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'LA VIDA COMO SAQUEO', por Rafael Argullol / 'CARTAS SOBRE LA EDUCACIÓN ESTÉTICA DE LA HUMANIDAD', de F. Schiller

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"... estamos atrapados en esa civilización de la hybris que no contempla otro camino que el del saqueo vital y la posesión inmediata de las cosas. Prisioneros de ese sortilegio, lo normal es que marcháramos de crisis en crisis, de nuevo riquismo en nuevo riquismo, con asombrosas irrupciones de la peste en la ciudad...

con magos, vestidos de ministros o de banqueros, abriendo o cerrando las puertas del porvenir. Y sin posibilidad de aprender"

'Saqueo de Roma por los bárbaros''. Óleo por Karl Bruillov, siglo XIX. Galería Tretyakovy

LA VIDA COMO SAQUEO

Únicamente conozco a un broker que actúe en Wall Street. Se trata de un antiguo compañero de colegio que ya en la infancia apuntaba maneras. Era abierto, decidido y, a la que te descuidabas, te devolvía un lápiz tras haberle prestado una pluma estilográfica. El otro día me lo encontré por la calle y estuvimos charlando un rato. Estaba contento porque los negocios le iban bien. Le pregunté si se reproducían las condiciones —propicias para él, por cierto— que dieron lugar al colapso financiero de hace algunos años. Me contestó que no sólo se reproducían sino que dentro de no mucho el colapso sería mayor. Los especuladores, empezando por él mismo, campaban a su aire, sin freno, y sus ganancias eran fabulosas. A su alrededor las burbujas fomentadas por la especulación crecían sin cesar, aunque, como es lógico, nadie pensaba acabar atrapado por ellas.
Mi antiguo compañero de colegio era feliz: todo volvía a producirse, corregido y aumentado, ante un mundo ciego y sordo, o, lo que era todavía más eficaz, cómplice. En definitiva, de creer sus palabras, la codicia seguía creando fuertes lazos de complicidad entre el engañador y el engañado, parecidos a los de los colegiales que intercambiaban lápices y plumas estilográficas. Claro que él no hablaba de codicia sino de interés y de provecho.
Y creo que no le falta razón. No tengo conocimientos suficientes para saber, o profetizar, si se avecina un nuevo colapso, pero sí tengo la sospecha de que no se ha generado un aprendizaje profundo en relación con lo sucedido estos últimos años. No se ha eliminado el huevo de la serpiente, ya que dicha eliminación concernía, además de a la economía y a la política, al espíritu, o, si se teme esa palabra, a la mentalidad. No ha habido catarsis, no se ha hecho limpieza, y las nuevas turbulencias pueden presentarse sin que se hayan construido diques de contención que las detengan.
A este respecto es muy interesante —incluso literariamente— escuchar el relato sobre el fin de la crisis que muchos políticos y financieros están contando. Es en cierto modo simétrico al del inicio de la crisis, e inevitablemente recuerda las narraciones tejidas en torno al absurdo. La crisis estalló inexplicablemente, y bastaría recurrir a las hemerotecas para comprobar la maravillada candidez de los dirigentes políticos y económicos: nadie podía prever nada porque —como los grandes fenómenos diabólicos y divinos, o como el absurdo— todo era imprevisible. Inopinadamente la peste se apoderó de la ciudad. Ahora se declara que la peste ya ha sido vencida, si bien es cierto que dejando tras de sí un reguero de cadáveres. Es magnífico ver a los banqueros proclamar el triunfo sobre la peste, ajenos ellos por completo a la instalación de la epidemia. También es aleccionador comprobar el triunfalismo de Rajoy o Montoro, aunque en sus caras se insinúe todavía un rictus de espanto, como si no estuviesen muy seguros de los augurios, o simplemente tuvieran dificultades a la hora de jugar su nuevo papel en la representación teatral.
Sin embargo, con mayor o menor eficacia, la representación funciona. Los espectadores —es decir, los ciudadanos— empiezan a aceptar que la peste se está desvaneciendo, y tienen tantas ganas de que esto suceda que están olvidando ya las causas del contagio que afectó a la comunidad. Si hacemos caso de la lógica expuesta por mi antiguo compañero de colegio, el entero ciclo va a repetirse de nuevo porque otra vez van a funcionar férreamente los lazos de la codicia: los especuladores, como corresponde a su papel en la función, buscarán la complicidad de los ciudadanos para la obtención de unos beneficios que, aunque a la larga sean catastróficos, a corto plazo brillan con luz propia.
La repetición del ciclo, de producirse, implicaría una ausencia total de aprendizaje con respecto a lo que hemos denominado crisis. Si tuviésemos la voluntad de aprender deberíamos ir, creo, más allá de las explicaciones económicas y políticas para preguntarnos sobre una determinada interpretación de la existencia. Dicho directamente: mientras la vida sea entendida como un objeto de rapiña, de saqueo, cualquier otra consideración se antoja secundaria. Y esta parece ser la ideología dominante en estos primeros lustros del siglo XXI en los que el utilitarismo y el pragmatismo se ven acompañados por una exaltación permanente de la posesión inmediata de las cosas (y de las personas). La existencia está ahí para ser tomada, para ser consumida, y no para llegar a un compromiso con ella. Más importante que el contrato social del que hablaron los ilustrados es el contrato existencial, del que carecemos y que supondría entender la vida como un sutil juego de equilibrios entre deseo y respeto, entre posesión y contención.
Cuando en la tragedia griega los poetas luchaban contra la desmesura y el desequilibrio, poniéndolos precisamente en escena, era porque partían de la honda convicción de que el hombre no puede ser libre si está atenazado por la hybris. Como supo ver muy bien Esquilo, no puede haber libertad si las fuerzas dominantes son la desmesura y el desequilibrio. Por importante que sea la urna para la democracia todavía más importante es la capacidad de mediación y de regulación: entre los individuos, entre los poderes, entre el hombre y su entorno. No obstante, el capitalismo que, globalizado, se asienta en el mundo tras la caída del muro de Berlín, hace ahora 25 años, es una auténtica civilización de la hybris y, en consecuencia, si aún son válidas las enseñanzas de Esquilo —y pienso que lo son—, un sistemático antídoto contra la democracia. La perpetua invitación a la codicia y al fast foodvital significan un continuo sabotaje al ejercicio de la libertad.
Por eso es alarmante —no para él, claro— el pronóstico de mi compañero de infancia, el actual broker de Wall Street, cuando supone que las circunstancias van a repetirse porque los hombres están predispuestos a que se repitan. Indicaría que estamos atrapados en esa civilización de la hybris que no contempla otro camino que el del saqueo vital y la posesión inmediata de las cosas. Prisioneros de ese sortilegio, lo normal es que marcháramos de crisis en crisis, de nuevo riquismo en nuevo riquismo, con asombrosas irrupciones de la peste en la ciudad y no menos asombrosas desapariciones de esa misma peste. Eso sí, con visionarios, con augures, con magos, vestidos de ministros o de banqueros, abriendo o cerrando las puertas del porvenir. Y sin posibilidad de aprender.
Lo contrario sería aprender. Pero eso entrañaría un nuevo concepto de educación que desborda, con mucho, el marco de las escuelas y las universidades para afectar, directamente, a la mente del hombre. Al comprobar los estragos violentos de la Revolución Francesa, un revolucionario como Friedrich Schiller escribió un breve y valiosísimo libro, Cartas sobre la educación estética de la humanidad. En él se afirmaba que ningún cambio era posible, por espectacular que fuera en su efecto exterior, si no conlleva una modificación de la sensibilidad. Fue, en cierto modo, una profecía con respecto a las revoluciones que estaban por venir, especialmente las que tuvieron lugar en el siglo XX.

Aprender sería aprender a desarticular la civilización de la hybris. Educar al hombre en un nuevo contrato existencial, con sus derechos y sus deberes, en que la vida, lejos de ser un objeto de saqueo, fuese un sujeto de armonía. Claro que eso implicaría hacer una verdadera revolución espiritual, algo más delicado que cualquier revolución de otro tipo. La próxima vez que me encuentre con mi antiguo compañero de colegio voy a preguntarle qué opina al respecto. Quizá ría porque no lo entienda; quizá se asuste porque lo entienda demasiado.
(Fuente: El País, 02-07-2014)

Brjullov.jpg
Karl Pávlovich Briulov o Brulov (en rusoКарл Павлович Брюллов) (1779 - 1852), llamado Carlo Brulleau hasta 1822, fue un pintor ruso, considerado como la figura clave en la transición del neoclasicismo ruso a romanticismo.

PINCHAR EN LA IMAGEN PARA LEER 'CARTAS SOBRE LA EDUCACIÓN ESTÉTICA DE LA HUMANIDAD' DE FRIEDRICH SCHILLER
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FAUSTO, SIGLO XXI

("... el Fausto que somos, sería un ser inmerso en la contradicción, notablemente preparado para actuar libremente, pero imbuido de un espíritu apático que le hace desinteresarse por todo aquello que excede a lo inmediato... Mefistófeles somos nosotros cuando renunciamos al conocimiento por la comodidad de la posesión")







'EL LLANTO ES NUESTRO', de León Felipe

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Este poema lo escribió León Felipe al final de la Guerra Civil... comenzaba un trágico éxodo. Hoy ha empezado otro, el de tantos jóvenes que han visto truncado su futuro aquí dentro, en nuestro país. Que siga la esperanza con ellos, con todos.
... españoles del éxodo y del llanto
levantad la cabeza





Españoles:               
el llanto es nuestro 
y la tragedia también,
como el agua y el trueno de las nubes.               
Se ha muerto un pueblo 
pero no se ha muerto el hombre. 
Porque aún existe el llanto,               
el hombre está aquí en pie, 
en pie con su congoja al hombro, 
con su congoja antigua, original y eterna,
con su tesoro infinito               
para comprar el misterio del mundo, 
el silencio de los dioses               
y el reino de la luz. 
Toda la luz de la tierra 
la verá un día el hombre               
por la ventana de una lágrima... 
Españoles, 
españoles del éxodo y del llanto:               
levantad la cabeza 
y no me miréis con ceño 
porque yo no soy el que canta la destrucción               
sino la esperanza.



                            


LEÓN FELIPE

Poeta español, que destacó por su obra, mezcla de arrebato místico y compromiso político. Su verdadero nombre era Felipe Camino Galicia de la Rosa. Nació en 1884 en el pueblo de Tábara, Zamora. España, Nacido en una familia acomodada su padre era notario. Se licenció en farmacia, llegó a tener una botica. En su juventud recorre España enrolado como actor de una compañía ambulante y al frente de diferentes farmacias en distintos lugares de España. Pasó tres años en la cárcel, acusado de desfalco. Se une con una chica peruana, Irene Lambarri y se radica con ella en Barcelona, al poco tiempo se separan y León Felipe decide marchar a Madrid. En Madrid se sumerge en la bohemia y sufre la pobreza con todas sus consecuencias. Versos y oraciones de caminante es su primer libro de poemas (años después titularía un poema: Versos y blasfemias de caminante) que leyó hacia 1919 en el Ateneo de Madrid. Consigue un empleo en los hospitales de Guinea y marcha a la isla de Elobey. Allí permanece tres años para volver a España por poco tiempo y embarcarse, esta vez, hacia América. En México se dedica a la enseñanza. Es bibliotecario en Veracruz (México) y agregado cultural de la Embajada de la España republicana; profesor de Literatura española en distintas universidades de América. Conoce a Berta Gamboa, profesora también, con quien se casa. El matrimonio pasa a vivir a Norteamérica, donde traduce a Waldo Frank y a Walt Whitman y escribe un largo poema titulado Drop a star. Sale de España en 1938, en plena Guerra Civil, y se exilia en México. Escribió, además de las citadas, las obras siguientes: La insignia (1936), El payaso de las bofetadas (1938), Pescador de caña (1938), El hacha (1939), Español del éxodo y del llanto (1939), Ganarás la luz (1943), España e Hispanidad (1947),Llamadme publicano (1950), El ciervo (1954), Oh este viejo y solo violín (1968). Tradujo Canto a mí mismo, de Walt Whitman, en 1941. Murió en 1968 en México

(Fuente reseña: epdlp.com)

'A LA DERIVA' (Cuento de Horacio Quiroga) / 'LA DERIVA', Vetusta Morla

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"Allá abajo, sobre el río de oro, la canoa derivaba velozmente, girando a ratos sobre sí misma ante el borbollón de un remolino..."

(Horacio Quiroga)

"He escuchado el ritmo de los feriantes
poniendo precio a mi agonía; 
familias de erizos en sus manos frías...

Habrá que inventarse una salida,
ya no hay timón en la deriva"

(Vetusta Morla)


A LA DERIVA

El hombre pisó algo blancuzco, y en seguida sintió la mordedura en el pie. Saltó adelante, y al volverse con un juramento vio una yaracacusú que, arrollada sobre sí misma, esperaba otro ataque.

El hombre echó una veloz ojeada a su pie, donde dos gotitas de sangre engrosaban dificultosamente, y sacó el machete de la cintura. La víbora vio la amenaza, y hundió más la cabeza en el centro mismo de su espiral; pero el machete cayó de lomo, dislocándole las vértebras.

El hombre se bajó hasta la mordedura, quitó las gotitas de sangre, y durante un instante contempló. Un dolor agudo nacía de los dos puntitos violetas, y comenzaba a invadir todo el pie. Apresuradamente se ligó el tobillo con su pañuelo y siguió por la picada hacia su rancho.

El dolor en el pie aumentaba, con sensación de tirante abultamiento, y de pronto el hombre sintió dos o tres fulgurantes puntadas que, como relámpagos, habían irradiado desde la herida hasta la mitad de la pantorrilla. Movía la pierna con dificultad; una metálica sequedad de garganta, seguida de sed quemante, le arrancó un nuevo juramento.

Llegó por fin al rancho y se echó de brazos sobre la rueda de un trapiche. Los dos puntitos violeta desaparecían ahora en la monstruosa hinchazón del pie entero. La piel parecía adelgazada y a punto de ceder, de tensa. Quiso llamar a su mujer, y la voz se quebró en un ronco arrastre de garganta reseca. La sed lo devoraba.

-¡Dorotea! -alcanzó a lanzar en un estertor-. ¡Dame caña!

Su mujer corrió con un vaso lleno, que el hombre sorbió en tres tragos. Pero no había sentido gusto alguno.

-¡Te pedí caña, no agua! -rugió de nuevo-. ¡Dame caña!

-¡Pero es caña, Paulino! -protestó la mujer, espantada.

-¡No, me diste agua! ¡Quiero caña, te digo!

La mujer corrió otra vez, volviendo con la damajuana. El hombre tragó uno tras otro dos vasos, pero no sintió nada en la garganta.

-Bueno; esto se pone feo -murmuró entonces, mirando su pie lívido y ya con lustre gangrenoso. Sobre la honda ligadura del pañuelo, la carne desbordaba como una monstruosa morcilla.

Los dolores fulgurantes se sucedían en continuos relampagueos y llegaban ahora a la ingle. La atroz sequedad de garganta que el aliento parecía caldear más, aumentaba a la par. Cuando pretendió incorporarse, un fulminante vómito lo mantuvo medio minuto con la frente apoyada en la rueda de palo.

Pero el hombre no quería morir, y descendiendo hasta la costa subió a su canoa. Sentose en la popa y comenzó a palear hasta el centro del Paraná. Allí la corriente del río, que en las inmediaciones del Iguazú corre seis millas, lo llevaría antes de cinco horas a Tacurú-Pucú.

El hombre, con sombría energía, pudo efectivamente llegar hasta el medio del río; pero allí sus manos dormidas dejaron caer la pala en la canoa, y tras un nuevo vómito -de sangre esta vez- dirigió una mirada al sol que ya trasponía el monte.

La pierna entera, hasta medio muslo, era ya un bloque deforme y durísimo que reventaba la ropa. El hombre cortó la ligadura y abrió el pantalón con su cuchillo: el bajo vientre desbordó hinchado, con grandes manchas lívidas y terriblemente doloroso. El hombre pensó que no podría jamás llegar él solo a Tacurú-Pucú, y se decidió a pedir ayuda a su compadre Alves, aunque hacía mucho tiempo que estaban disgustados.

La corriente del río se precipitaba ahora hacia la costa brasileña, y el hombre pudo fácilmente atracar. Se arrastró por la picada en cuesta arriba, pero a los veinte metros, exhausto, quedó tendido de pecho.

-¡Alves! -gritó con cuanta fuerza pudo; y prestó oído en vano.

-¡Compadre Alves! ¡No me niegue este favor! -clamó de nuevo, alzando la cabeza del suelo. En el silencio de la selva no se oyó un solo rumor. El hombre tuvo aún valor para llegar hasta su canoa, y la corriente, cogiéndola de nuevo, la llevó velozmente a la deriva.

El Paraná corre allí en el fondo de una inmensa hoya, cuyas paredes, altas de cien metros, encajonan fúnebremente el río. Desde las orillas bordeadas de negros bloques de basalto, asciende el bosque, negro también. Adelante, a los costados, detrás, la eterna muralla lúgubre, en cuyo fondo el río arremolinado se precipita en incesantes borbollones de agua fangosa. El paisaje es agresivo, y reina en él un silencio de muerte. Al atardecer, sin embargo, su belleza sombría y calma cobra una majestad única.

El sol había caído ya cuando el hombre, semitendido en el fondo de la canoa, tuvo un violento escalofrío. Y de pronto, con asombro, enderezó pesadamente la cabeza: se sentía mejor. La pierna le dolía apenas, la sed disminuía, y su pecho, libre ya, se abría en lenta inspiración.

El veneno comenzaba a irse, no había duda. Se hallaba casi bien, y aunque no tenía fuerzas para mover la mano, contaba con la caída del rocío para reponerse del todo. Calculó que antes de tres horas estaría en Tacurú-Pucú.

El bienestar avanzaba, y con él una somnolencia llena de recuerdos. No sentía ya nada ni en la pierna ni en el vientre. ¿Viviría aún su compadre Gaona en Tacurú-Pucú? Acaso viera también a su ex patrón mister Dougald, y al recibidor del obraje.

¿Llegaría pronto? El cielo, al poniente, se abría ahora en pantalla de oro, y el río se había coloreado también. Desde la costa paraguaya, ya entenebrecida, el monte dejaba caer sobre el río su frescura crepuscular, en penetrantes efluvios de azahar y miel silvestre. Una pareja de guacamayos cruzó muy alto y en silencio hacia el Paraguay.

Allá abajo, sobre el río de oro, la canoa derivaba velozmente, girando a ratos sobre sí misma ante el borbollón de un remolino. El hombre que iba en ella se sentía cada vez mejor, y pensaba entretanto en el tiempo justo que había pasado sin ver a su ex patrón Dougald. ¿Tres años? Tal vez no, no tanto. ¿Dos años y nueve meses? Acaso. ¿Ocho meses y medio? Eso sí, seguramente.

De pronto sintió que estaba helado hasta el pecho.

¿Qué sería? Y la respiración...

Al recibidor de maderas de mister Dougald, Lorenzo Cubilla, lo había conocido en Puerto Esperanza un viernes santo... ¿Viernes? Sí, o jueves...

El hombre estiró lentamente los dedos de la mano.

-Un jueves...

Y cesó de respirar.
(Fuente: Biblioteca Ciudad Seva)


"...no quiero timón en la deriva.
Cada cual que tome sus medidas.
Hay esperanza en la deriva"


'LA DERIVA', VETUSTA MORLA





LETRA:

He tenido tiempo de desdoblarme 
y ver mi rostro en otras vidas.
Ya tiré la piedra al centro del estanque.

He enterrado cuentos y calendario,
ya cambié el balón por gasolina.
Ha prendido el bosque al incendiar la orilla.

He escuchado el ritmo de los feriantes
poniendo precio a mi agonía; 
familias de erizos en sus manos frías.

Habrá que inventarse una salida,
ya no hay timón en la deriva. 

Has tenido pulso para engancharme
alistado en ejércitos suicidas.
Me adentré en el bosque y no encontré al vigía.

Habrá que inventarse una guarida,
no quiero timón en la deriva.
Cada cual que tome sus medidas.
Hay esperanza en la deriva.

Habrá que inventarse una salida.
Que el destino no nos tome las medidas.
Hay esperanza en la deriva.







'DONDE HABITE EL OLVIDO', de Luis Cernuda. PROPUESTA DE EXAMEN SOBRE UN TEXTO LITERARIO

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"Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya, 

Sometiendo a otra vida su vida, 

Sin más horizonte que otros ojos frente a frente...
Allá, allá lejos; Donde habite el olvido"




DONDE HABITE EL OLVIDO


Donde habite el olvido, 
En los vastos jardines sin aurora; 
Donde yo sólo sea 
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas 
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios. 

Donde mi nombre deje 
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos, 
Donde el deseo no exista. 

En esa gran región donde el amor, ángel terrible, 
No esconda como acero 
En mi pecho su ala, 
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento. 

Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya, 
Sometiendo a otra vida su vida, 
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente. 

Donde penas y dichas no sean más que nombres, 
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo; 
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo, 
Disuelto en niebla, ausencia, 
Ausencia leve como carne de niño. 

Allá, allá lejos; 
Donde habite el olvido.

EL POEMA EN LA VOZA DEL POETA




PREGUNTAS:

1ª ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS

2ª TEMA. RESUMEN


3ª COMENTARIO CRÍTICO

Preguntas guía para el comentario crítico

1ª ¿Cómo está organizado el texto? (Estructura)
2ª ¿Qué tesis defiende el autor? (Ver Orientaciones para determinar el tema...)
3ª ¿Podrías resumir brevemente el texto con tus propias palabras?
(Las tres primeras preguntas corresponden, evidentemente, a las preguntas de Selectividad, ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS, TEMA Y RESUMEN. A partir de la cuarta pregunta comenzaría -es sólo una propuesta- el COMENTARIO CRÍTICO)
4ª ¿Qué tipo de texto es? Si es un texto literario, ¿a qué momento histórico pertenece, está "encuadrado" en algún movimiento literario?
5ª ¿Es un tema actual? ¿Crees que hay alguna idea "secundaria" importante?
6ª ¿Es un tema polémico?
7ª ¿Es un tema local/universal
8ª ¿Qé argumentos utiliza el autor para defender su tesis?
9ª ¿Es objetivo en sus planteamientos, o es subjetivo?
10ª ¿Cuáles son las “marcas lingüísticas” de su supuesta subjetividad? ¿Cuáles son las expresiones más impactantes, más significativas? Coméntalas.
11ª ¿Es un tema original?
12ª Si no lo es, ¿lo es, al menos su tratamiento, su enfoque?
13ª ¿Cuál es tu opinión?
14ª ¿Qué argumentos añadirías?
15ª ¿Qué argumentos opondrías a los del autor?
16ª ¿Puedes relacionar el texto, su tema principal, con otros textos, noticias… que conozcas?
17ª Teniendo en cuenta la intención del autor, ¿crees que ha sido eficaz? ¿Qué funciones del lenguaje predominan?
18ª ¿Cómo concluyes tu análisis, tu comentario?

4ª EXPLICAR EL SIGNIFICADO DE LOS SIGUIENTES VERSOS:

Memoria de una piedra sepultada entre ortigas

Sin más horizonte que otros ojos frente a frente

- Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya

5ª LA POESÍA ESPAÑOLA DEL SIGLO XX HASTA 1939 / CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES DEL GÉNERO LÍRICO




ENLACES DE APOYO:





'NECESIDAD DE LA LITERATURA', por Emilio Lledó

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Este artículo fue escrito cuando acababa el año 2002. Creemos que hoy es especialmente necesario, hoy, cuando el lenguaje del poder se hace cada vez más zafio y mentiroso, más paralizante, hoy, cuando las Humanidades esperan su turno en el pasillo de la muerte... hoy, "con la que nos están dando" (E.Lledó) Necesario, y alertador. El día de la publicación de este artículo, 22 de diciembre de 2002, el poeta José Hierro era despedido en el cementerio de La Almudena. Había fallecido el día anterior.

"Si nos acostumbramos a ser inconformistas con las palabras, acabaremos siendo inconformistas con los hechos. Ambas actitudes son, sin embargo, formas de libertad. Y la libertad no admite conformismo alguno...

La lectura, los libros, son el más asombroso principio de libertad y fraternidad... La literatura nos enseña a mirar mejor este mundo de las cosas aún no bien dichas, estos contornos históricos inmediatos de los balbuceos políticos, de los apaños para justificar el egoísmo envilecido, de las trampas para conformarnos a vivir con la desesperanza de que lo que hay ya no da más de sí"


NECESIDAD DE LA LITERATURA

Si nos acostumbramos a ser inconformistas con las palabras, acabaremos siendo inconformistas con los hechos. Ambas actitudes son, sin embargo, formas de libertad. Y la libertad no admite conformismo alguno. Vivir, para los humanos, sobre todo en nuestros tiempos, ha sido siempre una sucesión de conformidades, de aceptaciones y sumisiones. Aceptamos el lenguaje; aceptamos, con él, sentidos, referencias y todo ese monótono universo de ecos que los medios de transmisión de imágenes, sonidos y letras codifican y propagan. Esta abundancia de comunicaciones ofrece, sin duda, una extraordinaria posibilidad de enriquecimiento, de amplitud y libertad; pero también, por los intereses políticos que las dominan y orientan, pueden hacer que la inteligencia resbale por significaciones y perspectivas, para embotarse y enajenarse. Porque los cauces por los que confluyen las imágenes y las palabras nos conforman a sus semejanzas -a las determinadas semejanzas que nos agobian- y nos hacen conformistas. Ser conformista supongo que debe querer decir algo así como conformarse con lo que hay e, incluso, aceptar que "no hay quien dé más". Pero conformarse añade también otro matiz. Conformarse es perder, en parte, la forma propia, para sumirse, liquidarse, en la ajena. Y esa pérdida de la propia forma, si es que la tenemos, si es que, como decía el filósofo, "hemos llegado a construir nuestra propia estatua", es pérdida de ser, pérdida de la sustancia que nos pertenece o nos debiera pertenecer, para derramarla hacia cauces ajenos.

A veces esta pérdida de sustancia tiene origen en la opacidad de cada consciencia individual, donde sólo el lenguaje interior con el que acompañamos a cada uno de los instantes de la vida presta la suficiente luz para reconocernos y explicarnos. Pero este lenguaje que nos constituye y nos conforma, en una época tan abundante de monótonos mensajes y tan retumbante de comunicaciones, puede, efectivamente, conformarnos con desvirtuadas virtualidades que colaboran al creciente oscurecimiento de la consciencia. Y esa falta de luz es, al mismo tiempo, falta de libertad. Tal vez, por las resonancias marxistas -hoy tan olvidadas-, apenas utilizamos el concepto de "alineación" (entfremdung) para expresar un constante fenómeno de la cultura contemporánea.
Esa excesiva información que los medios de comunicación nos ofrecen, a través de sus distintos lenguajes, colabora, muchas veces, a encastillarnos en un reducto donde emergen nuestros miedos, nuestras alimentadas obsesiones; donde aparecen también los "imaginarios" con los que esos medios elaboran la sustancia de la realidad en los derroteros de intereses económicos: intereses de poder. Nunca ha sido más arrolladora la maquinaria para crear alienación, para aniquilar. Alienación quiso decir, en toda la historia del idealismo alemán, desde Guillermo de Humboldt, la disolución del vigor intelectual y sentimental de la cultura en un conglomerado de tensiones, obsesiones, ideas y realidades insustanciales que nos vacían y cosifican.
Nos convertimos así en pequeños bloques ideológicos o, mejor dicho, en insignificantes maquinarias a las que incorporamos, como si realmente fuesen estímulos mentales, una serie de estereotipos virtuales sin idealidad y libertad. Lenguajes falsos, pues, que nos llenan con la terrible lógica de la falsedad. Porque esa lógica se hace de los retazos que sostienen pasiones egoístas, soluciones incompletas a los problemas de la vida y de la sociedad. Una lógica de la incoherencia que, sin embargo, cohesionamos con los quebrados fragmentos de la "publicidad" política e ideológica que nos sirven, efectivamente, para la total enajenación. Todo esto nos conduce a un hecho fundamental de la sociedad de nuestros días. Los individuos que componen esa sociedad no pueden ser personas, seres autónomos y reales, si no tienen posibilidad de desarrollar su propio pensamiento por muy modesto que sea. Un pensamiento que sólo se nutre de libertad.
La lectura, los libros, son el más asombroso principio de libertad y fraternidad. Un horizonte de alegría, de luz reflejada y escudriñadora, nos deja presentir la salvación, la ilustración, frente al trivial espacio de lo ya sabido, de las aberraciones mentales a las que acoplamos el inmenso andamiaje de noticias siempre las mismas, porque es siempre el mismo nuestro apelmazado cerebro. Los libros nos dan más, y nos dan otra cosa. En el silencio de la escritura cuyas líneas nos hablan, suena otra voz distinta y renovadora. En las letras de la literatura entra en nosotros un mundo que, sin su compañía, jamás habríamos llegado a descubrir. Uno de los prodigios más asombrosos de la vida humana, de la vida de la cultura, lo constituye esa posibilidad de vivir otros mundos, de sentir otros sentimientos, de pensar otros pensares que los reiterados esquemas que nuestra mente se ha ido haciendo en la inmediata compañía de la triturada experiencia social y sus, tantas veces, pobres y desrazonados saberes.
La literatura no es sólo principio y origen de libertad intelectual, sino que ella misma es un universo de idealidad libre, un territorio de la infinita posibilidad. Los libros son puertas que nadie podría cerrarnos jamás, a pesar de todas las censuras. Sólo una censura sería realmente peligrosa: aquella que, inconscientemente, nos impusiéramos a nosotros mismos porque hubiéramos perdido, en la sociedad de los andamiajes y los grumos mentales, la pasión por entender, la felicidad hacia el saber.
Toda verdadera liberación, todo gozo de vivir y de sentir, empieza en nuestra mente. Y esa mente, parte ideal de nuestro cuerpo en la prodigiosa red de sus neuronas, requiere también alimentación y sustento. Las palabras son la sustancia de las que la inteligencia se nutre. Y esas palabras vienen engarzadas en la original sintaxis de la literatura. Un mundo hecho lenguaje, argumentado y construido desde un infinito espacio donde todo el decir, todo el sentir, es posible. Pero un mundo, además, que, en su soledad, en su maravillosa inocencia y libertad, ya nadie manipula, nadie tergiversa, nadie puede ya falsear y alterar.
Las palabras de la obra literaria están libres también de todo compromiso con los latidos del presente, con los desgarros de la pragmacia, con las insinuaciones del oportunismo y de la doblez. Pero, al mismo tiempo, nos comprometen con un mundo más hermoso -quiero decir de "formas" más claras-, con el mundo ideal de los sueños en su múltiple, dispar, idealidad de sus inacablables propuestas. La literatura nos enseña a mirar mejor este mundo de las cosas aún no bien dichas, estos contornos históricos inmediatos de los balbuceos políticos, de los apaños para justificar el egoísmo envilecido, de las trampas para conformarnos a vivir con la desesperanza de que lo que hay ya no da más de sí.
Basta haber sentido alguna vez hablar, a través de la escritura, a nuestros clásicos, a los clásicos del siglo XX y de todos los siglos, para entender qué quiere decir tan sorprendente y extraña palabra. Suponemos que su clasicismo tiene que ver con una llamada de atención para que despertemos de las oscuras pesadillas diarias. En la etimología de "clásico" está tanto el significado de Clarín que nos convoca y aviva, como el de ciudadano de primera clase, el de orden; pero también el de modelo. Un modelo que no está, sin embargo, ante nuestros ojos para imitar comportamientos o actitudes. El carácter modélico de los clásicos, capaces de superar el tiempo y de sobrenadar a todas las interpretaciones que sobre ellos se hagan, consiste, precisamente, en hacer vivir, en incorporarse, desde la inalterable página de la escritura que la sostiene, al latido del corazón de cada lector. Un latido que es efímero, que es tiempo, pero un tiempo que, desde la aparente frialdad de páginas que superaron los siglos o los años, adquirieron, por ello, una cierta forma de pervivencia, que se encarna, de nuevo, en el cuerpo y en el aire que respira el lector.
Tendríamos que agradecer a todos esos escritores que nos acompañan, en el siempre breve espacio de nuestra vida, el que nos hayan entregado sus palabras que construyen una humana manifestación de eternidad. Una eternidad que no promete otra existencia más allá de las fronteras de cada vida y que, en el gozo de leer, en las horas de lectura, nos deja esquivar las paredes del tiempo y acariciar en los silenciosos murmullos de las letras, las espaldas de no sé bien qué especie de inacabada amistad.
El lenguaje fue, como es sabido, lo que empezó a distinguir al animal humano de todos los otros animales próximos a él. Un lenguaje que, además de comunicación y comprensión, creó también sensibilidad, emociones, pasiones, desde el complejo entramado de la realidad corporal. Pero las palabras, fuente de abstracción y solidaridad, se fueron ciñendo al territorio de las primeras e inmediatas experiencias, a lo que los ojos veían y las manos tocaban, condicionadas a la dureza del vivir, a la necesidad de sobrevivir: "mañana lloverá", "tengo sed", "la cosecha es buena", "quiero comprar tu escudo".
En un momento, sin embargo, de esa cultura de la realidad, alguien pronunció ante sus oyentes, con el ritmo pausado del hexámetro: "Canta, Musa, la cólera de Aquiles", y no existía Musa alguna que cantase, ni siquiera Aquiles alguno que se pudiera encolerizar. Y no era la Musa la que cantaba, sino el hombre que decía esos versos, que nos harían emocionar con ellos y pensar, de paso, que las palabras solas eran el origen de esa emoción. Al no podernos conformar a ninguna experiencia pragmática, ese lenguaje nos enseñaba que oír, leer, interpretar se desplazaban ya a un dominio donde la naturaleza del "animal que habla" construía y afianzaba su posibilidad, su liberación y, en definitiva, su humanidad.
(Fuente: El País, 21-12-2002)


 MÁS DE EMILIO LLEDÓ EN ESTE SITIO:


("En España hay maestros de instituto excelentes, pero están intentando coartarlos y privatizar lo que es público. La democracia es, fundamentalmente, obra de lo público y creadora de lo público... No se puede entregar la educación de un país a la diferenciación económica, a los colegios de pago... Los emprendedores, sí, como los que emprendieron la destrucción de nuestras costas y la locura de la burbuja inmobiliaria, o los que están permitiendo la burbuja mental de los estudiantes con la eliminación de las humanidades")

("La defensa de lo público hace vivir la democracia... ¿Quién nos devolverá, en el futuro, la vida pública, los bienes públicos, que nos están robando?... ¿Quién privatiza a los políticos? ¿Qué palabras huecas, convertidas en grumos pegajosos aplastan los cerebros de los que van a administrar lo público, o sea lo de todos... No se entiende bien cómo a esos destructores de la idea de lo público les votan aquellos que perderían lo poco que tienen en manos de tales personajes. A no ser que la mente de esos súbditos haya sido manipulada...")
("Un país, una sociedad, que pone la economía, la riqueza, en primer lugar, por encima de todo, es un país aniquilado... A algunos les molesta lo público, porque son partidarios de una sociedad clasista... la lucha por la igualdad es la esencia de la sociedad... la cultura griega, esa Grecia, esa palabra convertida en economía, ¡qué empobrecimiento!")









'SOMBRAS', por Juan José Millás

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"Los fondos de inversión son los que controlan ahora mismo el cotarro...

son la versión contemporánea de la caverna de Platón. Vivimos encadenados a ellos, de cara a su pared, tomando por realidad las quimeras o espejismos que producen y que son las sombras de la auténtica realidad"


SOMBRAS

No sabemos a ciencia cierta qué rayos es un fondo de inversión, pero sabemos que su hipoteca de usted puede haber sido vendida por su banco a uno de estos instrumentos financieros (así los llaman), lo mismo que el préstamo que solicitó para comprarse un automóvil o para reformar la casa al objeto de hacerle un hueco al niño que estaba de camino. Ese hijo, aun antes de nacer, era ya propiedad de uno de estos fondos, quizá de los denominados de alto riesgo. No somos conscientes de las complicaciones de la economía financiera. Podría darse el caso, por ejemplo, de que los dineros de su plan de pensiones de usted hubieran ido a parar al mismo fondo de inversión que está a punto de desahuciarle de su vivienda por haberse retrasado en el pago del alquiler (en los últimos años, miles de viviendas de titularidad pública han sido vendidas a estos fondos también denominados buitres). Significa que nosotros mismos, sin ser conscientes de ello, alimentamos a nuestros verdugos, formamos parte de ellos. En otras palabras, uno se echa a la calle a sí mismo a fin de que su plan de pensiones no se vaya a la mierda.
Los fondos de inversión son los que controlan ahora mismo el cotarro. Un fondo de inversión llama a Rajoy y Rajoy se pone inmediatamente a su servicio. Quien dice Rajoy dice Hollande u Obama. Un fondo de inversión grande, con el poder que le otorga disponer de los ahorros de usted y de los míos y de los de la mitad de la clase media global, puede obligar a Rajoy, es un decir, a jodernos la vida. Los fondos son la versión contemporánea de la caverna de Platón. Vivimos encadenados a ellos, de cara a su pared, tomando por realidad las quimeras o espejismos que producen y que son las sombras de la auténtica realidad.
(Fuente: El País, 04-07-2014)
ENTRADAS RELACIONADAS:
("El suelo se mueve bajos nuestros pies y parece que no hay otra salida... ...¡así que se jodan, que se joda la gente normal!... Están todos jodidos")
(¿Por qué hemos admitido de modo tan natural que sean los mercados, esto es, las grandes entidades financieras y empresariales, los que rijan el destino de nuestras vidas?)
("Pero lo peor de toda su intervención (o quizá lo mejor, por didáctico) es la explicación tormentosa y real de por qué está seguro de que van a volver a ganar las elecciones: porque los mercados no son gilipollas... Acabáramos. En un instante ha explicado de forma luminosa el fraude insoportable de este no sistema democrático que sufrimos... Y esta vez no lo ha dicho un perroflauta. No lo ha dicho un antisistema. Lo ha dicho el Ministro de Hacienda del Reino de España... Es el Otro que llevamos oculto el que habla a través de nosotros")
("Me saqué el dinero del rescate del culo" (John Bowe) "... cómo un gobierno puede empobrecer a sus ciudadanos; cómo la democracia de baja intensidad ya no sirve para protegerse frente al retorno del Absolutismo... cómo el poder popular ya no puede ponerse en manos de representantes que obtienen de las urnas una legitimidad democrática que convierten en patente de corso para actuar contra quienes los eligieron y a favor de quienes los financian")


("En realidad, los famosos 100.000 millones de euros que la Unión Europea puso al alcance de España para “salvar sus bancos” era, en realidad, dinero (aprobado por el Parlamento Alemán) para salvar a los bancos alemanes")




Artículo de opinión para el comentario crítico: 'EL CATECISMO DE LOS OBISPOS', por Luis García Montero

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"Si la Iglesia tuviese voluntad de ayudar a la comunidad, en vez de un catecismo protagonizado por el sexo y dirigido a adolescentes, debería publicar un catecismo para banqueros y miembros del partido del Gobierno. El no robarás y el no mentirás tendrían así más protagonismo que la masturbación o la falta de respeto a la homosexualidad...

España no tiene un problema con los adolescentes pajilleros, sino con los setentones avaros. Son ellos los que gobiernan el dolor en el reino de los miedos"


EL CATECISMO DE LOS OBISPOS
La conferencia Episcopal quiere iluminar a la sociedad española con la publicación de Testigos del Señor. Se trata de un catecismo sobre los asuntos sexuales ideado para personas de entre 11 y 14 años. Nadie puede negarle a la Iglesia su valentía. Su campaña en contra del sexo sería mucho más fácil si se dirigiese a gente mayor de 50 años, hombres y mujeres obligados a pactar con los misterios de la vida y con unos cuerpos cada vez más dóciles, menos imaginativos, necesitados de menos decibelios. La vejez se parece a una alcaldesa represiva.
Empeñarse en negarle el sexo a un adolescente es una tarea ardua. No hay reforma laboral que pueda equipararse a la reforma corporal que intentan las sotanas. Las amenazas contra un obrero protestón causan efectos inmediatos. Quien levanta la voz se convierte hoy en un suicida. Pero el infierno y la condenación eterna son poca frontera cuando uno tiene 14 años, cuando uno siente de forma volcánica la llamada de la carne.
El problema se agrava porque la Conferencia Episcopal se contradice a sí misma y deja a Dios en muy mal lugar. Afirma que la identidad sexual es un don de Dios. Tendré, pues, que reclamarle a Dios por todos los vicios, desarreglos y maldades sexuales que me han alterado desde niño. La iglesia está tonta. Para lanzar sus críticas contra la homosexualidad se mete en camisas de 11 varas sobre la identidad y mantiene que es un don de Dios. Bueno, pues si Dios nos da un don y nos hace desde niños como somos, de forma natural y de acuerdo a los instintos personales de cada uno, quiénes son los obispos para llevarle la contraria a Dios. A la Iglesia se le da mejor prohibir por prohibir que dar explicaciones.
Es una impertinencia que una institución religiosa o un ministro quieran decidir sobre la idoneidad de un embarazo o sobre la identidad sexual de los ciudadanos
La sexualidad y el amor no son un producto de consumo que se elige en un supermercado según el capricho de cada cliente. Bueno, o por lo menos no debería serlo. Si la Iglesia quisiera ennoblecer la sexualidad y el amor, podría hablar del respeto que se merecen las personas y sus cuerpos, de la singularidad de cada uno de nosotros y nosotras. Un cuerpo no es asunto de usar y tirar, algo sobre lo que merece la pena mantener una conversación.
Pero la Iglesia se olvida del respeto, se obsesiona con el pecado y nos convierte en consumidores del sexo. Menos más que la energía religiosa, por incordio que sea, está muy disminuida en Occidente. Hace siglos que aprendimos a distinguir entre el pecado y el delito. Allí donde lo religioso impera a su gusto puedes ser encarcelado, torturado y ejecutado por tu condición sexual. Aquí las cosas no llegan a tanto, aunque el dolor y el malestar que causan los instintos represivos de la Iglesia llenan de sombras innecesarias muchos rincones silenciosos, sin fiesta, de la sociedad.
Es una impertinencia y un acto contra el civismo que la Conferencia Episcopal elija el inicio de las celebraciones del Orgullo Gay para publicar un panfleto contra los homosexuales. Es una impertinencia que el poder, en su afán totalitario, no se limite sólo a controlar las plazas y los sueños públicos y pretenda también entrar en la intimidad, en las alcobas y en el amor de las personas. Es una impertinencia que una institución religiosa o un ministro quieran decidir sobre la idoneidad de un embarazo o sobre la identidad sexual de los ciudadanos.
Y es una locura condenar al infierno por masturbarse a un niño de 14 años. La Iglesia lo tendría mucho más fácil si se dirigiese a la cúpula del dinero español. No me resisto a meter aquí a los banqueros. Los presidentes del Banco de Santander, el BBVA y La Caixa tienen más de setenta años. Deben ser ya muy receptivos a los buenos propósitos sexuales de los obispos. Se interesan en otras cosas. Cobran, por ejemplo, 370 veces más que muchos de sus empleados.
Si la Iglesia tuviese voluntad de ayudar a la comunidad, en vez de un catecismo protagonizado por el sexo y dirigido a adolescentes, debería publicar un catecismo para banqueros y miembros del partido del Gobierno. El no robarás y el no mentirás tendrían así más protagonismo que la masturbación o la falta de respeto a la homosexualidad.
Hace años convenía acabar cualquier discurso con una insolencia contra el obispo. Hoy conviene no olvidarse nunca de los banqueros. La derecha descarnada que ha empobrecido la vida de este país recibe órdenes de los banqueros y los grandes empresarios. Ellos son d verdad los enemigos. Está bien que nos escandalicemos con las cosas de la Conferencia Episcopal. Pero no dejemos que los malvados nos distraigan con la muleta del anticlericalismo. España no tiene un problema con los adolescentes pajilleros, sino con los setentones avaros. Son ellos los que gobiernan el dolor en el reino de los miedos.
(Fuente: publico.es)

Preguntas guía para el comentario crítico

1ª ¿Cómo está organizado el texto? (Estructura)
2ª ¿Qué tesis defiende el autor? (Ver Orientaciones para determinar el tema...)
3ª ¿Podrías resumir brevemente el texto con tus propias palabras?
(Las tres primeras preguntas corresponden, evidentemente, a las preguntas de Selectividad, ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS, TEMA Y RESUMEN. A partir de la cuarta pregunta comenzaría -es sólo una propuesta- el COMENTARIO CRÍTICO)
4ª ¿Qué tipo de texto es? Si es un texto literario, ¿a qué momento histórico pertenece, está "encuadrado" en algún movimiento literario?
5ª ¿Es un tema actual? ¿Crees que hay alguna idea "secundaria" importante?
6ª ¿Es un tema polémico?
7ª ¿Es un tema local/universal
8ª ¿Qé argumentos utiliza el autor para defender su tesis?
9ª ¿Es objetivo en sus planteamientos, o es subjetivo?
10ª ¿Cuáles son las “marcas lingüísticas” de su supuesta subjetividad? ¿Cuáles son las expresiones más impactantes, más significativas? Coméntalas.
11ª ¿Es un tema original?
12ª Si no lo es, ¿lo es, al menos su tratamiento, su enfoque?
13ª ¿Cuál es tu opinión?
14ª ¿Qué argumentos añadirías?
15ª ¿Qué argumentos opondrías a los del autor?
16ª ¿Puedes relacionar el texto, su tema principal, con otros textos, noticias… que conozcas?
17ª Teniendo en cuenta la intención del autor, ¿crees que ha sido eficaz? ¿Qué funciones del lenguaje predominan?
18ª ¿Cómo concluyes tu análisis, tu comentario?



'HAY QUIEN SE DUERME DE MIEDO', por Begoña Huertas

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“Nunca dudes de que un pequeño grupo de ciudadanos reflexivos y comprometidos pueda cambiar el mundo. De hecho, es lo único que alguna vez lo ha cambiado.” (Margaret Mead, antropóloga)

"Actualmente vivimos en una sociedad extremadamente capitalista donde el lenguaje mercantil refleja la realidad en la que nos movemos...

Con la irrupción del movimiento 15m, de las mareas ciudadanas... o la Plataforma de afectados por la hipoteca el panorama ha cambiado... Tal vez a muchos en estos tiempos de cambio les entre el sueño de golpe, justo ahora que empieza a despertar una mayoría"

HAY QUIEN SE DUERME DE MIEDO

“Nunca dudes de que un pequeño grupo de ciudadanos reflexivos y comprometidos pueda cambiar el mundo. De hecho, es lo único que alguna vez lo ha cambiado.” (Margaret Mead, antropóloga)

En el mundo existen más de seis mil idiomas, durante el último siglo se han extinguido alrededor de cuatrocientos y más de quinientos están a punto de desaparecer. Podría pensarse que la muerte de una lengua forma parte del proceso de la vida. Y en efecto así es. Sin embargo, la desaparición de un idioma supone la desaparición de una forma de entender el mundo, la pérdida de una perspectiva diferente y por tanto la pérdida también de las posibles soluciones que esa perspectiva procuraría.


Que el lenguaje modela la realidad ya lo resumió Wittgenstein con su famosa frase “los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo”. Al parecer, el pirahán, idioma hablado por la tribu amazónica del mismo nombre, carece de número gramatical, de números, de tiempo pasado e incluso de colores. Esto tiene que significar algo. ¿No tener manera de expresar el tiempo pasado o al menos no expresarlo en pasado? Bueno, su mundo tiene que ser otro, no cabe duda. Y si el pirahán no tiene nombres para los colores, el finés dispone de cuarenta formas dereferirse a la nieve. Por su parte, he leído que los vietnamitas preguntan enseguida la edad a la persona que acaban de conocer para poder utilizar el pronombre adecuado y tratarla con el respeto apropiado según los años que tenga. Otra curiosidad que debe responder a un nivel moral, o a una circunstancia emocional o a una condición ontológica, no sé, es que los inuit no dicen "he cazado cinco focas", sino "cinco focas se han dejado cazar por mí".
Actualmente vivimos en una sociedad extremadamente capitalista donde el lenguaje mercantil refleja la realidad en la que nos movemos: Se “invierte” en una relación, se imparten talleres para “venderse mejor”, se “amortizan” experiencias, se “compran” hipótesis. Para la pobreza tenemos muchos términos: Sin techo, mendigo, pobre, indigente, vagabundo. Pero el señor que pide casa y trabajo frente al Corte Inglés de Goya (al que siempre menciono y debería abordar pronto), con su butaca, su mesa, su taza de café y sus libros de Einstein y Sagan ¿cómo lo llamamos? ¿En la terminología PPSOE será un empresario fracasado, un hombre sin recursos, sin suerte, un perdedor, un desgraciado?
En nuestro idioma debemos tener más de ochenta tonos de tinte para el pelo, y los matices de rubio en los envases cosméticos resulta interminable: rubio medio ceniza, rubio extraclaro nacarado, rubio claro dorado, rubio oscuro cobrizo… Sin embargo, tan solo disponemos de un par de palabras para describir un régimen: democracia/ dictadura o un sistema: socialismo/ capitalismo.
Con la irrupción del movimiento 15m, de las mareas ciudadanas, de los colectivos Attac España, Democracia real YA o la Plataforma de afectados por la hipoteca el panorama ha cambiado. En las últimas elecciones Podemos ha abierto el camino de los ciudadanos a las instituciones. Ahora se han puesto en marcha iniciativas a nivel municipal: @guanyem en Barcelona o @municipalia_ en Madrid. “Se llama democracia y no lo es”, grita la gente. Y no es que falten matices, es que consideran que ni siquiera la palabra remite ya a una realidad. Se crean nuevos escenarios y nuevos códigos.
-Ya no vale equiparar cualquier movimiento antisistema con ETA o con el chavismo.
-La casta o la oligarquía son palabras más útiles en este momento que “el pueblo”, porque apuntan al problema concreto, no a la diversidad de personas que lo sufren.  
-El binomio a discutir no es emprendedor parado, los términos son trabajo basura / renta básica (muy interesante en este sentido el artículo de Alberto Garzón donde precisa: “Podemos no dirige su discurso a las víctimas directas del conflicto capital-trabajo sino a las víctimas del conflicto capital-población, es decir, a una serie de sujetos políticos excluidos del mercado de trabajo”).
-Por último, eso de utilizar el femenino como genérico (“trabajamos juntas”, “somos  muchas”, “vamos todas”) a mí personalmente no me convence. Preferiría que las cabezas visibles fueran mujeres aunque utilizaran el masculino como término no marcado. Pero bueno, es discutible.
En Bali, Margaret Mead observó que cuando los balineses estaban asustados se iban a dormir. Esta conducta se denominaba "takoet poeles" (asustado dormido). Parece ser que un día Mead les pidió a sus ayudantes que llevaran unos utensilios a una vivienda a la que iba a trasladarse. Más tarde, cuando llegó, los descubrió adormi­lados. Habían olvidado el paquete en el ómnibus y, asustados por la reacción que imaginaban en la etnóloga, se habían dormido. Tal vez a muchos en estos tiempos de cambio les entre el sueño de golpe, justo ahora que empieza a despertar una mayoría. 
(Fuente: eldiario.es)




'BLUE JEAN', DAVID BOWIE

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"... she got a camouflaged face and no money

Remember they always let you down when you need 'em...

One day I'm gonna write a poem in a letter"



"... Sometimes I feel like
(Oh, the whole human race)
Jazzin' for Blue Jean"



LETRA:

Blue Jean-I just met me a girl named Blue Jean

Blue Jean-she got a camouflaged face and no money
Remember they always let you down when you need 'em

Oh, Blue Jean - is heaven any sweeter than Blue Jean
She got a police bike
She got a turned up nose

Sometimes I feel like
(Oh, the whole human race)
Jazzin' for Blue Jean
(Oh, and when my Blue Jean's blue)
Blue Jean can send me
(Oh, somebody send me)
Somebody send me
(Oh, somebody send me)

One day I'm gonna write a poem in a letter
One day I'm gonna get that faculty together
Remember that everybody has to wait in line
Blue Jean-look out world you know I've got mine
She got Latin roots
She got everything

'EL MUNDO HIERE', por Javier Marías

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"Una alumna se me acercó y me dijo que su moral le impedía traducir aquel fragmento, y me pidió uno alternativo. No entendí nada...

Aquí ya tenemos una legión de cursis que suprimen de los cuentos infantiles cuanto les parece violento, triste, sexista o desagradable. En realidad estos jóvenes y quienes los “protegen” quisieran evitarse y evitarles la vida"

'Santo Domingo y los albigenses', Pedro Berruguete 

EL MUNDO HIERE

En 1984 daba yo unos cursos de Traducción en el Wellesley College de Massachusetts. Les pasaba a las alumnas (era una Universidad femenina) breves textos en español e inglés para que los vertieran a la otra lengua, como ejercicio. Uno fue un pasaje de Juan Rulfo en el que, si mal no recuerdo, lo más osado que había era un comentario sobre lo caliente que estaba la tierra sobre la que dormían tres personajes de viaje, una mujer y dos hombres, y cómo ese calor emanado por el suelo se trasladaba a los cuerpos, que despedían a su vez su calor de unos a otros (pero a distancia, no se crean). Una alumna se me acercó y me dijo que su moral le impedía traducir aquel fragmento, y me pidió uno alternativo. No entendí nada, en verdad no sabía a qué se refería ni qué “moral” podía entrar en conflicto con algo tan inocente y neutro. No sé, si les hubiera dado el arranque de Santuario de Faulkner, en el que una mujer es violada con una mazorca de maíz (de nuevo si no me equivoco) … La joven insistió en que aquello era demasiado sexual. Yo no veía sexualidad por ningún lado y no me hacía mucha gracia crear un precedente de traducciones “a la carta”, digamos. Cualquier mojigata podía ver obscenidad en Platero y yo, por ejemplo, y así hasta el infinito. Pero consulté con las colegas del departamento y las órdenes fueron tajantes: “Dale otra pieza. Las alumnas son susceptibles y podrían meternos en líos. Total, no vale la pena arriesgarse”. Obedecí (al fin y al cabo yo estaba allí de paso) y la estudiante tranquilizó su conciencia y su ánimo turbado por el pobre Rulfo.
Me he acordado de esta anécdota remota (que me disculpen los memoriosos si ya la he contado; son muchos años) al leer que cada vez hay más alumnos estadounidenses que ponen reparos a las lecturas que sus profesores les recomiendan o programan. Y exigen que, como mínimo, se les advierta de lo que van a encontrar en ellas. De que El gran Gatsby “contiene pasajes violentos y misóginos”, o de que en Huckleberry Finn “hay vocablos y actitudes racistas”. Consideran que lo que hagan o digan los personajes ficticios de una novela o de un drama “puede herir su sensibilidad”, o algunas escenas causar “síntomas de estrés postraumático” a quienes hayan sido víctimas de violaciones o ex-combatientes de guerra, o tengan pánico incontrolable a esas amenazas. En la Universidad de California (Estado pionero de casi todas las pusilanimidades), el consejo de estudiantes ha solicitado formalmente que se incluyan estos avisos. Y claro, las obras que menos se libran son las que ocupan lugar fijo en los planes de estudios: El mercader de Venecia, “por contener ideas antisemitas”, o La señora Dalloway, de Virginia Woolf, “porque supuestamente incita al suicidio”. La cosa se parece a los carteles que en el ámbito anglosajón aparecen al principio de las películas y series televisivas (destinados a padres y niños), en los que se advierte que lo que va a proyectarse incluye “violencia, tacos, escenas de sexo, desnudez” y últimamente, en el colmo de la histeria pacata, “escenas en que se fuma”. Esto habrán de agregarlo a todas las cintas de la historia anteriores al 2000 por lo menos, de La diligencia a Casablanca, de Cantando bajo la lluvia a Sonrisas y lágrimas, a menos que prosperen las demenciales propuestas de borrar digitalmente todos los cigarrillos, habanos y pipas del celuloide (Groucho Marx quedaría idiota en todos sus planos, con una mano vacía en la boca; pero de todo es capaz la grotesca censura contemporánea).
A lo que más recuerdan estas prácticas, sin embargo, a los que las conocimos, es a las fichas que colgaban a las puertas de las iglesias durante el eterno franquismo, en las que se advertía a los feligreses de los peligros acechantes en tal o cual película, por mucho que el “permisivo” Gobierno hubiera autorizado su exhibición en las salas. Tras un resumen del argumento, al final se señalaba: “Defectos de forma” (eso significaba que se veía un escote o una mujer en combinación, por ejemplo). “Defectos de fondo” (eso, que había adulterio o conductas “inmorales” entre los personajes). “Ambiente malsano, falta de arrepentimiento, comportamientos licenciosos” y gravedades por el estilo. No hace falta decir que cuantas más líneas para rehuir el pecado, más gente corría a ver la película. Algunos profesores americanos se llevan las manos a la cabeza ante estas iniciativas tan semejantes a las de la Iglesia cómplice y beneficiaria de una interminable dictadura: “Cualquier alumno que se sintiese aludido por alguna materia que se impartiese en clase podría presentar una queja y desencadenar un proceso legal muy tortuoso para la comunidad educativa”, alega uno. Pero llevan las de perder, me temo, puesto que hay otros que se alinean con los estudiantes más puritanos y remilgados: “Tenemos alumnos con problemas graves y hay que tratarlos con respeto y consideración”, opina una vicedecana. Lo cual supone alertarlos o evitarles desde laIlíada y la Biblia (en las que hay adulterios y matanzas sin cuento) hasta Hamlet (en la que hay fratricidio, más adulterio, crueldades psicológicas y atisbos de incesto). Aquí ya tenemos una legión de cursis que suprimen de los cuentos infantiles cuanto les parece violento, triste, sexista o desagradable. En realidad estos jóvenes y quienes los “protegen” quisieran evitarse y evitarles la vida. Yo no sé por qué sus padres los pusieron en el mundo y sus profesores algodonosos consienten que en él sigan; porque es un lugar que antes o después hiere la sensibilidad de cualquiera.
(Fuente: El País Semanal, 06-07-2014)

Podemos llegar, si no hemos llegado ya, al más patético de los ridículos, como ocurría en la dictadura de Franco. Como ejemplo, ahí tenéis la bochornosa voz en en off que se inventó la censura franquista para intentar paliar el demoledor mensaje social que portaba aquella joya del neorrealismo italiano, 'Ladrón de bicicletas'

SOBRE PEDRO BERRUGUETE:
Pintor español que desarrolló su actividad en la época de los Reyes Católicos. Fue el principal introductor de la estética del primer renacimiento en la escuela española. Nació en Paredes de Nava (Palencia) hacia 1450 y, tras iniciar su formación en Castilla, la completó en los Países Bajos, probablemente con Justo de Gante (Joos van Wassenhove). Con este artista trabajó en la Corte de Federico de Montefeltro en Urbino, donde también coincidió con los italianos Piero della Francesca y Francesco di Giorgio Martini. Allí participó en la decoración del gabinete de estudio del palacio del duque de Urbino, pintando retratos y alegorías de las artes liberales. A su regreso a España, hacia 1483, realizó algunas obras para la colegiata burgalesa de Santa María del Campo. También trabajó en la catedral de Toledo y, en la última etapa de su vida, pintó el retablo mayor del convento de Santo Tomás de Ávila y el de la catedral de dicha ciudad. El arte de Berruguete es la más temprana y fiel representación en España del nuevo lenguaje renacentista, creado por los artistas florentinos del quattrocento. La preocupación por el espacio y por la representación armónica y bella, propias del arte italiano de esa época, se suman al interés por la realidad y por la descripción minuciosa del detalle, características del gusto flamenco. En su producción destaca también su correcto y enérgico dibujo, así como su dominio de la técnica del óleo, con la que logra magníficos efectos táctiles en la representación de la materia. Autor en Italia de obras refinadas, de concepción monumental y espacial plenamente renacentistas (Solón, Museo del Louvre, París; Federico de Montefeltro con su corte, Colección Windsor, Inglaterra; La gramática, National Gallery, Londres), tras su regreso a tierras españolas su estilo sufrió una evolución para adecuarse a la clientela castellana de la época, más interesada por la intensidad expresiva y por la representación de lo concreto, y por una pintura vinculada fundamentalmente a los valores religiosos: Las tentaciones de santo Tomás, retablo mayor de Santo Tomás, Ávila; La flagelación, retablo de la catedral de Ávila; Anunciación, Cartuja de Miraflores, Burgos; Auto de Fe y San Pedro mártir; ambos en el Museo del Prado, Madrid.
(Fuente reseña: epdlp.com)


'QUIERO SER MILLONARIO', por Milagros Pérez Oliva

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"De cómo ciertos valores que aparecen como difusos en el ambiente mediático, pasan por encima de los que se trabajan en clase o aquellos que las familias tratan de inculcar...

Los niños son tremendamente permeables a la publicidad... El mensaje que reciben en clase queda sepultado por un alud de imágenes relacionadas con el éxito, la fama y la gloria como fuente de poder y de felicidad... Lo preocupante... cómo gestionarán estos niños la frustración de semejantes expectativas"


QUIERO SER MILLONARIO

Ha caído por casualidad en mis manos un librito delicioso. Lo han hecho, como recuerdo de final de etapa, las profesoras, padres y niños de una clase de sexto de Primaria, la mayoría de los cuales ha compartido aula en la misma escuela desde 2005. Son 14 niños y 11 niñas de doce años que han dejado atrás la educación infantil y esperan septiembre con ilusión, pero también cierta aprensión, porque entrarán en la ESO y saben que eso es empezar a hacerse mayor. Se trata de un ejercicio vitalista y tierno, un ejemplo del buen hacer pedagógico de una escuela pública considerada modélica. La publicación incluye cartas de las maestras y los padres dirigidas a los niños, pero los protagonistas son ellos. Contiene, en forma de desplegable, dos fotos de cada niño, una actual y otra del primer curso, y un pequeño texto en el que cada uno expone sus preferencias sobre un país, un sueño, un recuerdo, un deseo y qué quiere ser de mayor.

Y aquí es donde salta la gran sorpresa: de los 25, 12 quieren ser, expresado además de forma muy clara, millonarios. Y una constatación: pese a haberse educado en la misma escuela y el mismo entorno, hay enormes diferencias entre los niños y las niñas a la hora formular sus deseos y proyecciones de futuro. El contenido induce a una inquietante constatación: por mucho que se esfuerce la escuela por transmitir determinados valores, la fuerza de los que emergen del entorno mediático es tan potente que acaban predominando.
Este es el “deseo” que expresa cada uno de los 14 niños: que me toque la lotería (4), ser multimillonario (4), ser millonario, ser rico, ser jugador de fútbol en el Real Madrid, tener una mansión y tres Bugattis, tener una mesa Elements con ejes Santa Cruz y tener dinero para mantener a mi familia. Y este, el que expresan las 11 niñas: dar la vuelta al mundo con mis amigas (4), ser cocinera, ser muy feliz, aparecer en los libros de historia como una de las científicas más importantes, sacar buenas notas, que no haya problemas, que la amistad no se rompa por muchos años que pasen, y ser famosa.
No cabe duda de que en las respuestas hay un cierto factor de arrastre, de imitación, pero no deja de ser significativo que lo que arrastra, en el caso de los chicos, sea precisamente el sueño de hacerse millonario. En coherencia con estos deseos, los niños eligen profesiones cuyo éxito implica siempre ganar mucho dinero. De los 14, hay tres que eligen profesiones “normales” (ingeniero aeronáutico, cocinero y mecánico) y otros tres, profesiones de “acción” (policía secreta, soldado y marinero “como el novio de mi hermana”). Los ocho restantes quieren ser deportistas de élite: futbolista (3) –como Ronaldo, precisa uno-, jugador de la selección española de waterpolo, jugador profesional de hockey, piloto de moto GP, skater profesional y tenista. Entre las niñas, en cambio, se observa un mayor realismo y mayor variedad a la hora de elegir: actriz (3), diseñadora de moda (2), cocinera, psicóloga, periodista, profesora, dibujante y científica.
La muestra no tiene valor representativo, pero es un ejemplo muy elocuente de cómo el entorno influye en los niños. De cómo ciertos valores que aparecen como difusos en el ambiente mediático, pasan por encima de los que se trabajan en clase o aquellos que las familias tratan de inculcar. Estos niños no van a un colegio elitista, sino todo lo contrario: es una escuela pública que sigue un modelo de pedagogía activa con los pies bien anclados en la realidad. Sus familias pertenecen a ese amplio espectro de capas populares y clases medias que sortean como puede la crisis, unos mejor que otros. ¿De dónde salen pues esos sueños de grandeza, esos deseos imperiosos de hacerse rico?
No es difícil encontrar la respuesta: del modelo de éxito que de forma apabullante emerge a través de los medios de comunicación. De las noticias sobre las fichas millonarias de las estrellas del fútbol, de la increíble prima de 720.000 euros prometidos a los jugadores de la Roja si ganaban la copa del mundo, de la permanente exhibición de los rutilantes éxitos de figuras del deporte como Nadal, Alonso o los jovencísimos pilotos de las carreras de motos. Ese es el modelo que aparece. Un modelo atractivo y aparentemente sin esfuerzo. Nada de matemáticas, nada de física ni estadística. Y una idea de fondo muy peligrosa: el poder absoluto del dinero. Menos mal que ninguno ha dicho que quería hacerse político corrupto, que es otra vía muy transitada últimamente para hacerse millonario sin demasiado esfuerzo.

Los niños son tremendamente permeables a la publicidad. Y mucho más sensibles a la imagen que a las palabras. El mensaje que reciben en clase queda sepultado por un alud de imágenes relacionadas con el éxito, la fama y la gloria como fuente de poder y de felicidad. Es lógico que lo quieran para ellos. Lo preocupante, de este pequeño y entrañable retrato de anhelos, es cómo gestionarán estos niños y muchos otros como ellos la frustración de semejantes expectativas.
(Fuente: El País, 06-07-2014)
OTROS ARTÍCULOS DE LA AUTORA EN ESTE SITIO:
("Dos mujeres decididas y valientes... Ada Colau... portadora de un mensaje profundamente perturbador: el de que los humillados y ofendidos... pueden en su fragilidad reunir fuerza suficiente si se reconocen a sí mismos como sujetos de la historia... Que si se unen, muchas debilidades pueden dar lugar a una gran fortaleza. Y que pueden llegar a cambiar las reglas del juego... Ester Quintana ha sufrido las dentelladas de un poder arrogante que reaccionó al fastidioso incordio de su ojo perdido negándole lo más importante: el reconocimiento")
("... Esa idea forma parte de un marco ideológico según el cual, cada uno ha de espabilarse y si alguien es pobre o fracasa, es por su culpa. Algo habrá hecho mal. En este marco conceptual, los poderes se sienten legitimados para abandonar a su suerte a los desfavorecidos... ... el relato de la crisis como estafa pugna por abrirse paso desde la plaza de Neptuno de Madrid y desde los foros sociales abiertos al calor del movimiento del 15-M. Pero en el discurso oficial el que predomina es el de la crisis como catástrofe... ...La culpabilización de las víctimas aparece, en este contexto, como un mecanismo de legitimación de los recortes sociales.... El discurso culpabilizador genera angustia e insolidaridad")
("“Cuando ves aquellas enormes barriadas pobres y ves a la gente que no tiene para alimentar bien a sus hijos, que baja por la mañana y se pelea por un puesto en un autobús atiborrado para ir al centro a servir a los ricos, y luego vuelve por la noche con el mismo autobús a la miseria en la que vive, te preguntas cómo es que todavía no han estallado... El coste está siendo una polarización social creciente entre unas élites cada vez mejor retribuidas..., y amplias capas populares con bajos salarios, precariedad y alto riesgo de exclusión")



Columna para el comentario: 'ABUSOS', por Jorge M. Reverte. Propuesta de examen

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"... me temo que muchos medios de comunicación de nuestro país han utilizado a las gozosas y ocasionales libertinas para lanzar un mensaje de corrección política que se vuelve contra las mujeres...

cualquier mujer tiene derecho a hacer el golfo. Pero nadie tiene el derecho de relacionar su decisión con los abusos y las violaciones"


ABUSOS

Una chica aupada sobre los hombros de un novio, un amigo o un vaya usted a saber qué. La joven está partiéndose de risa, empapada en vino, y se sube la camiseta para dejar sus pechos al aire. Un montón de manos se los magrean.
Esa es la imagen, repetida con pocas variantes en la prensa. Y hay también vídeos similares que se repiten en las televisiones o en Internet.
El segundo acto de la cosa está compuesto por rotundas, enfáticas declaraciones de organizaciones feministas o portavocías de Gobiernos locales advirtiendo de que los abusos sexuales tienen que acabarse en San Fermín.
Hay un enorme equívoco en todo esto. No casan los datos. Hasta donde yo sabía, los abusos sexuales entre personas adultas se podían considerar eso, abusos, si no había consentimiento. Si lo hay, podemos hablar de golfería, despiporre, canas al aire y cosas así. Pero nos hemos quedado todos tan a gusto. Quien ha visto a una mujer violada o que haya sufrido esos abusos jamás puede recordar el menor gesto de diversión o de disfrute. Una violación es un crimen de largo aliento, que deja mutilada a una mujer para mucho tiempo, o para siempre. ¿Por qué tienen cara de disfrutar las chicas que se quitan voluntariamente la camiseta en estas imágenes que nos enseñan para la denuncia?
Me temo lo peor: me temo que muchos medios de comunicación de nuestro país han utilizado a las gozosas y ocasionales libertinas para lanzar un mensaje de corrección política que se vuelve contra las mujeres.
Porque cualquier mujer tiene derecho a hacer el golfo. Pero nadie tiene el derecho de relacionar su decisión con los abusos y las violaciones. Hacerlo así es trivializar el asunto. En San Fermín o en un pasadizo madrileño.

(Fuente: El País, 17-07-2014)

PREGUNTAS:
1ª ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS
2ª TEMA. RESUMEN

3ª COMENTARIO CRÍTICO
Preguntas guía para el comentario crítico

1ª ¿Cómo está organizado el texto? (Estructura)
2ª ¿Qué tesis defiende el autor? (Ver Orientaciones para determinar el tema...)
3ª ¿Podrías resumir brevemente el texto con tus propias palabras?
(Las tres primeras preguntas corresponden, evidentemente, a las preguntas de Selectividad, ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS, TEMA Y RESUMEN. A partir de la cuarta pregunta comenzaría -es sólo una propuesta- el COMENTARIO CRÍTICO)
4ª ¿Qué tipo de texto es? Si es un texto literario, ¿a qué momento histórico pertenece, está "encuadrado" en algún movimiento literario?
5ª ¿Es un tema actual? ¿Crees que hay alguna idea "secundaria" importante?
6ª ¿Es un tema polémico?
7ª ¿Es un tema local/universal
8ª ¿Qé argumentos utiliza el autor para defender su tesis?
9ª ¿Es objetivo en sus planteamientos, o es subjetivo?
10ª ¿Cuáles son las “marcas lingüísticas” de su supuesta subjetividad? ¿Cuáles son las expresiones más impactantes, más significativas? Coméntalas.
11ª ¿Es un tema original?
12ª Si no lo es, ¿lo es, al menos su tratamiento, su enfoque?
13ª ¿Cuál es tu opinión?
14ª ¿Qué argumentos añadirías?
15ª ¿Qué argumentos opondrías a los del autor?
16ª ¿Puedes relacionar el texto, su tema principal, con otros textos, noticias… que conozcas?
17ª Teniendo en cuenta la intención del autor, ¿crees que ha sido eficaz? ¿Qué funciones del lenguaje predominan?
18ª ¿Cómo concluyes tu análisis, tu comentario?
4ª ANÁLISIS SINTÁCTICO:
me temo que muchos medios de comunicación de nuestro país han utilizado a las gozosas y ocasionales libertinas para lanzar un mensaje de corrección política que se vuelve contra las mujeres
5ª EL LENGUAJE PERIODÍSTICO / LOS GÉNEROS DE OPINIÓN / LOS GÉNEROS INFORMATIVOS / CLASIFICACIÓN DE LOS GÉNEROS PERIODÍSTICOS



'HÉROES', por Juan José Millás / 'LAS CÁRCELES', de Miguel Hernández

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"Carlos Cano, un licenciado en Medicina de 25 años, entró hace dos días en prisión para cumplir tres años por participar en un piquete informativo.... No hubo nada... aunque esa nada le va a destrozar la vida. Es un caso, pero los hay a docenas. Estos jóvenes, perseguidos con saña en un país donde el presidente del Gobierno envía mensajes de apoyo a un delincuente, son los héroes de un tiempo por venir"

Carlos Cano, activista del 15-M, ingresa en prisión

HÉROES

Hace poco, un hijo de Gallardón se libró del test de alcoholemia refugiándose, tras una aparatosa huida, en la casa de su padre. Peor fue el caso de Esperanza Aguirre, que se dio a la fuga derribando una moto de la policía cuando los agentes intentaban multarla. No paró hasta llegar a su domicilio, pese a los requerimientos de un coche patrulla desde el que, en paralelo al suyo, le daban órdenes de detenerse. Ya en casa, y frente a los requerimientos de los municipales, envió a sus escoltas-funcionarios públicos —a sueldo del contribuyente—, que salvaron también a la expresidenta de la Comunidad de Madrid de someterse, como es preceptivo, al test de alcoholemia. Usted y yo habríamos soplado, nos habrían analizado la saliva, habríamos dormido en el calabozo, y estaríamos ahora pendientes de un juicio por desobediencia a la autoridad, intento de agresión a la policía y desórdenes públicos, entre otros. Total, cuatro o cinco años de cárcel. Privilegios de clase, como el de la delincuencia organizada que, si se empeña, consigue una amnistía fiscal por la que regulariza lo defraudado a menor costo que si lo hubiera declarado en tiempo y forma.
He aquí, sin embargo, que Carlos Cano, un licenciado en Medicina de 25 años, entró hace dos días en prisión para cumplir tres años por participar en un piquete informativo durante cuya actuación no hubo heridos, no hubo destrozos, no hubo vandalismo ni evasión de capitales ni cohecho ni malversación de caudales públicos. No hubo nada, en fin, aunque esa nada le va a destrozar la vida. Es un caso, pero los hay a docenas. Estos jóvenes, perseguidos con saña en un país donde el presidente del Gobierno envía mensajes de apoyo a un delincuente, son los héroes de un tiempo por venir.
(Fuente: El País, 18-07-2014)
ENTRADAS RELACIONADAS:
("La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierran la tierra y el mar: por la libertad... se puede y debe aventurar la vida" "Es duro hacer esclavos a los que Dios y natura hicieron libres" "Hallen en ti más compasión las lágrimas del pobre... que las informaciones de el rico", Don Quijote) "Si el estallido social prende, no digan luego que no vieron las señales... Sabemos perfectamente cuál es el sentido de esta ignominia, de esta salvajada: dar una vuelta de tuerca más a la ola de represión contra la ciudadanía, preparando, así, la alfombra dorada para colocar la nueva Ley sobre Seguridad Ciudadana, esa ley bastarda que tiene como únicos objetivos acallar las voces, silenciar el pensamiento, crucificar la protesta... que asumamos todos, sin rechistar, nuestra nueva condición de esclavos")
("Y al mismo tiempo miran para otro lado cuando se enteran de que dos miembros del 15-M van a entrar en prisión por defender la dignidad de todos los españoles... Tenemos lo que nos merecemos... Entraré en Granada, dijo Alberti, entraré en Granada... Hoy todos somos Carmen y Carlos, hoy todos somos Granada, hoy sólo podemos estar allí. No podemos permitir que se sientan solos")


... Un hombre que ha soñado con las aguas del mar,

y destroza sus alas como un rayo amarrado,
y estremece las rejas, y se clava los dientes
en los dientes del trueno...




LAS CÁRCELES
I

Las cárceles se arrastran por la humedad del mundo,
van por la tenebrosa vía de los juzgados:
buscan a un hombre, buscan a un pueblo, lo persiguen,
lo absorben, se lo tragan.

No se ve, que se escucha la pena de metal,
el sollozo del hierro que atropellan y escupen:
el llanto de la espada puesta sobre los jueces
de cemento fangoso.

Allí, bajo la cárcel, la fábrica del llanto,
el telar de la lágrima que no ha de ser estéril,
el casco de los odios y de las esperanzas,
fabrican, tejen, hunden.

Cuando están las perdices más roncas y acopladas,
y el azul amoroso de las fuerzas expansivas,
un hombre hace memoria de la luz, de la tierra,
húmedamente negro.

Se da contra las piedras la libertad, el día,
el paso galopante de un hombre, la cabeza,
la boca con espuma, con decisión de espuma,
la libertad, un hombre.

Un hombre que cosecha y arroja todo el viento
desde su corazón donde crece un plumaje:
un hombre que es el mismo dentro de cada frío,
de cada calabozo.

Un hombre que ha soñado con las aguas del mar,
y destroza sus alas como un rayo amarrado,
y estremece las rejas, y se clava los dientes
en los dientes del trueno.

II

Aquí no se pelea por un buey desmayado,
sino por un caballo que ve pudrir sus crines,
y siente sus galopes debajo de los cascos
pudrirse airadamente.

Limpiad el salivazo que lleva en la mejilla,
y desencadenad el corazón del mundo,
y detened las fauces de las voraces cárceles
donde el sol retrocede.




La libertad se pudre desplumada en la lengua
de quienes son sus siervos más que sus poseedores.
Romped esas cadenas, y las otras que escucho
detrás de esos esclavos.

Esos que sólo buscan abandonar su cárcel,
su rincón, su cadena, no la de los demás.
Y en cuanto lo consiguen, descienden pluma a pluma,
enmohecen, se arrastran.

Son los encadenados por siempre desde siempre.
Ser libre es una cosa que sólo un hombre sabe:
sólo el hombre que advierto dentro de esa mazmorra
como si yo estuviera.

Cierra las puertas, echa la aldaba, carcelero.
Ata duro a ese hombre: no le atarás el alma.
Son muchas llaves, muchos cerrojos, injusticias:
no le atarás el alma.

Cadenas, sí: cadenas de sangre necesita.
Hierros venenosos, cálidos, sanguíneos eslabones,
nudos que no rechacen a los nudos siguientes
humanamente atados.

Un hombre aguarda dentro de un pozo sin remedio,
tenso, conmocionado, con la oreja aplicada.
Porque un pueblo ha gritado, ¡libertad!, vuela el cielo.
Y las cárceles vuelan.
('EL HOMBRE ACECHA', 1937-1939)



'EL GUSTO POR LO LARGO', por Luis Magrinyà

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"Hay cierta teoría que define el lenguaje literario como el que más se aparta de la norma (entendiendo “la norma” como “lo normal”), y mucha gente aplicada en “escribir bien” se la ha creído a pie juntillas. Si algo suena raro, complicado, frondoso, o inextricablemente “preciso”, si no es, en fin, lo que uno diría todos los días entonces es que tiene que ser “literario”, o, como poco, “formal”. Es una idea que se aplica a todos los aspectos de la lengua (léxico, gramática, sintaxis) y por supuesto ni siquiera las preposiciones, esas cositas tan pequeñas, iban a librarse..."



EL GUSTO POR LO LARGO

La elección de unas preposiciones en lugar de otras cuando hay otras que, en efecto, podrían usarse suele venir dictada por la loable, aunque a menudo fantasiosa, como venimos viendo en esta sección, intención de “escribir bien”. Hay cierta teoría que define el lenguaje literario como el que más se aparta de la norma (entendiendo “la norma” como “lo normal”), y mucha gente aplicada en “escribir bien” se la ha creído a pie juntillas. Si algo suena raro, complicado, frondoso, o inextricablemente “preciso”, si no es, en fin, lo que uno diría todos los días, entonces es que tiene que ser “literario”, o, como poco, “formal”. Es una idea que se aplica a todos los aspectos de la lengua (léxico, gramática, sintaxis) y por supuesto ni siquiera las preposiciones, esas cositas tan pequeñas, iban a librarse. Ya vimos lo que ocurría con hacia y con desde en un L&L anterior. Hoy consideraremos el afán de hacer de estas cositas pequeñas cosotas muy grandes; pero otro día trataremos el caso contrario, cuando interviene un extraño “principio de economía” y algo (incluso una preposición) nos parece tan insoportablemente largo que consideramos oportuno abreviarlo. Lo que no sabemos, en fin, es por qué en unos casos prevalece, en aras del buen estilo, el gusto por el aumento y, en otros, por la disminución; seguramente lo que ocurre es que elegimos lo que otros, más ilustres, han elegido antes que nosotros.
Hoy nos detendremos en tres preposiciones, o locuciones preposicionales (o prepositivas, se dice de las dos formas, creemos):junto a, acerca de y durante. Esperamos dar cuenta de sus excesos.
Junto a el DRAE la define como “cerca de”, que también es una locución larga y con pedigrí latino y que es evidente que se usa más. Lo que habitualmente diríamos que está “cerca de” o “al lado de” algo manifiesta cierta tendencia a convertirse en junto a cuando queremos expresarnos formal o literariamente. Muchas veces, como veremos, ni siquiera responde a esos significados, sino que aspira a una exactitud totalmente ociosa.
No nos resistimos a transcribir este párrafo épico y un poquito largo para ilustrar la querencia de la literatura por junto a:
Incluso su vida peligró cuando en alta mar, en medio del abismo del Índico, se desató una impresionante tormenta. Temiendo lo peor, Dubois bajó a la bodega y se abrazó a la caja de cartón que contenía los fósiles como si de sus hijos se tratara. […] pensó que si él fallecía, los fósiles del ‘eslabón perdido’ aparecerían junto a él. Tal era su obsesión que a su mujer, que también descendió a las bodegas junto a él, le dijo: ‘Tú cuida de nuestros hijos, que yo me ocupo de esto’. Al llegar […] no cejó en su empeño y se hizo con un maletín de viaje a prueba de bomba para depositar en su interior al ‘eslabón perdido’.Junto a él inició una singladura por laboratorios y departamentos de universidades…” (Bruno Cardeñosa, El código secreto, Grijalbo, Barcelona, 2001, p. 131).
Ya hemos hablado muchas veces del gran éxito de la consigna de “no repetir”. Pues bien: parece que aquí no se ha aplicado. Al autor junto ale gusta tanto que lo repite tres veces en unas condiciones de proximidad palmarias. Bien está que diga que los queridos fósiles aparecerían junto al heroico Dubois si éste moría, aunque, la verdad, también podría haber dicho “a su lado” y no habría pasado nada. Los usos siguientes dan una idea de por qué no se ha decantado por esa opción: porque, de hecho, para él no hay otras opciones. La mujer de Dubois habría podido bajar a las bodegas “con él” en vez de junto a él; y el mismo Dubois habría podido emprender su “singladura” con el fósil también “con él” más que junto a él. Y, sin embargo, “con” ha sido descartado, con regodeo, diría, teniendo en cuenta el peligro de repetición que otras veces con tanto escrúpulo se evita.
Vayamos ahora con los partidarios del detalle. Es cierto que en ocasiones junto a señala una posición espacial concreta:
Me senté a una mesa junto a la puerta de entrada” (Mercedes Salisachs, La gangrena (1975), Planeta, Barcelona, 1976, p. 229).
La escalera es colocada junto a la puerta del templo, apoyada en el muro” (Domingo Miras, Las brujas de Batahona (1978), Espasa Calpe, Madrid, 1992, p. 124).
En estos ejemplos el uso de junto a parece justificado porque contribuye a colocar gráficamente varios objetos en el espacio, en relación unos con otros. En los ejemplos siguientes, sin embargo, esa voluntad de precisión es más dudosa:
Al salir de allí, Estrella me esperaba junto a la puerta” (Mercedes Salisachs, La gangrena, ed. cit., p. 114).
Como referencia de que vamos por buen camino, tendremos que pasarjunto a una encina centenaria que crece entre grandes bloques de granito” (Vicente M. Ortuño, Las mejores excursiones… por la sierra norte de Madrid, El Senderista, Madrid, 2001, p. 176).
Roa estaba solo junto a la puerta cuando Gaitán subió a su oficina un poco antes de las once” (Gabriel García Márquez, Vivir para contarla, Mondadori, Barcelona, 2002, p. 348).
¿Qué aporta ahí junto a? En los casos de las puertas, parece que había que “especificar” que el personaje no estaba justo en el vano, pero… ¿realmente era tan importante? Si hubiera estado “en la puerta”, ¿qué nos habríamos perdido? “Un matiz”, dirán algunos. Oh, pues vaya matiz tan interesante y revelador: sin él es indudable que habríamos abierto un inmenso vacío narrativo. En el caso de la encina centenaria que sirve de referencia al caminante, ¿se habría desorientado éste si le hubiéramos indicado que tenía que pasar “por una encina” en vez dejunto a ella?
No, no se habría desorientado. Ni siquiera se habría desorientado si hubiera tenido que pasar por delante de ella. A pesar del disfraz de exactitud, creemos más bien que lo que mueve estos usos de junto a es un afectado criterio estilístico y no una exquisitez del arte de la descripción.
Junto a suele también aparecer como dudosísimo nexo de locuciones adjetivas:
“… ni veía motivo suficiente para separarme de mi familia o abandonar, algún día, la casa junto a la playa” (Cristina Sánchez Cubas, Los altillos de Brumal, Tusquets, Barcelona, 1983, p. 13).
Hay una novela de Elena Garro titulada La casa junto al río (Barataria, Madrid, 2011). Hasta que alguien decidió titularla El molino del Floss, varias traducciones de la novela de George Eliot The Mill on the Floss se titularon El molino junto al Floss. En español, sin embargo, la preposición más usual y dúctil para crear locuciones adjetivas es “de”: “la casa de la playa”, “la casa del río”, “el molino del Floss” son soluciones semánticamente equivalentes y de efecto nada forzado. Pero ahí suelen interponerse fórmulas heredadas de traducciones perezosas. No pasa solo con junto a. También en, por ejemplo, se lleva su parte. Una reciente película de terror, muy divertida por cierto, Cabin in the Woods, se ha titulado aquí La cabaña en el bosque.Tal vez “del bosque” sonaba “ambiguo” o “impreciso”.
El peso de las traducciones estereotipadas vía diccionario bilingüe se nota especialmente en acerca de. Muchos diccionarios inglés-español dan como equivalencia de about esta locución preposicional; y a veces olvidamos que lo hacen por motivos didácticos: en un diccionario, dar como equivalencia un simple “de”, que es como muchas veces hay que traducir esta preposición, sería menos claro, porque “de” tiene muchas funciones. Pero una cosa son los diccionarios y otra la lengua. En la lengua hay cantidad de verbos que se conforman con un simple “de”. Y sin embargo:
“… nada se ha dicho todavía acerca del tema de la violencia en la sociedad contemporánea” (“Reflexiones sobre la violencia”, EL PAÍS,30/XII/80).
El discutir acerca de los arreglos funerarios con la familia, [sic esta coma] no tiene que ser necesariamente una situación contraproducente” (Gary Collins, Consejería cristiana efectiva, Portavoz, Grand Rapids, 1992, trad. de Sergio Mijangos, p. 170).
Si fuéramos capaces de hablar acerca de lo que vivimos como carencias propias…” (Carmen Alborch, Malas, Aguilar, Madrid, 2002, p. 151).
Para llegar a Valeria era imprescindible que, antes, lo supiera todoacerca de Michel” (Maruja Torres, Hombres de lluvia, Planeta, Barcelona, 2004, p. 168).
“… saben que los occidentales dudan acerca de su identidad” (“Entrevista con el padre Samir Khalil Samir, del Pontificio Instituto Oriental”, Alfa y Omega, 6/V/04).
Y, cuando no es “de”, muchas veces podría ser “en” o “sobre”:
“… y en lo personal no me atrae mucho pensar acerca de ella” (Gerardo María, Fábrica de conciencias descompuestas (1980), Joaquín Mortiz, México D. F., 1985, p. 62).
¿Y luego de contarle a la ex de James Bond acerca de tu renuncia, qué?” (Roberto Quesada, Big Banana, Seix Barral, Barcelona, 2000, p. 296).
“… pasaron varias horas en la televisión explayándose acerca de la historia militar de América latina” (“Militares hacia la izquierda”, Clarín, 13/XI/00).
Me gustaría dar mi opinión acerca de la necesidad del Madrid de hacerse con un central” (“Los galácticos más Guti: La 8ª maravilla”, As, 22/IX/03).
El filósofo Paul Virilio hace una reflexión acerca de la relación entre el poder y la velocidad” (Javier Royo, Diseño digital, Paidós, Barcelona, 2004, p. 42).
Declaró acerca de la relación de él con Natalie” (Mary Higgins Clark,Recuerdos de otra vida, Plaza y Janés, Barcelona, 2010, trad. de Ignacio Gómez Calvo, p. 25).
De hecho, en estos ejemplos hay usos preposicionales (“contar acerca de”, “declarar acerca de”) totalmente anglicados. “Contar” y “declarar” son en español verbos fundamentalmente transitivos que se construyen sin preposición. El acerca de se cuela ahí por influencia de las (malas) traducciones.
Vamos finalmente con durante, una de nuestras favoritas. Conmediante, es la única preposición en español que tiene más de dos sílabas; y, como ella, procede de un antiguo participio de presente (aún visible en frases hechas como “Dios mediante”). No sé si alguna de estas características, o las dos juntas, explica su atractivo, tan tentador para los amigos de la sonoridad. El caso es que en español (como en otras lenguas) muchas veces los complementos circunstanciales de tiempo pueden prescindir de las preposiciones. Así ocurre con durante, cuya presencia en dichos complementos es tantas veces redundante o decorativa:
“… y de repente desaparecía durante días enteros” (Juan Marsé, La muchacha de las bragas de oro (1978), Planeta, Barcelona, 1993, p. 88).
Su expresión […] era la misma que yo me había esforzado por retenerdurante todos aquellos años” (Almudena Grandes, Las edades de Lulú(1989), Tusquets, Barcelona, 1995, p. 150)
“… y ordenaron a otro militante vigilarlo durante varios días durante su aseo” (Patricia de Souza, La mentira de un fauno, Lengua de Trapo, Madrid, 1998, p. 94).
La madre, que veló durante toda la noche los cuerpos de los pequeños en la capilla ardiente…” (“Detenida la madre de los niños estrangulados”, La Razón, 21/II/02).
Es decir, en español se puede “desaparecer días enteros”, “velar toda la noche”, etc. sin necesidad de un durante. Que uno elija añadirlo es cosa suya, claro está; pero a veces a uno le gustaría que le explicaran los motivos. En todo caso, en usos así sigue siendo la preposición más antieconómica que existe. La tendencia al derroche cabrá considerarla un enérgico rasgo de estilo, y, si no, que le pregunten a la persona responsable de esa vigilancia “durante varios días durante su aseo”.
Siguen leyéndose, por otra parte, en las traducciones del inglés (y no solo en ellas), sospechosas construcciones como éstas:
Inglaterra ha estado durante algunas semanas en una espantosa situación. Lord Goodle ha salido del gobierno, sir Thomas Doodle no quiere gobernar… ” (Charles Dickens, La casa desolada, Montesinos, Barcelona, 2007, trad. de José Luis Crespo Fernández, p. 483).
Ha estado viviendo en esa isla durante meses y meses” (Carla Neggers, Corazones en llamas, Harlequín Ibérica, Madrid, 2009, trad. de Inmaculada Navarro Manza, p. 118).
Esta fórmula de estar+gerundio+durante, calcada literalmente del inglés, tiene en español una solución más genuina en llevar+complemento circunstancial de tiempo(+gerundio). “Inglaterra lleva algunas semanas en una espantosa situacion” o “Lleva viviendo en esa isla meses y meses” son construcciones autóctonas que no dañan el oído. Pero, claro, ¿cómo íbamos a desaprovechar la ocasión de poner un durante?
Nos despedimos hoy por una temporadita, pero en septiembre volvemos. ¡Feliz verano!

(Fuente: El País)

DEL MISMO AUTOR EN ESTE SITIO:


("... me entretuve anotando algunas expresiones de nuestros ídolos de la telebasura, con especial atención a la predilección que muestran por la preposición 'hacia'... No es un secreto que estos astros no deben su posición en el firmamento precisamente a su carrera de letrados...Una gran parte de los usos de hacia responde únicamente a ese extraño prestigio que ha adquirido no se sabe muy bien por qué motivos… ¿tal vez por ser más larga o “compleja” que otras preposiciones, luego más sonora y llamativa? Conocemos bien en L&L la denodada –y tantas veces burda– identificación de estilo con “presencia” y sonoridad, así que no nos extrañaría")

JOYERÍA Y FISIOLOGÍA / 'ERA UN AIRE SUAVE', de Rubén Darío

("Debido a nuestros fallos de imaginación poética, no sabemos muy bien lo que significa perlaba en estos versos: aventuramos que la orquesta enhebraba ensartaba una nota mágica tras otra, pero una metáfora explicada con otra metáfora es un desastre de explicación... Una vez más nos vemos abocados a preguntarnos en qué consiste el estilo, y qué es la novela. Y, ante tan angustiosa incógnita, digámoslo groseramente, empezamos a sudar")

LUGARES INCIERTOS /  'EL FANTASMA DE CANTERVILLE', de Oscar Wilde

"Asoma de nuevo aquí esa célebre máxima del buen estilo que nos aconseja “no repetir” y que habitualmente aplicamos con ayuda de sinónimos. Ahora se trata de hiperónimos, que interpretamos asimismo como una solución..." ('Lugares inciertos', Luis Magrinyà) "Puedes guardar tu secreto mientras yo posea tu corazón -dijo a media voz..." ('El fantasma de Canterville', Oscar Wilde)



'CARCOMA', por Manuel Rivas / 'EL ÁRBOL DE LA CIENCIA' (fragmento)

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"En muchas bibliotecas públicas no entran novedades, así que la gente vuelve a instalarse en el 1898. Yo estoy a la última con El árbol de la ciencia"

(Manuel Rivas)

"... lo que me indigna es la suspicacia, la mala intención, la petulancia de esta gente. Aquí no hay más que chulos y señoritos juerguistas... El capital español está en manos de la canalla más abyecta"

(Pío Baroja, 'El árbol de la ciencia')


CARCOMA

La cara de Susana de Sierra, hasta ayer directora general del Instituto de Cinematografía, no es la de alguien que dimite, sino de quien huye despavorida. No es para menos. Ella también ha visto en acción al principal agente roedor del Gobierno, un tipo de carcoma conocido como escarabajo del reloj de la muerte, alias Xestobium Rufovillosum. A su manera, este es un bicho muy intelectual. Sus preferencias a la hora de apolillar son las vigas maestras de la cultura y la investigación. Frente a la tradicional desgana de otras especies administrativas, el rufovillosum es no menos tradicional, pero de una gran eficacia. Así, España debería figurar en la nueva contabilidad europea como la principal productora de tiempo cultural perdido. En cinematografía, como demuestra el rostro aterrado de la ex directora general, el país de Buñuel, Bardem, Berlanga y Almodóvar, está a punto de volver a 1896, con el único estreno de Salida de misa de doce. En teatro, la frase con la que los cómicos se deseaban una buena sesión, “¡Mucha mierda!”, suena ya como un epitafio histórico. En muchas bibliotecas públicas no entran novedades, así que la gente vuelve a instalarse en el 1898. Yo estoy a la última con El árbol de la ciencia, de Pío Baroja. Hay un capítulo genial en que el investigador Fermín Ibarra anuncia su marcha a Bélgica, ante la imposibilidad de desarrollar sus patentes: “Pero, en fin, a mí esto no me indigna; lo que me indigna es la suspicacia, la mala intención, la petulancia de esta gente. Aquí no hay más que chulos y señoritos juerguistas. (...) Políticos, militares, profesores, curas, todos son chulos con un yo hipertrofiado”. Y concluye diciendo: “El capital español está en manos de la canalla más abyecta”. A este pollo antisistema, Pío Baroja, había que apretarle las tuercas con la nueva ley de seguridad.

(Fuente: El País, 19-07-2014)

Por su especial interés, y actualidad, ampliamos aquí el fragmento de 'El árbol de la ciencia' mencionado por Manuel Rivas en su columna

'EL ÁRBOL DE LA CIENCIA' (fragmento)

Unos días después, Hurtado se encontró en la calle con Fermín Ibarra. Fermín estaba desconocido; alto, fuerte, ya no necesitaba bastón para andar.
—Un día de éstos me voy —le dijo Fermín.
—¿A dónde?
—Por ahora, a Bélgica; luego, ya veré. No pienso estar aquí; probablemente no volveré.
—¿No? —No. Aquí no se puede hacer nada; tengo dos o tres patentes de cosas pensadas por mí, que creo que están bien; en Bélgica me las iban a comprar, pero yo he querido hacer primero una prueba en España, y me voy desalentado, descorazonado; aquí no se puede hacer nada.
—Eso no me choca —dijo Andrés—, aquí no hay ambiente para lo que tú haces.
—Ah, claro —repuso Ibarra—. Una invención supone la recapitulación, la síntesis de las fases de un descubrimiento; una invención es muchas veces una consecuencia tan fácil de los hechos anteriores, que casi se puede decir que se desprende ella sola sin esfuerzo. ¿Dónde se va a estudiar en España el proceso evolutivo de un descubrimiento? ¿Con qué medios? ¿En qué talleres? ¿En qué laboratorios?
—En ninguna parte.
—Pero en fin, a mí esto no me indigna —añadió Fermín—, lo que me indigna es la suspicacia, la mala intención, la petulancia de esta gente... Aquí no hay más que chulos y señoritos juerguistas. El chulo domina desde los Pirineos hasta Cádiz...; políticos, militares, profesores, curas, todos son chulos con un yo hipertrofiado.
—Sí, es verdad.
—Cuando estoy fuera de España —siguió diciendo Ibarra— quiero convencerme de que nuestro país no está muerto para la civilización; que aquí se discurre y se piensa, pero cojo un periódico español y me da asco; no habla más que de políticos y de toreros. Es una vergüenza.
Fermín Ibarra contó sus gestiones en Madrid, en Barcelona, en Bilbao. Había millonarios que le habían dicho que él no podía exponer dinero sin base; que después de hechas las pruebas con éxito, no tendría inconveniente en dar dinero al cincuenta por ciento.
—El capital español está en manos de la canalla más abyecta —concluyó diciendo Fermín.
Unos meses después, Ibarra le escribía desde Bélgica, diciendo que le habían hecho jefe de un taller y que sus empresas iban adelante.

ENTRADAS RELACIONADAS:


Dicen que hay que aprender de la Historia para comprender el presente y para no repetir los errores. A veces creo que sobre todo hay que aprender de la Literatura, pues parece que cuando el mensaje viene soportado por el código de la ficción, la percepción se ensancha, se abren los poros del pensamiento y se propicia la reflexión que antecede al movimiento, al cambio de actitud. Escuchemos a Pío Baroja... "El pueblo no tenía el menor sentido social... el pueblo se había arruinado... El pueblo aceptó la ruina con resignación... Esa perfección se conseguía haciendo que el más inepto fuera el que gobernara... los más aptos allí eran precisamente los más ineptos... ¡Qué hermosa sería una revolución! -decía Andrés a su patrona-"


"En España, en general, no se paga el trabajo sino la sumisión. Yo quisiera vivir del trabajo, no del favor" ('El árbol de la ciencia', de Pío Baroja)

"Porque como también se ha comentado, muchas veces, "nunca como hoy han tenido los seres humanos tantas posibilidades de información, de comunicación y, paradójicamente, nunca han estado tan silenciosos, tan inermes, tan deteriorados" (Emilio Lledó)

"Tenemos integrada una alergia a la información perturbadora o desagradable. La televisión es utilizada principalmente para distraernos, desviarnos, entretenernos y aislarnos" (Edward Murrow, en 'Buenas noches y buena suerte')


"Y cuando el suelo se quebró... reemergieron, con máscaras nuevas, las criaturas del subsuelo: el desprecio por la libertad y la crítica, el fanatismo, los populismos de todo tipo. Y la más dañina: la ignorancia autosatisfecha que contempla apáticamente la destrucción de la cultura y la dispersión del talento"


"No sabemos si a este Gobierno le duele mucho España, pero sí que a España le duele este Gobierno... Me dolían las becas en el hemisferio derecho. Me dolía el I+D+i en el neocórtex. Me dolía la memoria en el hipocampo, por la historia repetida del trato infame al profesorado...Ese dolor que deja la fuga de cerebros."




'EXPERIENCIA Y LECTURA', por José Luis Pardo

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"el Ministerio de Educación considera entre los indicadores del nivel cultural de las familias españolas las horas de conexión a Internet, aunque estas horas se empleen masivamente en ver pornografía o en inundar de fotografías privadas las redes sociales...

leer no está demasiado bien visto, ya que puede ser indicio de alguna carencia de otros recursos más “directos” y, por tanto, síntoma de lo que hoy entendemos por pobreza"


EXPERIENCIA Y LECTURA

Aunque ahora resulta casi increíble, hubo en España un tiempo, no hace mucho, en el cual el leer se consideraba como signo al menos potencial de cultura, y la alfabetización, como una forma de fomentar la ilustración del pueblo. Ciertamente, eran años de penuria no solamente espiritual: se pasaba hambre y mucha necesidad en todos los terrenos, era raro el que podía visitar un museo sin tener que acercarse a mirar los carteles que informaban sobre el autor y la época de los cuadros que colgaban de las paredes, o asistir a un concierto sin tener que consultar el programa de mano para averiguar de quién era la música que se escuchaba (no tenía que leer porque, por así decirlo, venía ya de casa muy leído, era un genuino entendido con muchas horas de lectura a sus espaldas), como era raro que alguien entrase en un restaurante a “comer a la carta” (que en algunos casos tenía la extensión de un tratado breve) en lugar de atenerse al más humilde y asequible menú, a veces incluso recitado de viva voz por el camarero, por si alguien se hacía un lío con las letras.
José Ángel Valente (entradas de Valente en este sitio) dijo una vez, en 1977, que la creación del Ministerio de Cultura era “un caso típico de precedencia casi cómica de la estructura sobre los contenidos —o del poner antes el carro que los bueyes—: ¿por qué no hacemos antes la cultura y el ministerio luego?”. Pero en esos momentos todos queríamos olvidar los años de indigencia y acomodarnos a la nueva riqueza que llamaba a nuestras puertas, también en materia de cultura, así que ahora —pido perdón si ya he citado el dato en alguna otra ocasión, pero es que no deja de asombrarme— el Ministerio de Educación considera entre los indicadores del nivel cultural de las familias españolas las horas de conexión a Internet, aunque estas horas se empleen masivamente en ver pornografía o en inundar de fotografías privadas las redes sociales. Del mismo modo, hoy es una grosería leer los programas electorales de los partidos que se presentan a unas elecciones, y resulta mucho más fresco, más seguro y más práctico atenerse a las experiencias televisuales que, al no estar enfangadas en tediosas argumentaciones que requerirían el concurso del entendimiento, vehiculan una verdad no prostituida por la palabra y tan inconfundible como un flash. En resumen, leer no está demasiado bien visto, ya que puede ser indicio de alguna carencia de otros recursos más “directos” y, por tanto, síntoma de lo que hoy entendemos por pobreza.
¿Por qué los organizadores de estos eventos los diseñan de este modo, que a los anticuados podría parecer extraño? Pues probablemente para garantizar a los asistentes una completa y profunda experiencia visual, cuya riqueza y disfrute se habrían visto entorpecidos si, en lugar de gozar del espectáculo ofrecido a los ojos, estos se hubieran encontrado obstaculizados por esos incómodos letreros propios de la museística moderna y que señalan datos tan peregrinos como el título del cuadro, el nombre del autor, la fecha de la obra o, ya en el colmo de la arrogancia, alguna explicación sobre la pertinencia o el sentido de la reunión de obras así dispuestas, cosas todas que, al funcionar como mediaciones literarias, obstruirían el deleite puramente sensible y escópico de las imágenes (en los comienzos del arte “abstracto”, algunos críticos se burlaban de los espectadores “inexpertos” que, desconcertados por el contenido visual, se acercaban al marco en busca de un título “literario” que les sirviese de ayuda, y sólo encontraban carteles decepcionantes del tipo “Nº 6” o “Rojo sobre rojo”).Quizá por ello hoy abundan, ya sea en salas de exposiciones privadas o en museos públicos, en fundaciones o en centros culturales, un tipo de exhibiciones en las que el visitante tiene que tener buen cuidado en reparar, a la entrada, en la lista de los autores que concurren a esa muestra, ya que una vez en el interior no hay ni un solo cartel o indicación escrita, ni siquiera un pequeño programa de mano que permita al espectador saber a quién pertenece cada una de las obras expuestas.
El signo de la verdadera riqueza es esa capacidad de disponerse a la degustación o al placer sin rebajarse a examinar el importe de lo degustado o adquirido, puesto que la verdadera vivencia es algo que no tiene precio, y por tanto se ensucia cuando se repara obscenamente en su letra, que es un gesto característico de quienes aún no han salido del antiestético círculo de la necesidad. Análogamente, sólo los pobres de espíritu necesitan explicaciones letradas que, como la exhibición de los precios, afean con su innoble prosa la pureza de una experiencia sublime. De ahí, pues, la idea de que la lectura entorpece y arruina la inmediatez de la experiencia, que al parecer es tanto más plena cuanto más muda y sorda.No hemos superado la vieja falta de ilustración, ni por tanto nuestro antiguo déficit cultural, pero hemos convertido el analfabetismo (ahora lo llamamos “funcional”, como si fuera una cosa nueva) en un motivo de orgullo. Hoy entramos en una exposición como los ricos entran en las tiendas de bolsos o de trajes de lujo, así como en los restaurantes más exclusivos: sin cometer la vulgaridad de mirar los rótulos que indican los precios de las mercancías (rótulos que, si las tiendas y restaurantes son verdaderamente exclusivos, serán además inexistentes), ya que nunca han tenido necesidad de considerar que tal cosa pudiera interponerse entre su deseo y la experiencia que los géneros en cuestión les iban a proporcionar.
¡Ay de quienes aún necesiten carteles en las exposiciones o precios en el menú! Los culturalmente potentados de esta época son quienes acumulan experiencias puras, directas, inmediatas y absolutamente privadas (ya que de otro modo correrían el peligro de extenderse indiferentemente a todo el público y entonces perderían su exclusividad característica). Y los pobres, que además de serlo siempre han tenido la obligación de ocultar en público su vergonzosa condición, tienen asimismo que avenirse a este régimen de indiferencia a la letra si no quieren que se les note su miseria. Lo distinguido ya no es, como hasta hace poco, comer a la carta en lugar de ajustarse al menú, sino aquello que justamente era antaño lo propio de las fondas populares, a veces frecuentadas por un vulgo poco alfabetizado, es decir, que no haya carta en absoluto y que uno ofrezca su cuerpo y su espíritu directamente y sin mediaciones, ni prejuicios a la creatividad del chef, porque de ese modo dejará claro que no tiene necesidad de comer (ni de aprender, si se trata de una exposición) y que únicamente acude a esos lugares dispuesto a disfrutar de una experiencia inolvidable e intransmisible a quienes carezcan de tal estado de inocencia, por estar situada más allá de lo que el vil metal y la innoble letra pueden contar.
(Fuente: El País, Babelia, 09-07-2014)
OTROS ARTÍCULOS DEL AUTOR EN ESTE SITIO:
("... los actuales avatares del yo en la era de las tecnologías comunicativas deben ser enmarcados en el contexto de lo que podríamos llamar “la privacidad de los pobres” (o sea, de los que no guardan en sus aposentos verdaderas “riquezas” de las que presumir ni informaciones privilegiadas con las que deslumbrar a sus conocidos)... al aumentar la necesidad de disimular la miseria para que la cotización de nuestro perfil en el mercado de los “yoes” no se hunda definitivamente, crecen hasta lo ilimitado las dimensiones de nuestra casa electrónica... que no podemos permitirnos que dejen de visitar nuestros “amigos” virtuales, es decir, aquellos a quienes, aunque no les conozcamos, no queremos decepcionar")
("... lo que sí forma parte de nuestro oficio es negarnos a justificar... su sufrimiento como una necesidad histórica para la gloriosa marcha de la humanidad hacia su meta. El hecho de no poder salvarla no nos hace cómplices de sus asesinos. El de justificar su muerte como una exigencia de la razón, sí. ")


("En la trama tiene mucha fuerza el aguijón del remordimiento, la culpa y la mala conciencia... Es totalmente coherente con nuestro tiempo este tipo de narración que, a diferencia de los folletines y novelas de antaño, no acaba porque haya llegado al final, al desenlace del argumento sino, como las comedias de situación o las series televisivas, porque la audiencia, saturada, empieza a abandonarla y la publicidad huye en busca de mejores oportunidades..."


("Confiados, se fueron de vacaciones... ya le resultaba difícil imaginar decretos más lancinantes y leyes más vergonzosas que las que se habían promulgado en los últimos tiempos, antes y después de haberse declarado la crisis bancaria... Se inoculó la ilusoria creencia de que en la playa estarían lejos de la prima de riesgo...")


ENTRADAS RELACIONADAS:



("El selfie es una gran metáfora de la vida actual. Ya no interesa lo que ocurre alrededor sino lo que nos ocurre a nosotros: a mí y a mis amigos, a mí y a mi grupo. Las segundas y terceras personas han desaparecido por ajenas, problemáticas, difíciles. Más allá del yo y del nosotros está el abismo")

("El ciudadano del siglo XXI ya no tiene álbum de fotos, sino miles de fotografías en la memoria de su ordenador. Tampoco se expone a los caprichos de los programadores de la televisión porque mira lo que quiere, cuando quiere, en su tableta... Tenemos ya un pie en la nueva era, nos acercamos a gran velocidad a ese mundo de pureza, de vicios inocuos, de sexo sin contacto, de memoria electrónica al detalle...")




'NO PASA NADA', por Luis Enrique Ibáñez

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"Dignidad", palabra guerrera que a todos nos llama, palabra refugiada ahora en plataformas como esa, lejos, muy lejos, del discurso oficial, ... habitando en la calle, en la defensa del ser humano, en la colectividad que sabe que sólo queda la lucha, en la solidaridad de abajo, frente a las fechorías de arriba, desobedeciendo esa criminal legalidad que tanto defienden los que nunca quieren que pase nada.


NO PASA NADA

Mientras en la cadena SER mantienen una sesuda e interesantísima tertulia sobre si Pedro Sánchez debe convocar primarias para elegir al candidato de su partido a presidente del Gobierno, el ejército israelí juega a los marcianitos con niños palestinos que patean un balón en una playa olvidada del mundo. Si mueves el dial, te enteras de que esa gran mujer, Susana Díaz, la presidenta no votada de Andalucía, acaba de cerrar un gran acuerdo comercial con el gobierno asesino de Tel Aviv (Díaz y Alon Bar cierran una hoja de ruta para desarrollar actuaciones en sectores como la agroalimentación, la energía solar o la economía digital) Esta mujer, la incansable conseguidora de acuerdos también se jactó hace poco del gran trato obtenido del vampiro Botín, el cual sonreía para dentro mientras besaba, baboso, la mano entregada de esa presidenta tan carismática salida de ningún lugar ('Declaraciones que apestan'). En la noticia sobre su reunión con el embajador de Israel, Alon Bar, nada se dice sobre posibles actuaciones en sectores tan poco estratégicos como los Derechos Humanos.

Por cierto, y volviendo al guaperas de Pedro Sánchez, podría explicarnos, si no es mucha molestia, cómo fueron sus intervenciones, sus votaciones, en las asambleas de Caja Madrid, entre 2004 y 2009, pues, como todos sabemos, en esos años se sembraron las estafas diabólicas (preferentes, compra de Bank of Florida, indemnizaciones supermillonarias a directivos, Bankia, caída de Bankia... pagamos nosotros, ellos... de rositas) que padecemos, y seguiremos padeciendo durante décadas.

No pasa nada. Siguen cayendo, sin ganas, las palabras muertas por las ondas de nuestra pasividad. Ahora las que llegan, fatigadas, vacías de semántica real, son las de los bien pagados eurodiputados que, mientras bostezan, piden "un alto el fuego en el conflicto entre Israel y Palestina", como si se tratase de una guerra entre Rusia y Estados Unidos. Llamar "conflicto" a lo que allí ocurre significa simplemente lavarse las manos para permitir que la matanza continúe. La matanza, la extinción del pueblo palestino iniciada en 1946 mediante indecentes acuerdos de las potencias mundiales, países democráticos que llevan años, y años, permitiendo, justificando, algo que está más cercano al significado de la palabra "genocidio" que a la estupidez huera del vocablo "conflicto". Ya nos lo advertía John Locke en el siglo XVII: "Si pensamos en cuánto deben a las palabras y a su significación incierta o errada las falacias que los hombres se imponen e imponen a los demás... tendremos motivo suficiente para considerarlas un obstáculo nada pequeño para el conocimiento" ('Del abuso de las palabras', Edit. Taurus, lectura muy recomendable, en estos tiempos tan intencionadamente confusos, tan armados de manipulación masiva)

El uso del lenguaje se ofrece tan asesino como las balas y misiles que masacran a la población palestina, pues son esas palabras manipuladas las que permiten que las balas sigan volando, sin obstáculo alguno, hacia esas cabezas indefensas de los niños de Gaza, niños que también son nuestros. Pero no pasa nada, los eurodiputados, muy democráticos ellos, cobrarán sus dietas y sueldos pornográficos y se irán de vacaciones, inmerecidas.


Niño palestino abraza a su hermano muerto tras el bombardeo israelí

No pasa nada. Vuelvo a cambiar el dial. Parece que no ya no hay ninguna duda sobre la contabilidad B del PP, sobre el pago de sobresueldos: Rajoy calla su no pensamiento sobre Palestina y anuncia solemnemente medidas para la regeneración democrática. No es un chiste. Es lo que hay. No pasa nada.

Cientos de estafadores, y banqueros de mano rápida, son perdonados piadosamente, por la gracia de Dios, y toman daikiris en bermudas en lujosos yates a los que apenas llega la brisa amarga de todos los desahuciados, de todos los suicidados, de todos los excluidos, de todos los expulsados de la vida. Simultáneamente, Carlos Cano, activista del 15-M rumia sus pensamientos imposibles en una celda. Cometió el delito de luchar por un país mejor. Lo va a pagar. Lo vamos a pagar. No pasa nada.

Sigo mi viaje por otras emisoras y me topo con la fantástica noticia sobre el extraordinario verano turístico que estamos teniendo en Andalucía. Lo afirman los empresarios del sector. Nada dicen sobre la inexistente mejora en las condiciones laborales de sus trabajadores, cada vez más esclavos, otra vez las palabras reales vienen en nuestra ayuda. Rosell sonríe. No pasa nada.

Me largo y aparezco en otro dial, mi ánimo se levanta: Diego Cañamero y sus valientes del SAT han ocupado la infrautilizada finca de las Turquillas, comienzan a trabajar la tierra, a plantar. Lo han hecho un 18 de julio, para lograr, con inteligencia, que los significantes hablen claro. Serán desalojados, puede que ingresen también en prisión, pero han desnudado, otra vez, las mentiras de un sistema podrido. No pasa nada. Tendremos que ir todos a prisión para que vuelva la calma, el siniestro silencio de los proscritos, el estado mudo, absoluto.

Ahora vuelven a informar, fugazmente, sobre la ofensiva de Israel sobre Gaza. Cientos de muertos. Los que no mueren, pero caen gravemente heridos, no pueden llegar al casi derruido hospital, el fuego de artillería del ejército israelí lo impide: más muertos. La información ha durado exactamente 25 segundos. Ahora llevo más de 6 minutos escuchando consejos para combatir el calor y algunas sugerencias de moda femenina para el otoño. La infoxicación continúa (sí, estamos infoxicados). No pasa nada. El premio Nobel de la Paz, Obama, el mismo que ordenó la caza y asesinato ilegales de Bin Laden, el mismo que ha ordenado tantas fechorías, tantas canalladas, calla y se entretiene con Putin... y algunos equipos de fútbol de primera división ya han empezado a entrenar para preparar la próxima temporada. No pasa nada. La vida, la nuestra, sigue. La de otros, no.

Me agarro con fuerza a la única noticia generosa que quiere regalarme su aliento. Las 86 familias que han ocupado viviendas vacías en Sanlúcar se han constituido como plataforma, organizada y reivindicativa. Su nombre, Corralas por la Dignidad


Familias de Sanlúcar, Corralas por la Dignidad

"Dignidad", palabra guerrera que a todos nos llama, palabra refugiada ahora en plataformas como esa, lejos, muy lejos, del discurso oficial, lejos de las frases mentirosas de los gobiernos, habitando en la calle, en la defensa del ser humano, en la colectividad que sabe que sólo queda la lucha, en la solidaridad de abajo, frente a las fechorías de arriba, desobedeciendo esa criminal legalidad que tanto defienden los que nunca quieren que pase nada.

Algo tiene que pasar.

Porque es cierto lo que dice Vetusta Morla, "... nos queda garganta, puño y pies. No fue un golpe maestro, dejaron un rastro, ya pueden correr. Ya vuelve la sed."

Tenemos que hacer que algo pase, que todo ocurra.


'EL GOLPE MAESTRO', VETUSTA MORLA



LETRA:

Robaron las antenas,
la miel de las colmenas,
no nos dejaron ni banderas que agitar.

Cambiaron paz por deudas,
ataron nudos, cuerdas
y la patrulla nos detuvo por mirar.

Llevaron los finales
a tierra de neutrales,
no nos dejaron líneas ni para empezar.

Fue un atraco perfecto,
fue un golpe maestro
dejarnos sin ganas de vencer.
Fue un atraco perfecto,
fue un golpe maestro
quitarnos la sed.

Robaron las linternas,
la lumbre en las cavernas,
no nos dejaron mapas de la oscuridad.

Vendieron humo y calma,
lingotes de hojalata,
palacios de ceniza y cartas sin marcar.

Fue un atraco perfecto,
fue un golpe maestro
dejarnos sin ganas de vencer.
Fue un atraco perfecto,
fue un golpe maestro
quitarnos la sed.

Fundieron plomo y cobre,
pusieron sal en sobres.
Alerta, hay un testigo.
Nos han dejado vivos.

Fue un atraco perfecto,
excepto por esto:
nos queda garganta, puño y pies.
No fue un golpe maestro,
dejaron un rastro,

ya pueden correr. Ya vuelve la sed.



'LOS NIÑOS DE EXTREMADURA', de Rafael Alberti. PROPUESTA DE EXAMEN

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Y es que la realidad, terca, se empeña en volver. Es por ello que proponemos este poema de Alberti para practicar el comentario de cara a septiembre y a Selectividad.

No saben 
los nombres de las estrellas.
¿Quién les cerró las escuelas?

Imagen: Thinckstock (ecodiario.eleconomista.es)

Los niños de Extremadura

Los niños de Extremadura
van descalzos.
¿Quién les robó los zapatos?

Les hiere el calor y el frío
¿Quién les rompió los vestidos?

La lluvia 
les moja el sueño y la cama.
¿Quién les derribó la casa?

No saben 
los nombres de las estrellas.
¿Quién les cerró las escuelas?

Los niños de Extremadura
son serios.
¿Quién fue el ladrón de sus juegos?

(En: Homenaje popular a Lope de Vega)


PREGUNTAS:

1ª ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS

2ª TEMA. RESUMEN


3ª COMENTARIO CRÍTICO

Preguntas guía para el comentario crítico

1ª ¿Cómo está organizado el texto? (Estructura)
2ª ¿Qué tesis defiende el autor? (Ver Orientaciones para determinar el tema...)
3ª ¿Podrías resumir brevemente el texto con tus propias palabras?
(Las tres primeras preguntas corresponden, evidentemente, a las preguntas de Selectividad, ORGANIZACIÓN DE LAS IDEAS, TEMA Y RESUMEN. A partir de la cuarta pregunta comenzaría -es sólo una propuesta- el COMENTARIO CRÍTICO)
4ª ¿Qué tipo de texto es? Si es un texto literario, ¿a qué momento histórico pertenece, está "encuadrado" en algún movimiento literario?
5ª ¿Es un tema actual? ¿Crees que hay alguna idea "secundaria" importante?
6ª ¿Es un tema polémico?
7ª ¿Es un tema local/universal
8ª ¿Qé argumentos utiliza el autor para defender su tesis?
9ª ¿Es objetivo en sus planteamientos, o es subjetivo?
10ª ¿Cuáles son las “marcas lingüísticas” de su supuesta subjetividad? ¿Cuáles son las expresiones más impactantes, más significativas? Coméntalas.
11ª ¿Es un tema original?
12ª Si no lo es, ¿lo es, al menos su tratamiento, su enfoque?
13ª ¿Cuál es tu opinión?
14ª ¿Qué argumentos añadirías?
15ª ¿Qué argumentos opondrías a los del autor?
16ª ¿Puedes relacionar el texto, su tema principal, con otros textos, noticias… que conozcas?
17ª Teniendo en cuenta la intención del autor, ¿crees que ha sido eficaz? ¿Qué funciones del lenguaje predominan?
18ª ¿Cómo concluyes tu análisis, tu comentario?

4ª ANÁLISIS SINTÁCTICO:

Los niños de Extremadura
van descalzos.
¿Quién les robó los zapatos?

5ª LA POESÍA ESPAÑOLA DEL SIGLO XX HASTA 1939 / CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES DEL GÉNERO LÍRICO





"Los años de abundancia, la saciedad, la hartura
eran sólo de aquellos que se llamaban amos.
Para que venga el pan justo a la dentadura
del hambre de los pobres aquí estoy, aquí estamos...
No habéis querido oír con orejas abiertas"

SERRAT, ADAPTACIÓN MUSICAL DE 'EL HAMBRE' DE MIGUEL HERNÁNDEZ



'EN MANOS DE CRIMINALES', por Santi Ortiz

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"Ahí tenéis el esperpento de la Comunidad (Criminal) Internacional, haciendo pucheritos y demandando en voz queda... el “cese de las hostilidades”. Para estos asesinos, no hay sanciones económicas; ni siquiera una condena rotunda y formal... Observad sus crónicas capciosas, sus informaciones sesgadas, sus titulares repugnantes...

Somos patéticos. Nos han convertido en un sucedáneo de humanidad"

Los ataques aéreos israelíes están golpeando indiscriminadamente a los niños de Gaza. Reuters (publico.es)


EN MANOS DE CRIMINALES

    Así vivimos. En manos de monstruos, de gentuza despiadada y sin escrúpulos. Ningún mandatario de la Unión Europea se salvaría de ser acusado de la autoría o complicidad de crímenes de guerra. Tampoco los que han sucedido sus nombres en el gobierno de las dos naciones más terroristas del planeta: EE.UU. e Israel. No son los únicos, pero sí los que más directamente condicionan nuestra vida y desgracia.

     Ahí los tenéis, chapoteando por los escombros inundados de sangre de los barrios de Gaza. Nada se respeta. Ni hospitales ni niños ni mujeres ni ancianos… ¡Nada! Todo es blanco perfecto para las hienas vengativas de Netanyahu y su cómplice Obama. La ley del Talión se les quedó corta. Por cada ojo, mil ojos. Por cada diente, mil dientes. Da igual si son de leche o si los ojos, por su niñez, sólo tienen miradas de inocencia. De inocencia y de miedo, viendo abrirse, más allá de toda comprensión, las fauces de la muerte y el horror de la destrucción más asesina.

     Ahí tenéis el esperpento de la Comunidad (Criminal) Internacional, haciendo pucheritos y demandando en voz queda –no vaya a ser que el amo se fuese a molestar– el “cese de las hostilidades”. Para estos asesinos, no hay sanciones económicas; ni siquiera una condena rotunda y formal. Se les permite todo y se pasa de puntillas por sus crímenes como si no pudiera hacerse otra cosa. La ONU de hoy es tan servil a los intereses yanquis y tan inoperante como organismo garante de la Carta de Derechos Humanos, como lo fue aquella decrépita Sociedad de Naciones de antes de la Segunda Guerra Mundial. ¡Qué ridículo más bochornoso!

     Ahí los tenéis. Leedlos, escuchadlos, contempladlos. Son “sus” medios de comunicación, por si os quedaban dudas. Ahí están, controlados por la CIA en más del 90% de los casos. No se escapa nadie. Observad sus crónicas capciosas, sus informaciones sesgadas, sus titulares repugnantes. Ahí los tenéis, ladrando en favor del amo de los cañones, el chantaje y los crímenes. Comparen el tratamiento que dan a la masacre perpetrada por Israel sobre el pueblo palestino y a la guerra de Ucrania. Para ésta sí hay indignación y petición de sanciones; para los buitres sionistas, en cambio, mesura y comprensión y peticiones de cese el fuego, como si de dos ejércitos en igualdad de condiciones se tratase. Verdaderamente, hay plumas y micrófonos tan criminales como las manos que empuñan las armas para asesinar inocentes o los que dictan las órdenes de hacerlo. ¡Qué asco de periodismo de pesebre!

     Poco a poco, muerto a muerto, crimen a crimen, Israel se está anexionando Palestina, protagonizando periódicamente matanzas como la que hoy asola a Gaza ante la insensibilidad de las naciones “civilizadas” y la impunidad que le brinda su amigo americano, escudo defensor de todas sus tropelías, como buen fabricante de dictadores, torturadores y asesinos.

     En los 238 años de historia de EE.UU., no hay capataz nombrado por el Capital con el cargo de Presidente en la Casa Blanca que no sea un genocida o un redomado criminal de guerra. De Washington a Obama, raro es el que se escapa si es que se escapa alguno. En los 66 que cuenta el Estado de Israel, tampoco hay primer ministro que se salve: desde el terrorista Ben-Gurión hasta el genocida Netanyahu. Todos debían ser juzgados por crímenes de guerra por la Corte Penal Internacional. Mientras eso no ocurra, hablar de Democracia y de Estado de Derecho es un sarcasmo. Pero, claro, estamos en un mundo tan podrido que, mientras que la casta política se enfrasca en sus problemas domésticos, al resto nos importa más la suerte de las mascotas o la eliminación de España en el Mundial, que la que corren los niños, hombres y mujeres atacados por tierra, mar y aire y asesinados impunemente en Gaza (o en otros muchos lugares del mundo).


     Somos patéticos. Nos han convertido en un sucedáneo de humanidad. 


ENTRADA RELACIONADA:


(El uso del lenguaje se ofrece tan asesino como las balas y misiles que masacran a la población palestina, pues son esas palabras manipuladas las que permiten que las balas sigan volando, sin obstáculo alguno, hacia esas cabezas indefensas de los niños de Gaza, niños que también son nuestros. Pero no pasa nada, los eurodiputados, muy democráticos ellos, cobrarán sus dietas y sueldos pornográficos y se irán de vacaciones, inmerecidas)




'CÓMO PERDER LA FE DENTRO DEL VATICANO', por Mercedes del Valle

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"Imposible calcular el dinero que se embolsa el Vaticano en un mes. Y sin embargo nos trataron como a delincuentes... 


     igual que un pastor explota a sus ovejas, la Iglesia te saca lo que puede a la menor oportunidad. La diferencia es que un pastor en condiciones vive de sus ovejas, pero las quiere y las respeta"



CÓMO PERDER LA FE DENTRO DEL VATICANO

      La fe es un asunto muy íntimo, algo en lo que estás instalado como en la piel. Viene de lejos, de la tradición, hasta del cariño. No puedes quitártela de encima, incluso cuando te pesa. Vive en ti, como tu saliva y tus pulmones. Y sin embargo hay un sitio donde puedes perderla, si no te dejas llevar por el cuidado que suele aplicarse a las cuestiones religiosas.

     Esta reflexión se debe a una visita reciente a los Museos Vaticanos y a la basílica de San Pedro, de un grupo de estudiantes de bachillerato en viaje fin de curso y sus profesores acompañantes. El precio de la visita es de 16 euros, excluida guía y auriculares, y sólo da derecho a visitar los museos y la basílica. Si quieres subir a pié a la cúpula, una experiencia encantadora, cuesta 5 euros, y 7 si coges el ascensor. Y si te propones bajar a la tumba de San Pedro y a la necrópolis, pagas 13 euros reservando con antelación, ya que sólo permiten 250 visitantes al día. En Internet te ofrecen un paquete que lo incluye todo, más un guía, por 55 euros. Hay también aperturas nocturnas, sólo en una época concreta del año, a 16 euros más 4 si se reserva; y visitas musicales los viernes para grupos de 25 personas por 32 euros, con el exquisito título del "Il bello da sentire".

     Imposible calcular el dinero que se embolsa el Vaticano en un mes.

     Y sin embargo nos trataron como a delincuentes. Nada más llegar a la entrada de los museos pasamos por un escaner, nosotros y nuestras mochilas, y luego tuvimos que dejarlas en las dependencias de los museos y sacar gafas de sol, pañuelos y sobre todo monederos para comprar souvenirs en los distintos tenderetes que fuimos encontrando durante la visita. En esta operación invertimos bastante tiempo, acompañados de una guía de los museos contratada con antelación.

     La visita a los museos se ajusta a lo que establece la guía, y no hay opción para detenerse en algún lugar que por algún motivo interese. Vas pasando por salas en las que te quedarías una eternidad pero te ves obligado a seguir adelante; y pasas delante de puertas por las que ni siquiera entras, guardando esas salas el misterio de lo que se quisiera conocer pero por desgracia no se conoce. Con un poco de suerte descubres en una sala de códices un insólito adjetivo  aplicado a la Virgen, "inviolata".

     Ibamos provistos de un aparatito con auriculares para escuchar las explicaciones de la guía, único modo de entender algo. Hay tanta gente en los museos que en determinadas zonas es imposible hablar de tú a tú. Ves a los guías con su distintivo en alto para que sus seguidores no se pierdan, y a los seguidores atentos a la explicación o embrutecidos por las circunstancias (entre el calor, la prisa de los guías, el desconcierto y la muchedumbre, uno se embrutece sin remedio).

     Se llega por fin a la Capilla Sixtina, objetivo supremo de la visita, algo que se establece también sin consultarte. Aquello parece la entrada de la Macarena en su basílica, con la diferencia de que te mandan a callar antes de entrar; en la Capilla Sixtina hay que guardar silencio porque se trata de un sitio sagrado, el más sagrado del Vaticano, o uno de los más sagrados. Para que no te pierdas extasiado contemplando la obra de Miguel Angel, nada más atraviesas la puerta unos custodios de la capilla van marcándote un camino como al ganado; y cuando recorres ese camino llegas por fin al centro, donde se concentra la masa de corderos. Miras al techo, a los laterales, giras la cabeza mientras escuchas, con las interferencias propias del aparato y los auriculares, la única voz permitida, la de la guía vaticana.

     De allí pasamos a San Pedro por un pasaje interior, fresco y comodísimo que facilita la visita. Unos jóvenes guapos y elegantes, nada que ver con los custodios de la Sixtina, nos advierten de que las chicas tienen que cubrirse los hombros y las piernas, y les facilitan unas telas ligeras a dos o tres que habían olvidado nuestras instrucciones.

     Por suerte en San Pedro la muchedumbre se dispersa y puedes moverte con cierta facilidad. Es entonces cuando te viene a la cabeza la idea de que San Pedro en un antitemplo. La divinidad más insignificante huiría espantada ante tanto derroche, nada que ver con un lugar espiritual, de recogimiento y consuelo.

     Cuando por fin salimos de la iglesia católica más importante del mundo, nos encontramos con la sorpresa de que teníamos que regresar a la entrada de los Museos Vaticanos para recoger nuestras mochilas. 521 metros de muro a pleno sol en una mañana sofocante. La poca sombra que había estaba ocupada por  tenderetes ilegales de souvenirs, semejantes a los del Vaticano aunque mucho más baratos. Tan desastroso como el paseo forzado fue descubrir que no había modo de entrar en los baños, a no ser que nos pusiéramos de nuevo en la fila de ingreso, una cola larguísima y al sol por la misma acera que ya habíamos recorrido, donde los más previsores llevaban paraguas.

     En lugar de salir maravillados ante tan incuestionable belleza, acabamos rendidos, aguantando cansancio y pipí. ¿Qué imagen da la Iglesia cuando un grupo de jóvenes empezando a moverse por el mundo se ve envuelto en semejante tiranía? ¿Habrán entendido algo de los innumerables tesoros de los museos o habrán pasado por sus salas como quien va encontrando en el camino un bonito y elegante papel pintado de otra época?

     Sentados en el suelo, exhaustos, con el ánimo debilitado, algo impropio de un adolescente, los estudiantes estaban tan rendidos que no les quedaban fuerzas para ir a Campo dei Fiori, una plaza que les encantó la noche antes, a donde estaba previsto dirigirse después de la visita. Queríamos que vieran un mercado precioso donde la gente compra frutas y flores en torno a la estatua de Giordano Bruno, uno de los científicos condenados por defender la teoría copernicana. Cosas de la Iglesia. La alternativa a la plaza era quedarse por allí, en los alrededores de la basílica, donde la oferta de comidas no es tan buena para un bolsillo joven, ni tan variada.


     A la mañana siguiente expresamos nuestras quejas a otra guía, ésta sin vínculos con el Vaticano. Le dijimos que nos habían tratado como a animales, y que nos resultaba sorprendente que en un lugar con tantos visitantes hubiera tan pocos baños. La guía nos confesó que a veces habían encontrado orina y excrementos en la Capilla Sixtina porque la gente, cuando llegaba allí, no podía aguantar más.

     Nos dijo también la guía que algunas entidades romanas están pidiendo que se regulen las visitas a los Museos Vaticanos limitando el número de visitantes por medio de reservas, tal como ocurre, por ejemplo, con la Galleria Borghese. El propósito es humanizar la visita, que el amante del arte disfrute de la belleza sin agobios. Es cuestión de sumarse a estas peticiones para que entre todos logremos hacer de los Museos Vaticanos un sitio de conocimiento, sensibilidad y admiración.

     Una de las noches de nuestro viaje en la que paseábamos por los alrededores del Tíber, unos sacerdotes de sonrisa bonachona nos invitaron a entrar en su iglesia, San Salvatore in Onda. Era viernes, y los viernes se celebran en San Salvatore "las noches de Nicodemo", un evento religioso que se lleva a cabo en algunos lugares de Italia. Se trata de una nueva forma de evangelización dirigida a los jóvenes, en especial a los que andan más bien descarriados; pretende que encuentren a Jesús y que establezcan un diálogo con él, tal como hizo Nicodemo, sabio judío que se encontró de noche con Jesús intrigado por sus milagros, y que se convirtió en su discípulo a través del diálogo, resultando su conversión un espaldarazo para el cristianismo.

     Una vez dentro de su iglesia, los amables padres palotinos (seguidores de San Vincenzo Pallotti) nos mostraron la urna funeraria del incorrupto San Vincenzo, considerado el auténtico precursor de Acción Católica, un hombre que buscaba el contacto con los jóvenes para iniciarlos en el Amor a Dios, un sacerdote obsesionado con acabar con las sectas que surgían en los alrededores del Coliseo en el siglo XIX, fundador de una Liga Antidemoníaca que pretendía acabar con los objetos considerados escandalosos o deshonestos por la Iglesia católica.

     Junto con algunas colaboradoras los palotinos nos invitaron a encender una vela, nos entregaron un pequeño pergamino en papel folio y nos pidieron una limosna. Contribuimos en la medida de nuestras posibilidades, con la misma amabilidad con la que nos trataban. Hasta los más escépticos encendieron su vela, por no llevarle la contraria a los hospitalarios padres. Y todos leímos el pergamino. Uno de ellos decía: "Amados, si Dios nos ha amado así, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros" 1 Juan 4,11

     Los gestores de los Museos Vaticanos deben saberse la cita de memoria, pero no la aplican. A no ser que como Jesucristo es el Cordero de Dios y el Pastor de su rebaño, del que todos formamos parte, que te traten como a una bestia es hasta lógico.    

     En esa misma línea, igual que un pastor explota a sus ovejas, la Iglesia te saca lo que puede a la menor oportunidad. La diferencia es que un pastor en condiciones vive de sus ovejas, pero las quiere y las respeta. La Iglesia, en cambio, no siempre practica el amor que predica, y no se conforma con tu dinero, quiere también tu alma. Y es que la Iglesia siempre ha estado llena de contradicciones, de las que siempre escapa gracias a la fe de sus fieles.   


     Pero no debe recomendarles una visita a sus museos si quiere que sigan formando parte del rebaño.



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