"Si fuera posible, llamaríamos lugar al descampado de la foto. Pero lugar significa sitio y esto parece un antisitio. No obstante, pese a su escasez ontológica, se encuentra en un hueco de la frontera entre Turquía y Grecia por el que un grupo de migrantes intenta pasar a Europa. Ahora están esperando la comida, de ahí la cola que se aprecia al fondo. Quizá llegue, quizá no..."
"Casi 2.500 millones de personas se han encerrado en sus casas... ¿Qué hacen los otros 5.000 millones de seres humanos?"
BULENT KILIC AFP
¿QUÉ VALE ESTO?
Si fuera posible, llamaríamos lugar al descampado de la foto. Pero lugar significa sitio y esto parece un antisitio. No obstante, pese a su escasez ontológica, se encuentra en un hueco de la frontera entre Turquía y Grecia por el que un grupo de migrantes intenta pasar a Europa. Ahora están esperando la comida, de ahí la cola que se aprecia al fondo. Quizá llegue, quizá no, ya que los Gobiernos europeos ponen muchas trabas a las organizaciones que se dedican al asunto de la salvación de los cuerpos. Tal vez los salvadores de las almas lo tuvieran más sencillo, pero los políticos que creen en la existencia de las almas suelen ser los más crueles a la hora del cuidado de los cuerpos. El mundo es un caos.
Lo que nos ha llamado la atención es la tienda del primer plano en la que se refugia una mujer siria con sus hijos. Es de plástico cosido a base de grandes costurones y soportado por un ligero esqueleto de madera. La textura del material evoca la de una membrana de carácter orgánico: una de esas bolsas amnióticas envueltas en las cuales vienen al mundo algunos mamíferos como el niño de la imagen, que parece intentar rasgarla para salir a la vida. Si la choza no fuera real, tan realista incluso, si el plástico no estuviera sujeto al suelo por esos terrones de barro áspero, de los que sobresalen algunas raíces secas, y nos la presentaran como una instalación de Arco, por poner un ejemplo, nos habría gustado mucho, tal vez hubiéramos preguntado por el precio.
—¿Qué vale esto?
Si el arte tuviera un precio inmoral, el de esta pieza sería incalculable.
(Fuente: El País Semanal, 29-03-2020)
"Si hay clases entre los confinados, también las hay entre los que no pueden ni siquiera confinarse. En el fondo del pozo, a merced de la enfermedad, están quienes huyen de guerras y persecuciones. Los refugiados sirios se han hecho invisibles, pero siguen existiendo y ahora son todavía más vulnerables. También les sucede a los rohinyás de Myanmar (antigua Birmania) o a los refugiados palestinos de Cisjordania y especialmente de Gaza, a las columnas de migrantes expulsadas de las ciudades en la India o a quienes se hallan atrapados y bajo las bombas en Afganistán, Yemen y Libia"
EL PRIVILEGIO DE LOS CONFINADOS
Una tercera parte de la humanidad está confinada. Casi 2.500 millones de personas se han encerrado en sus casas para evitar el contagio y 1.500 millones de niños y jóvenes han abandonado momentáneamente sus estudios. ¿Qué hacen los otros 5.000 millones de seres humanos?
Hay 2.200 millones que carecen de agua potable y 4.200 millones sin servicios de saneamiento. Son 1.600 millones los que habitan espacios insuficientes y precarios y, de estos, 1.000 millones malviven en cubículos improvisados o en la calle. Para ellos es imposible lavarse las manos y mantener la distancia social. No caben cuarentenas ni confinamientos en su caso. No hablemos ya de la protección de guantes y mascarillas, de difícil acceso en todas partes ante una demanda disparada.
Si caen enfermos, y muchos caerán, difícilmente serán atendidos, especialmente en las zonas rurales, donde la asistencia sanitaria, que alcanza al 20% de la población urbana, solo llega a la mitad de quienes viven en el campo. Las carencias son ahora universales. También en países tan ricos como Estados Unidos faltan mascarillas, protección para médicos y enfermeros y sobre todo, los test, estas pruebas que la OMS considera indispensables para frenar la epidemia.
Los últimos de la cola son los que no están confinados, quizás dos terceras partes de la humanidad, y también serán los últimos en recibir medicamentos y vacunas, cuando existan. Son los que más sufrirán y también sus países, ahora con la epidemia y luego con sus efectos. Es un retroceso para todos, pero más para los más necesitados. De todo lo malo habrá más: pobreza, desnutrición, precariedad habitacional, incluso desigualdad y violencia de género. Naciones Unidas ha señalado que la población infantil más vulnerable comerá peor estos días y se verá sometida a malos tratos y matrimonios forzados.
Si hay clases entre los confinados, también las hay entre los que no pueden ni siquiera confinarse. En el fondo del pozo, a merced de la enfermedad, están quienes huyen de guerras y persecuciones. Los refugiados sirios se han hecho invisibles, pero siguen existiendo y ahora son todavía más vulnerables. También les sucede a los rohinyás de Myanmar (antigua Birmania) o a los refugiados palestinos de Cisjordania y especialmente de Gaza, a las columnas de migrantes expulsadas de las ciudades en la India o a quienes se hallan atrapados y bajo las bombas en Afganistán, Yemen y Libia.
También hay inconfinables cerca de donde habitan los confinados: presos hacinados en cárceles, internos de los centros para extranjeros, enfermos mentales, ancianos solitarios y personas sin techo, que abundan en las ciudades del mundo más desarrollado. Todos ellos son presa fácil y a la vez transmisores del virus.
No es una cuestión de solidaridad tan solo. La pandemia es global, como global será la crisis económica que se nos viene encima y también global y multilateral deberá ser la reacción si queremos encontrar pronto la salida.
(Fuente: El País, 02-04-2020)
ACTIVIDAD
¿Cree usted que en la actual situación, pandemia, confinamiento, miedo, es imposible pararse a pensar en los que están peor que nosotros, o hablar de ellos, intentar ayudar, debería ser un deber inexcusable? Elabore un texto argumentativo, entre 200 y 250 palabras, respondiendo a la pregunta, eligiendo el tipo de estructura que considere adecuada. Se amplía hasta 250 palabras la extensión del texto argumentativo. (2 puntos)
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