Quantcast
Channel: Lengua y Literatura de Bachillerato... y otras cosas
Viewing all articles
Browse latest Browse all 2602

'LAS MUCHACHAS HERIDAS', por Gustavo Martín Garzo (acerca de la última novela de Marsé) / Fragmento Capítulo 1 DE 'ESA PUTA TAN DISTINGUIDA'

$
0
0
"Contar, en suma, no tanto para explicar las cosas que pasan, pues ¿acaso eso es posible?, sino para que vuelvan a suceder otra vez; para regresar, en palabras del propio Marsé, al lugar de los primeros deslumbramientos... La realidad solo existe si la soñamos, ha dicho. “Date prisa, he sido yo, mátame mañana”, ¿quien escucha frases así y no se pregunta por los deseos de la muchacha que las pronuncia en sus sueños?"


"La verdadera patria del escritor no es la lengua, es el lenguaje"



LAS MUCHACHAS HERIDAS

En una reciente entrevista Juan Marsé rememora uno de los momentos que decidieron su vocación de escritor. Tiene catorce años y una chica algo mayor le aborda en la calle frente al Conservatorio, y le dice que entre en clase con ella y le diga al profesor he sido yo, y se vaya. Hace lo que le pide y la espera a la puerta, pero la chica no vuelve a aparecer. No sabe de qué se ha acusado, ni qué pretendía ella al pedírselo y siente surgir en él la necesidad de dar forma a una historia donde proteger lo que le acaba de pasar. Una historia donde esa muchacha pueda volver a pedirle lo mismo. Contar, en suma, no tanto para explicar las cosas que pasan, pues ¿acaso eso es posible?, sino para que vuelvan a suceder otra vez; para regresar, en palabras del propio Marsé, al lugar de los primeros deslumbramientos.

Una puta tan distinguida, la última novela de Juan Marsé, deconstruye las leyes de un género, la novela negra, donde suele haber un crimen y una investigación que se pregunta por su autor y por las razones que le han llevado a cometerlo. Pero aquí el crimen, la muerte de una prostituta en la Barcelona de los años cuarenta, ha tenido lugar hace tiempo y hay un criminal confeso que sale de la cárcel al cumplir su condena. Se trata de una historia que ya no parece dar más de sí, y en la que sin embargo pronto descubrimos que algo esencial ha quedado sin esclarecer. Algo que, como en el caso de la historia de la muchacha del conservatorio, se cifra en una enigmática frase, la última que la prostituta le dice al asesino antes de morir en la cabina de un cine: “date prisa”.

Pero veamos el argumento de la novela. En los años ochenta un escritor recibe de una productora de cine el encargo de escribir un guión sobre un crimen cometido en el barrio que ha sido el escenario de todas sus novelas. Se trata del asesinato de una prostituta en la cabina de proyección de un cine de barrio. Una turbia historia donde hay falangistas sin escrúpulos, delaciones, policías sin alma, que habla de aquel tiempo sórdido, lleno de abusos y perversidades, que fue este país durante el franquismo. El escritor acepta de mala gana el encargo, pues de algo tiene que vivir, y empieza a trabajar en la historia. Se hace con las actas del proceso, consulta los periódicos del momento y se pone en contacto con el asesino, que ya ha cumplido su condena y acaba de salir de la cárcel. Pero el asesino ha perdido en parte la memoria, debido a unos tratamientos de choque que un conocido psiquiatra de entonces aplicaba a los disidentes del régimen.

Juan Marsé se inspira en unos hechos de su propia vida. En Si te dicen que caí se habla de un crimen parecido, y él mismo ha comentado como años después de publicada la novela el asesino se presentó en su casa para reprocharle que no hubiera contado las cosas cómo habían sucedido de verdad. Se vieron varias veces y llegaron a tener una relación cordial. En su nueva novela Marsé retoma este viejo asunto, y pronto descubriremos que su asesino, a pesar de la terapia recibida, está lejos de haber olvidado lo que sucedió. No ha podido hacerlo porque la mujer que asesina es una de esas criaturas, tan presentes en la obra de nuestro autor, que más allá de las amargas circunstancias en que ha transcurrido su vida siguen conservando un resto de inexplicable inocencia. Y es esa inocencia la que empieza a resplandecer y reclamar un espacio en el relato.

El centro secreto de obra de Marsé es su fascinación por esas mujeres heridas que no saben qué hacer con su propio corazón. Françoise Truffaut pensaba que Chaplin, cuya madre moriría en un manicomio, se salvó de la locura gracias a sus dotes de mimo, que heredó precisamente de su madre, y que detrás de todas las muchachas que aparecen en su cine, ciegas, paralíticas, vagabundas, estaba el recuerdo de esa madre niña y loca a la que no pudo ayudar. Y las mujeres que pueblan las novelas de Marsé son un poco como esas muchachas que aparecen en el cine de Truffaut y de Chaplin. Mujeres bellas haciendo cosas bellas, eso dijo Truffaut que era el cine. Y la belleza casi siempre es triste, pues como dijo Nabokov es una cualidad de lo que debe morir. Y así es Carol, el personaje femenino de esta novela. Un ser triste y abandonado a quien todo le ha salido mal. Ha fracasado como artista, ha sido engañada por los hombres que ha amado, su hijo ha muerto y se ve obligada a sobrevivir ejerciendo de prostituta. Es ella quien visita al que será su asesino en la cabina de proyección del cine donde trabaja. Mas las protagonistas femeninas de las novelas de Juan Marsé suelen resultar más conmovedoras cuanto más grandes son sus penas. Recuerdan a esos seres heridos de los cuentos que cuanto más terribles son las pruebas que tienen que afrontar se vuelven más adorables y resplandecientes.

Y así la novela, que hasta ese momento solo parecía un inteligente y gozoso entretenimiento, da un giro inesperado en su última parte y nos ofrece alguna de las mejores páginas que ha escrito su autor. Especialmente a partir de la llegada de Carol a la cabina del proyectista donde morirá. Momentos antes, y a la entrada del cine, se ha encontrado con un niño. Está mirando los carteles de Gilda, la película de Rita Hayworth, y ella le anima a colarse en la sala. Pero enseguida sabemos que ese niño no existe, o, que si existe, a quien la mujer está viendo en él es a su hijo muerto. Y será poco después cuando volvamos a escuchar esa frase que aparecía en las primeras páginas del libro y a la que entonces apenas prestamos atención. Date prisa, le dice Carol al que será su asesino. Hay una frase así en Otelo. Otelo enloquecido por los celos se dispone a acabar con la vida de Desdémona, y esta, que lo ha intentado todo para convencerle de su inocencia, le pide que le regale al menos esa noche. “Mátame mañana”, exclama. Desdémona quiere más tiempo, y Carol que todo acabe de una vez porque ya no quiere seguir viviendo. No importa lo diferente que parezcan estas frases, las dos hacen el mismo reproche a sus asesinos: Solo hablas de tu deseo, pero ¿sabes tú cuál es el mío?

Juan Marsé dice que la escritura es una tarea desesperante porque, al contrario de lo que te sucede cuando trabajas en cualquier otro oficio nada de lo que aprendes un día escribiendo te sirve para enfrentarte a las tareas del siguiente, de forma que cada libro te obliga a empezar de cero otra vez. Y afirma por eso que lo más probable es que no vuelva escribir ninguna novela más. Pero ¿cómo podría vivir si cumple esa promesa? La realidad solo existe si la soñamos, ha dicho. “Date prisa, he sido yo, mátame mañana”, ¿quien escucha frases así y no se pregunta por los deseos de la muchacha que las pronuncia en sus sueños?

(Fuente: El País)

FRAGMENTO CAPÍTULO 1 DE'ESA PUTA TAN DISTINGUIDA'

Bueno, lo que ahora estoy escribiendo por encargo no se puede llamar propiamente literatura. Trabajo en el primer tratamiento de un guión cinematográfico.
13) Sí, por dinero.
14) Detesto hablar de la faena. Pero en fin, va de eso: Un anciano asesino, aquejado aparentemente de alzhéimer, cuenta su crimen treinta años después de cometerlo. Recuerda que mató a una prostituta, pero no recuerda en absoluto por qué la mató.
15) No tengo título. Podría ser Desmemoria del asesino, o La máscara y la amnesia, o algo así. Se trata de una película sobre la persistencia del deseo y las estrategias del olvido.
16) Pretendo basarme en hechos reales. Una muy celebrada y a menudo fraudulenta pretensión, lo admito.
17) Salvo excepciones, un guión cinematográfico no está escrito para ser leído como una obra literaria, cuya materia y fundamento primordial es el lenguaje. El guión es un texto de usar y tirar.
18) El productor y el director son los que mandan, pero hay que tener en cuenta los avatares y vaivenes de nuestra raquítica industria cinematográfica. El proyecto podría pasar a manos de otro productor, con otro afán comercial, podría acabar siendo un spaghetti-western, o una película de terror, o de destape, o de risa. Ojo: no de las que hacen reír, sino de las que uno se ríe.
19) Durante la interminable dictadura, aquel cine nacionalcatólico de cartón piedra generó tanta miseria moral y estética, se regodeó tanto en su propia falsedad y estupidez, que tardamos muchos años en levantar cabeza. La cosa mejoró, por supuesto. Pero ahora el problema es otro y es general, ahora la tecnología está acabando con el cine.
20) Con una muchacha llamada María. Yo tenía quince años y ella dieciocho.
21) La identidad nacional me la trae floja. Se trata de una estafa sentimental. Soy un mal patriota y sin remuneración.
22) No. La verdadera patria del escritor no es la lengua, es el lenguaje.

23) La vocación nació en una esquina de las calles Bruc y València, delante del Conservatorio Municipal de Música de Barcelona. Tendría yo unos catorce años. Una joven estudiante que estaba junto a la puerta con su estuche de violín bajo el brazo me pidió que entrara con ella en el Conservatorio y le dijera a su profesor: «He sido yo». Solamente eso. «He sido yo.» No me dijo qué significaban estas palabras, ni yo se lo pregunté. Luego te lo explico, dijo con una dulce sonrisa. La acompañé, le hice el extraño favor y acto seguido me marché y la esperé en la calle, según habíamos quedado. Pero ella no apareció, y nunca más volví a verla. Me quedé con las ganas de saber qué historia había detrás de mi autoinculpación, y no dejaba de pensar en ello, hasta el punto de que empecé a fantasear sobre un posible conflicto sentimental de la pareja: imaginé una apasionante trama amorosa entre la hermosa muchacha y el guapo profesor, una pasión secreta cifrada en las enigmáticas palabras «He sido yo». Y me gusta pensar que aquel empeño imaginativo de mis catorce años alrededor de tres palabras fue la semilla, el germen de mi vocación.

(Fuente: megustaleer.com)


ENTRADAS RELACIONADAS:

CHARLA CON JUAN MARSÉ

(Cultura es saber comportarse, tomarte una cerveza con tu vecino y charlar con él. Entender tu relación con los demás y la de los demás contigo... Se suele hablar de un don, el don del talento para crear. Pero también se necesita cierto talento literario para leer... No puedo hacer nada por evitar todo lo que está pasando en los últimos tiempos, que si el corrupto de cada día... Así que al final no hago más que encabronarme, es una especie de tortura. Además, soy un escritor fatalmente realista, no puedo prescindir de la realidad")

(“... concentro más la escritura: soy cada vez más exigente, no me conformo con la frase que escribo... Me cago en los sueños que vuelan… Soy bastante pesimista con lo que está pasando; mi sueño es acabar una novela que esté bien; y seguro que lo que ya no sueño es en un buen gobierno para este país...”)


("Actualmente los medios de comunicación son tan abrumadores y omnipresentes, se siente uno tan asediado las 24 horas del día por una información tan apremiante, insidiosa y reiterativa, que casi no hay tiempo para la reflexión. La televisión debería contribuir a reconocer y asumir la variedad lingüística del país, y es de suponer que en cierta medida lo hace, pero no parece que nadie se pare a pensar en los contenidos de esa televisión ni en su nefasta influencia cultural y educativa. A riesgo de equivocarme, soy del parecer que más de la mitad de lo que hoy entendemos por cultura popular proviene y se nutre de lo que no merece ser visto ni oído en la televisión. En la lengua que sea")



("... no siento el menor respeto hacia la mayoría de políticos que nos gobiernan... Hace ya mucho tiempo que los envié a todos a hacer puñetas, a unos por falta de coraje, la izquierda, los míos, a otros porque Dios les hizo así de cabrones, me refiero a los de la derecha, los de su Eminencia Reverendísima... ... No soy nacionalista, no comparto ese sentimiento identitario tan ilusionante y montonero. Creo que los de la España eterna y los sufridos de la Cataluña ochocentista-victimista se cuecen en la misma olla podrida")


TAMBIÉN DE GUSTAVO MARTÍN GARZO EN ESTE SITIO:


("No sólo el lenguaje se utiliza para ocultar la realidad, sino que nadie se hace responsable de lo que dice... es en la política donde estos vicios han adquirido un grado de descaro mayor... hoy nadie cree en las palabras... somos hombres en la medida en que aprendemos a controlar la naturaleza y a servirnos de sus frutos, pero también, y sobre todo, por escuchar a los otros... Cada libro es como una de esas ciudades del misterio, el deseo y la angustia descritas por Marco Polo, y su lector, el viajero que la visita")


EL FRACASO DEL AMOR

("La culpa se extiende por la historia como un virus que todo lo contamina. Pero Julieta no es culpable de nada. Almodóvar lo ha dicho en una reciente entrevista: su película habla del fracaso de alguien que no ha hecho nada para merecerlo... por qué las personas que se quieren se abandonan unas a otras... Y por qué hasta la memoria de la culpa puede morir")



("Y una musa es alguien que hace hablar, pero también y, sobre todo, que habla, que descubre en sí misma un poder que no sabía que tenía: el poder de encantar a los demás con las palabras... Una ninfa que rompe a hablar, eso es una musa: un puente entre la naturaleza y la historia, entre el mundo de los vivos y el de los muertos, entre la realidad y el sueño... no se conforman con hablar sino que quieren que hablar y cantar sean la misma cosa, que es lo que pasa en el amor" "... Un libro, un sueño les revela que son formas de un sueño que fue soñado..." (Borges)



("Flaubert estaba obsesionado como escritor con la idea de la insuficiencia del lenguaje para expresar nuestros anhelos. “La palabra humana”, escribe en una de sus cartas, “es como una caldera rota en la que tocamos melodías para que bailen los osos, cuando quisiéramos conmover a las estrellas”. El loro con su repetición paródica del lenguaje humano sería el signo de ese fracaso")


("Por eso le llevaba con ese cuidado, como si su gesto contuviera la promesa de una resurrección. Era el portador compasivo, para quien el peso de los niños se confunde con la dulce gravidez del sentido: un peso que se transforma en gracia... ¿y si el verdadero héroe fuera el que dispone apacible cada mañana para los que ama el pan reciente y el café oloroso del desayuno?")


COLECCIONAR SILENCIOS 

("El silencio era indisociable de las salas de cine, de los espacios de lectura, de los juegos solitarios, de la noche. Era el tiempo de la ensoñación, de la espera de lo inesperado, el tiempo de atender las otras voces del mundo...El silencio es el espacio de la reflexión, pero también del pudor. Por eso todos los que guardan algo valioso hablan en susurros, atentos a esas otras voces que cuentan la verdadera historia de lo que somos")
("... ¿no son todos los libros, incluso los más grandes, en cierta forma un fracaso? “La palabra humana —escribe Flaubert— es como caldera rota en la que tocamos música para que bailen los osos, cuando querríamos conmover a las estrellas” Un buen libro siempre nos deja perplejos, sin saber qué decir... los escritores, especialmente cuando no son jóvenes ni famosos... solo les queda confiar en la bondad de esos desconocidos que son los lectores ")


("... el origen de esta crisis no está en un Estado fuera de control como se nos repite una y otra vez, sino en un Sistema Financiero tan insaciable como incontrolable del que muchos de nuestros políticos son interesados lacayos. Esto es lo que se callan... "Vosotros con vuestras escuelas, vuestra televisión, lo pacato de vuestros periódicos, vosotros sois los grandes conservadores de este orden horrendo basado en la idea de poseer y en la idea de destruir". Pasolini pensaba que el hombre actual se estaba volviendo insensible al sufrimiento de sus semejantes")


LA PREGUNTA POR LA REALIDAD

("El mundo de los cuentos está lleno de huecos así, fisuras en el tejido de lo existente que abren al niño a zonas de lo real donde viven sus verdaderos deseos... todo eso que somos y tratamos de olvidar nos llama desde ese otro lado de lo real. Los niños son expertos en esas llamadas. Eso es jugar, crear un espacio para que tales voces puedan escucharse. Los cuentos guardan la memoria de todas ellas, por eso le resultan incómodos a los adultos y no suelen gustarles, porque no hablan de lo que son sino de lo que han olvidado... Cuánto durará un niño”, se pregunta Julio Cortázar. Y enseguida responde: “Un niño durará todo lo que duren sus juegos”)


("Todo en esta película resulta perturbador y casi inverosímil, sin embargo no podemos dejar de tener la sensación mientras la vemos de que habla de lo que sucede entre nosotros... de los dueños de la realidad, de su apego al poder y al dinero, de su oculta e insaciable perversidad. ¿No es extraño que el padre elija para recibir el dinero del chantaje un libro de la Constitución Española?... en el territorio de lo Otro. De lo Otro absoluto: la muerte; pero también de lo extraño, lo diferente: el territorio de la santidad, pero también de lo atroz, de lo oscuro, de todo aquello que desafía nuestra cordura")


LA MUCHACHA INDECIBLE

("... al tratar de seguir su rastro no está haciendo sino levantar el acta de su propia memoria y de su propia vida. “Por entonces era ya igual de sensible que ahora en lo tocante a las personas y las cosas a punto de desaparecer”, escribe. Eso es la muchacha indecible, alguien, en quien presencia y ausencia, pensamiento y visión se confunden. ¿Símbolo tal vez de ese sentido, de esa verdad que se esconde cuando tratamos de alcanzarla?")



("Los muertos están en nuestras palabras, en nuestros recuerdos, cuando entramos en un cuarto, cuando recorremos una calle o visitamos un jardín, cuando leemos un libro. Nos siguen a todos los sitios, velan nuestros sueños, se sientan en la mesa con nosotros... Están ahí, pero no debemos volver la cabeza para mirarlos. Sólo el psicótico lo hace... Narrar es escapar a la tiranía de la verdad... El mundo del relato está poblado de personajes que como Hilas nunca regresan... Contar es llevar una lámpara, conformarse con el pequeño espacio de visión que su luz abre en la oscuridad")

("... es el misterio de Santa Teresa, y lo que hace que cinco siglos después de su nacimiento podamos seguir leyéndola con gozo: transforma la religión en poesía. Porque religión y poesía no siempre son lo mismo (y esta es la desgracia de las religiones). La religión nos ofrece respuestas; la poesía nos enseña a amar las preguntas aun sabiendo que no pueden ser contestadas")


("El tema central de El Decamerón será lo humano. No lo humano idealizado, reflejo de un orden superior, sino el ser humano real, con sus virtudes y defectos.Y, por encima de todo, el hombre animado por el deseo... Chesterton escribió que las dos cárceles que amenazan la libertad de los hombres son la cárcel del puritanismo y la cárcel del pesimismo, y El Decamerón logra escapar de las dos y, como el cuarto de los niños, “guarda goces que el puritano no puede prohibir ni el pesimista negar”. El mundo del relato sustituye al paraíso y nos lo recuerda")

("... lo que necesita un niño a los cinco años no es saber leer, sino escuchar música y cuentos, conocer su cuerpo y jugar con él, encontrar palabras y figuras que le ayuden entender lo que siente... La educación ha dado la espalda al complejo mundo de sus afectos y apuesta cada vez más por un individuo adaptado, pragmático, obediente a los códigos de su entorno social... Hay un momento único en que el niño descubre su sombra. Descubre otro yo, alguien que le acompaña en secreto. Ese alguien habita sus pensamientos y sus deseos más íntimos...")



("En el teatro, cuando la función termina, los actores abandonan la escena y regresan exhaustos a sus vidas ordinarias; mientras que aquí los actores siguen apegados a sus personajes y se van por las calles saludando a unos y a otros como si se negaran a aceptar que el telón se bajó. Y lo curioso es que lejos de tomarlos por locos, no son pocos los que les siguen la corriente... La vieja idea de una familia sagrada no debería tener cabida... En España hay tres millones de niños que viven en el umbral de la pobreza...")



("... las locuras de Don Quijote tienen el poder de suspender por un momento el principio de realidad. Su función es abrir una grieta, y, más allá de la lógica, llevarnos a la comprensión profunda e inmediata de una verdad nueva... Nada que ver con la locura. La locura es no tener en cuenta a los otros y pocos héroes los han tenido tan en cuenta como el nuestro. La gran lección de sus aventuras es que un mundo sin justicia no merece la pena... La ironía, para Cervantes, es la capacidad de aceptar las contradicciones de la vida; de aceptar, en suma, que nada es de una sola manera")


("No vemos la realidad, sino sus múltiples simulacros... Vivimos bajo el signo de las copias y los ecos. Bajo del signo de la pobre ninfa Eco...  Dos cosas nos diferencian de la delicada ninfa: la conciencia de su desdicha y su vocación de amor... Mirar tiene que ver con la atención, con la renuncia a poseer, es un acto de amor... Llegar a un lugar sin daño, eso es mirar. Solo el verdadero cine nos lleva a lugares donde ver y soñar se confunden")



("En los planes de estudio desaparecen las asignaturas, como la filosofía y la literatura, que hablan del jorobadito y su pandilla y se sustituyen por otras que solo buscan adoctrinar a los niños... la verdadera cultura no tiene que ver con el deseo de éxito o de notoriedad, sino con el deseo de ser y de saber. El verdadero lector no busca en los libros lo que le halaga o confirma, sino lo que le niega y disloca: busca lo que no tiene... Leer es tirar los dados de nuevo..." “Las músicas oídas son dulces, pero / más dulces son las no oídas”)

("Nuestra vida está llena de preguntas que no podemos evitar hacernos sin descanso. Para mantenerlas vivas y mitigar a la vez la angustia que nos produce no conocer sus respuestas existe el mundo de las fábulas y los cuentos, el mundo inagotable de la ficción. Estamos perdidos y buscamos un camino que transforme nuestra vida en una historia que merezca la pena contar, una historia que nos consuele con su belleza... las religiones nos dicen que ésta no es nuestra verdadera vida y que sólo la muerte puede conducirnos a ella; los cuentos, que el paraíso está en el mundo y que hay que vivir como si fuera posible alcanzarlo. El árbol que canta, el pájaro que habla y el agua de oro... leo para seguir el rastro de luz que dejan en la noche esas moritas cautivas de mi infancia")

("... no filma a los niños para decirnos cómo son sino para mostrarnos cuánto necesitamos su verdad. “Al contrario de lo que leo con frecuencia”, declara François Truffaut, “las películas no pueden hacerse con niños para comprenderlos mejor. Los niños deben ser filmados solo porque los amamos". El cine, en suma, como refugio de significado, esperanza de lo que no ha desaparecido" "En cada escena de la película ('El sol del membrillo') late la nostalgia de esa añorada comunidad humana. Una comunidad amenazada...")


("... también nosotros hemos renunciado a preguntarnos por las causas que hacen que las cosas sean así... ¿Por qué no se obliga a los bancos nacionalizados a dar crédito a las empresas que lo necesitan y no hay un banco público que se enfrente a un problema como el los desahucios? ¿Por qué se permiten los delirantes salarios de la banca? ¿Por qué si tenemos la misma moneda tenemos que pagar distintos intereses por la deuda? ... La última pregunta de Perceval, la más dolorosa de todas, solo puede ser entonces si puede llamarse democracia a esto que tenemos")


SUAVE PATRIA ("La única patria decente (...) es la infancia. Todos tenemos una patria así. En ella están los lugares en los que vivimos, la lengua con que aprendimos a nombrar el mundo y a disipar el miedo a la ausencia de los seres amados... Están los juegos misteriosos, las olorosas fiestas... las primeras lecturas... Y esa patria oculta, secreta, nada tiene que ver con las banderas, los himnos... los tertulianos y los equipos de fútbol que pueblan esos parques temáticos de la identidad a que tan proclives son todos los patriotismos...")

LO QUE AÚN ES NUESTRO (“Me sigo preguntando, añade, si existe algo así como una forma de esperanza en toda escritura poética. (...) Una esperanza que vive en el hecho de decir, y en el lenguaje mismo” (Elisa Martín Ortega, en El lugar de la palabra) No importa la deslealtad de cuantos habiendo sido elegidos para defender el bien común solo piensan en gobernar para sí mismos y los que son como ellos, no importa lo arrasado que descubramos este triste país ni lo injusta y vulgar que nos parezca la sociedad que compartimos, siempre que algo nos hace preguntarnos con asombro “¿qué es?”)
LOS PAÍSES IMAGINADOS ("... La realidad está enferma y necesitamos el elixir de esa flor misteriosa que sólo en los países imaginados florece")
POR UNA ESCUELA PÚBLICA, LAICA Y LITERARIA ("...Las palabras de la escuela deben ser ese ¡ábrete Sésamo! capaz de abrir las piedras y llevar al niño a la cueva donde se guardan los tesoros del corazón humano. Pero también, como las llamas de la cerillera, deben ayudarle a ver el mundo...")

LOS PLACERES SENCILLOS ("El fútbol es como el armario lleno de zapatos de Legrá: una colección de inolvidables momentos y luminosas imágenes que nos dicen que, más allá de nuestras congojas y conflictos cotidianos, en la vida existe la leve e incomprensible felicidad")

CONTRA LA CULTURA DEL DINERO ("Deberían ponerse en los colegios e institutos las películas de John Ford, deberían verlas sobre todo nuestros políticos de derechas y nuestros banqueros")


LA DECADENCIA DE LAS PALABRAS ("Es cierto, sin embargo, que muy pocas veces las palabras han valido menos que hoy... cuanto más hablamos y escuchamos hablar menos parece valer lo que decimos...")

LAS VÍRGENES SUICIDAS ("Los hombres y las mujeres actuales viven sin apenas poner límites a sus deseos, y sin embargo pocas veces han tenido menos cosas que contarse. La ausencia de relatos define su convivencia...")


EL PRÍNCIPE DE LAS TINIEBLAS (SE INCLUYEN ALGUNAS ESCENAS DE LA VERSIÓN CINEMATOGRÁFICA DE F.F. COPPOLA ("Drácula es también, entre muchas otras cosas, una novela sobre la escritura de un libro")

SOBRE MARTÍN GARZO:


("Gustavo Martín Garzo, el portador compasivo de todas las palabras exiliadas, de la memoria, de la que estaba incluso antes de que en la cuna escucháramos la voz de la madre, la voz del lenguaje, el calor de su sonora mirada... la única locura consiste en no estar pendiente de los demás, de todos los otros que constituyen la materia prima que nos sostiene...")




Viewing all articles
Browse latest Browse all 2602

Trending Articles