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'QUÉ BELLO ES VIVIR', por Luis Enrique Ibáñez

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"El pasado martes diez familias fueron desahuciadas aquí, en Sanlúcar. Entre los seres humanos afectados se encontraban una mujer embarazada y diez menores, un bebé de 3 meses enfermo. Es el mercado, amigo, espetó soberbio Rodrigo Rato... Frank Capra se camufla en un envoltorio edulcorado, incluso religioso, para regalarnos  una feroz crítica al sistema, al poder de los bancos, al mercado de Rato, el de las tarjetas opacas. El exvicepresidente del gobierno, al igual que el banquero de Capra, sabía perfectamente que no regentaba una institución de caridad, es el mercado, amigo... Una desigualdad, una injusticia, que puede llevar a cualquiera de nosotros a la desesperación más absoluta, a esa pesadilla que siempre pensaste que era cosa de otros"


Miércoles 31 de enero, 18:30, 'Qué bello es vivir', en la Asociación Cultural 'La Morera', calle Fariñas 31-33



'QUÉ BELLO ES VIVIR'

Qué bello es vivir, si nos dejan.

El pasado martes, 23 de enero, diez familias fueron desahuciadas aquí, en Sanlúcar de Barrameda, Corrala de San Antón. Entre los seres humanos afectados se encontraban una mujer embarazada y diez menores, un bebé de 3 meses enfermo. Es el mercado, amigo, espetó soberbio Rodrigo Rato en su comparecencia en la Comisión parlamentaria que investiga la crisis financiera, esa cosa que realmente no se llama crisis, se llama estafa.

- Sólo le pido que lo aplace 30 días, sacaré esos 5.000 dolares como sea

- ¿Ha presionado sobre ellos como es debido para que paguen las hipotecas?

- La vida está muy difícil, mucha de esa pobre gente está parada, no tengo valor, son familias con hijos...

- Los hijos no son míos

- Pero no dejan de ser niños

- ¿Regenta usted un negocio o una institución de caridad? No, con mi dinero no.

Imposible no asociar la imagen de Rato con la del banquero de la película.

Frank Capra se camufla en un envoltorio edulcorado, incluso religioso, para regalarnos  una feroz crítica al sistema, al poder de los bancos, al mercado de Rato, el de las tarjetas opacas. El exvicepresidente del gobierno, al igual que el banquero de Capra, sabía perfectamente que no regentaba una institución de caridad, es el mercado, amigo. Por eso hoy en España, al igual que en esos años de la Depresión americana, los bancos son los bancos y ante ellos, nada que hablar. Los bancos son los bancos, y una gran parte de los representantes políticos son sus sirvientes, sus eficaces comerciales. Representantes que permiten lo que Intermón Oxfam nos recuerda, "El año pasado, el número de personas cuyas fortunas superan los mil millones alcanzó su máximo histórico, con un nuevo milmillonario cada dos días. Este incremento podría haber terminado con la pobreza extrema en el mundo hasta siete veces. El 82% de la riqueza generada durante el último año fue a parar a manos del 1% más rico"

Con su premeditada ingenuidad, Frank Capra se parapeta para poder hacer llegar su mensaje, la constatación de una demoníaca estructura social dominada por una capitalismo insaciable. Una vergonzante estructura que eterniza hasta hoy una partición en dos de eso que llamamos sociedad, señores y siervos. Por un lado el poder financiero, por otro, el resto de la población. Y es que el fantasma navideño ha perseguido a esta película con la intención de asimilar su mensaje, de reducirlo. Pero el mensaje está ahí. Y sí, es cierto, el cuento de Navidad, Dickens, también están ahí, pero si le preguntáramos a Dickens que pretendió con toda su obra no obtendríamos otra respuesta que denunciar una insana sociedad en la que la desigualdad social es simplemente insoportable.

Una desigualdad, una injusticia, que puede llevar a cualquiera de nosotros a la desesperación más absoluta, a esa pesadilla que siempre pensaste que era cosa de otros. Esa desesperación que puedes sentir, que tanta gente siente, cuando descubres que vas a ser borrado de la vida, que no importas, que no existes, que sólo eres un número... una deuda.



Existe otro componente en esta película que también ha sido criticado en numerosas ocasiones por esos críticos inteligentes, esos que muchas veces todos llevamos dentro, y que nos lleva a creer que somos más listos que nadie. Me refiero a la ridiculización que tantas veces se ha hecho de la virtud de la solidaridad. 

Reírse de la colaboración cuando el precipicio te llama no es lo mejor. 

Habría que recordar que ahora mismo en Grecia, ese país expulsado de la información, se ha conformado una estructura social paralela y antagónica a la del estado. Se trata de grandes barriadas que se han constituido en gestoras autónomas de su propia vida. Un movimiento cooperativo, y radical, que deja en evidencia a un estado que pasa de ellos. Hay barrios en los que lo primero que uno ve, en medio de la pobreza pero también de la acción, es un cartel que dice 'Bienvenidos refugiados, emigrantes..."

La urgente e inevitable lucha por cambiar la puta baraja de cartas con la que tantos juegan, destrozando nuestro futuro, no debiera ser contradictoria con la necesidad de juntarnos, de ayudarnos, de saber que alguien, además de su tristeza, es capaz de sentir la nuestra. Acabar con la estructura asesina y, a la par, ayudarnos, a nosotros, a los desheredados, a los ahogados en el Mediterráneo, a las familias desahuciadas, hablemos.

Decía el añorado Ricardo Piglia, en boca de un personaje tan loco como necesariamente revolucionario que "El capitalismo, en su expansión tecnológica, no se detiene ante ningún límite: ni biológico, ni ético, ni económico, ni social... el ciudadano ideal, es el adicto sin convicciones ni principios que sólo aspira a obtener su dosis de la mercancía anhelada. La sociedad tecnológica satisface a los sujetos: los entretiene y los ahoga en un océano de información rápida y múltiple..." Intentemos hacer que esto cambie, nos va la vida en ello, dejar de asumir, como decía el mismo autor que "somos capaces de aceptar el fin del mundo pero nadie parece capaz de concebir el fin del capitalismo".

En la anterior película de este ciclo, el personaje interpretado por Natalia de Molina nos desgarró el alma, nos sentimos inútiles en una sociedad que nos ha vuelto inútiles. Sin embargo, otros personajes reales, como el de esas familias expulsadas de todo, con la aquiescencia de las autoridades municipales, nos piden, nos exigen que hablemos, vamos hacerlo.

Lloramos con 'Techo y comida', nos enrabietó conocer las mafias financieras que gobiernan el mundo ('Margin Call'), vimos, y sufrimos hasta dónde puede llegar un ser humano para sobrevivir, ('Danzad, danzad malditos')... pero seguimos apelando al fantasma de Tom Joad,"... madre, allí donde halla un bebé llorando, pidiendo de comer... allí podrás verme".

Nos vemos el miércoles, en la Asociación Cultural La Morera... hablaremos de cine, hablaremos de esta puta realidad que a todos nos anula.

Aprovecharemos para presentar las próximas Jornadas sobre 'Pobreza Infantil' en el IES Cristóbal Colón.

Y seguiremos, es triste comprobar cómo se repiten las mismas estafas, pero hacerlo, comunicarlo, se exige como la única premisa indiscutible para intentar cambiarlo... para seguir vivos.

Animamos a lo distintos colectivos sociales de Sanlúcar, también a los representantes políticos para que hablemos este miércoles, se trata sólamente de eso,  de esa vida robada a tantos seres humanos.

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("Hemos llegado a un punto tan obsceno y siniestro en el que asumimos con culpable displicencia el terrible hecho de que la sociedad está partida en dos, los visibles, por un lado, y los invisibles, por otro... Cuando estás en el bando vencedor, apenas te das cuenta de que hay una guerra: no se ven las grietas en las aceras... ni los comercios cerrados, ni las urgencias de los hospitales públicos, ni las personas sin techo")


("La angustia, la desesperación de una población abandonada a su suerte en ese paisaje en el que un orgulloso individualismo se adueña, sin resistencia, de todo el presente, de un tiempo al que el adjetivo hostil se le queda pequeño... Estamos hablando de ayer, estamos hablando de hoy, seguimos, todos, danzando al compás de una música que no conocemos, de una música que nos ha sido impuesta... Todos somos, de algún modo, participantes de un concurso, de una mortal carrera sin fin")


("La programación de películas de este ciclo pretende, alternando obras clásicas de indudable valor con películas modernas, que clavan su mirada en las causas y consecuencias de esta macabra crisis, no es otra cosa que sentar las bases para una reflexión crítica, que nos permita establecer las macabras semejanzas entre distintos periodos de la historia... Siniestras semejanzas que parecen demostrar que nunca aprendemos, que estamos abonados a la esclavitud y que, al parecer, siempre gana la Banca, y siempre pierde esa gente normal a la que un personaje de 'Margin Call' se refiere diciendo, "que se joda")



(PRESENTACIÓN DEL CICLO 'CINE Y CRISIS'... 'LAS UVAS DE LA IRA"... Una especie de ente inefable, inaprensible, dotado de connotaciones religiosas, y que cuando habla produce el mismo efecto que los antiguos oráculos, el oráculo ha hablado, los mercados han dicho... la confianza de los mercados, la desconfianza de los mercados, la opinión de los mercados, el diagnóstico de los mercados... Y todos nosotros, los pequeños hombrecillos, esperando aterrados la voz de los mercados...")





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