"... El uso de las palabras me está volviendo loco y ahora no sé dónde coño he puesto el pen, el lápiz, por qué lo llaman lápiz, en el que había archivado el examen de mañana, a lo peor está en la nube, pero y yo, yo qué hago, buscaré una escalera, ay ahora Machado y sus nubes saeteras, dejadme. Son sólo nubes, no te canses, pero por qué se retuerce tanto todo"
LA NUBE
Fue entonces cuando él me dijo no te preocupes, todo eso, todos esos archivos se quedan en la nube. Y yo, claro, me quedé con una cara de gilipollas que había que verla. Miré al cielo con esa cara de idiota, gerundia (ya saben que es mi estado natural), y en un éxtasis de imbecilidad pensé que cómo coño iba a subir yo allí a recuperar mis cosillas. Hasta me pareció que él supo supo traducir mis gestos de subnormal, mirando hacia arriba, enseñando dubitativos dientes, mostrando lo que se esforzaba por ser el principio del homo sapiens, una ilusión. Hasta pensé en ponerme en contacto con el hombre del tiempo, Mariano Medina, a los de ahora no les comprendo, hablan demasiado, con ese croma (creo se dice así, es que esto de la palabras) detrás y, además, supongo que Mariano estará en la nube, en el terreno, como un corresponsal, eso es.
La nube, las nubes, a mí me vino Azorín reinventándose la historia de Calixto y Melibea, pero no era eso. Sin embargo, me quedé pillado con el texto de ese escribidor jugoso en sus descripciones, en sus delirios, tranquilo y mirando al cielo, eso de imaginar a los dos personajes dieciocho años después de todo lo que habían pasado, tiene cojones, y otra vez la nube, y esas palabras extrañas que ahogan mi entendimiento, ¿acaso Calixto y Melibea ya conocían el eso del metaverso? Joder, si es así, estoy algo más que perdido, y mis archivos también.
El uso de las palabras me está volviendo loco y ahora no sé dónde coño he puesto el pen, el lápiz, por qué lo llaman lápiz, en el que había archivado el examen de mañana, a lo peor está en la nube, pero y yo, yo qué hago, buscaré una escalera, ay ahora Machado y sus nubes saeteras, dejadme. Son sólo nubes, no te canses, pero por qué se retuerce tanto todo. A nosotros, los simples, nos gustan las cosas claras, una nube es una nube, un texto es un texto, aunque yo ahora esté esperando que se precipiten los míos desde la nube, hostias, ahora entiendo por qué a las lluvias les llaman precipitaciones, tal vez si esta noche llueve, recupere ese examen, que tampoco es tan importante. Lo que nunca entenderé es lo de anticiclón, siempre me sonará a monstruos, a escudo antimisiles, no sé. Todo es un lío.
Creo que lo que pasa es que soy yo el que está en las nubes.
Así que voy a ver si Cernuda me precipita,