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'ABRIL', por J. Llamazares / 'EL MENSAJE DEL VIENTO DE MARZO', de W. Morris / 'APRIL SKIES', The Jesus And Mary Chain

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"Lo prescindible no deja ver lo importante, lo cotidiano e inmediato anula nuestro entendimiento tanto como para no reparar en que las estaciones siguen su curso ajenas a nuestros desvelos y que el tiempo, lo verdaderamente irrecuperable y valioso de todo lo que tenemos, se nos va de entre las manos mientras discutimos sobre esto y lo otro, sobre cuestiones que a veces no nos importan más allá de quedarnos con la razón, ese mito creado por la inteligencia que de inteligente tiene muy poco a menudo. Abril, el mes de las lilas y de las raíces nuevas..."

“Levántense por la mañana y diríjanse hacia la duda y hacia la lucha; unan su esperanza a la nuestra, mezclen su pesar con el nuestro, y busquen el amor del pueblo durante los días breves de la vida.”

'El camino en el jardín', de Claude Monet

ABRIL

Abril es el mes más cruel: engendra / lilas de la tierra muerta, mezcla /recuerdos y anhelos, despierta / inertes raíces con lluvias primaverales. / El invierno nos mantuvo cálidos, cubriendo / la tierra con nieve olvidadiza, nutriendo / una pequeña vida con tubérculos secos…”.
La pausa impuesta por ley de la que los españoles disfrutamos hoy, la primera en una larga campaña electoral que dura ya varios años y que continuará mañana, pues tiene una segunda vuelta en un mes, deberíamos dedicarla a leer poesía, ese envés de lo real que es lo único que permanecerá en el tiempo. Por ejemplo, a ese libro maravilloso al que pertenecen los versos con los que he abierto este artículo, que el norteamericano T. S. Eliot dedicó a su amigo Ezra Pound y que forma parte ya del patrimonio moral y poético de la humanidad, La tierra baldía:“¿Cuáles son las raíces que arraigan, qué ramas crecen / en estos pétreos desperdicios? Oh hijo del hombre, / no puedes decirlo ni adivinarlo; tú solo conoces / un montón de imágenes rotas, donde el sol bate, / y el árbol muerto no cobija, el grito no consuela / y la piedra seca no da agua rumorosa. Solo / hay sombra bajo esta roca roja (ven a cobijarte bajo esta sombra roja)…”.
Lo prescindible no deja ver lo importante, lo cotidiano e inmediato anula nuestro entendimiento tanto como para no reparar en que las estaciones siguen su curso ajenas a nuestros desvelos y que el tiempo, lo verdaderamente irrecuperable y valioso de todo lo que tenemos, se nos va de entre las manos mientras discutimos sobre esto y lo otro, sobre cuestiones que a veces no nos importan más allá de quedarnos con la razón, ese mito creado por la inteligencia que de inteligente tiene muy poco a menudo. Abril, el mes de las lilas y de las raíces nuevas, la estación en la que la tierra muerta renace después de un invierno largo incluso en este país de suaves temperaturas, se nos va un año más de los calendarios y la mayoría de los españoles lo hemos perdido, aturdidos por las procesiones y los tambores de la Semana Santa nacional y por la sobreexposición a una propaganda electoral que no conoce límites y que llena de ruido y de furia a una población convencida de que la vida ha de ser así, pues lo único importante para muchos es quién ha de gobernar el país y de qué manera. Por eso, este día llamado de reflexión que verdaderamente habría que decir de despresurización colectiva de palabras y de consignas electorales, muchos lo ven como un agujero negro, un día de espera absurdo y sin contenido, cuando para lo que debería servirles es para darse cuenta de que los verdaderamente absurdos e insustanciales han sido todos los anteriores, en tanto en cuanto les han impedido apreciar lo que más importa: el renacer de la vida y de la naturaleza un año más después del oscuro invierno, la llegada de las lluvias a un país que tanto las necesita, el despertar de los sentimientos y las pasiones en las personas por encima de las ideologías, la algarabía de los jardines y de unos pájaros a los que la organización del mundo les trae sin preocupación mientras existan árboles en los que posarse. Escucharlos mientras leemos los versos de T. S. Eliot o de cualquier otro poeta al lado de un vermut o una cerveza es la mejor reflexión que podemos hacer hoy, último sábado de un mes de abril que se nos va como todos sin darnos cuenta: “Me senté en la orilla / a pescar, con la árida llanura a mi espalda / ¿Pondré por lo menos orden en mis tierras?...”.
(Fuente: El País, 27-04-2019)
EL MENSAJE DEL VIENTO DE MARZO

Bella es la primavera ahora, y ahora la tierra mira
     
 con los ojos de un amante la cara del sol;
dura mucho tiempo la luz del día, y la esperanza abraza
los acres de verde que ya se florecen en aumentos.


Aquí es dulce, es dulce errar por la tierra
      entre los pájaros y las flores y las bestias de los campos;
Se mezcla amor con amor, y ningún mal abruma
      tu corazón o el mío, donde todo pesar es curado.


De condado a condado, a lo largo de colinas y parcelas,
      ya hemos vagado lejos, y fue largo el día,
mas ahora se acerca la víspera al borde de la aldea,
      donde la iglesia gris se destaca sobre la pared gris.


Hay viento en la luz crepuscular; en la vía blanca ante nosotros
      las pajas del corral de los bueyes vuelan alrededor en el aire;
se levanta el canto de la luna, y en lo alto tirita un astro,
      y la veleta de la cúspide dudosamente ondula.


La carretera desciende allí abajo, hacia el puente que atraviesa
      el arroyo que se ajetrea al Támesis y al mar.
Acércate, dulce, somos amante y amante;
      esta noche a la dicha y a mí eres dada.


¿Siempre estaremos felices? Acércate y escucha bien:
      me dijeron allá que tres campos más abajo, cuando la luna 
nueva
se pone, si el cielo de marzo se oscurece, desde la cima del cerro
      quizás veremos el resplandor de la gran ciudad.


¡Escucha el viento en las ramas de olmo! Sopla de Londres,
      y del oro y de la esperanza y del desasosiego relata,
del poder que no puede; de la sabiduría que sabe
      pero que no enseña nada de lo peor y de lo mejor.


De los ricos relata, y raro es el cuento
      como tienen, y anhelan, y agarran a lo lejos;
y viven y mueren, y la tierra y su gloria
      les han sido como un peso que no pueden tolerar.


¡Eschuchen! El viento de marzo relata de nuevo de una gente,
      de la vida que vive allá, tan demacrado y lúgubre
que si nosotros y nuestro amor entre ellos residiéramos
      mi cariño fallaría, tu belleza se oscurecería.


La tierra que amamos en amor y en ocio
      les cuelga en las alturas, fuera de su alcance;
las colinas anchas sobre el llano del mar no les gustan,
      las casas grises de sus padres no les divulgan su historia.


Los cantantes han cantado y los constructores han construido,
      los pintores han moldeado sus cuentos encantadores;
¿Para qué se ha dorado el libraco del mundo, para quién,
      cuando todo es para éstos, excepto el negro de la noche?


¿Qué largo y para qué perseveran con paciencia?
¿Cuántas veces, cuantas veces será contada su historia,
mientras la esperanza que nadie busca se esconde en oscuridad
y, congojado y dolido, se envejece el mundo?


Volvamos al mesón, mi amor, a las luces y al fuego,
      a la melodía vieja del violinista, al arrastramiento de los pies;
pronto habrá allí reposo y deseo,
      y allí será dulce el alba de la mañana.


Mas mientras nos paseamos, amor, el viento sopla atrás,
      llevando el último cuento que narra esta noche,
como aquí en la primavera el mensaje nos halla;
      pues la esperanza que nadie busca sale a la luz.


Como la semilla del medio invierno, inobservado, imperecedera,
      como el trigo sembrado en otoño que bajo la nieve es verde,
como el amor que nos abrumó, desprevenidos, sin amar,
      como el bebé bajo tu faja que crece oculto,


así brota y crece la esperanza del pueblo --
      huyen, delante de ella, el reposo, la ceguera, y el temor;
nos manda que aprendamos toda la sabiduría que sabe;
      nos ha hallado y agarrado, y nos manda que oigamos,


pues lleva el mensaje: “Levántense por la mañana
      y diríjanse hacia la duda y hacia la lucha;
unan su esperanza a la nuestra, mezclen su pesar con el nuestro,
      y busquen el amor del pueblo durante los días breves de la vida.”


¡Pero miren! El viejo mesón, y las luces y el fuego,
      y la melodía vieja del violinista, y el arrastramiento de los 
pies--
pronto nos habrá quietud y reposo y deseo,
      y el alzamiento de la mañana en hechos será dulce.


LETRA:
Hey honey what you trying to say
As I stand here
Don't you walk away
And the world comes tumbling down
Hand in hand in a violent life
Making love on the edge of a knife
And the world comes tumbling down
And it's hard
For me to say
And it's hard
For me to stay
I'm going down
To be by myself
I'm going back
For the good of my health
And there's one thing
I couldn't do
Sacrifice myself to you
Sacrifice
Baby baby I just can't see
Just what you mean to me
I take my aim and I fake my words
I'm just your long time curse
And if you walk away
I can't take it
But that's the way that you are
And that's the things that you say
But now you've gone too far
With all the things you say
Get back to where you come from
I can't help it
Under the April skies
Under the April sun
Sun grows cold
Sky gets black
And you broke me up
And now you won't come back
Shaking hand, life is dead
And a broken heart
And a screaming head
Under the April sky





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