"... ya es tiempo de asumir que es el sentido oculto, la transparencia, el único que nos sostiene... Cuando un verso estalla, el pensamiento se dispara en su regazo y empiezan a caer los velos que cubrían la inteligencia indignada... alumbrar la sutil explosión, ese chispazo que nos provoca un temblor, un extrañamiento que hace que al mirarnos en el espejo nos reconozcamos por primera vez...Vi lobos salvajes alrededor de un recién nacido..."
Ay, Sole, ¿qué has hecho?
Manuscrito de la canción 'A hard rain´s a-gonna fall', Bob Dylan
Yo no sé si Bob Dylan merece el Premio Nobel de Literatura. Sí sé que ni Kisinger, ni, por supuesto, Obama, merecieron el Premio Nobel de la Paz. Y me importa muy poco, porque ya, tristemente, ha pasado el tiempo en que eso podría ser importante... dejamos que de su relevancia se encarguen los loros de siempre.
Lo que sí sé es que son demasiados los versos escritos por este tipo que me parecen, simplemente, extraordinarios, como venidos de otro lugar, como llamados desde los sueños que saben presentarnos, sin preámbulos, la realidad...
Se trata de algo que sólo puede ser producto, consecuencia, del surrealismo social, ese agente verbal que consigue que un verso hierva, Juan Carlos Mestre sabe de qué estamos hablando, sólo hablamos de hacer que las palabras estallen, dinamiten el aire, que explosionen sus significados escondidos para descubrir todas esas cosas que no queremos ver.
Hervir, esa es la cuestión, hervir, ya no es necesario definir el adjetivo clásico... no es sólo lo que perdura, es lo que es aplicable, sí de modo instrumental, esto es, social. O, si no, qué hizo Sísifo, qué hizo el esclavo que que se liberó a sí mismo en la caverna de Platón.
Tocar la Belleza, el Conocimiento. Y bajar al suelo para intentar compartirlo.
Fundó la Ética.
Se trata de poesía, sólo es eso, y no es poco.
Porque ya es tiempo de asumir que es el sentido oculto, la transparencia, el único, mayúsculo, que nos sostiene, pensar es cada vez más difícil.
Cuando un verso estalla, el pensamiento se dispara en su regazo y empiezan a caer los velos que cubrían la inteligencia indignada,
¿Qué es una palabra? ¿Qué significa?
Normalmente, ya lo dijo aquel, lo que el Amo quiera que signifique.
Por eso huimos al verbo poético. Para alumbrar la sutil explosión, ese chispazo que nos provoca un temblor, un extrañamiento que hace que al mirarnos en el espejo nos reconozcamos por primera vez. Y es en ese nacimiento donde nos abraza el deseo de interpretar. De interpretar y de crear todo aquello que de verdad tiene que ver con nosotros,
Sólo cuando las palabras, arrogantes, ocupan esos lugares en los que no pueden estar.
Y esto lo sabemos los que ya hemos tropezado, tantas veces, "con la ladera de doce brumosas montañas". Porque no sabemos ya de qué color están hechas las autopistas. Y tristes hemos comprobado que esos "tristes bosques por los que he andado" están aquí, en el centro de la ciudad.
Es en ese rincón invisible donde sólo pueden arder las palabras que anuncian vida. Porque presentan al miedo,
Vi lobos salvajes alrededor de un recién nacido
oí diez mil susurros y nadie escuchando,
oí a una persona morir de hambre, oí a mucha gente reír...
Hervir, esa es la cuestión, hervir, ya no es necesario definir el adjetivo clásico... no es sólo lo que perdura, es lo que es aplicable, sí de modo instrumental, esto es, social. O, si no, qué hizo Sísifo, qué hizo el esclavo que que se liberó a sí mismo en la caverna de Platón.
Tocar la Belleza, el Conocimiento. Y bajar al suelo para intentar compartirlo.
Fundó la Ética.
Se trata de poesía, sólo es eso, y no es poco.
Porque ya es tiempo de asumir que es el sentido oculto, la transparencia, el único, mayúsculo, que nos sostiene, pensar es cada vez más difícil.
Cuando un verso estalla, el pensamiento se dispara en su regazo y empiezan a caer los velos que cubrían la inteligencia indignada,
es muy dura la lluvia que va a caer
¿Qué es una palabra? ¿Qué significa?
Normalmente, ya lo dijo aquel, lo que el Amo quiera que signifique.
Por eso huimos al verbo poético. Para alumbrar la sutil explosión, ese chispazo que nos provoca un temblor, un extrañamiento que hace que al mirarnos en el espejo nos reconozcamos por primera vez. Y es en ese nacimiento donde nos abraza el deseo de interpretar. De interpretar y de crear todo aquello que de verdad tiene que ver con nosotros,
vi una rama negra goteando sangre todavía fresca...
vi pistolas y espadas en manos de niños
Y esto lo sabemos los que ya hemos tropezado, tantas veces, "con la ladera de doce brumosas montañas". Porque no sabemos ya de qué color están hechas las autopistas. Y tristes hemos comprobado que esos "tristes bosques por los que he andado" están aquí, en el centro de la ciudad.
Es en ese rincón invisible donde sólo pueden arder las palabras que anuncian vida. Porque presentan al miedo,
oí cien tamborileros cuyas manos ardían...
oí la canción de un poeta que moría en la cuneta
Otorgar al estamento onírico el reflejo de lo real, esa es la cuestión, ¿no, Bob?
Y el viejo Bob permanece en silencio, sumido en su claroocuro. Mejor así. Que se ponga a escribir.
Me voy. A escuchar, otra vez, la misma canción.
La culpa, como en tantos otros asuntos es de mi hermana Sole. Fue ella la que me indujo a estudiar inglés, qué absurdez.
Lo hizo sin hablarme, en absoluto, de la importancia de manejar idiomas.
Sólo se deslizaba, cuando yo tenía doce o trece años, y me decía ven, escucha esto. Portaba singles de los Beatles, y de Bob Dylan.
Lástima, Sole, que en aquellos salones saturados de pureza no sea correcto que los versos alados se acompañen felices de la música impertinente, de la música convertida en queja... de la música.
Ay, Sole, ¿qué has hecho?
Y el viejo Bob permanece en silencio, sumido en su claroocuro. Mejor así. Que se ponga a escribir.
Me voy. A escuchar, otra vez, la misma canción.
La culpa, como en tantos otros asuntos es de mi hermana Sole. Fue ella la que me indujo a estudiar inglés, qué absurdez.
Lo hizo sin hablarme, en absoluto, de la importancia de manejar idiomas.
Sólo se deslizaba, cuando yo tenía doce o trece años, y me decía ven, escucha esto. Portaba singles de los Beatles, y de Bob Dylan.
Lástima, Sole, que en aquellos salones saturados de pureza no sea correcto que los versos alados se acompañen felices de la música impertinente, de la música convertida en queja... de la música.
Ay, Sole, ¿qué has hecho?
oí el bramar de una ola que pudiera anegar el mundo entero
Oh, where have you been, my blue-eyed son?
And where have you been my darling young one?
I've stumbled on the side of twelve misty mountains
I've walked and I've crawled on six crooked highways
I've stepped in the middle of seven sad forests
I've been out in front of a dozen dead oceans
I've been ten thousand miles in the mouth of a graveyard
And it's a hard, it's a hard, it's a hard, and it's a hard
It's a hard rain's a-gonna fall.
Oh, what did you see, my blue eyed son?
And what did you see, my darling young one?
I saw a newborn baby with wild wolves all around it
I saw a highway of diamonds with nobody on it
I saw a black branch with blood that kept drippin'
I saw a room full of men with their hammers a-bleedin'
I saw a white ladder all covered with water
I saw ten thousand talkers whose tongues were all broken
I saw guns and sharp swords in the hands of young children
And it's a hard, it's a hard, it's a hard, and it's a hard
It's a hard rain's a-gonna fall.
And what did you hear, my blue-eyed son?
And what did you hear, my darling young one?
I heard the sound of a thunder that roared out a warnin'
I heard the roar of a wave that could drown the whole world
I heard one hundred drummers whose hands were a-blazin'
I heard ten thousand whisperin' and nobody listenin'
I heard one person starve, I heard many people laughin'
Heard the song of a poet who died in the gutter
Heard the sound of a clown who cried in the alley
And it's a hard, it's a hard, it's a hard, it's a hard
And it's a hard rain's a-gonna fall.
Oh, what did you meet my blue-eyed son ?
Who did you meet, my darling young one?
I met a young child beside a dead pony
I met a white man who walked a black dog
I met a young woman whose body was burning
I met a young girl, she gave me a rainbow
I met one man who was wounded in love
I met another man who was wounded in hatred
And it's a hard, it's a hard, it's a hard, it's a hard
And it's a hard rain's a-gonna fall.
And what'll you do now, my blue-eyed son?
And what'll you do now my darling young one?
I'm a-goin' back out 'fore the rain starts a-fallin'
I'll walk to the depths of the deepest black forest
Where the people are a many and their hands are all empty
Where the pellets of poison are flooding their waters
Where the home in the valley meets the damp dirty prison
And the executioner's face is always well hidden
Where hunger is ugly, where souls are forgotten
Where black is the color, where none is the number
And I'll tell and speak it and think it and breathe it
And reflect from the mountain so all souls can see it
And I'll stand on the ocean until I start sinkin'
But I'll know my song well before I start singing
And it's a hard, it's a hard, it's a hard, and it's a hard
It's a hard rain's a-gonna fall.
Oh,¿dónde has estado, mi querido hijo de ojos azules?
¿dónde has estado, mi joven querido?
He tropezado con la ladera de doce brumosas montañas,
he andado y me he arrastrado en seis autopistas curvadas,
he andado en medio de siete bosques sombríos,
he estado delante de una docena de océanos muertos,
me he adentrado diez mil millas en la boca de un cementerio,
y es dura, es dura, es dura, es muy dura,
es muy dura la lluvia que va a caer.
Oh, ¿y qué viste, mi hijo de ojos azules?
Oh, ¿qué viste, mi joven querido?
Vi lobos salvajes alrededor de un recién nacido,
vi una autopista de diamantes que nadie usaba,
vi una rama negra goteando sangre todavía fresca,
vi una habitación llena de hombres cuyos martillos sangraban,
vi una blanca escalera cubierta de agua,
vi diez mil oradores cuyas lenguas estaban rotas,
vi pistolas y espadas en manos de niños,
y es dura, es dura, es dura, y es muy dura,
es muy dura la lluvia que va a caer.
¿Y qué oíste, mi hijo de ojos azules?
¿Y qué oíste, mi joven querido?
Oí el sonido de un trueno, que rugió sin aviso,
oí el bramar de una ola que pudiera anegar el mundo entero,
oí cien tamborileros cuyas manos ardían,
oí diez mil susurros y nadie escuchando,
oí a una persona morir de hambre, oí a mucha gente reír,
oí la canción de un poeta que moría en la cuneta,
oí el sonido de un payaso que lloraba en el callejón,
y es dura, es dura, es dura, es muy dura,
es dura la lluvia que va a caer.
Oh, ¿a quién encontraste, mi hijo de ojos azules?
¿Y a quién encontraste, mi joven querido?
Encontré un niño pequeño junto a un poni muerto,
encontré un hombre blanco que paseaba un perro negro,
encontré una mujer joven cuyo cuerpo estaba ardiendo,
encontré a una chica que me dio un arco iris,
encontré a un hombre que estaba herido de amor,
encontré a otro, que estaba herido de odio;
y es dura, es dura, es dura, es muy dura,
es muy dura la lluvia que va a caer.
¿Y ahora qué harás, mi hijo preferido?
¿Y ahora qué harás, mi joven querido?
Voy a regresar afuera antes que la lluvia comience a caer,
caminaré hacia el abismo del más profundo bosque negro,
donde la gente es mucha y sus manos están vacías,
donde el veneno contamina sus aguas,
donde el hogar en el valle encuentra el desaliento de la sucia prisión,
y la cara del verdugo está siempre bien escondida,
donde el hambre amenaza, donde las almas están olvidadas,
donde el negro es el color, y ninguno el número,
y lo contaré, lo diré, lo pensaré y lo respiraré,
y lo reflejaré desde la montaña para que todas las almas puedan verlo,
luego me mantendré sobre el océano hasta que comience a hundirme,
pero sabré bien mi canción antes de empezar a cantarla,
y es dura, es dura, es dura, es muy dura,
es muy dura la lluvia que va a caer.