"El verdadero sentido de la educación no es la acumulación de conocimiento, sino el enseñar a pensar. La libertad que toma conciencia... No tenemos conciencia de que la literatura, las humanidades... constituyen el líquido amniótico ideal en que las ideas de democracia, de libertad, de justicia, de laicidad, de igualdad, de derecho a la crítica, de tolerancia, de solidaridad y de bien común pueden encontrar un desarrollo vigoroso"
"quiero, además del pan de la vida, el pan del pensamiento, que es también el pan de la vida"(Vícto Hugo)
¡ES LA CULTURA, TONTO!
Llevamos una eternidad en vilo electoral, pero ni una palabra sobre cultura. Por ninguna parte. Esto no es una llorada. Los grandes problemas políticos de España son, en el fondo, problemas culturales y educativos. Parafraseando un histórico y exitoso eslogan de campaña (“¡Es la economía, estúpido!”), podríamos por una vez apuntar sin complejos al corazón y a la cabeza: “¡Es la cultura, tonto!”. O si lo prefieren: “¡Es la ignorancia, listo!”.
A la vista de esta desatención general, uno se imagina a los políticos en liza como los peces de la fábula de David Foster Wallace: “Hay dos peces jóvenes nadando y sucede que se encuentran con un pez más viejo que viene en sentido contrario y que les saluda con la cabeza y dice: ‘Buenos días, chicos, ¿cómo está el agua?’. Y los dos peces jóvenes nadan un poco más y entonces uno de ellos se vuelve hacia el otro y pregunta: ‘¿Qué demonios es eso del agua?”.
Conocido con el título de This is Water (Esto es agua), el discurso del escritor y profesor Foster Wallace en el acto de graduación de los estudiantes de Artes Liberales en el Kenyon College de Ohio, el 21 de mayo de 2005, ha adquirido la condición de un clásico en la agitación de las conciencias. Lo que Foster les dice a los estudiantes equivale a aquel verso inolvidable de René Char: “Apresuraros a dejar en el mundo vuestra parte de maravilla, rebeldía y generosidad”. El verdadero sentido de la educación no es la acumulación de conocimiento, sino el enseñar a pensar. La libertad que toma conciencia. Esto es el agua.
Con ese lema, “¡Esto es el agua, tíos!”, me gustaría hacer una modesta proposición de programa cultural para todos los candidatos. Que tomen en consideración el manifiesto La utilidad de lo inútil. El autor, el filósofo Nuccio Ordine, consigue sumergirnos en el agua de nuestro tiempo, sentir el desasosiego de cómo se nos va vaciando lo más imprescindible para la existencia: “No tenemos conciencia de que la literatura, las humanidades, la cultura y la educación constituyen el líquido amniótico ideal en que las ideas de democracia, de libertad, de justicia, de laicidad, de igualdad, de derecho a la crítica, de tolerancia, de solidaridad y de bien común pueden encontrar un desarrollo vigoroso”.
Se ha dicho muchas veces, y por gente de pensamiento diferente, a veces contrapuesto, que la mejor política cultural es la que no existe. Sería un buen axioma liberal si viviéramos en el Belmonte imaginado por Shakespeare, donde se valora a una persona por la música que lleva dentro y no por el oro que exhibe, o en Theleme, la abadía soñada por Rabelais donde la ley es el amor, y la regla, “haz lo que quieras”. Pero nuestra realidad se parece cada vez más a Coketown, escenario de los Tiempos difíciles de Charles Dickens, donde lo que no se pueda adquirir y vender a más precio jamás debería haber existido. Todo, también la educación, vendría a ser “pura cuestión de cifras”.
No se puede decir que no haya habido una política cultural en el mandato que ahora termina. Es más, pocas veces se ha hablado tanto de un (ex) ministro de Educación y Cultura. Y si ha resultado tan polémico no lo fue por incapacidad, sino justamente por su eficacia en la misión encomendada. Habría sido un buen ministro en Coketown. Progresó una barbaridad el vacío cultural. Se achicó la educación pública. En tres años, la investigación retrocedió décadas. ¡La cantidad de agua que se perdió!
La disculpa del Gobierno fue la austeridad. Pero ese fetichismo, que nunca afecta, más bien al contrario, al patrimonio de lo que predican, tiene un efecto tóxico sobre órganos vitales de la sociedad. Un infarto de las almas.
En La utilidad de lo inútil, Nuccio Ordine rescata un discurso de Victor Hugo, pronunciado ante la Asamblea constituyente de 1848, en el que sale al paso de la falacia del ahorro estatal cuando se trata de recortes en las actividades culturales y la instrucción pública. Es la crisis, le dicen, no hay otro remedio. Y Victor Hugo se revuelve contra los profesionales del Dogma del Recorte Inevitable: “¿Y qué momento escogen? El momento en que son más necesarias que nunca, el momento en que, en vez de limitarlas, habría que ampliarlas y hacerlas crecer (…). Haría falta multiplicar las escuelas, las cátedras, las bibliotecas, los museos, los teatros, las librerías”. Y le pone un nombre a esa presunta política de ahorro: es la política de la Ignorancia.
Espero que en los debates de campaña se le pregunte a los candidatos por la cuestión esencial: “¿Cómo está el agua, señores?”. Y me apuesto las branquias a que alguien pregunta: “¿Qué demonios es eso del agua?”.

DISCURSO DE VÍCTOR HUGO
(fragmentos)
Asamblea Constituyente, 10 de noviembre de 1848
«Afirmo, señores, que la reducciones propuestas en el presupuesto especial de las ciencias, las letras y las artes son doblemente perversas. Son insignificantes desde punto de vista financiero y nocivas desde todos los demás puntos de vista. Insignificantes desde el punto de vista financiero. Esto es una evidencia tal que apenas me atrevo a someter a la asamblea el resultado del cálculo proporcional que he realizado[…] ¿Qué pensarían, señores, de un particular que, disfrutando de unos ingresos de 1500 francos, dedicara cada año su desarrollo intelectual […] una suma muy modesta: 5 francos, y, un día de reforma, quisiera ahorrar a costa de su inteligencia seis céntimos?»
«Un artista, un poeta, un escritor célebre trabaja toda la vida, trabaja sin pensar en enriquecerse, muere y deja a su país mucha gloria con la sola condición de que se proporcione a su viuda hijos un poco de pan.»
«¿Y qué momento se elige? Aquí está, mi juicio, el error político grave que les señalaba al principio: ¿qué momento se elige para poner en cuestión todas estas instituciones a la vez? El momento en el que son más necesarias que nunca, el momento en el que en vez de reducirlas, habría que extenderlas y ampliarlas.»
«[…] ¿Cuál es el gran peligro de la situación actual? La ignorancia. La ignorancia aún más que la miseria […] ¡Y en un momento como éste, ante un peligro tal, se piensan en atacar, mutilar, socavar todas estas instituciones que tienen como objetivo expreso perseguir, compartir, destruir la ignorancia!»
«Pero si quiero ardiente y apasionadamente el pan del obrero, el pan del trabajador, que es un hermano, quiero, además del pan de la vida, el pan del pensamiento, que es también el pan de la vida. Quiero multiplicar el pan del espíritu con el pan del cuerpo.»
“[…] Habría que multiplicar las escuelas, las carreteras, las bibliotecas, los museos, los teatros, las librerías. Habría que multiplicar las casas de estudio para los niños, las salas de lectura para los hombres, todos los establecimientos, todos los refugios donde se medita, donde se instruye, donde uno se recoge, donde uno aprende alguna cosa, donde uno se hace mejor; en una palabra, habría que hacer que penetre por todos lados la luz en el espíritu del pueblo, pues son las tinieblas lo que lo pierden.»
«Han caído ustedes en un error deplorable. Han pensado que se ahorrarían dinero, pero lo que se ahorran es gloria.»
(Fuente: 'La utilidad de lo inútil', de Nuccio Ordine, edit. Acantilado)
'ESTO ES AGUA', David Foster
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SEGUIMOS TENIENDO LA PALABRA
("Obligarles a preguntarse si es verdad que las cosas son como les dicen que son. A que sean ellos los que se atrevan a interpretar la realidad para, después, rebelarse contra ella. A no aceptar que esto siempre ha sido así. A no creer que las cosas son inevitables. A creer que puede que alguien esté moviendo los hilos de la Historia en sentido contrario. A construir su propio discurso. A desenmascarar el Discurso del Amo. A recuperar el lenguaje. Tenemos que eliminar la posibilidad de que el complejo de culpa, ya aceptado por sus padres, invada la conciencia de nuestros alumnos. Debemos proyectar en su pensamiento la idea de que el saber, el conocimiento, no son vías para la obtención de un empleo. Son, fundamentalmente, armas imprescindibles para poder defenderse del Mal."
FATALISMO
("Secuestrado como está lo colectivo por cuatro marcas de telecomunicación, va siendo hora de recuperar la calle... Eliminar de los planes de estudios todo lo que no resulta práctico al mercado financiero nos deja indefensos frente a la tragedia de vivir... en las aulas de Europa se está jugando la batalla más fundamental. Hay que dar tiempo, espacio, cercanía, calor y conocimiento a los jóvenes, sacarlos del secuestro de los negocios alienadores y embrutecedores")
PIRATAS
("El fanatismo, la superstición, el sectarismo, los recortes en la educación, la manipulación de las redes sociales son las formas de piratería que pueden convertir al niño más inteligente en un futuro esclavo. Pero junto a la facultad de desarrollar la inteligencia el cerebro lleva también aparejada la forma de rebelarse. Esa rebeldía y no otra cosa es la libertad" (Vicent) "El maestro debe acostumbrar al discípulo a pasar todo por el tamiz y a no dejar entrar a su cabeza nada por simple autoridad y a crédito" (Montaigne)
CARGARSE LA FILOSOFÍA A MARTILLAZOS
("Lo que se olvida con demasiada frecuencia es que los estudiantes no solo aprenden unas materias sino que se forman como personas... que construyan sus propios criterios y que aprendan a disfrutar... que cultiven el espíritu crítico y que sean creativos. Que lean y que piensen, que discutan..." (José A. Rojo) "Tras entontecer primero a su rebaño... les muestran luego el peligro que les acecha cuando intentan caminar solos por su cuenta y riesgo" (Inmanuel Kant)
("La familia humanidades que despierta en el hombre los sueños, la virtud, la búsqueda de belleza, vencida por la alienación que ofrecen las ciencias técnicas cuando son despojadas de ella. Siempre me dijeron que éste sería el siglo de las máquinas")
("¡Qué vil humanicidio!... La Filosofía ha corrido, en la enseñanza media, el destino del destierro. Maldita la hora en la que a algún gobernante se le ocurrió incumplir principios tan intelectualmente sacros como los mentados")
("... los gobiernos de todo el mundo decretaron el final del pensamiento, el fin del razonamiento y de la razón crítica, con el fin sustituir a los ciudadanos por súbditos... ... Porque conocer en qué consiste la actividad y la actitud filosófica... hace posible que comprendamos lo que diferencia lo mítico de lo científico y de lo racional, nos permite reconocer un sofisma, un razonamiento engañoso con apariencia de verdad... ")
EL VALOR DEL SABER
("... no estamos hablando tanto de formación como de un tipo de saber que es tratado como una materia prima y que convierte a los estudiantes en algo disponible para el mercado de trabajo. El saber y la formación no son ningún fin en sí, sino un medio para los mercados emergentes, la cualificación de los puestos de trabajo, la movilidad de los servicios y el crecimiento de la economía... esto es precisamente lo que está en juego: la consideración del saber como una mercancía o como algo que tiene valor en sí mismo, como mera pericia que se transmite o como juicio crítico que cada uno (cada sujeto, cada generación) debe adquirir")
("Todo cuanto vemos, oímos, palpamos o saboreamos lo perciben nuestros sentidos mediado por el lenguaje. No existen las sensaciones puras porque éstas nos vienen ya interpretadas por las palabras que usamos para designarlas... Interpretar lingüísticamente es ya un quehacer genuinamente filosófico... Ese lenguaje... está hecho de palabras... no las hemos inventado nosotros sino personas del pasado, creadoras de palabras o creadoras de nuevos significados para palabras ya existentes: libertad, dignidad, felicidad, amor, bondad, belleza")
¿LE IMPORTARÍA PREGUNTARME OTRA COSA?
("...el hecho de que nuestra sociedad sea incapaz de considerar de interés ninguna actividad que no esté directamente relacionada con la producción de beneficio económico revela una severísima limitación conceptual, un radical empobrecimiento de los imaginarios colectivos hegemónicos, empobrecimiento que probablemente nadie expresó con mayor certeza que Antonio Machado en sus Proverbios y Cantares al escribir que "todo necio confunde valor y precio".")
LA VIDA NO ES UNA ESCUELA DE NEGOCIOS
LA VOZ DE LOS MAESTROS
("...el hecho de que nuestra sociedad sea incapaz de considerar de interés ninguna actividad que no esté directamente relacionada con la producción de beneficio económico revela una severísima limitación conceptual, un radical empobrecimiento de los imaginarios colectivos hegemónicos, empobrecimiento que probablemente nadie expresó con mayor certeza que Antonio Machado en sus Proverbios y Cantares al escribir que "todo necio confunde valor y precio".")
LA VIDA NO ES UNA ESCUELA DE NEGOCIOS
LA VOZ DE LOS MAESTROS
(Sí, tenemos la voz, tenemos la cultura. Y tenemos que decidir qué hacer con ellas. Y sólo cabe una respuesta. Lo demás sería vegetar sin alma por las aulas perdidas de la derrota segura. Porque la asepsia no existe. El silencio cómplice se abraza, indigno, al bando de siempre. Recordemos al maestro: "El lobo nunca dormirá en la misma cama con el cordero... si conseguimos que una generación, una sola generación, crezca libre en España, ya nadie les podrá arrancar nunca la libertad... nadie les podrá robar ese tesoro... y ahora ustedes, ¡a volar!" Y nosotros, a trabajar, a intentar traer de regreso los días imaginados.)
HAY QUIEN PIENSA Y NO LE PAGAN
("La ‘radicalidad filosófica’ consiste en llegar al límite")
HAY QUIEN PIENSA Y NO LE PAGAN
("La ‘radicalidad filosófica’ consiste en llegar al límite")
("Fue así, obnubilados los poderosos y buena parte del personal por la nueva fe ultraliberal, como las humanidades y los saberes críticos fueron condenados a galeras... La sibilina absorción de todas las facetas del vivir por el capitalismo totalista está arrebatando a la Universidad, y al entero sistema educativo, sus más valiosos procederes y metas... Antaño restringida a la esfera empresarial y financiera, la jerga tecnocrática se ha adueñado ya del habla de la mayoría de ellos, obcecados en cumplir objetivos cuantificables en detrimento del incuantificable")
("... continúa gestándose políticamente un programa que lo que realmente pretende es que haya menos Universidad y que sea menos pública, que el conocimiento sea cada vez más superficial y sus portadores cada vez más adaptables, más manipulables y, como consecuencia, más infelices")
("...A otros pueblos los definen otros afanes: aman la piedad religiosa, el dinero, las guerras de conquista, el fútbol o la gastronomía. Solo en Grecia “filosofar” no fue un raro oficio profesional, solo allí fue la política una tarea común de la democracia. En Atenas, la educación comenzaba por saber poesía (Homero, sobre todo) y acudir al teatro de Dioniso. Otras ciudades anteponían el atletismo, la gimnasia y las hazañas bélicas...".)
"... la universidad actual se ha convertido, por inseguridad, cobardía u oportunismo, en cómplice pasivo de la actitud antiintelectual que debería combatir. En lugar de responder al desafío arrogante de la ignorancia ofreciendo a la luz pública propuestas creativas, la universidad del presente ha tendido a encerrarse entre sus muros... el humanista ha sido arrinconado por el burócrata..." (Rafael Argullol) "... profesores, no se enclaustren como monjes medievales. ¡Los necesitamos!" (Nicholas Kristof)
("... Grecia no va a exigirnos derechos de autor a cambio de la lógica de Aristóteles. Paguemos nuestra deuda con ella sosteniendo una polémica amorosa -no un silencio hastiado- la próxima vez que salgamos del cine.")