Quantcast
Channel: Lengua y Literatura de Bachillerato... y otras cosas
Viewing all articles
Browse latest Browse all 2602

'LA EDUCACIÓN PERDIDA', por Luis Enrique Ibáñez

$
0
0
"Ese ridículo decreto es, simplemente, un paso más en el proceso de deteriorar la enseñanza pública. Crear el caos en todo lo público, para justificar su desprecio. Para poner los recursos públicos en manos de la enseñanza privada. 

Para fragmentar la sociedad, y pretender que sólo los jóvenes de las clases superiores tengan acceso a la información, al conocimiento... tengan acceso al poder... no podemos permitir que les quiten lo que entre todos les hemos dado. Que no les roben lo que es suyo"


LA EDUCACIÓN PERDIDA

Hay quienes piensan que a este gobierno el tema de la Educación le importa un carajo. Están muy equivocados. Les importa, y mucho. Es más, creen firmemente que la Educación es la herramienta perfecta, el arma infalible, para conseguir el objetivo final que les ha sido encomendado: partir la sociedad en dos, y a fe que lo están consiguiendo, querido Sancho.

El último decreto (borrador) que ha salido a la luz, parido en esa caverna de sátiros que habitan el ministerio, habla de las distintas asignaturas que podrán impartir los profesores de Enseñanza Secundaria. Parece un chiste. Lo malo es que no lo es. El caso es que los profesores de Inglés, Alemán y Francés, podrán impartir clases de Lengua y Literatura, los Lengua, Geografía e Historia, los de Educación Física, Artes escénicas... y lo más cojonudo, los de Filosofía, deprimidos ya por el destierro anunciado, impartirán clases de Iniciación a la Actividad Emprendedora y Empresarial, con dos cojones. En esta última ocurrencia (probablemente, los listos que estaban en la mesa, redactando el borrador, llevaban más de dos güiskis), yo creo que se han equivocado, que quizá el tiro les puede salir por la culata. Porque no me da mí que nuestros gobernantes estén buscando que nuestros futuros emprendedores y empresarios financieros conozcan el significado de la palabra "ética". Y los filósofos, si son atrevidos, si se atreven a pensar, podrían enseñárselo. 

De todas formas, se han quedado cortos. Digo yo que los de Lengua, mientras barremos el patio, podríamos dar Educación Física, y estos, mientras retozan por el gimnasio podrían hablar de 'Edipo Rey', hacer estiramientos y, simultáneamente, ponerle música a 'La metamorfosis', de Kafka. Y los de Música, ya se lo imaginan, a explicar Física y Química... Y al final de cada jornada, siguiendo los consejos de algunos expertos en convivencia en los centros educativos, todos, alumnos y profesores, nos fundiremos en un abrazo cósmico, que haga que se expanda por el aire de nuestro instituto todo el conocimiento que hemos asimilado, juntos, viviendo la fusión cognoscitiva, universal.

De todas formas, repito, todas estas delirantes medidas no vienen motivadas, exclusivamente, por la "necesidad" de hacer recortes, de "ahorrar gastos". Aunque es evidente que si ahora estamos "tan cualificados", apenas serán necesarias nuevas contrataciones. 

Ese ridículo decreto es, simplemente, un paso más en el proceso de deteriorar, lo más rápidamente posible, la enseñanza pública. Crear el caos en todo lo público, para justificar su desprecio. Para poner los recursos públicos en manos de la enseñanza privada. 

Para fragmentar la sociedad, y pretender que sólo los jóvenes de las clases superiores tengan acceso a la información, al conocimiento... tengan acceso al poder.

En principio, el proceso al que nos referimos, es largo, sin embargo, esta gente sin escrúpulos lo está llevando a cabo a una velocidad de vértigo. Sobre todo ese recorrido, planea ininterrupidamente el miserable desprecio hacia los profesores, los insultos constantes, las vejaciones. No vamos a repetir todos los ataques a que hemos sido sometidos, recordemos sólo a esa humorística secretaria de Educación que afirmó que "se ha invertido mucho en Educación, pero que sólo se ha hecho para subir el sueldo de los profesores" ('El ataque que no cesa... más leña a los profesores').

Esa simpática mujer es la que ahora está pensando en cómo articular la nueva orden que le han hecho los bancos: cambiar el sistema de becas por un sistema de préstamos.

Cada vez me acuerdo más de aquella niña de Rajoy. Simultáneamente, se aposenta en mi cerebro la imagen de la niña de el exorcista.

No obstante, yo prefiero pensar en los niños de verdad, en los de la gran mayoría, en los que no pertenecen a las élites económicas de este país.

Ese niño normal, si sus padres le pueden dar de comer,  atender sus necesidades más básicas, entrará en un colegio público de Enseñanza Primaria. Al acabar, da igual cómo, irá a un instituto público de Enseñanza Secundaria. Cuando lo haga, esos centros ya se habrán convertido en circos ingobernables, en edificios en los que las actividades serán planificadas por la señora tristeza.

Si con gran esfuerzo, y si todavía le dan de comer (y si tiene casa, y si su padre no se ha suicidado), logra acabar con éxito su paso por el instituto, se encontrará con un obstáculo, ahora ya gigantesco, que ha sido diseñado para él: impagables tasas universitarias, y escasas posibilidades de conseguir una beca. ¿Ahora qué, chaval?

Pongamos, no sabemos muy bien de qué manera, que consigue realizar sus estudios universitarios, terminar un grado, obtener un título que se supone le puede dar acceso a esa cosa que llaman mercado de trabajo.

Es ahí cuando viene lo mejor. Mira chaval, hemos reducido el grado (lo están pensando, de verdad) de cuatro años a tres. Y sí, has conseguido acabarlo. Pero, como comprenderás, un graducho de tres añitos de mierda, no te va a servir para nada. Si quieres seguir, perdona que me dé la risa, tendrás que pagarte tres o cuatro másteres, a 7.000 pavos cada uno. También estamos pensando subir el tiempo de los másteres de uno, a dos años

¿Cómo te quedas, chaval?

No podemos consentirlo.

Es hora de resistir. Tenemos que decir a nuestros alumnos que deben resistir. Que griten a los de arriba que, si les quieren expulsar del sistema, de la vida, tendrán que hacerlo a patadas. Que tienen que seguir luchando, en la calles, y en las aulas.

Que no podemos permitir que les quiten lo que entre todos les hemos dado. Que no les roben lo que es suyo.

Lo estamos tolerando, y nuestros hijos ya son los siguientes.




Viewing all articles
Browse latest Browse all 2602

Latest Images

Trending Articles