de gente como Margarita y un poeta chino del siglo VIII. Esta semana no he parado de lavarme los ojos. Nunca pensé que llegara a aplicarse la extrema corrupción de negar a los inmigrantes la asistencia sanitaria. Ya tenemos nuestros ‘intocables’. Va un tuit de Confucio: “En un país bien gobernado, la pobreza es algo que avergüenza; en un país mal gobernado, la riqueza es algo que avergüenza”. ¿Cómo lavar tanta vergüenza?

(Fuente: El País, 27-09-2014)

ACTIVIDADES:

1ª DETERMINAR EL TEMA CENTRAL

2ª COMENTARIO CRÍTICO

3ª ANÁLISIS SINTÁCTICO Y MORFOLÓGICO DE LA SIGUIENTE ORACIÓN:

En un país bien gobernado, la pobreza es algo que avergüenza; en un país mal gobernado, la riqueza es algo que avergüenza






'FICCIONES CONVENIENTES', por Antonio Muñoz Molina

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En la asignatura de Literatura Universal (2º de Bachillerato), la programación nos pide, al principio, entre otras tareas, que nos acerquemos a los libros sagrados de las principales religiones. Bien, este texto puede servirnos de amable introducción, no sólo para ese tema...

"El Dios del Antiguo Testamento es quizás el personaje más inquietante que ha inventado nunca la literatura, el más desmedido, el más aterrador... pertenece al linaje de los grandes varones iracundos, como el rey Lear y el capitán Ahab... es tiránico y celoso de la lealtad de sus súbditos... Las patrias, el dinero, los dioses son igualmente irreales: pero su fantasmagoría no es un obstáculo para su influencia escalofriante sobre la realidad y sobre las vidas de todos nosotros"


FICCIONES CONVENIENTES

El Dios del Antiguo Testamento es quizás el personaje más inquietante que ha inventado nunca la literatura, el más desmedido, el más aterrador. Este Dios bíblico pertenece al linaje de los grandes varones iracundos, como el rey Lear y el capitán Ahab. Igual que ellos es tiránico y celoso de la lealtad de sus súbditos, y su omnipotencia le conduce a provocar catástrofes y a idear castigos mucho más que a proveer de felicidad a sus fieles. La ecuanimidad no es uno de sus atributos.

El Dios bíblico acepta sin explicación unas ofrendas y rechaza otras, atormenta a quienes más fielmente le sirven, despierta a conciencia en los seres humanos impulsos que él mismo se ocupará después de castigar. A Dios le complace el olor del humo de los sacrificios que hace en su honor Abel, pero le desagradan los de Caín, y su visible rechazo provoca en el hermano desfavorecido un resentimiento que lo empujará al crimen. Como un déspota caprichoso y angustiado de la literatura, Dios crea a la especie humana y luego se arrepiente de lo que hizo, al ver las iniquidades de los hombres, y decide acabar con ella desatando el Diluvio.
Que este Dios sea tan ostensiblemente una invención literaria no desacredita su poder ni reduce su importancia
Dios elige como suyo al pueblo judío, pero se ofende tanto por sus brotes de idolatría o de impiedad que no tiene el menor escrúpulo en enviarle ejércitos exterminadores de enemigos que arrasan sus ciudades y sus campos y lo someten a la cautividad. Algunas noches, como un rey aburrido e insomne, como Stalin cuando llamaba por teléfono a las tres o a las cuatro de la madrugada a un pobre súbdito aterrado, el Dios de la Biblia murmura en el oído de un patriarca o de un profeta para despertarlo e impartirle alguna orden. Según los salmos de David, Dios se regocija en el espectáculo de los recién nacidos de los idólatras estrellados contra una roca o un muro, en el calor de una batalla.
Centenares de millones de personas basan su conducta moral en los mandamientos dictados por ese personaje literario de la Biblia o del Corán
Que este Dios sea tan ostensiblemente una invención literaria no desacredita su poder ni reduce su importancia. El Dios del Antiguo Testamento es una de esas figuras que atestiguan la extraordinaria capacidad de la mente humana para inventar historias infundadas que sin embargo adquieren una importancia decisiva en el funcionamiento de la vida colectiva. A los escritores se les suele mirar con algo de condescendencia, quizás con un desdén amable, por ocupar su tiempo en tareas superfluas, a diferencia de esos conciudadanos prácticos que se consagran enérgicamente al manejo de la realidad, a la política o al dinero, a levantar puentes, a reparar motores, a fumigar cosechas. Pero resulta, si uno se para a pensarlo, que el gran edificio de la civilización se asienta sobre un cierto número de ficciones, o más bien flota precariamente por encima de ellas, como esos personajes de los dibujos animados que seguían corriendo en línea recta al llegar a un precipicio, y solo se caían al mirar hacia abajo y descubrir que avanzaban sobre el vacío. Centenares de millones de personas basan su conducta moral en los mandamientos dictados por ese personaje literario de la Biblia o del Corán; la economía entera del mundo se basa en la atribución del todo arbitraria de valores fijos a rectángulos de papel de diversos colores o, más intangiblemente aún, a cifras que se deslizan en rápidos parpadeos por pantallas de computadoras; y un número incalculable de matanzas y de jubilosas celebraciones colectivas tienen su origen en las historias en gran parte inventadas de entidades ficticias a las que se da el nombre sagrado de patrias.
Las patrias, el dinero, los dioses son igualmente irreales: pero su fantasmagoría no es un obstáculo para su influencia escalofriante sobre la realidad y sobre las vidas de todos nosotros. Lo explica con claridad magnífica Yuval Noah Harari en Sapiens, que aquí se ha titulado De animales a dioses, un repaso absorbente de la peripecia humana, escrito con rigor e irreverencia ilustrada, aunque también sin el proselitismo a veces antipático de militantes como Richard Dawkins, tan ocupados en denostar la religión que no se fijan en las muy poderosas razones para su existencia y su arraigo perdurable.
dioses que crearon el mundo y dieron leyes a los hombres, y exigen sacrificios y obediencia; demonios y enemigos exteriores a los que es prudente temer y a los que es lícito echar las culpas de los males que nos afligen
Harari examina las ventajas que permitieron al Homo sapiens, desde hace unos setenta mil años, imponerse sobre todas las demás especies —algunas de ellas igualmente humanas— y llega a la conclusión de que lo decisivo no fue el tamaño del cerebro, ni el uso del lenguaje, ni la capacidad de razonar. Otras especies, los neandertales incluidos, han tenido cerebros mayores. Otras han sido también capaces de comunicarse mediante sonidos articulados y de cooperar en grupos más o menos numerosos, regidos por el parentesco. Lo que nos distingue a nosotros, dice Harari, no es que podamos dar nombres a las cosas y por lo tanto invocar lo que no está presente y contar lo sucedido, sino que somos capaces de urdir ficciones: de crear seres imaginarios e inventar historias que nunca ocurrieron: dioses que crearon el mundo y dieron leyes a los hombres, y exigen sacrificios y obediencia; héroes que fundaron linajes y reinos; demonios y enemigos exteriores a los que es prudente temer y a los que es lícito echar las culpas de los males que nos afligen; pueblos elegidos por los dioses y originados por los héroes y destinados a perdurar a través de los siglos y a reclamar la posesión de territorios que solo les pertenecen legítimamente a ellos; historias colectivas de sufrimiento y redención, de expulsión y regreso.
Tal vez la literatura nació como un antídoto contra las abrumadoras ficciones colectivas
Todas ellas cumplen una función imprescindible y, en ocasiones, terrorífica: crear lazos de lealtad y cooperación mutua que abarcan más allá de la cercanía inmediata del parentesco y la tribu. Una banda de neandertales, con cerebros más grandes que los sapiens y mayor fortaleza física, podía unir sus fuerzas para cazar un mamut: pero solo la creencia en un dios, en un origen heroico o en un destino común puede hacer que actúen en común varios miles o incluso millones de desconocidos entre sí, que obedezcan una misma ley y en caso necesario decidan expulsar a los calificados como indignos o exterminar a los forasteros o a los infieles.
A Carlos Martínez Shaw, en la reseña del libro que publicó en estas páginas, le molesta con razón que Harari incluya los derechos humanos en su catálogo de ficciones colectivas, junto a las religiones, las patrias, las mitologías y el dinero. No todas las ficciones son lo mismo, desde luego, y la gran ventaja de la democracia como organización colectiva es que reduce al mínimo la necesidad de dioses, patrias y enemigos exteriores. Los ilustrados de otras épocas creían que el avance del pensamiento científico volverían superfluas las explicaciones sobrenaturales de las cosas e inmunizarían a los seres humanos contra la tentación de lo irracional. Pero, como dice el verso de T. S. Eliot, la especie humana no sobrelleva bien la realidad. Nuestro cerebro sapiens requiere dioses ante los que arrodillarse, estrellas que rijan el destino, patrias a las que sacrificar la vida, preferiblemente la vida de otros. Tal vez la literatura, que se basa no en la creencia, sino en la suspensión transitoria de la incredulidad, nació como un antídoto contra las abrumadoras ficciones colectivas, como un recordatorio de la conciencia solitaria y del mundo real que esas ficciones usurpan.
(Fuente: babelia.com)





'CON LAS CORRALAS DE SANLÚCAR', por Luis Enrique Ibáñez

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"¿Todavía es necesario recordar que los llamados grandes partidos están endeudados hasta las trancas con los llamados grandes bancos, y que eso les imposibilita, de modo absoluto, legislar de modo justo para favorecer a los más necesitados, para gobernar en favor de los que dicen representar?...
Hoy, en Sanlúcar, sólo podemos hacer una cosa: acompañar a las familias de las corralas... Ellos no se esconden. No lo hagamos nosotros"



CON LAS CORRALAS DE SANLÚCAR

Las más de cien familias que han ocupado viviendas vacías en Sanlúcar no están sólo peleando por su dignidad, luchando por su vida. Nos están ofreciendo a todos un ejemplo. Nos están diciendo que no podemos quedarnos quietos y callados, cuando sabemos, perfectamente, que todos nosotros estamos sometidos bajo el yugo de un golpe de estado financiero insoportable. Estas familias martillean nuestra conciencia para que no sigamos bobos, felices en la amnesia, ocultos y mudos en el fondo del pozo, borrados en el país de la indecencia.

¿Todavía es necesario recordar que nosotros, todos, hemos regalado cientos de miles de millones a esos bancos que, después de expulsar de sus casas, de la vida, a tantas personas, se permiten la obscenidad de tener miles de viviendas vacías?

¿Es necesario recordar que las familias que son desahuciadas, tiradas a la calle, deben seguir pagando? ¿No es esto un regreso a la Edad Media?

¿Todavía es necesario recordar las numerosas e innombrables estafas legales con que esos bancos se han reído de tantos ciudadanos? ¿Es necesario volver a explicar el significado de cláusula suelo, o de preferentes?

¿Todavía es necesario recordar que los llamados grandes partidos están endeudados hasta las trancas con los llamados grandes bancos, y que eso les imposibilita, de modo absoluto, legislar de modo justo para favorecer a los más necesitados, para gobernar en favor de los que dicen representar?

¿Todavía es necesario recordar que los bancos más importantes de este país, según fuentes de Hacienda, se encuentran entre los mayores defraudadores fiscales que sufrimos, que nos roban? Ellos son, al parecer, los protagonistas principales de esa película de terror titulada "Evasión Fiscal". No usted, ni yo.

¿No es para tirarse al río saber que todos pusimos 12.000 millones para rescatar Cataluña Banc, y que ahora el BBVA, "el preferentes" se lo ha quedado por 600?

¿Somos tontos, o chupamos bolas?

¿Cómo es posible poner en duda las acciones que están llevando a cabo estas familias de Sanlúcar?

Desobedecer las leyes injustas no es sólo un derecho. Es un deber moral. Ya lo dijeron Gandhi y Luther King, esos personajes que siempre son citados por el poder para hablar de la no violencia, nunca para justificar, defender, éticamente, la desobediencia civil.

Y si algún creyente necesita argumentos de carácter sagrado, ahí tiene el Antiguo Testamento:

COBRAS USURA E INTERESES, Y TE APROVECHAS DE TU PRÓJIMO CON EXTORSION… TE DISPERSARÉ ENTRE LAS NACIONES Y TE ESPARCIRÉ POR LOS PAÍSES, Y ASÍ ELIMINARÉ TU IMPUREZA." (EZEQUIEL)

SI TU HERMANO SE QUEDA EN LA MISERIA Y NO TIENE CON QUE PAGARTE, TÚ LO SOSTENDRÁS COMO SI FUESE UN EXTRANJERO O UN HUÉSPED, Y ÉL VIVIRÁ JUNTO A TI. NO LE EXIJAS NINGÚN CLASE DE INTERÉS: TEME A DIOS Y DEJA QUE VIVA EN TU CASA."(LEVÍTICO)

Hoy, en Sanlúcar, sólo podemos hacer una cosa: acompañar a las familias de las corralas en su justa y digna manifestación. Ellos no se esconden. No lo hagamos nosotros.




Crítica de 'FILOSOFÍA PARA DESENCANTADOS' (de Leonardo da Jandra), por Luis F. Moreno

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"…después de veinticinco siglos de intento civilizador y de millones de vidas ofrendadas, aún seguimos siendo filosóficamente inmorales y políticamente anticívicos. El eje discursivo de la tragedia es el mismo: el abuso inmoral del poder por parte de individuos y grupos que sólo buscan su propio beneficio"

Leonardo da Jandra

FILOSOFÍA PARA DESENCANTADOS, IDEAS DE ROBINSÓN PARA JUNGLAS DE ASFALTO

Leonardo da Jandra (Chiapas, México, 1951) es narrador y filósofo, poco conocido en España todavía; pero, como pensador, Filosofía para desencantados supone un pistoletazo de salida que puede tener gran impacto en esta carrera —siempre en comienzo— en pos de la sabiduría y la búsqueda de la verdad. Este libro es valiente y decidido, no se anda por las ramas y va a lo esencial, pues plantea preguntas incómodas y propone claves para intentar resolverlas: ¿Qué necesitan hoy los desencantados relativistas para creer en la vida buena y en el valor del conocimiento? ¿Cómo se supera la pereza moral nacida del egocentrismo autosatisfecho? ¿Cómo recuperar la libertad, la cooperación participativa en nuestras sociedades tecnificadas y dominadas por quienes sólo creen en las cifras? En suma: ¿Caben el pensamiento filosófico y moral a lo grande en el caos de mezquindad e injusticia que en dichas sociedades promueven los círculos de poder regidos por cínicos practicantes de la abstinencia de pensar y actuar bien?
Da Jandra firma un libro breve pero intenso, tanto que hay que leerlo alerta para que no se escape ninguna de sus contundentes ideas, que son muchas, sin tópicos ni retórica. Es un texto para releer y discutir en las universidades, inabarcable en una reseña, pero lo que más destaca en él es la apuesta apasionada y convincente del autor por la valentía de vivir y filosofar (el ejercicio crítico de la razón), no con la guía del desencanto o el nihilismo tecnocrático, sino con la mirada siempre atenta a los ideales platónicos de verdad, belleza y bondad. Parece que hace ya mucho que renunciamos a estos excelsos ejemplos inalcanzables pero orientativos en favor de secas teorías biologicistas o pragmatismos políticos. Junto a ello, un método seguro para filosofar y la firme creencia en los valores que hoy nos definen como humanos y seres éticos han de ser armas eficaces frente al absurdo, la cobardía y la complacencia con las injusticias que hoy anegan nuestro mundo egocéntrico y sin alma, del que Da Jandra esboza una crítica demoledora.
El autor, muy unido asimismo al ámbito de las ciencias, y que pasó tres decenios viviendo a lo robinsón en la selva oaxaqueña de Huatulco, sabe bien de la valentía necesaria para la vida silvestre, igual que del coraje que hay que tener para la filosofía en nuestras junglas de asfalto, de la ardua lucha por colmar el anhelo espiritual que impulsa al hombre a adoptar principios éticos que lo sostengan y satisfagan sus ansias de conciencia, libertad y fraternidad. La suya es una filosofía que surge de la experiencia vivida, nada académica, fresca y positiva.
Un profundo conocimiento de las tradiciones filosóficas clásicas, así como de las corrientes de pensamiento más actuales y las obras de excelentes y diversos pensadores (George Steiner, Rawls, Habermas, Rorty, Tarnas, Zizek o Jean Gebser y Ken Wilber) dotan a este tratado de una riqueza intelectual y un vigor inusuales en el panorama filosófico hispano de la actualidad. A este texto intenso y apretado, jugoso como una fruta madura, es difícil buscarle un solo tema, porque trata muchos. En principio resuena como un manifiesto a favor del pensamiento que grita: "¡Atreveos a pensar sin miedo! ¡Sed críticos sin temor!". En este sentido, el autor afirma: "La tarea de la filosofía en nuestros días no puede ser más clara y precisa: reconocer las limitaciones de todo intento filosófico, y hacer de la búsqueda incesante de la verdad la razón no sólo del pensar, sino del vivir". Y otro lema que puede extraerse de este libro magnífico, pues sobre todo trata de ética: "¡Atreveos a ser morales y espirituales!".
Da Jandra propone sacar la filosofía a los espacios públicos, tornarla mundana y reivindicadora, "…después de veinticinco siglos de intento civilizador y de millones de vidas ofrendadas, aún seguimos siendo filosóficamente inmorales y políticamente anticívicos. El eje discursivo de la tragedia es el mismo: el abuso inmoral del poder por parte de individuos y grupos que sólo buscan su propio beneficio". Contra tal abuso han de alzarse la moral y la filosofía y una espiritualidad que no ha de renunciar nunca a complementarse con la razón. Una moral potente, basada en el disfrute de la libertad sin detrimento del derecho del otro, asentada en el reconocimiento mutuo sin maniqueísmo ni desprecios, y nacida del respeto a unas leyes justas, es una promesa que está pendiente de cumplimiento. Con el desencanto y la pasividad jamás se consigue nada. De aquí el vitalismo esencial de Da Jandra y el motivo de que concluya su ensayo abogando por el "cosmocentrismo" en una época en que los empeños peligrosos de disgregación reducen a mínimos la visión de las cosas, la suya es una perspectiva amplia e integradora que busca conciliar los opuestos: la visión pura que caracteriza a los buenos filósofos.

Filosofía para desencantados. Leonardo da Jandra. Prólogo de Guillermo Fadanelli. Atalanta. Vilaür (Girona), 2014. 142 páginas. 18 euros
(Fuente: babelia.com)
PINCHAR EN LA IMAGEN PARA LEER LAS PRIMERAS PÁGINAS DEL LIBRO




'LA VIDA SIN CUERPO', por Jordi Soler / 'PANDÉMICA Y CELESTE', Gil de Biedma / 'WHERE ARE YOU TONIGHT', Bob Dylan

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"Cuando se escribe a mano se dejan en la hoja de papel un montón de elementos muy valiosos como, por ejemplo, la calidad del trazo, las dudas que ha tenido quién escribe, los pasos atrás..., la forma en que va avanzando por la página el flujo de palabras y el dibujo final... todos estos elementos nos hablan de la persona que escribe, son un relato paralelo...

que el teclado no sepulte al lápiz ni el zapato al pie descalzo, hay que dejar un rastro que no se borre con un apagón tecnológico... a carta escrita a mano, que lleva en su caligrafía el rastro, el fantasma, la impronta de quien la ha escrito"


Thomas Chatterton (1)

LA VIDA SIN CUERPO

En su viaje poético entre la carne y el espíritu, Jaime Gil de Biedma llegó a una interesante ecuación a la hora de jerarquizar los elementos del amor: “Que sus misterios, como dijo el poeta, son del alma, pero un cuerpo es el libro en que se leen”. La idea no es original pero es bellísima, y tiene que ver con esa otra idea de raigambre presocrática que dice que el cuerpo también piensa, que el pensamiento tiene una dimensión física y que dividirnos en cuerpo y alma es una arbitrariedad pues somos, en realidad, una unidad que siente y piensa y que, abusando de los versos del poeta, el cuerpo es el libro en que se leen, no solo los misterios del amor, sino cualquier capítulo de la historia personal de cada uno.
La idea no es original, como digo, hasta el gran Bob Dylan la dice, a su manera, en una de sus canciones: “Si no crees que este dulce paraíso tiene un precio, recuérdame que te enseñe mis cicatrices”. Pensando en esto, y en aquel momento de la leyenda de Edipo Rey, que está en la misma frecuencia de la canción de Dylan, en que los personajes confirman su identidad observando las cicatrices de su cuerpo (Edipo quiere decir, en griego, “que tiene los tobillos perforados”), asistí antes de la pausa del verano a la Copa Barcelona, un torneo infantil de baloncesto en el que jugaba un equipo mexicano, de Oaxaca, contra uno francés, de Toulouse. Era un partido internacional, que jugaban niños de doce y trece años, en un polideportivo junto al mar, que tenía la particularidad de que la mayoría de los mexicanos jugaban sin zapatos, descalzos, frente a los niños franceses que iban equipados con unas Nike, diseñadas por especialistas en la dinámica del pie humano, específicamente para jugar al baloncesto. Contra todo pronóstico los niños del equipo mexicano ganaron el partido. ¿Cuál es el valor de ese calzado ultra sofisticado, diseñado específicamente para jugar al baloncesto, si te gana el partido un equipo de niños descalzos? Entre el pie descalzo de un equipo y el Nike del otro, hay un recorrido en el que deberíamos reflexionar: de tanto perfeccionar el zapato nos hemos olvidado del pie.
Los niños mexicanos pertenecen a una comunidad paupérrima de Oaxaca, son un equipo que gana todos los torneos internacionales, incluso en Estados Unidos que es la cuna del baloncesto, y van descalzos porque así aprendieron a jugar, los zapatos son un estorbo para ellos, son una prótesis que les resta velocidad, elasticidad y agarre en el momento de disputarse la pelota.
Esto no es, desde luego, una invitación a que nos quitemos los zapatos y nos echemos a andar descalzos por el mundo, más bien se trata de ver, en esos pies descalzos, lo que hemos perdido de vista al entregarnos al aditamento que nos facilita la vida, porque además resulta que, según han comprobado los especialistas en la materia, el confort que provee el calzado deportivo, no necesariamente colabora con los músculos y las articulaciones que están, naturalmente, hechos a la medida, a los movimientos y a los apoyos del pie descalzo.
Para poder llevar esta reflexión hasta el punto que desde esta línea veo todavía a lo lejos, estoy pasando por alto la gran enseñanza, muy estimulante para estos tiempos de crisis, que nos han regalado estos niños de Oaxaca, y es tan grande que no me queda más remedio que anotarla, antes de regresar a la reflexión oblicua, que es el verdadero objetivo de estos párrafos: estos niños paupérrimos, que estaban condenados a vivir en una de las zonas más pobres de Latinoamérica (con unos índices de pobreza que un europeo no puede, siquiera, imaginar) sin más armas que su esfuerzo y su deseo de salir adelante, han conseguido revertir el destino de generaciones y generaciones de niños, convirtiéndose en campeones internacionales de baloncesto. La decisión y la fortaleza de carácter de estos niños están representadas en sus pies descalzos; a pesar de que juegan todo el tiempo en canchas profesionales, no renuncian a su forma de ser, a su identidad, a su esencia y esto es, seguramente, uno de los fundamentos de su éxito.
Ahora regreso a la reflexión oblicua, a la cicatrices de Dylan y el rey Edipo, ¿cuál es el valor de ese calzado ultra sofisticado, diseñado específicamente para jugar al baloncesto, si te gana el partido un equipo de niños descalzos?, preguntaba más arriba, pensando en la serie de aditamentos que nos impone el mundo contemporáneo y que usamos quizá solo porque están ahí, no porque los necesitemos.
Cuando se escribe a mano se dejan en la hoja de papel un montón de elementos muy valiosos como, por ejemplo, la calidad del trazo, las dudas que ha tenido quién escribe, los pasos atrás, las correcciones, la forma en que va avanzando por la página el flujo de palabras y el dibujo final de la hoja completamente escrita; todos estos elementos nos hablan de la persona que escribe, son un relato paralelo de lo que el escritor nos va contando, y todo esto se pierde cuando se escribe directamente en el ordenador, que de inmediato establece un orden aparente en la pantalla, un texto cuya limpieza visual no siempre se corresponde con la calidad de lo que está escrito, y en cambio, cuando se escribe a mano, se tiene el efecto contrario: el desorden visual de la escritura en la hoja de papel, nos obliga a redoblar la atención sobre lo que se está diciendo.
Pero en el siglo XXI se escribe así, a través de un vehículo que nos uniforma, nos quita los rasgos distintivos, e inconfundibles, de la escritura de cada quién; nuestro teclado equivale a las Adidas que los niños de Oaxaca no se han querido poner, y si pensamos que la enorme mayoría de las comunicaciones interpersonales se hacen hoy desde un teclado (mail, SMS, whatsapp, hangouts, twitter y un largo etcétera), podremos hacernos una idea de todo lo que del otro nos perdemos, todo un flanco de la expresión escrita, ha sido amputado de la sociedad en favor de la expansión de las nuevas tecnologías.
Esta nueva vía de comunicación no ofrece matices, es demasiado transparente: transmite ideas desnudas sin los velos que ofrece el cuerpo que las dice y, por esto, empobrece las conversaciones; quien se comunica por chat, o por SMS, prescinde de eso que, cuando uno habla con otra persona dice también el cuerpo o, en su caso, dice la carta escrita a mano, que lleva en su caligrafía el rastro, el fantasma, la impronta de quien la ha escrito.
Los ordenadores y los teléfonos que sirven para facilitar la comunicación entre las personas, también nos simplifican esa comunicación, le restan complejidad y misterio, liman las rugosidades y lo que queda es un intercambio liso de palabras; se trata, desde luego, de un intercambio preciso y eficaz, pero sin temperatura, demasiado expuesto, sin rastro, sin cicatriz, sin cuerpo. “Lo bello no es ni la envoltura ni el objeto encubierto, sino el objeto en su velo”, escribió Walter Benjamin.
¿Prescindimos de ordenadores y teléfonos y nos quitamos los zapatos? Por supuesto que no, el teléfono inteligente y las tabletas son un milagro del cual sería insensato prescindir, pero deberíamos evitar que estos aparatos borren la evolución objetual que los precede, que el teclado no sepulte al lápiz ni el zapato al pie descalzo, hay que dejar un rastro que no se borre con un apagón tecnológico, hay que despojarse de los aditamentos y coleccionar cicatrices, hay que matizar el nuevo platonismo, la vida sin cuerpo que nos impone la tecnología, y convertirnos en ese libro que proponen, al principio de estas líneas, los versos del poeta: el cuerpo en donde el otro pueda leer nuestros misterios.
(Fuente: El País, 27-09-2014)


PANDÉMICA Y CELESTE


Quan magnus numerus Libyssae arenae
                                   ..................................................................
aut quam sidera multa, cum tacet nox,
furtiuos hominum uident amores.

CATULO, VII


Imagínate ahora que tú y yo
muy tarde ya en la noche
hablemos de hombre a hombre, finalmente.
Imagínatelo,
en una de esas noches memorables
de rara comunión, con la botella
medio vacía, los ceniceros sucios,
y después de agotado el tema de la vida.
Que te voy a enseñar un corazón,
un corazón infiel,
Desnudo de cintura para abajo,
Hipócrita lector - mon semblable - mon frère!

Porque no es la impaciencia del buscador de orgasmo
quien me tira del cuerpo hacia otros cuerpos
a ser posible jóvenes:
Yo persigo también el dulce amor,
el tierno amor para dormir al lado
y que alegre mi cama al despertarse,
cercano como un pájaro.
¡Si yo no puedo desnudarme nunca,
si jamás he podido entrar en unos brazos
sin sentir -aunque sea nada más que un momento-
igual deslumbramiento que a los veinte años!.
  
Para saber de amor, para aprenderle,
haber estado solo es necesario.
Y es necesario en cuatrocientas noches
- con cuatrocientos cuerpos diferentes -
haber hecho el amor. Que sus misterios,
como dijo el poeta, son del alma,
pero un cuerpo es el libro en que se leen.

Y por eso me alegro de haberme revolcado
sobre la arena gruesa, los dos medio vestidos,
Mientras buscaba ese tendón del hombro.
Me conmueve el recuerdo de tantas ocasiones...
Aquella carretera de montaña
y los bien empleados abrazos furtivos
y el instante indefenso, de pie, tras el frenazo,
pegados a la tapia, cegados por las luces.
O aquel atardecer cerca del río
desnudos y riéndonos, de hiedra coronados.
O aquel portal en Roma en vía del Babuino.
y recuerdos de caras y ciudades
apenas conocidas, de cuerpos entrevistos,
de escaleras sin luz, de camarotes,
de bares, de pasajes desiertos, de prostíbulos,
y de infinitas casas de baños,
de fosos de un castillo.
Recuerdos de vosotras, sobre todo,
o noches en hoteles de una noche,
definitivas noches en pensiones sórdidas,
en cuartos recién fríos,
noches que devolvéis a vuestros huéspedes
un olvidado sabor a sí mismos!
La historia en cuerpo y alma, como una
imagen rota,
de la langueur goutée a ce mal d'être deux.
Sin despreciar
- alegres como fiesta entre semana -
las experiencias de promiscuidad.

Aunque sepa que nada me valdrían
trabajos de amor disperso
si no existiese el verdadero amor.
Mi amor,
            Íntegra imagen de mi vida,
sol de las noches mismas que le robo,
su juventud, la mía,
- música de mi fondo -
sonríe aún en la imprecisa gracia
de cada cuerpo joven,
en cada encuentro anónimo,
iluminándolo. Dándole un alma.
Y no hay muslos hermosos
que no me hagan pensar en sus hermosos muslos
cuando nos conocimos, antes de ir a la cama.

Ni pasión de una noche de dormida
que pueda compararla
con la pasión que da el conocimiento,
los años de experiencia
de nuestro amor.
Porque en amor también
es importante el tiempo,
y dulce, de algún modo,
verificar con mano melancólica
su perceptible paso por un cuerpo
- mientras que basta un gesto familiar
en los labios,
o la ligera palpitación de un miembro,
para hacerme sentir la maravilla
de aquella gracia antigua, fugaz como un reflejo.

Sobre su piel borrosa,
Cuando pasen más años y al final estemos,
quiero aplastar los labios invocando
la imagen de su cuerpo
y de todos los cuerpos que una vez amé
aunque fuese un instante, deshechos por el tiempo.

Para pedir la fuerza de poder vivir
sin belleza, sin fuerza y sin deseo,
mientras seguimos juntos
hasta morir en paz. Los dos,
como dicen que mueren los que han amado mucho.




...If you don't believe there's a price for this sweet paradise, remind me to show

You the scars...
(... Si no crees que este dulce paraíso tiene un precio, recuérdame que te enseñe mis cicatrices...)



'WHERE ARE YOU TONIGHT (JOURNEY THROUGH THE DARK HEAT)', BOB DYLAN



LETRA:

There's a long-distance train rolling through the rain, tears on the letter I
Write.
There's a woman I long to touch and I miss her so much but she's drifting like
A
Satellite.
There's a neon light ablaze in this green smoky haze, laughter down on
Elizabeth
Street.
And a lonesome bell tone in that valley of stone where she bathed in a stream
Of
Pure heat.
Her father would emphasize you got to be more than street-wise but he practiced
What he preached from the heart.
A full-blooded Cherokee, he predicted to me the time and the place that the
Trouble would start.

There's a babe in the arms of a woman in a rage
And a longtime golden-haired stripper onstage
And she winds back the clock and she turns back the page
Of a book that no one can write.
Oh, where are you tonight?

The truth was obscure, too profound and too pure, to live it you have to
Explode.
In that last hour of need, we entirely agreed, sacrifice was the code of the
Road.
I left town at dawn, with Marcel and St. John, strong men belittled by doubt.
I couldn't tell her what my private thoughts were but she had some way of
Finding them out.
He took dead-center aim but he missed just the same, she was waiting, putting
Flowers on the shelf.
She could feel my despair as I climbed up her hair and discovered her invisible
Self.

There's a lion in the road, there's a demon escaped,
There's a million dreams gone, there's a landscape being raped,
As her beauty fades and I watch her undrape,
I won't, but then again, maybe I might.
Oh, if I could just find you tonight.

I fought with my twin, that enemy within, 'til both of us fell by the way.
Horseplay and disease is killing me by degrees while the law looks the other
Way.
Your partners in crime hit me up for nickels and dimes, the guy you were lovin'
Couldn't stay clean.
It felt outa place, my foot in his face, but he should-a stayed where his money
Was green.
I bit into the root of forbidden fruit with the juice running down my leg.
Then I dealt with your boss, who'd never known about loss and who always was
Too
Proud to beg.
There's a white diamond gloom on the dark side of this room and a pathway that
Leads up to the stars.
If you don't believe there's a price for this sweet paradise, remind me to show
You the scars.

There's a new day at dawn and I've finally arrived.
If I'm there in the morning, baby, you'll know I've survived.
I can't believe it, I can't believe I'm alive,
But without you it just doesn't seem right.
Oh, where are you tonight?



(1) Thomas ChattertonPoeta inglés que nació en 1752 y murió en 1770. Era hijo de un pobre maestro de escuela, y empezó con reputación publicando a la edad de dieciséis años, con el nombre de un poeta antiguo, varias composiciones notables; a este fraude, bien disculpable por cierto, debió el incurrir en el desagrado del ministro Walpole, a quien se dirigió inútilmente, pidiéndole medios de subsistencia. Viéndose sumido en la miseria y sin esperanza alguna, cayó en la desesperación y se envenenó, cuando solo contaba diecisiete años y algunos meses de edad. Dejó varios poemas, tragedias y églogas, que además de su mérito forman un conjunto de más de cuatro mil versos, lo cual ha hecho que se le juzgue como el poeta quizá más precoz que se conoce.

(Fuente: epdlp.com)


OTROS ARTÍCULOS DE JORDI SOLER EN ESTE SITIO:

LA ERA DE FUNES

("El ciudadano del siglo XXI ya no tiene álbum de fotos, sino miles de fotografías en la memoria de su ordenador. Tampoco se expone a los caprichos de los programadores de la televisión porque mira lo que quiere, cuando quiere, en su tableta... Tenemos ya un pie en la nueva era, nos acercamos a gran velocidad a ese mundo de pureza, de vicios inocuos, de sexo sin contacto, de memoria electrónica al detalle, un mundo en el que los gigabytes irán quitando espacio al pensamiento")

EL PENSAMIENTO VAGABUNDO

(De cómo el vértigo cotidiano y tecnológico puede envolvernos, nublarnos, negando el tiempo de la reflexión. Mientras Montaigne pasaba en silencio largos tramos del día, que llenaba de pensamientos y reflexiones, nosotros forcejeamos contra el estruendo que sale permanentemente de las pantallas... "Se han acabado los periodos de silencio, quien va andando no produce pensamientos caminados, va consumiendo algo que sale de su mp3... cualquier momento libre se rellena con la información ilimitada que produce la pantalla del teléfono o de la tableta. Nadie tiene paciencia ya... ¿en dónde queda Montaigne, ese señor sentado en una silla, sin hacer nada más que reflexionar?")


("... mientras que el Estado francés asumió la responsabilidad de la educación de sus ciudadanos, fundando una escuela gratuita y laica, aquí la educación se ha dejado, con la excepción de un breve periodo durante la República, en manos de la Iglesia...")
(La libertad de prensa pertenece a aquellos que poseen la distribución de la prensa”  “La revolución de la conciencia es inútil sin una revolución en la distribución del poder”, Abbey Hoffman)
("... Unos cuantos listos siguen viviendo a costa de una multitud de idiotas...   ... Los creyentes servimos a todos los niveles y nuestra credulidad resulta especialmente gravosa en un momento crítico como este, en el que los idiotas que nacemos cada segundo, tendríamos que ser absolutamente escépticos ante esa información abstracta, y convenientemente opaca, que se nos administra todos los días como, por ejemplo, los indicadores económicos, las cifras del rescate financiero... ... La credulidad de esa gran masa que consume información cada minuto, es una de las piezas clave de la crisis económica...")
(“No podemos aceptar que haya un hombre en el mundo que carezca de un lugar donde vivir” (Lázaro Cárdenas, Presidente de México en 1936) "... sería momento de revisar esa dura reglamentación, propia de países ricos que no quieren inmigrantes" "...es probable que hoy esté pasando lo mismo, que los jóvenes mejor preparados se estén yendo de aquí, a buscar oportunidades." "Esperemos que entonces no vuelva a caer sobre nosotros la desmemoria, que cuando este sea otra vez un país rico no se olvide de sus emigrantes...")
("La crisis española ha conseguido... que la gente voltee a ver a su vecino, que se interese por él y que incluso intervenga, proteste y hasta evite que el banco lo eche de su casa. La crisis también ha logrado despertar la conciencia de que la organización colectiva... es una fuerza capaz de transformar las cosas ... y, por otra parte, ha agudizado la atención de ciudadanos...")
("... La vida lenta. Hacer largas caminatas mientras se ensaya esa arqueología interior, conversar sin prisa y de manera arborescente, contar historias alrededor del fuego, observar con mucha atención, durante mucho tiempo, cómo se mueve la hoja de un árbol, o de qué forma pasa el viento sobre la hierba, porque ahí está la verdadera información, la verdadera noticia que es el misterio del mundo")





'EL ÁRBOL DE LA CIENCIA': ALGUNOS RECURSOS (ENLACE AL TEXTO ÍNTEGRO)

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"En España, en general, no se paga el trabajo sino la sumisión. Yo quisiera vivir del trabajo, no del favor", 'El árbol de la ciencia', de Pío Baroja


Este año, en las lecturas recomendadas (obligatorias) para la prueba de Selectividad (Andalucía), ha sido retirada 'San Manuel bueno, mártir'. En su lugar vuelve a aparecer 'El árbol de la ciencia', de Pío Baroja, un texto muy oportuno para entender no sólo aquella crisis del 98, sino quizá también, por extensión, la que estamos sufriendo ahora. Dejamos aquí algunos materiales, también el libro íntegro, por si pueden servir de ayuda.


("En España, en general, no se paga el trabajo sino la sumisión. Yo quisiera vivir del trabajo, no del favor", 'El árbol de la ciencia', de Pío Baroja)


("... Sería el barro negro de las Injurias y de las Cambroneras, que ahogaría a los ricos, la venganza justa contra las clases directoras, que hacían del Estado una policía para salvar sus intereses, obtenidos por el robo y la explotación..." "La perspectiva del pasado vestido de literario socorre nuestra urgente necesidad de comprender, y de actuar")


"En muchas bibliotecas públicas no entran novedades, así que la gente vuelve a instalarse en el 1898. Yo estoy a la última con El árbol de la ciencia" (Manuel Rivas) "... lo que me indigna es la suspicacia, la mala intención, la petulancia de esta gente. Aquí no hay más que chulos y señoritos juerguistas... El capital español está en manos de la canalla más abyecta" (Pío Baroja, 'El árbol de la ciencia')

PINCHAR EN LA IMAGEN PARA LEER 'EL ÁRBOL DE LA CIENCIA', DE PÍO BAROJA



GUÍA DE LECTURA DE 'EL ÁRBOL DE LA CIENCIA' (Autora: Paqui Extremera Ruiz)

Resumen

Primera parte: la vida de un estudiante en Madrid
En esta primera parte se observa el proceso de formación espiritual e intelectual de Andrés. Ocupa casi toda la etapa universitaria del protagonista. Conocemos a los miembros de su familia: don Pedro, su padre, al que desprecia por tirano e hipócrita; Alejandro, el hermano mayor, al que también desprecia, por vividor y parásito; Pedro, por el que siente cierta simpatía; Margarita, anodina, resignada, buena; Luisito, el hermano pequeño, débil y enfermizo, por el que siente ternura.
En estos años conoce a amigos dispares: Lamela, Julio Aracil, Montaner, Ibarra. Andrés evoluciona psicológica e intelectualmente. Sus primeras lecturas son novelas, pero poco a poco va adentrándose en la filosofía.
La vida, la enfermedad de su hermano, su paso por el hospital San Juan de Dios (la crueldad de los médicos y el trato con los enfermos) y sus lecturas de Schopenhauer, lo van haciendo cada vez más pesimista. Empieza a abandonar su talante activo, se vuelve más triste y cada vez tiene menos esperanzas de poder cambiar el carácter humano.
Entra a trabajar como interno en un hospital. Ahí se da cuenta de que tiene más vocación de psicólogo que de médico. Describe el ambiente de corrupción que impera en el hospital.

Segunda parte: las carnarias
Andrés conoce a las Minglanillas (doña Leonarda, Niní y Lulú). Entabla cierta amistad con Lulú.
Una noche, Andrés y algunos amigos, realizan un recorrido por algunos lugares de Madrid: la casa de doña Virginia, abortista y alcahueta; la de Villasús, autor de dramas, un romántico trasnochado que no ha sabido dar una vida digna a sus hijas Pura y Ernestina. Se nos presenta a doña Venancia, vecina de Lulú, y a su yerno Manolo el Chafandín, un troglodita borracho y vago. Se describe a los extraños vecinos de la casa de Lulú: don Cleto, la Negra, el Maestrín, don Martín…
En el último capítulo de esta parte se produce una conversación entre Andrés y su tío Iturrioz. Andrés quiere comentar con él la interpretación filosófica de los vecinos de la casa de Lulú. Los aspectos que discuten se pueden resumir así:
Iturrioz considera todas esas vidas haciendo un paralelismo con las teorías de la lucha por la vida de Darwin: La vida es una lucha constante en que nos vamos devorando los unos a los otros.
Andrés opina que la lucha por la vida es aplicable al reino animal, no al resignado y claudicante de los hombres.
Iturrioz añade que el comportamiento humano es un reflejo del animal, y que existen muchas maneras de luchar y medrar en la vida humana, por ejemplo, el caso del tío Miserias (el usurero), sería en su correspondencia zoológica un parásito que sobrevive alimentándose de los demás.
Andrés replica que nos diferenciamos de los animales en la capacidad para tener sentimientos como, por ejemplo, la justicia.
Iturrioz concluye con la idea de que la justicia no existe, que es una invención humana, como tantas invenciones artificiales que ha creado el hombre. El mundo humano es animal y ambos comparten las mismas leyes: nacer, crecer, reproducirse y morir.
Desde la azotea en la que mantienen esta conversación se observa un colegio y un convento de frailes. Simbolizan dos actitudes en la vida: la vital (el colegio) y la artificial (el recogimiento voluntario y antinatural del convento).
Esta parte termina con Andrés preguntándose qué camino, qué actitud coger en la vida. Él es sensible e inteligente, y no está preparado para adoptar el papel de cazador, no sabe desenvolverse en ese medio: la vida.

Tercera parte: tristezas y dolores
Esta parte empieza con el último año de carrera de Andrés. Luisito empeora. Andrés viaja a Valencia para encontrar una casa en la que Luisito pueda pasar una temporada y mejore con el aire puro de la zona; parece que tiene tuberculosis. Acaba la carrera y se marcha a Valencia. Allí vive tranquilo durante una temporada, cuidando a su hermano y disfrutando de la naturaleza.
El padre de Andrés no puede sostener económicamente dos casas y, Andrés, Margarita y Luisito, se marchan a vivir a Valencia capital con unos parientes. Andrés busca trabajo, no es fácil, y decide hacer el doctorado. Pasa el invierno en Valencia.
Regresa a Madrid y lee la tesis. Dos meses más tarde se marcha a Burgos a sustituir a un médico. Allí pasa los días más plácidos de su existencia, sereno, sin inquietudes existenciales. Recibe la noticia de que su hermano ha muerto. A raíz de la muerte de su hermano sufre una nueva evolución, desde el sufrimiento pesimista anterior a la nueva indiferencia nihilista.

Cuarta parte: inquisiciones
Vuelve a Madrid. Encuentro con Ibarra, ha mejorado, estudia Ingeniería y es inventor.
Nuevas conversaciones con su tío Iturrioz:
Andrés quiere una explicación completa del origen y existencia del mundo; una explicación física y moral que aúne la Cosmología y la Biología.
Iturrioz le aconseja leer a los filósofos franceses e ingleses, más prácticos y menos metafísicos que los alemanes, por los que parece estar muy influenciado.
Andrés insiste en las teorías de los alemanes; en Kant, para quien el espacio y el tiempo no existen, sólo son fruto de nuestra inteligencia, fuera de la conciencia humana no tienen existencia.
Andrés esgrime sus ideas empiristas: la experiencia externa no es una verdad, nuestros sentidos pueden engañarnos No existen verdades absolutas, todo es relativo. Sólo la ciencia, con las leyes de causalidad, le da algún sentido a la vida. La verdad, lo que entendemos por ella, es el acuerdo unánime de todas las inteligencias.
Andrés habla del ÁRBOL DE LA CIENCIA que da una tendencia a mejorar que “mata”. El árbol de la vida ofrece, en cambio, la ignorancia, la fe, la ficción, la superstición…pero todo eso es “sano”, vida.

Iturrioz hace una crítica al racionalismo: la ciencia y el sentido materialista de la vida han dejado al mundo exento de ilusión y misterio. Por eso cree que una nueva Compañía de Jesús[1]lo haría mejor, inculcándole valores como la serenidad y la valentía, sin sentimentalismo ni tristeza judeo-cristiana.

Quinta parte: la experiencia en el pueblo
Andrés marcha a Alcolea, pueblo manchego, como médico titular. Allí se aloja en una fonda y conoce a Juan Sánchez, el médico del pueblo, y al secretario del ayuntamiento. El pueblo es muy caluroso. Pasa el verano. Al llegar septiembre abandona la fonda y se va como huésped a una casa del pueblo.
Dorotea, la patrona, es guapa, y su marido, Pepinito, un cazurro. Andrés cura a la hija del molinero, eso le crea enemistad con Sánchez, pero va adquiriendo prestigio como médico entre la gente. Hurtado observa y describe la vida y carácter del pueblo: su talante antisocial, el caciquismo, el individualismo, la falta de inquietudes… Contempla este modo de vida, la actitud resignada, retrasada y poco crítica de estas gentes y se acrecienta, ante el desencanto, su nihilismo[2]. Llega a la conclusión de que es mejor dejar de pensar, y decide dedicarse a observar cómo pasa la vida.
Pasa en Alcolea el invierno. Empieza a frecuentar el casino y conoce al pianista y a don Blas Carreño, hidalgo acomodado. Personajes extravagantes por los que Andrés siente simpatía. Don Blas vive alejado de la realidad y alojado en el lenguaje y modo de vida cervantinos. Pero Andrés comienza a aburrirse y a desesperarse en el pueblo. En un intento por distraerse se propone escribir, cambiar las lecturas filosóficas por la literatura y la historia…pero ya está envenenado por la filosofía y nada lo motiva.
Busca nuevos modos de vida para salir del estado de desencanto en el que se halla. Así, piensa que debe casarse, pero no está dispuesto a sacrificar su independencia. Entonces decide cambiar su alimentación y hábitos de vida, y mejora. Entra en una especie de ataraxia[3]y se siente tranquilo. Pero cada vez muestra más antipatía por la gente del pueblo y es correspondido. En Alcolea aún se siente más marginado que en Madrid.
En primavera pide la dimisión y se va. La noche anterior a su marcha hace el amor con Dorotea. Andrés se siente legitimado para cometer este acto, el marido engañado es un miserable idiota que no se merece a su mujer. De vuelta a Madrid para en Aranjuez y pasa allí tres días. Está desconcertado por su actitud.

Sexta parte: la experiencia en Madrid
De vuelta a Madrid estalla la guerra con Cuba y Filipinas. Andrés consigue una sustitución de tres meses. Ante la guerra, observa el patriotismo hueco de los españoles, lleno de palabrería exaltada. Después del desastre todo el mundo sigue viviendo con total indiferencia ante lo ocurrido.
Visita a su tío Iturrioz y mantiene con él otra conversación en la que le habla de Alcolea y del espíritu resignado de los pobres. Iturrioz lanza la tesis nietzscheana de que el esclavo tiene espíritu de esclavo, la cobardía del pobre es la que le impide avanzar, evolucionar y desasirse de sus trabas.
Reencuentro con Montaner, está en el paro; y con Julio, al que le va muy bien en la vida; él ha medrado gracias a su falta de escrúpulos. También ve a Ibarra, quiere irse al extranjero para patentar sus inventos .España es un país que no financia ni cree en el progreso. Reencuentro también con Lulú, ha conseguido poner una tienda gracias al matrimonio interesado de su hermana Niní con un viejo rico.
Andrés consigue trabajo como médico de Higiene. Se va haciendo cada vez más antisocial. Desprecia por igual a ricos y a pobres: a unos por explotadores y a los otros por dejarse explotar resignadamente.
Abandona el trabajo porque el trato con prostitutas, chulos y amas lo deprimen cada vez más. Sigue visitando a Lulú y consigue trabajo como médico de La Esperanzaasistiendo a pobres. El trato con los pobres, su ignorancia, su miseria y su resignación absurda, hacen más agrio y agresivo su carácter.
En una de sus visitas a antiguos conocidos encuentra a Villasús, se ha vuelto loco y vive en la más absoluta miseria. Días después muere y en el velatorio sus amigos —poetas bohemios como él— se comportan de una manera patética y surrealista suponiendo que el muerto sufre catalepsia[4].
Frecuenta cada vez más a Lulú. Se le declara, sin pasión, como casi todo lo que hace en la vida.

Séptima parte: la experiencia del hijo
En otra de sus conversaciones con Iturrioz, Andrés, muy sensible en el tema de la herencia genética, le plantea a su tío el problema que acarrearía el hecho de que dos personas débiles se casen y procreen.
Toma la decisión de casarse con Lulú. Consigue un trabajo como traductor de libros de medicina, y se aleja del trato humano con los pacientes. Entra en una época de paz y calma. Otra ataraxia.
Todo va bien hasta que Lulú empieza a deprimirse ante la negativa de Andrés a tener hijos. Andrés cede, y al quedarse embarazada su mujer le vuelven los viejos miedos. Teme que se abra esa ventana al abismo que le produce vértigo. Había conseguido una vida organizada, tranquila, anodina, y teme que la responsabilidad que supone ese hijo le despierte todos los fantasmas que había conseguido dormir con tantos esfuerzos. Empieza a tomar morfina para no pensar.
En el parto muere el niño y a los pocos días Lulú. El día del entierro Andrés se suicida envenenándose.
El libro termina con la reflexión de Iturrioz. Andrés muere sin dolor, no se suicida movido por la desesperación, ni por el sufrimiento de perder a sus seres queridos. Es por nihilismo. Era un inadaptado para la vida y ésta le ofreció un pequeño hueco acogedor con el matrimonio de Lulú. Al desaparecer Lulú ya no sabe qué hacer, de no haber existido ella probablemente se habría suicidado antes. En realidad siempre estuvo muerto. Su excesiva consciencia le impedía disfrutar de la vida.

Estructura
En un principio nos encontramos con una estructura deshilvanada; aparecen entremezclados personajes, anécdotas, situaciones, lugares…que hacen difícil la organización de la obra.
Pero esto es a simple vista, en el fondo existe una estructura interna muy coherente en la novela; y será la figura del protagonista, presente en todos los capítulos, y su evolución psicológica, las que conferirán unidad a la obra.

Estructura externa
53 capítulos divididos en 7 partes.

Estructura interna
Proponemos la siguiente:

Primera parte (I y II). Etapa de formación de Andrés
Conoce a sus principales amigos: Aracil, Montaner…Ha pasado la experiencia de la enfermedad de su hermano, ha conocido a Lulú. Y termina esta parte con la carrera acabada y planteándose la postura que debe tomar en la vida (el colegio o el convento).

Segunda parte (III). Del pesimismo al nihilismo
Con la enfermedad y muerte de Luisito las preguntas y reflexiones que se planteara al principio siguen desarrollándose en esta parte, conduciéndolo a un mayor pesimismo y desorientación.
En la figura de su hermano pequeño, sensible e inteligente, y de su amigo el Choriset, salvaje y primitivo, Andrés afianza sus teorías darwinistas aplicadas al mundo humano: el fuerte sobrevive.
En esta parte Andrés siente incertidumbre, aburrimiento y desconcierto. Aquí se pone de manifiesto la evolución de su personalidad: va pasando del pesimismo al nihilismo.

Tercera parte (IV). Intermedio reflexivo
Disquisiciones filosóficas con su tío Iturrioz: el árbol de la ciencia mata, porque simboliza la verdad y, por tanto, el sufrimiento; el árbol de la vida es sano, porque simboliza la mentira útil.
La inteligencia y la ciencia son propias de seres decadentes, porque matan. Iturrioz toma partido por la vida, por la mentira biológicamente útil, Andrés por la verdad y la ciencia.
Este problema tiene de fondo una contraposición racial: el semitismo, que representa la mentira interesada.

Cuarta parte (V y VI). Nuevas experiencias
Médico en Alcolea. Presenta la idiosincrasia del pueblo: insolidaridad, estupidez, caciquismo... Primera experiencia sexual.
Vuelta a Madrid. Reencuentro con Lulú y viejos amigos: Aracil, Montaner, Ibarra, Villasús…
Guerra de Cuba. Se acrecienta su pesimismo.

Quinta parte (VII). Desenlace
Se casa. Mueren su mujer, su hijo y él.

Personajes
Baroja describe a los personajes principales a través de la evolución que en el transcurso de la novela van sufriendo su carácter e ideas. En cambio, los personajes secundarios son descritos desde el momento de su presentación.

Andrés
Protagonista indiscutible de la novela. Está presente en los 53 capítulos del libro.
Empieza a formarse intelectualmente con el aporte de conocimientos heterogéneos; en su biblioteca encontramos: tratados de Medicina y Biología, novelas, una Historia de la Revolución francesa…
Ya en su época de estudiante se da cuenta de que le preocupaban más las ideas y los sentimientos de los enfermos que los síntomas de la enfermedad.
Al principio aparece con ideas republicanas, pero desconocemos realmente sus inclinaciones políticas. No se decanta por ninguna clase social, desprecia tanto a ricos como a pobres, por los defectos de ambos. Él cree en clases de personas, y muestra una tendencia aristocrática en su constante desprecio por la vulgaridad.
Es un hombre de acción que se topa con una gran masa ignorante, resignada y cobarde, incapaz de cambiar las injusticias de la vida. Esto, unido a su talante rebelde y crítico le agrían el carácter y lo convierten en un hombre pesimista.
Andrés es frío para el amor, no siente pasión por nada en la vida, sólo por desentrañar la lógica que la rige y los misterios que entraña. Ante la falta de respuestas metafísicas y la decepción por el comportamiento humano termina hundiéndose en una angustia existencial que lo conducirá al suicidio.
Físicamente nada sabemos de él, Baroja parece querer centrar toda nuestra atención en el aspecto psicológico.

¿Por qué hombre de acción?
A pesar de su pesimismo y escepticismo. Andrés demuestra a lo largo de la novela ser un hombre de acción. Muestra un espíritu crítico y rebelde. Lucha, cuando tiene ocasión, contra la hipocresía, la crueldad y la cobardía. Así:
Se opone al modo de vida de su padre y a su carácter injusto y tiránico.
Insulta al médico del hospital San Juan de Dios por su crueldad y el maltrato que inflige a los enfermos.
Se impone al director de un periódico, con el que había salido de juerga, porque estando en casa de Villasús se burló de éste y le gastó bromas estúpidas y de mal gusto.
Defiende a Lulú haciéndole frente a Manolo el Chafandín con una silla; Aracil, que está con él, se retrae.
En Alcolea defiende la verdad e intenta hacer justicia con el tío Garrota, al que el pueblo acusa de asesinato sin pruebas.

Julio Aracil
Amigo de Andrés, compañero de carrera, untipo semita. Realista, materialista, pragmático. Mas listo que inteligente. Un adaptado a la vida en la que, gracias a su falta de escrúpulos, consigue medrar y vivir holgadamente. Físicamente es moreno y de ojos saltones.

Montaner
Rubio, ojos azules, del tipo semita más que del ibero. Monárquico, simpatizante de la burguesía y la aristocracia. Al principio choca ideológicamente con Andrés, pero con el tiempo llegarán a tener cierta complicidad. Andrés entabla cierta amistad con él, discuten sobre política, literatura y música, pero eso le gusta porque demuestra que tiene ideas.

Fermín Ibarra
Enfermo de artritis. Poco se sabe de él. Termina curándose y sorprende con sus dotes de inventor. Se marcha a Bélgica a patentar sus inventos ante la falta de iniciativa española para invertir en nuevos proyectos.

Rafael Sañudo
Estudiante de Ingeniería. Wagneriano.

Antonio Lamela
Estudiante mayor. Andrés se hizo su amigo porque los dos tenían una vida interior distinta al resto de los estudiantes. Romántico y quijotesco; con su idealismo deforma la realidad hasta el punto de ver a su fea amada como una guapísima dama. Al mismo tiempo es juerguista y se emborracha a menudo, pero lejos de caer en contradicción por sus extremas actitudes él dice que practica un idealismo práctico, su lema era hay que darle al cuerpo lo que es del cuerpo, y al alma lo que es del alma.

Letamendi
Profesor de Andrés. Publica un libro en el que hace una aplicación de las Matemáticas a la Biología. Al principio Andrés se convierte en un seguidor de sus teorías, pero termina dándose cuenta de que su palabrería no tiene ningún rigor científico.

Lulú
No es muy agraciada pero tiene gracia, cierto humor sarcástico y ácido. Es inteligente, pesimista y un poco neurótica, algo congénito en ella pues desde pequeña mostraba actitudes extrañas. No es convencional y resulta poco femenina. Por su valentía y agudeza parece distinta al resto de las mujeres, de ahí que a Andrés le guste conversar con ella; pero, ya casada, sucumbe al instinto femenino de querer ser madre.

Doña Leonarda y Niní
Madre y hermana de Lulú. Venidas a menos e incapaces de aceptar la realidad de su pobreza. Viven del cuento y sólo aspiran a un matrimonio de conveniencia para Niní que las saque del estado de miseria en el que viven.

Villasús
Poeta, dramaturgo. Su romanticismo y vida bohemia le resultan estériles a Andrés porque no es una actitud activa ante la vida ni le permiten vivir decentemente. Muere loco y en la miseria.

Iturrioz
No está caracterizado realmente como un personaje en la obra. Es más bien un pretexto del autor, una especie de intelecto puesto al servicio del intelecto antagonista de Andrés para que éste pueda discutir sus tesis científicas y filosóficas. Muerto Andrés, sólo queda una inteligencia lúcida capaz de interpretar las verdaderas causas de la muerte del protagonista y de cerrar la novela: Iturrioz.

Otros

Dorotea. La patrona de Alcolea. Buena, guapa, resignada a los convencionalismos, aunque no hundida en ellos: sabe aprovechar la ocasión que le brinda Andrés la noche anterior a su marcha.

Pepinito. Marido de Dorotea. Vulgar, cazurro, salvaje.

Don Juan Sánchez. Médico de Alcolea. Hipócrita y mala persona. Sólo aspira a tener clientes y prestigio aun por encima de la ética profesional.

Don Blas Carreño y el Pianista. El primero, hidalgo acomodado en Alcolea, y el segundo, su amigo. Forman una pareja simpática y extravagante. Se comunican con el lenguaje cervantino y viven totalmente ajenos a la realidad.

El Choriset. Amigo de juegos de Luisito durante su estancia en Valencia. Al ser insensible, salvaje y muy sano físicamente, representa la antítesis de Luisito. Este niño parece haberse acomodado ya bajo la sombra del árbol de la vida. Su aparición, como la de tantos personajes, es pasajera en la obra, pero muy significativa para las tesis del protagonista, su dureza e insensibilidad lo hacen un ser perfectamente adaptado a la vida a la que, sin duda, dominará.
Entre el vecindario de Lulú podemos destacar a algunos personajes como:

Doña Venancia. Encarna la resignación y sacrificios del pobre. Asume su condición social sin esperanzas de mejora, como si fuera una herencia genética. Todo lo da, nada espera. A Andrés le decía así hemos encontrado el mundo y así lo dejaremos.

La tía Negra. Alcohólica y republicana.

Doña Pitusa. Pedía limosna, era aficionada al aguardiente y vivía con su hijo, el Chuleta, trabajador de funeraria, vengativo y rencoroso.

La Paca. Gallega, dueña de una casa de huéspedes.

Don Cleto. El filósofo del barrio. Venido a menos, pero culto y educado. Destaca su carácter 
estoico.

El Maestrín. Manchego, vive de una droguería. Pedante y sabihondo.

El tío Miserias. El mote le viene de su oficio de prestamista usurero. Es un personaje mezquino y oscuro.

Tiempo
La acción transcurre en unos diez años. Quizá Andrés muriera cuando contaba 28 años, aproximadamente.

Primera parte. En ella se desarrolla casi toda la carrera de Andrés: primer curso, verano, segundo curso, verano, tercer curso, verano, la mitad del cuarto curso.

Segundaparte. Vagas referencias temporales (el Carnaval). Suponemos que acaba cuarto curso, aunque no se hace mención a exámenes finales.

Terceraparte. Comienza con el último año de carrera. Se licencia en junio. Se prepara el doctorado. Se examina en mayo del doctorado y lee la tesis. Marcha a Burgos en donde permanece dos meses. Trece meses aproximadamente.

Cuartaparte. Pasa un verano en Madrid.

Quintaparte. Un año en Alcolea.

Sextaparte. Pasa un año aproximadamente: tres meses sustituyendo a un médico, principios del otoño, llega el verano.

Séptimaparte. Transcurre en un año y nueve meses aproximadamente. Esta parte comienza con la boda de Andrés y al año de casados Lulú se queda embarazada. El bebé muere en el parto, Lulú tres días después y Andrés el día siguiente.

Espacio
Primera y segunda parte: Madrid, la facultad, bares, antros, casas de vecinos…
Tercera parte: Valencia. Vuelta a Madrid para leer la tesis. Dos meses de sustituto en un pueblo de Burgos.
Cuarta parte: desde Burgos vuelta a Madrid.
Quinta parte: Alcolea (La Mancha). Tres días en Aranjuez.
Sexta y séptima partes: Madrid.

Temas que trata Baroja desde una perspectiva crítica
En la novela se pone de manifiesto el malestar de la época y, en concreto, la ideología de la Generación del 98 a la que pertenecía Baroja. Así:
Crítica del escaso ambiente cultural que existía en la época (ambiente grotesco entre los estudiantes, falta de seriedad y rigor entre los profesores…) y del escaso interés del gobierno para invertir en ciencia (Ibarra tiene que irse a Bélgica para patentar sus inventos. Tampoco existen en España laboratorios de Fisiología para que los alumnos de Medicina puedan hacer prácticas).

Crítica de la crueldad humana; la piedad no aparecía en el mundo, pensaba Andrés.
Los alumnos de la clase de disección maltratan sin piedad a los cadáveres.
Doña Virginia, abortista, explota y vende mujeres.
El médico de San Juan de Dios maltrata a los enfermos.
Compasión por Dorotea ante el machismo de su marido.
Desprecio por la fiesta de los toros. El espectador de las corridas tiene una moral cobarde porque exige el valor de otros.

Crítica de la vulgaridad, a la miseria espiritual en todas sus facetas que impide conseguir una vida digna: Doña Venancia, Manolo el Chafandín, Doña Virginia, los amigos que se burlan de la locura de Villasús…

Crítica del carácter individualista español. Impide el asociacionismo y nos hace insolidarios y envidiosos: ruina de Alcolea, competitividad entre los médicos…

Crítica de la represión sexual de la cultura de la época. Provoca la aparición de una pornografía sucia y clandestina, de mal gusto; lo contrario de lo que ocurre en Inglaterra, en donde la naturalidad del sexo se manifiesta en revistas eróticas de mejor calidad.

Crítica del patriotismo. Crítica al falso patriotismo que muestran los españoles en su actitud ante el conflicto bélico de Cuba: patriotismo hueco y exaltado al inicio de la guerra y, olvido e indiferencia cuando se pierden las colonias. Pero, por otro lado, tampoco se admiten en la obra las críticas a España porque sí, sin argumentos de peso. En el viaje en tren hacia Alcolea un pasajero se queja de la ineptitud de los españoles porque en la estación se cometió un error al darle un billete de segunda y no de primera como él quería. El viajero despotrica de España a la que considera incivilizada e inculta respecto a Europa y América. Otro viajero lo acalla contundentemente. Andrés aplaude interiormente esta intervención.

Crítica de la bohemia y del romanticismo estériles. No son más que actitudes egocéntricas que dan la espalda a la realidad, inactivas y vacías de compromiso. Quizá el ejemplo más representativo de la obra sea el caso de Villasús: su vida desgraciada, la incapacidad para criar a sus hijas decentemente, su patético velatorio…

Crítica de los pobres, que se dejan explotar asumiendo su espíritu de esclavos. A su ignorancia e inconsciencia por procrear proles careciendo de medios: La fecundidad no puede ser un ideal social. No se necesita cantidad, sino calidad o El perpetuar el dolor en el mundo me parece un crimen.

La cuestión racial está presente en el trasfondo de la obra. La actitud y talante de muchos personajes están interpretados desde un punto de vista racial que conlleva una actitud moral. Así, aunque es Iturrioz el que hace la clasificación en dos tipos humanos, será Andrés el que la aplicará a lo largo de la novela para explicar el comportamiento de algunos personajes.
Iturrioz hablaba del tipo ibérico y del tipo semita: Al tipo ibérico asignaba el doctor las cualidades fuertes y guerreras de la raza; al tipo semita las tendencias rapaces, de intriga y de comercio.
De esta manera Andrés considera a Aracil como un tipo semita, Era un verdadero fenicio, y a Montaner Más del tipo semita que del ibérico, también el padre Juan entraba dentro de este grupo.
Pero la cuestión racial le ofrecerá una interpretación aún más amplia: el semitismo ha originado la religión judeo-cristiana que Con sus impostores ha dominado el mundo, es una religión que ensalza la debilidad humana, pero La mentalidad científica de los hombres del norte de Europa barrerá el carácter semítico.
También comenta a Lulú: Tenemos sangre semita. De ese fermento malsano, complicado con nuestra pobreza, nuestra ignorancia y nuestra vanidad, vienen todos los males.
En general aparece una crítica muy nietzscheana en la que se ensalza al hombre de acción. El desprecio de Andrés va dirigido hacia todos aquellos que no lo son y no tienen la voluntad de serlo: los ricos porque viven acomodados en su posición, los pobres por no luchar para dejar de serlo, los idealistas y poetas por su heroísmo cómico y ridículo que los convierte en socialmente inactivos.

Novela noventayochista
Nos encontramos, ante todo, frente a una novela filosófica. Los conflictos existenciales son el centro de la obra. España, los problemas existenciales y el análisis y reflejo de la intrahistoria son los pilares de la novela y el ensayo noventayochistas. Esta obra es una de las más representativas de la Generación. Los tres temas aparecen suficientemente reflejados.

España. La crítica del punto anterior, lanzada por Andrés hacia instituciones, cultura y carácter españoles, no hace más que poner de manifiesto la preocupación que por España sintió la Generación del 98. España estaba enferma, y para combatir la enfermedad primero hay que diagnosticarla, aunque para eso sea necesario zarandear al enfermo, sólo así podrán erradicarse los males.

La intrahistoria. Reflejada en esa amplia galería de personajes insignificantes (amas de casa, prostitutas, tenderos, secretarios, profesores, estudiantes, campesinos…) en la idiosincrasia de la vida rural y urbana (liberales, conservadores, tertulias, clases sociales…). Son, en el caso de esta novela, imprescindibles e inseparables de la crítica a España, la causa y objeto de estudio de esa enfermedada la que nos referíamos antes.

En cuanto al aspecto existencial podríamos decir que es el eje argumental de la obra, hasta el tema de España parece girar en torno a él, y todo, a su vez, en torno al protagonista, Andrés Hurtado. Andrés intenta hallar el sentido de su existencia en la religión, la ciencia, la filosofía, en el amor… pero en nada de esto halla la felicidad, ni siquiera la paz; lo más que consigue es un estado de ataraxia en dos o tres épocas de su vida. Así:
La religión. Ni siquiera cree en la utilidad de la fe, la considera peligrosa porque abre una puerta a lo arbitrario. Participa de las ideas de Kant en que los postulados de la religión son indemostrables.
La ciencia. Tampoco ofrece una solución al sentido de la vida; al contrario, la ciencia y el conocimiento agudizan el sufrimiento humano. Las teorías de Darwin también ponen su nota de pesimismo, porque la solución que ofrecen es la lucha por la vida, en la que los ganadores son los más fuertes. La vida se le presenta a Andrés como una lucha cruel en la que las personas más instintivas, más primitivas, devoran. Y derrotan a los débiles, a los sensibles como él.
La filosofía. También lo arrastra a la angustia vital. La ciencia le ofrecía una descripción de los hechos, la filosofía sólo una explicación racional de los mismos.

Como muchos personajes noventayochistas, Andrés muestra en el transcurso de la obra la dicotomía hombre de acción/hombre de no acción.
Al principio se muestra combativo, activo; manifestando una gran influencia nietzscheana, y adopta posturas anticristianas, antisemitas, estoicas…, pero conforme se va hundiendo y aumenta su desencanto observamos en él la influencia de Schopenhauer, y se convierte en un ser inactivo que se abandona a la vida, y que sólo para abandonarla recupera las fuerzas.
Las dos corrientes del Irracionalismo alemán, tan importantes en el pensamiento del 98, Vitalismo y Pesimismo, aparecen simbolizadas en la figura de Andrés; éste, alter ego de Baroja, pasa de ser un hombre de acción (Nietzsche-Vitalismo) al de no acción (Schopenhauer-Pesimismo)
Kant es quizá el filósofo que está más presente en las conversaciones con su tío, pero a diferencia de los anteriores éste es más metafísico, junto con los empiristas le hacen comprender la relatividad de la vida y de sus verdades, pero toda la abstracción de estas teorías es lo que las hace menos dolorosas, le producen a veces vértigo metafísico, pero no el sufrimiento real y continuo que le dejan los pensamientos sobre las teorías humanas de Nietzsche y Schopenhauer.

El amor. Lo vive como una experiencia frustrante, fría, exenta de pasión. El amor conlleva matrimonio, y éste hijos, responsabilidades, la pérdida de la independencia física y espiritual. Su mentalidad científica y analítica le hace describirlo como la confluencia del instinto fetichista y del instinto sexual. Para él, el hombre ha revestido el deseo de procreación con una mentira poética llamada amor, el amor es un engaño.

Estilo y técnica narrativa
Baroja es la máxima expresión del estilo antirretórico que caracteriza a la Generación. Junto con Azorín, introdujo en España la novela impresionista: poca acción, intercalada de continuas reflexiones y gran subjetividad en las descripciones. No olvidemos que el Impresionismo tiene su origen en la técnica pictórica que más tarde emuló la literatura en sus descripciones de personajes y lugares. La introducción de esta técnica fue una de las principales aportaciones del 98.

Sobre los personajes
Baroja es parco en descripciones y breve en el momento de realizarlas. Se limita, con suma agudeza, a entresacar los rasgos más característicos de los personajes. Salvo en contadas ocasiones, como en el caso de Lulú y Aracil, no suele mostrar una visión de conjunto del personaje; prefiere centrarse en algún detalle significativo como la nariz, la mirada, el habla, algún defecto…
Los retrata sometiéndolos a un análisis clínico, frío, en el que no quedan libres muchos de ellos de las comparaciones e identificaciones con el mundo animal. Así:

Letamendi, Tenía cierto tipo de aguilucho: la nariz corva, los ojos hundidos y brillantes…

JaumeMasó, Tenía la cabeza pequeña, el pelo negro, muy fino, la tez de un color blanco amarillento y la mandíbula prognata.
En el Café del Siglo encontramos a una mujer chatorrona gorda, la cara de una expresión viva, con el colmillo retorcido y la mirada de jabalí.

De doñaVirginia dice que es una mosca sarcófaga.

De elChuleta, que tenía ojos de besugo.
De donJuanSánchez, Era un hombre grueso, rubio, de ojos azules, inexpresivos, con una cara de carnero, de aire poco inteligente.



Sobre el paisaje
En el caso del paisaje aplica la técnicaimpresionista atendiendo más a la ambientación que a la realidad y precisión del lugar.

No muestra directamente, sugiere a través de un velo de sensaciones en el que la luz, el sonido, el calor y el frío adquieren gran relevancia en sus descripciones.
Fiel a su estilo, se las ingenia para captar esas impresiones del lugar con el uso de algunos adjetivos, poca retórica y tendencia a la frase breve, decantándose por la yuxtaposición.
En la novela, son los viajes de Andrés al pueblo de Valencia y a Alcolea, así como la estancia en ellos, los que nos brindan la oportunidad de observar esa capacidad descriptiva de Baroja con la que, como el pintor impresionista, esboza trazos imperfectos, pero brochazos rápidos y precisos, amalgamando el color para producir un gran efecto visual. Veamos algunos ejemplos:
Aclaraba el cielo; una franja roja bordeaba el campo.
A lo lejos se veía el mar, una mancha alargada de un verde pálido.
Se veían casas blancas, azules, verdes, rosadas…
Los palomares se levantaban como grandes jaulones ennegrecidos.
Andrés contemplaba el pueblo dormido bajo la luz del sol y los crepúsculos esplendorosos.
El día se preparaba azul, sin una nube; el sol, brillante.
En la calle un farol parpadeaba triste y soñoliento.

La calledeAlcolea, descrita a través de claroscuros:
El sol, que al mediodía la cortaba en una zona de sombra y otra de luz, iba a medida que avanzaba la tarde escalando las casas de una acera hasta brillar en los cristales de las buhardillas y en los luceros, y desaparecer.

Una tardedeverano, unasiesta, quedan sometidas a la luz y al sonido:
Por el resquicio de las maderas entraba una claridad brillante como una lámina de oro; de las vigas negras, con los espacios entre una y otra pintados de azul, colgaban telas de araña plateadas. En el patio seguía cantando el canario con su gorjeo chillón, y a cada paso se oían campanadas lentas y tristes.
En su cuarto echaba una estera en el suelo, y se tendía a oscuras. Por la rendija de la ventana entraba una lámina de luz; en el pueblo dominaba el más completo silencio; todo estaba aletargado bajo el calor del sol; algunos moscones rezongaban en los cristales; la tarde, bochornosa, era interminable.

Objetos, mar, calles; no parecen tener valor en sí mismos dentro del marco descriptivo, sino por la sensación de luz que transmiten o por el reflejo indirecto de sus sombras o como simples vehículos por los que el sol y la oscuridad se deslizan:
La luz del candil, al iluminar aquel antro, parecía agrandar y achicar alternativamente el vientre abultado de las vasijas.

El sonido está presente, casi a la par que la luz, pero es otra vez la técnica impresionista la que le hace difuminarlo, amortiguarlo, convirtiéndolo en ecos que se pierden en la tarde: sonidos de campanas adormecidas en el letargo del verano, chicharras de siesta, golondrinas gritando en la primavera…

En Madrid, las descripciones se limitan básicamente a interiores. Aquí los objetos y decorados adquieren protagonismo propio. Aunque estos lugares se presten menos que los espacios abiertos para la aplicación del impresionismo, Baroja no descuidará el gusto por los ambientes: rancio y antiguo el de la facultad, oscuro y maloliente el del hospital, mísero el de las buhardillas…

Muchas de las descripciones de Madrid las hace Andrés gracias a su afición a encaramarse en lugaresaltos, así que los tejados están muy presentes en su vida. La soledad de las alturas le ofrece la idoneidad para la reflexión y una posiciónprivilegiada para observar el comportamiento humano.
Siendo estudiante se instala en un trastero desde donde observa las buhardillas circundantes y a sus moradores. Todas las conversaciones que mantiene con su tío tienen lugar en la azotea de éste, su Jardín de Epicuro, o en Valencia, después de cenar, se subía a la azotea para pensar.

Párrafo breve y al diálogo directo
Los diálogos más extensos se dan entre Andrés y su tío Iturrioz, algunos con Lulú, y otros muy rápidos con algunos amigos. Son breves y ágiles, pero densos de contenido. Es el monólogo interior del protagonista el que parece dominar la obra.

Lenguaje
Respecto al lenguaje; la sencillez, claridad y precisión es lo que más lo caracterizan, huyendo siempre del retoricismo. Baroja reproduce coloquialismos, jergas…adaptando de forma muy realista el habla de los personajes a su condición:
Dice el Chafandín: A mí ningún pollo ñeque me toma el pelo.
En Valencia se oye: ¡Eh, tú, che!
Lulú a don Cleto: De pira ¿eh? Es usted un perantón.
La compañía de cómicos: ¡Molina, que la característica te llama!
Lulú dice a doña Virginia: ¡Valiente tía cerda! y¡Qué tía guarra!...
La única dificultad que en este sentido puede presentar la obra es la cantidad de tecnicismos del ámbito de la filosofía y la ciencia.

Técnica
Baroja decía que sus obras carecían de técnica porque no las planeaba.
En El árbol de la ciencia se advierte la ausencia de un proyecto previo: situaciones acabadas a duras penas, acciones rematadas sin tiempo, personajes que se quedaron en el camino y que nunca más se supo de ellos…
Realmente ni esos personajes ni sus historias son imprescindibles para el hilo argumental. Baroja los utiliza a su conveniencia sin importarle que el lector conozca sus destinos. Cuando alguno de ellos retorna a la historia no es más que para confirmar las tesis del protagonista o para conformar su evolución. De manera que aparecen girando como satélites en torno a ese ser pensante que observa cómo una inercia ciega e irracional les impide desviarse de la órbita.
Aunque parezca paradójico, precisamente esa “ausencia de técnica” es la que nos ofrece los buenos frutos de esta novela. Quizá todo parezca improvisado, demasiados personajes, situaciones inconclusas…a cambio, la riqueza temática, dinamismo y agilidad.
Rechaza la concepción de la “novela cerrada” regida por el gusto clásico de la unidad. Opta por la “novela abierta”, que no obedece a ningún plan preconcebido. Decía: La novela es un saco donde cabe todo.
Baroja comparaba la actitud del novelista con la de un paseante; algunos programan el paseo, adónde van, cuánto tardarán…otros, en cambio, se encaminan sin rumbo fijo y no saben lo que encontrarán en el trayecto: una simple flor puede entretenerlos, un sendero desviarlos…
Esa cantidad de personajes y anécdotas del Árbol de la ciencia son las flores y senderos del paseo improvisado del autor; más gratificante y ameno, quizá, que la meta impuesta.




[1]Compañía de Jesús: orden religiosa creada por Ignacio de Loyola en el siglo XVI. Se dedicó a la lucha contra la Reforma protestante y a la enseñanza media y superior. La orden siempre tuvo una índole militante y activista.
[2]Nihilismo: negación del sentido de la vida y, con ella, de todos los valores morales y espirituales.
[3]Ataraxia: ideal de la corriente del Estoicismo. Estado permanente de serenidad e imperturbabilidad.

[4]  La escena de la muerte de Villasús es prácticamente idéntica a la descrita por Valle Inclán en Luces de bohemia en la que el cadáver de Max Estrella, poeta loco y ciego, es sometido a ridículas pruebas de catalepsia por sus “seguidores” presentes en el velatorio.

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'LA PALABRA MÁS LIBRE', por Emilio Lledó / 'PAN Y VINO', de Friedrich Hölderlin (entrada revisada y ampliada) / ACTIVIDAD

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"¿Para qué poetas en tiempos de crisis? Pues para eso, precisamente para eso. Para evitar que en "épocas de miseria ocupen su lugar los timadores, los farsantes, los hechiceros, los fanáticos y otras criaturas del submundo intelectual...
La lectura de la poesía, hacer que afloren a los labios de los alumnos las palabras de los poetas y que se abran, así, a una forma originaria y viva del decir..."


LA PALABRA MÁS LIBRE


Una cuestión de lenguaje. Eso parece ser la vida humana. La vida de ese ser indigente, menesteroso, que no puede vivir sin los otros, pensar sin los otros. Al menos, eso es lo que decía el filósofo que descubrió para qué servían las palabras y qué se podía encerrar en ellas. Esa exigencia de compañía no sólo manifiesta la necesidad de lenguaje, sino la radical soledad de cada conciencia que encuentra, a través de las palabras y del amor, la posibilidad de engarzarse con sus semejantes. Apenas hay otros puentes entre seres "eternamente separados". El origen del lenguaje y del amor tenía, sin embargo, que desarrollarse sobre un principio de libertad que permitía ver el mundo y desatascaba de las palabras acartonadas, de las frases hechas, en las que se coagula la posibilidad de pensar.

Mirar el mundo, entenderlo y comunicarlo fue un programa que, casi instintivamente, llevó a cabo el "animal que habla" desde el momento en que sintió la urgencia de tener que convivir. Pero el hablar "se dice de muchas maneras". Las palabras pueden fluir, facilitar inteligencia, dar luz, construir comunidad, o también ofuscarse, deteriorarse, corromperse. Parece que este enfrentamiento entre lo positivo y lo negativo, entre la creación y la corrupción es la empresa esencial del existir como seres humanos. Porque esos dos territorios se confunden y enmarañan y en ellos nos perdemos. Esta pérdida ocurre porque ya nosotros mismos estamos perdidos, descarriados; porque hemos apagado la luz del pensamiento, la autarquía de mirar con los propios ojos, o porque la asfixia de los medios de comunicación o de una escuela y educación entontecedora haya acabado por aniquilar nuestra responsabilidad y nos haya enterrado en la fosa de la alineación, emborronando el horizonte ideal que debería alentar toda existencia.

La degeneración de la mente y el crecimiento de la mentecatez es posible, hoy más que nunca, por los múltiples canales más o menos subterráneos, por los enormes charcos de información, por el imperio de opiniones tóxicas, de mensajes podridos que, sin darnos cuenta, tragamos. Este fenómeno, cada vez más presente en la paradójicamente llamada sociedad de la información, enreda y devalúa el cerebro y, de paso, va mutilando la capacidad de pensar. Hay una expresión que mide esa cretinización colectiva: el "nivel de audiencia" que, con las excepciones que se quiera y sea cual sea el espacio en que tal nivel se busque, es, en el fondo, manifestación creciente de una forma de corrupción. Es verdad que los nuevos instrumentos de comunicación pueden ser también colaboradores eficaces para ampliar, informar, e incluso ilustrar la inteligencia. Pero esto sólo es posible si aprendemos, como en los orígenes de la democracia, en el pensamiento griego, a mirar las cosas de una manera nueva y, sobre todo, a mirar las palabras.

La mirada sobre el lenguaje, la pregunta continua sobre las significaciones es una función educativa y una de las grandes empresas de la cultura. El universo de palabras que nos circunda al incorporarse como lengua materna a nuestra vida nos constituye y nos define. Pero no basta con este hecho esencial de la existencia humana, no basta con encontrarse por azar en un lenguaje. Nadie puede sentirse orgulloso de una lengua en la que, por casualidad, se ha nacido si no se es capaz de convertir ese azar en necesidad, esa casualidad en destino; si no aprende con ella a ser persona, a ser veraz, justo, solidario, decente... Esa lengua materna en la que nacemos tiene que hacerse lengua personal, lengua matriz, lengua capaz de definir y manifestar nuestros comportamientos: "¡Habla para saber quién eres!".

Una forma de cultivar esa facilidad para entender el lenguaje es la poesía. En el mundo de la pragmacia y el consumo de baratijas verbales, la palabra poética tiene una gozosa y sustanciosa espontaneidad. Las líneas del poema nos enfrentan a un uso del lenguaje absolutamente libre. No hay otro compromiso con sus palabras que el que implica la apertura a un nuevo horizonte de sensibilidad. En ese horizonte vislumbramos la propia historia enhebrada en un tejido de significaciones inesperadas, de sentidos imprevistos, provocadores y enriquecedores. La poesía nos hace ver el mundo con ojos distintos al que el uso nos marca en el diario y tantas veces vacío discurso del vivir. Por eso es, efectivamente, un mundo de creatividad, de libertad, y ser libre quiere decir, en poesía, el encuentro con un lenguaje que se dice a sí mismo y que no tiene otra posibilidad de entenderse que cobijándose bajo las alas de esa misma libertad de señalar, de significar que es, al mismo tiempo, una libertad de sentir y de entender y de amistar.

Pienso que una de las muchas tareas para una educación renovadora es, precisamente, el encuentro con la lectura, con la imaginación y con ese inabarcable mundo de afectos y sentimientos que la poesía despierta. Una poesía que nos enseña a mirar en las palabras, en su esencial liberación de otros compromisos que no sea puro lenguaje, pura significatividad, puro amor a las cosas y a sus sentidos. Somos lo que entendemos, lo que hablamos, pero también -y no sé si sobre todo- lo que amamos. La lectura de la poesía, hacer que afloren a los labios de los alumnos las palabras de los poetas y que se abran, así, a una forma originaria y viva del decir. Una función pedagógica enriquecedora sería el hacer que nuestros jóvenes estudiantes en la escuela aprendiesen a decirse la poesía, a pronunciar con esas palabras los sentimientos que nos alejan del dominio de la pragmacia y la tecnología imperante. Una forma de educación que se escapa de la destreza de los teclados, de los destellos que ofuscan millones de pantallas y que, en última instancia, compensaría el chisporroteado predominio.

Lenguaje de la economía y la miseria, del engaño y la corrupción, de la indecencia y de los defensores de la desmemoria para amparar cualquier vileza del presente con la impunidad de que nunca será recordado. En la elegía Pan y vino, Hölderlin, en palabras citadas en múltiples contextos, se preguntaba: ¿Para qué poetas en tiempos de crisis? Pues para eso, precisamente para eso. Para evitar que en "épocas de miseria ocupen su lugar los timadores, los farsantes, los hechiceros, los fanáticos y otras criaturas del submundo intelectual".

(Fuente: El País, Babelia, 22-11-2008)

Friedrich Hölderlin

Pan y vino
Para Heinze

traducción de Rafael Capurro
  1 
En todo su contorno descansa la ciudad; quieta se vuelve la callejuela iluminada,
  Y, con antorchas adornados, se alejan susurrando los carruajes.
Colmados de las alegrías del día van a sus casas a descansar los hombres,
  Y ganancia y pérdida sopesa una cabeza reflexiva
Satisfecha en el hogar; vacío está de uvas y flores,
  Y de las obras de la mano descansa el industrioso mercado.
Pero música de cuerdas suena a lo lejos desde jardines; tal vez, que
  Allí un amante toca o un hombre solitario
En amigos lejanos piensa y en la juventud; y las fuentes
  Brotando constante y frescamente susurran junto a los canteros fragantes
Quietamente en el aire crepuscular resuenan los redobles de campanas,
  Y pensando en las horas anuncia un vigilante el número.
Ahora también viene un soplo que agita las cumbres de la arboleda,
  Mira! y la silueta de nuestra tierra, la luna.
Viene ya secretamente también; la entusiástica, la noche viene.
  Llena de estrellas y bien poco preocupada de nosotros,
Brilla la que se admira allí, la extranjera entre los hombres,
  Sobre las cumbres de las montañas subiendo triste y espléndida.
  
2
Maravilloso es el favor de los excelsos y nadie
  Sabe, desde cuando y qué cosa le sucede a uno por ellos.
Así mueve él al mundo y al alma esperanzada de los hombres,
  Ni siquiera el sabio comprende lo que él prepara, pues así
Lo quiere el dios supremo, el que te ama tanto, y por eso
 Te es más querido que a él a ti el día juicioso.
Pero a veces le gusta también al ojo nítido la sombra
  E intenta por placer, antes que sea necesidad, el sueño,
O mira también con gusto un hombre fiel a la noche,
  Sí, es conveniente consagrarle coronas y canto,
Porque para los desvariados ella es sagrada y para los muertos,
  Ella misma, sin embargo, permanece eternamente, en el más libre espíritu.
Pero ella nos tiene que ofrecer también, para que en el tiempo vacilante,
  En la oscuridad algo nos sea un apoyo,
El olvido y la embriaguez sagrada, generosamente
  Ofreciendo la palabra fluída a fin que, como los amantes, esté
Sin adormecimiento, y con la copa más plena y la vida más arriesgada,
  Sagrado recuerdo también, velando en la noche.
  
3
Pero ocultamos inútilmente el corazón en el pecho, inútilmente sólo
  Mantenemos la valentía nosotros, maestros y jóvenes, pues quién
Quisera impedirlo y quién quisiera prohibirnos la alegría?
  Fuego divino también impulsa, de día y de noche,
A salir. Por eso, vamos! a fin que miremos lo abierto,
  Que busquemos lo propio, tan lejos como aún esté.
Sólo una cosa es segura; sea a mediodía o vaya
  Hasta la medianoche, siempre permanece una medida,
Común a todos, sin embargo a cada uno también le es dado algo propio,
  Allí va y de allí viene cada uno, hacia donde puede.
Por eso! y burlarse con gusto de la burla le gusta a la locura regocijante,
  Cuando ella en noche sagrada de pronto se apodera del cantante.
Por eso ven al istmo...! allí donde resuena el mar abierto
  Junto al Parnaso y la nieve brilla en derredor de rocas délficas,
Allí a la tierra del Olimpo, allí a la altura del Citerón,
  Bajo los pinos, allí, bajo las vides, desde donde
Tebas allí abajo e Ismenos resuena en la tierra de Cadmos,
  Desde allí viene y hacia atrás señala el dios venidero.
  
4
Grecia feliz! tú, casa de todos los dioses celestes,
  Es verdad por tanto, lo que escuchamos en un tiempo en la juventud?
Sala festiva! el piso es el mar! y mesas las montañas,
  En verdad para un solo uso construídas de antaño!
Pero los tronos, dónde están? los templos, y dónde las vasijas,
  Dónde de néctar llenas, para los dioses como placer el canto?
Dónde, dónde brillan pues, dónde las sentencias certeras del oráculo?
  Delfos dormita y dónde resuena el gran designio?
Dónde el rápido? dónde irrumpe, de permanente felicidad lleno,
  Tronando desde aire sereno sobre los ojos, mostrándose?
Padre éter! así llamó y voló de lengua en lengua
  Miles de veces, ninguno soportó solo la vida;
Repartido alegra ese bien y cambiado, con extranjeros,
  Se vuelve un júbilo, crece durmiendo el poder de la palabra:
Padre! sereno! y resuena, tan lejos como puede, el antiguo
  Signo, heredado de los padres, acertada y creadoramente hacia abajo.
Pues así vuelven los celestes, vibrando profundamente llega así,
  Desde las sombras, entre los hombres su día.
  
5
Sin ser percibidos vienen ellos primero, tienden hacia
  Ellos los niños, demasiado clara viene, demasiado brillante la felicidad,
Y el hombre se recata ante ellos, apenas sabe decir un semidios,
  Quienes son con sus nombres, aquellos que se le acercan con los dones.
Pero su valentía es grande, le llenan el corazón a él
  Sus alegrías y apenas sabe como usar el don,
Crea, disipa y casi se le volvió lo no sagrado sagrado,
  Lo que él con mano bendita insensata y buenamente roza.
Hacen lo posible por soportar esto los celestes; pero entonces en verdad
  Vienen ellos mismos y los hombres se acostumbran a la felicidad
Y al día y a mirar a los que se muestran; la faz
  De los que, ya de antes Uno y Todo llamados,
Profundamente llenaron el pecho callado con libre satisfacción,
  Y primero y únicamente hacen feliz todo deseo;
Así es el hombre; cuando está allí el bien, y se preocupa con dones
  Un dios mismo por él, él no lo conoce y no lo ve.
Tiene que llevarlo consigo antes; pero ahora lo llama su amado,
  Ahora, ahora tienen que surgir palabras para ello, como flores.
  
6
Y ahora piensa él en honrar seriamente a los dioses benditos,
  Real y verdaderamente tiene que anunciar todo su alabanza.
Nada debe salir a luz que no agrade a los altísimos,
  Ante el éter no es digna la búsqueda de la ociocidad.
Por eso, estar dignamente en la presencia de los celestes,
  Se etablecen en órdenes magníficos los pueblos
Unos con otros y construyen los templos hermosos y ciudades
  Firmes y nobles, se alzan junto a las orillas -
Pero dónde están? dónde florecen las conocidas, las coronas de la fiesta?
  Tebas se marchita y Atenas; ya no resuenan más las armas
En Olimpia, ni los carruajes dorados de la competición,
  Y no se coronan ya más los barcos de Corinto?
Por qué callan también ellos, los viejos teatros sagrados?
  Por qué no se alegra la danza consagrada?
Por qué no señala como antes un dios la frente del hombre,
  No imprime el sello, como antes, al que fue encontrado?
O vino también él mismo y tomó la forma del hombre
  Y consumó y concluyó consolando la fiesta divina.
  
7
Pero amigo! llegamos demasiado tarde. En verdad viven los dioses,
  Pero sobre la cabeza allá arriba en otro mundo.
Sin fin actúan allí y parecen no prestar atención
  Si nosotros vivimos, con tanto cuidado nos tratan los celestes.
Pues no siempre puede darles cabida una vasija débil,
  Solamente en ciertos tiempos soporta el hombre la plenitud divina.
Un sueño de ellos es después la vida. Pero la sala de los desvariados
  Ayuda, como adormecimiento, y la necesidad fortalece y la noche,
Hasta que héroes suficientes hayan crecido en la cuna de hierro,
  Los corazones son en su fortaleza, como antes, semejantes a los celestes.
Tronando vienen entonces ellos después. Mientras tanto pienso a menudo
  Que mejor es dormir, que estar así sin compañeros,
Que aguantar así, y qué hacer entre tanto y qué decir,
  No lo sé, y para qué poetas en tiempo escaso.
Pero ellos son, dices tú, como los sacerdotes sagrados del dios del vino,
  Los que fueron de un país a otro en noche sagrada.
  
8
Pues, hace algún tiempo, que a nosotros nos parece largo,
  Subieron todos, los que alegran la vida,
Cuando el padre retiró su rostro de los hombres,
  Y la aflicción comenzó con todo derecho sobre la tierra,
Cuando apareció al final un genio silencioso, celestialmente
  Consolador, el cual anunció el día final y desapareció,
Dejó como signo, de que había estado aquí antes y que
  Volvería, el coro celestial algunos dones,
De los cuales humanamente, como antes, nos podemos alegrar,
  Pues para la alegría, con espíritu, fue lo más grande demasiado grande
Entre los hombres y todavía, todavía faltan los poderosos para las más altas
  Alegrías, pero vive serenamente todavía alguna acción de gracias.
Pan es el fruto de la tierra, pero es bendito por la luz,
  Y del dios tronador viene la alegría del vino.
Por eso pensamos también nosotros en los celestes, los que ya
  Han estado y vuelven en tiempo oportuno.
Por eso cantan también con seriedad los cantores, al dios del vino
  Y la alabanza no les suena vanidosa a los antepasados.
  
9

Sí! ellos dicen con derecho, que él reconcilia al día con la noche,
  Que guía a las estrellas del cielo hacia abajo, hacia arriba,
Siempre feliz, como el follaje del pino siempre verde
  Que él ama, y la corona, que eligió de la yedra,
Porque él permanece y él mismo trae la huella de los dioses huídos
  A los sin dioses, abajo, bajo lo oscuro.
Lo que el canto de los antepasados predijo de los hijos del dios, 
  Mira! nosotros somos, nosotros; es fruto de las Hespérides!
Maravillosa y exactamente se ha cumplido en los hombres,
  Crea el que lo haya comprobado! pero tantas cosas suceden,
Ninguna produce efecto, pues somos sin corazón, sombras, hasta que nuestro
  Padre Eter haya sido reconocido por cada uno y escuchado por todos.
Pero entre tanto viene como blandeador de antorcha del altísimo
  El hijo, el sirio, baja a las sombras.
Los de manera bienaventurada lo ven; una sonrisa desde la encarcelada
  Alma brilla, su ojo se abre todavía a la luz.
Serenamente sueña y duerme en los brazos de la tierra el titán,
  Aún el envidioso, aún Cerbero bebe y duerme.
(Fuente: capurro.de)

Sobre Emilio Lledó Filósofo español. Nacido en Sevilla, estudió en las universidades de Madrid y Heidelberg, centro este último en el que recibió clases de Karl Löwith y Hans-Georg Gadamer, nombres a los que estuvo posteriormente asociada la influencia de su propio pensamiento. Doctorado en 1956, permaneció en Heidelberg, en calidad de profesor asistente, desde ese mismo año hasta 1962. Tras regresar a España, inició una intensa actividad docente, primero como catedrático de instituto en Valladolid y más tarde como catedrático de Filosofía en las universidades de La Laguna (1964-1967) y Barcelona (1967-1978). Posteriormente, ejerció desde 1978 como catedrático de Historia de la Filosofía en la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) de Madrid. En 1990 obtuvo en Alemania el Premio Alexander von Humboldt, y en 1992 el Premio Nacional de Ensayo por su obra El silencio de la escritura. En 1993 fue elegido miembro de la Real Academia Española, y desde 1998 es bibliotecario de esta misma institución. En 2004 recibió el Premio Internacional Menéndez Pelayo por su trayectoria docente y filosófica. Algunos de sus principales trabajos versan sobre la historia de la filosofía griega. En este sentido, sobresalen diversas traducciones de clásicos griegos al castellano, incluidos algunos diálogos de Platón. Siempre estuvo muy interesado en relacionar la producción filosófica con el conjunto de sus condiciones materiales y sociales, estableciendo las múltiples conexiones que atraviesan el texto filosófico como tal. Pero su obra se centró en la investigación del lenguaje desde una perspectiva hermenéutica. Para Lledó, el lenguaje no sólo expresa el pensamiento, sino también una forma de encontrarse ante la realidad, y de interpretarla. Según sus postulados, la historia es una memoria colectiva que no debe ser analizada de forma aislada respecto a la sociedad en la que ocurre y de los usos lingüísticos que la estructuran. Entre sus obras más notables destacan: El concepto Poíesis en la filosofía griega (1961), Filosofía y lenguaje (1970), La filosofía, hoy (1975), Lenguaje e Historia (1978), El Epicureísmo (1984), La memoria del Logos (1984), Aristóteles y la ética de la Polis (1985), El silencio de la escritura (1991), El surco del tiempo (1992), Memoria de la ética (1994), Días y libros (1994), Lenguaje e historia (1996), Palabras entrevistas (1997) eImágenes y palabras (1998)
(Fuente reseña: epdlp)
Sobre Friedrich Hölderlin. Uno de los más grandes poetas líricos alemanes, cuya obra tiende un puente entre las escuelas clásica y romántica. Su poesía, olvidada muchos años, fue redescubierta al principio del siglo XX. Nació en Lauffen-am-Neckar. Estudió teología en la Universidad de Tubinga pero decidió no seguir la carrera eclesiástica. El poeta alemán Friedrich von Schiller publicó algunos de los primeros versos de Hölderlin en sus periódicos y obtuvo también para él diversos puestos de tutor. Después de un incidente amoroso con la mujer de su mecenas, Susette Gontard, la figura de Diotima en sus poemas y en su novela Hyperion (1797-1799), pasó dos años en Hamburgo donde empezó a desarrollar su característico estilo poético. Después de otro periodo como tutor, Hölderlin sufrió en 1802 el primero de los episodios de la enfermedad mental que iba a afligirle hasta su muerte. En 1807, tras algún tiempo en una institución de Tubinga, fue puesto a cargo de un maestro carpintero local llamado Zimmer. Hölderlin pasó el resto de su vida con Zimmer. La poesía de Hölderlin se caracteriza por una intensa subjetividad, pero al mismo tiempo sus cualidades expresivas se ven atemperadas por la contención y el equilibrio del clasicismo griego. No usaba rima, en su lugar escribía con una forma poética flexible conocida más tarde como verso libre. Es famoso sobre todo por sus poesías líricas, entre las que se encuentran La esperanza y El aeda ciego, y por alguna obras más amplias como la novela Hyperion (2 volúmenes 1797-1799), la historia de un luchador por la libertad griega, y la tragedia inacabada Empédocles (1798-1799). Su obra influyó poderosamente en la generación del 27 sobre todo en Luis Cernuda.
(Fuente reseña: epdlp)

ACTIVIDAD:

RESUMEN Y COMENTARIO CRÍTICO DE 'LA PALABRA MÁS LIBRE', DE EMILIO LLEDÓ (el resto de textos y enlaces deben tomarse como referencias de apoyo)

ENTRADAS RELACIONADAS:

DE EMILIO LLEDÓ:
("En España hay maestros de instituto excelentes, pero están intentando coartarlos y privatizar lo que es público. La democracia es, fundamentalmente, obra de lo público y creadora de lo público... No se puede entregar la educación de un país a la diferenciación económica, a los colegios de pago... Los emprendedores, sí, como los que emprendieron la destrucción de nuestras costas y la locura de la burbuja inmobiliaria, o los que están permitiendo la burbuja mental de los estudiantes con la eliminación de las humanidades")

("La defensa de lo público hace vivir la democracia... ¿Quién nos devolverá, en el futuro, la vida pública, los bienes públicos, que nos están robando?... ¿Quién privatiza a los políticos? ¿Qué palabras huecas, convertidas en grumos pegajosos aplastan los cerebros de los que van a administrar lo público, o sea lo de todos... No se entiende bien cómo a esos destructores de la idea de lo público les votan aquellos que perderían lo poco que tienen en manos de tales personajes. A no ser que la mente de esos súbditos haya sido manipulada...")
("Un país, una sociedad, que pone la economía, la riqueza, en primer lugar, por encima de todo, es un país aniquilado... A algunos les molesta lo público, porque son partidarios de una sociedad clasista... la lucha por la igualdad es la esencia de la sociedad... la cultura griega, esa Grecia, esa palabra convertida en economía, ¡qué empobrecimiento!")






'SUMMER NOON', JEFF TWEEDY (líder de WILCO, en solitario)

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"Nunca abandones el vientre de tu madre..."


... Like a lioness or a coyote
At a pink beating heart in the balcony

I followed the finger to the creature’s gate...



LETRA:

Summer noon I can always stay
To radiate what the cello can’t play
She spoke to me and provoked my band
And i broke in two in the heat of her hand

Like a lioness or a coyote
At a pink beating heart in the balcony
I followed the finger to the creature’s gate
In the hubbub where the pitiful congregate

I thought there was a note I could not hear
So i floated to the whisper up against my ear
Afterwards, I found my face in the trash
Really at the core of it, it wasn’t so bad

Never leave your mother’s womb
Unless you wanna see how hard a broken heart can swoon
Unless you wanna see how hard a broken heart can swoon

Summer noon I can always stay
To radiate what the cello can’t play
She spoke to me and provoked my band
And i broke in two in the heat of her hand

Like a lioness or a coyote
At a pink beating heart in the balcony
I followed the finger to the creature’s gate
In the hubbub where the pitiful congregate

I thought there was a note i could not hear
So I floated to the whisper up against my ear
Afterwards, I found my face in the trash
Really at the core of it, it wasn’t so bad

Never leave your mother’s womb
Unless you wanna see how hard a broken heart can swoon
Unless you wanna see how hard a broken heart can swoon

PARA SABER MÁS SOBRE EL NUEVO DISCO DE JEFF TWEEDY:


TEMAS DE WILCO EN ESTE SITIO:

("Your voice is smoking Last cigarettes are all you can get Turning your orbit around"








ACERCA DE LOS PRÉSTAMOS LÉXICOS: JULIO LLAMAZARES Y BENITO J. FEIJOO. ACTIVIDAD (entrada revisada y ampliada)

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En el primer tema de la programación de Lengua y Literatura de 2º de Bachillerato aparece el concepto de préstamos léxicos. Quizá, pueda ser interesante confrontar dos textos que tratan sobre la polémica que siempre ha despertado ese concepto. Julio Llamazares, siglo XX, y Benito J. Feijoo, siglo XVIII



MODERNOS Y ELEGANTES, por Julio Llamazares

Desde que las insignias se llaman pins; los homosexuales, gays; las comidas frías, lunchs, y los repartos de cine, castings, este país no es el mismo. Ahora es mucho más moderno.Durante muchos años, los españoles estuvimos hablando en prosa sin enteramos. Y, lo que es todavía peor, sin damos cuenta. siquiera de lo atrasados que estábamos. Los niños leían tebeos en vez de comics, los jóvenes hacían fiestas en vez departies, los estudiantes pegaban posters creyendo que eran carteles, los empresarios hacían negocios en vez de business, las secretarias usaban medias en vez de panties, y los obreros, tan ordinarios, sacaban la fiambrera al mediodía en vez del catering. Yo mismo, en el colegio, hice aerobic muchas veces, pero como no lo sabía -ni usaba, por supuesto, las mallas adecuadas-, no me sirvió de nada. En mi ignorancia, creía que hacía gimnasia.

Afórtunadamente, todo esto ya ha cambiado. Hoy, España es un país rico a punto de entrar en Maastricht, y a los españoles se nos nota el cambio simplemente cuando hablamos, lo cual es muy importante. El lenguaje, ya se sabe, es como la prueba del algodón: no engaña. No es lo mismo decir baconhall, ni inconveniente que handicap. Las cosas, en otro idioma, mejoran mucho y tienen mayor prestancia. Sobre todo en inglés, que es el idioma que manda. que tocino -aunque tenga igual de grasa-, ni vestíbulo que

Desde que Nueva York es la capital del mundo, nadie es realmente moderno mientras no diga en inglés un mínimo de cien palabras. Desde ese punto de vista, los españoles estamos ya completamente modernizados. Es más, creo que hoy en el mundo no hay nadie que nos iguale. Porque, mientras en otros países toman sólo del inglés las palabras que no tienen -bien porque sus idiomas son pobres, cosa que no es nuestro caso, o bien porque pertenecen a lenguajes de reciente creación, como el de la economía o el de la informática- nosotros más generosos, hemos ido más allá y hemos adoptado incluso las que no nos hacían falta. Lo cual demuestra nuestra apertura y nuestra capacidad para superarnos.

Así, ahora, por ejemplo, ya no decimos bizcocho, sino plum-cake, que queda mucho más fino, ni tenemos sentimientos, sino feelings, que es mucho más elegante. Y de la misma manera, sacamos tickets, compramos compacts,kleenex, comemos sandwichs, vamos al pub, quedamos groggies,rappel y, los domingos, cuando salimos al campo -que algunos, los más modernos, lo llaman country-, en lugar de acampar como hasta ahora, vivaqueamos o hacemos camping. Y todo ello, ya digo, con la mayor naturalidad y sin damos apenas importancia. usamos hacemos

Obviamente, esos cambios de lenguaje han influido en nuestras costumbres y han cambiado nuestro aspecto, que ahora es mucho más moderno y elegante. Por ejemplo, los españoles ya no usamos calzoncillos, sino slips, lo que nos permite marcar paquete con más soltura que a nuestros padres; ya no nos ponemos ropa, sino marcas; ya no tomamos café, sino coffee, que es infinitamente mejor, sobre todo si va mojado, en lugar de ton galletas, que es una vulgaridad, con cereales tostados. Y cuando nos afeitamos, nos ponemos after-shave, que aunque parezca lo mismo, deja más fresca la cara.

En el plano colectivo ocurre exactamente lo mismo que pasa a nivel privado: todo ha evolucionado. En España, por ejemplo, hoy la gente ya no corre: hace jogging o footing (depende mucho del chándal y de la impedimenta que se le añada); ya no anda, ahora hace senderismo; ya no estudia: hace masters; y el asesor de imagen o va a hacer a no aparca: deja el coche en el parking, que es muchísimo más práctico. Hasta los suicidas, cuando se tiran de un puente, ya no se tiran. Hacen puenting, que es más in, aunque, si falla la cuerda, se matan igual que antes.Entre los profesionales, la cosa ya es exagerada. No es que seamos modernos; es que estamos ya a anos luz de los mismísimos americanos. En la oficina, por ejemplo, el jefe ya no es el jefe; es el boss, y está siempre reunido con la public-relations ybusiness a Holland junto con su secretaria. En su maletín de mano, al revés que los de antes, que lo llevaban repleto de papeles y de latas de fabada, lleva tan sólo un teléfono y un faxmodem por si acaso. La secretaria tampoco, le va a la zaga. Aunque seguramente es de Cuenca, ahora ya no lleva agenda ni confecciona listados. Ahora hace mailings y trainings -y press-books para la prensa-, y cuando acaba el trabajo va al gimnasio a hacer gim-Jazz o a la academia de baile para bailar sevillanas. Allí se encuentra con todas las de la jet, que vienen de hacerse liffings, y con alguna top-model amante del body-fitness y del yogourt desnatado. Todas toman, por supuesto, cosas light, y ya no fuman tabaco, que ahora es una cosa out, y cuando acuden a un cocktail toman bitter y roastbeef, que, aunque parezca lo mismo, es mucho más digestivo y engorda menos que la carne asada.

En la televisión, entre tanto, ya nadie hace entrevistas ni presenta, como antes, un programa. Ahora hacen interviews y presentan magazines, que dan mucha más prestancia, aunque aparezcan siempre los mismos y con los mismos collares. Si el presentador dice mucho 0. K. y se mueve todo el rato, al magazineshow -que es distinto que espectáculo-, y si éste es un show heavy, es decir, tiene carnaza, se le adjetiva de reality para quitarle la cosa cutre que tendría en castellano. Entre medias, por supuesto, ya no nos ponen anuncios, sitio spots, que, aparte de ser mejores, nos permiten hacer zapping. En el deporte del basket -que antes era el baloncesto-, los clubs ya no se eliminan, sino que juegan play-offs, que son más emocionantes, y a los patrocinadores se les llama sponsors, que para eso son los que pagan. El mercado ahora es el marketing; el autoservicio, el self-service; el escalafón, el ranking; el solomillo, el steak (incluso aunque no sea tártaro); la gente guapa, la beautiful, y el representante, el manager. Y desde hace algún tiempo, también, los importantes son vips; los auriculares, walk-man; los puestos de venta, stands; los ejecutivos, yuppies; las niñeras, baby-sitters, y los derechos de autor, royalties. Hasta los pobres ya no son pobres. Ahora los llamamos homeless, como en América, lo que indica hasta qué punto hemos evolucionado.

Para ser ricos del todo y quitarnos el complejo de país tercermundista que tuvimos algún tiempo y que tanto nos avergonzaba, sólo nos queda ya decir siesta -la única palabra que el español ha exportado al mundo, lo que dice mucho en favor nuestro- con acento americano.

(Fuente: El País, 13-05-1993) 

SOBRE JULIO LLAMAZARES Poeta, ensayista y narrador español, ha cultivado la literatura de viajes, la crónica de prensa y el guión cinematográfico. Con el paso de los años ha conseguido madurar una brillante y atractiva personalidad literaria basada en la calidad poética de su estilo. Nació en Vegamián, un pueblecito de la montaña de León desaparecido bajo las aguas de un embalse, y estudió Derecho antes de instalarse en Madrid, ciudad a la que se trasladó para dedicarse al periodismo. Se dio a conocer como poeta con La lentitud de los bueyes (1979), una meditación en voz alta sobre el tiempo y la soledad, el sentido de la vida y la muerte, y tras publicar un curioso ensayo titulado El entierro de Genarín (1981), una biografía esperpéntica, consolidó su posición de poeta con Memoria de la nieve (1982, Premio Jorge Guillén), producción lírica con atisbos de épica que intentaba recuperar una memoria colectiva, la edad de oro de sus ancestros, el mundo rural en peligro de extinción. Como novelista ha triunfado con Luna de lobos (1985), el acoso del hombre por el hombre, en la que sin abandonar su profunda inclinación poética, narra las peripecias de un grupo de guerrilleros refugiados en las montañas, que luchan por la supervivencia en un medio hostil. Le siguió La lluvia amarilla (1988), crónica de la despoblación, confirmación de un modo de novelar. Es un monólogo-evocación ambientado en una aldea perdida en el Pirineo aragonés, con el que el autor consigue una síntesis positiva de fantasía y paisaje. Ha obtenido en Italia los premios ITAS y Nonino. En los últimos años ha publicado: El río del olvidoBabia (1991), artículos de opinión, reportajes y relatos; Escenas de cine mudo (1994), recuerdos de la vida de un niño; Nadie escucha (1995), opiniones y relatos; En mitad de ninguna parte (1995); Retrato de un bañista (1996), guión de cine, al igual que El techo del mundo (1998), escrito conjuntamente con F. Vega para una filmación sobre la memoria histórica. Su obra Tras-os-montes (1998), estampas de viajes elaboradas a lo largo de varios años, ha sido muy bien acogida por la crítica, que lo presenta como un escritor viajero por excelencia. Para confirmarlo se puede citar su obra Los viajeros de Madrid (1990), profundo y bello relato de viajes, en el que se explican algunas claves de su narrativa; En (1998), que recoge los artículos que había publicado en el periódico Villa de Madrid durante la década de 1980.
(Fuente: epdlp.com)

PARALELO DE LAS LENGUAS CASTELLANA Y FRANCESA (fragmentos escogidos),  por Benito J. Feijoo, en Teatro Crítico


Dos extremos, entrambos reprehensibles, noto en nuestros españoles,, en orden a las cosas nacionales: unos las engrandecen hasta el cielo; otros las abaten hasta el abismo. Aquellos que ni con el trato de los extranjeros, ni con la lectura de los libros espaciaron su espíritu fuera del recinto de su patria, juzgan que cuanto hay de bueno en el mundo está encerrado en ella. De aquí aquel bárbaro desdén con que miran a las demás naciones, asquean su idioma, abominan sus costumbres, no quieren escuchar o escuchan con irrisión sus adelantamientos en artes y ciencias. (...)

Por el contrario, los que han peregrinado por varias tierras, o sin salir de la suya commerciado con extranjeros, si son picados tanto cuanto de la vanidad de espíritus amenos, inclinados a lenguas y noticias, todas las cosas de otras naciones con admiración; las de la nuestra, con desdén. . Sólo en francia, pongo por ejemplo, reinan, según su dictamen, la delicadeza, la policía, el buen gusto; acá todo es rudeza y barbarie. Es cosa graciosa ver a algunos de estos nacionistas (que tomo por lo mismo que antinacionales) hacer violencia a todos sus miembros para imitar a los extranjeros en gestosmomimientos y acciones, poniendo especial estudio en andar como ellos andan, sentarse como se sientan, reírse como se ríen (...)

Entre estos (...) sobresalen algunos apasionados amantes de la lengua francesa, que, prefiriéndola con grandes ventajas a la castellana, ponderan sus hechizos, exaltan sus primores, y no pudiendo sufrir ni una breve ausencia du adorado idioma, con algunas voces que usurpan de él salpican la conversación, aun cuando hablan en castellano. (...)

El emprestito de voces que se hacen unos idiomas a otros es, sin duda, útil a todos, y ninguno hay que no se haya interesado en este comercio. La lengua latina quedaría en un árido esqueleto si le hiciesen restituir todo lo que debe a la griega (...)

Pero cuando el idioma nativo tiene voces propias, ¿para qué se han de sustituir por ellas las del ajeno? Ridículo pensamiento el de aquellos que, como notaba Cicerón en una amigo suyo, con voces inusitadas juzgan lograr opinión de discretos: Qui recte putabat loqui exxe inusitate loqui. Ponen por medio elno ser entendidos, par ser reputados por entendidos; cuando el lucirse con voces extrañas de la inteligencia de los oyentes en vez de avencindarse en la cultura es, endictamen de San Pablo, hospedarse en la barbarie: si nesciero virtutem vocis, ero ei cui loquor, barbarus; et qui loquitur, mihi barbarus.

A infinitos españoles les oigo usar de la voz remarcable diciendo: es un suceso remarcable, una cosa remarcable. Esta voz franesa no significa más ni menos que la castellana notable.

Aquí, la Edición digital de Teatro crítico universal de Benito Jerónimo Feijoo realizada por la Fundación Gustavo Bueno.


Sobre Benito J. Feijoo.Escritor español representante de la primera fase de la Ilustración. Nació en Casdemiro (Orense) en 1676. Ingresó en un monasterio benedictino antes de cumplir los 14 años. Estudió en Salamanca y en Oviedo. Es autor del Teatro crítico universal, o Discursos varios en todo género de materias para desengaño de errores comunes, que se publicó entre 1726 y 1740. Abarca en esta obra temas de distintas ciencias y actividades humanas y, por su propósito de discurrir acerca de las falsas creencias y las supersticiones, entre otros errores difundidos en el pueblo, ha sido llamado el desengañador de las Españas. Por su carácter enciclopédico, esta obra se inserta en la tradición de las misceláneas, al estilo de la Silva de varia lección de Pero Mexía (siglo XVI). Es autor también de las Cartas eruditas y curiosas, publicadas entre 1742 y 1760. Su contacto con el pensamiento ilustrado lo identifica con el lema de Kant (“atreverse a saber”) y con el de Voltaire (“atreveos a pensar por vosotros mismos”). También fue un admirador de Francis Bacon, del que tomó su entusiasmo por los aspectos utilitaristas de la ciencia. Murió en 1764 en Oviedo. Ejerció notable influencia en el desarrollo de las nuevas ideas y la crítica ilustrada, tanto en España como en los dominios españoles de América.
ACTIVIDAD: 

Después de leer estos dos textos, tan lejanos en el tiempo, redactar un texto en que se exprese la opinión personal, argumentada, razonada, sobre lo expresado por los autores y sobre la utilización de extranjerismos en la sociedad actual.

OTROS ARTÍCULOS DE JULIO LLAMAZARES EN ESTE SITIO:

OSOS

("... los políticos continuamente hablan de la despoblación como un problema para el que anuncian medidas que nunca llegan. Lo único que llegan son los recortes de servicios.... Que es como decir que el oso desaparece porque no hay bosques mientras se talan los existentes porque cuesta mantenerlos... los humanos... nos diferenciamos poco de aquellos, sobre todo puestos de pie y gruñendo. No hay más que ver los documentales de naturaleza y compararlos con el Parlamento")

LOS CLÁSICOS

("...un amigo alemán se extraña de que en España cada vez más la corrupción sea la norma... mientras nosotros leíamos El Lazarillo, el Guzmán de Alfarache... ellos, los alemanes, se aburrían como ostras leyendo a Goethe y a Thomas Mann... mientras que los alemanes daban a luz el romanticismo, los italianos el renacimiento, los franceses la ilustración y los ingleses la tragedia moderna, nosotros, los españoles, hemos aportado al mundo dos géneros literarios característicos: la picaresca y el esperpento")



(Por fin, alguien lo ha hecho. Alguien habla de la obscena estupidez creada en torno a la "alta cocina" en este país "... uno de nuestros chefs más considerados ha abierto un restaurante en Ibiza en el que, no conforme con ofrecer creaciones y maridajes ultrapoéticos realizados con técnicas vanguardistas por cocineros que son a la vez científicos y servidos por un ejército de camareros que hablan como filósofos, añade la novedad de cambiar, mediante proyecciones videográficas y cibernéticas, la decoración del comedor con cada plato")

("... cuando en el calendario aparece agosto, me prometo solemnemente a mí mismo aprovecharlo hasta el último minuto para que la emoción no se convierta en decepción por haber dejado que se perdiese como le ocurrió a mi padre con su gaseosa")



'ALEMANIA DESDE ATENAS', por David Torres

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“Los griegos –dije– nos lo disteis todo. La lírica, la épica, las matemáticas, la ciencia, la música, la tragedia, la democracia. Me hace gracia que Alemania hable de la deuda griega, cuando la deuda de Europa con vosotros es impagable”...

"... los cientos de miles de muertos, los edificios destruidos, los campos arrasados, el pillaje y el robo provocados por la invasión nazi, una multimillonaria indemnización de guerra que Alemania se ha negado a pagar reiteradamente"


ALEMANIA DESDE ATENAS
Salman Rushdie escribió que una visita al Taj Mahal pulveriza todas las postales y creencias previas; el viaje merece la pena “para recordarnos que el mundo es real, que el sonido es más verdadero que el eco, el original más convincente que su imagen en un espejo”. Otro tanto sucede con la Acrópolis de Atenas: yo había visto el monumento cientos de veces –en libros, en documentales, en películas–, pero el fogonazo blanco del templo inmortal brotando de una atalaya visible casi desde cualquier parte de la ciudad era asombrosamente inédito, recién nacido en mis ojos, como el primer amanecer sobre la tierra. De hecho, al día siguiente, cuando subimos hasta lo alto tras dejar a un lado el teatro de Dionisos, nos giramos para contemplar un cielo inmenso, cuajado de montes, mares y perspectivas, con el sol oculto entre nubes de tormenta, quizá el crepúsculo más bello que haya contemplado nunca. Me quedé un buen rato admirando el apocalipsis de la luz derramándose sobre el Pireo, sus fuegos chisporreteando, de pie entre los muros derruidos de la entrada, como si contemplara las mismas puertas del mundo.
Lo cierto es que como muchas otras joyas arquitectónicas, el Partenón estaba emborronado por unos andamios, unas obras de reconstrucción que se alargan ya más de tres décadas. “Hay mucha gente que ha nacido aquí y jamás lo ha visto sin sus muletas” dice Víctor Andresco, director del Instituto Cervantes de Atenas, quien me ha invitado a leer fragmentos de mi obra en un acto junto a otros escritores europeos. La primera noche, al poco del aterrizaje, nos lleva a dar un largo paseo por el barrio de Exárjia, el bastión anarquista que forma desde hace años el ágora de las protestas. Mientras saboreamos una cerveza en una terraza, Víctor nos cuenta que no es cierta la creencia de que la policía no se atreve a entrar aquí; para corroborarlo, de repente brota una nutrida fila de antidisturbios que monta una especie de falange tebana frente a la plaza perfumada por el humo de unos contenedores ardiendo. Después de una breve exhibición de fuerza, dan media vuelta y regresan a sus cuarteles. En el paseo de regreso al hotel, Víctor nos enseña la placa dedicada a la memoria de Alexandros Grigorópulos, el estudiante de 15 años que la policía tiroteó a sangre fría en una esquina del barrio. De los balcones cuelgan flores y banderas; en la pared hay dibujos, versos y pintadas. Una de ellas está en perfecto español: “Viva la anarquía”. “El español es el idioma de las revueltas” nos dice Víctor, quien también nos explica que muchas veces los jóvenes atenienses escriben “revolusión” al estilo mexicano.
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El domingo visitamos la plaza Syntagma, en uno de cuyos árboles se pegó un balazo en la cabeza un jubilado de 77 años, Dimitris Christoulas, para protestar por el vergonzoso expolio del país. En la carta que se encontró en uno de sus bolsillos había escrito que se mataba porque no veía otra salida después de que el gobierno le hubiese quitado la pensión que él pagó escrupulosamente durante 35 años: “Creo que los jóvenes sin futuro cogerán algún día las armas y colgarán boca abajo a los traidores de este país en la plaza Syntagma, como los italianos hicieron con Mussolini en 1945”. No le conté a Víctor que en mi último libro había un relato titulado Rey de Ítaca, donde un cocinero griego al que los bancos han dejado en la ruina se venga sacándole un ojo a un compatriota usurero con un cuchillo de cocina. El episodio repitía el pasaje del cíclope en la Odisea; una venganza que quizá hubiese satisfecho al viejo Christoulas.
En la lectura que di la mañana del sábado, terminé agradeciendo al público su asistencia y mostrando mi emoción incomparable por estar en el epicentro vivo de nuestra cultura. “Los griegos –dije– nos lo disteis todo. La lírica, la épica, las matemáticas, la ciencia, la música, la tragedia, la democracia. Me hace gracia que Alemania hable de la deuda griega, cuando la deuda de Europa con vosotros es impagable”. Nanna Papanicolau, gestora cultural del Insituto Cervantes, me corrigió al señalar que, en efecto, había una deuda impagable pero era estrictamente monetaria: se trataba de los cientos de miles de muertos, los edificios destruidos, los campos arrasados, el pillaje y el robo provocados por la invasión nazi, una multimillonaria indemnización de guerra que Alemania se ha negado a pagar reiteradamente. En un artículo lúcido y devastador, el escritor Pedro Olalla (que tuvo la amabilidad de ejercer de traductor aquella mañana) no sólo subraya esta clamorosa injusticia histórica sino que también desmonta el mito de un “milagro alemán” cimentado exclusivamente en el impago de las indemnizaciones de guerra, en el auge de la industria bélica, en el trabajo gratuito de los prisioneros en los campos de concentración y en la mano de obra judía.
La mañana del domingo, Víctor, con quien ya me unía una hermandad hecha de libros, amigos, admiraciones y antipatías comunes, nos llevó hasta el Pireo para comer pescado y fumarnos luego un puro frente al anfiteatro de un mar color de vino. Era un Partagás D4, un habano homérico en cuya ceniza se resumía también la gloria del pasado. Desde allí apenas se divisaba la Acrópolis, los huesos blancos del mundo, el lugar donde empezó todo y donde la democracia, el gobierno del pueblo y para el pueblo, se fue forjando con sangre negra de esclavos.
(Fuente: publico.es)
ENTRADAS RELACIONADAS:
("Esa era la plaza griega. Esa plaza no existe ahora. Ahora no podemos criticar a nuestros reyezuelos, peleles de plasma que se esconden en los rincones de palacio. Ahora, la palabra "democracia" ha sido desahuciada, en Grecia, y aquí.")


("... ninguna cultura, en el pasado inmediato, se ha dirigido tanto a lo helénico como la alemana... No es nada seguro que los alemanes actuales sean conscientes del agravio a su propia raíz espiritual cuando utilizan peyorativamente el término “griego”... Ahora, pesadilla. Claro está que el mundo es otro, y Goethe o Hölderlin no pueden competir con el veneno de los medios de comunicación que se llaman a sí mismos populares o con la sistemática ignorancia de los políticos")


("...A otros pueblos los definen otros afanes: aman la piedad religiosa, el dinero, las guerras de conquista, el fútbol o la gastronomía. Solo en Grecia “filosofar” no fue un raro oficio profesional, solo allí fue la política una tarea común de la democracia. En Atenas, la educación comenzaba por saber poesía (Homero, sobre todo) y acudir al teatro de Dioniso. Otras ciudades anteponían el atletismo, la gimnasia y las hazañas bélicas...")


("España necesitó asociarse en cuanto pudo al nuevo proyecto europeo, relegando su mercado más antiguo, el que la unía a Grecia, a Italia, a Oriente Próximo y al Magreb. ¿No es ésta la comunidad que urge reconstruir, aparte de la europea y de la iberoamericana, como garantía de equilibrio duradero?... Grecia no va a exigirnos derechos de autor a cambio de la lógica de Aristóteles")

OTROS ARTÍCULOS DE DAVID TORRES EN ESTE SITIO:


("Al menos cien niños mueren en el naufragio de un bote frente a las costas de Malta... hace mucho que el periodismo reemplazó la denuncia social por la alta costura... escribir o leer sobre el tráfico de seres humanos, sobre supervivientes de guerras atroces que intentan huir de los infiernos de África y se ven embarcados en la balsa de la Medusa; embriones de esclavos que mueren gratis, por docenas, por cientos, sin ocupar más que una línea en los periódicos, es como beber un buche de agua de mar")


("Estos días África asoma en los telediarios con una epidemia de ébola, más de setecientos muertos y un virus letal que puede saltar a Europa cualquier día de estos. Qué miedo, tú. Por lo que no hay preocupación ninguna es por la hambruna que está matando a docenas de miles de personas en Sudán del Sur: este verano hay demasiada competencia funeraria...")

("... porque quien vive entre libros nunca deja de aprender. Sólo dicen que están vuelta de todo los que jamás han ido a ningún sitio... viajamos en la calesa cerrada donde Emma y Leon consuman el adulterio más movido y elíptico de la literatura y descubrimos esa ley extraña por la cual detrás de toda gran mujer generalmente hay un don nadie" "... un escritor ha de luchar contra el poder, sea del signo que sea, aunque la señal de su triunfo resulte tan minúscula como una picadura de mosquito en el culo de un elefante.")


("... algo que siempre le agradeceremos... a todos y cada uno de los mandamases que siguieron promocionando una España de charanga y pandereta, un país de servicios, de camareros, de chapuzas, de banqueros impunes, de juerga y chirigota... Lo que ha quedado, después de la juerga, es un lodazal devastado, una olla podrida...")





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