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'EL CRUCE DE CAMINOS (QUÉ FUE DE LAS ELECCIONES)', por Luis Enrique Ibáñez

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"Se os nota... el artificio, ese tacticismo camaleónico que huele a podrido... el cruce de caminos se ha producido... el activismo social, la lucha en la calle, deben seguir el suyo, ejecutando las palabras de Don Quijote, "deshacer entuertos, ayudar a los menesterosos", promoviendo la concienciación política y la pedagogía social, hasta lograr una amplia mayoría poseedora de discurso real...

Una mayoría que pudiera, que debiera, convertirse en sujeto político eficaz, no abducida por vendedores de humo, lejos, muy lejos, de Hermes, el dios de las mil caras"


EL CRUCE DE CAMINOS


Pareciera como si todo el mundo estuviese reflexionando más ahora, después de las elecciones, que antes de que se celebraran. Reflexiones, análisis, que intentan explicar dos hechos cruciales: primero, por qué, a pesar de todo lo que se sabe (y de lo que no se sabe, pero se intuye) todavía hoy más de 7 millones de personas siguen votando al Partido Popular; y segundo, por qué la coalición Unidos Podemos ha perdido más de un millón de votos en esta contienda electoral.

En cuanto a la primera cuestión, cómo no acordarnos, en primer lugar, de aquella declaración de Gramsci: "La conquista del poder cultural es previa a la del poder político y esto se logra mediante la acción concertada de los intelectuales llamados "orgánicos" infiltrados en todos los medios de comunicación, expresión y universitarios". Es innegable que ese concierto está absolutamente dominado por el Poder Financiero. 

Un poder cuyos tentáculos se extienden hasta lo inimaginable, no sólo en los partidos políticos, convertidos ahora en sus comerciales, en publicistas de ese poder, sino también a los centros universitarios y, de manera aberrante, a los principales medios de comunicación, que quedan convertidos en vertederos de una opinión infantilizada, que eterniza a esa población embrutecida en su condición de minoría de edad

Es por ello por lo que le resulta (a ese poder) demasiado fácil la propagación de mensajes simples, primarios (caca, culo, pis), que calan profundamente en el pensamiento arruinado de esas masas domesticadas. Así se comprende, sin ninguna dificultad, que estrategias como la del miedo, la del apocalipsis, el caos, la ruina, la falta de libertad... Venezuela, queden clavadas, como estacas, no en el pensamiento, sino en el corazón de esos votantes. 

Quizá, lo que todavía nos resistimos a comprender es el hecho de que en algunas ciudades y comunidades concretas los llamados ciudadanos sigan votando a candidatos que han estado implicados en asquerosos casos de corrupción. Tal vez lo que piensen esas personas sea aquello de "... son de los nuestros", qué tristeza.  No son conscientes de que con su acción se convierten de modo indiscutible en cómplices del delito.

Sin embargo, el análisis global de por qué el Partido Popular, y el PSOE, siguen obteniendo esos resultados, después de haber firmado con sangre la demolición del estado, el de Bienestar, el de Derecho, y después de haber propiciado, mafiosamente, la pérdida de la Soberanía Nacional (reforma del artículo 135 de la Constitución, Pacto del Euro... por no volver a hablar de las sucesivas reformas laborales que ambos partidos han firmado, pactado), ese análisis, digo,  mal y bien, ya se ha hecho. 

Nos interesa más la segunda cuestión, qué ha pasado con toda esa gente que, siendo consciente, ha dado la espalda a Unidos Podemos, más de un millón de personas que, según los análisis postelectorales, estaban con ellos antes, y han dicho hasta luego después.

Y no vale sólo con decir "han propiciado la victoria del PP". La gente que piensa tiene derecho a eso, a pensar, y a tomar decisiones después de pensar, de leer, de estudiar, eso es la izquierda... la izquierda no es cofrade, aunque a algunos, aparentemente de izquierdas, les gustaría que lo fuera, así no... todavía recuerdo cómo gente llamada de izquierdas dijo que en las penúltimas elecciones autonómicas en Andalucía había ganado la izquierda... en realidad había ganado la derecha, en primer lugar el PP, en segundo, el PSOE, pero nada, había que animarse, y así se hizo.

Y es en ese sentido en el que encontramos dos factores fundamentales, nos referimos, concretamente, a la evolución del partido, porque es un partido, Podemos, ese que se autoproclamaba, sigue haciéndolo, heredero del 15-M, por favor, el mismo que denunciaba, y hacía bien, la casta. Involución de partido, y deriva ideológica.

Dos factores.


1. INVOLUCIÓN DESCARADA EN EL CONCEPTO DE PARTIDO

Lo quieran reconocer, o no, Podemos, se ha convertido en un partido al uso. Es verdad que, de momento, no piden créditos a los bancos, esto es, al Poder, y eso está bien. Sin embargo, sus métodos de decisión, de andar, ahora son, no lo nieguen, verticales. Presumieron, y presumen, de un espíritu asambleario, ¿alguien se acuerda de eso que llamaban 'círculos'? Sabemos, no somos gilipollas, que existen decisiones que tienen que ser tomadas rápidamente, en el momento. Y, por ello, es normal que exista una, llamemos estructura, que tenga la posibilidad de, en la urgencia, decir 'vamos por aquí'. Pero de ahí, a romper con todo lo que se vendía va un abismo... las calles, las plazas... todo.

Sí, ya es un partido al uso. Incluso antes de reconocerlo (Pablo Iglesias acaba de decir que han pasado de partisanos a ejército regular) la jerarquía establecida desde arriba, las dimisiones obligadas desde abajo, indicaban que el sueño de algo diferente era eso, sólo un sueño.

Especialmente decepcionante (por no utilizar otro adjetivo) ha sido el engolado protagonismo del gran líder, de Pablo Iglesias; su artificioso recrearse, escucharse a sí mismo, ha resultado realmente insoportable. A pesar, hay que reconocerlo, de que su discurso, al principio, no sólo sonaba distinto, era nuevo de verdad, la evolución de su estar ha sido patética. Pareciera como si alguien le hubiera dado a un botón y lo hubiera convertido en un muñeco, en una caricatura de sí mismo, en un actor que imita a Pablo Iglesias, ¡qué vergüenza Pepa!

Y ¿por qué hablamos de Pablo Iglesias? Sencillamente porque el discurso de Podemos se ha centrado en su persona, del mismo modo que en el 82 giró, el supuesto cambio, en la imagen de Felipe González... ya nos vale.

Un mensaje en torno a un grupo de personas, en torno a una persona, a una imagen, en torno, al final, a unos lemas tan ñoños como sonrojantes, ¿herederos del 15-M? Por favor, seamos serios.


2. SORPRENDENTE REBLANDECIMIENTO DEL DISCURSO IDEOLÓGICO

A principios de su irrupción en el panorama político, Podemos tenía, o parecía tener, una idea clara: el sistema no funcionaba, había que cambiarlo, era necesario pronunciar esa palabra tan temida, ruptura, y no esa otra tan cómplice, reforma. Sí, no hay que tener miedo. Muchos seguimos pensando que esto no es una democracia. Pensamos que no decidimos, que no tenemos poder para decidir, creemos que sólo podemos hablar de cuestiones chiquititas, nunca de asuntos trascendentales que definen el presente, el futuro de un país que ya no lo es, es sólo una colonia más en manos de ese Poder Financiero ya mencionado.

Podemos ha ido amoldándose al idioma oficial, gustándose ahí, en el plató de televisión. Podemos se ha mostrado feliz al ver que se podía sentar en esa mesa, en esa timba, en esa partida de cartas. Feliz, aún sabiendo -lo saben- que la partida estaba, está, amañada.

Podemos se ha hablado a sí mismo como 'socialdemocracia'. Podemos ha repetido hasta el hartazgo que el PSOE es su aliado natural, cuando hace un ratito afirmaba que no se podía estar con IU, porque estaba de la mano del PSOE en Andalucía.

El PSOE, aliado natural, el PSOE, el mismo que firmó la pérdida de la soberanía nacional con la reforma, de la mano, o del beso, del Partido Popular, del artículo 135 de la Constitución, con el Pacto del Euro. El PSOE, el del escudo antimísiles de EE.UU en Rota, el PSOE, el del indulto a banqueros corruptos. El PSOE, el del aumento de financiación a la Iglesia Católica. El PSOE, el que empezó, siguiendo las lecciones de Margaret Thacher, y de Ronald Reagan, las reformas laborales, la precariedad, la esclavitud de los contratos a jóvenes. El PSOE... su aliado natural.

Podemos ha dicho que moverá ni una coma de los acuerdos de España con la OTAN, ¿está IU de acuerdo con esto? ¿Cuál es el papel de IU en todo esto?

Podemos ya no habla de Deuda Ilegítima. Podemos ya no exige un Proceso Constituyente... Podemos... quo vadis? Pablo Iglesias hace odas a Zapatero... Podemos.

No cuela, Podemos. Habéis cambiado o, quizá, este era el plan.

Sin embargo, los que creemos en la posibilidad de una Democracia Real, somos aquellos que, pensando, estudiando, nos llamamos radicales y, sí, antisistema, porque este no es el sistema que creíamos que era.

Siguen los suicidios, siguen los desahucios, y siguen los desmanes de la Banca... y de la Unión Europea, esa que deja a incontables seres humanos muertos en sus playas.

¿De qué hablamos, Podemos, de una nueva conversación con Pedro Sánchez?

¿De verdad queréis regañar a los que desde 2011 se machacan en la calle y, ahora, os han dicho hasta luego?

Se os nota, sobre todo a ti, Pablo Iglesias, el artificio, ese tacticismo camaleónico que huele a podrido. Y bien que lo siento.

Por todo ello, parece obvio que el cruce de caminos se ha producido de un modo, me temo, definitivo. Y así, el activismo social, la lucha en la calle, deben seguir el suyo, ejecutando las palabras de Don Quijote, "deshacer entuertos, ayudar a los menesterosos", promoviendo la concienciación política y la pedagogía social, hasta lograr una amplia mayoría poseedora de discurso real, rescatada de esa visión cegadora de un retablo de la maravillas inexistente. 

Una mayoría que pudiera, que debiera, convertirse en sujeto político eficaz, no abducida por vendedores de humo, lejos, muy lejos de Hermes, el dios de las mil caras.






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