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EL 'DECAMERÓN', por Julio Llamazares / PROPUESTA DE EXAMEN (entradas de apoyo)

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"... diez florentinos —siete mujeres y tres hombres— deciden huir de su ciudad y refugiarse en una villa campestre mientras la peste siga... los personajes entretendrán el tiempo contándose historias por turno...

El ejemplo del Decamerón debería servirnos para que estos difíciles.... Si para algo sirve la literatura es para encontrar consuelo en medio de la adversidad y para llenar de esperanza el tiempo como en aquella villa florentina de Bocaccio en la que la fantasía salvó a sus protagonistas del miedo"


EL 'DECAMERÓN'

Al paso de la epidemia que, como un tsunami de pesadilla, está asolando el planeta desde su aparición en China, muchos son los que han recordado obras tanto cinematográficas como literarias que evocan o anticiparon lo que hoy está sucediendo en el mundo: La peste, de Albert Camus; Los novios, de Alessandro Manzoni; La peste escarlata, de Jack London; Diarios del año de la peste, de Daniel Defoe; El último hombre, de Mary Shelley, Némesis, de Philip Roth... Muy pocos, sin embargo, han recordado, al menos que yo haya leído, el Decamerón, de Bocaccio, cuya historia transcurre en medio de la epidemia de peste bubónica que diezmó a la población de Florencia en el año 1348. Posiblemente porque en el Decamerón no se abordan tanto los detalles de la enfermedad como la oportunidad que les brinda a sus protagonistas de llenar su tiempo de cuarentena, que pasan aislados en una casa de campo, de narraciones orales y de imaginación.
Recuerdo brevemente para aquellos que no lo hayan leído el argumento del Decamerón: diez florentinos —siete mujeres y tres hombres— deciden huir de su ciudad y refugiarse en una villa campestre mientras la peste siga azotando a la capital de los Médici. Durante los días que dura su reclusión, los personajes entretendrán el tiempo contándose historias por turno hasta completar las 101 que componen la obra de Bocaccio, pues en la introducción a la cuarta jornada este añade un relato más a los 10 de cada uno de ellos. Contra lo que cabría pensar, la mayoría de las historias que los protagonistas se cuentan unos a otros son de carácter festivo y erótico, sin rastro de temor ni de inquietud por lo que está sucediendo entretanto en Florencia. Bocaccio escribió el Decamerón cuando el Renacimiento se atisbaba en el horizonte y la humanidad dejaba atrás la Edad Media con su paisaje de oscuridad, Inquisiciones y pestes físicas y morales. La idea del carpe diem prima entre los protagonistas en lugar del ¿ubi sunt (los muertos)? medieval.
Cuento esto porque es exactamente lo contrario de lo que observo a mi alrededor en estos días de imprevista cuarentena a la que el coronavirus, la enfermedad que recorre el mundo, nos está obligando a los habitantes de Europa, un continente habituado desde hace décadas a vivir en seguridad y paz. La costumbre, que creíamos ya un derecho, nos ha fragilizado de tal modo que todo lo que no sea vivir como hasta ahora nos parece inaceptable, y nos rebelamos contra la realidad. De ahí el temor que se ha establecido en todos y de ahí las reacciones infantiles, de no aceptar lo que está ocurriendo, de muchas personas que, en lugar de colaborar a no difundir el miedo, contribuyen a su propagación a través de las redes sociales y de todos los medios a su alcance.
El ejemplo del Decamerón debería servirnos para que estos difíciles días, que pasarán, no tengo ninguna duda, como han pasado todos a lo largo de la historia, no se llenen de sombra y de inquietud, al contrario. Si para algo sirve la literatura (y quien dice la literatura dice el cine y cualquiera de las formas de creación y entretenimiento de las que disponemos hoy gracias a las tecnologías) es para encontrar consuelo en medio de la adversidad y para llenar de esperanza el tiempo como en aquella villa florentina de Bocaccio en la que la fantasía salvó a sus protagonistas del miedo.
(Fuente: El País, 14-03-2020)
ENTRADA RELACIONADA:

'EL CUARTO DE LOS NIÑOS', por Gustavo Martín Garzo / 'LA HISTORIA DE ISABETTA Y LA MACETA DE ALBAHACA' ('EL DECAMERÓN)

(
"El tema central de El Decamerón será lo humano. No lo humano idealizado, reflejo de un orden superior, sino el ser humano real, con sus virtudes y defectos.Y, por encima de todo, el hombre animado por el deseo... Chesterton escribió que las dos cárceles que amenazan la libertad de los hombres son la cárcel del puritanismo y la cárcel del pesimismo, y El Decamerón logra escapar de las dos y, como el cuarto de los niños, “guarda goces que el puritano no puede prohibir ni el pesimista negar”. El mundo del relato sustituye al paraíso y nos lo recuerda")

PROPUESTA DE EXAMEN

1ª Indique las ideas del texto y exponga esquemáticamente su organización. En la puntuación de esta pregunta se tendrá en cuenta: a) la identificación de las ideas (hasta 0,5 puntos); b) la exposición de su organización (hasta 0,5 puntos); y c) la indicación razonada de su estructura (hasta 0,5 puntos).

2ª Indique y explique la intención comunicativa del autor (0'5 puntos), y comente dos mecanismos de cohesión que refuercen la coherencia textual. (1 punto)

3ª ¿Cree usted que la literatura, el arte, pueden constituir un refugio para la tranquilidad en épocas de crisis, como esta? Elabore un texto argumentativo, entre 200 y 250 palabras, respondiendo a la pregunta, eligiendo el tipo de estructura que considere adecuada. Se amplía hasta 250 palabras la extensión del texto argumentativo. (2 puntos)


4ªa Análisis sintáctico (1'5 puntos):

La costumbre, que creíamos ya un derecho, nos ha fragilizado de tal modo que todo lo que no sea vivir como hasta ahora nos parece inaceptable


4ªb Señale dos marcas de subjetividad en el texto, y comente su efecto.

5ªa La narrativa española del siglo XX hasta 1939. Se modifica la calificación de la pregunta 5a, que pasa a tener 1,5 puntos; por el contrario, la pregunta 5b pasa a tener 1 punto.

5ªb Comente la relación que se podría establecer entre las tragedias rurales de García Lorca y el título que Cernuda decide para sus Obras completas, 'La realidad y el deseo'' (1 punto).


SUGERENCIA PARA LA RESPUESTA A LA ÚLTIMA PREGUNTA, 5ªB:

"... Pues bien, entendemos que la expresión que eligió el poeta sevillano para aglutinar sus obras completas merece ser el principio. Por eso, en nuestro caso, aparte de la propuesta que ahora concretaremos, vamos a proponer a nuestros alumnos que empiecen con la lectura de 'Los placeres prohibidos', y 'Donde habite el olvido' y, concretamente, con dos poemas que por muy conocidos, leídos que estén, son los que mejor explican, creemos, el porqué de ese título. Nos referimos, obviamente a 'Si el hombre pudiera decir' y 'Donde habite el olvido'.

Pensamos además que esos dos poemas nos podrían servir para enlazar nuestro trabajo con el teatro de García Lorca, con las tragedias rurales. Confrontar el principio del placer, de libertad, con el principio de autoridad que definen esas obras universales. Como la pulsión del deseo, de la libertad, se choca con la autoridad, con las convenciones, no sólo religiosas, sociales, las que hacen que nos preguntemos qué es lo que realmente queremos, si realmente el hombre pudiera decir. Pueden ser las mismas que hacían estrellarse en las mismas estrellas de la palabra poética el deseo de Cernuda con esa puñetera realidad que todo lo ordena, que todo lo diluye.")

MÁS SOBRE CERNUDA:


("Un deseo que choca fundamentalmente contra un mundo no habitable, choca contra los muros de la realidad que se impone. Una realidad terca y arrogante que reprime al yo del sujeto, al yo poético que intenta levantarlo... Pero es un deseo que también choca, y quizá esto sea lo peor, contra la imposiblidad del deseo, "... el deseo es una pregunta cuya respuesta no existe... el deseo es pregunta cuya respuesta nadie sabe."  Muchos años más tarde, Juan Perro (Santiago Auserón) lo confirmaría: "El deseo es una flecha disparada, que en la espalda del arquero está clavada." Cernuda, Santiago Auserón, Antonio Vega, Antonio Gala, Manolo Tena..."




(""El deseo me llevaba hacia la realidad que se ofrecía ante mis ojos como si sólo con su posesión pudiera alcanzar certeza de mi propia vida. Mas como esa posesión jamás la he alcanzado sino de modo precario, de ahí la corriente contradictoria, de hostilidad ante el irónico atractivo de la realidad… Así, pues, la esencia del problema poético, a mi entender, la constituye el conflicto entre la realidad y el deseo, entre apariencia y verdad..." (Luis Cernuda)

("Vamos a empezar buceando en el significado que tenía para Cernuda llamar al conjunto de su obra 'La Realidad y el Deseo'... esos dos poemas nos podrían servir para enlazar nuestro trabajo con el teatro de García Lorca, con las tragedias rurales. Confrontar el principio del placer, de libertad, con el principio de autoridad que definen esas obras universales. Como la pulsión del deseo, de la libertad, se choca con la autoridad, con las convenciones, las que hacen que nos preguntemos qué es lo que realmente queremos, si realmente el hombre pudiera decir...)

("Al igual que Baudelaire, Cernuda abomina de la civilización moderna, desmitifica sus valores y se interroga, con pasión y con ira, acerca del papel del poeta en un mundo regido por la codicia de los fuertes y cobardía de los débiles. La conciencia del tiempo, del paso de los años, la vejez y la muerte, la multitud urbana, son asimismo constantes en Cernuda como lo fueron en Baudelaire")


("Imagino a Cernuda tras todas las pancartas, como bajando por la Gran Vía, junto a Vicente Aleixandre, empujado por la riada ciudadana de la proclamación de la República; imagino a Cernuda en pie frente al Congreso, con esa fortaleza de su fragilidad, gritando que “No nos representan”)


(... Tú sola quedas con el deseo, con este deseo que aparenta ser mío y ni siquiera es mío, sino el deseo de todos, malvados, inocentes, enamorados o canallas.) 


("... la dignidad de la conciencia individual es imprescindible “como testigo irrefutable / de toda la nobleza humana”. Son lecciones muy vivas de su poesía, ahora que uno de sus enemigos más poderosos, el capitalismo, extrema la destrucción de las conciencias individuales y de los espacios públicos. El futuro es hoy... el poema es un espacio público, objetivo y su dimensión depende de que sea habitado y vivido por el lector")


("En este momento dramático del mundo, el artista debe llorar y reír con su pueblo… El dolor del hombre y la injusticia constante que mana del mundo y de mi propio cuerpo y mi propio pensamiento, me evitan trasladar mi casa a las estrellas…", Federico García Lorca)



ENTRADAS DE APOYO:

(El modelo de examen para la prueba de acceso y admisión a la Universidad ha sufrido algunos cambios en la asignatura de Lengua Castellana y Literatura. Uno de ellos ha sido la sustitución del comentario crítico por la elaboración de un discurso argumentativo que responda a una pregunta previamente planteada... algunas pautas que pueden ayudar a la redacción de ese texto. (...) Imaginemos que estamos defendiendo la tesis de que la Educación, el Conocimiento, constituyen los pilares fundamentales de una sociedad. Podríamos acordarnos de Sócrates y apuntar que según el filósofo griego, "La ignorancia es el único mal")


 
(En las nuevas directrices para PEvVAU en Andalucía, la primera parte de la segunda pregunta dice así: "Indique y explique la intención comunicativa del autor..." Lo primero que podríamos hacer es imaginar que tenemos al autor del texto delante y que le podemos hacer la siguiente pregunta. "Oiga, ¿usted qué pretendía al escribir este texto?El autor se vería obligado a contestar en primer lugar con un verbo en infinitivo: advertir, denunciar, reflexionar... podríamos dividir la respuesta a la pregunta planteada en dos partes...") 





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