Seguimos leyendo a Luis Alberto de Cuenca, antes de que llegue a nuestro instituto y nos pregunte qué hacemos.
"... no lo dudes, hermano: abre todas las puertas.
Aunque nada haya dentro"
"... estoy aquí, amor mio, estoy aquí
Aunque tu no me veas ni me oigas"
Stairway, Eduard Hopper, 1919
ABRE TODAS LAS PUERTAS
Abre todas las puertas: la que conduce al oro,
la que lleva al poder, la que esconde el misterio
del amor, la que oculta el secreto insondable
de la felicidad, la que te da la vida
para siempre en el gozo de una visión sublime.
Abre todas las puertas sin mostrarte curioso
ni prestar importancia a las manchas de sangre
que salpican los muros de las habitaciones
prohibidas, ni a las joyas que revisten los techos,
ni a los labios que buscan los tuyos en la sombra,
ni a la palabra santa que acecha en los umbrales.
Desesperadamente, civilizadamente,
conteniendo la risa, secándote las lágrimas,
en el borde del mundo, al final del camino,
oyendo cómo silban las balas enemigas
alrededor y cómo cantan los ruiseñores,
no lo dudes, hermano: abre todas las puertas.
Aunque nada haya dentro.
ESTOY AQUÍ
Estoy aquí, mi amor, estoy aquí
velando tus naufragios en las noches
en que nadie responde, en las heladas
madrugadas vacías, en las tardes
de desesperación y de locura.
Pon en duda si quieres, que la Tierra
gire en el desdoblado precipicio
del espacio infinito alrededor
del sol, o que los astros sean fuego,
o que el amargo río de la vida
desemboque en la muerte. Pero nunca
dudes de que, en la fiebre del fracaso
o en la sed de la angustia, en el abismo
de la ansiedad y del desasosiego,
estoy aquí, amor mio, estoy aquí
Aunque tu no me veas ni me oigas.
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(Para la preparación de la visita de Luis Alberto de Cuenca a nuestro instituto, Juan Carlos Rodríguez nos sugiere este poema. "...Tan bello era el instante que la única forma de detenerlo fue el silencio")
(Otro poema sugerido por 'el explorador incansable', Juan Carlos Rodríguez. Dedicado a todos los jóvenes que ahora empiezan a nadar, confusos, por esos mares procelosos de los primeros besos. "... y nos quisimos como en las canciones. Cuando la realidad era el deseo y nuestro reino no era de este mundo")