"... Conocerás también la estatua, el libro,
el espejo, el relámpago y la taza...
Números, padres, ríos, sombras, luna
–espléndido dolor– te aguardan. Nace"
"Mi patria sería una patria hecha con pedacitos de algunos países, personas a las que quiero y que me abrazan, metería mis libros y algunos paisajes en los que me gusta reflejarme. Y luego esa patria tendría las puertas abiertas para que entre quien quiera"
el espejo, el relámpago y la taza...
Números, padres, ríos, sombras, luna
–espléndido dolor– te aguardan. Nace"
"Mi patria sería una patria hecha con pedacitos de algunos países, personas a las que quiero y que me abrazan, metería mis libros y algunos paisajes en los que me gusta reflejarme. Y luego esa patria tendría las puertas abiertas para que entre quien quiera"
Fernando Aramburo (imagen tomada de zendalibros)
HIJA
Conocerás la luz, el mar variable
que precede al origen y es ulterior al mundo,
las laboriosas hormigas dispersas por la senda
repitiendo el afán inútil de los hombres.
Conocerás la sed del agua y la del vino
y aquella de los cuerpos más terrible
que no querrás saciar ni acaso puedas nunca.
Conocerás la llama, la rosa y el cristal.
La dicha desde luego conocerás un poco,
suave nube sin aire que pasó
y no ha pasado, la desatada música
que es, igual que el tiempo, un artificio.
No podría olvidar las injusticias que harás y que han
de hacerte,
el grito, la pared, la muchedumbre,
las incontables horas de ajetreo
precisas cada día si quieres resolver
un ínfimo momento sosegado,
y esa noche de lluvia en que estarás muy sola.
Conocerás también la estatua, el libro,
el espejo, el relámpago y la taza,
la sangre que discurre buscando una salida,
la mosca pertinaz, la inapartable muerte
que no ha de consentir que te conozcas.
Un sueño sin piedad sabe tus días.
Números, padres, ríos, sombras, luna
–espléndido dolor– te aguardan. Nace.
Poema incluido en el libro: Bruma y conciencia. (Universidad del País Vasco, 1993)
Poema incluido en el libro: Bruma y conciencia. (Universidad del País Vasco, 1993)
(Fuente: enbuscadeitaca-ada.blogspot)
ENTREVISTA
Pregunta.Patria nació de su necesidad de contar el conflicto vasco. ¿De qué necesidad nace Autorretrato sin mí?
Respuesta. Es un ejercicio literario de introspección pero lo que ofrece no es una sucesión de datos autobiográficos sino un paisaje en el que confío que cualquier lector se pueda reconocer. Me propuse verbalizar lo que me constituye como ser humano. Lo que pasa es que solo dispongo de mi perspectiva, para tratar tantos aspectos que nos unen como la infancia, la soledad, la relación con los padres o los hijos, el miedo…
P. Dice que no es una autobiografía pero es el relato de su vida.
R. Tiendo al pudor y juego literariamente con trampas. He camuflado mucha materia autobiográfica en mis libros. Pero en Autorretrato sin mí me he abierto como un melón, nunca he dado tanto de lo que hay en mí al posible lector. Me incomoda ser escritor, mirar en el corazón de los demás y esconderme.
P. Sobre la muerte de su padre escribe: “No estás, padre, y casi te abarco entre mis brazos, movido por la vieja costumbre del afecto”. ¿Cuánto ha llorado escribiendo?
R. Un poquito. Y ahora noto que lo voy a pasar mal promocionándolo. La vida es como es, nos regala belleza, música, pero también nos da palos muy fuertes.
P. La poesía fue su amor de juventud, luego la arrinconó… ¿Cómo ha vuelto a ella?
R. Mi relación con la poesía ha sido como de matrimonio conflictivo. Yo no puedo escribir un libro si no me siento libre y en un momento me pareció que me quitaba libertad porque yo también quería jugar con la parodia, el chisme, el humor, el análisis... Al final, hemos llegado a un acuerdo. Ella debe admitirme la prosa, no voy a volver a contar sílabas ni a escribir con un determinado vocabulario de prestigio poético… En este caso quería que en cada página el texto vibrase con determinada intensidad. No quería dirigirme solo al intelecto del lector, sino removerlo por dentro.
P. De su lectura se deduce que los infortunios ajenos le han humanizado y que hay dos figuras sin las cuales no sería quien es: Camus y su hija Isabel.
R. Agradezco a Camus que me advirtiera a edad temprana que las personas están por delante de las ideas. Pero con mi hija Isabel, que sufrió una meningitis que le dejó secuelas, he ido más allá. Me ha inoculado una empatía hacia el ser humano sin la cual mi literatura no es concebible. Hablo de la capacidad de compartir dolor con el otro y tratar de mitigárselo.
P.¿Qué le aporta la escritura?
R. Me permite conocerme, expresar el mundo, aunque sea defectuosamente, y da forma a mi vida.
P.¿Qué busca en la obra ajena?
R. Excelencia literaria. Y también perspectivas. Si suprimo del hombre imperfecto que soy mis lecturas me quedaría en papel celofán. La escritura nos abre una ventana a almas ajenas.
P. Antes de Patria hay mucho Aramburu, Fuegos con limón, El trompetista del Utopía, Años lentos... ¿Le molesta que le encasillen en esa novela?
R. No me importa nada. Me halaga que haya sido significativa para mucha gente y, acaso, emocionante. No pocas víctimas del terrorismo me han dado las gracias por que exista y contribuya a que no se pase página rápidamente.
P. Patria le ha sacado del escritorio y del anonimato y la soledad que tanto le gustan.
R. Sí. No me considero importante y no quiero ponerme delante de mis obras, pero tampoco voy a quejarme de la felicidad. Lo llevo bien porque he puesto un límite, el otoño, a partir del cual recuperaré mi soledad y mi rutina. La actividad literaria es para mí placentera incluso en los días en que estoy torpe o bloqueado.
P.¿Cómo explica que la sociedad vasca no se haya contagiado del procés catalán?
R. Creo que no queremos repetir lo que vivimos. Perdí amigos de la izquierda abertzale que me vuelven a hablar, discutimos sin estar de acuerdo, pero podemos hablar. Las aspiraciones independentistas siguen presentes pero ya no generan esa fractura social que tuvimos y que dejó un reguero de muertos y mucho dolor.
P.¿Dónde estuvo el cáncer?
R. Está en los cerebros y en el hecho de que el ser humano es frágil y adoctrinable. Además, me da la impresión de que mis congéneres necesitan perdurar más allá de la existencia, ya sea abrazando los consuelos que ofrece la religión o en las grandes ideas, la lengua, la nación… entidades supraindividuales que, se supone, perdurarán más que el individuo.
P. Ha vivido más tiempo en Alemania que en España. ¿Qué es para usted la identidad?
R. Es una necesidad básica del ser humano. Nadie es completo en su mismidad, uno necesita estar con los demás para sostenerse como humano. Si gana la Real Sociedad me alegro. Pero acepto la identidad en su acepción amable, la que no se vuelve contra nadie y no está representada por una bandera ni por un himno. A partir de cierto grado se convierte en nacionalismo, un proyecto político en el que no caben todos, y ahí no entro. Aprendí que el mundo no termina al final de mi calle.
P.¿Cuál es su patria?
R. Tendría que ir a clases de trabajos manuales para hacerme una y sería una patria hecha con pedacitos de algunos países, personas a las que quiero y que me abrazan, metería mis libros y algunos paisajes en los que me gusta reflejarme. Y luego esa patria tendría las puertas abiertas para que entre quien quiera.
(Fuente: El País, 03-03-2018)
ACERCA DE FERNANDO ARAMBURO:
Narrador, poeta y ensayista español nacido en San Sebastián en 1959. Nació en una familia obrera que, en sus propias palabras, “chorreaba modestia por todas partes”. Es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Zaragoza y trabajó en revistas impulsando la cultura. En 1985 se trasladó a Alemania donde fue profesor de español para hijos de inmigrantes en el estado de Renania del Norte-Westfalia, al oeste del país, pero abandonó la docencia en el año 2009 para dedicarse exclusivamente a escribir.
A comienzos de la década de 1980 fue creador y promotor del grupo de literatura Cloc en San Sebastián, experiencia que posteriormente se verá reflejada en su primera obra.
Como novelista, se dio a conocer con Fuegos con limón, en 1996. Su novela El trompetista del Utopía (2003) fue adaptada al cine por Félix Viscarret con el título Bajo las estrellas. Como poeta ha publicado varios poemarios bilingües, en español y euskera, tales como Ave Sombra (Itzal Hegazti, 1981) o Bruma y conciencia (Lambroa eta kontzientzia, 1993).
Su mayor reconocimiento ha venido con la antología de cuentos Los peces de la amargura (2006), en que habla de las víctimas del terrorismo separatista vasco de la banda ETA. Este libro le valió el Premio Dulce Chacón de Narrativa Breve y el Premio Real Academia Española. En 2011 recibió el Premio Tusquets de Novela por Años lentos (2012).
Sus obras se han traducido a diferentes idiomas y han sido adaptadas al cine, sus obras no están solo en el género de novela, si no que ha destacado en la poesía, ensayos y la narrativa infantil. En 2016 publicó Patria, un libro que generó un éxito por parte del público lector y muy buenas críticas, otorgándole el Premio de la Críticas y el Premio Francisco Umbral al Libro del Año en el 2017.
(Fuente reseña: lecturalia.com)