"Supongo que que a la familia de esa niña, de Hajar, no le gustara demasiado nuestro papel en todo esto...
... da la sensación de que esa mujer, más que sorprendida por la destrucción, lo está por nuestra actitud, por eso nos mira fijamente a los ojos, como diciendo, no lo veis, lleváis años consintiéndolo. Se hace duro soportar esa mirada. El vestido blanco, como de boda, permanece impoluto, como una ironía dejada caer... Ha sido hace unos días... Definitivamente, este parece un planeta de locos en el que unos machacan, otros sufren y mueren, y muchos callan...
vemos tanto que, al final, no vemos nada"
MOHAMED AL-SAYAGHI REUTERS
HACE UNOS DÍAS
Hace unos días, Saleh Hassan Al-Faqeh tomaba la mano de su hija de cuatro meses, Hajar, quien murió de desnutrición en la sala del hospital Al-Sabeen en Sanaa (Yemen), el 15 de noviembre de 2018. Fouad Al-Reme, una enfermera del hospital dijo que Hajar estaba consciente cuando llegó al hospital, pero sufrió bajos niveles de oxígeno. Fue sólo hace unos días.
Yemen es un país devastado por una guerra armada (como todas) por intereses cruzados. Yemen es un país azotado también por el cólera y por la hambruna. En Yemen, Arabia Saudí (con los apoyos logísticos -y de otros tipos- de países occidentales) incendia la guerra en su disputa con Irán. En Yemen todo da igual, la vida da igual.
Arabia saudí es un estado totalitario, medieval, un estado en el que los derechos humanitarios constituyen un argumento de ciencia ficción.
Arabia saudí es amiga íntima del estado español. La familia real española, o mejor decir las familias reales españolas, son amigas de la familia real saudí. España mantiene una extraordinaria y canalla relación comercial con Arabia Saudí. España vende armas a Arabia saudí, Arabia saudí está participando en plan protagonista en la destrucción de Yemen.
Supongo que que a la familia de esa niña, de Hajar, no le gustara demasiado nuestro papel en todo esto.
MAHMUD HAMS AFP
Hace unos días, una mujer palestina entraba en lo que quedaba de la habitación de su casa tras el ataque aérero israelí sobre Gaza, el 14 de noviembre de 2018. La imagen es de hace unos días, sí, pero la tragedia del pueblo palestino lleva tantos años encima de la mesa que ya no la vemos, como ocurría con aquella carta robada que imaginó Poe.
Si nos fijamos bien en la fotografía, da la sensación de que esa mujer, más que sorprendida por la destrucción, lo está por nuestra actitud, por eso nos mira fijamente a los ojos, como diciendo, no lo veis, lleváis años consintiéndolo. Se hace duro soportar esa mirada. El vestido blanco, como de boda, permanece impoluto, como una ironía dejada caer... Ha sido hace unos días.
GUILLERMO ARIAS AFP
Hace unos días, emigrantes de la caravana centroamericana esperaban frente a la frontera entre México y Estados Unidos en las Playas de Tijuana (México), el 14 de noviembre de 2018.
Lo que no sabemos bien es qué esperaban. Lo que no sabremos, o no querremos saber, es cómo serán esos pensamientos que habitan agitados sus mentes, que mueven unos cuerpos vapuleados por la miseria, por la violencia, y espoleados por el deseo de supervivencia. En esa caravana son muchísimos padres con sus hijos pequeños, por qué lanzar a sus hijos a una aventura tan peligrosa, se preguntan las mentes simples, las cómplices del abandono, todas esas personas que acogen cariño asustado las palabras envenenadas del discurso oficial. El discurso totalitario que inocula el odio, el lenguaje pervertido, el de las palabras desahuciadas que hablan de tener miedo al diferente, al otro, al que viene de fuera, si John Donne levantara la cabeza...
Lanzan a sus hijos a esa travesía desesperada simplemente por el deseo de vivir, parece humano, ¿no?
Mientras tanto, hace unos días, el gobierno de España se ha hecho un lío, previsible, con las derogaciones prometidas, una de ellas es muy caliente, demasiado, se refiere al tema de las devoluciones en caliente.
En la imagen, los extraordinarios matices de luz en el mar, en el cielo, contrastan de modo siniestro con la segura desesperación de esos cuerpos que reposan. También con tanta sombra, con tantas rayas, como si alguien hubiera plantado una cárcel en medio del mar.
Y entonces uno recuerda la visita que aquel refugiado salvadoreño realizó a nuestro instituto, al IES Cristóbal Colón. Recordar su rostro, su voz explicando cómo era la vida, la muerte, en aquellos países.
Y entonces uno recuerda la visita que aquel refugiado salvadoreño realizó a nuestro instituto, al IES Cristóbal Colón. Recordar su rostro, su voz explicando cómo era la vida, la muerte, en aquellos países.
EITAN ABRAMOVICH AFP
Hace unos días, seguidores del Boca Juniors animaban durante el partido de ida de la final de Copa Libertadores contra el River Plate, en el estadio La Bombonera de Buenos Aires (Argentina), el 11 de noviembre de 2018.
Definitivamente, este parece un planeta de locos en el que unos machacan, otros sufren y mueren, y muchos callan.
Tal vez tenía razón ese protagonista de la novela Rendición, de Ray Loriga, cuando afirmaba que "... de la claridad se puede tener buena o mala opinión, pero es evidente que que cuando es tan excesiva y se convierte en la única condición, engulle todos los secretos, todos los misterios y todos los deseos.
Y de tanto verlo todo ya no quiere uno prestarle atención a nada".
Sí, vemos tanto que, al final, no vemos nada.