"A veces hay que romper las normas para aclarar las cosas... Vosotros sois príncipes"
(Las normas de la casa de la sidra, John Irving)
"Las calles, las aulas y los libros son vuestros.
Que no os desahucien mientras miráis el whatsapp"
VUESTRA REBELDÍA, HOY
Ellos, los del 1% quieren desahuciaros de la vida, exiliaros de la tierra de las oportunidades, Ellos están construyendo un muro gigantesco e inexpugnable para separaros a vosotros, los del 99%, de sus jóvenes, los del 1%. Quieren, convencidos de su poder, que la vida confortable, con futuro, ahíta de poder, sea solo para los suyos, y quieren que vosotros, la mayoría, discutáis torpemente sobre quién gestiona las migajas que Ellos, arrogantes, van a ir dejando por el camino, en el suelo, sucias... Quieren que vosotros, la gran tropa de la población, os peleéis por la miseria, que os entretengáis, ignorantes, en la tierra de los sueños inexistentes, en el subsuelo de las promesas prohibidas.
Existen muchas formas de poner encima de la mesa las dos letras heroicas que quieren estrellarse en la cara de Ellos, dos letras que sirven para que abran los ojos y sepan que estáis aquí, aquí y ahora, dos letras: NO, no nos vamos a quedar así, quietos, viendo lentamente cómo nos cortáis el grifo de la vida, NO.
Sí, muchas formas de rebeldía, muchos modos de resistencia, hablemos de dos.
1º Leer.
2º No abandonar nunca ni las aulas, ni la calle.
1º Porque cada vez que decidís pararos y leer un libro estáis dando una bofetada en el siniestro rostro de las grandes corporaciones y empresas (consustanciales al poder, el poder, vamos) que quieren convertiros en robots idiotizados, esclavos de máquinas y botones, sin tiempo ni ganas para pensar. Cada vez que leéis estáis diciendo NO a todos esos que os ven, os desean, como esclavos consumidores sin alma, sujetos a perpetuidad al discurso del Amo. Siempre, cuando detenéis el tiempo viendo como las palabras escritas forman riachuelos de significado, obligando a vuestra inteligencia a hacerse presente, siempre, las palabras verdaderas, esas que Ellos han prostituido, alargan su vida y se prestan orgullosas a ayudaros en la batalla por la dignidad. Se trata de que vosotros consigáis que las multinacionales fallen en su infernal estrategia, dándole la vuelta a la necesaria y perspicaz advertencia de Junot Díaz, Las multinacionales han secuestrado la imaginación de los jóvenes y no les van a dejar volver a la lectura.
Que no ganen esa batalla, la batalla.
2º Ya no es necesario explicar que a vosotros, a la gran mayoría de los jóvenes, os quieren expulsar del sistema educativo, esto es, os quieren echar de la vida. Os van a decir que no servís, que no hay sitio para todos, que en la vida tiene que haber de todo, que existen unos itinerarios, de tercera categoría, que son los adecuados para vosotros, que tenéis que ser humildes y reconocer que probablemente vuestro sitio en la vida está en las afueras, en los arrabales de la economía, en las chabolas periféricas de este capitalismo satánico..
Mentira. Vosotros podéis ser lo que queráis ser.
Y eso es lo que quieren cambiar, lo que están cambiando. No podéis permitir que os digan que solo valéis para lo que Ellos dicen.
Por eso quieren echaros de las aulas de los institutos, de las aulas de la Universidad. Aferraros a ellas. Que tengan que echaros a patadas, que no puedan echaros. Nosotros estaremos allí, para ayudaros en la resistencia. No preguntéis quiénes son "nosotros", ya lo sabéis.
Y la calle, siempre la calle. Con inteligencia, en la calle. Con la razón, en la calle, Con rabia, en la calle. Con vuestras armas, las palabras y la verdad, en la calle. Tomando las calles, demostrándoles que seguís ahí, y que no va a ser tan fácil echaros.
¿Sabéis que mientras recortan salvajemente los presupuestos de Educación, de Investigación, permanecen los de la Iglesia Católica y aumentan de forma brutal los de los Cuerpos de Seguridad, los de los Antidisturbios? Os siguen temiendo. Nos siguen temiendo.
A la calle, con Gabriel Celaya,
"A la calle, que ya es hora de pasearnos a cuerpo y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo nuevo"
En la calle, y con las palabras de Alonso Quijano, Don Quijote, grabadas a fuego en el pecho:
"La sangre se hereda y la virtud se conquista, y la virtud vale por sí sola lo que la sangre no vale"
"Cada cual es hijo de sus obras"
"Yo sé quién soy, y quién puedo ser"
Y como le dice el padre a su hijo en la siguiente escena, nunca dejéis que nadie os diga que no podéis hacer algo... si tenéis un sueño, tenéis vuestro derecho de ir a por el, que no os lo roben.
Existen muchas formas de poner encima de la mesa las dos letras heroicas que quieren estrellarse en la cara de Ellos, dos letras que sirven para que abran los ojos y sepan que estáis aquí, aquí y ahora, dos letras: NO, no nos vamos a quedar así, quietos, viendo lentamente cómo nos cortáis el grifo de la vida, NO.
Sí, muchas formas de rebeldía, muchos modos de resistencia, hablemos de dos.
1º Leer.
2º No abandonar nunca ni las aulas, ni la calle.
1º Porque cada vez que decidís pararos y leer un libro estáis dando una bofetada en el siniestro rostro de las grandes corporaciones y empresas (consustanciales al poder, el poder, vamos) que quieren convertiros en robots idiotizados, esclavos de máquinas y botones, sin tiempo ni ganas para pensar. Cada vez que leéis estáis diciendo NO a todos esos que os ven, os desean, como esclavos consumidores sin alma, sujetos a perpetuidad al discurso del Amo. Siempre, cuando detenéis el tiempo viendo como las palabras escritas forman riachuelos de significado, obligando a vuestra inteligencia a hacerse presente, siempre, las palabras verdaderas, esas que Ellos han prostituido, alargan su vida y se prestan orgullosas a ayudaros en la batalla por la dignidad. Se trata de que vosotros consigáis que las multinacionales fallen en su infernal estrategia, dándole la vuelta a la necesaria y perspicaz advertencia de Junot Díaz, Las multinacionales han secuestrado la imaginación de los jóvenes y no les van a dejar volver a la lectura.
Que no ganen esa batalla, la batalla.
2º Ya no es necesario explicar que a vosotros, a la gran mayoría de los jóvenes, os quieren expulsar del sistema educativo, esto es, os quieren echar de la vida. Os van a decir que no servís, que no hay sitio para todos, que en la vida tiene que haber de todo, que existen unos itinerarios, de tercera categoría, que son los adecuados para vosotros, que tenéis que ser humildes y reconocer que probablemente vuestro sitio en la vida está en las afueras, en los arrabales de la economía, en las chabolas periféricas de este capitalismo satánico..
Mentira. Vosotros podéis ser lo que queráis ser.
Y eso es lo que quieren cambiar, lo que están cambiando. No podéis permitir que os digan que solo valéis para lo que Ellos dicen.
Por eso quieren echaros de las aulas de los institutos, de las aulas de la Universidad. Aferraros a ellas. Que tengan que echaros a patadas, que no puedan echaros. Nosotros estaremos allí, para ayudaros en la resistencia. No preguntéis quiénes son "nosotros", ya lo sabéis.
Y la calle, siempre la calle. Con inteligencia, en la calle. Con la razón, en la calle, Con rabia, en la calle. Con vuestras armas, las palabras y la verdad, en la calle. Tomando las calles, demostrándoles que seguís ahí, y que no va a ser tan fácil echaros.
¿Sabéis que mientras recortan salvajemente los presupuestos de Educación, de Investigación, permanecen los de la Iglesia Católica y aumentan de forma brutal los de los Cuerpos de Seguridad, los de los Antidisturbios? Os siguen temiendo. Nos siguen temiendo.
A la calle, con Gabriel Celaya,
"A la calle, que ya es hora de pasearnos a cuerpo y mostrar que, pues vivimos, anunciamos algo nuevo"
En la calle, y con las palabras de Alonso Quijano, Don Quijote, grabadas a fuego en el pecho:
"La sangre se hereda y la virtud se conquista, y la virtud vale por sí sola lo que la sangre no vale"
"Cada cual es hijo de sus obras"
"Yo sé quién soy, y quién puedo ser"
Y como le dice el padre a su hijo en la siguiente escena, nunca dejéis que nadie os diga que no podéis hacer algo... si tenéis un sueño, tenéis vuestro derecho de ir a por el, que no os lo roben.
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