"A muchos refugiados les pido que me cuenten sus historias. Son personas que han sufrido guerras, hambre, malos tratos… o que simplemente no veían un futuro en su país. Han cruzado a pie el Sáhara, han pasado años esclavizados en Libia. Los han golpeado y violado, se han gastado todo su dinero en el viaje. No quieren invadirnos. Lo que quieren es vivir aquí con dignidad. Eso es todo"
"... como en sus sueños, soñó Calderón de la Barca"(Bahia Mahmud Awah)
"... como en sus sueños, soñó Calderón de la Barca"(Bahia Mahmud Awah)
Pietro Bartolo
"Los que se ahogan no son cifras, son seres humanos. Es algo que se nos olvida. Yo me acuerdo de muchas de estas personas. Me gustaría que todos las hubieran visto como las he visto yo. Entonces entenderían a lo que me refiero. Me acuerdo de Hassan, que cargó a cuestas a su hermano, paralítico, durante todo el viaje"
En una isla en medio del mar, detrás de las adelfas en flor, debajo de una foto del Santo Padre, hay sentado un hombre de aspecto cansado al que sus amigos llaman Pietro y al que todo el mundo conoce como «il dottore», ‘el doctor’: es el médico de Lampedusa.
La isla en la que trabaja no es como las otras islas. La cruz de la iglesia está hecha con remos, y bajo el agua hay una imagen de la Virgen cuidando a los muertos. Se cree que Shakespeare situó aquí su drama La tempestad, y en el cementerio hay muchas tumbas sin nombre. Pietro Bartolo nació en Lampedusa hace 60 años. Su padre era pescador.
Si te duele el estómago, si tienes taquicardias, vas a ver a Bartolo; en realidad, es especialista en ginecología, pero aquí se encarga de todo. Esa es su vida durante el día. Por la noche comienza su otra vida, cuando los turistas duermen y la guardia costera lo llama. «Pietro, duocento -le dicen-, fra un’ora»: ‘han llegado 200 refugiados, tiene que presentarse en una hora’. Y Bartolo sale de la cama, se viste y baja al muelle, a donde llevan las embarcaciones. Allí les tiende la mano a las 200 personas que llegan al puerto, luego busca en su piel rastros de sarna y les examina las ingles y los ojos. Busca síntomas de hipotermia, deshidratación, quemaduras, traumatismos, las consecuencias más frecuentes del viaje de huida. Derivará los casos graves a Sicilia, ingresará a las embarazadas, registrará los muertos, olvidará a los sanos.
XLSemanal. Señor Bartolo, ¿por qué se ha quedado todos estos años?
Pietro Bartolo. Me gustaría responderle con otra pregunta: ¿sabe usted cómo es ahogarse?
XL. No.
P.B. No he sido médico siempre. Antes era pescador, como la mayoría aquí. Una vez, cuando tenía 16 años, salí al mar con mi padre. Estábamos a unas 40 millas náuticas de la costa. Mientras achicaba agua, me resbalé y me caí por la borda. Nadie se dio cuenta en el barco. Era por la noche. El agua estaba helada. Llamé a gritos a mi padre, una vez, dos veces, pero el barco no se detuvo. Me quedé flotando solo en medio del mar. Tardaron tres horas en encontrarme. Estuve sin poder hablar durante días. Pensé: morirse es así. Y decidí hacerme médico. Cuando miro a los refugiados a los ojos, en el muelle, vuelvo a pensar en aquel instante de mi vida. Entiendo a estas personas. Soy un hijo del mismo mar. Por eso, me he quedado.
XL. Durante su visita a Lampedusa, el Papa Francisco dijo que vivimos en una sociedad del bienestar, en una hermosa burbuja de jabón que nos lleva a la indiferencia hacia los demás, a una especie de globalización de la indiferencia.
P.B. Este año que ahora termina han muerto en el mar más personas que nunca. Y lo peor es que ya no le interesa a nadie. Son solo cifras. A la gente le da pena, la mayoría son buenas personas, sí, pero luego se olvidan.
XL. Ha tenido que ver muchas cosas…
P.B. Con cada barco que llega, me pregunto qué me espera. Nunca sé cuál de todas las especialidades médicas que no estudié me va a tocar aplicar. E incluso como ginecólogo tengo que hacer cosas para las que nadie me formó. Me gustaría enseñarles algo… [Bartolo busca en el móvil una foto. Es una imagen terrible. Muestra a una mujer joven en carne viva].
P.B. Lo que ven en esta foto son las consecuencias de quemaduras químicas severas. Se producen por la combinación de agua salada, orina y gasolina que se acumula en el fondo de las embarcaciones de los refugiados. Los más afectados son las mujeres y los niños. Son las lesiones de mayor gravedad que he tenido que tratar en 25 años. Empecé a verlas solo hace un par de años, desde el comienzo de la misión italiana Mare Nostrum.
XL. ¿Por qué entonces?
P.B. Porque desde entonces a los refugiados se los recoge más cerca de la costa libia. Así que, en vez de barcas de madera, los traficantes usan lanchas neumáticas con pequeños motores de gasolina para ahorrar dinero. Lo normal es que los propios refugiados tengan que ir rellenando el depósito del motor con unos bidones que llevan. En altamar es fácil que se derrame algo. Las mujeres van sentadas en el fondo de las embarcaciones con sus hijos en brazos. Allí abajo, el agua del mar se mezcla con la gasolina. Al cabo de unas horas, cuando la ropa se empapa con esta mezcla, entra en contacto con la piel. Al principio, la sensación es de un calor agradable, pero luego la piel empieza a quemarse. Las consecuencias son muy difíciles de tratar… y a menudo mortales. Resulta triste: Europa quería ayudar, y en su lugar lo que hace es causar heridas nuevas.
XL. ¿Cómo se podría reducir la mortandad?
P.B. Tenemos que hacer que la travesía sea más segura. Tenemos que encontrar formas legales de que los refugiados vengan a Europa. Y tenemos que mejorar las condiciones de vida de la gente en sus países de origen. Hasta que eso se consiga, lo que rige es la ley del mar, que aquí todos los pescadores respetan desde hace siglos: a los náufragos se los ayuda. Es una ley sencilla que a veces, creo yo, en tierra firme se les olvida.
XL. Los gobiernos conservadores y los partidos de derecha europeos defienden una política de disuasión. ¿Qué opina usted al respecto?
P.B. A muchos refugiados les pido que me cuenten sus historias. Son personas que han sufrido guerras, hambre, malos tratos… o que simplemente no veían un futuro en su país. Han cruzado a pie el Sáhara, han pasado años esclavizados en Libia. Los han golpeado y violado, se han gastado todo su dinero en el viaje. No quieren invadirnos. Lo que quieren es vivir aquí con dignidad. Eso es todo.
XL. ¿Entiende que haya mucha gente que sienta miedo ante las altas cifras de refugiados?
P.B. Sí, lo puedo entender. A veces, por culpa de las noticias, a los refugiados no se los percibe como personas, sino solo como cifras, y se genera esa impresión de que se está produciendo una invasión. Pero solo invade un enemigo que es más fuerte, por su armamento o por su simple número. Y esta gente no es más fuerte que nosotros. Tampoco nos superan en número. Y, sobre todo, no son nuestros enemigos. Son víctimas. Son vulnerables, igual que nosotros. Y son muchos menos. En la Unión Europea viven 500 millones de personas. En 2016 han llegado unos 350.000 refugiados por mar. Un refugiado nuevo por cada 1400 europeos. Es como una persona más en un pueblo entero. ¿Eso nos tiene que dar miedo?
XL. ¿Cómo ha cambiado su vida a consecuencia de los refugiados?
P.B. No lo sé, solo conozco esta vida. Adopté a un niño que llegó por mar. Hace un par de años me dio un infarto. Y a veces pienso que no puedo con todo. Pero ¿ve esas dos cajas grandes de ahí, llenas de juguetes? Son donaciones que mandan desde todo el mundo. La mitad es para los refugiados, la otra mitad es para el colegio de Lampedusa. Me parece bien, también necesitan juguetes.
XL. Después de todo lo que ha visto, ¿se ha acostumbrado a su trabajo?
P.B. Me lo dice mucho la gente: «Bah, seguro que ya te has acostumbrado». Me ayudaría mucho haberme acostumbrado. Hace un par de años estaba en el muelle y llegó una mujer que también había dado a luz a un bebé en el mar, solo que esta vez ambos habían muerto. Les puse a los dos en el mismo ataúd. Todavía estaban unidos por el cordón umbilical, no los separé. ¿Cómo puede alguien acostumbrarse a cosas como esa? No te acostumbras a la profanación que significa tener que cortar un dedo o una oreja de un cadáver y mandarlo al laboratorio a que registren su ADN, para que los padres tengan la certeza de que su hijo falleció. Cada vez que abro una de las bolsas verdes en las que se mete a los cadáveres es como si fuese la primera vez.
XL. ¿Su trabajo le persigue en sus sueños?
P.B. Sueño mucho. No son sueños buenos. A veces todavía sueño que me caigo por la borda, solo que ahora nadie viene a rescatarme. Una pesadilla. Pero se han ido sumando otras pesadillas nuevas. Hay un sueño que me acompaña desde hace años. Subo a un barco de refugiados, ayudamos a la gente a pasar a la patrullera. Vemos que debajo de los refugiados hay otra cubierta. Abrimos la escotilla y buscamos supervivientes. Pero no hay supervivientes. Los muertos no son adultos, son chicos y chicas. Tengo que caminar sobre los cadáveres porque no hay sitio. Veo en las paredes huellas de manos, son de color rojo. Cuando me acerco, me doy cuenta de que son de sangre. Huellas de manos ensangrentadas. Estas personas querían salir y se han destrozado las manos en el intento. Pero desgraciadamente no es una pesadilla. Me pasó realmente hace ahora seis años.
XL. Parece usted cansado.
P.B. ¿Cansado? Claro que estoy cansado. Espero que este trabajo se acabe ya de una vez. Pero soy médico. Tengo que continuar.
Hijo del mar
«Este niño nació hace un mes en una lancha patrullera de la Marina. Cuando llegó a puerto, el bebé todavía estaba unido a su madre por el cordón umbilical. No estaba preparado para algo así. Corté el cordón con una navaja y lo até con los cordones de mis zapatos. Los dos, la madre y el niño, están ahora en Palermo. Se encuentran bien. La madre me escribe de vez en cuando. ¿Ve la piel clara? Solo se oscurece cuando la melanina entra en acción. Cuando nacemos, todos nos parecemos; todos llevamos la misma sangre. Esta es una foto bonita».
Yo me acuerdo
«Los que se ahogan no son cifras, son seres humanos. Es algo que se nos olvida. Yo me acuerdo de muchas de estas personas. Me gustaría que todos las hubieran visto como las he visto yo. Entonces entenderían a lo que me refiero. Me acuerdo de Hassan, que cargó a cuestas a su hermano, paralítico, durante todo el viaje. Me acuerdo de Faduma, quien tuvo que dejar atrás a sus siete hijos. Me acuerdo de una señora de Gambia maravillosa. Recuerdo su porte, lo orgullosa que era. Llevaba ropa de colores y una maleta en la mano, como si no estuviera bajando de una barca de refugiados llena de agujeros, sino de un tren en la estación. Me acuerdo de Amina. Justo antes de la salida desde Libia había sufrido quemaduras graves por la explosión de un infernillo de gas, pero los traficantes la metieron en la barca a pesar de todo. Cuando los soldados la llevaron a tierra, debió de sufrir unos dolores terribles, pero no gritó en ningún momento, no se quejó, no lloró. De todo esto es de lo que yo me acuerdo».
(Fuente: XL Semanal)
ANOCHE SOÑÉ CON LA TIERRA
Hoy me he despertado como cualquier día
de este melancólico destierro,
y aún estoy despojado
de tus espléndidos amaneceres,
de tus rojizos crepúsculos,
de tus cálidos aires de verano,
de tus añorados fríos de invierno,
de tus mecedores y vagabundos sirocos,
de tu maravillosa gente
del berrido nostálgico de tus camellas,
del fresco olor a ti.
Anoche soñé con la tierra, soñé contigo
y soñé
que aunque han pasado más de treinta años,
aún me atrae
tu olor a madre que alimenta
los pobres sueños
de un beduino
desterrado,
exiliado,
apátrida,
refugiado y sin ningún pasaporte,
salvo mis sueños que atraviesan
con toda libertad tus fronteras.
Qué dulce soñar, soñar contigo,
y qué dulce escribirte estos versos,
que emanan cada noche de mis sueños,
qué dulce sueño,
aunque “los sueños, sueños son”
como en sus sueños, soñó Calderón de la Barca.
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'REFUGIADOS', EXPOSICIÓN FOTOGRÁFICA EN EL IES CRISTÓBAL COLÓN
(Y los espacios inquietos del IES Cristóbal Colón se colmaron de denuncia, de información, de la necesaria solidaridad. Creamos, alumnos, padres y profesores, un escenario nuevo, un lugar en el que reconocernos a nosotros y a todos los olvidados, a los que sufren, a los que mueren, a los No Refugiados...)
("Mis pensamientos gritan por la desesperación de no poder ser hablados. Por ello te hablo cada noche antes de intentar dormir. A ti que llevas cinco meses dentro de mí... Quiero que no veas las personas en color, sino en estados de la música y sepas diferenciar con esto, la armonía del ruido... si algún día, mi niño, llegas lejos no olvides de dónde vienes... Eres un rayo de luz en los ojos de una ciega. Una flor en el desierto")
SUEÑOS ROTOS
("Mi madre mejoró rápidamente, sufrió migrañas por el estrés del viaje. Ahora que nos encontramos en el campamento de Lesbos dudo que mi vida vuelva a la normalidad. Nos dan largas cuando preguntamos por el permiso de residencia... Yo, que imaginaba que iba a cambiar mi país, que lucharía por la igualdad y la democracia. Yo, que ahora estoy derrotada y con todos los sueños rotos")
("Mi madre mejoró rápidamente, sufrió migrañas por el estrés del viaje. Ahora que nos encontramos en el campamento de Lesbos dudo que mi vida vuelva a la normalidad. Nos dan largas cuando preguntamos por el permiso de residencia... Yo, que imaginaba que iba a cambiar mi país, que lucharía por la igualdad y la democracia. Yo, que ahora estoy derrotada y con todos los sueños rotos")
("Sanlúcar, 30 de enero de 2017. Mediodía. Cerca de 400 alumnos, vestidos de negro y acompañados de sus profesores, atraviesan, ante la mirada atónita de los transeúntes, la Calle Ancha. Lo hacen con la cara alta, orgullosos de saber que están haciendo algo importante, algo que seguro recordarán cuando el tiempo pase...")
("Culpable de haber nacido en la orilla equivocada, de no soportar el hambre, de hablar con otras palabras, culpable... de las bombas y los gritos, los escombros y las lágrimas, culpable... Culpable, limpio culpable de tu inalcanzable dignidad, culpable de nuestra sucia mirada, culpable de tu risa, de tu valentía, culpable por creer que somos humanos...")
("Protestan contra el muro que Donald Trump quiere levantar... gentes de todas las ideologías... protestan hasta personas que durante años no han dicho ni mú del muro que ya existe entre Estados Unidos y México... muros hay y se siguen haciendo por todo el planeta... Ello si no consideramos un gran muro, que lo es, ese mar Mediterráneo en cuya travesía pierden la vida centenares de personas cada año... el muro que divide el mundo en dos es más mental que real... Lo dijo ya hace unos años Eduardo Haro Tecglen... desde que cayó el muro de Berlín ya no hay ideologías, sólo hay pobres y ricos")
("... otro niño ha muerto ahogado y su cuerpo ha sido descubierto en una playa no menos turística, en este caso de Barbate, en Cádiz. Se llamaba Samuel, tenía seis años y su familia se lo había llevado consigo huyendo de los horrores del Congo... Un niño tan desamparado como Aylan, que interpela a las conciencias lo mismo que los demás ahogados en el Mediterráneo, pero cuya muerte pasa a ser una cifra en el macabro conteo" "... Tu cuerpo, con la sombra violeta de mis manos, ra, muerto en la orilla, un arcángel de frío" (García Lorca)
("No hay día sin que en las páginas de la prensa, que algunos llaman escaparate, aparezca un cadáver sirio. O dos. O una docena... Unas veces los vemos entre cascotes, otras en el medio del campo, y en ocasiones de pie, con los ojos abiertos... Estos pobres, en cambio, se van con menos de lo que trajeron y se van pronto porque la esperanza de vida, en su barrio, es nula. Esperamos sin mala conciencia la próxima fotografía con alguna curiosidad de carácter étnico")
("Perdiendo la calma, ¿dónde está exiliada? Voces silenciadas, la muerte anunciada Y tú, la espina clavada que nos saca del mapa... Cruzando horizontes de lengua extranjera... Vidas obligadas a ser refugiadas cruzan la frontera. Nadie es profeta en su tierra, solo es portadores de vergüenza ajena.... Si me ves volver será para arrancar del labio la mordaza. Quitar el pan de quien nos quiere mal traer con sus migajas... Esto es el canto de la gente desterrada")
("... Miran y miran al otro lado de la alambrada. Nadie quiere verlos nadie. Dejaron sus muertos atrás para ir a ningún sitio. Ellos los mil nadie...)
("Se han encontrado cadáveres de inmigrantes congelados en las fronteras de Europa y nadie lleva la cuenta, pero las muertes por los efectos del frío en los campamentos son muchas más de las que aparecen en las estadísticas... Esas imágenes nos hablan de la miseria moral de una Europa insensible ante el dolor de los demás, de unos dirigentes políticos que miran para otro lado... Hoy son ellos, mañana podemos ser nosotros los abandonados" "... Desplazados y deshonrados / Enfrentados a las fronteras de otros / Extraviados y erráticos / Sin otra salida que la de huir...")
(Fuente: Refugio del Sonido, por Javier Limón, Mar de Libia, El País)
("... la palabra 'asistencia' monta un número esperpéntico en mi cerebro, y me lleva, otra vez, a las fronteras de Grecia, de Turquía, de Serbia... Intento adentrarme en el significado profundo de esa palabra, y lo único que encuentro es soledad, la soledad infinita de todos esos seres humanos que han sido tachados de nuestros ordenadores... esa niña, perdida, sola y sin palabras, me da una acogedora colleja diciéndome, ¿de qué estás hablando?")
'HUMILLADOS', por Jorge M. Reverte / Poema 'HOGAR', de Warsan Shire / PROPUESTA DE EXAMEN (según PAU)
("... me siento humillado cada vez que veo una foto en el periódico de inmigrantes pasando frío, o hundidos en el barro, o huyendo de las explosiones... leamos enteras las noticias, las que explican que la gente hace cola para conseguir una sopa a una temperatura ambiente de veinte grados bajo cero. Y entonces, apartamos ligeramente el café humeante que tenemos en la barra del bar, y nos imaginamos que alguno de nuestros hijos está ahí, esperando la sopa...")
'REFUGEE BLUES', ADAPTACIÓN MUSICAL DEL POEMA DE W.H. AUDEN
("El cónsul golpeó la mesa y dijo: “Si no hay pasaporte están oficialmente muertos”: pero aún vivimos, querida, aún estamos vivos... Fui a un mitin público; el orador se puso de pie y dijo: “Si los dejamos entrar se robarán el pan”; hablaba de nosotros, querida, hablaba de nosotros...")
("... el año terminará esta noche... con las luminarias y las campanadas de siempre, con la alegría repetitiva y artificial de todos los años, esa que nos sirve a todos para engañar a nuestras conciencias... sobre la Tierra brillarán también en la noche mezclándose con sus luces las almas de los anónimos miles de muertos de las guerras de Siria y de Irak, las de los desaparecidos en el Mediterráneo, esa insaciable fosa común... Por cada uno de ellos yo arrojo una rosa negra que nadie verá caer")
("... Respiro el aire que respiras y bebo el agua que tú bebes. Si piso el mismo suelo que tú pisas, dime por qué tanto duele la dulce y silenciosa forma en la que tú me miras...")
("Nació como nacimos todos pero a él le tocó el lado negro del mar... hay tantos ahogados que hasta el oceano se va a secar... Peor que matar a un hombre es cerrarle el camino mucho peor es ahogar su destino. El mundo es de todos tienen que pasar aquí entramos todos")
("...unos versos de León Felipe describen la expresión monótona con la que los lectores y en cierto modo sepultureros de la prensa diaria observamos este tipo de fotografías antes de pasar la página en dirección a las farmacias de guardia o a la lista de los fallecidos ayer en nuestra ciudad. Nada nos impresiona ya ni nos conmueve..." "Sensibles a todo viento... poetas, nunca cantemos la vida de un mismo pueblo ni la flor de un solo huerto. Que sean todos los pueblos y todos los huertos nuestros" (León Felipe)
("De eso trata Astral...echarse al mar a salvar vidas de esa olla gigante y voraz que se las traga a puñados mientras Europa bosteza... Nos habla a nosotros. Nos pregunta por qué no hacemos más, por qué no hacemos nada, por qué no nos hemos plantado para exigir a nuestros gobiernos que actúen. Ya. Ahora.... Los que vengan detrás nos preguntarán por qué no hicimos nada para detener el genocidio, si lo estábamos viendo, y tendremos que bajar la cabeza porque no sabremos qué contestar")
EL VIENTO
("¿Cuándo aceptaremos que somos nosotros los que nos ahogamos en el mar frente a las costas de Europa junto con los inmigrantes desesperados? ¿Cuándo aceptaremos que ningún armamento es inocente y somos nosotros los que bombardeamos hospitales, familias, niños en Alepo?... La respuesta, amigos, como canta Bob Dylan, está flotando en el viento, pero no por eso dejamos de ser culpables")
("¿Cuándo aceptaremos que somos nosotros los que nos ahogamos en el mar frente a las costas de Europa junto con los inmigrantes desesperados? ¿Cuándo aceptaremos que ningún armamento es inocente y somos nosotros los que bombardeamos hospitales, familias, niños en Alepo?... La respuesta, amigos, como canta Bob Dylan, está flotando en el viento, pero no por eso dejamos de ser culpables")
("En Turquía el régimen de Erdogan hacina en campos de prisioneros a refugiados y opositores sin que nadie diga una palabra... En el mar los muertos se cuentan por miles porque siguen huyendo a millones de la guerra y la muerte, como haríamos usted y yo, mientras un país rico como España, con su gobierno a la cabeza, sólo ha sido capaz de acoger a un centenar de refugiados. Esa es la realidad. No va a desaparecer por mucho que la quitemos de los telediarios" "... Todo vive condenado a ser mostrado y mengua..." (Zhivka Baltadzhieva)
("Cuánto es demasiado, cuánto es suficiente... El mundo, la verdad, no parecía muy conmovido: no hubo explosiones de indignación, no hubo escándalo en los noticieros, y días después nadie recordaba el episodio... la humanidad se habitúa rápido a moverse en la mugre, a convivir con la basura en su ojo de cíclope hasta que la basura se hace callo y el ojo queda confortablemente ciego")
("Pasa como con las palabras, los sentimientos también se desgastan... La humanidad de las personas está en poder empatizar con el dolor de los otros, en ponerse en el lugar de los otros... Ese acomodamiento nos hace daño a nosotros, y también a los otros... hace daño a los otros, porque nuestra actitud los deja totalmente vulnerables ante la injusticia")
("Los refugiados (y en general los pobres) son en cierto modo los restos de la combustión de una parte de esa economía, las cenizas que expulsa la maquinaria del sistema... Es costoso deshacerse de las cenizas, sí, pero gracias a esas cenizas se ha movido, por poner un solo ejemplo, el tráfico de armas, cuya industria constituye una de las locomotora de la economía global...)
("... culpable de haber nacido, de haber nacido al otro lado, en la cara mala del mundo, en la otra orilla. Eres culpable de no soportar tu hambre amarilla, eres culpable de asomarte sin permiso al otro lado, a este lugar prohibido y mentiroso. Eres culpable de creer en los sueños azules, de pensar que una valla es sólo una valla...")
("Viendo a esos miles de refugiados que, después de haber cruzado el mar jugándose la vida (y viendo cómo otros la perdían, muchos de ellos niños aún), son obligados de nuevo a cruzarlo contra su voluntad... ¿Qué sentimientos albergarán hacia nosotros después de haber visto cómo los expulsábamos contradiciendo nuestras propias leyes? ¿Pensarán que todos participamos en su expulsión o distinguirán entre unos y otros?" "... No conozco ya los nombres de un mundo que me niega...")
("Esta es una larga historia, que comenzó con la destrucción de algunos países bajo las bombas humanitarias... La mayoría de los que escapan del desastre no tenían, cinco años atrás, planes de fuga.... Su plan ahora... escapar, llegar al norte, sacrificarse hasta la última gota de sudor para que sus descendientes tengan una perspectiva decente. Este es el único plan de un emigrante" "Llovió el invierno a mares lodos, hambre. Navegó la miseria a plena vela... Hubo más muertos. Pero nunca, jamás, la violencia" "... perdimos la verdad, perdimos las palabras")
("Las más auténticas procesiones de Semana Santa de este año son las de refugiados por las fronteras de espinas envueltas en bruma de Europa. Desde que falleció ahogado Aylan Kurdi, han muerto más de quinientos niños en este éxodo... México, hizo infinitamente más en un año por los españoles que lo que España ha hecho por todos los refugiados durante años en el Mediterráneo" "-Ni demasiado tarde ni demasiado lejos. La isla “Aquí” está en todos lados... El ambiente se volvió incómodo, cayó el silencio. Las verdades generales tienen ese problema")
NO ME LLAMEN EUROPEO, por Luis Enrique Ibáñez
("No, no me llamen europeo. Yo soy africano, y llegué aquí hace miles de años, lo mismo que ustedes... hemos cometido el imperdonable pecado de olvidar, de amputar, el significado de las palabras que nos fundaron... hospitalidad, justicia... belleza... No me llamen europeo... dolor, culpabilidad, complicidad, lo dócilmente sometido, imperio de la apatía, placer de la esclavitud, extravío de las palabras, lenguaje invisible. idioma disfrazado, de mentira, de asco, de nada")
'IR Y QUEDARSE, Y CON QUEDAR PARTIRSE', DE LOPE DE VEGA / 'COPENHAGUE', VETUSTA MORLA
("Ir y quedarse, y con quedar partirse...fuego en el alma, y en la vida infierno""... El valor para marcharse,el miedo a llegar...Ella duerme tras el vendaval No se quitó la ropa.Sueña con despertar en otro tiempo y en otra ciudad"
'LA HISTORIA NOS JUZGARÁ' Luis Gonzalo / 'SOBRE LA DENOMINACIÓN DE EMIGRANTES', Bertolt Brecht
("... seremos juzgados como genocidas y las próximas generaciones se avergonzarán de nuestro comportamiento. Seremos un ejemplo en las clases de historia sobre la inhumanidad de nuestra sociedad y la violación constante de los derechos humanos... Estudiarán cómo invadimos países para convertirlos en estados fallidos y arrebatarles sus recursos en una nueva forma de colonialismo""... Cada unode los que vamos con los zapatos rotos entre la multitudla ignominia mostramos..." (Brecht)
("Europa renuncia a sus principios éticos y fundacionales, consagra las devoluciones en caliente y se entrega a un régimen corrupto gobernado por un sátrapa que cierra periódicos críticos y oprime a la disidencia. Nos han vendido por un puñado de euros... casi todos los países han incumplidos sus promesas de acogida y les tratan como prisioneros de guerra y animales... Los mismos que lloraban la muerte de Aylán, provocan su muerte" "No aceptes lo habitual como cosa natural" (Bertolt Brecht)
'LA SERPIENTE', por Julio Llamazares / 'DEVOCIONES PARA OCASIONES EMERGENTES', de John Donne
("Un numeroso grupo de vecinos de Bautzen celebró el incendio... de un antiguo hotel habilitado para acoger a refugiados extranjeros al tiempo que estorbaba las labores de extinción... ¿A qué les suenan estas escenas? ¿Acaso no les recuerdan a aquéllas que describían los años previos a la ascensión del nazismo...?""... Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta...")
("Ante el orden existente...)
("Sesenta o setenta personas son las dueñas de un mundo en el que la mayoría pasa hambre, sed, frío y un sinfín de calamidades. Es lo que llamamos estabilidad... No precisan de un ejército porque tienen a su disposición los de todo el mundo, ni de una policía porque todas están a sus órdenes... Menos mal que nos quedan las rastas y el amamantamiento como materia para el análisis político riguroso" (J.J. Millás) "la globalización de los hambrientos es el aperitivo de los amos" (M. Benedetti)