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Channel: Lengua y Literatura de Bachillerato... y otras cosas
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'PALABRERA', por Marta Sanz / 'DEFENSA DEL LENGUAJE', de P. Salinas / ACTIVIDAD

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"Aprender palabras ensancha el campo visual, y ensanchar el campo visual enriquece el acervo léxico... una generación que se está quedando sin léxico y, lo que resulta paradójico, sin datos: quizá por el exceso de estímulos, el descrédito de la memoria... Reivindico la lexicografía, el Scrabble y la acción pública de empollar... cultura y educación hayan dejado de ser ascensores sociales"

"Al hombre le preocupa su lengua, ¿por qué será?... Le preocupa porque se ha dado cuenta del poder fabuloso y en cierto modo misterioso, contenido en esas leves celdillas sonoras de la palabra"


PALABRERA

Deconstrucción no es una palabra pomposa, sino necesaria. Abogo por aumentar el número de entradas de nuestros lexicones y no avergonzarnos de usar términos como lexiconessaponificación o tergiversar, un verbo que setrasgiversa mucho. Con palabras se nombra la realidad y se comprende. Nos hace falta designar emociones, partes del cuerpo y árboles. Aprender palabras ensancha el campo visual, y ensanchar el campo visual enriquece el acervo léxico. Construimos realidad y pensamiento. Limpiamos la casa y a la vez emborronamos sus límites: esos son los peligros de nombres, verbos, metáforas y silogismos. Alpendreescorrentíaepanadiplosisflebitismúsica... Reivindico la lexicografía, el Scrabble y la acción pública de empollar. Lo cierto es que la gente redicha es ignífuga y resistente: no se puede andar por la vida con una mochila —como dicen ahora— de 1.200 palabras. Por eso, quiero hablar del profesor Andreu Navarra, que ha publicado Devaluación continua, libro en el que aprendemos qué es el ciberproletariado. Me encanta. En el ámbito de las ciencias humanas, dar con la combinación de términos o con el compuesto o derivado iluminadores es fundamental: fin de la historia, sociedad líquida, literatura caníbal… Luego discutimos sobre la pertinencia ideológica de los constructos. Con su neologismo, Navarra alude a una generación que se está quedando sin léxico y, lo que resulta paradójico, sin datos: quizá por el exceso de estímulos, el descrédito de la memoria y por una falta de concentración que se vincula con nuevos soportes, nuevos modos de lectura, la hegemonía audiovisual, pero también con la desnutrición. Con la confusión entre el perfil pedagógico y el psicoterapéutico, y la necesidad de satisfacer instantáneamente el placer. La entrevista que le concedió a Berna González Harbour plantea una inquietud que comparto: la de que cultura y educación hayan dejado de ser ascensores sociales. Donde esté un buen culo, una lengua bífida o una metralleta, que se quite todo lo demás. Intento no ser apocalíptica, pero sentirme integrada atenta contra mi esencial optimismo transformador.
La segunda palabrería es más confortable. La Caja de las Letras del Instituto Cervantes acoge una exposición sobre palabras perdidas. El futuro aparentemente se acelera y las academias hacen el pino puente para adaptarse alaptops y whatsapps, mientras otras palabras se arrumban, y en ese arrumbamiento, más allá de melancolías, hay una pérdida de realidad y sentido. María Sánchez lo cuenta en Tierra de mujeres colocando el foco sobre trabajadoras del medio rural, sus espacios, herramientas, cuidados. Los dueños de las palabras siempre han sido los otros —modelos de virtud humana y profesional—, y quizá en el rescate de ciertos vocablos descubramos lo poco que han importado las cosas de mujeres. La exposición de las palabras perdidas nace de la artista zaragozana Marta P. Campo, que recoge cuñadez, cocadriz(femenino de cocodrilo) o bajotraer (abatimiento, humillación). La muestra se cierra el 29 de septiembre. Yo, que me siento un poco bajotraída, saldré de misdormisqueos y me amalaré el noema. Porque, además, de incorporar novedades anglas y jugar con las piezas del museo, quienes usamos el lenguaje —¿alguien se ha quedado fuera?— tenemos derecho a mostrar lo mucho que nos importa, inventariándolo, aprendiéndolo, acumulándolo e inventándonoslo, con mayor o menor fortuna, para hablar de sexo, iluminar lo no dicho, hacer política o, incluso, circensemente, circunvalar la verdad.
(Fuente: El País, 23-09-2019)
'DEFENSA DEL LENGUAJE', de P. Salinas
(fragmentos)
"Al hombre le preocupa su lengua, ¿por qué será? ¿Por pura curiosidad intelectual? ¿Por urgencia desinteresada de su mente? No lo creo. Le preocupa por una motivación profundamente vital. Le preocupa porque se ha dado cuenta del poder fabuloso y en cierto modo misterioso, contenido en esas leves celdillas sonoras de la palabra. Porque las palabras, las más grandes y significativas, encierran en sí una  fuerza de expansión, una potencia irradiadora de mayor alcance que la fuerza física inclusa en la bomba, en la granada. Por ejemplo, cuando los revolucionarios franceses lanzaron, desde lo alto de las ruinas de la Bastilla, al mundo entero su lema trino, "libertad, igualdad, fraternidad", estos tres vocablos provocaron, no en Paris, no en Francia, no en Europa, sino en el mundo entero, una deflagración tal en las capas de aire de la historia, que desde entonces millones de personas vivieron o murieron por ellos o contra ellos, y ellos siguen haciendo vivir o morir hasta hoy en día. Ha percibido el hombre moderno, quizá un poco tarde,  acaso todavía a tiempo, que las palabras poseen doble potencia: una letal otra vivificante. Un secreto poder de muerte, parejo con otro poder de vida; que contienen, inseparables, dos realidades contrarias: la verdad y la mentira; y por eso ofrecen a los hombres lo mismo la ocasión de engañar que la de aclarar, igual la capacidad de confundir y extraviar que la de eliminar y encaminar. En la materia amorfa de los vocablos se libra, como en todo el vasto campo de la naturaleza humana, la lucha entre los dos principios de Ormuz y Arimán, el del bien y el del mal."

Razones para la degeneración del lenguaje según Pedro Salinas:

"... por la presión de un conjunto de fuerzas inconscientes, muchas de ellas de carácter económico, lucrativo, alzadas sin saberlo, que es lo peor, en una pugna titánica contra el espíritu del hombre. En este zozobrar del lenguaje, lo que se iría a pique con él sería el alma humana, libre, espontánea, dejando sólo a flote un coro de reacciones mecánicas regimentadas, de muñecos vacíos, ya felices, porque como no tienen nada que decir, no hay por qué molestarse con las complicaciones del decir."

“Poquísimo me queda por decir. Quise que este discurso fuese un recordatorio acaso no inoportuno del todo en este hermoso pueblo y en este difícil momento del valor incomparable de la lengua para la vida del ser humano y para los fines de una sociedad pacífica y fecunda. No hay duda de que en la palabra cordial e inteligente tiene la violencia su peor enemigo. ¿Qué es el refrán español de “hablando se entiende la gente” sino una invitación a resolver por medio de palabras los antagonismos? Las instituciones creadas para que los asuntos públicos sean regidos por el consenso de muchos, y no por la voluntad de uno, se llaman desde la Edad Media, parlamentos, lugar donde se parla o se habla. Para solicitar la suspensión de la lucha se envía un parlamentario. Se ha advertido que el dictador más conspicuo de la historia, el canciller Hitler, desmesura el lenguaje humano y sacándolo del noble tono de la elocución normal lo lleva al rugido, al grito histérico y a los efectos fonéticos animales. Cabe la esperanza de que cuando los hombres hablen mejor, mejor se sentirán en compañía, se entenderán más delicadamente. La lengua es siempre una potencia vinculadora, pero su energía vinculatoria está en razón directa de lo bien que se hable, de la capacidad del hablante para poner en palabras propias su pensamiento y sus afectos. Sólo cuando se agota la esperanza en el poder susasorio del habla, en su fuerza de convenciemiento, rebrillan las armas y se inicia la violencia”

"La idea esencial, para lo que solicito la atención de ustedes, la formuló ya el filólogo alemán von der Gabelentz de este modo "La lengua no sirve solamente al hombre para expresar alguna cosa, sino también para expresarse a sí mismo".

No habrá ser humano completo, es decir, que se conozca y se dé a conocer, y sin un grado avanzado de posesión de su lengua. Porque el individuo se posee a sí mismo, se conoce, expresando lo que lleva dentro, y esa expresión sólo se cumple por medio del lenguaje. Ya Lazarus y Steinthal, filósofos germanos, vieron que el espíritu es lenguaje y se hace por el lenguaje. Hablar es comprender y comprenderse, es construirse a sí mismo y construir el mundo. A medida que se desenvuelve este razonamiento y se advierte esa fuerza extraordinaria del lenguaje en modelar nuestra misma persona, en formarnos, se aprecia la enorme responsabilidad de una sociedad humana que deja al individuo en estado de incultura lingüística. En realidad, el hombre que no conoce su lengua vive pobremente, vive a medias, aún menos. ¿No nos causa pena, a veces, oír hablar a alguien que pugna, en vano, por dar con las palabras, que al querer explicarse, es decir, expresarse, vivirse, ante nosotros, avanza a trompicones, dándose golpazos, de impropiedad en impropiedad, y sólo entrega al final una deforme semejanza de lo que hubiese querido decirnos? Esa persona sufre como de una rebaja de su dignidad humana. No nos hiere su deficiencia por vanas razones de bien hablar, por ausencia de formas bellas, por torpeza técnica, no. Nos duele mucho más adentro, nos duele en lo humanos; porque ese hombre denota con sus tanteos, sus empujones a ciegas por las nieblas de su oscura conciencia de la lengua, que llega a ser completamente. Hay muchos, muchísimos inválidos del habla, hay muchos cojos, mancos, tullidos de la expresión. Una de las mayores penas que conozco es la de encontrarme con un mozo joven, fuerte, ágil, curtido de los ejercicios gimnásticos, dueño de su cuerpo, pero que cuando llega al instante de contar algo, de explicar algo, se transforma en un baldado espiritual, incapaz de moverse entre sus pensamientos; ser precisamente contrario, en el ejercicio de las potencias de su alma, a lo que es en uso de las fuerzas de su cuerpo."


ACTIVIDAD:

¿Cree usted que, actualmente, los jóvenes cada vez hablan peor, que existe un degeneración en el uso del lenguaje? ? Elabore un texto argumentativo, entre 200 y 250 palabras, respondiendo a la pregunta, eligiendo el tipo de estructura que considere adecuada.







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