"Evocar la infancia es acordarse de los abuelos, de la señorita Carmen, de los Reyes Magos, pero también del temor a los lobos, de las pesadillas... la infancia es un territorio común a cualquier persona, de cualquier edad y de cualquier cultura. Ser consciente de esto y de su importancia para la vida plena de una persona es el primer paso para protegerla"
INFANCIA
Para los chicos de la ESO, infancia es ilusión e inocencia. Es familia, castillos de arena, risas y helados. Evocar la infancia es acordarse de los abuelos, de la señorita Carmen, de los Reyes Magos, pero también del temor a los lobos, de las pesadillas. Todos jugaban y se reían. La infancia es un patio, y a veces un escondite.
En el IES Cristóbal Colón estamos volviendo los ojos a ese “valle ameno” donde “es suave el rayo de sol que abrasa el resto de la vida” (José Asunción Silva). Hemos preparado una pequeña selección de poemas sobre la infancia, para jugar con ellos en clase, y, a través de las palabras de otros, a través de otras infancias, llegar a la nuestra. Conectando con ese niño que fuimos, constatamos que la infancia es ese patio al que todos salimos a jugar de vez en cuando.
Porque la infancia es un territorio común a cualquier persona, de cualquier edad y de cualquier cultura. Ser consciente de esto y de su importancia para la vida plena de una persona es el primer paso para protegerla. Que no nos toquen la infancia.
Dejamos aquí algunos de los poemas seleccionados por la profesora Lidia Cerro, como un necesario preámbulo de nuestras Jornadas en Contra de la Pobreza Infantil en el IES Cristóbal Colón
INFANCIA
Con el recuerdo vago de las cosas
que embellecen el tiempo y la distancia,
retornan a las almas cariñosas,
cual bandadas de blancas mariposas,
los plácidos recuerdos de la infancia.
¡Caperucita, Barba Azul, pequeños
liliputienses, Gulliver gigante
que flotáis en las brumas de los sueños,
aquí tended las alas,
que yo con alegría
llamaré para haceros compañía
al ratoncito Pérez y a Urdimalas!
¡Edad feliz! Seguir con vivos ojos
donde la idea brilla,
de la maestra la cansada mano,
sobre los grandes caracteres rojos
de la rota cartilla,
donde el esbozo de un bosquejo vago,
fruto de instantes de infantil despecho,
las separadas letras juntas puso
bajo la sombra de impasible techo.
En alas de la brisa
del luminoso Agosto, blanca, inquieta
a la región de las errantes nubes
hacer que se levante la cometa
en húmeda mañana;
con el vestido nuevo hecho jirones,
en las ramas gomosas del cerezo
el nido sorprender de copetones;
escuchar de la abuela
las sencillas historias peregrinas;
perseguir las errantes golondrinas,
abandonar la escuela
y organizar horrísona batalla
en donde hacen las piedras de metralla
y el ajado pañuelo de bandera;
componer el pesebre
de los silos del monte levantados;
tras el largo paseo bullicioso
traer la grama leve,
los corales, el musgo codiciado,
y en extraños paisajes peregrinos
y perspectivas nunca imaginadas,
hacer de áureas arenas los caminos
y del talco brillante las cascadas.
Los Reyes colocar en la colina
y colgada del techo
la estrella que sus pasos encamina,
y en el portal el Niño-Dios riente
sobre el mullido lecho
de musgo gris y verdecino helecho.
¡Alma blanca, mejillas sonrosadas,
cutis de níveo armiño,
cabellera de oro,
ojos vivos de plácidas miradas,
cuán bello hacéis al inocente niño!...
Infancia, valle ameno,
de calma y de frescura bendecida
donde es süave el rayo
del sol que abrasa el resto de la vida.
¡Cómo es de santa tu inocencia pura,
cómo tus breves dichas transitorias,
cómo es de dulce en horas de amargura
dirigir al pasado la mirada
y evocar tus memorias!
que embellecen el tiempo y la distancia,
retornan a las almas cariñosas,
cual bandadas de blancas mariposas,
los plácidos recuerdos de la infancia.
¡Caperucita, Barba Azul, pequeños
liliputienses, Gulliver gigante
que flotáis en las brumas de los sueños,
aquí tended las alas,
que yo con alegría
llamaré para haceros compañía
al ratoncito Pérez y a Urdimalas!
¡Edad feliz! Seguir con vivos ojos
donde la idea brilla,
de la maestra la cansada mano,
sobre los grandes caracteres rojos
de la rota cartilla,
donde el esbozo de un bosquejo vago,
fruto de instantes de infantil despecho,
las separadas letras juntas puso
bajo la sombra de impasible techo.
En alas de la brisa
del luminoso Agosto, blanca, inquieta
a la región de las errantes nubes
hacer que se levante la cometa
en húmeda mañana;
con el vestido nuevo hecho jirones,
en las ramas gomosas del cerezo
el nido sorprender de copetones;
escuchar de la abuela
las sencillas historias peregrinas;
perseguir las errantes golondrinas,
abandonar la escuela
y organizar horrísona batalla
en donde hacen las piedras de metralla
y el ajado pañuelo de bandera;
componer el pesebre
de los silos del monte levantados;
tras el largo paseo bullicioso
traer la grama leve,
los corales, el musgo codiciado,
y en extraños paisajes peregrinos
y perspectivas nunca imaginadas,
hacer de áureas arenas los caminos
y del talco brillante las cascadas.
Los Reyes colocar en la colina
y colgada del techo
la estrella que sus pasos encamina,
y en el portal el Niño-Dios riente
sobre el mullido lecho
de musgo gris y verdecino helecho.
¡Alma blanca, mejillas sonrosadas,
cutis de níveo armiño,
cabellera de oro,
ojos vivos de plácidas miradas,
cuán bello hacéis al inocente niño!...
Infancia, valle ameno,
de calma y de frescura bendecida
donde es süave el rayo
del sol que abrasa el resto de la vida.
¡Cómo es de santa tu inocencia pura,
cómo tus breves dichas transitorias,
cómo es de dulce en horas de amargura
dirigir al pasado la mirada
y evocar tus memorias!
NIÑO
Rueda que irás muy lejos.
Ala que irás muy alto.
Torre del día eres,
del tiempo y del espacio.
Ala que irás muy alto.
Torre del día eres,
del tiempo y del espacio.
Niño : ala, rueda, torre.
Pie. Pluma. Espuma. Rayo.
Ser como nunca ser.
Alborear del pájaro.
Pie. Pluma. Espuma. Rayo.
Ser como nunca ser.
Alborear del pájaro.
Eres mañana. Ven
con todo de la mano.
Eres mi ser que vuelve
hacia su ser más claro.
El universo eres,
que gira esperanzado.
con todo de la mano.
Eres mi ser que vuelve
hacia su ser más claro.
El universo eres,
que gira esperanzado.
Pasión del movimiento :
la tierra es tu caballo.
Cabálgala. Domínala.
Y brotará en su casco
su piel de vida y muerte
de sombra y luz, piafando.
la tierra es tu caballo.
Cabálgala. Domínala.
Y brotará en su casco
su piel de vida y muerte
de sombra y luz, piafando.
Asciende, rueda, vuela,
creador del alba y mayo.
Alumbra. Ven. Y colma
creador del alba y mayo.
Alumbra. Ven. Y colma
Niño que estás parado en la tarde,
con los ojos vacíos de impulso,
¡grita que eres la montaña!,
y el sol se te posará en la cima.
¡Grita que eres el sol!,
y el cielo se ensanchará para ti.
¡Grita que eres la vida!,
y el universo, que espera tu grito de posesión,
se quedará dormido de luz, oyéndote.
con los ojos vacíos de impulso,
¡grita que eres la montaña!,
y el sol se te posará en la cima.
¡Grita que eres el sol!,
y el cielo se ensanchará para ti.
¡Grita que eres la vida!,
y el universo, que espera tu grito de posesión,
se quedará dormido de luz, oyéndote.