Quantcast
Channel: Lengua y Literatura de Bachillerato... y otras cosas
Viewing all 2602 articles
Browse latest View live

'LA AURORA DE NUEVA YORK'. SELECTIVIDAD, EJEMPLO DE EXAMEN SOBRE TEXTO POÉTICO / ADAPTACIÓN POÉTICO-MUSICAL DEL POEMA

$
0
0

"... allí no hay mañana ni esperanza posible:

a veces las monedas en enjambres furiosos

taladran y devoran abandonados niños...


Los primeros que salen comprenden con sus huesos

que no habrá paraísos ni amores deshojados;

saben que van al cieno de números y leyes..."



LA AURORA DE NUEVA YORK (Poeta en Nueva York)

La aurora de Nueva York tiene

cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean las aguas podridas.

La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.

La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible:
a veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.

Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraísos ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.

La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.


PREGUNTAS:

1ª ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS

2ª TEMA. RESUMEN


NOTA: La llegada a Nueva York supuso un gran impacto emocional para el joven García Lorca. No sólo por la inmensidad de la ciudad, por el contrapunto urbano que suponía con respecto a su lugar de origen, sino también, y muy importante, porque llegó allí cuando la Gran Crisis del 29. Debéis tener en cuenta que siempre es complicado analizar un texto poético (organización de ideas, tema, resumen...) escrito sobre la base estética del Surrealismo. Por ello, prestad atención a las sensaciones de desazón que producen los versos, e intentad fijar la atención en aquellos especialmente significativos, aquellos que os puedan ayudar mejor a entender lo esencial. Por ejemplo: no hay mañana ni esperanza posible... las monedas en enjambres furiosos taladran y devoran abandonados niños... saben que van al cieno de números y leyes... por los barrios hay gentes que vacilan insomnes... Comentad esas palabras que parecen connotar significados esenciales para la comprensión del poema, como esperanza, monedas, niños, números, leyes, gentes, insomnes... Y, como siempre, intentad establecer relaciones entre el poema y otros poemas o textos, entre el poema y nuestra actualidad.


3ª COMENTARIO CRÍTICO

Preguntas guía para el comentario crítico

1ª ¿Cómo está organizado el texto? (Estructura)
2ª ¿Qué tesis defiende el autor? (Ver Orientaciones para determinar el tema...)
3ª ¿Podrías resumir brevemente el texto con tus propias palabras?
(Las tres primeras preguntas corresponden, evidentemente, a las preguntas de Selectividad, ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS, TEMA Y RESUMEN. A partir de la cuarta pregunta comenzaría -es sólo una propuesta- el COMENTARIO CRÍTICO)
4ª ¿Qué tipo de texto es? Si es un texto literario, ¿a qué momento histórico pertenece, está "encuadrado" en algún movimiento literario?
5ª ¿Es un tema actual? ¿Crees que hay alguna idea "secundaria" importante?
6ª ¿Es un tema polémico?
7ª ¿Es un tema local/universal
8ª ¿Qé argumentos utiliza el autor para defender su tesis?
9ª ¿Es objetivo en sus planteamientos, o es subjetivo?
10ª ¿Cuáles son las “marcas lingüísticas” de su supuesta subjetividad? ¿Cuáles son las expresiones más impactantes, más significativas? Coméntalas.
11ª ¿Es un tema original?
12ª Si no lo es, ¿lo es, al menos su tratamiento, su enfoque?
13ª ¿Cuál es tu opinión?
14ª ¿Qué argumentos añadirías?
15ª ¿Qué argumentos opondrías a los del autor?
16ª ¿Puedes relacionar el texto, su tema principal, con otros textos, noticias… que conozcas?
17ª Teniendo en cuenta la intención del autor, ¿crees que ha sido eficaz? ¿Qué funciones del lenguaje predominan?
18ª ¿Cómo concluyes tu análisis, tu comentario?

4ª ANÁLISIS SINTÁCTICO:

Los primeros que salen comprenden con sus huesos

que no habrá paraísos ni amores deshojados

Otra opción: EXPLICAR EL SIGNIFICADO DE LAS SIGUIENTES EXPRESIONES:

A) ... saben que van al cieno de números y leyes

B)  La luz es sepultada por cadenas y ruidos..

5ª CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES DEL GÉNERO LÍRICO / LA POESÍA ESPAÑOLA DEL SIGLO XX HASTA 1939



Os dejamos aquí el montaje poético-musical que, con motivo del 75 aniversario de la muerte de Federico García Lorca, realizamos en el IES Cristóbal Colón de Sanlúcar de Barrameda




OTRAS ADAPTACIONES REALIZADAS EN EL IES CRISTÓBAL COLÓN:

NORMA Y PARAÍSO DE LOS NEGROS

YERMA, ADAPTACIÓN MUSICAL

GACELA DEL AMOR DESESPERADO


'EL CÍRCULO SE HA CERRADO', por Luis Enrique Ibáñez / 'LA BELLEZA', Luis Eduardo Aute

$
0
0
El tema 'La belleza', de Aute, nos lo ha sugerido, con su perspicacia habitual, Juan Carlos Rodríguez

"... el círculo se ha cerrado... Ayer, 295 diputados cerraron, con la mirada perdida y la palabra presa, toda posibilidad de que los ciudadanos de este país decidan... Dieron un portazo traidor, delante de nosotros, en nuestras narices... 

¿a quién dicen que representan en ese congreso, dónde reside la soberanía del pueblo? Palabras desahuciadas, palabras exiliadas, palabras enmudecidas, palabras, palabras... sólo palabras"

El Congreso de los Diputados aprueba la llamada Ley de Abdicación,11 de junio de 2014

EL CÍRCULO SE HA CERRADO

Sí, el círculo se ha cerrado. Es la hora de la ciudadanía, y de la calle, la hora de la palabra en la plaza, la hora de decir, con las armas de la razón histórica, que la farsa ya ha concluido, que ha caído el telón y no se oye ningún aplauso, los actores no se han atrevido, ni siquiera, a salir a a saludar, ¿para qué? En el escenario sólo quedan los cadáveres: los cuerpos de los desahuciados, la aterradora última sonrisa de los suicidados, los paralíticos cuerpos de los parados para siempre. Ya sólo vive el cobrador de la entrada, el que siempre gana, el que contabiliza los billetes mientras desprecia los muertos.

Ayer, 11 de junio de 2014, 295 diputados cerraron, con la mirada perdida y la palabra presa, toda posibilidad de que los ciudadanos de este país decidan en qué casa quieren vivir, si quieren seguir viviendo bajo una monarquía impuesta por Franco, o, por el contrario, desean, con tranquilidad, inaugurar un nuevo periodo republicano, civil, público. 

Dieron un portazo traidor, delante de nosotros, en nuestras narices.

Decíamos hace unos días que esos diputados que amordazan la voz de todo un pueblo, no es que estén comprometidos con la monarquía, sino con todo lo que esa monarquía simboliza y protege... "Están comprometidos con la Religión Neoliberal, cuyo evangelio empezó a propagarse en los años 80 (el empleado de los mercados, el telefonista aburrido de Gas Natural, fue su primer apóstol aquí, en este traicionado país), y ahora está terminando su globalización, la culminación de su imperio, la instauración de esa dictadura de la indecencia de la que hablaba Emilio Lledó"('Como si fuésemos idiotas, ¿lo somos?') Ayer volvieron a demostrarlo, volvieron a escupir en el rostro de todas las palabras bellas, como decidir, participación... República.

Ay, esa década de los 80, años de movida libertaria, de movida madrileña, musical, y de movida de pensamiento político, de cambio de traje, de palabras disfrazadas, de maquillaje maloliente. Ya en el segundo lustro, el PSOE de Felipe González (ese ninot que dice que los socialistas no son republicanos, son accidentalistas, que el Rey lo ha hecho muy bien... no entiendo cómo los militantes de base de ese partido no le hacen un escrache de 24 horas) abrazaba las políticas neoliberales provenientes de mentes tan tiernas y compasivas como Margaret Thatcher. Ese indigno de llamarse socialista ya señaló el camino que ahora se está culminando. Su esclavizante plan de empleo juvenil, su legalización de las empresas de trabajo temporal, su abrazo complacido al terror del mundo empresarial, provocaron, como era lógico, las primeras huelgas generales de la democracia, se dice pronto.

En los últimos años de esos 80 la ilusión que efectivamente había generado el triunfo del PSOE en el 82 se perdía triste por el desagüe de las esperanzas perdidas.

Ya antes del 88, en 1986, mientras la militancia del PSOE miraba para otro lado, Felipe González aceptó las 30 monedas de plata, vendió su palabra, besó la mentira, y nos metió en la OTAN. Al menos Judas Iscariote intentó devolver las 30 monedas. Felipe González, no. Él amasa fortunas mientras sonríe como el mejor empleado de los mercados, como la telefonista alegre y complaciente de Gas Natural. En clara coherencia, el nieto, Zapatero, antes de irse por la puesta de atrás de la Historia, nos dejó aquí, al lado de mi casa, el escudo antimisiles de esa pérfida OTAN. Todo cuadra.

Aute lo explicaba mejor que nadie, 

Míralos, como reptiles, al acecho de la presa, negociando en cada mesa ideologías de ocasión Antes iban de profetas y ahora el éxito es su meta; mercaderes, traficantes, más que náusea dan tristeza... Y me hablaron de futuros fraternales, solidarios...

Luego vendrían muchas más cosas, muchos más años llenos de estiércol, el carnaval podrido de los 90, el bigote autoritario e insoportable de Aznar, ese pequeño gran dictador, medio aprendiz de ese inglés ininteligible, pero demoledor, el idioma fatuo de los matones del far west, la imperdonable guerra de Irak, ese país al que hemos llevado gratis la paz y la democracia, la privatización de empresas públicas, levantadas por todos y que, ahora, a todos nos están matando, mientras sirven de cueva para Alí Babá y sus cuarenta amigotes... tantas cosas, el expolio de las clases medias, la exclusión y demolición de las clases bajas, el desmantelamiento de la Sanidad Pública, el bloqueo de la Educación, en el contexto perfecto de un proyecto de creación de élites que gobiernen la mísera existencia de los esclavos necesarios... el abofeteo del pensamiento,  el despedazamiento del lenguaje, el silencio de los corderos.

Y el eco de Aute sigue enganchado al oído, tamboreando el cerebro,

Y ahora que ya no hay trincheras

el combate es la escalera,

y el que trepe a lo más alto
pondrá a salvo su cabeza
aunque se hunda en el asfalto
la belleza


Muchos sueños pervertidos, muchas pesadillas que no acaban. Pero queremos destacar dos fechas que, unidas a la de ayer, terminan de cerrar la cuadratura de este círculo infernal. Y es que si aplicamos, no la mirada puntual, sino una panorámica general, si intentamos verlo todo con la estética luminosa de un plano-secuencia magistral (pensemos en la primera escena de 'Sed de mal', de Orson Welles... vaya título más oportuno), entonces comprendemos sin dificultad que todo ha seguido una lógica maquiavélica, diabólica, pero absolutamente lógica.

Escena en Congreso el día de la reforma del artículo 135 de la Constitución

El 2 de septiembre de 2011 el Congreso de los Diputados aprobó la reforma del artículo 135 de la Constitución. Con dicha reforma se establecía el techo del déficit de las administraciones públicas y, sobre todo, se establecía la prioridad absoluta del pago de la deuda. Se garantizaba, traduzcamos, las eternas ganancias de las entidades financieras y de las grandes empresas, a costa de la miseria de todo un país, a costa de la Sanidad, a costa de la Educación, a costa de la investigación, a costa de la Cultura, a costa del pensamiento, a costa del futuro de millones de jóvenes, a costa de la pérdida de soberanía de un país que, a partir de esa fecha, ya no puede mirarse a sí mismo.

Y ni siquiera hubo 35 diputados para exigir la convocatoria de un referéndum. El asunto en juego, digan lo que digan, era trascendental, y se pasaron por el forro la voz de los ciudadanos, condenando a este país a décadas, y décadas, de miseria, hambre y oscuridad. 

Después de esa traidora votación, ¿a quién dicen que representan en ese congreso, dónde reside la soberanía del pueblo? Palabras desahuciadas, palabras exiliadas, palabras enmudecidas, palabras, palabras... sólo palabras.

Palabras que se arremolinan en el pensamiento, palabras  que escrachean a la conciencia dormida, palabras como las de Max Stirner:

"Vencer o ser vencido, no hay otra alternativa. El vencedor será el amo y el vencido será el esclavo: aquél gozará de la soberanía y de los derechos del señor; éste cumplirá con veneración y respeto sus deberes de súbdito"

Miembros de la PAH recriminan a los diputados el rechazo de la ILP de la dación en pago

El 18 de abril de 2013, la ILP presentada por la PAH, avalada por un millón y medio de firmas, y deseada, según las encuestas más serias, por más de 90 % de la población española. Era una Iniciativa Legislativa Popular que quería frenar la sangría de los desahucios, que quería parar el descarrilamiento de miles de suicidios inocentes, que quería acabar con las prácticas asesinas de los bancos. 

Esa tarde, en el Congreso de todos, esa iniciativa, aprobada ya por la mayoría de los españoles, fue destrozada en el Congreso, un congreso que ya dejó de ser de todos.

Un congreso que, salvo algunas excepciones, está tomado, sin armas pero sí con dinero, por el poder financiero y empresarial. Volvemos a preguntar, ¿cuánto dinero deben los grandes partidos a los grandes bancos?

¿A quién dicen que representan en ese Congreso?

Y ayer, 11 de junio de 2014, nos taparon la boca, nos ataron la voz. Como diría Nacho Vegas, con la boca llena de su democracia, pero, sin permitir, ni de coña, que la gente exprese su opinión.

Se nos permite votar en aquellos asuntos que ellos deciden que podemos votar.

En los asuntos de especial importancia, Pacto del Euro, Reforma de la Constitución, modelo de estado... aquí no vota ni Dios

¿A quién dicen que representan en ese Congreso?


¿Tan extraño les parece que la gente se proponga rodear esos congresos que niegan la voz a los ciudadanos?

Parece que ya no quedan más turbulencias democráticas. Ya hemos aterrizado en el país de las últimas cosas, ¿en qué pensabas Paul Auster cuando hablabas de esas personas... "son chantajistas que aterrorizan prácticamente a todos los barrios de la ciudad, obligando a la gente a pagar dinero por el solo hecho de permitirles permanecer en sus apartamentos. Se presentan a sí mismos como dueños del edificio, estafan a sus ocupantes y casi nunca encuentran oposición"?

Dejemos que sea Aute el que acabe,

Reivindico el espejismo

de intentar ser uno mismo,

ese viaje hacia la nada
que consiste en la certeza
de encontrar en tu mirada
la belleza…


¡viva la revolución!



LETRA:

Enemigo de la guerra
y su reverso, la medalla,
no propuse otra batalla
que librar al corazón
de ponerse cuerpo a tierra
bajo el paso de una historia
que iba a alzar hasta la gloria
el poder de la razón.
Y ahora que ya no hay trincheras
el combate es la escalera,
y el que trepe a lo más alto
pondrá a salvo su cabeza
aunque se hunda en el asfalto
la belleza...

Míralos, como reptiles,
al acecho de la presa,
negociando en cada mesa
ideologías de ocasión;
siguen todos los raíles
que conduzcan a la cumbre,
locos por que nos deslumbre
su parásita ambición.

Antes iban de profetas
y ahora el éxito es su meta;
mercaderes, traficantes,
más que náusea dan tristeza,
no rozaron ni un instante
la belleza...

Y me hablaron de futuros
fraternales, solidarios,
donde todo lo falsario
acabaría en el pilón.
Y ahora que no quedan muros
ya no somos tan iguales,
tanto vendes, tanto vales,
¡viva la revolución!

Reivindico el espejismo
de intentar ser uno mismo,
ese viaje hacia la nada
que consiste en la certeza
de encontrar en tu mirada
la belleza…




ENTRADAS RELACIONADAS:



COMO SI FUÉSEMOS IDIOTAS, ¿LO SOMOS?

(Si lo que afirman esos dos hombretones es cierto, entonces a principios de agosto de 2011 el establecimiento del techo del déficit en las administraciones públicas... el establecimiento, a sangre y muerte, de la prioridad absoluta del pago deuda (ilegítima), no existían ni en el mundo jurídico, ni en el político. Eran imposibles... Ni siquiera podían ser hablados. Y sí fueron posibles... No están comprometidos sólo con la monarquía. Están comprometidos con todo lo que esa monarquía simboliza y protege...)

EL REY ABDICA

("... ruge la voz republicana pidiendo un referéndum donde el pueblo decida el modelo de Estado a seguir. Banderas tricolores besan los cielos de las plazas de España… La muerte azul que a Sócrates subía desde sus pies helados es un ejemplo de lo que ya presiente la entraña del Sistema... Por sus pasos contados, todo esto irá llegando…, o mejor dicho: hemos de irlo trayendo")

ESTA VEZ SÍ QUEREMOS QUE NOS PREGUNTEN

("... que sea la ciudadanía española la que, esta vez, decida el marco político de sus vidas. La voz del pueblo nunca puede ser ilegal. Es libre... No se adelanten, aparten esos malos pensamientos de sus cabezas, no acallen las palabras con porras y balas de goma... No preparen la represión. No siembren el miedo...")




'SI CARMEN Y CARLOS VAN A LA CÁRCEL...', por Luis Enrique Ibáñez

$
0
0
"La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad... se puede y debe aventurar la vida"

"Es duro hacer esclavos a los que Dios y natura hicieron libres"


"Hallen en ti más compasión las lágrimas del pobre... que las informaciones de
el rico"

(Don Quijote)


La gran lección de sus aventuras es que un mundo sin justicia no merece la pena...

(Gustavo Martín Garzo, en 'El caballero de la palabra')

SI CARMEN Y CARLOS VAN A LA CÁRCEL...

Carmen y Carlos, dos miembros del movimiento 15-M Granada, van a entrar en prisión por participar en un piquete informativo en una huelga general. Si esta barbaridad se consuma, nadie podrá volver a hablar de Justicia en este país. Ni siquiera el Rey podrá repetir aquella sonrojante frase, "La justicia es igual para todos"(mensaje navideño... y ridículo). Sí, la frase la pronunció el rey abdicado, el mismo sobre el que ahora andan redactando, con la lengua afuera, decretos y normas para que el pobre no pierda su inmunidad. "¡Sería un disparate!" han llegado a afirmar algunos medios de comunicación, esos medios habitados por modernos validos y cortesanos, babosos, que algún día tendrán que explicar qué obtienen a cambio de esas loas tan votimivas, de esa odas, tan empalagosas, tan increíbles, hacia la figura del monarca. La Casa del Rey ha declarado que sería oportuno, razonable, algún tipo de aforamiento del Rey, "para evitar disparates". Lo que nosotros consideramos más que oportuno es que la Casa del Rey explique claramente qué entiende por "disparates".

Si Carmen y Carlos van a la cárcel...

¿Un disparate es que si alguien comete un delito pueda ser juzgado por ello? Imaginemos, tranquilos es sólo una suposición, un poner, que el Rey ha evadido impuestos en paraísos fiscales, ¿sería un disparate juzgarlo por ello? ¿La justicia es igual para todos?

Si Carmen y Carlos van a la cárcel...

Inmunidad, en principio, significaba "Privilegio local concedido a los templos e iglesias, en virtud del cual los delincuentes que a ellas se acogían no eran castigados con pena corporal en ciertos casos". O sea, que una palabra que nació con valores románticos, para proteger a los parias, a los delincuentes, a los bienaventurados perseguidos por la justicia (recuerda, Iglesia Católica), se viste, en estos tiempos tan modernos y democráticos, de paño real, y sirve para acorazar a reyes, a políticos, mientras esa cosa todavía llamada Justica retuerce las vidas de los más débiles, de los no aforados, de los no inmunes, de los estafados, de los que están aquí abajo, en el fango real, de los que piden dignidad, pan, techo y trabajo.

Si Carmen y Carlos van a la cárcel...

Mientras redactan esas leyes medievales, ¿por qué no redactan también una nueva norma legal que otorgue inmunidad a los desahuciados para que no tengan que seguir soportando la asesina codicia de esos bancos usureros, esos bancos que buscan al desahuciado hasta en Ecuador para quitarle lo que sea, si es que algo le queda?

Si Carmen y Carlos van a la cárcel...

A los ciudadanos de este país se les está acabando la paciencia. Indignación va a ser pronto, si no lo es ya, una palabra trasnochada. Ya son otros significantes más contundentes los que pueden describir el estado de ánimo de una población que, mientras sigue soportando una estafa que nunca acaba, observa, además, cómo la desfachatez de la no justicia otorga inmunidad -vía indultos obscenos- a los ladrones de guante blanco, a los políticos corruptos, y, sin embargo, aplica toda la fuerza de la ley injusta a unos ciudadanos que, simplemente, luchan por sus derechos, pelean por una España digna, se sacrifican por todos, también por mi hija.

Si Carmen y Carlos van a la cárcel...

¿Cuántas instituciones oficiales, o partidos políticos, han solicitado ya, por la vía de urgencia, el indulto para Carmen y Carlos? Quiero saberlo.

¿Qué opina la Casa Real, que tan bien opina sobre el aforamiento del monarca, sobre el encarcelamiento de Carmen y Carlos? Quiero saberlo.

¿Está ya de veraneo la Defensora del Pueblo? ¿Qué opina esta señora de este sangrante episodio? ¿Sigue usted, señora Defensora del Pueblo (!) pensando aquello que dijo... "... creo que nuestras instituciones son las mejores que podemos tener en un Estado de Derecho. No percibo ningún descontento ciudadano con nuestra democracia, porque nuestras instituciones democráticas funcionan bastante bien"  (ver '¿Dónde vive usted, señora?'). Quiero saberlo. ¿Sigue usted ahí, señora? ¿Me oye?

Si Carmen y Carlos van a la cárcel...

Señores de lo de arriba, puede que este pueblo no sea tan pueblo de bueyes como ustedes creen. No se asusten de las palabras. De lo que tienen que asustarse es del significado de los hechos. Los ciudadanos de este país, el pueblo llano, ya hablan y comprenden el nuevo idioma. Hasta aquellos que ustedes pensaban que eran analfabetos conocen hoy el significado de palabras como estafa, dación en pago, comisiones, prevaricación, corrupción urbanística, aforados, inmunidad, fianzas, banqueros, injusticia, despidos masivos, la banca siempre gana, financiación de partidos, estabilidad bancaria, poder financiero, FMI, Merkel, elecciones ¿democráticas?, mensajes publicitarios... Y también conocen el significado de otras palabras, palabras que definen, ellas solas, nuestra realidad inmediata: Tiranía, Injusticia.

Si el estallido social prende, no digan luego que no vieron las señales.

Si Carmen y Carlos van a la cárcel...

Así comienza 'El proceso' de Franz Kafka: "Alguien tenía que haber calumniado a Joseph K, pues fue detenido una mañana sin haber hecho nada malo..."  Sabemos perfectamente cuál es el sentido de esta ignominia, de esta salvajada: dar una vuelta de tuerca más a la ola de represión contra la ciudadanía, preparando, así, la alfombra dorada para colocar la nueva Ley sobre Seguridad Ciudadana, esa ley bastarda que tiene como únicos objetivos acallar las voces, silenciar el pensamiento, crucificar la protesta... que asumamos todos, sin rechistar, nuestra nueva condición de esclavos. (Lectura recomendada. 'El proceso')

Y no va a ser así.

Si Carmen y Carlos van a la cárcel...

Aquí tienen, por si alguien quiere perder el hambre, un listado de indultos fantásticos otorgados, con generosidad y alevosía, en los últimos tiempos... ¿De verdad van a meter a Carmen y a Carlos en la cárcel? 

Si Carmen y Carlos van a la cárcel...

2014 

Gallardón indulta por Semana Santa al director de un banco que robó 30.000 euros a un cliente. 

2013 

El Gobierno concede un indulto parcial a un conductor condenado por matar a 3 jóvenes. 

8 de noviembre de 2013: El Supremo anula el polémico indulto a un kamikaze que mató a un conductor.

6 de enero de 2014: El kamikaze cuyo indulto anuló el Supremo tendrá que volver a la cárcel.

Indultado un conductor kamikaze condenado a 13 años de prisión. 

El PP rechaza que Gallardón explique en el Congreso el indulto a un kamikaze.

El Gobierno indulta en cuatro meses a 11 condenados de ‘cuello blanco’. Entre el 17 de febrero y el 29 de junio, el Ejecutivo indultó a 11 condenados de cuello blanco, todos ellos sujetos a penas de prisión. De los 11 indultados, seis -cuatro del PP y dos de CiU- fueron sentenciados por corrupción. Otros tres fueron condenados en 2010 por vender permisos falsos a inmigrantes. Los otros cuatro beneficiarios del perdón gubernamental son un exalcalde y tres exconcejales del PP de Valle de Abdalajís (Málaga). 

El Gobierno indulta a un alcalde del PP condenado por prevaricación urbanística, Tomás Gómez Arrabal, y a sus ediles Gómez Arrabal, Antonio Pérez Postigo, Fermín Muñoz Armero y María Teresa Mesa Pernia. 

Rajoy ‘el piadoso’ sigue indultando a condenados por corrupción: ahora a un alcalde del PP. 

El Gobierno indulta a cinco mossos condenados por torturas. Cuatro mossos irán a prisión condenados por torturas. La Audiencia dice que hay razones de «repulsa y alarma social» para cumplir la pena, aunque la misma no exceda de dos años". 

Los Mossos condenados por torturas a un detenido en Barcelona piden un segundo indulto para eludir la prisión. Felip Puig ha declarado que pretende que se sustituya la pena de prisión por una multa, para que los agentes puedan eludir el encarcelamiento. Si finalmente entran en prisión, sería la primera vez para un agente de la policía catalana. 

El Gobierno concede un segundo indulto a cuatro ‘mossos’ condenados por torturas. El Consejo de Ministros conmuta la pena por una multa de 10 euros al día durante dos años. 

200 jueces firman en contra del indulto a los ‘mossos’ condenados por torturas. Documento: Contra el indulto como fraude en defensa de la independencia judicial y de la dignidad. «La decisión del Gobierno es impropia de un sistema democrático de derecho, ilegítima y éticamente inasumible». 

El Gobierno indulta a los 2 oficiales condenados en el caso Yak-42: José Ramírez (comandante) y Miguel Sáez (capitán) Los familiares del Yak-42, "furiosos" por los indultos. 

El Gobierno salva de la cárcel a un ex alto cargo de Unió y a un empresario: Josep Maria Servitje (ex secretario general del Departamento de Trabajo de la Generalitat) y Víctor Manuel Lorenzo Acuña (empresario). Gallardón justifica por razones humanitarias el indulto a dos condenados por corrupción de UDC.

Justicia indulta a un ex alto cargo de la Generalitat, condenado por prevaricación y malversación Los partidos ven indignantes los indultos y sospechan del pacto CiU-PP Mientras la policía se empleaba a fondo en el 25S, el Gobierno indulta al cerebro de una red de fraude de IVA: Miguel Escudero Arias-Dávila.

2011: El Gobierno indulta a Alfredo Sáenz lo que le permitirá volver al Santander.

(Fuente: Wiki 15-M)

Si Carmen y Carlos van a la cárcel...

ENTRADA RELACIONADA:

NO ES PAÍS PARA INDIGNADOS







Artículo de opinión: 'ESTALLIDOS', por Milagros Pérez Oliva

$
0
0
"“Cuando ves aquellas enormes barriadas pobres y ves a la gente que no tiene para alimentar bien a sus hijos, que baja por la mañana y se pelea por un puesto en un autobús atiborrado para ir al centro a servir a los ricos, y luego vuelve por la noche con el mismo autobús a la miseria en la que vive, te preguntas cómo es que todavía no han estallado...

El coste está siendo una polarización social creciente entre unas élites cada vez mejor retribuidas..., y amplias capas populares con bajos salarios, precariedad y alto riesgo de exclusión"

Incidentes en Can Vies, Barcelona (EFE)

ESTALLIDOS

Y de repente la ciudad olímpica, una de las perlas mediterráneas del turismo de cruceros, la capital de ese trozo de España que ha saltado a la prensa internacional por la reivindicación pacífica de su derecho a independizarse, vuelve a ser noticia, pero esta vez con perturbadoras imágenes de fuego y furia. Durante cinco días, a ambos lados de la plaza de Sant Jaume cunde el pánico. Y no solo porque la imagen de Cataluña puede verse enturbiada y alterado el mismo proceso soberanista, sino porque en el retrovisor de la memoria aparecen de repente los coches quemados de la banlieu de París, los escaparates rotos de Tottemham y del centro de Londres, las humaredas de Estambul y las barricadas de Gamonal. El alcalde Xavier Trias lo tuvo pronto claro: hay que aplicar un cortafuego. Y en este caso, el cortafuego fue ceder en todo.

De momento ha funcionado. Pero ¿qué tienen en común todos esos conflictos? Mucho. Son estallidos contagiosos de malestar, que derivan hacia formas violentas y que rápidamente se extienden alimentados por un descontento general cuyo poder inflamable los poderes institucionales no saben calibrar bien. Todos ellos han prendido por una chispa inesperada y todos han tenido una misma evolución: igual que se encienden, se apagan. Han durado relativamente poco tiempo y una vez que los equipos de limpieza han recogido los cristales rotos, todo parece volver a su cauce. Y sin embargo, en el aire ha quedado la certeza de que el agua puede volver a salirse de madre en cualquier momento.

La percepción de que la violencia puede estallar provoca efectos muy distintos según la posición ideológica. En las fuerzas conservadoras, un deseo compulsivo de extremar el control de la calle, imponiendo un modelo de seguridad en el que el orden público pasa por encima de todo, incluidas las libertades. Y en las fuerzas tradicionales de izquierda, una gran confusión sobre cómo actuar y cómo canalizar la rabia contenida.

Sin abonar ni justificar la violencia, las fuerzas progresistas tratan de analizar sus causas. Comprenden, por ejemplo, que esos jóvenes de las barriadas periféricas de París, tercera generación de inmigrantes, sientan rabia y se rebelen. Sus abuelos fueron explotados, pero vivían infinitamente mejor que antes de emigrar y eso les compensaba. Los padres eran ya franceses, y se esforzaron mucho, pero nunca salieron del gueto. Y ellos, sin ningún vínculo ya con el país de origen que pueda poner en valor lo mucho que ha ganado su familia, sienten que en el fondo no son “del todo” franceses, que nunca han tenido las mismas oportunidades, y no quieren seguir viviendo, como sus padres, de los subsidios públicos.
Comprenden también que, entre los malestares que se han expresado en el conflicto de Can Vies, está el de una generación de jóvenes que percibe que poco a poco las seguridades colectivas que construyeron sus padres y sus abuelos, el modelo social europeo, está siendo destruido y el que le sustituye les deja sin trabajo y a la intemperie. Y que la ciudad inclusiva de la que algún día se habló está transformándose en una metrópoli crecientemente polarizada.

Cuidado con las ilusiones rotas. Lo dijo el miércoles en Barcelona el arzobispo surafricano Desmond Tutu en un acto organizado por ECAS (Entidades Catalanas de Acción Social): “Todo el mundo sabe que la razón por la cual tenemos tanta violencia es, en gran parte, la desigualdad. Cuando la gente se siente desesperada y percibe que no tiene futuro, actúa desesperadamente. El germen de la violencia está ahí”. Lo ve en las grandes desigualdades de una Suràfrica que ha sabido vencer, gracias a gente como Mandela o él mismo, el terrible apartheid, pero no la gran brecha social, un abismo. “Cuando ves aquellas enormes barriadas pobres y ves a la gente que no tiene para alimentar bien a sus hijos, que baja por la mañana y se pelea por un puesto en un autobús atiborrado para ir al centro a servir a los ricos, y luego vuelve por la noche con el mismo autobús a la miseria en la que vive, te preguntas cómo es que todavía no han estallado. Hemos luchado mucho por la reconciliación, pero si no se acorta rápidamente la enorme distancia entre ricos y pobres, tendremos que decir adiós a la reconciliación”, advirtió.

La brecha también crece en las sociedades avanzadas. Como recordó en el mismo acto el sociólogo Sebastià Sarasa, las grandes metrópolis industriales han tenido que reconvertirse y buscar nuevas actividades que den suficientes ingresos fiscales. Las administraciones locales han tenido que recurrir a los mercados y competir en una subasta a la baja para ofrecer un “entorno amigable” a los capitales internacionales. El coste está siendo una polarización social creciente entre unas élites cada vez mejor retribuidas, instaladas en esos entornos confortables, y amplias capas populares con bajos salarios, precariedad y alto riesgo de exclusión, ubicadas en periferias o centros urbanos cada vez más degradados.

Todo eso está detrás de los estallidos sociales. Cualquier chispa puede encenderlos.


(Fuente: El País)

OTROS ARTÍCULOS DE LA AUTORA EN ESTE SITIO:


(... el relato de la crisis como estafa pugna por abrirse paso desde la plaza de Neptuno de Madrid y desde los foros sociales abiertos al calor del movimiento del 15-M. Pero en el discurso oficial el que predomina es el de la crisis como catástrofe.... ...La culpabilización de las víctimas aparece, en este contexto, como un mecanismo de legitimación de los recortes sociales.... El discurso culpabilizador genera angustia e insolidaridad")


("Dos mujeres decididas y valientes... Ada Colau... portadora de un mensaje profundamente perturbador: el de que los humillados y ofendidos... pueden en su fragilidad reunir fuerza suficiente si se reconocen a sí mismos como sujetos de la historia... Que si se unen, muchas debilidades pueden dar lugar a una gran fortaleza. Y que pueden llegar a cambiar las reglas del juego... Ester Quintana ha sufrido las dentelladas de un poder arrogante que reaccionó al fastidioso incordio de su ojo perdido negándole lo más importante: el reconocimiento")





'EL ÁRBOL DE LA CIENCIA' (fragmento)

$
0
0
Dicen que hay que aprender de la Historia para comprender el presente y para no repetir los errores. A veces creo que sobre todo hay que aprender de la Literatura, pues parece que cuando el mensaje viene soportado por el código de la ficción, la percepción se ensancha, se abren los poros del pensamiento y se propicia la reflexión que antecede al movimiento, al cambio de actitud. Escuchemos a Pío Baroja.

"El pueblo no tenía el menor sentido social... el pueblo se había arruinado... El pueblo aceptó la ruina con resignación...

Esa perfección se conseguía haciendo que el más inepto fuera el que gobernara... los más aptos allí eran precisamente los más ineptos...

¡Qué hermosa sería una revolución! -decía Andrés a su patrona-"



Las costumbres de Alcolea eran españolas puras, es decir, de un absurdo completo.

El pueblo no tenía el menor sentido social; las familias se metían en sus casas, como los trogloditas se metían en su cueva. No había solidaridad; nadie sabía ni podía utilizar la fuerza de la asociación. Los hombres iban al trabajo y a veces al casino. Las mujeres no salían más que los domingos a misa.

Por falta de instinto colectivo, el pueblo se había arruinado.

En la época del tratado de los vinos con Francia, todo el mundo, sin consultarse los unos a los otros, comenzó a cambiar el cultivo de sus campos, dejando el trigo y los cereales y poniendo viñedos; pronto el río de vino de Alcolea se convirtió en río de oro. En este momento de prosperidad, el pueblo se agrandó, se limpiaron las calles, se pusieron aceras, se instaló la luz eléctrica...; luego vino la terminación del tratado, y como nadie sentía la responsabilidad de representar al pueblo, a nadie se le ocurrió decir: «Cambiemos el cultivo; volvamos a nuestra vida antigua; empleemos la riqueza producida por el vino en transformar la tierra para las necesidades de hoy.» Nada.

El pueblo aceptó la ruina con resignación.

-Antes éramos ricos -se dijo cada alcoleano-. Ahora seremos pobres. Es igual: viviremos peor; suprimiremos nuestras necesidades.

Aquel estoicismo acabó de hundir al pueblo.

Era natural que así fuese; cada ciudadano de Alcolea se sentía tan separado del vecino como de un extranjero. No tenían una cultura común (no la tenían de ninguna clase); no participaban de admiraciones comunes: sólo el hábito, la rutina, les unía; en el fondo, todos eran extraños a todos (...)

Muchas veces a Hurtado le parecía Alcolea una ciudad en estado de sitio. El sitiador era la moral, la moral católica. Allí no había nada que no estuviera almacenado y recogido: las mujeres, en sus casas; el dinero, en las carpetas; el vino, en las tinajas (...)

Con aquel régimen de guardarlo todo, Alcolea gozaba de un orden admirable, sólo un cementerio bien cuidado podía sobrepasar tal perfección.

Esa perfección se conseguía haciendo que el más inepto fuera el que gobernara. La ley de selección en pueblos como aquel se cumplía al revés. El cedazo iba separando el grano de la paja, luego se recogía la paja y se desperdiciaba el grano. Algún burlón  hubiera dicho que este aprovechamiento de la paja entre españoles no era raro. Por aquella selección a la inversa resultaba que los más aptos allí eran precisamente los más ineptos (...)

- ¡Qué hermosa sería una revolución -decía Andrés a su patrona-, no una revolución de oradores y de miserables charlatanes, sino una revolución de verdad.



'SINTAXIS FACIAL', por Juan José Millás

$
0
0
"... no tengo otro remedio que poner en marcha la sintaxis facial que ustedes pueden observar en esta imagen. Así, mientras el periodista formula verbalmente su pregunta, yo formulo facialmente la mía:

–¿Es usted idiota o qué?


SINTAXIS FACIAL

La barbilla ligeramente elevada indica ese grado de vanidad inconsciente que los fotógrafos caritativos intentan corregir pidiendo al fotografiado que la baje. Las cejas, también en posición ascendente, denotan interrogación. Pero no solo, pues al combinarse con el gesto de los labios, levemente fruncidos en un gesto de paciencia contenida, añaden a la interrogación un insulto silencioso.
–A ver qué vas a preguntar ahora, idiota.
El idiota viene subrayado también por la mirada insolente de quien pone en duda la salud mental del interlocutor. Se trata de un gesto habitual en la vicepresidenta. Yo, se dice a sí misma, salgo a la rueda de prensa con buena disposición, incluso con una apariencia de humildad que pocos de mis predecesores han logrado igualar. Y me mantengo en ese tono el tiempo que sea necesario ofreciendo a los periodistas el menú del día, que es siempre el mismo: que congelamos las pensiones sin congelarlas, que subimos el IVA sin subirlo, que privatizamos la justicia sin privatizarla, etcétera. Ya deberían estar acostumbrados a este tipo de afirmaciones negativas. Una no sale aquí para aclarar nada, sino para confundirlo todo. ¿A qué esa insistencia entre el sí y el no que jamás ha pertenecido a la cultura del Gobierno que me honro en vicepresidir? Ante tal insistencia, no tengo otro remedio que poner en marcha la sintaxis facial que ustedes pueden observar en esta imagen. Así, mientras el periodista formula verbalmente su pregunta, yo formulo facialmente la mía:
–¿Es usted idiota o qué?
Y funciona, de momento funciona.
(Fuente: El País, 17-01-2013)


'ARGUMENTOS REPUBLICANOS: CONTRA EL REY DE LOS ESCLAVOS', por Víctor A. Rocafort / 'SANSÓN AGONISTA', de John Milton

$
0
0
"El mecanismo de la herencia cosifica a los súbditos. Nos lleva al estado de propiedades que cambian de manos en virtud a una sucesión sanguínea en la que, como objetos inertes, no tenemos ni voz ni voto sobre el cambio de dueño. Una vez más, escribe Milton, nos convertimos por ello en "esclavos del rey"...

Dudley Digges, en 1628: "El rey que no se ata a las leyes es un rey de esclavos"... "una monarquía que no ha de rendir cuentas es la peor clase de tiranía y la que menos han de soportar los hombres que han nacido libres"

"… cuanto más arraiga en las naciones la corrupción, / Y por sus vicios caen en la servidumbre, / Tanto más prefieren la esclavitud a la libertad, / Una cómoda esclavitud a la libertad esforzada"


ARGUMENTOS REPUBLICANOS: CONTRA EL REY DE LOS ESCLAVOS

La tradición teórica republicana es amplia, compleja y variada. A lo largo de los más de dos milenios que llevan desde la formulación aristotélica de la constitución mixta a la actualidad, han sido numerosos los acontecimientos y autores que la han enriquecido.
La mezcla de las "buenas" formas puras de gobierno –monarquía, aristocracia y el buen gobierno de muchos, la politeia– por ese gran crítico de la democracia que fue Aristóteles, también suponía un importante freno a la tiranía. La plasmación práctica de todo ello en Roma ofrece ese primer molde republicano en el que se fijarán los tiempos venideros. Consulado, Senado y asambleas populares, sin olvidarnos de los tribunos de la plebe, darán cuenta de un régimen nacido para equilibrar y lidiar con los conflictos entre las diversas clases sociales.
Ya entonces los pensadores romanos escribirían contra sus viejos reyes así como contra el principado que se les vino encima. Sus argumentos serían releídos por las amplias oligarquías que regían las ciudades italianas de la Baja Edad Media, anhelantes de independencia frente al Papa y el Emperador. E influirían de manera notable en las tres grandes revoluciones modernas. También lo habían hecho previamente en Castilla, donde ofrecieron cierto sustento teórico a la guerra de las Comunidades que entre 1519 y 1521 se libraría contra Carlos V.
A lo largo de estos siglos, llegando prácticamente hasta nuestra II República, se pueden encontrar numerosos argumentos contra la Monarquía que hoy nos pueden ser de utilidad. Pensemos que estamos ante un debate, no ya decimonónico, sino medieval. Entre todos estos argumentos inscritos en un pasado vivo y en discusión, hoy quiero recuperar los formulados durante la revolución inglesa del siglo XVII por John Milton.
El 30 de enero de 1649 Carlos I había sido ejecutado. Quince días después Milton publicaba El título de reyes y magistrados donde defendía aquel primer regicidio moderno. Como ha mostrado Quentin Skinner, entre sus argumentos resuena la formulación de libertad republicanade las ciudades italianas, y más allá los cimientos romanos de Sa lustio, Tácito, Cicerón o Tito Livio sobre la relación entre monarquía y esclavitud.
Básicamente, desde 1610 en Inglaterra se estaba haciendo fuerte una corriente de opinión, derivada de lo anterior, que mantenía que no era necesario que el monarca ejerciera una tiranía efectiva sobre el pueblo para estar esclavizados. Esto es lo que retoma Milton: "nuestras vidas y propiedades dependerán simplemente de la tenencia de su gracia y misericordia, como si se tratara de un Dios, no de un magistrado mortal".
Si ahora leemos a Cicerón, como propone Skinner, hallamos la equivalencia: "lo más horrible [de la esclavitud] es que, incluso si por casualidad el amo no es opresivo, puede serlo si así lo decide".
No solo eso. El mecanismo de la herencia cosifica a los súbditos. Nos lleva al estado de propiedades que cambian de manos en virtud a una sucesión sanguínea en la que, como objetos inertes, no tenemos ni voz ni voto sobre el cambio de dueño. Una vez más, escribe Milton, nos convertimos por ello en "esclavos del rey".
Otro argumento que entronca con nuestras preocupaciones actuales se centra en la inmunidad del monarca.  ¿Qué es eso de que el rey solo responde ante Dios? ¿No da esto la vuelta a todo principio sobre la ley y el gobierno? Aquí Milton vuelve sobre Aristóteles para decir, a partir de él (Política, 1295a), que "una monarquía que no ha de rendir cuentas es la peor clase de tiranía y la que menos han de soportar los hombres que han nacido libres".
Quizá de los argumentos más interesantes que entonces se manejaron está el de la corrupción. Según este, un pueblo que se somete ante un monarca inmune, cuyo poder está presente cual espada de Damocles sobre las voluntades de sus súbditos, pendientes de su gracia, renuncia a la vida agotadora y arriesgada que supone la búsqueda de la libertad. La grandeza no es posible para un pueblo donde medran los aduladores y la crítica se ve coartada o directamente censurada. No son posibles las grandes hazañas cívicas en un pueblo de esclavos.
Milton era el autor de una de las obras pioneras en la defensa moderna de la libertad de impresión, Areopagítica (1644). En la Inglaterra de entonces los libros debían pasar por una censura previa. Milton la había sufrido en uno de los folletos donde defendía el divorcio, lo que motivó esta otra obra. En sus páginas clamará contra la tutorización del pueblo, pues nadie debe decirnos qué leer y qué no.
Defiende así Milton que el avance del conocimiento y el contraste ideológico precisa, como ha resaltado Joan Curbet, de una ampliación del espacio público de discusión. Aquí, desde el furibundo antipapismo miltoniano, no estarían incluidos los católicos a cuya Inquisición, por otra parte, hará responsable de la censura moderna. Escribe el inglés: "su último invento [por el catolicismo] ha sido que ningún libro, panfleto o papel pueda imprimirse (…) a menos que sea aprobado y obtenga su licencia a manos de dos o tres frailes glotones".
La sumisión al monarca, la expansión del servilismo, la censura, el conformismo, ahogarán el ingenio y la libertad de los espíritus más inquietos. El pueblo caerá poco a poco en la corrupción, que se extenderá como un veneno letal por las instituciones.
Volviendo al comienzo de El título de reyes y magistrados, allí podemos leer que Milton es consciente de que el origen de todo ello tiene más hondura: "siendo [los súbditos] esclavos de puertas adentro, no es de extrañar que se esfuercen tanto en que el Estado público sea gobernado según la viciosa ley interna por la que se rigen a sí mismos".
Es decir, una vez más, la tarea democrática comienza en uno mismo.
Resulta sorprendente la de relaciones que podemos establecer entre lo que este republicano puritano del siglo XVII escribía contra la Monarquía y lo que a 2014 estamos viviendo en España. Son muy directas. Es por ello que resulta inevitable pensar en el PSOE cuando Milton carga las tintas contra los presbiterianos. Estos eran antiguos aliados de la guerra civil contra los realistas anglicanos pero que, cuando hay que votar la ejecución del Rey, se echan para atrás.
Escribe Milton: "Tras embaucar y engañar al mundo, tras tomar las armas contra su rey, tras despojarle, desacralizarle y, lo que es más, maldecirle por completo en sus púlpitos y panfletos (…) no solo se revuelven contra los principios que únicamente al comienzo les movían, sino que dejan la mancha de la deslealtad (…) Pero no se dan cuenta, mientras tanto, de que aquel al que jactanciosamente ofrecen su nueva fidelidad los considera secundarios".
John Milton pondrá así en primer plano el derecho del pueblo a "elegir, incluso a cambiar su propio gobierno". Esta libertad republicana frente a la dominación que trae la Monarquía convive con aquella otra libertad más clásica, positiva, de un pueblo libre de decidir su propio destino. En otras obras Milton seguirá afilando sus críticas, a la vez que reaparece otro viejo principio republicano: nadie está por encima de la ley. Aquí resonará con fuerza no solo Cicerón, sino también lo dicho por un parlamentario inglés, sir Dudley Digges, en 1628: "El rey que no se ata a las leyes es un rey de esclavos".
Comparemos ahora todo esto con nuestro proceso sucesorio. Releamos los artículos de la Constitución de 1978 que –de forma hereditaria y vitalicia– consagran directamente a Felipe VI como "la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales", le ofrecen "el mando supremo de las fuerzas armadas" y le definen como "inviolable", "no sujeto a responsabilidad". Según el texto constitucional será además el encargado de "moderar y arbitrar" el funcionamiento de las instituciones, en una fórmula peligrosamente ambigua.
Eso sí, dejemos claro para no dar alas a ninguna aventura, que para asuntos políticos clave –como convocar elecciones, expedir decretos o promulgar las leyes– el refrendo necesario de la presidencia del Gobierno, y de los ministros correspondientes, limita claramente el poder efectivo del rey. Algo más controvertida –como mostraba hace tiempo Ignacio Torres y admitía Carmen Fernández-Miranda– resulta la cuestión de nombrar candidato a presidente/a del gobierno, donde aparece cierto "margen de discrecionalidad".
Otra tarea que nos conecta con Milton es la de repasar las censuras directas o indirectas impulsadas por la Monarquía, las adulaciones de los medios convencionales, así como la protección excesiva que ofrece el Código Penal a la Corona.
Terminaré con unas palabras recogidas por Skinner del poema Sansón agonista (1671), del propio Milton: "… cuanto más arraiga en las naciones la corrupción, / Y por sus vicios caen en la servidumbre, / Tanto más prefieren la esclavitud a la libertad, / Una cómoda esclavitud a la libertad esforzada". 
Quizá en las municipales de 2015, como en 1931, podamos desmentirlo.
(Fuente: eldiario.es)

DEL MISMO AUTOR EN ESTE SITIO:

CUANDO CALLA LA CAMPAÑA

("... la verdadera fiesta de la democracia no se celebra el domingo sino que comienza, prosigue, este lunes. Ese día muchos volverán a la política y a la resistencia cotidiana en barrios, pueblos y centros de trabajo... El 15M sigue siendo el referente. Lleva en su ADN los motores de la unidad entre diferentes y una poderosa necesidad de honradez, de otra política. Ese cuidado por no ceder a la renuncia ética, discursiva u organizativa. Su ethos ya impregna cada esquina de resistencia de este país. Y es que el 15M posiblemente haya empezado a dar la vuelta al tablero allá donde es más difícil, en las mentalidades...)

ENTRADAS RELACIONADAS:


("... el círculo se ha cerrado... Ayer, 295 diputados cerraron, con la mirada perdida y la palabra presa, toda posibilidad de que los ciudadanos de este país decidan... Dieron un portazo traidor, delante de nosotros, en nuestras narices... ¿a quién dicen que representan en ese congreso, dónde reside la soberanía del pueblo? Palabras desahuciadas, palabras exiliadas, palabras enmudecidas, palabras, palabras... sólo palabras")


COMO SI FUÉSEMOS IDIOTAS, ¿LO SOMOS?

(Si lo que afirman esos dos hombretones es cierto, entonces a principios de agosto de 2011 el establecimiento del techo del déficit en las administraciones públicas... el establecimiento, a sangre y muerte, de la prioridad absoluta del pago deuda (ilegítima), no existían ni en el mundo jurídico, ni en el político. Eran imposibles... Ni siquiera podían ser hablados. Y sí fueron posibles... No están comprometidos sólo con la monarquía. Están comprometidos con todo lo que esa monarquía simboliza y protege...)

EL REY ABDICA

("... ruge la voz republicana pidiendo un referéndum donde el pueblo decida el modelo de Estado a seguir. Banderas tricolores besan los cielos de las plazas de España… La muerte azul que a Sócrates subía desde sus pies helados es un ejemplo de lo que ya presiente la entraña del Sistema... Por sus pasos contados, todo esto irá llegando…, o mejor dicho: hemos de irlo trayendo")

ESTA VEZ SÍ QUEREMOS QUE NOS PREGUNTEN

("... que sea la ciudadanía española la que, esta vez, decida el marco político de sus vidas. La voz del pueblo nunca puede ser ilegal. Es libre... No se adelanten, aparten esos malos pensamientos de sus cabezas, no acallen las palabras con porras y balas de goma... No preparen la represión. No siembren el miedo...")

PINCHAR EN LA IMAGEN DE MILTON PARA LEER EDICIÓN BILINGÜE DE 'SANSÓN AGONISTA'



ACERCA DE JOHN MILTON:


Poeta y ensayista inglés, autor de una obra rica y densa, que ha ejercido una influencia indiscutible en poetas posteriores. Milton dedicó su prosa a la defensa de las libertades civiles y religiosas y es para muchos el más grande poeta inglés después de Shakespeare. Milton nació en Londres, el 9 de diciembre de 1608. Estudió en el St Paul's School y el Christ's College, en la Universidad de Cambridge. En un principio quiso ser sacerdote, pero sus crecientes discrepancias con la cúpula del clero anglicano, unidas al despertar de sus intereses poéticos, le llevaron a abandonar este propósito. De 1632 a 1638 vivió en la casa de campo de su padre, en Horton (Buckinghamshire), y allí comenzó a preparar su carrera poética a través de un ambicioso programa de lecturas de los clásicos griegos y romanos, además de historia política y eclesiástica. De 1638 a 1639 viajó por Francia e Italia, donde conoció a las principales figuras literarias de la época. De regreso a Inglaterra se estableció en Londres y comenzó a escribir una serie de tratados sociales, religiosos y políticos. En 1642, se casó con Mary Powell, quien lo abandonó semanas más tarde por su incompatibilidad de caracteres, pero se reconcilió con él en 1645. Mary Powell murió en 1652. Milton defendió en sus escritos la causa parlamentaria durante la guerra civil entre parlamentarios y leales a la Corona, y en 1649 fue nombrado secretario de Asuntos Exteriores por el gobierno de la Commonwealth. Alrededor de 1652 quedó totalmente ciego y tuvo que realizar su trabajo literario con la ayuda de un secretario. Gracias a la colaboración del poeta Andrew Marvell, pudo continuar con sus responsabilidades políticas hasta la restauración de Carlos II, en 1660. En 1656 se casó por segunda vez, pero su esposa murió dos años más tarde, al dar a luz una hija que sólo vivió unos meses. Con la llegada de la restauración Milton fue condenado a prisión, durante un breve periodo de tiempo, por haber prestado su apoyo al Parlamento. En 1663, se casó por tercera vez y vivió recluido hasta su muerte, el 8 de noviembre de 1674. En las memorias escritas por algunos de sus contemporáneos se define la personalidad de Milton como una singular combinación de gracia y dulzura, de fuerza y severidad, capaz de llegar en ocasiones hasta la violencia. En algunos de sus propios escritos, Milton revela su arrogancia y amargura. Aunque aislado y atormentado por la ceguera, logró culminar sus objetivos y desarrollar las tareas que se había impuesto, iluminando la oscuridad de sus días con la música y la conversación. 



La obra de John Milton está marcada por su elevado idealismo religioso y su interés por los temas cósmicos. En ella revela un gran conocimiento de los clásicos latinos, griegos y hebreos. Su verso libre es rico y variado, y está modulado con tal maestría que se ha llegado a comparar con los tonos de un órgano. Su trayectoria como escritor puede dividirse en tres periodos. El primero, que abarca de 1625 a 1640, corresponde a sus primeras obras, y en él se incluyen los poemas escritos durante sus años de estudiante en Cambridge: la oda La mañana del nacimiento de Cristo (1629), el soneto Sobre Shakespeare (1630), L'Allegro y Il Penseroso (ambos probablemente de 1631), Tiempo (1632), Una música solemne (1633), las mascaradasArcades (1634) y Comus (1634), y la elegía Lycidas (1637), que aborda el temor a la muerte prematura y la ambición insatisfecha. Se aprecia en estas obras un creciente dominio de la estrofa y la estructura, y en ellas aparecen ya imágenes y nombres propios que figurarán también en escritos posteriores. 



Su segundo periodo, de 1640 a 1660, estuvo dedicado principalmente a la redacción de ensayos que lo convirtieron en el más hábil polemista de su época. 
En sus primeros ensayos, Milton atacaba a los obispos y defendía la necesidad de difundir el espíritu de la reforma inglesa. El primero de los ensayos publicados de este segundo periodo fueReformas de la disciplina de la Iglesia en Inglaterra (1641); mientras que el más exhaustivo y elaborado, en lo que a su argumentación se refiere, fue La razón del gobierno de la Iglesia(1641-1642), que incluye además una importante disgresión en la que Milton habla de su primera infancia, su educación y sus ambiciones. (Este tipo de reflexiones autobiográficas salpican toda su obra en prosa). La segunda fase de su preocupación por los problemas políticos y sociales produjo, entre otras obras, la Doctrina y disciplina del divorcio (1643), donde el autor afirma que como el matrimonio se basa en una afinidad intelectual, además de física, debe concederse el divorcio por incompatibilidad de caracteres; y la más famosa de sus obras en prosa,Areopagitica (1644), una encendida defensa de la libertad de expresión. En su obra Sobre la educación (1644) Milton aboga por un sistema que combine la instrucción clásica, destinada a preparar al estudiante para servir al gobierno de su país, con la formación religiosa. El tercer grupo de ensayos incluye sus escritos para justificar la ejecución de Carlos I. El primero de los comprendidos en este grupo, El ejercicio de la magistratura y el reinado (1649), aborda cuestiones institucionales e incide especialmente en los derechos del pueblo contra los tiranos. En su último grupo de ensayos, entre los que destaca Tratado de poder civil en causas eclesiásticas (1659), ofrece ideas prácticas para reformar el gobierno y se muestra contrario a la existencia de un clero profesional, defendiendo la libertad individual para interpretar las Escrituras de acuerdo con la propia conciencia. 

Durante sus años de ensayista y político Milton compuso parte de su gran poema épico, Paraíso perdido, además de 17 sonetos, entre los que figuran Sobre su ceguera (1655) y Sobre su esposa muerta (1658). El apogeo de su carrera poética llegó en el periodo comprendido entre 1660 y 1674, cuando completó Paraíso perdido (1667) y compuso además Paraíso recuperado(1671) y el drama poético Samson Agonistes (1671). El Paraíso perdido está considerada como la obra maestra de Milton, y uno de los grandes poemas de la literatura universal. En sus doce cantos narra la historia de la caída de Adán en un contexto de drama cósmico y profundas especulaciones. El objetivo del poeta era justificar el comportamiento de Dios hacia los hombres. El poema denota una imaginación desbordante y una abrumadora capacidad intelectual, y el estilo de Milton alcanza en él la máxima fuerza y exaltación. El Paraíso recuperado, que habla de la salvación humana a través de Cristo, es una obra más breve y menor, a pesar de su riqueza y su fuerza. En Samson Agonistes, una tragedia basada en el modelo griego y escrita en parte en verso blanco y en parte en verso coral sin rima y de longitud variable, Milton se basa en la leyenda de Sansón, incluida en el Antiguo Testamento, con el fin de proporcionar a los derrotados puritanos ingleses el valor necesario para triunfar a través del sacrificio.

(Fuente: epdlp.com)

Columna periodística: 'RIQUEZA', por Almudena Grandes

$
0
0
"A toda prisa, pues, el control del déficit, el pago de la deuda, las agencias de calificación y las presiones del FMI han bendecido no solo la práctica de actividades económicas ilegales, sino a redes de delincuencia organizada que provocan muertes...

La mano de obra esclava es, sin lugar a dudas, más rentable que la sujeta a un contrato de trabajo"


RIQUEZA

Todo lo malo puede empeorar. En el momento crítico del desprestigio institucional, cuando las prácticas corruptas implican a funcionarios públicos de todos los niveles, mientras la palabra “regeneración”, tan prestigiosa en nuestra tradición, tan imprescindible en la actualidad, se convierte en una muletilla mentirosa, un recurso para arrancar aplausos en los mítines de quienes pretenden perpetuar el sistema y perpetuarse con él, solo nos faltaba esto.
Regocijémonos, porque el tráfico de drogas y el de seres humanos esclavizados, dado que en eso consiste básicamente la prostitución, van a elevar el Producto Interior Bruto para mejorar las cifras económicas de nuestro país. Es una medida realista, dicen, y una directiva europea, dicen también. Asimismo es, por supuesto, una necesidad urgente, porque en los últimos tiempos, la urgencia define todas las decisiones que favorecen a quienes ocupan el poder o sus inmediaciones. La legislación y la justicia en causas impulsadas por reivindicaciones ciudadanas circulan, como se sabe, a otra velocidad, incomparablemente más lenta.
A toda prisa, pues, el control del déficit, el pago de la deuda, las agencias de calificación y las presiones del FMI han bendecido no solo la práctica de actividades económicas ilegales, sino a redes de delincuencia organizada que provocan muertes, e infligen torturas y sufrimiento a otros seres humanos. Lo más doloroso de todo es que la legalización de las drogas y la prostitución no se contemplan, seguramente porque, en ese caso, su impacto sobre el PIB resultaría mucho menos favorable. La mano de obra esclava es, sin lugar a dudas, más rentable que la sujeta a un contrato de trabajo, incluso después de la última reforma laboral, y si las drogas se vendieran en las farmacias, ¿cómo sería posible crear riqueza cortándolas con el yeso de las paredes?
(Fuente: El País, 16-06-2014)



'KAFKA, BUÑUEL... Y NOSOTROS', por Luis Enrique Ibáñez / 'EL ÁNGEL EXTERMINADOR', de L.Buñuel (película completa)

$
0
0
"Ese hombre moderno atrapado en una red de relaciones impersonales, en un movimiento perpetuo que no comprende, ese hombre que permanece inmóvil, mientras repite todos los días los mismos actos absurdos, ese hombre animalizado, habituado, que ya ha olvidado que puede moverse, que puede cambiar de dirección: nosotros. Nosotros cuando decimos que no podemos hacer nada...

Como si fuéramos muñecos a pilas que no tienen voz propia, que no tienen lenguaje, que sólo son hablados por un idioma de plástico..."



KAFKA, BUÑUEL... Y NOSOTROS

En 'El viejo manuscrito', Kafka nos relataba la historia de un país, de su capital, que había sido tomada por soldados extranjeros. La capital estaba tomada, sí, pero los soldados no necesitaban utilizar la violencia. Simplemente estaban allí y cogían lo que querían, sin que nadie opusiera resistencia ("Si necesitan algo, lo roban. No puede afirmarse que utilicen la violencia. Simplemente se apoderan de las cosas; uno se hace a un lado y se las cede... Hay cierta confusión, y esa confusión será nuestra ruina", El viejo manuscrito). Los habitantes de la ciudad permanecían quietos, pasivos, viendo, sin hacer nada, cómo efectivamente se les iba arrebatando todo. 

No sé si esa idea, quietos mientras nos lo quitan todo, podemos relacionarla con nuestra hiriente actualidad. Pudiera ser que sí. Nos están quitando demasiadas cosas, nuestra Sanidad, nuestra Educación, nuestros jóvenes, nuestros trabajos, nuestros sueldos... nuestra dignidad. Hombres de negro, al igual que los nómadas del Norte de los que hablaba Kafka, se presentan en nuestras casas, y, muy serios, nos enseñan un papel muy oficial en el que aparece escrita la palabra "Deuda". Nos paramos desconcertados a pensar en esa palabra y, aunque balbuceamos que no recordamos haber contraído ninguna, acto seguido sacamos nuestra cartera y se la entregamos. A los dos días, como vieron que fue muy fácil, que no oponíamos resistencia, los hombres de negro vuelven. Nos enseñan el mismo papel. Nosotros decimos que ya no tenemos cartera; entonces ellos, con exquisitos modales, entran en la casa y se llevan nuestra nevera. La historia se repite cada dos días.

En 'El ángel exterminador', de Luis Buñuel, un grupo de burgueses, de iconos de la alta sociedad, celebran una fiesta. Todo es raro, muy raro, pero todo puede ser reconocible (que no es lo mismo que de fácil interpretación), si nos quitamos la costra de la primera percepción. Los mayordomos, el servicio de la casa en la que se celebra la cena deciden abandonar el lugar, se marchan, no saben muy bien por qué, pero algo les empuja a salir de allí. Una atmósfera espesa se instala en la casa, el aire asfixia la conciencia y lo incomprensible parece tomar las riendas de la situación. Ha llegado la incierta alegoría traviesa que nos inquiere sobre nuestros actos, que nos muestra desnudo el absurdo de nuestros comportamientos, el artificio de nuestras vidas, la irrealidad de nuestras relaciones. 

Los habitantes de la casa no pueden salir de ella. No saben por qué, pero no pueden huir de la mansión. Nada les retiene, nada les ata, sólo tendrían que abrir la puerta y salir, pero no lo hacen, no pueden. También a ellos les está llegando la ruina, la física, pero, sobre todo, la moral, esa miseria que permanecía escondida debajo de sus trajes, oculta tras su lenguaje vacío, emboscada en sus frases sin sentido, sin alma, sin nada. Un lenguaje enlatado para unas vidas también enlatadas, como pasadas de fecha. 

Cuentan que Ionesco afirmaba que para plasmar el absurdo de la vida, de las relaciones humanas, era necesario utilizar una técnica absurda, explicar el sinsentido a través de un lenguaje paralizado, cosificado. Por ello, para los diálogos de sus personajes secuestraba frases extraídas de los cursos de idiomas, frases estúpidas que, con la lógica de la fría sintaxis momificada, mostraban robóticas el vacío del alma. 

Al fin y al cabo sólo somos lenguaje, y es este, el lenguaje el que sin escrúpulos fotografía en blanco y negro nuestras vidas programadas, el rancio guión de unas existencias perdidas, sólo rescatables si se añora el lenguaje primigenio, si se recupera el lado salvaje, puro y espontáneo de la vida, ese que nos obliga, también, a reconocernos y a exigir el regreso de todo lo que un día fue nuestro. Se trata sólo de recuperar la vida.

Cada día repetimos actos y palabras, como si fueran las tomas fallidas de algunas escenas que intentan conformar la película de nuestras vidas. Como si fuéramos muñecos a pilas que no tienen voz propia, que no tienen lenguaje, que sólo son hablados por un idioma de plástico que impide, no sólo la comunicación, sino, sobre todo, la constitución de nosotros mismos como sujetos que podemos pensar, como sujetos agentes de nuestro propio discurso, y no como simples portadores del dialecto oficial, del discurso del Amo. 

En 'Defensa del lenguaje', Pedro Salinas citaba al filósofo Gabelentz, "La lengua no sirve solamente al hombre para expresar alguna cosa, sino también para expresarse a sí mismo". El propio Salinas añade después, " Hablar es comprender y comprenderse, es construirse a sí mismo y construir el mundo". Para acceder a lo real, es imprescindible un decir que no se muestre caducado, repetido. Si liberamos las palabras, si salimos del lenguaje carcomido, impuesto, nos liberamos también a nosotros mismos, nos damos permiso para andar, para abrir la puerta y salir la calle.

Buñuel, en El ángel exterminador (1962), utiliza de forma magistral el recurso retórico de las repeticiones, escenas como cromos (unas veinte) que se repiten mostrando el vacío de las relaciones, la insana incomunicación que todo lo cubre, como si el director quisiera desprendernos del velo de la incomprensión y mostrarnos, con esas bofetadas inteligentes, el ridículo cosificado de nuestras vidas: invitados que entran dos veces en la misma habitación, personas que son presentadas a otra persona tres veces, un brindis que se repite también una y otra vez, hasta los personajes, en un alarde pedagógico, subrayando el sentido, dicen en un momento: "En la vida repetimos las cosas todos los días". 

Y es que, probablemente, sea la repetición autómata de actos sencillos, cotidianos, la que nos imposibilita salir de nuestros tristes hábitos, de nuestras moribundas costumbres. Una repetición que bloquea nuestro pensamiento, prohíbe el movimiento, impide la acción.

Algunos han afirmado que en esta película, lo que hace Buñuel es tratar a la burguesía como una oveja que no puede abandonar la Iglesia. Sin embargo, nosotros pensamos que cuando una obra de arte es grande, cuando podemos hablar de ella como obra "clásica", "atemporal", es porque, fundamentalmente, nos regala la posiblidad de la plurisignificación. Una obra de calidad siempre nos otorga el derecho de tocar ese placer estético que deviene de la reinterpretación personal. Sólo cuando el significante se abre, oscila, se asoma y se esconde, aparece y desaparece, se encadena... sólo entonces, el pensamiento se dispara y la nueva comprensión entra en escena. Muchos críticos literarios han afirmado que en las obras de Shakespeare existen muchas frases que pasan desapercibidas y que, sin embargo, dicen mucho más de lo que aparentemente expresan. 

Creemos que en 'El ángel exterminador' no es sólo la burguesía la que es retratada. Como en los relatos de Kafka, es también la alienación del hombre moderno, en general, la que aparece señalada. Ese hombre moderno atrapado en una red de relaciones impersonales, en un movimiento perpetuo que no comprende, ese hombre que permanece inmóvil, mientras repite todos los días los mismos actos absurdos, ese hombre animalizado, habituado, que ya ha olvidado que puede moverse, que puede cambiar de dirección: nosotros. Nosotros cuando decimos que no podemos hacer nada, y lo volvemos a decir, una y otra vez, y como lo repetimos hasta el cansancio, al final no hacemos nada. Sin embargo, el movimiento es posible, como también lo era para esos habitantes de la casa encantada de Buñuel, como también lo era para los habitantes de esa ciudad tomada, sin violencia, por los nómadas del Norte.

El propio Luis Buñuel, acerca del final de la película, dijo:

"... realmente no hay explicación lógica. 'El ángel exterminador' es como una plaga. Primero comienza con un pequeño grupo de gente, después toda una iglesia, y más tarde el resto de la sociedad. La revolución es simplemente una explosión masiva de la sociedad que las fuerzas del orden tratan de reprimir..."

En otro cuento de Kafka, 'Ante la ley', un campesino llega a la puerta de la Ley y solicita al guardián que le permita entrar. El guardián le dice que por el momento no se lo puede permitir, y le advierte de que en el interior hay más guardianes que son, además, mucho más poderosos que él. Aunque el campesino piensa que la Ley debería ser accesible para todos, decide esperar... El guardián le deja que espere ahí, sentado al lado de la puerta. A veces hasta le da conversación, preguntas sin importancia, pasan los días, pasan los años, muchos años. Cuando el campesino está a punto de morir pregunta al guardián por qué durante todo ese tiempo no ha habido nadie más que haya intentado entrar. Y el guardián le responde:

"Nadie podía pretenderlo porque esta entrada era solamente para ti. Ahora voy a cerrarla"

Ahí está la clave de todo. La primera transformación de la conciencia es siempre un movimiento individual que, cuando se despereza, cuando decide abrir la puerta y salir, se encuentra con todos los otros que también decidieron acceder a la Ley. Es entonces cuando pueden abrazar el pensamiento colectivo. Si no existe el yo, no puede existir el pase del yo al nosotros

Y cuando el nosotros ya está constituido, la plaza toma otro color, el aire se mueve agradable, y es entonces cuando se entiende que no es verdad que no se puede hacer nada. Sí se puede.

Sí se puede combatir a los nómadas del Norte, sí se puede abrir la puerta y salir de la cueva, y respirar palabras nuevas. Y sí se puede acceder a la Ley. Incluso podemos cambiar la Ley. Claro que se puede. Sólo hay que levantarse y mover las piernas.

Los personajes de Samuel Beckett se quedaron esperando a Godot.

Nosotros, ¿a quién esperamos?




FRAGMENTO DE 'LA CANTANTE CALVA' DE EUGENE IONESCO:

BOMBERO-El resfriado: Mi cuñado tenía, por el lado paterno, un primo carnal uno de cuyos tíos maternos tenía un suegro cuyo abuelo paterno se había casado en segundas nupcias con un joven indígena cuyo hermano había conocido, en uno de sus viajes, a una muchacha de la que se enamoró y con la cual tuvo un hijo que se casó con una farmacéutica intrépida que no era otra que la sobrina de un contramaestre desconocido de la marina británica y cuyo padre adoptivo tenía una tía que hablaba de corrido el español y que era, quizás, una de las nietas de un ingeniero, muerto joven, nieto a su vez de un propietario de viñedos de los que obtenían un vino mediocre, pero que tenía un primo segundo, casero y ayudante, cuyo hijo se había casado con una joven muy guapa, divorciada, cuyo primer marido era hijo de un patriota sincero que había sabido educar en el deseo de hacer fortuna a una de sus hijas, que pudo casarse con un cazador que había conocido a Rothschild y cuyo hermano, después de haber cambiado muchas veces de oficio, se casó y tuvo una hija, cuyo bisabuelo, mezquino, llevaba unas gafas que le había regalado un primo suyo, cuñado de un portugués, hijo natural de un molinero, no demasiado pobre, cuyo hermano de leche tomó por esposa a la hija de un ex médico rural, hermano de leche del hijo de un lechero, hijo natural a su vez de otro médico rural casado tres veces seguidas, cuya tercera mujer... 

SR. MARTIN-Conocí a esa tercera mujer, si no me engaño. Comía pollo en un avispero. 

EL BOMBERO-No era la misma. 
"

PINCHAR EN LA IMAGEN PARA LEER 'ESPERANDO A GODOT' (OBRA ÍNTEGRA)






'OPOSITANDO A LA CORTE DEL REY FELIPE', por Rosa María Artal

$
0
0
"Aterrados por el aliento de la calle, harta de tanto atropello, los poderes han reaccionado en bloque para taparlo con kilos de merengue monárquico...

Cuantas más personas evidencian ser ciudadanos, más se lanzan a exaltar el paternalismo de la monarquía para vasallos. De un rey que no responde ni ante las leyes, lo que secundan como lo más natural quienes apoyan esta forma de organización del Estado...
con la propaganda no se come, ni se sana, ni se aprende, ni se paga la luz y la vivienda, ni se detiene el expolio de nuestro patrimonio, derechos y libertades, ni se siembra el futuro. Porque lo saben, se emplean tan a fondo en tejer las redes que preserven sus privilegios"



OPOSITANDO A LA CORTE DEL REY FELIPE

Es hijo de Juan Carlos de Borbón, el rey que nos trajo la democracia, y de esa discreta, hábil, leal, cultivadísima mujer que es la reina Sofía, esposa legítima del primero. Precisamente por su condición de varón e hijo de ambos, Felipe de Borbón va a ser entronizado nuevo Rey de España y, por tanto, jefe del Estado. No solo es el más preparado de la historia de España, es que además posee “una cercanía contagiosa”, según leo. La inminente reina, Letizia, también. Gracias a eso, sabrá salvar los escollos que se encuentre en su camino, porque no va a ser para ella un camino de rosas, según le anuncian con respeto y entusiasmo:  "La Princesa va a estar sometida, todavía más, a un escrutinio feroz que pondrá a prueba su capacidad de autocontrol. El juicio de valor permanente e insaciable que escudriñará e interpretará desde el vestuario al rictus, será una constante en su reinado. Su cuerpo hablará. Sus ojos, serán sus palabras; su gesto, la ortografía; su pose, la sintaxis". Qué cruz.
 La sentida loa le otorga a nuestra antigua compañera periodista alguna capacidad más que la mayoría  de quienes escriben sobre ella. Letizia es una perchala más cotizada de hecho,según leo en El País. Una “delgada mujer de 41 años, tipo de garza y piel traslúcida de puro tirante”.  ¿Cómo? ¿No será una crítica? No, no puede esperarse tal cosa de un periódico volcado súbitamente en la causa monárquica. Y, lejos de mostar algún reparo, la comentarista está entusiasmada con “la imagen de España en el mundo” que, en su opinión, representan Letizia y su vestuario. No es para menos si atendemos a la descripción de uno de ellos: “Un vestido de gasa liviana, unos decían que gris perla y otros que gris piedra, pegado a los flancos, la cintura marcada por una hilera de lentejuelas, perdón, pailletes que se desparramaban luego en listas hasta tocar el bajo”.   
En La Vanguardia buscan también los mejores atuendos de Letizia (y lo que es peor, los “más divertidos” de su hija mayor de tan solo 8 años).  Iniciando la muestra con el “intelectual” de su primera aparición junto al príncipe, antes de que aparentemente cambiara sus prioridades vitales.  Todo el comentario que -en diferentes medios- suscita su papel en la ceremonia del 19 de Junio es saber qué vestido llevará.  
 En ABC con una mano regalan un reloj sumergible por elegir –de nuevo- el mejor estilismo de Letizia. Con la otra, pasan a mayores al considerar la República un experimento fallido, en clara apología del golpismo y la tergiversación de la historia. Dónde va a parar con los logros de los cuarenta años de dictadura –tras el preceptivo levantamiento militar y consecuente guerra civil-.
En La Razón se inventan entrecomillados en portada que atribuyen “al entorno” de la princesa. Un nuevo fraude de periodismo al que tan acostumbrados nos tiene la publicación que dirige Marhuenda. Leer en ese medio que “el nuevo Rey tiene por delante la apasionante e histórica tarea de impulsar un nuevo periodo en la historia de España y afrontar los retos de una sociedad moderna, exigente y multiforme” da idea de la esquizofrenia que vivimos, que viven en las camarillas del poder. Sea. Para empezar a hablar, para empezar a andar, emprendan masivas abdicaciones voluntarias en los más altos estamentos del país e incluso una fumigación higiénica posterior a su abandono del cargo.
Aterrados por el aliento de la calle, harta de tanto atropello, los poderes han reaccionado en bloque para taparlo con kilos de merengue monárquico. Se ve que a la sombra de la Corte se vive mejor. Y por ello se han lanzado a la mayor campaña de marketing y publicidad que se recuerda en España desde hace muchos años, y mira que las ha habido descaradas. Impagable de hecho. Al menos con sus facturas bien a las claras. Es cierto que la apreciación de la Corona sube pero no en la proporción del despliegue político/mediático emprendido. 
 Resulta extraño, de cualquier forma, esa pasión por adular a los nuevos reyes hasta producir sonrojo, vergüenza ajena, dado que –según no dejan de insistir- su papel decisorio es mínimo si no nulo. Felipe VI sancionará sin duda alguna las leyes misóginas de Gallardón o los atropellos a la salud, a la educación o cualquier cosa que el PP le lleve a la firma. Pero la España que retorna aceleradamente al caciquismo -que nunca abandonó- sabe que aquí lo que cuenta es arrimarse al sol que más calienta. Nutrir redes clientelares. Y qué más bonito y tradicional que una corte palaciega. Ahí está y estuvo la clave. Lástima que viniera un tal Locke en el siglo XVII a cuestionar el origen divino de la monarquía y que llegara esa plaga de los Estados modernos, el contrato social y la división de poderes. Y, pasado el tiempo, hasta el sufragio universal con lo cómodo que resulta que manden los hijos de alta cuna sin más requisitos.
 Cuantas más personas evidencian ser ciudadanos, más se lanzan a exaltar el paternalismo de la monarquía para vasallos. De un rey que no responde ni ante las leyes, lo que secundan como lo más natural quienes apoyan esta forma de organización del Estado.  Y que a la vez “reina, pero no gobierna”, hace pero no hace o viceversa. Nada sustancial ha cambiado, nada en absoluto en ese terreno.
 Han obrado con prontitud y pericia, pero –en su avidez- se les ha ido la mano. No hay tarta monárquica para todos y con la propaganda no se come, ni se sana, ni se aprende, ni se paga la luz y la vivienda, ni se detiene el expolio de nuestro patrimonio, derechos y libertades, ni se siembra el futuro. Porque lo saben, se emplean tan a fondo en tejer las redes que preserven sus privilegios.

(Fuente: eldiario.es)

ENTRADAS RELACIONADAS:

OTRA BURDA MANIPULACIÓN DEL DIARIO EL PAÍS

("A algunos se les llena la boca de democracia, pero, al final, parecen mostrar su atávico miedo a que los ciudadanos hablen... El País se está mostrando como un viejo pope que se cree defensor imprescindible de la democracia ortodoxa... Defensor, en última instancia, de un sistema que ya no se sostiene... los desahucios siguen imparables, sosteniendo la sonrisa intacta de tantos banqueros, los suicidios invisibles también, cayendo tercamente detrás del telón. La estafa continúa. Chicos, leed a Dickens, en voz alta, ahí... en la plaza")

ARGUMENTOS REPUBLICANOS: CONTRA EL REY DE LOS ESCLAVOS

("El mecanismo de la herencia cosifica a los súbditos. Nos lleva al estado de propiedades que cambian de manos en virtud a una sucesión sanguínea en la que, como objetos inertes, no tenemos ni voz ni voto sobre el cambio de dueño. Una vez más, escribe Milton, nos convertimos por ello en "esclavos del rey"... Dudley Digges, en 1628: "El rey que no se ata a las leyes es un rey de esclavos"... "una monarquía que no ha de rendir cuentas es la peor clase de tiranía y la que menos han de soportar los hombres que han nacido libres" "… cuanto más arraiga en las naciones la corrupción, / Y por sus vicios caen en la servidumbre, / Tanto más prefieren la esclavitud a la libertad, / Una cómoda esclavitud a la libertad esforzada")




("... el círculo se ha cerrado... Ayer, 295 diputados cerraron, con la mirada perdida y la palabra presa, toda posibilidad de que los ciudadanos de este país decidan... Dieron un portazo traidor, delante de nosotros, en nuestras narices... ¿a quién dicen que representan en ese congreso, dónde reside la soberanía del pueblo? Palabras desahuciadas, palabras exiliadas, palabras enmudecidas, palabras, palabras... sólo palabras")


(Si lo que afirman esos dos hombretones es cierto, entonces a principios de agosto de 2011 el establecimiento del techo del déficit en las administraciones públicas... el establecimiento, a sangre y muerte, de la prioridad absoluta del pago deuda (ilegítima), no existían ni en el mundo jurídico, ni en el político. Eran imposibles... Ni siquiera podían ser hablados. Y sí fueron posibles... No están comprometidos sólo con la monarquía. Están comprometidos con todo lo que esa monarquía simboliza y protege...)

EL REY ABDICA

("... ruge la voz republicana pidiendo un referéndum donde el pueblo decida el modelo de Estado a seguir. Banderas tricolores besan los cielos de las plazas de España… La muerte azul que a Sócrates subía desde sus pies helados es un ejemplo de lo que ya presiente la entraña del Sistema... Por sus pasos contados, todo esto irá llegando…, o mejor dicho: hemos de irlo trayendo")

ESTA VEZ SÍ QUEREMOS QUE NOS PREGUNTEN

("... que sea la ciudadanía española la que, esta vez, decida el marco político de sus vidas. La voz del pueblo nunca puede ser ilegal. Es libre... No se adelanten, aparten esos malos pensamientos de sus cabezas, no acallen las palabras con porras y balas de goma... No preparen la represión. No siembren el miedo...")




'ESPACIO' (Fragmento primero), de Juan Ramón Jiménez / Glosa de Juan Antonio González

$
0
0
"... Pasan vientos
como pájaros, pájaros igual que flores,
flores soles y lunas, lunas soles
como yo, como almas, como cuerpos,
cuerpos como la muerte y la resurrección,
como dioses. Y son un dios
sin espada, sin nada
de lo que hacen los hombres con su ciencia; 
sólo con lo que es producto de lo vivo, 
lo que se cambia todo
..."


Pese a su dificultad, no renunciamos a presentar a los alumnos (y a cualquiera que se asome por aquí) 'Espacio', de Juan Ramón Jiménez, poema que según muchos críticos constituye la cima de la poesía española del siglo XX. El poeta inició este poema en 1941 y lo dio por terminado en 1954. Es un poema enorme, que arrolla, como una catarata verbal que nos arrastra, nos invade, si abrimos nuestra sensibilidad, si, efectivamente, permitimos, celestialmente indefensos, que el poema nos tome. Emociones, recuerdos, reflexiones, asociaciones libres, torbellino interior (¿monólogo interior? ¿Joyce?)... eternidad reflexiva, hacia uno mismo, el poeta mismo, la persona, Juan Ramón Jiménez.




ESPACIO, FRAGMENTO PRIMERO

Los dioses no tuvieron más sustancia 
que la que tengo yo. Yo tengo, como ellos, 
la sustancia de todo lo vivido 
y de todo lo por vivir. No soy presente sólo, 
sino fuga raudal de cabo a fin. Y lo que veo 
a un lado y otro, en esta fuga, 
rosas, restos de alas, sombra y luz, 
es sólo mío,
recuerdo y ansia míos, presentimiento, olvido.
¿Quién sabe más que yo, quién puede,
ha podido, podrá decirme a mí
qué es mi vida y mi muerte, qué no es?
Si hay quien lo sabe,
yo lo sé más que ése, y si lo ignora,
más que ése lo ignoro.
Lucha entre este saber y este ignorar
es vida, su vida, y es la vida. Pasan vientos
como pájaros, pájaros igual que flores,
flores soles y lunas, lunas soles
como yo, como almas, como cuerpos,
cuerpos como la muerte y la resurrección,
como dioses. Y son un dios
sin espada, sin nada
de lo que hacen los hombres con su ciencia; 
sólo con lo que es producto de lo vivo, 
lo que se cambia todo; sí, de fuego 
o de luz, luz. ¿Por qué comemos y bebemos 
otra cosa que luz o fuego? Como yo he nacido 
en el sol y del sol he venido aquí a la sombra, 
¿sol del sol, como el sol alumbro?, y mi nostaljia,
como la de la luna, es haber sido sol 
y reflejarlo sólo ahora. Pasa el iris
cantando como yo. Adiós iris, iris, 
volveremos a vernos, que el amor 
es uno solo y vuelve cada día.
¿Qué cosa es este amor de todo, cómo se me ha hecho
en el sol, con el sol, en mí conmigo? 
Estaba el mar tranquilo, en paz el cielo, 
luz divina y terrena los fundía 
en clara plata oro inmensidad, 
en doble y sola realidad; 
una isla flotaba entre los dos, 
en los dos y en ninguno, y una gota 
de alto iris perla gris temblaba en ella. 
Allí estará esperándome el envío 
de lo que no me llega nunca de otra parte. 
A esa isla, ese iris, ese canto 
yo iré, esperanza májica, esta noche. 
Qué quietud en las plantas al sol puro,
mientras, de vuelta a mí, sonrío 
volviendo ya al jardín abandonado. 
¿Esperan más que verdear, que florear y que frutar, 
esperan, como un yo, lo que me espera, 
más que ocupar el sitio que ahora ocupan 
en la luz, más que vivir como vivimos, más 
que quedarse sin luz, más que 
dormirse y despertar? En medio hay, 
tiene que haber un punto, una salida, 
el sitio del seguir más verdadero, 
con nombre no inventado, diferente 
de eso que es diferente e inventado, 
que llamamos, en nuestro desconsuelo, 
Edén, Oasis, Paraíso, Cielo,
pero que no lo es, y que sabemos 
que no lo es, como los niños 
saben que es no lo que no es que anda con ellos. 
Contar, cantar, llorar, vivir acaso, 
“elojio de las lágrimas”, que tienen (Schubert, 
tenido entre criados por un dueño)
en su iris roto lo que no tenemos 
lo que tenemos roto desunido. 
Las flores nos rodean
de voluptuosidad, olor, color, forma sensual;
nos rodeamos de ellas, que son sexos
de colores, de formas, de olores diferentes;
enviamos un sexo en una flor,
delicado presente de oro ideal,
a un amor virjen;
sexo rojo a un glorioso, sexos blancos
a una novicia, sexos violetas
a la yacente. Y el idioma,
qué confusión; qué cosas nos decimos
sin saber lo que nos decimos.
Amor, amor, amor (lo dijo Yeats)
“amor en el lugar del escremento”.
¿Asco de nuestro ser, nuestro principio
y nuestro fin; asco de aquello
que más nos vive y más nos muere?
¿Qué es, entonces, la suma que no resta;
dónde está, matemático celeste,
la suma que es el todo y que no acaba?
Hermoso no tener lo que se tiene,
nada de lo que es fin para nosotros,
es fin, pues que se vuelve
contra nosotros, y el fin nunca se nos vuelve.
Aquel chopo de luz me lo decía,
en Madrid, contra el aire turquesa del otoño:
“Termínate en ti mismo como yo”.
Todo lo que volaba alrededor,
qué raudo era, y él qué insigne
con lo suyo, en lo suyo, verde y oro,
sin mejor en lo verde que en el oro.
Alas, cantos, luz, palmas, olas, frutas
me rodean, me envuelven en su ritmo,
en su gracia, en su fuerza delicada, y yo me olvido
de mí entre ello, y bailo y canto,
y río y lloro por los otros embriagado. 
¿Esto es vivir? ¿Hay otra cosa 
más que este vivir de cambio y gloria? 
Yo oigo siempre esa música que suena 
en el fondo de todo, más allá; 
ella es la que me llama desde el mar; 
por la calle, en el sueño. 
A su aguda y serena desnudez, 
siempre estraña y sencilla, 
el ruiseñor es un calumniado prólogo. 
¡Qué letra, 
luego, la suya!
El músico mayor tan sólo la ahuyenta. 
Pobre del hombre
si la mujer oliera, supiera siempre a rosa. 
Qué dulce la mujer normal, qué tierna, 
qué suave (Villon), qué forma de las formas, 
qué esencia, qué sustancia
de las sustancias, las esencias, qué lumbre de las lumbres;
la mujer, madre, hermana, amante.
Luego, de pronto, esta dureza
de ir más allá de la mujer,
de la mujer que es nuestro todo, en donde
debiera terminar nuestro horizonte.
Las copas de veneno,
qué tentadoras son, y son de flores, yerbas y hojas.
Estamos rodeados de veneno
que nos arrulla como el viento,
arpas de luna y sol en ramas tiernas,
colgaduras ondeantes venenosas
y pájaros en ellas, como estrellas de cuchillo;
veneno todo, y el veneno
nos deja a veces no matar.
Eso es dulzura, dejación
de un mandato, y eso es pausa y escape.
Entramos por los robles melenudos;
rumoreaban su vejez cascada,
oscuros, rotos, huecos, monstruosos, 
con colgados de telarañas fúnebres; 
el viento les mecía las melenas, 
en medrosos, estraños ondeajes, 
y entre ellos, por la sombra baja honda, 
venía el rico olor del azar, 
de las tierras naranjas, grito 
ardiente con gritillos blancos 
de muchachas y niños. 
Un árbol paternal, de vez en cuando, 
junto a una casa, sola en un desierto 
(seco y lleno de cuervos; aquel tronco 
huero, gris, lacio, a la salida del verdor profuso, 
con aquel cuervo muerto, suspendido 
por una pluma de una astilla, 
y los cuervos aún vivos posados ante él
sin atreverse a picotearlo, serios).
Y un árbol sobre un río. Qué honda vida 
la de estos árboles, qué personalidad, 
qué inmanencia, qué calma, qué llenura 
de corazón total queriendo darse; 
(aquel camino que partía
en dos aquel pinar que se anhelaba);
y por la noche, qué rumor
de primavera interna en sueño negro.
Qué amigo un árbol, aquel pino, verde, grande,
pino redondo, verde,
junto a la casa de mi Fuentepiña;
pino de la Corona, ¿dónde estás?,
¿estás más lejos que si yo estuviera lejos?
Y qué canto me arrulla tu copa milenaria
que cobijaba pueblos y alumbraba de su forma 
rotunda y vijilante al marinero. 
La música mejor
es la que suena y calla, que aparece 
y desaparece,
la que concuerda, en un de pronto,
con nuestro oír más distraído. 
Lo que fue esta mañana ya no es, 
ni ha sido más que en mí, gloria suprema, 
escena fiel, que yo, que la creaba, 
creía de otros más que de mí mismo. 
Los otros no lo vieron; mi nostaljia 
que era de estar con ellos, 
era de estar conmigo, en quien estaba. 
La gloria es como es, nadie la mueva, 
no hay nada que quitar ni que poner, 
y el dios actual está muy lejos, distraído 
también con tanta menudencia grande que le piden.
Si acaso, en sus momentos 
del jardín, cuando acoje al niño libre, 
lo único grande que ha creado, 
se encuentra pleno en un sí pleno. 
Qué bellas estas flores secas 
sobre la yerba fría del jardín que ahora 
es nuestro. ¿Un libro, libro? 
Bueno es dejar un libro 
grande a medio leer sobre algún banco, 
lo grande que termina; y hay que darle 
una lección al que lo quiere terminar, 
al que pretende que lo terminemos. 
Grande es lo breve
y si queremos ser y parecer más grandes, 
unamos con amor. El mar no es 
más que gotas unidas, ni el saber 
que palabras unidas, ni el amor 
que murmullos unidos, ni tú, cosmos, 
que cosmillos unidos. Lo más bello 
es el átomo último, 
el solo indivisible
y que por serlo no es, ya más, pequeño. 
Unidad de unidades es lo uno; 
y qué viento más plácido levanta 
esas nubes menudas al cénit,
qué dulce luz en esta suma roja única.
Suma es la vida suma, y dulce.
Dulce como esta luz era el amor,
qué plácido este amor también. Sueño, ¿he dormido?
Hora celeste y verde toda y solos,
hora en que las paredes y las puertas
se desvanecen como agua, aire,
y el alma sale y entra en todo, de y por todo,
con una comunicación de luz y sombra.
Todo ve con la luz de dentro, todo es dentro,
y las estrellas no son más que chispas
de nosotros que nos amamos,
perlas bellas
de nuestro roce fácil y tranquilo. 
Qué luz tan buena para nuestra vida 
y nuestra eternidad. El riachuelo iba 
hablando bajo por aquel barranco 
entre las tumbas casas de las laderas verdes; 
valle dormido, valle adormilado.
Todo estaba en su verde, en su flor; los mismos muertos
y verde y flor de muerte;
la piedra misma estaba en verde y flor de piedra. 
Allí se entraba y se salía
como en el lento anochecer, del lento amanecer. 
Todo lo rodeaban piedra, cielo, río; 
y cerca el mar, más muerte que la tierra, 
el mar lleno de muertos de la tierra, 
sin casa, separados, engullidos 
por una variada dispersión. 
Para acordarme de porqué he nacido, 
vuelvo a ti, mar. “El mar que fue mi cuna, 
mi gloria y mi sustento, 
el mar eterno y solo 
que me llevó al amor”; y del amor 
es este mar que ahora 
viene a mis manos, ya más duras, 
como un cordero blanco
a beber la dulzura del amor.
Amor el de Eloísa; qué ternura,
qué sencillez, qué realidad perfecta.
Todo claro y nombrado con su nombre
en llena castidad. Y ella, enmedio de todo,
intacta de lo bajo entre lo pleno.
Si tu mujer, Pedro Abelardo, pudo ser así,
el ideal existe, no hay que falsearlo.
Tu ideal existió, ¿por qué lo falseaste,
necio Pedro Abelardo?
Hombres, mujeres, hombres,
hay que encontrar el ideal, que existe.
Eloísa, Eloísa, ¿en qué termina,
di, el ideal; qué eres ahora
y dónde estás? ¿Por qué, Pedro Abelardo vano,
la mandaste al convento y tú te fuiste
con los monjes plebeyos, si ella era
el centro de tu vida, su vida, de la vida,
y hubiera sido igual contigo ya capado,
que antes, si era el ideal? No lo supiste
y yo soy quien lo sé, desobediencia
de la dulce obediente, plena gracia.
Amante, madre, hermana, niña tú, Eloísa,
qué bien te conocías y te hablabas,
qué tiernamente te nombrabas a él,
y qué azucena verdadera fuiste.
Otro hubiera podido oler la flor
de la verdad fatal que dio tu tierra.
No estaba seco el árbol del invierno,
como se dice, y yo creí en mi juventud;
como yo, tiene el verde, el oro, el grana
en la raíz y dentro, muy adentro, tanto
que llena de color doble infinito.
Tronco de invierno soy, que en la muerte
va a dar de sí la copa doble llena
que ven sólo como es los deseados.
Vi un tocón, a la orilla del mar neutro;
arrancado del suelo, era 
como un muerto animal; la muerte daba 
a su quietud seguridad de haber estado vivo; 
sus arterias cortadas con el hacha, 
echaban sangre todavía. Una miseria, 
un rencor de haber sido así arrancado 
de la tierra, salía de su entraña endurecida 
y se espandía con el agua y por la arena, 
hasta el cielo infinito, azul. 
La muerte, y sobre todo, el crimen, 
da igualdad a lo vivo, lo más y menos vivo, 
y lo menos parece siempre con la muerte más. 
No, no era todo menos, como dije un día, “todo es menos”, 
todo era más, y por haberlo sido, 
es más morir para ser más, del todo más. 
¿Qué ley de vida juzga con su farsa 
a la muerte sin ley y la aprisiona 
en la impotencia? Sí, todo, todo ha sido más 
y todo será más. No es el presente 
sino un punto de apoyo o de comparación, 
más breve cada vez; y lo que deja 
y lo que coje, más, más grande. 
No, ese perro que ladra al sol caído, 
no ladra en el Monturrio de Moguer, 
ni cerca de Carmona de Sevilla 
ni en la calle Torrijos de Madrid; 
ladra en Miami, Coral Cables, La Florida, 
y yo lo estoy oyendo allí, 
allí, no aquí, no aquí, allí, allí. 
Qué vivo ladra siempre el perro al sol que huye; 
y la sombra que viene llena el punto 
redondo que ahora pone el sol sobre la tierra, 
como un agua su fuente,
el contorno en penumbra alrededor; 
y alrededor, después, todos los círculos 
que llegan hasta el límite redondo 
de la esfera del mundo, y siguen, siguen.
Yo te oí, perro, siempre,
desde mi infancia, igual que ahora; tú no cambias
en ningún sitio, eres igual
a ti mismo, como yo. Noche igual,
todo sería igual si lo quisiéramos,
si dejáramos serlo. Y si dormimos,
qué abandonada queda la otra realidad.
Nosotros les comunicamos a las cosas
nuestra inquietud de día, de noche nuestra paz.
¡Cuándo, cómo duermen los árboles?
“Cuando los deja el viento dormir”, dijo la brisa.
Y cómo nos precede, brisa quieta y gris, el perro fiel 
cuando vamos a ir de madrugada
adonde sea, alegres o pesados;
él lo hace todo, triste o contento, antes que nosotros.
Yo puedo acariciar como yo quiera
a un perro, un animal cualquiera, y nadie dice nada;
hacer lo que se quiera con ellos, si lo quieren
hacer lo que se quiera con ellos, si lo quieren
como un perro.
Vida animal, ¿hermosa vida? ¡Las marismas 
llenas de bellos seres libres, que me esperan 
en un árbol, un agua o una nube, 
con su color, su forma, su canción, su jesto, 
su ojo,
su comprensión hermosa,
dispuestos para mí que los entiendo!
El niño todavía me comprende,
la mujer me quisiera comprender,
el hombre... no, no quiero nada con el hombre,
es estúpido, infiel, desconfiado
y cuando más adulador, científico.
Cómo se burla la naturaleza
del hombre, de quien no la comprende como es.
Y todo debe ser o es alzarse a dios 
y olvidarse de todo lo creado
por dios, por sí, por lo que sea.
“Lo que sea”, es decir, la verdad única,
yo te miro como me miro a mí
y me acostumbro a toda tu verdad como a la mía.
Contigo, “lo que sea”, soy yo mismo,
y tú, tú mismo, misma, “lo que seas”.
¿El canto?
¡El canto, el pájaro otra vez!
¡Ya estás aquí, ya has vuelto, hermoso, hermoso,
con otro nombre,
con tu pecho azul gris cargado de diamante!
¿De dónde llegas tú,
tú en esta tarde gris con brisa cálida?,
¿qué dirección de luz y amor
sigues entre las nubes de oro cárdeno?
Ya has vuelto a tu rincón verde sombrío.
¿Cómo tú, tan pequeño, tú lo llenas todo
y sales por el más?
Sí, sí, una nota de una caña,
de un pájaro, de un niño, de un poeta,
lo llena todo y más que el trueno.
El estrépito encoje, el canto agranda.
Tú y yo, pájaro, somos uno;
cántame, canta tú, que yo te oigo,
que mi oído es tan justo por tu canto;
ajústame tu canto más a este oído mío
que espera que lo llenes de armonía.
Vas a cantar, toda otra primavera,
vas a cantar.
¡Otra vez tú, otra vez la primavera,
la primavera enmedio de la primavera!
Si supieras lo que eres para mí.
¿Cómo podría yo decirte lo que eres,
lo que eres tú, lo que soy yo, lo que eres para mí?
¡Cómo te llamo, cómo te escucho, cómo te adoro,
    hermano eterno, 
pájaro de la gracia y de la gloria, 
humilde, delicado, ajeno,
ánjel del aire nuestro,
derramador de música completa!
Pájaro, yo te amo, como a la mujer,
a la mujer, tu hermana más que yo.
Sí, bebe ahora el agua de mi fuente,
pica la rama, salta lo verde, entra, sal,
rejistra toda tu mansión de ayer,
mírame bien a mí, pájaro mío,
consuelo universal de hombre y mujer.
Vendrá la noche inmensa, abierta toda,
en que me cantarás del paraíso,
en que me harás el paraíso, aquí, yo, tú,
aquí, ante el echado insomnio de mi ser.
Pájaro, amor, luz, esperanza,
nunca te he comprendido como ahora,
nunca he visto tu dios como hoy lo veo,
el dios que acaso fuiste tú y que me comprende.
Los dioses no tuvieron más sustancia
que la que tienes tú.
¡Qué hermosa primavera nos aguarda
en el amor, fuera del odio!
¡Ya soy feliz! ¡El canto, tú y tu canto!
El canto...
Yo vi jugando al pájaro y la ardilla,
al gato y la gallina, al elefante
y al oso, al hombre con el hombre.
Yo vi jugando al hombre con el hombre,
cuando el hombre cantaba. No, este perro no levanta
los pájaros, los mira, los comprende,
los oye, se echa al suelo, y calla y sueña.
¡Qué grande el mundo en paz, qué azul tan bueno
para el que puede no gritar, puede cantar,
cantar y comprender y amar!
Inmensidad, en ti ahora vivo;
ni montañas, ni casi piedra, ni agua,
ni cielo casi, inmensidad
y todo y sólo inmensidad;
esto que abre y separa 
el mar del cielo, el cielo de la tierra, 
y, abriéndolos y separándolos, 
los deja más unidos y cercanos, 
llenando con lo lleno lejano la totalidad. 
Espacio y tiempo y luz en todo y yo, 
en todos y yo y todos. 
Yo con la inmensidad. Esto es distinto, 
nunca lo sospeché y ahora lo tengo. 
Los caminos son sólo entradas o salidas 
de luz, de sombra, sombra y luz, y todo vive en ellos 
para que sea más inmenso yo, 
tú.
Qué regalo de mundo, qué universo májico, 
y todo para todos, para mí. Yo, universo inmenso, 
dentro, fuera de ti, segura inmensidad. 
Imájenes de amor en la presencia 
concreta; suma gracia y gloria de la imajen, 
¿vamos a hacer eternidad, vamos a hacer la eternidad, 
vamos a ser la eternidad? 
Vosotras, yo, podemos 
crear la eternidad una y mil veces, 
cuando queramos. Todo es nuestro 
y no se nos acaba nunca. ¡Amor, 
contigo y con la luz todo se hace, 
y lo que hace el amor no acaba nunca!

"ESPACIO" DE JUAN RAMÓN JIMÉNEZ: EL POEMA EN PROSA Y LA MODERNIDAD DEL ESPAÑOL, por Juan Antonio González Fuertes (fragmento)


"... Pero dejemos que sea el propio Juan Ramón quien explique su personal entendimiento del monólogo interior como técnica expresiva. A continuación reproduzco un fragmento de su poema Tiempo en el que explicita con alguna claridad sus ideas al respecto:

“Desde muy joven pensé en el luego llamado ‘monólogo interior’, (nombre perfecto como el otro ‘realismo májico’ –sic-) aunque sin ese nombre todavía; y en toda mi obra hay muestras constante de ello. (El Diario de un poeta está lleno de estos estados). Mi diferencia con los ‘monologuistas interiores’ que culminaron en Dujardin, James Joyce, Perse, Eliot, Pound, etc..., está en que para mí el monólogo interior es sucesivo, sí, pero lúcido y coherente. Lo único que le falta es argumento. Es como sería un poema de poemas sin enlace lójico (sic). Mi monólogo es la ocurrencia permanente desechada por falta de tiempo y lugar durante todo el día, una conciencia vijilante (sic) y separadora al marjen (sic) de la voluntad de elección. Es una verdadera fuga, una rapsodia constante, como los escapes hacia arriba de fuegos de colores, de enjambres de luces, de glóbulos de sangre con música bajo los párpados del niño en el entresueño. Mi monólogo estuvo siempre hecho de universos desgranados, una nebulosa distinguida ya; con una ideolojía (sic) caótica sensitiva, universos, universos, universos.”

En este complejo texto, Juan Ramón quiere dejar claras, a mi juicio, al menos dos cosas. Primero, que él era un cultivador del monólogo interior incluso desde tiempo antes de que éste se llamará así. Y segundo, quiere subrayar significativas diferencias conceptuales sobre el monólogo interior, con respecto a los más conocidos e influyentes coetáneos cultivadores del mismo.

En torno a la primera cuestión, sólo cabe decir que Juan Ramón tenía un interés incuestionable por demostrar que él llegó primero y por sus propios medios al monólogo interior, subrayando además la distancia que a este respecto le separaba de poetas, como por ejemplo, T. S. Eliot. En cuanto al segundo punto, creo que Juan Ramón tropieza en la paradoja. Nos dice que para él el monólogo interior es lúcido y coherente, pero acto seguido nos señala que sus monólogos no presentan enlaces lógicos, sino una sucesión de ocurrencias permanentes, que eclosionan en lenguaje al margen de la voluntad del autor, y son fruto de su conciencia vigilante, de una ideología caótica sensitiva..."




'ALGO HUELE A PODRIDO EN EL REINO DE ESPAÑA', por Luis Enrique Ibáñez

$
0
0
"Mientras leo en la prensa que Ana Botella pide a los ciudadanos ¡españoles! que, durante el día de la coronación de Felipe, adornen balcones y fachadas con la bandera de España, observo por la ventana de mi habitación a una mujer mayor que, apoyada en su viejo bastón, busca tesoros inexistentes en el contenedor de la basura. Al fondo presume, luminosa y feliz, la fachada de una sucursal bancaria..."

Ana Botella pide a los madrileños que adornen los balcones con banderas de España

ALGO HUELE A PODRIDO EN EL REINO DE ESPAÑA

Mientras leo en la prensa que Ana Botella pide a los ciudadanos ¡españoles! que, durante el día de la coronación de Felipe, adornen balcones y fachadas con la bandera de España, observo por la ventana de mi habitación a una mujer mayor que, apoyada en su viejo bastón, busca tesoros inexistentes en el contenedor de la basura. Al fondo presume, luminosa y feliz, la fachada de una sucursal bancaria, y casi desde mi posición puedo leer los infinitos carteles que anuncian los pisos en venta que ese banco bonachón ofrece a los súbditos de este país. Intento pensar en las familias que antes vivían en esos pisos, en dónde estarán, me pregunto si habrá algún suicidado entre esas personas que antes vivían en esas casas fantasma, quiero adivinar si en algún momento fueron felices, cómo perdieron la casa, sus empleos. Con gesto desgraciado, la mujer mayor abandona el contenedor, lentamente, con dolor de artrosis, seguro. Vuelvo la mirada a la sucursal bancaria, pero no veo nada, en mi mente sólo luce enigmática la imagen de la inauguración de la Expo 92 en Sevilla. Cosas de un cerebro enfermo, supongo. La cara de Ana Botella se entromete de nuevo. Y me surge la idea de proponer que, en lugar de banderas, coloquemos en nuestras casas carteles de Stop Desahucios. Pero no me atrevo. Lo mismo me dan de hostias.

Algo huele a podrido en el reino de España.

Intento seguir leyendo la prensa, es tan difícil. Lo hago con esfuerzo, como si mis ojos se negaran a mancharse en ese barrizal. Antes de que yo les haga caso, me doy de bruces con la noticia de que el muy culto y honorable Gallardón ha indultado a un guardia civil que grabó, al parecer sin parar de reír, una agresión sexual. Mis ojos me dicen "¿ves lo que pasa?", y antes de que les dé la razón, mi mente es nuevamente invadida. Esta vez son Carmen y Carlos los que, cual sabios okupas, se han asentado con los brazos en alto en el suelo de mi cerebro. Carmen y Carlos, otra vez me visitan sin haber sido invitados, Carmen y Carlos, esos miembros del 15-M que han sido condenados a 3 años de prisión por participar en un piquete informativo en una huelga general. Ahora, el guardia civil indultado por ministrísimo está delante de mí, en mi habitación. Me mira fijamente durante unos segundos, después se da la vuelta y se va... sin parar de reír.

Algo huele a podrido en el reino de España.

Me levanto del sillón, decido que ya es el momento tomar una cerveza, por España. Cuando ya tengo estirado el brazo derecho, a punto de abrir la deseada nevera, y el brazo izquierdo alerta para cazar el primer botellín que asome su cabeza, suena el teléfono. Retrocedo y contesto. Es uno de mis mejores alumnos. Me llama para contarme que al final no va a poder ir a estudiar a la Universidad de Sevilla. Sus padres están en paro, los dos, y no pueden permitírselo. Se quedará a estudiar lo que sea por aquí y a intentar pillar algo, me dice. Cuando cuelgo, bebo la cerveza de un solo trago. Vuelvo a la prensa, no entiendo por qué lo hago. Paso la página. Me golpea, sin avisar, el rostro de Monserrat Gomendio, secretaria de Estado de Educación. En la noticia se lee: "La secretaria ha propuesto que el sistema de becas pase a ser un sistema de préstamos". Ahora la imagen que aparece en mi vapuleada psique es la de Emilio Botín. También se está partiendo de la risa. Al fondo, en muy segundo plano, casi difuminado, fundido, a punto de pasar a negro (la cámara de mi cerebro no tiene profundidad de campo) se ve la imagen de mi alumno... parece que está en un bar a las afueras de Londres... fregando platos. Me levanto y voy a por otra cerveza.

Algo huele a podrido en el reino de España.

Y me empecino con la prensa, no tengo remedio. Leo en algún sitio, ya no sé dónde, que Iberdrola ha invitado a cuarenta periodistas al Mundial con todos los gastos pagados, dicen que es algo habitual en las grandes empresas. No puedo más. Me bajo a la calle pensando en si existe la más mínima posibilidad de que esos periodistas, cuando hablen, cuando informen, del sector energético en este país, podrán ser medianamente objetivos. Ya en la calle me encuentro con esa pareja amable que lleva varios meses intentando sacar adelante un pequeño negocio de chucherías y helados. Los noto con gesto abatido. Me dicen que hasta aquí han llegado, que lo dejan. Tienen deudas con los proveedores y, además, ahora mismo acaban de recibir una notificación avisándoles del inminente corte de luz en su pequeño local... inminente corte de luz, inminente ingreso en prisión de Carmen y Carlos... la palabra inminente ya me está tocando los kinders con demasiada frecuencia. Sin saber qué decirles, me subo a casa. En las escaleras, cantando villancicos, están gordos y alegres Felipe González y José María Aznar, sentados en sus lujosos sillones de Endesa y Gas Natural.

Algo huele a podrido en el reino de España.

La siguiente noticia habla sobre el próximo aforamiento del Rey, sobre la inviolabilidad del heredero, sobre impunidades... lo dejo, me bajo al bar, a ver qué se cuentan los parroquianos sobre el futuro de la selección española. Vamos a lo importante y dejarnos de tanta hostia. Además creo que hoy dan chicharrones gratis, son muy buenos para la grasa del cerebro, animan el pensamiento.

Algo huele a podrido en el reino de España.



'PARA OPROBIO DEL TIEMPO' Y 'POETA EN TIEMPOS DE MISERIA', de José Ángel Valente

$
0
0
Hoy, el Rey Juan Carlos va a sancionar su última ley, la de su propia abdicación. Mañana Felipe VI será coronado como nuevo monarca del Reino de España. La asociación mental es caótica, es lo que tiene el puñetero inconsciente, ese duende traviesillo: al pensar en esos dos acontecimientos me han venido a la cabeza un caprichito de Goya y dos poemas de Valente, qué cosas.

Sí, algo hedía
a escasa profundidad bajo los gestos,
algo que corrompía el orden público,
alteraba la recta sucesión
de los monarcas godos...

Y así la Historia, la grande Historia, resultaba
turbio negocio de alta complicidad o medianía...

Poeta en tiempo de miseria, en tiempo de mentira

y de infidelidad
'Hasta la muerte', Capricho 55 de Goya (1)

PARA OPROBIO DEL TIEMPO


Sí, algo estaba
definitivamente roto y anegado,
algo que había quedado sin sepultar
y hedía,
algo que deslucía las tibias reuniones
de las buenas familias,
algo que entre el olvido y el buen gusto de todos
traía el gato, insólito,
a los claros salones.
                                      Las damas sonreían
nerviosamente,
derramando oportunas su vulgar excelencia,
y el patrón poderoso con aire exculpatorio
explicaba a su público:
                                               -¡qué cosas tiene hoy la juventud!
Mas, ay, la juventud. 


A ciertas horas, frecuentando el reverso
pálido de los álamos o en la súbita
concentración de luz visible de las tardes de otoño,
un muerto insuficiente
asomaba aún su torso acribillado. 


Sí, algo estaba
definitivamente roto.
                                               Había
un difuso pavor a volver la cabeza
o detenerse, miedo
como a un ensayo general
con trajes, música, el director de escena
y un telón espantoso cayendo de improviso
antes de terminar el tercer acto. 


Unas palabras eran
por su sonido falsas, se veía.
Otras por su inocencia, peligrosas y aleves. 


Sí, algo hedía
a escasa profundidad bajo los gestos,
algo que corrompía el orden público,
alteraba la recta sucesión
de los monarcas godos,
la ruta de Colón y casi todo
el siglo XIX de funesta memoria. 


Y así la Historia, la grande Historia, resultaba
turbio negocio de alta complicidad o medianía. 


Sí, algo estaba roto e insepulto
en salones y calles o en los lentos
desmontes suburbanos
y en los bustos solemnes
de los descoloridos padres de la patria
que un vientecillo triste
iba desmoronando en dulce escoria. 


Sí, algo quedaba, al cabo, por decir
para oprobio del tiempo. 


POETA EN TIEMPOS DE MISERIA
Hablaba de prisa. 
Hablaba sin oír ni ver ni hablar.
Hablaba como el que huye,
emboscado de pronto entre falsos follajes
de simpatía e irrealidad.

Hablaba sin puntuación y sin silencios,
intercalando en cada pausa gestos de ensayada
alegría para evitar acaso la furtiva pregunta,
la solidaridad con su pasado,
su desnuda verdad.

Hablaba como queriendo borrar su vida ante un
testigo incómodo,
para lo cual se rodeaba de secundarios seres
que de sus desprecios alimentaban
una grosera vanidad.

Compraba así el silencio a duro precio,
la posición estable a duro precio,
el derecho a la vida a duro precio,
a duro precio el pan.

Metal noble tal vez que el martillo batiera
para causa más pura.
Poeta en tiempo de miseria, en tiempo de mentira
y de infidelidad.


(1) Intepretación del grabado según el Manuscrito de la Biblioteca Nacional: Las mujeres locas lo serán hasta la muerte. Esta es cierta Duquesa (la de Osuna) que se llena la cabeza de moños y carambas, y por mal que le caigan no faltan quitones de los que vienen a atrapar las criadas, que aseguran a Su Excelencia que está divina.

MÁS DE JOSÉ ÁNGEL VALENTE EN ESTE SITIO:

'AGUARDÁBAMOS LA PALABRA' Y 'ÚLTIMA REPRESENTACIÓN'

("Ahora no sabemos si la palabra es nosotros o éramos nosotros la palabra...Y nosotros aguardamos la palabra")



"Vengo a la compañía de los hombres antiguos / que en amistad me acogen... / Con ellos hablo, de ellos tengo respuesta" (Valente, 'Maquiavelo en San Casciano'


"... la palabra que haga / saltar los duros goznes, / dar paso a la riada..."



Artículo de opinión: 'SUSPIROS DE ESPAÑA', por Luis Landero / 'DEL PASADO EFÍMERO', Antonio Machado

$
0
0
Luego dicen que no existen las profecías. Este artículo fue escrito por Luis Landero en 1990, ya ven. Pareciera como si aquel españolito descrito por Machado, aunque ha intentado cambiar, no ha podido. Ahora mismo, aquí, tenemos ministros que aconsejan a los parados rezar a la Virgen del Rocío, otros que aseguran que Santa Teresa intenta ayudarnos... en fin.

"Luego alcanzó un palillo, pidió la baraja y, antes de repartir suerte, se ofreció como testimonio de que en España la modernidad sólo existía como apariencia, y que sólo un milagro de la patroncita podía evitar que, entre tanta desidia e impostura, ocultas bajo los cabrilleos de un barniz tecnológico, nos quedáramos también sin siglo XXI"


SUSPIROS DE ESPAÑA

No importa su nombre, su oficio ni su edad, sino su trayectoria veraniega, desde que concibió el proyecto hasta que se ofreció públicamente como testimonio y advertencia de que España, que ya había carecido de siglo XVIII, comenzaba ahora a correr el riesgo de quedarse igualmente sin siglo XXI.Fue como si también a él lo hubiese alcanzado la fúlgura de la historia, porque todo se inició de repente la tarde en que, después de una polémica montaraz con los compañeros de julepe sobre las esperanzas de España en el Mundial, de Perico en el Tour y de Curro y Paula en las próximas de San Isidro, donde defendió sus conjeturas hasta la ofuscación y la ronquera, se retiró exhausto y despechado a un rincón, abrió al azar un periódico y se enfrascó en un largo informe sobre el espíritu de la nueva Europa. Vio a un primer ministro acudiendo a una cumbre en bicicleta, a un eurodiputado en chándal, a un jefe de Estado en cuclillas dando de comer a los patos, a un grupo de ecologistas salvando a una ballena, a un profesor de Oxford con toga y birrete ayudando a un niño a volar una cometa, y entonces descubrió que su ira se iba sosegando en un idílico remanso de paz. Leyó un artículo, que le resultó intrincado, sobre las futuras relaciones entre el marco y el ecu; leyó otro sobre las previsibles afinidades de los países de la EFTA (y era la primera vez que reparaba en estas siglas) con los de la CE; leyó frases como "estatuto de ciudadanía europea", "marco de seguridad estable", "aventura colectiva", y de pronto tuvo una visión clara y distinta del tiempo histórico que le había tocado vivir, y un trémolo efusivo le subió del estómago, le anudó la garganta, le empañó los ojos y, como un relámpago, le esclareció por un instante los más recónditos abismos de la conciencia.
Debió de ser una revelación, quizá larga e inadvertidamente incubada, porque al punto se sintió avergonzado de sí mismo, de la vida turbia y grosera que llevaba, y en un segundo (como Pablo de Tarso, como el Memnón volteriano) decidió convertirse en el hombre nuevo que en el fondo siempre quiso ser: europeo, cívico, progresista, solidario, ejemplar. Recordó que ya había experimentado una vehemencia semejante en 1977, cuando las primeras elecciones generales, y sobre todo en 1982, tras la victoria socialista. Pero luego ocurrió, pensaba amargamente ahora, que la democracia, que es un arte de convivir, en España conserva aún algo de creencia, quizá porque varios siglos de despotismo han enseñado que el poder público participa siempre del divino, y por eso muchos se entregaron a la democracia con la misma devoción que a la patroncita local y milagrera, confundiendo así la religión con la política, y claro, como ahora no llueve, ya están pensando por ahí en ir a echarla al río. "Y es que España sigue siendo fatalmente un país religioso", fue la conclusión de aquel rapto de fervor europeo.
Le parecía que la bebida, el juego y el tabaco suponían usos bárbaros heredados de una sociedad cuyo anacronismo resultaba escandaloso ante el empuje de la Europa ilustrada, saludable y gentil que ya se avecinaba
Luego, todo fue muy rápido, como requieren estos tiempos. Según su proyecto ganaba en vigor y hondura, se le fue viendo menos por el café donde todas las tardes se reunía con lo que él llamaba la tertulia, y su mujer los amigotes, a jugar al subastado o al julepe, y cuando concurría era sólo para escuchar, risueño y deferente, los rijosos pleitos futboleros y taurinos o los veredictos políticos, siempre breves y catastróficos, o ceñidos chuscamente a las corrupciones y marrullerías del poder. Comenzó primero por renunciar a la faria; luego, al sol y sombra (que sustituyó por un insólito té con limón); luego, al palillo entre los dientes, y finalmente, a los naipes. Le parecía que la bebida, el juego y el tabaco suponían usos bárbaros heredados de una sociedad cuyo anacronismo resultaba escandaloso ante el empuje de la Europa ilustrada, saludable y gentil que ya se avecinaba. Siguiendo el mismo plan de renovación, eliminó la siesta, y con ella todas sus viejas y charras aficiones. Canceló la lectura del diario deportivo, y ahora, en vez de pasar a manotones las hojas para ir a engolfarse en las secciones futbolísticas, taurinas y televisivas, se detenía largamente en las de política internacional y economía y en los editoriales y artículos de fondo. Leía despacio y subrayando, y a veces suspendía la lectura para ordeñarse reflexivamente la barbilla.
Ya no se tumbaba en el sofá las tardes de domingo para seguir a todo volumen las retransmisiones deportivas y corear los goles propios y clamar contra los adversos... y aún menos escuchaba las peloteras y simplezas de los programas radiofónicos de medianoche
Estupefactos estaban su mujer y su hijo. En pocos días, de ser brusco y torvo, se había vuelto templado y circunspecto, y mientras su proyecto se mantuvo vigente no volvió nunca a alzar la voz, a especiar las comidas, a blasfemar contra el Gobierno, la juventud o los vecinos, a sorber la sopa o a rascarse ostensiblemente la entrepierna. Ya no se tumbaba en el sofá las tardes de domingo para seguir a todo volumen las retransmisiones deportivas y corear los goles propios y clamar contra los adversos, y ni siquiera veía ya los resúmenes de los partidos y aún menos escuchaba las peloteras y simplezas de los programas radiofónicos de medianoche. Al contrario: ahora cabeceaba mucho e intentaba dialogar con su hijo y con su mujer y contagiarlos de su armonía espiritual. Los gestos desaforados se habían atenuado en discretos ademanes que apenas subrayaban los razonamientos, y el mismo tono de la voz abandonó la gruesa facundia y se fue desmayando en un susurro conciliador que nunca perdía la calma olímpica. En casa y en la tertulia, al menor resquicio hablaba de la reunificación alemana, del dilema entre federación o simple confederación, de las oscilaciones en Tokio o Wall Street, de Jacques Delors, del ocaso de los nacionalismos, de Estrasburgo y Liechtenstein, del Tratado de Roma, de la degradación de la Amazonia, del Bundesbank. Y, claro está, del siglo XVIII. El siglo XVIII fue su mejor y más triste obsesión. Se lamentaba de que en España el tono de aquella época no lo hubiesen dado las luces de la Ilustración, sino los bandoleros y los clérigos. Pero ahora, dos siglos después, he aquí que se nos brindaba de nuevo la ocasión histórica de liquidar las últimas brumas de nuestro oscurantismo y de abrir las puertas al aire purificador de la razón y la concordia. En el humazo farruco y viril de aquel ambiente, su voz adquiría tintes proféticos: "El fin de la tauromaquia está cercano", decía; "en la nueva Europa no habrá sitio para la barbarie". Los otros lo escuchaban cabizbajos, suspensos, socarrones. Pero él, inflamado de civismo, continuaba adelante con su proyecto de regeneración personal. Empezó a escuchar a Wagner y a Mozart, y durante aquel tiempo no volvieron a sonar en casa sevillanas, boleros o zarzuelas. 
Se apuntó a un curso por correspondencia de inglés y a otro de alemán y a todas horas se oía la tarabilla de sus frases animosas y enfáticas. Leía, ceñudo y trascendente, a Mammarella, a Togendhat, a Caldocoresi, y también, como un escolar retrasado, a Diderot, a Tocqueville, a Keynes, a Wittgenstein. No volvió a contar chistes ni a querer escucharlos. Se reconcilió con 1992, y atribuyó a su individualismo selvático el rechazó pueril de toda empresa colectiva. Y para no descuidar tampoco los sucesos de política interior, se dio a seguir y a analizar los debates familiares del PSOE, que hasta entonces había rehuido por la misma causa por la que no le atraían los consejos de administración de una empresa privada, ni los chismes de sus ejecutivos ni la salmodia de sus portavoces. Inútilmente buscaba contenidos ideológicos o morales bajo aquel fárrago de declaraciones, desmentidos, ponencias, reproches, traiciones y lealtades. Pero se acordaba de la patroncita y continuaba adelante con el estudio del debate. "La modernidad tiene un precio", se animaba cuando creía sucumbir a aquel tedioso laberinto de guerristas, felipistas, solchaguistas y semprunistas, que a veces le recordaba sus viejas trifulcas de julepe.
Pero superó también esa prueba. Ahora se sentía, en efecto, un hombre renovado, y más cuando salía al atardecer enfundado en un chándal, con una cinta en la frente, y se acercaba a un parque próximo a darse un trotecito, del que volvía rejuvenecido y con nuevos ímpetus para perseverar en su afán. Y cuando concluyó el Tour y apareció la Liga en lontananza, él ya tenía a punto su propio calendario alternativo. Lo expuso en la tertulia el último día en que apareció por allí con el Times bajo el brazo. Alguien comentó los encuentros decisivos del campeonato y él aprovechó la ocasión para enumerar de carrerilla su repertorio de fechas memorables: en septiembre, el Parlamento Europeo celebraría en Estrasburgo (y pronunció a la alemana) un pleno dedicado a la ayuda a Europa Central y del Este; en octubre, coincidiendo con la apertura de la veda del conejo, habría elecciones en los cinco Iäder de la RDA; en noviembre, cumbre de la CE en Roma y de la CSCE en París, y el 13 de diciembre (y aquí alzó la voz con un quiebro emotivo), conferencia intergubernamental de la CE sobre la unión económica y monetaria, y un día después, sobre la unión política, y al otro, cumbre de jefes de Estado y de Gobierno para sellar los acuerdos finales . "Ésos son los encuentros decisivos", dijo exultante, y se levantó, y ya desde la puerta, enarbolando el Times: "Esos son los encuentros donde no hay adversarios ni derrotas, sino victorias seguras para todos", y se marchó, dejando a la cuadrilla entre confusa y consternada.
Luego, durante algún tiempo, no volvió a saberse del él, salvo rumores. Se decía que preparaba una expedición familiar al festival de música de Salzburgo, que se había hecho medio vegetariano, que se le había visto con una pancarta en una manifestación a favor de las focas y que al atardecer se le podía encontrar por el parque trotando al ritmo de óperas y sonatas, o leyendo tratados económicos y políticos bajo la penumbra de los tilos. No se sabe bien qué ocurrió después, ni en qué momento, ni cuál fue el detonante para que, con la misma urgencia con que había concebido su programa de regeneración, los viejos hábitos fuesen regresando y ocupando sus lugares de siempre.
Una tarde de finales de agosto, cuando el conflicto del Golfo parecía haber llegado ya a un punto irreversible, volvió por la tertulia y se sentó en el sitio de costumbre. Encendió la faria, recreándose en la faena, y después de embuchar el sol y sombra de un solo golpe de muñeca, proclamó que no estaba allí por su voluntad, sino porque la historia lo había arrastrado en su vorágine hacia la desolación de aquellas playas. Alguien comentó que había mucho de mito en todo eso y que, en cuestiones sobre ser europeos o españoles, aquí seguíamos enredados en el rancio extremismo unamuniano, e inició enseguida un dictamen sobre las consecuencias de la unión alemana. Pero él cortó el discurso afirmando que celebraba a Alemania más por su fútbol que por su reunificación. Luego alcanzó un palillo, pidió la baraja y, antes de repartir suerte, se ofreció como testimonio de que en España la modernidad sólo existía como apariencia, y que sólo un milagro de la patroncita podía evitar que, entre tanta desidia e impostura, ocultas bajo los cabrilleos de un barniz tecnológico, nos quedáramos también sin siglo XXI.
(Fuente: El País, 11-09-1990)
DEL PASADO EFÍMERO

Este hombre del casino provinciano
que vio a Carancha recibir un día,
tiene mustia la tez, el pelo cano,
ojos velados por melancolía;
bajo el bigote gris, labios de hastío,
y una triste expresión, que no es tristeza,
sino algo más y menos: el vacío
del mundo en la oquedad de su cabeza.

Aún luce de corinto terciopelo
chaqueta y pantalón abotinado,
y un cordobés color de caramelo,
pulido y torneado.

Tres veces heredó; tres ha perdido
al monte su caudal; dos ha enviudado.
Sólo se anima ante el azar prohibido,
sobre el verde tapete reclinado,
o al evocar la tarde de un torero,
la suerte de un tahúr, o si alguien cuenta
la hazaña de un gallardo bandolero,
o la proeza de un matón, sangrienta.

Bosteza de política banales
dicterios al gobierno reaccionario,
y augura que vendrán los liberales,
cual torna la cigüeña al campanario.

Un poco labrador, del cielo aguarda
y al cielo teme; alguna vez suspira,
pensando en su olivar, y al cielo mira
con ojo inquieto, si la lluvia tarda.

Lo demás, taciturno, hipocondriaco,
prisionero en la Arcadia del presente,
le aburre; sólo el humo del tabaco
simula algunas sombras en su frente.

Este hombre no es de ayer ni es de mañana,
sino de nunca; de la cepa hispana
no es el fruto maduro ni podrido,
es una fruta vana
de aquella España que pasó y no ha sido,
esa que hoy tiene la cabeza cana.

ENTRADAS RELACIONADAS:
("... además de por la predisposición al bostezo, esa “España inferior” está caracterizada por otros elementos: por su alboroto festivo (la “charanga y pandereta”), por lo cerrado, por la devoción, tanto hacia iconos como hacia personas, como actitud y por el tono burlón, por la bulla reñidora también y por la tendencia a usar la cabeza sólo para atacar al otro... Traduzcan ustedes “charanga y pandereta”, por ejemplo, por “guateque y botellón” para entendernos hoy mejor y ya me dirán. La actitud de sacristía y devoción, de cierre y burla ante cuanto no sea lo propio, de ataque zaragatero a cabezazos en lugar de con cabeza, en lugar de pensar, analizar y ponderar, no me digan que no es hoy todavía lo que más abunda")

LA CUARTA CONTRARREFORMA

("Y cuando el suelo se quebró... reemergieron, con máscaras nuevas, las criaturas del subsuelo: el desprecio por la libertad y la crítica, el fanatismo, los populismos de todo tipo. Y la más dañina: la ignorancia autosatisfecha que contempla apáticamente la destrucción de la cultura y la dispersión del talento")
OTROS ARTÍCULOS DE LUIS LANDERO EN ESTE SITIO:
("... los usuarios del dinero chico, nos alzarnos a veces de puntillas para espiar el espectáculo, incomprensible y excitante, del dinero grande... el dictador grande es como el dinero grande, que está en todos los sitios, pero tampoco se le ve... El pobre hace poesía con el azar; el rico lo cultiva. Entre la miseria y la justicia hay un abismo que a menudo la desesperación sólo puede salvar con un vuelo poético... cuando leo las altas páginas financieras... comparo la estética del dinero grande... con el lirismo sobrecogedor del dinero chico... sólo la fantasía que nace del sufrimiento esconde siempre una verdad abrasadora")
("Cuidemos las palabras y cuidémonos de ellas, porque su poder es inmenso... Shakespeare nos advierte entre líneas: tened cuidado con quienes corrompen el lenguaje, porque os están corrompiendo también a vosotros")


("Un día cualquiera, el recuerdo se distrae un instante, y aparta la mirada y el oído de la clara teoría para atender al latir de la fuente en un poema de Machado leído muchos años atrás")



("De modo que el infierno terrenal que nos ofrece Kafka se inspira a menudo en la invasión... Tales son los monstruos que el sueño pervertido de la razón puede llegar a producir. A veces... no es necesario que esa intrusión se haga efectiva: basta sólo con el miedo a que tal cosa pueda ocurrir. Y es que quizá no hay nada más terrible que la, mirada ceñuda del Estado cuando sale de su abstracción para fijar amenazadoramente los ojos en algún ciudadano...")

("Amados hasta la perdición, aborrecidos con saña nunca vista, expuestos siempre al préstamo, a la mudanza, al exilio, al plagio, a la censura, al fuego... podemos compartir una manzana, una copa, un taxi, una creencia o una amante, pero no un poema o una sinfonía, porque toda obra de arte obliga a un diálogo íntimo y original, y así cada mensaje, cada lectura, resulta intransferible. Lo cual no es poco en esta época en que tantos gigantes y malandrines conspiran para uniformar la voz y el pensamiento... Y así, con un libro cualquiera por escudero, nos hemos echado a los caminos a librar las batallas de nuestra libertad")
("¡Profesor de lengua y literatura!", exclamé, y como el empleado (del banco) me mirase por un instante con cierta preocupación no exenta de estupor y piedad, yo aparté los ojos y me sentí como el protagonista de El castillo, de Kafka...  ... Ahora estoy explicando unas letras de La Polla Records donde antes comentaba a san Juan de la Cruz, y la verdad, es tanta la expectación con que me escuchan mis alumnos, que a veces pienso si la enseñanza no se me estará quedando pequeña y no debería dar el salto definitivo a la televisión o a la política"
("Uno no tiene nada contra la gramática, pero sí contra la intoxicación gramatical que están sufriendo nuestros jóvenes. Uno está convencido de que, fuera de algunos rudimentos teóricos, la gramática se aprende leyendo y escribiendo, y de que quien llegue, por ejemplo, a leer bien una página, entonando bien las oraciones y desentrañando con la voz el contenido y la música del idioma, ése sabe sintaxis... quien quiera aprender lengua, que estudie literatura, mucha literatura")


¡A APRENDER, AL ASILO!

("Somos narradores por instinto de libertad, porque nos repugna la servidumbre de la propia condición humana en un mundo donde no suele haber sitio para nuestros deseos y nuestros afanes de verdad, de salvación y de plenitud.... ... es de temer que nuestros jóvenes, que apenas han tenido aprendizaje narrativo oral, acaben por no saber contar sus sueños y experiencias... ... deberíamos aconsejarles que, al menos dos días por semana, huyan de las escuelas e institutos y vayan directamente a aprender al asilo, a ver si allí recuperan algo de esa vieja sabiduría")



("... El destino de Lino, el protagonista de Absolución, se encierra en una frase de Pascal que escuchó por primera vez de labios de un profesor: “Todos los infortunios del hombre vienen de no saber estarse quieto en un lugar”. Ahí radicaba “el secreto de su carácter, su más recóndito modo de ser”...")


(El objetivo de esta entrada es ampliar el horizonte de inquietudes, de lecturas, de los alumnos de Bachillerato, para que puedan ir más allá de esa serie de lecturas recomendadas oficialmente. Entre los dos fragmentos hay casi 70 años de diferencia.)


(“Estamos formando un ejército de pequeños filólogos analfabetos, que distinguen la estructura morfológica de una frase pero no comprenden su significado”)



'EL TRAJE NUEVO DEL EMPERADOR', de H.C. Andersen

$
0
0
Creemos que este es el mejor cuento que hoy, 19 de junio de 2014, podemos leer en el Reino de España. Y queremos dedicárselo a todos los nuevos validos y cortesanos (políticos y periodistas) que, con todo el empalago y siempre al calor del pesebre, no han parado de adular, en estos tristes días, al monarca abdicado y al heredero... al concepto de monarquía. También aquí necesitamos que la inocencia de un niño retrate la verdad.

-¡Pero si no lleva nada! -gritó, al fin, el pueblo entero.
Aquello inquietó al Emperador, pues barruntaba que el pueblo tenía razón; mas pensó: «Hay que aguantar hasta el fin». Y siguió más altivo que antes; y los ayudas de cámara continuaron sosteniendo la inexistente cola.

Thórarinn Leifsson, escritor e ilustrador islandés, El traje del emperador (2004) 

"La sangre se hereda y la virtud se conquista, y la virtud vale por sí sola lo que la sangre no vale"

("Don Quijote de la Mancha)

EL TRAJE NUEVO DEL EMPERADOR

Hace muchos años había un Emperador tan aficionado a los trajes nuevos, que gastaba todas sus rentas en vestir con la máxima elegancia.

No se interesaba por sus soldados ni por el teatro, ni le gustaba salir de paseo por el campo, a menos que fuera para lucir sus trajes nuevos. Tenía un vestido distinto para cada hora del día, y de la misma manera que se dice de un rey: “Está en el Consejo”, de nuestro hombre se decía: “El Emperador está en el vestuario”.

La ciudad en que vivía el Emperador era muy alegre y bulliciosa. Todos los días llegaban a ella muchísimos extranjeros, y una vez se presentaron dos truhanes que se hacían pasar por tejedores, asegurando que sabían tejer las más maravillosas telas. No solamente los colores y los dibujos eran hermosísimos, sino que las prendas con ellas confeccionadas poseían la milagrosa virtud de ser invisibles a toda persona que no fuera apta para su cargo o que fuera irremediablemente estúpida.

-¡Deben ser vestidos magníficos! -pensó el Emperador-. Si los tuviese, podría averiguar qué funcionarios del reino son ineptos para el cargo que ocupan. Podría distinguir entre los inteligentes y los tontos. Nada, que se pongan enseguida a tejer la tela-. Y mandó abonar a los dos pícaros un buen adelanto en metálico, para que pusieran manos a la obra cuanto antes.

Ellos montaron un telar y simularon que trabajaban; pero no tenían nada en la máquina. A pesar de ello, se hicieron suministrar las sedas más finas y el oro de mejor calidad, que se embolsaron bonitamente, mientras seguían haciendo como que trabajaban en los telares vacíos hasta muy entrada la noche.

«Me gustaría saber si avanzan con la tela»-, pensó el Emperador. Pero había una cuestión que lo tenía un tanto cohibido, a saber, que un hombre que fuera estúpido o inepto para su cargo no podría ver lo que estaban tejiendo. No es que temiera por sí mismo; sobre este punto estaba tranquilo; pero, por si acaso, prefería enviar primero a otro, para cerciorarse de cómo andaban las cosas. Todos los habitantes de la ciudad estaban informados de la particular virtud de aquella tela, y todos estaban impacientes por ver hasta qué punto su vecino era estúpido o incapaz.

«Enviaré a mi viejo ministro a que visite a los tejedores -pensó el Emperador-. Es un hombre honrado y el más indicado para juzgar de las cualidades de la tela, pues tiene talento, y no hay quien desempeñe el cargo como él».

El viejo y digno ministro se presentó, pues, en la sala ocupada por los dos embaucadores, los cuales seguían trabajando en los telares vacíos. «¡Dios nos ampare! -pensó el ministro para sus adentros, abriendo unos ojos como naranjas-. ¡Pero si no veo nada!». Sin embargo, no soltó palabra.

Los dos fulleros le rogaron que se acercase y le preguntaron si no encontraba magníficos el color y el dibujo. Le señalaban el telar vacío, y el pobre hombre seguía con los ojos desencajados, pero sin ver nada, puesto que nada había. «¡Dios santo! -pensó-. ¿Seré tonto acaso? Jamás lo hubiera creído, y nadie tiene que saberlo. ¿Es posible que sea inútil para el cargo? No, desde luego no puedo decir que no he visto la tela».

-¿Qué? ¿No dice Vuecencia nada del tejido? -preguntó uno de los tejedores.

-¡Oh, precioso, maravilloso! -respondió el viejo ministro mirando a través de los lentes-. ¡Qué dibujo y qué colores! Desde luego, diré al Emperador que me ha gustado extraordinariamente.

-Nos da una buena alegría -respondieron los dos tejedores, dándole los nombres de los colores y describiéndole el raro dibujo. El viejo tuvo buen cuidado de quedarse las explicaciones en la memoria para poder repetirlas al Emperador; y así lo hizo.

Los estafadores pidieron entonces más dinero, seda y oro, ya que lo necesitaban para seguir tejiendo. Todo fue a parar a sus bolsillos, pues ni una hebra se empleó en el telar, y ellos continuaron, como antes, trabajando en las máquinas vacías.

Poco después el Emperador envió a otro funcionario de su confianza a inspeccionar el estado de la tela e informarse de si quedaría pronto lista. Al segundo le ocurrió lo que al primero; miró y miró, pero como en el telar no había nada, nada pudo ver.

-¿Verdad que es una tela bonita? -preguntaron los dos tramposos, señalando y explicando el precioso dibujo que no existía.

«Yo no soy tonto -pensó el hombre-, y el empleo que tengo no lo suelto. Sería muy fastidioso. Es preciso que nadie se dé cuenta». Y se deshizo en alabanzas de la tela que no veía, y ponderó su entusiasmo por aquellos hermosos colores y aquel soberbio dibujo.

-¡Es digno de admiración! -dijo al Emperador.

Todos los moradores de la capital hablaban de la magnífica tela, tanto, que el Emperador quiso verla con sus propios ojos antes de que la sacasen del telar. Seguido de una multitud de personajes escogidos, entre los cuales figuraban los dos probos funcionarios de marras, se encaminó a la casa donde paraban los pícaros, los cuales continuaban tejiendo con todas sus fuerzas, aunque sin hebras ni hilados.

-¿Verdad que es admirable? -preguntaron los dos honrados dignatarios-. Fíjese Vuestra Majestad en estos colores y estos dibujos -y señalaban el telar vacío, creyendo que los demás veían la tela.

«¡Cómo! -pensó el Emperador-. ¡Yo no veo nada! ¡Esto es terrible! ¿Seré tan tonto? ¿Acaso no sirvo para emperador? Sería espantoso».

-¡Oh, sí, es muy bonita! -dijo-. Me gusta, la apruebo-. Y con un gesto de agrado miraba el telar vacío; no quería confesar que no veía nada.

Todos los componentes de su séquito miraban y remiraban, pero ninguno sacaba nada en limpio; no obstante, todo era exclamar, como el Emperador: -¡oh, qué bonito!-, y le aconsejaron que estrenase los vestidos confeccionados con aquella tela en la procesión que debía celebrarse próximamente. -¡Es preciosa, elegantísima, estupenda!- corría de boca en boca, y todo el mundo parecía extasiado con ella.

El Emperador concedió una condecoración a cada uno de los dos bribones para que se las prendieran en el ojal, y los nombró tejedores imperiales.

Durante toda la noche que precedió al día de la fiesta, los dos embaucadores estuvieron levantados, con dieciséis lámparas encendidas, para que la gente viese que trabajaban activamente en la confección de los nuevos vestidos del Soberano. Simularon quitar la tela del telar, cortarla con grandes tijeras y coserla con agujas sin hebra; finalmente, dijeron: -¡Por fin, el vestido está listo!

Llegó el Emperador en compañía de sus caballeros principales, y los dos truhanes, levantando los brazos como si sostuviesen algo, dijeron:

-Esto son los pantalones. Ahí está la casaca. -Aquí tienen el manto... Las prendas son ligeras como si fuesen de telaraña; uno creería no llevar nada sobre el cuerpo, mas precisamente esto es lo bueno de la tela.

-¡Sí! -asintieron todos los cortesanos, a pesar de que no veían nada, pues nada había.

-¿Quiere dignarse Vuestra Majestad quitarse el traje que lleva -dijeron los dos bribones- para que podamos vestirle el nuevo delante del espejo?

Quitose el Emperador sus prendas, y los dos simularon ponerle las diversas piezas del vestido nuevo, que pretendían haber terminado poco antes. Y cogiendo al Emperador por la cintura, hicieron como si le atasen algo, la cola seguramente; y el Monarca todo era dar vueltas ante el espejo.

-¡Dios, y qué bien le sienta, le va estupendamente! -exclamaban todos-. ¡Vaya dibujo y vaya colores! ¡Es un traje precioso!

-El palio bajo el cual irá Vuestra Majestad durante la procesión, aguarda ya en la calle - anunció el maestro de Ceremonias.

-Muy bien, estoy a punto -dijo el Emperador-. ¿Verdad que me sienta bien? - y volviose una vez más de cara al espejo, para que todos creyeran que veía el vestido.

Los ayudas de cámara encargados de sostener la cola bajaron las manos al suelo como para levantarla, y avanzaron con ademán de sostener algo en el aire; por nada del mundo hubieran confesado que no veían nada. Y de este modo echó a andar el Emperador bajo el magnífico palio, mientras el gentío, desde la calle y las ventanas, decía:

-¡Qué preciosos son los vestidos nuevos del Emperador! ¡Qué magnífica cola! ¡Qué hermoso es todo!

Nadie permitía que los demás se diesen cuenta de que nada veía, para no ser tenido por incapaz en su cargo o por estúpido. Ningún traje del Monarca había tenido tanto éxito como aquél.

-¡Pero si no lleva nada! -exclamó de pronto un niño.

-¡Dios bendito, escuchen la voz de la inocencia! -dijo su padre; y todo el mundo se fue repitiendo al oído lo que acababa de decir el pequeño.

-¡No lleva nada; es un chiquillo el que dice que no lleva nada!

-¡Pero si no lleva nada! -gritó, al fin, el pueblo entero.

Aquello inquietó al Emperador, pues barruntaba que el pueblo tenía razón; mas pensó: «Hay que aguantar hasta el fin». Y siguió más altivo que antes; y los ayudas de cámara continuaron sosteniendo la inexistente cola.

(Fuente: Ciudad Seva)

ENTRADA RELACIONADA:


SOBRE HANS CRISTIAN ANDERSEN:

Autor de cuentos de hadas danés. Nació en Odense y vivió una infancia de pobreza y abandono. A los 14 años se fugó a Copenhague. Trabajó para Jonas Collin, director del Teatro Real, que le pagó sus estudios. Aunque desde 1822 publicó poesía y obras de teatro, su primer éxito fue Un paseo desde el canal de Holmen a la punta Este de la isla de Amager en los años 1828 y 1829, un cuento fantástico que imita el estilo del escritor alemán E. T. A. Hoffman. Su primera novela, El improvisador, o Vida en Italia (1835), fue bien recibida por la crítica, y publicó un libro con cuatro cuentos de hadas. Viajó por Europa, Asia y Africa y escribió muchas obras de teatro, novelas y libros de viaje. Sus más de 150 cuentos infantiles le establecieron como uno de los grandes autores de la literatura mundial. Su obra abrió nuevas perspectivas tanto de estilo como de contenido, por su innovador empleo del lenguaje cotidiano y expresiones de los sentimientos e ideas que previamente se pensaba que estaban lejos de la comprensión de un niño. Entre sus famosos cuentos se encuentran El patito feoEl traje nuevo del emperadorLa reina de las nievesLas zapatillas rojasEl soldadito de plomoEl ruiseñorEl sastrecillo valiente y La sirenita. Sus cuentos han sido traducidos a más de 80 idiomas y han sido adaptados a obras de teatro, ballets, películas y obras de escultura y pintura.

(Fuente reseña: epdlp.com)





'MI PATRIA EN MIS ZAPATOS' / 'AVIONES PLATEADOS', EL ÚLTIMO DE LA FILA

$
0
0

"Jamás he podido respetar esas extrañas leyes...

Digo que volveré, primero debo aprender a caminar...


Un mundo extraño, dormido, a punto siempre de estallar. 
Mi patria en mis zapatos, mis manos son mi ejército...


Correré y gritaré si realmente queda algo que gritar...

Hablar donde las palabras mueren"



De cuando estos dos señores eran, de verdad, 'El último de la fila'. De cuando sus palabras tenían algo que decir. Por aquellos tiempos, en una entrevista le preguntaron a Santiago Auserón qué música española escuchaba. Contestó que en esos días sólo escuchaba a Camarón y a El Último de la Fila. Cuando se separaron, Manolo García sobrevivió, con ventas masivas, pero, desde nuestro punto de vista, su música derivó en una autocomplacencia reiterativa y ñoña, traspasando de sobra la frontera prohibida de lo cursi, repitiendo siempre la misma canción almibarada, sin alumbrar nada nuevo, ni en la música, ni en la escritura.



LETRA:

Jamás he podido respetar esas extrañas leyes. 
Jamás lo podré disimular, 
luna vuela y hazme a mi volar. 
Estás tan lejos de mí que a veces pienso que nunca te encontré. 
Un mundo extraño, dormido, a punto siempre de estallar. 
Digo que volveré, primero debo aprender a caminar. 
Sin ti sobreviviré, muy lejos tu nombre me acompañará. 

Mi patria en mis zapatos, mis manos son mi ejército; 
nace luna fría, nace y hazme olvidar. 
Mírame, soy provisional; 
tú también y nadie te comprenderá. 
Quédate un minuto más; 
luna azul descansa y hazme descansar. 

Correré y gritaré si realmente queda algo que gritar 
Lucharé y conquistaré si en verdad queda algo por conquistar. 
Hablar donde las palabras mueren; mis ojos llegan más allá; 
soñar, trabajo de dioses; luna vuela y hazme a mí volar. 
Extrañas leyes en un mundo extraño. 
Como a una niña de verdad te encontré llorando



La desazón, el abandono, los celos, querer lo que se tuvo y no se quiso, el hundimiento... "credenciales de posesión", nadie las tiene, el desorden de la depresión... el desamor...

Y tú siempre dices que soy un alma del averno... 

Siempre suelo querer lo que no tengo. 
Y ahora que ya no estás aquí me voy consumiendo...

Y tu carta me confundió. 

Ahora lo entiendo. 
Tu mirada me lo advirtió: 
nunca mas vuelvo




LETRA:

Veo tu casa desde mi balcón... 
chimeneas y tu ropa al sol. 
Aviones plateados 
rozando los tejados. 

Vestido y en la cama 
vigilo tu ventana; 
miro libros de pintura que robé. 
No tengo hambre. Hoy, no comeré. 
No sé de qué me quejo, 
ya tengo lo que quiero. 
Soy libre ante el espejo. 
No salgo ahora que puedo. 


Y tú siempre dices que soy un alma del averno. 
Tendré que darte la razón, quizá sea cierto. 
Siempre suelo querer lo que no tengo. 
Y ahora que ya no estás aquí me voy consumiendo. 


Ropa sucia, cuadros que he "pintao", 
discos viejos, "to" por ahí "tirao". 
Barba de quince días... 
no me levantaría. 
Desorden en campaña. 
Ahora sé que me engaña. 


Credenciales de posesión, qué tontería... 
estos celos me han "abrasao". No sé qué me creía. 
Y yo que decía, por fin, ahora la tengo, 
y ya estaba a la vuelta de "tó". A ver si aprendo... 
Y tu carta me confundió. 
Ahora lo entiendo. 
Tu mirada me lo advirtió: 
nunca mas vuelvo.



ENTRADA RELACIONADA:






Artículo de opinión: 'UNA PEINETA', por Juan José Millás

$
0
0
La ventaja de los artículos periodísticos escritos por novelistas radica, a veces, en la sabia utilización de la simulación ficticia para explicar mejor la realidad. Millás retrata una familia de verdad, de las que sufren ahora.

"Dice que nos preocuparemos por la Historia cuando ella empiece a preocuparse por nosotros... ¿Tú no nos podrías echar una mano con los antiinflamatorios? Que le den a la Historia, papá. Me resbala adónde vaya la Monarquía. Lo que me gustaría averiguar es adónde va el capitalismo, cuál es su próximo objetivo, dónde ha puesto el ojo para ver si me va alcanzar otra vez la bala...

el Acontecimiento Histórico y yo nos cruzamos y le digo adiós con la mano. Él levanta la suya, pero no para devolverme el saludo, sino para hacerme una peineta"


Los Reyes y sus hijas, doña Leonor (izquierda) y doña Sofía, en el balcón del Palacio Real. / GORKA LEJARCEGI (EL PAÍS)

UNA PEINETA


A veces, cuando la Historia va a Bilbao, tú vas a Sevilla. Es un suponer, no sabemos muy bien adónde va la Historia y adónde nosotros, lo cierto es que no logramos encontrarnos. Ahí está la abdicación de Juan Carlos, un Acontecimiento Histórico por decreto al que no hemos prestado la atención que se merecía. Llamé a mamá a las seis en punto de la tarde.
—¿Estáis viendo la tele?
—No, hijo, no consigo que me interese el asunto de la claudicación.
—Abdicación, mamá.
—Lo que sea. Me esfuerzo en estar a la altura de la Historia, pero no lo logro. A tu padre le importa un rábano también. Dice que nos preocuparemos por la Historia cuando ella empiece a preocuparse por nosotros. Precisamente nos has pillado haciendo cuentas para ver si este mes podíamos comprar las pastillas del colesterol y de la tensión, además los ansiolíticos y los antihistamínicos. ¿Tú no nos podrías echar una mano con los antiinflamatorios?
Telefoneé entonces a mi hijo, emigrante en Dusseldorf. Estaba enfadado:
—Que le den a la Historia, papá. Me resbala adónde vaya la Monarquía. Lo que me gustaría averiguar es adónde va el capitalismo, cuál es su próximo objetivo, dónde ha puesto el ojo para ver si me va alcanzar otra vez la bala.
Continué viendo, confuso, la ceremonia de la abdicación que por momentos, misteriosamente, parecía una toma de posesión, y recordé que en el telediario de las 15.00 había aparecido el ministro de Justicia proclamando que en un día histórico no se le podía preguntar por la fuga de su hijo. Personalmente, como padre, me habría parecido más lógico que dijera lo contrario: que en un día con tantas preocupaciones familiares él se ponía la Historia por montera. Depende de lo que priorices, que diría un secretario de Estado, si las horas o los minutos. Teóricamente hablando, las horas son el resultado de los minutos al modo en que la Historia, con mayúscula, debería ser el resultado de las historias de la gente. Pero aquí, ya digo, cada cosa va por su sitio. Le pregunto el porqué de esta extravagancia al camarero del bar donde veo la ceremonia, que es sociólogo, y dice que porque la Monarquía, que desde el punto de vista filosófico resulta un contradiós, no ha logrado entre nosotros, como entre los británicos, devenir en fetiche.
—Las relaciones con el fetiche —concluye— son de orden mágico, no racional, y ese es el gran trabajo que tiene por delante Felipe VI, convertirse en un amuleto de la suerte. Su padre, en cierto modo, lo logró. Pero los fetiches se desfetichan con facilidad. Aparece en el horizonte un Urdagarin, una infanta Cristina, un elefante muerto, una princesa comisionista, y la pata de conejo pierde todas sus propiedades.
Vaya, vaya, me digo yo a mí mismo, intentando emocionarme un poco con las imágenes de la familia real. Pero el Acontecimiento Histórico continúa empeñado en seguir hacia el norte mientras que mi tren se dirige hacia el sur. Entiéndase por sur (es un ejemplo) el dolor de cabeza que me provocan los antiinflamatorios de mis viejos. En un momento dado el Acontecimiento Histórico y yo nos cruzamos y le digo adiós con la mano. Él levanta la suya, pero no para devolverme el saludo, sino para hacerme una peineta. Joder con la Historia.
(Fuente: El País, 19-06-2014)


SELECTIVIDAD LENGUA JUNIO 2014 (opción B). ENLACES DE REFERENCIA

$
0
0
... Sólo Pura Vicario supo lo que hizo en las dos horas siguientes, y se fue a la muerte con su secreto. «Lo único que recuerdo es que me sostenía por el pelo con una mano y me golpeaba con la otra con tanta rabia que pensé que me iba a matar»



Pura Vicario le contó a mi madre que se había acostado a las once de la noche después de que las hijas mayores la ayudaron a poner un poco de orden en los estragos de la boda. Como a las diez, cuando todavía quedaban algunos borrachos cantando en el patio, Ángela Vicario había mandado a pedir una maletita de cosas personales que estaba en el ropero de su dormitorio, y ella quiso mandarle también una maleta con ropa de diario, pero el recadero estaba de prisa. Se había dormido a fondo cuando tocaron a la puerta. «Fueron tres toques muy despacio -le contó a mi madre-, pero tenían esa cosa rara de las malas noticias.» Le contó que había abierto la puerta sin encender la luz para no despertar a nadie, y vio a Bayardo San Román en el resplandor del farol público, con la camisa de seda sin abotonar y los pantalones de fantasía sostenidos con tirantes elásticos. «Tenía ese color verde de los sueños», le dijo Pura Vicario a mi madre. Ángela Vicario estaba en la sombra, de modo que sólo la vio cuando Bayardo San Román la agarró por el brazo y la puso en la luz. Llevaba el traje de raso en piltrafas y estaba envuelta con una toalla hasta la cintura. Pura Vicario creyó que se habían desbarrancado con el automóvil y estaban muertos en el fondo del precipicio.
Ave María Purísima -dijo aterrada-. Contesten si todavía son de este mundo. Bayardo San Román no entró, sino que empujó con suavidad a su esposa hacia el interior de la casa, sin decir una palabra. Después besó a Pura Vicario en la mejilla y le habló con una voz de muy hondo desaliento pero con mucha ternura. 

-Gracias por todo, madre -le dijo-. Usted es una santa.

Sólo Pura Vicario supo lo que hizo en las dos horas siguientes, y se fue a la muerte con su secreto. «Lo único que recuerdo es que me sostenía por el pelo con una mano y me golpeaba con la otra con tanta rabia que pensé que me iba a matar», me contó Ángela Vicario. Pero hasta eso lo hizo con tanto sigilo, que su marido y sus hijas mayores, dormidos en los otros cuartos, no se enteraron de nada hasta el amanecer cuando ya estaba consumado el desastre.
(Gabriel García Márquez, Crónica de una muerte anunciada)
Cuestiones
1. Señale y explique la organización de las ideas contenidas en el texto. (Puntuación máxima: 1,5 puntos).
2.    2.a. Indique el tema del texto. (Puntuación máxima: 0,5 puntos).
       2.b. Resuma el texto. (Puntuación máxima: 1 puntos).
3. Realice un comentario crítico del contenido del texto. (Puntuación máxima: 3 puntos).
4. Indique el sentido que tienen en el texto las siguientes palabras subrayadas:
a) piltrafas; b) desbarrancando; c) sigilo. (Puntuación máxima: 2 puntos).
5. Exponga las principales características de género de la novela. (Puntuación máxima: 2 puntos)

ENLACES DE REFERENCIA:

(Algunos exponentes especialmente representativos de la literatura contemporánea rompen deliberadamente los límites legales de los géneros, traspasan furtivamente todas las fronteras teóricas para imaginar libremente el discurrir de ¿la historia?)
ENTRADAS RELACIONADAS CON GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ Y 'CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA':
("La honra es la razón de la muerte de Santiago Nasar, y está relacionada con el hecho de que Ángela Vicario no es virgen en el momento de su matrimonio. Esta es una mentalidad tradicional en la sociedad hispana, y estas ideas forman el núcleo del teatro español clásico.")
(“si no hubiera sido escritor, hubiera querido ser taxista. En vez de estar sentado detrás de un escritorio día y noche, estaría escuchando las historias de los pasajeros y navegando las calles” "La raíz de su genio era tomar algo real, sumamente frecuente y habitual y casi periodístico, y exagerarlo hasta lo descomunal. Igual que Colombia, igual que nuestra América, igual que nuestra increíble humanidad que nadie como él, taxista de la eternidad, supo conquistar y expresar y volver inmortal."
("Si sus tres o cuatro novelas magistrales engañan a incautos, que las toman por espejos en lugar de espejismos, es porque él creó con ellas un universo paralelo, donde el tiempo circula en vez de pasar. En ese tiempo viven sus obras, sin recibir lesión apreciable con los años. Y él vive en ellas... García Márquez conoció esa cumbre y abismo de los grandes artistas: fue mayor que él mismo. Y así se le habrá venido encima la muerte, como al patriarca de su invención")
"Cuando más se odió a la poesía, se odiaba a la poesía épica, la poesía que contaba algo... ya nadie lo quiso hacer más, la poesía del relato de un pueblo... de las pasiones vividas... y yo no le tuve miedo a eso..." (P.N) "... a medida que uno avanza en el trabajo literario va perdiendo el sentido de la realidad y, en cambio, el trabajo de reportero tiene la ventaja de que lo mantiene a uno todos los días en contacto con la realidad inmediata (G.G.M)"


("Y no es que su padre “le enseñara” o “le mostrara” el hielo, es que le llevó a “conocerlo”. Tantos niños han esperado impacientemente a conocer el mar, a conocer la caza del oso, a conocer el amor, a conocer el mundo, a conocer la victoria, que el conocimiento del hielo es una hipérbole magnífica de todas las desesperadas ilusiones de la infancia...")


("El caudillo... busca convertir a las instituciones en meros decorados para imponer su voluntad única que termina siendo la razón de estado. Es la misma soledad sin ecos de Zacarías, el dictador de El otoño del patriarca... A través de la ficción aprendemos que el poder, su erótica y sus trasuntos no cambian nunca, enquistado como está en las entretelas del corazón humano, una bestia peligrosa que algunos logran domesticar y otros más bien azuzan dentro de sí mismos")

("... Anoche mismo me han contado que lo vieron con Aureliano Buendía en una pulquería de los arrabales de Macondo... Apuraban los tragos a puro pelo y se les hinchaba la vena de justicia cuando denunciaban los corazones blindados de hormigón olvidados de todos cuantos caen al otro lado de las avenidas...")


("... el escritor colombiano nunca abandonó ese tono de narrador oral que dijo haber aprendido de su abuela. Así, sus novelas y cuentos los habitan personajes que, como salidos de la mano de un dios, parecen tener vida propia. Algunos forman parte ya de ese universo de inconfundibles seres imaginarios que es la literatura universal")


("... el periodismo es una pasión insaciable que sólo puede digerirse y humanizarse por su confrontación descarnada con la realidad... Nadie que no lo haya vivido puede concebir siquiera lo que es el pálpito sobrenatural de la noticia, el orgasmo de la primicia, la demolición moral del fracaso. Nadie que no haya nacido para eso y esté dispuesto a vivir sólo para eso podría persistir en un oficio tan incomprensible y voraz")

("... no existen sistemas establecidos de captación precoz de aptitudes y vocaciones tempranas... Los padres no están preparados para la grave responsabilidad de identificarlas a tiempo, y en cambio sí lo están para contrariarlas. Los menos drásticos les proponen a los hijos estudiar una carrera segura, y conservar el arte para entretenerse en las horas libres")

("Los primeros niños que vieron el promontorio oscuro y sigiloso que se acercaba por el mar, se hicieron la ilusión de que era un barco enemigo...")

(«Esta es mi mejor novela, la que mejor he podido controlar... He utilizado una técnica de reportaje, pero en la novela ya no queda del drama mismo o de los personajes sino el punto de partida, la estructura... La violencia en América Latina, y principalmente en Colombia, es un fenómeno de toda su historia, algo que nos viene de España")







'A UNA ESPAÑA JOVEN', de Antonio Machado

$
0
0
Poema sugerido por Juan Carlos Rodríguez. Otra vez Machado nos ayuda a leernos a nosotros mismos en el libro de hoy. Si después de la crisis del 98 España se quedó temblando, ahora con la estafa de estos años vuelve a estar en los huesos, moribunda. También ahora necesitamos jóvenes despiertos, armados de voluntad, ávidos de futuro y de dignidad.

…Fue un tiempo de mentira, de infamia. A España toda,
la malherida España, de carnaval vestida
nos la pusieron, pobre, escuálida y beoda...

Tú juventud más joven, si de más alta cumbre
la voluntad te llega, irás a tu aventura
despierta y transparente



…Fue un tiempo de mentira, de infamia. A España toda,
la malherida España, de carnaval vestida
nos la pusieron, pobre, escuálida y beoda,
para que no acertara la mano con la herida.
Fue ayer; éramos casi adolescentes; era
con tiempo malo, encinta de lúgubres presagios
cuando montar quisimos en pelo una quimera,
mientras la mar dormía ahíta de naufragios.

Dejamos en el puerto la sórdida galera,
y en una nave de oro nos plugo navegar
hacia los altos mares, sin aguardar ribera,
lanzando velas y anclas y gobernalle al mar.
Ya entonces por el fondo de nuestro sueño —herencia
de un siglo que vencido sin gloria se alejaba—
un alba entrar quería; con nuestra turbulencia
la luz de las divinas ideas batallaba.
Mas cada cual el rumbo siguió de su locura;
agilitó su brazo, acreditó su brío;
dejó como un espejo bruñida su armadura
y dijo: “El hoy es malo, pero el mañana … es mío”.
Y hoy es aquel mañana de ayer … Y España toda,
con sucios oropeles de Carnaval vestida
aún la tenemos: pobre y escuálida y beoda;
mas hoy de un vino malo: la sangre de su herida.
Tú juventud más joven, si de más alta cumbre
la voluntad te llega, irás a tu aventura
despierta y transparente a la divina lumbre,
como el diamante clara, como el diamante pura.
EL POEMA EN LA VOZ DE FERNANDO REY





'GRIETAS EN EL FAJÍN DEL REY', por Luis Enrique Ibáñez

$
0
0
"Las imágenes muestran el desfile de los nuevos reyes por las calles de Madrid. Es evidente que han calculado mal en número de figurantes que debían acudir a la cita... Craso error. En la representación de motivos fantásticos la puesta en escena es esencial...

al mismo tiempo en que Felipe VI habla al vacío, la policía carga contra ciudadanos españoles que portan insignias republicanas... Apago la tele. Apago el ordenador. Vuelvo definitivamente al libro. Creo que ahí me quedaré, en el libro... y en la plaza"




GRIETAS EN EL FAJÍN DEL REY

Mientras Su Majestad el Rey Juan Carlos colocaba el fajín de Capitán General de los Ejércitos a Su Majestad el Rey Felipe VI (que no queríais rey, pues ahí lleváis dos, que os sea leve), yo me refugiaba en la lectura de 'Grietas', de Santi Fernández Patón (XIX Premio Lengua de Trapo de Novela). El contraste entre las imágenes de la televisión y las palabras puñetazo del libro podían hacer pensar en la esquizofrenia del lector, la mía.

Según la contraportada del libro, "la superación de la anorexia les obliga a buscar su lugar en un mundo donde lo social y lo íntimo se confunden y les atrapa en un presente sin expectativas. La crisis económica, y sobre todo el ciclo de protestas sociales que inaugura, coloca a estos personajes en una soledad a medio camino entre la complicidad y el desastre... Fernández Patón narra los complejos mecanismos con los que el capitalismo corrompe hoy los cuerpos y desquicia las personalidades... una generación que ya ha deslegitimado los viejos roles y los relatos heredados, pero que tiene la incierta labor de construir los suyos".

El fajín se resiste en una de Sus Majestades, mientras la otra Majestad recibe ayuda de un operario modal de la Corte. Y yo me quedo pensando en la la cita inicial del libro, la que precede al relato. Es de 'La bestia humana', de Émile Zola. No entiendo lo que me pasa, las imágenes de la tele, el título de la novela, 'Grietas', las reformas que tengo que hacer en mi casa, el ayudante de Su Majestad Juan Carlos que le lleva el bastón, mi cadera, la otra, que todavía me duele, las reformas de Rajoy, la revolución, que no reformas, necesaria en el país... sólo veo grietas, afuera, y en mi interior. 

La cita aludida habla en un idioma extraño de una familia, y yo, que estoy perdiendo los papeles, vuelvo a pensar en la familia real, en la eterna familia real, venida del principio de los tiempos, de cuando se decía que la monarquía gozaba de un origen divino, ¿quiere esto decir que el Dios que todo lo permite decidió que estos reyes tendrían también inviolabilidad, impunidad absoluta, incluso en posibles delitos relacionados con sus vidas privadas? Y en todo caso, ¿es ese el mismo Dios al que Dámaso Alonso gritaba, "... por qué se pudren más de un millón de cadáveres en esta ciudad de Madrid, por qué mil millones de cadáveres se pudren lentamente en el mundo. Dime, ¿qué huerto quieres abonar con nuestra podredumbre? ¿Temes que se te sequen los grandes rosales del día, las tristes azucenas letales de tus noches?". La monarquía, las grietas, la familia, llegada de lejos y, al parecer, hasta el final asentada, incluso con sus grietas hereditarias. Así dice la cita de Zola:


"La familia no estaba del todo bien, muchos tenían una grieta. Él, a ciertas horas, sentía claramente esta grieta hereditaria; no es que fuese de salud precaria, pues la aprehensión y la vergüenza de sus crisis apenas lo habían adelgazado en otras ocasiones; pero en el interior de su ser aparecían repentinas pérdidas de equilibrio, como fracturas, agujeros por los cuales su yo se le escapaba en medio de una especie de gran humareda que lo deformaba todo..."

Dejo el libro y vuelvo a la tele, ¿que por qué hago eso? No lo sé. Las imágenes muestran el desfile de los nuevos reyes por las calles de Madrid. Es evidente que han calculado mal en número de figurantes que debían acudir a la cita. Quizá, han gastado demasiado en banderas y muy poco en la contratación de extras. Craso error. En la representación de motivos fantásticos la puesta en escena es esencial. De ella depende la verosimilitud de lo representado, su influencia es casi más importante que la calidad de los actores. Estos no lo hicieron mal del todo, aunque en algunos planos mostraban falta de convicción, como si no creyeran de verdad en sus personajes. Puede que Felipe VI esté realmente "muy preparado" (estoy hasta los mismísimos de oír esa frase, ya saben... validos, cortesanos, pelotas reales), pero no ha leído a Stanislawski ("La construcción del personaje"), debería hacerlo.

Sin embargo, esas imágenes del desfile irreal me provocan sensaciones complejas, extrañas, muy contradictorias, supongo que tienen que ver con mi patología mental. Por una lado me alegra comprobar la ausencia de masas enfebrecidas celebrando el paso de la comitiva real. Pero por otro, esa misma ausencia, esa falta, agudiza la sensación de estar asido a una fantasmal irrealidad, como si estuviéramos huecos, como comprobando siniestramente que hemos sido colocados en un escenario de cartón piedra, un escenario sostenido por vigas de madera carcomida. 

Y no hay nadie viendo la función. Más imágenes. La del desfile se encadena en mi pantalla particular con aquel famoso fotograma de Amenábar en 'Abre los ojos', (1997), con ese Eduardo Noriega solo, asustado, en la Gran Vía madrileña, ese no saber si somos nosotros los que no existimos, o es el mundo el que ya se fue.



Freno en seco mis enfermizas elucubraciones, vuelvo a la realidad, cojo el libro, no debí abandonarlo, sólo él me sujeta a lo real, me protege de la pesadilla. Después de toda una hora masticando la cita inicial, inicio mi viaje por los barrios reales que la novela me ofrece, para sentir, sufriendo, que sí estamos vivos, de aquella manera, pero vivos,

"Cuando Lucía contaba alrededor de veinte años la crisis aún tenía forma de burbuja. El parque más próximo a su casa disponía de canchas de baloncesto -que las instalaciones de un gimnasio de enormes cristaleras con vistas al mar acabó por devorar-, un tramo de césped lo recorría de extremo a extremo -el trazado que hoy ocupa el carril bici- y los domingos grupos de ecuatorianos y bolivianos organizaban partidos de fútbol en los barrizales -los mismos que ahora acogen por la noche a hombres y mujeres, cuando después de sopa boba en la explanada del hotel Ibis se distribuyen entre cartones y sacos de dormir-."

Ahora me acuerdo otra vez del fajín real, entre la sopa boba, en la explanada, entre cartones para dormir. Sopa boba, sopa boba, fajín, sopa boba, se mezclan las palabras y los textos, los reales y los imaginados, y se presenta rumbosa la palabra bodrio, título de otro artículo, 'Bodrio', de Manuel Vicent, y me asaltan algunas frases, "...los hambrientos deberán aceptar su destino. Para ellos solo habrá una disyuntiva: si son buenos, tendrán sopa; si se rebelan, rebotará en su espalda la verga de la policía."  . 

Y dejo el libro, y vuelvo a la tele, ¿que por qué hago eso? No lo sé. Y escucho el discurso de Su Majestad 2, ese al que en la escena anterior Su Majestad 1 había colocado el fajín de Capitán General de los Ejércitos, ahí es nada.

Y me dispongo a escuchar, pero antes Baltasar Gracián me llama por teléfono para advertirme:


"Preñado ha de ser el verbo, no hinchado; que signifique, no que resuene; verbos con fondo, donde se engolfe la atención, donde tenga que cebarse la comprehensión"

Bruscamente le cuelgo, ¡estás muerto!, le digo. La mujer que nos ayuda en casa me pregunta si le he dicho algo a ella, me sonrojo, y callo. 

El caso es que ahora, después de la llamadita de ese listillo del Siglo de Oro, ¿con qué cara me pongo yo a escuchar el discurso de Felipe VI? Aun así, lo intento, y, además, con buena disposición, con esa aplicación que se le supone a un buen súbdito. Y escucho, escucho... Y otra vez, la pesadilla.

Ahora es Samuel Beckett el que, a través de 'El innombrable', se presenta en mi mente desquiciada. Mientras veo cómo el nuevo rey mueve los labios, estas son las palabras que oigo:


"Y las palabras que yo pronunciaba, y que casi siempre debían estar en relación con un esfuerzo de la inteligencia, me parecían el zumbido de un insecto... esto terminará así, con murmullos inarticulados, que habrá que inventar, que habrá que improvisar, gimiendo, reiré, esto acabará así, ñam, hu, plf, pss, sólo emoción, pan, paf, los golpes, na, toc... sin embargo tengo miedo de lo que mis palabras harán de mí... después vendrá la coma donde me ahogaré por las buenas..."

Vuelvo a concentrarme. Oigo palabros como honestidad, prestigio de la institución, solidaridad... con gran esfuerzo, sigo concentrado, es difícil. Espero ansioso el momento en el que el muy preparado monarca va a anunciar su inmediata abdicación, y la solemne propuesta de iniciar un Nuevo Proceso Constituyente, con unas nuevas reglas de juego, que conformen un nuevo marco político, otro modelo de Estado.

Pero las palabras no salieron, se quedaron ahogadas entre los gastados rostros de sus señorías complacidas.

Bajo el volumen de la tele, vuelvo a la realidad. Internet me muestra cómo casi al mismo tiempo en que Felipe VI habla al vacío, la policía carga contra ciudadanos españoles que portan insignias republicanas. Sí, esa es la realidad.

Apago la tele. Apago el ordenador. Vuelvo definitivamente al libro. Creo que ahí me quedaré, en el libro... y en la plaza.



Viewing all 2602 articles
Browse latest View live