"Los amigos solían contarse con los dedos de una mano, pero ahora algunos dicen tener 2.000 o 3.000 amigos. La palabra ha registrado, pues, una notoria devaluación...
Este deterioro progresivo de la palabra “amigo” puede aconsejar algún día que el Diccionario acote mejor su definición, a fin de mantener el prestigio de tan insigne vocablo"
LA DEVALUACIÓN DEL AMIGO
Los amigos solían contarse con los dedos de una mano, pero ahora algunos dicen tener 2.000 o 3.000 amigos. La palabra ha registrado, pues, una notoria devaluación.
Seguramente el cantante brasileño Roberto Carlos no imaginaba cuando empezó a cantar Yo quiero tener un millón de amigos que se estaba arriesgando a que su deseo se cumpliera. En su cuenta oficial de Facebook reúne 5.820.421. Como para llevárselos de cañas.
“Amigo” se refiere a quien mantiene con otro una relación de “afecto personal, puro y desinteresado, que nace y se fortalece con el trato”. Según los conocidos estudios del antropólogo británico Robin Dunbar, el ser humano puede alimentar una relación estrecha con no más de 150 congéneres; es decir, personas cuyo carácter conoce, con quienes conversa a menudo y a las que puede telefonear en un caso de urgencia. La entrada de nuevos individuos en el grupo suele implicar la pérdida de contacto con otros, generalmente aquellos cuya presencia se había ido diluyendo.
Las redes sociales no parecen haber cambiado eso: la verdadera relación de un usuario con otros se mantiene en los referidos parámetros: 150 personas con las que se interactúa, y de las cuales son amigos de verdad el 3%. El resto de los usuarios relacionados sólo tienen de “amigo” la palabra (devaluada).
Hace unas semanas falleció en Vigo un hombre llamado José Ángel. Sufría el síndrome de Diógenes (que consiste en acumular todo tipo de objetos y basuras), y apenas se trataba con sus vecinos. El cadáver fue hallado días después de su muerte, y nadie lo reclamó para darle sepultura. En Facebook, sin embargo, sumaba 3.544 “amigos”, ninguno de los cuales sabía realmente cómo transcurría su vida.
Tanto se ha devaluado la palabra amigo, que prolifera en los medios el extraño sintagma “amigo personal”. Esta expresión debería constituir en puridad un pleonasmo (redundancia de significado) porque se supone que todos los amigos son personales mientras no se diga otra cosa. Y si alguien necesita decir “amigo personal”, eso quizás se deba a que tiene conciencia de que existen amigos impersonales.
Este deterioro progresivo de la palabra “amigo” puede aconsejar algún día que el Diccionario acote mejor su definición, a fin de mantener el prestigio de tan insigne vocablo. El amigo (sin adjetivos rebajadores) sería entonces no solamente quien cuidase una relación de afecto personal, puro y desinteresado que nace y se fortalece con el trato, sino quien además estuviese dispuesto a prestar dinero al otro sin muchas esperanzas de recuperarlo.
Y a ver cuántos se apuntan a eso en Facebook.
(Fuente: El País, 29-05-2016)
LA PUBLICIDAD EN INGLÉS CRECE
("... el anunciante busca más la sensación que la información, más la seducción que la claridad. Más el símbolo que el argumento... el inglés arrasa en tantos terrenos, tal vez se deba también a que lo consideramos en general una lengua prestigiosa... todo ello se debe a un complejo de inferioridad por nuestra parte... quien se siente superior a otros, no es necesariamente superior a ellos; pero si alguien se siente inferior, en ese mismo momento empieza a serlo de verdad")
UNA PALABRA EN EL PARAÍSO
("El sentido se suele construir a base de metáforas y otros recursos retóricos que, en contextos insistentes, modifican o amplían el significado... Ignoro qué lleva a algunos periodistas a decir que Fulano o Mengana “tienen cuentas offshore” cuando queda a su alcance la alternativa “tienen cuentas en paraísos fiscales”. Quizás les mueva el deseo de hacerse los interesantes... A veces el término sustitutorio en español implicará una mayor extensión... valdría la pena pagar ese impuesto y sacar así al término offshore de su paraíso verbal")
("Sorprende mucho que este anglicismo nos llegue ahora, después de tantos años en los que siempre hubo idiotas que destripaban el final del cuento, adelantaban quién era el asesino... Ahora que me viene a la memoria alguno de aquellos casos, recuerdo bien las palabras que pensé para nombrar al gracioso. Y ninguna de ellas era spoiler")
(“Leyenda urbana” en vez de “bulo”; “libre de coches” y no “sin coches”… son locuciones largas y prescindibles. Pero hay quien las repite al mismo tiempo que defiende look, por ejemplo, porque esta voz es más breve que “aspecto”, “imagen” o “apariencia”, tres vocablos que el anglicismo se come. La cuestión no parece residir, pues, en la medida de las palabras, sino tal vez en la relación afectiva que nos vincula con ellas.")
("Recordemos a aquel médico a quien preguntaron por qué hacía chequeos (anglicismo que procede de to check) y no revisiones o exámenes (palabras patrimoniales del español), a lo que contestó: “Porque el chequeo es más caro”... del mismo modo, estamos dispuestos a remunerar mejor a un coach que a un profesor de gimnasia. Así que nos conviene mucho escribir “itinerancia”, por si con ese truco abaratamos la broma" "... no se cuidan de no utilizar palabras que, de entrada, apenas se refieren a ninguna idea clara..." (John Locke)
("Desde que las insignias se llaman pins; los homosexuales, gays; las comidas frías, lunchs, y los repartos de cine, castings, este país no es el mismo. Ahora es mucho más moderno.Durante muchos años, los españoles estuvimos hablando en prosa sin enteramos. Y, lo que es todavía peor, sin damos cuenta. siquiera de lo atrasados que estábamos. Los niños leían tebeos en vez de comics, los jóvenes hacían fiestas en vez de parties, los estudiantes pegaban posters creyendo que eran carteles, los empresarios hacían negocios en vez de business...")
("Y dicen coach a pesar de que hallaremos un porrón de términos equivalentes en español: adiestrador, entrenador, preparador, supervisor, tutor, instructor, asesor, profesor… Muchas palabras, sí, pero sin el mismo prestigio. Lo que se dice en inglés nos suele parecer más importante... ¿Qué nos está diciendo todo esto? Tal vez lo que muchos piensan al leer cada mensaje: “Ah, esto no lo entiendo. Está en inglés, así que debe de ser muy bueno”)
(... empleo” iguala injustamente a quien antes mantenía con holgura a sus hijos y a quien ahora no gana ni lo justo para pagarse el sustento propio... una palabra grande que, con la omisión intencionada de todo matiz adicional, manipula el pensamiento inocente" (Alex Grijelmo) "... se agacha demasiado dentro de veinte años... no podrá enderezarse..."(Mario Benedetti)
("... los poderosos no sólo se atribuyen esfuerzos propios, sino también los que conciernen a los contribuyentes... no se puede llamar “austeridad” a la impuesta mediante la cercenadura de ayudas y derechos... no se debería llamar “esfuerzo”, sino daño, a quedarse sin casa, a perder una indemnización o a salir despedido de la empresa. El esfuerzo se brinda. El daño se recibe")
("... verbos que, con acierto o sin él, no sólo interpretan o describen, sino que se adentran en el espíritu de quien habla.... Vale la pena por ello prevenirse ante los verbos calificativos, que pueden ser tan discutibles, manipuladores o injustos como un adjetivo, sobre todo si se cuelan en un texto de aparente objetividad")
NO SE DESCARTA... LA TRAMPA
("... políticos y periodistas elevan a rango de noticia muchos “no se descarta que”, “no descarto que”, “no descartó que”, pese a tratarse de una locución vacía... y a veces marrullera.Por tanto, el verbo “descartar”, si se usa acompañado de un adverbio de negación, anda entre el ni fu ni fa... decir que no se descarta algo equivale a no decir apenas nada... aceptar eso implica acoger con júbilo que las palabras signifiquen algo distinto de lo que significan" )
( "La vida y la gramática se parecen pero no son lo mismo... Los pronombres demostrativos nunca han sido capaces de demostrar nada. El idioma español tiende al uso activo frente al pasivo, a diferencia de lo que ocurre ahora en la contabilidad.
( "... comprobamos a veces que alguien se queda más ancho que largo ante un caso de corrupción tras anunciar que “se van a depurar responsabilidades”. Y cuando un significado se fuerza, cuando no responde a lo que el Diccionario viene diciendo de él, conviene reflexionar al respecto. Sobre todo si la manipulación semántica procede del poder, ya sea político, económico o sindical: cuando viene de los que pontifican ante el micrófono, y no de lo que circula entre el pueblo... esas expresiones hacen luego que algunos se sientan cómodos al proferirlas, porque inconscientemente les sirven de escondrijo... nos gustaría más que ... se propusieran en su lugar “la dimisión de todos los culpables")
( Una lección de gramática para hacer una crítica al, con tanta frecuencia, falaz lenguaje de los políticos. "Los políticos (por acá y por acullá) abusan de la ambigüedad y de los conceptos amplios: “Futuro”, “libertad”, “institucionalización”... Es el lenguaje que le sirve al poder, no el que le sirve a la gente. Y cuando ellos se expresan así, los demás tenemos derecho a decidir que preferimos sustantivos precisos y verbos con todos sus complementos")
NO SE DESCARTA... LA TRAMPA
("... políticos y periodistas elevan a rango de noticia muchos “no se descarta que”, “no descarto que”, “no descartó que”, pese a tratarse de una locución vacía... y a veces marrullera.Por tanto, el verbo “descartar”, si se usa acompañado de un adverbio de negación, anda entre el ni fu ni fa... decir que no se descarta algo equivale a no decir apenas nada... aceptar eso implica acoger con júbilo que las palabras signifiquen algo distinto de lo que significan" )
("... circulan expresiones como “subalimentación”, “desnutrición” y cualquiera otra que evite decir “el hambre”; vocablos que arrinconan a la palabra que más duele... se nos van los vocablos que laten y se nos quedan los términos disecados, sujetos con un alfiler en las hojas de los periódicos... Y esos esqueletos andantes sustituyen cada vez más a palabras de cuerpo y alma, que van cayendo a las fosas mientras sus radiografías se levantan y caminan entre nosotros")
("La gramática y su aplicación adecuada sirven para ordenar las ideas y construirlas de forma más inteligible. La ortografía y la sintaxis son la ropa que se ponen nuestros argumentos para salir a la calle. Con ella nos observan los demás y con ella se hacen una idea de cómo somos... Todavía la imagen física provoca más preocupación y despierta mayor interés que el ropaje intelectual")
LOS ERRORES QUE SE RECONOCEN EN SUBJUNTIVO
("La irrealidad engloba la incertidumbre, la conjetura, la posibilidad, las emociones y las obligaciones (sobre todo si no se han cumplido). Es decir, el subjuntivo representa lo subjetivo, frente a la sensación de objetividad del indicativo... No se puede rectificar un error si no se admite sin tapujos, si no se analiza por qué se cometió, si no se aceptan sus detalles, con la autoría o con la parte de responsabilidad o de culpa que hay en él; si no se presenta en el lado de la realidad... Quizá no debamos confiar mucho en que se estén asumiendo de verdad los errores reconocidos en subjuntivo" )
("La irrealidad engloba la incertidumbre, la conjetura, la posibilidad, las emociones y las obligaciones (sobre todo si no se han cumplido). Es decir, el subjuntivo representa lo subjetivo, frente a la sensación de objetividad del indicativo... No se puede rectificar un error si no se admite sin tapujos, si no se analiza por qué se cometió, si no se aceptan sus detalles, con la autoría o con la parte de responsabilidad o de culpa que hay en él; si no se presenta en el lado de la realidad... Quizá no debamos confiar mucho en que se estén asumiendo de verdad los errores reconocidos en subjuntivo" )
("Toda información incluye una perspectiva. Todo lo miramos desde algún punto, real o imaginario... Se informó hace días de que el paro había bajado en 64.405 personas durante el mes de diciembre, y los titulares de prensa recogieron esa opción. También habría sido posible destacar que “4.447.711 personas continuaron sin empleo”... No consideramos noticia lo que sigue como estaba, sino aquello que cambia... algunas perspectivas se adoptan con cierta arbitrariedad o interés...")
Los posesivos son a menudo pura ilusión. Decimos “duermo en mi casa” o “voy a mi empresa”. Pero “mi casa” es del banco. Y “mi empresa” es de… ¡anda, qué casualidad!")
(Ay, que manía tienen... cuando la realidad les agrede, nunca se refieren a ella con su verdadero nombre. "A veces procuramos no poner nombre a algo... Para combatir algo, hace falta conocerlo y nombrarlo. Es decir, asumirlo como real; y enfadarse con palabras reales. Los vocablos inconcretos sirven para salir del paso pero transmiten escasísima confianza al paciente (que tenderá a impacientarse). Nos hablan de regeneración. Pero mal empezamos si quienes dicen enfrentarse a la corrupción no se atreven siquiera a mirarla a los ojos y llamarla por su nombre")
("... sabemos que las palabras no sólo significan sino que también evocan. Y evocan porque se contaminan... Cuando escuchamos esa expresión, todos nos quedamos más tranquilos... tiende a poner en igualdad de condiciones al agresor y a su víctima, quienes supuestamente saldan con la sangre un desequilibrio en su balanza de agravios... Los ultras, los delincuentes... también forman parte del género humano")
ARRANCAR UN VERBO PEGAJOSO
("Las etapas, los congresos, los campeonatos no empiezan o comienzan: arrancan. Las obras, los empeños o los programas no se acometen, se emprenden o se inician: arrancan. Los procesos, las tormentas o los acontecimientos no se desencadenan o se desatan: arrancan. Las ideas no se activan o se impulsan: arrancan. Y, luego, cuando se trata de arrancar el coche, resulta que lo ponemos en marcha")
("Las etapas, los congresos, los campeonatos no empiezan o comienzan: arrancan. Las obras, los empeños o los programas no se acometen, se emprenden o se inician: arrancan. Los procesos, las tormentas o los acontecimientos no se desencadenan o se desatan: arrancan. Las ideas no se activan o se impulsan: arrancan. Y, luego, cuando se trata de arrancar el coche, resulta que lo ponemos en marcha")
("El idioma nos sirve para comunicarnos, y todas sus herramientas son buenas o malas en función de los interlocutores. Muchos vocablos expresan lo que tanto el emisor como el receptor entienden... “Pifostio” tampoco ha entrado en el nuevo Diccionario, y sin embargo miles de lectores entenderán la oración “se montó un pifostio”... “Jo, tengo la pantalla de la tableta muy dedoseada”)
(Acerca de una palabra amable que, además de ser maltratada, es utilizada para mafiosos cambios semánticos. "... el Consejo de Administración de Telefónica había aprobado una aportación única de 35 millones de euros para el “plan de pensiones” de su presidente... La voz “pensión” nos evoca de ese modo el esfuerzo previo y el pequeño fruto de lo que se logra al ahorrar de a poquito... ahora nos topamos con un nuevo sentido de “pensión”: una pensión rica, tremendamente rica incluso; que se beneficia de la connotación de la palabra pero se parece poco a las circunstancias en que este prestigio se ha forjado")
(Sobre significado y sentido, dos conceptos con los que algunos juegan demasiado bien... cuidado con ellos. "Esa técnica de llevar al lector a entender lo que no se dice (estudiada en la pragmática, una rama de la lingüística) se usa con demasiada frecuencia en la prensa, en el lenguaje político y en el sindical. ¿Se está mintiendo cuando se induce a una conclusión falsa? Como explica Williams, si vemos a un ciego que camina hacia un precipicio y no le advertimos de ello, nosotros no lo matamos; pero ¿qué diferencia hay?")
("... los agentes actúan antes de preguntar y de analizar. Arrojan a la persona inmigrante al otro lado de la linde sin saber si está enferma o exhausta, sin decirle ni buenos días, sin saber si es objeto de persecución política o discriminatoria, si ha caído en una red de trata de personas o si huye de un violador... la lavadora de palabras ya se ha puesto en marcha. El poder y su entorno no hablan de "expulsiones en caliente", sino de que se quiere "adecuar la ley a la práctica" )
(Para la reflexión y el debate. Cuando tratamos el tema de 'El lenguaje periodístico' con nuestros alumnos de Bachillerato, hacemos especial hincapié en la obligación que tienen los distintos medios de comunicación de diferenciar claramente los géneros informativos, por un lado, y los géneros de opinión, por otro. A raíz del falso documental (falsedad aclarada al final del programa) emitido en el famoso programa de Jordi Évole sobre el intento de golpe de estado del 23-F, Alex Grijelmo reflexiona sobre las difusas fronteras que separan información, opinión... y ficción. "El programa de La Sexta se hallaba en su derecho de ofrecer un espectáculo, o una provocación para demostrar lo fácil que resulta engañar a un público. Pero lo estaba haciendo con un formato que los telespectadores habían entendido, hasta ese momento, destinado a contenidos rigurosos, serios, precisos. Un formato de documental")
("Este cibermundo sin jerarquías vivirá mucho tiempo. Por eso convendría responder a su desafío reforzando las estructuras previas del pensamiento de los escolares, de modo que procesen con inteligencia la información desestructurada, tan inadvertida como fenómeno que ni siquiera la calificamos con ese adjetivo. Casi nadie usa una palabra de connotación negativa para algo que ahora se ve tan prestigioso")
("... las palabras tienen su propio inconsciente y, por tanto, se pueden psicoanalizar también... El lenguaje político está repleto del verbo “querer”, pero con la idea dentro de él de hacer, de decidir, de ordenar... si entre el “quiero” de un ciudadano y el logro de su anhelo media un tramo largo, apenas se aprecia distancia psicológica entre estos “quiero” tan repetidos por los poderosos...)
("Los políticos abusan de estas fórmulas, que suelen sonarnos ajenas. Nuestra desconfianza se activa quizás con dos indicios: lo artificioso del vocablo y el hecho de que sólo se pueda pensar en su lado bueno, pues casi nunca tienen un antónimo simétrico... En esto se ha producido una nueva expropiación de la calle, y también de las palabras. Podían haberlo denominado internalización, sin embargo se llamó casting. Ya está todo listo para que algún día ese vocablo pueda funcionar como eufemismo de la censura")
("... resulta curioso que las mismas personas que dicen "catalanes y catalanas", o "españoles y españolas", o "murcianos y murcianas", para que las catalanas, las españolas y las murcianas no queden fuera del discurso, acudan luego a fórmulas como "Cataluña no está de acuerdo", "España piensa tal cosa" o "Murcia prefiere", expresiones con las cuales se silencia a los ciudadanos y ciudadanas que, dentro de esos sujetos colectivos, tienen posiciones divergentes... cualquier catalán puede presumir, si así lo desea, de que en su tradición literaria figuren tanto el Quijote como Tirant lo Blanc, obras ambas que leerá sin problema en la lengua original")
("... una cosa es el sistema de la lengua, que permitiría esa fórmula, y otra el empleo que cada cual decida hacer de ella. Quizás a muchos eso del “natural” les suene poco natural, paradójicamente; pero se les podría replicar que más raro será el derechazo de un zurdo... el genio del idioma lo adapta todo cuando esa actividad se populariza. Entonces los complejos iniciales ante el inglés se desvanecen y ya no hace falta distinguirse con palabras selectivas")
("Un objeto no puede sentirse ofendido. Tampoco una idea. Por mucho que lo intentemos... ¿cómo se pueden regular las ofensas y los ultrajes a España, a la bandera, a las comunidades y, ya puestos, también a los ayuntamientos, las diputaciones, las comarcas, las vegas y los valles? Malamente... Está en marcha una ley que se prevé incluya palabras desviadas de su significado, como “ofender” o “ultrajar”; verbos que tampoco se realizan por sí mismos, sino que necesitan la contribución del complemento que recibe la acción. Y los complementos de esta ley no pueden contribuir a ello porque no son personas")
("Cristiano Ronaldo no recibe el apelativo de “inmigrante”, sino el de “extranjero”, pese a que técnicamente cumple los requisitos del inmigrante... los hijos de los inmigrantes marroquíes o colombianos de empleos más menestrales tienen reservado otro nombre en las estadísticas y en nuestro imaginario: son “inmigrantes de segunda generación”... ... a menudo les negamos lo más definitivo, lo que va por la vía emocional: las palabras. La palabra español, la palabra igual, la palabra votante, la palabra ciudadano, la palabra vecino, la palabra contribuyente. El término “inmigrante”, hereditario además, las aniquila todas, ocupa sus espacios y, a veces, también arrincona los derechos que se vinculan a ellas")
("La pragmática (una rama de los estudios sobre el lenguaje) estudia el sentido de lo que decimos por encima del significado que tenga cada palabra pronunciada. Abundantes análisis han ido descubriendo y precisando los mecanismos que nos conducen a inferir obligatoriamente aquello que no se ha dicho y que, sin embargo, forma parte de lo que estamos diciendo")
(Alex Grijelmo nos regala un paseo generoso por esa ciencia tan española, la del insulto popular, ciego. "En un hipotético código penal de los insultos, algunos (como “nazi”) deberían acarrear una indemnización severa, y otros sólo una buena multa pagadera en cómodos plazos. Pero todos ellos han de provocar la descalificación simétrica de quien los ha proferido; nunca la de quien los recibe. Así que, por favor, señorías: ya que van a descalificarse ustedes mismos, les sugerimos que insulten con más cuidado.")
("La política y el periodismo abundan en pleonasmos malos. Y queríamos llegar hasta aquí para preguntarnos si la abundancia de pleonasmos no implicará que algunas personas están dejando de creer en la fuerza de muchas palabras y en sus significados redondos... Quienes se expresan así imaginan acaso fisuras en las palabras más sólidas; o quizás esos vocablos se les han desgastado por su desempeño falso y artificial... Dentro de un cuento infantil o dentro de algún que otro programa electoral")
("El episodio da pie a deducir un Cervantes que asume el léxico hermano (también escribe lladres, en vez de ladrones) y que retrata el deseo de entendimiento de la época por encima de diferencias entre catalanes y castellanos o bandoleros y caballeros... ... Pistoletes o pedreñales, galgos o podencos, amigo Sancho, son poco más que palabras, sí. Pero con palabras creamos la amistad y la convivencia, y a veces las palabras son en sí mismas hechos que hablan")
(“Auditoría”, “evolución”, “sostenible”, ”crecimiento”, ”racionalizar”, “transparencia”… son vocablos de prestigio... palabras de prestigio se impregnan de respeto y bendicen todo cuanto tocan, pues llevan dentro connotaciones positivas, objetivas, ajenas al debate. Y que a veces nos engañan... ... El discurso político regala vocablos como estos, que endulzan la frase... valdrá la pena fijarse bien en todas las palabras que haya alrededor")
(Por eso son tan importantes los matices que, en nuestro idioma, las formas verbales nos regalan. Son inmensas las posibilidades que, por ejemplo, la coexistencia del pretérito perfecto simple, el pretérito imperfecto y el pretérito perfecto compuesto, pongamos, abren para nuestra expresividad... y también para la manipulación. Qué razón tiene el autor, porque ¿cuánto duró tu error, amiguete?
"Esa elección (“en dos palabras”) de la forma “me equivoqué”, cuyo tiempo verbal (pretérito perfecto simple) presenta además la acción como terminada hace mucho, modifica nuestra percepción subliminal de lo ocurrido. Al ser expresada de ese modo, se reducen los daños al momento en que una persona decide apoyar a otra porque confía en ella. Y se diluye la circunstancia de que el nombrado defraudó una y otra vez esa confianza, y no de repente ni de forma inopinada, sino martilleando...")
("Dentro de la misma maniobra, la expresión “rueda de prensa” se va arrinconando para dejar paso a esta “comparecencia” voluntaria. El compareciente, además, suele explicarse de pie, con tribuna o atril, en posición superior. No con la cabeza a similar o inferior altura como sucedería en el juzgado. Para eso es un alto cargo, para estar en alto")
("La verdad jurídica de las palabras difiere a veces de su verdad semántica y etimológica, y de cómo las entiende la sociedad. Eso suele generar disgusto y derivar en controversia; pero, sobre todo, alienta la desconfianza.... generalmente el sentido de las palabras coincide con el sentido común")
("El problema sobreviene cuando alguien se topa con un lenguaje vulgar en un ámbito donde esperaba un léxico esmerado, o, por el contrario, cuando quien está diciendo algo suelta unas cuantas frases pedantes que no casan con el ambiente de desenfreno y cachondeo que le envuelve")
("Las oraciones adversativas y las concesivas muestran a veces nuestro subconsciente: Alguna vez habremos oído: “Es un restaurante marroquí, pero muy bueno”, o algo similar. Y ahí la conjunción “pero” delata el pensamiento estropeado.... en algunas ocasiones los periodistas transferimos nuestros prejuicios junto con la información que difundimos.")
("... La austeridad consiste ahora en que las medicinas se conviertan para muchos en un lujo... en que llegar a fin de mes constituya todo un alarde. Austeridad es que a alguien lo echen de su casa y que por tanto recorte sus gastos en calefacción y en electricidad.")
("Tal vez la calidad de la vida pública se pueda medir contabilizando el léxico circulante (cabría componer un índice con el aumento de eufemismos, la abundancia de archisílabos o la profusión de tecnicismos oscuros); pero también la calidad de los periódicos tendrá algo que ver con el número de rumores que publiquen.")