¿Por qué hemos admitido de modo tan natural que sean los mercados, esto es, las grandes entidades financieras y empresariales, los que rijan el destino de nuestras vidas?

¿Quién manda aquí? ¿Por qué seguimos jugando a la democracia simulada en diferido? Qué clarividencia la de la Cospedal

Las pequeñas parroquias, y también las grandes catedrales, han cambiado de nombre, aunque mantienen sus antiguas funciones.

¿Quién gobierna las agencias de rating? ¿Quiénes son esos jugadores de casino que apuestan con las vidas de todos?

Y el Estado fue reducido a simulacro

No sé si me entendéis...

Por lo menos, dejad de cobrar vosotros por las decisiones que no tomáis

Y sí, es la mafia la que decide todo...

... y la palabra Democracia ya es sólo una deformación grotesca, un recuerdo hiriente, un reflejo en los espejos del callejón del Gato

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