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Channel: Lengua y Literatura de Bachillerato... y otras cosas
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'LOS LIBROS REBELDES', por Aroa M. Durán / 'SI ESTO ES UN HOMBRE', de P. Levi / 'EL EXTRANJERO' (fragmento) / 'LOS DESPOSEÍDOS' (fragmentos) / 'RÉQUIEM'

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"... la palabra está comprometida con su tiempo... existe una escritura que nace de una rebelión mucho más íntima y privada y que no es otra que la creación de nuevos universos, nuevas vidas, o encarar el espejo contra nosotros mismos, resultado de la insatisfacción de un autor frente un sistema roto y en crisis. El escritor se rebela y se resiste contra el mundo que lo contiene para narrar mediante ficciones nuevos paisajes para la libertad... El lenguaje nos construye y la literatura tiene poder..."

'Libros y reloj', de Miguel Barceló

"Rebeldía y resistencia. Escribir desde la sangre y la valentía. Decirle “no” al sistema proponiendo un lugar alternativo"

LOS LIBROS REBELDES

Primo Levi repite una y otra vez poemas en el campo de concentración de Auschwitz. Lo hace porque necesita sentir que algo le salva del horror y la deshumanización, del hambre y las chimeneas. Porque a través de esos versos se mantiene atado a un viejo mundo conocido donde los hombres no se exterminaban unos a otros ni se destruían hasta la calavera. Lo hace porque no quiere perder la razón. Lo contará después en la trilogía de Auschwitz. Un genocidio en voz baja, el gran testimonio: Si esto es un hombre.

Albert Camus, el que dirigió la revista clandestina Combat en el París ocupado por los nazis, el que advirtió que el verdadero rebelde, el que se subleva contra la injusticia social, política y metafísica, nunca está al servicio de una ideología, sino del hombre, especialmente cuando soporta las formas de opresión más intolerables, como en el caso del nazismo o el estalinismo. El que firmó una de las grandes novelas del siglo XX, El extranjero, poniendo como protagonista a un hombre corriente que trabaja en una oficina de Argel, un hombre que no sueña. “Hoy ha muerto mamá. O quizá ayer. No lo sé”. Qué más da.

Úrsula K. Le Guin desafiando al lenguaje y desafiando, por tanto, al poder, al crear un mundo alternativo donde las propiedades son discutidas hasta en su misma esencia, hasta donde entonces no dudábamos: ¿es mi mano o es la mano? Son Los desposeídos, la novela de ciencia ficción que pone en duda lo privado hasta la misma carne que sujeta nuestros dedos.

O aquella Anna Ajmátova, la gran poeta rusa estremecida en la puerta de la cárcel de Leningrado, devastada tras el asedio, temblando de frío y de silencio, esperando durante meses para tener noticias de su hijo Lev Gumiliov, acusado por el Gobierno de Stalin de conspiración. Anna, la que lloró el fusilamiento de su primer marido y perdió al segundo de extenuación en un Gulag, escucha a una boca sin dientes que le habla en la fila y le pregunta, le pide, que dé cuenta de todo aquello. Y Anna escribiendo el poema Réquiem durante años. Escribiendo una carta de amor y dolor a Rusia.

Pero acerquemos el mapa del tiempo. Y en un país del Magreb, una mujer joven, Saphia Azzedine, construye una novela que titula Confesiones a Alá, en 2011. Escribe un relato sobre la opresión a las mujeres. Dice hasta ahora sí; pero a partir de ahora ya no. ¿Qué es si no la rebeldía? Una mujer de pie frente a Dios y frente a los hombres exigiendo libertad.

En 1948, Jean Paul Sartre escribió ¿Qué es la literatura?, un ensayo donde afirmaba que la palabra está comprometida con su tiempo. Pero más allá del compromiso meramente político, de que pueda convertirse un libro en un panfleto, de restarle a la literatura el peso que solo la literatura debe darle, existe una escritura que nace de una rebelión mucho más íntima y privada y que no es otra que la creación de nuevos universos, nuevas vidas, o encarar el espejo contra nosotros mismos, resultado de la insatisfacción de un autor frente un sistema roto y en crisis. El escritor se rebela y se resiste contra el mundo que lo contiene para narrar mediante ficciones nuevos paisajes para la libertad.

¿Puede un libro cambiar las cosas? Tal vez no, pero su mensaje transmitido al lector abre la tierra para dejar germinar una semilla incontrolable. Para decirle: duda, tal vez, por aquí debes mirar, pon atención, estás incómodo, bien, esta es tu pregunta, la que duerme debajo de las páginas, pero no te daré ninguna de sus respuestas. Todo libro deja una cuestión entre las manos. También los libros de puro divertimento tienen su mensaje: no pienses, no mires, evádete de ese mundo veloz de crisis sucesivas. Nunca más seremos vigilados masivamente sin pensar que eso es un abuso del poder: nos lo contó George Orwell en 1984.

Rebeldía y resistencia. Escribir desde la sangre y la valentía. Decirle “no” al sistema proponiendo un lugar alternativo. Prender la luz de la historia sobre aquello que no se ha contado, que no ha interesado que se cuente, salirse de este mundo para proponer rumbos perpendiculares, distopías, escribir cada vez peor, como decía Cortázar, porque dilataba y removía la norma hasta acomodarla a sus personajes, apostar por ser una voz propia y no ajena. Exponer un punto de vista, lanzarse al precipicio. Si la literatura no tuviera ningún poder, nunca habría existido la censura.

Disfruten de los libros este verano. Y aguanten la embestida de sus preguntas.

(Fuente: infolibre, 08-08-2018)



SI ESTO ES UN HOMBRE

Los que vivís seguros
En vuestras casas caldeadas
Los que os encontráis, al volver por la tarde,
La comida caliente y los rostros amigos:
Considerad si es un hombre
Quien trabaja en el fango
Quien no conoce la paz
Quien lucha por la mitad de un panecillo
Quien muere por un sí o por un no.
Considerad si es una mujer
Quien no tiene cabellos ni nombre
Ni fuerzas para recordarlo
Vacía la mirada y frío el regazo
Como una rana invernal.
Pensad que esto ha sucedido:
Os encomiendo estas palabras.
Grabadlas en vuestros corazones
Al estar en casa, al ir por la calle,
Al acostaros, al levantaros;
Repetídselas a vuestros hijos.
O que vuestra casa se derrumbe,
La enfermedad os imposibilite,
Vuestros descendientes os vuelvan el rostro.


(Primo Levi, Si esto es un hombre, 1947)


'EL EXTRANJERO'
(fragmento)

Yo sentía una naturaleza tal que mis necesidades físicas desplazaban a menudo mis sentimientos. Cuanto más reflexionaba, más cosas desconocidas y olvidadas sacaba de mi memoria. Comprendí entonces que un hombre que no hubiera vivido más que un solo día podría sin esfuerzo vivir cien años en una prisión. Tendría bastantes recuerdos para no aburrirse.
(...)
Comprendí que había destruido el equilibrio del día, el silencio excepcional de una playa donde había sido feliz. Entonces disparé cuatro veces sobre un cuerpo inerte en el que se hundían las balas sin que lo pareciese. Fueron cuatro golpes breves con los que llamaba a la puerta de la desgracia.

'LOS DESPOSEÍDOS'
(fragmentos)

Estaban todos discutiendo sobre la guerra, sobre cuál sería el próximo paso de Thu, cuál el próximo paso de A-Io, cuál el del CGM. -¿Por qué sólo hablan en abstracto? -inquirió intempestivamente, preguntándose mientras hablaba por qué estaba hablando, cuando había resuelto no hacerlo-. No sólo nombres de países, son gentes que se están matando, unos a otros. ¿Por qué van los soldados? ¿Por qué un hombre va a matar a desconocidos? -Pero si los soldados están para eso -dijo una mujercita rubia con un ópalo en el ombligo...

Ustedes los urrasti tienen suficiente para todos. Aire suficiente, lluvia suficiente, pastos, océanos, alimentos, música, edificios, fábricas, máquinas, libros, ropas, historia. Ustedes son ricos, nosotros pobres. Ustedes tienen nosotros no tenemos. Todo es hermoso aquí. Menos las caras. En Anarres nada es hermoso, nada excepto las caras. Las otras caras, los hombres y las mujeres. Nosotros no tenemos nada más. Aquí uno ve las joyas, allí uno ve los ojos. Y en los ojos ve el esplendor, el esplendor del espíritu humano. Porque nuestros hombres y mujeres son libres. Y ustedes los poseedores son poseídos. Viven todos en una cárcel. Eso veo en los ojos de ustedes... el muro, ¡el muro!

Era fácil compartir cuando había comida suficiente, o apenas la suficiente, para seguir viviendo. ¿Pero cuando no la había? Entonces entraba en juego la fuerza; la fuerza se convertía en derecho; en poder, y la herramienta del poder era la violencia, y su aliado más devoto, el ojo que no quiere ver.

Álvaro Giménez García: "... una adaptación del Réquiem de Ana Ajmátova, una versión en la que Luisa Pastor ha conjugado libremente versos de uno y otro poema de la poetisa rusa para crear un texto en el que, de forma coherente e intensa, se cuenta la pena que recorre la obra, partiendo de la traducción que Carmen Alonso realizó para Ediciones Torremozas. Se ha escogido como acompañamiento la excelente composición de Pau Casals: El cant dels ocells (El canto de los pájaros). Un homenaje a las víctimas de la opresión, venga de donde venga.









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